Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.
Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.
Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el anterior que el anterior.
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Yo te proteger
Cap. 12
El silencio perduró impasible en el recibidor, nadie se atrevió a moverse, hasta que Quatre se movió para ir a socorrer a su amigo pero antes de dar un paso alguien le empujó pasando con rapidez por su lado. Era Wufei que apenas vestido con una blusa que le iba grande y mal abrochada, salió corriendo al ver como nadie socorría a Zech, en apenas unos segundos estuvo a su lado, Zech permanecía inmóvil boca a bajo aún cubierto con la capa que estaba bastante dañada, con mucho cuidado giró al rubio apoyándolo en sus piernas para que estuviera más cómodo, al girarle le pudo descubrir el rostro de la capucha, llevándose una gran impresión. El rostro de Zech estaba quemado, casi por completo, presentaba un tono rojizo intenso con varias ampollas de agua y en algunas zonas, tenía manchas oscuras debido a las quemaduras. Con preocupación dio un rápido vistazo por su cuerpo tendido en el suelo, viendo que presentaba las mismas quemaduras por las manos, el pecho, piernas que se apreciaban en las zonas donde la ropa del vampiro había sido rasgada. Wufei se asustó, casi no sentía la respiración del vampiro así como su pulso, el miedo le recorrió por todo el cuerpo al tensar que el rubio iba a morir.
-¡¡Por todos los Dioses, que alguien me ayude!! – gritó desesperado Wufei pidiendo ayuda – ¡Quatre-sama, Zech se está muriendo! – sollozó impotente.
-Maldita sea Zech – le increpó Quatre, el cual no tardó ni dos segundos a llegar donde estaban ellos – lo que has hecho ha sido una locura.
-Mmm argh – se quejó casi imperceptiblemente Zech al notar como lo movían levemente.
-Wufei hay que llevarlo a su habitación – le informó preocupado al moreno que no se separó en ningún momento del lado del vampiro – ha estado demasiado tiempo expuesto al Sol, maldito baka – le insultó.
-¿Está muy grave? – se oyó la voz indiferente de Odin, que se había acercado curioso – lo que ha hecho Zech a sido estúpido, aún y así lo que ha hecho traerá represalias.
-¡¿Represalias?! – gritó furioso Wufei – él no ha hecho nada malo, al contrario me protegió de ese monstruo, ese bruto me atacó a-un sabiendo que le pertenezco a Zech, lo hizo a propósito para retarlo. Y aún quiere castigarlo por su actuación – le dijo con odio mirándolo fijamente.
-Los motivos no importan humano – dijo con desprecio Odin – nosotros tenemos una leyes que se deben cumplir y entre ellas está la de no matar a un prójimo sin motivo fehaciente.
-Un motivo fehaciente maldito bastardo – gritó perdiendo la paciencia – ya te la he dicho desgraciado que más quieres que te diga, ese cerdo se merecía eso y más.
-¡Ya es suficiente Wufei! – gritó interviniendo Quatre, no era conveniente que Wufei desafiara abiertamente a Odin y más delante de todos, que no paraban de cuchichear – deja de discutir, lo principal es atender a Zech cuanto antes, lo demás ya veremos que sucede. ¿Lord Odin hay plasma puro y fresco en el Castillo? – le preguntó sin muchas ganas a regente del Castillo.
-Pues me temo que no – mintió ocultando su sonrisa de satisfacción – lo único que tenemos embotellado es de hace varias semanas, está bien conservado pero no es fresco, al menos que no lo quieras extraer de los mortales que tenemos en las mazmorras – le sugirió con sarcasmo, sabiendo su respuesta con antelación.
-Maldición, Zech necesita sangre fresca cuanto antes sino... – dijo más para si que para los demás pero Wufei llegó a escucharle.
-¿Qué le ocurrirá sino tiene la sangre? – preguntó temeroso Wufei que se aferró al rubio con más fuerza pero sin causarle más dolor.
-Pues que tu amo morirá – le respondió satisfecho Odin mirando con burla al moreno – Zech está demasiado herido para auto regenerar sus heridas a causa de la exposición al Sol, solo la sangre fresca le daría alguna posibilidad de sobrevivir.
-Dios mío – susurró Wufei asustado mirando el rostro quemado del rubio sin repulsión alguna – hay que conseguir sangre como sea –le comentó a Quatre.
-No es tan fácil Wufei – dijo acercándose a Zech – déjame cargarlo, hay que llevarlo a la habitación y quietarles las ropas quemadas – le sugirió Quatre viendo como con algo de reticencia se apartaba para que lo pudiera llevar en brazos – Zech no aceptará alimentarse de alguien directamente, hace mucho que dejó de hacerlo, antes preferiría morir – le confesó a Wufei mientras pasaban a través de los presentes par llevarlo a su habitación.
-¡Pero es por su bien, la necesita! – exclamó nervioso.
-Lo sé pero Zech es así.
No tardaron mucho en llegar a la habitación con cuidado acostaron a Zech en la cama deshecha, los demás regresaron a sus habitaciones ya que no había nada más que ver allí.
-Espero que pueda recuperarse en su estado – dijo Odin desde el quicio de la puerta con falsa preocupación – si necesitáis cualquier cosa, solo tenéis que pedirlo – dijo antes de marcharse.
-De acuerdo Lord Odin – le respondió Quatre sin hacerle mucho caso – Wufei, en el baño habrá algún recipiente donde puedas llenarlo de agua fresca, tráela por favor, y cualquier cosa que podamos usar para paños – le pidió con urgencia.
-Sí, ahora mismo lo traigo – dijo saliendo corriendo hacia el baño, tan solo con la camisa puesta sin importarle que estuviera medio desnuda ante Quatre o cualquier otro, ahora su preocupación, por extraña que fuera era Zech.
-Por los Dioses – exclamó Quatre al descubrir el pecho lastimado de Zech tras haberle quitado con cuidado la blusa ancha de Zech – si sales de esta, creo que nada acabará contigo – dijo bromeando para mantener la esperanza de no perder a su mejor hombre y amigo.
-Aquí tienes Quatre-sama – dijo apresurado Wufei situándose junto a Zech y Quatre – ¡Por Kamisama! – exclamó asustado al ver el estado en que se encontraba Zech ahora con el pecho desnudo, lleno de llagas y quemaduras – ¿cómo ha podido soportar estas heridas?.
-Zech es fuerte y más cuando lucha por algo que quiere – le comentó Quatre – ayúdame a quitarle los pantalones y los botines – le pidió realmente preocupado.
-¿Se pondrá bien? – le preguntó al rubio con miedo.
-No lo sé Wufei, para serte sincero, jamás había visto que un vampiro sobreviviera a unas heridas como estas – le dijo sinceramente.
-¿Y si le doy mi sangre? – se ofreció algo temeroso – puede que ya no sea tan pura ya que ese desgraciado me mordió antes pero... si pude ayudar a Zech lo haré, le debo la vida, es lo mínimo que puedo hacer – dijo angustiado.
-Te lo agradezco Wufei pero Zech no lo permitiría, él ya no se alimenta directamente.
-¡Pues hay que obligarlo! – gritó perdiendo la serenidad – no voy a permitir que muera pudiendo hacer algo por él - ¿cómo puedo darle mi sangre aunque él no quiera? – le preguntó Wufei decidido.
-Si él no desea alimentarse es muy difícil que beba de ti, a no ser que pierda el control o la razón y actúe instintivamente – le informó Quatre retirando todas prendas de Zech dejándolo completamente desnudo, su cuerpo estaba lleno de quemaduras. Wufei no pudo apartar la vista de su cuerpo, a pesar de su aspecto, su propio cuerpo comenzó a reaccionar instintivamente, Zech le atraía demasiado aún estando lleno de llagas y quemaduras, aunque no quisiera reconocerlo, estaba enamorado de ese vampiro que estaba muriendo lentamente.
-¿Cómo puedo hacer que pierda el control y me muerda? – le preguntó seguro de si mismo.
-Podemos perder el control por varios motivos, normalmente es o por una fuerte excitación – iba hablando con Wufei mientras que comenzaba a limpiar las quemaduras con el agua fría – por hambre, al no haberse alimentado por largo tiempo o por defensa, cuando por algún motivo nos sentimos amenazados por algo o alguien, nuestro instinto defensivo actúa volviéndonos agresivos y algo incontrolables.
-Pues no tengo muchas posibilidades – le comentó apesadumbrado ayudando a colocar los paños húmedos sobre le maltratado cuerpo de Zech.
-Tienes razón, por habré no reaccionará ya que se ha alimentando hace poco, por defensa... está demasiado mal herido para que sienta una amenaza exterior, lo suficientemente fuerte que le haga responder como quisiéramos, solo nos queda una oportunidad... – le comentó no muy convencido.
-Debo de... – dijo sin atreverse a completar la frase.
-Es la única posibilidad que nos queda, si quieres yo me puedo encargar de estimularlo lo suficiente y cuando esté descontrolado te aviso – le sugirió Quatre.
