Capítulo X: ¡Preparaciones!
La mayoría de los chicos de Hogwarts que había ido de excursión al pueblo de Hogsmeade, se encontraba en el salón de té de Madame Pudipié. Algunas parejas al interior del local, miraban a una mesa en especial, mientras cuchicheaban entre ellos. En esa mesa, se encontraba Cho Chang, que revolvía con bastante entusiasmo su taza de café, mientras cubría su cara con la mano desocupada. Se sentía bastante estúpida ahí, sola en medio del salón, rodeada de parejas que se besaban o la observaban. En un principio, estaba acompañada por Chris, su compañero de clases y de casa y uno de los chicos más guapos de la escuela. Pero después de un rato, él se excusó y salió del lugar, sujetando un gran corazón de caramelo en su mano. La chica no sabía si se había quedado definitivamente sola o si él volvería, así que prefirió esperar.
Se preguntaba cada cierto rato, dónde se encontraría Harry y con quién estaría. Lo más seguro es que estuviera acompañado por esa Ginny Weasley. Ella sabía que eso no era solamente amistad. Lo sabía, porque ella se había dado cuenta de cómo se miraban mutuamente. Harry tenía la misma mirada perdida que le ponía a ella cuando se la encontraba en los pasillos. Cuando ella notaba a Harry, éste tenía esa mirada, pero ya no era a ella a quien se la dedicaba, sino a otra.
Cho pensaba que el cariño que le tenía Harry era algo más allá de cualquier cosa y sería duradero. Pero se equivocó enormemente y aún no lo podía aceptar. Se sentía mal, como si le hubiesen quitado algo que nunca había valorado y recién ahora se daba cuenta de la importancia que tenía aquel "objeto" en su vida. Y ese objeto... era Harry.
La puerta del Salón se abrió y Chris entró bastante molesto. Se sentó frente a Cho y pidió a Madame Pudipié que por favor le trajera un café. Su respiración estaba bastante agitada y su cara muy roja. No paró de moverse hasta que Cho lo detuvo sujetándole la mano.
- Chris, me estás poniendo nerviosa. ¿Qué te sucedió para que estés así?
- Nada. No pasó nada, excepto que ese estúpido de Harry Potter estaba con Ginny, en una cita. ¡Ella me rechazó por ese debilucho! Aún no puedo entender. Yo pensé que podía confiar en él...
- Pero... - Cho estaba bastante nerviosa, ya que sus peores miedos se estaban cumpliendo, Harry la estaba olvidando.- ¿Estás seguro? ¿Una cita? Tal vez sólo se habían encontrado por ahí y...
- No seas ingenua. Cuando llegué, ella sostenía una bolsa con chocolates con forma de corazones, que Potter le había entregado. Es obvio que eso era por algo. Nunca pensé que por ese chico ella me había dicho que no. ¡Yo le pedí ayuda a Harry!
Madame Pudipié se acercó a la mesa y le entregó la taza con café a Chris. Cho se había quedado sin palabras. No podía ser que él la hubiese olvidado tan rápido. No era posible.
- Esto no se puede quedar así.- dijo Cho, mientras miraba con detenimiento algo en el piso.
- ¿A qué te refieres?.- dijo Chris mientras ponía una gran cantidad de azúcar en su café.
- Nada Chris, olvídalo.- contestó Cho mientras tomaba su taza y se la llevaba a la boca, al tiempo que un cupido arrojaba una gran cantidad de papel picado rosa, rojo y blanco sobre las cabezas de los chicos.
- Ya casi es la hora.
- Deben estar por llegar los carruajes.
- Y mira lo que me regaló Sean... ¡Es tan lindo!
Varios chicos aguardaban la llegada de los carruajes para volver a Hogwarts, donde se prepararían para el baile de esa noche. Ron y Hermione estaban entre la multitud, esperando que aparecieran Harry y Ginny.
- Si no llegan pronto, los dejaran aquí.
- No te preocupes Ron, deben estar por llegar.- contestó Hermione en medio de un gran escalofrío.
- ¿Tienes frío? Si quieres, te presto mi abrigo.- Ron se sacó la chaqueta color beige de cotelé y la puso sobre los hombros de la chica.
- Pero, ¿y tú?
