Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.

Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.

Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el anterior que el anterior.

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Yo te proteger

Cap. 13

Hacía al menos una hora que todos los vampiros del Castillo Oz estaban levantados, haciendo sus deberes, entre ellos Lord Odin junto a Lady Relena ultimaban los últimos documentos pendientes para dejar todo listo para el viaje que efectuarían a la noche siguiente.

-Pues con este es el último documento que he de llevarme para el contrato de arrendamiento de las tierras de Norte – comentó Lord Odin a Relena que iba adjuntando los documentos entregados por su señor en carpetas diferentes.

-Sí mi Lord, ese es el último, solo falta que ordene a los hombres que nos acompañarán mañana – le contestó con una sonrisa seductora – si me lo permites yo puedo encargarme de avisarles por vuestra excelencia.

-Mmmm, hoy te has levantado muy solícita conmigo, ¿ qué es lo que quieres? – le preguntó desconfiado.

-No sé por que piensa que quiero algo, yo solo quiero servirte de la mejor manera posible, ¿eso es malo? – preguntó haciéndose la inocencia.

-¿Es que ya te cansastes del Yuy? – le preguntó levantándose del escritorio para caminar y acercarse a la joven - ¿por qué teniendo a cualquier vampiro gastas tu tiempo conmigo?.

-Yo... – le miró ruborizada – yo ya se lo he dicho, solo me interesa servirte, agradezco el cumplido pero no hay otro vampiro que me interese...

-Olvidaba que tú siempre apuntas alto, no creo que te conformases con ser la amante de un vampiro don nadie, jeje, eres demasiado lista para eso. Entonces por lo que deduzco, me has puesto en tu punto de mira ya que Heero no te hace el menor caso.

-Eso no es verdad – dijo molesta poniéndose de pie y dándole la espalda – no sé por quien me tomas, yo...

-Shhhhh – la cayó dándole la vuelta y colocando sus dedos sobre los labios – nos conocemos Relena y sé que tu debilidad es la ambición de poder, además quien te ha dicho que no me gustes así – le dijo sonriéndole seductoramente – cualquier hombre poderoso e inteligente sabe que debe tener a su lado a una pareja igualmente inteligente, pero no te confundas querida, puede que te acepte, pero jamás creas que puedes manipularme, a la mínima sospecha de ti, que intentes traicionarme o engañarme, no dudaré en matarte. ¿Sabes en la que te metes al implicarte conmigo? – le preguntó seriamente mientras la acercaba más a su cuerpo.

-Yo... por supuesto, jamás te traicionaría – le respondió subiendo los brazos hasta el cuello de su señor.

-¿Cómo con tu hermano? – le preguntó con malicia besándole el cuello.

-Mmmmm, eso es diferente, mi hermano es un baka que no ve más allá de sus pantalones, solo se preocupa por esos humanos enclenques.

-Eres un demonio, preciosa – le dijo con una gran sonrisa, para después besarla con pasión.

-¡¡Lord Odin, Lord Odin!! – entró gritando de repente en el despacho de Lord una joven sirvienta – oh, lamento interrumpir mi Lord – se disculpó la muchacha al percatarse que había interrumpido a su Señor en un tórrido momento.

-¡Se puede saber a que vienen esos gritos! – gritó molesto Odin separándose rápidamente de Relena – ¡es que no te enseñaron a llamar antes de entrar a una estancia ajena! – le gritaba furioso mientras se acercaba hacia la chica que temblaba considerablemente.

-Lo lamento Lord Odin, no volverá a suceder pero es que algo está ocurriendo en las mazmorras, mi Lord, como sabíamos que estaba ocupado, llamé a Touya-sama para que fuera a comprobar lo que ocurría en los calabozos, entonces él me ordenó que le mandase llamar enseguida, según me dijo es importante, yo... lo maneto no sabía que... – intentó justificarse al chica.

-Está bien, iré ahora mismo, Lady Relena acaba con lo que queda para el viaje y después avisa a los demás para que estén preparados para cuando anochezca mañana.

-Sí mi Lord – respondió satisfecha Relena – ¿mando llamar a los de siempre?

-Sí a los de siempre, pero deberás buscar un sustituto para Shoyo, ese Zech... que ahora que lo pienso tengo una charla pendiente con él. Otra cosa – dijo Odin antes de salir por la puerta del despacho – cuando acabes espérame en tu cuarto, no me gusta dejar las cosas a medias – le dijo guiñándole un ojo con lujuria.

-Por supuesto – le respondió sonriente.

Lord Odin junto con la sirvienta se dirigieron hacia las mazmorras donde Touya y algún otro vampiro esperaba ansiosos la visita de su Señor.

-¿Se puede saber que está ocurriendo aquí que me habéis hecho llamar cuando estaba ocupado? – preguntó molesto Odin al encontrase a Touya en la puerta de una de las celdas donde estaban encerrados los sacrificios para el día del Bloody Night.

-¡Lord Odin! – exclamó Touya al reconocer a su Señor – Mi Lord algo les está pasando a los prisioneros del Bloody Night.

-Maldita sea, es que no sabéis hacer nada... – iba diciendo mientras entraba para comprobar el estado de los prisioneros pero las palabras se le murieron en la boca - ¡¡Pero que demonios pasó aquí!! – dijo colérico al ver a su preciada mercancía casi moribunda - ¿Quién su el primero que los vio así?

-Yo... yo mi Lord – dijo asustada la muchacha sirviente – al anochecer como cada día vine para traerles la cena y me los encontré así... enseguida avisé a Touya-sama.

-Así es mi Lord, cuando llegué, ellos ya se encontraban en este estado.

-Maldita sea, esto es un problema, dentro de una semana es el Bloody Night y los sacrificios escogidos para entonces ya no nos sirven, kuso, pero ahora no hay tiempo para esto, maldición, mañana debemos partir y no tenemos tiempo para buscar a más gente del Clan Chang – maldito Odin al ver que le tiempo se le echaba encima.

-Pues deberemos buscar a otros para el sacrificio, aunque no sea del Clan Chang. Primero nos tendremos que deshacer de estos – dijo mirando con desprecio a los jóvenes enfermos que estaban tirados por el suelo, con la piel llena de manchas y cubiertos por un sudor delirante – si lo desea mi Lord puedo quedarme en el Castillo, yo personalmente me encargaré de buscar a los más indicados para la celebración.

-Eso no podrá ser posible, necesito que vengas conmigo ya que el baka de Shoyo le dio por morirse, pero en cuanto regresemos, tú te encargarás de eso. Por lo pronto deshazte de esto – dijo señalando a los moribundos del Clan Chang.

-Mi Lord... si me lo permite... –habló indecisa y asustada la muchacha sirviente – si me lo permite puedo intentar curarlos durante lo que dure su viaje, así si lo consigo no tendrá que preocuparse por buscar a más muchachos – le sugirió nerviosa, tenía que evitar que acabaran de matar a aquellos pobres inocentes.

-No creo que puedas hacerlo – dijo con desprecio Touya a la chica.

-Pero a lo mejor se pueden recuperar – insistió la joven.

-Puede que tengas razón muchacha, pensándolo bien puede que resulte, si lo consigues te recompensaré chica, no tenemos nada que perder – le dijo Odin a Touya – total si no se recuperan morirán igualmente.

-Muchas gracias Lord Odin – dijo con más tranquilidad la muchacha.

Los vampiros no tardaron en abandonar la mazmorra quedando a solas la muchacha amiga de Duo y los prisioneros. Con rapidez llenó un cubo con agua y cogió varios paños para asistir a los "enfermos."

-Tranquilos, ya me marcharon – susurró la muchacha entrando a la celda con el cubo de agua.

-¿Se han ido ya? – preguntó en voz baja Nataku que estaba tirada en el suelo fingiendo que agonizaba en fiebre.

-Sí ya se fueron, por surte les he convencido que me dejen cuidarlos para curarlos, el desgraciado de Lord Odin quería eliminaron por estar enfermos.

-Pues menos mal que funcionó tu plan Haruko, no estaríamos en graves problemas – le comentó más relajada la hermana de Wufei - ¿ Cómo sabías lo del plan de vampiro ese que ayuda a mi hermano Wufy?.

-Bueno el día que Quatre-sama vino a la cocina a prepara la pócima para Uds. me lo comentó, me dijo que en una semana las manchas de la piel se os irían y que todo sería normal, por ahora hasta que Quatre-sama y Zech-sama no os saquen de aquí deberéis parecer enfermos, os traeré agua fresca y la cena en cuanto pueda – le informó a la chica Chang.

-¡Espera! – la llamó a Haruko antes de que se fuera - ¿cómo está mi hermano? ¿le cuida bien ese vampiro rubio? – preguntó preocupada por su hermano.

-Zech-sama junto con Quatre-sama y Lady Hilde, es uno de los vampiros más buenos que conozco, tu hermano estará a salvo con él pero... esta mañana... hubo un incidente entre Zech-sama y otro vampiro...

