Capítulo III: Una Imagen, un presente

Esa noche después de la cena se juntaría todo el grupo del ED. Como Harry sabía exactamente qué iba a hacer con sus "alumnos", estaba muy relajado. Hermione ya había dejado de perseguirlo dándole nuevos libros para leer y la situación con Cho sola iba hundiéndose. No tenía nada más de qué preocuparse. O al menos, eso creía él.

- Harry, se nos había olvidado contarte.- dijo Ron mientras se dirigían al Gran Comedor.- Hagrid nos comentó algo que nos dejó bastante asombrados.

- Sí, es cierto. A que no adivinas qué tiene pensado el profesor Dumbledore para el catorce de febrero.- profirió Hermione segura de que Harry no sabría. Esa noticia era realmente sorprendente y nadie se la esperaba.

- Según lo que sé, hay una visita programada a Hogsmeade.- respondió el muchacho sin darle mucha importancia.

- Sí, eso es en el día, pero a que no sabes qué planea hacer en la noche.- especificó Ron que no parecía nada emocionado. Sabía que tendría que invitarla al baile, y tenía bastante miedo.- Dumbledore planea hacer un baile, ¿qué tal?

- Profesor Dumbledore, Ron. No le faltes el respeto.

A Harry le entró un pánico que no había sentido en mucho tiempo, como el que había sentido el día que le dijeron que era uno de los campeones de Howgarts el año anterior. ¿Cómo a Dumbledore se le ocurría esa clase de cosas?

Cruzaron el vestíbulo, y vieron la gran cantidad de alumnos que ya había en el comedor. Entraron y se sentaron en la mesa que correspondía a su casa. Fred y George estaban planeando cómo poner una caramelo longilinguo en la copa de Lee sin que éste se diera cuenta, y esperaban que el dulce no se disolviera con el jugo de calabaza.

Cuando ya iban por la mitad de la cena, el profesor Dumbledore se puso de pie, y con un leve tintineo en su copa, el comedor fue quedando en silencio.

- Quisiera hacer un pequeño anuncio que sé que alegrara a la mayoría de los alumnos de nuestro colegio. Como ustedes ya saben, el día catorce de febrero los alumnos que vayan en tercero en adelante podrán ir a una visita al pueblo de Hogsmeade. Ese día, además, hemos decidido celebrar un pequeño baile, en que alumnos de cuarto hasta séptimo podrán participar.- el salón prorrumpió en aplausos y pequeños gritos de alegría.- Por favor, aún no termino.- el silencio volvió a invadir a los alumnos, pero esta vez había un grado muy alto de felicidad y nerviosismo en el ambiente.- Creo que está de más decir que...

- Ejem, ejem.

- ¿Sí, Dolores?- preguntó amablemente el profesor Dumbledore. La profesora McGonagall no pudo evitar que su rostro mostrara una expresión de fuerte odio hacia Umbridge.

- Me gustaría mencionar que si alguno de los alumnos presenta un mal comportamiento - dirigió una obvia mirada a Ron-, como castigo se les suprimirá su participación al baile, o la visita a Hogsmeade de ese día.

- Muchas gracias, Dolores. Bueno, creo que eso es todo, pueden continuar.- finalizó Dumbledore y se volvió a sentar. La sala se llenó de aplausos nuevamente. Umbridge miraba de un lado a otro esperando poder encontrar a algún alumno haciendo algo contra las reglas del colegio y así empezar a castigar de inmediato.

La emoción estaba por todos lados. Incluso cuando Harry, Ron y Hermione llegaron a la sala multipropósitos, los demás no dejaban de hablar del baile. Ginny no había aparecido en toda la hora de la cena y no se encontraba tampoco con los demás del ED. Harry notó que el chico de Ravenclaw, Chris, estaba junto a Cho. Ella le sonreía y le tocaba el brazo, mientras de reojo miraba a Harry. Chris parecía muy animado en esa conversación, aunque Harry no escuchaba lo que hablaban y tampoco le interesaba. Su única preocupación era qué diría Ginny si viera lo que él estaba viendo.

