Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.

Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.

Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el anterior que el anterior.

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Yo te protegeré

Cap. 17

-¿En que situación estamos? – preguntó Heero a Zech y a Hilde que estaban al cargo de la defensa, al salir al exterior del Castillo Yuy.

-Por ahora no es muy grave, El Conde Dark no se ha movido solo se a dejado ver, el grupo del Clan Chang se ha desplazado junto con unos de los nuestros para ver si se divide para ir tras ellos pero por ahora no se han movido del bosque.

-Querrán forzarnos a ir tras ello – comentó Heero – pero no lo haremos, en el bosque somos más débiles. Hilde, ¿conseguistes ayuda de alguno de nuestros aliados? – le preguntó a la vampiresa.

-Sí gran parte de ellos están ya en sus puestos, el resto no vendrán hasta mañana, no esperábamos un ataque tan rápido – explicó Hilde algo preocupada.

-Entonces nos tendremos que apañar con nosotros mismos.

-Noin, ¿ha habido bajas durante mi ausencia? – le preguntó preocupado por su gente.

-En el primer ataque que hemos sufrido ha habido ocho bajas uno de ellos a sido del Clan Chang, nos pilló de impresito, fue un ataque tentativo, en el segundo ataque no tuvimos bajas, solo algún herido leve – le explicó la vampiresa.

-¿Cuál es la situación ahora? – preguntó Heero a los que estaba reunidos a las puestas del Castillo, mientras vigilaban los movimientos del enemigo.

-Por ahora han cesado las hostilidades – habló Wufei, el que se notaba que ya había entrado en acción, debido a varios rasguños en su ropa y un pequeño corte en su mejilla que se estaba cicatrizando lentamente – Tenemos localizados tres focos enemigos, uno en la cara Este, junto enfrente de la puerta del Castillo, otro en el Norte, cerca del bosque de robles y otro en el Sur, donde mi gente se ha dirigido hacia allí para intentar hacerles que se dividan.

-Haz que vuelvan de inmediato – ordenó Heero a Wufei.

-¿Porque? – preguntó desconcertado Wufei - ¿ese no era el plan que trazamos?.

-Sí pero no contábamos con la aparición del Conde Dark. Ese plan no funcionará con él, es un buen estratega y seguro que se dará cuenta de lo que tratamos. Luego hay algo que me extraña.

-¿De que se trata Heero? – preguntó Quatre a su primo.

-El que nos hayan dejado detectar sus tres flancos de ataque y no hayan vuelto ha atacar. Están tramando algo pero aún no sé el que – les dijo a los presentes Heero. ¿Hilde, la posición de nuestros hombres? – le preguntó.

-Están divididos en los tres flancos que detectamos, Aoi, está al cargo del sector de la ala Norte, Kuroda está al cargo del sector Sur y Noin y yo nos ocupamos de la puerta principal.

-Bien haremos lo siguiente, Wufei ve y haz que tú gente regrese de inmediato, Zech te encargarás junto con Aoi del sector Norte; Quatre, tú y Hilde junto con Kuroda del Sur; y Noin y yo de la puerta principal. En cuanto regrese Wufei me avisas y desplegaremos a tu gente, ¿entendido? – dijo Heero con autoridad.

-¡Entendido! – exclamaron todos antes de repartirse como habían acordado.

La noche estaba inquietamente silenciosa cosa que ponía nerviosos a los integrantes y aliados del Clan Yuy. Heero pudo percibir movimientos en los tres sectores donde la gente de Odin estaba apostada, estaban haciendo algo, podía oír sus movimientos entre la espesura del bosque pero no podía descifrar lo que estaban haciendo. Habían pasado unos quince minutos en donde ninguno de los bandos tomó la iniciativa en un nuevo ataque y eso desconcertaba a Heero, los nervios comenzaron a extenderse por todo el Castillo Yuy, lo más seguro que El Conde Dark, estaba consiguiendo sus propósitos, desconcertar y poner nervioso al enemigo, esa era una de las técnicas que más utilizaba Dark.

-Noin, ¿hay noticias de Wufei? – le preguntó a la vampiresa que era el nexo de unión entre los sectores que defendían los demás.

-Por ahora no, Heero y eso es muy extraño – le dijo preocupada por la pareja de Zech – Zech debe de estar muy intranquilo, si no averiguamos algo me temo que querrá salir en su búsqueda.

-Kuso, esto no me gusta – exclamó Heero – esperemos cinco minutos más si no regresa saldré en su búsqueda – le informó Heero.

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En el bando contrario, refugiados entre la arboleda que estaba junto enfrente a las puertas del Castillo Yuy, Odin y los suyos planeaban el siguiente movimiento.

-¿Cuándo vamos a atacar definitivamente? – preguntó ansioso Touya a Odin.

-Aún no es el momento comentó Dark que lo miraba con burla – tú impaciencia cavará tú tumba, jeje – se rió el Conde viendo como el brazo derecho de Odin reaccionaba con sus provocaciones.

-Porque no te mueres de una vez y nos haces ese favor – dijo molesto – me estas tocando demasiado las narices y mi paciencia no es mucha, te lo advierto.

-Encima que lo digo para que tengas cuidado, eres un desagradecido. Me tendría que haber callado, así te matarían y yo tendría el camino libre para quedarme con tú bomboncito.

-¡Mira Dark! – le dijo respondiendo a su provocación, acercándose ferozmente a él para sujetarle del cuello – ya estoy harto de ti. No le pondrás un dedo encima ¡me oyes!, él es mío y no permitiré que esté con nadie más, ha sido así durante mucho tiempo y seguirá así.

-¡Ya es suficiente! – gritó molesto Odin por el comportamiento de los dos – este no es el momento para comportarse como unos críos, estamos en medio de una batalla, si queréis mataros hacerlo después de que hallamos acabado con esto primero – les dijo molesto a los dos.

-No es mi culpa que tú hombre de confianza tenga el cerebro seco – dijo igualmente molesto Dark – yo que tú Odin lo mantendría alejado del campo de batalla, seguramente nos estropee el plan y todos los esfuerzos que hemos hecho serán en vano. Esto solo sabe pensar con lo que tiene entre las piernas – dijo sonriendo – al menos la única neurona que te queda con vida trabajo y obligo a dejar a tú amante, por ahora, en el Castillo y no tendrá que ver lo deprimente que es su amorcito, jeje.

-Hijo de perra, ya me tienes hasta los mismísimos cojo...

-¡Se acabó! – gritó furioso Odin – Touya ve al frente del Norte, a mi señal darás el ataque según hemos planeado – ordenó sin dejar a réplica posible – Dark, ¿el efecto sorpresa está listo? – le preguntó a su aliado una vez perdida la paciencia.

-Sí, me acaban de informar que mis hombres los traen hacia aquí. En cuanto los traigan podremos iniciar el contacto – le informó con una sonrisa al ver como Touya se iba murmurando improperios a su persona, pero sin poder hacer nada más que obedecer.

-Perfecto, en cuanto estén aquí será nuestro el momento de jugar nuestras cartas, ¿están todos en sus puestos? – preguntó a uno de sus hombres que estaba allí.

-Sí, mi Lord, a la espera de su orden - le respondió.

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Antes de que concluyeran el plazo previsto de Heero, Wufei apareció bastante exaltado y nervioso.

-¡No están! ¡No los encuentro por ninguna parte! – exclamó nervioso Wufei – es imposible que hayan podido desaparecer, les han tenido que suceder algo Heero.

-Tranquilízate Wufei, ¿de quien estás hablando? – le preguntó sorprendido al verlo tan agitado.

-A mi gente y a los hombres de tú Clan que les acompañaron – le respondió intranquilo.

-Mierda, esto a tenido que ser obra de Dark, hay que ir ha avisar a Quatre... ¡Un momento... se mueven! – gritó Heero al percibir que tanto los hombres de Odin como los de Dark se habían puesto en movimiento seguramente para un nuevo ataque - ¡Que todos estén en alerta!. Noin ordena a los hombres que entren al Castillo - ¡Cerrad las puertas! Si permanecemos en el interior tendremos más posibilidades que si combatimos en campo abierto.

-¡Sí Heero-sama! – gritaron varios vampiros que estaban por allí.

Numerosos ruidos y movimientos avisaron que de entre el bosque un grupo de personas se acercaban a la entrada principal del Castillo. De entre la oscuridad la figura de Odin, El Conde Dark junto con dos vampiros más del Clan Oz se acercaban lentamente guiando a tres hombres encapuchados. Al llegar a una distancia prudente donde iniciarían el contacto se detuvieron, dándoles a entender la intención de dialogar.

-¡Heero! ¡Heero Yuy! – gritó Odin para llamar la atención del heredero del Clan Yuy – sal a dar la cara, tengo una proposición que hacerte. No seas cobarde y da la cara.

-No salgas Heero – le comentó Noin – puede ser una trampa – le dijo estando dentro de las murallas del Castillo.

-Lo sé pero hay que averiguar lo que pretende – le respondió Heero convencido de sí mismo- ¿cuántos se han acercado y a que distancia están? – preguntó a Noin que miraba por una mirilla oculta para ver hacia el exterior.

-A unos doscientos metros, siete en total; Odin, ese Conde Dark, dos vampiros del Clan Oz y tres hombres encapuchados.

-Venga Heero – volvió a gritar Odin desde el exterior – si lo que te preocupa es que te ataquemos, estate tranquilo, sabes que lo podríamos haber hecho y no lo hicimos, solo quiero hablar un momento, con el trato que te propongo saldremos los dos beneficiados.

-Voy a salir – le avisó a Noin - Odin tiene razón podrían haber atacado si se lo hubieran propuesto Noin. Te dejo al mando, si sucediera algo ya sabes lo que hacer...

-De eso nada – le dijo la vampiresa – voy contigo. Sano, te dejo al mando, manda a un hombre para que informe a Quatre y a Zech de la situación – le ordenó a uno de sus hombres.

-Yo voy con vosotros – comentó Wufei dando un paso hacia ellos.

-Deberías quedarte aquí – le comento Noin – puede ser peligroso y a Zech no le gustaría que te ocurriera nada malo.

-Sé cuidarme solo, a demás Zech confía en mi y le di mi palabra de que os ayudaría, además si algo se tuerce seremos más para salir del paso – le dijo a Noin guiñándole un ojo con una sonrisa de confianza.

-Como quieras, solo vigilas tus espaldas – le comentó Heero – venga empecemos cuanto antes, esto está durando ya demasiado.