-No sé, yo... – quiso decir, pero los nervios le traicionaron.
-Mira Wufei, será mejor que no lo hagas, nos muy agradable que se alimenten de ti, intentaré hacer lo que pueda por él, de todas maneras te agradezco su ofrecimiento, supongo que con los paños y algún conjuro sanador pueda estabilizarle lo suficiente para que él solo se recupere – le comentó al ver lo nervioso que estaba el moreno.
-Yo... no, lo he pensado y voy ha hacerlo, se lo debo... estoy algo nervioso y por que no decirlo también asustado pero lo haré – dijo convencido.
-¿Estás seguro Wufei? – le preguntó preocupado.
-Sí lo estoy, solo que... ¿no le haré más daño si le toco?, no quiero causarle más heridas – dijo preocupado.
-Tendrás que ir con un poco de cuidado, pero te daré para que se lo hagas tomar, eso calmará cualquier molestia que pueda sentir durante unas horas, lo demás estará en tú mano. Sobre lo que dije sobre hacerlo yo... – le comentó Quatre.
-No... – interrumpió Wufei sonrojado – prefiero hacerlo yo así me será más fácil que me relaje y me pueda morder.
-Bien entonces cuando quieras – le alentó el rubio.
-Esto... te importaría dejarnos solos... es que si me miras no podré hacerlo – le pidió ruborizado Wufei.
-Jeje, por supuesto, lo siento, os dejaré solos, si necesitas cualquier cosa solo llámame y vendré enseguida, si ves que Zech se pone muy violento aléjate de él y avísame, no hagas ninguna tontería, ¿de acuerdo? Vendré en un par de horas, ¿será suficiente? – le pregunt
-Supongo que sí – le respondió dudoso.
-Bueno, entonces me voy, estero que tengas suerte. Si consigues que Zech beba de ti déjale que lo haga hasta que empieces a sentirte muy débil, ten por seguro que si Zech bebe demasiado de ti, será tú vida la que correrá peligro – le informó Quatre.
-Lo sé, lo tendré en cuenta – le respondió.
-No te olvides de darle esto – le comentó entregándole un saquito con unos polvos blanquecinos – házselo beber diluido en sangre, la que está embotellada servirá. Suerte, nos vemos luego – dijo despidiéndose mientras que se alejaba cerrando la puerta con cuidado.
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Viernes, 10 de Junio de 1214.
La indeseada hora había llegado, cuando entró el verdugo nos separamos
el uno del otro sin desearlo, nos sacaron a ambos de la celda y desde allí nos
separaron, a Duo se lo llevaron a una celda donde esperaría que todo estuviera
listo para la ejecución, en cambio a mí me llevaron directamente a la plaza del
pueblo, me situaron en una tarima cercana donde habían colocado unos bancos
en los cuales se sentarían las autoridades y las personas implicadas, entre ellas
su familia y la mía, a mí me sentaron aún maniatado junto a dos carceleros que
me vigilaban..
Los primeros rayos de Sol dieron la señal a otros carceleros que se encargarían
de traerte ante la presencia de todos aquellos desgraciados. Pasaron unos
minutos cuando llegastes a la plaza, la gente allí reunida comenzó a murmurar
cosas que no entendía, subiendo cada vez el nivel de voz hasta que acabaron
gritándote.
Te llamaron brujo, hechicero del diablo y no sé que absurdas cosas más. Desde
que entrastes a la plaza tu mirada se fijo a la mía no la separastes en ningún
momento, recuerdo que sonreías con tristeza, tus ojos me decían cuanto me
amabas mientras eras arrastrado a la pila de leña que se encargaría de borrar
mis caricias de tu cuerpo con sus llamas. La desesperación se estaba apoderando
de mí, quise ponerme de pie pero los hombres que me vigilaban me lo impidieron.
Con empujones te subieron hasta la hoguera seguido de un sacerdote que iba
rezando un responso por tu alma. Vi como te ataron las manos al porte en
forma de cruz mientras el sacerdote hablaba contigo, no te pude escuchar pero
luego me enteré que te preguntó que si te arrepentías de tus actos pero tu digistes
que no, en todo momento nos miramos fijamente, hubiera dando todo lo que tenía
por estar en tu lugar, entonces vi como otro sacerdote se acercaba a ti leyendo
salmos de la Biblia y hablando en latín, diciendo que el momento de la purificación
de tu alma corrompida había llegado. Entre sus manos llevaba un objeto que no
pude ver en ese momento y una gran copa hecha de oro y grabada con oraciones
en latín. Sobre la hoguera estabas tu y esos dos sacerdotes y a los pies de ellas
los dos carceleros que te habían traído esperaban el momento de su intervención
con una entorcha encendida en sus manos. Al ver que pronto me separarían de
ti para siempre me desesperé y comencé a gritar tu inocencia, quisieron hacerme
callar pero no lo consiguieron, les amenacé con matarlos si te hacía algo, los
maldecí y les insulte, quise correr hacia ti pero no lo conseguí. Tú me mirabas
con cariño sabiendo el dolor que sentía, recuerdo perfectamente como tus preciosos
ojos no aguantaron las emociones y comenzaron a llorar, jurando que te vengaría
por cada lágrima tuya. Sin saber como ni porque escuche que gritaste, te habían
hecho algo pero no pude verlo ya que uno de los sacerdotes me tapaba la visión,
aquellos hombres hablaban y gritaban en latín, o sé lo que decían, cuando quise
darme cuenta de lo que sucedía vi con horror lo que te habían hecho. Los muy
desgraciados te había cortado en puntos estratégicos con aquel objeto que no
llegué a ver con claridad al principio, haciendo que tu sangre abandonase tu
cuerpo cayendo en la copa de oro que habían colocado a tus pies. Al ver lo
que estaban haciendo grité desesperadamente tu nombre te llamaba una y otra
vez, te grité cuanto te quería y que lo sentía, lloré como nunca lo había hecho
en mi vida. Mis padres al ver mi desesperación se dieron cuenta de lo que sentía
en realidad por ti. Padre se levantó indignado por el macabro espectáculo, madre
y mi hermana lloraban al ver mi angustia y la injusticia de la que éramos objetos.
En la tarima se produjo un revuelo padre gritaba exigiendo que parasen todo
aquello, amenazó a tu padre con romper todos sus acuerdos con él sino detenía
es brutalidad, pero no sirvió de nada, tu te estabas desangrando y nadie hacía
nada para evitarlo. Los cortes de tu cuello y muñecas hacían que tu agonía fuera
más lenta, quería que todo aquello acabase ya, no soportaba verte así. Intentanstes
decir algo pero tu voz se negó a hacerlo mientras tus lágrimas limpiaban tu rostro,
te llamé, no sabes cuanto te llamé. Al ver que padre no conseguía nada, decidi
marcharse junto con toda mi familia que había asistido a la ejecución, no sin
antes intentar llevarme con él pero no le dejaron. Mi hermana menor tubo que
ser asistida por ataque de nervios, el ver como te convulsionabas al intentar
llamarme le afectó demasiado. En un momento de distracción de mis carceleros
por el alboroto que había sido protagonista mi hermana, aproveché para escaparme
y salir corriendo hacia ti, al principio nadie se percató de ellos pero para cuando
lo hicieron yo ya estaba junto a ti, empujé a esos malditos sacerdotes que cayeron
de la hoguera al suelo, con dificultad me agaché para recoger el cuchillo, con el
que te había cortado y que había caído al suelo, para poder cortar la soga que
me ataba las manos. Tu me mirabas sonriendo con tristeza, me decías que me
querías y que jamás me olvidarías. Vi que te costaba respirar, luchabas por
mantener tus hermosos ojos violetas abierto, con desesperación intenté tapar
tus heridas con mis manos pero tu sangre seguía brotando sin remedio, grit
pidiendo ayuda pero nadie se movió, quise cortar tus ataduras con el cuchillo
pero os nervios y la desesperación hizo que se me cayera. Lloré aferrándome
a tu cuerpo pidiéndote perdón, todo había sido mi culpa, si no te hubiera
llevado fuera de aquella fiesta, nada de eso hubiera ocurrido y tú estarías vivo.
Tus fuerzas se acababan por segundos y yo sentía como mi corazón se desgarraba
de dolor y rabia. Los dos hombres que me custodiaban se acercaron a mí y yo instintivamente me acerqué a tu cuerpo, te abracé con desesperación y besé tus
dulces labios aunque estuvieran manchados por tu propia sangre, tu respiración
se detenía por momentos, te estaba llegando la hora, quise besarte hasta que
durmieras para siempre, quería que mis labios fueran lo último que sintieras,
llevándote al lugar donde podrías descansar por fin, sin obligaciones ni exigencias,
serías libre al fin. Mi amor... recuerdas lo que te susurré en aquellos momentos,
espero que no lo hallas olvidado, te prometí volvernos a reunir algún día y así lo
pienso aún, me vengaría de todos aquellos que nos hicieron daño, pagarían el
mismo precio que tú tuviste que pagar, solo por no saber comprender que nuestro
amor era puro y sincero, Te prometí que volvería a ti en un futuro ya sea en esta
vida o en otra y así sellamos nuestra promesa, yo bebiendo de la sangre de tus
labios y tú bebiendo de la mía, gracias a un corte que me hice queriendo en el labio.