En ese momento, la puerta se abrió y todos se sobresaltaron: era Ginny. Los jóvenes lanzaron un suspiro de alivio a ver a la pelirroja en la puerta y se relajaron, después de todo, se habían llevado un gran susto. Harry se alegró de verla, y ella no pudo ocultar una dulce sonrisa, al percatarse que él ya estaba ahí. Las cosas no estaban mal.

Chris se enderezó y se acercó a Ginny, mientras los demás seguían conversando y Cho se quedaba sola. Para remediar esta situación, decidió ponerse de pie y acercarse a Harry. Caminó atravesando la sala y llegó donde estaba él. A pesar de estar conversando con Chris, Ginny no dejó de seguir a Cho con la mirada sabiendo exactamente a dónde se dirigía.

- Harry, me gustaría hablar contigo más tarde, si no tienes problema.- musitó Cho con toda la coquetería que era capaz, sonriendo y pasando un mechón inexistente detrás de su oreja.

- Eh... yo creo que sí, podríamos hablar después de terminar ¿Te parece?.- le contestó el muchacho más por amabilidad que por placer.

- Me parece perfecto.- dijo la buscadora de Ravenclaw dirigiéndole una última sonrisa. Se dio media vuelta y se encaminó hacia unos cojines que estaban en el piso.

- Ya deberías empezar, ¿no crees?.- lo apresuró Ron que estaba apoyado en una pared escuchando un relato de Neville sobre Herbología.

- Sí, cierto. Pongan atención por favor.- dijo Harry. Todos caminaron hacia sus puestos murmurando cosas sobre el baile.- Estuve analizando lo que ya han podido hacer y creo que sería una buena idea practicar un hechizo de más alto nivel.- todos se habían quedado callados escuchando lo que Harry debía decir.- Y se me ocurrió que podríamos empezar a practicar el Encantamiento Patronus.

Hubo un leve silencio, que fue reemplazado rápidamente por una gran cantidad de comentarios que estaban totalmente a favor de la idea de Harry. Él sacó su varita y apuntó al medio de la sala.

- Expecto patronum.- de la punta de la varita, salió un chorro plateado que fue juntándose hasta formar un hermoso ciervo que golpeó con una de sus patas el piso. Los demás se quedaron asombrados mirando al animal que desapareció después de un rato.

Harry ayudó a cada uno en lo que más necesitaba. Algunos necesitaban una mayor concentración en un pensamiento feliz, y otros estaban muy inseguros con respecto a sí mismos, así que después de algún rato empezaron a salir los primeros patronus definidos. Uno de los primeros fue el de Hermione, una hermosa nutria que se movía de un lado a otro. Después de un rato, a Ron también le resultó. A pesar de no ser muy claro, se asemejaba bastante a un felino. Chris también logró formar un patronus corpóreo y un pavo real salió de su varita. Harry no pudo dejar de pensar que Chris era bueno en esto de la defensa. Notó como él le presumía su patronus a Ginny que intentaba concentrarse con todas sus fuerzas en un recuerdo feliz. Harry se acercó por detrás.

- Si quieres te ayudo.- dijo casi en un susurro, sobresaltando a Ginny que dejó caer su varita al piso.- Lo siento mucho.- se agachó a recogerla al mismo tiempo que Ginny y sus cabezas chocaron. Harry se sonrojó. Se sentía bastante avergonzado y no se atrevió a verla a los ojos.

- La verdad, creo que un poco de ayuda no me vendría para nada mal.- mencionó la pelirroja al tiempo que se sobaba la cabeza.

- Bueno, como ya sabes tienes que concentrarte en algo que te haga feliz. Algo que te haga realmente feliz. Piensa un rato en eso, y después dices fuerte y claro el encantamiento.