- No te preocupes, no tengo frío. Acomódatela bien. No, así no, te va a entrar el aire helado de todas maneras. Mejor déjame ayudarte.- Ron empezó a cerrarle los botones del abrigo, poniendo gran atención. Ella lo observaba con mucho cariño y él lo notó. Al llegar al último botón, la miró directamente a los ojos y unos segundos después, le dirigió una seductora sonrisa que por poco provoca que la chica se derritiera ahí mismo. El abrigo le quedaba bastante grande, sus dedos con bastante dificultad lograban asomarse por las mangas, pero eso la hacía ver más adorable, más pequeña, más niña... y Ron no pudo evitar sentir que ante todo debía protegerla, porque parecía totalmente indefensa.
Poco a poco empezaban a llegar los carruajes desde la escuela para llevar de regreso a los jóvenes. Casi corriendo, llegaban también Harry y Ginny, que se habían quedado en Zonko, admirando todo lo que había en los estantes, sin darse cuenta de la hora. Habían conversado, reído y disfrutado todo el recorrido por la tienda, teniendo una gran cita. Llegaron muy rojos, con la respiración agitadísima.
- ¡Por un momento pensé que no lo lograrían!- exclamó Hermione al verlos llegar.- ¿Dónde estaban?
- Por ahí.- contestó Ginny mientras dirigía una mirada cómplice a Harry.
- Hola Harry.- Cho se había acercado al grupo, con una fría sonrisa en los labios y dirigiendo una horrible y despreciativa mirada a Ginny.
- Ho-hola Cho.- Harry se sentía bastante incómodo, y hubiese preferido no estar ahí, o mejor aún, que la chica desapareciera por donde había venido.- ¿Cómo estás?.- se apresuró a añadir el chico.
- Bien, muy bien. Gracias.
- Vamos Harry, Ginny. No podemos esperarlos todo el día. ¡Debemos partir ya!- dijo Ron, desde el interior del carruaje, mientras ayudaba a Hermione a subir en él. Harry se sentía bastante agradecido por la interrupción de su mejor amigo. Ginny rápidamente se subió tras Hermione, dirigiendo nerviosas miradas al chico de ojos verdes.
- Bueno... adiós.- dijo Harry, subiendo tras Ginny al carruaje, sin esperar respuesta de parte de Cho. La chica cruzó los brazos a la altura del pecho, mientras golpeaba el piso con la punta del pie. Sosteniendo aún una fría sonrisa en su rostro, la chica levantó la mano en señal de despedida y giró sobre sus talones, para dirigirse a un carruaje un poco más atrás.
- Eso fue... extraño.- Comentó Hermione apenas partió su medio de transporte.
- A mí me dio miedo.- contestó Ron asintiendo con la cabeza mientras fruncía las cejas, haciendo que Ginny riera causándole dolor en el costado derecho.
Mientras Ginny reía con Ron, Hermione aprovechó de acercarse a Harry.
- Ten cuidado, Harry. Al parecer a Cho no le gustó el hecho de que invitaras a otra chica en vez de a ella el día de hoy.
- ¿Qué puedo hacer? No se me ocurre cómo manejar esta situación.- contestó Harry en un susurro, tratando de que Ginny no notara nada, pero ella se dio cuenta de que algo sucedía y su risa se detuvo de forma inmediata, sin dejar de mirar a Harry.
El resto del camino fue bastante silencioso, además de uno que otro comentario emitido por parte de Ron, pero sin conseguir una respuesta como para empezar una conversación.
Ginny no se sentía molesta, más bien se sentía un poco dolida, pero no con Harry, sino que... En realidad no sabía exactamente el porqué. No tenía ganas de hablar con él, se sentía bastante incómoda cuando notaba que la estaba mirando o cuando le preguntaba alguna cosa.
Por su parte, Harry estaba bastante preocupado. No entendía exactamente que le podía estar molestando a la chica, pero tenía una idea de lo que podía ser. Cho se había acercado de forma muy misteriosa hasta donde ellos estaban y con una sola mirada, había demostrado un gran desprecio hacia Ginny y a ésta le había afectado bastante o al menos eso era lo que él creía.
- Entonces, ¿les parece que nos juntemos aquí a las 7:30?- preguntó Harry al entrar a la sala común con el resto del grupo.
- Claro, si no hay inconvenientes.- contestó Ron, mientras consultaba el reloj.- Sí, aún quedan cuatro horas, tiempo suficiente para que las chicas se arreglen.
- ¡No nos tardamos tanto!- contestó Hermione.
