Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.

Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.

Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el anterior que el anterior.

Yo te protegeré

Cap. 14

En los aposentos de Lady Relena, el cuarto de baño estaba siendo usado en esos momentos.

-¿Supongo que lo tendrás ya todo preparado? – preguntó la voz masculina de Lord Odin, saliendo del baño con una toalla anudada a su cintura mientras se secaba con otra.

-Sí mi Señor – le respondió Relena saliendo de la cama, donde momentos atrás había compartido con su Señor, desnuda para acercarse a él – solo me resta avisar a nuestros hombres. Mañana en cuanto se ponga el Sol estaremos listos para partir.

-Me alegra oír eso – le dijo dedicándole una sonrisa traviesa – por cierto has estado fantástica – le informó besando sus labios para descender por su cuello para lamer donde antes clavó sus colmillos en ella, haciendo escapar un gemido de placer por parte de la vampiresa.

-Me gusta oír que le gustó mi Señor, ¿se le ofrece nada más? – preguntó solícita.

-Mmmm por ahora no, te dejo los preparativos para ti y no te olvides de buscar a alguno de confianza para que nos mantenga informados en nuestra ausencia – le informó separándose de ella para ir a recoger sus ropas y vestirse.

-Así lo haré mi Señor – le respondió cogiendo su bata para dirigirse a asearse.

Cuando salió del baño, su Señor ya no estaba allí, cosa que le molestó pero sabiendo su situación se guardó sus reclamos para ella. Sabía que para Odin solo era una más de sus amantes, pero si jugaba bien sus cartas llegaría a conseguir convertirse en su consorte y así ser una de las más poderosas vampiras de todos los tiempos.

Una vez que estuvo vestida y arreglada fue a buscar a Touya quien se encargaría de avisar a los que viajarían con ellos y al espía que se quedaría en el Castillo.

-¿Alguien ha visto a Touya? – preguntó Relena entrando en el gran salón.

-No Lady Relena – le respondió uno de los vampiros que se encontraba allí descansando.

-A lo mejor salió con el grupo de Danko – comentó otro vampiro.

-No no lo creo – respondió una vampiresa de largo pelo azabache – yo vi salir a Danko y a sus amigos y Touya no iba con ellos.

-Entonces estará en sus aposentos – confirmó otro vampiro – lo más seguro es que esté retozando con algún infeliz, jeje – se burló el mismo vampiro.

-Bueno, esta bien, iré a ver si lo encuentro en sus aposentos – comentó molesta Relena – si lo veis decidle que lo estoy buscando. Por cierto, cuando regrese de su cacería Donko decirle que se ponga en contacto con Touya, él y alguno más deberán estar preparados para partir mañana al anochecer. Touya ya os dirá de quien se trata. Ahora me retiro – les comentó

-Sí mi Lady – respondieron a unísono los presentes en el salón, viendo como se perdía tras la puerta.

Caminó por los pasillos hasta estar frente la puerta del vampiro en cuestión. Sin avisar Relena abrió la puerta entrando en la estancia sin ser invitada, descubriendo a la persona que buscaba un tanto ocupada en esos momentos.

-Aarrrggghhhh, maldita sea Relena... mmm no te han enseñado a llamar... antes de entrar – dijo entre gemidos, sin dejar de penetrar al joven vampiro recostado en su cama y que los observaba ruborizado y jadeante.

-Ups... lo siento – comentó Relena con falso pudor – te estaba buscando, tengo que hablar contigo, es urgente – le comentó sin apartar la vista de los amantes, que seguían a lo suyo.

-Yo... aaaaahhhh... si quieres... me retiro – hizo el amago de retirarse con timidez, el joven muchacho jadeante.

-Tú ni te muevas, aaahhh – le ordenó Touya que arremetía con más violencia y deseo. El echo de que Relena les observaba le daba más morbo y excitación al asunto – no ves que estoy ocupado mmmm. Si tanta prisa tienes, habla, ¿si no te molesta mirar? – se burló Touya, continuando con las caricias lascivas a su amante de turno a la vez que penetraba al adolescente vampiro mientras le masturbaba.

-Por mi no hay problema – le respondió con una sonrisa observando los movimientos de penetración de Touya sobre el inexperto amante.

Tienes que buscar a un grupo de confianza para que nos acompañe mañana al anochecer a Nabuya, para el contrato de blancas de la ciudad a cambio de su protección y varios negocios más de Lord Odin. Deberás buscar un sustituto para... ¿me estas escuchando?- le preguntó molesta Relena al ver que Touya seguía más interesado en lo que estaba haciendo que en escucharla.

-Argggggggggg siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – gimió Touya tras correrse abundantemente dentro del joven vampiro – uffffffffff te escucho perfectamente Relena, pero como comprenderás mi atención está en otro lado.

-Mmmmmmmm – jadeó tímidamente el joven tras eyacular a la vez que su amante sintiendo como este salía de él sin mucho cuidado - ¿le ha gustado mi Señor? - preguntó tímidamente el vampiro.

-Sí ha estado muy bien... – le dedicó una sonrisa lasciva – espera no te vallas – le ordenó viendo como el joven iba a salir de la cama para dejarles hablar con más privacidad.

-¿Desea que me quede? – preguntó sorprendido.

-Si quédate, no hemos acabado aún. Lady Relena se marcha enseguida, tú mientras tanto límpiame – le dijo con malicia, señalándose el miembro semi erecto que estaba manchado con restos de su propio semen – Ya sabes como me gusta que lo hagas.

-Err... si mi Señor – respondió tímidamente acercándose a su Señor a cuatro patas hasta situarse entre las fuertes piernas de su amante para comenzar a limpiarle con su lengua.

-Mmmm si así sigue así no pares... En donde estábamos... ¡ah sí!... decías Relena que tengo que buscar a gente para nuestro viaje, mmmm... y un sustituto para...

-Así es, un sustituto para Shoyo – le respondió seria. Touya no se cortaba ante ella y eso le molestaba – ya sabes lo que le ocurrió, además Lord Odin quiere que encontremos a alguno de confianza para que nos avise de todos los movimientos del Yuy, cree que se está decantando por Quatre-sama y lo más seguro que nos traicione en cuanto tenga oportunidad.

-Mmmmm... no te preocupes, es cuanto pueda me pondré manos a la obra, ufffffff siiii sigue así – le dijo Touya a su amante – si nos perdonas, nos gustaría intimidad, al menos que te quieras unir a la fiesta? – le preguntó con morbo.

-Lo siento encanto, ganas no me faltan pero suelo ser muy selecta con mis amantes – le dijo con soberbia – si me disculpas tengo que preparar nuestro viaje. No te demores demasiado, Lord Odin se molestará mucho si no lo tiene todo preparado para cuando él lo requiera.

-Tranquila Relena, mmmmmmm lo estaraaaaaaaaaa – gimió viendo como el joven glotón albergaba casi por completo su sexo dentro de su garganta.

-Baka – le insultó Relena molesta por la poca atención que le prestó Touya, antes de cerrar la puerta del dormitorio con un fuerte portazo.

Al abrir la puerta del dormitorio de Zech, se quedó sorprendido. Aquello parecía un campo de batalla, habían numerosos objetos tirados por el suelo desde jarrones, botellas, ropa hasta muebles fuera de su lugar. A simple vista descartando el caos reinante de la estancia, Duo intentó ubicar al moreno pero le fue del todo imposible, debido a la poca luz del dormitorio. Con cuidado a no tropezarse con nada camino con paso lento hacia el interior.

-Wu... Wufei, estás aquí? – preguntó dudoso Duo mientras esquivaba los objetos del suelo.

-Estoy aquí – respondió la voz débil del moreno, en uno de las esquinas de la habitación.

-¿Wufei, estas bien? –le preguntó preocupado acercándose a él, que permanecía sentado en el suelo aferrado a sus piernas y ocultando su rostro.

-No... no estoy bien. ¿Cómo quieres que esté bien después de lo que ese maldito me ha hecho? Yo... no sé que va a ser de mí ahora – se lamentó mirando con angustia al trenzado.

-Shhhhh tranquilo Wufei, todo se arreglará, ya lo verás – se abrazó al moreno para tranquilizarlo.

-No lo creo – le respondió apartándose de Duo para levantarse y darle la espalda – no has venido a hablar de mi gente, ¿verdad? – le preguntó sin mirarle.

-Yo... verás, yo... – quiso desmentirle pero no sabía mentir.

-No te esfuerces Duo, lo sé puedo notarlo, no sé como pero lo sé – le dijo angustiado.

-Entonces, ¿por qué me has dejado pasar? – le preguntó desconcertado pero un poco más calmado

-No lo sé, a lo mejor necesito oír que todo saldrá bien. Esto que me está pasando me asusta – le confesó – yo siempre he odiado a los vampiros, los he odiado en el pasado, en el presente y ahora más que nunca en el futuro, ¿cómo voy a mirar a mi gente a la cara siendo lo que soy ahora? – le preguntó desesperado - ¿Por qué lo ha hecho? No lo entiendo, yo solo le quería ayudar y él me lo paga convirtiéndome en un monstruo como él.

