Extraños en la Noche
Por: Loly Sayol
Capitulo IV
La oficina del Cardenal Jinette se encontraba repleta de libros, la capacidad de los estantes de la biblioteca hacia tiempo había sido superada, y no habían tenido más remedio que colocar los libros, pergaminos y demás documentos sobre muebles e inclusive en el suelo. Algunos documentos eran tan antiguos que entre los monjes se rumoreaba que provenían de la antigua biblioteca de Alejandría, salvados por extraños personajes disfrazados de Legionarios Romanos, antes de ser incendiada.
¿Por qué eran tan importantes dichos papeles?, aun antes de la creación de la Iglesia Católica, ya existía un secta secreta cuyo único objetivo era luchar contra el demonio y sus secuaces. Dicha secta ahora trabajaba en unión con el Vaticano y el Cardenal Jinette junto con sus asistentes era el encargado de custodiar sus registros.
El Cardenal Jinette se encontraba revisando unos papeles, cuando el monje que hacia de su secretario le aviso que tenia una visita.
Hágalo pasar inmediatamente y cierre la puerta, no quiero ser molestado
Lo que usted ordene Cardenal
¿Me mando a llamar... Padre?
¡VAN HELSING! ¿SE PUEDE SABER DONDE TE HABIAS METIDO? HACE HORAS QUE TE ESTOY ESPERANDO...
Estaba cumpliendo sus órdenes...
¿Mis ordenes?
Estaba buscando a Catherine
¿Y bien? ¿La encontraste?
No, me temo que haya abandonado la ciudad...
Ya me lo imaginaba... ahora tengo otro trabajo para ti... debes ir a España...
¿España?... ¿Por casualidad será a Barcelona? – le pregunto Van Helsing, acordándose de la advertencia de Catherine...
Si, ¿Cómo lo sabes?
Solo fue una corazonada...
¿Corazonada? – El Cardenal se quedo mirando a Van Helsing sin saber si creerle o no... Quiero que partas esta misma noche, no podemos perder más tiempo. ¿Qué ocurre Cardenal?
Me han llegado informes alarmantes de toda Europa, se han detectado a brujos y hechiceros en grupos de hasta diez integrantes viajando, inclusive a plena luz del día, lo más preocupante es que parece que todos se dirigen hacia España, para ser más exactos a una región cercana a Barcelona...
¿Sabe a que se debe?
No estamos muy seguros... pero en unos días será el Solsticio de Invierno y no creo que sea casualidad.
Si mal no me acuerdo... el solsticio de invierno es la noche mas larga del año ¿o me equivoco?
Así es... solo que hay algo más... según los registros... antiguamente también se le conocía como "La Puerta de los Dioses" y esa noche hacían ofrendas y sacrificios para aplacar la ira de los dioses.
¿Usted piensa que ellos planean efectuar algún tipo de rito?
Eso es lo que tememos, por eso necesito que partas de inmediato, en cuanto llegues a Barcelona te diriges a la "Catedral de Barcelona" y preguntas por el Padre Paolo, una vez que estén solos, le entregas esta carta, el te pondrá al corriente de todo y te dirá hacia adonde debes ir...
¡Cardenal!...
¿Si?
¿Y Catherine?
No te preocupes por ella... si no estoy equivocado y ruego a Dios por estarlo... me temo que ella también estará en camino a Barcelona...
¿Si la veo?
Ten cuidado y en lo posible procura no lastimarla y tráela de vuelta...
¿Aunque ella no quiera?
De una forma u otra... la quiero aquí... ahora vete y no pierdas mas tiempo
Van Helsing se despidió del Cardenal Jinette, monto en su caballo y tomo rumbo hacia el puerto de Tirreno a 20km de Roma, en donde lo esperaba un barco que lo llevaría directo a Barcelona. Cuando el barco se encontraba cruzando el Golfo de León, les cayo una tormenta tan fuerte, que casi hace zozobrar al barco, a duras penas, con un mástil y un par de velas dañadas, lograron llegar al puerto de Barcelona, casi era media noche.