- ¿A no? ¿Acaso no recuerdas que el año anterior te demoraste casi tres horas en estar lista?
- Pero no puedes negar que valió la pena la espera.- dijo pícaramente Hermione con una agradable sonrisa.- No entiendo cómo es que estabas tan pendiente del tiempo en que estuve arreglándome...
- Yo creo que mejor subo.- se apresuró en decir Ron, antes de tener que responder a lo que Hermione trataba de insinuar. Así que hizo un gesto con la cabeza para despedirse del resto y corrió hacia su habitación.
- Creo que yo también debo subir.- dijo Hermione dirigiendo una mirada a Harry, para que se diera cuenta y hablara mejor con Ginny.- Ya saben, me tardo HORAS en estar lista, así que...- Estiró los brazos hacia delante, y se tomó de las manos provocando el sonido de un pequeño aplauso, un suspiro y volvió a soltarse.- ...me retiro. Nos vemos arriba, Ginny.
Ginny con un gesto con la cabeza se despidió de Hermione, posteriormente se dirigió hacia la mesa junto a la ventana, se sentó y se quedó mirando a Harry. El chico mecía las manos hacia delante y hacia atrás, de forma nerviosa. Se sacudió el pantalón de forma innecesaria y después de pensarlo un momento se acercó a la pelirroja, sentándose a un lado de ella.
- Bueno... yo...¿Estás molesta por algo?- preguntó Harry, algo nervioso. La chica tardó un poco en responder, eligiendo con cuidado sus palabras, para no cometer algún error.
- No, Harry. ¿Por qué habría de estarlo?.- preguntó la chica con una sonrisa en los labios.- Vamos, tú no la llamaste para que fuera donde estabamos y a pesar de sus miradas odiosas, sus malos tratos y su actitud petulante... - dijo esto último bastante rápido, se detuvo para respirar y luego retomó la palabra.- No, no me molesté.
Harry no pudo evitar reír.
- Sí, es cierto, tienes razón. Ella realmente se comportó muy mal. No entiendo por qué lo hizo.- Ginny rápidamente ladeó la cabeza hacia un lado y alzó las cejas, y se cruzó de brazos, mientras fruncía un poco la boca, estirándola un poco. Harry no pudo evitar fijarse en esos hermosos labios, deseando poder...
- No me digas que no sabes, porque no te creo. Eres lo bastante inteligente como para darte cuenta, ¿o no?- Ginny sonreía, mirando atentamente a Harry, sin siquiera pestañear. El chico se mantenía en silencio.- ¿No sabes? Bueno, cuando sepas seguimos esta conversación.- la chica se disponía a levantarse de la mesa, pero Harry la detuvo.
- Está bien... sí sé por qué te trató mal.- Harry se había empezado a sonrojar.- Por que a ella yo...le gusto.
- Exacto.- Ginny hizo una pausa que para Harry duró una eternidad.- Creo que mejor subo a cambiarme, yo también necesito algo de tiempo.- rió la chica. Se levantó y se dirigió a su habitación. Harry se dio vuelta mirándola.
- ¿Está todo bien entonces?.- la chica se detuvo y giró su cabeza, con una sonrisa.
- Claro, Harry, si contigo las cosas nunca estuvieron mal.- contestó ella y subió las escaleras hacia su habitación.
Harry no sabía qué decir. Al parecer ella no estaba molesta, pero él tendría que hablar con Cho para aclarar las cosas y detener cualquier otra situación desagradable.
La puerta de la oficina del director de Hogwarts se abrió de par en par, dejando ver a un joven de unos 18 años, de rasgos bastante toscos y cejas muy pobladas. Al entrar, el joven estrechó la mano del director con bastante entusiasmo, sin reprimir una gran sonrisa en sus labios.
- Prrofesorr Dumbledorre...
- Señor Krum, bienvenido nuevamente a Hogwarts, un verdadero placer tenerlo aquí.
- Perro si el placerr es todo mío. Grracias porr perrmitirrme venirr hoy.
- Señor Krum, usted sabe que no necesita permiso para venir a Hogwarts, ya que las puertas de la escuela están abiertas para gente como usted.- Dumbledore le apuntó la silla con su mano, para que tomara asiento.
- Grracias prrofesorr.- Viktor Krum, famoso jugador de Quidditch y buscador oficial de la selección de Bulgaria, le tomó la palabra al director y se sentó frente a él.- Tenía muchas ganas de volverr a verr el colegio.