-¿Estas seguro de lo que estás diciendo, Wufei? – le preguntó sin creerse las palabras que había dicho anteriormente - ¿recuerdas lo sucedido desde esta mañana? – le preguntó Duo.

-Claro que estoy seguro y sí recuerdo lo sucedido – le respondió sin comprender a donde quería llegar el trenzado.

-Entonces recordarás que sufriste un ataque por parte de Shoyo...

-Sí, sí lo recuerdo – le respondió con un nudo en la garganta.

-Y que Zech-san te salvó de ser violado o algo pero...

-Sí – dijo en un murmuro.

-Y que Zech-san se enfrentó a Shoyo para vengarte y que casi pierde la vida por...

-¡Sí... sí lo sé! – exclamó turbado – ¿a donde quieres llegar Duo?

-¿Recuerdas lo que sucedió después? – le preguntó son una sonrisa suave, caminando hacia lo que antes era la sala de estar y con algo de esfuerzo giró el sillón que estaba volcado para sentarse en él.

-Claro que lo sé...

-¿Qué ocurrió después? – le preguntó para que fuese el moreno quien relatase lo ocurrido horas atrás.

-Eso que importa ahora, lo hecho echo está, eso no cambia nada – le replicó molesto acercándose al trenzado para enfrentarlo de frente.

-Ven Wufei, siéntate, estarás más cómodo. Y sobre lo que dices que eso no cambia nada, permíteme que lo ponga en duda y te diré el porque. ¿qué ocurrió después de que Zech-san te vengó? – le volvió a preguntar pero sin mala intención.

-Zech... estaba muy herido y... podía morir en cualquier momento, así lo dijo Quatre-sama.

-¿Y? – incitó a Wufei para que le explicara más.

-Yo... me ofrecí a ayudarle – le confesó con tristeza.

-Tú sentías algo por Zech-san, ¿verdad? Por eso le ayudaste – confirmó Duo.

-No yo... – quiso negarse Wufei.

-Si no sentías nada, porque te entregaste a él para salvarlo – le dijo con tranquilidad.

-¡¿Quien te ha dicho eso?! – exclamó avergonzado y nervioso.

-¿Entonces lo hiciste de verdad? – preguntó sorprendido al ver lo sonrojado de Wufei que evitaba mirarle a la cara – Jajaja, tranquilo Wufei no debes avergonzarte por eso. Quatre-sama no comentó que la única posibilidad de Zech-san para sobrevivir era que lograses excitarlo tanto que perdiese el control y bebiese de ti pero jamás nos confirmó que así lo hubieras hecho.

-Yo..., kuso, no me puede estar pasando esto – dijo molesto poniéndose de pie, caminando como en animal enjaulado.

-No pasa nada Wufei – intentó tranquilizarlo – no es nada malo lo que hicistes, quisistes salvar a la persona que querías y lo hicistes.

-Pero él es un vampiro, yo no puedo...

-Al corazón no se manda Wufei, yo lo sé mejor que nadie. Yo también amo a un vampiro y no me arrepiento de ello, lo amo con toda mi alma y haría cualquier cosa por él.

-Pero aún así no debió haberlo hecho, no tenía derecho, el que él sea un vampiro y yo... le quiera – dijo esto último en un susurro – no le da derecho a decidir sobre mi vida. Me ha destruido tal y como era. A partir de ahora ya no podré volver a mi Clan, si siquiera podré mirar a la cara a mi familia sin sentir asco de mí mismo – le dijo Wufei.

-Creo que estás siendo muy duro contigo mismo y con Zech-san. ¿Le has preguntado los motivos que le llevó a transformarte?.

-Pues no... me enfurecí tanto al descubrir lo que me había hecho que no le di tiempo a explicarse – le dijo sintiéndose ahora culpable.

-Pues deberías haberlo escuchado. ¿Que es lo último que recuerdas, lo último que vistes o sentistes? – le preguntó.

-Yo... – se esforzó a recordar – lo último que recuerdo fue que Zech... – hizo una pausa al recordarlo sonrojándose por completo.

-No necesito saber los detalles íntimos – le comentó sonriendo Duo, viendo la perturbación al recordar el momento.

-Si bueno... yo... lo último que recuerdo fue que Zech me mordió... estaba nervioso pero contrario a lo que me imaginé no sentí miedo, sentí el dolor inicial de los colmillos pero luego sentí paz, una paz que me adormeció llevándome al sueño. Después de eso no recuerdo nada más hasta hace unas horas que desperté junto a Zech, él me pedía perdón por lo que me había hecho, al principio no le entendí a lo que se refería pero con nerviosismo me lo explico, lo demás ya lo sabes – le dijo inquieto.

-Bueno más o menos es lo que sucedió – comentó Duo – pero falta la parte principal de la historia, lo sé porque parte de ella la viví junto a Zech-san y te diré que no fue muy agradable. Cuando te dormistes o más bien te desmayaste, fue por falta de sangre, permitiste que Zech-san bebiera demasiado de ti eso te trajo graves consecuencias. Según Zech-san le explicó Quatre-sama, cuando recuperó el control de sí mismo te vio tirado en la cama inconsciente y con los signos vitales muy débiles, fue a pedir ayuda a Quatre-sama el cual te revisó de inmediato siendo el pronóstico poco alentador.

-¿Tan grave estuve? – preguntó sorprendido Wufei.

-Sí... En ningún momento Zech-san se apartó de tú lado, se sentía culpable por lo que te había hecho y se maldecía una y otra vez, dijo que prefería morir a que te ocurriera algo, incluso se molestó con Quatre-sama al enterarse que fue él quien te dijo lo que debías de hacer para salvarlo. Tú estado empeoraba por momentos, Zech-san estaba muy preocupado, todo lo que intentaba era inútil, pasaron varias horas y nada cambiaba. Recuerdo que antes del anochecer o pocas después, vine junto con Heero a verte para saber como estabas... puedo decirte que jamás había visto tanta desesperación y dolor en una misma persona, todos sabíamos como iba a acabar la situación pero todos nos negábamos a creerla, tu cuerpo no estaba aguantando como debía, entonces... Zech-san nos confesó que no te dejaría solo...

-¿Solo? ¿a que te refieres con que no me dejaría solo? – preguntó nervioso Wufei.

-Zech-san..., nos dijo que en el momento que murieras él iría contigo... – le explicó Duo aún perturbado al recordarlo.

-¿Él quería morir conmigo? – preguntó sorprendido. Las piernas le comenzaron a fallar por lo que decidió sentarse junto a Duo para seguir escuchándolo.

-Así es... no intenté hacerle cambiar de parecer, pero él ya lo tenía decidido, Heero le apoyó y yo no tuve más opción que aceptarlo, después de todo yo no era nadie para separar a Zech de la persona que más ama. Estuve ayudando a Zech-san a refrescarte y a sujetarte cuando comenzantes a convulsionarte, Heero fue a buscar la ayuda de Quatre-sama, entonces... entones ocurrió.

-¿Estás intentando decirme que perdí la vida? – dijo incrédulo – eso no puede ser posible.

-Pues lo fue, te lo puedes crees – le confirmó escapándose una lágrima traicionera a Duo – yo estuve allí, vi a Zech-san desesperarse mientras te sostenía entre sus brazos, llamándote sin parar y rogándote que abrieras los ojos, vi como tu cuerpo se enfriaba lentamente sin poder hacer nada por evitarlo. Pensamos que todo había llegado a su fin, Quatre-sama intentó hacer desistir a Zech-san para que te dejase ir pero él se negaba desesperado. Lo que sucedió a continuación fue muy rápido y confuso, al menos para mí, cuando nos quisimos dar cuenta, Zech-san ya te estaba haciendo beber de su sangre, diciendo que nadie os iba a separar, ni siquiera la muerte. Sé que fue impulsivo incluso una locura, pero lo hizo por desesperación. Él te ama más que a nada en el mundo, por eso lo hizo, para no separarse de ti.

-Entonces... lo hizo porque... porque yo había muerto y... la única manera de estar juntos era si me convertía en vampiro – resumió en breve Wufei, sin podérselo creer.

-Así es Wufei, Zech-san te ama y eso no lo puedes dudar, rompió sus propias promesas por ti, creo que deberías darle una oportunidad – le pidió Duo con una sonrisa tranquilizadora.

-Yo... no sé que pensar... esto es demasiado para mí – le habló frustrado, sujetándose la cabeza con las manos.

-No estás solo Wufei, nos tienes a mí y a los chicos y sobretodo tienes a Zech-san, el no se apartará de tú lado si tú no lo quieres. Además, estoy convencido que esto será pasajero.

-¿Pasajero? – preguntó desconcertado Wufei – no entiendo a lo que te refieres.

-No sé si estás al corriente sobre la maldición de caer sobre los vampiros. Ellos antiguamente eran mortales como nosotros pero por un desafortunado accidente cayeron en maldición convirtiéndose en lo que son actualmente – le explicó al moreno.

-Sí algo de eso he oído, y según le escuché a Zech, tú y ese tal Heero Yuy sois los que podéis romperla – le respondió Wufei.

