Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún
que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.
Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.
Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el
anterior que el anterior.
---------------------------------------------------------------------------- --------------------
Yo te protegeré
Cap. 10
Viernes 26 de Marzo de 1204
A pesar de todo, hoy ha sido el día más feliz de mi vida, por
fin el destino me
sonríe. Es una locura todo surgió tan deprisa que no me explico
como pudo
pasar algo así. Como yo me había propuesto rehuí de Heeroshi, me
buscaba
cualquier pretexto para no verle, había llegado a ser muy
difícil para mí
ocultar lo que sentía, así que me obligué a no verlo. Para mii
padre fue muy
gustoso poder despachar, eso si muy amablemente, las continuas
visitas del
hijo del socio. Así estuvimos durante varias semanas, y mi
apretada agenda
social no me permitía estar mucho tiempo libre. Pensé que con la
distancia y
el tiempo las cosas cambiarían, mi amor imposible se iría
debilitando pero
para mi desgracia eso no fue así, sino todo lo contrario. Hace
un par de día,
el Martes 23, para ser más concreto, hubo una recepción en la
mansión de
Lord Stanford, virrey de Gundam, para anunciar el compromiso de
la hija
de éste. Al ser un acto oficial me vi obligado a asistir junto a
mis padres y
hermanos y por supuesto con mi prometida Lady Relena, a la
recepción
asistiría toda la flor y nata de la región, tanto nobles como
importantes
hombres de negocios y mecenas de la corte. Mi temor a
reencontrarme con
la familia Yui y en especial con el heredero se vio mermado al
conocer por
boca de mi padre que tanto la Familia Yui como Heeroshi no
podían asistir
debido a un inesperado viaje de negocios que les había surgido
ese mismo
día, con más pesar que alegría en mi corazón por la noticia, me
preparé
para asistir a aquella hipócrita recepción. Fui a buscar a mi
prometida
como trata el protocolo y a la hora acordada nos encontramos mi
familia
y la familia Peacecraf en la Mansión Stanford. La recepción
transcurrió
tranquila, lo típico, conversaciones sin sentido con personajes
de alta posición, presentaciones de rigor, algún que otro baile
obligado con las hijas de algún
pez gordo de la corte, un poco de bebida para amenizar el
suplicio y después
la cena de postín. Después como es la tradición las mujeres se
retiraron a la
ala Este de Castillo para su típica reunión de mujeres dejando a
los varones
en el gran estudio donde se habló de nuevos proyectos, política
y asuntos
según ellos "temas de hombres". Sin poder aguantar tanta
soberbia y cinismo
pedí permiso a padre para ausentarme e ir a dar un paseo por los
jardines de
la Mansión. Viendo que no había nada por que preocuparse padre
aceptó
darme su beneplácito para ausentarme alegando que me afectó un
ligero
malestar. No sé cuanto tiempo estuve paseando por aquellos
impresionantes
jardines, eran precioso, amplio llenos de diversas clases de
flores y arbustos,
recuerdo que me adentré en una zona del jardín que parecía
privado, allí el
aroma de las flores nocturnas embriagaba el ambiente. De pronto
un sonido
extraño me alertó, al girarme para mirar que había producido
aquel ruido no
vi a nadie pero de pronto sentí una presencia detrás de mí y una
fuerte mano
me tapó la boca evitando que pidiera auxilio, entonces percibí
el calor de un
cuerpo junto al mío y un inconfundible olor que me alteró todos
los sentidos.
No me podía explicar que hacía allí Heeroshi,, ¡Se suponía que
estaba de viaje
con su familia!. Antes de que pudiera protestar cualquier cosa,
me arrastro
hasta una zona más apartada del jardín donde había un pequeño
laberinto
de setos. Una vez que se aseguró que no nos veían ni nos oían,
me soltó de
su agarré y pude respirar con libertad. Lo primero que recuerdo
que le dije
fue un montón de improperios y reproches por su proceder. Estaba
furioso
ya que su presencia hacía que mi fuerza de voluntad decayera
como una
pesada piedra en el fondo de una poza.. Entonces fue su turno de
reproches,
me reprochó el hecho de no quererle ver más sin ninguna
explicación, estaba
molesto, no mejor dicho, muy molesto por mi trato, según él, él
me había
dado su amistad sin contemplaciones, había desatendido su
trabajo por
estar conmigo hasta en más de una ocasión tubo que enfrentarse a
su
padre por tal inusual amistad con el hijo del gobernador. Para
mi sorpresa
pude comprobar que Heeroshi estaba herido por mi comportamiento,
entonces me preguntó porque rehuía de él, ya que todas esas
excusas que
le había dicho no le convencían en nada, sabía que había un
motivo por
el cual no quería verlo, solo me pidió una explicación
convincente y de
ser así él respetaría mi decisión a no verse nunca más, pero eso
sí, tenía
que darle una explicación. Yo no supe que decirle, no podía
decirle la
verdad, sería muy embarazoso, pero si lo miraba por otro lado sí
se lo
confesaba seguramente se alejaría de mí al conocer mi pecado,
pero no
me atrevía a confesárselo. Entonces lo trate de escapar de la
situación
alegando que mi padre me estaría buscando, eso no pareció
importarle
demasiado porque enseguida me atrapó por una de mis muñecas y no
me soltó. Su contacto me puso muy nervioso y eso debió de
notarlo,
volvió a exigirme una explicación, su paciencia se le estaba
acabando.
Al ver que comenzaba a enfurecerse, tuve que decirle que mi
padre me
había prohibido verlo porque según él, me restaba tiempo para
cortejar
a mi prometida, no sé porque le dije eso pero en parte era
verdad. Pude
ver como mi confesión le hizo enfurecerse aún más, pero esta vez
su ira
estaba dirigida hacia mi padre. Tuve que impedirle que fuera al
encuentro
de mi padre, pero le rogué que no fuera, ya que eso traería
repercusiones
para él y para mí. Las cosas se tranquilizaron un poco, los dos
nos
quedamos en silencio, supongo que para pensar en nuestros
pensamientos.
Le di las gracias por su amistad y por los maravillosos días que
habíamos
podido compartir pero le tuve que pedir que no me visitara más,
ya que
eso solo haría que las cosas empeoraran, cuando iba a
despedirme Heeroshi
me cogió del brazo para tirar de mí y casi arrastrarme por el
interior del
laberinto para atravesarlo y salir por la parte posterior donde
un caballo
esperaba a la llegada de su amo. Sin saber lo que pretendía, me
vi sujetado
por mi cintura por Heeroshi y subido a su caballo, iba a
protestar pero no
me dejó ya que su mano de nuevo impedía que pidiera auxilio.
Salió de las
propiedades de la Mansión Stanford y se dirigió hacia oeste,
cabalgamos
durante media hora, no sabía hacia donde nos dirigíamos, ya que
la oscuridad
de la noche no me permitió distinguir el camino. De pronto
Heeroshi se
detuvo y me permitió bajar de su caballo. Le chillé, le llamé
loco e
imprudente por aquel supuesto secuestro, le exigí que me llevase
de nuevo
con mi familia, pero antes de poder seguir protestando Heeroshi
en un
arranque inesperado me acalló de una manera que jamás hubiera
pensado.
¡¡ME BESÓ!!, sus brazos me rodearon la cintura y me atrajo a su
cuerpo,
yo no podía creerlo, mi más preciado deseo que estaba haciendo
realidad y
no era un sueño. Al tener que romper el tan deseado beso debido
a la falta
de aire, me separé de él y le miré sorprendido, no supe que
decirle, me miró
esperando alguna respuesta pero mi garganta se negaba a
pronunciar ningún
sonido, como veía que no iba a decir nada se apresuró a hablar
él. Al principio
me pidió disculpas por la reacción que había tenido entonces me
confesó que
estaba enamorado de mí desde la primera vez que me vio, desde el
principio
tuvo muy claro sus sentimientos y su deseo por mantener una
relación conmigo
aún sabiendo que yo estaba comprometido, al ver que mi padre
intentaba
separarnos se desesperó y actuó de manera intempestiva. Sabía
que era una
relación casi imposible y sobretodo sería cuestionada y
repudiada por la
sociedad pero a él le daba igual, me prometió que si yo le daba
la oportunidad
lucharía por nuestro amor con quien hiciera falta. Estaba como
en una nube,
mi amor era correspondido, sin poder acallar por más tiempo mi
corazón me
lancé a sus brazos y le confesé mis sentimientos. Me juró amor
eterno y
prometió cuidar de mí, por ahora deberíamos ocultar nuestra
relación ante los
demás, así Heeroshi le daría tiempo para buscar un lugar donde
pudiéramos
vivir juntos sin tenernos que ocultar de nadie, lo más seguro es
que tengamos
que marcharnos del país pero a mi no me importa, no tengo nada
aquí, excepto
a él, que me retenga. Estuvimos rato juntos, planeando nuestro
futuro juntos. Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!! Fue tan tierno
conmigo, nos sentamos
a contemplar las estrellas mientras me daba promesas de amor, y
me abrazaba,
nos estuvimos besando por largo tiempo, aún puedo sentir sus
labios sobre los
míos y sus caricias ardientes por mi cuerpo, Heeroshi es
increíble, tiene la
facilidad de hacerme sentir especial, siento que a su lado soy
alguien especial,
me quiere por como soy y no por quien soy, por desgracia tuvimos
que regresar,
ya que habían pasado varias horas desde que a dar mi paseo y si
no regresaba
pronto podría parecer sospechoso., Con ferviente pasión
disfrutamos los
últimos minutos de privacidad antes de volver, después me llevó
de regreso,
me despedí de mi amor con un beso tierno y lleno de promesas,
luego desapareció
de la misma manera que apareció y tuve que regresar al salón
junto a los
demás hombre, por suerte nadie notó mi ausencia, ya que seguían
con su
acalorada conversación de la misma manera que cuando me había
marchado.
Ya ves querido diario, mi vida a dado un vuelco de 360ª en pocos
meses y todo
gracias a un apuesto hombre de ojos azul cobalto y piel canela,
que me ha robado
el corazón. Dios no puedo dejar de pensar en los besos que me
obsequió, si antes
lo extrañaba no saber cuanto lo hago ahora. Estoy deseando verlo
de nuevo,
desde ese día no le he vuelto a ver pero sin saber como ni quien
cada día me ha
llegado una nota de él diciendo cuanto me ama y que cuentas los
segundos hasta
que nos volvamos a ver. No veo la hora de que eso suceda. Por
ahora me tengo
que despedir, en cuanto pueda te contaré más.
Se despide por ahora Duo B. Maxwell, locamente enamorado.
X X X X
-Vaya después de todo mi antepasado pudo ser feliz – dijo en voz alta Duo que leía muy interesado sobre la cama esperando que llegase pronto Heero, sin darse cuenta ya habían pasado dos horas desde que se marchó. -Desde luego que mente más estrecha tenían en esa época – dijo Duo algo molesto – por lo que estoy leyendo parece que las cosas van bien, no sé que llegó desencadenar una maldición como la del Clan Yuy, parece que no hay nada extraño, los nombres que van surgiendo en el diario son de personas normales, no hay nada sobrenatural. Tendré que seguir leyendo.
Sábado, 16 de Abril de 1204
Mi querido diario, me parece mentira pero ya llevo tres semanas
de relación
secreta con Heeroshi y cada vez le amo más, por desgracia no nos
podemos
ver tanto como quisiéramos pero al menos aprovechamos al máximo
el tiempo
que pasamos juntos, casi siempre tengo que escaparme de casa
para encontrarme
con mi amor o organizar alguna reunión ficticia con algún
posible cliente de
mi padre. Hasta mi padre está sorprendido por el creciente
interés por los
negocios, jeje si se enterase realmente de con quien me
entrevisto, jeje, seguro
que me mataría. La semana que viene hemos planeado hacer una
escapada a
la casa de retiro que mi familia posee en el bosque, lo tenemos
podo planeado, supuestamente Heero se marcha por asuntos de
negocios fuera de la región
por una semana y yo he programado una serie de entrevistas con
unos posibles
comerciantes que están interesados en la compra de seda y
especies del mercado
que mi padre posee de las indias. Seguramente mi padre me
hostigará durante
toda esta semana "instruyéndome" como él dice para hacer buenos
negocios.
Está casi todo preparado y me muero de ganas por que llegue el
Viernes,
debido a que debemos llegar por separado para no levantar
sospechas le he
entregado una copia de las llaves de la casa, por suerte la
servidumbre
tiene esa semana libre y no habrá nadie que nos pueda molestar,
Dios
perece mentira en tan solo tres meses lo que me ha cambiado la
vida y no
precisamente por el compromiso obligado sino por mi gran amor,
ya no me
importa lo que sucederá, sé que Heeroshi no permitirá que me
case con Lady
Relena, espero de todo corazón que pueda perdonarme por lo que
voy hacerle
pero sé que me comprenderá, al corazón no se le puede mandar.
Estoy tan
nervioso... pasaremos una semana entera juntos los dos solos y
tengo el
presentimiento que será una semana inolvidable, supongo que ya
tan esperado
momento llegará, hasta hora hemos retozado juntos pero sin
llegar a
sobrepasarnos, el se ha comportado como todo un caballero, no es
que no
desease entregarme a él, Dios sabe lo difícil que era para mí en
algunas
situaciones, pero deseaba que fuera algo especial, no en un
arranque de
pasión y de cualquier manera, creo que Heeroshi lo intuyó y por
eso no
presionó la situación, tanto él como yo deseamos que ese día sea
todo
perfecto... y ese día llegará la próxima semana, estoy seguro y
entonces
me entregaré a él sin dudarlo, porque Heeroshi es la persona con
la que
quiero pasar el resto de mi vida. Bueno por ahora te dejo
querido diario,
tengo que acabar los últimos preparativos para nuestra escapada,
no te
preocupes, te llevaré conmigo así nadie podrá leerte pero lo más
seguro que
no pueda escribir hasta pasada la semana, no quiero perder ni un
segundo
para estar con mi amor. Por eso es que el no nos veremos hasta
el próximo
viernes.
Me despido hasta la próxima semana, Duo B. Maxwell.
X X X X
Jueves, 22 de Abril de 1204
Hola querido diario, sé que te comenté que no te escribiría
hasta dentro de una
semana pero es que estoy tan nervioso que no puedo conciliar el
sueño, mañana
es el gran día. Como ya me imaginé mi padre me estuvo dando
consejos para mí
viaje de negocios, es increíble lo bien que me trata y lo que se
preocupa por mí
cuando le interesa, pero bueno ya estoy acostumbrado a eso.
Ahora mismo estoy
tumbado en mi amplia cama sin poder dormir y escribiendo estas
líneas, contando
los minutos para que llegue el amanecer y con él el día en que
me reuniré con mi
amado que seguro me esperará en la Casa del Bosque. Creo que
será mejor que
intente dormir ya que sol altas horas ya de la madrugada y
quiero estar
descansado para estor con Heeroshi. Ahora si me despido hasta la
semana que
viene, deséame suerte.
Se despide un nervioso Duo B. Maxwell.
X X X X
Viernes 30 de Abril de 1204.
Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!! Querido diario,
no sé que
definirlo, simplemente esta semana a sido INCREÍBLE. No hace ni
una hora
que nos tuvimos que separar que ya lo hecho de menos, si de algo
me sirvió esta
semana junto a Heeroshi fue para descubrir, la dependencia que
tengo por él,
ahora anhelo más estar entre sus brazos, respirar de su propio
aliento, sentir
sus caricias quemándome la piel y desear con delirio sentirme
parte de él. Son
tantos los sentimientos que embargan mi corazón que no sé como
expresarme.
Pero vallamos por paso así te lo iré explicado paso a paso mi
maravillosa semana.
El primer día, el viernes después de dirigirme hacia la ciudad
para buscar mi
medio de transporte que me llevaría las afueras de la región de
Gundam para asistir
a mi primera cita de negocios, pude burlar la vigilancia de
padre y me dirigí hacia la
Casa del Bosque, llegué a media tarde y como supuse Heeroshi me
estaba esperando
allí. Su recibimiento fue muy cálido, después de colocar mi
equipaje, ya que el suyo
al llevar varias horas allí, ya lo había acomodado en unas de
las habitaciones que compartiríamos, luego decidimos dar un
paseo por los alrededores, estuvimos
hablando de todo un poco, Heeroshi que contó que ya tenía una
pequeña propiedad
a su nombre fuera del país para nosotros, pero aún debíamos
esperar un poco más
ya que faltaba ultimar unos pequeños detalles antes de poder
desplazarnos allí, el
tema del dinero no había problema ya que Heeroshi poseía una
pequeña fortuna,
las horas pasaron hasta que llegó el anochecer, decidimos
quedarnos un rato más
en la pequeña colina que había junto a la Casa para poder
disfrutar la apuesta de
Sol, fue espectacular. Después regresamos al Castillo para poder
cenar y después
retirarnos a descansar a nuestra alcoba. Al no tener criados yo
mismo le prepararé
una sencilla cena de la cual me dijo que le encantó. Llego la
hora de acostarnos
y mis nervios de dispararon, Heeroshi muy gentilmente preparó un
baño que con
algo de reticencia accedí a compartir con él, fue algo que no
puedo contar con palabras,
ver el cuerpo gallardo y atlético de Heeroshi me dejó sin
respiración, simplemente
no puedo creer que tanta perfección esté en un mismo cuerpo, su
inigualable
anatomía me dejó sin aire, su piel morena brillaba con el agua
de la bañera,
su cuerpo musculado y fibroso me recibió con infinita ternura y
delicadeza,
me encontraba en el paraíso y Heeroshi era mi ángel de la
guarda. A pesar del
relajante baño me fue imposible relajarme, estaba demasiado
tenso y nervioso y
supongo que Heeroshi se dio cuenta porque al salir de la bañera
me cubrió con
un suave toallón y llevándome en brazos me deposito con el mayor
de los cuidados
sobre nuestra cama. Él se tumbó a mi lado y me dio las buenas
noches cobijándome
entre sus brazos no sin antes besarme repetidas veces con una
ternura que me
conmovió. Quise protestar ya que se suponía que debíamos tener
nuestra primera
noche pero el no me dejó explicárselo, alegando que habría otras
noches para estar
juntos y que ahora lo principal era que descansara junto a él y
me tranquilizara,
él no forzaría la situación y esperaría a que estuviera listo
para entregarse
mutuamente. El Sábado amaneció espléndido, estuvimos en la cama
hasta tarde, disfrutando de nuestra compañía y dedicándonos
arrumacos y palabras tiernas
hasta que nuestros estómagos reclamaron algo de alimento.
Heeroshi no me
permitió levantarme de la cama, él quería preparar el desayuno,
salió de la alcoba
tan solo con sus mallas puestas y se dirigió a la cocina, al
cabo de un rato apareció
con una gran bandeja con distintos zumos de frutas, tostadas con
mermelada,
huevos y distintos fiambre, leche, té y no se cosas más.
