Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.

Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.

Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el anterior que el anterior.

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Yo te protegeré

Cap. 19

En Castillo Yuy era un caos, todo el mundo tenía algo que hacer, algo que preparar aprovechando los minutos de tregua que tenían en esos momentos. Hombres y mujeres de Yuy, Chang o incluso alguno de los sirvientes de Castillo preparaban la nueva defensa para el ataque inminente de Lord Odin. Los poco sirvientes lo suficientemente fuertes para ayudar se dedicaban a atender a los vampiros heridos, mientras lo Chang se dedicaban a retirar escombros u objetos que pudiesen entorpecer la batalla, los Yuy planeaban el contraataque por si fuera necesario. Todo el mundo tenía algo que hacer mientras esperaban las órdenes de Heero, hasta en la biblioteca estaba a la espera de noticias.

-Trowa tranquiliza por favor, en tú estado no es bueno que estés así – le dijo Duo acostando a su amigo en la gran cama, mientras lo veía llorar amargamente.

-Duo, snif. Lo he perdido, he perdido al hombre que amo, por culpa de mi maldito orgullo – le dijo lloroso.

-No digas eso Trowa-san – intervino Nataku – se ve que él te ama, un malentendido no podrá separaros. Habla con él y si le dices lo que sientes realmente te aceptará a su lado.

-Snif, snif, pero es que le di a entender que no quería volverle a ver... él me dijo que no se volvería a entrometer en mi vida que se mantendría la margen y eso no lo quiero. Yo le amo con todo mi corazón y no quiero estar separado de su lado, snif.

-Pues habla con él y explícaselo Trowa – le dijo Duo – ya verás que cuando todo esto acabe podréis solucionarlo con calma. Dudo que Quatre permanezca muy lejos de la persona que ama y de su hijo – le dijo para tranquilizarlo.

-¿Y si le ocurre algo antes de que pueda hablar con él? – dijo preocupado sentándose en la cama – Duo lo vi muy débil y sé que le hice daño con todo lo que le dije. ¿Y si se deja matar, por pensar que ya no le quiero? Duo tengo que salir a buscarlo ahora mismo, no puedo esperar a que todo esto acabe, a lo mejor para entonces es demasiado tarde para nosotros – dijo aún llorando Trowa pero decidido.

-No puedes salir de aquí en tú estado, puede ser peligroso, a demás Quatre no dejaría que lo matasen, no te abandonaría ni a ti y a tú bebé – dijo seguro Duo.

-Duo estoy embarazado pero no inválido, tengo que ir a buscarlo, todo esto es por mi culpa y tengo que solucionarlo. Ponte en mi lugar Duo o en el de Quatre. Si la persona que amas con locura te dice que ya no quiere estar a tú lado y que le odias, crees que te sería fácil seguir adelante, sabiendo que lo que más desea de ti es que desaparezcas de tú vida.

-Trowa yo... – dijo Duo sin saber que responder a eso.

-Duo le dije cosas horribles, no soportaría saber que se dejó matar por mi culpa, antes prefiero la muerte. Lo siento Duo pero esta vez no podrás detenerme – le explicó saliendo de la cama.

-Trowa, espera al menos que regrese Heero, él puede dar con Quatre sin tener que arriesgarte – le pidió Duo preocupado por su amigo y ex pareja.

-No hay tiempo, lo siento tengo que ir a buscarle – le respondió Trowa.

-¿Y como lo encontrarás? – preguntó Nataku – ahí fuera todo es un caos y no sabemos cuando nos volverán ha atacar.

-Hay algo que me une a Quatre, lo sé, con la ayuda de mi bebé daré con él, estoy convencido.

-Pero Quatre-sama rompió tu lazo con él, ya que Heero-sama dijo que era peligroso para ti y él bebé – comentó Nataku.

-Sé que el vinculo con él está roto, pero tengo el vínculo de mi bebé con su padre, puede que no sea tan fuerte pero con eso me basta – le explicó Trowa a la guerrera Chang.

-Trowa esto es muy peligroso – le dijo Duo siguiendo a Trowa hacia la biblioteca para intentar hacerlo desistir por última vez – espera a que al menos algún vampiro te acompañe.

-No Duo – dijo tajantemente.

-Entonces iré yo contigo – dijo Nataku, no voy a dejarte solo.

-No puedes hacer eso Duo no debe de quedarse solo, lo dijo Heero, a demás Duo es más importante que yo, debes de quedarte con él a mi no me pasará nada – dijo Trowa.

-¡Eso no lo sabes! – exclamó Duo ya desesperado – aquí todos somos importantes, yo no valgo más que otro.

-Te agradezco que digas eso Duo pero sabes que no es verdad. Quedaros aquí, yo regresaré enseguida – les pidió mientras estaba a punto de abrir la puerta de la biblioteca.

-¿Adónde te crees que vas? – se oyó la voz seria y autoritaria de Heero al abrirse de pronto la puerta.

-¡Heero! – exclamó sorprendido Duo al ver de nuevo a su prometido.

-Hola Duo – le dijo dándole un beso en la cabeza al sentir el abrazo del trenzado - ¿he hecho una pregunta? – le dijo a Trowa – De aquí no podéis salir ninguno de los tres – dijo con autoridad.

-Eso me da igual – respondió molesto Trowa – tengo algo importante que hacer y no me lo vas a impedir.

-¿Qué hacer? – preguntó sin saber a que se refería.

-Trowa quiere ir a buscar a Quatre, ya que tuvieron una pelea y las cosas se salieron de madre. Le he dicho que es peligroso pero no me quiere hacer caso – le explicó Duo con preocupación.

-Será mejor que desistas de tu idea muchacho – le dijo Heero a Trowa – aunque salgas a buscarlo no darás con él. Quatre a desaparecido en cierta forma y hasta que él no quiera ni tú ni nadie lo encontrará.

-¿¡¡Queeee que ha desaparecido!!? – gritó Trowa asustado y alarmado - ¿do... donde está? ¿qué le ha pasado? ¡Dímelo por favor! – le rogó Trowa a Heero totalmente desesperado.

-Tranquilízate, él se encuentra bien, puedo percibirlo, pero necesita tiempo para pensar en todo lo que ha pasado entre vosotros. Seguro que dijistes cosa de cuales ahora te arrepientes, ¿verdad? – le dijo burlón Heero.

-Heero no digas eso, Trowa está muy afectado y lo está pasando mal – le riñó Duo a su prometido al ver como se ensañaba con él.

-Se lo advertí y no me hizo caso – dijo molesto Heero – dices que lo está pasando mal, y que me dices de Quatre. Mira chaval, no entiendo como Quatre se pudo enamorar de un inmaduro y egoísta como tú, solo te has preocupado de ti mismo sin contar las reacciones de tú comportamiento – le habló molesto Heero a Trowa.

-Heero por favor, no seas tan duro con él – le pidió Duo viendo como Trowa se desesperaba más sintiéndose cada vez más culpable.

-¡No Duo! no me hagas callar, ya que le voy a decir unas cuantas verdades por muy dolorosas que resulten – exclamó ya molesto por esa situación – mira Trowa conozco muy bien a Quatre como para saber que todo y he dicho TODO lo que ha hecho a sido por ti.

-Basta por favor – suplicó Trowa agachando la mirada sin querer escuchar nada más.

-¡No! Me vas a oír te guste o no. Seguro que ni dejaste que se explicara porque lo hizo. No lo defiendo porque creo que habían mejores formas de llevar este asunto, pero te diré que eso también lo hizo por ti, para que tú vivieras pasara lo que pasara. No sé si sabrás que uno de los poderes de Quatre es la empatía, puede percibir lo que le envuelve, así como puede tener visiones. Según me explicó hace varios meses tubo una de esas visiones donde vio su futuro, eso lo llevó a comportarse como lo hizo. No debería ser yo quien te lo explicase pero como veo que eres un testarudo te diré que lo hizo porque te quiere, quería darte algo que te mantuviera atado a la vida para cuando él muriera.

-¿Qué.. que estás queriendo decir? – preguntó tembloroso Trowa con un nudo en la garganta y con los ojos nublados en lágrimas.

-Aún no lo entiendes, ¿quieres que sea más explicito? – le dijo molesto.

-Heero por favor – le pidió Duo también con los ojos llorosos.

-Quatre sabía que no lograría sobrevivir a esta lucha, por eso quiso darte el regalo de una vida que representaba su amor por ti. Darte un hijo que te mantuviera vivo, porque tenía miedo de que lo quisieras seguir al infierno – dijo tajantemente Heero.

-No... no puede ser, él no... no va ha morir – tartamudeaba desesperado, retrocediendo en sus pasos hasta caer al sillón que había en la biblioteca – él no me puede dejar... ¡ÉL NO PUEDE MORIR! – gritó asustado.

-Trowa, cálmate – le dijo Duo que se acercó preocupado a su amigo para calmarlo – shhhhhh.

-No puede morir Duo – dijo fuera de si Trowa abrazándose a Duo – no puede hacerme esto. No quiero perderlo. ¡¡Nooooooooooooooooo. Quatreeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!.

-Por Kami Trowa cálmate – le pidió asustado por el ataque de nervios – Heero haz algo.

-Eres patético – dijo de malas formas a Trowa – deberías de haber medido tu actitud y haber evitado a toda costa que la visión se hiciera realidad, pero que se puede esperar de un egoísta mortal – dijo acercándose a Trowa.

-Noooo no Quatre no me puede dejar – lloraba desconsoladamente.

-Heero no tendrías que haber sido tan duro él, no olvides que yo también un mortal como tú lo llamas – le dijo molesto por el comportamiento tan poco sensible – no ves que Trowa está muy susceptible debido a su estado y encima de dices todo eso...

-Se lo tenía que decir, él a contribuido a que todo esto sucediera, aún advirtiéndoselo – le dijo Heero a Duo sin mirarlo – a demás tú no eres como él – le dijo seriamente al mismo tiempo que sujetaba a Trowa de pie para presionarle un punto del cuello que lo relajó al momento. Dejándole caer suavemente al sillón para que se recostara y descansara.

-Espera – dijo débilmente Trowa al sentir que se alejaba Heero de él, sujetándole de la muñeca con escasas fuerzas – ayúdame por favor – le suplicó – tengo que encontrar... a Quatre.. y aclarar lo sucedido... yo... no quiero perderlo – le pidió con los ojos llenos de angustia – por favor te lo suplico... llévame ante él... solo te pido eso.

-Eso no va a poder ser, ya te lo he dicho – le respondió Heero soltándose de su escaso agarre.

-Heero por favor – le pidió esta vez Duo – ayúdale, te lo pido yo – le dijo Duo abrazándose a su ancha espalda.

-Esta bien... lo haré pero tú te quedarás aquí, yo iré por él, pero primero tengo que ir por el cuchillo y el cáliz para la ceremonia – les explicó a los dos.

-Pero será demasiado tarde – susurró sin fuerzas Trowa que luchaba por mantenerse despierto.

-No lo será – le respondió seguro – os quedaréis aquí yo regresaré pronto. Duo he venido a avisarte como te prometí – dijo girándose para encarar a su prometido que lo mantenía firmemente abrazado sin querer soltarlo con la cara oculta en su pecho sin mirarlo - ¿Duo que sucede? – le preguntó preocupado al ver la reacción de Duo.

-Heero, yo snif... no te vallas ahora – dijo con un hilo de voz sin dejar de abrazarlo.

-¿A que viene esto ahora? – le preguntó sin saber – saber que tengo que irme.

-Pues llévame contigo – le suplicó levantando su rostro lleno de lágrimas y angustia – no me dejes, quiero estar a tú lado, no me importa lo peligroso que sea, por favor Heero.

-Pero Duo no puedo llevarte, ¿por qué te has puesto así de repente? Ya habíamos hablado de ello – le dijo Heero.

-Lo sé pero... snif... me acabo de dar cuenta de que... puedo perderte en cualquier momento snif... yo quiero estar a tú lado, pase lo que pase, por favor Heero, llévame contigo, no te molestaré, pero no me dejes solo, te lo suplico.

