Capítulo IX: Finalmente, Hogsmeade.
Durante la semana en que se realizaría la visita a Hogsmeade (o sea la semana del catorce de Febrero), el ambiente en los pasillos estaba lleno de excitación. Los alumnos de quinto y séptimo año e incluso los profesores, prácticamente habían olvidado que pronto tendrían exámenes. A excepción de Hermione, quien había insistido en que no abandonaran sus planes de estudio e incluso agregó horas a los horarios que ya había inventado, porque según ella, ahora que no tenían tantos deberes, era cuando más debían aprovechar el tiempo para estudiar.
El día viernes, los tres amigos salieron de la biblioteca para dirigirse a la sala común y retirarse luego a sus respectivos dormitorios. Era bastante tarde, pero aun así, la sala estaba llena de alumnos en pijama, que debido a la emoción no podían dormir y conversaban animadamente junto al fuego. Entre unos alumnos de cuarto se encontraba Ginny, que reía con sus compañeros. Al entrar Harry, la pelirroja dio un respingo e inmediatamente su rostro se tiñó de rojo. Aún no habían acordado dónde se juntarían para la visita a Hogsmeade. Harry se acercó al grupo de cuarto y muy tímidamente llamó por señas a la chica. Ginny se puso de pie, mientras los demás sonreían y empezaban a hacer bromas sobre ella y Harry, lo que provocó que ambos se sonrojaran aun más. Hermione y Ron se habían quedado un poco más atrás esperando a Harry, sin saber qué quería hacer.
- Hola. ¿Te fue bien hoy en clase?- preguntó Harry tirando de sus mangas con bastante nerviosismo.
- Sí, me fue bastante bien. ¿Y a ti?
- No me quejo.- respondió Harry.- Quería preguntarte... no sé cómo lo prefieras... ¿Dónde nos juntamos mañana?
Ron había estado oyendo con poco interés lo que le decía Harry a su hermana, pero dio un salto al darse cuenta de que aún no se había puesto de acuerdo con Hermione.
- Tal vez deberíamos... juntarnos aquí, en la sala común, antes de desayunar, ¿No crees?
- Bien, ¿te parece entonces a las 9 de la mañana aquí?.- dijo Harry sonriendo, al igual que Ginny. Esta última asintió, se dio vuelta y se volvió a sentar con sus compañeros, recibiendo los diversos comentarios de sus amigos, mientras reían y miraban a Harry.
Ron se volteó hacia Hermione y antes de decir algo, ella habló.
- Aquí mañana en la mañana.
Ron asintió como si le hubieran dado una orden. Harry se acercó a los chicos evidentemente feliz. El pelirrojo no pudo evitar mirar con malos ojos a su mejor amigo, por la forma en que se había acercado a su hermana para el día de mañana. Él pensaba que como sólo era Ginny, Harry estaba exagerando en citarla al día siguiente, a menos que...
- Yo ya me voy a mi cuarto. Nos vemos mañana.- Hermione se despidió y se dirigió hacia el cuarto de las chicas. Ron le hizo un gesto a Harry, para que subieran también a su dormitorio.
Al llegar, Ron cerró la puerta y se cruzó de brazos, esperando. Harry empezó a desvestirse, cuando notó que Ron no se había movido de la puerta. Se quedó mirándolo por unos segundos. Ninguno de los dos reaccionaba.
- ¿Qué pasa? ¿No piensas acostarte?- preguntó Harry mientras fruncía un poco las cejas y sacaba la parte inferior de su pijama.
- ¿Qué es lo que sucede entre tú y mi hermana?... Porque no vas a decir que la invitaste porque no tenías con quien ir mañana al baile.
Harry se había quedado totalmente helado, con una pierna levantada mientras se quitaba los pantalones, sin saber qué responder o cómo actuar. El silencio volvió a invadir la habitación y la tensión era tal, que el aire se podía cortar con una tijera.
- Yo...- Piensa, Harry, piensa , se dijo a sí mismo, sin quitar la vista de Ron.- Yo...bueno, creo que no puedo mentirte, entre tu hermana y yo no ha sucedido absolutamente nada.- Ron lo miró incrédulamente.- ¡Es verdad! Sólo la invité para que fuéramos juntos mañana, porque me cae muy bien y no quería invitar a alguien a quien realmente no conozco.
- ¿Y Cho? ¿No que te gustaba ella?
- Sí, es cierto, me gustaba.- dijo Harry haciendo especial énfasis a la última palabra.- Pero eso ya se acabó.
- Entonces ¿de verdad invitaste a mi hermana porque te cae bien? ¿Sólo por eso?
Harry se quedó en silencio por un momento. No podía mentirle a Ron. Entonces, ¿Qué decía? No sabía qué hacer, pero después de un rato decidió decir la verdad.
- Lo que sucede Ron es que...- Por dónde empezar, por dónde empezar, esperó un momento, como tratando de evitar tener esa conversación, pero decidió dar la cara.- Bien. Yo no sabía con quién ir al baile y a Hogsmeade... y no quería invitar a Cho, a pesar de lo que había pasado en Navidad y eso. Entonces un día empecé a conversar con Ginny y me di cuenta de que...- respiró profundamente eligiendo las palabras exactas y siguió.- De que quería ir con ella, que la conocía hace mucho tiempo y que no me daba vergüenza invitarla y que no me arrepentiría de hacerlo.