Desayunamos en la cama
y continuamos en ella bastante rato más después del copioso
desayuno. Después
de ello Heeroshi me pidió que fuera a la cocina a preparar algo
de comida para
llevar y que luego preparase dos caballos para salir a cabalgar
mientras él se
ocupaba de algo importante que le fue imposible hacer. Por más
que le suplique
en aquel momento que me dijera que se trataba el no dijo nada,
solo me confesó
que era una sorpresa para cuando llegáramos del paseo a caballo.
Así que no
tuve más remedio que obedecer. Prepare algunos bocadillos fríos,
fruta, zumos
y algo de ensalada y lo esperé en la caballerizas. No tarde
mucho en esperar y
por fin nos fuimos a nuestro nuevo paseo romántico, pasamos gran
parte del
día fuera y gracias a la comida que llevamos no pasamos hambre,
al regresar
a la Casa, dejamos la cesta de la comida en la cocina y nos
dirigimos hacia
nuestra habitación para tomar un baño pero entonces Heeroshi
hizo algo
que no me lo esperaba, antes de poder abrir la puerta de nuestra
habitación
me detuvo y tras preguntarme si confiaba en él me vendo los ojos
para que
no viera lo que había en la habitación, con cuidado me guió
hacia el cuarto
de baño y procedió a llenar la bañera, una vez lista, sentí que
se acercó a mí
y comenzó a desvestirme, cada prenda mía caía al suelo con
lentitud llenándome
de caricias mientras lo hacía, sin quitarme la venda de los ojos
deshizo mi larga
trenza acariciando u besando cada hebra de mi pelo, luego sentí
como Heeroshi
se desprendía de su ropaje no con tanta lentitud como lo había
hecho conmigo,
una vez los dos desnudos me condujo hacia la bañera y allí nos
sumergimos
en las aguas aromáticas que había preparado, me lavó con la
delicadeza que
se lava una fina figura de cristal, luego lo intenté yo aún con
los ojos
vendados guiándome con mis manos cosa que hizo que le provocase
más de
un suspiro placentero. Estuvimos besándonos hasta que sentimos
que el
agua se había enfriando a pesar de la elevada temperatura de
nuestros
cuerpos excitados. Como la noche anterior Heeroshi me llevó en
brazos
hasta la alcoba pero en vez de depositarme en la suave cama me
dejó en el
centro de la habitación y con lentitud me descubrió los ojos. La
sorpresa
que me llevé fue mayúscula, la alcoba estaba completamente llena
de rosas
rojas, mirase donde mirase había un hermoso ramo pero lo que más
me
estremeció fue ver que sobre nuestro lecho descansaban numerosos
pétalos
de rosa, no sé porque antes no pude darme cuenta pero un
agradable aroma
embragaba la estancia. No me pude contener y me lancé a sus
brazos diciéndole
cuanto lo amaba y lo feliz que me estaba haciendo, Heeroshi me
correspondió
con deseo, mis primeros besos de agradecimiento se fueron
convirtiendo en
besos apasionados y exigentes, mis manos no pudieron quedarse
quieras y
comencé a recorres su fantástico cuerpo, Heeroshi hizo lo mismo
conmigo
y en un arrebato de pasión le pedí que me hiciera suyo. Heeroshi
me levantó
haciendo que yo le rodease con mis piernas por su cintura y me
llevó a
nuestra cama, sin dejar en ningún momento, de besarme, nuestras
respiraciones se aceleraron al igual que nuestros latidos, me
tumbó boca
arriba colocándose sobre mí para cubrirme de besos húmedos sobre
mi
rostro deslizándose poco a poco hacia mi pecho, se entretuvo un
tiempo
con uno de mis pezones y luego con el otro, miles de corrientes
eléctricas
me recorrieron por todo el cuerpo, no pude reprimir mis gemidos,
sus besos
me torturaban y yo lo único que podía era aferrarme a su sedosa
cabellera
castaña que caía suelta sobre su amplia espalda. Sus manos al
igual que
su lengua me atormentaba con sensuales caricias, hasta que un
estallido
de placer me hizo estremecer por completo, Heeroshi se había
posesionado
de mi miembro erecto y lo lamía con fervor y adoración, mi
espalda se curvó
por el placer sobre los pétalos de la cama, mi amor se centro en
proporcionarme
el mayor de los placeres, su boca húmeda me envolvía de una
manera cálida
pero exigente, mis tímidos gemidos se convirtieron en gritos de
placer cuando
de forma imprevista sentí que algo invadía mi intimidad, al
principio me
tensé por el leve malestar que noté pero los diestros dedos de
Heeroshi me
reconfortaron enseguida llegando a albergar tres de sus dedos,
entonces
no pude más y le suplique que me poseyera. Al ver mi necesidad,
Heeroshi
se apiadó de mí y tras volverme a besar desesperadamente se
acomodó sin
aplastarme entre mis piernas, iba a penetrarme cuando de repente
se detuvo,
iba ha levantarse de la cama para ir a buscar no sé que cosa
cuando lo detuve
y le pregunté que ocurría. Heeroshi estaba preocupado por si me
hacía daño y
por eso iba a buscar algo para que ayudase a la penetración pero
no le dejé,
mi urgencia por sentirlo ya dentro de mí me hizo actuar de
manera impulsiva.
Heeroshi que aún permanecía de rodillas sobre la cama, se calló
hacia a tras
al empujarle contra la cama y sin pensármelo dos veces atrapé su
masculinidad
entre mis labios y comencé a lubricarlo, ahora eran los gemidos
de Heeroshi los
que inundaban la alcoba, sé que no lo hice algo torpemente pero
la pasión no
me dejó pensar con claridad, estaba tan cegado en proporcionarle
placer que
no me di cuenta que Heeroshi estuvo a punto de correrse, pero
con un rápido
movimiento pudo liberar su miembro de mi boca hambrienta por
complacerle
y sin saber como me vi de nuevo bajo su cuerpo varonil. Con todo
en cuidado
que pudo y tras separarme las piernas fue introduciendo su pene
dentro de
mi, primero su glande y una vez que me adapté a su intrusión el
resto de su
miembro. El ritmo inicial fue lento, no quería lastimarme, pero
poco a poco
fue acelerando y profundizando en sus envestidas, ambos gemimos
enloquecidos
por el placer que sentíamos, mientras se movía dentro de mi no
dejó de besarme
y de acariciarme al igual que yo. Dios cuando lo recuerdo mi
piel se eriza. Sus
penetraciones aumentaron considerablemente, cada poro de mi piel
exigía ser
acariciado por él, gemíamos sin contemplación, pensé que
llegaría a morir por
el alto nivel de placer que me estaba proporcionando, iba a
enloquecer. No
tardaríamos mucho en sucumbir a la pasión. Heero me aferró más
su cuerpo
quedando mi miembro atrapado entre sus fuertes abdominales y mi
estomago,
la fricción era deliciosa y sin poder aguantar más tras un largo
gemido de
placer me derramé entre nuestros cuerpos siendo seguido segundos
después
por Heeroshi que tras un alarido de gozo dejó anidada su semilla
dentro
de mí. Sin separar nuestros cuerpos aún Heeroshi me colocó de
medio lado
para no ser aplastado por su cuerpo y permanecimos abrazados
asimilado
cada uno de los sentimientos que habíamos descubierto al
entregarnos en
cuerpo y alma y para tranquilizar nuestro corazón y nuestro
aliento. Por
fin me había entregado al ser que amaba, sentí que un fuerte
lazo nos
había unido que nada ni nadie nos podría separar, estaríamos
siempre
juntos. Con cuidado Heeroshi salió de mi cuerpo y tras jurarme
amor
eterno me recostó a su lado para que descansara. Fue la mejor
noche
de mi vida, estuvimos abrazados hasta que el sueño nos venció.
No
se cuanto tiempo pasó pero cuando desperté Heeroshi estaba tras
mi
espalda, me había cubierto hasta la cintura con la sedosa sábana
que
aún conservaba la fragancia a rosas, los dos estábamos estirados
de
medio lado, yo le daba la espalda y él me acariciaba el hombro
derecho
desnudo. Sus dedos recorrían el mismo recorrido una y otra vez
trazando
un dibujo que no pude entender hasta que se lo pregunté,
entonces me lo
dijo "sabes una cosa mi amor... desearía poder marcarte para que
todo el
mundo supiera que eres mío... tatuaría mi emblema en tu hombro,
llevarías
mi marca y así te reconocería por toda la eternidad, mi amor..."
fue tan
dulce que le recompensé con un apasionado beso. Tras hacer un
poco el vago,
nos levantamos y nos dirigimos a preparar la cena. Comimos algo
ligero y nos
dirigimos al salón, a pesar que no hacía frío y se respiraba un
ambiente cálido,
Heeroshi encendió la chimenea, preparó una cama improvisada con
mantas y
cojines frente a la chimenea encendida y nos recostamos para
digerir nuestra
cena y disfrutar del crepitar de las llamas en compañía del uno
del otro
mientras hablábamos con nuestros cuerpos entrelazados hasta que
caímos
dormidos. El Domingo nos sorprendió en el salón de la Casa, nos
habíamos
dormido sin darnos cuenta, con algo de pereza nos levantamos
para ir a
bañarnos los dos juntos, repetimos el mismo ritual de baño, él
me bañaba a
mi y yo a él con la diferencia que esta vez, nuestros toqueteos
nos provocó que
nos volviéramos entregar en aquella enorme bañera. Heeroshi como
la noche
pasada me procuró ternura y amor en cada gesto y caricia, nos
amamos de la
misma manera apasionada que la noche anterior. Después de
amarnos nos
vestimos y fuimos almorzar, salimos a cabalgar llegando hasta un
hermoso
lago, que hasta ahora desconocía, nos bañamos y pasamos la gran
parte del
día, pero debido a que no nos llevamos comida tuvimos que
regresa y de nuevo
nos quedamos en la Casa. Preferíamos quedarnos allí para no ser
molestado
por nadie. Querido diario, me encantaría describirte lo que
ocurrió el resto de
la semana pero creo que te será algo aburrido, porque la no
hicimos nada
especial, solo aprovechamos para estar juntos, hicimos alguna
que otra salida
pero lo más significativo y lo que más disfruté fue pasar todos
aquellos
momentos de intimidad con Heeroshi, jeje, hicimos el amor a
diario incluso
varias veces al día, no queríamos dejar de demostrarnos cuanto
nos amamos.
En una de esos momentos tan hermosos que vivimos Heeroshi me
confesó que
adelantaría nuestros planes para huir debido que no deseaba
separarse de mí
según me dijo "... ahora que he probado tu cuerpo y he tocado tú
alma con mi
corazón, no podré soportar estar mucho tiempo separado de ti mi
amor. Me
he vuelto un adicto a tu presencia...". Ambos estuvimos tentados
de escapar
ese mismo día, sin esperar al mañana pero pensándolo con la
mente fría aquello
no podía realizarse de aquella manera. Debíamos forjar unos
cimientos fuertes
para nuestra nueva vida y el salir precipitadamente solo nos
traería problemas.
Por duro que nos resultara separarnos ahora debíamos esperar un
poco más,
solo un poco más y luego podríamos vivir felices para siempre.
Ya ves querido diario, mi suerte me sonríe por primera vez y
pienso sujetarla
fuerte para que no se vaya, amo a Heeroshi de una manera que
jamás imaginé
que podría hacerlo, él es mi vida mi mundo y con él todo lo
demás me sobra.
Ahora solo me queda esperar, tener paciencia para que llegue el
momento de
reunirme con mi amor para no separarme nunca más de él.
Aaaaahhhhhhhhh, soy tan feliz que pienso que voy a flotar, pero
por desgracia
tengo que ocultar lo que siento para que mi familia no sospeche.
Voy a ir
preparando mis pocas pertenencias de manera secreta para que
cuando llegue el
momento lo tenga todo listo. Oh Heeroshi cuento los segundos que
me faltan para
reunirme contigo amor mío, te debo tanto, mes estás haciendo tan
feliz que si
tuviera que morir en este momento moriría en paz por haber amado
como lo he
hecho, por haberte amado mi amor.
Me despido por ahora querido diario, Duo B. Maxwell.
X X X X
-----------------------------------------------------------------------
-----------------
-Trowa – llamó el vampiro viendo al joven con preocupación - ¿ocurre algo? Has estado muy callado hasta ahora. -No... no me pasa nada Quatre, es solo que pensaba en todo este asunto, y la verdad no me gusta nada, no se como va acabar todo esto – le confesó algo asustado. -Pues como va acabar... acabará bien, te lo aseguro mi amor – le contestó abrazando a su amante que se resguardo en su pecho – ahora que te he conocido no voy a permitir que me separen de ti. Lucharé por ti, por una vida en paz a tu lado. -Ojalá que así sea. Ahora que sabemos donde está la gente de Wufei, ¿qué vamos hacer? – le preguntó mientras que regresaba de las cocinas tras haber hablado con la muchacha que Duo les había dicho. -Tengo que ir hablar con Zech y contarle todo lo que sabemos – le comentó mientras caminaba junto a él sujetándole de la cintura. -¿Y yo? ¿qué puedo hacer? – le preguntó Trowa. -Tú nada, no quiero arriesgarte a que corras algún peligro. -Pero yo quiero ayudar – le dijo molesto, por haberlo dejado al margen. -Está bien, no te enfades, haremos una cosa, Heero nos dijo que tenía que salir y que dejaba solo a Duo, pues como está solo en la alcoba que comparte con Heero, irás con él y así os vigilaréis el uno al otro, en caso de que surja algún imprevisto solo tienes que llamarme con la mente, yo mantendré mi enlace contigo y sabré como te encuentras en todo momento, ¿te parece bien?. -De acuerdo lo haré aunque me molesta que me relegues a niñera – le dijo Trowa molesto. -Pensé que te gustaría estar con tu ex amante – le dijo con malicia y con una mirada seria. -No me molesta eso, por supuesto que me gusta estar con él, pero me gustaría que confiaras más en mi, quiero hacer algo importante, quiero ayudarte a vencer a esos desgraciados. -Claro que confío en ti precioso – le dijo acercándose a él para besarle apasionadamente – pero esto es muy peligroso, no olvides que tratamos con individuos que tienes poderes sobrenaturales, y aunque eres un adorable y seductor joven, tu fuerza no es suficiente para vencer ni al más débil de los vampiros que está aquí. – le dijo preocupado. -Puede que no sea tan poderoso como ellos pero tengo ingenio, ya sobreviví a un ataque de vampiros hace tiempo, la fuerza no es todo, con inteligencia y agilidad puedo derrotarlos. -Puede que si mi amor, pero no quiero arriesgarme, debes comprenderlo Trowa – le pidió Quatre. -Está bien, lo entiendo, ahora será mejor que vayamos haber como está Duo, Heero hace mucho tiempo que se marchó y no es muy conveniente dejarlo solo. -Bien pues vayamos – le dijo Quatre sujetándolo de una de sus muñecas para acercarlo a su cuerpo y con un movimiento rápido se cubrió a él y a Trowa con su capa y tras recitar un sencillo hechizo aparecieron junto a la puerta de Heero.
-No sé si podré adaptarme a esto – dijo algo mareado Trowa. -Tranquilo, lo harás – le sonrió a su amante.
Toc toc, se oyó en la puerta de su habitación, alguien estaba llamando, con algo de miedo Duo dejó el diario escondido bajo la almohada y se levantó con pasos lentos hacia la puerta.
-¿Qui... quien es? – preguntó asustado Duo. -Duo, soy Quatre, por favor abre la puerta – se oyó la voz del vampiro rubio.
Duo fue a abrir pero la advertencia de Heero le llegó a la cabeza.
-¿Cómo sé que eres el verdadero Quatre? – preguntó de repente. -Je muy buena respuesta – se rió Quatre ante la ocurrencia del trenzado – puedes estar tranquilo, Heero me avisó que estabas solo ya que fue a Okina, Trowa está conmigo, se quedará contigo hasta que regrese Heero, yo mientras iré hablar con Zech... -¿Trowa estás ahí? – le preguntó gritando, e interrumpiendo la conversación del rubio. -Si Duo, tranquilo, somos nosotros, puedes abrir sin miedo. -Es que Heero mi dijo que no me fiara de nadie – habló a través de la puerta cerrada. -Tranquilo Duo, Heero hizo un hechizo a esta puerta, si no fuera el auténtico Quatre no podría estar hablando a través de la puerta, su hechizo no me dejaría acercarme a más de diez metros. Y para convencerte te diré que vengo de las cocinas de hablar con la chica que tu nos dijistes y ahora tengo que hablar con Zech para poder liberar a la gente del Clan del chico de Zech. -Eehhh... está bien, me has convencido, voy abrir – dijo aún asustado Duo.
Con miedo Duo abrió la puerta, tras hacerlo pudo ver a un Quatre sonriente que abrazaba aun Trowa con una media sonrisa.
-Esto... lo siento Quatre por ser tan confiado pero Heero dijo que... -Tranquilo – interrumpió al trenzado entrando en la alcoba junto a Trowa – has hecho bien, es mejor estar prevenido. -¿Va todo bien? – preguntó Trowa. -Err... si esta leyendo mientras espero a que regrese Heero – comentó Duo. -Bueno mi amor – dijo Quatre a Trowa – puedo dejarte a solas con Duo, ¿verdad? – le dijo medio en broma y medio en serio. -Claro que si baka – le respondió ofendido – ya sabes lo que siento por ti – dijo en voz baja, un poco incomodado por que Duo viese la escena tierna entre el y su nueva pareja. -Lo sé, solo quería estar seguro – le dijo besándole con pasión – por cierto Duo – dijo separándose un poco de Trowa – Heero no tardará en llegar, no salgáis de aquí bajo ningún concepto. -Errr.... si claro – dijo completamente sonrojado por haber presenciado tan romántica escena de Trowa y el vampiro rubio. -Bueno me voy, cerraros bien, e cuanto pueda vendré a buscaros. -Si de acuerdo... Quatre espera – le gritó antes de que desapareciera tras la puerta. -¿Sí? – dijo curioso. -Ten cuidado, ¿quieres? – le pidió Trowa a su amante. -Lo tendré – le respondió con una sonrisa y se fue.
---------------------------------------------------------------- ----------------
En los aposentos de compartían Zech y Wufei, el primero miraba por la ventana el cielo oscuro mientras se perdía entre sus pensamientos y el segundo estaba sentado en los amplios sillones escuchando el tenso silencio. Desde que habían regresado del bosque ambos se sumergieron en un silencio un tanto incómodo, el haber estado hablando de cosas tan privadas había hecho cambiar la manera de pensar respecto al otro. De pronto alguien llamó a la puerta. Zech se puso en alerta diciéndole a Wufei que se retirara de la puerta y se pusiera cerca de él.
-¿Quién es? – preguntó Zech a la defensiva. -Zech, soy yo Quatre, ábreme, tengo información sobre el asunto de Wufei – le dijo Quatre.
Zech se concentró en reconocer el aura de Quatre y se acercó a la puerta para abrirla, no había peligro, era realmente Quatre.