Después de eso tus ojos se cerraron para no volverse abrir nunca más. Mi alarido
de dolor debió de oírse en todo el pueblo, te acaricié tu templado rostro y los
escasos mechones de tu hermosa cabellera ya inexistente, ya que esos bastardos
te la habían cortado, sin lágrimas no habían dejado de resbalar por mi rostro y
con todo el dolor de mi corazón y mi alma te besé por última vez, aunque esta
vez no hubo respuesta de tu parte. Unos fuertes brazos me separaron bruscamente
de ti, eran mis carceleros, estaban furiosos conmigo por haberles burlado como
lo hice, lo siguiente que sentí fue el puño de uno de ellos enterrado en mi estómago,
lo cual me sacó todo el aire de mis pulmones haciéndome caer al suelo de rodillas,
con empujones me sacaron de allí mientras me sujetaban fuertemente. Cuando
quise darme cuenta, los otros vigilantes habían incendiado la pila de leña
que se amontonaba bajo tus pies, los sacerdotes comenzaron a rezar de nuevo
pidiendo el perdón de tú alma pecadora, mi mente y mi alma ya no podían más,
te había perdido, la razón de mi vida se había esfumado, estando tan cerca de
la felicidad absoluta. Sin resistirlo más caí al suelo de rodillas, no pude ver
como el fuego quemaba tu cuerpo sin clemencia, después de eso todo fue oscuridad.
Cuando volví en mi, ya era de noche, me encontraba en una habitación que no
reconocí, después descubrí que era la sala donde el médico del pueblo atendía
a sus pacientes, ya no estaba atado y todo parecía en calma. Me dolía la
cabeza horriblemente pero no tanto como el alma, con algo de torpeza me
levante y me asomé a la ventana, desde allí se podía ver la plaza junto con
los restos de lo que había sido tu pila crematoria, al verla mi furia creció de
manera incontrolada, me di media vuelta y salí de aquella habitación, al
bajar por las escaleras de aquella casa me encontré al médico que intent
impedirme el paso pero no lo consiguió, le empujé con fuerza haciéndole
caer, con paso decidido me dirigí al exterior de la casa y de allí al centro
de la plaza. Al llegar al montón de leños medio quemados y cenizas me
arrodille ante ellas y con las manos temblorosas me llené las manos de lo
que serías tus cenizas, aún estaban algo calientes pero no me importó, de
ti ya no quedaba nada... nada a lo que aferrarme, nada, entonces algo llam
mi atención, un brillo que salía de entre las cenizas. Con cuidado las apart
y descubrí el objeto bastante deteriorado que brillaba, era una cruz, no muy
grande, de unos diez centímetros, seguramente pertenecería algún colgante,
la tomé con mi mano derecha y esta al entrar en contacto con mi piel me
provocó una quemadura quedando gravado su contorno en la palma de m
mano, aún así no la dejé caer. No la había visto nunca, al menos no te la
había visto nunca, al darle la vuelta descubrí que llevaba tus iniciales, sin
duda era tuya, pero ¿quién la había tirado allí para que se quemara contigo?.
La luna fue el testigo de mi dolor, un dolor que me llevó a la locura, por
haberte perdido, mi corazón y mi mente era un hervidero de emociones, dolor,
angustia, frustración, rabia y sobre todo sed de venganza, algo dentro de m
explotó haciéndome gritar como un animal herido, maldije a todo el mundo,
maldije a todos los habitantes de Gundam, maldije a nuestro supuesto Dios,
que nos debía de ayudar pero no quiso, renuncié a mi credo, a mi nombre a
todo lo que tenía, lo único que me movería desde aquel momento era la
venganza, todos eran culpables de tu asesinato y ellos lo pagarían. Desde
aquella noche, los habitantes de Gundam ya no me volvieron a ver más, al
menos no como yo era entonces, escapé de allí para no volver hasta el día
de la venganza final. Para algunos de los habitantes de Gundam, Heeroshi
Yui, había enloquecido, otros decían que había muerto, en parte acertaron en
ambas cosas, pero eso lo descubrirían más tarde. Pues eso fue lo que ocurri
hace diez años mi amor y aún no puedo olvidarlo, sueño con ello todas las
noches, rememorando la forma tan cruel que tuvieron al separarnos, pens
que al vengarte mi dolor por tu pérdida remitiría pero no es así, te sigo
extrañando mi amado. Te confieso que ya no soy el mismo, aquel del cual te
enamorastes, tú muerte me cambió, mi rabia me cambió, creo que hasta
demasiado, espero que donde estés me perdones por todo lo que he hecho y
deseo con todo mi corazón poder volver a verte, a reunirnos de nuevo, porque
mi vida sin ti ya no tiene sentido. ¿Me seguirás queriendo tal y como soy ahora?
¿podrías amar al ángel negro de la muerte?.
No de olvida, Heeroshi Yui
X X X X
-¡¿El ángel negro?! – exclamó sorprendido Duo al oír ese nombre.
-Sí..., ¿qué tiene de malo? – preguntó Heero desconcertado.
-Ese nombre... lo he oído antes, ¿pero donde? – habló más para si esforzándose ha recordar - ¡YA ME ACUERDO!, como he podido olvidarlo.
-¿Y bien?.
-Me do dijo mi madre la noche que la mataron, ella... me dijo que buscara el libro del ángel negro, allí encontraría la verdad de mi destino.
-Baka, mira que no acordarte de algo así – le reprochó.
-Lo siento Heero pero yo... lo olvidé a pasado tanto tiempo y tantas cosas que... – le dijo con tristeza.
-Tienes razón Duo, lo siento no debí gritarte así, perdóname amor – le dijo abrazándolo para besarlo con ternura.
-¿pero entonces, el diario de mi antepasado es el libro del ángel negro? – preguntó desconcertado Duo aún entre los brazos de Heero.
-Podría ser, pero me extrañaría, a lo mejor existe otro libro a parte de este.
-Heero... – le llamó temeroso
-Hn – respondió Heero acariciando las finas hebras de su pelo – lo que ocurrió en el pasado fue aberrante, yo... Dios mío – exclamó Duo horrorizado aferrándose al abrazo que Heero le proporcionaba – como pudieron hacerle algo así a mi antepasado, fue horrible – dijo con un nudo en la garganta y conteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
-La gente puede ser muy cruel con respecto algunos temas y más en aquella época Duo, los mortales tendéis a perseguir y a temer a todo aquello que os resulta distinto de lo que conocéis, os da miedo admitir que pueden haber otro ideales distintos a los que nos han inculcado desde pequeños – dijo seriamente Heero – después de haber leído esto no me extraña que Heeroshi quisiera vengarse de lo mortales, yo hubiera hecho lo mismo.
-¿Crees que eso desencadenó que os transformarais en vampiros? – preguntó curioso Duo.
-Sí, lo creo, es más estoy seguro de ello – le respondió dejando a un lado el libro para abrazar a Duo y girarlo para que quedase sobre él – sí alguien te hiciera algo parecido, vendería mi alma a quien fuera si con ello me ayudase a vengarme.
-No digas eso Heero – le recriminó con miedo – no ves que eso ha traído más dolor y sufrimiento que otra cosa.
-Puede que sí, pero lo haría de todas formas, ¿no ves que gracias a eso nos tenemos el uno al otro?. Heeroshi prometió que volverían ha estar juntos en un futuro y así a sido – le dijo besando a Duo.
-¿Crees que el Duo del diario y Heeroshi, somos tú y yo? – preguntó para confirmar sus sospechas.
-No sé si somos ellos, si dentro de nosotros algo de sus almas está presente pero si creo que su amor ha ido generación tras generación hasta encontrar la equivalencia en nosotros, hay muchos detalles que así lo demuestran, las descripciones, los nombres parecidos, las marcas de nuestros cuerpos – dijo acariciando el tatuaje del hombro de Duo a la vez que miraba la marca de su mano.
-Por ahora sabemos como quienes fueron los implicados en la muerte de tu antepasado, nos falta descubrir como Heeroshi se transformó en vampiro y como invertir el proceso – concluyó Duo - ¿has podido averiguar donde estaban los emplazamientos de las casas que menciona el libro? – preguntó Duo.
-De algunos sí – le respondió acariciando la cara de Duo que se apoyaba en su hombro y recostado sobre él – según me digistes por la descripción del paisaje y las casas que menciona Duo Bénjamin, la casa del Virrey, es la actual casa del alcalde de Gundam, la mansión de los Yui es lo que ahora es El Castillo Yuy, de eso no hay duda, el poblado es el mismo, lo único que nos falta averiguar es el emplazamiento de la Mansión de descanso del Bosque, que Duo y Heeroshi usaron para esconderse, durante tantas noches.