Van Helsing se despidió del Capitán y se encamino a la Catedral de Barcelona, parecía que la tormenta también había pasado por la Ciudad Condal, las calles se encontraban a oscuras y no se veía ni un alma. Van Helsing sintió un escalofrió y los bellos de la nuca se le erizaron... alguien o algo lo estaba observando, las palabras de Catherine retumbaban en su mente una y otra vez... "Solo puedo decirte que si vas a Barcelona... no regresaras..." la mano de Van Helsing se poso instintivamente sobre la culata de la pistola, la saco de su funda... no estaba seguro... pero juraría que había escuchado un ruido... algo parecido al batir de unas alas... ¡Ahí! estaba otra vez... no se equivocaba... algo se movía delante de el y estaba seguro que no era un pájaro... mas bien parecía.............
Unas manos poderosas lo aferraron por el cuello y otras le sujetaron los brazos – Así que este es el gran Van Helsing, el hombre que destruyo al invencible Drácula... no se ve tan temible – se burlo un hombre saliendo de la oscuridad, acercándose a Van Helsing.
Van Helsing luchaba en vano, las manos que lo tenían sujeto, no eran las de simples mortales, ellos junto con el hombre que se burlaba eran vampiros - ¿Qué te ocurre Van Helsing? ¿Por qué tienes esa cara de asombro? – exclamo el Jefe de los Vampiros agarrando la cara de Van Helsing entre sus manos que más bien parecían garras, por lo largo y filoso de sus uñas - ¿Creíste que habías acabado con todos nosotros? El pobre idiota de Drácula, solo por ser el favorito del amo se creía indestructible, pero ahora es mi turno, el amo estará muy complacido cuando te lleve ante él...
¿Podemos darle una mordida? – le pregunto uno de los secuaces
¡IDIOTA! – le grito el jefe dándole una cacheta, aquel que se atreva hacerle daño se las vera con la ira del amo.
¡ARGHHH! – grito uno de los vampiros soltando a Van Helsing, algo le había picado... llevo su mano al cuello y despego un dardo que tenia clavado, de repente la mano que sostenía el dardo comenzó a agrietarse, el vampiro levanto la mirada aterrada hacia sus camaradas, quiso gritar para pedir ayuda, pero sus cuerdas vocales se habían desintegrado, los demás vampiros vieron con horror como poco a poco todo su cuerpo se marchitaba y se volvía polvo.
El Jefe de los vampiros busco de donde había venido el dardo y su mirada se cruzo con unos ojos negros - ¡TU! ¡TRAIDORA! ME LAS VAS APAGAR – grito el vampiro abalanzándose sobre Catherine quien era la que había disparado el dardo.
Van Helsing aprovecho la distracción para soltarse del vampiro que aun lo tenia sujeto, saco una estaca de su cinturón e intento clavársela en el corazón al vampiro, este reacciono a tiempo y aferro la muñeca de Van Helsing, mientras tanto Catherine, intento disparar un dardo al vampiro quien no paraba de gritar - ¡TRAIDORA! - El vampiro esquivó el proyectil y logro desarmar a Catherine, la agarro por la cintura y el cuello inmovilizándola - EL AMO ME PREMIARA CUANDO TE LLEVE A TI Y A VAN HELSING ANTE EL, YA LO VERAS - exclamo jubiloso el Vampiro mientras acercaba sus filosos dientes al cuello de la chica.
Van Helsing al ver el peligro que corría Catherine intento desembarazarse de su oponente, pero no logro conseguirlo e impotente vio como el vampiro la mordía y comenzaba a succionar su sangre. Una vez saciado el vampiro soltó a Catherine y la chica cayo desvanecida al piso.
¡CATHERIN! – grito Van Helsing cayendo de rodillas – NO OTRA VEZ, ¿POR QUE DIOS MIO? ¿POR QUE? – sollozo desesperado al creerla muerta, mientras los vampiros se burlaban, en eso algo llamo la atención de Van Helsing, los vampiros no se habían dado cuenta, una mano de Catherine se había movido, por un momento su corazón se lleno de esperanza, ella no estaba muerta, pero una sombra de duda cruzo por su mente ¿Se habría convertido Catherine en un vampiro?... sacudió la cabeza para desechar tan horrible pensamiento...
Catherine intento ponerse de pie y si no hubiera sido por Van Helsing que corrió en su ayuda, se habría caído. El vampiro que la había mordido intento decir algo para burlarse, pero algo le había pasado a sus cuerdas vocales y poco a poco su cuerpo se fue marchitando. El otro vampiro al ver lo que le pasaba a su jefe intento escapar aterrado pero Van Helsing tomo la pistola de dardos de Catherine y le disparo, acertándole en el cuello y corriendo la misma suerte que sus compañeros.