-¿Qué ocurrió? – preguntó asustada al ver la cara de angustia que había puesto Haruko.

-Yo... no estoy muy segura pero se dice que Shoyo-san, el vampiro con el que se peleó Zech-sama intentó abusar de Wufei-san...

-¿¡¡¡QUEEE!!!? – gritó asustada Nataku – mi Wufyyy... ¿qué le ha pasado? dímelo.

-No llegó a pasar nada grave, solo salió un poco magullado pero Zech-sama se enfureció tanto que se enfrentó a Shoyo hasta tal punto que lo dejó moribundo, pero al no estar satisfecho arrojó a Shoyo-san al exterior siendo destruido por el Sol ya que era media mañana, Zech-sama sufrió grandes heridas y a duras penas pudo regresar a la oscuridad del Castillo cayendo en segundo al suelo desmayado y debilitado. Wufei-san corrió a ayudarlo y con la ayuda de Quatre-sama, pensamos que Zech-sama no lograría salvarse ya que sus heridas eran muy graves, el resto del día su hermano Wufei-san estuvo que él a su cuidado, no sé que hizo ni como que consiguió salvarlo.

-¿Entonces mi hermano está bien? – preguntó esperanzada.

-Yo... no lo sé, hace unas horas, Mina la cocinera me comentó que Wufei-san logró salvar a Zech-sama pero que a causa de ello cayó bastante enfermo... es lo único que sé.

-No puede ser, mi onisan no... ¿porque lo hizo?, ¿por qué se arriesgó por un maldito vampiro? – sollozó preocupada.

-Shhhh tranquila Nataku – consoló un joven de la aldea Chang se estaba cerca de ellas – Wufei habrá tenido sus razones, pero ya verás que se pondrá bien, él es muy fuerte, ya lo sabes Nataku.

-Pero Omi, mi onisan... snif... no no quiero que le pase nada.

-Nataku, yo sé que Zech-sama no permitirá que le ocurra nada, él lo aprecia mucho a pesar que se conocen hace poco, ellos...

-Por favor Haruko, ¿podrías averiguar como se encuentra? – la interrumpió – dime si está bien, necesito saber como esta.

-Tranquila lo haré, ahora debo marcharme, sino pueden llegar a sospechar algo, en cuanto sepa algo más bajaré pero primero os traeré la cena – le comentó poniéndose de pie para salir de a la celda – No tardaré mucho – le dijo saliendo de allí.

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Toc toc, llamaron a la puerta de su habitación.

-Adelante – dijo una voz lastimera y cansada.

-Zech, ¿cómo te encuentras? – preguntó Heero entrando a la habitación seguido de Duo.

-Para mi desgracia estoy bien, aunque Wufei no se está recuperando – le dijo con dolor mientras rodaba sus lágrimas por su rostro.

-Zech-san... –susurró Duo con tristeza al ver el sufrimiento del vampiro.

Zech estaba dentro de la cama semi sentado apoyado en la cabecera con el cuerpo de Wufei sobre él, dándole su calor mientras lo abrazaba y le acariciaba el cabello que le caía sobre el hombro.

-Duo – susurró con una sonrisa forzada – gracias por venir... yo – le habló sin apartar la vista de su amor.

-¿Cómo se encuentra, Zech? – le preguntó preocupada acercándose a la cama junto con Heero.

-Mal... por mucho que le dé mi calor su cuerpo no lo conserva, cada vez está más frío y su corazón late cada vez más despacio, yo... snif... no quiero perderlo – sollozó angustiado aferrándose a él - ¿por qué tubo que pasar esto? ¿preferiría estar en su lugar?.

-Zech, debes de ser fuerte – le habló seriamente Heero – no puedes rendirte, pase lo que pase tu...

-No Heero, no esta vez no puedo ser fuerte, no de nuevo, ya pase por esto una vez y dudo que pueda aguantarlo una vez más... – dijo con dolor.

-Pero debes de ser fuerte.

-¡Es que no lo entiendes! – gritó desesperado – ponte en mi lugar Heero, por un momento piensa que harías si fuera Duo en que esta en esta cama... – de dijo con amargura.

-Yo... – quiso responderle Heero pero no pudo, entendía muy bien como se sentía.

-Pero se pondrá bien Zech, ya lo verás, él es fuerte, además por mucho que intente ocultarlo é te quiere y no se dejará rendir, él luchará por estar a tú lado – dijo con tristeza Duo, dándole esperanzas al rubio.

-Ojalá sea así Duo, pero... hay que ser realistas... yo lo condené a esta muerte lenta, snif... por mi culpa ahora está muriendo, no pude controlarme, yo lo he matado.

-¡No digas eso! – gritó Heero molesto a su amigo, tú no lo has matado.

-Si lo hice Heero, ayer perdí el control y bebí de él hasta casi matarlo.

-Me lo contó Quatre esta noche. Pero él sabía a lo que se exponía, él lo quiso hacer para salvarte – le dijo Heero.

-Si pero eso no me hace sentir mejor sino todo lo contrario.

-Le amas, ¿verdad? – le preguntó Heero mirando a su amigo como acariciaba a Wufei – le amas tanto como amastes a Treize.

-Sí... le amo igual o más... por eso no puedo perderlo, si mi maldición no fuera suficiente... encima todo aquel que se me acerca acabo pagando las consecuencias, todas las personas a las que he amado han muerto en mis brazos... esto no puede continuar más, no quiero que nadie muera más por mi culpa.

-¿Qué tienes pensado hacer? – le preguntó aún sabiendo la respuesta.

-Si él muere... me iré con él – dijo con tristeza y a la vez ternura, al mirar el rostro de Wufei.

-¡Pero no puedes hacer eso! – exclamó Duo asustado por la idea.

-Duo es su decisión, debes aceptarla.

-Gracias Heero, te lo agradezco amigo – le dijo Zech al verse comprendido por su amigo.

-Pero... – quiso protestar Duo girándose para encara a Heero por no hacerle desistir a Zech.

-No Duo – le dijo Heero abrazando a Duo contra su pecho – su deseo es quedarse junto a su amor, la muerte no tiene porque separarles, yo haría lo mismo.

-Heero – sollozó Duo al ver el rostro de dolor de Heero al ponerse en esa situación – pero es injusto – lloró abrazado al pecho de su amante.

-Chico os agradezco que vinierais a verme y te pido perdón Heero por dejarte en el momento que más me necesitas, pero yo...

-Tranquilo amigo, te comprendo y no te preocupes por eso, ya nos apañaremos, ahora solo procura cuidar de tu chico, solo tu cariño puede lograr el milagro de que se recupere, debes hacerle sentir que le amas, solo así lo podrás retener a tu lado.

-Gracias amigo – le sonrió con tristeza – Duo deja de llorar, no importa, mi destino ya estaba escrito en cuanto lo conocí.

-Pero es que no puedo, snif – dijo entre lágrimas Duo aferrándose a Heero – no quiero que eso pase...

-No yo Duo, ni yo – dijo en voz baja Zech.

Una sacudida imprevista de Wufei alarmó a Zech, el moreno se convulsionaba respirando a duras penas, con mucho cuidado y ternura Zech lo sujetó para que no se hiciera daño. Tanto Duo como Heero se asustaron al ver como el cuerpo del moreno se retorcía entre los brazos de Zech que intentaba por todos los medios que no se hiciera daño. El rostro de Zech se contrajo de dolor al percibir que algo no iba bien, algo le estaba pasando a su pequeño y no sabía como luchar contra eso. Heero al percatarse de eso salió corriendo en busca de Quatre dejando a Duo con Zech por si necesitaba ayuda. Las convulsiones seguían, de pronto Zech comenzó a expulsar espuma por la boca. Duo corrió al baño en busca de paños limpios y agua fresca para limpiar a Wufei, Zech tubo que salirse de debajo del cuerpo de Wufei para ponerse de rodillas sobre la cama para poder sujetar mejor al moreno, cuando regreso Duo ayudo a Zech a asearlo para después ayudarle a sujetar a la pareja de Zech, Duo se encargaba de las piernas mientras Zech le sujetaba de los brazos.

-Shhhh tranquilo mi amor – susurraba Zech a Wufei – todo saldrá bien, yo estoy contigo, no voy a dejarte, pase lo que pase – las convulsiones fueron en aumento, a Duo le costaba sujetar las piernas de Wufei sin hacerle daño.

-Wufei de... debes luchar – sollozaba Duo mientras le hablaba – no nos puedes dejar, snif... que pasará con Zech, no puedes dejarle solo – lucha Wufei, tú puedes.

-Sí mi amor, snif tienes que ser fuerte, por ti y por mí – le decía mientras lloraba con angustia al sentir que su amor se iba adentrando en un abismo del cual no podría salir.

En un acto de desesperación por calmarlo Zech sujetó el rostro de Wufei para besarlo con ternura y a la vez con pasión, las convulsiones fueron remitiendo lentamente. Zech le iba besando mientras le decía dulces palabras y promesas de amor.