- Me alegro de que haya decidido venir el día de hoy. El baile empezará en unas horas y está cordialmente invitado.
- ¿Sí? Muchas grracias. Debo decirr que los bailes de Howarrts son los que más he disfrrutado. Aunque la compañía en esos momentos ayudó mucho.
En esos momentos, la puerta de la oficina del director volvió a abrirse y la profesora McGonnagall entró con una sonrisa en los labios.
- Señor Krum...- dijo extendiendo la mano.
- Prrofesorra McGonnagall, que bueno verrla de nuevo.- Viktor le estrechó la mano.
- Minerva, por favor, lleva al señor Krum a una de las salas del ala oeste. Ya la habilité como habitación y sé que estará muy cómodo.
- Usted es demasiado amable conmigo, prrofesorr Dumbledorre, no sé como agrradecerrselo, rrrealmente.
- No hay problema, señor Krum.- Viktor se había puesto de pie, siguiendo a la profesora McGonnagall, pero antes de salir, el director comentó algo más.- La señorita Granger también asistirá esta noche.
- S-sí, esperro poderr verrla ahí.- Krum se había sonrojado. Frente al director se sentía casi desnudo. Salió bastante nervioso, sintiendo que en cualquier momento se encontraría con ella, pero no fue así.
Ron se encontraba en el cuarto, buscando dentro de su baúl la túnica que a principios de año le habían regalado los gemelos. Tiraba por todos lados los sweaters que su madre le había tejido, los pantalones, las túnicas de la escuela... todo. Dean y Seamus se miraban reprimiendo las carcajadas, pero Dean no pudo aguantarse por mucho tiempo. Ron se detuvo apenas escuchó las risas, se puso de pie y se cruzó de brazos.
- Dónde está.
Harry se asomaba en esos momentos a la habitación, sin entender nada de lo que pasaba en su interior.
- ¡Harry, amigo!- dijo Seamus apenas lo vio entrar. Se acercó a Harry en grandes zancadas, pasó su brazo por sobre los hombros del chico y lo metió dentro de la habitación.- Nuestro compañero Ron piensa que nosotros tomamos su túnica, pero tú sabes que no es cierto, ¿verdad, Harry?- Harry se quedó mirando a Seamus y luego a Dean, sabiendo que ellos le habían tomado la túnica de gala a Ron, pero el dónde la habían escondido, no lo sabía.
- Dean, dejaste esto en el baño.- dijo Neville, mientras le acercaba la túnica Azul marino al chico.- Pensé que la necesitarías.- Antes de que Dean pudiera alcanzarla, el pelirrojo saltó quitándosela de las manos a Neville. Al tenerla entre sus manos dirigió una horrible mirada a los chicos.
- Bueno, bueno. Era sólo una broma, Ron, no debes enfadarte, no es para tanto.- dijo Seamus mientras retrocedía, al igual que Dean para salir lo antes posible de ahí.
- Ron, era sólo una broma, estoy seguro que los chicos se arrepienten.- dijo Harry tratando de calmar a su amigo.
- Está bien, lo que sea.- Ron arrojó la túnica sobre su cama, y luego se sentó.
Los chicos suspiraron aliviados y nuevamente se largaron a reír. El pelirrojo los miró de mala gana, pero después no pudo evitar sonreír. Harry se acercó a su baúl para sacar su túnica, una de color verde botella que la señora Weasley le había comprado el año anterior, porque combinaba con el color de sus ojos. Al sacarla, notó lo corta que era. Ron se acercó, sin poder ocultar su cara de asombro.
- Harry, eso, aunque quieras, no te va a quedar bien.- dijo el pelirrojo, al tiempo que Harry se daba vuelta enseñando su túnica al resto de sus compañeros con una cara que sólo expresaba terror.
Neville, Seamus y Dean, se acercaron tomando la túnica entre sus manos.
- Debe haber algo que se pueda hacer.- dijo Harry, tratando de encontrar una solución, ya que quedaban pocas horas para el baile y no era tiempo suficiente como para volver a Hogsmeade y comprar una túnica en Tiros Largos. A pesar de que contaba con el mapa del merodeador y de su capa para hacerse invisible, no lo lograría.
- Ta-tal vez deberíamos buscar a alguien que pueda hacer algún hechizo. Alguna chica debe saber.- comentó acertadamente Neville.