Ginny miró a Harry por un momento, y él se puso más rojo aún, si es que eso era posible. Pero la más pequeña de los Weasleys no se inmutó y le siguió observando por bastante más que un segundo. Cuando Harry ya estaba cerca de preguntarle qué le sucedía, ella apuntó con su varita hacia el centro de la sala y pronunció:

- ¡Expecto patronum!.

Un enorme chorro plateado surgió de su varita y en medio de la sala, claramente un gran delfín empezó a moverse de un lado a otro. Los demás se agacharon para evitar que la cola los golpeara. Después de un rato desapareció. Ginny estaba asombrada, en realidad, todos lo estaban. Era un patronus desmedido.

- Vaya Ginny, ¿qué recuerdo tuviste para formar ese patronus?- le preguntó Chris, que estaba muy sorprendido. Ella miró a Harry, y después de un rato contestó.

- Más que un recuerdo, es una imagen, un presente. Sólo pensé en eso, y creo que me puse muy feliz.- Ginny se sentó tranquila, aunque un tanto avergonzada por su patrono.- Gracias por tu ayuda, Harry.- dijo levantando la vista y le sonrió.

Los demás retomaron las prácticas, tratando de pensar en lo que más felicidad les provocaba. El patrono que logró Neville era una especie de sapo, y Parvati consiguió un conejo. Cho, después de mucho rato, produjo un zorro, que corría de un lado a otro jugando. La chica estaba fascinada.

Se les había pasado la hora, y la mayoría de los del grupo ya se habían retirado a sus correspondientes casas. Sólo quedaban Ron, Hermione, Cho, Chris, Ginny y Harry.

- ¿Subamos?.- le dijo Ron a Hermione recogiendo los últimos cojines que quedaban en el piso.- Ya estoy cansado y mañana tengo otra práctica de Quidditch.- Hermione asintió, y se dirigió a Ginny.

- ¿Vamos?

- No te preocupes, yo acompaño a Ginny.- dijo Chris antes de que la más pequeña de los Weasley pudiera responder. Hermione retrocedió sobre sus pasos y se dirigió a la puerta junto a Ron.

Ginny empezó a caminar también hacia la puerta, dejando a Chris atrás, quien rápidamente arrojó los cojines que quedaban sobre el resto y a grandes zancadas la alcanzó. Antes de salir, Ginny miró a Harry por última vez. Sabía que se quedaría con Cho a solas.

Harry le devolvió la mirada, pero no pudo decir nada, aunque quería. Cho se dirigió hacia Harry apenas la chica del cabello rojo desapareció tras la puerta. Se acercó mucho a él.

- Tenía muchas ganas de hablar contigo después de lo que pasó en Navidad....

*****

- ¿Qué se trae ese tipo de Ravenclaw con Ginny?- exclamó Ron enojado girando la cabeza de vez en cuando para ver si venía su hermana, pero al parecer habían tomado otro camino.- ¡Es mucho mayor que ella!

- ¡Ay, Ron! ¡No exageres! Tu hermana es grande ya como para que la estés vigilando.- contestó Hermione.

- ¡No la estoy vigilando! ¡Si la estuviera vigilando, no estaría aquí! ¡Estaría siguiéndola!- dijo el chico casi gritando.

Ron se detuvo. Se dio cuenta que estaba a solas con Hermione y tal vez le podría preguntar. Ésta era su oportunidad. Debía armarse de valor.

- ¿Qué te pasa, por qué te detienes?- Hermione ladeó un poco su cabeza.- No me digas, se te quedó algo.- y se irritó un poco.- Vaya Ron, sí que eres descuidado.

- No, no se me quedó nada.- se defendió- Pero es que, m-me gustria pegruntar armgo.- pronunció el pelirrojo con dificultad. Las palabras se enredaban en su boca.

