Extraños en la Noche
Por: Loly Sayol
Capitulo II
Van Helsing sube de dos en dos los peldaños de la gran escalera que conduce a la iglesia del Vaticano, una vez adentro, localiza un confesionario y se arrodilla...
Perdóneme Padre que he pecado
Cuéntame algo nuevo... y bien como te fue en Londres.
Como suponíamos... era un hombre lobo...
Pero... ¿Cómo es posible?
Al parecer un guarda bosques interrumpió a un grupo de brujos cuando estaban invocando al demonio, los brujos se molestaron y uno de ellos le lanzo una maldición...
¿Era noche de luna llena?
Sí...
Pobre hombre... que Dios tenga misericordia de su alma...
Guarde sus oraciones Padre... el infeliz aun esta vivo...
¡QUE! – Grito exaltado el Cardenal Jinette, mientras jalaba una manija y la pared que lo separaba de Van Helsing desaparecía – ¿Lo dejaste vivo?... No se te habrá ocurrido traerlo hasta aquí... si esa bestia se llegara a escapar... tiemblo de solo pensarlo... ¿Cómo has podido ser tan imprudente?
Tranquilo Padre – le dijo Van Helsing al mismo tiempo que en sus labios se dibujaba una mueca burlona – nadie saldrá herido, lo deje en un monasterio que se encuentra a las afueras de Londres, además ya no es mas un hombre Lobo... la maldición fue deshecha...
¿La maldición deshecha? - pregunta asombrado el Cardenal - ¿Por qué nadie me informo?... esos ineptos encontraron la formula de la poción y no me informaron – termino diciendo Jinette encaminándose molesto hacia el sótano donde se encontraban trabajando los miembros de la Orden del Vaticano, encargada de mantener a raya al demonio.
¿QUIÉN FUE? – Pregunta irritado el Cardenal Jinette - ¿Quién fue el que descubrió la poción y no me lo informo?.
Disculpe eminencia – exclamo el Fraile Carl – No entiendo a que se refiere...
Espere un momento Padre... no fui yo quien acabo con la maldición
¿Entonces quien fue? Cuando estaba luchando con la bestia, una mujer apareció quien sabe de donde y le disparo este dardo – explico Van Helsing mientras le mostraba el dardo que había recogido – en cuestión de segundos la bestia comenzó a transformarse de nuevo en un hombre.
¿Quién es esa mujer y como consiguió la poción?
Solo me dijo que se llamaba Cat y que fue ella quien creo la posiòn.
Que dardo mas extraño – exclamo Carl tomando el dardo de las manos de Van Helsing para poder estudiarlo mejor - Y dices que con una sola dosis, ¿La poción hizo efecto en el hombre lobo?
Si, Así es ¿Por qué preguntas? Carl.
¿Acaso no te acuerdas del tamaño que tenia la jeringa, cuando Anna te suministro la poción?
Tienes razón... casi tenia el largo de mi brazo... Pero... ¿Como algo tan pequeño...
Debe tener una dosis concentrada de la poción y mira - le señalo Carl a Van Helsing – este diminuto dispositivo debe inyectar el liquido al contacto con la piel... es muy ingenioso... nunca había visto algo parecido...
Gracias Fraile Carl, que una persona con su talento alabe uno de mis inventos, hace que me ruborice - exclamo Cat que había estado oculta detrás de una columna mientras ellos hablaban – me permite... su fabricación es muy costosa y no me puedo dar el lujo de perderlos - termino diciendo mientras tomaba el dardo de las manos del Fraile y lo guardaba en un estuche.
¡CATHERIN! – exclamo asombrado el Cardenal Jinette - ¿Eres tu en verdad?
Como esta mi querido Cardenal... ha pasado mucho tiempo... desde la última vez que nos vimos...
¿Ustedes se conocen? – pregunta un Van Helsing confundido...
Digamos que el cardenal y yo... somos viejos amigos... ¿O no Cardenal?
