Los personajes de Gundam Wing no me pertenecen, no obstante incluiré algún que otro personaje según valla transcurriendo en la trama de la historia.

Advertencias: Escenas: Angs., Lemon, Yaoi., según capítulos.

Notas: Este es mi segundo fics, es un poco más cruel y violento que el anterior que el anterior.

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Yo te protegeré

Cap. 20

En una de las habitaciones de invitados

Con pasos lentos Dark caminó por el pasillo que le habían indicado deteniéndose justo en la puerta donde su ángel estaría descansando en esos momentos. Sin hacer ruido se deslizó hacia su interior cerrando la puerta despacio. Toda la habitación estaba a oscuras pero su buena vista nocturna le permitió observar al ser que había perturbado su corazón insensible de años de agonía solitaria. Cleff se encontraba acostado sobre la cama cubierto por una fina sábana de satén blanco que lo hacía más hermoso, lucía tranquilo y completamente dormido, con pasos mudos de acercó hasta él para observarlo con más detenimiento. Llevaba una camisola blanca de dormir bastante ancha anudada por cordones cruzados, al serla tan grande uno de sus hombros estaba descubierto seguramente por un movimiento mientras estaba durmiendo. Al observarlo algo dentro de él le hizo estremecer, le recordaba tanto a su esposo cuando lo conoció, su delicadeza y timidez era muy parecida entre ellos pero en cambio Cleff necesitaba protección, era demasiado inocente y puro, al verlo dormir comprendió la facilidad con la que Touya había jugado con él. A partir de ahora, él se encargaría de que no volviera a ocurrir. Si Cleff quisiera le daría todo, le cuidaría y le protegería, le haría el hombre más feliz del mundo.

Sin poderse resistir una de sus manos retiró un mechón de pelo que le caía en la cara, notando la suavidad en sus dedos deseo seguir tocando y así lo hizo. Sus dedos delinearon el contorno de su cara, su frente, nariz, labios y mejilla. Todo su cuerpo se estremecía con el simple contacto deseando más y más. Se incorporó sobre si mismo para mirarlo una vez más, no quería despertarlo, solo quería saber si se encontraba bien, al girarse para marcharse el joven Cleff comenzó a murmurar entre sueños, al principio no entendía lo que decía, solo supo descifrar algunas palabras, "no me dejes" "quédate a mi lado Dark-sama". Enternecido por el chico Dark decidió velar su sueño, con lentitud de desprendió de su larga capa y sus guantes también negros y los dejó descansar sobre una butaca que estaba cercana a la cama. Con cuidado de no hacer ruido, Dark cogió una de las sillas del escritorio y se la acercó a la cama para sentarse en ella y vigilarlo. Los primeros minutos los dedicó a observarle con ternura, era tan lindo que no pudo controlar las ganas de acariciarlo, poco a poco se volvió a acercar quedando esta vez muy cerca de su rostro, las ganas de besarlo le quemaban por dentro, pero no todo con ellas. Con dulcera atrapó los rosados labios entre los suyos, estaban algo fríos pero le supieron a gloria, fue un beso corto y suave, pero también su perdición. Quería sentir más, necesitaba sentar más, el siguiente beso fue un poco más atrevido pero su corazón rogaba por una reacción por parte de su ángel, pero no se atrevió a despertarlo.

-¿¡Se puede saber que estoy haciendo!? – se recriminó en voz baja Dark, separándose de su obsesión – no tengo derecho a aprovecharme de ti mi dulce ángel.

Dark se ocultó el rostro entre sus manos que se apoyaban sobre sus piernas con desesperación, quería demostrarle lo mucho que significaba para él, pero no quería que pensara de él que era como Touya, que solo le importaba su cuerpo.

-¿Tanto asco le doy, Dark-sama? – se oyó la preguntó con voz quebrada por el inminente llanto del joven vampiro, que se había incorporado en la cama.

-¿Cleff? ¿te he despertado?, lo siento no era mi intención, perdóname – se disculpó sorprendido y apenado Dark al ver que había despertado a su ángel.

-No importa que me despertara Dark-sama, pero... – dijo con tristeza agachando la cabeza – su desprecio hacia mí es comprensible yo...

-¿Desprecio? ¿pero de que estás hablando? Yo no te deprecio – le dijo sentándose a su lado para sujetarle de la cara para que le mirase a los ojos – jamás te podría despreciar, eres demasiado bellos para eso – le respondió limpiando una lágrima que le caía sobre su mejilla.

-Dark-sama yo... lamento tanto lo ocurrido que...

-Ssshhh, no digas nada – le dijo abrazándole haciendo que su cabecita descansara sobre su pecho – tú no tienes nada que ver con aquello, no sabías nada y aunque lo supieras no podrías haber hecho nada, en parte me alegro que no hicieras nada, esa rata no hubiera titubeado en matarte y si eso hubiera pasado yo no te habría conocido – le dijo con una sonrisa.

-Dark-sama... es demasiado bueno conmigo – dijo avergonzado sintiendo como el Conde le sujetaba de las manos que descansaban sobre la cama.

-Solo soy bueno con el que se lo merece y tú te lo mereces, has sufrido mucho y ya va siendo hora de que seas feliz... – dijo con seguridad – si tú me lo permitieras me gustaría que me dejases hacerte feliz. Me gustas Cleff, me gustas mucho y quiero que te vengas a vivir conmigo a mi Castillo cuando todo esto termine – le pidió mirándolo con esperanza.

-¿¡Me está pidiendo que sea su esclavo de lecho!? – dijo sorprendido y contento – pero yo... yo.

-No te equivocas – le respondió Dark con seriedad.

-Yo... lo lamento pensé que... – dijo apenado.

-Ey ey, no te pongas así, yo me refería que no te quiero como esclavo de lecho sino como mi amante, quiero hacerte mi pareja, ¿aceptas? – le dijo con una sonrisa.

-¿Su... su amante? Pero yo no soy nadie yo... Uds. es un Conde... – le replicó nervioso.

-Eso no es verdad, eres la persona de la cual me he enamorado, ¿eso no es suficiente? – le dijo pareciendo molesto.

-Yo... – quería decir algo pero la emoción le anudó la garganta, solo las lágrimas de felicidad corrían por sus mejillas.

-¿No aceptas? – dijo Dark fingiendo sorpresa por una posible negación.

-¡No! Dijo sí, claro que sí – dijo eufórico recuperando el habla para lanzarse a los brazos de su ahora pareja – claro que lo deseo, snif, lo deseo con todo mi corazón – le dijo Cleff.

-Menos mal, por un momento pensaba que me rechazarías – dijo bromeando – haré que no te arrepientas de tu decisión – le dijo levantando la cara de Cleff que se escondía en su pecho para besarle con ternura.

El beso tierno se fue transformando lentamente en uno pasional y más demandante.

-Lo siento – dijo Dark separándose de Cleff que lo miraba sorprendido y sonrojado – perdóname me dejé llevar.

-Dark-sama, no tienes que disculparse conmigo, sabe que puede hacer conmigo todo lo que desee, yo le pertenezco – dijo con timidez y avergonzado.

-De eso nada, Cleff mírame – le ordenó levantando la cara – no quiero volver a oírte decir eso nunca más. Yo no voy hacer lo que yo desee, yo no soy como Touya, no me compares con él – le dijo molesto.

-Lo siento Dark-sama, yo solo quería complacerle – le dijo temeroso Cleff.

-No Cleff, no te pongas así, entiéndeme, no quiero hacer lo que YO quiera, en una relación hay que hacer lo que los DOS quieran, no solo yo. Yo nunca haré algo que tú no quieras, si en algún momento algo que haga o diga no te gusta quiero que me lo digas, sino si que me enfadaré – le advirtió Dark – eres libre de negarte siempre.

-Yo... es que no estoy acostumbrado a eso, gracias Dark-sama – le respondió con una sonrisa tímida.

-Quiero que lo nuestro funcione, por eso iremos despacio, primero te daré tiempo para que me conozcas y tengas confianza conmigo y cuando tú lo desees si quieres intimaremos, no quiero que te sientas obligado conmigo – le comentó Dark.

-Yo... no sé que decir – dijo perturbado – mirándose las manos con nerviosismo entonces se percató de algo - ¡Dark-sama! – exclamó asustado – sus manos – dijo alarmado viendo que tenía los nudillos ensangrentados.

-Ah! esto, no te preocupes, ya sanarán – le dijo con tranquilidad mirándose las manos sin darles demasiada importancia – jeje es que esa rata estaba algo dura, jeje- se burló Dark.

-¿Está muerto? – preguntó temeroso Cleff sin atreverse a decir su nombre.

-Se podría decir que sí – le respondió abrazando a su koi – él ya no te podrá hacer daño nunca más. ¿Puedo preguntarte una cosa? – le preguntó Dark un poco nervioso.

-Claro Dark-sama – le dijo apoyando su espalda en el fuerte pecho de Dark para que le abrazara a la vez que contemplaba algo preocupado las heridas de las manos de su Señor.

-¿Aún amas a Touya? Dime la verdad por favor, no me molestaré – le pidió Dark.

-Hace unos meses le respondería que sí – le respondió aferrándose más fuerte a los brazos que le abrazaban – pero desde que le conocí... empecé a dudar de mis sentimientos, vi que Touya-san solo me quería como un juguete... debería sentir pena por su muerte pero no es así, me alegra saber que ya no me podrá hacer daño nunca más y todo se lo debo a Ud. Dark-sama.

-Dark – le dijo Dark – llámame Dark ni no me hables de Ud. eres mi amante no mi siervo – le pidió atrapando sus labios con los suyos en un ardiente beso.

-Mmmm, - gimió complacido Cleff.

-Deberías descansar mi ángel – le dijo separándose de él – duerme, está a punto de amanecer e iré a descansar a otro aposento.

-¡No! – exclamó Cleff aferrándose al brazo de Dark para evitar que se marchara – dijistes que harías lo que yo quisiera – le recordó – quiero que te quedes conmigo, no quiero estar solo, por favor – le suplicó.

-No sabes cuando deseo quedarme, pero si me quedo no podré controlarme, no quiero hacer algo de que me pueda arrepentir luego, eres demasiado tentador ángel mío – le dijo sonriendo

-Pues no te controles, eres mi amante y quiero satisfacerte, a demás yo... - dijo ruborizado.

-No lo haré si tú no lo deseas Cleff, ya te lo he dicho – le dijo poniéndose de pie.

-¡Es que yo también lo deseo! – le grito con rapidez y totalmente colorado de vergüenza – yo quiero que me hagas tuyo, lo deseo desde que nos conocimos en el castillo Oz – le dijo casi en un susurro.

-¿De verdad? – dijo incrédulo Dark – valla no pensé que...

-¡No digas nada! – le dijo Cleff poniéndose de rodillas sobre la cama para callar a su koi con su mano – no digas nada, te pareceré un descarado pero... es lo que deseo. Por favor no digas nada más, a mí... a mí nunca me han tratado con tanta ternura, yo solo... he estado con Touya y sus amigotes, que lo único que hacían era aprovecharse de mí..., esto es nuevo para mí... quiero que sea especial... quiero que me hagas el amor Dark.

Esa suplica por parte de Cleff le crispó los nervios, sin poderse contener se aferró al delicado cuerpo de su amante para besarlo apasionadamente. Verlo pedirle que le hiciera el amor con aquella carita de súplica y con aquella camisola que le iba tan grande dejando ver gran parte de su hombro y su pecho le excitó de sobremanera.

Los bracitos de Cleff se aferraron con miedo de soltarse a cuello del vampiro mientras Dark abrazaba su cintura para ir acariciando desde su nuca hasta sus glúteos. La respiración de ambos se fue acelerando rápidamente hasta provocarse gemidos de placer. Con algo de torpeza, Cleff fue desanudando la blusa negra de Dark, dejando al descubierto su pecho firme, al estar totalmente abierta, Cleff tiró de ella hacia arriba para sacarla de los ceñidos pantalones también negros que portaba su amante hasta sacársela por arriba teniendo que romper el contacto de las manos ardientes sobre su piel. Sus labios se volvieron a unir después de la interrupción de manera anhelante. Las manos de Dark se perdieron bajo la larga camisola descubriendo que su angelito no llevaba nada más debajo, un gemido de placentero por parte de Dark indicó a Cleff la satisfacción de no hallar obstáculos para poder acariciar su cuerpo. La siguiente prenda que cayó al suelo fue el pañuelo que hacía de fajín negro que rodeaba la cintura de Dark, para poder luego desabrochar los pantalones e introducir su mano temblorosa en el interior de estos. Dark apretó los glúteos de Cleff atrayéndolo hacia su cuerpo, como respuesta al estremecerse al notar como las tímidas manos de su chico se posaban sobre su erguido miembro, masajeándolo con suavidad.

El Conde arrastró el cuerpo de su koi a la cama para quedar sobre él para poderlo devorar con besos y caricias, pronto la camisola de Cleff abandonó su cuerpo para mostrarse totalmente desnudo para satisfacción de Dark quien aprovechó para adorar y reverenciar cada parte del cuerpo expuesto queriendo borras las antiguas vejaciones afligidas a ese maravilloso ser. Cleff gemía sin poder controlarse, las manos de su koi hacían redescubrir el significado de la palabra placer.

-Eres hermoso Cleff, más de lo que jamás hubiera imaginado – le confesó mirándole fijamente su cuerpo y su sonrojo tímido – voy a protegerte, jamás me separaré de tú lado.

-Ohh!! Mi Conde – dijo emocionado Cleff – me hace tan feliz – le respondió entrecortadamente por la excitación y con lágrimas en los ojos de la emoción al sentirse tan querido.

-No me llames Conde, por favor, di mi nombre, me gusta como suena de tus labios – le dijo besándolo de nuevo a la vez que le masturbaba con una de sus manos – dilo mi amor, di mi nombre – le pidió.

-Ohhhh.... sí mi Darkkkkk, aaaaaaaahhhhhhhhhh

-Mmmmmm suena delicioso – le comentó lamiendo sus labios – me tienes loco.

Sin poderse contener más Dark se levantó de la cama y con rapidez se quitó las botas altas y con un movimiento sensual se fue retirando el pantalón desabrochado, deslizándolo lentamente por sus piernas mientras era observado por un impresionado Cleff que no le quitaba la vista de encima desde la cama. Una vez desnudo se acercó de nuevo a la cama para gatear sobre esta como un felino en celo a punto de abalanzarse sobre su presa.