- Hermione.- dijeron Seamus y Dean al mismo tiempo, Harry soltó su túnica y se dirigió a la puerta, desapareciendo tras ella.
Bajó las escaleras a saltos, de dos y hasta tres escalones. Al llegar a la sala común se dirigió hacia las escaleras que llegaban al cuarto de las chicas, zigzagueando entre los sillones, pero no alcanzó a subir ni tres escalones, cuando estos desaparecieron formando una rampa. Se tropezó, provocando un gran ruido, y al resbalar, golpeó con un pie la mesa que estaba a un costado y esta se cayó. Las escaleras volvieron a recobrar su forma habitual y varios grupos de chicas se asomaron, riendo al ver a Harry en el piso.
- ¿Trataste de subir?- preguntó Hermione sonriendo, mientras se habría paso entre las chicas. Lo ayudó a ponerse de pie.
- ¿ Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué las escaleras hicieron... eso?
- Bueno, digamos que Godric Gryffindor no confiaba mucho en los chicos.- sonrió, aguantando no reír.- Pero ¿a dónde ibas?
- A tu habitación, tengo una emergencia y necesito tu ayuda. Eres la única persona que conozco capaz de arreglar este problema.
- ¿Tan grave es?.- preguntó Hermione, con un notorio temblor al pronunciar aquellas palabras.
- Sí. Vamos.
Subieron las escaleras, hasta la habitación de los chicos de quinto año. Neville estaba quitándose su sweater, Seamus y Dean, por su cuenta, estaban jugando una partida de Snap explosivo.
- ¿Dónde está la túnica?- preguntó Harry al aire.
- Sobre tu cama.- contestó Ron.- Por cierto, cuando termines con eso, ¿jugamos algo de ajedrez?
- Claro, lo que sea.- Harry dio grandes zancadas hasta su cama, tomó la túnica y se la entregó a Hermione.
- ¡Pero Harry, esta túnica te debe quedar bastante corta!
- Para eso estás tú aquí, amiga.
- Harry, yo no estoy segura de que pueda arreglarlo.- Harry puso una cara suplicante.- Aunque no me cuesta nada intentarlo.- Hermione sacó la varita del bolsillo de su pantalón, y pronunció, al mismo tiempo...- ¡Dilato túnica! .- La túnica se elevó, como si hilos invisibles la sostuvieran y de repente, empezó a estirarse por todos lados, sin que Hermione dejara de apuntar, hasta que a ella le pareció que ya no era necesario. Se guardo la varita nuevamente, y la túnica cayó al piso.- Listo. Ya está. ¿Algo más?
- No, muchas gracias, en serio.
- Cuando quieras.- la chica se dio vuelta y se retiró de la habitación. Harry aún seguía mirando la túnica, algo no lo estaba satisfaciendo.
- Y ¿ahora qué sucede?- Preguntó Ron al ver la cara de su amigo.
- Es que... hay algo que no me gusta.- Se quedó pensando unos segundos.- Tal vez... si, eso haré.- Se acercó a su cama, tomó su varita, y apuntó con ella su túnica.- ¡Mutatio infucatus! - Al medio de la túnica, un pequeño circulo de luz apareció y rápidamente empezó a crecer envolviéndola, cambiando el color verde botella del traje, a un negro intenso.- Esto es lo mejor que puedo hacer.
- Ya que terminaste con eso...- dijo Ron mientras apuntaba con su mano el tablero de ajedrez. Harry estiró la túnica sobre su cama, y se acercó a jugar con el pelirrojo.
Las alumnas de cada casa estaban arreglándose para el gran evento del año. Todas estaban muy nerviosas y corrían de un lado a otro sosteniéndose el cabello, buscando zapatos o maquillándose. A diferencia del resto de sus compañeras de cuarto año, Ginny Weasley estaba con las piernas cruzadas en su cama, apoyada en sus brazos, sin parar de reír, observando lo nerviosa que estaban todas.
- Ginny, ¿no piensas arreglarte?- preguntó una chica que en esos momentos se quitaba unos tubos muggles para el cabello.
- Pero si aún faltan...- Ginny se enderezó un poco para poder ver la hora, y se levantó de su cama de un salto.- ¡¡Falta una hora!! Oh dios, no voy a alcanzar a estar lista...
- En vez de haberte estado riendo tanto de nosotras, debiste estar arreglándote.