-Duo – le dijo abrazándole fuertemente al comprender su miedo. La situación estaba muy tensa y el explicar lo de Quatre había ayudado a empeorar la situación. Igual que Duo, él también tenía miedo a perderlo.

-De acuerdo vendrás conmigo – le respondió ganándose un abrazo más fuerte por parte de Duo – harás lo que yo te diga, ¿de acuerdo?

-De acuerdo – le respondió Duo mostrándole una sonrisa.

-Nataku, ¿te encargarás de Trowa? – le pidió Heero.

-Si no te preocupes, dejaré que duerma y lo mantendré vigilado, podéis ir tranquilos.

-Gracias Nataku – le dijo Duo sujetándose de la cintura de Heero.

-Por ciento – dijo Heero antes de abrir la puerta de la biblioteca para salir con Duo – convencimos al conde Dark de nuestra inocencia. En estos momentos debe de estar dando una buena paliza a Touya, jeje – se burló Heero – Hilde y Cleff no tardarán en venir, decirles que se quede contigo.

-De acuerdo y me alegra oír eso lo de Dark – respondió Nataku.

-Nos vemos – de despidió Heero junto con Duo.

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-¡Lord Odin! – exclamó uno de los hombres de Oz - ¡Lord Odin!.

-¡Que sucede! – gritó molesto a su hombre.

-Es el Conde Dark. Touya-san se delató al contar lo que sucedió con su familia y ahora se ha puesto del lado de los Yuy – le informó nervioso

-¡Queeeeeee! Eso es imposible, maldición es que eso maldito Touya no sabe hacer nada bien. Reúne a los hombres hay que ataca de inmediato, Relena, ponte al mando de los hombres de Touya. Se efectuará un ataque de dos flancos, desde atrás y por la cara Norte, tenemos que aprovechar que Dark está entretenido con Touya. No quiero prisioneros, entrar y arrasar, ¿qué claro?.

-¡Sí mi Lord! – exclamaron los hombres Oz.

-¡A delante! – ordenó Odin.

El ataque fue bastante imprevisto, en poco minutos los hombres de Oz atravesaron la muralla trasera y la del Norte, la defensa Yuy mantenía el ataque a duras penas, debido a que Quatre, Zech, Hilde, Noin y Heero estaban en el exterior sin percatarse del ataque que estaba sufriendo en esos momentos.

Las primeras víctimas no se hicieron esperar, Relena, encargada del ataque Norte, mataba a cuanto se le ponía delante, sin importarle si era hombre, mujer o niño. Odin atacaba por la parte de atrás, en busca de la posibilidad de adentrarse en el Castillo, pero la defensa a pesar estas mal organizaba hacia que todo sus intentos por acceder al interior fracasasen.

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-¡Están atacando el Castillo! – exclamó Zech, al percibir el olor a sangre y de energías en las cercanías del Castillo – maldición hay que regresar de inmediato. Duo y los demás se encuentran en la biblioteca.

-Por kami, hay que ir a ayudarlos – dijo Noin – regresemos, deben de tener problemas.

-¿Cómo se ha podido enterara tan pronto de que Dark se ha puesto de nuestra parte? – preguntó furioso Wufei.

-Bakas, cof cof – tosió dolorosamente Touya debido a los golpes recibidos por Dark – hemos estado vigilando desde el principio los movimientos de Dark - ¿crees que no fiábamos de él? jeje – se burló con dificultada Touya.

-¡Cierra la boca! – le dijo Dark golpeando su estomago de nuevo – Max, Alan, que nuestros hombres vallan a apoyar a los Yuy, organizar una defensa e iré en cato acabe con esta rata – les dijo mientras sujetaba de los pelos a Touya.

-Sí señor – exclamaron los dos hombres del Conde.

-Zech, será mejor que regreséis al Castillo los Yuy nos necesitan, yo me encargo de este.

-De acuerdo, ya sabes donde estamos – le respondió Zech – te esperaremos, nuestra casa es la tuya, no lo olvides.

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-Maldición... el ataque ya ha empezado – comentó Heero que se había detenido dentro del bosque mirando en dirección al Castillo con preocupación.

-¿Regresamos? – preguntó Duo aferrado a su cintura.

-No, debemos confiar en que ellos sabrán como actuar. Nuestra prioridad es encontrar esos objetos, tan solo nos quedan un par de horas de noche.

-¿Sabes donde está la cueva? – le preguntó Heero.

-Sí Dark me dijo como encontrarla – le respondió.

-¿Es de fiar?

-Sí estoy seguro Duo. Ven Duo sujétate fuerte de mi cuello – le dijo abrazándole para cubrirse los dos con su capa negra – utilizaré la magia de velocidad vampírica para llegar más rápido, si te mareas no mires, apóyate en mi pecho, no durará mucho, ¿listo? – le preguntó Heero mirándole a la cara.

-Espera – le dijo poniéndose de puntillas para quedar al mismo nivel que él, para besarle apasionadamente durante unos segundos – ahora estoy listo – le dijo con una sonrisa.

-Jeje, perfecto, no te sueltes – le dijo al ponerse en marcha.

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-Nos hemos quedado solos, jeje – se burló Dark mientras le oprimía el cuello a Touya.

-Si vas a matarme hazlo de una vez, desgraciado – le dijo Touya.

-¿Que pasa que ahora tienes prisa? – le dijo con burla.

-Si quieres pelea suéltame bastardo.

-¿Para que, para que puedas escapar? De eso nada, a demás no te voy a dar ninguna ventaja, ya que tú no lo hicistes con mi esposo. Matastes a gente indefensa y lo peor de todo, gente inocente que no te había hecho nada – le dijo furioso

-Obstaculizaban nuestros planes, es simple, nuestra raza siempre se ha regido por la ley del más fuerte – le respondió con burla Touya.

-Pues viendo que eres un defensor de esa ley pues ten por seguro que te voy a pagar de la misma forma, ahora el fuerte soy yo y serás el más débil, voy ha acabar contigo y desearás no haber nacido nunca, desgraciado – le dijo atravesando su estómago con su puño pero sin herirlo de gravedad – te voy a despojar de todo lo que tienes, tus posesiones, tus títulos, a tú amante hasta tú vida me pertenecerá, maldito – le dijo con odio.

-Eres un cerdo, lo único que te ha interesado es quitarme a Cleff, pues quiero que sepas y él es mío, yo lo desvirgué, me lo he follado todas las veces que he querido y la muy perra siempre a sido muy solícitos y le encantaba jadear de placer, jeje – ser rió con malicia.

-¿Crees que eso me puede afectar? No me tomes por un crío Touya, me defraudas. Sé que Cleff ha sido tú amante y solo Kamisama sabe las aberraciones que habrá cometido para saciar tú mente enferma pero eso me da igual. Yo soy distinto a ti, no quiero a Cleff como una puta barata, como tú lo has hecho. Eres tan baka que no te has dado cuento de lo que vale ese chico, en parte me alegro porque no me costará nada que me acepte, él solo necesita que le den cariño y no vejaciones y golpes que tú has hecho.

-Esa perra solo sirve para que le den palizas y para que ponga el culo – dijo Touya con desprecio.

-¡Cierra la boca! – gritó Dark lanzando a Touya contra un árbol bastante ancho, para que un segundo después abalanzarse sobre él sujetándolo de nuevo por el cuello – no voy a permitir que hables de Cleff de esa forma delante de mí, ¡me oyes!.

-Jeje te molesta, esa clase de sentimientos son una estupidez eso es para los humanos.

-No sé ni siquiera porque me molesto en explicártelo, eres un maldito desgraciado sin alma ni corazón. Ya me tienes harto, ya he perdido mucho tiempo contigo y Cleff me está esperando.

-Anda corre, ve a revolcarte con él – dijo molesto.

-¡Que te calles! – le gritó perdiendo la paciencia a la vez que la mano que le sujetaba el cuello se incendiaba, quemándolo.

-Arggggggggggg – gritó de dolor.

-¡Grita, gime de dolor como la rata que eres – le gritó Dark mientras que conjuraba un hechizo materializando en su mano libre varias estacas que clavó en cada una de las palmas de las manos de Touya para inmovilizarlo y tener él las manos libres para realizar su venganza.

-¡Maldito seaaaaaaaaaaaassssssssss! – aulló Touya.

-Pues esto solo acaba de empezar – le informó Dark, transformando una esfera de energía en un cuchillo con el cual le cortó el cuello para que se fuera desangrando poco a poco. Otros cortes se sumaron a su cuerpo como los brazos, piernas y abdomen.

-¡Mátame ya no juegues más malditoooo! – le pidió Touya.

-Aunque me supliques no tendré piedad de ti. A demás queda lo mejor, pero antes te diré que saludes a Lucifer de mi parte cuando te encuentres con él en el infierno, jaja – se burló – Criaturas de la noche... – conjuró Dark -... vosotras que vagáis ocultas desde tiempos remotos, siendo despreciadas y aniquiladas, portadoras de la peste y enfermedades fatales, salid de vuestros escondites, ya que hoy os brindo el festín prometido del día del origen, salid hermanas de la noche y reclamar lo que desde el inicio os perteneció. Que la carne maldita regrese a la carne maldita, piel a la piel, carne a la carne, salid hermanas de la noche, vuestro presente os espera – recitó Dark.

Segundos más tarde numerosos chillidos agudos les rodearon en medio de la oscuridad, de pronto millones de ojos rojos les rodearon, a la espera de la señal que esperaban.

-¡Adelante mis queridas hermanas, es todo vuestro! – gritó eufórico Dark – saluda a Lucifer de mi parte – se burló Dark viendo la cara de horror de Touya al ser rodeado de miles de ratas.

Tras oír la autorización de Dark las ratas se lanzaron al ataque. Toco a poco se fueron subiendo al cuerpo inmovilizado de Touya que gritaba desesperado intentando sacárselas de encima pero todo era en vano, por cada una que tiraba, tres más se abalanzaban sobre él. Las más pequeñas se introdujeron por los cortes hechos por Dark para poder devorar desde el interior, pronto la silueta de Touya ya no se podía apreciar, solo se veía una montaña de ratas que se peleaban por conseguir un pedazo que comer.

-Comer y saciaros, amigas de la noche, disfrutar de vuestro festín siempre y cuando no extingáis la vida de este miserable ser. Comer despacio y sin prisa, ya que último aliento será reservado para el astro rey, jaja. Aquí yacerás Touya, te devorarán lentamente sin llegar a arrebatarte la vida y para cuando solo te quede un soplo de vida te dejaré aquí clavado para que los rayos de Sol extingas lo poco que quede de ti – le explicó Dark – Jamás debiste meterte con los míos Touya, me arrebataste lo que más quería, ahora soy yo quien te lo arrebata todo. ¡Shiva! – gritó Dark llamando a una gran loba de pelo gris – vigílalo que no escape, aunque lo dudo. Cuando halla muerto, búscame para decírmelo – le pidió Dark acariciando el pelaje de la loba – obteniendo un aullido como respuesta afirmativa.

-Argggggghhhh, ooooohhhhh – se oían los grito de auténtico dolor de Touya.

-Que lo pases bien – dijo con burla Dark dirigiéndose hacia el Castillo Yuy

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-¡Atacar sin piedad! – gritaba Odin a sus hombres – no quiero prisioneros.

-Maldito sea Odin – grito uno de los Yuy al atacarlo.

-Eso es todo lo que puedes hacer, gusano – le insultó Odin – tus rasguños no me hacen nada

Se burlaba Odin mientras esquivaba todo los golpes, sus contrincantes no le duraba mucho a pesar de lo motivados que estaban, uno a uno iban cayendo a sus pies.

-Pero mira a quien tenemos aquí – dijo burlón al reconocer la figura que se acercaba hacia él – ¿has venido a combatir contra mi? Veo que no estás en tú mejor momento. ¿has tenido problemas últimamente?