-¿Por qué te has puesto tan rojo? – preguntó Dark sonriendo y complacido colocándose sobre él a cuatro patas, seductoramente.

-Yo... – habló nerviosamente pero rápido desvió la cara hacia otro lado de la habitación.

-¿Por qué giras la cara, no te gusta lo que ves? – le preguntó incorporándose sobre la cama con Cleff entre sus poderosas piernas con las manos en sus caderas y con su melena cayendo como una cascada por su ancha espalda y algunos mechones por su pecho musculoso y abdomen bien marcado.

-¡No! No es eso – le respondió ruborizado – al contrario pienso que eres muy atractivo y guapo, es solo que me da vergüenza, sigo pensando que soy poca cosa comparado contigo.

-Solo dices tonterías – le dijo apoyándose de nuevo sobre sus manos quedando a cuatro patas, para dejar encerrado a Cleff con su cuerpo cubierto por una cortina de hebras tan negras como el carbón - ¿tú que sientes cuando me miras? ¿te parezco atractivo? ¿sensual? ¿me deseas? – le pregustó agachándose en poco para susurrarle en el oído.

-Mmmmm – gimió de placer al sentir su aliento sobre su oído y cuello – siiiiiiii.

-Pues lo mismo me sucede a mi cuanto te veo. Mi cuerpo me pide que te acaricie y te tome, eres un ángel y tú belleza opaca a cualquier otra persona. Te deseo – le confesó mordiendo con suavidad su cuello haciendo que Cleff jadeara de placer.

-Tómame Dark, tómame por favor, te deseo – le suplicó dándose la vuelta para ofrecer sus nalgas.

-Es muy tentador mmmm pero prefiero ir con calma – le comentó cubriendo con su cuerpo a Cleff.

Las manos de Dark se aferraron a la cadera de Cleff para frotar su erección contra sus nalgas a la vez que besaba sus hombros y cuello. Dark se giró un poco quedando de medio lado y obligando que su koi se pusiera de la misma manera para poder pasarle un brazo por su pecho y el otro por su cadera. La presión de los cuerpos cada vez era mayor y sus roces también, Dark alargó la mano para atrapar la erección de Cleff y así masturbarle mientras se frotaba contra él. Un cambio de mano le dio la posibilidad de tener la mano derecha libre para comenzar a acariciar sus nalgas y masajearlas, gracias a la ayuda de su presemen que había quedado entre las nalgas de Cleff con sus roces de su sexo, le fue mucho más fácil preparar la entrada de su amante. Primero enterró un dedo con delicadeza, cuando vio que se había adaptado introdujo un segundo dedo, los jadeos por parte de Cleff le indicaron que sus atenciones eran bien recibidas, al tener el tercer dedo dentro de Cleff, las caderas de este cobraron vida propia, su movimiento de vaivén indicaba que requería una mayor estimulación y Dark estaba dispuesta a dársela.

-Aaaaaahhhhh si te lastimo avísame – le pidió Dark a su pareja.

Con cuidado después de retirar sus dedos de Cleff se sujetó su sexo y lo guió hasta su entrada y con el mayor de los cuidados fue entrando poco a poco sin dificultad y hasta el fondo.

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh siiiiiiiiii – gimieron los dos al convertirse en uno.

-Mmmmm eres delicioso – le susurró a su oído apretando sus caderas para que estuvieran más unidas – ya casi había olvidado lo bien que se siente hacer el amor con la persona que amas.

-Ohhhhhh siiiii Dark – gimió de placer y sintiendo por primera vez una penetración no dolorosa y violenta - mmm por que dices que casi lo has olvidado, ¿no has tenido relaciones mmmm con... con nadie durante todo este tiempo? – preguntó Cleff asombrado mientras comenzaba a sentir los movimientos de su amante.

-Mmmm, desde que mi esposo murió no he vuelto ha hacer el amor hasta hoy, pero sexo... mmmmm sí, he tenido sexo tres o cuatro veces, para aliviar tensiones pero nada más, mmm. No soy partidario de tener simple sexo ocasional, no soy promiscuo, ahhhhh – le explicó mientras hacía el amor.

-Yo... ahhhh me siento halagado Dark, no... no sé que decir .

-No tienes que decir nada – le respondió sujetándole la barbilla para girarle y besarle en los labios – te amo.

Dark penetraba a Cleff estando de medio lado a la vez que le acariciaba.

-Espera amor, ven – le pidió Dark – siéntate encima de mí, quiero verte la cara mientras te hago el amor.

Con una sonrisa, Cleff le hizo lo que le pidió, con cuidado se sentó sobre sus piernas penetrándose él mismo con el miembro de Dark, provocándole un intenso gemido al ser penetrado con mayor profundidad, sus piernas y brazos rodearon las caderas de Dark y su cuello para evitar que se cayera con los movimientos de vaivén. Dark se sujetó de la cadera de Cleff para guiar los movimientos, haciéndolos lentos y profundos en un inicio pero volviéndose más rápidos conforme pasaban los minutos. Las fuertes manos de Dark sujetaron las redondas nalgas de Cleff para levantar con mayor facilidad su cuerpo, permitiendo que sus poderosos brazos levantasen a su amante hasta casi sacar todo su miembro del interior de su koi par dejarlo caer, una y otra vez.

-Ahhhhh así mi amor así, gime, jadea – le pedía Dark notando el estremecimiento de su propio cuerpo y el de Cleff – quiero que goces como nunca.

-Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Darkkkkkkkkkkkk – gemía cabalgando sobre él – no voy a aguantar másssssss.

-Mmmmmm argggggggggghhhhh – gemía Dark – tócate le pidió Dark – mastúrbate también, quiero verte. Grita, no me importa que nos oigan, así... así. Grita cuanto quieras, que se entere ese desgraciado de Touya a quien perteneces ahora, mmm que sepa quien te hace gozarrrrrr.

-Ohhhh Sí Darkkkkk – gemía Cleff masturbándose sin pudor y totalmente descontrolado mostrando sus colmillos mientras era penetrado con fuerza pero sin lastimarlo – ohhhhhhhhhh siiiiii Darkkkkkkk me corrroooooooooooo.

-Arggghhhhhh siiii yo también, Clefffffffffffffffffffffff – eyaculó con fuerza a la ver que enterraba sus colmillos en el cuello de Cleff a la vez que sentía con Cleff hacía lo mismo en su cuello multiplicando por dos el placer de sus clímax.

El clímax les golpeó con fuerza a los dos durante varios segundos hasta caer desfallecidos los dos sobre la cama. Dark abrazó instintivamente a Cleff para protegerlo, ambos estaban sudados y aún respiraban con dificultad pero con una sonrisa de satisfacción en sus rostros. Con cuidado Dark salió del interior de Cleff para después cargarlo en sus brazos y llevarlo hacia el baño, una vez allí Dark gracias a su poder calentó el agua de la bañera introduciéndose con Cleff en sus brazos que medio dormitaba.

-Mmmm Dark, no te molestes, puedo asearme yo mismo – dijo Cleff medio dormido en los brazos de Dark, al sentir la cálida agua caliente abrazar su cuerpo.

-Shhhh, no me molesta, al contrario quiero hacerlo, déjame mimarte – le pidió limpiando el cuerpo de su ángel con una esponja suave, eliminando cualquier tipo de resto que quedase en su tersa piel – ya te lo dije, voy a cuidar de ti – le dijo besando sus labios – recuéstate sobre mi yo me encargo de lavarte bien, luego te llevaré a la cama para que descanses.

-No te irás luego, ¿verdad? – le pidió asustado Cleff se giró para encarar a su amante.

-Jeje, no me iré no te preocupes, ya nada me va a separa de tu lado, así que ahora relájate y déjame hacer a mí – le pidió una vez más.

-De acuerdo – le respondió Cleff recostándose en la amplia bañera apoyándose sobre el pecho de su koi.

Dark aseó con cuidado a Cleff, ambos estuvieron un rato relajándose aprovechando Dark para acariciar a su pareja, cuando sintió que el agua se enfriaba, levantó a Cleff que se había dormido sobre su cuerpo abrigándolo con una suave toalla y lo llevó a la cama. Estando ya secos se acostaron para descansar el resto del día.

-Abrázame – le pidió Cleff a Dark – ¿crees que saldrá bien?

-Por supuesto que sí, esos chicos están destinados para esto así que no te preocupes y duerme un poco – le sugirió Dark - ¿te has alimentado en estas últimas horas? – le preguntó a su koi.

-La verdad que no muy bien, me siento algo agotado, pero se me pasará – le respondió Cleff.

-Aaa no, tú te alimentarás ahora mismo – le ordenó levantándose de golpe de la cama, para dirigirse hacia el mueble donde estaban las reservas de sangre – estás muy delgado Cleff, a partir de ahora te alimentarás como es debido, no voy a dejarte que te saltes ninguna comida – le explicó Dark desde el mueble.

Dark estaba despalda a él y completamente desnudo mientras le servía una buena copa de elixir. Una misteriosa corriente de aire traspasó la habitación pero Dark no llegó a percatarse.

-Da... Dark – gimió temeroso Cleff desde la cama, pero este no le escuchó.

-Voy a cuidar muy bien de ti – le hablaba Dark despaldas a él sin percatarse de lo que ocurría en la cama.

-¡Darkkkkkkkkkk! – gritó aterrorizado Cleff.

Dark al oír el grito asustado de su amante se giró de inmediato viendo con terror como una gran loba de pelo plateado miraba amenazadamente a la vez que le enseñaba los colmillos a su amante que se arrinconaba sobre una esquina de la cama intentándose ocultar con la sábana mientras temblaba.

-¡Shiva no! – le gritó a la loba, viendo como frenaba su ataque – Cleff no te muevas y no hagas movimientos bruscos – le advirtió Dark

-Yo... yo no he hecho nada Dark, estaba... mirándote cuando de repente se abalanzó sobre mí – le explicó asustado Cleff mientras temblaba.

-Lo sé amor, pero no te asustes, Shiva es una vieja amiga – le explicó mientras se acercaba a él – lo que ocurre es que no te conoce y ha interpretado que estás invadiendo mi espacio, por eso quiso atacarte – le dijo llegando a su lado.

-Dark, me dio un susto terrible – le dijo abrazándose de golpe a su amante cuando se sentó a su lado.

-Grrrrrrrrrrrrrrrrrr – gruñó la loba al interpretar el abrazo de Cleff como un ataque a su señor.

-No Shiva – le fijo Dark – él no es un enemigo – le explicó a loba – ven Shiva, este es Cleff, mi futuro esposo – le habló como si le entendiera, la loba se sentó al lado de su Señor, muy cerca de Cleff que le miraba aterrorizado – Cleff ella es Shiva, una vieja amiga.

La loba se acercó a Cleff para olerlo pero este retrocedió instintivamente por miedo al ver a la loba tan cerca de él.

-No tengas miedo Cleff, Shiva sabe que eres importante para mí, no te hará daño – le dijo sujetando la mano de Cleff para acercarla a la loba para que la acariciara – ves no te hará daño, impresiona mucho pero es muy cariñosa, jeje – se rió Dark percibiendo aún miedo de su amante hacia su amiga.

-Es... es muy suave – dijo Cleff al notar el pelaje bajo sus dedos.

-Una vez que la conoces no asusta tanto, es que es muy protectora con los que quiere – dijo complacido al ver como Cleff iba perdiendo el miedo con la loba.

-Es lógico, yo también me pondría así si alguien intentara atacar a los que amo, jeje – se rió Cleff acariciando ahora con dos manos a la loba que respondió complacida dándole un lametazo en la cara.

-Jajajaj – se rió Cleff al hacerle cosquillas.

-Veo que le has caído bien, jeje – dijo complacido Dark - ¿a qué has venido Shiva? ¿todo terminó ya? – le preguntó Dark a la loba.

-Aaaauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhh – aulló Shiva como respuesta afirmativa.

-Perfecto, eso significa que hace un par de horas que ya amaneció y la rata de Touya está desintegrada y pudriéndose en el infierno, me alegro – Shiva ya puedes ir a descansar – le ordenó Dark.

La loba un poco reticente a dejar las caricias que la nueva pareja de su Señor le aplicaba, se bajo de la cama tumbándose a los pies de la gran cama. Cleff volvió a recostarse en la cama ya calmado a la estera de que Dark regresase a ella con una nueva copa de elixir que no le pudo servir antes.

-Dark, ¿puedo peguntarte algo?, si quieres no me respondas – le dijo algo inseguro Cleff.

-Claro lo que quieras, dime.

-Sí Shiva es como tú guardaespaldas y protege a quien ella y tú quieren, ¿porque no pudo proteger a tu esposo?.

-Me imaginaba que me preguntarías algo así – dijo Dark borrando su sonrisa para ponerse serio – cuando atacaron mi Castillo yo estaba lejos por unos asuntos y Shiva vino conmigo, fue un error debió quedarse con Clerio, por ellos me culparé siempre.

-Lo siento no debí preguntar – dijo Cleff al ver que Dark sufría por su recuerdo.

-No digas eso, tienes todo el derecho de preguntar, comprendo tu curiosidad por mi pasado, no me molesta que lo hagas, es solo que aún me cuesta afrontar lo que sucedió – le comentó Dark

-Perdóname, no te lo hago muy fácil, es que temo no estar a la altura de lo que representaba Clerio para ti – le dijo Cleff inseguro mientras bebía de su copa con timidez.

-No tengas miedo de eso, mi amor por Clerio y el que siento por ti no se pueden cuantificar, a Clerio lo amé con locura, él fue mi primera pareja, mi amor por él no morirá nunca, pero no es ni mayor ni menor del que siento por ti, tú me has dado nuevas ganas de amar, has revivido mi corazón muerto y también te amo con locura, soy muy diferentes y a la vez iguales, los dos me habéis robado el corazón, así que no temas, no me gusta que seas tan inseguro de ti mismo. Cleff – le llamó sujetándole de la cara – quiero que sepas que te amo, no lo dudes.

-Gracias Dark, gracias por quererme tanto, te prometo que no volveré a estar inseguro – le dijo sonriendo, dejando la copa vacía en el suelo para abrazarlo con amor – por ti seré fuerte.

-Eso me gusta más, jeje – le respondió abrazándolo para estar juntos – ahora descansemos.

Dark y Cleff al final sucumbieron al sueño diurno que a todo vampiro le afectaba en cuando los primeros rayos de sol hacían su aparición, solo despertándose para volverse a amar con intensidad y pasión.