-¿No has podido descubrirla? – preguntó Duo curioso – creo que es en esa Mansión donde pueda estar la clave, es allí donde Duo y Heeroshi pasaron sus mejores momentos y donde pudieron ser libres realmente.
-Lo sé, tengo sospechas, pero me cuata creer que ese lugar que parecía tan bello se haya transformado en todo lo contrario – dijo desilusionado.
-¿Dónde crees que puede estar ese lugar? – le preguntó Duo.
-Todas mis sospechas apuntan a que la Mansión del Bosque es el Castillo Oz – le respondió.
-¡¡¿¿Queeeee??!! – exclamó sorprendido separándose de Heero para mirarlo a la cara – no puede ser, según mi antepasado, esa Mansión desprendía luz, alegría y serenidad, no como este horrible y frío castillo.
-De eso ya me he dado cuenta Duo, pero ten en cuenta que han podido haber modificaciones en la Mansión durante todos estos años en el diario la describe como una Mansión y ahora es un Castillo. Aún y así estoy convencido que se trata del Castillo Oz.
-Habrá que seguir leyendo para averiguar más – comentó desalentado Duo volviéndose a tumbar sobre Heero – pero ahora estoy cansado, ¿podemos dormir un ratito? – le preguntó a la vez que se le escapaba un bostezo.
-Por supuesto mi amor, ven colócate a mi lado, yo velaré tu sueño – le dijo besando su frente para después abrazarle por la espalda.
-Gracias cariño, mmmm – ronroneó, acurrucándose entra los brazos de Heero.
-Que duermas bien.
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Zech seguía semi inconsciente, apenas podía murmurar palabras que Wufei no podía entender, sin perder más tiempo se dirigió al mueble donde se guardaban los licores y las reservas de sangre que utilizaban los vampiros en caso de necesidad, con nerviosismo cogió una de las que contenía el plasma sanguíneo y lo vertió en una de las copas diluyendo en ella los polvos que Quatre le había dado. Una vez preparado el brebaje se acercó a la cama para darle de beber y así aliviara un poco el dolor que estaría sintiendo Zech en esos momentos.
-Espero que esto funcione – dijo en voz baja Wufei levantando con cuidado la cabeza del rubio – Zech – le llamó – me oyes, necesito que te bebas esto – le pidió preocupado.
-Mmmm – fue la única respuesta que escuchó.
-Por favor Zech, abre la boca, tienes que beberlo – le rogó acercando la copa a sus labios.
Con algo de dificultad Zech empezó a beber poco a poco, perdiendo parte del contenido por la comisura de los labios.
-Así es, bebe – dijo complacido.
Una vez acabado todo el contenido, Wufei humedeció un paño en agua fresca para limpiar la boca y la barbilla que se había manchado al beber el brebaje. Mientras hacía tiempo para que hiciera efecto lo ingerido fue cambiándole las toallas húmedas, a simple vista estas estaban igual aunque habían dejado de supurar, el proceso de curación de Zech era muy lento y eso le podía acarrear problemas. Wufei estaba cada vez más nervioso y preocupado por Zech al ver que no mejoraba como esperaba, como había dicho Quatre la sangre que había ingerido junto con la poción no le serviría a Zech para recuperarse, tenía que hacer algo y rápido, la temperatura del cuerpo del vampiro estaba aumentando considerablemente a pesar de aplicarles las compresas fría. De pronto una idea se le cruzó por la cabeza, con rapidez salió corriendo hacia el escritorio, abrió todos los cajones buscando el objeto que le ayudaría hasta que dio con él, una vez en su poder corrió de nuevo al lado del vampiro, lo miró con preocupación y miedo a perderlo, comprobó como se encontraba, pero no había cambio ninguna a excepción del aumento de temperatura. Sin pensárselo más se sentó junto a él con el objeto en su mano y tras dedicarle una mirada a lo que tenía en su mano y a Zech. Respiró hondo apretando la empuñadura del abre cartas se hizo un corte en su mano izquierda que pronto comenzó a sangrar, sin desperdiciar ninguna gota acercó la mano herida a la altura de la boca y con ayuda de su otra mano entre abrió los labios del vampiro colando las gotas de su sangre en su boca. Las gotas caían una tras otra forzando su herida para que sangrara más, Zech comentó a moverse débilmente, la sangre le estaba reanimando un poco, empezó a mover los labios intentando que aquel elixir fluyera en mayor cantidad, Wufei siguió vertiendo su sangre hasta que vio que Zech estaba ya consciente, había mejorado un poco el color de su piel y algunas heridas comenzaban a curarse.
-Arrrggghhh maldición – gruñó adolorido Zech hablando con dificultad– ¿qué ha pasado? ¿Dónde estoy? – dijo desconcertado casi sin poder moverse.
-Tranquilo, estamos en nuestra habitación. ¡No te muevas! – le gritó al ver que el rubio quería levantarse – estás muy mal herido, aún estás muy grave.
-Me... me siento fatal, mi cuerpo... siento que va a explotar – dijo con pesar – demonios, mi cuerpo, ¿donde está mi ropa? – dijo asustado al ver su estado.
-Lamento tenerte así pero te tenía que curar las heridas. Te has vuelto loco, como se te ocurre salir al exterior, ¿qué querías matarte? – le regañó molesto y preocupado – no... no lo vuelvas ha hacer, me oyes – le pidió casi sin poder contener las lágrimas.
-Yo... lamento haberte... arghhh... asustado de esta forma pero... no podía dejar las cosas así, ese desgraciado tenía que morir, por ti y por...
-Shhhhh, no hables más Zech, descansa yo me ocupo de todo – le pidió cambiando la toalla de su frente por una fresca.
-¿Qué te ha pasado en la mano? – le preguntó Zech viendo el improvisado vendaje que se había hecho Wufei en la mano para cortar la hemorragia.
-Esto... – dijo nervioso y sonrojado mirando su mano vendada – no... no es nada un pequeño corte, creo que me lo hice cuando Shoyo...
-No me mientas Wufei – dijo molesto al percatarse que le estaba mintiendo – esa herida es reciente. ¡Maldita sea! No habrás... – le gritó al notar como en su boca aún mantenía el sabor de sangre fresca y lo intuyó todo.
-¡Tenía que hacerlo! – se defendió – no iba a permitir que murieras sin hacer nada.
-¡Te has vuelto loco! Como... como se te ocurre hacer algo así, no tenías que haberlo hecho – le recriminó enfadado.
-¡¡Te estabas muriendo, maldita sea!! – le gritó desesperado sin poder contener las primeras lágrimas – es mi sangre y hago lo que quiero con ella.
-Wufei yo... – dijo sorprendido por la reacción del moreno – entiende que yo no me alimento de nadie directamente.
-Entiende entonces tú que yo le doy mi sangre a quien yo quiera – le dijo sollozando sin atreverse a mirarlo a la cara - Yo... no quiero perderte – confesó llorando lanzándose a su pecho para abrazarlo – yo... he tenido tanto miedo a que no volvieras abrir los ojos.
-Shhhh tranquilo bebé, ya estoy mejor, no me vas ha perder yo... – pero una fuerte tos le evitó que siguiera hablando para retorcerse de dolor.
-Zech, Zech – le llamó desesperado – mírame, ¿qué te pasa?¿qué te duele? – le preguntó acariciándole la cara y el pelo.
-Cof, cof, cof, me arde el cuerpo – le respondió con dificultad.
-Zech, mírame – le pidió con desesperación – tienes que prometerme que harás una cosa.
-¿Qué...? – le preguntó mirando la desesperación.
-Eso da igual... solo prométemelo.
-¿Pero el que? – volvió a preguntar desconcertado.
-Prométemelo, por favor – dijo llorando - ¿confías en mi?.
-Claro que confío en ti – le respondió seguro sin saber a que llevaba esa pregunta.
-Entonces prométemelo –
-Está bien te lo prometo – le dijo con una sonrisa débil.
-Bien... entonces tienes que hacerlo – le dijo besándole con delicadeza para no provocarle dolor.
-¿Qué tengo que hacer?.
-Debes beber de mí hasta que te recuperes, te lo ruego – le dijo con temor por su reacción.
-¡¡Quuueeeee!! Eso jamás, no pienso hacerlo – exclamó furioso.
-¡Pero me lo has prometido! – le respondió nervioso.
-Pero no pensé que se trataría de esta locura, lo siento Wufei pero no lo voy hacer, lo siento.
-¡¡ No te ves, estás muy herido!! Tu cuerpo no aguantará por mucho más, Quatre me lo ha dicho, no te creas que soy tonto y no me doy cuenta – le habló molesto y angustiado.
-¿Te lo ha dicho Quatre? ¿te ha dicho él que tengo que beber de ti? – preguntó con ira hacia su amigo.