-Déjate de charlas inútiles Odin, no voy a dejar que te salgas con la tuya, no voy a permitir que dañes a lo que quiero.

-Hablas mucho para el estado en que te encuentras, ya me parecía a mí muy raro que Touya hubiera acabado contigo – dijo con ironía al rubio vampiro.

-Se necesita a alguien más que Touya para acabar conmigo, no dejaré que sigas adelante, el futuro de familia depende de que lo consiga.

-Pues lamento decirte que tú familia no tiene futuro si pretendes enfrentarse a mí en ese estado, eres patético Quatre, siempre lo has sido y siempre lo serás, pero tranquilo te prometo que les daré una muerte rápida, jeje – se burló Odin.

-No le pondrás un dedo a Trowa y a mi hijo, ¡me oyes! – gritó molesto Quatre – antes acabaré contigo.

-¿Tú hijo? No me digas que has fecundado al insignificante mortal, puag, no comprendo vuestro interés en mezclar nuestra sangre pura con esa que es simple alimento para nosotros.

-Cierra la boca cerdo, tú nunca lo entenderás – le dijo molesto – dejémonos de charla y ataca.

-Como quieras, tú lo has querido – le dijo.

Odin se lanzó al ataque con su garra con la intención de desgarra la garganta de Quatre, pero éste lo pudo esquivar por poco dando una voltereta hacia atrás, al caer se impulsó con los pies para caer sobre Odin, rodando los dos por el suelo hasta chocar contra uno de los muros del patio. En un descuido Quatre cortó con el cuchillo que solía llevar siempre en el estómago de Odin haciéndose que se doblase de dolor pero pronto se recuperó. Molesto por el error que cometió se lanzó sobre Quatre propinándole varios puñetazos en cara y abdomen, dejándolo casi sin aire. Con dificultada Quatre se deshizo del Odin con una certera patada que lo lanzó al suelo, antes de caer, Quatre le lanzó dos esferas de energía que le impactaron de lleno, pero sin el efecto que deseaba, ya que sus pocas fuerza comenzaban a pasarle factura.

-No vas a poder conmigo con esos ataques tan débiles – le dijo Odin a Quatre con ironía.

-Calla y lucha – dijo molesto y con dificultad.

Odin de abalanzó de nuevo contra Quatre arrastrándolo contra la pared del Castillo, manteniéndolo sujeto por el cuello mientras lo estrangulaba. Las manos de Quatre intentaba librarse de ese fuerte agarre pero le era imposible, sin fuerzas para resistirse.

-Te ha llegado tu hora Quatre, es una lástima que me hayas dado tan poca batalla pero que le vamos a hacer, ya me ensañaré con tú amante, jeje – le amenazó Odin.

-Aaaa... Trowa ni lo to... toques maldito, cof cof – se quejó Quatre.

-Es admirable tú terquedad, aún sabiendo que vas a morir sigues intentando proteger a tú chico, muy conmovedor – se mofó Odin – Pero ya me cansé de tú teatro barato, despídete de tú amante y de este mundo – le dijo enterrando su puño en el pecho de Quatre provocándole que escupiera abundante sangre de la boca y de la herida mortal – Que lastima, ya no protestas más – le dijo Odin aún sujetando el cuerpo inmóvil de Quatre por el cuello

-Tro... Trowa – gimió en su último aliento.

-Odio tener que mancharme de sangre – se dijo a si mismo sacando de un tirón su puño del pecho de Quatre llevándose con el parte de la camisa donde Quatre tenía sus iniciales bordadas – Esto me lo llevaré de recuerdo – dijo guardado el trozo de blusa a la vez que dejaba caer el cuerpo sin inerte de rubio.

-¡Lord Odin! – llamó uno de los suyos – los hombres del Conde Dark se están inmovilizando.

-Que los hombres se repleguen, que no retrocedan en sus puestos, hay que seguir avanzando, hay que llegar hasta el Elegido, si lo destruimos, nuestra raza ya no peligrará. Que un grupo intente infiltrarse por los tejados, que Relena avance todo lo posible antes de que lleguen los refuerzos de Dark – ordenó Odin.

-¡Sí mi Lord! – exclamó saliendo para dar las órdenes pertinentes.

-Un estorbo menos – dijo Odin pasando por encima del cuerpo de Quatre – ahora por el siguiente. Tú y tú – dijo señalando a dos de sus hombres – localizar una puerta trasera, tiene que haber alguna, todos los Castillo tienen una. Tú y tú – ordenó señalando a dos más – acompañarme, los demás mantener el ataque sin descanso hasta que cedan territorio – les informó desplazándose que con hombres que había ordenado hacia otro punto del Castillo.

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-¡¡Noooooooooo!! – gritó sobresaltándose Trowa al despertarse – no puede ser – dijo desesperado - ¿dónde está Quatre? ¿dónde está? – preguntó desorientado al primero que se le acercó.

-Trowa, tranquilo, ey ey mírame – le dijo al ver que Trowa miraba para todos lados sin reconocer nada – ey soy Nataku, tranquilo. Duo y Heero han ido a buscarle, no te angusties.

-¿Nataku? – le dijo sin reconocerla a primera vista - ¡Nataku! ¿dónde está Quatre? Quiero verle – le dijo asustado.

-Ssssshhhhh tranquilízate ya te he dicho que han ido a buscarlo – le mintió al ver su desesperación – no tardarán mucho.

-No hay tiempo – le dijo nervioso – a Quatre le ha pasado algo, lo sé. He podido sentir algo y no me gusta, tengo que verlo ahora – dijo levantándose del sofá cubierto de sudor y temblando.

-No puedo dejarte salir Trowa, entiende, no me hagas usar la fuerza contigo, estás embarazado – le advirtió la guerrera.

-Me da igual – le gritó volviendo a llorar – ¡le ha pasado algo, maldita sea, Quatre me necesita!

-Trowa no...

En ese momento la puerta de la biblioteca se abrió entrando Hilde junto con Cleff que parecía abatido y preocupado.

-¡Hilde! – exclamó Trowa al verla corriendo a su lado para zarandearla de los brazos –

Y Quatre, ¿dónde está Quatre? ¿le has visto? – le preguntó desesperado.

-Trowa... cálmate – le pidió la vampiresa – no no le he visto, pero tranquilo estará bien.

-¡Nooo! Le ha pasado alguien lo sé – dijo acariciándose el vientre – he notado como algo me perturbaba por dentro, snif... mi... mi bebé sabe que algo malo le ha pasado a su padre. Tengo que ir a buscarle – le comunicó.

-No puedes, Odin está atacando en estos momentos el Castillo, es demasiado peligroso – le advirtió Hilde sujetando a Trowa para evitar que saliera de la biblioteca.

-Si Lord Odin o alguno de sus hombres te coge, no dudarán en matarte – le aseguró Cleff con tristeza por el comportamiento salvaje de los que eran hasta hace poco su Clan.

-¡Me da igual! – gritó Trowa.

-Plafff!! – le abofeteó Hilde a Trowa para calmarlo – piensa con la cabeza fría, no sabemos lo que está pasando ahí fuera, no sabemos nada ni de Quatre, Zech o Heero. Sí en el pero de los casos Quatre hubiese muerto, ¿quieres perder lo único que tienes de él? Piensa en tú hijo, el te necesita más que ha nada. ¿quieres perderlo a él también? No seas egoísta – le criticó Hilde.

-Pero Quatre... yo... tengo que encontrarle – dijo llorando pero algo más calmado.

-Daremos con él, eso no lo dudes, pero ahora tienes que pensar en tú bebé – le dijo tocándole la barriga – ya se pueden percibir sus latiditos – le dijo con una sonrisa triste, ella también había sentido como la poca energía que se percibía de Quatre había desaparecido de golpe – ven siéntate, no creo que los chicos tarden en regresar, ellos se encargarán de buscar a Quatre.

-De acuerdo – le respondió acompañando a la vampiresa a sentarse de nuevo en el sofá - ¿de verdad puedes sentir los latidos de mi bebé? – le preguntó avergonzado mientras se tocaba la barriga que aún no parecía abultada.

-Así es, bueno los latidos no pero si su presencia en ti – le explicó Hilde – los bebés vampiros tienen un ciclo mucho más rápido de desarrollo, ya verás como pronto tú panza empieza a engordar, jeje – bromeó la chica para romper la tensión y mantener calmado al chico.

-Ya verás como todo sale bien Trowa – aseguró Nataku para darle ánimos a Trowa.

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-¡Esperar! – gritó Zech a los demás deteniéndose de golpe en medio del patio del Castillo Yuy mientras se dirigían hacia el Castillo – ¿habéis notado esa energía?

-Es la energía de Quatre – comentó preocupada Noin.

-Proviene de la parte de atrás del Castillo, bueno mejor dicho ha desaparecido de la parte de atrás – puntualizó Wufei.

-No puedes ser – dijo nervioso corriendo hacia ese lugar – voy haber de que se trata – les comentó a los demás.

-¡Espera Zech, voy contigo! – exclamó Wufei a su amante.

-Yo también – se sumó Noin.

Mientras se dirigían hacia la parte trasera del Castillo, varios hombres de Oz les cerraban el paso, pero con ágiles movimientos se libraron de ellos con rapidez. En pocos minutos llegaron ha la zona donde se efectuó la pelea de Odin y Quatre.

-No puede ser – dijo incrédulo Zech al reconocer el cuerpo sin vida de Quatre en medio de un charco de sangre.

-Noooo Quatre – gritó angustiosa Noin corriendo al lado del vampiro que yacía muerto en el suelo – Quatre, Quatre – le llamaba – despierta Quatre – dijo llorando por la perdida de su amigo sin querer creérselo.

-Qua... Quatre – le llamó Zech acercándose al rubio - ¡Nooooooooooooooo! – gritó de dolor.

-¿Cómo a podido pasar? – preguntó desconcertado Wufei acercándose a Zech para abrazarlo.

-Por Kamisama, no es posible – dijo Noin abrazando el cuerpo de Quatre mientras lloraba – que le vamos a decir a su chico, no me lo puedo creer.

-Va querer morirse él también – comentó con tristeza Wufei –

-Su... cuerpo – dijo Noin llamando la atención de los dos vampiros – su cuerpo está empezando a descomponerse – dijo entre lágrimas Noin mostrando como la piel de Quatre comenzaba a ponerse grisácea.

-¿No se puede hacer nada? – preguntó esperanzado Wufei, ya que desconocía los verdaderos poderes de los vampiros.

-Nuestro poder es insuficiente Wufei – le explicó Zech a su koi – los vampiros por norma general no podemos dar la vida, solo la muerte.

-Entonces Heero a lo mejor si puede hacer algo, siempre habéis dicho que él tiene poderes que vosotros no tenéis, no podemos darnos por vencidos – comentó Wufei.

-Sí Heero estuviera aquí habría alguna posibilidad pero se ha ido en busca de aquellos objetos. El cuerpo de Quatre no aguantará hasta que regrese y sin cuerpo... – comentó Noin desesperada.

-Yo puedo mantenerle el cuerpo intacto por un tiempo – dijo Zech

-Pues hazlo – le pidió Wufei – no podemos dejar que muera.

-Wufei... – dijo con dolor Zech – Quatre ya está muerto y no sabemos si Heero podrá hacer algo como devolver la vida a Quatre, es más lo dudo, jamás he oído algo parecido – le explicó Zech – puede que esto no sirva de nada.

-Puede que tengas razón pero tenemos que agotar todas las posibilidades, ¿no lo harías tú por mí? – le preguntó Wufei decidido.

-Claro que sí, pero hay que ser realista – le dijo mientras conjuraba el hechizo que mantendría el cuerpo inquebrantable a Quatre durante un tiempo – espero que tengas razón. Creo que será mejor ocultar el cuerpo de Quatre hasta que llegue Heero. Trowa no debe de verlo, hasta que no halla más remedio.

-Me snif, me parece bien – dijo Noin aún sujetando el cuerpo cada vez más frío de Quatre.