Ron seguía apoyado en la puerta, pero se había relajado un poco más. No estaba enojado, pero sí creía merecer una explicación. Sin decir nada, se acercó a su cama y se sentó. Harry esperaba que le dijera algo, pero se tomó su tiempo. Después de pensar un rato, decidió hacer la pregunta que realmente le interesaba.
- Harry, soy tu mejor amigo, ¿verdad?
- Sí, claro que lo eres.- Harry se había empezado a asustar un poco.
- Y nunca me mentirías, ¿cierto?
- Totalmente cierto.
- Entonces me responderás a esta pregunta de la forma más sincera.- Ron tomó aire y prosiguió.- ¿Te gusta mi hermana?- Harry se había quedado mudo, sin saber que responder. Bueno, en realidad si sabía que responder, pero no sabía como lo tomaría su amigo.- Te lo pregunto, porque tu sabes que a mi hermana le has gustado desde hace años, desde que te conoció en Kings Cross. No quiero que ella... salga lastimada por falsas esperanzas.
- Entonces no te preocupes.- contestó Harry, un poco más seguro de sí mismo. Se dio media vuelta, y se recostó en la cama, dándole la espalda a Ron.
El pelirrojo permanecía sin mover un solo músculo, intentando definir que sentimientos eran los que estaban bullendo en su interior. Por un lado, a Harry, su mejor amigo, le gustaba una excelente chica. Pero por otro lado, ¡Era su hermana pequeña de la que estaban hablando! No sabía si sentirse feliz, o muy molesto. Eso sí, estaba bastante seguro de que su hermana no sería lastimada, y eso lo hacía sentirse algo más tranquilo. Se desvistió, se puso el pijama y se metió entre las sábanas sin emitir ningún comentario.
Harry despertó la mañana siguiente sin recordar que día era, pero después de unos segundos, se dio cuenta y se levantó de un salto. Se acercó a despertar a Ron, que dormía profundamente, pero después de pensarlo un momento, llegó a la conclusión de que tal vez sería mala idea. Después de todo, la noche anterior le había mencionado lo que sentía por su hermana, y lo más natural era que estuviera furioso. Así por lo menos había reaccionado con Chris. Se vistió haciendo bastante ruido, pero no conseguía nada. Golpeó repetidas veces el piso y su cama y después de un rato logró su objetivo. Ron se dio media vuelta con los ojos muy abiertos, sin saber dónde estaba.
- ¿Por qué no me has despertado?.- Dijo el pelirrojo dando un salto.
- Pensé que... No nada, disculpa.
Cuando ya estaban listos, bajaron las escaleras para encontrarse con las chicas como habían quedado. Eran las 8:52 y aún así, la sala estaba con tanto movimiento como la noche anterior. El nerviosismo fue invadiendo lentamente a Harry, su estomago se contrajo y sentía escalofríos en la espalda. Se sentaron en un par de sillones mirando hacia las escaleras, esperando que ellas llegaran. Cuando veían que alguien venía bajando, los dos se sobresaltaban y se asomaban, pero siempre resultaba ser otra chica.
Ginny esperaba en la entrada del cuarto de Hermione, apoyada en una pared, mirando a la chica, que corría desesperada por la habitación buscando su sweater.
- Hermione, apresúrate. ¡Nos están esperando!
- Sí, sí, sí, ya casi.- se agachó para mirar bajo su cama, pero nada.- Es que no sé dónde está.
- ¡Usa otro!
- Pero es que...
- Con permiso- Parvati entraba en ese momento en el cuarto, sujetando entre sus manos, el sweater que con tanto ahínco estaba buscando Hermione.
La chica se paró de un salto y se dirigió hacia Parvati, con una sonrisa en los labios.
-¡Gracias! Lo estaba buscando y no lo encontraba por ningún lado. ¿Dónde estaba?.- dijo Hermione mientras pasaba la cabeza a través del hueco.
- Por ahí. Por cierto, las están esperando abajo, en la sala común.- dijo Parvati de mala manera.
Ginny y Hermione se miraron y rápidamente corrieron por las escaleras, saltando varios escalones. Al llegar abajo, la pelirroja se detuvo en seco, provocando que Hermione chocara con ella y las dos emitieron un pequeño gritito, para luego largarse a reír al igual que los chicos, que observaron toda la escena. Se pararon de los sillones y se acercaron a sus respectivas parejas.
Pasaron a través del cuadro de la señora gorda y se encaminaron hacia el gran comedor, junto a un montón de estudiantes, cuyo número iba en aumento a medida que se acercaban.
No comieron mucho. Los nervios no dejaban que algo atravesara sus gargantas, pero eso no impidió que conversaran y se rieran sin parar, recordando diferentes anécdotas de los años anteriores.
Al terminar, se levantaron de la mesa y se dirigieron al vestíbulo, donde Filch los esperaba con una gran lista con los nombres de las personas que tenían autorización para visitar Hogsmeade. Paseaba su mirada por cada uno de los rostros de los alumnos y comparaba con su lista. Al ver a los gemelos Weasley, su cara se desfiguró totalmente, con una gran mueca de asco. Sabía que ese tipo de excursiones, sólo servía para que ellos se cargaran de municiones y causaran estragos por todos los pasillos del castillo, que él con tanto ahínco cuidaba. Ginny no pudo evitar sonreír al salir del castillo junto a Harry. Notó una gran cantidad de chicas que la miraban y cuchicheaban entre ellas, con bastante envidia. Él la había elegido a ella por sobre todas esas chicas, que no estaban nada mal.