Tras unos segundos las enormes puertas de la muralla del Castillo Yuy se abrieron lentamente dejando salir a Heero, Noin y a Wufei. Caminaron unos cincuenta metros para salir al encuentro de Odin y los demás, al acercarse se dieron cuenta que las personas que no habían podido identificar por estar encapuchadas estaban además atadas de manos.

-Valla, valla – dijo con cierta burla Odin – veo que al final te decidiste por el bando contrario, ¿no Heero? – le dijo Odin sin demostrar su molestia por la traición – y yo que te ofrecí mi hospitalidad y resulta que me estuviste engañando todo este tiempo, valla decepción amigo.

-Lo primero yo no soy tú amigo y lo segundo no te incumbe el bando del cual esté, tú y tú gente me enferma, puede que los humanos no sea del todo de mi devoción, pero alguien me enseñó que se puede aprender más de ellos de lo que tú crees. Aunque te lo explicara mil veces, alguien como tú no lo llegaría a entender jamás. Y ahora que ya hemos hablado suficiente dime que quieres y así acabaremos con esto o lo quieres solucionar con un enfrentamiento directo pasando de la diplomacia. – le retó Heero a Odin sin miramientos.

-Como siempre directo, eso me gusta. Tranquilo voy a ir al grano, no te creas que a mí tampoco me gusta perder mi tiempo aquí y entre adoradores de ganados. Quiero que escuches mi propuesta para solucionar este problema de una vez por todas – le comentó Odin.

-¿Y quien te ha dicho que quiero hacer un trato contigo? No confío en ti y menos en tú palabra

-Jeje, me lo imaginaba pero me he toado la libertad de ponerte en una situación que no te deja otra opción que escuchar como mínimo mi oferta, jeje – se rió orgulloso Odin.

-Heero creo que deberías oír a Odin – intervino Dark con una sonrisa grotesca – a no ser que quieras tener sobre tu conciencia la muerte de gente inocente.

-¿A que te refieres? – preguntó Wufei al no comprender lo que quería decir.

-¿No habéis notado que os falta nada, jeje? – preguntó Odin dando un chasquido de dedos para dar la señal a los vampiros que llevaba con él para que trajeran a los encapuchados – lo que habéis perdido no sería por casualidad a estos... – dijo acercándose a los encapuchados para retirarles las capuchas para que pudieran ver los rostros de los prisioneros.

-¡Subaru, Shun, Len! – gritó Wufei al reconocer a los miembros de su Chang.

-¡Wufei-san! – gritó uno de ellos al ver al hijo del jefe de su Clan.

-Malditos – gruñó Heero al comprobar que efectivamente la gente de Chang había caído de nuevo en las manos de Odin - ¿qué es lo que quieres? – le preguntó con acidez a Odin.

-Veo que me entiende, jeje, eso me gusta. Lo que quiero es muy simple, sí aceptas, nos retiramos y no os molestaremos más, vosotros haréis vuestra aburrida vida aquí en Gundam y nosotros viviremos la nuestra en tierras de Oz, y todos tan tranquilos – explicó Odin sin perder su hipócrita sonrisa de satisfacción.

-¡Que es lo que quieres! – gritó exaltado Heero – mi paciencia se acaba, o lo dices de una vez o te enfrentas a mí en un combate, pero no me hagas perder más el tiempo.

-Tranquilo, tranquilo, Heero. Mi propuesta es la siguiente, tú me entregas al Elegido y te devuelvo sanos y a salvo a la gente de Chang y a tus secuaces, creo que es un trato justo. ¿Ves como es sencillo? Así los dos salen ganando, estoy seguro que podrás encontrar otro amante que te satisfaga, de esta manera salvarás a la gente de Chang y tu propia gente, evitando que nos enfrentemos tú Clan contra el mío – le explicó Odin.

-Es un cambio más que aceptable, la vida del chico Elegido por las vidas de los tuyos y la gente Chang, no creo que sea tan mal trato, ¿que nos dices? – le preguntó sin perder la sonrisa el Conde Dark.

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En el Castillo Yuy, dentro de la habitación secreta.

Desde allí dentro no se podía escuchar nada, todo era absolutamente silencioso. La luz de las antorchas alumbraba la habitación. Nada más entrar los tres jóvenes permanecieron quietos, observando lo que la habitación contenía, la gran cama, el pequeño escritorio, el atril donde supuestamente estaría el libro y por último el gran cuadro de Heeroshi y Duo.

-Es increíble el parecido físico – comentó Nataku rompiendo el molesto silencio.

-Es verdad – dijo Duo acercándose al cuadro – hasta ahora no había visto ningún retrato de mi antepasado, me había imaginado que tendríamos algún parecido pero... ¿tanto?, si no lo veo no me lo creo. ¿has visto Trowa? – le preguntó a su amigo que desde que se separó de su amante se había sumergido en un mutismo no muy normal en él - ¿Trowa estás bien? – preguntó preocupado por su ex amante.

-No Duo... no estoy bien – le dijo en la mirada puesta en el suelo.

-Oh Trowa – dijo Duo acercándose a su amigo para abrazarlo para tranquilizarlo un poco – no te angusties, ven acuéstate un poco en esta cama – le dijo arrastrando a un apático Trowa hasta ella que sin resistirse se dejó acostar por su amigo preocupado.

-Trowa, ¿necesitas algo? – preguntó Nataku al chico de ojos verdes.

-No... pero gracias Nataku. Lo que necesito está ahí fuera exponiendo su vida sin que pueda evitarlo.

-No digas eso Trowa – le dijo Duo sentándose sobre la cama cerca de él para arrullarlo como si se tratase de un niño desvalido – Quatre lo está haciendo por tú bien y por vuestro futuro, al igual que lo está haciendo Heero, Zech y Wufei.

-Pero que futuro me espero si le pierdo, Duo – le dijo rompiendo a llorar – solo le tengo a él. Que voy hacer sin él – dijo desesperadamente.

-Sssshhhh Trowa, no lo vas a perder, te lo aseguro – le respondió Duo tratando de calmarlo.

-Trowa, Quatre-sama es fuerte, no se dejará vencer tan fácilmente – le comentó Nataku.

-Pues... snif snif, díselo eso a mi corazón. Tengo este presentimiento desde hace días, sé que no lo volveré a ver más y el estar aquí encerrado a la espera que me den la noticia me está matando lentamente. Por Kamisama ¡es que no os dais cuenta! – gritó desesperado sentándose de golpe sobre la cama separándose del abrazo de Duo – Duo tienes que dejarme salir, tengo que estar a su lado, por favor, déjame ir con él – le suplicó Trowa con lágrimas cayéndole por el rostro afligido.

-No puedo hacer eso Trowa, es peligroso, a demás tú... – comentó Duo pero se calló enseguida al percatarse de lo que iba a decir – prometimos quedarnos aquí, es lo más seguro.

-¡Me da igual que sea peligroso, no quiero esperar a que me digan que Quatre a muerto, me oyes! – le gritó descontrolado – tengo que ayudarle, tengo que estar a su lado, ¿qué harías en mi lugar Duo? ¿no preferirías estar con Heero aunque fuera por poco tiempo?.

-No me hagas esto Trowa, no es gusto – le dijo Duo con un nudo en la garganta – dijimos que nos quedaríamos aquí, a demás no estas en condiciones – dijo con falsa seguridad en sus palabras.

-Eso no me importa, quiero salir de aquí – le exigió Trowa a su trenzado.

-No lo entiendes Trowa – le dijo molesto – tu salud es delicada y si te pasase algo a ti o al... – se calló de repente.

-¿A mí o a quien? – preguntó desconcertado Trowa - ¿a qué te refieres?¿qué me estás ocultado? – le preguntó a su ex pareja.

-Errr... yo nada – dijo nerviosamente – "maldición Heero me va a matar" – pensó para sí mismo Duo al ver la preocupación de su amigo.

-¿Duo sucede algo? – preguntó Nataku.

-Duo, dime que sucede, sé que ocultas algo, sabes que no sabes mentir – le dijo Trowa todo lo seriamente que podía mientras continuaba su llanto.

-Yo... no oculto nada, es solo que estás delicado y no me gustaría que te ocurriera nada malo – intentó explicar lo más convincentemente posible aunque con poco resultado.

-Dímelo, necesito saberlo, snif snif Duo – le pidió Trowa.

-Yo... no puedo Trowa, yo no te lo puedo decir, lo siento – le confesó al fin agachando la cabeza con culpabilidad.

-¿Tan malo es? – preguntó Trowa en apenas un susurró intentando cesar su llanto.

-¡¡¡Noooo!!! Claro que no, al contrario es algo bueno... lo que pasa que yo no soy el adecuado para decírtelo, es solo eso. Pero no te preocupes, pronto lo sabrás, ya verás que en cuanto aparezca Quatre el te lo explicará y os reiréis de esto, jeje – intentó sacar hierro al asunto.

-De acuerdo no te insistiré más, pero me duele que me ocultes algo que parece importante, pensé que éramos amigo – le comentó más tranquilo volviéndose a tumbar en la cama.

-Trowa yo... lo siento – se disculpó Duo dolido por lo que le había dicho.

-No seas tan duro Trowa con Duo – comentó Nataku – él tendrá sus motivos para no hacerlo.

-Puede – respondió secamente dándoles la espalda para tratar de dormir un poco.

-Tranquilo Duo – le dijo Nataku al ver lo afectado que estaba Duo por las palabras de su amigo – ya se le pasará. Ya que estamos aquí encerrados será mejor que nos centremos en algo productivo – dijo la chica – Heero-sama te pidió que siguieras averiguando lo que sucedió con vuestros antepasados. ¿Por qué no continuas leyendo? A lo mejor entre los tres podemos dar con la solución – comentó la chica Chang.

-Tienes razón Nataku-chan – le respondió Duo – creo que es lo más productivo que podemos hacer por ahora.

-Pues bien, comienza a leer por donde lo dejastes la última ve – le pidió la hermana de Wufei.

Una hora después como les había dicho a los ancianos, regresé con los

objetos que me habían pedido para poder realizar por fin el Ritual para

el inicio de mi nueva vida. Aquellos objetos tenían un significado especial

y encerraban todos ese sentimientos que me habían explicado los ancianos

ya que fueron de alguna manera, protagonistas secundarios del día más

horrible de mi vida. Entre mis manos tenía el cuchillo que le provocó que

la vida de mi amado se fuera diluyendo poco a poco y la copa que utilizó

el maldito sacerdote para recoger el líquido vital de mi Duo. Al explicarles

la procedencia de dichos objetos, dieron el visto bueno y es prepararon para

iniciar el Ritual.