-Exacto, ¿y sabes lo que eso representa?.

-Tengo una ligera idea pero no estoy seguro – comentó el moreno.

-Pues representa que Heero y los demás dejarán de ser vampiros para volver a ser humanos normales y corriente, por lo el mismo motivo, tú también dejarás de serlo. Si lo conseguimos todo volverá a la realidad – dijo Duo emocionado.

-¡Tienes razón Duo! – exclamó aliviado en moreno – no lo había pensado, entonces yo... volveré a ser normal y podré vivir una vida normal.

-Aja, junto a Zech-san. Pero no será fácil, hay gente que nos impedirá que lo consigamos, pero verás como lo conseguiremos – afirmó con convicción.

-Eso espero – le dijo preocupado – ¿ahora que vamos hacer? – le preguntó Wufei.

-Creo que deberías ir hablar con Zech-san, él está muy preocupado por ti, ¿le vas ha perdonar?

-Yo... no lo sé... por ahora no quiero verle, me conozco sé que si le veo ahora estallaré de rabia y diría cosas de las cuales me arrepentiría luego.

-En ese caso será mejor que habléis más tarde. Mañana al anochecer Lord Odin se marchará de viaje, entonces aprovecharemos para sacar a tú gente, una vez que estén a salvo regresaremos al Castillo Yuy, ¿irás con nosotros o te irás con tú Clan? – le preguntó Duo.

-Ahora estoy demasiado implicado en vuestra lucha, por eso os ayudaré en todo lo que pueda. Iré con vosotros.

-Bien eso es fantástico, ahora será mejor que regrese con Heero, debe de estar esperándome. ¿vienes conmigo, creo que están todos reunidos en uno de los salones cercanos?

-No, por ahora no, me gustaría ir a ver a mi hermana, le explicaré mi nueva situación, espero que lo comprenda.

-Tranquilo ya verás como sí, venga será mejor que nos vayamos – le dijo poniéndose de pie.

-Espero Duo, te acompañaré al salón, no es bueno que andes solo por el Castillo, ahora siendo vampiro puedo percibir el peligro con mayor rapidez, de allí me dirigiré a las mazmorras.

-De acuerdo Wufei pero ten cuidado, aún no controlas bien al vampiro que llevas dentro, no te arriesgues, ¿vale? – le comentó preocupado.

-Tranquilo – le respondió con una sonrisa –eso ya lo sé. Venga vallamos.

-Aquí es Duo – le dijo Wufei deteniéndose delante de una gran puerta de roble tallada a mano de gran envergadura - me voy antes de que me detecten.Duo – le llamó antes de irse – no le digas nada a Zech, por favor sobre lo que hemos hablado, no quiero que los demás se enteren, ya hablaré yo con él más tarde – le pidió el moreno.

-De acuerdo así lo haré Wufei, ve tranquilo no doré nada – le respondió sonriendo para abrir la gran puerta y desaparecer tras ella.

-Bueno, ahora viene lo peor – murmuró en voz baja el moreno, dirigiéndose hacia las escaleras que le llevarían a la primera planta del Castillo para luego dirigirse a las mazmorras.

Castillo Yuy.

-¡Noin! – gritaba Hilde buscando a su compañera por todo el Castillo - ¿habéis visto a Lady Noin? – preguntó la vampiresa a unos vampiros que se encontró en uno de los pasillos.

-Creo que está en la gran biblioteca, Lady Hilde – respondió uno de ellos.

-Gracias chicos, me voy que tengo prisa – le respondió con urgencia para ir a la biblioteca.

Segundos más tarde ya se encontraba junto a la puerta que la abrió con rapidez para entrar sin avisar.

-¡Noin!, te estaba buscando donde te habías metido – le preguntó al verla ensimismada leyendo un libro antiguo con mucha atención.

-¡Hilde!, ¿qué ocurre, por que estás tan exaltada? – le preguntó Hilde.

-Hay nuevas noticias de Quatre-sama y son urgentes.

-¿¡¡Siiii!!?, ¿qué ha sucedió?¿están en peligro? – preguntó poniéndose de pie con rapidez.

-Regresan mañana durante la noche, antes tienen un asunto con el Clan Chang, hay que poner el Castillo en alerta, Odin, sospecha algo y Quatre-sama piensa que podría atacarnos en cualquier momento, hay que llamar a todos los reservas y preparan un plan de defensa, debemos conseguir la máxima ayuda posible y poner en aviso a la gente de Gundam, por lo que pueda pasar. No tememos mucho tiempo. El ataque puede tardar varios días pero debemos de estar preparados.

-Maldición – se quejó Noin – esto era inevitable pero... bueno será mejor dejar de lamentarnos, hay muchas cosas que hacer y muy poco tiempo. La hora de la verdad ya ha llegado. Hilde, tú como eres más allegada a Quatre-sama sabrás como es su actuar, por eso sería bueno que te ocuparas del plan de defensa, yo iré en busca de ayuda y pondré en sobre aviso a las gentes de Gundam – comentó Noin.

-Por estupendo, será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes – dijo Hilde saliendo junto a Noin de la biblioteca.

-Espera Hilde, se me olvidaba algo importante – le dijo a Hilde deteniéndola antes de que se fuera a sus obligaciones – encontré el libro de notas de Lord Yuy.

-¿El padre de Heero? – preguntó sorprendida.

-Así es – le dijo mostrándole un libro no muy grande de tapas negras – son notas y pistas que apuntó Lord Yuy sobre la maldición. Hay muchas cosas que ya sabemos gracias al joven Duo y a Heero pero hay una que no lo sabíamos y es muy importante – comentó con seriedad Noin.

-¿De que se trata? – preguntó intrigada Hilde.

-Es sobre la noche que se debe romper la maldición, según Lord Yuy, no puede ser una noche cualquiera, hay una en particular, esa noche se dará antes del año del Dragón, que es este año...

-Sí eso lo sabíamos, aún queda varios meses para que el año del Dragón finalice – le respondió Hilde.

-Sí así es pero lo que no sabíamos era que dentro del año del Dragón no cualquier noche es la propicia para romper la maldición, solo hay una noche para hacerlo...

-No me digas que esa noche ya pasó – la interrumpió asustada por la posibilidad.

-No, por suerte no ha sido así pero me temo que no hay mucho tiempo, según lo descubierto por Lord Yuy, esa noche tiene que ser la noche del Bloody Night.

-¡¡¡Queeeeeeeee!!!, pero eso es dentro de cinco noches – exclamó sorprendida Hilde.

-Así es... esto se está precipitando demasiado y aún no sabemos con romper la maldición – le comentó Noin.

-Arrrrrrrrrrrgggggggggg, menuda porquería, haber pensemos con la cabeza fría, lo principal ahora es estar en alerta para el posible ataque de Odin, cuando llegue Quatre-sama y los demás ya nos preocuparemos de eso.

-Bien, entonces me voy nos vemos más tarde – le dijo Noin saliendo corriendo.

-Esto se está poniendo muy negro – comentó Hilde para si misma - ¡Kuroda, Aoi! – llamó a un vampiro y a una vampiresa que pasaban por ahí en esos momentos.

-Sí, Lady Hilde – respondieron los dos a la vez.

-Necesito vuestra ayuda, reunir a los vampiros de primer rango en el salón principal dentro de media hora, es urgente.

-¿Ocurre algo, Lady Hilde? – pregunto la vampiresa Aoi, al ver a Hilde nerviosa.

-Me temo que sí Aoi, lo que siempre temíamos ha llegado. La lucha por le fin de nuestra maldición se iniciará en breve.

-Maldición – exclamó Kuroda.

-No tenemos mucho tiempo, tenemos que movilizarnos cuanto antes, Quatre-sama y Yuy-sama vendrán mañana por la noche, deberemos tener un plan defensivo provisional por el momento.

-No se preocupe Lady Hilde – le respondió Kuroda – estaremos preparados, de una manera de otra ya estábamos preparados para esto.

-Kuroda tiene razón Lady Hilde, todo saldrá bien – contribuyó Aoi.

-Lo sé pero aún así no estoy tranquila, no tenemos mucho tiempo, debemos darnos prisa.

-Entendido – respondió Kuroda – enseguida convoco a los vampiros de primer rango. ¿Aoi vienes?

-Sí te acompaño Kuroda, ahora mismo nos vemos Lady Hilde – dijo la vampiresa

-Nos vemos – respondió Hilde dirigiéndose hacia el despacho de Quatre-sama, allí se encontraban los bocetos donde meses atrás, Quatre-sama junto con Zech-sama y ella habían planeado las estrategias de defensa, eso le daría una ligera idea de cómo poderse defender del ataque de Odin.

Media hora después Lady Hilde junto con los vampiros de primer rango discutían la mejor manera de defensa y el plan a seguir para el ataque inminente. En el Castillo mientras Lady Hilde estaba reunida, Lady Noin iniciaba todos los preparativos, había ordenado buscar refuerzos de Clanes y pueblos aliados cercanos al Gundam, una vez todo encaminado, partió hacia el pueblo de Gundam para dar aviso a las autoridades para que estuvieran en alerta. Sería conveniente poner bajo toque de queda a la población, así se evitaría posibles ataques de vampiros de Odin.