- Sí lo sé, sí lo sé. No me digan nada más, no es necesario, ya entendí.- La chica abrió su baúl y sacó el paquete que su madre le había enviado semanas atrás. Arrancó los restos del papel y extendió la túnica sobre su cama con mucho cuidado. Varias chicas se acercaron para verla más de cerca, arrancando de sus bocas grandes suspiros. Era una hermosa prenda de color azul zafiro de satén, con finos bordados en el pecho y con pequeñísimas cuentas del mismo color repartidas por la túnica hacia abajo.
- ¡Ginny, está hermoso!
- Vaya, Ginny, cuando Harry te vea...- Ginny había enrojecido hasta la punta de las orejas, pero una gran sonrisa invadía su rostro.
El resto de las chicas volvía a sus asuntos, mientras la pelirroja empezaba a peinar su cabello. Se sentó frente a uno de los espejos que había en la habitación y tomó su cabello en una simple cola de caballo, sujeta por unas cintas largas del mismo color de la túnica que caían por su espalda.
- Ten.- unas de las chicas le ofrecía un lápiz de color azul, un labial y sombras de colores.
- ¿Qué quieres que haga con esto?
- Es para que te arregles. Los traje desde mi casa durante las vacaciones de invierno. Sé que son muggles y nunca los has usado, pero creo que te servirán.- La pelirroja la miraba sin entender muy bien aún que eran.- Es maquillaje, no como el mágico, aunque igual es bueno y en esencia, son lo mismo, excepto en la parte de que el maquillaje haga todo el trabajo. Estos tienes que aplicártelos tú.
Ginny no estaba muy acostumbrada al maquillaje. Su mamá lo utilizaba muy de vez en cuando, pero ella, en lo personal, nunca había hecho uso de él, excepto una vez. Tenía 9 años y cuando lo hizo, los gemelos no pararon de molestarla durante mucho tiempo e incluso le habían dicho que debería quedarse con él para siempre, porque así ocultaba esa horrible cara. Ella sabía que no era en serio, pero al recordarlo, no pudo evitar sentir un poco de angustia. Aceptó el maquillaje muggle que su amiga le estaba ofreciendo, sintiéndose un poco ridícula al usarlo.
- Pero... espera... yo no... yo no sé usar esto.
- Es fácil, yo lo haré y te enseñaré, para que a la próxima no necesites ayuda.- La chica se acercó más a Ginny mirándola fijamente.- Con un pincel, la chica eligió dos tipos de sombra para poner en los párpados de la pelirroja, ambos celestes muy suaves y los aplicó. Al terminar, dejó las sombras a un lado y tomó el lápiz azul.- Bueno, creo que el azul combina con tu vestido, por eso te lo traje, aunque tengo también uno negro... pero no me convence. Por favor, mira hacia arriba, y no te muevas.- La chica con mucho cuidado se acercó a la pelirroja con el lápiz.
- Ten cuidado, no quiero eso clavado en mi ojo.
- Claro que no. Sé hacer esto.- delineó la parte inferior del ojo derecho con una delgada línea, y siguió con el izquierdo.- Bien, ahora, continuemos arriba.- extendió una línea muy fina, al igual que la inferior. Se alejó con el lápiz aún en la mano, mirándola detenidamente. Ginny estaba nerviosa, hasta que la chica sonrió. Suspiró de tranquilidad y se miró en el espejo. La chica esperaba una respuesta- ¿Te gusta?
- Me encanta.
Ginny volvió a su posición original y con mucho cuidado, la chica le pintó los labios con el suave labial rosa. Pensar que con tan poco se podía hacer mucho, pensó Ginny, cuando ya habían terminado. Varias de sus compañeras se acercaron a ver como había quedado la pelirroja y empezaron a pedir que a ellas también las maquillaran. Cuando las demás se alejaron, Ginny se quitó la ropa para ponerse su túnica, que le quedaba como pintada. Al verse en el espejo del ropero, notó que algo le faltaba. Buscó entre sus cosas, los aretes y el colgante que pertenecían a su madre que se los habían enviado junto a la túnica. Sacó unos pequeños aretes plateados y se los puso. Sonrió al espejo, pensó en qué diría Harry al verla y por primera vez en el transcurso de la tarde, se sintió realmente nerviosa.
- ¿Alguien me puede ayudar con esto?- preguntó Ginny en viva voz con la mano en lo alto sosteniendo su colgante y la otra la tenía en la cintura.- ¿Por favor?- No consiguió respuesta, bajo el brazo y se dio vuelta mirando el espejo. Lo intentó por su cuenta, pero era más difícil de lo que ella pensaba.