-Ten Noin – le dijo Zech ofreciendo su capa – cubre el cuerpo de Quatre para que nadie lo reconozca, no sería bueno que lo supiera mucha gente, debemos de evitar que Trowa se entere.

-Tienes razón – corroboró Wufei ayudando a Noin a cubrir el cuerpo con la capa de Zech – ahora llevémoslo a dentro, aquí ya no podemos hacer nada más – dijo más tranquilo.

Zech se encargó de llevar el cuerpo de Quatre mientras Wufei y Noin le abrían paso entre los enemigos. Tardaron un poco en llegar al interior del Castillo pero lo consiguieron con un poco de trabajo, en el interior las cosas iban un poco mejor, algunos hombres de Oz habían conseguido adentrarse pero estaban siendo expulsados poco a poco. Los hombres del Conde Dark se habían unido a las filas Yuy haciendo que más efectiva la defensa del Castillo, haciendo retroceder a casi todos los enemigos del Castillo.

Zech y los demás caminaban por los pasillos hacia los aposentos de Quatre, pero al pasar por la puerta de la biblioteca, ésta se abrió de golpe sorprendiéndoles a todos.

-¡¿Zech?! – le llamó Hilde al verlos parados en el pasillo con un bulto en los brazos.

-¡Cierra la puerta! – gritó Zech al ver que Trowa miraba hacia allí sin saber que estaba ocurriendo.

-¿Qué ocurre? – dijo asustada por la reacción de su amigo rubio – salí de la biblioteca al percibir vuestra energía – les explicó en voz baja – estoy preocupada por Quatre, he sentido que su... – les dijo pero al ver los rostros compungidos y de dolor, la alarma le asaltó de repente – Ze... Zech... ¿a... a quien llevas oculto con tú capa? – le preguntó asustada Hilde sin querer saber realmente la respuesta.

-¿Qué está sucediendo ahí fuera? – preguntó intrigado Trowa que miraza a Nataku y ala puerta de la biblioteca alternativamente sin comprender nada.

-No lo sé Trowa, no lo pude ver con claridad, me parece que Hilde estaba hablando con alguien en el pasillo – le comentó sin estar muy segura.

-Creo... creo que era Zech – le dijo nervioso, un extraño escalofrío le recorrió el cuerpo.

De golpe un gritó de dolor los sorprendió a ambos dentro de la habitación.

-¡¡¡Nooooooooooooooooo!!!! – gritó Hilde sin poder contenerse al destapar la capa y ver el cuerpo muerto de su mejor amigo.

-Shhhhhhhhhhh no grites – exclamó Zech, preocupado por llamar la atención de Trowa.

-Estás loca – le recriminó Noin a su amiga – si Trowa se entera en su estado él...

-No puede ser, snif, ¿qué ha pasado? ¿quién a sido? – preguntó desolada Hilde mientras apretaba la tela de la capa que cubría el cuerpo de su amigo.

-Ahora no hay tiempo para eso Hilde, a demás tampoco sabemos lo que sucedió. Lo principal es que Trowa no se entere de... – comentó Zech queriendo emprender la marcha hacia la habitación del Quatre.

-¿Qué no me entere de que? – preguntó Trowa que estaba parado en la puerta de la biblioteca sin saber que ocurría - ¿qué ha sido ese grito? Hilde ¿por qué lloras? – le preguntó con un nudo en el estómago.

-¡Hilde llévatelo a dentro, rápido! – le ordenó Zech girándose para darle la espada a Trowa para que no viera a Quatre.

-¿¡Que está pasando aquí!? – exigió saber Trowa - ¿Por qué está llorando Hilde? ¿qué llevas ahí Zech? – le dijo acercándose al rubio pero Hilde lo detuvo antes de llegar a él.

-Vámonos a dentro Trowa, ahora no hay tiempo para eso – le dijo lo más tranquila que pudo a Trowa sujetándolo del brazo.

-¡No! – dijo soltándose del agarre de la vampiresa para acercarse a Zech para tirar de la capa - ¿qué me estás ocultado?

-¡Nooooo! – gritaron todos a la vez al ver como Trowa tiraba de la capa descubriendo parte del cuerpo de Quatre.

-Es... esto no es verdad – dijo retrocediendo para alejarse de aquella visión – no puede ser verdad. ¿dónde está Quatre? ¡Donde está! Hilde, ¿dónde está Quatre?, me dijiste que estaba bien – le dijo cada vez más alterado.

-Maldición – se quejó Zech, esto no tenía que haber pasado, Hilde llega a dentro a Trowa – le ordenó viendo como era conducido sin resistirse en un estado catatónico – ya no tiene sentido llevar el cuerpo de Quatre a su habitación, lo dejaremos en la cámara secreta hasta que llegue Heero – les informó Zech a los demás, entrando después de Trowa a la biblioteca.

-¿Qué ha pasado? preguntó Nataku a su hermano.

-Quatre a muero – le respondió en voz baja para que no lo oyera Trowa.

-Trowa – llamó al chico que tenía la mirada en un punto fijo mientras ríos de lágrimas se deslizaban por sus mejillas en silencio – Trowa ¿me oyes? – le preguntó Nataku preocupada por la reacción de Trowa – Trowa, di algo, por favor.

-Snif... lo he perdido, snif y todo por mi culpa – rompió en llanto amargo sobre Nataku.

-No sabes cuanto lo lamento Trowa, debí haberte hecho caso antes, yo... lo siento – dijo con tristeza Nataku.

-Que voy hacer ahora sin él, yo lo he matado, ha sido por mi culpa. ¡Quatre porque!.

-Trowa, lo siento – dijo Zech acercándose a él tras dejar el cuerpo de Quatre en la cama de la habitación anexa – debí quedarme a su lado cuando salió antes, yo... lo siento – dijo culpable.

-¿Cómo ha sido? – le preguntó Trowa - ¿quién a sido?

-No lo sé Trowa, percibí su débil energía y cuando llegué fue demasiado tarde, yo... lo lamento – le dijo con todo el dolor de su alma.

-Quiero verle – pidió Trowa.

-No creo que sea buena idea Trowa, no es agradable – le explicó Zech.

-Es mi pareja – dijo molesto Trowa – no hay nada que me resulte desagradable de él. Quiero verlo, snif y no veré con o sin... tu consentimiento – le dijo poniéndose de pie.

-¿Te acompaño? – le preguntó Nataku.

-No quiero estar a solas con él snif yo... yo quiero despedirme de él – le respondió aguantándose las ganas de llorar.

-Como quieras – le dijo.

Con paso lento Trowa se dirigió hacia la habitación secreta, un miedo profundo se apoderó de él, la desesperación y el miedo se apoderaron de todo su cuerpo.

Al entrar a la habitación pudo ver el cuerpo de Quatre tumbado en la cama con la capa cubriendo por completo. Con el frío en su cuerpo se acercó hasta la cama, durante unos minutos lo estuvo observando sin atreverse a descubrir la capa, algún que otro mechón de cabello rubio escapaba de la capa negra resaltado como rayos de sol. Con manos temblorosas retiró la capa hasta la cintura, de nos ser por la fea herida de su pecho aseguraría que su amor estaba dormido. Parecía sereno y tranquilo, sus facciones estaban relajadas y con los labios ligeramente entreabiertos, sus brazos descansaban sobre su firme estómago, su ropa estaba algo sucia y mal tratada pero aún así se veía hermoso, miles de hebras doradas descansaban bajo su fuerte espaldo y sobre sus anchos hombros. Tenía los labios manchados de sangre al igual que su pecho por donde debió de perder la mayoría de su sangre. Sin darse cuenta Trowa se sentó a su lado, esperaba que en cualquier momento Quatre abriese los ojos para abrazarlo y atraerlo hacia su cuerpo. Sin pensárselo dos veces sujetó la mano fría de Quatre para llevarla a sus labios y besarla con anhelo.

-Quatre, mi amor – le dijo en voz baja como si le escuchase – lamento mucho todo lo que te dije antes, no era verdad, yo... te amo, te amo más que a mi vida y no quiero que te separes de mí – le confesó a la vez que sus lágrimas abandonaban sus ojos verdes – dije cosas horribles de ti que no son verdad, lo siento mucho amor, perdóname, yo... estaba asustado y no supe reaccionar como se debía.

Le hablaba a Quatre con dulzura mientras se acariciaba la cara con la mano fría de Quatre.

-Te doy mi palabra..., jamás volveré a dudar de tú amor... por favor abre los ojos... no puedes dejarme ahora, te necesito a mi lado – le dijo abrazándose a él sin importarle si se manchaba de sangre – te amo no me dejes – le dijo besando sus labios – Quatre abre los ojos por favor, no me dejes solo... Quatreeeeee, te lo suplico, no me dejes. No puedo vivir sin ti, nuestro bebé necesita a su padre, esto no puede estar pasando. ¡Quatreeeeeeeeeeee! – lloraba amargamente cogido al vampiro.

En la biblioteca.

-Zech, ¿Por qué no le has dicho que Heero puede revivirlo? – preguntó con tristeza Wufei al ver el sufrimiento de Trowa.

-No se lo he dicho porque no es seguro, no quiero darle falsas esperanzadas Wufei, prefiero que se valla haciendo la idea de que Quatre está muerto, no quiero que pase por dos perdidas, sé lo que me digo – le respondió con seriedad a su pareja.

-Iré a por Trowa – comentó Hilde oyendo los lamentos de chico de ojos verdes – tenemos que hacerle descansar, hoy está siendo un día horrible para él y en su estado no es recomendable.

-¿Heero se marchó ya? – preguntó Zech a Nataku.

-Sí se marchó con Duo – le respondió la guerrera Chang.

-Sí, nosotros lo vimos irse – comentó Cleff mientras veía como Hilde se iba a buscar a Trowa.

-Trowa, cariño. Deberías descansar un poco – le dijo maternalmente al chico que se aferraba a Quatre sin dejar de rogar y llorar.

-No quiero, quiero estar con él, no voy a separarme de él, todo esto es por mi culpa.

-Eso no es verdad – le dijo con tristeza – qua... Quatre luchó para protegerte, para que tú y tu bebé tuvieran un futuro mejor.

-¡Yo le maté! Le dije cosas horribles y por eso... – le dijo con dolor.

-Eso no es verdad, conozco a Quatre y sé que por muchas cosas horribles que le hubieras dicho, el te hubiera protegido igual, para él eras lo más importante y... por eso snif dio su vida por ti. Debes ser fuerte por él, debes seguir adelante y vivir como él lo hubiera deseado. Sé que a pesar de que no está entre nosotros él está contigo – le explicó Hilde.

-Pero yo quiero estar con él, lo necesito. Le quiero – le dijo a Hilde acariciando el rostro de Quatre y su cabello rubio.

-Me lo imagino, todos queremos que esté con nosotros. Anda ven, si te quedas aquí lo único que haces es sufrir más y eso a Quatre no le gustaría – le dijo Hilde para convencerlo para salir de allí.

-Es lo que me merezco, lo único que hecho desde que le conocí es darle problemas.

-No digas mentiras Trowa, te puedo asegurar que no he visto a Quatre más feliz que desde que te conoció, a demás le has dado el mayor regalo que él podía desear y que anhelaba. Le has dado un hijo y créeme Quatre a tenido miles de oportunidades para tener un hijo pero hasta que te conoció no se decidió.

-Pero a sido tan toco tiempo el que hemos estado juntos – le comentó con amargura.

-Sí pero ¿seguro a que ha sido muy intenso? – le comentó Hilde con una sonrisa tranquilizadora – ahora lo que tienes que hacer es descansar cuidarte bien para que vuestro hijo sea sano y fuerte, criarlo con todo el amor que tienes y el día de mañana hablarle del padre tan maravilloso que tubo, ahora tienes la responsabilidad de cuidar y criar al heredero Winner – le explicó Hilde para darle ánimos.