- ¿Qué dijiste?.- preguntó Hermione con un dejo de molestia en su voz

- Bueno, es que-e, yo-o... qu-quería pr-preguntarte si tú... no sé, bueno, si tú...

- ¡Vaya, vaya! Weasley y Granger a esta hora solos en el corredor. ¿Qué podrá significar?- Malfoy había llegado de la nada y parecía muy contento con lo que había encontrado.- Creo que la profesora Umbridge no se alegrará mucho cuando se entere de esto.

- ¿De qué, Malfoy? Por lo que veo, tú también estás afuera de tu casa, así que no deberías sorprenderte tanto en vernos a nosotros.- dijo vivamente Hermione.

- Cállate, Granger, contigo no es el problema. El problema es con este necesitado, que cree que teniendo una escoba, ya puede jugar Quidditch. ¿No te da vergüenza que tus padres ya no tengan que comer por los próximos tres años para poder pagar esa cosa que tiene forma de escoba?

Ron estaba listo para golpear a Malfoy, pero antes de que pudiera hacer nada, Hermione lo sujetó con su brazo y sacó la varita apuntando a Malfoy.

- Malfoy, tú sabes lo buena que soy con la varita. Puedes continuar molestando y tendrás que asumir las consecuencias de eso. Sé tantos hechizos que podría dejarte con la piel invertida si quisiera.- exclamó desafiante la chica.

- E-ese tipo de hechizos no existe.- respondió Malfoy con un poco de temblor.

- ¿Quieres comprobarlo? Pruébame. No tengo ningún problema en demostrártelo.- Hermione tenía una seguridad que por un momento también asustó a Ron, ¿y si de verdad lo hacía?

- No era de extrañarse que tuvieras que esconderte tras la túnica de una sangre sucia. Me das pena, Weasley, tener que recurrir a "ésa" para que te defienda.- dijo Malfoy que se pegó contra la pared y empezó a retroceder. Hermione lo seguía apuntando firmemente. Al llegar a la esquina, desapareció y sólo se escucharon los pasos rápidos que daba para alejarse de ahí.

- ¿Por qué no dejaste que lo golpeara? Te llamó sangre sucia.- preguntó Ron que parecía un poco confundido, pero sobre todo, enojado.

- Claro, debí dejar que lo golpearas, para que luego te acusara con Umbridge, y te suspendieran del baile y del equipo de Quidditch. Luego ella nos preguntaría que hacíamos a estas horas en este pasillo, y así podría saber del ED.- contestó la chica sin respirar en ningún momento.- Bien, Ron, bien pensado.- y siguió caminando rumbo a la torre.

- ¡Oye! – exclamó el muchacho que tuvo que correr para alcanzarla.- ¿Realmente existe un hechizo capaz de voltearte la piel?

- Puede ser. Si existe, aún no lo conozco.- reveló la chica con una sonrisa en los labios.

Ron se sentía muy feliz. Hermione era brillante, y aunque había perdido la oportunidad de pedirle que fuera al baile con él por culpa de Malfoy, sabía que tendría otra muy pronto.

***

Ginny siguió caminando en dirección a la torre Gryffindor. No podía sacarse de la cabeza qué estaría haciendo Harry con Cho... La verdad, se le venían muchas cosas a la mente, y aquellas a las que más temía eran las que podían estar sucediendo en ese preciso instante, mientras ella caminaba con Chris.

- Ginny. ¡Ginny!- Chris se había detenido.- ¿Por qué corres tanto?- Ginny se detuvo, y se recargó en la pared, respiró profundamente y apoyó la cabeza mirando hacia arriba.- ¿Tienes algún problema?- Chris se acercó a Ginny esperando una respuesta, pero no sucedió nada. Aguardó un rato más y al darse cuenta de que la chica no le contaría, decidió cambiar de tema.- ¿Sabes? Tu patronus fue realmente asombroso; cuéntame, cuál es el secreto para formarlo de esa manera.