-Hola amigo, fue bien tu paseo – dijo con ironía Quatre. -Err... sí, tranquilo por ahora he desistido de matar a esa rata, pero no te lo podré asegurar la próxima vez que lo vea. -Jeje, lo sé... pero ahora debemos concentrarnos en lo principal, después podrás cortarlo en rodajas si te apetece – le dijo sonriendo y guiñándole un ojo. -¿Has descubierto algo? – preguntó de repente un ansioso Wufei. -Eh, así Wufei, pero primero déjame entrar, aquí las paredes hablan – y tras cerrar la puerta utilizó un conjuro de insonorizante para que nadie pudiera oír lo que iban a tratar. -Ehhh, sí, disculpa – dijo avergonzado Wufei. -¿Y bien que has averiguado? – le preguntó Zech una vez sentados todos en los sillones. -Sé donde están encerrados y como sacarlos de aquí, pero deberemos esperar dos días para poder sacarlos de las mazmorras sin peligro para ellos. -¿Dos días? ¿Pero porque? – preguntó Wufei. -Dentro de dos días Odin y varios de sus leales siervos junto con Shoyo y Touya y alguno más se marcharán de viaje, tienes que atender unos negocios fuera del condado, por eso debemos esperar a que no estén, así será más fácil sacar a tu gente. -¿Pero y si les pasa algo mientras tanto? – preguntó preocupado Wufei. -Tranquilo Wufei – le dijo Zech colocando su mano sobre el hombro del moreno – nosotros estamos aquí para que eso no ocurra. -Zech tiene razón, pero aún así tengo un plan, bajaremos a las mazmorras y tú les convencerás que se beban una poción que te daré... -¿Una poción? – interrumpió Wufei sin comprender. -Sí, es inofensiva pero gracias a ella a tu gente le saldrán unas manchas en la piel parecidas a la lepra. Si hacemos creer que están enfermos, ningún vampiro se atreverá a tocarlos. -¿Pero no sois inmunes a las enfermedades? – preguntó Wufei. -Sí pero aún así el sabor de la sangre enferma, nos es desagradable, ellos preferirán no beber de una persona enferma si pueden tener a gente sana. – comentó Zech. -¿Pero entonces induciremos a que salgan a buscar sangre nueva? – dijo Wufei. -No creo que lo hagan, como te dije Odin estará fuera y no pueden permitirse dejar el Castillo sin protección, sobretodo si nosotros nos encontramos aquí, tendrán que esperar que Odin regrese, eso nos dará algo de tiempo, lo suficiente para sacar a todos los prisioneros y buscar como romper la maldición – le dijo Quatre. -Bien, entonces vayamos cuanto antes – comentó Zech. -Zech, ve con Wufei a las mazmorras, yo mientras tanto bajaré a la cocina a buscar los ingredientes para la poción, cuando la acabe nos reuniremos en las mazmorras. La gente de Wufei se encuentra en la zona sur, la cuarta puerta de barrotes de hierro. -Muy bien, nos vemos abajo, Quatre – le dijo Zech.
Mientras, Zech junto a Wufei se dirigían hacia las mazmorras, Quatre se dirigió hacia las cocinas, cuando tuvo todos los ingredientes a su alcance comenzó a preparar la poción.
En las mazmorras.
Todo estaba a oscuras, el fuerte olor a humedad les golpeó al abrir la puerta que les conduciría a las escaleras que daban a las celdas. La iluminación era escasa, tan solo una pocas antorchas cada varios metros, el agua que se filtraba del exterior se derramaba por las paredes negrecidas de piedra. Zech iba en cabeza sujetando a Wufei por la muñeca para evitar que cayera o para poder protegerlo en caso de un ataque imprevisto. Al llegar a pasillo que distribuía las celdas comenzaron ha oírse los lamentos de los que allí estaban retenido, aquel pasillo estaba más oscuro de lo normal, ambos se dirigieron hacia la zona sur. Debido a la falta de luz, Wufei se tropezó pero gracias a la rápida intervención de Zech pudo evitar que cayera el suelo.
-Lo siento, es que no veo muy bien con esta oscuridad – intentó excusarse. -Tranquilo, a veces olvido que poseo vista nocturna, ven acércate, yo te guiaré – le ofreció haciendo que se sujetara de su cintura y abrazarlo para que no volviera a caer. -E... esta bien – se aferró al cuerpo del vampiro, quedando en silencio – ¿falta mucho? -No, aquí es – le dijo deteniéndose en la puerta indicada por Quatre, aguarda un momento aquí, primero entraré para ver la situación, si no hay peligro te haré pasar. -De acuerdo – le respondió algo inseguro.
Zech entró en aquella celda oscura, gracias a la llave que cogió del puesto de vigilancia, una vez dentro no le contó mucho dar un primer vistazo de la situación. Habría una veintena de chicos y chicas, la gran mayoría estaban encadenados a las paredes. Iba a cercarse para comprobar el estado de varios chicos que estaban colgados de la pared e inmóviles cuando sintió que alguien se le tiraba encima haciéndolo caer al suelo.
-No te atrevas a tocarlo, maldito asesino – se oyó la voz de una chica, la que le había tumbado y le estaba amenazando, apuntándole al cuello, con un trozo de madera afilada. -Esto... tranquila, no he venido a haceros daño, solo quería comprobar como su encontraba ese muchacho – intentó hacer recapacitar a la joven de pelo negro y rasgos asiáticos. -¡Cómo va estar! - gritó furiosa – ¡mal! Después de haber sido atacado por uno de los tuyos, maldito chupa sangre. Voy a acabar contigo. -Ey espera – dijo deteniendo el improvisado puñal, que le amenazaba con atravesarle el cuello sin compasión – espera, espero vengo de parte de Wufei, Wufei Chang. -¡¿Wufei?! ¿qué le has hecho? ¿dónde está? ¡habla! – le volvió amenazar clavando la punta de la astilla en su cuello provocando que sangrara un poco el cuello del rubio. -¡Basta ya Nataku! – se oyó la voz molesta de Wufei, que debido al alboroto que estaba montado su hermana entró para averiguar que estaba sucediendo. -¡¿Wufy?! – gritó, poniéndose de pie de golpe liberando a su presa, estaba asombrada al ver aparecer a su hermano – Dios Wufy, ¿estas bien? ¿te ha ocurrido algo? ¿dónde está Tama? ¿y los demás? – se abrazó a su hermano acribillándolo a pregunta. -Ya, ya, tranquila, estoy bien – dijo algo molesto por la efusividad de su hermana – y no me llames Wufy, sabes que lo odio. -Si, si lo sé pero por todos los Dioses, ¿qué haces aquí? Esto es muy peligroso, ¿qué a ocurrido? – preguntó preocupada. -Antes de nada querida hermanita, debes una disculpa a Zech – le dijo con cierta burla haciendo mirar a su hermana al vampiro que en esos momentos se estaba levantando del suelo algo molesto y murmurando maldiciones. -¿Zech? – preguntó sin entender - ¿conoces a este chupa sangre? Miró a su hermano incrédula. -Sí, él me ha ayudado a encontraros, además nos salvó a Tama y a mí de un ataque de vampiros la noche pasada. -¿Pero él no es un vampiro? – no entendía nada. -Así es – intervino Zech que se acercó a ellos – mi nombre es Zech Merquise, y debo deciros como defensa, que no todos los vampiros somos iguales ni tenemos los mismos intereses y gustos perversos – se defendió con una sonrisa al ver la cara de desconcierto de la joven – y déjeme añadir que ahora comprendo como es posible que su hermano posee una belleza sin igual, veo que viene de familia – le comentó con una sonrisa atrapando una mano de la chica para besarla a modo de saludo. -Eeehh... yo, gracias – respondió sonrojada y nerviosa por la cercanía del vampiro y más cuando vio lo atractivo que era. -Déjate de coqueteos, Zech – dijo algo molesto y como no celoso – tenemos algo que hacer. -Por supuesto – dijo serio – iré a revisar a tu gente, mientras explícale los planes no tenemos mucho tiempo y Quatre no tardará en llegar. -¿Es de fiar? – preguntó a su hermano que se retiró junto con él para hablar con tranquilidad. -Sí lo es, puedes confiar – le respondió con sinceridad. -Vaya, Wufy, er... quiero decir Wufei, jamás pensé en oírte hablar así de un vampiro – le dijo asombrada. -Lo sé pero él es diferente, me lo ha demostrado – le comentó con naturalidad, después se dedicó a explicarle el plan que tenía para sacarlos de allí.
Pasaron varios minutos, Zech pudo revisar a todos los miembros retenidos del Clan Chang y con ayuda de sus poderes pudo hacerlos sanar mientras tanto Wufei conversó con los suyos y les explicó el asunto de la pócima. Todos aceptaron aunque un poco reticentes, les explicaron que debían de fingir estar enfermos y que en dos días los sacarían de allí. Quatre por fin hizo su aparición, con la esperada poción, la repartió en dosis iguales y esperó que comenzara a hacer efecto. Al cabo de dos minutos, la poción comenzó reaccionar, en sus cuerpos comenzaron a llenarse de manchas oscuras y violetas. Quatre les tranquilizó ya que el efecto solo duraba siete días. Una vez todo listo se despidieron de ellos haciendo la promesa que en dos días se encontrarían, mientras tanto tendrían que aparentar que estaban enfermos y sobre todo, que nunca habían estado allí. Ya más tranquilo Wufei se retiró junto a Zech hacia su alcoba, el Sol no tardaría más de dos horas en salir, y el sueño diurno comenzaba a afectarles. Quatre se dirigió hacia la alcoba de Heero para esperarlo junto con Trowa y Duo, pero antes volvió a pasar por las cocinas para subir algo de comer para los chicos que esperaban en la habitación del Yuy.
---------------------------------------------------------------- ----------
-Esto... yo... Duo, quisiera hablar contigo sobre una cosa. Hasta ahora no hemos tenido tiempo para hablar sobre... – quiso hablar con su ex pareja. -Tranquilo Trowa... todo esto a pasado muy rápido y creo que yo te debo una disculpa. Siempre he sabido tus sentimientos hacia mí y yo no he sido muy sincero contigo – habló Duo -Lo sé pero... -No espera Trowa, déjame hablar primero, te debo una disculpa, como te he dicho tú siempre has sido muy sincero conmigo, me has querido sin reparos, has estado a mi lado cuando más lo he necesitado, me has apoyado y amado y no sabes cuanto te lo agradezco. Con todo esto no te estoy diciendo que nunca te quise, eso no es así, aprendí a quererte, te volvistes muy importante para mí, gracias a ti mi dolor fue desapareciendo, pasé momentos increíbles contigo y te quise mucho, aún te quiero pero... -Nunca pudiste olvidar al Yuy, ¿verdad? – terminó la frase de Duo. -Yo... no, no he podido – dijo algo apenado – lo intenté pero me fue imposible. -Supongo que es el destino, naciste para formar para de su vida, y no yo ni nadie podíamos evitarlo, yo no tuve más remedio que aceptarlo, por eso no quiero que te sientas mal por ello. Sé que me contará olvidar tú amor pero Quatre me ayudará a conseguirlo. -¿Puedo preguntarte una cosa? - le pidió un tanto inseguro. -Claro, a pesar de todo somos amigos, ¿no? – le dijo con sinceridad. -Er... claro que lo somos Trowa – le dijo sonriendo y agradecido. -Pues pregunta lo que quieras – le incitó Trowa. -¿Amas de verdad a Quatre? ¿eres feliz con él? – le preguntó Duo. -Es eso... pues verás, por extraño que te parezca, sí, desde la primera vez que le vi sentí una extraña atracción hacia él, era como si llamar, como si algo dentro de mí me dijera que él era mi otra mitad y debía estar con él, pero no le tomé importancia, para entonces yo estaba locamente enamorado de ti y acallé ese sentimiento, incluso llegué a pensar que fue Quatre que me hechizó o algo parecido. Desde entonces cada vez que nos encontramos ese sentimiento se hacía presente hasta que nos volvimos a encontrar en el Castillo Yuy, no sé como ocurrió, estaba furioso y desesperado, sabía que tenía que dejarte ir. Fui a buscarte cuando desapareciste del Castillo pero no te encontré entonces fui hablar con Quatre y... no sé como dio a lugar, estaba herido, Quatre me corroboró el hecho de que ya no me pertenecías y él se ofreció a ayudarme a olvidarte, fui débil y acepté, tenía que sacar todo el dolor de mi corazón y Quatre... -Trowa no tienes que darme explicaciones – se abrazó a él – hiciste lo correcto, tu mejor que nadie tienes el derecho de ser feliz y no sabes cuanto me alegro. No puedo ni quiero reprocharte nada. Además estoy convencido que junto a Quatre será feliz, yo jamás te hubiera podido dar lo que realmente te merecías – le confesó aferrado a la tela de su casaca. -Yo tengo la sensación de que te fallé Duo – dijo con tristeza. -Yo también Trowa, pero sabes? Creo que hicimos lo correcto, fue maravilloso pasar ese tiempo juntos, jamás olvidaré lo que he vivido a tu lado. Tú fuiste mi primer novio, mi primera pareja y amante – le dijo avergonzado – funestes con bueno conmigo que siempre estaré en deuda contigo. -No digas eso baka, tu también has sido alguien muy importante para mí, tu fuiste mi primer amor, mi primera pareja y por supuesto mi primer amante – le confesó besando su frente – prométeme que seguiremos siendo amigos Duo, no quiero que lo ocurrido entre nosotros nos distancie, quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo, con mi amistad y con mi amor fraternal. -Gracias Trowa – le dijo abrazado a él – te lo agradezco mucho y por supuesto que te lo prometo, eres parte de mi familia.
-Ejem... ejem... Interrumpo algo – se oyó la voz molesta de Quatre al ver a su amante abrazado al trenzado, ya había regresado de las mazmorras. -No claro que no – dijo Duo algo avergonzado y nervioso – estábamos hablando y aclarando algunas cosas, jeje. -¿Y para hablar os tenéis que abrazar? – preguntó con burla y molesto, a la vez que se acercaba a su amante – Pensé que no habría problemas al dejaros solos. -Pues claro que no hay problema – dijo molesto Trowa – me estoy cansando de tus estúpidos celos Quatre, si no confías en mi es tu problema. Duo y yo solo estábamos charlado y solucionando un tema que quedó incompleto. Y para que sepas cabeza dura nos abrazábamos para celebras que seguíamos siendo amigos, ¿entiendes? A-M-I-G-O-S – deletreó molesto. -Está bien, esta bien, te creo precioso – se disculpó abrazando a su chico y posando sus labios sobre los de él. -Es verdad Quatre-sama, Trowa dice la verdad, no se enfade con él – se disculpó con el vampiro. -Tranquilo Duo, no me enfadaré con vosotros, es que soy un poco celoso, jeje – bromeó Quatre a la vez que se frotaba la cabeza de forma cómica. -¿Un poco? – dijo Trowa sin creer lo que oía de su amante -Jeje, está bien, soy muy celoso, ¿contento? – admitió Quatre. -Por cierto Quatre-sama... –dijo Duo. -Quatre, Duo, llámame Quatre, somos amigos, ¿no?. -Err.. Si claro, Quatre ¿cómo ha ido todo en las mazmorras? – preguntó Duo. -Muy bien, dimos con ellos sin problemas, ya está todo listo ahora solo queda esperar a que Odin y los suyos se parchen dentro de dos días. ¿Heero no ha llegado, todavía? -Err.. no - dijo con tristeza Duo. -Menos mal, de haber sido él el que hubiese llegado antes que yo se hubiera liado una buena – dijo Quatre más tranquilo. -¿Por qué los dices? – preguntó Trowa. -Porque habéis dejado la puerta abierta, menos mal que yo fui en primero en venir, ¿en qué estáis pensando? -Lo siento, no nos dimos cuenta – se disculpó Duo. -No pasa nada ahora, sentémonos a esperar a Heero, no tardará mucho.
A la media hora llegó Heero portando varios pergaminos y planos, se dirigió directamente hacia su habitación, allí los encontró a todo charlando animosamente . Duo al verlo se lanzó con rapidez a sus brazos.
-Oh, Heero has tardado mucho, te he extrañado un montón – le dijo haciendo un puchero mientras se colgaba de su cuello sin querer separarse de él. -Lo siento mi amor, pero me costó encontrar lo que había ido a buscar, pero ya estoy aquí y no volverá a dejarte solo – le dijo besándole con cariño. -Eso espero, Quatre y Trowa han estado haciéndome un rato compañía – le comentó el trenzado. -Gracias chicos – agradeció a Quatre y a Trowa. -¿Has descubierto algo? ¿qué son esos papeles que traes? – preguntó Quatre. -Son planos antiguos de cuando la época del inicio de nuestra maldición, creo haber encontrado unos escritos donde nos ayude a ubicar la vivienda de nuestro primer antepasado vampírico, si localizamos esa casa a lo mejor podemos encontrar pistas para romper la maldición. -Eso es fantástico – admitió Quatre – ¿son fiables esos escritos? ¿puedo verlos?. -Duo, ¿crees que son auténticos? – le preguntó a su amante, sabiendo que él había estado leyendo el diario en su ausencia. -Sí, Heero, estoy completamente seguro que es verdadero, tengo ese presentimiento. -Bien entonces va siendo hora que os cuente lo que Duo ha encontrado.
En poco rato Heero y Duo relataron como habían encontrado el diario, de quien se trataba y las sospechas que apuntaban que ese diario era la clave o una buena pista para todo el asunto de la maldición.