Para no alagar más de lo necesario la descripción del Ritual que llevé a cabo

te diré que, con la ayuda de los ancianos, subimos al viejo Virrey a la cruz

invertida dejándolo crucificado con los pies en alto, mientras el pobre

infeliz gritaba pidiendo clemencia, clemencia que no llegó como le ocurrió a

mi adorado ángel. Todo ello fue ejecutado bajo oraciones Luciferinas

bajo el gran altar. La cueva estaba lleva de velas y cirios encendidos, los

ancianos seguían con sus rezos a Lucifer mientras yo me preparaba con

para el Ritual. Me desnudé de pies a cabezas, me apliqué un aceite

compuesto de aceites mezclados con sangre de cabrito, después de

embadurnarme todo el cuerpo me vestí solamente con una túnica larga

negra de anchas mancas, cuello de provinente v y una carga capucha que

me la puse ocultando gran parte de mi rostro.

El momento de la verdad había llegado. Este ritual lo iba a disfrutar más

de lo que hubiera pensado jamás.

Uno de los ancianos se situó enfrente del altar con el libro de ocultismos,

los otros dos se colocaron uno a cada lado mío tras el altar mirando la cruz

invertida donde el Virrey lloraba aterrado. Yo me acerqué con la copa que

utilizó el sacerdote, aquella vez, en la mano izquierda y con el puñal en la

derecha. El anciano encargado de recital los versos transmitidos por el

mismísimo Lucifer, empezó a conjurar el poder de la magia negra para

atraer a Dios de la muerte, al ángel caído. Sabía lo que tenía que hacer

así que sin dudar ni un segundo más lo hice. Coloqué la copa en el suelo,

bajo la cabeza del Virrey, para poder tomar con dos manos el puñal, de

mi boca salieron los primeros versos del Ritual, que había memorizado con

anterioridad, antes de terminal con los versos, mis manos se movieron hasta

enterrar el puñal en abultado vientre del Virrey, que se encontraba a la altura

de mi rostro, éste gritó de dolor, las primeras gotas de su sangre fueron

bajando de la herida hacia abajo, pasando por su pecho hacia la cabeza y

de esta caía al suelo, más concretamente en la copa. No satisfecho con el

hecho de darle una muerte dulce, mis manos dirigieron el puñal que aún

permanecía enterrado el su vientre hasta el pecho abriéndolo en canal como

si se tratase de un cerdo. No recuerdo cuanto duró la agonía del vejestorio

hasta que cayó desmayado, sé que lo que hice fue algo brutal y enfermizo

pero estaba furioso, mi odio hacia ese hombre me cegaba, el ansia de

venganza me dominaba. El Ritual continuó, el anciano seguía recitando

los versos de ocultismo y de magia negra, poco a poco en la cueva se fue

concentrando una aura oscura, después de aquello los recuerdos que tengo

son muy borrosos, recuerdo que mi mente comenzó a hacerme revivir la

muerte de Duo, tenía una sensación extraña, sentí como algo o alguien

invadía mi cuerpo, guiándome a través de mi cuerpo, el Ritual Lo siguiente

que recuerdo es que sostuve la copa llana de sangre del Virrey en mis manos

y tras recitar unos conjuros más, bebí de ella, al principio su sabor me

disgustó pero conforme iba bebiendo, ese sabor se me fue transformando

en el elixir más sabroso que había probado nunca. En el momento de beber

la última gota de aquella copa, algo dentro de mi eclosionó, supe en ese

mismo momento que algo había cambiado en mi, una sensación de placer

mezclado con euforia me recorrió todo el cuerpo a la vez que una sed

sedienta me embargo, aquella vez fue la primera vez que sentí la sed

de sangre. Los ancianos complacidos por el éxito del Ritual me felicitaron

y me explicaron que debía saciar esa sed de sangre que tenía, sino podría

ser peligroso para mi. Ya que la víctima para el sacrificio aún estaba con

vida, los ancianos me pidieron que me alimentara de él, era mi ofrenda y

premio por acceder a mi nueva vida y así lo hice. Antes que el débil

corazón del Virrey dejara de latir, me acerqué a él sujetándole del cuello

y de un tirón lo arranqué de la cruz tirándolo al suelo donde rápidamente

se formó un charco de sangre, sin perder más tiempo, me agaché para

levantarle del cuello para posteriormente enterrar mis nuevos colmillos en

él hasta darle la espera muerte.

-Guauuuuu, entonces fue así como se transformó en vampiro – exclamó sorprendido Duo, haciendo una pausa en la lectura..

-Con lo que has leído hasta ahora debería ser suficiente para encontrar la manera de invertir el proceso – comentó Nataku. Tenemos que analizarlo por pasos, lo primero que sabemos es que la noche que se realizó el ritual fue la noche del Bloody Night.

-No es no es cierto – comentó Trowa manteniendo la misma posición dándoles la espalda, él había estado despierto durante todo ese tiempo Según nos explicó Duo antes, Heeroshi adelantó una noche el Ritual, ya que no quiso esperar más, por eso los ancianos accedieron a cambiar la fecha si Heeroshi encontraba los objetos adecuados que faltaban. – les recordó sentándose en la cama apoyándose en los grandes almohadones.

-Trowa, tiene razón, esta parte la leí con Heero hace unas horas – corroboró Duo.

-Entonces eso significa que... – dijo Nataku – que la fecha exacta para romper la maldición no es dentro de dos días, sino mañana.

-¡Por Kamisama! – exclamó Duo – esto se pone cada vez peor, tenemos que dar con la solución cuanto antes, solo nos queda este día, maldita sea, tenéis que ayudarme, yo... yo no soy bueno para estas cosas – dijo preocupado sin saber como descifrar todo eso.

-Tranquilízate Duo, de momento ya sabemos la fecha exacta – comentó Trowa ya más calmado, sabía que tenía que ayudar a su a migo o sino su deseo de tener la posibilidad de tener una vida normal se vería esfumada antes de tiempo - ¿qué elementos en el Ritual fueron importantes? – preguntó Trowa.

-El puñal y la copa que se utilizó tanto en la muerte del antepasado de Duo como en el Ritual – comentó Nataku.

-El sacrificio de alguien de donde se obtuvo la sangre que bebió Heeroshi – comentó también Duo un poco dudoso.

-Eso es - comentó Trowa – mi única duda, es si son de importancia el libro de versos Luciferanos que fueron recitados en aquella vez, supongo que eso Heero o Quatre lo sabrán. Ahora el siguiente punto que debemos averiguar es donde se encuentran esos objetos.

-Pero eso no lo menciona el libro – dijo preocupado Duo – tampoco está muy claro si tenemos que sacrificar a alguien. Yo... me niego a matar a nadie para obtener su sangre, eso es horrible – dijo angustiado Duo.

-A lo mejor no es necesario Duo – intervino Nataku, el libro decía que bebió de la copa y que en la última gota que fue bebida ahí fue cuando se convirtió en vampiro, según da entender solo es necesario una copa, Heeroshi bebió después de él porque ya era un vampiro, no para finalizar el Ritual. – le explicó la chica al trenzado para tranquilizarlo.

-Creo que Nataku tiene razón, solo será necesario una copa de sangre, si extraemos solo una capa a la persona no le ocurrirá nada malo, solo se sentirá algo débil pero nada más.

-Menos mal... me habéis quitado un peso de encima – suspiró aliviado Duo – entonces nos queda averiguar donde está ese puñal y esa copa, ¿no? – preguntó Duo.

-Así es - respondió Nataku - ¿sugerencias?.

Yo creo que debe de estar en esa cueva, ya que ni en el Castillo Oz y en este lo hemos encontrado, si estuvieran aquí Heeroshi los hubiera escondido junto que este libro – comentó Trowa – creo que deberíamos seguir leyendo el libro, a lo mejor el antepasado de Heero le dejó más pistas sobre el asunto.

-Sí tienes razón Trowa. ¿te encuentras a mejor? Estás algo pálido – preguntó Duo a su amigo.

-Sí tranquilo, no te preocupes. Será mejor que continúes leyendo – le pidió al trenzado.

Después de aquello no recuerdo nada más hasta dos días después, durante

ese tiempo mi cuerpo fue muriendo para renacer como el nuevo ángel

vengador, según me explicaron los ancianos, ellos se encargaron de hacer

desaparecer el cuerpo del Virrey por lo que nunca descubrieron lo que sucedió.

Mi nueva vida me hacía sentir bien, poderoso y con la sensación de que

podría conseguir lo que fuera, ya nada me podría impedir mis deseos. Las

siguientes semanas, los ancianos se dedicaron a explicarme mi nueva

situación y a poder controlar mis nuevos poderes, mi aprendizaje como la

vez anterior fue rápida, en una semana supe controlar mis poderes a si

como caza a mis presas con eficacia y discreción, en la siguiente mis

transformaciones. Tuve que hacer algunos cambios en mi Mansión, debida

a mi nueva condición, fue lenta y tediosa, me llevó casi un año en terminar

las obras, pero tuve paciencia, después de todo tenía una eternidad de

tiempo y cuanto más relajadas estuvieran mis víctimas para mi venganza

mejor sería para mí.

Con todo listo por fin, después de tanto tiempo, mi venganza iba a dar inicio.

El siguiente en la lista de víctimas fue el mismo sacerdote que participó en

la muerte de mi Duo, con él recuerdo que disfruté mucho, durante varios

día lo aceché, dejándome ver lo suficiente para que supiera que iba a por él,

le decía que el demonio había venido para reclamar ventaja, jeje, su cara de

pánico bien valía el tiempo que empleé en jugar al gato y al ratón con él,

hasta que una noche me cansé y fui a darle caza, sus rezos y plegarias no

le ayudaron de mucho, cayó en mi beso de muerte sabiendo quien era su

verdugo y el porque fue sentenciado. Una semana después los siguientes

en caer fueron los ayudantes del sacerdote, con ellos no me entretuve tanto,

solo los asusté un poco y luego les di caza, volví a esperar una semana más,

para apaciguar los rumores de las extrañas muertes que estaba sucediendo

en Gundam, pero de poco me importó, al pasar la semana los siguientes en

morir fueron los carceleros que me retuvieron a mí y a Duo, matando junto

a ellos a toda su familia, ya sin importarme si eran hombres, mujeres o niños.

Mi humanidad iba muriendo con cada nueva víctima, hasta volverme

insensible antes mis actos.