Catherine... ¿Tu creaste esa poción?
¿Lo duda Padre?...
Es que no entiendo como Drácula la consiguió... ¿Acaso èl te...
Yo se la vendí...
¡QUE! ¿Cómo pudistes tener tratos con él?
¿Y por que no?... su oro es tan bueno como el de cualquiera...
¿Acaso no sabes que él es un sirviente del demonio?
Si... Aun no entiendo cual es el problema...
¡Catherine! ¿Se te olvidaron todas las enseñanzas que te di?
No Padre... no se me olvidaron... recuerdo muy bien todo, como si fuera ayer... solo que para mi no hay diferencia entre Dios y el Demonio... para ellos, nosotros solo somos simples títeres cuyas cuerdas manejan a su antojo... y una vez que no les servimos... nos hacen a un lado...
¡Blasfemia!... eres una blasfema... no te permito que...
¡QUE NO ME PERMITE CARDENAL JINETTE!... Le recuerdo que ya no tiene poder sobre mí y si deseo tener tratos con el mismísimo Demonio... no puede impedírmelo...
¡BRUJA!... ERES UNA BRUJA... DETÉNGANLA... ES UNA BRUJA QUE HA PACTADO CON EL DEMONIO...
El Cardenal Jinette seguía gritando que la detuvieran y los monjes intentaban cumplir sus ordenes, pero la chica era muy ágil y cada vez que alguno lograba acercársele, ella se burlaba y con la ayuda de su látigo, de un solo salto, lograba escapar... Van Helsing miraba divertido, cruzó sus brazos sobre su pecho y apoyo la espalda en una pared para poder contemplar mejor la escena, no sabia bien por que, pero no deseaba cumplir las ordenes que gritaba el Cardenal Jinette. Al final Catherine miro hacia Van Helsing, le guiño un ojo y desapareció por la puerta del sótano, logrando tumbar en el camino a dos Monjes que habían intentado evitar que escapara.
¿CÓMO ES POSIBLE? Que Catherine sigua entrando a su antojo al Vaticano, y nadie sea capaz de evitarlo... y tú – dijo señalando con un dedo a Van Helsing – ¿Por qué no hiciste algo para detenerla?
Pensé que 10 monjes podían contra una simple mujer... pero creo que me equivoque... le respondió Van Helsing en tono burlón...
TE ORDENO QUE VAYAS INMEDIATAMENTE TRAS ELLA Y ME LA TRAIGAS...
Esta bien Cardenal... veré que puedo hacer...
Te lo advierto... esta poseída por el demonio y puede tratar de engañarte, ten mucho cuidado, no caigas en sus redes...
No se preocupe...
Van Helsing... una última cosa
Diga Padre
Por favor has todo lo posible de no lastimarla... le dijo el Cardenal casi en un susurro - Ella es muy importante para mi... - termino diciendo encaminándose a la salida.
Carl, ¿Puedes decirme que ocurrió aquí? ¿Y quien es esa chica? – le pregunto Van Helsing en cuanto salió el Cardenal...
Solo puedo decirte lo que me contaron... ella se fue unos dias después de yo llegar al Vaticano, hará unos diez años, así que no tuve oportunidad de conocerla bien...
¿Ella vivía aquí?
Así es... será mejor que te sientes, lo que te voy a decir me lo contó el cocinero... – El Fraile Carl le indico una silla a Van Helsing, tomo una botella de vino y dos vasos de un estante cercano y mientras servia el vino, comenzó a relatarle la historia de Catherine -
Hará unos veinte años atrás, el cocinero se quejaba que desde hacia unos dias, le estaba desapareciendo del almacén comida. Al principio pensó que eran los novicios que les costaba acostumbrarse a los dias de ayuno. Así que una noche decidió esconderse y sorprenderlos.