-Debías habérmelo dicho antes – dijo Quatre – con estos datos podríamos haber centrado más la búsqueda del pariente de Duo. -Sí, lo sé pero antes quería estar seguro de que no era una de tantas pistas engañosas. -Bueno, Duo ¿has descubierto algo más? – le preguntó Quatre. -No mucho, solo voy por el principio, por ahora sé que mi pariente Duo Bénjamin Maxwell conoció a Heeroshi Yui el 31 de Enero de 1204, en la fiesta de compromiso nupcial de mi pariente con una tal Relena Peacecraf. Mi pariente se sintió atraído por Heeroshi desde la primera vez que se vieron, pero debido a la educación estricta y a la cultura anti sodomista, ocultó sus sentimientos y se alejó de él pero no le sirvió de nada. Heeroshi lo medio secuestró y le confesó su amor, desde entonces mantuvieron un romance secreto y planeaban fugarse del país para poder estar juntos, por ahora es lo que sé – acabó de relatar Duo. -Vaya historia – dijo Quatre. -Sí pero creo que no habrá un final feliz – comentó Heero. -¿Por qué lo dices? – preguntó Trowa. -Porque de no haber sido así, nuestra raza no hubiera surgido, algo tubo que pasar para que ese tal Heeroshi, que parece ser nuestro antepasado, hiciera algo que nos llevará ser lo que somos. -Tienes razón, Heero – habló Duo con tristeza – hay muchas cosas que se anteponían a ellos, la época en que vivían, el padre de mi antepasado, el compromiso con Lady Relena, no sé... creo que no acabó muy bien las cosas. -Heero, ¿podrías prestarme a Zero?, me gustaría mandarle los datos del pariente de Duo a Noin, así podrá centrarse más en la búsqueda de pistas – le pidió Quatre. -Sí, claro – Heero se acercó a la ventana y tras un silbido Zero apareció posándose en su brazo – toma, mándale el mensaje a Noin, él sabrá hacérselo llegar – le dijo a Quatre acariciando a su halcón y luego se lo pasó a su primo. -Bien, lo haré antes de irme a costar, por ahora nosotros nos retiramos ya que el amanecer no tardará. -De acuerdo, que descanséis – se despidió Heero de su primo y su ahora nuevo amante. -Que descanséis – se despidió Duo también. -Menos mal, ya estamos solos – comentó Heero abrazando al trenzado y robándole un beso apasionado - ¿has averiguado algo más, de lo que no les hayas dicho a Quatre y a Trowa?. -Er... en cierto modo, no... -¿En cierto modo? ¿qué quieres decir? -Pues verás, lo que no les comenté es que mi antepasado hizo una minuciosa descripción del día que se entregó a su amor – dijo sonrojado. -¿A siiiii? Eso suena interesante, mmm. Haber eso tendré que leerlo yo, jeje. – bromeó con Duo en sus brazos y arrastrándolo hacia la cama. -Mmmm, eres malo – ronroneó Duo entre los brazos de su Heero – para que quieres leer algo que ocurrió hace cientos de años cuando puedes experimentarlo en el presente. -Mmmm, eso es una promesa – le dijo besando ardientemente a Duo mientras iba despojando de sus prendas, una a una. -Claro que lo es, te amo y quiero entregarme a ti, como hizo mi antepasado. -¿Estas seguro Duo? ¿no te arrepentirás? – le preguntó con temor. -Jamás me arrepentiría de entregarme a la persona que amo – le dijo mientras retiraba el fajín de seda plata que adornaba su chaqueta tres cuartos azul marino de botones plateados. -Te amo Duo, no sabes cuanto – le besó sacando de dentro de los pantalones color ocre de media rodilla, la camisola ancha de color blanca. -Y yo a ti, Heero – le besó desbotonado la chaqueta tirándola luego a los pies de ellos.
Ambos permanecieron en silencio, solo se podía oír sus respiraciones aceleradas y algún que otro gemido de placer. Duo le sacó el sombrero de larga pluma y que hacía juego con su ropa Para lanzarlo lejos de ellos, luego se dedicó a quitarle la camisola blanca por encima de los hombros para poder contemplar ese amplio y musculoso pecho, lo beso y acarició con pasión. Heero se entretuvo deshaciendo la larga trenza de su amante mientras suspiraba por las caricias que su Duo le otorgaba. Tras deshacerse de la camisola, Duo comenzó a deshacer el lazo que sujetaba los pantalones a su robusta cadera para deslizar los pantalones por sus fuertes piernas hasta sus pies, cual fue su sorpresa al ver que Heero no usaba paños menores quedando prácticamente desnudo y expuesto ante él. Solo le quedó retira las medias y las botas también azules. Duo no podía entender lo atractivo que podía ser Heero, era un hombre tallado como los mismísimos Dioses de la antigüedad. Con algo de timidez se acercó para abrazarlo pasando sus brazos desnudos por el cuello y así poder soltar el cabello de Heero que lo había sujetado con una coleta baja, los cabellos castaños de Heero cayeron sobre sus fuertes hombros, llegando un poco más debajo de sus hombros. Sin esperar más lo besó con pasión encendiendo la pasión en ambos.
-Eres tan hermoso – le confesó Duo – te amo Heero, quiero ser tuyo, hazme el amor, te lo suplico. -Oh Duo, no sabes cuando desee tenerte así entre mis brazos – le confesó besándole con pasión infinita – quiero verte Duo, quiero volver a ver tu hermoso cuerpo – le pidió. -De acuerdo, pero antes túmbate en la cama, me quitaré la ropa para ti – le dijo seductoramente.
Duo se descalzó de sus botines y se subió al borde de la cama, estando ni muy lejos ni muy cerca de Heero, con movimientos seductores y sin dejar de mira a Heero su fue acariciando el pecho y el abdomen que ya estaban desnudos. Heero no quitaba la vista del cuerpo de Duo, sin poder evitarlo, ya estaba excitado, su miembro se endureció con las primeras auto caricias que se proporcionaba Duo. Sin perder de vista la reacción del cuerpo de Duo y sonriendo con malicia, Duo fue deslizando una de sus manos para dirigirse al lazo que ataba sus pantalones y con una dolorosa lentitud fue desabrochándolo hasta hacerlo deslizar por sus esbeltas piernas quedando en un pequeño pantaloncillo ajustado blanco, como ropa interior. Con un movimiento sexy se tumbó sobre la cama y se fue quitando las calcetas largas, primero una y luego la otra. Tan solo le quedaba el pantaloncillo, poniéndose de rodillas y dándole la espalda a un super excitado Heero, fue deslizando lentamente sus manos desde su pecho hacia los costados de su cuerpo pasando por sus caderas y la vez que bajaba por sus muslos se iba bajando la ropa interior. Heero tubo que hacer un gran intento por controlarse al ver las redondas y blancas nalgas de Duo a escasos metros de distancia, Duo lo estaba torturando de una manera deliciosa. Cuando se desprendió de su ropa interior y sin darse aún la vuelta se puso a cuatro patas, dando una mejor vista a su amante de lo que en pocos momentos iba a disfrutar y como si fuera en cámara lenta se fue girando para encarar la mirada suplicante y deseosa de Heero, con movimientos felinos y con una sonrisa maliciosa, se fue acercando a Heero que lo miraba extasiado, parecía una pantera apunto de saltar sobre su presa, su larga cabellera castaña y su mirada seductora le hizo estremecer.
-No sabes cuanto de deseo – le confesó Heero sin disimular en su voz la excitación que sentía en esos momentos – me vuelves loco – le dijo tirándose sobre él para besarlo con desesperación a la que se apretaba contra su cuerpo para sentir tanto su necesidad de alivio como la de Duo. -Aahhhhh Heero – gimió Duo al sentir el roce de sus sexos – te deseo, aaaaahhhhh. -Si en algún momento te hago daño, dímelo, no quiero herirte por haberme descontrolado, mmmm – te amo demasiado. -Mmmm... aaaaahhh, tranquilo, no me harás daño, mmmm pero si estás más tranquilo, te lo diré... mmmmm – gemía Duo mientras besaba y acariciaba a Heero.
Las manos de Heero no se quedaron quietas recorriendo cada rincón de aquel cuerpo perfecto, sus labios se aproximaron a la oreja de Duo para besarla y proporcionarle besos húmedos, los colmillos de Heero acariciaban la piel sensible de su oído haciéndolo estremecer provocándole más gemidos y jadeos. Hizo un recorrido con su lengua desde la parte de atrás de su oreja, bajando por el tentativo cuello hasta su clavícula, donde se entretuvo cierto tiempo para lamer y mordisquear a su antojo, luego reinició su camino hacia el centro del pecho de Duo para desviarse hacia el pezón izquierdo, donde lo besó y lo estimuló hasta ponerlo erecto, una vez conseguida su misión se dedicó al pezón derecho, con el mismo énfasis que con el izquierdo. Escuchando los gemidos como música de fondo, volvió al centro del pecho y desde ahí fue deslizándose hacia abajo hasta la altura de su ombligo, donde jugó con su lengua en aquel pequeño valle dejándolo húmedo y sensible a sus caricias, quiso alargar más la espera para llegar el momento tan deseado para ambos pero los jadeos suplicantes de Duo le hizo desistir, siguió bajando hacia el centro del placer de su amante y son leves lamidas fue recorriendo el miembro de Duo que gimió con fuerza al sentir la húmeda lengua de su amante sobre su sexo.
-Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh Heerooooooooooo, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – jadeo, Duo.
Heero continuó con los leves contactos con su lengua, centrándose en la parte más sensible de Duo, recorría el glande pero sin llegar a introducírselo por completo en su boca.
-Ooooohhhhh Heerooooooooooo, no puedo másssssssss, por favorrrrrrrrrr. Aaaaaaaaahhhhhhhhh – suplicó con urgencia.
Al ver la desesperación en su cuerpo y en su mirada, tubo piedad y de una sola vez se introdujo todo el miembro de Duo en su boca, emprendiendo un movimiento de vaivén sobre el sexo adolorido de su amante debido a la excitación. Duo gemía y se retorcía de placer a la vez que se sujetaba a la cabeza de Heero enredando sus finos dedos en la melena castaña guiando el ritmo creciente de sus lamidas sino se detenía acabaría por derramarse.
-Aaaaahhhhhh Heerooo detenteeee no puedo maasssssss, voy acabarrrrrr mmmmmm. -Mmmmm pues no te reprimas mi amor, quiero saborearte todo entero... mmmm – le sugirió Heero que volvió a su tarea con más énfasis y entrega. -Aaahhhhh siiiiiiiiiiiii.
La boca de Heero hacía que el movimiento envolvente de su boca aumentara el ritmo ayudando por sus manos que acompañaban el recorrido de su boca por el sexo brillante y por la ingle y los testículos rosados de Duo. Unos espasmos centrados en su entrepierna le avisaron a Duo que el momento de eyacular era inminente provocándole que arqueara la espalda soltando un fuerte gemido. La boca de Heero se inundó de la semilla de Duo, la cual bebió con glotonería aunque por la cantidad expulsada por su amante le hizo imposible contenerla toda en su boca perdiendo parte de su contenido por la comisura de sus labios cayendo sobre el miembro ahora flácido de Duo. Heero trepó por el cuerpo aún extasiado de Duo hasta situarse sobre él para poderlo besar con pasión dándole a probar su sabor entre dulce y amargo, el beso se volvió salvaje Duo recorrió con su lengua los ternos labios de Heero borrando cualquier rastro de semen que pudiera quedar y apretándose más a él le rodeó con sus piernas por la cintura.
-Oh Heero esto a sido increíble, uffff, yo deseaba tanto estar contigo – le dijo sin dejar de abrazarlo. -Pues esto solo es el comienzo mi amor, esta vez no te voy a dejar escapar, me aseguraré a que estés bien marcado por mí, serás mío y de nadie más. No soporto oler su olor en ti. – le dijo excitado y algo molesto por aún percibir algo de olor de Trowa en Duo. -Yo... lo siento, debes comprender que yo... – intentó defenderse. -Ssssshhhh, eso ya no importa, ahora eres mío y yo soy tuyo, debo marcarte para que todos sepan a quien perteneces – le habló mientras restregaba su sexo sobre la de Duo para volverlo a excitar y así pudiera disfrutar como él. -¿Marcarme? ¿qué significa, antes también lo mencionasteis en el salón? Mmmmm aunque tengo una ligera idea – se estremeció al sentir las caricias de nuevo sobre su cuerpo. -Pues si de eso se trata mmmmm si te hago el amor aaaaahhhh y te lleno de mi esencia, te marco como mío, mmmm entonces ningún otro vampiro podrá tocarte sin pagar las consecuencias. -Lo dices... aaaaaaahhhh como si fuera una propiedad – le reprocho pero sin poder evitar jadear al sentirse de nuevo excitado. -Más o menos aaaaahhhhhhh, ya sabes lo que se supones que eres, pero... esos solo es mmmm fuera de esta habitación, yo... te amo y quiero convertirte en mi esposo Duo, ¿aceptarías desposarte conmigo? Mmm – le propuso Heero. -Aaaaahhhhh Heeroooo, ¿me estás pidiendo que me case contigo? – jadeó incrédulo. -Mmmmmm, siiiiiiii – hablaba ya desesperado. -Mmmmmm, esta no es la manera... que hubiera pensado que me propondrías matrimonio pero aahhhhh ohhhhh acepto mi amor, quiero casarme contigo, te amooooooo. -Ufffff Duo no puedo más, deseo poseerte ahoraaaaaaaa – gimió descontrolado.
La mano de Heero se situó entre las piernas de Duo manchando sus dedos para lubrificarlos con el semen que se le cayó antes y situarlos sobre la rosada entrada, acariciándola con sus dedos húmedos invitándola a que cediera para permitirle la entrada voluntaria. Duo gimió al sentir la caricia tan íntima que le dedicaba Heero y abriendo más las piernas para facilitarle la favor, se relajó lo mejor que pudo para permitir la intrusión. Con cuidado Heero introdujo el primer dedo casi sin dificultad notando las paredes calientes de Duo como se contraían con espasmos que lo estaban volviendo loco, el segundo dedo no tardó en acompañar al primero con algo más de dificultad pero con éxito iniciando una sueva fricción para dilatar la puerta que les llevaría al paraíso. Los gemidos se intensificaban al mismo ritmo que marcaba Heero con sus penetraciones digitales. Duo rogaba por más, estaba borracho por el deseo, y su ruego fue otorgado con un tercer dedo dentro de él, las paredes intestinales le apretaban con exigencias. Sin poder contenerse más, Heero retiró sus dedos oyendo un gruñido de molestia por parte de Duo y se apresuró a sustituirlos por su adolorido sexo que pugnaba por entrar ya en su amante. Con mucha delicadeza, no muy propia de él y conteniendo la necesidad de entrar en Duo de una sola estocada, comenzó a empujar lentamente consiguiendo entrar solo el glande para que se fuera acostumbrando a su tamaño.
-Aaarrrrrrhhhhhh Heerooooooooo – gritó con el dolor y el placer mezclados – por Diosssss. -Aaaahhhhhhhh, Duo por favor no te muevas de esa manera, no quiero hacerte daño, ¿cómo es posible que estésssss tan estrecho, ooooohhhhhh – habló entre gemidos. -Mmmmmmm, es que... tú... – se sentía avergonzado por lo que iba a decir – es que... tú estasss más dotado que aaaaaaaaahhhhhh Tro... gimió pero Heero no le dejó continuar hablando ya que le beso con pasión mientras se introducía más en él. -Ni lo menciones aaaaaahhhh – jadeó ya completamente dentro de Duo – eres mío Duo, no lo olvides nunca, voy a darte tanto placer que te haré olvidar que yo no fui el primero.
Sin poder contenerse por más tiempo Heero comenzó a entrar y salir de Duo con un ritmo lento pero poco a poco lo fue incrementando, se agarró de las piernas de Duo para introducirse más profundamente llegando a limites que jamás creó poseer. Sus arremetidas se hicieron más profundas y apasionadas, se colocó de rodillas sin salir de Duo y le hizo levantar la cadera para poder envestirlo con mayor facilidad, Duo se aferraba de las sábanas ni poder contener sus gritos de placer, sentía su cuerpo arder y gruesas lágrimas de placer le resbalaron por el rostro.
-Arrrrggggghhhhh Duo, ¿estás bien? ¿te hago daño? – le preguntó preocupado sin para de moverse, al haber visto esas lágrimas. -Nooooo aaaaahhhhhh, son lágrimas de felicidad ooooohhhhh.
Heero le sonrió al oír esos y continuó dando placer a Duo. Cambió de posición, volviendo sobre el cuerpo afiebrado por la lujuria para devorar sus labios y cuello mientras que con su mano atrapó el pene de Duo que pedía su alivio con urgencia y así resultó, unas envestidas más y Duo se derramó de nuevo sobre su vientre y la mano de Heero.
-Aaaaaaahhh, lo siento Heero pero... no pude contenerme más – dijo con tristeza por no haber aguantado hasta que Heero se corriera con él. -Shhhh tranquilo esto no ha acabado aún.
Con cuidado salió de Duo e hizo que éste se tumbara boca abajo sobre la cama y tras separarle las piernas volvió a penetrarlo con deseo. Ambos volvían a gemir, las intensas penetraciones de Heero y el estímulo que resultaba el roce de su miembro sobre la cama habían logrado que Duo reaccionara de nuevo ante el asombro de éste. Jamás había sentido tanto placer y excitación junta. El ritmo incesante volvió de nuevo a su punto más álgido haciendo que ambos lo disfrutaran al máximo, Heero ya no podía más, rodeó con su brazo los hombros de Duo atrayéndolo más a su cuerpo para profundizar más sus últimas envestidas y cuando llegó el momento en que eyacularía se mordió el brazo reprimiendo las ganas de clavar sus colmillos en el terso cuello sudoroso de Duo.
-Aaaarhhhhhhh – gruñó de placer Heero al correrse dentro de Duo. -Oohhh sssiiii Heeroooooooo, me voyyyy a correrrrrrr de nuevooooooo – gimió Duo.
Duo quedó agotado y Heero con una sonrisa lo atrajo hacia él para abrazarlo y que descansara sobre su pecho.
-Uffff, Heero no me lo puedo creer, yo jamás... - se avergonzó por su confesión. -Lo sé, jamás hasta ahora no has tenido a un vampiro como amante, jeje – se alegró por satisfacer a su ahora amante – pero te advierto que esto no ha acabado. -¿¡QUEEEEE!? – exclamó entre asustado y sorprendido. -Jajaja, tranquilo, por ahora te dejaré descansar unas horas, pero no pienso privarme de sentirte de nuevo, he esperado mucho tiempo por esto y no quiero perder la oportunidad de amarte como debes. -Por todos los Dioses – vas a acabar conmigo – dijo en broma besando de nuevo a Heero y disfrutando estos momentos de tregua que Heero le proporcionaba. -Tranquilo, eso no ocurrirá jamás – le Saludos para la gente de :
Hola Perla, muchas gracias por escribirme y no tienes que preocuparte por tardar en escribir, no me molesta. Sobre lo que dices que es raro que no me manden reviews, pues la verdad, a mi también me apena un poco, en otros lados a tenido más aceptación, no sé a lo mejor es porque no me conocen y es que realmente no gusta mucho, pero bueno con que reciba algún que otro correo no me rendiré, jeje. Un saludo y gracias por escribirme.
Rebeca, gracias por escribirme, hacía mucho que no sabía de ti, gracias por la ayuda que me distes cuando estaba perdida, jeje a ti te debo que haya podido subir aquí el fic y en Amor yaoi. Estoy seguro que este capítulo te gustará, un beso y hasta pronto, guapa.
A Karin, gracias por volver a leer mi fic, me alegra saber que te gustó tanto para volverlo a releer, y si Instintos fue mi primer fic, creo que gustó bastante aunque ni yo misma me lo creo, jeje. Gracias gracias por todo lo que me dices, me vas a sacar los colores, exagerada, jeje. Y lo de Sensei, jeje se abrumas pero si con mi escritura hago que te de por escribir, pues me honra mucho, entonces si aceptaré a ser tu Sensei. Espero que hayas disfrutado con el tan esperado Lemon 1x2. Un saludo y hasta pronto, y para cuando tengas algo que leer, me gustaría que me avisaras, siempre leo todo lo que cae en mis manos, jeje, soy una adicta a la lectura.
Bueno creo que eso todos los que me habéis escrito, tan solo quiero dar las gracias a quienes me ha escrito e incitar a los demás que lo hagáis, me gusta conocer la opinión de todas, y acepto criticas, ya que gracias a ellas estoy viendo algunos fallos que deberé de corregir. Así que venga escribirme que no muerdo a nadie, jeje. Un saludo a todos. Chipita.