Heero y Quatre iba corriendo hacia la habitación de Zech cuando al estar delante de ella, en el momento que Heero ponía su mano sobre el pomo de la puerta para abrirla, un grito de desesperación les alarmó haciendo que ingresasen a la habitación con rapidez.

-¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOO Wufei NOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!! – lloraba desesperado Zech mientras sujetaba la cabeza inmóvil de Wufei sobre sus tiernas acariciándole con ternura.

Duo estaba demasiado aturdido y afectado por la escena que estaba viviendo, era tan solo un mero espectador por su dolor era tan real que le hacía sangrar el alma, al ver como entraba Heero por la puerta salió corriendo a su encuentro con el rostro bañado en lágrimas y llorando con angustia y dolor. Heero al verlo lo sostuvo en sus brazos comprendiendo lo que había sucedió. Wufei no lo había podido superar.

-Heero – lloraba desconsolado Duo aferrándose fuertemente al pecho de su prometido – no he podido ayudarles, snif, yo... ¿por qué?... Wufei no tenía que morir.

-Sshhhhh tranquilo mi amor, por desgracia ya no podemos hacer nada – dijo con pena intentando consolar a su trenzado – ahora ya ha dejado de sufrir.

-No... no puede ser – se negaba Duo sollozando.

-Zech... – llamó Quatre acercándose a la cama, en voz baja con preocupación y tristeza.

-¡Quatre! – exclamó angustiado Zech con el rostro lleno de lágrimas – Quatre, por favor ayúdame, Wufei no respira, haz algo, por favor – le pidió desesperado cogiendo al moreno con sus brazos para enseñárselo.

-Zech..., lo lamento pero ya no puedo hacer nada, es demasiado tarde, él... – le explicó tras comprobar la carencia de pulso en el moreno.

-¡NOOOOO ÉL NO ESTÁ MUERTO! ÉL ABRIRÁ LOS OJOS EN CUALQUIER MOMENTO! – gritó enloquecido sacudiendo desesperadamente a Wufei para que despertara – Mi amor, abre los ojos, venga por favor, ya has dormido suficiente, mi tesoro tienes que levantarte ya, tu hermana estará muy preocupada...

-¡Zech, ya es suficiente! – le gritó Quatre zarandeando al rubio para separarlo del cuerpo inerte del joven Chang – reacciona maldita sea, Wufei a muerto debes aceptarlo – le dijo con gran dolor al ver lo desquiciado que se estaba comportando su amigo.

-¡¡¡¡Nooooooooooo!!!! – gritó con todo el dolor de su corazón.

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Los gritos angustiosos de Zech se escucharon por todo el Castillo, llamando la atención de más de uno.

-¿Pero que está sucediendo aquí? – preguntó Relena entrando en la habitación que ocupaba su hermano viendo la escena sorprendida – pero que...

-¿Relena? – la mencionó Heero al reconocerla - ¿qué estas haciendo aquí?

-Heero, ¿qué ha ocurrido? ¿por qué mi hermano está llorando?.

-Relena ahora no, será mejor que te marches, tú hermano no está para tus tonterías y chafarderismos, regresa a tus cosas, luego te lo explicaré.

-No me pienso marchar hasta que no me expliques por que mi hermano parece un desquiciado y porque tu esclavo está también llorando – le exigió viendo como Zech se aferraba al cuerpo de alguien que no conseguía ver muy bien ya que el cuerpo de Quatre lo ocultaba - ¿qué estáis haciendo todos aquí?

-Mira Relena yo tampoco estoy para aguantar tus tonterías así que lárgate y lo que yo haga aquí no te importa – le dijo molesto y ya sin paciencia.

-¡Es mi hermano! – le gritó furiosa.

-Ja, no me hagas reír Relena, a ti tu hermano te importa un comino, así que ahórrate las molestias, pero como no tengo, ni el tiempo ni las ganas, te diré que tu hermano acaba de perder a su esclavo, ¿contenta? – le dijo empujando a la vampiro fuera de la habitación para que no molestara más.

-Maldito seas – gruñó Relena al ser sacada de allí sin poder protestar – tengo que informar de esto a Lord Odin.

A los pocos minutos Relena estaba poniendo al corriente de lo sucedido a Lord Odin que no tardó mucho en presentarse en la habitación del rubio vampiro.

Toc toc.

-Maldición, ¿quién puede ser ahora? – gruñó Heero abriendo la puerta sin mucho cuidado - ¡qué!

-Vaya Heero si que estás alterado – se burló Odin al ver la cara de mal genio del Yuy.

-¡Odin! ¿qué haces aquí? – le preguntó percatándose de que a su lado estaba Relena – ya has ido con el cuento a Odin, Relena – le acusó mirando a la chica.

-Era mi obligación, no olvides que estamos en su Castillo y es nuestro Señor – se defendió ofendida.

-Veo que eso te lo has aprendido muy bien, pero yo no tengo Señor, eso no lo olvides nunca – le dijo molesto Heero – ¿Se te ofrece algo? – le preguntó sin tapujos a Odin.

-¿Es verdad que Zech a perdido a su esclavo? ¿cómo ha sucedido? ¿a sido por lo de Shoyo?

-Ahora no es el momento Odin, luego iré ha hablar contigo y te lo explicaré todo – le dijo queriendo dar por finalizada su visita.

-De acuerdo pero me dirás que haces tú aquí, ¿no se supone que ya no tienes ninguna relación con los hombres de Quatre? – preguntó Odin desconfiado.

-Y así es. Lo que ocurre es que estaba en deuda con Zech por un asunto de hace tiempo, no olvides que él fue uno de los que me enseñó todo lo que sé, y ahora estoy saldando una vieja deuda, después de esto ya no le deberé nada. Y ahora si me disculpas tengo que encargarme de una cosa, nos vemos – le dijo a Odin cerrándole la puerta en las narices.

-Maldita sea Heero – dijo molesta Relena – se está comportando muy raro, no me creo eso de la antigua deuda – le comentó a su Señor.

-Lo sé... a mí tampoco me ha convencido mucho pero por ahora tendremos que confiar, busca a alguno de confianza que se quede en el Castillo y nos tenga bien informado de todo los que hace aquí, a la mínima cosa extraña que nos avise, creo que va siendo la hora de que nos encarguemos de él. Me estoy empezando a cansar de sus tonterías.

-Así lo haré mi Lord – le respondió alejándose de allí rumbo a sus aposentos, ya se ocuparía más tarde de aquel asunto, ahora lo principal era satisfacer a su Señor en todo lo posible.

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En el interior d la habitación de Zech la desesperación había tomado posesión de Zech.

-Zech déjalo ya – le pidió angustiado Quatre intentado que su amigo se separase de su amante muerto – venga Zech, nosotros nos encargaremos de él, lo enterraremos debidamente.

-¡Noooooooooooo! Snif, no lo dejaré, no me separaré de él, arrrrrggggggggggghhhhhhhhhh – gruñó de dolor – no permitiré que me dejes – dijo desquiciado Zech.

Los siguientes minutos pasaron con rapidez y confusión. En un acto desesperado, Zech se rajó una de sus muñecas haciéndose un profundo corte con sus colmillos para darle de beber su sangre al cuerpo inerte de Wufei.

-¡Pero que haces Zech! – le gritó Quatre al percatarse de lo que estaba haciendo – no puedes hacerlo, te has vuelto loco – le dijo cogiendo la muñeca herida de vampiro para separarla de los labios entreabiertos de Wufei.

-¡Déjame! – le gritó Zech, proyectado a Quatre contra la pared con su poder – me da igual lo que pienses Quatre, no voy a permitir que la muerte se lo lleve. Wufei es mío para siempre, snif, no voy a permitir que me separen de nuevo de la persona que amo.

-¡Pero has tomado en cuenta lo que él querría! – le dijo furioso poniéndose de pie para encararlo – esto es una locura, tú mejor que nadie lo sabes lo que esto significa.

-¡Me da igual! – prefiero que me odie el resto de la eternidad y poder verlo que saber que no lo podré tener nunca más – le dijo siguiendo dándole de beber su sangre lentamente.

-¿Qué está ocurriendo? – preguntó Duo a Heero, en voz baja que solo lo oyó él.

-Zech a decidido convertirlo en vampiro para no perderlo – le respondió seriamente Heero.

-Pero no puedes hacerle esto, es demasiad cruel – le recriminó Quatre.

-Quatre, ya está bien, Zech a tomado una decisión y será él quien asuma las consecuencias – interpuso a favor del Zech

-Tú también Heero, no ves que esto es una equivocación – le dijo Quatre molesto.

-No Quatre, no es una equivocación, yo haría lo mismo, piensa en un momento que se tratase de Trowa, y ahora dime que no lo habrías hecho – le dijo seriamente Heero.

-Yo...