Una de esas noches en la que iba a salir de caza recuerdo que los ancianos

me explicaron que sería bueno que buscara algún compañero/a para tener

compañía y para que me ayudase en mi misión de sembrar la muerte entre

los mortales, al principio me rehusé, pero después lo pensé mejor y acepté a

tener a alguien de mi misma condición, eso sí jamás sería mi amante o pareja,

solo buscaba un compañero o camarada. La idea de formar una familia o

Clan me atraía. Durante unos meses fui buscando las personas que formarían

parte de mi nuevo Clan, El Clan Yuy.

Recuerdo que por entonces mis ansias de venganza decayeron un poco, me volqué

en buscar a los futuros miembros de mi Clan, ya que el plato fuerte de mi

venganza lo dejaría para el final. Mientras tanto no dejé de mandar ciertos

mensajes a mi víctima haciéndole saber que la hora de su muerte estaba muy

cerca. Si disfruté con la muerte del Virrey y del sacerdote, no me imaginaba

lo que iba a disfrutar con la muerte del incitador de todo, el mismísimo padre

de Duo, con él iba ha ser especial, y para eso necesitaba la ayuda de los

bautizados miembros del Clan Yuy.

Busqué a hombres y mujeres marginados que como yo eran repudiados por la

gente por diferentes motivos, siendo casi siempre injustamente, les prometí

placeres, poderes, riquezas y diversión a cambio de lealtad y obediencia. Para

serte sincero no me costó mucho dar con ellos, la mayoría de ellos compartían

mis mismos recelos contra la sociedad, su dolor era el mío y el mío el de ellos,

la sed de venganza alimentaba la mía y la mía a de ellos. En unos meses, mi

nueva familia ya estaba constituida por tres hombres y tres mujeres. He de

reconocer que fue muy agradable tenerlos a ellos, si soledad y agonía se hacía

menos dura durante el tiempo que estuvimos juntos.

Las noches de caza se volvían cada vez más interesante, en una misma noche

podíamos acabar con varias familias, la época de ocultarnos se había acabado,

se había declarado una guerra abierta contra los mortales, El terror se extendió

por todo territorio Gundam y por sus alrededores, para evitar una estampida

de nuestro ganado, que así lo llamábamos a los mortales con burla, decidimos

ir de caza por diferentes poblados y por temporadas, así las cosas se calmaban.

Mi sed de venganza me reclamó que faltaba y la que más culpa tenía en todo

lo que me había paso, como ya te he comentado mi querido descendiente, para

él le tenía reservado un espectáculo especial, digno de las circunstancias y

mis queridos hermanos me iban a prestar la ayuda que requería.

Gracias a la ayuda de los contactos que tenía el prospero Clan Yuy, mis

hermanos pudieron dar con el paradero de mi última víctima y su familia

de mi lista de venganza, el muy iluso ex gobernador de Gundam había huido

con su familia a tierras del Sur, pensando que así se salvaría de la oleada de

ataques de esos seres diabólicos que habían surgido en Gundam.

Una noche, mis hermanos me informaron que me habían obsequiado con un

regalo que debía de ir a recoger esa misma noche, ese obsequio fue el mejor

regalo que me pudieron ofrecer en aquel tiempo, habían conseguido obtener

la propiedad de la Casa del Bosque donde mi Duo y Yo fuimos tan felices y

donde después d tantos siglos al darme cuenta de mi gran error decidí dejarte

las pistas suficientes para enmendar mi error, ocultando el diario de mí

estimado Duo. La sorpresa no se trataba solo de la propiedad propiamente

dicha, mis hermanos y hermanas, me tenían preparada otra sorpresa que me

aguardaba en el salón circular de aquella gran Mansión. Ansioso como estaba

de volver a estar entre aquellas paredes, partimos hacia allí con rapidez. Como

ocurrió con la Mansión, ahora Castillo de mi familia, mis queridos hermanos

había acondicionado mi nueva propiedad para que la pudiese disfrutar con

la comodidad que necesitada un vampiro. Directamente me llevaron al salón

circular donde me esperaba mi segunda sorpresa, cuando abría las puertas mi

regocijo creció a niveles insospechados. Allí a mi merced se encontraban, los

padres y hermanas de Duo esperando recibir el castigo de su osadía al

arrebatarme a mi amado.

Nada más entrar, el padre de Duo me reconoció y tembló de pies a cabeza,

más de lo que era posible, sin prisa me acerqué a él y le informé que sus

horas estaban contadas. Lloró suplicó pero de nada le sirvió. Mis cuatro

víctimas estaban encadenadas al techo dejándoles de pie pero con cierta

movilidad y sin tener opción a escapar, justo delante de ellos mis hermanos

habían dispuestos varias sillas y un pequeño trono destinado para mí, para

que pudiera disfrutar del espectáculo. Me obligaron a sentarme, ya que yo

sería solo un simple espectador hasta que llegase la hora de darle el golpe de

gracia a esos indeseable. Cuando me senté varios de mis hermanos me

acompañaron mientras que dos de ellos fueron los encargados de dar el inicio

al espectáculo, primero empezarían con las hermanitas de Duo. Dark y Odin

se acercaron a la hermana mayor, que lloraba desconsoladamente, entre los la

desnudaron por completo mientras la manoseaban a su antojo, ella intentó

resistirse pero después de algunas bofetadas y golpes, las ganas de oponerse

se le acabaron. Odin se puso delante de ella y empezó con toqueteos más

atrevidos, con la ayuda de Dark, le separaron las piernas y sin previo aviso

Odin la violó sin ninguna misericordia. El resto de familia lloraba y suplicaba

que se detuvieran, pero fue inútil. Como Odin estaba muy entretenido Dark

se acercó a la otra hermana arrancándole el costoso vestido, para mi amigo

no necesitó ayuda, ya que él mismo consiguió el suficiente espacio para poder

disfrutar de ella a sus anchas. Las dos hermanas estaban siendo violadas

por sus captores que no paraba de reírse y de burlarse de ellas, como el

espectáculo fue caldeando a más de uno, dos de mis hermanas se levantaron

para jugar un ratito con las hermanitas junto con sus hermanos vampiros,

ellas se encargaron de manosearlas y de hacerles pequeños cortes que lamían

con ansia, los cortes fueron cada vez más seguidos y profundos, provocando

gritos de dolor mezclados con gemidos que intentaban ocultar no muy bien.

El clímax se acercaba rápidamente para mis hermanos hasta que no pudieron

posponerlos más llegando de manera inesperada, el ese mismo momento en

el punto álgido de sus eyaculaciones, ellos clavaron sus colmillos para beber

de ellas al igual que mis hermanas, antes de que dieran sus últimos alientos,

mis hermanos me ofrecieron que fuera yo el que les arrebatase la vida pero

decliné su oferta, no me apetecían en absoluto beber de esas niñas hipócritas,

en pocos minutos ambas cayeron muertas siendo su único punto de apoyo

las gruesas cadenas que sostenían al techo.

Dark y Odin junto con mis dos hermanas se sentaron para dar el relevo a

mis otros hermanos para que jugasen ahora con la Señora Maxwell.

Con ella fueron un poco más violentos, ya que se dedicaron a desfigurar

la cuidada cara de la ilustrísima Señora del Gobernador, la sangre se le

escurría de la cara hacia el pecho y de ahí a sus piernas, el padre de Duo

miraba horrorizado como agonizaba su esposa. Recuerdo que me reía, me

parecía gracioso que mostrase repulsión y asco por lo que le hacíamos a su

esposa, en cambió cuando vio a su propio hijo desangrarse y quemarse en

la hoguera ni se inmutó. Para la Señora Maxwell la muerte le llegó lenta,

dejando que se desangrase ya que ni siquiera su sangre era digna de ser

bebida por los nuestros.

Por fin llegó el turno de mi queridísimo suegro, antes de que hicieran nada

me acerqué a él, ordené que lo sujetasen para que no se moviera, antes de

nada quise desahogar mi furia con él y así lo hice, me dediqué a golpearle

por todo el cuerpo rompiéndole casi todos los huesos de su cuerpo pero sin

llegar a los puntos vitales, ya que con él me quería ensañar. Después de

dejarle sangrando, le arranqué toda la ropa, seguí golpeándolo por un rato

más. El pobre desgraciado ya no podía ni suplicar, por momentos se

desmayaba pero enseguida lo reanimaba, quería que estuviera consciente

de lo que le iba a suceder a continuación. Mi intención fue hacerlo yo

mismo, pero mi repulsión hacia ese ser me lo impidió por eso se lo pedí a

uno de mis hermanos. Dai fue el que se encargó de hacerlo por mí, se situó

a la espalda de débil hombre y de una sola estocada lo ensartó provocándole

un grito de puro dolor, mientras era sodomizado yo le sujetaba del pelo para

que me mirase, le insulté y dije que ahora era él el pecador y el ser adorador

del diablo por haberse convertido en la puta vulgar de un demonio. Para la

desgracia del padre de Duo la vejación le duró bastante ya que al finalizar

Dai, le relevó otros de mis hermanos hasta que los cuatros pasaron por él.

Manchado de sangre y semen lo descolgaron, cayendo al suelo debido a sus

huesos rotos. Iba a darle el golpe de gracia cuando una nueva idea me pasó

por la mente. Pedí que le curasen los huesos rotos y que lo llevaran a una

celda. Nos deshicimos de los cuerpos de las mujeres y de las pruebas que

pudiesen relacionar con los hechos, los siguientes meses los pasamos en

aquella Mansión, nuestras cacerías siguieron como antes igual que la ampliación

de nuestra familia, ahora ya no era yo el único que transformaba en vampiros

a los mortales elegidos, mis propios hermanos fueron creando sus propias familias,

eso si, el único requisito que había era que cada nuevo iniciado ya sea hombre

o mujer, debía de proba a la nueva putita del Clan, el padre de Duo. Los primeros

meses fue divertido ver como suplicaba que le dejásemos, que no lo vejaran de

esa manera pero conforme el tiempo pasaba, la muy putita fue cogiendo el

gusto a su nueva posición, ya no protestaba y parecía siempre muy solícita

a complacer cualquier cosa de mis hermanos, por lo que decidí que eso debía

de ponerse fin. A la siguiente noche ordené que lo ejecutaran, la manera no

me importaba, solo quería que desapareciera sin dejar rastro alguno de su

asquerosa existencia, mi venganza ya estaba concluida, por fin, parte de mi

alma atormentada descansaba. Solo quedaba una cosa, encontrar la forma

de recuperarte, de devolverte a la vida que nunca debiste dejar.