-No, él no me sugirió, se lo dije yo, él solo me explicó como podías salvarte.
-Aún así no lo voy hacer, me niego a morder a alguien para alimentarme y menos a ti, antes prefiero morir – le confirmó las palabras que antes había dicho Quatre que diría Zech.
-¡¡Maldito baka!! Eres un maldito egoísta – le gritó desesperado - ¿y que pasa conmigo? ¿si mueres que crees que pasaría conmigo?. Si tú mueres yo muero contigo, yo... yo te quiero, ¡es que no lo entiendes! – le confesó.
-Wufei, pero no ves que te puedo matar yo... – le dijo asustado por la posibilidad.
-Si con ello te salvo me da igual.
-Entonces sería yo el que se moriría sin ti, ya perdí a mi pareja una vez... otra no podría soportarlo – le confesó con dolor.
-Pero yo... yo sé que eso no ocurrirá – le dijo limpiándose los rastros de lágrimas, molesto.
-No voy a arriesgarme Wufei, lo siento pero no lo voy hacer, cof, cof – le dijo antes de un nuevo ataque de tos.
-"Eso ya veremos" – pensó Wufei pensando que la única posibilidad que quedaba era la opción que Quatre le había sugerido.
-Esta bien Zech, no lo hagas – le dijo para convencer a Zech de que había desistido de aquella idea – ¿Puedo tumbarme a tú lado? ¿te duele si te toco? – le preguntó acariciando parte del brazo que estaba cerca de él.
-No me duele mucho, tranquilo, ven a mi lado me gustaría poder abrazarte, aunque mi aspecto puede darte asco – le dijo un poco más temeroso.
-No me das asco Zech – le respondió tumbándose a su lado – jamás pensé que diría esto de un vampiro pero me gustas, no me importa tu aspecto físico, eso no me impresiona.
-¿Así que mi imponente figura y mi irresistible atractivo no te impresiona? – dijo haciéndose el ofendido y bromeando mientras atraía el cuerpo del moreno hacia el suyo.
-Mira que serás narcisista –le regañó golpeando suavemente su costado.
-No soy narcisista, soy realista, si logré conquistarte a ti sabiendo el odio que tienes a los vampiros, bien me merezco esos elogios, ¿no crees?.
-Puede que tengas razón... – le dijo con una sonrisa – no puedo negar que eres provocativamente atractivo – le comentó – llegas atraer a cualquiera.
-¿Puedo pedirte una cosa? – preguntó indeciso Zech al moreno.
-Por supuesto, lo que quieras, ahora es mi turno para cuidarte y consentirte – le respondió.
-Puedes besarme, sino doy mucho asco – le pidió avergonzado, quería recordar su sabor, ya que no estaba muy seguro de poder volver a besarle debido a su estado tan precario.
-Claro que puedo besarte, solo lo haré si dejas de decir tonterías – le dijo sonriendo y agradecido porque fuese Zech quien diera pie a sus planes, ya que no sabía como comenzar su plan sin que el rubio se diera cuenta.
Con mucho cuidado y sin apoyar todo su peso en el maltratado cuerpo del vampiro, Wufei se colocó encima de Zech y con suma delicadeza besó los labios de rubio con vergüenza y timidez, solo fue un roce pero lo suficientemente notable para que ambos quisieran más. Wufei volvió a repetir el beso pero esta vez con más intensidad provocando que Zech levantara sus adoloridos brazos para abrazar a Wufei y acariciarle desde el cuello hasta más debajo de su espalda. Al sentir las caricias el moreno intensificó el beso a la vez que se apoyaba cada vez más en el rubio, provocando la reacción de ambos cuerpos. La respiración comenzó a ser irregular para los dos igual que los latidos de sus corazones, sus lenguas comenzaron un ritual de danza dentro de sus bocas, saboreando el sabor del uno al otro. Con miedo de provocarle daño pero decidido a excitarlo al máximo, Wufei rompió el contacto de sus labios con los de su amante para deslizarse por un camino de besos húmedos, hacia un lado del rostro del vampiro hasta su oído donde se entretuvo a lamer y a mordisquear con sensualidad provocando que se oyeran los primeros gemidos de su pareja que se aferraba a él como su tabla de salvamento, los roces de su cuerpo provocó que tanto Zech como Wufei se excitarán rápidamente, refregándose con mayor fuerza sin importar sus propias heridas. Wufei reanudó en camino de besos pero esta vez hacia el pecho de Zech besando con ternura y delicadeza, cuanta herida se encontrara a su paso hasta llegar a los ya excitados pezones atrapándolos entre sus labios, sien la respuesta de Zech una serie de gemidos ahogados y exigentes.
-Aaahhhhh!!!! Wufei, me estas matando – gimió ahogadamente Zech.
-¿Te he hecho daño? – preguntó asustado por si le había causado daño con sus caricias.
-Mmmmm, no baka, todo lo contrario, me estas volviendo loco con tus caricias – se apresuró a responderle al verle tan preocupado por él – no me haces daño, al contrario.
-¿De verdad? ¿quieres que siga? – preguntó inocentemente.
-¿Tú que crees? – le dijo bromeando – mira como me tienes – le comentó señalando su virilidad que estaba completamente erguida y reclamaba la atención de su pareja.
-Jeje, veo que sí – sonrió al ver en la cara de Zech la necesidad de sus caricias a si como la suya propia – después no te quejes – bromeó.
-Tranquilo no lo haré – le respondió atrayendo de nuevo hacia su rostro para poder besarlo con pasión – no sabes cuanto te deseo Wufei, desde la primera vez que te vi desee tenerte entre mis brazos, no como ni porque pero sentí que tú serías una parte importante en mi vida – le confeso entre beso y beso sin dejar de acariciarlo por debajo de la enorme camisa que llevaba Wufei.
-Yo también sentí algo parecido..., pero me negué a sentirlo, no podía comprender, mmmm porque alguien de la raza que más odio despertaba esos sentimientos en mi – le confesó acariciando el pecho bajando sus manos cada vez más hacia abajo.
-Creo que ha sido en destino, el quiso que nos conociéramos porque sabía que estábamos hechos el uno para el otro, a pesar de las peleas y los enfrentamientos de nuestras gentes.
-Pues debo dar gracias al destino por ello – contestó feliz Wufei entre los brazos de su amor.
-Lo mismo digo – respondió Zech acariciando la espalda y las nalgas de Wufei.
La nueva tanda de caricias tomó inicio, Zech quiso llevar la iniciativa pero Wufei no le dejó alegando que estaba débil y que no le convenía moverse, volvió apoderarse de los pezones de Zech hasta que se sació de ellos para seguir bajando por su estómago, luego el ombligo donde jugueteó con él y después su vientre plano y musculoso, acariciándolo con su labios y dedos de sus manos. Zech gemía sin control moviendo instintivamente sus caricias a la espera tan deseada de las caricias del moreno. Wufei descendió sus manos hasta la ingle rubia donde enredó sus dedos con el vello púbico, para luego acariciar la zona de los testículos que se encontraban duros debido a la alta excitación de su dueño. Con lenta tortura Wufei fue paseando por toda esa zona pero sin llegar a centro de la necesidad de su amante que comenzó a gruñir con exigencia mientras que enterraba sus manos en la cabellera negra con intención de guiar a Wufei a donde él requería su atención, pero todo fue en vano, lo único que consiguió, para su desgracia, fue que Wufei le rozará levemente sintiendo la propia respiración agitada del moreno sobre su adolorido miembro.
-Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh Wufei, no me tortures maaaaaaaaaaasssssssssssssss, por favor hazlo – le rogó desesperado el vampiro.
-Mmmmmm, ¿qué ocurre Zech? ¿qué es lo que quieres? Pídemelo – le exigió excitado también, su plan iba por buen camino, lo malo es que a él también le estaba afectado más de la cuenta, no quería perder él también el control.
-Aaaaaaaaahhhhh , por todos los demoniosssssss, lo sabes de sobre – le dijo alterado.
-Dilo, sino no sabré a que te refieres – le dijo provocándole.
-Arggggggg – gimió desesperado – chúpame Wufei, quiero sentirte en tu boca, por favor – le rogó.
Sin querer hacerle sufrir más comenzó a lamer suavemente el miembro de Zech, primero por la cabeza morada y húmeda para después deslizarse por su tronco hasta llegar a su nacimiento, entre una cosa y otra el tiempo pasaba en su contra y aún no había podido conseguir que Zech le mordiera, debía de darse prisa, así que intensificó sus caricias. Sin previo aviso se introdujo todo el miembro de Zech en su boca provocando que éste se estremeciera por completo, arqueando su espalda, con sus manos comenzó a estimular los testículos mientras lamía con desesperación el falo del rubio. Poco a poco el control de Zech se iba deteriorando, nublando su mente por el placer y el deseo.
-Aaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh siiiiiiiiiiiiiiiiii si sigue así, no pares Wufei – gemía y jadeaba intensamente.