Ron caminaba junto a Hermione, tratando de evitar a toda costa las miradas de Dean y Seamus, que levantaban sus pulgares y decían sin emitir ningún sonido: "Bien hecho". Se puso muy rojo y la chica se dio cuenta de que algo sucedía. Hermione giró la cabeza hacia donde estaban los chicos y estos rápidamente voltearon a ver a otro lado mientras señalaban algo con gran importancia, pero cuando la chica siguió con la mirada hacia donde apuntaban los dedos, simplemente estaba la torre de astronomía y se molestó un poco.
Subieron a los carruajes que eran llevados por unas grandes criaturas que parecían caballos, pero que eran muy feos. Harry los había visto por primera vez ese año y al parecer era el único, ya que Luna Lovegood también los conocía. Los cuatro chicos compartieron el carruaje y esperaron. Ron vio como Malfoy avanzaba con Pansy Parkinson y con Crabbe y Goyle como guardaespaldas. Después de un rato, se pusieron en marcha.
- ¿Qué te parece si vamos a Las Tres Escobas?- preguntó Ron a Hermione, con bastante timidez.
- Es que yo... Necesitó que Ginny me acompañe a... a un lugar. Qué les parece que nos juntemos después ahí.- Hermione decía esto mientras cambiaba rápidas miradas con Ginny, que no entendía nada.- ¿Te parece?
- Sí, cierto, necesito acompañarla un momento, Harry.- Ginny no entendía exactamente que sucedía, pero al parecer era importante.- ¿Nos encontramos más tarde ahí?
- Está bien, yo no tengo ningún problema. ¿Y tú, Ron?
- Yo... tampoco.- dijo Ron con un marcado tono de tristeza. Tenía bastantes cosas ideadas para esa mañana.
Al llegar, se pusieron de acuerdo de que se juntarían una hora más tarde en Las Tres Escobas y se separaron.
- No se me ocurre qué hacer.- dijo Ron mientras se encaminaban a Honeydukes, en busca de algunos dulces, para hacer tiempo.- Es tan... extraño.
- ¿Qué cosa?- Harry no parecía estar poniendo atención. Estaba pensando en qué estarían haciendo las chicas, cuando vio a Chris, el alumno de Ravenclaw, que caminaba junto a Cho, tomados del brazo.
- Eso. Todo lo que está sucediendo... es extraño. No sé cómo tratarla.- Harry seguía sin entender, porque sólo había puesto atención a la última parte de lo que decía su amigo. Después de un suspiro que tenía un dejo de desesperación, Ron prosiguió.- ¡A Hermione! No sé qué hacer.
- Trátala como siempre.
- ¡No puedo hacer eso! Las cosas... han cambiado en cierta forma.
- Entonces no sé qué debes hacer amigo. Creo que debes tratarla según lo que sientas.- Ron lo miró extrañado.- Sé que suena cursi, pero es la verdad.
Al llegar a la dulcería, eligieron una considerable cantidad de dulces que deseaban comprar. Ron había visto por bastante rato lo que parecían corazones de caramelo y chocolate, que tenían distintos mensajes escritos con chocolate blanco. Varias chicas estaban viéndolos también y muchas les pedían a sus respectivas parejas que les comprara alguno. Harry también lo pensó por un segundo, pero prefirió no hacerlo. No sabía como reaccionaría Ron si lo veía salir de la tienda con semejante "cosa" y la verdad, se sentiría un poco estúpido caminando por todo el pueblo con eso en sus manos. Ron se metió las manos a los bolsillos disimuladamente, pero se dio cuenta de que no le alcanzaba el dinero para comprarlo. No se atrevía a pedirle el dinero a Harry. Además, dar un regalo así era muy ridículo y de seguro ella se reiría. Se dio media vuelta y buscó un poco más con la mirada. Harry se acercó a él para ayudarlo.
- ¿Qué te parece si compramos estos?- dijo señalando un aparador donde se encontraban unas bolsitas de colores con un surtido de chocolate con relleno de calabaza. Ron se acercó un poco a verlos y asintió.
Salieron de la tienda cargando bolsas, que eran considerablemente más pequeñas que las veces anteriores que habían ido allí, ya que los chocolates no estaban muy baratos que digamos, por lo que tuvieron que olvidarse de la mayoría de las provisiones que usualmente llevaban al castillo hasta la próxima excursión a Hogsmeade. Conversaban animadamente sobre Quidditch y las pequeñas oportunidades que tenían de ganar nuevamente la copa, cuando Malfoy pasó caminando con Pansy Parkinson, Crabbe y Goyle.
- ¿Qué sucede Potter, Weasley? ¿Ya los botaron tan rápido?.- Malfoy se puso a reír, mientras Pansy le celebraba lo dicho con grandes carcajadas.
- No te metas en lo que no te importa Malfoy.- Ron estaba bastante molesto. Al parecer le había llegado lo que Malfoy había dicho. Harry lo sujetaba por detrás de la túnica, tratando de evitar que se le tirara encima para golpearlo.
- Vamos, Weasley. No te enojes, pero era obvio que cualquier chica te botaría, incluso una tan fea como Granger.- dijo Pansy mientras se sujetaba el estómago que estaba empezando a dolerle por reírse tanto.- Y debe haber sucedido lo mismo contigo, Potter. ¿Verdad?- Y continuaron riendo. Harry tenía la cara tensa de ira. Ahora, era Ron el que lo sujetaba a él.