-Quatre-sama... Heero tiene razón – intervino Duo limpiándose las lágrimas de la cara y yendo hacia la cama donde yacía Wufei sin aún ninguna reacción – si yo estuviera en el lugar de Wufei... no me importaría convertirme en vampiro si con ellos puedo permanecer con la persona que más amo en este mundo. Hasta se lo pedí hace unos días a Heero pero él se rehusó, quiere primero intentar romper el maleficio.

-Entonces tu querías ser... – quiso decir Quatre sorprendido.

-Así es - le respondió con una sonrisa triste – para mi lo más importante es estar junto a Heero – le dijo dedicándole una sonrisa a su amante – sé que Wufei lo entenderá, puede que le cueste un poco, pero estoy seguro que comprenderá el acto de amor desesperado que hizo Zech – comentó acercándose al moreno que parecía dormir para acariciarle el rostro y dedicarle una sonrisa esperanzadora a Zech.

-Gracias Duo – le agradeció Zech por su apoyo.

-De nada. ¿ahora que le pasará? – le preguntó Duo intrigado a Zech.

-Al beber mi sangre su cuerpo quedará contaminado con ella y sufrirá algunas alteraciones, la no vida se apoderará de él haciéndole renacer como vampiro – le explicó al trenzado mirando con ternura a su nuevo compañero.

-¿Y cuando se convertirá en un vampiro? – volvió a preguntar.

-Supongo que en un par de horas. Sus células deben de morir por completo para que muten y reconozcan mi sangre como la suya.

-¿Entonces se recuperará del todo? – siguió preguntando Duo curioso.

-Más o menos – explicó ahora Heero acercándose a su prometido para que dejase de acosar al rubio – despertará algo cansado y confundido, en las siguientes horas Zech tendrá que enseñarle a alimentarse por sí solo, con el tiempo irá aprendiendo todo lo necesario de sus nuevos poderes como vampiro así como sus nuevas percepciones y sentidos. Y ahora don curioso es mejor que dejemos a Zech y a su chico que descansen, porque le va hacer falta, sobretodo cuando intente explicarle que ahora es un vampiro, jeje – bromeó llevándose a Duo aun lado dela cama con intención de marcharse.

-Creo que necesitará más que descanso para cuando eso suceda – dijo Quatre más calmado.

-Chicos os lo agradezco. Quatre espero que me entiendas por que lo he hecho – le pidió Zech

-Tranquilo Zech eso ya no importa, ahora descansa, si necesitas cualquier cosa me avisas. Cuando despierte ten tacto al explicarle, no creo que se lo tome muy bien.

-Je, es verdad – comentó más relajado Zech – cuando se entere que se ha convertido en lo que más odia en el mundo querrá matarme – bromeó.

-Bueno, nosotros nos vamos – dijo Heero.

-Sí yo también que he dejado a Trowa solo en la habitación y de eso ya hace un rato, jeje.

-Dentro de un par de horas nos pasaremos para ver como ha ido todo – dijo riéndose Heero al ver la cara de preocupación de Zech al mencionar ese pequeño detalle, la confesión del nuevo estado del moreno.

-No sea malo Heero – le reprochó Duo – todo saldrá bien, ya lo verás – le dijo a Zech desde la puerta.

-Hasta luego chicos, si sigo vivo para contarlo – se burló viendo como desaparecían tras la puerta de su habitación dejándole solo junto a Wufei – Tú hermana me va a matar por esto – dijo con una pequeña sonrisa en su rostro al recordar el carácter tan volátil de su futura cuñada – pero no me arrepiento, si me perdonas por esto no dejaré que nadie nos separe. Te amo Wufei... no sabes cuanto – le confesó tumbándose de nuevo a su lado y besarle con ternura

Pronto se quedó dormido pero en alerta al mínimo movimiento que delatara que Wufei ha despertado.

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En los pasillos Quatre, Heero y Duo se dirigían a sus aposentos para hacer tiempo hasta que tuvieran que volver a ver a su amigo. A unos metros de estar enfrenta a la puerta asignada a Quatre, ésta se abría de improvisto saliendo de ella un Trowa nervioso y apresurado.

-¿Se puede saber a donde vas? – preguntó curioso y sorprendido Quatre a su amante.

-¿Trowa, sucede algo? – preguntó Duo que estaba al lado de Quatre al ver a su amigo algo alterado.

-No deberías salir sin protección – dijo seriamente Heero – el hecho de que estés marcado por Quatre no te da inmunidad completa.

-¡Quatre, Heero, Duo! – exclamó sorprendido al ser sorprendido – me nos mal que os he encontrado – dijo aliviado ya que había salido sin mirar de la habitación.

-¿Qué sucede amor? – le preguntó preocupado al ver nervioso a su amante de ojos esmeraldas.

-Hace un rato que llegó esto con el ave de Heero-san, parece ser importante, estuve esperando para ver si regresabas pero como no venías salí a buscarte – le dijo extendiendo una hoja doblada con el sello del Castillo Yuy.

-Debe de ser de Hilde y de Noin – dijo Quatre al reconocer el sello de la carta – entremos aquí fuera no es seguro – les comentó a todos entrando a la habitación seguido de Trowa y los demás.

Al entrar se dirigieron a la sala de estar sentándose en los sillones, con rapidez Quatre abrió la carta para leerla con rapidez. Una vez leída y asimilando toda la información que habían descubierto en el Castillo Yuy, se lo contó a Heero y a los demás. De paso Heero y Duo explicaron a Quatre y a Trowa lo que había descubierto hasta ahora gracias al diario del antepasado de Duo. También se le explicó a Trowa lo sucedido con Wufei y su nueva situación.

-Eso son muy buenas noticias – comentó Duo – según dice Lady Hilde, en el Castillo Yuy han encontrado un cuarto secreto, ¿a lo mejor es el cuarto donde Heeroshi guarda el libro del ángel negro?.

-Puede que tengas razón Duo – comentó Heero – será mejor comprobarlo cuanto antes. Creo que Odin ya no confía demasiado en mi. Hoy al vernos todos en el cuarto de Zech nos delató.

-Sí creo que es posible, deberemos darnos prisa para actuar – comentó Quatre – es mejor que abandonemos en Castillo Oz cuanto antes, en cuanto regrese Odin de su viaje se sabrá todo y si nos quedamos aquí no estaremos a salvo, no quiero arriesgar a Trowa, supongo que pensarás lo mismo Heero.

-Por supuesto – le respondió.

-¿Pero entonces que pasará con la gente de Wufei? ¿Wufei estará recuperado ya? – preguntó Trowa a los vampiros.

-Esperemos a que esté estable, en cuanto Odin y los suyos se vayan sacaremos de aquí a la gente del poblado Chang, una vez que estén a salvo regresaremos cuanto antes al Castillo Yuy – comentó Heero con decisión.

-Habrá que pone en sobre aviso a nuestra gente – intervino Quatre – lo más seguro que cuando Odin sea informado de nuestra desaparición pretenda atacarnos. Me temo que la lucha será inevitable.

-¿Qué podemos hacer nosotros? – preguntó Duo a Quatre y a Heero mirando a Trowa.

-Por ahora nada, no vamos a arriesgaros, sobretodo tú Duo, Odin hará lo que sea por cazarte, ahora sabe que puedes destruir todo lo que él desea y no escatimará en medios para quitarte del medio – le respondió Quatre con seriedad.

-Te quedarás en mis aposentos y no saldrás de allí sin protección hasta que encontremos la forma de romper la maldición – puntualizó Heero.

-Pero yo no quiero estar encerrado, quiero ayudar – protestó Duo.

-Duo ya hemos hablado de ello – dijo molesto Heero por la tozudez de su prometido – Trowa se quedara contigo para que no estés solo.

-Yo no soy un bebé al que tienen que cuidar – dijo molesto.

-Maldición Duo – exclamó molesto – quieres que te pase lo mismo que ha Wufei... él es un guerrero fuerte y mira lo que le estuvo a punto de ocurrir si no fuera por la intervención de Zech, en cambio tú no podrías ni siquiera hacerle frente.

-Duo, Heero tiene razón – habló Trowa – se como te sientes, a mí también me pasa, pero debemos ser realistas, somos insignificantes ante ellos.

-Lo sé pero... quiero ser útil –

-Ya lo eres Duo – le dijo Heero abrazándole – gracias a ti hemos podido averiguar lo del diario y cuando llegue el momento, juntos romperemos la maldición.

-Lo sé Heero, pero...

-Shhhhhhhhhh – le puso un dedo sobre sus labios para hacerlo callar – creo que lo mejor que podemos hacer por ahora es aprovechar el tiempo que tenemos de tranquilidad, mañana todo serán preocupaciones y prisas. Te aconsejo Quatre que disfrutes de las pocas horas de paz que nos quedan – le dijo quiñándole un ojo – nosotros nos retiramos a nuestros aposentos. Una vez que hayamos avisado a Zech de nuestros planes deberemos esperar a que Odin se haya ido y entonces...