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Unas horas antes del amanecer, en las alcobas de Zech.

-¿Has ido a ver como está Trowa? – le preguntó Wufei a su amante al verlo entrar a la habitación.

-Sí vengo de su habitación, Hilde tubo que darle un potente somnífero para que pudiera descansar, está demasiado agitado y tenso, supongo que hasta mañana por la noche no despertará, eso sería lo mejor – le comentó a su amante que se estaba desvistiendo para ir a acostarse - ¿Sabes algo de los demás?- le preguntó situándose detrás de Wufei para besarle en el cuello y para ayudarle a desvestirle.

-No mucho pero a juzgar por los gemidos que se oyen desde aquí creo que se lo están pasando de maravilla, jeje – se rió Wufei a la vez que se desataba la cinta que sujetaba su pelo.

-Jeje tienes razón, desde el pasillo he podido oír claramente los gemidos de Dark y Cleff y los de Duo y Heero – le comentó abrazando a su koi.

-Jeje si yo también los oí y no solo a ellos, parece que todo el Castillo se ha puesto de acuerdo para celebrar una noche o mejor dicho un día de amor desenfrenado, jeje – se burló Wufei girándose para abrazar por la cintura a Zech.

-Tienes razón, pero es normal, muchos están acostumbrados a ser vampiros y si todo sale bien mañana será el último día, por eso han decidido hacer su fiesta de despedida como vampiros, jeje – se rió el rubio besando el cuello de su moreno.

-¿Y tú no piensas dar tu fiesta de despedida? – le preguntó con picardía.

-Sí tú eres el centro de la fiesta la haré – le respondió con malicia – ¿te apuntas?

-¿Es una proposición indecente? – le preguntó Wufei siguiendo su juego.

-Por supuesto – le dijo arrastrando a guerrero Chang hasta la cama para ayudarle a quitarse los pantalones y zapatos – esta noche te voy a dar una fiesta de desenfreno total que tardarás años en olvidar – le prometió comenzando a quitarse la ropa sensualmente.

-¿Y quien a dicho que quiero olvidarla? – le dijo tirando de uno de sus largos mechones rubios para tirarlo a la cama – no permitiré olvidarla porque te la haré recordármela cada noche.

-Mmmmm, eso suena muy interesante – respondió Zech.

-No lo dudes.

Las manos rápidas de Wufei acabaron de quitar la ropa que le faltaba su pareja para tumbarlo completamente desnudo sobre la cama, con movimientos felinos se sentó sobre sus caderas haciendo que sus miembros ya erectos se rozasen produciendo un placer intenso.

-Te amo Zech – le dijo besando sus labios con pasión.

-¿Me amarías igual aunque supieses que no podemos ser mortales de nuevo? – le preguntó Zech.

-Te amaría igual aunque fueses el mismo Lucifer – le respondió besando su cuello y pecho.

-Mmmmm, Wufei – le dijo escapándosele un gemido.

-¿Si? – preguntó con picardía mientras seguía atacando sus pezones con sus labios y dientes.

-¿Qué responderías si te propusiese...? – le preguntó Zech susurrándole la propuesta a su oído.

-¿Estás seguro? – le preguntó sorprendido por la propuesta.

-Estoy muy seguro, eso... si tú lo deseas igual – le comentó Zech.

-Entonces acepto, si quiero – respondió Wufei.

-Mmmm pues que así sea.

Los fuertes brazos de Zech rodearon el cuerpo de Wufei para tumbarlo sobre la cama, sus besos recorrieron desde el cuello hasta sus hombros para después deslizarse hasta el pecho donde jugueteó con su lengua hasta dejarlos erectos, Sus manos se perdieron por la mata oscura de sus bellos púvicos para aferrarse al miembro erecto. Wufei jadeaba sobre su oído provocándolo y excitándolo cada vez más, mientras era masturbado, la mano de Wufei acarició el pecho firme del rubio para ir deslizándola hasta el vientre y luego hasta el sexo de Zech. Las caricias eran cada vez más rápidas igual que la batalla que transcurría en sus bocas queriendo dominar el uno al otro. Zech se situó sobre Wufei para apretarse sobre su cuerpo, una de sus manos atrapó el miembro de Wufei y el suyo a la vez para masturbarlos conjuntamente, Wufei gemía complacido mezclando sus gemidos de placer con los suyos, sin aguantar más separó las piernas de Wufei para situarse entre ellas y con lentitud fue entrando en él. El guerrero Chang se aferró a sus caderas al notar la primera molestia por la intromisión de su cuerpo pero poco a poco se fue relajando y disfrutando del momento, los movimientos de penetración eran lentos y compasados, acelerándolos poco a poco.

-Aaaaaaaaaahhhhhh Zechhhhhhhhhh siiiiiiiiiii sigue – le pedía Wufei.

-Oooohhhhhhhh siiiiiiii Wufei, me estás abrasandooooo eres.... aaaaaaaaaahhhhh.

Durante varios minutos sus cuerpos fueron conteniendo toda la excitación posible, acumulando placeres y sensaciones intensar, Wufei se aferraba a la espalda ancha de Zech ayudando con su cadera los movimientos de vaivén, saliendo al encuentro de su amado. Con un poco de esfuerzo Wufei consiguió tumbar a Zech sin salirse de él, quedando sentado sobre su cadera para reiniciar el ritual amoroso a la vez que sus labios se acariciaban apasionadamente. Los brazos de Zech sujetaron por la cintura de Wufei para guiar las envestidas, haciéndolas más profundas y rápidas.

-Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhh Wufei, siiiii no pares, te amo – gemía una y otra vez.

-Oooooohhhh Zech, mmmmmm más rápido sssssssiiiiii másssss – jadeaba Wufei.

Las manos de Wufei se apoyaban en los fuertes pectorales de Zech a la vez que rebotaba sobre la cadera del rubio recibiendo el mayor de los placeres, su orgasmo estaba cerca y quería compartirlo con la persona que amaba.

-Zech, aaahhhhh no puedo mássssss voy a correrme yaaaaaaaaa, ohhhh siii asiiiii Zech no pares, mmmm, aaaaaaahhhhh siiiiii ¡¡¡ Quiero un hijo tuyoooooooo!!! – gimió llegando al orgasmo.

Zech al sentir las contracciones que producía Wufei sobre su miembro sensible no tardó mucho en derramarse en su interior tras un gran estallido de placer abrazándose a su koi. Ambos desfallecieron sobre la cama intentando regularizar sus latidos y respiración.

-Mmmm eso a sido fantástico – ronroneó Wufei apoyándose en el pecho del rubio.

-Lo mismo digo amor, pero sabes que aún tenemos trabajo que hacer, ¿verdad? – le dijo con malicia el rubio a su guerrero.

-Lo sé – le respondió sentándose de nuevo sobre su cadera – solo dame unos minutos que me recupere, tengo una promesa que cumplir, jeje – se rió Wufei.

-Mmmmm – gimió Zech al ser besado por Wufei – ¿no te arrepentirás?

-No, no lo haré. ¿Sabes por que?.

-¿Por qué?

-Por que te quiero y quiero ser parte de tú vida, ahora y siempre.

-Lo mismo de digo Wufei – le respondió atrapando su cuerpo bajo el suyo para tenerlo a su merced – haré que no te arrepientas.

Las próximas horas los cuerpos de Zech y Wufei se encontraron una y otra vez hasta que quedaron exhaustos, con el tiempo justo para descansar las horas que quedaban de día.

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Con los últimos rayos de Sol, los habitantes de Yuy fueron despertando de su sueño diurno, uno tras otros se prepararon para el gran día, mientras se iban despertado y arreglando iban bajando para reunirse en el salón principal, Zech, Wufei, Dark, Cleff, Noin, Hilde, vampiros de primer rango, todos menos Duo y Heero que aún no había bajado.

Los comentarios entre ellos giraban entorno al mismo tema principal, ¿cómo se efectuaría la ceremonia de ruptura de la maldición?.

-Lamento el retraso – se oyó la voz seria de Heero que entraba en el salón seguido por Duo – veo que ya todos estáis listos. Antes de todo, buenas noches a todos.

-Buenas noches Yuy-sama – respondieron los menos allegados.

-Buenas noches Heero – respondieron los demás.

-Espero que todos halláis descansado, al menos lo suficiente para que estéis en forma porque a juzgar por el alboroto de anoche lo dudo la verdad – se burló Heero viendo más de un rostro ruborizarse – no estoy recriminando a nadie, jeje.

-Eso espero, por que si mal no recuerdo, anoche también – comentó Zech con malicia – se podían oír los gemidos de tu chico desde de habitación, jeje.

-¡Oh Kamisama! – exclamó avergonzado Duo ocultándose detrás de Heero.

-Jejeje, me lo supongo – se rió Heero – es que anoche estuvimos encargando un bebé a la cigüeña – bromeó Heero abrazando a Duo para depositar sus manos sobre el vientre de Duo.

-¡¡Heero!! – le recriminó ruborizado.

-Valla felicidades – exclamó Zech.

-Felicidades, Heero, Duo – dijo Noin acercándose a la pareja para abrazarles y darles la enhorabuena.

-Felicidades Yuy-sama – dijeron los vampiros Yuy.

-Veo que le tuviste envidia a Trowa-kun, jeje – comentó Hilde acercándose a Duo

-Más o menos – le respondió Duo aún avergonzado – es que anoche era la última oportunidad de por tener un hijo con Heero así que...

-No tienes que darme explicaciones, jeje a demás no creo que hallas sido el último, jeje – dijo mirando a más de una pareja que se hacía la disimulada.

-Me alegro por vosotros – interrumpió Dark – pero no creo conveniente perder el tiempo hablando sobre lo que hicimos anoche, Odin no creo que tarde mucho en atacar y vosotros debéis preparar la ceremonia.

-Hilde – llamó Duo a la vampiresa al oído - ¿cómo está Trowa?.

-Está durmiendo, no te preocupes por él, yo me encargo – le respondió igualmente en el oído.

-Dark tiene razón – comentó Heero – me gustaría ayudaros a defender el Castillo Yuy de Odin, pero me temo que será imposible, me gustaría acabar con Odin con mis propias manos ero me será imposible – dijo con desilusión Heero.

-No te preocupes, nosotros nos haremos cargo, tú solo preocúpate de la ceremonia, que no es poco – comentó Zech poniéndose de pie para acercarse a Heero.

-Las fuerzas de Odin han sido mermadas pero no vencidas, Odin es capaz de cualquier cosa por muy rastrera que sea – explicó Dark – deberemos estar alertas, lo principal es sacar a todos los heridos y personas que no se puedan defender lejos de las manos de Odin.

-Habrá que sacar de aquí a los niños, heridos, embarazados y a la servidumbre – comentó Heero – por ahora deberán esconderse en el pueblo de Gundam, Odin no creo que centre un ataque sobre ellos, ya que sabe que solo tiene esta noche para detenerme.

-Si no es molestia, me gustaría ir al Castillo de Winner y no a Gundam – se oyó la voz de Trowa, entrando al salón, se veía algo cansado y sobretodo triste.

-Eso será muy peligroso, no sabemos como están las cosas fuera del territorio Gundam – le comentó Heero a Trowa.

-Le hice una promesa a Quatre y voy a cumplirla, me llevaré a Sandrok, él me guiará hacia las tierras de mi difunto esposo, no estoy. No estoy pidiendo permiso solo quería informales de que me marcho.

-Pero no puedes ir solo Trowa – le dijo Duo preocupado.

-No pasará nada, Quatre me protege.

-Pero – dijo Duo.

-Yo iré con él – interrumpió Hilde – le prometí que iría con él para que se adaptara a su nueva vida, lo siento Heero, pero no podré quedarme a ayudar, de todas maneras no creo que mi ausencia se note mucho.

-Te comprendo Hilde – le dijo Heero – ve con él y tened cuidado, al menor signo de peligro regresad, por tu ausencia no te preocupes, con la ayuda de Dark y sus hombres podremos cubrir con las ausencias. Supongo que todos los demás sabéis lo que tenéis que hacer, ¿no?

-Sí Heero, ya está todo concretado – comentó Zech.

-Bien entonces solo me queda ultimar un último detalle antes de dirigirme hacia la cámara secreta. Duo podrías ir a buscar a Akira – le pidió con complicidad.

Un murmullo se levantó en todo el salón, temiendo por la reacción de Heero al saber lo que había ocurrido con su esclavo, sobretodo cierto vampiro responsable de la nueva situación de Akira. Duo salió del salón y a los pocos minutos regresó con Akira un tanto preocupado, como le había prometido a Heero, no le había dicho nada a su pareja. Al entrar un nuevo revuelo se organizó, sobretodo por los que hacía tiempo que no estaban en el Castillo.

-¡¿Pero que significa esto?! – exclamó sorprendido Zech al ver el vientre abultado de Akira – Heero, como, no nos dijiste nada, Duo sabe que...

-Sí lo sé Zech, sé que Akira ha sido el esclavo de Heero – dijo fingiendo tristeza.

-Y lo dices tan tranquilamente – dijo Trowa molesto a Duo– como has podido hacerle esto a Duo, ocultar que tienes un hijo con otros es de miserables.

-Tranquilízate Trowa, no es lo que parece – le dijo guiñándole un ojo – quiero saber quien es el responsable de dejar preñado a mi esclavo – ordenó – porque esto – dijo señalando la barriga de Akira, no es mío. ¿Quién a sido? – dijo mirando a todos los presentes.

Uno segundos transcurrieron sin que nadie dijera nada, la tensión se respiraba en el ambiente.

-Así que nadie ha sido, mira que interesante, encima de traidor es un cobarde, que decepcionante, no pensé que uno de mis hombres se comportara de esa manera tan rastrera – dijo acercándose a Akira. De pronto sujetó a Akira por el cuello con una mano, haciendo que apoyase su espalda en su pecho y con la otra concentró una esfera de energía que apuntó a su vientre – o sale el traidor ahora mismo o mató al bebé que lleva dentro – amenazó Heero.

-¡Heero! – exclamó asustado Zech por la reacción.

-¡¡Nooooo!! – gritó asustado Akira abrazándose el vientre, ya que no se esperaba algo así.

-El culpable tiene diez segundos. 10, 9,8,7,6,5,4...