- Entonces tu hermana no era tan tonta como parecía, ¿eh, Weasley? Al parecer tenía más de dos dedos de frente.- Ron había soltado a Harry y los dos dieron zancadas hacia donde estaba Malfoy, para darle su merecido. Pero en ese instante, doblando desde la esquina, venía McGonnagall, que con un solo vistazo, se dio cuenta de lo que sucedía.
- ¡Potter, Weasley, quédense donde están!.- se acercó rápidamente y se interpuso en el camino de los dos grupos.- Señor Malfoy, diez puntos menos y le recomendaría que siguiera su camino, antes de que le quite más.- Malfoy quería protestar, pero Pansy lo detuvo antes de que cometiera alguna tontería y se lo llevó. Harry y Ron sonreían satisfechos, pero no por mucho.- Si los vuelvo a encontrar en una situación similar con el señor Malfoy, no duden que los castigaré de tal forma que no querrán hablar por el resto de sus vidas. Ya es la segunda vez en estas dos últimas semanas que lo encuentro en algo raro, señor Potter.- la cara de la profesora decía más que mil palabras, por lo que los chicos retrocedieron unos pasos con algo de miedo.- Ahora, sigan paseando.- se dio vuelta y se dirigió a Las Tres Escobas.
- Eso estuvo cerca.- dijo Ron mientras emprendían el camino hacia Zonko. Harry no respondió. Estaba tan furioso que no podía hablar.
- Entonces, ¿a dónde vamos?
- Ginny, es que necesito algo de ayuda.- dijo Hermione mientras caminaban, parecía bastante nerviosa.- Vamos hacia Tiros Largos Moda, la tienda de ropa. Necesito... necesito comprar algo para esta noche.
- ¿Aún no has comprado tu túnica? Pero Hermione ¡el baile es esta noche!
- Lo sé, lo sé. No necesito que me lo repitas. Pero por favor necesito que me ayudes Ginny.
- Claro que te ayudaré, pero ¡¿Qué sucederá si no encuentras nada?!
- ¡Gracias! Eso es justo lo que necesito, alguien positivo.
- Vamos, Hermione, no perdamos tiempo, vamos a buscar esa túnica.
Llegaron a la tienda y empezaron a buscar. Había túnicas muy bonitas, de diferentes telas y diferentes colores. Había otras algo más especiales, que al rozarlas cambiaban de tonalidades y otras más extravagantes, llenas de lunares o rayas, a veces con ambas cosas. Se divirtieron bastante sacando túnicas y probándoselas.
Llevaban casi cuarenta y cinco minutos buscando sin encontrar lo que deseaban. Ningún vestido le gustaba a Hermione. Una vendedora se les acercó, bastante amable, pero la chica estaba tan desesperada que ni siquiera le puso atención cuando la vendedora le preguntó qué buscaba exactamente.
- Discúlpela, está muy nerviosa.- dijo Ginny, mientras miraba cómo su amiga desaparecía detrás de un gran colgador lleno de túnicas.
De repente, un grito hizo saltar a la pelirroja. Las túnicas se movían de un lado a otro y entre medio de toldas ellas, salió una Hermione más despeinada de lo habitual, llevando en sus manos lo que estaba buscando.
- ¡Mira! ¡Esto era!- llevaba en sus manos una túnica de brocado, de un hermoso color Púrpura levemente tornasolado, con gasa. Ginny suspiró al verlo.
- Es hermoso, Hermione, pruébatelo.- dijo Ginny sonriendo. La vendedora, que no se había ido, inmediatamente ofreció su ayuda.
- Tengo unos hermosos lazos para el cabello, que irían perfectos con el vestido. Iré por ellos.- y fue tras el mostrador.
Hermione entró en el vestidor y se puso la túnica. Le quedaba perfecta, como si la hubieran hecho especialmente para ella. Abrió la puerta, aun un poco sorprendida por el hallazgo y se encontró con Ginny que la miraba atentamente, mientras sonreía y se tomaba las manos. Hermione también sonrió y se miró en el espejo.
- Te ves hermosa, aunque debes hacerte algo en el cabello.- le dijo el espejo.
- Sí, lo sé.- se sonrojó la chica.
Se dirigió nuevamente al vestidor y se quitó la túnica con mucho cuidado. Al salir, la vendedora la esperaba con los lazos en sus manos. Combinaban excelentemente bien. Pagó en la caja y la vendedora le envolvió la túnica. Le entregó el paquete y las chicas se despidieron.
Caminaron satisfechas por el camino que llevaba a Las Tres Escobas para juntarse con los chicos. Al dar vuelta la esquina, vieron a Harry caminando con Ron, al parecer, muy molestos.
- ¡Harry, Ron!- gritó Ginny. Los aludidos se dieron vuelta, y caminaron hacia donde estaban ellas.- ¿Qué sucedió?
Harry y Ron explicaron más o menos lo que había sucedido, dando una idea general de los insultos. Al terminar, las chicas tenían la boca abierta y se encontraban bastante molestas.
Llegaron a las Tres Escobas y Ron y Harry pidieron cuatro cervezas de mantequilla, mientras Hermione y Ginny buscaban una mesa donde sentarse. Rosmerta se acercó a los chicos y les entregó su pedido, agregándoles, además, cuatro bolsitas con galletas en forma de corazones. Se quitaron las chaquetas, dejándolas en los respaldos de las sillas y se sentaron en la mesa mientras Ron repartía las cuatro botellas de cerveza. Harry sintió el agradable aroma del refresco y lentamente empezó a saborearlo. Estaba disfrutando mucho el momento, al igual que el resto del grupo. Hacía bastante tiempo que no tenían un espacio así y Harry agradecía enormemente a Dumbledore la idea de un baile.