Wufei engullía con devoción el miembro de Zech, notaba que Zech no tardaría en acabar pero eso tampoco le convenía tenía que provocar que le mordiera antes de que llegara al orgasmo, sino tendría que comenzar de nuevo. Tal como había iniciado la estimulación oral, la dio por finalizada oyendo un nuevo gruñido pero de protesta.
-¿Qué ocur..? – intentó preguntar Zech pero Wufei no se lo permitió y que se sentó sobre las caderas de Zech a la vez que le besaba con pasión. Con cuidado empezó a frotarse contra él rozándolos dos miembros erectos con deleite mientras se besaban. Zech se incorporó de la cama para quedar sentado con Wufei entre sus piernas apretando con sus manos las nalgas del moreno para mayor fricción, ambos gemían dentro de los labios del otro. Zech rompió el beso para poder besar el oído de Wufei mordiendo pero sin llegar a clavarle los colmillos, segundos después fue bajando por el cuello del moreno sintiendo la tentación imperiosa de clavar sus colmillos en su níveo cuello, haciendo crecer sus dientes preparados para perforar tal frágil piel. Wufei notó la confusión de Zech, hasta sintió como sus colmillos crecían por la excitación pero sin llegar a clavarse en su cuello, al contrario de lo que había pensado, la situación no le dio miedo sino al contrario, el tener a Zech dudando entre morderle o no le estaba dando una dosis de excitación extra. Al ver que dudaba en morderle quiso ir más allá, levantando un poco su cuerpo introdujo su mano entre los dos cuerpos llegando hasta la hombría de Zech, para agarrarla con la mano para masajearlo un rato más para luego llevarla hacia la parte posterior de su cuerpo sin llegar a introducirla en su interior, los movimientos de vaivén no se hicieron esperar, la virilidad de Zech se rozaba entre las nalgas de Wufei llegando a rozar con el glande la ardiente entrada del moreno.
-Aahhhhhhh Wufei, para mmmmmmm, si sigues así no voy a poder controlarme más – le dijo al borde de la cordura, aferrándose a las nalgas de Wufei.
-Aahhhhhhh, mmmmmm, pues no lo hagas, te deseo Zech – dijo también descontrolado – quiero sentirte dentro, hazlo, no te controles más, quiero que seas tú el primero en mi vida – le confesó excitado, hazlo – le exigió.
-Mmmmmmm, arghhhhh, no puedo más – gimió Zech.
Sin poder aguantarse más Zech dirigió su miembro hacia la entrada y con algo de desesperación comenzó a entrar en Wufei, primero su glande haciendo una pausa y el resto de un solo tirón.
-Arrggggggggggggghhhhhhhhhhhhhh!!!!! – gritaron los dos a la vez, Zech de absoluto placer y Wufei de placer con algo de dolor al no haber sido preparado con antelación, pero era de esperarse, había excitado a Zech hasta perder el control, solo quedaba poder excitarlo un poco más para que pudiera morderlo.
-Siiiiiii Wufei, aaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh, ¡¡¡por todos los demonios, eres tan cálido y estrecho!!! – gimió Zech relamiéndose y desgarrando la camisa de Wufei para dejarlo completamente desnudo ante él.
-Aahhhh siiiiiiin Zech, no pares, sigue así... aaarrgghhh.
Las embestidas de Zech se volvieron más intensas y profundas, haciendo arquear a su amante del placer ocasionado.
-Mmmmmmm si, mássssssssss, dame másssssssssssss – pidió Wufei mientras besaba con desesperación a Zech.
Tras la petición de su amante Zech profundizó más sus arremetidas, mientras besaba sus clavículas y cuello. Al ver que Zech seguía dudando, intentó lo último que se le había ocurrido, sin pensarlo más se acercó al cuello del rubio mordiéndole con fuerza. El acto provocó el descontrol total de Zech, haciéndose sus embestidas casi violentas, sus manos se apretaron con firmeza en las caderas de Wufei clavando sus uñas en ellas, con un rápido movimiento apartó a Wufei de su cuello, con una de sus manos le agarró del cabello para girarle el cuello para exponerlo ante su mirada y sin dejar de penetrarlo, enterró sus colmillos en Wufei para comenzar a beber de él con desesperación. Wufei a sentir como los colmillos de Zech le perforaban el cuello sintió un subidón de adrenalina haciendo que se corriera en el acto. Los segundos pasaban y tanto las embestidas como la succión en el cuello de Wufei no cesaban, el orgasmo estaba próximo para Zech, Wufei que quedó inmóvil recuperándose de las sensaciones sentidas y dejándose hacer, ya que sujetado por Zech, poco a poco Wufei fue sintiendo como el sueño le vencía a pesar que luchaba por estar despierto. Zech seguía bebiendo de él, las envestidas fueron en aumento hasta que su cuerpo no lo resistió más alcanzando el clímax más intenso de su vida. El fuerte gemido de satisfacción hizo que se separara del cuello de su víctima-amante, aún con su mente nublada por la lujuria, Wufei había caído inconsciente entre sus brazos, sin darse cuenta, unos segundos más tarde el control llegaba a él viendo con horror lo que había hecho, Wufei estaba desmayado entre sus brazos, desnudo con retos de semen en su cuerpo y sangrando por el cuello, lo que más le asustó fue encontrar el pulso débil e irregular de su amante. Sin saber como había hecho lo que tanto juró no volver hacer, se había alimentado de un mortal y pero que eso, lo había hecho mientras hacía el amor, y no a un mortal cualquiera, no, había perdido el control con la persona que más amaba en el mundo.
-¡Maldita sea! – gritó asustado al ver que Wufei no reaccionaba - ¿qué he hecho?.
Con el miedo en su rostro y con mucho cuidado tendió a Wufei en la cama, se levantó con dificultad, sus heridas no habían curado pero gracias a la sangre ingerida de Wufei los efectos de estas lo estaban curando con rapidez.
-¿Por qué no pude controlarme? , Dios no me arrebates a él también, no por mi culpa – rogó desesperado.
Fue al baño con la palangana con la cual le había curado a él antes y tras cambia el agua volvió al lado del moreno para asearlo y después taparlo con cuidado. Una vez atendido Wufei, Zech se vistió con algo de ropa del vestidor de la habitación y fue a buscar a Quatre.
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Sábado, 11 de Junio de 1214
Hay una duda que ahora me carcome la cual no había pensado antes,
siempre nos han inculcado desde niños la existencia de un Dios y todo su
significado, él nos protege y nos guía por el buen camino, todos aquellos
que sean dignos de su cariño y respeto, en el momento de su muerte se
reunirán con él en el más allá, yo creía en ello hasta que nos demostró que
no nos quería por ello renuncié a él a todo lo referente a la Iglesia y el cristianismo,
por ello de la misma manera que existe aquel llamado Dios, también existe
si antítesis, de ello te doy fe, tuve que descubrirlo de la forma más cruel que
existe. Todo esto me lleva a pensar que después de mi muerte temo que no nos
volvamos a reencontrar, tú lo más seguro es que te encuentres junto a ese
Dios falso que predica el amor entre sus semejantes pero en cambio a nosotros
nos dio la espalda, en cambio yo... cuando muera, cosa que veo muy difícil
por ahora, lo más seguro que ingrese directamente al infierno. Duo amor
mío, me he convertido en un asesino aunque no me arrepiento de ello, pero
si llegué a enfrentarme a todo un pueblo y al mismísimo diablo, me enfrentar
a quien sea necesario. Te doy mi palabra que te arrancaré de los brazos de
ese falso Dios, ni siquiera él me podrá separar de ti, te lo juro.
Todo acabó para mí, mi venganza está saldada, solo me queda esperar que
la muerte se apiade de mi agonía y me lleve junto a ti, cuento los días para
que eso suceda, pueda que pasen décadas incluso siglos hasta que eso pase,
pero no desisto, lo espero que alguien más poderoso que yo acabe conmigo,
ya que mi maldición me impide regresarte de tu letargo, solo cuando volvamos
a renacer podremos reencontrarnos de nuevo.
Mi querido Duo, sé que te dije que aquí te darías las explicaciones de m
venganza, de cómo me volví en lo que soy ahora así como hice pagar a esos
cerdos su osadía pero no creo que sea conveniente que lo haga aquí. Todo lo
referente a mí desde tu muerte es demasiado indigno para que perdure junto
a tus dulces palabras, por ello voy a escribirlo en otro libro. En este hablara
como Duo Bénjamin Maxwell y Heeroshi Yui se conocieron y se amaron
hasta las últimas consecuencias, el amor imposible de dos seres mortales
que pagaron su osadía al amarse con sus vidas. Tanto tú como yo estamos
muertos, si mi amor yo también... a pesar de mi nuevo aspecto estoy muerto.
Por eso he decidido relatar mi nueva no vida desde sus inicios hasta su fin
en otro libro, uno nuevo como mi nueva no vida, la No Vida del Ángel Negro,
espero que cuando leas esa parte de ni vida no te asustes ni me rechaces, te
parecerá horrible y depravado pero a esto me han llevado la gente que tanto
apreciabas y que nos dieron la espalda cuando más los necesitábamos.