-¡He sido yo! – gritó asustado Kuroda por su pareja – he sido yo Heero-sama, por favor, no haga daño a Akira ni a nuestro bebé, el único culpable soy yo, aceptaré su castigo con gusto pero no haga daño a Akira ni al bebé.

-Kuroda – dijo Akira emocionado por la valentía de su koi al enfrentarse a Heero.

-Valla, no esperaba menos ti, así que tú eres el responsable de esa barriga – dijo Heero soltando a Akira con suavidad.

-Sí Heero-sama, soy el culpable.

-Sabías a quien pertenecía, ¿no?.

-Sí, Heero-sama.

-Y te imaginas cual sería el castigo por robar a tú Señor, ¿no? – le volvió a preguntar.

-Sí Señor, con la muerte Heero-sama.

-Y aún así, tomaste a mi esclavo.

-Sí Heero-sama – respondió Kuroda manteniendo su postura sin flaquear ni dudar.

-¿Por qué?.

-Por que le amo, Heero-sama, llevó mucho tiempo enamorado de él Heero-sama, mucho antes de que lo pusieran a su servicio – le explicó mirándole fijamente.

-¿Estás insinuando que te lo robé? – dijo haciéndose el ofendido.

-No mi Señor, no insinúo nada Heero-sama, jamás osaría ha hacerlo – respondió con firmeza.

-Entonces si estabas enamorado de él porque no te negastes a que fuera mío.

-Quise hacerlo pero Akira no me lo permitió, a demás Ud. Es mi Señor, no podía pedirle algo así, sé perfectamente cual es mi posición. Solo cuando desapareció creí que ya no lo necesitaría más y le convertí en mi pareja. Sé que hice mal, y como he dicho acepto mi castigo pero por favor deje a Akira al margen de esto.

El salón estaba en silencio, solo se podía oír las voces de Heero y Kuroda, los demás se limitaban a escuchar y murmurar de vez en cuando en voz baja.

-Hasta ahora te tenía en gran consideración Kuroda, siempre te he tenido como un hombre leal y que daría su mida por el Clan y por mí y ahora esto – le dijo mirándole fijamente.

-Lamento decepcionarle Heero-sama pero no me arrepiento de ello, amo a Akira y al ser que llevo dentro, por respeto a su persona no dije nada entonces pero ahora... no puedo callar más, hoy mismo se lo iba a explicar todo para poder pedir su mano en matrimonio.

-¡Kuroda! – exclamó Akira sorprendido y emocionado, al oír la petición de matrimonio de su koi. Sus ojos se aguaron en lágrimas de felicidad.

-¿Matrimonio, con Akira?, ja – se burló Heero – pero él a sido mi esclavo... está algo usado, ¿no crees? – comentó con malicia para saber hasta donde llegaría Kuroda.

-Heero-sama, le respeto mucho como mi Señor pero no consentiré que se refiera así a Akira – dijo molesto creando una esfera de energía en su mano.

-¡Kuroda no! – gritó asustado Akira.

-Valla, vas a enfrentarte a mí por Akira – dijo satisfecho Heero.

-Si hace falta para que respete a mi prometido y futuro padre de mi hijo, sí – le respondió con seriedad.

-Jajajaja – se rió Heero – menudo cabeza dura, jaja. Debería darte la paliza de tú vida pero le prometí a Akira que no lo haría.

-¿Qué? ¿a Akira? ¿qué significa esto? – dijo desconcertado Kuroda.

-Ayer vino Akira a nuestra alcoba para explicarnos la situación – dijo Duo acercándose al vampiro y a su prometido – créeme que al principio casi me dan ganas de matar a Heero pero Akira nos lo explicó todo.

-¿Lo saben? – preguntó sorprendido el vampiro.

-Así es, y debería romperte la cabeza por no decirme nada. Admiro la fortaleza con la que has llevado este asunto y debo decirte que ahora me siento mal por ello.

-Heero-sama no tiene que sentirse mal por eso, yo amo a Akira y haría cualquier cosa por él.

-¿Entonces le darás permiso para que se casen Heero? – preguntó Duo a su prometido.

-Por su puesto – dijo Heero – no solo les doy permiso sino que te voy a obligar a que te cases con él Kuroda, ese bebé tiene que venir al mundo con Kamisama lo manda.

-Yo... gracias Heero-sama – le dijo Akira abrazando a Heero emocionado.

-No me des las gracias a mi Akira sino a Kuroda, por lo persistente que ha sido.

-Gracias Heero-sama – le dijo Kuroda.

-No me las des, por cierto ahora que está ya todo resuelto. Creo que será mejor que pongas a Akira en un lugar seguro, juntó con los demás que dejarán el Castillo.

-Puedo quedarme en casa de mis padres- sugirió Akira – allí estaré seguro y hay sitio para que se escondan más personas.

-Te lo agradezco Akira. Kuroda te encargarás en evacuar a cuantos puedas en casa de tus suegros – le dijo con una sonrisa. A los demás tendremos que buscar otras casas.

-No hay problema Heero-sama, yo me encargo de la evacuación.

-Bien pues ahora cada uno a sus puestos – dijo Heero a todos los presentes –Trowa, ¿partirás ahora? – le preguntó acercándose a él.

-Sí, es mejor que salga cuanto antes, no quiero causar problemas – le respondió

-Bien, ves con cuidado, en cuanto tengamos un poco de calma por aquí, Duo y yo te iremos a ver, me gustaría que nos mantuviéramos en contacto, sé que a Duo le gustaría.

-Por mi perfecto, mi nueva casa será como la vuestra – respondió Trowa con una sonrisa triste acercándose a Duo – yo... espero que vengas a verme, ya que he pensado que si quieres podrías ser el padrino de mi bebé - le comentó a Duo.

-Para mí sería un placer – le respondió abrazándole con cariño – cuídate Trowa y cuida de mi ahijado – de dijo acariciando su pequeña barriguita que comenzaba a notarse – a demás tú deberás ser el padrino del mío, jeje – dijo sonrojado.

-¿Estás...? – preguntó sorprendido.

-Sip... jeje, fue fecundado anoche – le dijo al oído.

-Valla que bien, ya no seré el único que pase por esto – dijo riendo un poco. Bueno será mejor que valla a prepararme para el viaje. Heero – le llamó Trowa - ¿qué pasará con el cuerpo de Quatre? Me gustaría enterrarlo en sus tierras, para tenerlo cerca de mí y de su hijo.

-No te preocupes por eso Trowa, en cuanto derrotemos a Odin, yo mismo me encargaré de darle un entierro digno de su posición en tierras Winner – le explicó.

-Te lo agradezco Heero... bueno chicos – les dijo a los presentes – me alegro de haberos conocido, las puertas de Winner siempre estarán abiertas para vosotros, espero que esta no sea la última vez que nos veamos. Os agradezco todo lo que habéis hecho por mí, solo me queda decir hasta pronto – les dijo intentando contener las lágrimas pero sin conseguirlo.

-Venga Trowa, vamos a preparar nuestras cosas – le dijo Hilda abrazando a Trowa para ir saliendo del salón – nos vemos chicos – dijo Hilde en despedida.

-Hasta pronto – se despidieron los demás a la pareja.

-Heero-sama, Heero-sama – exclamó uno de sus hombres entrando en el salón de repente – los hombres de Oz se están movilizando.

-¿¡Que, tan pronto ¡? – dijo sorprendido Heero – maldición, tenemos que ponernos en marcha. Zech, ¿los hombres están listos?

-En un segundo lo estarán, Wufei y yo nos encargaremos del sector norte – comentó Zech.

-Yo y mis hombres nos encargaremos de la entrada – comentó Dark – Kuroda, ¿puedes llevarte contigo a Cleff? – le pidió.

-Pero yo quiero quedarme a tú lado, dijiste que no te separarías de mi lado – se quejó Cleff.

-No, te irás tengo que ponerte bajo buen recaudo, Shiva irá contigo, no te separes de ella en ningún momento, en cuanto pueda iré a por ti, te lo prometo – le juró abrazándole.

-De acuerdo – aceptó a regañadientes.

-Duo y yo no recluiremos en la cámara secreta ya que ir a la cueva sería una imprudencia, Odin nos podría atacar con facilidad allí, solo espero que la ceremonia funcione allí – comentó Heero.

-Funcionará – aseguró Dark – pero habrá que poner vigilancia en la puerta, nadie os puede interrumpir durante el acto.

-Yo me encargaré de que nadie os moleste – se ofreció Noin.

-Entonces yo iré a evacuar a los más débiles – dijo Kuroda abrazando a su prometido.

-Los demás os encargaréis, tanto Yuy como los guerreros Chang, de la defensa – comentó a sus vampiros de primer rango que esperaba sus órdenes – hay que evitar que Odin haga fracasar la ceremonia.

-Habrá que crear un corredor seguro para que Trowa y Hilde y los que van a salir del Castillo puedan abandonarlo sin peligro – sugirió Zech.

-Mis hombres se encargarán de ello, somos bastantes, con una maniobra de distracción dejaremos el campo libre para que Kuroda se lleve a los chicos y a la servidumbre fuera de peligro – sugirió Dark.

-Necesitaré a varios hombres para que me ayude con los heridos – pidió Kuroda.

-Hay y una docena de los hombres que están a mi cargo te ayudarán Kuroda – comento uno de los vampiros de primer rango que allí estaba – ya los conoces, con ellos te será fácil despistar a los Oz.

-Perfecto, todos a sus puestos – ordenó Heero – le ceremonia durará varias horas. Si termináis antes con Odin que yo con la ceremonia reuniros en la biblioteca, necesitaré todo el poder que me podáis brindar – les pidió a los suyos.

-No te preocupes Heero – le dijo Zech – acabaremos con esto de una vez por todas.

-Suerte chicos – les dijo Heero a los suyos.

-Suerte amigo, nuestro destino está en tus manos – le respondió Zech – Duo no dejes que se esfuerce demasiado.

-No te preocupes lo vigilaré – le respondió estrechando su mano.

-Suerte Heero – le dijo Wufei.

-Para ti también guerreo Chang – le dijo agradecido – cuida de Zech, jeje

-Heero – le dijo Dark acercándose a él – imagino que ya sabes lo que tienes que hacer.

-Lo sé – le respondió

-Vigila a tu chico, él es el más débil de los dos, la magia negra querrá confundirlo para quedarse con su alma – le dijo Dark.

-No podrá engañarme, estoy muy seguro de los que siento por Heero – dijo con seguridad Duo abrazándose a Heero.

-Eso espero.

-Bueno llegó la hora – dijo Nataku nerviosamente – suerte a todos, dijo viendo como cada uno se iba hacia sus destinos, saliendo ella también hacia su puesto de vigilancia.

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Heero y Duo se retiraron a la cámara secreta seguidos de Noin, Zech y Wufei salieron al exterior del Castillo con varios hombres a la espera de los ataques; Dark ordenó crear el corredor seguro que ayudaría a escapar a su prometido y a los demás hacia el pueblo Gundam, después se concentro en montar la vigilancia y defensa, de la entrada del Castillo; los guerreros Chang y algunos vampiros Yuy se desperdigaron por todo el Castillo para cubrir cualquier punto vulnerable de ataque, tanto en la zona Sur como en la Oeste del Castillo. Todo estaba listo para recibir el ataque Oz.

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-Espero que sepáis lo que tenéis que hacer – exclamó Relena a los hombres de Odin – Lord Odin ha dejado muy claras las órdenes que debéis seguir.

-¡¡Sí Mi Lady!! – gritaron los vampiros del Clan Oz.

-Nada de prisioneros, nuestra prioridad es mantener distraídos a los Yuy, para que nuestro Señor Odin pueda atacar como tiene planeado.

-¿Qué hacemos con los mortales que nos encontremos en el Castillo? – preguntó uno de ellos.

-Podéis matarlo, no quiero que perdáis el tiempo con ellos, si queréis podéis reservarlos para celebrar nuestra victoria luego, pero ahora queda terminantemente prohibido que perdáis el tiempo con ellos.

-¿Y con Zech y los suyos? – preguntó otro vampiro de Oz.

-Si tenéis la oportunidad de eliminarlos hacerlo de inmediato, eso facilitará la tarea a Lord Odin, pero no os entretengáis, ellos son poderos, no los ataquéis individualmente, si lo hacéis os matarás sin dificultad – les explicó Relena.

-¿Y que pasa con El Elegido? – preguntaron.

-De eso se encarga Lord Odin, en cuanto pueda librarme de los Yuy, iré ayudar a Lord Odin para que detenga la ceremonia. El Elegido debe de morir, él y el Yuy. ¿Queda todo claro? – preguntó Relena a los hombres de Lord Odin.

-¡¡¡Siiiiiiiiiii mi Lady!!! – exclamaron todos eufóricos.

-¡Adelante! – ordenó Relena.

Los hombres de Oz se dispersaron en diferentes flancos encargados cada uno en una tarea concreta, al llegar la hora acordada, todos a la vez atacarían sin reparos. Relena un grupo de vampiros de dirigió hacia la zona Norte, ella estaba encargada de dar apoyo directo a Lord Odin que le esperaba en estratégicamente desde hacía horas, el inicio del revuelo gracias al ataque de sus hombres.

Por otro lado, gracias a la ayuda de Dark el corredor fue efectivo, los evacuados fueron desplazados sin ser detectados por lo Oz, sacándoles del Castillo sin dificultad hasta el pueblo de Gundam, en poco más de media hora ya estaban en casas seguras, sin peligro de un ataque de Oz y resguardados de los rayos de Sol si llegasen a demorarse en la batalla. Todo fue bastante sencillo y rápido, la gente de Gundam, avisados por el alcalde del pueblo ya estaban sobre aviso, todo estaba listo para defender el pueblo y a sus habitantes. La presencia de Akira y los sirvientes humanos del Castillo no hicieron sospechar de las buenas intenciones de los vampiros. Una vez todos seguros, Kuroda y los vampiros que ayudaron en la evacuación regresaron con rapidez al Castillo Yuy, para brindar más apoyo.

Un gritó de batalla desgarrador, fue el inicio del ataque. Los hombres de Oz se lanzaron al ataque como lobos hambrientos. Gritos de dolor y explosiones se oyeron por todo el Castillo, mirasen por donde se mirase, las escenas eran parecidas, escenas dantescas de sangre, cuerpos mutilados que ardían a los pocos segundos convirtiéndose en cenizas, miembros mutilados, sin distinción de sexo o edades. El olor a quemado y a sangre inundaba todo el lugar, era el último y definitivo ataque, de esta batalla saldría el Clan ganador y el vencido.