Ya era media noche y aun no habían rastros del ladrón, casi se había quedado dormido cuando escucho un ruido... el cocinero agarro con fuerza el rodillo de amasar para darle un escarmiento al pillo... cual no fue su sorpresa que al avivar la llama de la lámpara para poder ver mejor, se encontró no con un joven aspirante a Cura, si no con una pequeña niña de unos seis u ocho años que lo miraba fijamente... la niña no parecía tenerle miedo, tenia entre sus brazos una hogaza de pan y un trozo de carne
¿Y tu quien eres? ¿Cómo entraste aquí? – le pregunto el cocinero dejando el rodillo sobre la mesa y acercándose a la niña.
La pequeña sujeto con fuerza los alimentos e intento escapar del Cocinero, pero no contaba que escondido en otro lugar de la cocina estaba el ayudante del Cocinero y entre los dos lograron atraparla. La niña luchaba como una fiera para soltarse, pero era tan pequeña y estaba tan debilitada por la falta de alimento que los dos hombres con facilidad lograron sujetarla a una silla.
El Cocinero mando al ayudante que fuera en busca del Cardenal Jinette, cuando el Padre llego a la cocina se encontró a la niña sentada ante un gran plato de sopa que devoraba con gran avidez, el Cocinero era un hombre muy sensible y la niña se veía que no se estaba alimentando bien.
Por mas que lo intentaron la pequeña no les dijo donde vivía o quienes eran sus padres, se veía claramente que había sido maltratada, así que el Cardenal la envió a un convento cercano al Vaticano, pero no contaban que la niña tenia sus propios planes y a los pocos dias el cocinero volvió a sorprenderla robando comida. Nuevamente la enviaron de regreso al convento Santa Catherine y la niña nuevamente se escapo, esta situación se repitió varias veces, hasta que el Cardenal Jinette exclamo – En vista de que las Hermanas no son capaces de controlar a la niña, he decidido que la pequeña pasara a estar bajo mi tutela y vivirá aquí en el Vaticano.
Así que el Cardenal entrego a la niña al cuidado de una vieja monja y todos los dias el se encargaba de su educación, como la niña no había querido decirles como se llamaba, decidieron colocarle el nombre de la Santa patrona del convento y fue bautizada con el nombre de "María Catherine".
¿Jinette se auto nombro tutor de la pequeña? No me lo imagino dándole clases y mucho menos a una niña...
Aunque no lo creas, según me contaron, Jinette llego a tomarle tanto cariño a la niña que le cumplía todos sus caprichos y uno de ellos era estar aquí, en el sótano ayudando a los monjes con sus experimentos.
Eso explica sus conocimientos y como pudo ella crear la poción del Hombre lobo.
Si, Catherine era muy inteligente para su edad y a los Monjes les complacía poder enseñarle y contestar todas sus preguntas, nunca les importo que fuera una niña... aunque a un viejo Monje que conocí, decía que era muy peligroso que una mujer aprendiera esas cosas.
¡No entiendo! Si todo iba tan bien ¿Qué paso?
No estoy muy seguro, existen varios rumores... uno es que Catherine se enamoro de un joven novicio y Jinette los descubrió, mando al chico a las Misiones en África y a ella la encerró en un convento del que escapo y el otro rumor es que el Cardenal quería casarla con su sobrino y Catherine se negó, así que el Cardenal le dijo ò se casaba o la enviaba a un convento de clausura y Catherine no tuvo mas remedio que escaparse.
¡Vaya con la chica! Jinette no es una persona que le guste que lo contradigan.
Me lo dirás a mí... Jinette prohibió que mencionaran su nombre y aquel que era sorprendido hablando de ella, se las veía muy mal. Por casi diez año no supimos de ella y eso que Jinette removió cielo y tierra para encontrarla.
Y ahora a mi me toca el trabajo de buscarla...
Te compadezco amigo... prefiero enfrentarme nuevamente a Drácula, antes que a la furia del Cardenal si no logras dar con su paradero...
Presiento que la volveremos a ver...