Este preciado tesoro que es tu diario lo guardaré donde más felices fuimos,
así es mi amor, en el lugar donde te hice mío por primera vez, lo guardar
junto a los libros que tanto te gustaba leer, junto a tus queridos pedacitos
de mundos", como tú los llamabas, pero para que nadie pueda acceder a él,
lo podré bajo la protección de un hechizo el cual solo permitirá dar con él a
ti o a tu reencarnación en el futuro, nadie más podrá acercarse a él, de esta
forma lo protegeré de indeseables que quieran harte daño mi amor, con mis
nuevos poderes lo lograré. El otro libro lo ocultaré en mi Castillo allí sabrán
mejor como utilizarlo si el caso se llegase a dar, espero que mis descendientes
sepan como hacerlo, si es que yo no llego con vida para reencontrarte, espero
estar equivocado pero si es así, delego mi deseo al descendiente que salga elegido
para acabar con lo que yo no pude, volver a reunir nuestras almas para poder
descansar en paz y para siempre juntos.
Se despide de ti, mi amor Heero Yui, mi corazón y mi alma siempre te pertenecerán,
aún siendo el ángel negro. Heero Yui, el ángel negro.
X X X X
-¡¿Entonces si es verdad tu suposición?! – exclamó Duo sorprendido – el Castillo Oz es la Mansión del Bosque de mi antepasado.
-Así es, poco a poco se van aclarando las cosas. Por eso este diario no fue encontrado anteriormente, Heeroshi lo protegió con su magia hasta que un descendiente de Duo no apareciera – le respondió convencido.
-Fue la magia de Heeroshi Yui la que me guió hasta el diario, por eso sentí aquello cuando entré en la biblioteca, el diario me estaba esperando – le comentó sorprendido.
-Bien ahora solo nos queda buscar el libro del Ángel Negro, lo más seguro es que esté en El Castillo Yuy, habrá que avisar a Hilde lo antes posible, en cuanto Odin y los suyos se marchen para ir a atender sus negocios, nos reuniremos todos en mi castillo, lo más seguro es que también esté oculto bajo algún hechizo, sabiendo lo que tenemos que buscar será más fácil.
-Tienes razón Heero será mejor que descansemos, creo que hemos estado mucho tiempo despiertos, el Sol no tardará en ocultarse.
-Así es, dormiremos el resto del día, en cuanto anochezca mandaré el mensaje al castillo. Ahora duerme mi ángel.
-Mmmm – gimió complacido Duo apretándose contra el pecho de Heero – que duermas bien Heero.
-Lo mismo te digo – le respondió cubriendo mejor sus cuerpos con las sábanas de seda.
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Al anochecer en el Castillo Yuy
-¡¡Lo tengo, por finnnnn!! – exclamó eufórica Hilde a Noin que la miraba sorprendido.
-¿Que has encontrado? – le preguntó curiosa.
-Lo que necesitamos, gracias a la información que nos envió Quatre-sama he podido cotejar la información que hemos reunido, ya que con certeza, donde se encuentra la Mansión donde los antepasados de Duo y Heero-sama se encontraban, así como el responsable de aquella atrocidad y así como el expediente de la condena de Duo Bénjamin Maxwell... quien la realizo y de que forma, hasta las armas utilizadas en ellas.
-¡Eso es maravilloso! – exclamó Noin – debemos avisarle cuanto antes a Quatre-sama y a Heero-sama, ¿hay algo más?
-Sí, Según los planos enviados por Heero-sama, el castillo Yuy fue la antigua Mansión de la Familia Yui, si comparamos los dos planos – le comentó mirando los dos planos sobre la mesa de la gran biblioteca del Castillo – vemos que han habido modificaciones, a simple vista solo se añadieron varios torreones y una planta más, pero si te fijas en el plano antiguo, hay una sala que no aparece en el plano que actual.
-¿Puede que la hayan derribado? – comento Noin.
.No lo creo, si te fijas, esta sala que parece inexistente se encuentra justamente detrás de la biblioteca, lo que ahora sería el despacho de Heero-sama, pero las dimensiones no concuerdan.
-Tienes razón, la biblioteca es ahora más pequeña, eso significa que...
-Efectivamente... – le dijo sonriendo – detrás de esta pared – dijo señalando la gran estantería que tenían enfrente – debe de haber un cuarto oculto, ya que el despacho de Heero-sama no ha sido alterado.
-¿Entonces hay que descubrir la forma de hallar la entrada? – le preguntó excitada por el descubrimiento.
-Así es... pero antes enviaré a Zero de vuelta con la nueva información, es necesario que tanto Quatre-sama como los demás regresen cuanto antes.
-Perfecto, mientras escribes la nota iré a buscar a Zero. – dijo saliendo con rapidez Noin de la biblioteca.
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El anochecer había hecho despertar a los inquilinos del Castillo Oz, pronto uno a uno se fue preparando para atender sus obligaciones, como cada día en aquel castillo. Los invitados también se despertaron, coincidiendo en uno de los amplios salones.
-Buenos despertares – saludó Quatre a Heero que venía acompañado por un sonriente Duo cogido por la cintura.
-Buenas noches Quatre, ¿ha ido todo bien? – preguntó Heero percatándose que nadie más que ellos les podían oír.
-Pues si maravillosamente aunque fue algo agitada, jeje – le sonrió sentándose junto a la pareja haciendo que Trowa se situase a su lado.
-¿Eso es debido al escándalo de Zech? – le preguntó con una sonrisa burlona Heero.
-Pues si, jeje veo que te enterastes, disculpa un momento – le pidió Quatre deteniendo aun sirviente que pasaba por ahí – ¿podrías servir un desayuno para mi esclavo?, y que sea abundante, Ah! perdona, ¿Duo tú también quieres uno?.
-Eehh... si por favor – dijo algo avergonzado al oír sus tripas rugir.
-Jeje, no hay problema. Que sea dos y dese prisa –pidió el rubio sin borrar su sonrisa.
-Disculpa Duo, a veces me olvido que vosotros os tenéis que alimentar regularmente – dijo molesto consigo mismo por no percatarse de ello antes que Quatre.
-Esto.. no pasa nada – le dijo con una repuesta.
-Tranquilo Heero ya te irás acostumbrando a eso, hasta ahora solo te has tenido que preocupar de ti, es normal que se te olviden ciertos detalles, jeje . Y volviendo al tema de antes, te enterastes que Zech le dio lo suyo a Shoyo.
-Sí algo así. ¿Pero como acabó al final? – preguntó curioso.
-Pues verás, jeje solo te diré que no me gustaría acabar como él, quedó algo morenito y con todos los huesos rotos, jeje – bromeó Quatre – aunque Zech no salió muy bien parado esta vez, por poco no lo cuenta, es muy baka no se le ocurre que salir al exterior cuando el Sol estaba en lo alto – dijo molesto con el rubio de su a migo.
-¿Y se encuentre bien? – preguntó preocupado Duo.
-Pues sí, más o menos, gracias a la ayuda de Wufei lo pudimos salvar, Zech estuvo demasiado tiempo expuesto al Sol y eso le llagó todo el cuerpo, pero gracias a Wufei, consiguió que bebiera de él recuperándose casi por completo.
-¿¡Que ese humano consiguió que Zech bebiera de él?! – exclamó sorprendido Heero sin poder creer lo que había oído de Quatre.
-¿Qué hay de malo? – preguntó Duo inocentemente.
-Pues que desde que conoció a Treize, Zech juró no volver a alimentarse de un humano nunca más, así lo ha mantenido hasta ahora – le explicó Heero a Duo - ¿cómo lo consiguió? – le preguntó al Quatre.
-Pues de una manera sencilla, solo ha tenido que hacerle perder el control, tú ya me entiendes jeje – le dijo guiñándole un ojo a Heero con una sonrisa perversa.
-Vaya, vaya, ya veo, jeje, así que después de todo esos dos... – dijo Heero sonriendo casi imperceptiblemente.
-Si, jeje ya ves... – rió Quatre.
-Heero – llamó en un susurro Duo, tirando de la manga de la blusa de Heero
-Hn – le respondió acercándose al trenzado para que le hablara al oído.
-¿Qué tubo que hacer Wufei-san para que Zech-san perdiera el control? – preguntó inocentemente.
-Jajajaja – se carcajeó Heero sin poder contenerse por la curiosidad de su pareja – eres un cotilla Duo, pues es muy simple, para que un vampiro pierda el control sobre si mismo solo hay tres manera: como método de defensa, cuando nos sentimos amenazados por algo o alguien, reaccionamos por instinto, agresivos y algo incontrolables; también cuando pasamos un largo tiempo sin alimentarnos y por último y el que utilizó Wufei, según me dio a entender Quatre, es por excitación, si la excitación es muy intensa, podemos perder nuestro raciocinio y morder a nuestro amante – le explicó Heero a Duo.