- Pídele ayuda a Harry al bajar.- dijo una de las chicas, mientras le cerraba un ojo.- Yo creo que con gusto te ayudará.- La pelirroja no pudo evitar sonrojarse y el estómago se le encogió enormemente. Volvió a mirarse en el espejo, se dio vuelta para ver como se veía por atrás su cola de caballo.
- No te preocupes, te ves excelente.- Le dijo el espejo.
Ron ya se había puesto su túnica azul marino. Le quedaba muy bien y se sentía bastante cómodo en ella. Eso sí, la comodidad no le había durado mucho, ya que con solo recordar que asistiría esa noche con Hermione, el estómago se le revolvía y empezaba sudar.
Dean, Seamus y Neville ya estaban listos. Al final, Dean asistiría con Parvati, Seamus con Lavender y Neville, que era el más nervioso de los tres, con Luna Lovegood. No paraba de moverse de un lado a otro, tropezando continuamente con cualquier cosa que se hallara en el piso.
Harry también estaba listo. La túnica negra le sentaba bien y tenía muchas ganas de que la pelirroja lo viera. Aunque trató y trató, su cabello siguió sin poder ser dominado, así que simplemente se rindió. Se acercó a Ron, que en esos momentos estaba poniéndose verde, mientras estaba sentado al borde de la cama.
- Vamos, amigo, cálmate.
- Sí, lo sé... pero no puedo evitarlo...
- Ya falta poco, cuando estés abajo, los nervios ya no van a existir.
- Eso espero.
- Bueno, creo que es hora de que bajemos, las chicas deben estar listas.- Dijo Harry, mirando al resto de los chicos. Asintieron, y se dirigieron a la puerta.- ¿Bajamos, Ron?.- el pelirrojo no se movió por unos segundos e hizo un gesto con la cabeza, dejando en claro que estaba de acuerdo.
Al llegar a la sala común, varios chicos estaban sentados esperando a las chicas, mientras que otros se dirigían al retrato de la Dama Gorda, ya que sus parejas eran de otras casas.
Harry se apoyó en un sofá y se cruzó de brazos, mientras que Ron no dejaba de mirar hacia las escaleras. No dijeron nada más.
Hermione ya estaba prácticamente lista. Su túnica púrpura de brocado con gasa le quedaba a la perfección, y su cabello se veía simplemente hermoso. Nuevamente se lo había alisado con grandes cantidades de poción alisadora, pero a diferencia de la vez anterior, esta vez se había hecho una media cola, compuesto por trenzas que tenían entrelazadas las cintas que había comprado ese día, y se juntaban al final en un hermoso nudo. Pequeñas perlas adornaban los lóbulos de sus orejas y, al igual que Ginny, había usado un poco de maquillaje. Ya no se veía como una niña.
Parvati se había puesto un vestido de color amarillo, no muy fuerte, y llevaba su cabello recogido en un lindo moño. Lavender, tenía puesto un vestido de color lavanda y una gran cantidad de pulseras plateadas muy delgadas.
Hermione tomó de su mesita el perfume que Ron le había regalado esa Navidad y se puso en el cuello y en las muñecas. Al olerlo, recordó bastante feliz cada momento que antecedió al baile que se llevaría a cabo esa noche. La ocasión en que entró a los vestidores y él estaba a medio vestir; la batalla en la nieve; cuando él le pidió que fueran juntos al baile en el baño y se abrazaron mientras él la consolaba. También recordó la vez que enfrentó a Lavender y dijo frente a todos en la biblioteca que ella era la pareja de Ron. Así estuvo, hasta que llegó a ese día, cuando Ron le ayudaba con la chaqueta de una forma tan tierna, tan de él.
La chica salió de la habitación, sujetando su túnica mientras bajaba las escaleras, de forma decidida.
Harry miraba el piso, tratando de pensar en cualquier cosa, menos en Ginny y en el baile. De la nada, Ron soltó un fuerte bufido, mezclado con un gran suspiro y le agarró con gran fuerza el brazo.
- ¿Qué sucede?
Ron miraba con los ojos muy abiertos hacia las escaleras, con la boca levemente abierta. Al voltearse a ver, se encontró con la razón del extraño comportamiento de su amigo.