-Una vez Quatre me hizo prometerle que si le pasaba algo yo debía de ir al Castillo Winner, según él me están esperando... pero no sé que hacer sin él yo...

-Creo que deberías hacerlo, es lo que Quatre quería. Rashid y los demás son muy buena gente, ya verás que allí estarás de maravilla. Al principio puede que te sientas raro pero verás como te acostumbras – le sugirió la vampiresa.

-Pero no quiero estar allí solo sin conocer a nadie y sin Quatre – le hablaba a Hilde sin soltar la mano de Quatre.

-No estarás solo, nosotros te iremos a ver siempre que quieras y pronto conocerás a todo el mundo del Castillo. Si quieres me puedo ir una temporada contigo para que te vallas haciendo la idea. Allí tengo grandes amigos.

-¿Lo... lo harías? – preguntó aliviado.

-Claro que sí, somos amigos ¿no?, a demás eres el esposo de Quatre, eres parte de nuestra familia y ese chiquitín que tienes dentro – dijo acariciándole la barriga – es como si fuera mi sobrinito. Jeje hace mucho tiempo que deseaba mimar y malcriar a los hijos de mis amigo-hermanos, jeje – rió un poco.

-Supongo que tienes razón, no voy a negar la herencia que le dejó Quatre a su hijo, él será un Winner, un Winner del Clan Yuy – dijo un poco más tranquilo.

-Así me gusta oírte, bueno va siendo la hora de tú consomé y de que descanses, ¿quieres despedirte una última vez? – le preguntó viendo que le costaba separarse de allí.

-Sí, si no te importa – dijo poniéndose de pie – bueno... mi amor... al final siempre te sales con la tuya – le dijo intentando hacer broma pero las lágrimas de su cara demostraban lo que realmente sentía – nunca he podido llevarte la contraria, yo... yo siempre acabo haciendo lo que tú quieres y la verdad, me gustaba complacerte. Voy a cumplir la promesa que te hice, iré a tú Castillo para criar a nuestro hijo como todo un Winner, uno del que estés orgulloso. Hubiera deseado que las cosas fueran diferentes pero... ya no se puede hacer nada yo... te amo, te amé y te amaré siempre hasta el día que me muera y me vuelva a reunir contigo mi amor. Espero que desde donde quiera que estés puedas ver crecer al hombrecito en que se convertirá nuestro hijo, porque estoy convencido de que será un niño, un niño tan cariñoso y guapo como su padre. Sé que me va a resultar muy duro sin ti pero lo intentaré... quiero que te sientas orgulloso de mí... jamás podré olvidarte, lo has sido todo para mí. Te quiero mi amor, no voy a despedirme por que sé que tarde o temprano nos volveremos a ver, lo sé, te estaré esperando siempre mi amor, mi viva. No me olvides Quatre y no pienso hacerlo – le dijo sellando su promesa con un beso en los labios del rubio – te amo – le dijo separándose de él.

-¿Listo? – preguntó Hilde que se mantuvo al margen mientras se despedía Trowa.

-Creo que no lo estaré nunca, pero lo intentaré – le dijo Trowa como respuesta.

-Eso ya es algo – le dijo Hilde sonriéndole con cariño – venga salgamos de aquí.

Hilde acompañó a Trowa hacia la biblioteca, en cuanto llevaron todos los demás se quedaron en silencio, esperando la reacción del chico. Trowa se veía destrozado y cansado. Con notorias ojeras y los ojos enrojecidos de tanto llorar, se dejó guiar hacia el sillón donde Hilde le obligó a tumbarse mientras ordenaba que preparasen la cena para él y los demás mortales, ya que se estaba haciendo muy tarde ya.

Durante el tiempo que cenaban los que podían comer, Zech y los demás fueron informados que los hombres de Oz se habían retirado gracias a la ayuda de los hombres del Conde Dark. Lo más seguro es que se hubieran ido en busca de refugio para el inminente amanecer dejando el ataque final para el día siguiente.

Se montó una guardia que se relevaría coda cierto tiempo, mandando el resto a descansar para que estuvieran frescos para el día siguiente. Hilde se llevó a Trowa a sus aposentos para que descasara. Nataku y Noin también se retiraron igual que los supervivientes Chang, a Cleff se le asignó una habitación de invitados. Lo únicos que esperaron a saber noticias de Heero fueron Zech y Wufei.

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-Aquí es – informó Heero a Duo que seguía fuertemente agarrado a su pecho - ¿estás bien?

-Er... creo que sí, solo estoy un poco mareado – le respondió Duo tambaleándose un poco.

-Jeje, se te pasará pronto – se rió Heero.

-Muy gracioso no te rías, ¿es aquí? – dijo Duo mirando una entrada de una cueva que se veía con dificultad debido al follaje espeso que la recubría.

-Sí aquí es, venga entremos – le dijo Heero sujetando a Duo de la mano.

-Está muy oscuro, no veo nada – le dijo al entrar a ella.

-Ven sujétate a mí – le dijo abrazándole de la cintura – no te sueltes yo te guiaré.

Varios minutos después dieron con la estancia que se describía en el libro, todo estaba tal cual se relataban solo que a diferencia que en la cámara secreta de la biblioteca, ahí si que se tonaba el transcurso de los años. Todo estaba lleno de polvo y tierra y numerosas raíces de enmarañaban en paredes, techo y suelo.

Duo al no ver gran cosa siguió aferrado a la cintura de Heero por miedo a tropezar y tirar cualquier cosa.

-Heero no puedo ver mucho, así no te podré ayudar – le comentó Duo un poco asustado.

-Perdona amor, a veces olvido que no eres como yo, toma sujeta esto – le dijo pasándole una rama seca de no se sabe donde.

-Pero igual mente no me... – se quejó Duo pero de pronto una esfera de energía encendió la rama que utilizaría como antorcha - ...veo, jeje.

-Impaciente – le regaño Heero para después besarle en los labios cariñosamente.

-Jeje lo siento – se rió Duo.

-Busca por ese lado – le pidió Heero – pero no toques nada que resulte sospechoso o no sepas lo que es, yo buscaré por este lado.

-De acuerdo – le respondió Duo.

Los siguientes minutos estuvieron buscando entre papeles, libros y polvo, pero del cuchillo y el cáliz ni rastro de ellos. Duo empezaba a ponerse nervioso.

-Es increíble – exclamó Duo al descubrir el gran retrato de la pared, que a pesar del tiempo aún se podía ver con claridad.

-¿Qué ocurre Duo? – preguntó Heero preocupado.

-El cuadro – dijo Duo señalándolo – eres igualito – dijo sorprendido.

-Es verdad, me parezco mucho, igual que el retrato que hay en el Castillo donde salen nuestros antepasados, pero ahora no hay tiempo para eso Duo, ¿has encontrado algo? – le preguntó Heero.

-No no hay rastro de ellos – le dijo preocupado.

-Yo he encontrado el libro de hechizos que utilizó Heeroshi aquella noche, solo nos falta lo demás, ¿dónde podrá estar? – le dijo Heero acercándose hacia el altar.

-No lo sé Heero, pero... sabes una cosa – le dijo mimosamente acercándose poco a poco hacia él – con esta luz te ves muy sexy – le dijo pegándose a él para besarlo apasionadamente.

-Mmmm Duo no es el momento – dijo Heero pero sin dejar de corresponder el apasionado beso.

-Lo sé... mmm. Solo un momento, cinco minutos – le pidió volviendo a besar a Heero pero con más deseo.

-De acuerdo, mmm solo cinco minutos – le dijo atrapando los labios de su prometido.

Los besos fueron cada vez más apasionados, las caricias no tardaron en aparecer deseosas, pero una de las manos de Duo estaba ocupada sujetando la improvisada antorcha.

-¡Que diablos! – dijo Heero sujetando la antorcha de Duo para tirarla al suelo, en cuanto se apago, las levas que aún estaban sobre el altar se encendieron gracias al poder de Heero.

-Mmmm Heero – gimió Duo al sentir como era sujetado por las nalgas y Heero lo levantaba para dejarlo sentado sobre el altar, para abrirle de manera no muy delicada la camisa que se rajó por la efusividad de Heero, al querer besarle el pecho.

-Mmmmm Duo, esto es tú culpa, esto te pasa por provocarme – le dijo para después besar su cuello y pecho.

-Ahhhhh siiiiiiiiiiiii, te deseo Heero – dijo Duo reaccionando ante las hábiles manos de su prometido.

-Tendrá que ser rápido – le comentó.

-No me importa, solo quiero sentirte – le respondió Duo tumbándose sobre el altar pero al hacerlo, Duo tiró uno de los candelabros y una figura extraña de piedra que se deslizó hacia un lado sin llegar a caerse.

Un sonido extraño los alertó a ambos deteniendo las caricias en el acto. Bajo el altar una trampilla oculta se había corrido al mover accidentalmente la extraña figura.

-Eres un amor – dijo Heero al ver lo que su apasionado prometido había ocasionado sin darse cuenta – lo has encontrado – le informó.

-¿Qué? ¿cómo? Yo... – dijo Duo sin entender muy bien lo que había pasado, su cuerpo aún estaba deseoso de las caricias de su prometido

-Mira Duo – le dijo enseñándole el cuchillo y el cáliz – estaba oculto en una cámara bajo el altar, ya lo tenemos, debemos regresar de inmediato.

-Pero... que pasa con mis cinco minutos – dijo Duo haciendo un puchero infantil.

-Ahora no podemos, pero te prometo que te compensaré, te daré todos los minutos que quieras, pero ahora debemos regresar, a demás se acerca el amanecer y tenemos que buscar a Quatre, algo malo le ha pasado, he dejado de sentir su energía – le explicó Heero.

-¿No lo sientes? – le preguntó preocupado saltando del altar, quedando a su lado.

-No, no lo siento, hace un rato dejé de sentirlo.

-Bien entonces regresemos, pero me debes mis cinco minutos –le dijo guiñándole un ojo con picardía – y pienso cobrármelos – le aseguró.

-Eso espero – le dijo – toma llévalo tú yo te guío hacia fuera y luego hacia el Castillo – le explicó Heero.

-Muy bien – le respondió sujetándose a él aún con las manos ocupadas – regresemos, estoy preocupado por Trowa.

-Sujétate fuerte – le dijo Heero.

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En el Castillo.

-Bienvenido al Castillo Yuy – le dijo Zech dando la bienvenida a Dark – supongo que te has hecho cargo de la rata que molestaba – le dijo con ironía el rubio al ver la sonrisa de satisfacción del Conde.

-Así es, ese ya no volverá a molestar nunca más, en estos momentos mis amigas ratas se están dando un festín con él – les explicó a Zech y Wufei que lo esperaban en la biblioteca -¿Dónde está Cleff? ¿Y los demás? – preguntó ansioso por ver a su chico.

-Lo mandé a descansar junto con los demás, se encuentra en una de las habitaciones para los invitados – le comentó Zech – es subiendo al segundo piso, el corredor de la izquierda la segunda puerta.

-¿Se sabe algo de Heero? – le preguntó Dark.

-Por ahora nada – respondió Wufei – si en una hora no ha llegado, lo más seguro es que halla buscado un refugio para pasar el día.

-Es lo más lógico, por cierto ¿ha ocurrido algo? Estáis muy serios, ¿cómo han ido las cosas por aquí? – le preguntó al ver la seriedad de sus rostros.

-Hemos tenido bastantes bajas pero gracias a tú ayuda hemos podido salir adelante, lo malo ha sido que... – explicó Zech pero un nudo en la garganta le hizo perder la voz.

-Quatre-sama ha sido asesinado – completó Wufei la frase de su amante – alguien del Clan Oz aprovechó que estaba débil y bajo de moral para atacarlo y matarlo.

-¡¿Quatre del Clan Winner?! – exclamó sorprendido Dark – por muy débil que estuviera Quatre era un vampiro con mucho poder, no me cabe en la cabeza que alguien del Clan Oz pudiera con él, los únicos que tendrían una posibilidad serían Touya u Odin, como Touya estaba ocupado conmigo el único que ha podido ser es Odin – comentó molesto.