-Sí lo sé – comentó Quatre – y tomaré en cuanta tu propuesta – dijo Quatre atrayendo a Trowa hacia él para besarle el cuello, provocando que éste se sonrojara – yo me encargaré de avisarle de nuestros planes.

-Jeje, es lo más lógico, no es recomendable que me vean demasiado con vosotros – se rió Heero al ver la incomodidad del amante del rubio – Duo, ¿nos vamos?

-Bueno si hay algo nuevo te avisaré – dijo Quatre poniéndose de pie para acompañar a sus amigos a la puerta de su habitación.

-Nos vemos luego – se despidió Heero saliendo de la habitación con Duo sonrojado por lo que sucedería en unos minutos.

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Al cerrar la puerta tras despedir a sus amigos, Quatre se quedó apoyado en ella observando el interior de la habitación, más concretamente a la persona que estaba sentada en el amplio sillón.

Al ver que su amante no regresaba junto a él, Trowa se levantó para buscar a su compañero encontrándolo recargado sobre la robusta puerta y mirándole fijamente.

-¿Sucede algo? – preguntó Trowa preocupado por la insistente mirada del rubio.

-No es nada tranquilo, solo te estaba observando. Eres tan arrebatadoramente bello – afirmó con una sonrisa complacida.

-Yo... no digas esas cosas – dijo avergonzado Trowa.

-Digo la verdad – le respondió acercándose al él con paso lento hasta quedar frente a él, observando sus ojos verdes – ¿eres conciente delo que sucederá a partir de mañana? – preguntó de pronto seriamente Quatre.

-Creo que sí – respondió un poco dudoso.

-A partir de mañana todo desembocará en una lucha, el Clan Yuy contra el Clan Oz, por la continuación o extinción de nuestra raza... Muchos perderán la vida por sus ideas o por el simple hecho de querer proteger a alguien que quiere...

-¿Adónde quieres llegar? – preguntó temeroso al ver lo serio que se había puesto su amante nocturno.

-Es simple mi amor... Como en toda lucha, habrá quien pierda la vida... y uno de esos, puede llegar a ser yo – le confesó con tristeza.

-No... no, eso no ocurrirá – dijo abrazando al vampiro, angustiado por la posibilidad de perder a su pareja – tú no puedes morir... eres un vampiro poderoso

-Mi pequeño amante – le dijo enternecido por el amor que le demostraba – soy un vampiro pero no invencible, no digo que voy a morir, pero la posibilidad está y por eso... quiero que me prometas algo.

-No te voy a prometer nada porque nada va ha ocurrir, ¿me oyes? – le dijo aguantado las ganas de llorar ocultando su cara en el cuello de Quatre y aferrándose a su espalda y a las largas hebras rubias de su cabello que le caían por la espalda.

-Trowa – lo llamó Quatre separándose de él un poco para sujetarle el rostro para que le mirase, dándole un tierno beso antes de volver a hablar – entiéndeme Trowa y prométeme que si por cualquier cosa me sucediera algo...

-¡No – gritó con miedo Trowa interrumpiéndolo.

-Trowa, escúchame – le volvió a pedir – si por cualquier cosa me ocurriera algo, prométeme que huirás de aquí, cogerás a mi caballo Sandrok y te dirigirás al Sur al Castillo de Winner, allí tengo gente de confianza, Rashid se hará cargo de ti y te protegerá de cualquier peligro, prométemelo – le exigió Quatre.

-Pero no puedo hacer eso... yo quiero estar junto a ti, si tú no estás mi vida ya no tendrá sentido, no tendré nada por que vivir – le confesó derramando las lágrimas que luchaban por no derramar, abrazándose fuertemente a su amor.

-No sabes cuanto me alegra oír esas palabras pero tienes que hacerlo, dame la tranquilidad para afrontar su destino sabiendo que te dejo a buen recaudo, además hoy te daré algo por lo que vivir para el resto de nuestras vidas – le dijo sonriendo para después atrapar con sus labios los de su amante de esa manera no dejó de protestar más – prométemelo – le exigió después del abrumador beso – hazlo por nuestro amor y prométeme que pase lo que pase sobrevivirás, por ti y por mi.

-Yo... – titubeó Trowa sin comprender al vampiro.

-Por favor – le rogó demostrando su anhelo a través de sus ojos.

-Está bien... te doy mi palabra, haré lo que me has pedido – le respondió conmovido por su amor.

-Gracias... gracias – le agradeció besando de nuevo con pasión a su amante mientras que sus manos comenzaron a recorrer su cuerpo bien formado.

Las palabras ya no fueron necesarias para nada más, ahora era el momento de sentirse, de aprovechar esos momentos de paz que les sugirió Heero que debían aprovechar. Poco a poco Quatre fue llevando entre besos y caricias ardientes a Trowa hacia su cama, cayendo cada prenda que cubría sus cuerpos por el camino. Al llegar a la cama que compartían ya estaban prácticamente desnudos, con todo el cuidado que tendría al depositar a la más frágil flor de cristal sobre la cama, tumbó a Trowa en ella, observándole con deleite y excitación, la simple mirada a ese cuerpo definido y moreno le provocaba gran placer y orgullo. Quitándose las últimas prendas Quatre se posicionó sobre el castaño a cuatro patas mirándole con amor y pasión, siendo sobre su espalda y a la vez alrededor del Trowa una cascada de hilos de oro que eran sus cabellos, encerrándoles en un mundo de ensueño y excitación. Sin poder contenerse más Trowa salió al encuentro de los labios del vampiro, recostándose un poco sobre la cama abrazando el firme cuello claro de su amante para atraerlo hacia él, cayendo los dos a la mullida cama. Las manos de ambos se profesaban caricias sin pudor, memorizando cada parte de sus cuerpos con ansia y urgencia. Quatre al estar sobre Trowa fue el primero en ir descendiendo sobre su cuerpo surcando un camino de besos húmedos y leves mordidas, que tomó inicio desde su cuello bajando por su barbilla hasta el cuello para seguir descendiendo por su pecho pasando por sus pezones para luego bajar hasta su vientre plano y finalizar en su ingle. Trowa gemía placenteramente ante las muestras de cariño del su amante vampírico, con la impaciencia por las sensaciones que le estaba haciendo sentir Quatre, Trowa abrió las piernas para ofrecerse a su amor.

-No mi amor, no sea impaciente, todo a su debido tiempo, hoy será ago especial, mmmm – se separó un poco de su cuerpo y gimió sentir como uno de sus pezones era atrapado por los labios de Trowa.

-Aaaaahhhhhh – jadeó Trowa al sentir la mano de Quatre acariciando su sexo – quiero sentirte ya mmmm, hazme tuyo Quatreeeeeeeeeeeeee.

Quatre al sentir la urgencia de su chico decidió torturarlo un poco más, con mucha lentitud fue descendiendo por su piel pero sin detenerse hasta llegar al miembro palpitante del joven de ojos verdes y sin previo aviso se introdujo todo su sexo dentro de la boca, succionando profundamente y con un ritmo de lento hasta que lo fue aumentando progresivamente, con una de sus manos comenzó a juguetear con la tersa entrado de su amante mientras que con la otra mano se entretuvo a recorrer el pecho firme de Trowa hasta llegar a su boca donde introdujo sus dedos para que los lamiera con ansia y acompasando el ritmo de sus succiones.

La temperatura de la habitación estaba subiendo a niveles alarmantes, ambos gemían sin cesar, Trowa acompañaba el ritmo de las succiones de Quatre saliendo a su encuentro con su cadera exigiendo un contacto más profundo, Quatre disfrutaba de las atenciones que le brindaba su pareja logrando excitarse tanto o más que el propio Trowa. Sin aviso Quatre se separó de Trowa, oyendo un gruñido de insatisfacción al haber dejado sin atención a la parte más necesitada de su cuerpo, pero antes de que pudiera protestar se encontró con los hambrientos labios del rubio que le pedían una total entrega a sus besos a la vez que apretaban entre si para sentir el placer de sus miembros rozándose.

-Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh Trowaaaaaaaaaa eres deliciosoooooooooo – jadeó notando la fricción de su miembro erecto contra el de Trowa – no aguanto máaaaaaaaaaaasssssss, te deseoooooo.

-Siiiiiiiiiiiii Quatreeeeeeeee hazmeeeeeeeee el amorrrrrrrrrrrrrr – le suplicó deseoso.

Quatre subió por el cuerpo de Trowa hasta sentarse sobre su pecho dejando su sexo palpitante a escasos centímetros de la boca de su amante.

-Ahora te toca a ti mi amor – le pidió ofreciéndose y mirándole con los ojos llenos de lujuria.