X X X X

-Maldito desgraciado – dijo Heero en voz baja pero lo suficiente audible - ¿me estás pidiendo que entregue a Duo para salvar a la gente de Chang?

-Eso es – respondió Odin con una sonrisa – y no solo la gente de Chang, tus propios hombres evitarían tener que combatir, piensa en las vidas que salvarías.

-¡No lo hagas Heero-san! – gritó uno de los hombres Chang capturados.

-Preferimos morir a que entregues a Duo-san. Él es la clave para que Wufei vuelva a la normalidad y no solo él. Auch! – se quejó al recibir un golpe en el estómago.

-Cierra la boca – le amenazó el vampiro que lo tenía sujeto.

-Heero tu no querrás... – habló indeciso Wufei - ¿vas a entregar a Duo? – le preguntó.

-Venga Heero, decídete ya no tengo toda la noche – le dijo molestó Odin.

-¿En serio pensabas que entregaría a Duo por muchas vidas que pudiera salvar? Eres un desgraciado. Lo siento por ellos – le dijo a Odin señalando a los Chang – pero para mi Duo no tiene valor, aunque tuviera que sacrificar hasta mi último hombre mantendría a Duo a mi lado así que lárgate, te doy dos minutos, y te aconsejo que dejes ir a mis hombres y a los Chang sino lo lamentarás. Ya me cansé de ti, si quieres a Duo tendrás que venir por él – le amenazó.

-Está bien, tú lo has querido – le respondió Odin al girarse para marcharse hizo una señal lo que provocó que los hombres capturados por Odin cayeran heridos de muerte por manos de vampiros Oz

Al ver ese acto Heero se lanzó al ataque, siendo seguido por Wufei y Noin, la voz de ataque rugió por los cuatro costados del Castillo Yuy, cada hombre apostado en su posición salió a combatir. Los primeros minutos fueron un caos total. En un principio Heero fue en busca de Odin pero le fue imposible ya que esté se había parapetado detrás de sus hombres, Heero luchaba con cualquiera que se ponía delante, no perdía el tiempo con enemigos de baja categoría.

-¡¡¡Odin, da la cara bastardo!!! – gritaba Heero a la vez que se iba deshaciendo de sus adversarios, que caían a sus pies sin cabeza o sin corazón volviéndose cenizas en segundos.

-¡Cuidado Heero a tú espalda! – avisó Wufei al Yuy que gracias a eso pudo esquivar una bola de energía que venía directo a él.

-¡Gracias! – le respondió lanzando una bola de energía azul que derribó a un vampiro Oz que iba a atacar por la espalda a Wufei.

-Jeje estamos empates – bromeó el moreno antes de ir en busca de más oponentes.

Por la cara Norte Zech, Aoi y los demás vampiros mantenían a raya a los hombres de Odin al igual que en la cara Sur donde Quatre y Hilde se vieron obligados a dividir a sus hombres para evitar que los continuos ataques de energías derribasen el alto muro del Castillo.

-¡Hilde que retiren a los heridos! hay que reforzar la defensa en la zona de los jardines – le gritó Quatre para que lo oyese entre tanto ruido.

-¡Quatre cuidado! – le gritó Hilde al ver como una descarga de energía estaba a punto de impactarle por la espalda.

-Arghhh – se quejó Quatre al recibir el impacto pero por suerte el tiro no fue de lleno.

-¿Estás bien? – le preguntó Hilde al rubio.

-Sí tranquila solo es un arañazo, Noin, encárgate de los heridos.

-Pero Quatre tú...

-Estoy bien Hilde, haz lo que te digo.

-Creo que deberías de hacer caso a tú amiguita y retirarte – se oyó la voz burlona de Touya que se había infiltrado por un hueco del muro.

-¡Touya! – dijo sorprendida Hilde.

-Hola preciosa, ¿me echabas de menos? – dijo con burla acercándose a ella.

-Aléjate de ella – le amenazó Quatre.

-Bueno, bueno, bueno ¿qué tenemos aquí? – le dijo Touya al rubio – es que también esta preciosidad también te pertenece, eres una acaparador.

-Déjate de tonterías Touya, si has venido a pelear, yo seré tu adversario – le informó al moreno de Oz.

-Como quieras, tú sabrás lo que haces, por cierto, ¿dónde has dejado a tú amorcito? Creo que cuando acabe contigo iré ha hacerle una visita, jeje – le comentó.

-¡Ni lo sueñes! – le gritó lanzándose al ataque.

Los golpes no tardaron en llegar, debido a la no tan leve como aparentaba ser la herida de Quatre, Touya tenía una leve ventaja. Golpes, patadas, bolas de energías, impactaban tanto en uno como en otro. Los minutos pasaban y el combate entre ellos no parecían menguar en intensidad.

-¡Aoi! – gritó Zech golpeando a una adversario en el estómago para quitárselo de encima – ¿se sabe algo de los demás? – preguntó a la vampiresa mientras lanzaba bolas de energía a diestro y siniestro.

-Heero, Noin y Wufei, están luchando en la puerta principal, la mayoría de los Chang han caído pero he oído que tu chico lo está haciendo bastante bien.

-No por nada es uno de los hijos de Jefe Chang – le dijo orgulloso – cuidado a tu derecha – le informó a su compañera.

-¿Cuántas bajas hay por ahora? – preguntó Zech sin dejar de luchar pero en una distracción recibió un impacto de energía en el costado que lo tumbó contra el suelo.

-¡¡Zech!! – gritó Aoi, que corrió hacia él para socorrerlo.

-Cuidado Aoi, quédate en tu posición, no te preocupes por mí hay que evitar que lleguen a entrar al Castillo.

-Maldición, ¿cómo es posible que sigan apareciendo cada vez más? – dijo molesta la vampiresa, mientras intentaba contener el continuo goteo de enemigos a duras penas.

-Necesitamos ayuda aquí – gritó un vampiro Yuy.

-Esto no me gusta – murmuró Zech intentando ponerse de pie – se están moviendo hacia los jardines, mierda. ¡Aoi, hay que avisar a Quatre, la zona de los jardines están sin defensa!

Los hombres de Oz habían conseguido penetrar el muro de la cara Norte con facilidad gracias a que la única persona que podría ser un grave problema estaba casi fuera de combate. Zech intentaba hacer recular a los enemigos pero su herida del costado le molestaba bastante y no cicatrizaba bien.

-¡Aoi! – exclamó sorprendida Noin al verla fuera de su posición - ¿qué estás haciendo aquí? ¿Y Zech? – preguntó alarmada.

-Hilde, las cosa se están saliendo de control. Zech está intentando frenar el avance pero está malherido. Hay un grupo de Oz que ha podido infiltrarse y se dirige a la zona ajardinada – le explicó a la vampiresa mientras peleaban con algún contrario.

-Mierda son demasiados, no comprendo porque Dark está ayudando a Odin, él era... – comentó dolida Hilde.

-Olvídate de eso ahora – le dijo Quatre bastante cansado, que seguía peleando con Touya.

-Jeje, - se rió algo cansado también Touya – no debería preocuparte eso preciosa – le dijo a Noin – ese estúpido de Dark ni siquiera sabe porque lecha, jeje. Odin le engañó para que creyese que fue el Clan Yuy quien aniquiló a su familia.

-Ese maldito de Odin, siempre está manipulando a la gente a su antojo – dijo furioso Quatre – Dark era un buen amigo de la familia Yuy y por culpa de Odin ahora está en nuestra contra cuando siempre nos había apoyado en todo.

-Jeje, mira que pena, pero tranquilo, para cuando hayamos acabado con vosotros, iré después a por él, así podréis volver a reuniros en el infierno, jeje – se burló saltando sobre Quatre.

-¡Maldito seas! – le respondió bloqueando un impacto de energía – Hilde vuelve a dentro y comprueba que ellos estén bien.

-Estás seguro, necesitarás ayuda – le dijo Hilde.

-No ve ¡ahora! – le ordenó.

-Como quieras – le dijo saliendo corriendo hacia dentro del Castillo.

Las cosa en la puerta de Castillo iban un poco mejor. Heero mientras esquivaba y derribaba enemigos iba buscando a Odin.

-No lo busques más – le dijo Dark de repente que apareció a su lado – sabes lo tramposo que es, no dará la cara hasta que vea que no te puedes levantar del suelo.

-Eso me da lo mismo, voy a dar con él y le voy a dar su merecido – le explicó Heero.

-Lo lamento pero eso no te lo puedo permitir – le dijo Dark cerrándole el paso.

-Apártate Dark, contigo no tengo nada, no quiero tener que matarte para ir a buscar a Odin, el no vale la pena – le dijo intentando hacer reflexionar al antiguo amigo de la familia, como le habían dicho que era – no sé porque lo hace pero te equivocas.

-¿Te crees con poder de hacerlo, de derrotarme?. No me conoces, puede que tú padre si pero tú no, además yo no te debo nada ni a ti ni a tu familia, os que ya has olvidado lo que me hizo tú familia – le dijo molesto.

-No sé lo de que hablas, nosotros no te hemos hecho nada. Siempre hemos considerado a tú Clan como un buen aliado – le respondió sin saber de que se trataba.

-Je, me crees idiota. Ahora me vas a decir que tú Clan no tubo nada que ver con la matanza de mi gente – le gritó molesto lanzándose contra Heero para golpearlo en la cara.

-Kuso – se quejó Heero escupiendo sangre por el golpe recibido – no sé de que me hablas, nosotros no tuvimos nada que ver – le dijo limpiándose la sangre.

-¡¡NO MIENTAS!! – gritó colérico derribando a Heero con varios impactos de energía – ¡¡Tu gente mató a mis hermanos y destruyeron parte de mi Castillo y por si no fuera suficiente, matasteis a mi esposo y al bebé que gestaba en su vientre!! Maldito desgraciado, y lo vas a negar, encontré a varios de los tuyos inconscientes y el emblema de tú Clan gravado en algunas paredes de mi Castillo – le dijo intentando controlarse – Sé que tú no tienes nada que ver, pero como el desgraciado de tu padre ya está muerto, tendré que conformarme contigo.

-¡No fuimos nosotros! Mi padre jamás haría una cosa así y Quatre tampoco. Tiene que haber una explicación, te han mentido en esto y estoy seguro que Odin tiene algo que ver – le comentó sujetándose el hombro herido.

-Me da igual lo que digas, te voy a matar de todas maneras, eres un mentiroso como los demás – le amenazó Dark.