-¿Duo, que haces aquí? – preguntó sorprendido Heero al ver entrar a su prometido solo al salón - ¡estás loco! Como se te ocurre ir solo por el Castillo.

-Tranquilo Heero – le dijo con una sonrisa acercándose a él – no he venido solo, Wufei me acompañó hasta aquí.

-¿Wufei? – preguntó sorprendido Zech, que saltó al escuchar su nombre para ponerse de pie - ¿cómo está? ¿dónde está ahora?

-Está más o menos bien Zech-san, pero por ahora será mejor que le dejes solo, tiene mucho que pensar, además ha ido a ver a su hermana.

-¿Pero te ha dicho algo?¿me ha perdonado? – preguntó impaciente el rubio vampiro.

-Yo... lo siento Zech-san no puedo decirte nada, se lo he prometido, quiere ser él el que te lo diga, lo siento... – dijo con tristeza al ver la cara de angustia del rubio.

-Lo comprendo – dijo triste agachando la cabeza para volver a sentarse en el sillón donde minutos atrás estaba sentado.

-Ese cabeza hueca – exclamó molesto Heero – el que ahora sea un vampiro no lo deja inmune a un ataque, ¿en qué piensa?.

-No te pongas así – le dijo Duo abrazando a su prometido – está muy confundido y necesita tiempo, además conoce sus limitaciones, me prometió que no se expondría. Solo ha ido a ver a su hermana y luego regresará a su habitación, que por cierto parece un campo de batalla, jeje – bromeó Duo.

-Jeje, tienes razón – comentó Zech levantado la mirada un poco más calmada – iré a ordenar que la adecuen antes de que regrese Wufei – le dijo poniéndose de pie – si me necesitáis estaré en mi habitación.

-Ve tranquilo Zech – habló Quatre – descansa un poco, necesitas recuperarte de todo lo sucedido, ya sabes que a partir de mañana no sabremos cuando podremos tener algún respiro.

-Sí... estaré en mi habitación – dijo Zech.

-¿cómo fue? – preguntó Trowa tras desaparecer Zech.

-Creo que bien – respondió Duo – no puedo dar detalles, pero creo que comprendió a Zech, de lo que sí estoy seguro es que Wufei ama a Zech, lo que ocurre es que le cuesta admitirlo, hasta ahora Wufei tenía un odio irracional hacia los vampiros.

-Jeje, pues no tiene mucha suerte – se rió Quatre – primero se enamora de uno de ellos y luego se convierte en uno. Debe de estar furioso consigo mismo.

-Por eso se siente tan confundido – comentó Duo – pero aún así me ha dicho que podemos contar con su ayuda para lo que viene.

-Es bueno saber eso – interrumpió Heero, aunque no esté listo siempre es bueno contar con más vampiros, así tendremos más posibilidades.

-Ahora solo queda espera – dijo Quatre – es lo que menos me gusta pero hasta que Odin no abandone el Castillo no podemos hacer nada. Recomiendo bajar a las cocinas para que coman algo Trowa y Duo, aún queda tres horas para el amanecer.

-Tienes razón, estoy hambriento – afirmó Duo a la vez que se oían sus tripas rugir.

-Jejeje, eres un caso Duo – se rió Heero al escuchar el ruido proveniente de su prometido.

-No es mi culpa – se quejó Duo haciendo un puchero infantil – si no me hicieras desgastar tantas energías cuando... – pero al darse cuanta de los iba a decir se calló avergonzado.

-Jajajaja, vaya Heero, si desgastas tanto a tu chico lo dejaras seco – su burló Quatre de su primo.

-Jeje, muy gracioso Quatre. Y tú... cuando estabas es la cama no te quejabas – le dijo con tono de burla haciéndose en ofendido.

-Esto yo... no quería decir eso, yo no me quejo... yo – intentó disculpase estando rojo como un tomate.

-Jajaja, no pasa nada Duo, solo bromeaba – le dijo Heero.

-Eres malo – hizo un puchero Duo aferrándose a su brazo mientras salían los cuatro del salón para irse a las cocinas.

-¡¡Wufei-san!! – exclamó una joven cerca de los escalones que descendían a las mazmorras - ¿es Ud. Wufei-san? Oh! por Kamisama, yo... me informaron que estaba... – habló rápidamente debido a los nervios.

-Tranquila, ¿qué sucede? Si soy Wufei, ¿me conoces? – preguntó sin entender lo que sucedía a la joven que llevaba varias ollas con comida – déjame que te ayude, ¿vas a las mazmorras?

-Sí.. si Wufei-san... yo soy Haruko... – se presentó con timidez.

-¿La amiga de Duo?.

-A si es señor, yo ahora bajaba a dar de comer a su hermana y a su gente. Oh! gracias a Kamisama que estás bien, yo... me habían dicho que había muerto – dijo compungida – y... no sabía como decírselo a su hermana, ella está muy preocupada ya que le dije que había sufrido un ataque por parte de Shoyo-san. No sabe el peso que me ha quitado de encima, estaba tan preocupada.

-¿Mi hermana y los demás están bien? – preguntó serio Wufei.

-Err... si, presentan las manchas que comentó Quatre-sama pero se encuentran perfectamente.

-Bien, entonces llevémosles la comida, deben de estar hambrientos y sobre mi muerte no comentes nada – le dijo serio.

-¿Pero, si no está muerto, como? – le preguntó sin entender, entonces le vio los ojos – Oh Kamisama! Sus ojos – exclamó al ver que sus ojos negros tenían un brillo alrededor de sus iris rojo como todos los vampiros, Wufei al ver la expresión de terror sonrió mostrando sus nuevos colmillos – no puede ser es un vampiro – le dijo retrocediendo asustada.

-Shhhhhhhh, no grites, estate tranquila no te voy hacer nada, todo a sido un malentendido pero se arreglará. Sí morí esta madrugada, mi cuerpo no resistió la perdida de sangre, entonces Zech me... . quiso explicarle a chica pero le costaba mucho.

-Entonces Zech-san lo convirtió para no separase de Ud. – completó la frase incompleta con una sonrisa tierna en el rostro – es lo más lógico.

-¿Lo sabes? – preguntó incrédulo Wufei mirando a la muchacha que lo miraba con ternura.

-Jeje era evidente, el afecto que Zech-san tenía en Ud. Wufei-san. Uno no se puede separar fácilmente de la persona que ama.

-Yo... – dijo ruborizado sin atreverse a mirar a la joven - ¿cómo lo has sabido?

-Ayyyyyyy, joven Wufei-san, puede que para Uds. No haya sido muy perceptibles vuestros sentimientos pero se veía a leguas que sentían el uno por el otro, jeje – comentó risueña la chica.

-Maldición, yo no le veo la gracia – dijo molesto al ver como sonreía Haruko.

-No es tan grave, el problema va a ser que se lo cuente a Nataku-san.

-Si tienes razón, vamos te deben de estar esperando – le sugirió bajando las escaleras oscuras junto a ella.

-Nataku-san – llamó Haruko al estar junto a la puerta de la celda – ya estoy aquí con la comida.

-¡Haruko-san! Menos mal que estas aquí, me tenías preocupada, has tardado mucho, ¿sabes algo de mi oniisan? – preguntó impaciente.

-Sí Nataku-san tengo noticias de Wufei-san – le respondió sin decirle que estaba junto a ella – primero serviré la comida, haber si vais a caer enfermos de verdad – intentó bromear para disminuir la tensión.

-¡No me interesa la comida ahora Haruko! – le gritó exaltada – quiero saber de mi oniisan.

-Eso son maneras de tratar a alguien que se preocupa por ti Nataku – amonestó Wufei entrando junto a Haruko a la celda.

-¡Oniisan! – exclamó Nataku al verlo, lanzándose a sus brazos – oh oniisan no sabes lo preocupada que estaba por ti, se decían que te habían atacado, menos mal que te encuentras bien – le dijo mirándole de arriba a bajo buscando alguna herida o golpe.

-Estoy bien Nat-chan, tranquilízate, ahora come, vosotros también, debéis reponer fuerzas para mañana – les dijo viendo como Haruko servía la comida entre todos.

-¿Estas bien? – le preguntó Nataku – te noto extraño.

-No es nada Nat-chan es solo que estoy cansado y algo adolorido, pero estoy bien.

-¿Entonces es verdad que te atacaron? – preguntó asustada su hermana.

-Sí, pero Zech-san me salvó, no tienes de que preocuparte.

-¿Y el vampiro ese, Zech, está bien? Escuché que él salió herido por defenderte – le preguntó curiosa.

-Él ya está recuperado, no olvides que es un vampiro poderoso – le respondió sin querer hablar más del tema – come se te va a enfriar.

-¿Qué te pasa Wufy? A mi no me puedes engañar, estás raro, te ha ocurrido algo y no me lo quieres contar, es por culpa de ese vampiro, ¿verdad? – le insistió su hermana al ver que Wufei estaba demasiado serio y le rehuía la mirada en cuanto podía.