---------------------------------------------------------------------------- --------------------
Yo te protegeré
Cap. 10
Viernes 26 de Marzo de 1204
A pesar de todo, hoy ha sido el día más feliz de mi vida, por
fin el destino me
sonríe. Es una locura todo surgió tan deprisa que no me explico
como pudo
pasar algo así. Como yo me había propuesto rehuí de Heeroshi, me
buscaba
cualquier pretexto para no verle, había llegado a ser muy
difícil para mí
ocultar lo que sentía, así que me obligué a no verlo. Para mii
padre fue muy
gustoso poder despachar, eso si muy amablemente, las continuas
visitas del
hijo del socio. Así estuvimos durante varias semanas, y mi
apretada agenda
social no me permitía estar mucho tiempo libre. Pensé que con la
distancia y
el tiempo las cosas cambiarían, mi amor imposible se iría
debilitando pero
para mi desgracia eso no fue así, sino todo lo contrario. Hace
un par de día,
el Martes 23, para ser más concreto, hubo una recepción en la
mansión de
Lord Stanford, virrey de Gundam, para anunciar el compromiso de
la hija
de éste. Al ser un acto oficial me vi obligado a asistir junto a
mis padres y
hermanos y por supuesto con mi prometida Lady Relena, a la
recepción
asistiría toda la flor y nata de la región, tanto nobles como
importantes
hombres de negocios y mecenas de la corte. Mi temor a
reencontrarme con
la familia Yui y en especial con el heredero se vio mermado al
conocer por
boca de mi padre que tanto la Familia Yui como Heeroshi no
podían asistir
debido a un inesperado viaje de negocios que les había surgido
ese mismo
día, con más pesar que alegría en mi corazón por la noticia, me
preparé
para asistir a aquella hipócrita recepción. Fui a buscar a mi
prometida
como trata el protocolo y a la hora acordada nos encontramos mi
familia
y la familia Peacecraf en la Mansión Stanford. La recepción
transcurrió
tranquila, lo típico, conversaciones sin sentido con personajes
de alta posición, presentaciones de rigor, algún que otro baile
obligado con las hijas de algún
pez gordo de la corte, un poco de bebida para amenizar el
suplicio y después
la cena de postín. Después como es la tradición las mujeres se
retiraron a la
ala Este de Castillo para su típica reunión de mujeres dejando a
los varones
en el gran estudio donde se habló de nuevos proyectos, política
y asuntos
según ellos "temas de hombres". Sin poder aguantar tanta
soberbia y cinismo
pedí permiso a padre para ausentarme e ir a dar un paseo por los
jardines de
la Mansión. Viendo que no había nada por que preocuparse padre
aceptó
darme su beneplácito para ausentarme alegando que me afectó un
ligero
malestar. No sé cuanto tiempo estuve paseando por aquellos
impresionantes
jardines, eran precioso, amplio llenos de diversas clases de
flores y arbustos,
recuerdo que me adentré en una zona del jardín que parecía
privado, allí el
aroma de las flores nocturnas embriagaba el ambiente. De pronto
un sonido
extraño me alertó, al girarme para mirar que había producido
aquel ruido no
vi a nadie pero de pronto sentí una presencia detrás de mí y una
fuerte mano
me tapó la boca evitando que pidiera auxilio, entonces percibí
el calor de un
cuerpo junto al mío y un inconfundible olor que me alteró todos
los sentidos.
No me podía explicar que hacía allí Heeroshi,, ¡Se suponía que
estaba de viaje
con su familia!. Antes de que pudiera protestar cualquier cosa,
me arrastro
hasta una zona más apartada del jardín donde había un pequeño
laberinto
de setos. Una vez que se aseguró que no nos veían ni nos oían,
me soltó de
su agarré y pude respirar con libertad. Lo primero que recuerdo
que le dije
fue un montón de improperios y reproches por su proceder. Estaba
furioso
ya que su presencia hacía que mi fuerza de voluntad decayera
como una
pesada piedra en el fondo de una poza.. Entonces fue su turno de
reproches,
me reprochó el hecho de no quererle ver más sin ninguna
explicación, estaba
molesto, no mejor dicho, muy molesto por mi trato, según él, él
me había
dado su amistad sin contemplaciones, había desatendido su
trabajo por
estar conmigo hasta en más de una ocasión tubo que enfrentarse a
su
padre por tal inusual amistad con el hijo del gobernador. Para
mi sorpresa
pude comprobar que Heeroshi estaba herido por mi comportamiento,
entonces me preguntó porque rehuía de él, ya que todas esas
excusas que
le había dicho no le convencían en nada, sabía que había un
motivo por
el cual no quería verlo, solo me pidió una explicación
convincente y de
ser así él respetaría mi decisión a no verse nunca más, pero eso
sí, tenía
que darle una explicación. Yo no supe que decirle, no podía
decirle la
verdad, sería muy embarazoso, pero si lo miraba por otro lado sí
se lo
confesaba seguramente se alejaría de mí al conocer mi pecado,
pero no
me atrevía a confesárselo. Entonces lo trate de escapar de la
situación
alegando que mi padre me estaría buscando, eso no pareció
importarle
demasiado porque enseguida me atrapó por una de mis muñecas y no
me soltó. Su contacto me puso muy nervioso y eso debió de
notarlo,
volvió a exigirme una explicación, su paciencia se le estaba
acabando.
Al ver que comenzaba a enfurecerse, tuve que decirle que mi
padre me
había prohibido verlo porque según él, me restaba tiempo para
cortejar
a mi prometida, no sé porque le dije eso pero en parte era
verdad. Pude
ver como mi confesión le hizo enfurecerse aún más, pero esta vez
su ira
estaba dirigida hacia mi padre. Tuve que impedirle que fuera al
encuentro
de mi padre, pero le rogué que no fuera, ya que eso traería
repercusiones
para él y para mí. Las cosas se tranquilizaron un poco, los dos
nos
quedamos en silencio, supongo que para pensar en nuestros
pensamientos.
Le di las gracias por su amistad y por los maravillosos días que
habíamos
podido compartir pero le tuve que pedir que no me visitara más,
ya que
eso solo haría que las cosas empeoraran, cuando iba a
despedirme Heeroshi
me cogió del brazo para tirar de mí y casi arrastrarme por el
interior del
laberinto para atravesarlo y salir por la parte posterior donde
un caballo
esperaba a la llegada de su amo. Sin saber lo que pretendía, me
vi sujetado
por mi cintura por Heeroshi y subido a su caballo, iba a
protestar pero no
me dejó ya que su mano de nuevo impedía que pidiera auxilio.
Salió de las
propiedades de la Mansión Stanford y se dirigió hacia oeste,
cabalgamos
durante media hora, no sabía hacia donde nos dirigíamos, ya que
la oscuridad
de la noche no me permitió distinguir el camino. De pronto
Heeroshi se
detuvo y me permitió bajar de su caballo. Le chillé, le llamé
loco e
imprudente por aquel supuesto secuestro, le exigí que me llevase
de nuevo
con mi familia, pero antes de poder seguir protestando Heeroshi
en un
arranque inesperado me acalló de una manera que jamás hubiera
pensado.
¡¡ME BESÓ!!, sus brazos me rodearon la cintura y me atrajo a su
cuerpo,
yo no podía creerlo, mi más preciado deseo que estaba haciendo
realidad y
no era un sueño. Al tener que romper el tan deseado beso debido
a la falta
de aire, me separé de él y le miré sorprendido, no supe que
decirle, me miró
esperando alguna respuesta pero mi garganta se negaba a
pronunciar ningún
sonido, como veía que no iba a decir nada se apresuró a hablar
él. Al principio
me pidió disculpas por la reacción que había tenido entonces me
confesó que
estaba enamorado de mí desde la primera vez que me vio, desde el
principio
tuvo muy claro sus sentimientos y su deseo por mantener una
relación conmigo
aún sabiendo que yo estaba comprometido, al ver que mi padre
intentaba
separarnos se desesperó y actuó de manera intempestiva. Sabía
que era una
relación casi imposible y sobretodo sería cuestionada y
repudiada por la
sociedad pero a él le daba igual, me prometió que si yo le daba
la oportunidad
lucharía por nuestro amor con quien hiciera falta. Estaba como
en una nube,
mi amor era correspondido, sin poder acallar por más tiempo mi
corazón me
lancé a sus brazos y le confesé mis sentimientos. Me juró amor
eterno y
prometió cuidar de mí, por ahora deberíamos ocultar nuestra
relación ante los
demás, así Heeroshi le daría tiempo para buscar un lugar donde
pudiéramos
vivir juntos sin tenernos que ocultar de nadie, lo más seguro es
que tengamos
que marcharnos del país pero a mi no me importa, no tengo nada
aquí, excepto
a él, que me retenga. Estuvimos rato juntos, planeando nuestro
futuro juntos. Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!! Fue tan tierno
conmigo, nos sentamos
a contemplar las estrellas mientras me daba promesas de amor, y
me abrazaba,
nos estuvimos besando por largo tiempo, aún puedo sentir sus
labios sobre los
míos y sus caricias ardientes por mi cuerpo, Heeroshi es
increíble, tiene la
facilidad de hacerme sentir especial, siento que a su lado soy
alguien especial,
me quiere por como soy y no por quien soy, por desgracia tuvimos
que regresar,
ya que habían pasado varias horas desde que a dar mi paseo y si
no regresaba
pronto podría parecer sospechoso., Con ferviente pasión
disfrutamos los
últimos minutos de privacidad antes de volver, después me llevó
de regreso,
me despedí de mi amor con un beso tierno y lleno de promesas,
luego desapareció
de la misma manera que apareció y tuve que regresar al salón
junto a los
demás hombre, por suerte nadie notó mi ausencia, ya que seguían
con su
acalorada conversación de la misma manera que cuando me había
marchado.
Ya ves querido diario, mi vida a dado un vuelco de 360ª en pocos
meses y todo
gracias a un apuesto hombre de ojos azul cobalto y piel canela,
que me ha robado
el corazón. Dios no puedo dejar de pensar en los besos que me
obsequió, si antes
lo extrañaba no saber cuanto lo hago ahora. Estoy deseando verlo
de nuevo,
desde ese día no le he vuelto a ver pero sin saber como ni quien
cada día me ha
llegado una nota de él diciendo cuanto me ama y que cuentas los
segundos hasta
que nos volvamos a ver. No veo la hora de que eso suceda. Por
ahora me tengo
que despedir, en cuanto pueda te contaré más.
Se despide por ahora Duo B. Maxwell, locamente enamorado.
X X X X
-Vaya después de todo mi antepasado pudo ser feliz – dijo en voz alta Duo que leía muy interesado sobre la cama esperando que llegase pronto Heero, sin darse cuenta ya habían pasado dos horas desde que se marchó. -Desde luego que mente más estrecha tenían en esa época – dijo Duo algo molesto – por lo que estoy leyendo parece que las cosas van bien, no sé que llegó desencadenar una maldición como la del Clan Yuy, parece que no hay nada extraño, los nombres que van surgiendo en el diario son de personas normales, no hay nada sobrenatural. Tendré que seguir leyendo.
Sábado, 16 de Abril de 1204
Mi querido diario, me parece mentira pero ya llevo tres semanas
de relación
secreta con Heeroshi y cada vez le amo más, por desgracia no nos
podemos
ver tanto como quisiéramos pero al menos aprovechamos al máximo
el tiempo
que pasamos juntos, casi siempre tengo que escaparme de casa
para encontrarme
con mi amor o organizar alguna reunión ficticia con algún
posible cliente de
mi padre. Hasta mi padre está sorprendido por el creciente
interés por los
negocios, jeje si se enterase realmente de con quien me
entrevisto, jeje, seguro
que me mataría. La semana que viene hemos planeado hacer una
escapada a
la casa de retiro que mi familia posee en el bosque, lo tenemos
podo planeado, supuestamente Heero se marcha por asuntos de
negocios fuera de la región
por una semana y yo he programado una serie de entrevistas con
unos posibles
comerciantes que están interesados en la compra de seda y
especies del mercado
que mi padre posee de las indias. Seguramente mi padre me
hostigará durante
toda esta semana "instruyéndome" como él dice para hacer buenos
negocios.
Está casi todo preparado y me muero de ganas por que llegue el
Viernes,
debido a que debemos llegar por separado para no levantar
sospechas le he
entregado una copia de las llaves de la casa, por suerte la
servidumbre
tiene esa semana libre y no habrá nadie que nos pueda molestar,
Dios
perece mentira en tan solo tres meses lo que me ha cambiado la
vida y no
precisamente por el compromiso obligado sino por mi gran amor,
ya no me
importa lo que sucederá, sé que Heeroshi no permitirá que me
case con Lady
Relena, espero de todo corazón que pueda perdonarme por lo que
voy hacerle
pero sé que me comprenderá, al corazón no se le puede mandar.
Estoy tan
nervioso... pasaremos una semana entera juntos los dos solos y
tengo el
presentimiento que será una semana inolvidable, supongo que ya
tan esperado
momento llegará, hasta hora hemos retozado juntos pero sin
llegar a
sobrepasarnos, el se ha comportado como todo un caballero, no es
que no
desease entregarme a él, Dios sabe lo difícil que era para mí en
algunas
situaciones, pero deseaba que fuera algo especial, no en un
arranque de
pasión y de cualquier manera, creo que Heeroshi lo intuyó y por
eso no
presionó la situación, tanto él como yo deseamos que ese día sea
todo
perfecto... y ese día llegará la próxima semana, estoy seguro y
entonces
me entregaré a él sin dudarlo, porque Heeroshi es la persona con
la que
quiero pasar el resto de mi vida. Bueno por ahora te dejo
querido diario,
tengo que acabar los últimos preparativos para nuestra escapada,
no te
preocupes, te llevaré conmigo así nadie podrá leerte pero lo más
seguro que
no pueda escribir hasta pasada la semana, no quiero perder ni un
segundo
para estar con mi amor. Por eso es que el no nos veremos hasta
el próximo
viernes.
Me despido hasta la próxima semana, Duo B. Maxwell.
X X X X
Jueves, 22 de Abril de 1204
Hola querido diario, sé que te comenté que no te escribiría
hasta dentro de una
semana pero es que estoy tan nervioso que no puedo conciliar el
sueño, mañana
es el gran día. Como ya me imaginé mi padre me estuvo dando
consejos para mí
viaje de negocios, es increíble lo bien que me trata y lo que se
preocupa por mí
cuando le interesa, pero bueno ya estoy acostumbrado a eso.
Ahora mismo estoy
tumbado en mi amplia cama sin poder dormir y escribiendo estas
líneas, contando
los minutos para que llegue el amanecer y con él el día en que
me reuniré con mi
amado que seguro me esperará en la Casa del Bosque. Creo que
será mejor que
intente dormir ya que sol altas horas ya de la madrugada y
quiero estar
descansado para estor con Heeroshi. Ahora si me despido hasta la
semana que
viene, deséame suerte.
Se despide un nervioso Duo B. Maxwell.
X X X X
Viernes 30 de Abril de 1204.
Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!! Querido diario,
no sé que
definirlo, simplemente esta semana a sido INCREÍBLE. No hace ni
una hora
que nos tuvimos que separar que ya lo hecho de menos, si de algo
me sirvió esta
semana junto a Heeroshi fue para descubrir, la dependencia que
tengo por él,
ahora anhelo más estar entre sus brazos, respirar de su propio
aliento, sentir
sus caricias quemándome la piel y desear con delirio sentirme
parte de él. Son
tantos los sentimientos que embargan mi corazón que no sé como
expresarme.
Pero vallamos por paso así te lo iré explicado paso a paso mi
maravillosa semana.
El primer día, el viernes después de dirigirme hacia la ciudad
para buscar mi
medio de transporte que me llevaría las afueras de la región de
Gundam para asistir
a mi primera cita de negocios, pude burlar la vigilancia de
padre y me dirigí hacia la
Casa del Bosque, llegué a media tarde y como supuse Heeroshi me
estaba esperando
allí. Su recibimiento fue muy cálido, después de colocar mi
equipaje, ya que el suyo
al llevar varias horas allí, ya lo había acomodado en unas de
las habitaciones que compartiríamos, luego decidimos dar un
paseo por los alrededores, estuvimos
hablando de todo un poco, Heeroshi que contó que ya tenía una
pequeña propiedad
a su nombre fuera del país para nosotros, pero aún debíamos
esperar un poco más
ya que faltaba ultimar unos pequeños detalles antes de poder
desplazarnos allí, el
tema del dinero no había problema ya que Heeroshi poseía una
pequeña fortuna,
las horas pasaron hasta que llegó el anochecer, decidimos
quedarnos un rato más
en la pequeña colina que había junto a la Casa para poder
disfrutar la apuesta de
Sol, fue espectacular. Después regresamos al Castillo para poder
cenar y después
retirarnos a descansar a nuestra alcoba. Al no tener criados yo
mismo le prepararé
una sencilla cena de la cual me dijo que le encantó. Llego la
hora de acostarnos
y mis nervios de dispararon, Heeroshi muy gentilmente preparó un
baño que con
algo de reticencia accedí a compartir con él, fue algo que no
puedo contar con palabras,
ver el cuerpo gallardo y atlético de Heeroshi me dejó sin
respiración, simplemente
no puedo creer que tanta perfección esté en un mismo cuerpo, su
inigualable
anatomía me dejó sin aire, su piel morena brillaba con el agua
de la bañera,
su cuerpo musculado y fibroso me recibió con infinita ternura y
delicadeza,
me encontraba en el paraíso y Heeroshi era mi ángel de la
guarda. A pesar del
relajante baño me fue imposible relajarme, estaba demasiado
tenso y nervioso y
supongo que Heeroshi se dio cuenta porque al salir de la bañera
me cubrió con
un suave toallón y llevándome en brazos me deposito con el mayor
de los cuidados
sobre nuestra cama. Él se tumbó a mi lado y me dio las buenas
noches cobijándome
entre sus brazos no sin antes besarme repetidas veces con una
ternura que me
conmovió. Quise protestar ya que se suponía que debíamos tener
nuestra primera
noche pero el no me dejó explicárselo, alegando que habría otras
noches para estar
juntos y que ahora lo principal era que descansara junto a él y
me tranquilizara,
él no forzaría la situación y esperaría a que estuviera listo
para entregarse
mutuamente. El Sábado amaneció espléndido, estuvimos en la cama
hasta tarde, disfrutando de nuestra compañía y dedicándonos
arrumacos y palabras tiernas
hasta que nuestros estómagos reclamaron algo de alimento.
Heeroshi no me
permitió levantarme de la cama, él quería preparar el desayuno,
salió de la alcoba
tan solo con sus mallas puestas y se dirigió a la cocina, al
cabo de un rato apareció
con una gran bandeja con distintos zumos de frutas, tostadas con
mermelada,
huevos y distintos fiambre, leche, té y no se cosas más.