- No tengo ningún secreto. Sólo me concentré mucho y salió de la varita.- Chris le sonrió incrédulo y ladeó la cabeza.- ¡Pero si es la verdad! No tengo ningún secreto. Chris seguía sonriendo, pero ahora tenía un brillo especial en sus ojos.

- Tú me gustas mucho, ¿lo sabes? Desde hace tiempo que te he estado observando, desde que llegaste a Howgarts te he notado. Nunca había tenido un motivo para acercarme a ti, hasta ahora, que Cho me comentó lo del ED. Creo que así me armé de valor para hablarte.- Ginny estaba en completo silencio, bastante sorprendida, Chris se dio cuenta.- ¿Crees que voy muy rápido?

- Sólo un poco. Es que en realidad no te conozco desde hace tanto tiempo como para darte una respuesta ahora. ¿Me entiendes?- dijo la chica en voz baja. Estaba bastante roja. Lo que Chris le había dicho la había tomado por total sorpresa y no sabía si lo que estaba diciendo era realmente lo que sentía.

- Sí, lo sé. No pude evitarlo. Tú me produces eso. Cuando estoy cerca de ti, quiero que todo el mundo sepa lo que siento. Pero tienes razón, no me conoces tanto como para darme una respuesta. Lo entiendo.- se encogió de hombros.- Entonces mejor olvido la idea de invitarte al baile.- Ginny miró el piso.- ¿Hay... hay alguien más?.- Ginny seguía con la mirada fija en el piso, como si fuera lo más importante en ese momento. Antes de lo que pasó con Harry, hubiese deseado con todas sus fuerzas que Chris le dijera lo que ahora estaba oyendo. Pero las cosas eran distintas ahora.- Perdón, ese asunto no es de mi incumbencia, perdóname.

- No hay problema, no te preocupes.- guardó silencio un momento.- Esta situación es un poco extraña para mí.

- ¿Extraña? Pero si muchos chicos se deben acercar a ti todo el tiempo.

Ginny rió mostrando todos sus dientes, sujetó su cabeza con las yemas de los dedos de la mano derecha y recuperó la compostura.

- ¿De dónde sacaste que los chicos se acercan a mi todo el tiempo? Creo que esta es la primera vez que me sucede algo así.- volvió a reír.

- Bueno, entonces los otros no son tan valientes como yo.- dijo Chris con aire solemne, pero su actitud cambió rápidamente.- Creo que ya es un poco tarde, tal vez debería irme... Pero antes...

Se acercó lentamente a Ginny y bajó la cabeza un poco. La miró por unos segundos, observando cada ángulo de su hermosa cara, y sonrió. Estaba feliz de estar con ella en esos momentos. Levantó su mano, y acarició con dulzura la mejilla de la chica. Empezó a acercarse cada vez más.

- N-no, no lo hagas Chris.- ella retrocedió un poco.- No es buena idea. No con esos rostros mirándonos en el pasillo.- Chris se sobresaltó un poco, y miró en la misma dirección que miraba Ginny. Parvati y Lavender habían estado observando toda la escena y miraban a Ginny con una cara de celos mezclada con un poco de envidia. Las dos estaban muy juntas y cuchicheaban sin parar.

- Entonces, Ginny, nos vemos mañana.- Chris se metió una mano al bolsillo y retrocedió unos pasos, mirando a Parvati y a Lavender. Se despidió con un gesto de cabeza, se dio vuelta y subió por las escaleras más cercanas.

Las chicas sonrieron a Chris mientras desaparecía escaleras arriba, y apenas desapareció observaron a Ginny. Ella respondió la mirada con una sonrisa y se despidió caminando con prisa por el pasillo. Las chicas más chismosas de Gryffindor la habían visto. Eso no podía ser bueno. Por suerte no había sucedido nada, pero estaba segura que a la mañana siguiente todos en la escuela, incluyendo a Harry, sabrían.

***

- ¿A qué te refieres?- preguntó Harry, retrocediendo un poco. Cho estaba bastante atractiva esa noche.