-Maldición Nat, por que tienes que ser así? Kuso, come primero y luego te lo explico – le respondió sabiendo que no podría salir de allí sin una explicación convincente.

-De acuerdo pero luego me lo explicas con pelos y señales – le respondió.

Wufei se alejó unos metros para observar entre las sombras como su hermana y su gente comía con tranquilidad, a pesar de la circunstancia, le gustaba estar entre su gente, hacer la vida cotidiana sin preocupaciones, como hacían años atrás. En cuanto supiesen su verdad su vida daría un cambio drástico, sabía que no podía ser aceptado en su Clan, lo más seguro es que le repudiaran para siempre, la única oportunidad que tenía era romper la maldición para volver a ser como antes, pero aún así tenía sus dudas, su sangre había sido corrompida y su corazón también por amar a un vampiro.

-¿Y bien me vas a explicar? – le sacó de sus pensamientos la voz de su hermana. Habían pasado unos quince minutos desde que se sentó a comer.

-Nat, ¿ya has acabado? – le preguntó sorprendido Wufei, para el no había sentido el pasar de los minutos mientras pensaba.

-Exactamente, ahora dime que te pasa – le exigió su hermana.

-Esta bien, ven vamos hacia allí, no quiero que nadie más lo sepa por ahora – le dijo levantándose del suelo para caminar hacia un lado de la celda donde no había nadie.

-¿Tan serio es Wufei? Me estás preocupando demasiado.

-Sí lo es Nat – le dijo llegando al lugar – Mira Nat, tú sabes lo mucho que te quiero y lo importante que ha sido para mi ser un guerrero Chang. Daría y haría cualquier cosa por vosotros, eso lo sabes, ¿verdad? – le preguntó.

-Claro que lo sé Wufei, aunque sea mi oniisan, reconozco que eres uno de los mejores por no decir el mejor de nuestros guerreros de poblado, ¿a qué viene esto?.

-Yo jamás os traicionaría por nada en el mundo, yo... – empezó a explicarse pero los nervios se lo impedían.

-Claro que lo sé Wufei, ¿qué ocurre?, me estas asustando – le comentó nerviosa.

-Voy a serte sincero, aunque después de esto me detestes...

-¡Eso no ocurrirá nunca! –

-Eso ya me lo dirás luego. Yo... ¿qué opinarías si te dijera que estoy enamorado de alguien?

-Eso sería estupendo Wufy – le respondió más tranquila al pensar que se trataba de eso.

-¿Y si te dijera que se trata de un hombre? – le preguntó con la cabeza gacha sin atreverse a mirarla a la cara, se sentía avergonzado y temeroso de que pensase que ya no era digno de ser un guerrero Chang para el poblado.

-Bueno Wufy, no voy a negar que me gustaría más que fuera una mujer la quien te robó el corazón pero si tu le has elegido supongo que será una buena persona, ¿le conozco? – le preguntó levantándole el rostro para que la mirase, pero Wufei rehuyó lo mirada.

-Er... sí, pero... verás, aunque yo lo halla elegido dudo que lo aceptéis.

-No es del poblado, ¿verdad? – le dijo empezando a entender la situación.

-No... él es...

-¡No te atrevas a decirlo! – le dijo molesta separándose unos pasos de él – él no... no puede ser Wufei, sabes lo que eso significa... él es un...

-Lo sé Nat y por eso me duele tanto esta situación, yo jamás pensé que algo así me ocurriría – le confesó arrepentido, sus lágrimas comenzaron a deslizarse por su cara – yo... lo siento pero no lo puedo cambiar eso...

-Oh Wufy – dijo con tristeza acercándose a su hermano para abrazarlo y consolarlo - ¿él lo sabe? – le preguntó en voz baja en su oído.

-Snif... sí lo sabe y él me corresponde – le explico sin poder dejar de llorar. Necesitaba desahogarse y su hermana siempre le había ayudado siempre.

-Maldición Wufei... esto no le va a gustar a padre – le dijo acariciando los cabellos del moreno – pero tranquilo yo te apoyaré en lo que haga falta, puedes contar conmigo para lo que sea.

-Gracias Nat-chan pero... snif... hay algo más, algo horrible me ha sucedido – le confesó abrazándose más fuerte con su hermana.

-Shhhhhhhhhh tranquilo cuéntame, soy tu Nat-chan, no lo olvides, te quiero mucho.

-Nat-chan, sabes que Zech me salvó y por ello salió gravemente herido, iba a morir si no le ayudaba, yo no quería perderlo... snif, sé que hace poco que lo conozco pero no sé como explicarlo, creo que me enamoré de él la primera vez que le vi.

-Me lo imagino Wufy sino no habrías hecho eso que tanto te perturba – le comentó sin dejar de abrazarlo.

-Tienes razón, como siempre, Nat-chan, pero verás... para salvar a Zech tuve que... hacerle perder el control de si mismo para que él...

-¿Hacer perderle el control?¿cómo? – preguntó curiosa pero al ver el sonrojo de la cara de su hermano desistió – mejor no me lo digas, me lo imagino – le dijo con burla – continua.

-Pues verás para que Zech sobreviviera tenía que obligarle a que bebiera de mí...

-¡¡¡¿¿Queeeeeeeee??!!! Te has vuelto loco – le dijo girándole la cabeza para mirarle las marcas de los los colmillos pero no los encontró – ¿no tienes marcas, donde te mordió?

-Es que verás... la situación estaba controlada, yo debía permitirle beber hasta un límite pero por querer que se recuperara antes... pues perdí el conocimiento... según supe después la perdida de sangre me produjo serios problemas y enfermé.

-¿Pero como si estás bien? ¿qué me quieres decir? – Preguntó Nataku sin entender.

-Como te explique antes Zech y yo nos queremos y pues, él... ver que iba a morir pues...

-¡Oh no! Eso si que no Wufei Chang, dime que lo que estoy pensando no es verdad. ¡Por Kamisama Wufei no! – dijo dolida aguándose los ojos - ¿cómo ha podido hacerte eso?

-Nataku, mi cuerpo no resistió y morí hace unas horas... Zech intentó salvarme pero nada funcionó, yo... lo siento Nat-chan, sé que ahora me odiarás y que no voy a poder regresar al poblado pero quería que lo supieras, no pretendo que lo comprendas pero tenía que decirte la verdad y el porque no regresaré con vosotros. A mí tampoco me gusta esto, lo odio pero entiendo el porque lo ha hecho Zech, yo en su lugar hubiese hecho lo mismo, arriesgué mi vida para salvarlo porque le amo y él me convirtió al saber que había muerto, fue lo único que podía hacer para no dejarme ir.

-Wufei... esto es muy grave... yo te quiero oniisan pero...

-Lo sé Nat-chan, solo quería que lo supieras, te extrañaré mucho y a Tama también – le dijo acariciándole la cara y sonriéndole con una sonrisa triste.

-Wufei no sé que hacer... yo. Por Kamisama – se lamentó abrazándose a él – no te dejaré oniisan, no renunciaré a ti, yo te ayudaré pase lo que pase.

-Te lo agradezco pero será mejor así, aunque consiga rebatir la maldición que me tiene atrapado como vampiro, el Clan Chang no me permitirá regresar – le comentó con dolor.

-Un momento, ¿has dicho que se puede rebatir el que sea un vampiro? – preguntó sorprendida.

-Sí, bueno... hay una maldición que obliga al Clan Yuy a ser vampiros aún en contra de su voluntad. Quatre-sama y Heero- sama están luchando contra esa maldición y tienen posibilidades para conseguirlo – le informó con calma.

-¡Pero eso es estupendo! Podrás ser normal ya no habrá problema – dijo contenta

-No creo que sea tan fácil. Padre no me admitirá – dijo apesadumbrado.

-No te preocupes de eso me encargo yo, hablaré con padre y con quien haga falta – le dijo más calmada - No dejaré que nos dejes.

-Gracias Nat-chan, no sabes cuanto te agradezco tú apoyo, no sabía que hacer.

-Bueno ya sabes que no me puedo enfadar contigo te quiero demasiado. ¿qué haces aquí, si podías estar con tu chico? – le preguntó con picardía.

-Bueno yo... quería hablar contigo antes, además yo... me peleé con él al saber lo que me había hecho sin saber sus intenciones, luego me enteré de sus motivos pero aún no he hablado con él – dijo avergonzado.

-Serás baka – le recriminó Nataku – aceptas perder a la gente que te quiere, renuncias a ser un Chang, todo por amar a un vampiro que te salvó la vida dos veces y no eres capaz de aclarar un simple malentendido. Wufei Chang Le, sube tu perezoso culo ahora mismo al piso de arriba y busca a ese vampiro y haz las paces con él. Como mañana me entere que sigues sin hablarte con él, seré yo quien te dé tal paliza que aún siendo un vampiro no te salvará. ¡Me has oído! – dijo bromeando pero en serio.

-Shhhhhhhhhh Nat-chan que te van oír – le dijo sonrojado.

-Me da igual, eres mi oniisan, ya ser humano, vampiro o extraterrestre, lo único que me importa es que seas feliz y si es con ese rubiales con un culo que quita el sentido, pues perfecto. ¡Ahora muévete! – le dijo empujándolo para que saliera de la celda dándole una patada en el culo antes de salir.