Desayunamos en la cama
y continuamos en ella bastante rato más después del copioso
desayuno. Después
de ello Heeroshi me pidió que fuera a la cocina a preparar algo
de comida para
llevar y que luego preparase dos caballos para salir a cabalgar
mientras él se
ocupaba de algo importante que le fue imposible hacer. Por más
que le suplique
en aquel momento que me dijera que se trataba el no dijo nada,
solo me confesó
que era una sorpresa para cuando llegáramos del paseo a caballo.
Así que no
tuve más remedio que obedecer. Prepare algunos bocadillos fríos,
fruta, zumos
y algo de ensalada y lo esperé en la caballerizas. No tarde
mucho en esperar y
por fin nos fuimos a nuestro nuevo paseo romántico, pasamos gran
parte del
día fuera y gracias a la comida que llevamos no pasamos hambre,
al regresar
a la Casa, dejamos la cesta de la comida en la cocina y nos
dirigimos hacia
nuestra habitación para tomar un baño pero entonces Heeroshi
hizo algo
que no me lo esperaba, antes de poder abrir la puerta de nuestra
habitación
me detuvo y tras preguntarme si confiaba en él me vendo los ojos
para que
no viera lo que había en la habitación, con cuidado me guió
hacia el cuarto
de baño y procedió a llenar la bañera, una vez lista, sentí que
se acercó a mí
y comenzó a desvestirme, cada prenda mía caía al suelo con
lentitud llenándome
de caricias mientras lo hacía, sin quitarme la venda de los ojos
deshizo mi larga
trenza acariciando u besando cada hebra de mi pelo, luego sentí
como Heeroshi
se desprendía de su ropaje no con tanta lentitud como lo había
hecho conmigo,
una vez los dos desnudos me condujo hacia la bañera y allí nos
sumergimos
en las aguas aromáticas que había preparado, me lavó con la
delicadeza que
se lava una fina figura de cristal, luego lo intenté yo aún con
los ojos
vendados guiándome con mis manos cosa que hizo que le provocase
más de
un suspiro placentero. Estuvimos besándonos hasta que sentimos
que el
agua se había enfriando a pesar de la elevada temperatura de
nuestros
cuerpos excitados. Como la noche anterior Heeroshi me llevó en
brazos
hasta la alcoba pero en vez de depositarme en la suave cama me
dejó en el
centro de la habitación y con lentitud me descubrió los ojos. La
sorpresa
que me llevé fue mayúscula, la alcoba estaba completamente llena
de rosas
rojas, mirase donde mirase había un hermoso ramo pero lo que más
me
estremeció fue ver que sobre nuestro lecho descansaban numerosos
pétalos
de rosa, no sé porque antes no pude darme cuenta pero un
agradable aroma
embragaba la estancia. No me pude contener y me lancé a sus
brazos diciéndole
cuanto lo amaba y lo feliz que me estaba haciendo, Heeroshi me
correspondió
con deseo, mis primeros besos de agradecimiento se fueron
convirtiendo en
besos apasionados y exigentes, mis manos no pudieron quedarse
quieras y
comencé a recorres su fantástico cuerpo, Heeroshi hizo lo mismo
conmigo
y en un arrebato de pasión le pedí que me hiciera suyo. Heeroshi
me levantó
haciendo que yo le rodease con mis piernas por su cintura y me
llevó a
nuestra cama, sin dejar en ningún momento, de besarme, nuestras
respiraciones se aceleraron al igual que nuestros latidos, me
tumbó boca
arriba colocándose sobre mí para cubrirme de besos húmedos sobre
mi
rostro deslizándose poco a poco hacia mi pecho, se entretuvo un
tiempo
con uno de mis pezones y luego con el otro, miles de corrientes
eléctricas
me recorrieron por todo el cuerpo, no pude reprimir mis gemidos,
sus besos
me torturaban y yo lo único que podía era aferrarme a su sedosa
cabellera
castaña que caía suelta sobre su amplia espalda. Sus manos al
igual que
su lengua me atormentaba con sensuales caricias, hasta que un
estallido
de placer me hizo estremecer por completo, Heeroshi se había
posesionado
de mi miembro erecto y lo lamía con fervor y adoración, mi
espalda se curvó
por el placer sobre los pétalos de la cama, mi amor se centro en
proporcionarme
el mayor de los placeres, su boca húmeda me envolvía de una
manera cálida
pero exigente, mis tímidos gemidos se convirtieron en gritos de
placer cuando
de forma imprevista sentí que algo invadía mi intimidad, al
principio me
tensé por el leve malestar que noté pero los diestros dedos de
Heeroshi me
reconfortaron enseguida llegando a albergar tres de sus dedos,
entonces
no pude más y le suplique que me poseyera. Al ver mi necesidad,
Heeroshi
se apiadó de mí y tras volverme a besar desesperadamente se
acomodó sin
aplastarme entre mis piernas, iba a penetrarme cuando de repente
se detuvo,
iba ha levantarse de la cama para ir a buscar no sé que cosa
cuando lo detuve
y le pregunté que ocurría. Heeroshi estaba preocupado por si me
hacía daño y
por eso iba a buscar algo para que ayudase a la penetración pero
no le dejé,
mi urgencia por sentirlo ya dentro de mí me hizo actuar de
manera impulsiva.
Heeroshi que aún permanecía de rodillas sobre la cama, se calló
hacia a tras
al empujarle contra la cama y sin pensármelo dos veces atrapé su
masculinidad
entre mis labios y comencé a lubricarlo, ahora eran los gemidos
de Heeroshi los
que inundaban la alcoba, sé que no lo hice algo torpemente pero
la pasión no
me dejó pensar con claridad, estaba tan cegado en proporcionarle
placer que
no me di cuenta que Heeroshi estuvo a punto de correrse, pero
con un rápido
movimiento pudo liberar su miembro de mi boca hambrienta por
complacerle
y sin saber como me vi de nuevo bajo su cuerpo varonil. Con todo
en cuidado
que pudo y tras separarme las piernas fue introduciendo su pene
dentro de
mi, primero su glande y una vez que me adapté a su intrusión el
resto de su
miembro. El ritmo inicial fue lento, no quería lastimarme, pero
poco a poco
fue acelerando y profundizando en sus envestidas, ambos gemimos
enloquecidos
por el placer que sentíamos, mientras se movía dentro de mi no
dejó de besarme
y de acariciarme al igual que yo. Dios cuando lo recuerdo mi
piel se eriza. Sus
penetraciones aumentaron considerablemente, cada poro de mi piel
exigía ser
acariciado por él, gemíamos sin contemplación, pensé que
llegaría a morir por
el alto nivel de placer que me estaba proporcionando, iba a
enloquecer. No
tardaríamos mucho en sucumbir a la pasión. Heero me aferró más
su cuerpo
quedando mi miembro atrapado entre sus fuertes abdominales y mi
estomago,
la fricción era deliciosa y sin poder aguantar más tras un largo
gemido de
placer me derramé entre nuestros cuerpos siendo seguido segundos
después
por Heeroshi que tras un alarido de gozo dejó anidada su semilla
dentro
de mí. Sin separar nuestros cuerpos aún Heeroshi me colocó de
medio lado
para no ser aplastado por su cuerpo y permanecimos abrazados
asimilado
cada uno de los sentimientos que habíamos descubierto al
entregarnos en
cuerpo y alma y para tranquilizar nuestro corazón y nuestro
aliento. Por
fin me había entregado al ser que amaba, sentí que un fuerte
lazo nos
había unido que nada ni nadie nos podría separar, estaríamos
siempre
juntos. Con cuidado Heeroshi salió de mi cuerpo y tras jurarme
amor
eterno me recostó a su lado para que descansara. Fue la mejor
noche
de mi vida, estuvimos abrazados hasta que el sueño nos venció.
No
se cuanto tiempo pasó pero cuando desperté Heeroshi estaba tras
mi
espalda, me había cubierto hasta la cintura con la sedosa sábana
que
aún conservaba la fragancia a rosas, los dos estábamos estirados
de
medio lado, yo le daba la espalda y él me acariciaba el hombro
derecho
desnudo. Sus dedos recorrían el mismo recorrido una y otra vez
trazando
un dibujo que no pude entender hasta que se lo pregunté,
entonces me lo
dijo "sabes una cosa mi amor... desearía poder marcarte para que
todo el
mundo supiera que eres mío... tatuaría mi emblema en tu hombro,
llevarías
mi marca y así te reconocería por toda la eternidad, mi amor..."
fue tan
dulce que le recompensé con un apasionado beso. Tras hacer un
poco el vago,
nos levantamos y nos dirigimos a preparar la cena. Comimos algo
ligero y nos
dirigimos al salón, a pesar que no hacía frío y se respiraba un
ambiente cálido,
Heeroshi encendió la chimenea, preparó una cama improvisada con
mantas y
cojines frente a la chimenea encendida y nos recostamos para
digerir nuestra
cena y disfrutar del crepitar de las llamas en compañía del uno
del otro
mientras hablábamos con nuestros cuerpos entrelazados hasta que
caímos
dormidos. El Domingo nos sorprendió en el salón de la Casa, nos
habíamos
dormido sin darnos cuenta, con algo de pereza nos levantamos
para ir a
bañarnos los dos juntos, repetimos el mismo ritual de baño, él
me bañaba a
mi y yo a él con la diferencia que esta vez, nuestros toqueteos
nos provocó que
nos volviéramos entregar en aquella enorme bañera. Heeroshi como
la noche
pasada me procuró ternura y amor en cada gesto y caricia, nos
amamos de la
misma manera apasionada que la noche anterior. Después de
amarnos nos
vestimos y fuimos almorzar, salimos a cabalgar llegando hasta un
hermoso
lago, que hasta ahora desconocía, nos bañamos y pasamos la gran
parte del
día, pero debido a que no nos llevamos comida tuvimos que
regresa y de nuevo
nos quedamos en la Casa. Preferíamos quedarnos allí para no ser
molestado
por nadie. Querido diario, me encantaría describirte lo que
ocurrió el resto de
la semana pero creo que te será algo aburrido, porque la no
hicimos nada
especial, solo aprovechamos para estar juntos, hicimos alguna
que otra salida
pero lo más significativo y lo que más disfruté fue pasar todos
aquellos
momentos de intimidad con Heeroshi, jeje, hicimos el amor a
diario incluso
varias veces al día, no queríamos dejar de demostrarnos cuanto
nos amamos.
En una de esos momentos tan hermosos que vivimos Heeroshi me
confesó que
adelantaría nuestros planes para huir debido que no deseaba
separarse de mí
según me dijo "... ahora que he probado tu cuerpo y he tocado tú
alma con mi
corazón, no podré soportar estar mucho tiempo separado de ti mi
amor. Me
he vuelto un adicto a tu presencia...". Ambos estuvimos tentados
de escapar
ese mismo día, sin esperar al mañana pero pensándolo con la
mente fría aquello
no podía realizarse de aquella manera. Debíamos forjar unos
cimientos fuertes
para nuestra nueva vida y el salir precipitadamente solo nos
traería problemas.
Por duro que nos resultara separarnos ahora debíamos esperar un
poco más,
solo un poco más y luego podríamos vivir felices para siempre.
Ya ves querido diario, mi suerte me sonríe por primera vez y
pienso sujetarla
fuerte para que no se vaya, amo a Heeroshi de una manera que
jamás imaginé
que podría hacerlo, él es mi vida mi mundo y con él todo lo
demás me sobra.
Ahora solo me queda esperar, tener paciencia para que llegue el
momento de
reunirme con mi amor para no separarme nunca más de él.
Aaaaahhhhhhhhh, soy tan feliz que pienso que voy a flotar, pero
por desgracia
tengo que ocultar lo que siento para que mi familia no sospeche.
Voy a ir
preparando mis pocas pertenencias de manera secreta para que
cuando llegue el
momento lo tenga todo listo. Oh Heeroshi cuento los segundos que
me faltan para
reunirme contigo amor mío, te debo tanto, mes estás haciendo tan
feliz que si
tuviera que morir en este momento moriría en paz por haber amado
como lo he
hecho, por haberte amado mi amor.
Me despido por ahora querido diario, Duo B. Maxwell.
X X X X
-----------------------------------------------------------------------
-----------------
-Trowa – llamó el vampiro viendo al joven con preocupación - ¿ocurre algo? Has estado muy callado hasta ahora. -No... no me pasa nada Quatre, es solo que pensaba en todo este asunto, y la verdad no me gusta nada, no se como va acabar todo esto – le confesó algo asustado. -Pues como va acabar... acabará bien, te lo aseguro mi amor – le contestó abrazando a su amante que se resguardo en su pecho – ahora que te he conocido no voy a permitir que me separen de ti. Lucharé por ti, por una vida en paz a tu lado. -Ojalá que así sea. Ahora que sabemos donde está la gente de Wufei, ¿qué vamos hacer? – le preguntó mientras que regresaba de las cocinas tras haber hablado con la muchacha que Duo les había dicho. -Tengo que ir hablar con Zech y contarle todo lo que sabemos – le comentó mientras caminaba junto a él sujetándole de la cintura. -¿Y yo? ¿qué puedo hacer? – le preguntó Trowa. -Tú nada, no quiero arriesgarte a que corras algún peligro. -Pero yo quiero ayudar – le dijo molesto, por haberlo dejado al margen. -Está bien, no te enfades, haremos una cosa, Heero nos dijo que tenía que salir y que dejaba solo a Duo, pues como está solo en la alcoba que comparte con Heero, irás con él y así os vigilaréis el uno al otro, en caso de que surja algún imprevisto solo tienes que llamarme con la mente, yo mantendré mi enlace contigo y sabré como te encuentras en todo momento, ¿te parece bien?. -De acuerdo lo haré aunque me molesta que me relegues a niñera – le dijo Trowa molesto. -Pensé que te gustaría estar con tu ex amante – le dijo con malicia y con una mirada seria. -No me molesta eso, por supuesto que me gusta estar con él, pero me gustaría que confiaras más en mi, quiero hacer algo importante, quiero ayudarte a vencer a esos desgraciados. -Claro que confío en ti precioso – le dijo acercándose a él para besarle apasionadamente – pero esto es muy peligroso, no olvides que tratamos con individuos que tienes poderes sobrenaturales, y aunque eres un adorable y seductor joven, tu fuerza no es suficiente para vencer ni al más débil de los vampiros que está aquí. – le dijo preocupado. -Puede que no sea tan poderoso como ellos pero tengo ingenio, ya sobreviví a un ataque de vampiros hace tiempo, la fuerza no es todo, con inteligencia y agilidad puedo derrotarlos. -Puede que si mi amor, pero no quiero arriesgarme, debes comprenderlo Trowa – le pidió Quatre. -Está bien, lo entiendo, ahora será mejor que vayamos haber como está Duo, Heero hace mucho tiempo que se marchó y no es muy conveniente dejarlo solo. -Bien pues vayamos – le dijo Quatre sujetándolo de una de sus muñecas para acercarlo a su cuerpo y con un movimiento rápido se cubrió a él y a Trowa con su capa y tras recitar un sencillo hechizo aparecieron junto a la puerta de Heero.
-No sé si podré adaptarme a esto – dijo algo mareado Trowa. -Tranquilo, lo harás – le sonrió a su amante.
Toc toc, se oyó en la puerta de su habitación, alguien estaba llamando, con algo de miedo Duo dejó el diario escondido bajo la almohada y se levantó con pasos lentos hacia la puerta.
-¿Qui... quien es? – preguntó asustado Duo. -Duo, soy Quatre, por favor abre la puerta – se oyó la voz del vampiro rubio.
Duo fue a abrir pero la advertencia de Heero le llegó a la cabeza.
-¿Cómo sé que eres el verdadero Quatre? – preguntó de repente. -Je muy buena respuesta – se rió Quatre ante la ocurrencia del trenzado – puedes estar tranquilo, Heero me avisó que estabas solo ya que fue a Okina, Trowa está conmigo, se quedará contigo hasta que regrese Heero, yo mientras iré hablar con Zech... -¿Trowa estás ahí? – le preguntó gritando, e interrumpiendo la conversación del rubio. -Si Duo, tranquilo, somos nosotros, puedes abrir sin miedo. -Es que Heero mi dijo que no me fiara de nadie – habló a través de la puerta cerrada. -Tranquilo Duo, Heero hizo un hechizo a esta puerta, si no fuera el auténtico Quatre no podría estar hablando a través de la puerta, su hechizo no me dejaría acercarme a más de diez metros. Y para convencerte te diré que vengo de las cocinas de hablar con la chica que tu nos dijistes y ahora tengo que hablar con Zech para poder liberar a la gente del Clan del chico de Zech. -Eehhh... está bien, me has convencido, voy abrir – dijo aún asustado Duo.
Con miedo Duo abrió la puerta, tras hacerlo pudo ver a un Quatre sonriente que abrazaba aun Trowa con una media sonrisa.
-Esto... lo siento Quatre por ser tan confiado pero Heero dijo que... -Tranquilo – interrumpió al trenzado entrando en la alcoba junto a Trowa – has hecho bien, es mejor estar prevenido. -¿Va todo bien? – preguntó Trowa. -Err... si esta leyendo mientras espero a que regrese Heero – comentó Duo. -Bueno mi amor – dijo Quatre a Trowa – puedo dejarte a solas con Duo, ¿verdad? – le dijo medio en broma y medio en serio. -Claro que si baka – le respondió ofendido – ya sabes lo que siento por ti – dijo en voz baja, un poco incomodado por que Duo viese la escena tierna entre el y su nueva pareja. -Lo sé, solo quería estar seguro – le dijo besándole con pasión – por cierto Duo – dijo separándose un poco de Trowa – Heero no tardará en llegar, no salgáis de aquí bajo ningún concepto. -Errr.... si claro – dijo completamente sonrojado por haber presenciado tan romántica escena de Trowa y el vampiro rubio. -Bueno me voy, cerraros bien, e cuanto pueda vendré a buscaros. -Si de acuerdo... Quatre espera – le gritó antes de que desapareciera tras la puerta. -¿Sí? – dijo curioso. -Ten cuidado, ¿quieres? – le pidió Trowa a su amante. -Lo tendré – le respondió con una sonrisa y se fue.
---------------------------------------------------------------- ----------------
En los aposentos de compartían Zech y Wufei, el primero miraba por la ventana el cielo oscuro mientras se perdía entre sus pensamientos y el segundo estaba sentado en los amplios sillones escuchando el tenso silencio. Desde que habían regresado del bosque ambos se sumergieron en un silencio un tanto incómodo, el haber estado hablando de cosas tan privadas había hecho cambiar la manera de pensar respecto al otro. De pronto alguien llamó a la puerta. Zech se puso en alerta diciéndole a Wufei que se retirara de la puerta y se pusiera cerca de él.
-¿Quién es? – preguntó Zech a la defensiva. -Zech, soy yo Quatre, ábreme, tengo información sobre el asunto de Wufei – le dijo Quatre.
Zech se concentró en reconocer el aura de Quatre y se acercó a la puerta para abrirla, no había peligro, era realmente Quatre.