-Es lo que yo había pensado – corroboró Zech – pero saber quien ha sido no nos ayudará en recuperarlo. Su pareja está desesperada y para colmó está fecundado de pocas semanas.

-¿Recuperarlo, a que os referís? - preguntó dudoso Dark.

-Creemos que como Heero tiene poderes que un vampiro normal no posee, pueda intentar revivir a Quatre – le explicó esperanzado Wufei al Conde.

-Eso es imposible, por muy poderoso que sea Heero, él no es capaz de dar vida a aquello que está muerto, es algo imposible – les dijo Dark.

-Pero debemos intentarlo – dijo angustiado Wufei.

-Hacer lo que queráis pero eso solo será una pérdida de tiempo, por muy buena voluntad que pongáis, Heero no podrá hacer nada – le dijo con tristeza.

-Pobre Trowa, ellos no se merecían acabar así – comentó con dolor Wufei.

-Ni ellos ni nadie – le dijo Zech a su amante – te dije que era una posibilidad muy remota de que Heero pudiera hacer algo. Creo que lo más correcto será que en cuanto venga Heero enterremos dignamente a Quatre, es lo mejor para Trowa, no es muy agradable saber que tu pareja yace sin vida en una habitación al lado de la tuya.

-Sería lo más correcto, lo mejor que puede hacer ese chico es enfrentar la realidad y aceptar que su pareja que no estará con él, lo sé por propia experiencia – dijo con dolor Dark, recordando lo que él mismo paso hace varios siglos.

-Si quieres puedes ir a descansar – comentó Zech al Conde – nosotros esperaremos a Heero para informar de la situación.

-Preferiría quedarme a esperarle, me interesa saber si han conseguido lo que necesitaba – le dijo con seguridad Dark.

-Como quieras - le respondió Zech – toma asiento – le dijo ofreciéndole una copa con rojo líquido – espero que no tarde mucho.

No tuvieron que esperar mucho, la puerta de la biblioteca se abrió quince después entrando Heero con Duo.

-¡Heero! – exclamó ansioso Zech, levantándose del sillón - ¿lo tienes? – le preguntó sin darle tiempo ni a entrar.

-¡Lo tenemos! – gritó eufórico Duo mostrando el cáliz y el cuchillo.

-Gracias a Kamisama – dijo Wufei aliviado.

-Zech – llamó serio Heero al rubio - ¿Y Quatre?.

-Heero... – dijo Zech agachando la cara, todos se pusieron serios de repente.

-A muerto ¿verdad? – dijo convencido Heero aguantando las ganas de maldecir.

-Creemos que fue Odin – respondió sin voz Zech.

-No puede ser – dijo Duo conteniendo las lágrimas – Tro... Trowa ¿lo sabe? – preguntó.

-Se enteró por accidente – le respondió Wufei – no sé como lo supo pero cuando íbamos a esconder el cuerpo en su alcoba, Trowa nos sorprendió.

-¿Dónde está ahora? – preguntó fríamente Heero.

-Lo pusimos en el lecho de la cámara secreta, espero que no te moleste – le dijo Zech.

Heero caminó hacia allí sin tan siquiera responder, seguido a escasos metro por Duo. Al entrar lo vieron recontado como si estuviera dormido.

Duo dejó el cáliz y el cuchillo sobre el pequeño escritorio para después acercase a la cama donde Heero observaba a su primo conteniendo su dolor. AL estar a su lado Duo se abrazó a su brazo.

-A pesar de saber lo que le deparaba el destino, él luchó por protegerlo – dijo en voz baja Heero, conteniendo las ganas de gritar y llorar de rabia.

-¿Te refieres a Trowa? – le dijo Duo llorando sin poder contenerse.

-Quatre siempre supo que moriría por protegerle, él muy... encima dudó de él – dijo molesto.

-Trowa estaba confundido y asustado, lo que le está pasando no es algo normal, yo también estaría asustado por algo así. Pero estoy seguro que Trowa jamás dudó del amor de Quatre, ellos se amaban mucho. Por Kami, debe de estar destrozado, snif, ¿porque... porque tubo que pasar esto?. ¿por qué nos odia tanto el destino? ¿es que no vamos a poder ser felices nunca? – preguntó Duo desolado.

-Sssshhhh – consoló Heero a su prometido mientras lo abrazaba protectoramente.

-Heero – llamó la voz de Wufei desde la entrada – ¿no se puede hacer nada por Quatre? – le preguntó sin querer perder la esperanza.

-No puedo, yo no puedo devolverle la vida aunque quisiera, mi poder es inútil para esto – le respondió con dolor.

-Os lo dije – comentó Dark – preferiría haberme equivocado, pero no ha sido así. Lo que tenéis que hacer ahora es descansar, mañana por la noche será el gran día y debéis esta en plena forma – les dijo a Heero y Duo – vosotros – les dijo a Zech y Wufei – también deberéis descansar ya que tendréis que defender el Castillo de Odin y de los Oz, seguro que planean sabotear la ceremonia. Mis hombres se harán cargo de la vigilancia durante el día, así que podéis descansar con calma – les comentó a los cuatro.

-¿Y tú que vas hacer? – preguntó Heero al Conde Dark.

-Yo iré a ver como está Cleff y descansaré un poco, cuando sea la hora os iré avisar. ¿Estáis completamente seguros de lo que vais hacer? – le preguntó a Heero y a Duo.

-Sí – respondieron los dos a la ver abrazándose con fuerza.

-Me alegra saberlo, esa es la actitud que tenéis que adoptar. Mi único consejo es que no dejéis que las dudas os confundan, nuestra fuerza está en lo que sentís el uno por el otro – les aconsejó.

-Lo sabemos, Dark y gracias por todo, sin tu ayuda nos hubiera sido imposible – dijo Heero.

-No creas, sé que lo hubierais conseguido igual, está en vuestro destino, quizá con algo más de dificultad, pero lo hubieseis hecho igual. A demás yo también te tengo que dar las gracias – le comentó Dark – gracias a ti he podido descubrir el auténtico asesino de mi familia.

-Supongo que entonces estamos en paces – bromeó Heero.

-Sí en paces – le dijo extendiendo su mano para estrecharla para sellar su alianza – a partir de hoy mi gente estará en deuda con tu Clan, Heero Yuy, pase lo que pasé en el día de mañana me comprometo a ser tu aliado para lo bueno y lo mano, como fue en el pasado y como debió de ser – le comentó.

-Que así sea – dijo Heero respondiendo al apretón de manos – mi gente el Clan Yuy también está en deuda contigo Conde Dark y a partir de hoy reafirmo nuestra alianza para un trato fructífero para los dos Clanes, siendo hermanos de hoy hasta la eternidad.

-Bueno chicos – dijo Zech mirando a todos los presentes – creo que va siendo hora de retirarnos, si todo va bien, hoy será nuestra última noche como seres malditos. Creo justo que estas últimas horas las dediquemos por entero a nuestras respectivas parejas, ya que mañana no sabremos que sucederá. Así que si me disculpan Señores, yo y mi amado koi tenemos asustes que atender, jeje – comentó mirando con lujuria a Wufei.

-¡Zeccchhhh! – recriminó Wufei totalmente avergonzado.

-No te molestes con tú amante, es o más razonable que he oído en este día, jajaja – se rió Dark al ver sonrojado al moreno tratando de ocultarse detrás de su amante – ir y divertiros, jaja ya que mañana puede ser vuestro último día como vampiros, jaja.

-Jaja, que razón tienes – corroboró Heero – yo también me retiro ya que le debo unos minutos de lujuria a cierta persona – comentó con descaro Heero sujetando a Duo por las nalgas.

-¡Heerooo! – exclamó también avergonzado – no digas esas cosas delante de la gente. A demás no pienso cobrarme solo unos minutos – le dijo guiñándole un ojo antes de salir corriendo hacia su habitación.

-¡No huyas! – le gritó Heero saliendo detrás de él.

-Estos chicos, jeje – se rió Dark – creo que yo también iré hacer una visita a mi dulce ángel – comentó para si mismo mientras se dirigía hacia la habitación de invitados que le habían indicado antes.

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-Te atrapé – le dijo Heero arrastrando a Duo contra la puerta de su alcoba – ya no tienes escapatoria – le dijo besando su cuello con hambre.

-Mmmm, y quien dice que quiero escapar – le ronroneó al oído mientras le abrazaba por el cuello – me debes mis cinco minutos y los quiero ya – le pidió besándole apasionadamente.

-Mmmm, tus deseos son órdenes para mí – le dijo totalmente entregado a la pasión, levantando a Duo que se aferró a sus caderas con las piernas mientras le acariciaba los muslos y el trasero.

-Ahhhh Heero, vallamos a dentro, alguien nos puede ver – le sugirió Duo.

-Me da lo mismo – dijo aprovechando el momento que Duo se separó un poco de él para estirar de la blusa par sacársela.

-Mmmm – gimió Duo al sentir la lengua juguetona de Heero en uno de sus pezones – vamos a la cama, allí estaremos más cómodos.

-Como quieras – le dijo cargando a Duo sobre sus caderas – una vez dentro no podrás detenerme – le dijo lujuriosamente sin dejar de acariciar a su prometido.

Con pasos torpes y lento, Heero guió a Duo hacia la cama, pero a medio camino algo llamó su atención poniéndolo en alerta. Heero bajó a Duo con rapidez ocultándolo detrás de él.

-¿Quién anda ahí? – dijo seriamente Heero.

-¿Heero-sama? ¿Es Heero-sama? – se oyó la voz somnolienta de un chico que estaba acostado en la cama de matrimonio.

-¿Akira? ¿qué haces aquí? – preguntó sorprendido por la aparición de su antiguo esclavo.

-¡Heero-sama! – exclamó ya despierto del todo el chico que corrió a abrazarlo con alegría.

-A... Akira, ¿qué haces? – preguntó incómodo al ver la reacción del chico, pero lo que más le perturbó fue notar cierto cambio fisiológico del joven.

-¡¡Pero que demonios!! – gritó Heero apartando al chico de su cuerpo para ver con mayor claridad lo que había notado - ¿tú? ¿cómo? ¿cuándo? – preguntó perturbado.

-¿Ocurre algo Heero? – preguntó Duo acercándose a Heero antes de ponerse de nuevo la camisa, ya que con su cuerpo como escudo no veía muy bien lo que pasaba.

-¿¡Duo-san!? – exclamó sorprendido Akira, al verle allí.

-¿A... Akira? – dijo Duo sorprendido al ver al muchacho que había sido esclavo de Heero durante once meses - ¿qué está pasando aquí? – preguntó Duo muy confundido al ver el aspecto de Akira que no dejaba de mirarles alternativamente.

-Eso me gustaría saber a mí – dijo Heero aún sin salir de su asombro.

-Ahhh! – exclamó nerviosamente Akira – lo decís por esto – dijo acariciándose al vientre abultado – verás Heero-sama, yo... – iba a explicar algo avergonzado.

-¿Por qué no me lo dijiste? – interrumpió Duo a punto de llorar - ¿cómo es has podido ocultar que estabas esperando un hijo con otro? – le gritó rompiendo a llorar.

-Duo no es lo que piensas, yo... yo jamás fecundé a Akira, debe de haber un error – se defendió Heero intentando abrazar a su prometido pero este le rehusaba a cualquier acercamiento.

-Duo-san, no es... – intentaba hablar Akira.

-¡No me mientas! – gritaba Duo – Akira a sido su esclavo durante meses, ¿me vas a negra que no te has acostado con él?.

-No te lo niego – respondió preocupado Heero intentando calmar a Duo – si me he acostado con él pero jamás planeé tener un hijo con él – no es posible que sea mío.

-Duo-san, Heero-sama no es... – intentaba Akira que le prestasen atención.