¡Catherine! ¿Estas bien? – exclamo preocupado Van Helsing tomándola por los hombros...
Si lo que quieres saber es si me voy a transformar en un vampiro e intentare atacarte... no te preocupes... que eso no pasara... - le respondió la chica recogiendo su arma que Van Helsing había dejado caer...
¡Pero! No entiendo que paso... yo vi. Como el vampiro te mordía ¿Qué fue lo que le ocurrió? y los dardos... ¿Es otra poción de tú invención?...
¿Poción?... para deshacerte de los vampiros no hace falta ninguna poción – se burlo la chica – con agua bendita es mas que suficiente y a lo que le paso a este tonto – exclamo Catherine dispersando con la bota el monto de polvo en que se había convertido el vampiro que la mordió – Eso debo agradecérselo a la Monja vieja loca que Jinette designo para que me cuidara.
No te entiendo
La Monja era una chiflada fanática y tenía la creencia que en mi cuerpo habitaba el demonio, así que se encomendó la misión de acabar con él y durante los diez años que estuve a su cuidado, me obligaba a tomar leche aguada con agua bendita, en cuanto me levantaba y al acostarme, y como a veces le fallaba la memoria, por mucho que le jurara que ya me la había tomado, me volvía a dar otro vaso. En conclusión, con tanta agua bendita en mi cuerpo, el vampiro que se atreva a probar aunque sea una sola gota de mi sangre, la pasara muy mal.
Catherine, ¿Por qué el vampiro te llamo traidora?
Eso es algo que no te concierne y tú ¿Qué haces aquí? No te advertí que no vinieras...
¿Tú sabes lo que esta pasando?
El solsticio de invierno y la puerta de los Dioses
Si...
Van Helsing... no te metas... por favor regresa a Roma – le rogó Catherine tomando sus manos entre las de ella – aquí corres un gran peligro... el amo no te perdona que hayas acabado con Drácula, era su favorito y ofreció una recompensa a quien te lleve ante él... será el nuevo príncipe de los vampiros.
Catherine – le contesto Van Helsing tomando su rostro entre las manos – tu sabes que no puedo irme.
Entonces te pido que tengas mucho cuidado, no se hasta cuado pueda ayudarte – le respondió la chica colocando sus labios sobre los de él – Adiós Gabriel – termino la chica separándose de Van Helsing y salio corriendo antes que él hiciera algo por detenerla.
¡Catherine! Angel o demonio ¿Quién eres realmente? – se pregunto Van Helsing
Por: Loly Sayol
Capitulo IV
La oficina del Cardenal Jinette se encontraba repleta de libros, la capacidad de los estantes de la biblioteca hacia tiempo había sido superada, y no habían tenido más remedio que colocar los libros, pergaminos y demás documentos sobre muebles e inclusive en el suelo. Algunos documentos eran tan antiguos que entre los monjes se rumoreaba que provenían de la antigua biblioteca de Alejandría, salvados por extraños personajes disfrazados de Legionarios Romanos, antes de ser incendiada.
¿Por qué eran tan importantes dichos papeles?, aun antes de la creación de la Iglesia Católica, ya existía un secta secreta cuyo único objetivo era luchar contra el demonio y sus secuaces. Dicha secta ahora trabajaba en unión con el Vaticano y el Cardenal Jinette junto con sus asistentes era el encargado de custodiar sus registros.
El Cardenal Jinette se encontraba revisando unos papeles, cuando el monje que hacia de su secretario le aviso que tenia una visita.
Hágalo pasar inmediatamente y cierre la puerta, no quiero ser molestado
Lo que usted ordene Cardenal
¿Me mando a llamar... Padre?
¡VAN HELSING! ¿SE PUEDE SABER DONDE TE HABIAS METIDO? HACE HORAS QUE TE ESTOY ESPERANDO...
Estaba cumpliendo sus órdenes...
¿Mis ordenes?
Estaba buscando a Catherine
¿Y bien? ¿La encontraste?
No, me temo que haya abandonado la ciudad...
Ya me lo imaginaba... ahora tengo otro trabajo para ti... debes ir a España...
¿España?... ¿Por casualidad será a Barcelona? – le pregunto Van Helsing, acordándose de la advertencia de Catherine...
Si, ¿Cómo lo sabes?
Solo fue una corazonada...
¿Corazonada? – El Cardenal se quedo mirando a Van Helsing sin saber si creerle o no... Quiero que partas esta misma noche, no podemos perder más tiempo. ¿Qué ocurre Cardenal?