Dark se lanzó sobre Heero que esquivó por poco que el puño de Dark le atravesase el pecho, ambos rodaron por el suelo estrellándose contra uno de los árboles del bosque. Con dificultad Heero se reincorporó con la mano en su hombro apartándose de su enemigo con cuidado, ambos respiraban aceleradamente, cubiertos de polvo y sudor, sus ropas estaban maltrechas debido a los golpes y a los impactos de energía.

-Dark, arghh – se quejó Heero al llamarlo – por favor desiste de luchar, no quiero pelear contigo, yo no tengo nada en tú contra y ni con tu clan.

-Cierra la boca y pelea – le amenazó – si te soy sincero me importa bien poco si rompes o no la maldición, yo no estoy aquí por eso, si las cosas hubieran sido diferentes incluso te hubiera ayudado como le prometí a Heeroshi, pero ahora ya no puedo, yo y mi gente está aquí con la excusa de ser aliado de Odin pero en realidad estoy aquí para vengarme por lo que me hicieron.

-Maldita sea Dark, eres un testarudo, te he dicho que nosotros no tuvimos nada que ver, ¿cómo quieres que te lo diga? Si me das la oportunidad te lo demostraré, te doy mi palabra, si no me crees a mí, busca alguno de tu confianza en el Clan Oz, él te dirá la verdad – le comentó Heero – no me obligues a matarte Dark, no quiero hacerlo, el único responsable de todo es Odin.

-Mientes, ¿por qué tendría que creerte? – preguntó empezando a dudar.

-Tú has dicho que conocías a mi padre, ¿no? Realmente crees que mi padre sería capaz de hacer algo así, mis padres dieron su vida por protegerme para que yo pudiera vivir para acabar con tanta crueldad que ha sembrado nuestra raza maldita – intentó convencer al viejo amigo de la familia.

-No te creo, tu padre era un buen hombre pero algo le sucedió y se volvió y asesino sediento de poder, para hacer lo que hizo – le explicó.

-Eso no es verdad, pero hagamos una cosa, tú te mantienes al margen durante unas horas y yo buscaré las pruebas necesarias para demostrar la inocencia de mi clan, si no lo consigo podré mi vida en tus manos. ¿qué dices, aceptas? Te doy mi palabra

-¿Quién me dice que cumplirás con tu palabra? – le preguntó molesto.

-Yo seré tu rehén hasta que Heero vuelva – intervino Noin que había escuchado toda la conversación mientras peleaba con uno u otro.

-Noin, puede ser peligroso será mejor que sea yo quien... – quiso hablar Heero pero Noin no le dejó.

-Sí tú te quedas con el conde Dark, ¿quién buscará a quien le explique la verdad?. Yo confío en ti y sé que lo conseguirás – le dijo Noin confiada.

-Sí ella se queda aceptaré tu trato – comentó Dark acercándose a la vampiresa –Te doy dos horas, si no aparecer mataré a la chica y arrasaré tu Castillo sin escrúpulos, mientras tanto tranquilo, a tú amiga no le pasará nada, yo mismo la protegeré de los hombres de Oz.

-¿Puedo confiar en ti? – preguntó Heero a Dark un poco más recuperado.

-Lo mismo que yo de ti – le respondió Dark.

-De acuerdo – dijo Heero – haz que tus hombres detengas sus ataques y en dos horas estaré aquí con las pruebas de nuestra inocencia.

-Perfecto – le dijo seriamente - ¡Yamato! – gritó el Conde a uno de sus hombres – que todo los nuestros se retiren hasta nuevas órdenes.

-¡Sí Señor¡- gritó en respuesta saliendo hacia los puestos donde sus camaradas estaban luchando. Dos minutos después el ataque por parte de los hombres de Dark había cesado.

-Supongo que por esto tendrás problemas con Odin – le comentó Heero.

-Por eso no te preocupes, yo ya me las apaño solo con Odin, será mejor que te des prisa, el tiempo pasa y no permitiré un segundo de retraso.

-Lo sé, Noin vuelvo dentro de dos horas, no te preocupes – le dijo antes de salir corriendo en dirección al Castillo.

En la trayectoria hacia el Castillo, Wufei le interceptó sorprendido por el repentino retroceso de los enemigos.

-¿Qué está sucediendo? – le preguntó a Heero antes de llegar al interior de las grandes murallas del Castillo.

-Ahora no hay tiempo para explicaciones, tenemos que reunirnos en seguida, allí lo explicaré todo – comentó Heero.

En el interior del Castillo.

-¡Hay que impedir que la gente de Oz llegue a la biblioteca! – gritó Hilde mientras se deshacía de dos vampiros que intentaban accedes al pasillo que daba a los salones y a la biblioteca.

-¡Noin detrás de ti! – le avisó uno de los suyos.

-Desgraciado – le insultó la chica aniquilándolo con una bola de energía que le atravesó en corazón.

-Hay que reforzar, el ala Oeste del Castillo – gritó otro vampiro – están entrando por los jardines – avisó de pronto.

-¡Noin, lo hombre del Conde Dark se están retirando! – gritó una vampiresa que venía del exterior del Castillo.

-¿¡Quee?! eso es muy extraño, reforzar de todas maneras los accesos al Castillo – comunicó Hilde – Aoshi, quédate al mando, voy a ir a ver lo que está sucediendo, no dejar que nadie entre en la biblioteca, por nada del mundo.

En el interior de la cámara secreta.

-Creo que el padre de tu antepasado recibió que lo era justo – comentó Nataku, al ver que Duo no seguía leyendo, ya que se encontraba algo impactado.

-¿No crees que fue demasiado salvaje? – preguntó dudoso Duo.

-No lo creo, si yo hubiera estado en el pellejo de Heeroshi, lo hubiera hecho sufrir más – respondió Trowa, que comenzaba a sudar un poco – Yo lo...

-¡Trowa! – lo llamó Duo asustado al ver que se había quedado quieto de repente, más blanco que el papel, par después ver como vomitaba lo que había comido hacía unas horas pero lo que más le asustó es que también vomitaba sangre - ¡Trowa, por Kamisama! ¿qué te sucede?

-Duo ayúdame a colocarlo de medio lado – le dijo Nataku al situarse al lado del joven de ojos verdes, que se había desmayado – tenemos que evitar que se ahogue con su propio vómito.

-¡Kamisama que no le pase nada! – exclamó preocupado Duo mientras ayudaba a la chica – hay que ir a buscar ayuda.

-¡No podemos salir Duo!, ¿no te has percatado de los temblores y las explosiones que rodean el Castillo?, lo más seguro que los demás se encuentre en medio de una lucha, será mejor permanecer aquí – le explicó la chica.

-Tengo que ir a por ayuda Nataku, tú no lo entiendes Trowa está... – fue a decirle a la chica pero se cayó, no sabía si decírselo o no.

-¿Qué ocurre Duo? ¿sabes algo que yo no sé? – le preguntó seriamente.

-Hay que darle de beber esta ampolla – comentó Duo cambiando de tema con nerviosismo.

-Duo no cambies de tema – le dijo la chica viendo que Duo se alejaba un segundo para preparar el brebaje que le dio Heero para Trowa.

-Es que prometí no decir nada... Trowa no se tiene que enterar por mí – le respondió nervioso.

-Trowa ahora está inconsciente, puede decírmelo, no diré nada, si no me lo dices no podré ayudarle como se lo merece – le explicó la chica.

-Está bien... no sé los detalles exactos ni como paso, Heero no ha tenido tiempo de explicármelo, pero lo que me dijo es que Trowa está embarazado de Quatre.

-¿¡Queee!? ¿pero eso es imposible? Trowa es un hombre, el biológicamente imposible.

-Lo sé yo pensé lo mismo, pero piénsalo bien, tiene todos los síntomas, ayer estuvimos bromeando sobre eso – le intentó explicar a Nataku para que le creyera.

-Pero estábamos bromeando – le comentó.

-Sí, pero ha sucedido, a demás Heero no ganaría nada diciéndome una mentira como esa, si lo piensas bien todo tiene sentido, el malestar de Trowa, la insistencia de Quatre a que se alimentase bien y descasara, la conversación que tubo Heero con Quatre en privado, haciéndome salir junto con Trowa para que no escucháramos la conversación, todo encaja.

-Pero Trowa es un hombre – exclamó no muy alto la chica.

-Sí lo sé pero ten en cuenta que Quatre no es un hombre normal, él posee poderes, puede que sea posible, me cuesta creerlo pero... conozco a Trowa y él no está como siempre, hay algo que lo tiene alterado y esa obsesión que tiene con Quatre... no sé... es como si estuviera ligado a él mediante un lazo invisible – comentó sujetando a Trowa que seguí estando inconsciente pero ya no vomitaba.

-El bebé... – dijo Nataku – el bebé pueda que los mantenga unidos de algún modo. Esto es una locura, pero será mejor que actuemos como si eso fuera cierto, al menos hasta que podamos hablar con Heero o con Quatre. Supongo que será necesario que vayas a por ayuda, no creo que tener en este estado a Trowa sea bueno para él y el bebé, de paso será mejor que informemos a cuando antes a Heero sobre los objetos que necesitamos para romper la maldición – le explicó la chica.

-Bien entonces iré en busca de ayuda – comentó Duo.

-¡No Duo! – le exclamó Nataku – no podemos arriesgarnos a que caigas en manos enemigas. Tú solo abre la salida, yo iré en busca de la ayuda, quédate aquí hasta que yo regrese y no salgas para nada.

-De acuerdo, pero... no sé como abrir la puerta, jeje – rió nerviosamente Duo.

-Kuso... tú solo concéntrate, como estas ligado a Heero supongo que la magia que te protege hará que puedas abrir la puerta – le comentó Nataku no muy segura.

-Bien, lo intentaré – le dijo, por suerte después de intentarlo en varias ocasiones, Duo por fin pudo abrir la puerta de la cámara secreta.

Al salir a la biblioteca, las explosiones y alboroto eran más sonoros, se oían las voces de muchas personas gritando de un lado a otro a la vez que corrían por los pasillos. Con sigilo Nataku se acercó a la puerta de la biblioteca para observar cual sería el mejor momento para salir de allí. En un momento las cosas parecieron calmarse, lo cual aprovechó para salir al pasillo. Habían restos de muebles rotos por todos lados y las paredes estaban manchadas de sangre y de quemaduras debido a los impactos de energía en ellas. Habían algunos vampiros de Yuy que seguían luchando con la gente de Oz, pero no le prestaron demasiada importancia de pronto la puerta principal del castillo se abrió para dejar pasar a una preocupada Hilde que la miró sorprendida al encontrarla fuera de su refugio.