-¡Ahora no quieras justificar tú falta! – le gritó llorando con amargura – me has engañado, ¿cómo has podido? Yo que... snif lo he dejado todo por ti.. snif y me lo pagas con mentiras.

-Duo-san, esto no es... – seguía intentando que le escuchasen.

-No puedes estar hablando en serio Duo, yo jamás te he mentido – se volvió a defender – yo solo te amo a ti, jamás tendría un hijo con otro. ¡Maldición Duo yo no he dejado que nadie me haga el amor! – le gritó desesperado para que le creyera.

-Duo-san, no se enfade, todo tiene una expli...

-Jamás pensé que me engañases de esta manera, snif, sé que cuando estuviste con Akira, no me debías nada, pero aún así debiste decirme que esteraban un hijo de él, yo lo hubiera entendido, snif, pero preferiste mentirme – le dijo con dolor – me has defraudado Heero.

-Duo, ¡Mierda! Yo no he hecho nada – le gritó sujetándole del brazo para evitar que se fuera de la habitación.

-¡¡¡ME VAN A ESCUCHAR DE UNA MALDITA VEZ!! – gritó ya desesperado Akira, logrando que ambos se detuvieran en sus sitios para mirarle sorprendidos por el grito – ufff, menos mal que ya me escuchan. Menudo par de bakas estáis hechos. Pensé que se amaban realmente. Duo-san - le dijo acercándose a él - me has decepcionado – siempre creí que tu amor por Heero-sama era incondicional y la mínima de cambio, dudas de su amor y le rechazas por algo que ni siquiera sabes si es cierto o no. Y Heero-sama, parece que estar tanto tiempo con lo Oz le ha derretido el cerebro, el Heero-sama que yo conocí no dejaría escapar a la persona que ama ni dudaría de si mismo, por mucho que una tercera persona le dijese.

-A que viene todo esto – dijo molesto Heero, por la manera que le estaba hablando – te juro que si por esto pierdo a Duo voy a matarte muy lentamente – le amenazó Heero, aún sabiendo el estado en que se encontraba su ex esclavo.

-Heero-sama, no va a perder a nadie – le dijo Akira con una sonrisa, sin inmutarse de la amenaza del vampiro – Duo-san, Heero-sama le ha dicho la verdad – le explicó con una sonrisa – el bebé que llevo dentro de mi vientre no es de Heero-sama.

-¿Pero... como? ¿tú fuiste el esclavo de lecho de Heero y...? – dijo dudoso y avergonzado Duo.

-Así es pero como dijo Heero-sama, él jamás permitió que le hicieran el amor, y para fecundar a un hombre es necesario que eso suceda. Heero-sama le debo una explicación a mi conducto, verá... yo cuando vine al Castillo para servirle, lo hice porque Lady Relena me obligó, ella me amenazó con matar a mi familia, eso ya lo saben, pero lo que no saben es que yo ya conocía el Clan Yuy, en concreto a uno de los miembros de su familia Heero-sama, yo... me veía con él antes de llegar al Castillo – les explicó a ambos.

-Pero tú eras virgen cuando yo... – dijo Heero pero se cayó por respeto a Duo.

-Sí lo era, él siempre me respetó, queríamos que fuera algo especial, pero luego vino lo de Relena. Yo quise negarme pero por el bien de todos no pude, si Relena se enteraba de que estaba enamorado de otro Yuy lo mataría, así que lo mantuve en secreto.

-¿Qué pasó durante el tiempo que fuiste el esclavo de Heero? – preguntó curioso Duo.

-Yo pensé que me dejaría ya que Heero-sama era su Señor y yo debía de obedecer si quería que a mi familia no le pasase nada pero no fue así, él me dijo que no me dejaría por nada, que buscaría la forma de dejar de ser el esclavo de Heero-sama. Aún sabiendo lo que me obligaban hacer, él nunca me despreció sino todo lo contrario, me cuido me consoló cuando lo necesitaba me dio el apoyo que necesitaba. Luego se marchó y me dejó aquí, conocía a Duo-san y supe que él tenía la llave de mi libertad, le insistí para que fuera por ti, Heero-sama, ya que siempre supe que estaba enamorado de Duo-san y Duo-san de Ud. Al ver que no habían noticias trágicas sobre Duo-san supe que lo había conseguido, aunque aún teníamos dudas aún así decidí estar con la persona de la cual estaba locamente enamorado. El resto supongo que se lo imaginarán – dijo sonriendo mientras se acariciaba la barriga hinchada donde su bebé pateaba.

-¿Por qué no me dijiste nada? ¿él, si era de mi Clan porque no me lo explicó? – preguntó desconcertado.

-Yo tenía miedo que te tomara represalias con él y él pues lo respeta mucho es su Señor y no podía exigirle que me dejara libre – le respondió con tranquilidad.

-¿Quién es? – le preguntó.

-Su nombre es Kuroda mi Señor – respondió nervioso Akira.

-¿Kuroda, el brazo derecho de Hilde? – dijo sorprendido Heero – ahora entiendo muchas cosas

-Yo lo siento Heero-sama – se disculpó Akira.

-No tienes que disculparte – dijo contento Duo acercándose a Akira para cogerle de las manos con amabilidad – has sido muy valiente y tú koi debe de ser una persona maravillosa.

-Jeje, sí lo es, él se ha portado muy bien conmigo – dijo sonrojado - ¿Está molesto conmigo? Siento haberle traicionado de esa manera pero yo amo a Kuroda y...

-No estoy molesto Akira, bueno si, pero por la poca confianza de Kuroda, él es uno de mis mejores hombres cuando estaba en el Castillo – le dijo algo molesto.

-Sí se lo hubiéramos dicho, ¿me habría dejado libre? – le preguntó Akira.

-Supongo que no – dijo con sinceridad – me hubiera puesto furioso, para serte sincero hicisteis bien en no decirme nada. En aquella época era un auténtico capullo – dijo sinceramente.

-Jeje, no tanto como cree – le dijo Akira.

-Pero yo siempre creí que tu gustaba Heero – le dijo Duo confundido.

-Bueno en cierta forma si, sino me hubiera sido imposible hacer lo que hice, más que amor era cariño, notaba cuanto sufría Heero-sama y... – decía Akira.

-Valla en pocas palabras que le daba pena – dijo bromeando Heero.

-Jeje, más o menos, pero mi corazón siempre fue de Kuroda – les confesó.

-¿Y que haces que estás aquí y no con él? – preguntó haciéndose el enfadado.

-Yo sabía que habían regresado, quise venir a hablar con Uds. Desde el día que vinieron, pero hasta hoy me he encontrado algo indispuesto, cosas del embarazo, jeje. Les debía una explicación y sabiendo que mañana por la noche es el día que se tiene que romper la maldición, quise venir antes de que ocurriera.

-Bueno pues ahora ya lo sé – dijo Heero sin demostrar ninguna reacción.

-Heero-sama, ¿qué va a pasar ahora conmigo? Yo voy a seguir siendo su... – dijo con timidez

-¡Ni hablar! – exclamó Duo – Tú te casarás con Kuroda y formaréis vuestra propia familia, de eso me encargo yo – dijo mirando con fiereza a Heero - ¿algún problema con eso?.

-No... no, no hay problema – dijo Heero haciéndose el asustado.

-Eso espero – comentó Duo.

-Os lo agradezco, Heero-sama, Duo-san – dijo Akira emocionado escapándose las lágrimas.

-Solo una cosa Akira, me gustaría que mantengas esta conversación en secreto, no quiero que le digas nada a Kuroda, quiero ser yo quien se lo diga y de paso darle una reprimenda por dejar preñado a mi esclavo – dijo con seriedad.

-No... Heero-sama, él no tiene la culpa, el único culpable aquí soy yo – dijo asustado Akira.

-Ey, ey, tranquilo que solo estaba bromeando – le dijo Heero tranquilizando al chico.

-Solo quiero darle un pequeño susto, pero tranquilo – le comentó Heero – ahora ves a descansar, ya es muy tarde y Kuroda debe de estar preocupado por ti – le sugirió.

-Heero tiene razón, tienes que descansar en tú estado – le dijo abrazando por los hombros a Akira guiándolo hacia la puerta – descansa ya que lo principal es que tu pequeñín salga sano y fuerte – le dijo acariciando el vientre abultado.

-Muchas gracias, Duo-san, yo te lo agradezco mucho y me alegra que todo haya salido bien para Uds. – le dijo con una sonrisa.

-No tienes que dármelas, lo hice de todo corazón – le respondió Duo.

-No dude más de Heero-sama, él lo ama mucho – le dijo a punto de irse.

-Lo sé, me he comportado como un baka, creo que le debo una disculpa – dijo avergonzado.

-Creo que sí, ¿sabes la mejor manera de disculparse con Heero-sama?.

-Eh... no.

-Ámelo con todo su corazón, hágale saber cuando lo ama y no dude más de su amor – le respondió saliendo de la habitación – que duerman bien.

-Que descanses Akira – le dijo Duo como despedida.

-¿Ya se ha ido? – preguntó Heero que lo miraba sentado desde la cama.

-Sí se ha ido ya. Heero yo... te debo una disculpa. Akira-san tenía razón, soy un baka por haber desconfiando de ti, yo... lo siento, perdóname – le pidió Duo avergonzado.

-Ven acércate – le pidió Heero – creo que los dos nos comportamos como unos bakas. Por un momento llegué hasta a dudar de mi mismo, jeje. Menudo susto me dio, quería morirme.

-¿Se ve muy bien Akira, estando embarazado, no? ¿Y muy alegre? – dijo sonriendo Duo.

-Sí, se ve que ama mucho a Kuroda, para serte sincero me siento culpable por tratarle como lo hice y más sabiendo que Kuroda lo sabía todo y nunca se quejó ni me dijo nada – le comentó Heero abrazado a Duo que estaba de pie frente a él.

-Debe de quererle mucho y a ti respetarte de esta manera para consentir que otro hombre esté con su amor. Se merecen ser felices, ¿les dejarás estar juntos? – le preguntó Duo.

-Por su puesto, a demás pienso recompensarles por lo que tuvieron que pasar – le explicó Heero – no dejaré que les falte de nada, ni a ellos ni al bebé, seré como su padrino, jeje – le comentó a Duo besándole con amor.

-Últimamente el Castillo se está llenando de bebés – dijo Duo sonriendo con ternura.

-Ya iba siendo hora, este Castillo se estaba volviendo muy silencioso, ¿no te parece?

-Sí, jeje es bueno que hayan niños en el Castillo, dicen que traen alegría – le dijo sentándose sobre sus piernas.

-Duo, ¿te gustan los niños? – le preguntó curioso Heero.

-Sí, claro que me gustan, debe de ser maravilloso, ver crecer a tus propios hijos, hijos frutos del amor de dos personas – le respondió brillándole los ojos con anhelo.

-¿Y no has pensado nunca en tener los tuyos propios? – le preguntó Heero.

-Errr, si claro que lo he pensado pero ya me he hecho la idea de que jamás los tendré, ay que no pienso dejarte por ninguna mujer – le dijo sinceramente.

-¿Y con un hombre? – le preguntó con una sonrisa.

-Eso es imposible, bueno sin contar a los vampiros, jeje – se rió Duo.

-¿Tendrías hijos conmigo? – le preguntó Heero directamente.

-¡¿Querrías?! – dijo asombrado – pero no es tarde, quiero decir que mañana es el día de...

-¿Quieres, sí o no?

-Er... yo claro que me gustaría pero no hay tiempo – dijo con tristeza.

-Sí tú los quieres, te prometo que los tendrás – le prometió Heero moviendo a Duo con rapidez sobre la cama para atrapar su cuerpo contra la cama y el suyo – pienso hacerte el amor durante todo el día para asegurarme que te dejo fecundado, quiero que seas el progenitor de mis hijos, te amo Duo – le dijo besándole apasionadamente.