Me han llegado informes alarmantes de toda Europa, se han detectado a brujos y hechiceros en grupos de hasta diez integrantes viajando, inclusive a plena luz del día, lo más preocupante es que parece que todos se dirigen hacia España, para ser más exactos a una región cercana a Barcelona...
¿Sabe a que se debe?
No estamos muy seguros... pero en unos días será el Solsticio de Invierno y no creo que sea casualidad.
Si mal no me acuerdo... el solsticio de invierno es la noche mas larga del año ¿o me equivoco?
Así es... solo que hay algo más... según los registros... antiguamente también se le conocía como "La Puerta de los Dioses" y esa noche hacían ofrendas y sacrificios para aplacar la ira de los dioses.
¿Usted piensa que ellos planean efectuar algún tipo de rito?
Eso es lo que tememos, por eso necesito que partas de inmediato, en cuanto llegues a Barcelona te diriges a la "Catedral de Barcelona" y preguntas por el Padre Paolo, una vez que estén solos, le entregas esta carta, el te pondrá al corriente de todo y te dirá hacia adonde debes ir...
¡Cardenal!...
¿Si?
¿Y Catherine?
No te preocupes por ella... si no estoy equivocado y ruego a Dios por estarlo... me temo que ella también estará en camino a Barcelona...
¿Si la veo?
Ten cuidado y en lo posible procura no lastimarla y tráela de vuelta...
¿Aunque ella no quiera?
De una forma u otra... la quiero aquí... ahora vete y no pierdas mas tiempo
Van Helsing se despidió del Cardenal Jinette, monto en su caballo y tomo rumbo hacia el puerto de Tirreno a 20km de Roma, en donde lo esperaba un barco que lo llevaría directo a Barcelona. Cuando el barco se encontraba cruzando el Golfo de León, les cayo una tormenta tan fuerte, que casi hace zozobrar al barco, a duras penas, con un mástil y un par de velas dañadas, lograron llegar al puerto de Barcelona, casi era media noche.
Van Helsing se despidió del Capitán y se encamino a la Catedral de Barcelona, parecía que la tormenta también había pasado por la Ciudad Condal, las calles se encontraban a oscuras y no se veía ni un alma. Van Helsing sintió un escalofrió y los bellos de la nuca se le erizaron... alguien o algo lo estaba observando, las palabras de Catherine retumbaban en su mente una y otra vez... "Solo puedo decirte que si vas a Barcelona... no regresaras..." la mano de Van Helsing se poso instintivamente sobre la culata de la pistola, la saco de su funda... no estaba seguro... pero juraría que había escuchado un ruido... algo parecido al batir de unas alas... ¡Ahí! estaba otra vez... no se equivocaba... algo se movía delante de el y estaba seguro que no era un pájaro... mas bien parecía.............
Unas manos poderosas lo aferraron por el cuello y otras le sujetaron los brazos – Así que este es el gran Van Helsing, el hombre que destruyo al invencible Drácula... no se ve tan temible – se burlo un hombre saliendo de la oscuridad, acercándose a Van Helsing.
Van Helsing luchaba en vano, las manos que lo tenían sujeto, no eran las de simples mortales, ellos junto con el hombre que se burlaba eran vampiros - ¿Qué te ocurre Van Helsing? ¿Por qué tienes esa cara de asombro? – exclamo el Jefe de los Vampiros agarrando la cara de Van Helsing entre sus manos que más bien parecían garras, por lo largo y filoso de sus uñas - ¿Creíste que habías acabado con todos nosotros? El pobre idiota de Drácula, solo por ser el favorito del amo se creía indestructible, pero ahora es mi turno, el amo estará muy complacido cuando te lleve ante él...
¿Podemos darle una mordida? – le pregunto uno de los secuaces
¡IDIOTA! – le grito el jefe dándole una cacheta, aquel que se atreva hacerle daño se las vera con la ira del amo.
¡ARGHHH! – grito uno de los vampiros soltando a Van Helsing, algo le había picado... llevo su mano al cuello y despego un dardo que tenia clavado, de repente la mano que sostenía el dardo comenzó a agrietarse, el vampiro levanto la mirada aterrada hacia sus camaradas, quiso gritar para pedir ayuda, pero sus cuerdas vocales se habían desintegrado, los demás vampiros vieron con horror como poco a poco todo su cuerpo se marchitaba y se volvía polvo.