- No hay mucha gente, ¿verdad?- preguntó Ron mirando por sobre las cabezas de sus amigos.
- La mayoría debe estar en ese salón de té... humm...de Madame... algo.- trató de recordar Hermione.
- Pudipié. Se llama salón de té de Madame Pudipié.- dijo Ginny, y se sonrojó bastante cuando el trío la quedó mirando.- Es que... escuché a unas chicas de tu clase, Hermione, hablando de ese lugar.
- ¿Y qué tiene de especial ese salón?- preguntó Harry.
- Es un salón para tomar té y café. En esta época la adornan con corazones, flores, moños, y esas cosas. Dicen que es muy romántico.- terminó Ginny, mirando el bar de un lado a otro, comparándolo. Harry no pudo evitar notar esto y se preguntaba si realmente ése era el lugar donde debían estar ellos dos. En realidad, se sentiría muy incómodo en un lugar así, llenó de esas cosas cursis, pero si ella quería ir, tenía que hacer el esfuerzo. Al ver la cara de Harry, Ginny supuso lo que estaba pensando y rápidamente añadió.- Pero la verdad, es un lugar muy tonto. Me aburriría mucho estando ahí. Me gustan más Las Tres Escobas.
Siguieron bebiendo y riendo, recordando diferentes situaciones ocurridas durante las reuniones del ED, que incluían, la mayoría de las veces a Neville. Ron se sobresaltó un poco, al recordar que aún tenía la bolsa con el surtido de chocolates con relleno de calabaza que le había comprado a Hermione. Lo recordó al estar jugando con el paquete vacío de galletas que la señora Rosmerta les había entregado al llegar. Se agachó un poco para buscarla y al encontrarla, se enderezó bruscamente, con una expresión de triunfo en el rostro.
- ¿Qué es eso?- preguntó Ginny sonriendo.
- Es... es un regalo para Hermione.- dijo Ron bastante tímido, acercándoselo a la chica. Estaba bastante sorprendida ante el gesto de Ron y por un momento no supo qué decir.
- Gra... gracias.- Agradeció Hermione, mientras tomaba el paquete de las manos del pelirrojo, bastante sonrojada.
Ginny estaba muy contenta ante el gesto de su hermano, ya que era algo realmente inusual en él. Harry no estaba seguro sobre qué hacer. Él también tenía un regalo, pero no creía que fuera apropiado entregárselo ahí, después de que Ron lo hubiera hecho.
- Ginn, ¿no te gustaría que saliéramos a dar un paseo?.- preguntó Harry por lo bajo, mientras Hermione abría el paquete y le convidaba uno a Ron.
- Claro.- respondió ella.- Vamos.
- Bueno, nos vemos más tarde.- dijo Harry poniéndose de pie y tomando su bolsa de Honeydukes.
- Hasta luego.- agregó Ginny e hizo un gesto con su mano. Los dos caminaron hacia la puerta y salieron.
El sol brillaba con fuerza y entibiaba todo lo que sus rayos tocaban. Había algunas nubes, pero éstas eran bastante inofensivas, no como las que había en los días anteriores, que amenazaban con una gran tormenta. Había bastante gente caminando por las calles del pueblo, conversando y llevando grandes paquetes en sus manos. Caminaron hasta la esquina y doblaron por una calle lateral, sin decir una sola palabra, hasta que Ginny decidió cambiar un poco esa situación.
- Hace mucho rato que quería preguntarte algo.- dijo Ginny.- ¿Qué es lo que llevas en la bolsa?
- Ah, esto...- contestó Harry mientras se detenía, metía la mano en la bolsa y sacaba el paquetito de color azul lleno de chocolates.- Esto es para ti.
El rostro de Ginny se iluminó. Recibió el regalo sin poder emitir sonido alguno. Lo tomó entre las manos y lo observó feliz. No sabía qué decir o qué hacer, pero después de un rato, se acercó a Harry y lo besó en la mejilla.
- Muchas gracias.
- ¡Ginny!
La chica se dio vuelta para ver quién la llamaba y Harry miró bastante interesado por sobre el hombro de la pelirroja. Chris se acercaba caminando a paso veloz hacia ellos con uno de esos enormes corazones de dulce que vendían en Honeydukes.
- Que bueno que te encuentro. Temía que se fuera romper.- dijo el chico refiriéndose al caramelo, sin reparar en Harry. Estiró el brazo y se lo ofreció a Ginny.- Toma, es para ti.
Ginny estaba boquiabierta. Miró hacia Harry sosteniendo los chocolates en su mano, tratando de demostrar lo sorprendida que estaba ante el inesperado gesto de Chris, pero el chico de ojos verdes no la miraba. Tenía los puños apretados y no quitaba la vista del chico de Ravenclaw y no se movía. Chris aún esperaba frente a la pelirroja, con el brazo estirado, con una sonrisa de oreja a oreja. Ginny se giró hacia el chico con profunda tristeza.
- Chris... No puedo aceptarlo. Lo-lo siento mucho.