-¿Estas seguro Heero? ¿crees que yo pueda tener un bebé? – dijo emocionado

-Jamás he estado más seguro de nada, lo hubiera hecho antes pero no lo creía conveniente pero al ver que lo deseas tanto como yo, no pienso negarnos esto. Deseo formar una familia contigo si tú quieres – le pidió Heero.

-Sí... si quiero – dijo emocionado Duo abrazándose a Heero a la vez que numerosas lágrimas de alegría abandonaban sus ojos violetas – quiero formar una familia contigo, te amo, hazme el amor Heero.

-Pondré todo mi empeño en ello pero tú también deberás hacer tu parte – le dijo guiñándole un ojo con deseo.

-Eh... yo – dijo ruborizado – pero es que yo jamás he hecho algo así, no sé si sabré como hacerlo, no quiero lastimarte – le dijo preocupado.

-No te preocupes mi amor, yo te guiaré, ya verás como lo disfrutarás mucho – le dijo volviendo a besarlo con pasión.

-Mmmm Heero, será mi primera vez – le confesó Duo.

-Para mí también – le respondió atrapando sus labios con los suyos.

-Aahhhhh Heero. gimió a sentir como Heero estimulaba uno de sus pezones con la mano a la vez que besaba su cuello.

Las caricias se prodigaron por un buen rato, apartando aquellas prendas que molestaban en sus atenciones, poco a poco las pieles sensibles a estímulos iban siendo descubiertas hasta a su completa desnudez. Las caricias iban acompañadas de gemidos y jadeos que intensificaban los niveles de excitación de ambos.

Los labios de Heero surcaron un camino húmedo desde su cuello hasta su vientre plano pasando por sus sensibles pezones, al llegar a la zona de la ingle Heero jugueteo con su lengua la cara interna de los muslos deslizándose hacia la zona púvica, con manos temblorosas por el placer comenzó con un ligero masaje al miembro de su prometido, arrancándole gemido placenteros. Duo jadeaba retorciéndose por las sensaciones sobretodo cuando una sensación cálida y húmeda le atrapó el sexo palpitante.

Las manos de Duo intentaban llegar al cuerpo de Heero pero estaba demasiado lejos y frustraba su intento de devolverles las caricias. Viendo la necesidad de tocarlo, Heero se giró lentamente, sin dejar de atender el miembro del trenzado con su boca, sobre el cuerpo de Duo, dejando a su merced su dolorido miembro que reclamaba atención urgentemente.

Al tener al alcance el sexo de su prometido, Duo no perdió tiempo y se lo introdujo con ansias en la boca para proporcionarle el exquisito placer que él recibía en esos momentos. Heero tubo que ahogar su propio gemido ante las oleadas de placer haciendo que intensificara la rapidez y profundidad de sus lamidas. Ambos jadeaban satisfactoriamente, los dedos de Heero abandonaron el rígido sexo para explorar y masajear la gruta secreta de su amor, masajeó sus testículos repletos de semen que guardaba su liberación, con ayuda de su propia saliva Heero lubrificó sus dedos para ir preparando la entrada de su prometido. Un gemido gutural indicó a Heero que Duo había aceptado gustosamente el primer dedo, moviéndolo para dar el espacio necesario para el segundo que entró sin dificultad. La cadera de Duo en un movimiento instintivo salía en busca de esos ansiados dedos provocado cada vez más y más gemidos.

-Ahhhhhhhhh Heeroooooo , hazme el amor ya, no voy a aguantar mucho mássss – le rogó con deseo Duo.

-Mmmmm, Ho Duo, un poco más – le pidió Heero – reiniciando su masturbación oral.

Duo se contorsionaba cada vez con más desesperación, intentando retardar lo máximo posible su orgasmo, al ver los duros intentos por parte de su prometido Heero decidió aminorar su ataque para que se pudiera calmar un poco, no quería que todo acabase tan pronto. Al detenerse un quejido de protesta se oyó del trenzado que lo miró interrogantemente.

Sin dar ningún tipo de respuesta Heero se giró para colocarse sobre el cuerpo del trenzado y besarle con pasión para ir deslizándose hacia abajo quedando de rodillas sobre la cama. Con un movimiento rápido Heero dio la vuelta a Duo dejándolo boca a bajo, al tenerlo en esa posición empezó a masajear la espalda hasta sentirlo algo más calmado, con dedos ágiles le deshizo la trenza esparciendo sus hebras de chocolate sobre la cama. Se tumbó sobre él para llegar a su cuello y comenzó a besarle bajando por sus homoplatos hasta el centro de su esbelta espalda y llegar hasta sus sugerentes nalgas, acariciándolas con sus manos y lenguas.

-¿Estás preparado? – le preguntó Heero acercándose de nuevo a su oído mientras rozaba su sexo entre las nalgas de Duo.

-Mmmmm sí, hazlo amor – le suplicó Duo.

-Mmmmm no sabes cuanto lo deseo pero esta vez eres tú quien tiene que hacerlo, debes poseerme primero – le explicó mordiéndole con suavidad el lóbulo de la oreja.

-Ahhhh Heero pero yo no – dijo temeroso.

-Mmmm no tengas miedo, yo te enseñaré – le comentó fregándose más contra Duo para excitarlo al máximo y perdiera ese miedo tonto.

-No... no quiero hacerte daño, no sé como hacerlo – le confesó aferrándose a las sábanas.

-No te pongas nervioso amor, solo déjate llevar. Te haré el amor durante un rato para que te relajes – le sugirió Heero.

-Siiiiiiii – dijo con anhelo por sentir a su prometido.

Con cuidado Heero hizo apoyarse a Duo en sus manos y rodillas dejando sus tesoros al descubierto. Asegurándose de tener bien lubricados los dedos, volvió a introducirlos en Duo para comprobar que ya estaba preparado, los nervios del momento mantenía tenso a Duo por lo que se dedicó a relajarlo. Leves mordiscos en las nalgas de Duo le hicieron dar un respingo, los mordiscos que convirtieron en besos y los besos en sugerentes lamidas, en un principio eran esparcidas por toda la zona pero poco a poco Heero se concentró en la roseta de su amor. Los jadeos de Duo se volvieron a escuchar con claridad, Heero lamía la zona lubricándola a conciencia, sin poder aguantar más las ganas de poseerlo, Heero se retiró de él colocándose justo detrás y con un movimiento lento y suave fue entrando poco a poco en su estrecho pasaje hasta estás totalmente dentro de Duo.

Los placenteros gemidos ahora eran de los dos, no había nada mejor que eso, los dos se entregaban en cuerpo y alma y se deseaban con la misma pasión del primer día. Los movimientos de vaivén se fueron acompasando a sus necesidades, Duo gozaba en los brazos de Heero entregándose a la pasión sin reparos. Antes de llegar a la culminación, con algo de reticencia Heero fue disminuyendo las envestidas pero sin llegar a detenerse.

-Mmmm Duo mi amor – le dijo Heero con voz entrecortada por el placer - ¿estás listo?.

-Mmmm, Heero, un poco más – le pidió moviéndose, con más ganas.

-Ummmm, Duo si sigues así no podré detenerme, ahora es el momento – le dijo saliéndose de golpe de Duo para tumbarse al lado él.

-Mmmm Heero no – se quejó Duo sintiendo la dolorosa necesidad de un alivio.

-Ven sáciate conmigo – le sugirió Heero colocando a Duo sobre su cuerpo mientras se rozaba a propósito con el cuerpo deseante de Duo – solo tienes que deslizarte dentro de mi – le explicó abriéndose de piernas – no tengas miedo en hacerme daño, no lo harás.

Duo con algo de temor se acercó a Heero que lo miraba con deseo, sintió como la mano de Heero guiaba su sexo hasta su propia entrada acomodándola junto en la entrada a la espera del empuje de Duo.

-Hazlo sin miedo- le sugirió Heero.

Duo poco a poco comenzó a entrar en Heero, la sensación era increíble, las fuertes paredes internas de Heero atrapaban deliciosamente su miembro mandándole fuertes descargas de placer por todo el cuerpo. Sin dejar de empujar Duo llevó hasta lo más profundo quedando totalmente enfundado en su amor de ojos cobaltos.

-Ahhhhhhhh siiiiiiiiii – gimieron los dos a la vez al quedar completamente acoplados.

-Ufffff, ahora muévete despacio – le guió Heero.

-¿No te hago daño? – preguntó temeroso Duo.

-No mi amor, se siente muy bien, muévete, mmmm así, si sigue – jadeaba Heero.

Las penetraciones de Duo eran tímidas y suaves por miedo de dañar a prometido, hasta que el intenso placer que sentía que desinhibió por completo, gozando ambos sin pudor ni prejuicios.

-Mmmmmm si Duo así – animaba Heero a su pareja para que perdiera la vergüenza.

-Ohhhhh Heeroooooooooo, si no voy a aguantar mucho mássss – le informó.

Heero atrajo el cuerpo de Duo sobre el suyo, atrapando su miembro entre sus vientres con una maravillosa caricia. Duo arremetió con más pasión cuando notó que pronto el clímax le golpearía. Heero rodeó con sus piernas la cadera de Duo para profundizar más las penetraciones, su propio orgasmo estaba cerca, muy cerca.

-Ohhhhhhhh siiii Duo me corroooooooooooo – gimió Heero entregándose al orgasmo.

Duo al notar los espasmos internos de Heero sobre su miembro no pudo contenerse más y gimió derramándose dentro de él.

-Mmmmmm sí Heero me corroooooooooo – jadeó Duo cayendo exhausto sobre el fuerte cuerpo de Heero que lo recibió en un cariñoso abrazo, para besarlo de igual forma.

-Mmmm a sido fantástico – le comentó Heero a un dormilado Duo.

-Mmmm, ¿en serio? ¿lo he hecho bien? – preguntó dudoso mirando a Heero mientras se apoyaba en su pecho.

-Has estado maravilloso – le respondió - ¿estás muy cansado? – le preguntó.

-Un poco.

-Pues aún tenemos deberes que hacer, jeje – se rió Heero colocando a Duo bajo su cuerpo.

-Lo sé, jeje y por eso no me quejo, ¿sabes una cosa? – le preguntó a Heero.

-Dime.

-Te he dicho lo mucho que te quiero – le dijo sonriendo Duo.

-No lo suficiente – le respondió atrapando los labios de su futuro esposo y padre de su hijo.

Continuará...

Nota: Hola a todos, mi intención había sido terminar mi fic en este capítulo pero por culpa de mi subconsciente (el que se niega a terminar con esta historia) me ha sido del todo imposible, jeje. Aún queda el último día, el día la ceremonia que espero que si me entre en un solo capitulo, jeje. Agradezco a todo los que leen mi historia, sin vosotros no me hubiera sido tan fácil poder realizar este proyecto, gracias, gracias de todo corazón. También anuncio que habrá un epílogo donde se descubrirán sorpresas y de desvelarán algunas incógnitas. Bueno os agradezco de nuevo vuestros comentarios, un saludo para todo y hasta pronto.

Chipita Lady Merquise.

Agradecimientos:

-GabZ: Hola como estás, me alegro que te alegrara (valga la redundancia, jeje) ver el siguiente capitulo y me imagino que te alegrará más saber que este no ha sido el último, jeje. Lo intenté pero no pude, jeje. ¿te gustó Instintos? Jeje bien, te aviso que en estos momentos estoy haciendo un fic conjunto con una encantadora señorita llamada Uru, se titula Espías y como adivinarás también es de Gundam. Referente a tu fic te diré que lo miré en , la seri de Beyblade no la conozco y la de Gundam, intenté leerla pero no se que le pasa a mi pc de no me deja abrirla, ya lo intentaré más tarde. Bueno me a guste saber que estás atenta a mi fic, gracias por tu apoyo, un saludo y hasta pronto.

-Valsed: Como bien habrás descubierto Dark ha sido de mucha ayuda y sip consiguieron los objetos, solo queda la última noche, juajua. Y advierto, antes de el gran momento, se vivirán escenas tórridas, jeje. VIVA EL LEMON, jeje (soy una Hentai sin remedio, lo admito).