Trowa no tardó en reaccionas, tan pronto se lo pidió Quatre enterró el pene del vampiro dentro de su boca, primero lo lamió con gula, recorriendo con su lengua cada centímetro de piel expuesta ante sus ojos ayudándose con sus manos para ir masturbándolo mientras lo lamía. Puso mayor atención en recorrer con su lengua el glande rosado desde su inicio descendiendo por él hasta la base del miembro donde depositó varios mordiscos que excitó mucho más a su compañero de juegos. Las manos se dedicaron a masturbar a Quatre a la vez que estimulaba los testículos, los gemidos del vampiro avisaban de su pronta culminación por lo que Quatre tubo que retirarse antes de verterse en la boca golosa de su amante. De la misma manera lenta que tubo Quatre para ascender por el cuerpo de Trowa la utilizó para descender y quedar sentado en las caderas volviendo a frotarse sexo contra sexo. La urgencia de liberación de ambos era apremiante, el placer se estaba volviendo terriblemente sofocante y doloroso para ambos, necesitaba el alivio cuanto antes. Pese a lo que se supondría que iba a suceder, Quatre no permitió que Trowa se abriera de piernas para tener mayor acceso a él pero no dijo nada ya que pensó que el rubio querría probar una posición nueva.

-Trowa cierra los ojos – le ordenó Quatre jadeante por el placer – y no los abras hasta que yo no te lo diga.

Haciendo caso a la exigencia de su amante Trowa cerró los ojos, estando a la expectativa de lo que ocurriría en breve. No tardó mucho en sentir el siguiente movimiento de su amante, Quatre se había vuelto a introducir su sexo en su boca degustándolo con ganas, al cabo de unos agónicos minutos de tal tratamiento sintió un movimiento extraño sobre la cama pero como le pidió Quatre no abrió los ojos, segundos después una fuerte sensación en su sexo le indicó que algo fuera de lo normal estaba sucediendo, en un principio pensó que se trataba de la boca del rubio pero lo descartó de inmediato, aquello era demasiado estrecho y la presión que sentía en su sexo era demasiado placentera, hasta que todos sus sentidos se agitaron alarmados, la presión estática que sentía en su sexo comenzó a desplazarse de arriba a bajo seguido de profundos gemidos de placer tanto de su amante como suyos, entonces lo comprendió, aquella estrechez cálida y poderosa no era más que el propio Quatre.

-Aaaarghhhhh sssssssssiiiiiiiiiiiiiiiii, Trowaaaaaaa, ya... ya puedes abrir los ojos – le dijo.

Al hacerlo casi se corre de la impresión, ahí sentado sobre su cadera estaba el ser más hermoso que hubiera visto en toda su vida, su cuerpo poderoso a pesar de aparentar una fragilidad que no era real, se movía de arriba a bajo sobre su sexo, las perlas de sudor cubría su piel pálida al igual que sus finos cabellos dorados que le caían por la espalda y parte de su pecho, tenía los ojos cerrados por el placer y su boca de labios rosados estaba entreabierta mostrando sus blancos y sensuales colmillos. Ante tal panorama no le quedó más que gemir de satisfacción aferrándose a la cadera del vampiro para profundizar las envestidas, su deseo más añorado se estaba haciendo realidad, estaba poseyendo al hombre de su vida, al ser poderoso que le arrebató el corazón y hasta el alma.

-Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhh Quatreeeeeeeee, no me puedo creer que yoooooooo – le dijo entrecortadamente.

-Siiiiiiiiiiii no paressssssss – le pidió sin dejar de moverse – recordarás este día para el resto de tus díassssssssssss mmmmmmmmmmmm.

-Te amoooooooooooooooo Quatreeeeeeeeeeee.

-Y yo a ti mi amorrrrrrrrr – le dijo introduciéndose más si podía el miembro de Trowa a la vez que se acercaba a él para besarlo con deseo.

Las penetraciones eran cada vez más rápidas y profundas, ambos jadeaba sin control hasta que la saturación de sensaciones les hizo llegar al clímax bajo un intenso gemido. Trowa se derramó en el interior del rubio con gran intensidad a la vez que Quatre lo hacía sobre el vientre plano del joven de ojos verdes, Trowa pudo sentir la agradable calidez de la semilla de su amado sobre su vientre a la vez que sentía el abrazo protector de su rubio mientras se besaban con amor hasta regularizar sus respiraciones, sin llegar a salir de su interior.

-Eso a sido maravilloso – le confesó Trowa a su vampiro.

-Jeje, tienes razón ha sido fantástico... pero lamento decirte que no creo que se vuelva a repetir. Esta a sido la primera vez que permito que me posea, para serte sincero me a gustado pero prefiero ser yo él que esté encima, jeje – le dijo con una sonrisa.

-Me lo imagino y te lo agradezco a sido inolvidable – le susurró antes de besar sus labios con ternura intentando moverse para salir con suavidad de su interior.

-Espera no te salgas aún – le pidió Quatre abrazándose contra el cuerpo moreno de su amante – quiero sentirte un poco más, mmmmmmmm, hasta que se salga por si sola.

-Si sigues moviéndote de esta forma no se saldrá nunca – le comentó Trowa con una sonrisa – eres demasiado arrebatador para que me quede inmune.

-Jeje, mejor porque esto no ha acabado aún, mmmmmmm – le dijo besando de nuevo con pasión renovada, sintiendo como en su interior el miembro semi flácido cobraba vida de nuevo.

-Mmmmmmmmm Quatreeeeee – volvía a gemir.

Una vez erecto de nuevo, Quatre se deslizó por el miembro del castaño hasta sacarlo de su interior, tras unos minutos la nueva tanda de besos y caricias dio inicio. Quatre volvía a besar y a recorrer el cuerpo de Trowa como si nada hubiera pasado, pronto la excitación estaba de en su punto más álgido. Las manos de Quatre masturbaba a Trowa mientras besaba su cuello y parte de su pecho, gracias a la ayuda de su simiente que recogió Quatre del vientre de Trowa, le ayudó a prepara y estimular la ansiosa entrada de su amante, primero introdujo un dedo hasta que se acostumbró, un segundo no tardó en llegar acompañado poco después por un tercero, Trowa gemía complacido enterando que su amante sustituyera sus caricias digitales por el palpitante pene erecto, del cual disfrutó numerosas noches de pasión. Al que ya estaba preparado Quatre sacó los dedos del interior de Trowa para sustituirlo por su sexo que entró sin dificultad hasta lo más profundo.

-Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhh – gimieron los dos a la vez al sentir ser poseedor y poseído.

De nuevo sentían la necesidad de aliviarse, Quatre profundizó sus envestidas sujetando las piernas de Trowa contra su cadera, en un momento dado las penetraciones eran tan intensas que Trowa se aferró a la espalda quedando sentado sobre su cadera con las piernas alrededor de su cintura siendo sujetado por Quatre que estaba también sentado ayudando a Trowa a subir y baja sobre su sexo, Quatre besaba su cuello y labios, el orgasmo estaba cerca ambos lo podían sentir hasta que con un nuevo rugido de placer llegaron ha su culminación, Trowa entre sus cuerpo y Quatre su interior. Tras recuperar el aliento cayeron exhaustos en la cama con una sonrisa de satisfacción, sabiendo su deber cumplido. Quatre miró con cariño a su amante viéndolo como luchaba por mantenerse despierto después de la relajación tras la entrega amatoria.

-Eres tan hermoso – le susurró Quatre – doy gracias al destino por haberme puesto en tu camino, descansa tenemos un par de horas para ello, después tendremos que ir a ver a Zech y su nuevo compañero.

-Eso si no le ha cortado la cabeza antes – bromeó Trowa – te quiero Quatre, por favor, no me dejes nunca – le pidió temeroso por lo que se avecinaba.

-No mi amor, ahora menos que nunca – le dijo con una sonrisa a la vez que se tumbaba en la cama cubriendo a los dos con las sábanas de seda para abrazarlo a continuación.

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Ya en sus aposentos.

-Heero, ¿crees que podremos dar a tiempo con la solución a tú maldición – preguntó Duo intranquilo mientras se dirigía hacia la mesa de la sala de estar para toma una manzana que había en el frutero.

-Claro que si, debemos de conseguirlo si queremos tener una vida normal juntos – le respondió situándose a la espalda del trenzado para abrazarle descansando su cabeza sobre su hombre mientras le miraba comerse la manzana.

-Tengo miedo de que esto no funcione, ¿y si no estoy a la altura de lo que represento? ¿y si te defraudo? – le preguntó asustado por la idea, mordiendo la fruta.

-Eso no sucederá nunca – le respondió haciendo girar al trenzado quitándole la manzana mordida para dejarla sobre la mesita – saldrá bien, yo me encargaré de ello.

-Heero... hazme el amor – le pidió sonrojado – quiero sentirte, quiero dejar de pensar en esas cosa, quiero estar junto a ti, te necesito – le pidió en suplica.

-Duo... mi Duo, haré lo que tú me pidas, ven le dijo guiándolo hasta el cuarto de baño.

Donde la bañera estaba preparada con agua limpia, con ayuda de sus poderes, Heero calentó el agua y con mucho cuidado fue despojando de cada prenda que ocultaba el atrayente cuerpo de Duo. El trenzado se dejaba hacer, ayudando con su amor a la tarea de desvestirlo, una vez desnudo, Heero se separó de él unos pasos atrás para observarlo con deleite.