- Pero ¿Por qué no?.- Chris observó a Harry y luego la mano de Ginny que contenía la bolsita azul. Parecía estar conectando ideas
- No puedo creer que esos dos sigan haciendo de las suyas.- dijo Hermione, después de que Harry y Ginny se habían retirado del bar. Fred y George estaban con un grupo de alumnos de tercero, lo más probable es que estuvieran haciendo negocios con sus surtidos saltaclase. Hermione se puso de pie y con paso seguro se acercó a donde estaban los gemelos. Ron ni siquiera pudo decir algo, cuando la chica ya estaba regañándolos.- ¡Me parece increíble que sigan con esto! Fred, George, si siguen, ahora sí que enviaré una carta a su madre.
- Hermione, estamos fuera de la escuela. No nos puedes amenazar.- contestó Fred, guardando en una bolsa lo que parecían simples bombones, pero que en realidad eran bombones para desmayarse.
- ¿Por qué no mejor te vas con Ron? Si tú no nos molestas, nosotros no te molestaremos. Además, Fred ya lo dijo. No estamos en la escuela, aquí podemos hacer lo que queramos.
Hermione había abierto la boca para seguir discutiendo, pero no lo hizo. Los gemelos tenían razón al decir que no estaban en la escuela, por lo que ahí podían hacer realmente lo que quisieran. Ron se dio cuenta de que la chica había perdido, se levantó, fue hasta ella y la tomó del brazo, haciéndola regresar a la mesa.
- Ron, no podemos permitir que sigan haciendo esto.
- Pero ellos tienen razón, no estamos en la escuela. Hermione, sólo por hoy, deja de ser prefecta y sé una más del montón. Disfruta el día como el resto del mundo y relájate.
La chica estaba lista para empezar a discutir, pero después de pensarlo un rato, desistió. Ron tenía razón. Debía comportarse como alguien más y pasarla bien. Entonces se dio cuenta de que se había quedado a solas con el pelirrojo. Se enderezó lo que más pudo y su cuerpo se puso muy rígido. El chico se había dado cuenta de que algo más sucedía.
- ¿Qué te sucede?
- Nada. No me sucede nada.
- ¿Te molestaste?- Ron estaba empezando a preocuparse un poco. De la nada, Hermione estaba totalmente tiesa.
- No.
Ron se acercó un poco más a la chica. Ella no sabía si mirarlo o no, sintiendo cómo rápidamente sus mejillas subían de temperatura. Ron miró hacia ambos lados, confundido y vio como sus hermanos salían de la taberna con varios chicos de tercero y cuarto detrás de ellos. Harry y Ginny se habían ido y los habían dejado completamente solos y las mesas de los lados se hallaban vacías. ¿Qué debía hacer?
Hermione respiró profundamente, tomó uno de los chocolates que Ron le había regalado y se lo echó a la boca completo, masticándolo con mucha energía. Tomó su cerveza de mantequilla y empezó a beber sin siquiera haber tragado el chocolate. Dejó la botella sobre la mesa de un golpe, haciendo que Ron se sobresaltara y saliera de sus pensamientos. Se quedaron en silencio un momento.
- Y ahora... ¿Qué te gustaría hacer?- preguntó después de un rato el chico, mirándola sin pestañear.
- No sé. Lo-lo que tu quieras.- Hermione bajó un poco su cabeza y subió sus hombros. Tenía los brazos estirados y se tomaba las manos, que no paraban de sudar.- Podríamos salir a dar un paseo.
Ron asintió, tomó lo que quedaba de su cerveza, se puso de pie y ella lo siguió. Se pusieron las chaquetas y salieron a la calle recibiendo el calor de un agradable sol que iluminaba absolutamente todo. Caminaron un buen trecho sin decir mucho, además de uno que otro comentario.
- Hace algunos días quería comentarte algo. Sé que te preocupa mucho, Ron, y quería que supieras que puedes contar conmigo para lo que quieras.- Ron la miraba sin saber a lo que se refería Hermione exactamente.- Lo que trato de decir es que... Debe ser muy difícil lo que estás pasando en el equipo de Quidditch. Sé que quieres renunciar, pero pienso que debes continuar y demostrarte a ti y a los demás de lo que realmente eres capaz.
Ron se había quedado en total silencio. No sabía exactamente qué decir, ya que el comentario de Hermione lo había tomado por total sorpresa.
- ¿Me escuchaste?
- Sí, Hermione, te escuché.
- Entonces, ¿por qué te quedaste en silencio?.- El pelirrojo se había encogido de hombros y ella lo miraba tratando de encontrar una respuesta, pero sin conseguir nada.- ¿Te incomoda el tema?
- No, no me incomoda. Pero realmente no entiendo qué quieres que te diga. Sé que soy pésimo y te aseguro que por mí, me habría ido hace un buen rato.
- Pero, Ron, no te puedes retirar del equipo. Ya que estás en esto, deberías enfrentarlo, como siempre lo haces.- este último comentario llamó la atención del chico. La miró un poco incrédulo, pero agradecido.- Es en serio. A lo que te enfrentas, sales bien. Yo creo en ti y sé que vas salir victorioso de esta situación.
- Vamos, eso no es cierto y lo sabes.
- Ron, sabes que...
- Basta, Hermione. No quiero seguir hablando de esto.- guardaron silencio por unos cuantos minutos, hasta que Ron decidió romperlo.- No sé qué es lo que sucede, cuando estoy jugando, simplemente no me concentro. Pero cuando estoy en las prácticas, solo con Harry, sin ser presumido, lo hago muy bien. No entiendo, de verdad que no entiendo. Lo pienso, trato de entender, pero nada me impide...