-¿¡Que estás haciendo aquí?! – gritó asustada al ver a la hermana de Wufei fuera de la cámara secreta - ¿dónde está Duo? ¿Y Trowa? ¿os han atacado? ¿estáis heridos? – le acribilló a preguntas la vampiresa.

-No estamos bien – respondió Nataku al ver lo angustiada que estaba la chica – bueno nosotros si pero Trowa necesita ayuda de Quatre o Heero, no sabemos que le pasa, se ha desmayado y está vomitando sangre – le explicó sin dar demasiado detalle de la real situación

-Kuso, en estos momentos no... Quatre está peleando con ese desgraciado y Heero salió al exterior. Trowa tendrá que esperar, al menos a Heero, Quatre está peleando y me temo que no aguante mucho ese ritmo, no sé porque pero no pelea como debería.

-¿Está mal herido? – preguntó Nataku.

-Él dice que no, pero le conozco, está ocultado sus heridas para que no nos preocupemos.

-Kuso, hay que ayudarle, no podemos dejar que le pase nada sino Trowa enloquecerá, a demás tengo que informar a Heero de lo que hemos descubierto en el libro del ángel negro.

-¿Qué le pasa a Trowa y que habéis descubierto en el libro? Preguntó Hilde.

-Ahora no hay que ir en busca de Quatre, Trowa lo necesita – le pidió la chica.

-Está bien, vamos. Quatre está en el patio Norte – le dijo Hilde guiándola hacia allí.

Al llegar al patio, Quatre estaba aún peleando con Touya, su ropa estaba rasgado por varios lados dejando ver diversos cortes por donde perdía sangre con más abundancia en unos que en otros. Su largo pelo rubio estaba desordenado y sucio de tierra y sangre, sus iris azules mostraban un tono rojizo debido a la ira que sentía en esos momentos, el control de si mismo estaba siendo sustituida por el salvajismo vampírico que nacía de él. Un nuevo ataque por parte de Quatre hizo derribara Touya que cayó despaldas contra una pared, antes de darle tiempo a levantarse, el rubio se lanzó sobre él golpeándole una y otra vez. Como pudo Touya se deshizo de Quatre escupiendo borbotones de sangre por los golpes recibidos, su paciencia se le estaba acabando. Con un rápido movimiento Touya se arrancó la blusa rota y llena de sangre que le molestaba en los movimientos.

-Me cansé de jugar contigo rubiales – le dijo con ira – voy a matarte.

-Inténtalo – le respondió Quatre.

Touya desapareció de la vista de Quatre para aparecer inmediatamente detrás de él. Un fuerte golpe lo lanzó contra el muro dejándolo atontado, antes de caer al suelo, Touya lo sujetó contra el muro de los pelos clavándole el puño por la espalda.

-¡Nooooooo! – gritaron Hilde y Nataku, al llegar al jardín y ver la escena.

-No sé porque no luchas como siempre rubiales, pero eso me importa bien poco, al contrario te agradezco que me des tan pocos problemas para eliminarte – le susurró Touya en su oído mientras sujetaba el cuerpo casi inmóvil de Quatre que gemía de dolor – Hoy estás muy desconcentrado, jeje ¿te preocupa algo o alguien? – se burló Touya sacado el puño de la espalda de Quatre ignorando las protestas de las chicas.

-Argghhh, maldito seas – le dijo Quatre con esfuerzo.

-Gracias por el cumplido, ¿a qué adivino lo que te preocupa? Jeje. Seguro que es tu nueva putita, jeje, pero tranquilo cuando acabe contigo iré a darle mis respetos no te preocupes con eso, me encargaré de gozarlo bien, no se podrá sentar en dos meses, jajajajaja – se rió.

-Te mataré – le dijo casi sin fuerzas.

-¡Suéltalo! – le gritó Hilde.

-Vaya pero si tenemos espectadores – dijo con burla Touya soltado a Quatre que cayó al suelo sin fuerzas – has venido a mostrarme tus respetos a la persona que acabó con tu Señor.

-Vete al diablo – le dijo Hilde lanzándose al ataque.

Hilde y Touya se enzarzaron en una pelea desigual, la potencia y fuerza de Touya superaba la de Hilde, pero aún así no se daba por vencida. Mientras peleaban Nataku se acercó a Quatre que respiraba con dificultad, con un trozo de la propia camisa de Quatre, Nataku improvisó un vendaje compresivo en la herida del vampiro, de esa manera evitaría que perdiese tanta sangre. Quatre intentó negarse a que le atendiera, ya que su sangre estaba maldita pero la chica, no tubo problemas para atenderle ya que Quatre estaba muy débil.

La pelea entre los vampiros seguía, más que una pelea parecía un juego para Touya que la manejaba como quería, de pronto unos gritos llamaron la atención de todos.

-¡Touya-sama! – gritó uno de los de Oz – El Conde Dark a retirado a todos sus hombres.

-¿¡Quee!? – exclamó sorprendido parando la pelea tras lanzar a Hilde contra el suelo - ¿qué significa eso? – le preguntó a su subordinado.

-No lo sé Touya-sama, hace unos minutos se vio a Dark-sama hablando con El Yuy, después de eso Dark-sama retiró a todos sus hombres.

-Maldita sea, ¿qué estará planeando ese? – dijo molesto Touya limpiándose con la mano los restos de sangre que le molestaban en la cara - ¿Dónde está ahora Dark? – preguntó Touya a su subordinado.

-Está en el puesto de mando – le respondió

-Bien vayamos a ver que trama ese baka – dijo molesto caminando hacia el exterior del castillo – luego vendré a rematar la faena – gritó Touya a Hilde y a Quatre si le escuchaba.

-Maldito desgraciado – se quejó Hilde que se levantó del suelo con dificultad mientras veía como Touya se marchaba junto con algunos de sus hombres.

-¿Cómo está? – preguntó con dificultad a Nataku sobre el estado de Quatre.

-Bastante mal – le respondió la chica Chang – hay que llevarlo dentro y atenderlo de inmediato, hay que darse prisa, ¿puedes caminar?

-Creo que sí, ese desgraciado me dio fuerte pero puedo aguantar – le comentó Hilde a Nataku.

-Habrá que llevarlo a cuestas – le explicó Nataku levantando a Quatre con dificultad - ¿puedes ayudarme con él? – le preguntó a Hilde.

-Sí, iremos un poco más lentas pero lo conseguiremos – le comentó Hilde.

Con dificultades Nataku y Hilde llevaban a Quatre sujetado por los hombros, habían recorrido la mitad de la distancia que les separaban de la cara Norte a la entrada principal cuando varias sombras pasaron delante de ellas sin que las vieran.

-Un momento – comentó Hilde deteniéndose de pronto al ver a esas sombras - ¡Heero! Espera ¡Wufei! – les gritó la chica al reconocerlos - ¡necesitamos vuestra ayuda!

-Pero que demonios... – exclamó Heero al ver el estado de su primo - ¿qué ha sucedido? ¿quién a dejado a Quatre así? ¿¡Y que demonios haces tú aquí fuera!? – le preguntó a Nataku al verla fuera de la sala secreta - ¿dónde está Duo?

-No hay tiempo para explicaciones ahora – le respondió Nataku – Duo está bien, quien necesita ayuda es Quatre y Trowa también, hace un rato Trowa se ha desmayado y ha vomitado sangre por eso salí a buscar ayuda, luego me encontré a Quatre así.

-Tro... Trowa ¿cómo está? – preguntó con dificultad al oír el nombre de su amante – tengo que ir con él, me... necesita.

-Tranquilo Quatre – le dijo Heero sujetándole él mismo, ya que las chicas casi no podían con él - ¿quién te ha hecho esto? – le preguntó reanudando la marcha hacia el interior del Castillo.

-Touya... no pude concentrarme en la pelea... estaba preocupado por Trowa – le respondió.

-Shhh no hables más, tienes que descansar – le pidió a su primo – Wufei puedes ayudar a Hilde, ella también está herida, tenemos que llegar pronto al Castillo, Odin puede intentar atacar de nuevo.

-Heero, arrghh – se quejó Hilde al ser sostenido por Wufei - ¿qué ha pasado que Dark ha hecho retirar a su gente? Se lo hemos oído comentar a uno de los de Oz a Touya, por eso se marchó.

-Eso lo explicaremos cuando estemos reunidos – le explicó Wufei al ver que Heero no respondía ya que estaba sumido en sus propios pensamientos.

-¿Dónde está Noin? ¿no estaba con vosotros? – preguntó Hilde a Wufei.

-Ya te he dicho que lo explicaremos todo a su debido tiempo, no sea terca – dijo preocupado y molesto Wufei.

-Wufy, cuida tus modales – le riñó su hermana que iba a su lado atenta a lo que pudiera suceder a su alrededor.

-Lo siento – se disculpó el moreno – es que estoy algo alterado.

-No te preocupes es normal – le dijo Hilde a Wufei con una sonrisa.

-¿Se sabe algo de Zech? – preguntó preocupado Wufei.

-Por ahora no, pero debe de estar bien no te preocupes – le tranquilizó Hilde.

-Ya hemos llegado – intervino Heero – que alguien valla a avisar a Zech, que valla a la biblioteca, nosotros le esperaremos allí – le ordenó a un grupo de vampiros que estaba haciendo guardia en la entrada del Castillo.

-Sí Heero-sama – exclamaron varios de ellos saliendo a toda prisa del lugar.

Heero, Quatre, Hilde, Wufei y Nataku, entraron en la gran biblioteca donde aparentemente no había nadie, con cuidado tumbaron a Quatre en uno de los amplios sillones para que descasara, Hilde se acomodó en un sillón. Antes de dirigirse a la cámara secreta Heero estabilizó a su primo gracias a sus poderes, aunque aún estaba débil, Heero prefirió reservar su energía para la batalla definitiva.

Una vez fuera de peligro Quatre y Hilde, Heero fue abrir la cámara oculta.

-¡Heero! – exclamó Duo al ver entrar a su prometido - ¿estás bien? – le preguntó después de abrazarlo y besarle con amor - ¿¡Estás sangrado!? – le dijo asustado.

-No es nada mi amor – le dijo correspondiendo al abrazo - ¿estas bien?

-Sí, pero estaba muy preocupado, desde aquí se podían apreciar los temblores y las explosiones, ¿ha acabado todo ya? – le preguntó esperanzado.

-Me temo que no, por ahora tenemos un receso, pero no durará mucho, ¿cómo está Trowa? Nataku me comentó que esta mal – le preguntó por la salud de su amigo.