-Esto yo... no lo sabía – dijo completamente rojo Duo por haber preguntado eso.
-¿Y como esta Zech ahora? – preguntó Heero.
-Pues no muy bien – dijo preocupado Quatre por su amigo.
-Poco antes de anochecer – intervino Trowa abrazado por Quatre – vino a nuestra habitación muy asustado, según nos contó, cuando se recuperó un poco, siendo conciente de si mismo – se encontró a Wufei desmayado en su cama y con signos de haber sido mordido por él mismo, no reaccionaba y su pulso y latidos eran muy débiles e irregulares.
-Mira que se lo dije, el muy baka dejó que bebiera demasiado de él – refunfuñó molesto Quatre.
-¡Y como esta Wufei? – preguntó preocupado por el joven.
-Está muy débil, las 24 horas serán cruciales para él, su las superas estará fuera de peligro pero si no... – dijo Quatre con tristeza – si Zech pierde también a Wufei no sé que va a ser de él. No para de culparse por lo sucedido, dice que prefiera estar muerto a que le pase algo al moreno.
-Eso es horrible – dijo Duo sujetándose de la mano de Heero.
-Iré a verlo – comentó Heero poniéndose de pie.
-Voy contigo – dijo Duo poniéndose de pie rápidamente.
-Si surge cualquier cosa, avísame Heero estaré en la biblioteca con Trowa o en los jardines – le informó Quatre.
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-Wufei, lo siento – se lamentaba Zech sentado junto a la cama viendo el cuerpo pálido de su amor tumbado en ella y sin apenas moverse, solo lo justo para respirar – no me puedes dejar, snif, snif, yo... yo te amo más que mi vida... no me dejes que lo suplico – lloraba desesperado aferrado a la mano tibia de Wufei, si oír respuesta por su parte.
Cuando fue a buscar la ayuda de Quatre, al recupera su cordura, tuvo la esperanza de que Quatre sabría que hacer para ayudarlo, pero todo fue en vano, Quatre lo estuvo revisando, pero ya era demasiado tarde, había perdido mucha sangre y su cuerpo se estaba resintiendo por ello, para aligerar el posible dolor que pudiera tener Wufei, Quatre le preparó un brebaje que lo mantendría dormido a la espera de su recuperación.
Flash Back
-¿Se va a recuperar? – preguntó desesperado Zech.
-Zech, yo... – quiso hablar Quatre conciente del dolor que estaba sintiendo Zech por la nueva perdida de su pareja.
-Dime la verdad Quatre, no necesito que me mientas – le habló seriamente.
-No lo sé Zech, es un chico fuerte pero perdió mucha sangre, las próximas 24 horas serán cruciales para él, si las supera estará a salvo.
-¿Cómo dejaste que hiciera algo así? – le preguntó molesto - ¡NO VENISTE DEJARLO! – le gritó furioso Zech.
-Se lo advertí Zech, le dije que corría el riesgo de perder él la vida pero él insistió de todas maneras, de la misma manera que ahora tú estás histérico y desesperado por Wufei, él lo estuvo así por ti ayer.
-Pero aún así no debiste dejarle, prefería morir yo a que le ocurriera algo. No puede perderle a él también Quatre... no.. snif a él no – lloró cayendo de rodillas al suelo ocultando su cara entre las sábanas.
-Lo siento Zech, me gustaría ayudarte pero no sé que más hacer, solo nos queda esperar -¿Qué vas hacer ahora, Zech? Tendrías que descansar, no estas del todo recuperado.
-Me da igual – le respondió serio – no voy a alejarme de él, estaré a su lado todo el rato velando su sueño. Ya verás como pronto despierta y seguramente lo hará molesto por haberle dejado la marca de mis colmillos en su cuello – dijo bromeando con tristeza, con la esperanza de que así sea.
-Tienes razón, Zech, ya verás como despierta, cuando lo haga deberás cuidarlo mucho, no podrá hacer muchos esfuerzos y deberás alimentarlo bien para que su sangre recupere niveles normales.
-Tranquilo así lo haré... no le faltará de nada, lo cuidaré como mi más preciado tesoro.
-Bien, toma esto – le dijo Quatre dándole el brebaje que preparó anteriormente para Wufei – debes dárselo a Wufei cada dos horas, si ves que tienes fiebre se la bajas con paños fríos.
-Así lo haré – le respondió cogiendo el brebaje.
-Intenta no cansarte mucho, yo me marcho ya que no puedo hacer nada más aquí, si surge cualquier imprevisto me avisas, ahora iré a descansar un poco a mi cuarto, luego estaré por el castillo, no iré muy lejos por si me necesitas para algo – le indicó a su amigo Zech.
-Gracias Quatre, te agradezco que me ayudes con esto – le dijo abrazando a su amigo.
-Eso no tienes ni que decirlo, amigo. Y anímate Zech, todo saldrá bien, siempre hay una solución para todo, no te preocupes, Wufei saldrá de esta – le dijo no muy convencido y molestándose consigo mismo por darle falsas esperanzas a su amigo, pero las necesitaba.
-Eso espero Quatre, eso espero – le dijo volviéndose a sentar en la silla junto a la cama.
-Nos vemos más tarde – se despidió Quatre saliendo de la habitación asignada a Zech.
Fin Flash back
-Si tú mueres ya no me queda nada, no puedo comenzar de nuevo una vez más – le confesó poniéndose de pie para inclinarse para besar con ternura los labios amoratados de Wufei – no me dejes, te amo... si tú mueres yo me iré contigo te lo juro, no dejaré que la muerte nos separe, no esta vez, snif. Lucha Wufei, por ti y por mí, por nuestro amor, por lo que iniciamos hace unas horas. No me dejes... me he vuelto un adicto a tus besos y a tus caricias, no me prives de ellas, regresa a mí.
El cuerpo de Wufei cada vez se enfriaba más, los latidos eran más y más lentos. Su hora le estaba llegando.
Continuará...
Nota: Espero que no me maten por lo sucedido en éste capítulo, espero que tuvieran pañuelos a mano. Si desean matarme, gritarme y simplemente decirme algo, ya sea bueno o malo, pueden hacerlo a mi correo personal. . Saludos.
Agradecimientos:
Hola Perla, gracias por tus palabras sobre lo que dices de la madre de Duo te acercas mucho, jeje , espero que no lo hayas pasado muy mal con este capítulo, espero que no te hallas desesperado mucho por la tardanza, lo siento, Bueno te dejo, te mando un fuerte saludo y hasta pronto.
Hola Ramy no se si te abras dado cuenta que tengo otro fic, si lo lees espero que te guste tanto con el de Instintos, espero que te llegue este comentario, te agradezco que me escribieras, aunque fuese por el otro fic, un beso y hasta pronto.
Hola Karinnnn, jeje como estás?, si el otro capítulo te pareció triste, con este creo que me salió algo más sádico, jeje, sobre de quien es la sangre pues, no te lo digo, lero lero, jeje sorpresaaaaaaaaaaa. Me halagas a llamarme sensei pero me haces muy feliz, jeje porque no. Sobre lo que me comentas de los diálogos, lo intento arreglar pero en cuanto lo paso a la página de Fanfition me lo desajusta todo, hasta me cambia el tipo de letras, pero veré como puedo arreglarlo. Te agradezco que me desearan buenas vacaciones, pero como te abras dado cuenta ya estoy de nuevo entre Uds, jeje. Como veo que te gustan mis lemons, ¿qué te pareció el de Wufei X Zech?, ha sido cortito, porque a lo mejor hago otro más intenso entre ellos donde puedan regocijarse más y participar más entre ellos, no se ya veré. Este lemon fue más bien una entrega de Wufei para salvar a Zech, solo se preocupó de excitarlo la máximo, pero aún así el muy pillín disfrutó de lo suyo, jeje. Bueno gracias por escribirme y hasta pronto.
Hola Kyo, jeje no me mates por haberlo dejado en esa parte el cap. 11 pero es que sino me hubiera salido muy largo, jeje, sobre escoger parejas no muy convencionales es lo mío, me gusta salirme de lo establecido, jeje no tengo remedio, ya sea con los personajes o con las épocas e historias, soy rara lo sé, jeje. Sobre como te comportas tampoco es tan malo, es bueno tomarse la vido con alegría, ya que bastante dura puede llegar a ser, pero de eso a ser insensible no lo creo, seguro que eres alguien especial, el no demostrar los sentimientos no significa que no los tengas. Gracias por escribirme y dedicarme algo de tu tiempo, te mando un fuerte saludo y hasta la próxima.
Phaedra, ya estoy aquiiiiiiiii, jej, ya estoy de vuelta y con capítulo nuevo, jeje te ha gustado el nuevo? Espero que si. Te mando un saludo y gracias por escribirme, el recibir vuestros comentarios me dan ánimos para seguir escribiendo. Un beso y hasta pronto guapa.