Hermione se había quedado en silencio. Al parecer Ron necesitaba desahogarse, y ella lo escucharía todo lo que fuera necesario.
- ... Y cuando empiezan a cantar esa canción, realmente siento que voy a explotar y que sería capaz de golpear a quien la cantase y me siento furioso.- Ron sentía que se había quitado un peso de encima al decir todas esas cosas, pero necesitaba que Hermione le dijera algo, ella siempre tenía buenos consejos, aunque él no quería reconocerlo la mayoría de las veces.- Y... y eso.
Hermione se mantenía en silencio, mirando el camino. Había puesto la mayor atención al chico. Continuó así un buen trecho, pensando y dándole vueltas al asunto. Ron la miraba un poco asustado, expectante, esperando algún comentario.
- ¿Cómo te sientes ahora?
- Mhmmm...- Ron pensó un momento antes de responder.- Me siento... un poco mejor...
- Eso está muy bien.- Él la siguió observando un poco más, pero la chica al parecer había dicho sus últimas palabras, bueno realmente no eran sus últimas palabras.- Tengo frío, ¿qué tal si entramos a algún lugar?
- Esta bien, yo también tengo un poco de frío.- dijo un poco malhumorado Ron, pero se sentía mil veces mejor, aunque esperó en vano las palabras de aliento de parte de Hermione y después de pensarlo un momento, se dio cuenta que el solo hecho de ser escuchado, ayudaba enormemente.
Chris se había quedado sin palabras, observaba a la pelirroja, luego los chocolates y luego a Harry. Su respiración había aumentado bastante y se había empezado a poner rojo. Se detuvo un momento, con la mirada perdida en el piso.
- Chris... yo...
- N-no te preocupes Ginny. Yo... mejor me voy.- dirigió una fría mirada hacia Harry y éste dio un respingo. Chris se dio media vuelta y con paso resuelto se alejó del lugar. Se acercó a un basurero y arrojó el corazón dentro, que hizo un fuerte ruido al romperse en el fondo.
Ginny y Harry seguían con la mirada al chico, sintiéndose, sin saber por qué, bastante mal. Bueno, Harry si sabía por qué se sentía así. Sentía que había engañado a Chris, a pesar de que éste había confiado en él. Después de verlo desaparecer tras la esquina de la calle, ambos chicos se miraron sin saber qué decir. Ginny caminó hacia una banca que estaba a un lado de una tienda de artículos para el hogar mágico, seguida muy cerca por Harry. Se sentaron y contemplaron por unos minutos en completo silencio, la calle y la gente que transitaba por ella. De vez en cuando la pelirroja se llevaba un chocolate a la boca, mientras Harry con bastante disimulo, la miraba. La chica, sin quitar la vista de la calle, le ofreció el paquetito al chico para que éste sacara uno. Algo sucedía, pero él no entendía qué era. Extendió la mano y sacó unos cuantos chocolates, tratando de que ella lo mirara y poder descifrar lo que la chica pensaba, pero ella seguía absorta en sus ideas.
Lo que Harry no sabía era que Ginny no paraba de pensar en Chris y de lo que en esos momentos estaría haciendo. Ella se sentía bastante mal por rechazarlo y también por el engaño al que había sometido al joven de Ravenclaw, sin darse cuenta de las consecuencias que sus actos tendrían. Recordó la vez en que ella, estando herida después de un fuerte choque con Cho Chang, le había dicho a Chris que no se preocupara por nada, cuando en realidad debía haber dejado todo claro desde un principio.
Harry se puso de pie, sacudió un poco su pantalón para quitarse el polvo que había en él y estiró su mano hacia Ginny para ayudarla a ponerse de pie.
- Tal vez sería mejor que entráramos a algún lugar. Estás bastante pálida.- Ginny lo miraba con una expresión que Harry nunca había visto en ella. Estaba muy triste, casi a punto de llorar y una gran sombra de culpabilidad se asomaba en sus ojos. Al ver esto, Harry se sintió peor de lo que ya se sentía. Sus acciones habían hecho que ella sufriera. Si él no le hubiera pedido que lo acompañara al baile, ella hubiese ido con Chris y las cosas estarían mejor, aunque eso significara no poder tenerla.
- Está bien. Vamos.
Ella tomó su mano y se puso de pie, sin mirarlo directamente a los ojos. Él no la soltó, esperando que le dijera algo más que: "Está bien, vamos".
- ¿Qué sucede, Harry?
- Eso me gustaría saber. Después de ver a Chris, te pusiste triste. Se nota en tus ojos.- dio un suspiro y se encogió de hombros.- Si te arrepientes de venir conmigo, no hay problema, ve con él y disfruta el resto del día junto a Chris.
- ¡No, Harry! No es eso. Es solo que... bueno, no soporto la idea de haberle hecho daño a alguien, ¿sabes? Lo consideraba un amigo.
- Ginny, no es tu culpa lo que sucedió. Él sabía que irías con alguien más, aunque no sabía que era conmigo.- se quedó en silencio por unos segundos, recordando la expresión de Chris al darse cuenta de que Harry era la cita de la pelirroja.- No te sientas mal.
- Lo sé. Sé que no debo sentirme mal, ya que él sabía que no quería más que su amistad. Pero verlo caminando por la calle... No sé...
Antes de que la chica terminara, Harry la abrazó con fuerza y le acarició el cabello, sintiendo su dulce aroma. Admiraba mucho esa sensibilidad de la pelirroja. Ella no se movió en un principio, pero lentamente alzó los brazos para corresponderle al chico.