-¡Que tengas suerte! – exclamó un joven del Clan Chang.

-¡Ánimo Wufei-san! – exclamó otra joven que le sonreía con cariño.

-Pero... – intentó decir Wufei al ver las muestras de apoyo de su gente. A pesar de que quiso ser discreto y gente había oído toda la conversación – yo... gracias a todos.

-Venga Wufy, sube y arregla las cosa y de paso dale un gran beso apasionado de mi parte a mi cuñadito, jeje – bromeó Nataku.

-¡Nat-chan! – le reclamó Wufei avergonzado.

-Haruko-san, encárgate que mi hermano hable con su chico sino te doy permiso para le estires de las orejas, jaja.

-Muy graciosa Nat-chan – dijo siguiendo la broma Wufei.

-No te preocupes Nataku-san, yo me encargo de todo – le dijo guiñándole un ojo mientras recogía las ollas de comida para salir de la celda.

-Nos vemos mañana Nat-chan – dijo Wufei despidiéndose de ella y de los demás.

-No vemos mañana oniisan – le respondió, viendo como se perdían en la oscuridad de la escalera.

En esos momentos Touya salía del gran Salón donde encontró con los que le acompañaría junto a Lord Odin hacia Nabuya. Bajaba por las escaleras del primer piso para dirigirse hacia las caballerizas para comprobar que los caballos estarían listos para entonces, cuando la voz de dos personas le llamó la atención en el recibidor del Castillo.

-Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí – comentó en voz alta asustando a la pareja que salía de la puerta que daba acceso a las mazmorras – pero si es el juguetito de Zech y la deliciosa sirvienta, jeje no sabéis que es peligroso andar solos por el Castillo.

-Wufei-san – dijo asustado Haruko escondiéndose detrás del moreno.

-¿Por qué no nos dejas en paz baka? – le dijo molesto, sin detener su paso – tranquila Haruko sigamos nuestro camino.

-O no, querido, deberías aprender modales – le comentó sujetándole del brazo al pasar por su lado – no olvides quien es el amo y quien el esclavo.

-¡No me toques desgraciado! – dijo soltándose del agarre con un manotazo y amenazándole con la mirada y mostrándole los colmillos en un acto reflejo de amenaza.

-Sí no lo veo no lo creo – dijo sorprendido mirando a nuevo iniciado – te han transformado, ¿sabe Zech lo que le han hecho a su mascota? – le preguntó con burla.

-Vigila con tu lengua maldito, por que ahora si te la puedo arrancar. Y para tu información Zech lo sabe ya que fue él quien me transformó cuando hicimos en amor, ¿algún problema? ¿estás celoso? – le preguntó ahora él con burla al ver la cara de sorpresa del vampiro de pelo negro.

-Punto a tú favor, me has sorprendido con eso, la verdad una lástima que fuera Zech quien te transformara, de haberlo sido yo hubieras disfrutado más, jeje – le sugirió.

-Lo dudo, estoy seguro que Zech es mucho mejor amante que tú, contigo me aburriría, jeje – le molestó para enfurecerlo.

-¿Quieres comprobarlo? – se insinuó acercándose al Wufei para abrazarlo y pasarle la lengua por el cuello con lujuria.

-¡Te he dicho que no me toques bastardo! – gritó Wufei asqueado, la furia que sintió hizo que conjurara sus nuevos poderes lanzando varios metros hacia a tras, golpeando al ser agresor contra la alta columna que había en el recibidor – vigila con lo que haces basura, ahora no voy a permitir que me intimidéis como hizo el desgraciado de tu amigo Shoyo. Si me vuelves a tocar a mí o a quien me importa te mataré, no lo dudes.

-¡Bastardo! – rugió molesto poniéndose de pie – esto no va a quedar así, me las pagarás – le amenazó acomodándose la ropa.

-Cuando quieras – le respondió Wufei con una sonrisa sádica – Haruko-san vámonos, tendrás cosas que hacer y yo tengo que retirarme a mis aposentos, mi amante me espera ansioso – comentó Wufei conscientemente para que lo oyera Touya.

-Sí, Wufei-san – se apresuró a responder y a situarse junto a joven vampiro.

Wufei y Haruko iban caminando hacia las cocinas, Wufei se ofreció a acompañarla por si sucedía cualquier cosa, el ambiente del Castillo se notaba demasiado tenso, había una calma inusual, la calma que avecinada la pronta tormenta.

-Wufei-san – llamó la joven ya delante de la puerta de la cocina sin atreverse a entrar aún.

-¿Sí? – preguntó Wufei.

-No debería provocar así a Touya-san, él es muy peligroso, aunque ahora sea un vampiro no debe hacerlo y menos cuando está solo – le aconsejó la muchacha que se veía preocupada.

-Tranquila Haruko, no pasará nada, pero tranquila no lo volveré hacer, es que ese tipo me saca de mis casillas.

-Lo sé Wufei-san pero debe de tener cuidado con él, le he visto hacer cosas horribles, incluso con su propia gente por no obedecerle. No quiero que le pase nada malo.

-Perdona por preocuparte Haruko-san, ya no lo haré más, ahora ve ha acabar con tus cosas. ¿podrás preparar comida para mañana por la noche, para cuando nos marchemos de aquí?.

-Sí no creo que tenga problemas con eso – le respondió con sinceridad.

-Bien entonces algo, y no olvides tener tú también tus cosas listas para mañana, no te dejaremos aquí – le informó con una sonrisa.

-Gracias Wufei-san, Duo-san también me ofreció a llevarme con él. Espero no ser una molestia – le dijo la chica nerviosa.

-No lo será Haruko-san, ahora me retiro. Intenta no quedarte a solas, ¿vale?

-De acuerdo. Ah! Wufei-san, no olvide lo que le dijo su hermana. Tiene que ir hablar con Zech-san – le recordó con una sonrisa.

-Er... si claro, ahora ve adentro – le dijo ruborizado señalando la puerta de la cocina.

-Que tenga suerte – le respondió la chica entrando a la cocina.

-Ni que fuera tan sencillo el tener que disculparme con Zech – dijo en voz baja caminando hacia su habitación – espero que no se encuentre allí, no sé como comportarme cuando le vea.

Al entrar en las cocinas, Haruko vio como en la mesa central donde solían comer los sirvientes, la cocinera oficial servía una abundante cena a Duo y Trowa mientras sus respectivas parejas se limitaban a observarles mientras saboreaban unas copas de su elixir de vida.

-Buenas noches – saludó Haruko al entrar a la cocina.

-Ha#$a··ru%#ko-san – la saludó Duo con la boca llena.

-Duo, traga antes de hablar, te vas ha ahogar – le advirtió Heero al ver a su prometido esforzándose a hablar y tragar a la vez.

-Glups, jeje, lo siento no me di cuenta – se disculpo - ¿de donde vienes Haruko-san? Pensé que estarías aquí.

-Vengo de llevar la comida a la gente del Clan Chang – le respondió riéndose de la mueca graciosa de Duo al intentar tragar un pedazo de pollo – jeje Wufei-san me acompañó.

-¿Cómo se encuentra Wufei, sabes lo que le sucedió? ¿y su familia? – preguntó Quatre.

-La gente de Chang, está bien, Lord Odin piensa que están enfermos como dijo y Wufei-san, bueno sí sé lo que sucedió, al principio me asusté pero vi que seguía siendo el mismo, él está algo perturbado, pero gracias a que su hermana Nataku-san aceptó bastante bien su cambio creo que le ha ayudado a despejar sus dudas.

-No sabes cuanto me alegro – comentó Duo – tanto Zech como Wufei se merecen ser felices.

-Sí y no solo ellos, nosotros también – intervino Trowa que miraba a su compañero.

-Yo también lo creo – dijo Haruko. Ahora si me disculpan tengo que acabar los preparativos para mañana y preparar la comida que nos llevaremos.

-No te agotes demasiado – dijo Heero – mañana será un día duro, te recomiendo que te vallas a dormir y descanses lo máximo que puedas.

-Gracias Heero-sama, en cuanto acabé iré a descansar, no sé preocupes.

-Como quieras, nosotros nos retiramos también. ¿has acabado ya Duo? – le preguntó a su prometido que se limpiaba la boca con una servilleta.

-Sí ya estoy lleno – dijo frotándose la barriga con una enorme sonrisa.

-Jeje, sigues siendo un glotón Duo – le comento Trowa que también se ponía de pie para marcharse.

-Mira quien habla, el que casi termina con todo, parece que no comías en semanas – se burló Duo de su mejor amigo.

-Exagerado, no ha sido para tanto – se defendió Trowa.

-Bueno chicos – intervino Quatre – dejemos la discusión para otro momento, es hora de ir a descansar, el Sol saldrá dentro de media hora.

-Sí venga Quatre tiene razón – apoyó a su primo.

-Hasta mañana Haruko-san – se despidió Duo.

-Hasta mañana Duo-san, Trowa-san. Que descansen bien, Heero-sama, Quatre-sama.