-Ahora parece más tranquilo, pero me asusté cuando se desmayó y comenzó a vomitar sangre, ¿me cuesta tanto creer lo que le está pasando? por qué es cierto, ¿verdad?.

-Sí lo es mi amor... Trowa está gestando el bebé de Quatre, ¿le distes el brebaje? – le preguntó Heero revisando al chico inconsciente.

-Sí hace un rato, ¿cómo está? ¿se encuentra bien él y el bebé? – le preguntó preocupado.

-Sí ya está estable, pero no le conviene alterarse mucho, por los vómitos no debes de preocuparte, es normal que le suceda y la sangre, es porque mantiene un fuerte lazo con Quatre y como él estuvo luchando con Touya, por eso le repercutió a él, pero todo ya pasó, no te preocupes por tu amigo – le dijo abrazando a Duo para calmarlo.

-Deberías revisarte las heridas Heero – le dijo Duo aún abrazado a él.

-No te preocupes son simples rasguños, ven salgamos a fuera para que Trowa pueda descansar, tenemos que hablar de algo importante.

-¿Cómo está Trowa? – preguntó aún adolorido Quatre al ver salir a su primo.

-Puedes estar tranquilo, él y el pequeño están bien – le respondió Heero sonriendo tranquilizadoramente a su primo.

-Me alegro – dijo aliviado – quiero ir a verle – comentó poniéndose de pie.

-Será mejor que lo dejes descansar, ya lo verás después, por cierto deberías romper tú lazo con él, tú estado está repercutiendo en él, por eso ha estado vomitando sangre y se encuentra inconsciente – le explicó Heero.

-Pero si rompo el lazo no sabré como se encuentra en todo momento – le dijo preocupado.

-Lo sé pero es lo mejor para él y para el bebé – respondió Heero sin ocultar lo que ocurría.

-¿El bebé? – preguntaron sorprendidos Hilde y Wufei – ¿acaso tú...? – le preguntó sorprendida Hilde.

-¡Eso es imposible! – exclamó Wufei

-Entonces es verdad – comentó Nataku, más para ella que para los demás.

-Sí lo siento chico, sé que lo tendría que a ver dicho antes pero no encontré el momento apropiado – intentó disculparse Quatre.

-No te disculpes con nosotros Quatre-san – comentó Duo – pero creo que deberías habérselo dicho antes que a nadie a Trowa. Él es el perjudicado en esto y sabiendo como es no creo que le guste enterarse el último en esto.

-Yo... lo sé pero quería estar seguro, si realmente Trowa quisiese tener a mi hijo.

-¿Y si no lo quiere? – preguntó molesto Wufei – tú ya lo has dejado preñado, no sé ni como ni porque, pero eso a sido una estupidez. Lo más lógico es que le pidieras permiso para algo tan importante como eso – dijo fastidiado.

-Tienes razón Wufei, yo... – dijo angustiado y adolorido.

-Claro que tengo razón – le respondió sin dejarle terminar de hablar.

-¡Tengo mis razones, maldita sea! – gritó cansado de que le juzgasen – ¡además siempre puedo hacer que deseche el feto!.

-Cuales son tus razones... – se oyó la voz angustiada de Trowa que estaba asomado a la puerta de la entrada de la cámara sin poder contener el llanto al sentirse impotente por la noticia que acababa de escuchar – dime las razones por las cuales me has hecho esto, bastardo – dijo tocándose el vientre inconscientemente a la vez que sus lágrimas caían una tras otra.

-Trowa yo... lo siento... no quería que te enterases de esta manera... yo – habló angustiado y sorprendido al encontrarse allí de pie y escuchando la conversación.

-¡Trowa! – exclamó sorprendido al verlo allí al igual que los demás – deberías estar en la cama descansado, tienes que reposar, has estado muy mal hace un momento – le dijo Duo acercándose a su amigo para acompañarlo de vuelta a la cama.

-No Duo, ahora no, antes tengo que hablar con... con ese desgraciado que me ha usado como su juguete – le dijo con todo el dolor que sentía su alma en esos momentos.

-Trowa, no digas eso, sabes que eso no es verdad – le dijo Duo sorprendido en parte por la reacción de su amigo.

-Claro que es verdad... ha estado jugando conmigo durante todo este tiempo, para engatusarme y preñarme a las primeras de cambio. ¡Eso es lo que querías de mi, bastardo! Un hijo, ¡pues ya lo tienes cerdo, pero ahora no me vengas que si quiero puedo deshacerme de él! Yo afronto mis responsabilidades de mis actos, me oyes, no me pidas encima que me convierta en un asesino por ti. – le gritó descontrolado Trowa a Quatre que lo miraba sorprendido.

-¡Ya es suficiente! – exclamó Heero – no sabes lo que estás diciendo chaval – le dijo amenazantemente – sé que la noticia te ha impactado, pero lo que estas diciendo son palabras sin sentido y créeme te arrepentirás de lo que acabas de decir.

-Déjalo Heero – intervino Quatre lo más entero que pudo – tiene derecho a odiarme, tú y Wufei tienen razón, te tendría que a ver dicho mis intenciones desde un principio, debí de preguntarte tu opinión, pero como tú has dicho Trowa, yo también asumo mis consecuencias, por eso haré lo que tú me pidas, el único asesino seré yo... si no deseas al bebé lo entenderé, aún estamos a tiempo para dar marcha atrás sin que ni tú ni el feto sufran. Lamento mucho todo esto, después de que decidas lo que decidas... si no quieres verme más lo entenderé.

-Quatre tampoco quería que esto sucediera, yo solo... – comentó Wufei sintiéndose culpable por haber discutido con el vampiro y desencadenar los acontecimientos en esto.

-No pasa nada Wufei, no te sientas mal por ello – le dijo Quatre sonriéndole con tristeza.

-Trowa, piénsalo con calma, no vallas hacer una tontería – le comentó Duo.

-Yo... – dijo Trowa, pero fue interrumpido.

En ese momento la puerta de la gran biblioteca se abrió dejando paso a Zech con varios vampiros Yuy y un imprevisto prisionero.

-Ya estoy aquí – comentó Zech con una sonrisa mientras sujetaba fuertemente a prisionero - ¿qué está sucediendo aquí? ¿A que vienen esas caras tan largas? – preguntó Zech al ver los rostros de preocupación de todos.

Continuará...

Agradecimientos: (lamento no haberlos puesto en el capítulo anterior)

-Dayiah: Valla gracias por escribirme, jeje y ten cuidad no valla a ser que se te canse la vista por leer tan seguido. Sobre lo de Trowa, pues verás, se que como hombre que es Trowa sería imposible, pero ten en cuenta que Quatre es un vampiro que posee ciertos poderes mágicos, por ahora solo diré que Quatre los utilizó para fecundar a Trowa. ¿Has visto la película de Arnold Swasenagger (no tengo ni idea de cómo se escribe, jeje) en donde el queda embarazado?, pues es algo parecido, pero en esa película la magia no estaba implicada. Hay mujeres que aún sin tener matriz pueden gestar un embrión sin problemas, ese embrión queda alojado en el abdomen de la mujer, el único problema es que para cuando se realice el parto este tendrá que ser por cesaria. Pues el caso de Trowa es parecido, lo único que fue hecho con magia fue la fecundación, arggggggghhhhh y no doy más pistas, jeje, en un capítulo prometo explicarlo todo. Bueno te agradezco que me escribieras, un saludo y hasta pronto.

-Unika: Hola, gracias por escribirme, poco a poco voy conociendo a la gente que va leyendo mi fic, jeje, pero tómatelo con calma, no me gustaría saber que tus ojitos se resintieron por mi culpa. Supongo que pronto verás la nueva actualización, espero que te guste. Un saludo y hasta pronto.

-Misao: Guauuuuuuuuuu, valla pedazo de review me has mandado, así da gusto leerlos, jeje, claro que me acuerdo de ti, suelo acordarme de todos aquellos que se molestan a escribirme, es lo mínimo que puedo hacer. Eres una gran apasionada al mundo de los vampiros, jeje ya somos dos a mi también me fascina, por eso decidí escribir uno. Sobre el fic que mencionas de Harry P. Pues para cuando lo tengas me lo pasa, ya que me gustaría leerto, me has picado la curiosidad. Veo que estás ansiosa, jeje pues aún tendrás que esperar un poco a algunas de las explicaciones que necesitas. Como aperitivo creo que la explicación que le di a Dayiah te sirve también para ti y para muchos, ya que he recibido esa misma pregunta muchas veces, jeje. Los detalles exactos los diré más adelante. Sobre si embarazo o no a Duo, aún está por verse, en un principio no estaba planeado, pero ya veremos, según vea la aceptación de Trowa, puede que haga que la cigüeña se pase por el Castillo Yuy, jeje.

También mencionas el maldito refrán, creo que le estoy cogiendo manía, porque no sabes el dolor de cabeza que me está dando, pero tranquila, intentaré explicarlo también, todo tiene un sentido metafórico pero deberás esperar a que se desvele por si solo.

Sé que realmente la historia de Heeroshi y Duo Bénjamin era muy triste no te creas a mi también se me hizo un nudo en la garganta al ir escribiendo la historia. Normalmente cuando escribo suelo poner música que tenga que ver con lo que estoy escribiendo, eso me adentra más en la historia.

Me alegra saber que la situación de Wufei y Zech se ha captado como yo quería, a veces dudo que si mis ideas se plasman como quiero, pero que le vamos hacer. Bueno Misao no sabes lo que me ha gustado leer tu mensaje, creo que ha sido uno de los más extensos que he tenido, te lo agradezco de corazón. Te mando un saludo y un fuerte abrazo. Espero leerte pronto.

-Gabz: Jejej lo siento, por frenarte la lectura, pero es que conforme lo voy escribiendo lo voy subiendo, pero tómatelo con calma, tres días leyendo?, vaya eso si que es engancharse a un fic. Creo que para que termine aún falta un dos o tres capítulos más, lo siento tendrás que tener paciencia, si quieres te puedo aconsejar que leas Instintos, también es mío y ese sí que está acabado (jeje si no me hago yo la propaganda, ¿quién me la hará?). Bueno espero que te guste el nuevo capítulo y gracias por escribirme. Un saludo y hasta pronto.

-Valsed: Gracias por escribirme guapa, espero que te haya gustado la acción, yo la verdad creo que me quedó algo floja, pero bueno. Un saludo y nos leemos pronto, eso espero, jeje.