- Bueno, tú sabes, nunca hablamos sobre el tema.- Cho se sonrojó un poco. Había pensado que sus intenciones eran obvias, pero parecía que Harry no entendía.- Siento mucho haberte tratado mal por estar con Hermione. En el fondo sé que ella es sólo tu amiga, y que la quieres. Pero no puedo evitarlo.- dijo al tiempo que bajaba un poco la cabeza, con timidez.- ¿Podrás perdonarme?

- C-claro que sí.- la observó por unos segundos. Muchas veces había soñado con anterioridad estar así con ella. Esta vez era un poco distinto. Él deseaba que fuera otra persona. Pero era Cho y Ginny estaba con Chris, con quien ella quería estar. Tal vez, Harry debía dejar que pasara lo que tuviera que pasar.

- Me alegro mucho.- musitó Cho sonriendo. Se acercó más a Harry, quedando a una pocos centímetros de él. Tomó su mano y la acarició con suavidad. La levantó y se la puso en la cara. Cerró los ojos, disfrutando el momento. Se acercó más a él y apoyó su cabeza en el hombro de Harry. Él estaba inmóvil, sin saber cómo reaccionar, pero después de un rato alzó los brazos con lentitud y, en un movimiento un poco torpe que revelaba su inexperiencia, la abrazó.

Estuvieron así por largo rato. Ella deseaba que él tomara la iniciativa, y él no se movía. Cho se separó un poco y se acercó a su oído.

- ¿Me permites hacer algo que he querido hacer toda la noche?.- Harry tembló un poco, y después de un rato asintió, no muy seguro de estar haciendo lo correcto. Cho retrocedió unos centímetros y se acercó cada vez más a su boca. Él no sabía dónde poner las manos. No quería seguirla abrazando, porque si lo hacía, tal vez ella pensaría que a él le seguía gustando mucho. Había aceptado el beso, pero no cerró los ojos. Seguía pensando en Ginny. En Ginny y en el imbécil de Chris. No podía continuar.

- Lo siento, Cho, no puedo seguir.- la detuvo Harry. Cho estaba un poco sorprendida. Él la había alejado con un poco de fuerza.- De verdad, no puedo.

- Pero ¿por qué?- preguntó sin entender.

Harry tomó aire y suspiró, agarró un resto de pergamino que tenía a la mano e hizo una bolita que arrojó luego. Se apoyó en la mesa.

- Hace un tiempo me gustabas bastante, y en ese tiempo hubiera deseado de verdad estar contigo como ahora...

- ¿Y ahora no te gusto?- preguntó la chica haciendo pucheros. Estaba angustiada, se notaba en su voz.

- No, no es eso.- Harry no sabía qué decir ni menos por donde empezar.- Aún me gustas, pero...

- Hay alguien más- dijo Cho completando la frase. Se oía muy triste.

- De verdad que no sé que está sucediendo. No estoy seguro. Por eso creo que no puedo seguir.- contestó el muchacho haciendo acopio de valor. Cómo deseaba que alguien le hubiera enseñado alguna vez cómo comportarse o qué hacer en ese tipo de situaciones. Quizás, si Cho no lo hubiera pillado tan de improviso y Umbridge no existiera, hubiera podido pedirle ayuda a su padrino. Harry se puso más nervioso aún al ver la expresión en el rostro de Cho. Estuvieron en silencio por unos segundos.- Por favor, Cho, no te molestes conmigo.

Cho estaba muy callada, lo que provocaba en Harry mayor inseguridad.

- Harry, lo siento mucho. No sabía lo que te pasaba. Te notaba muy lejano y me preocupé. Lo que hice estuvo mal...

- No, Cho, no estuvo mal. En realidad aquí el que está mal soy yo.- intentó consolarla, pero sin mucho éxito. Cho negaba con la cabeza.