Lady Relena atravesó sin mucha dificultad el muro exterior del Castillo aprovechando un descuido de la defensa Yuy, al ingresar a los jardines del Castillo pudo ver a hombres de Yuy peleando con los suyos, a muchos los conocía de cuando estuvo viviendo con su hermano, pero no le importó, de prontos dos figuras que peleaban a cierta distancia le llamó la atención, mostrando una sonrisa sádica y malévola se fue acercando lentamente a una de ellas, con una esfera de energía lista para disparar.

-¡Cuidado Wufei! – gritó Zech al ver el ataque de esa vampiresa que dirigía a su amante.

-Arrrggg – se quejó esquivando con dificultad el ataque traicionero por la espalda, siento alcanzado en el brazo, sin ser muy grave – maldita zorra – le insultó.

-Valla, valla... así tratas a tú cuñada, que falta de educación – se burló Relena, preparando un nuevo ataque.

-¡¿Relena?! – exclamó sorprendido Zech al reconocer a su hermana, sin poder dejar de pelear con los hombres de Oz que se empeñaba en mantenerlo ocupado - ¡no te atrevas a ponerle un dedo encima Relena! ¡me oyes! – gritó furioso.

-¿Y que vas hacer hermanito? ¿Me vas a regañar? – e dijo con ironía.

-Maldita seas – gritó Wufei al ver como esa bruja se reía de su koi – él puede que no te haga nada pero yo síiiiiii – le amenazó lanzándose contra ella.

-Maldito insecto – dijo Relena esquivando su ataque una y otra vez – eres patético, no entiendo como mi hermano se fijó en ti para quererte hacerte uno de los nuestros, no vales nada – le dijo son desprecio, lanzándole una tras otra esferas de energía que le explotaban cada vez más cerca de él.

-¡Relena déjalo ya! – gritó Zech, mirando como se desarrollaba la pelea entre su hermana y su prometido.

-¡Ocúpate de tus propios asuntos hermano! – le gritó molesta – si me sigues incordiando me veré obligada ha ordenar que te eliminen – le dijo con satisfacción.

-Maldita bruja, eres capaz de matar a tú propio hermano con tal de salirte con la tuyo, eres despreciable – le dijo con asco, reiniciando el ataque. Varios ataques impactaron a Relena poniéndola más molesta, al notar como varios cortes sangraban de su brazo izquierdo y de su costado.

-Desgraciado pagarás por esto – dijo molesta – con un rápido movimiento Relena desapareció de delante de los ojos para aparecer justo detrás de él. Lo siguiente que notó Wufei fue que una gran fuerza le golpeó por la espalda haciéndole estrellarse contra una de las paredes del Castillo.

-¡¡Wufeiiiiii!! – gritó asustado Zech al ver como su moreno caía semi inconsciente al suelo - ¡¡Relena como has podido!! – gritó furioso estallando en ira, matando de inmediato a sus oponentes para correr a socorrer a su amante.

-A donde crees que vas – se interpuso Relena en medio antes de que llegase su hermano a su destino – él se lo ha buscado, esto es una guerra, ríndete o enfréntate a nosotros.

-Apártate Relena si no quieres que mate yo a ti – le dijo mirándola con odio.

-Matarías a tú hermanita querida – le dijo haciéndose la inocente.

-Tú dejaste de ser mi hermana en el mismo momento que golpeaste a mi prometido – le acusó – lárgate de mi vista, te lo advierto.

-Lo lamentó pero eso será imposible – le dijo ocultado una nueva esfera de energía detrás de su espalda y cuando de acercó le golpeó con ella de lleno en el estómago.

-Argggg, maldita sea Relena – se quejó Zech cayendo de rodillas al suelo.

-Acaben con él – ordenó Relena a sus hombres que se abalanzaron sobre Zech como carroñeros.

-Des...gra...ciada – se oyó la voz ronca de Wufei que se reincorporaba con dificultad, con sangre en los labios - ¿vas a matar a tu propio hermano?.

-Mira por donde, jeje hay amores que matan, ¿verdad hermanito? – le dijo acercándose a un Zech cubierto de sangre y agonizando – me hubiera gustado enfrentarme cara a cara contra ti hermano, pero no tengo tiempo, Odin me está esperando, a demás no sé si podría vencerte, menos mal que estabas más pendiente de tú juguetito que de ti mismo, sino no me explico como te has dejado vencer tan fácilmente.

-Cof, cof, maldita seas Relena – dijo con dificultad Zech, con la vista borrosa por la sangre.

-Me das pena hermano, pero si lo miras de este modo, pronto te reunirás con tú apreciado Treize, jajaja – rió Relena perversamente.

-Te mataré – le amenazó Zech

-¿Matarme? No seas tonto, tú jamás tendrías las agallas de matarme, su corazón puritano te lo impide, jaja crees demasiado en los lazos familiares, eso te impide atacarme, jaja, eres patético, igual que tu asqueroso amante – le dijo lanzándole una esfera que le dio directo en el pecho.

-Arrgggggggggghhhhhhhhhhh – gritó de dolor para caer inconsciente, Sus demás oponentes había desaparecido por orden de Relena.

-¡¡¡¡Zechhhhhhhhhh!!!! – gritó asustado Wufei – nooooooooooooo maldita seas – rugió colérico el guerrero Chang recuperando sus fuerzas golpeando con fuerza a su cuñada – voy a matarte desgraciada – le gritó goleándola una y otra vez – muere maldita.

Relena intentaba cubrirse del ataque de Wufei pero le era imposible, por cada un ataque que intentaba bloquear, dos le impactaban de lleno. El creciente odio que experimentaba Wufei hacia ella, le daba el poder suficiente para atacar una y otra vez sin cansarse. Cientos de cortes fueron decorando el cuerpo de la vampiresa, haciendo que perdiese sangre lentamente y con ella las fuerzas para defenderse. Aún sin saber dominas los poderes ocultos de una nueva raza, Wufei se desempeñaba muy bien, utilizando sus conocimientos de guerrero Chang y su increíble fuerza vampírica.

Al ver que no podría resultar la ganadora, Relena imploró perdón a su atacante, que la miraba con desconfianza.

-Ahora pides perdón – dijo molesto Wufei – no mereces perdón – dijo conteniendo a duras penas las lágrimas de desesperación por miedo a perder a Zech – ¡has matado a tu hermano! A mi esposo y al padre de mi futuro hijo... ¡y me pides perdón! – le gritó furioso.

-Argg , él aún no está muerto – le dijo intentando ganar tiempo, mientras pensaba como salir de aquello – compruébalo tú mismo, aún respira. Yo solo cumplía órdenes – le decía mientras se sujetaba el brazo fracturado con dolor – si le consigue sangre se recuperará.

-Cierra la boca zorra – le dijo dudando si decía la verdad o no.

-Te digo la verdad – le dijo fingiendo arrepentimiento, sentada sobre el suelo haciéndose la inmóvil – date prisa si no quieres que muera de verdad.

Con algo de miedo, Wufei e acercó con algo de dificultad a Zech, su cuerpo estaba lleno de sangre y sus ropas rasgadas por muchos sitios, su pecho me movía irregularmente por la falta de aire, siendo cada vez más lento al igual que sus latidos.

-Zechhhh, amor mío – le dijo Wufei arrodillándose a su lado para sujetarle con cuidado una de sus manos – aguanta, por favor, te conseguiré algo de sangre, espera un segundo ahora mismo vuelvo.

Wufei iba a levantarse para ir en busca de algo de sangre cuando se percató de un movimiento sospechoso por parte de Relena, con rapidez de giró viendo como Relena estaba a punto de lanzarle una nueva esfera, rápidamente reaccionó bloqueando su ataque con el brazo izquierdo para desarmarla y con un giro sobre si mismo y con la fuerza giratoria, alzó su brazo a la altura del cuello de la vampiresa con una esfera de energía en la mano que al pasar cerca de su cuelo se transformó en un cuchillo de energía que la decapitó al momento. El cuerpo de Relena cayó al suelo con un golpe sordo para después arder hasta consumirse por completo.

-Zechh, ¿me oyes? Mírame – le pidió asustado Wufei al no notar respuesta en su koi.

-Cof, cof Wu... Wufei – le dijo débilmente.

-No hables amor, estás muy débil, pero saldrás de esto, no permitiré que me dejes – le dijo llorando.

-Lo siento amor, cof cof, no creo que me salve de esta, yo... quiero que sepas que te amo.

-Sssshhhh, no digas nada... yo también te amo y por eso no voy a dejarte ir.

-Estoy perdiendo mucha sangre y mis poderes están agotados – le explicó.

-Lo sé Zech, por eso beberás de mí – le ordenó Wufei.

-No puedo hacer eso, no sabiendo que...

-Me da igual lo que pienses Zech, ahora no hay tiempo para excitarte así que lo tendrás que hacer voluntariamente si no quieres que te odie para el resto de mis días, me lo debes – le pidió – abriéndose un poco la camisa para ofrecerle mejor toda la extensión de su cuello – esta será la última vez Zech, debes hacerlo.

-Wufei no puedo...

Iba decir algo más pero Wufei le puso su cuello en sus labios, a la vez que apretaba con fuerza la herida de su pecho provocándole un fuerte dolor a Zech que reaccionó enterrando sus colmillos sin querer de forma instintiva.

Durante varios minutos Zech bebió de Wufei, al sentirse un poco debilitado, Wufei se separó de Zech para mirarlo complacido y más tranquilo al verlo bastante recuperado.

-Te amo – le dijo Wufei besando apasionadamente a su rubio compartiendo el sabor de su propia sangre de los labios de su amante.

-Y yo a ti – le respondió abrazando a su koi que rompió a llorar descargando toda la angustia que había sentido hace unos momentos – pero la próxima vez no lo vuelvas ha hacer, eso a dolido – dijo frotándose la herida del pecho que comenzaba a cerrarse.

-Pues no seas tan cabezota la próxima vez, baka – le dijo dándole un coscorrón – Zech, tú hermana... yo...

-No digas nada, no tienes porque sentirte mal por ello, hace tiempo que dejó de ser la persona que yo consideraba como mi familia, ahora mi única familia eres tú – le dijo besándolo – no estoy molesto por lo que has hecho, en tu caso hubiese hecho lo mismo.

-Gracias Zech – le dijo mirando esos hermosos iris azules – te llevaré adentro, tienes que descansar un poco.

-De acuerdo, esta vez no me quejaré – le respondió Zech con una sonrisa de niño bueno mientras era ayudado por Wufei a levantarse.

-Así me gusta, que seas obediente – le dijo bromeando – vallamos a dentro.

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Por otro lado Dark y sus hombres combatían valientemente sin mostrar cansancio. Todo parecía ir bien, pero la no presencia de Odin tenía inquieto a Dark, ese tramaba algo y tenía que averiguar que se trataba, antes de que fuese demasiado tarde.

-¿Han visto a Odin por alguna parte? – preguntó Dark a uno de sus hombres mientras luchaba contra los de Oz.

-No mi señor – respondió uno de sus hombres que estaba más cerca del Conde.

-No hay rastro de él, Señor – comentó otro – no se le ha visto por este sector.

-Maldición, eso es demasiado extraño, tendré que ir a buscarle – dijo más para si mismo que para los demás – Masato, hazte cargo de la situación – le ordenó a uno de sus generales.

-Sí Señor.

Dark comenzó su búsqueda por todos los jardines que rodeaban el Castillo, preguntando a los hombres de Yuy si habían visto a Odin, pero todos respondían lo mismo. A Lord Odin no se le había visto todavía, eso alertó mucho más a Dark que sin perder más tiempo ingresó en el Castillo temiendo que Odin ya estuviera dentro y planease atacar a Heero o a Duo.

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En la cámara secreta todo era un silencio sepulcral, Heero había iluminado la estancia con cientos de velas blancas que daban un ambiente algo tétrico y esotérico. El cuerpo de Quatre aún descansaba en la cama cubierto por una sábana de hilo que lo cubría de pies a cabeza. Bajo el gran cuadro se había improvisado un pequeño altar con unas mesas donde descansaba el cáliz y el cuchillo para la ceremonia, justo al lado del pequeño altar, un atril de madera sostenía el libro de conjuros que utilizó en el pasado el antepasado Heeroshi Yuy.

Para la ocasión, Heero y Duo se prepararon en sus aposentos, iniciando un ritual de purificación de sus cuerpos, ambos se bañaron en leche y hierbas que aumentaban ciertos poderes empáticos, limpiando cualquier rastro impuro de sus cuerpos, una vez limpios y secos con toallas de lana virgen ambos se vistieron con túnicas largas hasta los pies. La de Duo era blanca con cuello de barca ancho que dejaba al descubierto gran parte de sus hombros, las mangas eran largas, ningún dibujo adornaba la tela de la túnica aunque su simplicidad le daba una belleza casi irreal, resaltando el bronceado de su piel así como su larga cabellera castaña si trenzar, bajo aquella tela no llevaba ninguna prenda más. La túnica de Heero era similar con la única diferencia era que la tela utilizada para su vestimenta era negra en vez de blanca, él como Duo no llevaba ropa interior, su piel también resaltaba con el color de túnica debido al contraste casi pálido de su tez. Una vez listos, se situaron en el centro de la sala frente al pequeño altar que les daba la bienvenida.

-¿Estás listo mi amor? – preguntó Heero preocupado por Duo.

-Sí Heero, algo nervioso pero preparado – le respondió con una radiante sonrisa.

-Entonces empecemos. Si en cualquier momento dudas o sientes miedo o que no estás preparado dímelo, te prometo que no permitiré que nada malo te pase ni a ti ni a nuestro bebé, estaré siempre a tú lado – le dijo posando su mano en el vientre de su prometido – prefiero fracasar en esto a tener que perderos – le confesó.

-No nos perderás Heero – le dijo abrazándole para tranquilizarlo y de paso tranquilizarse él también – a demás vamos a conseguir romper la maldición, ya lo verás.

-Contigo a mi lado soy capaz de hacer cualquier cosa – le respondió sellando sus palabras con un dulce beso.

-Te amo – dijo Duo.

-Y yo a ti Duo – le respondió.

Sin poder evitar sentirse intranquilo Heero se separó de Duo quedando a su lado pero sin soltar su mano para acercarse al atril para abrir el libro en la página adecuada.