-Que descanses – respondieron Heero y Quatre, al salir de la cocina.

El amanecer llegó sin incidencias, llenando el Castillo de una relativa calma. Los sirvientes que se ocupaban del Castillo durante la noche se retiraron a descansar siendo relevados por los sirvientes de la mañana. Como en cada nuevo amanecer todos los vampiros se retiraron a sus alcobas para disfrutar de su sueño diurno y así recuperar fuerzas. Todos estaban descansando excepto en una de las habitaciones donde la tensión del momento les había impedido relajarse.

Wufei entró en su habitación a oscuras pero gracias a su nueva visión nocturna le impidió tropezarle con algún objeto. La habitación había sido ordenada de nuevo incluso sustituyeron los muebles rotos por unos nuevos. Con sigilo se adentró mirando a su alrededor buscando la figura de un vampiro en concreto. En el primer reconocimiento con su vista no lo pudo localizar, cosa que le alivió en parte, pero una segunda mirada y concentrándose en sus sentidos vampíricos le avisó que si se encontraba en aquella habitación, más concretamente en el sofá que utilizó la primera noche para dormir. Con los nervios a flor de piel se acercó para comprobar su estado, una vez que estuvo junto a él descubrió que Zech lucía profundamente dormido con su usual pantalón fino de dormir y con su espalda desnuda, dormía boca abajo apoyándose en una de sus manos mientras la otra descansaba cerca de su cara. Por unos segundos se lo quedó mirando contemplando la belleza de aquel ser tan misterioso, sin poder contenerse se acercó a él y con mucho cuidado le retiró un mechón de pelo que le caía sobre la cara acariciando en el proceso la suave piel pálida de Zech. Un movimiento de Zech le hizo retirar rápidamente la mano para retroceder unos pasos, cayendo de culo en el suelo, siguió sentado observándole como dormía, entonces recuerdos de la noche pasada le llegaron a la mente, recordó las caricias que se prodigaron, las sensaciones sentidas y el deseo de volver a repetirlo, con el corazón latiéndole se levantó para alejarse de aquella tentación. Fue hacia el baño para refrescarse y calmarse un poco, le costaba tranquilizarse y controlarse, su nueva condición no le ayudaba en nada sino al contrario, la sed de deseo era mucho más intensa de lo que había sentido en su vida, algo le llamaba a devorar lujuriosamente a aquel vampiro sueño de su corazón, pero se negó ante ese hecho. Paso varios minutos para poder contener su estado de excitación, para salir del baño, ahora más que nunca podía sentir la presencia del rubio vampiro, lo sentía como si lo sintiera pegado a su piel, con desesperación se quitó la ropa poniéndose el pantalón que usaba para dormir, segundos después ya estaba acostado en la cama intentando dormir pero era imposible. Por más vueltas que daba a la cama más desesperado se sentía y la presencia de Zech no ayudaba en absoluto.

-Maldición, ¿por qué no puedo calmarme? – se preguntó en voz baja girándose de nuevo sobre la cama.

Minutos atrás, la figura del sofá abrió los ojos tan pronto como sintió que el moreno se encerraba en el baño, en todo momento permaneció despierto pero no quiso hacérselo saber, percibía que Wufei estaba muy intranquilo y confundido, pudo sentir su leve caricia y el golpe que se dio al moverse sin darse cuenta, pero aún así fingió seguir durmiendo. Ahora que lo sentía en su cama abrió los ojos con tranquilidad, sabía que no se acercaría de nuevo así que se dedicó a vigilarlo entre las sombras. Los minutos pasaban y sentía cada vez más la incomodidad de Wufei, podía percibirlo en su respiración y en los latidos acelerados de su corazón, estuvo tentado a levantarse para tranquilizarlo pero desistió de la idea.

El tiempo pasaba con demasiado lentitud y Wufei no soportó estar más rato en la cama, tenía mucha sed y sus nervios estaban crispado, con pasos torpes e inseguros se acercó al mueble donde estaban las botellas de licor y las jarras de agua, se llenó un baso con agua y se lo bebió de golpe pero la sed no se le calmaba, se bebió otro y luego otro pero aquello no parecía calmarle la sed sino al contrario, las manos comenzaron a temblarse y entonces recordó algo crucial.

-Soy un baka, ahora soy una vampiro, mi sed no se calmará por mucho agua que beba – se lamentó mirando las demás botellas que allí habían.

Entonces las vio, dos botellas de elixir de la vida que utilizaba Zech para alimentarse. Con las manos temblorosas tomó una y la observó por un instante, no se atrevía a beber de ella, le desagradaba la idea pero era la única posibilidad. Con algo de inseguridad sujetó una de aquellas copas de fino cristal y se la llenó de aquel líquido, una vez llena la copa si la acercó para olerla, al inhalar el aroma su pulsa se le aceleró de nuevo y sin pensárselo más bebió de ella hasta acabársela. A pesar de que detestaba la idea de tener que beber de aquel elixir y pensando que le desagradaría por completo, la sensación que sintió fue muy diferente a la esperada. El sabor dulce y tibio de la sangre le fue de su agrado, pero su sed aún no se había apagado por lo cual se llenó una segunda copa que la bebió de la misma forma que la primera, después de una segunda copa vino la tercera y luego una cuarta.

-No deberías beberla compulsivamente – le sorprendió la voz de Zech que al girarse hacia él lo vio recostado en el sillón mientras lo observaba.

-Zech... yo... lo siento tengo mucha sed y no sé lo que estoy haciendo – respondió al darse cuenta de cómo estaba actuando y se asustó.

-Tranquilo, es normal que te sientas así – le habló Zech poniéndose de pie, hasta ahora lo había estado observando sin decir nada pero se percató que tenía que intervenir antes de que le ocurriese algo desagradable – como nuevo iniciado no te habías alimentado aún y tu cuerpo te está reclamando su sustento, pero debes tener en cuenta una cosa Wufei, no debes abusar del elixir de la vida y menos en periodos en los que no te has alimentado con frecuencia, podrías colapsarte y eso sería muy peligroso.

-¿Por qué tengo tanta sed si ya me bebido suficiente? ¿por qué me siento tan alterado? Hasta ahora no había sentido esto – le preguntó asustado y preocupado.

-Eres nuevo en esto y con el tiempo irás aprendiendo, lo que estas sintiendo en parte es normal, yo... lamento haberte puesto en esta circunstancia, lo lamento mucho – le dijo agachando su mirada – pero si tu me dejas, te enseñaré todo lo necesario para que sea autosuficiente, luego si quieres no me verás más, te doy mi palabra.

-Zech yo...

-No tienes que decirme nada. Pregúntame lo que quieras yo intentaré ayudarte – le pidió Zech.

-Dices que lo que siento es normal, pero ¿qué es lo que siento?.

-Entre los vampiros hay diferentes lazos que nos unen los unos con los otros, están los lazos de familia, los de pareja y los de sangre, este último es el más estrecho, Cuando un vampiro convierte a un mortal en vampiro, entre ellos se crea un lazo casi indestructible y poderos, el que transforma se le llama Sire. El Sire puede iniciar a cuantos hombres y mujeres quiera pero solo un iniciado puede tener un Sire. Entre ellos, gracias al lazo de sangre que los une les permite percibirse y saberse el estado del uno al otro, es un sentido que les une y que le llama para estar juntos. Cualquiera de los tres lazos existentes entre los vampiros puede ser compatibles, uno con los otros. Un Sire puede iniciar a su pareja mortal, creando entre los dos no solo un lazo sino dos.

Tu cuerpo lo que está experimentado es la llamada de ese lazo que existe entre nosotros, al ser yo quien... te convirtió... pues tu sangre me ha reconocido como tú Sire.

-¿Por eso tú presencia es más notoria para mí ahora? – le preguntó

-Sí... pero si te incomoda puedo marcharme.

-¿Si te marchas dejaré de sentirme así? – volvió a preguntar Wufei.

-Con esta intensidad sí pero aún así me sentirás igual – ese lazo puede abarcar largas distancias, cuanto más domines tus poderes, más percepción obtendrás de las cosas que desees.

-¿Qué puedo hacer para calmar esta angustia?.

-Supongo que deberás solucionar de la manera que tu quieras lo que te angustia tanto. Tus sentimientos y tú manera de actuar es la misma de la que tenías antes, lo único que ha cambiando ahora es que puedes percibir cosas con mayor claridad y tus sentidos están más desarrollados sin mencionar los nuevos poderes que posees ahora.

-Entonces debo solucionar lo que me agobia y así podré está más tranquilo – resumió el moreno.

-Así es... más o menos – le respondió Zech – si... lo que te molesta es mi presencia, puedo marcharme Wufei – le dijo con tristeza.

-Eso no cambiaría nada, tú lo has dicho, seguiré presintiéndote igual – le dijo dando un paso hacia el sillón donde estaba Zech sentado.

-Entonces, ¿qué quieres que haga? La única forma para que no sientas mi lazo es que yo muera... si es lo que deseas yo... te doy mi vida puedes matarme si es tu deseo, no me opondré.