- No, Harry, te entiendo perfectamente. De verdad, no hay problema. Cuando aclares bien lo que te sucede, yo estaré esperando. Sólo te pido que no te tardes mucho.- finalizó la chica acercándose. Lo besó en la mejilla, se dio vuelta y salió de la sala.

No sabía qué pensar. Había rechazado a la chica que más le había gustado en los últimos dos años. La había rechazado por un sentimiento que tal vez era pasajero, y que lo más seguro no era mutuo.

Decidió ir a acostarse, ya era tarde y tenía que levantarse temprano para terminar ese trabajo de Snape. Salió por la puerta y caminó por el pasillo. Se cruzó con Lavender y Parvati que se reían y comentaban algo que al parecer, era muy importante.

- A que no adivinas a quiénes encontramos en el pasillo haciendo cosas indebidas.- preguntó con malicia Lavender dirigiéndose a Harry. Él prefirió no preguntar para no caer en ese juego de chismes que van y vienen; además la verdad, es que no le interesaba. Se encogió de hombros y se dispuso a seguir su camino.- Ya que estás interesado, vimos a la hermana de Ron con Chris, ese chico de sexto de Ravenclaw.- Harry abrió los ojos como platos y se detuvo. Eso sirvió para que Lavender se emocionara aún más.

- Estaban juntos, y él se acercó a ella para darle un beso... Lo sabemos por cómo la miraba. Pero ella no lo dejó, tal vez porque estabamos ahí y se dio cuenta... No sé qué le ve Chris a Ginny.- terminó Parvati con cierto dejo de envidia en su voz. Las chicas se tomaron del brazo y siguieron por el pasillo, hablando sobre algo que Harry no alcanzó a oír.

Harry no podía creer lo que acababa de escuchar. Chris se había acercado a Ginny para... para... ¿para besarla?. ¿Cómo se había atrevido? Estaba furioso y se dirigió corriendo a la torre Gryffindor, mientras pensaba en todo lo que tenía que decirle.

En el camino se encontró con Peeves, que estaba preparando una gran broma que tenía como componentes baldes de agua, armaduras y unos cuantos cuadros de las paredes cuyos ocupantes ya habían arrancado. Estaba tan absorto en su jugarreta que para suerte de Harry, no reparó en él.

Llegó al retrato de la señora gorda, pronunció la clave y entró rápidamente a la sala. Se dirigió a la escalera que daba hacia su habitación sin siquiera mirar, pero al pisar el primer escalón una voz lo detuvo.

- Harry, pensé que te tardarías más en volver.

Era Ginny.

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Hola!!! Qué tal? Aquí ya está el tercero, perdonen por la demora, pero mi Beta se demoró en revisar la ortografía y esas cosas. Aquí van algunos mensajitos:

Geraldine: qué bueno qué te gustó! Me moría de ganas de emparejar a Harry y a Ginny, lo mismo que a nuestros peleadores favoritos Hermione y Ron.

Paloma: aquí está el tercero, ojalá que te guste como los otros dos. Sé que éste está medio flojo, lo mejor es el final. Bueno, ni hablar de cómo se viene el cuarto capítulo... UFF!!

MGA_FGA: Mil gracias por los reviews!!! Y como ya dije, perdonen la demora! =P

Caroline_Mcmanaman: A mí también me encanta Coldplay y amo a Chris Martin!! Warning Signs es de mis canciones favoritas, junto a Trouble y Shiver; así como el video de The Scientist. Casi me morí cuando supe que estaba con la Gwineth Palthrow (o algo así).

Vale: prometo que el próximo viene con muchísimo Ron/Hermione.

Dani-Chan-sf: a ver qué te parece este. Y Gracias, seguiremos practicando... jejeje.

Bueno... les prometo que el cuarto se viene muy romántico!!!! Tiene una escena en la que... AAAH!!!! Y hasta creían que les iba a dar un adelanto!!!. Un beso.

CHAOOOO