Con tono ceremonioso Heero comenzó a recitar los versos Luciferinos, una concentración de poderes oscuros se concentraron en la habitación a la vez que en el exterior del Castillo numerosas nubes negras se concentraban sobre gran parte del cielo del Castillo, iniciando una feroz tormenta de rayos y truenos. Los versos demoníacos en una extraña lengua no dejaron de salir de los labios de Heero que seguía sujetando la mano de un cada vez más asustado Duo.

-Duo cierra los ojos – le pidió Heero – olvida lo que te rodea, los ruidos, las presencias. Concéntrate en tú propio poder, deja fluir tus sentimientos, reza por que lo muerto cobre vida, para que las tinieblas se vuelvan luz – le pidió Heero viendo como Duo no sabía que hacer.

-Heero no sé como – le dijo asustado.

-Tú solo concéntrate en tú poder, él te guiará, tú antepasado te guiará.

Heero continuó recitando aquellos versos concentrándose él mismo en su propio poder para invertir el conjuro que había hecho en el pasado su antepasado.

De pronto en la mente de Duo se llenaron de imagines de sueños pasados donde veía aun Heero totalmente cambiando, lo veía asesinar indiscriminadamente, tanto a hombre, mujeres o niños, las imágenes iban cambiando convirtiéndose cada vez más terroríficas. Sangre, muerte cuerpos mutilados y en todas ellas Heero parecía disfrutar. Las dudas comenzaron a apoderarse de él. ¿Y si Heero no era quien aparentaba? ¿y si solo le estaba utilizando?. Otra imagen le impactó más, esta vez representaba el futuro, se veía a él mismo dando a luz un hermoso bebé, de pronto Heero entraba en la habitación, arrancando al bebé de sus brazos, Heero reía sádicamente y lo miraba con frialdad, no hubo palabras dulces ni caricias, nada. De pronto vio a Heero acercarse a él pensando que le abrazaría le abrió los brazos para recibirlo pero lo único que percibió fue el puño atravesado de Heero en su pecho, Heero reía sujetando al bebé mientras le decía lo buena puta que había sido, que ya no lo quería más a su lado ya que ya había obtenido lo que buscaba, un heredero con el cual seguir con su reino de muerte y desolación. El miedo se apoderó de Duo sin poderse creer lo que estaba viendo, su cuerpo temblada visiblemente, intentó abrir los ojos para romper el trance al que estaba sometido pero le fue imposible, la pesadilla se repetía una y otra vez, siendo más macabra si era posible.

Heero percibió que algo no andaba bien con Duo, al abrir los ojos su cuerpo se congeló, a su lado Duo estaba sumido en un profundo trance, su cuerpo se convulsionaba a la vez que gruesas lágrimas se deslizaban por sus mejillas pálidas.

-¡Duo, despierta! – le gritó asustado Heero al ver que no reaccionaba – por Kamisama abre los ojos, ¿qué te ocurre?

Heero intentó traer de vuelta a la realidad a Duo pero era imposible, su cuerpo estaba rígido y poco a poco iba perdiendo la temperatura. El poder que les rodeaba no había desaparecido, incluso después de dejar de recitar los conjuros. Heero seguía llamando a Duo pero esto no parecía oírle.

Al principio solo fueron imágenes lo que le atormentaban, pero poco a poco esas imágenes se fueron convirtiendo más realistas, de ser solo un simple espectador pasivo fue pasando a ser el protagonista. Sin saber como de pronto se vio acostado en aquella amplia cama, un dolor agudo en su vientre le sobresalto dándose cuenta que era él quien una a tener el bebé en esos momentos, su abultado vientre y los golpecitos dentro de él se lo indicaban, estaba sudando y el dolor era insoportable, de pronto dos hombres entraron para asistir el parto, los siguientes minutos fueron como horas para él, el dolor lo tenía trastocado, hasta que un hermoso llanto de indicó que todo había acabado. Con la emoción de que solo una madre puede tener al recibir a su recién nacido, sostuvo a su pequeño entre sus brazos, cuando le fue entregado. Era hermoso y con un gran parecido a Heero, el bebé lloraba inquieto, los dolores del parto quedaron a un segundo plano, ahora lo que le preocupaba era calamar a su retoño, de pronto el sonido de una puerta al abrirse violentamente le asustó, como había visto en la pesadilla, Heero entraba violentamente hasta estar a su lado. Instintivamente Duo apretó a su bebé contra su pecho para protegerlo de su padre.

-Veo que ya has parido a mi hijo – le dijo fríamente – has hecho un buen trabajo. Entrégamelo

-¿De que estás hablado Heero? ¿a dónde te lo quieres llevar? – preguntó asustado Duo.

-Eso no es asunto tuyo tú trabajo ya ha acabado, te aconsejo que te vistas y te largues, ya no me sirves para nada.

-¿¡¡Que!!? ¿Pero que estás diciendo? ¿qué está pasando aquí? ¿por qué me hablas de esta manera, ya no me quieres?

-¿Quererte? Ya no me hagas reír, yo jamás te he querido, eres un baka solo te utilice para que me dieras un heredero poderoso, nada más. Ahora yo lo tengo así que no quiero volver a verte, me das asco – le dijo con odio Heero – entrégame a mi hijo.

-¡¡¡¡¡¡Noooooo!!!!! Jamás te lo entregaré, es mi hijo, es fruto de nuestro amor no permitiré que lo conviertas en un asesino como... – dijo Duo llorando con amargura mientras ocultaba a su bebé contra su pecho.

-¿Cómo quien? ¿cómo yo?, jajaj, pues si eso haré. Y para que sepas, este mocoso no es fruto de nada, estúpido, es solo el fruto de una noche de sexo, aún cuando lo pienso me entran náuseas, por permitirte que lo hicieras, pero ahora se acabó. Dame el mocoso si no quieres que te mate ahora mismo – le amenazó acercándose a Heero para arrebatarle el bebé.

-Noooooooo es mi hijooooooooo.

De un fuerte tirón Heero arrancó al bebé de los brazos protectores de Duo haciendo que el bebé llorara con más desesperación. Duo suplicaba y lloraba para que le devolviera a su hijo pero lo único que recibía a cambio eran insultos, burlas de parte de quien pensaba que era su esposo. Heero cansado de tanto berrinche, se dirigió a Duo con la clara intención de hacerlo callar a las malas. El vampiro preparó su puño dispuesto a atravesar el pecho de Duo cuando al estar a solo varios centímetros de distancia la imagen se paralizó.

-¿Qué significa todo esto? – se preguntó Duo que de pronto se había vuelto el espectador pasivo del principio.

-A estas alturas aún dudas del amor de Heero – se oyó una voz que no conocía.

-¿Quién eres y que significa todo esto? ¿por qué estoy viendo esto?

-¿Qué quien soy? Eso no es importante mi querido Duo, lo importante es lo que significa esto. Tú miedo a perder a Heero está haciéndote dudar de lo que tenéis. No dejes que la magia negra te confunda, ella quiere que Heero y tú fracaséis – le explicó la voz.

-¿Quién eres y porque me ayudas? – preguntó confundido Duo.

-Ya te lo he dicho, no es importante saber quien soy, solo soy alguien que quiere ayudarte porque ayudarte a ti es ayudarme a mí. Abre tu corazón, siento lo que te dice – le repitió la voz, materializándose detrás de Duo formando la silueta de una persona que con dulzura le abrazó por detrás pasándole los brazos por los hombros de Duo.

-¿Qué haces? – dijo asustado al notar ese abrazo. Pero lejos de sentir temor, esa sensación le brindó tranquilidad - ¿quién eres? – le volvió a preguntar Duo un poco más calmado.

-Si tanto quieres saberlo te lo diré pero a cambio deberás hacer todo lo que te diga – le comentó la voz.

-De... de acuerdo – respondió Duo un poco asustado.

-Muy bien, date la vuelta lentamente – le pidió la voz.

Duo hizo lo que le pidió y al girarse del todo sus ojos se abrieron como platos, no podía creer lo que estaba viendo, era imposible.

-Tú eres... – dijo Duo sin creerse todavía a quien tenía enfrente.

Heero seguía desesperado intentando hacer reaccionar a Duo pero este no respondía a sus súplicas. De pronto una risa macabra le alerto poniéndolo en guardia.

-Jajaja, es inútil que le llames o le grites, él no te escucha ni lo hará nunca, a menos que él pueda romper el hechizo que la magia que has invocado por si mismo – le comentó con burla la voz que se ocultaba entre las sombras.

-¿Cómo has entrado aquí? – dijo furioso Heero al reconocer al intruso.

-Muy simple, nunca salí de aquí, jaja. Pensasteis que me había retirado como los demás, jeje eso a sido un error demasiado grave por parte vuestra – le dijo con cinismo.

-¿Qué pretendes ahora Odin? – dijo Heero a la defensiva.

-Lo sabes de sobra mi querido Yuy. No voy a permitir que destruyas lo que tanto nos costó levantar a tú antepasado y a mí – le dijo Odin.

-Eso es mentira, Heeroshi no quería seguir con esto, por eso decidió extinguirse para dar paso a las nuevas generaciones que detendrían el error que cometió – le dijo molesto Heero.

-Uyyyy suenas igual de romántico que Heeroshi, simplemente patético – le dijo acercándose a Heero ya Duo que seguía estático, rodeado de una niebla oscura.

-No te acerques a Duo si no quieres que te arranque la cabeza – le amenazó Heero.

-Inténtalo si puedes – le dijo con burla – sé que eres poderoso pero a la vez demasiado impulsivo, tengo mucha más experiencia en combates que tú.

-Eso ya lo veremos – le respondió Heero lanzándose al ataque.

-¡¡Eres mi antepasado!! – dijo incrédulo a la figura de Duo Bénjamin que le miraba sonriente.

-Así es, durante todo este tiempo he estado a tú lado guiándote tus pasos para que llegaras hasta aquí, protegiéndote de los peligros que te perseguían.

-¿Peligros? Pues lamento decirte que no lo has hecho muy bien que digamos – le dijo molesto al recodar todo el dolor que sufrió e el pasado.

-Todo aquello fue necesario para llegar hasta aquí, todo esfuerzo tiene su recompensa – le dijo Duo B.

-¿Recompensa? – preguntó dudoso - ¿qué recompensa? Hasta ahora solo ha habido sufrimiento y dolor.

-No puedo creer lo que oigo – dijo molesto Duo B. - ¿qué sabrás tú lo que es sufrimiento y dolor? Tú has podido amar y ser amado en cuerpo y alma, tú tienes al ser que amas entre tus brazos, eres ciego a que, me hablas de que no sabes que recompensa tienes y las tienes justo delante de tus narices, baka – dijo molesto pero con una sonrisa tierna en sus labios – tu recompensa es esta – le dijo colocando sus manos sobre su vientre – tienes el fruto del amor dentro de tu ser, no dudes de lo que siente tu corazón. Esta es tu prueba irrefutable de vuestro amor, si ese amor te aseguro que no sería posible que hubierais dado una nueva vida.

-Yo... no sé que decir – dijo Duo avergonzado – ya es la segunda vez que dudo de Heero, le prometí que no lo volvería hacer y he roto mi promesa – dijo llorando en el hombro de su antepasado.

-Sssshhhh tranquilo, no temas esto no es culpa tuya, estás sometido a un conjuro donde tus más ocultos temores se revelan contra ti para derrotar tu espíritu – le explicó Duo B – tienes que ser fuerte, debes romper cuanto antes este conjuro sino tú y tu bebé podrías morir, a demás Heero está muy preocupado por ti.

-¿Pero como lo hago?, no sé como hacerlo ¿qué pasará contigo? – preguntó Duo.

-No te preocupes por eso, tú concéntrate en tu amor, en tu propio poder, tu bebé te brindará la fuerza que necesitas, él es la fuerza de vuestro amor, solo las tinieblas pueden ser derrotados con la fuerza del amor, recuérdalo – le dijo Duo B. mientras se desvanecía lentamente.

-¿Pero que pasará contigo? ¿está Heeroshi contigo? – preguntó angustiado por su antepasado.

-Yo estaré bien mi querido Duo, solo cuando la maldición se extinga podré volver con mi amado Heeroshi, solo así podré reencontrarme. Mucha suerte y recuerda, la fuerza de vuestro amor podrá vencer la oscuridad y las fuerzas del mal.

Duo se vio envuelto de nuevo en la oscuridad, no podía oír nada ni a nadie y eso le asustaba. Como le había dicho Duo B, Duo se concentro para romper el hechizo que recaía en él pero su poder de concentración era nulo, estaba demasiado preocupado por Heero. Entonces algo le llamó la atención, un sentimiento de alerta, Heero estaba en peligro y el único que podía ayudarle era él, Duo se esforzó en concentrarse, tenía que hacerlo, por Heero y por su bebé, si él fracasaba ya nada tendría sentido. Un sentimiento de calma se fue apoderando de todo su cuerpo, un foco de calor se concentró en su vientre y entonces lo notó. Unos leves latidos se oían desde dentro de su ser, su bebé, con emoción posó sus manos donde se suponía que se gestaba su retoño, varias lágrimas de emoción y alegría se deslizaron pos sus mejillas.

-Mi bebé – dijo en un susurro enternecido – tú también estás preocupado por tu papi, ¿verdad? Debemos salir de aquí cuanto antes – le dijo.

Una sensación de bienestar le inundó por completo, el calor que desprendía su vientre se expandió por todo su ser, todo ese amor fue creciendo más y más arrastrando toda duda que había en su corazón. La oscuridad en la que era envuelto fue desapareciendo lentamente, se sentía cansado pero contento, Sus piernas no pudieron sostenerle cayendo de rodillas, su vista estaba nublada pero poco apoco los sonidos que envolvían a la cámara oscura fueron llegando hasta sus oídos. Había conseguido romper el hechizo y todo gracias a su bebé y a la ayuda que le brindo su antepasado.

Al abrir los ojos, pudo ver con miedo que Heero estaba siendo golpeado violentamente por Odin, sangraba por la boca y por una de sus cejas, tu cuerpo presentaba cortes que sangraban también y alguna que otra quemadura por el impacto de esferas de energías. Odin también tenía golpes en su cara y cuerpo, pero su aspecto era más favorable que el de Heero. Al mirarlo Duo supo que Heero se estaba conteniendo por algo, se dejaba golpear y no sabía porque. En un rápido movimiento Odin estrelló a Heero contra la pared sujetándolo del cuello mientras lo asfixiaba, una de sus manos se posó en el hombro de Heero, sin darle tiempo a reaccionar, Odin disparó una esfera de fuego que atravesó su hombro.