Por: Loly Sayol
Capitulo II
Van Helsing sube de dos en dos los peldaños de la gran escalera que conduce a la iglesia del Vaticano, una vez adentro, localiza un confesionario y se arrodilla...
Perdóneme Padre que he pecado
Cuéntame algo nuevo... y bien como te fue en Londres.
Como suponíamos... era un hombre lobo...
Pero... ¿Cómo es posible?
Al parecer un guarda bosques interrumpió a un grupo de brujos cuando estaban invocando al demonio, los brujos se molestaron y uno de ellos le lanzo una maldición...
¿Era noche de luna llena?
Sí...
Pobre hombre... que Dios tenga misericordia de su alma...
Guarde sus oraciones Padre... el infeliz aun esta vivo...
¡QUE! – Grito exaltado el Cardenal Jinette, mientras jalaba una manija y la pared que lo separaba de Van Helsing desaparecía – ¿Lo dejaste vivo?... No se te habrá ocurrido traerlo hasta aquí... si esa bestia se llegara a escapar... tiemblo de solo pensarlo... ¿Cómo has podido ser tan imprudente?
Tranquilo Padre – le dijo Van Helsing al mismo tiempo que en sus labios se dibujaba una mueca burlona – nadie saldrá herido, lo deje en un monasterio que se encuentra a las afueras de Londres, además ya no es mas un hombre Lobo... la maldición fue deshecha...
¿La maldición deshecha? - pregunta asombrado el Cardenal - ¿Por qué nadie me informo?... esos ineptos encontraron la formula de la poción y no me informaron – termino diciendo Jinette encaminándose molesto hacia el sótano donde se encontraban trabajando los miembros de la Orden del Vaticano, encargada de mantener a raya al demonio.
¿QUIÉN FUE? – Pregunta irritado el Cardenal Jinette - ¿Quién fue el que descubrió la poción y no me lo informo?.
Disculpe eminencia – exclamo el Fraile Carl – No entiendo a que se refiere...
Espere un momento Padre... no fui yo quien acabo con la maldición
¿Entonces quien fue? Cuando estaba luchando con la bestia, una mujer apareció quien sabe de donde y le disparo este dardo – explico Van Helsing mientras le mostraba el dardo que había recogido – en cuestión de segundos la bestia comenzó a transformarse de nuevo en un hombre.
¿Quién es esa mujer y como consiguió la poción?
Solo me dijo que se llamaba Cat y que fue ella quien creo la posiòn.
Que dardo mas extraño – exclamo Carl tomando el dardo de las manos de Van Helsing para poder estudiarlo mejor - Y dices que con una sola dosis, ¿La poción hizo efecto en el hombre lobo?
Si, Así es ¿Por qué preguntas? Carl.
¿Acaso no te acuerdas del tamaño que tenia la jeringa, cuando Anna te suministro la poción?
Tienes razón... casi tenia el largo de mi brazo... Pero... ¿Como algo tan pequeño...
Debe tener una dosis concentrada de la poción y mira - le señalo Carl a Van Helsing – este diminuto dispositivo debe inyectar el liquido al contacto con la piel... es muy ingenioso... nunca había visto algo parecido...
Gracias Fraile Carl, que una persona con su talento alabe uno de mis inventos, hace que me ruborice - exclamo Cat que había estado oculta detrás de una columna mientras ellos hablaban – me permite... su fabricación es muy costosa y no me puedo dar el lujo de perderlos - termino diciendo mientras tomaba el dardo de las manos del Fraile y lo guardaba en un estuche.
¡CATHERIN! – exclamo asombrado el Cardenal Jinette - ¿Eres tu en verdad?
Como esta mi querido Cardenal... ha pasado mucho tiempo... desde la última vez que nos vimos...
¿Ustedes se conocen? – pregunta un Van Helsing confundido...
Digamos que el cardenal y yo... somos viejos amigos... ¿O no Cardenal?