-Hola amigo, fue bien tu paseo – dijo con ironía Quatre. -Err... sí, tranquilo por ahora he desistido de matar a esa rata, pero no te lo podré asegurar la próxima vez que lo vea. -Jeje, lo sé... pero ahora debemos concentrarnos en lo principal, después podrás cortarlo en rodajas si te apetece – le dijo sonriendo y guiñándole un ojo. -¿Has descubierto algo? – preguntó de repente un ansioso Wufei. -Eh, así Wufei, pero primero déjame entrar, aquí las paredes hablan – y tras cerrar la puerta utilizó un conjuro de insonorizante para que nadie pudiera oír lo que iban a tratar. -Ehhh, sí, disculpa – dijo avergonzado Wufei. -¿Y bien que has averiguado? – le preguntó Zech una vez sentados todos en los sillones. -Sé donde están encerrados y como sacarlos de aquí, pero deberemos esperar dos días para poder sacarlos de las mazmorras sin peligro para ellos. -¿Dos días? ¿Pero porque? – preguntó Wufei. -Dentro de dos días Odin y varios de sus leales siervos junto con Shoyo y Touya y alguno más se marcharán de viaje, tienes que atender unos negocios fuera del condado, por eso debemos esperar a que no estén, así será más fácil sacar a tu gente. -¿Pero y si les pasa algo mientras tanto? – preguntó preocupado Wufei. -Tranquilo Wufei – le dijo Zech colocando su mano sobre el hombro del moreno – nosotros estamos aquí para que eso no ocurra. -Zech tiene razón, pero aún así tengo un plan, bajaremos a las mazmorras y tú les convencerás que se beban una poción que te daré... -¿Una poción? – interrumpió Wufei sin comprender. -Sí, es inofensiva pero gracias a ella a tu gente le saldrán unas manchas en la piel parecidas a la lepra. Si hacemos creer que están enfermos, ningún vampiro se atreverá a tocarlos. -¿Pero no sois inmunes a las enfermedades? – preguntó Wufei. -Sí pero aún así el sabor de la sangre enferma, nos es desagradable, ellos preferirán no beber de una persona enferma si pueden tener a gente sana. – comentó Zech. -¿Pero entonces induciremos a que salgan a buscar sangre nueva? – dijo Wufei. -No creo que lo hagan, como te dije Odin estará fuera y no pueden permitirse dejar el Castillo sin protección, sobretodo si nosotros nos encontramos aquí, tendrán que esperar que Odin regrese, eso nos dará algo de tiempo, lo suficiente para sacar a todos los prisioneros y buscar como romper la maldición – le dijo Quatre. -Bien, entonces vayamos cuanto antes – comentó Zech. -Zech, ve con Wufei a las mazmorras, yo mientras tanto bajaré a la cocina a buscar los ingredientes para la poción, cuando la acabe nos reuniremos en las mazmorras. La gente de Wufei se encuentra en la zona sur, la cuarta puerta de barrotes de hierro. -Muy bien, nos vemos abajo, Quatre – le dijo Zech.
Mientras, Zech junto a Wufei se dirigían hacia las mazmorras, Quatre se dirigió hacia las cocinas, cuando tuvo todos los ingredientes a su alcance comenzó a preparar la poción.
En las mazmorras.
Todo estaba a oscuras, el fuerte olor a humedad les golpeó al abrir la puerta que les conduciría a las escaleras que daban a las celdas. La iluminación era escasa, tan solo una pocas antorchas cada varios metros, el agua que se filtraba del exterior se derramaba por las paredes negrecidas de piedra. Zech iba en cabeza sujetando a Wufei por la muñeca para evitar que cayera o para poder protegerlo en caso de un ataque imprevisto. Al llegar a pasillo que distribuía las celdas comenzaron ha oírse los lamentos de los que allí estaban retenido, aquel pasillo estaba más oscuro de lo normal, ambos se dirigieron hacia la zona sur. Debido a la falta de luz, Wufei se tropezó pero gracias a la rápida intervención de Zech pudo evitar que cayera el suelo.
-Lo siento, es que no veo muy bien con esta oscuridad – intentó excusarse. -Tranquilo, a veces olvido que poseo vista nocturna, ven acércate, yo te guiaré – le ofreció haciendo que se sujetara de su cintura y abrazarlo para que no volviera a caer. -E... esta bien – se aferró al cuerpo del vampiro, quedando en silencio – ¿falta mucho? -No, aquí es – le dijo deteniéndose en la puerta indicada por Quatre, aguarda un momento aquí, primero entraré para ver la situación, si no hay peligro te haré pasar. -De acuerdo – le respondió algo inseguro.
Zech entró en aquella celda oscura, gracias a la llave que cogió del puesto de vigilancia, una vez dentro no le contó mucho dar un primer vistazo de la situación. Habría una veintena de chicos y chicas, la gran mayoría estaban encadenados a las paredes. Iba a cercarse para comprobar el estado de varios chicos que estaban colgados de la pared e inmóviles cuando sintió que alguien se le tiraba encima haciéndolo caer al suelo.
-No te atrevas a tocarlo, maldito asesino – se oyó la voz de una chica, la que le había tumbado y le estaba amenazando, apuntándole al cuello, con un trozo de madera afilada. -Esto... tranquila, no he venido a haceros daño, solo quería comprobar como su encontraba ese muchacho – intentó hacer recapacitar a la joven de pelo negro y rasgos asiáticos. -¡Cómo va estar! - gritó furiosa – ¡mal! Después de haber sido atacado por uno de los tuyos, maldito chupa sangre. Voy a acabar contigo. -Ey espera – dijo deteniendo el improvisado puñal, que le amenazaba con atravesarle el cuello sin compasión – espera, espero vengo de parte de Wufei, Wufei Chang. -¡¿Wufei?! ¿qué le has hecho? ¿dónde está? ¡habla! – le volvió amenazar clavando la punta de la astilla en su cuello provocando que sangrara un poco el cuello del rubio. -¡Basta ya Nataku! – se oyó la voz molesta de Wufei, que debido al alboroto que estaba montado su hermana entró para averiguar que estaba sucediendo. -¡¿Wufy?! – gritó, poniéndose de pie de golpe liberando a su presa, estaba asombrada al ver aparecer a su hermano – Dios Wufy, ¿estas bien? ¿te ha ocurrido algo? ¿dónde está Tama? ¿y los demás? – se abrazó a su hermano acribillándolo a pregunta. -Ya, ya, tranquila, estoy bien – dijo algo molesto por la efusividad de su hermana – y no me llames Wufy, sabes que lo odio. -Si, si lo sé pero por todos los Dioses, ¿qué haces aquí? Esto es muy peligroso, ¿qué a ocurrido? – preguntó preocupada. -Antes de nada querida hermanita, debes una disculpa a Zech – le dijo con cierta burla haciendo mirar a su hermana al vampiro que en esos momentos se estaba levantando del suelo algo molesto y murmurando maldiciones. -¿Zech? – preguntó sin entender - ¿conoces a este chupa sangre? Miró a su hermano incrédula. -Sí, él me ha ayudado a encontraros, además nos salvó a Tama y a mí de un ataque de vampiros la noche pasada. -¿Pero él no es un vampiro? – no entendía nada. -Así es – intervino Zech que se acercó a ellos – mi nombre es Zech Merquise, y debo deciros como defensa, que no todos los vampiros somos iguales ni tenemos los mismos intereses y gustos perversos – se defendió con una sonrisa al ver la cara de desconcierto de la joven – y déjeme añadir que ahora comprendo como es posible que su hermano posee una belleza sin igual, veo que viene de familia – le comentó con una sonrisa atrapando una mano de la chica para besarla a modo de saludo. -Eeehh... yo, gracias – respondió sonrojada y nerviosa por la cercanía del vampiro y más cuando vio lo atractivo que era. -Déjate de coqueteos, Zech – dijo algo molesto y como no celoso – tenemos algo que hacer. -Por supuesto – dijo serio – iré a revisar a tu gente, mientras explícale los planes no tenemos mucho tiempo y Quatre no tardará en llegar. -¿Es de fiar? – preguntó a su hermano que se retiró junto con él para hablar con tranquilidad. -Sí lo es, puedes confiar – le respondió con sinceridad. -Vaya, Wufy, er... quiero decir Wufei, jamás pensé en oírte hablar así de un vampiro – le dijo asombrada. -Lo sé pero él es diferente, me lo ha demostrado – le comentó con naturalidad, después se dedicó a explicarle el plan que tenía para sacarlos de allí.
Pasaron varios minutos, Zech pudo revisar a todos los miembros retenidos del Clan Chang y con ayuda de sus poderes pudo hacerlos sanar mientras tanto Wufei conversó con los suyos y les explicó el asunto de la pócima. Todos aceptaron aunque un poco reticentes, les explicaron que debían de fingir estar enfermos y que en dos días los sacarían de allí. Quatre por fin hizo su aparición, con la esperada poción, la repartió en dosis iguales y esperó que comenzara a hacer efecto. Al cabo de dos minutos, la poción comenzó reaccionar, en sus cuerpos comenzaron a llenarse de manchas oscuras y violetas. Quatre les tranquilizó ya que el efecto solo duraba siete días. Una vez todo listo se despidieron de ellos haciendo la promesa que en dos días se encontrarían, mientras tanto tendrían que aparentar que estaban enfermos y sobre todo, que nunca habían estado allí. Ya más tranquilo Wufei se retiró junto a Zech hacia su alcoba, el Sol no tardaría más de dos horas en salir, y el sueño diurno comenzaba a afectarles. Quatre se dirigió hacia la alcoba de Heero para esperarlo junto con Trowa y Duo, pero antes volvió a pasar por las cocinas para subir algo de comer para los chicos que esperaban en la habitación del Yuy.
---------------------------------------------------------------- ----------
-Esto... yo... Duo, quisiera hablar contigo sobre una cosa. Hasta ahora no hemos tenido tiempo para hablar sobre... – quiso hablar con su ex pareja. -Tranquilo Trowa... todo esto a pasado muy rápido y creo que yo te debo una disculpa. Siempre he sabido tus sentimientos hacia mí y yo no he sido muy sincero contigo – habló Duo -Lo sé pero... -No espera Trowa, déjame hablar primero, te debo una disculpa, como te he dicho tú siempre has sido muy sincero conmigo, me has querido sin reparos, has estado a mi lado cuando más lo he necesitado, me has apoyado y amado y no sabes cuanto te lo agradezco. Con todo esto no te estoy diciendo que nunca te quise, eso no es así, aprendí a quererte, te volvistes muy importante para mí, gracias a ti mi dolor fue desapareciendo, pasé momentos increíbles contigo y te quise mucho, aún te quiero pero... -Nunca pudiste olvidar al Yuy, ¿verdad? – terminó la frase de Duo. -Yo... no, no he podido – dijo algo apenado – lo intenté pero me fue imposible. -Supongo que es el destino, naciste para formar para de su vida, y no yo ni nadie podíamos evitarlo, yo no tuve más remedio que aceptarlo, por eso no quiero que te sientas mal por ello. Sé que me contará olvidar tú amor pero Quatre me ayudará a conseguirlo. -¿Puedo preguntarte una cosa? - le pidió un tanto inseguro. -Claro, a pesar de todo somos amigos, ¿no? – le dijo con sinceridad. -Er... claro que lo somos Trowa – le dijo sonriendo y agradecido. -Pues pregunta lo que quieras – le incitó Trowa. -¿Amas de verdad a Quatre? ¿eres feliz con él? – le preguntó Duo. -Es eso... pues verás, por extraño que te parezca, sí, desde la primera vez que le vi sentí una extraña atracción hacia él, era como si llamar, como si algo dentro de mí me dijera que él era mi otra mitad y debía estar con él, pero no le tomé importancia, para entonces yo estaba locamente enamorado de ti y acallé ese sentimiento, incluso llegué a pensar que fue Quatre que me hechizó o algo parecido. Desde entonces cada vez que nos encontramos ese sentimiento se hacía presente hasta que nos volvimos a encontrar en el Castillo Yuy, no sé como ocurrió, estaba furioso y desesperado, sabía que tenía que dejarte ir. Fui a buscarte cuando desapareciste del Castillo pero no te encontré entonces fui hablar con Quatre y... no sé como dio a lugar, estaba herido, Quatre me corroboró el hecho de que ya no me pertenecías y él se ofreció a ayudarme a olvidarte, fui débil y acepté, tenía que sacar todo el dolor de mi corazón y Quatre... -Trowa no tienes que darme explicaciones – se abrazó a él – hiciste lo correcto, tu mejor que nadie tienes el derecho de ser feliz y no sabes cuanto me alegro. No puedo ni quiero reprocharte nada. Además estoy convencido que junto a Quatre será feliz, yo jamás te hubiera podido dar lo que realmente te merecías – le confesó aferrado a la tela de su casaca. -Yo tengo la sensación de que te fallé Duo – dijo con tristeza. -Yo también Trowa, pero sabes? Creo que hicimos lo correcto, fue maravilloso pasar ese tiempo juntos, jamás olvidaré lo que he vivido a tu lado. Tú fuiste mi primer novio, mi primera pareja y amante – le dijo avergonzado – funestes con bueno conmigo que siempre estaré en deuda contigo. -No digas eso baka, tu también has sido alguien muy importante para mí, tu fuiste mi primer amor, mi primera pareja y por supuesto mi primer amante – le confesó besando su frente – prométeme que seguiremos siendo amigos Duo, no quiero que lo ocurrido entre nosotros nos distancie, quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo, con mi amistad y con mi amor fraternal. -Gracias Trowa – le dijo abrazado a él – te lo agradezco mucho y por supuesto que te lo prometo, eres parte de mi familia.
-Ejem... ejem... Interrumpo algo – se oyó la voz molesta de Quatre al ver a su amante abrazado al trenzado, ya había regresado de las mazmorras. -No claro que no – dijo Duo algo avergonzado y nervioso – estábamos hablando y aclarando algunas cosas, jeje. -¿Y para hablar os tenéis que abrazar? – preguntó con burla y molesto, a la vez que se acercaba a su amante – Pensé que no habría problemas al dejaros solos. -Pues claro que no hay problema – dijo molesto Trowa – me estoy cansando de tus estúpidos celos Quatre, si no confías en mi es tu problema. Duo y yo solo estábamos charlado y solucionando un tema que quedó incompleto. Y para que sepas cabeza dura nos abrazábamos para celebras que seguíamos siendo amigos, ¿entiendes? A-M-I-G-O-S – deletreó molesto. -Está bien, esta bien, te creo precioso – se disculpó abrazando a su chico y posando sus labios sobre los de él. -Es verdad Quatre-sama, Trowa dice la verdad, no se enfade con él – se disculpó con el vampiro. -Tranquilo Duo, no me enfadaré con vosotros, es que soy un poco celoso, jeje – bromeó Quatre a la vez que se frotaba la cabeza de forma cómica. -¿Un poco? – dijo Trowa sin creer lo que oía de su amante -Jeje, está bien, soy muy celoso, ¿contento? – admitió Quatre. -Por cierto Quatre-sama... –dijo Duo. -Quatre, Duo, llámame Quatre, somos amigos, ¿no?. -Err.. Si claro, Quatre ¿cómo ha ido todo en las mazmorras? – preguntó Duo. -Muy bien, dimos con ellos sin problemas, ya está todo listo ahora solo queda esperar a que Odin y los suyos se parchen dentro de dos días. ¿Heero no ha llegado, todavía? -Err.. no - dijo con tristeza Duo. -Menos mal, de haber sido él el que hubiese llegado antes que yo se hubiera liado una buena – dijo Quatre más tranquilo. -¿Por qué los dices? – preguntó Trowa. -Porque habéis dejado la puerta abierta, menos mal que yo fui en primero en venir, ¿en qué estáis pensando? -Lo siento, no nos dimos cuenta – se disculpó Duo. -No pasa nada ahora, sentémonos a esperar a Heero, no tardará mucho.
A la media hora llegó Heero portando varios pergaminos y planos, se dirigió directamente hacia su habitación, allí los encontró a todo charlando animosamente . Duo al verlo se lanzó con rapidez a sus brazos.
-Oh, Heero has tardado mucho, te he extrañado un montón – le dijo haciendo un puchero mientras se colgaba de su cuello sin querer separarse de él. -Lo siento mi amor, pero me costó encontrar lo que había ido a buscar, pero ya estoy aquí y no volverá a dejarte solo – le dijo besándole con cariño. -Eso espero, Quatre y Trowa han estado haciéndome un rato compañía – le comentó el trenzado. -Gracias chicos – agradeció a Quatre y a Trowa. -¿Has descubierto algo? ¿qué son esos papeles que traes? – preguntó Quatre. -Son planos antiguos de cuando la época del inicio de nuestra maldición, creo haber encontrado unos escritos donde nos ayude a ubicar la vivienda de nuestro primer antepasado vampírico, si localizamos esa casa a lo mejor podemos encontrar pistas para romper la maldición. -Eso es fantástico – admitió Quatre – ¿son fiables esos escritos? ¿puedo verlos?. -Duo, ¿crees que son auténticos? – le preguntó a su amante, sabiendo que él había estado leyendo el diario en su ausencia. -Sí, Heero, estoy completamente seguro que es verdadero, tengo ese presentimiento. -Bien entonces va siendo hora que os cuente lo que Duo ha encontrado.
En poco rato Heero y Duo relataron como habían encontrado el diario, de quien se trataba y las sospechas que apuntaban que ese diario era la clave o una buena pista para todo el asunto de la maldición.