-¡¡¡Heeroooooooo!!! – gritó asustado Duo al ver como Heero tosía sangre al recibir el ataque.

-Du... Duo – gimió Heero al ver a su prometido en el suelo de rodillas pero consciente – lo lograste – le dijo con una sonrisa.

-Maldición – se quejó Odin – no sé como lo conseguiste pero no te preocupes ahora me encargo de ti – le dijo a Duo apuntando con la mano con la que había atacado a Heero Duo lanzando su ataque sobre el chico.

-¡Nooo! – gritó Heero empujando el brazo de Odin haciéndole fallar el disparo – no te atrevas a tocarle ni un pelo – le dijo furioso apretando la mano que le sujetaba el cuello con tal fuerza que los huesos de Odin se rompieron por completo – pagarás por lo que has intentado hacer le amenazó Heero.

-Aarrrghhh – gimió de dolor doblándose de rodillas mientras Heero seguía retorciéndole la muñeca – maldito seas.

-Hasta ahora me he dejado golpear por ti rata asquerosa, quería dar tiempo a Duo para que rompiera el hechizo, no quería arriesgarme a que le atacaras estando en trances pero ahora – le dijo con una sonrisa sádica – no te salvará nadie.

-Arrrgggghhhh – gritó Odin al ser rodeado por una esfera de llamas que laceraban todo su cuerpo.

-Te haré pagar por todos tus crímenes – le dijo a Odin creando una fuerza invisible que levantó a Odin del suelo para ir haciendo presión sobre todo su cuerpo quebrantándole los huesos unos tras otro – que te parece, esto me lo enseñó Zech, jeje, ¿quieres otra demostración de mi poder – le dijo sosteniéndolo en el aire.

-Heero, ya es suficiente – le pidió Duo mirando horrorizado la escena – déjalo ya por favor – le dijo controlando las ganas de vomitar.

-Tienes suerte de que Duo esté aquí – le dijo Heero lanzando a Odin a una esquina de la habitación – si por mí fuera te haría retorcer de dolor hasta que tu miserable existencia se apagara entre mis manos – le dijo con odio – Duo, ¿estás bien? – le preguntó a su prometido al acercarse a él.

-Err... si solo un poco mareado – le respondió mientras se levantaba con su ayuda.

-Me tenías muy preocupado, me asustaste, pensé que no te recuperaría – le dijo abrazándole.

-No te preocupes, tenía que superar una dura prueba, pero lo conseguí, gracias a Duo Bénjamin y a nuestro bebé ahora estoy de vuelta.

-¿Duo Bénjamin? – preguntó asombrado.

-Jeje es una larga historia, luego te la cuento ahora debemos acabar con la ceremonia – le dijo besando sus labios.

-¿Estas seguro? – preguntó preocupado Heero por Duo.

-Sí lo estoy, más que nunca.

La ceremonia tenía que continuar, Heero recogió del suelo el libro de hechizos y prosiguió con el ritual, el poder diabólico les volvió a rodear pero estaba vez no pudo perturbar ni a Duo ni a Heero. Heero se acercó al altar y cogió con sus manos el cáliz y la daga del ritual caminando hacia Duo hasta estar junto a él. Duo guiado por el espíritu de su antepasado fue efectuando el ritual paso a paso.

Sin miedo Duo sostuvo la daga que le entregó Heero y se realizó un corte perfecto en su muñeca derecha.

-Que la sangre derramada en este cáliz que perdió mi antepasado y que originó esta maldición sea repuesta por mi sangre para restablecer lo que nunca debió cambiar – dijo Duo vertiendo su sangre gota a gota en la copa.

-Que mi sangre maldita – continuó Heero haciéndose él también un corte en su muñeca derecha – otorgue el poder suficiente para romper la maldición y nos haga libres de nuestro destino – recitó dejando derramar su sangre junto con la de Duo dentro del cáliz.

-Yo Duo Maxwell, te entrego a ti mi alma, mi poder y mi corazón para que así sea, de ahora hasta la eternidad, siendo mortal o príncipe consorte de las tinieblas – dijo mirando fijamente a Heero con su mano herida sujetando la de Heero y su mano izquierda sobre el libro de magia negra.

-Yo Heero Yuy, te entrego a ti mi inmortalidad, mi fuerza, alma y corazón, de ahora hasta la eternidad, como príncipe de las tinieblas o como mortal. Por el poder otorgado de la oscuridad renuncio a sus poderes reclamando mi vida mortal – dijo Heero posando su mano sobre el libro de hechizos concentrando todo su poder en recitar el hechizo que los libraría de su pesadilla.

Una nube oscura y viento los envolvió con furia, Heero sujetaba a Duo para infundirle tranquilidad y seguridad, de pronto un ente oscuro se materializó delante de ellos y sin darles tiempo a reaccionar, este oscuro ser de dividió en dos entrando con violencia en los cuerpos de Duo y Heero que gritaron de dolor cayendo de rodillas al suelo.

-Arrrrggggg – gritó de dolor Duo sujetándose el pecho a la vez que gruesas lágrimas de dolor resbalaban por su delicada cara.

-Arrrgggg, Duo – gritó Heero intentando controlar el fuerte dolor de su pecho, con dificultad se acercó a Duo para abrazarle – aguanta Duo, aaaaaaaarrrrrrrrrgggggggggg.

-Jajajaja – se oyó la risa diabólica de Odin en una de las esquinas de la habitación, donde había estado observando toda la ceremonia mientras recuperaba un poco de su poder – sois unos bakas, jaja. Creíais que podrías romper la maldición tan fácilmente, jaja, la magia oscura os devorará el alma antes de que podáis romper la maldición, jajaja no dejaré que lo logréis – les dijo concentrando una gran esfera de fuego y energía oscura en su mano – Aprovecharé que no podéis defenderos para mataros, jajaja.

-Arggghhh maldito seas Odin, aaaahhhhh debí matarte cuando tuve la oportunidad – le dijo con odio a la vez que rodeaba a Duo entre sus brazos que jadeaba con dificultad.

-¡¡¡Moridddd!!! – gritó Odin lanzando su ataque directo hacia los amantes.

Una gran explosión seguida de dos pequeñas más retumbaron las paredes del Castillo, la sala se había llenado de humo y cascotes de la pared que fue casi totalmente destruida. Antes del ataque Heero intentó proteger a Duo interponiendo su cuerpo para que su koi no recibiera el impacto derecho aunque con la magnitud del ataque eso sería inútil, los dos estaban sentenciados y lo sabía.

Todo estaba en silencio y a oscuras, el dolor que se suponía que debería haber sentido tras la explosión no parecía haberle afectado, no sentía ese dolor, solo un zumbido horroroso en sus oídos que le desestabilizaba, con miedo a abrir los ojos y ver a su adorado Duo muerto entre sus brazos se negó a abrirlos. Notaba que estaba tumbado sobre él pero éste no se movía, no parecía respirar, el miedo se apoderó de él.

-¡Heero! ¡Heero... reacciona! – oyó de pronto una voz que le gritaba.

-Argg ¿qué ha pasado? – preguntó confundido Heero.

-Heero, ¿puedes verme? – le preguntó la persona que le socorría.

-¿Dark? ¿qué haces aquí? ¿qué ha ocurrido? ¿Odin? ¡¡¡Duo!!! – gritó Heero desconcertado al no encontrar a su prometido junto a él.

-Eyyy tranquilo – le dijo Dark evitando que se reincorporara del suelo – Duo está bien, en estos momentos Noin le está atendiendo.

-¿Qué ha pasado y Odin? – preguntó Heero sintiéndose mareado.

-Odin está muerto, gracias a Kamisama que llegué a tiempo. Al no ver a Odin en la batalla, sospeché que tramaba algo y entre al Castillo para comprobar que no estuviera por aquí al pasar por la biblioteca pude percibir su energía y entre con Noin para detenerlo.

-¿Lo has matado tú? – le preguntó Heero.

-Sí, sé que hubieses preferido ser tú quien acabara con él, pero no tenía tiempo para reaccionar, la verdad fue muy justo poder desviar el ataque de Odin y a la ver detenerle a él, menos mal que Noin me cubrió mientras te salvaba el pellejo Yuy, jeje.

-¿Duo está bien y el bebe? – preguntó preocupado poniéndose de pie con la ayuda de Dark.

-Sí solo se desmayó al golpearse ala cabeza debido a la onda expansiva pero no es grave y tú bebé está perfectamente, no me extrañaría que haya sido él quien evitara que Duo se hiciera más daño, cuando lo encontramos tirado en el suelo estaba rodeado por un hechizo protector que surgía de su vientre, jeje. Vas a tener un hijo muy poderoso – le dijo a Heero para tranquilizarlo mientras le ayudaba a acercarse a Duo que dormía en el sillón de la biblioteca.

-¿Estás bien Heero? – le preguntó Noin al ver al Yuy en la biblioteca.

-Sí tranquila, ¿y Duo? – le preguntó.

-Está bien, no ha sufrido daños importantes, solo un chichón en la frente y un buen susto – le dijo con una sonrisa – no creo que tarde en despertar.

-Duo amor – le susurró con cariño Heero sentándose a su lado.

-Mmmm ¿Heero? – murmuró Duo desorientado - ¿qué ha pasado?.

-Nada tranquilo, ahora descansa – le pidió besando sus labios.

-Argg – dijo tocándose el chichón – no podemos perder tiempo – le dijo reincorporándose del sillón – el ritual no terminó.

-Eso no importa, debes descansar y recuperar fuerza – le dijo con seriedad.

-De eso nada – dijo molesto poniéndose de pie con algo de dificultad, aún estaba mareado – estoy perfectamente bien, tenemos que acabar, no permitiré que Odin se salga con la suya.

-¿Estás seguro Duo? lo que viene ahora no va ser fácil – comentó Dark – estando débiles la magia negra os podrá destruir fácilmente.

-Dark tiene razón – dijo Heero preocupado por Duo.

-Lo sé y sé que puedo con esto – dijo seguro de si mismo – ya sé como no dejarme engañar por los trucos sucios de la magia. Heero acabemos con esto, por favor – le pidió con súplica.

-De acuerdo – le dijo sujetando a Duo por la cintura – deberemos repetir la última parte ya que dudo que el cáliz haya soportado la explosión sin derramar su contenido.

-Por mi no hay problema – le respondió sonriéndole.

-Nosotros esperaremos fuera – dijo Dark mirando a Noin – el cuerpo de Quatre sigue adentro, ¿queréis que lo saque? – les preguntó a los dos.

-No... no es necesario, en cierto modo le hubiera gustado ser el testigo del ritual, dejémoslo allí – le respondió Heero con una sonrisa triste.

-Muy bien, bueno chicos buena suerte – les dijo Dark

-Hasta dentro de pronto – comentó Duo adentrándose dentro de la cámara seguido de Heero.

La cámara estaba echa un desastre, llena de polvo y cascotes, pero lo principal estaba intacto. El altar seguía en su sitio aunque el cáliz se había derramado todo, haciéndose paso entre las piedras, Heero y Duo se volvieron a colocar delante del altar con el libro abierto de hechizos. Las palabras volvieron a sonar, gotas de sangre volvieron a ser recogidas en el cáliz con sus promesas de compromiso y amor, como en la vez pasada el ente tomó forma para apoderarse de sus cuerpos nuevamente. Ahora la batalla era interna, cada uno peleaba con sus propios demonios internos, intentando confundirles para que perdiesen toda esperanza de salvación pero estaban preparados para eso. De pronto una sensación calidad les envolvió a los dos, el dolor por la posesión de ese ente maligno comenzaba a desaparecer, Duo agotado por la tensión se abrazó a Heero que lo sostuvo contra su cuerpo, esa sensación de bienestar seguía aumentado. Heero incrédulo por la extraña sensación que sentía miró entre sus cuerpos abrazados notado como la fuente de ese poder extraño provenía de su bebé, sin poder creérselo vio asombrado como la pequeña esfera de luz cálida que irradiaba su bebé iba aumentando progresivamente, primero cubrió por entero a Duo, luego a él mismo pero la energía seguía creciendo, poco apoco la luz se fue extendiendo por toda la habitación, luego la biblioteca, demás estancias del Castillo hasta que de pronto una explosión de luz iluminó todo el cielo oscuro disipando la violenta tormenta.

El cuerpo relajado de Duo cayó sobre sus brazos que rápidamente sostuvo para que no cayera al suelo, todo se había vuelto paz y silencio, una extraña sensación le recorría todo el cuerpo.

-¡¡Heero!! – le llamó alertado Dark que entró corriendo al ver esa extraña luz salir de la cámara secreta - ¿estáis bien? ¿qué ha sido eso? – preguntó atropelladamente.

-Dark... para serte sincero no tengo la menor idea – le dijo Heero llevando en brazos a Duo que lo recostó en la cama junto el cuerpo de Quatre – lo único que sé es que el responsable de esto a sido el bebé – dijo posando su mano sobre el vientre de Duo con suavidad.

-¿El bebé? No entiendo nada – dijo Dark acercándose a Duo para comprobar su estado.

-He... Heero – dijo sorprendida Noin mirándolo fijamente.

-¿Qué ocurre? – preguntó extrañado Noin al ver que lo miraba fijamente.

-Tu... tus ojos... tus ojos han cambiado – dijo incrédula Noin.

-¿Qué? – exclamó Heero sorprendido.

-Es verdad – aseguró Dark – a demás ya no siento ningún rastro de energía en ti, ni de ti ni de nadie, eso significa... Intenta crear una esfera de energía – pero sin resultado

-Oh por Kami, Dark a ti también te han cambiado los ojos – dijo emocionada - ¡¡lo conseguiste Heero!! – gritó emocionada Noin abrazando efusivamente a Heero y a Dark - ¡¡has roto la maldición!! ¡¡lo has conseguido, lo hemos conseguido!!

-¿En serio? – dijo incrédulo Heero mirándose las manos – como sucedió, yo no he hecho nada, yo...

-Aún no os habéis dado cuenta – se oyó una voz detrás de ellos – la luz de la creación a dado vida a lo que ya estaba muerto. Es el fin de la no vida.

-¡¡¡¿¿Heeroshi??!! – exclamó sorprendido Dark al reconocer la silueta de su viejo amigo que estaba acompañado por un hermoso joven de larga trenza.