-Eres hermoso Duo, jamás imaginé que pudiera tener a un prometido tan bello y hermoso para mí, mentira, miento, siempre imaginé que fueras tú, mi amor – le dijo viendo como se sonrojaba Duo – ven falta deshacer tu trenza – le dijo deshaciéndola en cuanto estuvo a su lado.

-Te amo Heero – le dijo besándole mientras él se esmeraba a soltar sus cabellos de la trenza – hazme olvidar todo las preocupaciones.

-Será un placer para mí – le respondió ayudándole a meterse dentro de la bañera colocándose detrás de él, entre sus piernas – ¿te sientes mejor? – le preguntó masajeando sus hombros tensos.

-Mmmmmmmm, siiiii, eres muy bueno haciendo masajes – le dijo ronroneando por la sensación de bienestar.

-Je, y no es lo único que sé hacer bien, ¿no crees? – le comentó con picardía.

-Jejeje, tienes mucha razón – le dijo girándose dentro de la amplia bañera sentándose sobre sus piernas – eres un maestro con tus manos y con todas las partes de tú cuerpo – le confesó besando apasionadamente sus labios a la vez que se pegaba al Heero haciendo inexistente la distancia entre los dos.

-No sabes las ganas que tengo para que todo esto se acabe y podamos casarnos como dos personas normales, Duo.

-No me importa si no podemos romper la maldición, me casaría contigo de igual forma, quiero ser tu esposo cuanto antes, quiero que seas mío.

-Ya lo soy, de la misma manera que tú eres mío – le habló con deseo Heero.

-Te amo.

Las caricias bajo el agua comenzaron a dar sus frutos, Heero recorría todo el cuerpo del trenzado con lujuria besando su boca con hambre. Las manos de Duo se perdieron bajo la espuma del baño recorriendo la fisonomía de Heero hasta llevar al miembro erecto que acarició con suavidad, jugueteando con el glande sensible y recorrer toda la extensión del mismo para iniciar una masturbación lenta y estimulante. Heero jadeaba en la boca de Duo mientras respondía a los besos húmedos y sensuales, ante las avasalladoras sensaciones provocadas por Duo, Heero no tuvo más remedio que sujetar a Duo por la cintura y sacarlo de la bañera para dirigirse a la cama sin tan siquiera secarse. Duo se aferró con sus piernas a la cadera de Heero mientras era llevado a la cama aprovechando que Heero tenía las manos ocupadas se dedicó a morderle la oreja derecha depositando besos sugerentes y húmedos cosa que excitó mucho más al vampiro.

Una vez junto a la cama Heero se tumbó en ella arrastrando a Duo con él quedando el trenzado debajo de él, sin perder el tiempo Heero empezó a besar todo el cuerpo de su amante saboreando las gotas de agua que resbalaban caprichosas por ese cuerpo tan apetecible, se tomo su tiempo en recorrerlo, sobretodo en sus pezones, torturándolos aleatoriamente hasta hacerlos endurecer y sensibles a cualquier roce, luego descendió hasta su ombligo donde deposito leves mordiscos provocando alguna que otra sonrisa para luego seguir descendiendo por su vientre hasta sus ingles acariciando los firmes muslos desde las pantorrillas hasta los tobillos, su boca se centró en besar con suavidad el miembro erecto de Duo arrancándole suspiros placenteros. Los juegos preliminares estaban llevando a la locura a los dos amantes, por lo que Heero decidió que ya era hora de pasar a la acción directa, con cuidado de no lastimar con sus colmillos a Duo, Heero se introdujo la virilidad en su boca, viendo como su amante arqueaba la espalda como respuesta al placer recibido.

-Aaaaaaaahhhhhhhhhh Heerooooooooooo, no paresssss te necesitoooooooooo mmmmmm. Quiero proporcionarte el mismo placerrrrrrrrrr.

-¿Quieres hacerlo a la vez? – le preguntó Heero necesitado de atenciones.

-Siiiiiiiiiii, quiero saborearte igual que tú – le respondió sonrojado y deseoso.

-Ven gírate – le mostró Heero como debía colocarse para poder hacer un 69.

-Mmmmmmmmmmm – gimieron con un gemido mudo ya que sus bocas estaban ocupadas por el miembro de su amante, al sentir el placer proporcionado por las caricias bucales.

Durantes unos minutos casi interminables, se estuvieron dando placer oral hasta que sintieron que pronto acabaría, por lo que por casi mutuo acuerdo se separaron del otro, volviéndose a colocar, Duo sobre la cama apoyando la cabeza en la almohada. Las respiraciones eran dificultosas y aceleradas, Heero cubrió con su cuerpo a Duo levantándole las piernas para pasarlas por su cintura para poder tener más proximidad con sus sexos latentes, los roces no se hicieron esperar, Duo gemía impaciente, rogándole que lo poseyera cuanto antes. Heero introdujo una de sus manos entre los dos cuerpos para atrapar el miembro de Duo y masturbarlo un poco para extraerle parte del presemen que se acumulaba en su glande, con ayuda de este siendo recogido por sus dedos, los dirigió hacia la entrada sensible de Duo estando deseosa por ser profanada. El primer dedo entró sin problema, siendo acompañado por un segundo dedo con algo de dificultad, las paredes interiores de Duo latían complacientes a la espera de su visitante. Tres dedos eran ya los que Duo embargaba en su interior, proporcionándole un delicioso vaivén al masajear la gruta del amor. Sin poder resistirlo, Heero se situó entre las piernas de Duo sacando los dedos de él para ir adentrando su virilidad poco a poco, para no lastimarlo, al estar completamente en su interior, ambos exclamaron de gozo al volverse uno. Lentamente Heero comenzó a moverse hasta que su amante de hebras de castañas se acostumbrara a su intromisión, al notar que los movimientos eran más fluidos, fue aumentando la velocidad y la profundidad de sus penetraciones.

-Aahaaaaaaahhhhhhhh Siiiiiiiiiiiiiii Heerooooooooooooo, sigue asiiiiiiiiii.

-Uffffffffff Duo eres tan estrechooooooo, me vuelves loco mmmmmmmmmm.

-Oooooohhhhhh, si sigues así no aguantaré muchoooooooo, te amoooooo.

-Duoooooo eres mío, solo míooooo diloooooooooo – le pidió.

-Siiiiiiiiiiiiiii soy tuyoooooooooooo, tú eres mi dueñooooooooooooooooo

-Mmmmmmmmmm, Duo no aguanto masssssssssss, voy a corrermeeeeeeeeeee.

-Siiiiiii yo tambiennnnnnnnnn, aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhh Heeroooooooooo.

-Duoooooooooooooooooooooooooooooooo

El clímax los llevó a lo más alto para hacerlos caer segundos después, la conciencia y la percepción de la realidad les llegaba lentamente. Heero cubrió con la sábana los dos cuerpos desnudos atrayendo el cuerpo de Duo hacia el suyo para que se normalizara así poder descansar el rato que tenían libre hasta que Quatre los viniera ha avisar, sobre la reacción del amante de Zech.

-¿Crees que hacemos bien quedándonos en la habitación? – preguntó Duo mientras se le escapaba un bostezo - ¿no deberíamos buscar más pistas sobre la maldición.

-Tranquilo, no te preocupes por eso ahora, descansa, además ya hemos buscado todo lo posible en este Castillo, el diario ya no nos da más pistas, debemos buscar el libro del ángel negro y ese no se encuentra aquí.

-¿Pero Lord Odin no intentará nada contra nosotros? – preguntó asustado.

-No lo creo, ahora está muy ocupado atendiendo sus negocios para antes del Bloody Night, a demás aunque desconfíe de mi no está del todo seguro de lo que voy hacer, no le conviene un ataque directo, cuando llegue la hora del ataque por parte de Oz, lo hará buscando el ataque sorpresa, Odin teme mi poder, si me atacase directamente sería un suicidio para él.

-Puede que tengas razón, es que están en este Castillo me pone nervioso, tengo ganas de irme de aquí, tengo la sensación de que siempre me están observando.

-No te angusties es normal, estamos en territorio enemigo. Ahora duerme un poco, te ves cansado – le sugirió Heero.

-Si tienes razón, creo que no me vuelvo a acostumbrar del todo a la vida nocturna.

-Duerme, yo te aviso si sucede algo – le comentó haciendo que se acurrucara sobre él.

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Unas horas más tarde, frente a la puerta de los aposentos de Quatre. Toc toc

-Un momento, ahora abro – se oyó una voz desde el cuarto de baño que se apresuraba a salir - ¿Sí?

-Quatre soy yo Zech, abre la puerta, necesito tú ayuda – le dijo con voz angustiada.

-Zech, ¿qué ocurre?, ¿va todo bien? Tienes cara de preocupado – le preguntó el rubio haciéndolo pasar a la entrada del cuarto.