-Debías habérmelo dicho antes – dijo Quatre – con estos datos podríamos haber centrado más la búsqueda del pariente de Duo. -Sí, lo sé pero antes quería estar seguro de que no era una de tantas pistas engañosas. -Bueno, Duo ¿has descubierto algo más? – le preguntó Quatre. -No mucho, solo voy por el principio, por ahora sé que mi pariente Duo Bénjamin Maxwell conoció a Heeroshi Yui el 31 de Enero de 1204, en la fiesta de compromiso nupcial de mi pariente con una tal Relena Peacecraf. Mi pariente se sintió atraído por Heeroshi desde la primera vez que se vieron, pero debido a la educación estricta y a la cultura anti sodomista, ocultó sus sentimientos y se alejó de él pero no le sirvió de nada. Heeroshi lo medio secuestró y le confesó su amor, desde entonces mantuvieron un romance secreto y planeaban fugarse del país para poder estar juntos, por ahora es lo que sé – acabó de relatar Duo. -Vaya historia – dijo Quatre. -Sí pero creo que no habrá un final feliz – comentó Heero. -¿Por qué lo dices? – preguntó Trowa. -Porque de no haber sido así, nuestra raza no hubiera surgido, algo tubo que pasar para que ese tal Heeroshi, que parece ser nuestro antepasado, hiciera algo que nos llevará ser lo que somos. -Tienes razón, Heero – habló Duo con tristeza – hay muchas cosas que se anteponían a ellos, la época en que vivían, el padre de mi antepasado, el compromiso con Lady Relena, no sé... creo que no acabó muy bien las cosas. -Heero, ¿podrías prestarme a Zero?, me gustaría mandarle los datos del pariente de Duo a Noin, así podrá centrarse más en la búsqueda de pistas – le pidió Quatre. -Sí, claro – Heero se acercó a la ventana y tras un silbido Zero apareció posándose en su brazo – toma, mándale el mensaje a Noin, él sabrá hacérselo llegar – le dijo a Quatre acariciando a su halcón y luego se lo pasó a su primo. -Bien, lo haré antes de irme a costar, por ahora nosotros nos retiramos ya que el amanecer no tardará. -De acuerdo, que descanséis – se despidió Heero de su primo y su ahora nuevo amante. -Que descanséis – se despidió Duo también. -Menos mal, ya estamos solos – comentó Heero abrazando al trenzado y robándole un beso apasionado - ¿has averiguado algo más, de lo que no les hayas dicho a Quatre y a Trowa?. -Er... en cierto modo, no... -¿En cierto modo? ¿qué quieres decir? -Pues verás, lo que no les comenté es que mi antepasado hizo una minuciosa descripción del día que se entregó a su amor – dijo sonrojado. -¿A siiiii? Eso suena interesante, mmm. Haber eso tendré que leerlo yo, jeje. – bromeó con Duo en sus brazos y arrastrándolo hacia la cama. -Mmmm, eres malo – ronroneó Duo entre los brazos de su Heero – para que quieres leer algo que ocurrió hace cientos de años cuando puedes experimentarlo en el presente. -Mmmm, eso es una promesa – le dijo besando ardientemente a Duo mientras iba despojando de sus prendas, una a una. -Claro que lo es, te amo y quiero entregarme a ti, como hizo mi antepasado. -¿Estas seguro Duo? ¿no te arrepentirás? – le preguntó con temor. -Jamás me arrepentiría de entregarme a la persona que amo – le dijo mientras retiraba el fajín de seda plata que adornaba su chaqueta tres cuartos azul marino de botones plateados. -Te amo Duo, no sabes cuanto – le besó sacando de dentro de los pantalones color ocre de media rodilla, la camisola ancha de color blanca. -Y yo a ti, Heero – le besó desbotonado la chaqueta tirándola luego a los pies de ellos.
Ambos permanecieron en silencio, solo se podía oír sus respiraciones aceleradas y algún que otro gemido de placer. Duo le sacó el sombrero de larga pluma y que hacía juego con su ropa Para lanzarlo lejos de ellos, luego se dedicó a quitarle la camisola blanca por encima de los hombros para poder contemplar ese amplio y musculoso pecho, lo beso y acarició con pasión. Heero se entretuvo deshaciendo la larga trenza de su amante mientras suspiraba por las caricias que su Duo le otorgaba. Tras deshacerse de la camisola, Duo comenzó a deshacer el lazo que sujetaba los pantalones a su robusta cadera para deslizar los pantalones por sus fuertes piernas hasta sus pies, cual fue su sorpresa al ver que Heero no usaba paños menores quedando prácticamente desnudo y expuesto ante él. Solo le quedó retira las medias y las botas también azules. Duo no podía entender lo atractivo que podía ser Heero, era un hombre tallado como los mismísimos Dioses de la antigüedad. Con algo de timidez se acercó para abrazarlo pasando sus brazos desnudos por el cuello y así poder soltar el cabello de Heero que lo había sujetado con una coleta baja, los cabellos castaños de Heero cayeron sobre sus fuertes hombros, llegando un poco más debajo de sus hombros. Sin esperar más lo besó con pasión encendiendo la pasión en ambos.
-Eres tan hermoso – le confesó Duo – te amo Heero, quiero ser tuyo, hazme el amor, te lo suplico. -Oh Duo, no sabes cuando desee tenerte así entre mis brazos – le confesó besándole con pasión infinita – quiero verte Duo, quiero volver a ver tu hermoso cuerpo – le pidió. -De acuerdo, pero antes túmbate en la cama, me quitaré la ropa para ti – le dijo seductoramente.
Duo se descalzó de sus botines y se subió al borde de la cama, estando ni muy lejos ni muy cerca de Heero, con movimientos seductores y sin dejar de mira a Heero su fue acariciando el pecho y el abdomen que ya estaban desnudos. Heero no quitaba la vista del cuerpo de Duo, sin poder evitarlo, ya estaba excitado, su miembro se endureció con las primeras auto caricias que se proporcionaba Duo. Sin perder de vista la reacción del cuerpo de Duo y sonriendo con malicia, Duo fue deslizando una de sus manos para dirigirse al lazo que ataba sus pantalones y con una dolorosa lentitud fue desabrochándolo hasta hacerlo deslizar por sus esbeltas piernas quedando en un pequeño pantaloncillo ajustado blanco, como ropa interior. Con un movimiento sexy se tumbó sobre la cama y se fue quitando las calcetas largas, primero una y luego la otra. Tan solo le quedaba el pantaloncillo, poniéndose de rodillas y dándole la espalda a un super excitado Heero, fue deslizando lentamente sus manos desde su pecho hacia los costados de su cuerpo pasando por sus caderas y la vez que bajaba por sus muslos se iba bajando la ropa interior. Heero tubo que hacer un gran intento por controlarse al ver las redondas y blancas nalgas de Duo a escasos metros de distancia, Duo lo estaba torturando de una manera deliciosa. Cuando se desprendió de su ropa interior y sin darse aún la vuelta se puso a cuatro patas, dando una mejor vista a su amante de lo que en pocos momentos iba a disfrutar y como si fuera en cámara lenta se fue girando para encarar la mirada suplicante y deseosa de Heero, con movimientos felinos y con una sonrisa maliciosa, se fue acercando a Heero que lo miraba extasiado, parecía una pantera apunto de saltar sobre su presa, su larga cabellera castaña y su mirada seductora le hizo estremecer.
-No sabes cuanto de deseo – le confesó Heero sin disimular en su voz la excitación que sentía en esos momentos – me vuelves loco – le dijo tirándose sobre él para besarlo con desesperación a la que se apretaba contra su cuerpo para sentir tanto su necesidad de alivio como la de Duo. -Aahhhhh Heero – gimió Duo al sentir el roce de sus sexos – te deseo, aaaaahhhhh. -Si en algún momento te hago daño, dímelo, no quiero herirte por haberme descontrolado, mmmm – te amo demasiado. -Mmmm... aaaaahhh, tranquilo, no me harás daño, mmmm pero si estás más tranquilo, te lo diré... mmmmm – gemía Duo mientras besaba y acariciaba a Heero.
Las manos de Heero no se quedaron quietas recorriendo cada rincón de aquel cuerpo perfecto, sus labios se aproximaron a la oreja de Duo para besarla y proporcionarle besos húmedos, los colmillos de Heero acariciaban la piel sensible de su oído haciéndolo estremecer provocándole más gemidos y jadeos. Hizo un recorrido con su lengua desde la parte de atrás de su oreja, bajando por el tentativo cuello hasta su clavícula, donde se entretuvo cierto tiempo para lamer y mordisquear a su antojo, luego reinició su camino hacia el centro del pecho de Duo para desviarse hacia el pezón izquierdo, donde lo besó y lo estimuló hasta ponerlo erecto, una vez conseguida su misión se dedicó al pezón derecho, con el mismo énfasis que con el izquierdo. Escuchando los gemidos como música de fondo, volvió al centro del pecho y desde ahí fue deslizándose hacia abajo hasta la altura de su ombligo, donde jugó con su lengua en aquel pequeño valle dejándolo húmedo y sensible a sus caricias, quiso alargar más la espera para llegar el momento tan deseado para ambos pero los jadeos suplicantes de Duo le hizo desistir, siguió bajando hacia el centro del placer de su amante y son leves lamidas fue recorriendo el miembro de Duo que gimió con fuerza al sentir la húmeda lengua de su amante sobre su sexo.
-Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh Heerooooooooooo, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – jadeo, Duo.
Heero continuó con los leves contactos con su lengua, centrándose en la parte más sensible de Duo, recorría el glande pero sin llegar a introducírselo por completo en su boca.
-Ooooohhhhh Heerooooooooooo, no puedo másssssssss, por favorrrrrrrrrr. Aaaaaaaaahhhhhhhhh – suplicó con urgencia.
Al ver la desesperación en su cuerpo y en su mirada, tubo piedad y de una sola vez se introdujo todo el miembro de Duo en su boca, emprendiendo un movimiento de vaivén sobre el sexo adolorido de su amante debido a la excitación. Duo gemía y se retorcía de placer a la vez que se sujetaba a la cabeza de Heero enredando sus finos dedos en la melena castaña guiando el ritmo creciente de sus lamidas sino se detenía acabaría por derramarse.
-Aaaaahhhhhh Heerooo detenteeee no puedo maasssssss, voy acabarrrrrr mmmmmm. -Mmmmm pues no te reprimas mi amor, quiero saborearte todo entero... mmmm – le sugirió Heero que volvió a su tarea con más énfasis y entrega. -Aaahhhhh siiiiiiiiiiiii.
La boca de Heero hacía que el movimiento envolvente de su boca aumentara el ritmo ayudando por sus manos que acompañaban el recorrido de su boca por el sexo brillante y por la ingle y los testículos rosados de Duo. Unos espasmos centrados en su entrepierna le avisaron a Duo que el momento de eyacular era inminente provocándole que arqueara la espalda soltando un fuerte gemido. La boca de Heero se inundó de la semilla de Duo, la cual bebió con glotonería aunque por la cantidad expulsada por su amante le hizo imposible contenerla toda en su boca perdiendo parte de su contenido por la comisura de sus labios cayendo sobre el miembro ahora flácido de Duo. Heero trepó por el cuerpo aún extasiado de Duo hasta situarse sobre él para poderlo besar con pasión dándole a probar su sabor entre dulce y amargo, el beso se volvió salvaje Duo recorrió con su lengua los ternos labios de Heero borrando cualquier rastro de semen que pudiera quedar y apretándose más a él le rodeó con sus piernas por la cintura.
-Oh Heero esto a sido increíble, uffff, yo deseaba tanto estar contigo – le dijo sin dejar de abrazarlo. -Pues esto solo es el comienzo mi amor, esta vez no te voy a dejar escapar, me aseguraré a que estés bien marcado por mí, serás mío y de nadie más. No soporto oler su olor en ti. – le dijo excitado y algo molesto por aún percibir algo de olor de Trowa en Duo. -Yo... lo siento, debes comprender que yo... – intentó defenderse. -Ssssshhhh, eso ya no importa, ahora eres mío y yo soy tuyo, debo marcarte para que todos sepan a quien perteneces – le habló mientras restregaba su sexo sobre la de Duo para volverlo a excitar y así pudiera disfrutar como él. -¿Marcarme? ¿qué significa, antes también lo mencionasteis en el salón? Mmmmm aunque tengo una ligera idea – se estremeció al sentir las caricias de nuevo sobre su cuerpo. -Pues si de eso se trata mmmmm si te hago el amor aaaaahhhh y te lleno de mi esencia, te marco como mío, mmmm entonces ningún otro vampiro podrá tocarte sin pagar las consecuencias. -Lo dices... aaaaaaahhhh como si fuera una propiedad – le reprocho pero sin poder evitar jadear al sentirse de nuevo excitado. -Más o menos aaaaahhhhhhh, ya sabes lo que se supones que eres, pero... esos solo es mmmm fuera de esta habitación, yo... te amo y quiero convertirte en mi esposo Duo, ¿aceptarías desposarte conmigo? Mmm – le propuso Heero. -Aaaaahhhhh Heeroooo, ¿me estás pidiendo que me case contigo? – jadeó incrédulo. -Mmmmmm, siiiiiiii – hablaba ya desesperado. -Mmmmmm, esta no es la manera... que hubiera pensado que me propondrías matrimonio pero aahhhhh ohhhhh acepto mi amor, quiero casarme contigo, te amooooooo. -Ufffff Duo no puedo más, deseo poseerte ahoraaaaaaaa – gimió descontrolado.
La mano de Heero se situó entre las piernas de Duo manchando sus dedos para lubrificarlos con el semen que se le cayó antes y situarlos sobre la rosada entrada, acariciándola con sus dedos húmedos invitándola a que cediera para permitirle la entrada voluntaria. Duo gimió al sentir la caricia tan íntima que le dedicaba Heero y abriendo más las piernas para facilitarle la favor, se relajó lo mejor que pudo para permitir la intrusión. Con cuidado Heero introdujo el primer dedo casi sin dificultad notando las paredes calientes de Duo como se contraían con espasmos que lo estaban volviendo loco, el segundo dedo no tardó en acompañar al primero con algo más de dificultad pero con éxito iniciando una sueva fricción para dilatar la puerta que les llevaría al paraíso. Los gemidos se intensificaban al mismo ritmo que marcaba Heero con sus penetraciones digitales. Duo rogaba por más, estaba borracho por el deseo, y su ruego fue otorgado con un tercer dedo dentro de él, las paredes intestinales le apretaban con exigencias. Sin poder contenerse más, Heero retiró sus dedos oyendo un gruñido de molestia por parte de Duo y se apresuró a sustituirlos por su adolorido sexo que pugnaba por entrar ya en su amante. Con mucha delicadeza, no muy propia de él y conteniendo la necesidad de entrar en Duo de una sola estocada, comenzó a empujar lentamente consiguiendo entrar solo el glande para que se fuera acostumbrando a su tamaño.
-Aaarrrrrrhhhhhh Heerooooooooo – gritó con el dolor y el placer mezclados – por Diosssss. -Aaaahhhhhhhh, Duo por favor no te muevas de esa manera, no quiero hacerte daño, ¿cómo es posible que estésssss tan estrecho, ooooohhhhhh – habló entre gemidos. -Mmmmmmm, es que... tú... – se sentía avergonzado por lo que iba a decir – es que... tú estasss más dotado que aaaaaaaaahhhhhh Tro... gimió pero Heero no le dejó continuar hablando ya que le beso con pasión mientras se introducía más en él. -Ni lo menciones aaaaaahhhh – jadeó ya completamente dentro de Duo – eres mío Duo, no lo olvides nunca, voy a darte tanto placer que te haré olvidar que yo no fui el primero.
Sin poder contenerse por más tiempo Heero comenzó a entrar y salir de Duo con un ritmo lento pero poco a poco lo fue incrementando, se agarró de las piernas de Duo para introducirse más profundamente llegando a limites que jamás creó poseer. Sus arremetidas se hicieron más profundas y apasionadas, se colocó de rodillas sin salir de Duo y le hizo levantar la cadera para poder envestirlo con mayor facilidad, Duo se aferraba de las sábanas ni poder contener sus gritos de placer, sentía su cuerpo arder y gruesas lágrimas de placer le resbalaron por el rostro.
-Arrrrggggghhhhh Duo, ¿estás bien? ¿te hago daño? – le preguntó preocupado sin para de moverse, al haber visto esas lágrimas. -Nooooo aaaaahhhhhh, son lágrimas de felicidad ooooohhhhh.
Heero le sonrió al oír esos y continuó dando placer a Duo. Cambió de posición, volviendo sobre el cuerpo afiebrado por la lujuria para devorar sus labios y cuello mientras que con su mano atrapó el pene de Duo que pedía su alivio con urgencia y así resultó, unas envestidas más y Duo se derramó de nuevo sobre su vientre y la mano de Heero.
-Aaaaaaahhh, lo siento Heero pero... no pude contenerme más – dijo con tristeza por no haber aguantado hasta que Heero se corriera con él. -Shhhh tranquilo esto no ha acabado aún.
Con cuidado salió de Duo e hizo que éste se tumbara boca abajo sobre la cama y tras separarle las piernas volvió a penetrarlo con deseo. Ambos volvían a gemir, las intensas penetraciones de Heero y el estímulo que resultaba el roce de su miembro sobre la cama habían logrado que Duo reaccionara de nuevo ante el asombro de éste. Jamás había sentido tanto placer y excitación junta. El ritmo incesante volvió de nuevo a su punto más álgido haciendo que ambos lo disfrutaran al máximo, Heero ya no podía más, rodeó con su brazo los hombros de Duo atrayéndolo más a su cuerpo para profundizar más sus últimas envestidas y cuando llegó el momento en que eyacularía se mordió el brazo reprimiendo las ganas de clavar sus colmillos en el terso cuello sudoroso de Duo.
-Aaaarhhhhhhh – gruñó de placer Heero al correrse dentro de Duo. -Oohhh sssiiii Heeroooooooo, me voyyyy a correrrrrrr de nuevooooooo – gimió Duo.
Duo quedó agotado y Heero con una sonrisa lo atrajo hacia él para abrazarlo y que descansara sobre su pecho.
-Uffff, Heero no me lo puedo creer, yo jamás... - se avergonzó por su confesión. -Lo sé, jamás hasta ahora no has tenido a un vampiro como amante, jeje – se alegró por satisfacer a su ahora amante – pero te advierto que esto no ha acabado. -¿¡QUEEEEE!? – exclamó entre asustado y sorprendido. -Jajaja, tranquilo, por ahora te dejaré descansar unas horas, pero no pienso privarme de sentirte de nuevo, he esperado mucho tiempo por esto y no quiero perder la oportunidad de amarte como debes. -Por todos los Dioses – vas a acabar conmigo – dijo en broma besando de nuevo a Heero y disfrutando estos momentos de tregua que Heero le proporcionaba. -Tranquilo, eso no ocurrirá jamás – le Saludos para la gente de :
Hola Perla, muchas gracias por escribirme y no tienes que preocuparte por tardar en escribir, no me molesta. Sobre lo que dices que es raro que no me manden reviews, pues la verdad, a mi también me apena un poco, en otros lados a tenido más aceptación, no sé a lo mejor es porque no me conocen y es que realmente no gusta mucho, pero bueno con que reciba algún que otro correo no me rendiré, jeje. Un saludo y gracias por escribirme.
Rebeca, gracias por escribirme, hacía mucho que no sabía de ti, gracias por la ayuda que me distes cuando estaba perdida, jeje a ti te debo que haya podido subir aquí el fic y en Amor yaoi. Estoy seguro que este capítulo te gustará, un beso y hasta pronto, guapa.
A Karin, gracias por volver a leer mi fic, me alegra saber que te gustó tanto para volverlo a releer, y si Instintos fue mi primer fic, creo que gustó bastante aunque ni yo misma me lo creo, jeje. Gracias gracias por todo lo que me dices, me vas a sacar los colores, exagerada, jeje. Y lo de Sensei, jeje se abrumas pero si con mi escritura hago que te de por escribir, pues me honra mucho, entonces si aceptaré a ser tu Sensei. Espero que hayas disfrutado con el tan esperado Lemon 1x2. Un saludo y hasta pronto, y para cuando tengas algo que leer, me gustaría que me avisaras, siempre leo todo lo que cae en mis manos, jeje, soy una adicta a la lectura.
Bueno creo que eso todos los que me habéis escrito, tan solo quiero dar las gracias a quienes me ha escrito e incitar a los demás que lo hagáis, me gusta conocer la opinión de todas, y acepto criticas, ya que gracias a ellas estoy viendo algunos fallos que deberé de corregir. Así que venga escribirme que no muerdo a nadie, jeje. Un saludo a todos. Chipita.