-Hola viejo amigo – le dijo Heeroshi acercándose a los sorprendidos – parece que habéis visto un fantasma, jeje – se burló Heeroshi.

-Heeroshi, no sea malo – le riñó Duo B. que le abrazaba por la cintura – perdonar al bromista de mi esposo, jeje. Sé que os resultará algo extraño nuestra aparición, pero queríamos daros las gracias por todo lo que habéis hecho – les dijo con una sonrisa.

-No me lo puedo creer – dijo sorprendido Heero – tú eres...

-Sí mi querido Heero, soy tú antepasado, debo decirte que estoy muy orgulloso de ti – le dijo extendiendo su mano para saludarle – gracias principalmente a ti y tú prometido, he podido cumplir con mi promesa de reencontrarme con mi amor – le dijo mirando fijamente a Duo B quien se ruborizó al verlo – también os debo una disculpa a todo por lo que ocasioné.

-No tienes que disculparte amigo – le dijo Dark acercándose a su amigo para abrazarlo, aunque fuese un fantasma pudo abrazarlo con facilidad – estabas en tu derecho, aunque para la próxima vez te lo piensas mejor, jaja – se rió Dark.

-¿Qué a pasado realmente? – le preguntó Heero a los antepasados.

-Lo que ha ocurrido es simple – comentó Duo B. acercándose a Duo para acariciarle el rostro y el cabello que le caía en la cara – siempre habéis creído que para romper la maldición debías combinar vuestros poderes con algo de vuestra sangre y así invertirías la maldición, pero eso no es del todo cierto – explicó Duo B.

-Como bien os dijo mi querido amigo Dark – intervino Heeroshi – el poderoso poder para destruir la oscuridad es el amor que hay entre vosotros. Y que prueba más firme de vuestro amor es el crear un ser fruto del amor que sentís el uno por el otro.

-El que dieras una vida nueva aún sabiendo lo que os deparaba el destino y sabiendo que podías fracasar os ha salvado – comentó Duo B.

-¿Y si no estuviera embarazado no hubiéramos podido romper la maldición? – preguntó Duo que se había despertado y estaba escuchando toda la conversación.

-Eso no lo podemos saber – respondió Duo B. a su descendiente con una hermosa sonrisa – lo importante es que lo habéis conseguido. Habéis creado la posibilidad de un futuro solo exclusivamente vuestro y también uno para nosotros – le dijo volviendo a los brazos de Heeroshi – muchas gracias a todos, os estaremos agradecidos eternamente – dijo con una sonrisa.

-Dark – llamó Heeroshi a su amigo – gracias por todo, sé que no ha sido fácil para ti estos últimos siglos, al final cumpliste con la promesa que me hiciste, gracias amigo.

-No tienes que dármelas... Heeroshi... ¿le has visto? – le preguntó con tristeza Dark.

-Sí, él está bien, dentro de lo que puede estar una persona muerta, jeje - bromeó un poco para quitar la tensión, puedes estar tranquilo. Me pidió que te dijera que fueras feliz, le agrada ese chico llamado Cleff, él quiere que rehagas tu vida – le comentó Dark.

-Yo... gracias.

-Bueno ya va siendo hora de que nosotros nos vallamos – comentó Heeroshi abrazando a su koi – espero que disfrutéis de vuestra nueva vida juntos y aprender de esta experiencia para que no se vuelva a repetir.

-Ten por seguro que hemos aprendido muy bien la lección, jeje – comentó Duo levantándose para abrazar a su koi.

-Gracias a todos – dijo Duo B. desapareciendo lentamente junto con Heeroshi – y felicidades por vuestros retoños, jeje – se rió Duo B. antes de desaparecer del todo.

-¿Retoños? – preguntó sorprendido Heero.

-A mi no me mires – dijo Dark levantando las manos en señal inocente.

-A mí tampoco – dijo también Noin.

-Habrá sido una broma, jeje – dijo Duo.

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Las cosas en el exterior del Castillo estaban confusas desde que aquella extraña luz les había rodeado, al principio el desconcierto se había adueñado de la situación. Poco a poco se fueron dando cuenta lo que había pasado.

-¡Lo han conseguido! – gritó eufórico Zech entrando al Castillo, al ver que había perdido sus poderes – somos mortales de nuevo – le dijo alegre a Wufei abrazándolo con alegría.

-Es verdad – comentó Wufei mirando a Zech – tus ojos... tus ojos son ahora de un azul profundo – le describió sonrojándose al verse inmerso en esos pozos azules.

-Y los tuyos son completamente negros – le dijo embobado por la mirada penetrante de Wufei abrazándolo para atraerlo a su cuerpo – junto como recordaba que eran – le dijo besándole con pasión a demás has perdido tus colmillos – le dijo relamiéndose los labios.

-Como sigas así no dejaré que lleguemos a la biblioteca, pienso hacerte el amor aquí mismo – le dijo con picardía Wufei.

-Pues a que esperas – le incitó Zech, no tardando en notar las cálidas manos de su amante por debajo de su blusa rota.

-Ejem, ejem – carraspeó una voz cerca de ellos para llamarles la atención – lamento interrumpir Zech-sama, venía a informarle que los hombres de Oz se retiran, están huyendo.

-Ehh, ah no te preocupes – le dijo a uno de los suyos que lo miraba avergonzado por interrumpir la tórrida escena – jeje es que nos dejamos llevar por la alegría, jeje – se disculpó Zech – ¿dices que los hombres de Oz, huyen? Menudos cobardes, ahora que saben que no tiene poderes no se atreven a enfrentarnos.

-¿Qué hacemos Señor? – le preguntó a su Señor.

-Dejen que se vallan, ya no hay peligro, que atiendan a los heridos, los demás ir a descansar, os lo tenéis merecido – le ordenó a su hombre.

-Sí Zech-sama – le dijo para después ir a cumplir sus órdenes.

-Creo que es buena idea ir a ver como están Heero-san y los demás – comentó Wufei – luego acabaremos con lo que dejamos a medias.

Las cosas en el Castillo Yuy se fueron calmando y llegando a la normalidad después de la dura batalla, los heridos fueron atendidos en uno de los salones principales y bien alimentados con una cena improvisada que consiguieron en la cocina, por primera vez en mucho tiempo se alimentaron de algo que no era sangre. Heero y los demás se reunieron para informar a sus hombres de la nueva situación, la maldición había terminado, eran libres, también se les explicó lo que había sucedido durante el ritual y sobre la muerte de Lord Odin. Heero como regente del Clan Yuy decidió que a partir de ese momento quien quisiese quedarse en el Castillo era libre de quedarse, conservando sus títulos y propiedades, la familia Yuy no se desintegraría por nada, en cambio aquellos que decidieses formar su nuevo hogar lejos de Castillo se les entregaría tierras y dinero para su sustento sabiendo que en cualquier momento el heredero Yuy seguiría siendo su protector y benefactor, como durante todos estos siglos.

Esa misma noche, Zech informó de su intención de abandonar el Castillo Yuy para irse a vivir con Wufei a su Castillo no sin antes regresar al poblado Chang para mostrar sus respetos a la familia de su ahora prometido y para acompañar a los supervivientes del Clan que habían resistido la batalla, aún así les prometió que el contacto entre ellos sería cercano, yéndoles a visitar con frecuencia.

Antes de que los miembros del Clan Yuy se dispersasen, se organizaría una fiesta para celebrar el fin de la maldición y la despedida de los que se marcharían a formar sus propias vidas. Antes de que la fiesta diera comienzo se fue a buscar a quienes tuvieron que evacuar antes de la última batalla para su seguridad. El reencuentro fue esperado y alegre. Dark recibió gustoso a su futuro esposo, regalándole besos y caricias. Kuroda también fue en busca de Akira, llevándose una fuerte regañina por parte de sus suegros por no haberles dicho que iban a ser abuelos, pero al final todo acabó bien. Los heridos que fueron trasladados al poblado Gundam también regresaron ya casi recuperador para participar en la gran fiesta que se había preparado.

La fiesta fue todo un éxito, música, baile y sobre todo y lo más esperado por los nuevos mortales, mucha comida y bebida. Los futuros esposos bailaron y se divirtieron con sus relativas parejas, prometiéndose amor y un futuro juntos. La ceremonia duró hasta altas horas de la noche siguiente, ya que aún no se acostumbraban a la nueva vida. Una de las cosas que más esperaban y que más anhelaban la gente del Clan Yuy, fue el amanecer, el cual contemplaron con júbilo y alegría.

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La llegada al Castillo Winner fue algo extraña para Trowa pero gracias al apoyo de Hilde le fue menos traumática. Como le dijo en aquella ocasión Quatre, Rashid y sus hombres le estaban esperando, la situación fue un poco tensa por lo que Hilde decidió que Trowa se fuera a descansar a la alcoba te tenía preparada mientras ella explicaba la situación a Rashid, sobretodo lo de la muerte de Quatre.

-Trowa, ¿estas durmiendo? – le dijo Hilde tocando a su puerta. Habían pasado varias horas desde que entró en lo que hubiera sido su alcoba nupcial.

-No, Hilde puedes pasar, ¿ha ocurrido algo? – le preguntó al verla entrar.

-No.. no te preocupes no sé si lo has percibido pero de todas maneras he querido comunicártelo – le dijo sonriendo con tristeza mientras veía a Trowa sentado en la amplia cama apoyado en el cabezal de esta con una almohada entre los brazos, sobre la cama habían varias prendas que habían sido de Quatre. A Trowa se le notaba que había estado llorando durante ese tiempo – solo quería que supieras que Heero y los demás lo han conseguido, por fin somos seres normales – le dijo con una sonrisa discreta.

-Me alegro por vosotros – dijo Trowa con sinceridad pero sin poder demostrar esa alegría – Hilde – le llamó – ¿puedo preguntarte algo?.

-Por supuesto que sí, dime ¿qué te preocupa? – le dijo Hilde cariñosamente sentándose a su lado para infundirle seguridad.

-Ahora que toda esta pesadilla ha acabado y que sois por fin humanos como yo, ¿mi bebé será normal también? – le preguntó tocándose la barriga.

-Claro que sí, la maldición se rompió y eso afecta a todo aquel que lleve sangre de vampiro así que no te preocupes por ello, tú bebé será normal, fuerte y sano como sus papis – le dijo con una sonrisa apoyando su mano en la tripa de Trowa – Bueno ahora te dejo que descanses un poco más.

-¡No! No te vallas, no me dejes solo – le suplicó desbordándosele las lágrimas de nuevo – oh Hilde no sé si voy a poder con esto... snif, le echo tanto de menos... criar a nuestro hijo sin él me va a ser imposible, todo me recuerda a él y... y cuando tenga al bebé será peor, snif... estoy convencido que será igual que su padre. ¡Que voy hacerrrrr! – le dijo desconsolado abrazándose a su amiga.

-Shhhhh no te preocupes Trowa, yo estoy contigo, juntos superaremos estoy, ya lo verás – le dijo abrazándole con amor – juntos podremos ya lo verás – le susurró quedándose los dos dormidos y abrazados en la cama.

Fin...

Nota: No desesperéis, jeje habrá un epílogo, un saludo a todos los que me ha apoyado para hacer este largooooooooooooooooo fic, jeje y eso que lo quería hacer cortito, menos mal. Agradezco mucho el apoyo que me habéis brindado. Un saludo para todos.

Agradecimientos:

-Xanae: Valla desde Italia me escribes, jeje también se me lee por allí que alegría, bueno te diré que siento lo de Quatre pero tenía que ser así, espero que este capítulo te halla gustado y lamento decirte que este es el último, bueno el último no ya que voy hacer un epílogo donde puede que sucedan cosas como, los partos de nuestros chicos, jeje. Será niño o niña lo de Duo, Y lo de Trowa. Wufei estará embarazado?, jeje. Bueno no digo nada más un beso desde Barcelona, y gracias por tu comentario se agradece mucho.

-Angeli Murasaki: Ups, lo siento Angeli, tenía que pasar... estaba cantado, espero que me perdones. Un beso de la despiadada Chipita. Y como verás hay más de un bebé de camino, jeje.

-Calipso: Jeje, gome nasai, ups, creo que voy a tener que buscarme un guardaespaldas, hay mucha gente que quiere matarme, jeje. Por cierto le remití tu sugerencia a Trowa para consolarlo, jeje de dijo que si el Sábado por la noche te va bien, jeje. Un saludo y gracias por tu amenaza, jeje, algo es algo. Un besazo.

-Valsed: jeje otra vez por aquí, me alegra mucho saber que te gusta tanto mi fic, es un placer complacerte, jeje. Lo siento sé que he sido mala, pediré redención. No puedo decir nada por ahora sino luego no tiene gracia. Un beso y nos leemos en otro momento. Besitos

-Duo V.P.V.M: Gracias por tus palabras, me alegra saber que te gusta mi fic y que se cuentes a tus amigas, jeje, más fan de mis chicos. La verdad estuve tentado de no matar a Quatre pero el pobre tenía que morir para darle el toque dramático a la historia, pero no te pongas triste hay muchas otras cosas que os alegrará, por ejemplo, esos babys tan lindos que van a tener, jeje. Con tanto bebé voy a tener que montar una guardería, jej, Bueno un besazo para ti y otro para tus amigas y espero que sigáis leyéndome en otras ocasiones, intentaré que sean tan interesante como esta. Hasta pronto.

-Misao Maxwell: Valla, también eres admiradora de Quatre, pues lo siento, yo también estoy de acuerdo con tigo en que es alguien especial pero el pobre tenía que pasar a mejor vida, jeje. Lo que pasará en el epílogo no lo puedo desvelar sino perdería emoción, puede que tengas razón, pero puede que no, ya lo verás. Jeje has visto Duo también tiene a su bebito, es que no era justo que solo Trowa pudiese gozar de su retoño, aunque aviso que habrá más de uno, jeje. Muchas gracias por tus alabanzas pero exageras, intento hacerlo lo mejor que puedo y bueno en Espías pues Uru tiene gran mérito ya que ella tubo la idea original. Veo que eres una delas mías, jeje ¡Hentai hasta la muerte! Jeje. Que le vamos hacer somos así, jeje. Un besazo Misao y gracias por tus palabras, eres un encanto.

Bueno gracias a todos de todo corazón sois fantásticos, muchos, muchos besos para todo, hasta pronto, vuestra humilde servidora, Chipita Lady Merquise.