Hermione bajaba las escaleras lentamente, mientras buscaba a sus amigos con la mirada. Al llegar a los pies de las escaleras, los vio y sonrió. Se acercó a ellos bastante rápido, haciendo que varios chicos se dieran vuelta a verla, muy sorprendidos.
- Hermione, te ves... muy bien.- dijo Dean mientras la miraba detenidamente.
- Gracias, Dean.- La chica seguía sonriendo.- Parvati debe estar a punto de bajar, al igual que Lavender.- dijo esto mirando a Seamus. Los chicos se apartaron hacia las escaleras, esperando que sus respectivas parejas llegaran. Hermione miró a Harry y continuó.- Ginny también debe estar casi lista, ella es bastante puntual y...- consultando el reloj de la pared.- ya es la hora.
- Sí. Tal vez ustedes deberían bajar, ya que las puertas del Gran Comedor se abrirán en cualquier momento. No se preocupen, yo esperaré a Ginny.
Hermione miró a Harry de forma muy pícara, haciendo que el chico se sonrojara. Sonrió un poco más y se dirigió a Ron.
- Bueno, ¿bajamos?.- el pelirrojo la seguía viendo atentamente, pero cuando se dirigieron a él, se había sobresaltado totalmente y las puntas de sus orejas habían empezado a ponerse muy rojas. Sin decir nada, asintió y se dirigió hacia el retrato. Hermione se había quedado atrás, mirando solamente como se iba sin ella.- ¿Qué le pasa ahora?.- dijo esto último mirando a Harry, quien se encogió de hombros.- ¡Ron, espérame!- Ron se detuvo por completo y se dio cuenta de que ella no estaba con él. Ella se acercó con paso rápido y se dirigieron a la salida. Harry reía y los seguía con la mirada con alguna idea de lo que Ron podría estar sintiendo, hasta que una dulce voz lo sacó de esos pensamientos.
- ¿Harry?
Hola!!!:
UUUUUhhhhhh.... Finalmente, capítulo X arriba. Mi problema era que no podía encontrarle un buen título... ( aún creo que no lo encontré) así que a improvisar.
Chicos y Chicas: NUEVO GRUPO DE HP, MUCHO MEJOR QUE EL ( métanse al foro y ríanse como nunca lo han hecho...Y claro, inscríbanse!
REVIEWS !!
Vale: Tus reviews nunca me molestan, al contrario, me animan a seguir! Demás que en una de esas nos conocemos, yo estaba sentada a la izquierda de la pantalla... que película más linda. Este capítulo es más descriptivo, pero emocionante, no crees? Me sentí bastante inspirada, tanto así que ya tengo los capítulos XI y XII listos, pero sin título y no se me ocurre como llamarlos T.T. Es cierto, voy a tener más tiempo libre, y de hecho, empecé a escribir otras historias, que igual me tienen felices y al borde del asiento!
Kata Higurashi Evans: jajajaja. Yo también lo haría!!! A las doce en Baquedano xD... bueno, la historia de Harry y Luna, es otra, no la pienso mezclar con esta, NO, NO! Jijiji... Ahora si puse tu nick completo ! Un beso, y que viva ODG, y Carla Fox!
Andreina: Te sorprenderías de lo que pasará a futuro... ojalá te guste, jajaja. Yo amo la pareja de Harry y Ginny, aunque no sé muy bien por qué... tal vez sea por el hecho de que a ella siempre le había gustado y él nunca se dio cuenta, que hace todo más romántico!
Claudix Black: En serio te gustó el capítulo anterior? Bueno, entonces, espero que también te guste este, que aunque es muy descriptivo, prepara el ambiente. Procuraré subir con mayor velocidad, por que el capítulo XI está muy bueno xD
darkwolfforever: Thank you very much! I hope that you like this new chapter. Jijijji, de verdad, espero que lo disfrutes!
Lucy Mcgonnagall: Ya era hora niña!!! Te quiero miles de millones hermanita! (no es mi hermana sanguínea, pero es tan linda, que me encantaría que lo fuera.)
Dani-chan-sf: Dani!!!! Que bueno que apareces por estos lados, casi ni te veía ya! XDDD. Cuidado con las caries, por que más adelante es más dulce aún. Por cierto, siempre he querido saber que significa la sf de tu nick, significa Sakura Flower?
Bueno mis personas hermosas, espero que disfruten de este capítulo tanto como yo lo hice.
Amy Granger ( Ruri Duncan), Orgullosa alumna Ravenclaw.