-¿Y perder todo el esfuerzo que he hecho para salvarte? he pagado muy alto el precio por que sigas con vida. No me pidas que te mate, jamás podría hacerlo – le confesó acercándose más a él hasta quedar a su lado.

-Entonces Wufei... que quieres que haga... yo no sé...

-Shhhhhhhhh, no digas nadas – le interrumpió poniendo un dedo sobre sus labios – yo me he comportado como un crío, no te di la oportunidad de explicarte y te dije cosas horribles que realmente no sentía. Zech yo... quiero que me perdones.

-Yo no tengo nada que perdonarte Wufei, sino al contrario, daría mi vida por que no pasaras por todo esto, te amo con toda mi alma y la sola idea de pensar que te iba a perder me volvió loco, no podía permitir que e arrebatasen a la persona que amo, no lo hubiera soportado.

-Lo sé Zech – le respondió abrazándose a él – duerme conmigo por favor, no quiero estar solo, te necesito a mi lado, yo... yo... a pesar de todo... te amo, siempre lo he hecho – le confesó al final.

-Oh Wufei – le dijo abrazándolo contra su pecho desnudo – no sabes cuanto he deseado oír esas palabras. Te amo, te amo, te amo – le repetía mientras le besaba con ternura.

-Jeje y yo a ti baka, anda vallamos a la cama, este sofá debe de ser muy incómodo y debemos descansar para lo que avecina.

-Entonces, ¿me perdonas? – le preguntó Zech esperanzado.

-Si mi hermana ha sido capaz de perdonarme a mí y a ti por lo sucedido como quieres que no te perdone – le dijo pasando los brazos por su cuello para atraerlo hacia él y besarlo con pasión – eres lo único que me importa, además Duo me contó que hay posibilidad de romper la maldición y volver los dos a ser normales – le comentó abrazado a él.

-Sí así eso pero no va ser fácil, Lord Odin hará todo lo posible para evitarlo.

-Puede que tengas razón pero no nos dejaremos amedrentar por eso, lucharemos hasta el final y si nuestro destino es permanecer como estamos, pues bien, lo aceptaré si tú estás a mi lado y no me dejas nunca.

-De eso no te quepa la menor duda, ya he desafiado a la muerte por ti, no me importaría hacerlo con cualquier otro que intentara separarnos.

-Gracias por decir eso, ahora vamos a la cama – le digo arrastrando con suavidad a su amante hasta el lecho que compartirían esa noche – te amo Zech – le dijo sentándose en la cama e invitando a Zech que lo hiciera junto a él.

-Y yo a ti Wufei... y yo a ti – le susurró arrastrando el cuerpo del moreno para quedar ambos tumbados - ¿se enfadó mucho tú hermana al contárselo?.

-La verdad es que al principio se disgustó mucho, te hubiera matado si llegas ha estar allí pero al explicarle el motivo que te llevo a hacerlo y al confesarle que te amaba, no le quedó otra que aceptarlo, al fin de cuentas es mi hermana y me quiere.

-Tienes suerte de contar con ella mi amor – le dijo besando el cuello firme de Wufei.

-Pues ahora tu también disfrutarás de esa suerte, mi hermana ya te a adoptado como su cuñado, jeje, por cierto me pidió que te diera una cosa de su parte.

-¿Sí? ¿de que se trata? – preguntó curioso.

-De esto – le dijo sujetando el rostro del rubio para besarlo con toda la pasión que pudo imprimir en ese beso, cuando la falta de aire fue imperiosa se separaron jadeantes.

-Por todos los diablos, eso me lo manda tu hermana – dijo aturdido.

-Bueno más o menos pero ese beso es de mi cosecho, jeje además me dijo que le gustaba tu culo, creo que también en cierta forma le gustastes a mi hermana.

-Valla, creo que voy a tener cuidado con los hermanos Chang, jajaja – se rió abrazándole.

-Pues aún tengo otro hermano, Tama, ¿te acuerdas de él?.

-Mmmm creo que si, no será ese joven tan atractivo que salvé en el bosque y que se tubo que quedar para enterrar a tus guerreros. Aayyyy – se quejó al recibir un golpe en las costillas por parte de Wufei que fruncía el ceño.

-Joven atractivo, así que mi hermano te parece atractivo – dijo celos.

-Tranquilo, tranquilo mi amor era una broma, yo solo tengo ojos para ti, jaja, no sabía que eras tan celoso, mira que tener celos de tu propio hermano.

-Baka... no te rías, y no estoy celoso, lo que pasa es que si miras a alguien más seguro que encontrarás a alguien mejor que yo – le explico mostrándose su temor.

-Eso jamás sucederá, ya te dije que solo tengo ojos para ti aunque conociera al hombre o mujer más bello del planeta o me haría dudar por lo que siento por ti, te amo y lo haré hasta el día de mi muerte. Además no me gusta ver que el poderoso guerrero Chang del que estoy sumamente enamorado se muestre indeciso e inseguro. Jamás dudes de mi amor Wufei, jamás.

-Lo siento Zech, pero es que nunca me había sentido así por alguien, pero no volveré a dudar más de tu amor. Bésame – le pidió melosamente.

-Como mi amado desee – le respondió metiéndose en la cama junto a Wufei para taparse con las suaves sábanas y besarse con amor.

Las caricias y besos ardientes no se hicieron esperar, ambos ansiaba disfrutar el poder estar juntos sin presiones ni temores, la primera vez que estuvieron juntos, todo sucedió demasiado rápido y no pudieron disfrutar del momento. Pero ahora las cosas eran muy diferentes, aunque tenían que descansar, preferían tomarse algo de tiempo para ellos. Se amarían con tiempo y dedicación el uno al otro. Haciéndole entender al otro lo mucho que se quería y se amaban. Pronto las simples caricias no les fueron suficientes, la poca ropa que llevaban les molestaba demasiado por lo que optaron a desprenderse de ellas quedando ambos desnudos, uno junto al otro, reiniciando las caricias pero con más intensidad y osadía. Sus cuerpos pedían más y poco a poco se fueron entregando al placer.

-Oooohhhhhhhh Wufeiiiiiiiii, te deseooooooooo – jadeó Zech al sentir la lengua traviesa de Wufei sobre su pezón izquierdo.

-Mmmmmmmm, siiiiiii yo también – le afirmó completamente excitado por las caricias íntimas que Zech le proporcionaba por todo el cuerpo.

-No permitas que vuelva a perder el control, por favor – le pidió jadeante Zech.

-No... no te preocupes... eso no volverá a suceder mmmmmmmmm. Zech hazme el amor, te necesito – le pidió Wufei con deseo sentándose sobre su cadera.

-Aaaaaaaaahhhhhh si Wufei no pares – le suplicó al sentir como sus miembros endurecidos se rozaban – mmmmmmmmmm siiiiiiiiiiiiiiiii

Continuará...

Agradecimientos:

Primero de todo, quiero pedir disculpas a todos los que me mandasteis reviews en el capítulo anterior y no os lo agradecí cono debiera, resulta que me di cuenta cuando ya lo había subido a , por eso aprovecho para hacerlo en esta actualización, disculpar mi despiste.

Maria Wong: Gracias por escribirme, siempre me alegra ver que gente nueva me manda algún review aunque sea una línea, Te gusto Instintos? Pues no sabes lo que me alegro, ya que fue el primer fic que he escrito y le tengo un cariño especial. Y bueno, te digo que me halagas con tus palabras, jeje, creo que exageras un poco, pero muchas gracias, espero que los siguientes capítulos te digan gustando, un saludo y hasta pronto.

Perla Almogabar: Gracias por tu extenso comentario, da gusto que la gente se extienda en sus explicaciones, ya sea para alabarme o para crucificarme, jeje, en serio te lo agradezco mucho Perla, tus suposiciones no han sido del todo acertadas pero lo podrían ser, se que lo paso mal Wufei, pero tendrá su recompensa así como Zech. El papel de Heero en esta pareja es superficial ya que el protagonismo de él se verá más adelante, a partir de ahora el fic se centrará casi por completo en la maldición, como se originó y como deberán romperla. Espero que te guste. Saludos

Phaedra: Jeje te gustó el lemon de Wufy eh? pues tranquila yo también me apunto al club de hentais, jejeje. Como te habrás dado cuenta habrá un segundo asalto para la parejita en cuestión pero tendréis que esperar, jeje. Lo deje a mitad, jua jua jua, es que sino me saldría muy largo en capítulo y tenía que crear expectación. Gracias por tus palabras, nos leemos.

Dayamara: Gracias, gracias no se merecen, espero que la actualización haya sido se tu agrado, a partir de ahora las cosas irán un poco más rápidas, creo que lo estoy alargando demasiado, jeje y eso que lo intenté hacer más corto que mi fic de Instintos,, pero que le vamos hacer. Un saludo y gracias por escribirme.

Bueno creo que he respondido a todos, también aprovecho a saludar a la gente que pertenece a los mismos grupos Yahoo que yo, con ellos suelo dirigirme a su correo personal o del grupo. Muchos gracias a todos por molestarse en escribirme, eso me llana el alma y el corazón. Arigato, Chipita.