Catherine... ¿Tu creaste esa poción?
¿Lo duda Padre?...
Es que no entiendo como Drácula la consiguió... ¿Acaso èl te...
Yo se la vendí...
¡QUE! ¿Cómo pudistes tener tratos con él?
¿Y por que no?... su oro es tan bueno como el de cualquiera...
¿Acaso no sabes que él es un sirviente del demonio?
Si... Aun no entiendo cual es el problema...
¡Catherine! ¿Se te olvidaron todas las enseñanzas que te di?
No Padre... no se me olvidaron... recuerdo muy bien todo, como si fuera ayer... solo que para mi no hay diferencia entre Dios y el Demonio... para ellos, nosotros solo somos simples títeres cuyas cuerdas manejan a su antojo... y una vez que no les servimos... nos hacen a un lado...
¡Blasfemia!... eres una blasfema... no te permito que...
¡QUE NO ME PERMITE CARDENAL JINETTE!... Le recuerdo que ya no tiene poder sobre mí y si deseo tener tratos con el mismísimo Demonio... no puede impedírmelo...
¡BRUJA!... ERES UNA BRUJA... DETÉNGANLA... ES UNA BRUJA QUE HA PACTADO CON EL DEMONIO...
El Cardenal Jinette seguía gritando que la detuvieran y los monjes intentaban cumplir sus ordenes, pero la chica era muy ágil y cada vez que alguno lograba acercársele, ella se burlaba y con la ayuda de su látigo, de un solo salto, lograba escapar... Van Helsing miraba divertido, cruzó sus brazos sobre su pecho y apoyo la espalda en una pared para poder contemplar mejor la escena, no sabia bien por que, pero no deseaba cumplir las ordenes que gritaba el Cardenal Jinette. Al final Catherine miro hacia Van Helsing, le guiño un ojo y desapareció por la puerta del sótano, logrando tumbar en el camino a dos Monjes que habían intentado evitar que escapara.
¿CÓMO ES POSIBLE? Que Catherine sigua entrando a su antojo al Vaticano, y nadie sea capaz de evitarlo... y tú – dijo señalando con un dedo a Van Helsing – ¿Por qué no hiciste algo para detenerla?
Pensé que 10 monjes podían contra una simple mujer... pero creo que me equivoque... le respondió Van Helsing en tono burlón...
TE ORDENO QUE VAYAS INMEDIATAMENTE TRAS ELLA Y ME LA TRAIGAS...
Esta bien Cardenal... veré que puedo hacer...
Te lo advierto... esta poseída por el demonio y puede tratar de engañarte, ten mucho cuidado, no caigas en sus redes...
No se preocupe...
Van Helsing... una última cosa
Diga Padre
Por favor has todo lo posible de no lastimarla... le dijo el Cardenal casi en un susurro - Ella es muy importante para mi... - termino diciendo encaminándose a la salida.
Carl, ¿Puedes decirme que ocurrió aquí? ¿Y quien es esa chica? – le pregunto Van Helsing en cuanto salió el Cardenal...
Solo puedo decirte lo que me contaron... ella se fue unos dias después de yo llegar al Vaticano, hará unos diez años, así que no tuve oportunidad de conocerla bien...
¿Ella vivía aquí?
Así es... será mejor que te sientes, lo que te voy a decir me lo contó el cocinero... – El Fraile Carl le indico una silla a Van Helsing, tomo una botella de vino y dos vasos de un estante cercano y mientras servia el vino, comenzó a relatarle la historia de Catherine -
Hará unos veinte años atrás, el cocinero se quejaba que desde hacia unos dias, le estaba desapareciendo del almacén comida. Al principio pensó que eran los novicios que les costaba acostumbrarse a los dias de ayuno. Así que una noche decidió esconderse y sorprenderlos.