- Me gusta mucho eso de ti.- dijo Harry en un susurro.
- ¿Qué cosa?
- Que seas tan... noble. Lo admiro mucho.- Ginny empezó a reír un poco nerviosa.- Vamos, no te rías... estoy hablando en serio.
- Y yo me estoy riendo en serio.- se tapó la boca mientras seguía riendo e hizo un esfuerzo para detenerse.- Yo pienso lo mismo de ti.
Harry se separó de Ginny y le tomó la mano.
- ¿Nos vamos?
Ella asintió y caminó junto al chico, sintiendo que lo podría seguir hacia donde él quisiera ir.
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Hola Gente!!!:
Siiiiiiiiiiii!!!!! Es increíble, pero aquí está! EL NOVENO CAPÍTULO!!! Debo decir, que disfruté mucho haciéndolo (oiga!) porque por primera vez estoy controlando la historia... chics si les contara !!! Pero bueno, en poco tiempo más subiré el 10 y el 11 ( que se vienen con todo) Ahora creo que tendré un poco más de tiempo para escribir, ya que renuncié a la carrera, porque la odiaba, y no estoy yendo a la universidad, y no sé que hacer ahora con mi vida TT.
Bueno, les contesto sus adorados reviews :
Andreina: Y aquí está, aunque un poco tarde, lo sé, pero es que debo confesarlo, estaba esperando más reviews, ya que con el capítulo anterior tuve como diez, y esperaba lo mismo de este... aunque después de pensarlo, fue injusto de mi parte... lo siento ... aunque pronto te daré más de Ron y Hermi!!!
Vale: Yo también quiero un beso pronto, pero no te preocupes, por que ya viene, antes de lo que esperas! A mi también me encantó la película, y también estuve en la sala subtitulada!!! Como olvidar la frase: quieres acercarte? Y el sobresalto de Ron frente a la casa embrujada!!! La tomada de mano!!! DIOS MIO, AMO A RONNIE!!! Sabes? Busco y busco pelirrojos, pero... casi no hay y son casi todos feos... por lo menos lo que he logrado ver. Aunque el otro día vi a uno que... me dejó sin aire.
Kata Higurashi: Si!!! Gracias Kata, también por la propaganda de mi fanfic en nuestra sesión prohibida HP3... la pasamos super bien!!!! Bueno, como es OBVIO, también mi pareja favorita, además de R/Hr, es G/H, por supuesto. Aunque no sé por qué, una amiga ( ¡Edith, te quiero!) me está convenciendo de que existe una posibilidad de que Luna Lovegood tenga mayor protagonismo en la vida amorosa de Harry... pero creo que tengo que pensarlo aún más y ahí decidir si es que escribo alguna historia sobre eso... ( un triángulo??)
Ginny Potter W.: bueno, aunque te respondí de forma directa, creo que debo también hacerlo por este medio... gracias por todo, no sabes cuanto significa para mi que sigas esta historia, en serio, gracias!!!! Nuevamente mil disculpas por la tardanza. ( yo también estaba molesta, verdad sis ¬¬??)
MoOnyGiR12: AMIGA!!!!!!! Jajajajajaja... cumpliste con tu parte del trato, y me alegro mucho! (Matemos a los dementores) que bueno que te gustó mi redacción, todo gracias a mi beta, y bueno, las partes románticas - incómodas, es lo que todas queremos, no? Yo también imagino a Harry dando brinquitos como conejo!!! Jajajaja!
Dani-chan-sf: Si pues, ya era hora de que me escribiera, ya se le estaba extrañando por estos lados!!! Tu sabes que tus comentarios me importan mucho, por eso exijo tu opinión, por la sangre que nos une! Si crees que esto es romántico, espera al capítulo once...
Fran Weasley: OH DIOS MIO OO!!!! Guau amiga! No sabes cuanto significa para mí que lo hayas leído, tomando en cuenta que no te gusta H/G. Mil gracias, no sabes cuanto significa para mi... snif!
Por cierto, quiero contarles de dos historias, las cuales considero realmente fantásticas. La primera, que es bastante famosa por estos lados, se titula HP y el ocaso de los altos elfos, de mi amiga Fran Weasley ( la lleva). Lleva más de 600 páginas, y es el sexto libro, simplemente hermoso, que está en , y también en fanfics.cl, página de la genial Carla Fox ( excelente periodista y amiga). La segunda, es una historia que crearon unas personas muy especiales para mi. En estos momentos, me han dado su apoyo al 100%. Lo genial de esta historia, es que crearon personajes basándose en el grupo de amigos. Yo también tengo un papel!!! Soy Ruri Duncan, vengo del instituto Salem, en Estados Unidos, con dos amigas más... y estamos en Ravenclaw al llegar a Howgarts ( mis compañeras son Vivianna, mi perfecta prefecta, y Cata, una de las niñas más tiernas que conozco). Esta historia se titula Riddle. Las recomiendo totalmente, no se arrepentirán!
Bueno chics, eso sería... POR AHORA... espero sus reviews por este capítulo, y así me alienten para subir luego el décimo, que está listo, pero sin nombre...
LOS QUIERO MUCHO!
Amy Granger ( También conocida como Ruri Granger)
Miembro de la Honorable casa de Ravenclaw, donde el conocimiento y la sabiduría son lo más importante.
Viva HC y ODG!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