-Lamento molestarte, espero no haber interrumpido nada – le dijo al ver que su amigo se encontraba desnudo y mojado con una toalla sobre su cadera.

-No tranquilo, acabo de darme un baño, ahora iba a vestirme para irte a ver.

-Mmmm, ¿Quatre? ¿con quien estás hablando? – se oyó la voz somnolienta de Trowa desde la cama.

-Hola amor, ¿ya te has despertado?, se trata de Zech, no te preocupes, anda ve a bañarte que Zech nos necesita – le comentó con una sonrisa mirando a su amor como se desperezaba.

-Er... hola Zech – saludó sonrojado Trowa al haberlo pillando aún en la cama y desnudo.

-Buenas noches Trowa – le sonrió Zech al ver lo avergonzado que estaba.

-Enseguida regreso – dijo Trowa cogiendo ropa limpia para salir hacia el baño con la sábana cubriendo su cuerpo.

-Pues ya me dirás, ¿ha despertado Wufei? – le preguntó Quatre.

-Si hace una hora más o menos y por eso estoy aquí – le respondió agachando la cara con tristeza.

-¿Se encuentra bien? – preguntó preocupado al ver la cara de angustia de Zech.

-No, bueno si, él se encuentra estupendamente, el problema es que... le conté su nueva situación y se puso furioso, empezó a gritarme y a lanzarme cosas hasta que me echó de la habitación... dice que no quiere verme más y que me odia... yo no se que hacer.

-Jajaja, me lo imaginaba – se rió Quatre ya que le pareció una situación muy cómica, el poderoso Zech siendo expulsado de su cuarto por un amor despechado y recién iniciado.

-No te rías Quatre, esto es serio, yo no quiero perderlo – dijo apesadumbrado

-Lo siento Zech, pero ya sabías de la posibilidad de que esto ocurriera – le dijo pasando un brazo sobre los hombros de su amigo para reconfortarlo.

-Lo sé, pero tuve la esperanza que al escucharme los motivos por lo que lo hice me perdonara.

-¿Se lo has explicado? – le preguntó ya serio.

-No me ha dejado explicarme, solo se ha dedicado a insultarme ya maldecirme, está muy alterado y nada de lo que le diga lo tomará como cierto.

-Uff, creo que tienes razón, Wufei parece ser un chico con un carácter muy fuerte, pero verás como tiene solución, iré ha hablar con él – le comentó a su amigo.

-No creo que te haga caso, ni siquiera creo que te deje entrar en el cuarto. Dice que no quiere ni ver ni hablar con ningún chupasangre asesino – le contó reproduciendo la frase exacta que dijo Wufei.

-Vaya eso es un problema – dijo frotándose la barbilla mientras pensaba en lo que hacer – sino quiere hablar con nosotros, creo que lo mejor que podemos hacer es que Trowa o Duo lo intente, creo que lo mejor es que sea Duo, el parece ser más sensible para estos temas, supongo que sabrá como manejarlo. Sí creo que haremos eso. Zech espérame fuera, voy a vestirme y luego iremos todos a buscar a Duo para que hable con tú chico.

-De acuerdo Quatre y gracias por tú ayuda, creo que te debo más de una – le dijo con una sonrisa triste – espero que esto funcione.

-Tranquilo, funcionará. Dame cinco minutos y salgo.

-Bien te espero fuera.

Varios minutos tardaron en salir Trowa y Quatre de su habitación, Quatre ya había puesto en aviso a su amante sobre lo ocurrido así que se apresuraron a ir donde le esperaba un Zech ansioso, los tres se encaminaron a los aposentos de Heero para ir en busca de Duo.

Toc toc.

-Un momento – se oyó la voz de Heero – Duo... mi amor, levanta, nos han venido a buscar – le dijo con suavidad despertando a su amado durmiente.

-¿Mmmm, cuanto tiempo ha pasado? – preguntó adormilado - ¿ha ocurrido algo?.

-Creo que Zech ha tenido problemas con el nuevo Wufei, jeje. Voy abrir, te recomiendo que te bañes.

-Si enseguida – le respondió cogiendo su ropa para dirigirse al cuarto de baño para asearse.

-Buenas noches amigos – dijo Heero con una sonrisa burlona.

-Buenas noches Heero – respondió Quatre – ¿nos esperabas? – preguntó intrigado al ver a Heero medio vestido, solo le faltaba ponerse la blusa.

-Más o menos, supongo que venís por Duo para ver si puede calmara a tú fiera, jeje – le dijo Heero a Zech.

-¿Cómo lo has sabido? – preguntó sorprendido Zech.

-Jeje muy sencillo – se rió – los gritos de tu amante me despertaron.

-¿Los has oído? – preguntó incrédulo Zech, al recordar que sus habitaciones quedaban prácticamente al otro extremo del Castillo.

-Pues claro, esos gritos han podido despertar a los muertos, jajaja – se burló.

-Jeje, pensándolo bien, es lógico que lo escucharas – comentó Quatre – tu percepción de las cosas al igual que tus sentidos, son más poderosos que los de cualquier vampiro, no olvidemos que tú eres El Elegido Yuy - le comentó con una sonrisa.

-Exacto, y si me disculpáis, acabo de vestirme y se lo explico a Duo, él se acaba de levantar.

-Bien te esperamos aquí fuera y no tardes mucho, no sea que le dé por hacer alguna tontería a Wufei – bromeó Quatre.

Heero regresó a la habitación para explicarle el problema que tenía Zech y si quería ayudarle a tranquilizar a su amante histérico, el cual aceptó con gusto. Ambos se acabaron de arreglar en unos minutos, saliendo de su cuarto para ir junto a los demás a la habitación de Zech. Al estar enfrente todo era silencio, no se podía apreciar ningún ruido o movimiento en su interior, cosa que preocupó a Zech.

-No se oye nada – dijo preocupado Zech – y la puerta sigue cerrada por dentro. No habrá...

-Tranquilo Zech – intervino Quatre – él está dentro puedo percibirlo, está bien pero muy alterado y confundido.

-Wufei... soy yo Zech... – le llamó a través de la puerta – abre la puerta amor, tenemos que hablar – le pidió suplicante.

-¡ALEJATE DE MI DESGRACIADO, NO QUIERO VOLVER A VERTE! – gritó Wufei

-Pero Wufei yo...

-¡LARGATE! NO ME HA OÍDO, NO QUIERO ESCUCHAR NADA DE LO QUE ME PUEDAS DECIR. Y DILES A TUS AMIGUITOS CHUPASANGRES QUE SE LARGUEN TAMBIÉN!

-Está bien... – dijo derrotado y con el corazón roto.

-¿Cómo ha sabido que estaba aquí? – preguntó incrédulo Duo.

-No olvides que ahora es uno de los nuestros, sus sentidos han mejorado y puedes percibir cosas que un ser normal no puede – le explicó Heero en voz baja.

-Será mejor que nos alejemos – comentó Quatre – ahora todo está en tus manos Duo, estaremos aquí al lado, si necesitas cualquier cosa nos avisas, yo mantendré un lazo contigo por si acaso – le informó Quatre.

-Ten cuidado Duo, ahora él es un vampiro, no lo alteres mucho si me necesitas llámame – le pidió preocupado, no le gustaba tener que dejar solo a su chico.

-No te preocupes, no pasará nada. Iros, yo estaré bien.

Cuando los vampiros se retiraron junto con Trowa, Duo se apresuró a llamar a la puerta.

-Wufei... soy yo Duo, puedes abrir la puerta, necesito tú ayuda, por favor – le pidió suplicante.

-¡Márchate Duo, no estoy de humor! – le dijo molesto pero no tan furioso como con Zech.

-Es importante Wufei, si lo que te preocupa es que Zech o alguno de los otros pueda entrar, te diré que estoy solo.

-Eso ya lo sé – le respondió si ganas.

-Mira Wufei sé que está pasando por un mal momento pero se trata de tú gente, debo saber algunas cosas para poder ayudarles y no te lo puedo contar a través de la puerta, alguien nos podría estar escuchando.

-¿De mi gente? – preguntó curioso.

-Sí Wufei abre la puerta, tan solo entraré yo, te doy mi palabra – le explicó.

-De... de acuerdo – pero solo entrarás tú.

-Perfecto, te doy mi palabra – le respondió satisfecho esperando que la puerta se abriera

El primer paso ya estaba dado, ahora solo quedaba que confiase en él y le creyese todo lo que le iba de decir, respiró hondo al oír como se abría la puerta y entró en ella.

Continuará...

Nota: Tras muchas peticiones he accedido a hacer el lemon tan esperado de Trowa y Quatre, espero que lo hayan disfrutado porque me temo que será la única vez que esto ocurrirá en este fic, Quatre lo hizo por un motivo muy concreto, pero eso se desvelará más adelante. Espero que os haya gustado, Un saludo a todos aquellos que siguen este fic y hasta la próxima.

Chipita