Ya era media noche y aun no habían rastros del ladrón, casi se había quedado dormido cuando escucho un ruido... el cocinero agarro con fuerza el rodillo de amasar para darle un escarmiento al pillo... cual no fue su sorpresa que al avivar la llama de la lámpara para poder ver mejor, se encontró no con un joven aspirante a Cura, si no con una pequeña niña de unos seis u ocho años que lo miraba fijamente... la niña no parecía tenerle miedo, tenia entre sus brazos una hogaza de pan y un trozo de carne
¿Y tu quien eres? ¿Cómo entraste aquí? – le pregunto el cocinero dejando el rodillo sobre la mesa y acercándose a la niña.
La pequeña sujeto con fuerza los alimentos e intento escapar del Cocinero, pero no contaba que escondido en otro lugar de la cocina estaba el ayudante del Cocinero y entre los dos lograron atraparla. La niña luchaba como una fiera para soltarse, pero era tan pequeña y estaba tan debilitada por la falta de alimento que los dos hombres con facilidad lograron sujetarla a una silla.
El Cocinero mando al ayudante que fuera en busca del Cardenal Jinette, cuando el Padre llego a la cocina se encontró a la niña sentada ante un gran plato de sopa que devoraba con gran avidez, el Cocinero era un hombre muy sensible y la niña se veía que no se estaba alimentando bien.
Por mas que lo intentaron la pequeña no les dijo donde vivía o quienes eran sus padres, se veía claramente que había sido maltratada, así que el Cardenal la envió a un convento cercano al Vaticano, pero no contaban que la niña tenia sus propios planes y a los pocos dias el cocinero volvió a sorprenderla robando comida. Nuevamente la enviaron de regreso al convento Santa Catherine y la niña nuevamente se escapo, esta situación se repitió varias veces, hasta que el Cardenal Jinette exclamo – En vista de que las Hermanas no son capaces de controlar a la niña, he decidido que la pequeña pasara a estar bajo mi tutela y vivirá aquí en el Vaticano.
Así que el Cardenal entrego a la niña al cuidado de una vieja monja y todos los dias el se encargaba de su educación, como la niña no había querido decirles como se llamaba, decidieron colocarle el nombre de la Santa patrona del convento y fue bautizada con el nombre de "María Catherine".
¿Jinette se auto nombro tutor de la pequeña? No me lo imagino dándole clases y mucho menos a una niña...
Aunque no lo creas, según me contaron, Jinette llego a tomarle tanto cariño a la niña que le cumplía todos sus caprichos y uno de ellos era estar aquí, en el sótano ayudando a los monjes con sus experimentos.
Eso explica sus conocimientos y como pudo ella crear la poción del Hombre lobo.
Si, Catherine era muy inteligente para su edad y a los Monjes les complacía poder enseñarle y contestar todas sus preguntas, nunca les importo que fuera una niña... aunque a un viejo Monje que conocí, decía que era muy peligroso que una mujer aprendiera esas cosas.
¡No entiendo! Si todo iba tan bien ¿Qué paso?
No estoy muy seguro, existen varios rumores... uno es que Catherine se enamoro de un joven novicio y Jinette los descubrió, mando al chico a las Misiones en África y a ella la encerró en un convento del que escapo y el otro rumor es que el Cardenal quería casarla con su sobrino y Catherine se negó, así que el Cardenal le dijo ò se casaba o la enviaba a un convento de clausura y Catherine no tuvo mas remedio que escaparse.
¡Vaya con la chica! Jinette no es una persona que le guste que lo contradigan.
Me lo dirás a mí... Jinette prohibió que mencionaran su nombre y aquel que era sorprendido hablando de ella, se las veía muy mal. Por casi diez año no supimos de ella y eso que Jinette removió cielo y tierra para encontrarla.
Y ahora a mi me toca el trabajo de buscarla...
Te compadezco amigo... prefiero enfrentarme nuevamente a Drácula, antes que a la furia del Cardenal si no logras dar con su paradero...
Presiento que la volveremos a ver...