El Jefe de los vampiros busco de donde había venido el dardo y su mirada se cruzo con unos ojos negros - ¡TU! ¡TRAIDORA! ME LAS VAS APAGAR – grito el vampiro abalanzándose sobre Catherine quien era la que había disparado el dardo.
Van Helsing aprovecho la distracción para soltarse del vampiro que aun lo tenia sujeto, saco una estaca de su cinturón e intento clavársela en el corazón al vampiro, este reacciono a tiempo y aferro la muñeca de Van Helsing, mientras tanto Catherine, intento disparar un dardo al vampiro quien no paraba de gritar - ¡TRAIDORA! - El vampiro esquivó el proyectil y logro desarmar a Catherine, la agarro por la cintura y el cuello inmovilizándola - EL AMO ME PREMIARA CUANDO TE LLEVE A TI Y A VAN HELSING ANTE EL, YA LO VERAS - exclamo jubiloso el Vampiro mientras acercaba sus filosos dientes al cuello de la chica.
Van Helsing al ver el peligro que corría Catherine intento desembarazarse de su oponente, pero no logro conseguirlo e impotente vio como el vampiro la mordía y comenzaba a succionar su sangre. Una vez saciado el vampiro soltó a Catherine y la chica cayo desvanecida al piso.
¡CATHERIN! – grito Van Helsing cayendo de rodillas – NO OTRA VEZ, ¿POR QUE DIOS MIO? ¿POR QUE? – sollozo desesperado al creerla muerta, mientras los vampiros se burlaban, en eso algo llamo la atención de Van Helsing, los vampiros no se habían dado cuenta, una mano de Catherine se había movido, por un momento su corazón se lleno de esperanza, ella no estaba muerta, pero una sombra de duda cruzo por su mente ¿Se habría convertido Catherine en un vampiro?... sacudió la cabeza para desechar tan horrible pensamiento...
Catherine intento ponerse de pie y si no hubiera sido por Van Helsing que corrió en su ayuda, se habría caído. El vampiro que la había mordido intento decir algo para burlarse, pero algo le había pasado a sus cuerdas vocales y poco a poco su cuerpo se fue marchitando. El otro vampiro al ver lo que le pasaba a su jefe intento escapar aterrado pero Van Helsing tomo la pistola de dardos de Catherine y le disparo, acertándole en el cuello y corriendo la misma suerte que sus compañeros.
¡Catherine! ¿Estas bien? – exclamo preocupado Van Helsing tomándola por los hombros...
Si lo que quieres saber es si me voy a transformar en un vampiro e intentare atacarte... no te preocupes... que eso no pasara... - le respondió la chica recogiendo su arma que Van Helsing había dejado caer...
¡Pero! No entiendo que paso... yo vi. Como el vampiro te mordía ¿Qué fue lo que le ocurrió? y los dardos... ¿Es otra poción de tú invención?...
¿Poción?... para deshacerte de los vampiros no hace falta ninguna poción – se burlo la chica – con agua bendita es mas que suficiente y a lo que le paso a este tonto – exclamo Catherine dispersando con la bota el monto de polvo en que se había convertido el vampiro que la mordió – Eso debo agradecérselo a la Monja vieja loca que Jinette designo para que me cuidara.
No te entiendo
La Monja era una chiflada fanática y tenía la creencia que en mi cuerpo habitaba el demonio, así que se encomendó la misión de acabar con él y durante los diez años que estuve a su cuidado, me obligaba a tomar leche aguada con agua bendita, en cuanto me levantaba y al acostarme, y como a veces le fallaba la memoria, por mucho que le jurara que ya me la había tomado, me volvía a dar otro vaso. En conclusión, con tanta agua bendita en mi cuerpo, el vampiro que se atreva a probar aunque sea una sola gota de mi sangre, la pasara muy mal.
Catherine, ¿Por qué el vampiro te llamo traidora?
Eso es algo que no te concierne y tú ¿Qué haces aquí? No te advertí que no vinieras...
¿Tú sabes lo que esta pasando?
El solsticio de invierno y la puerta de los Dioses
Si...
Van Helsing... no te metas... por favor regresa a Roma – le rogó Catherine tomando sus manos entre las de ella – aquí corres un gran peligro... el amo no te perdona que hayas acabado con Drácula, era su favorito y ofreció una recompensa a quien te lleve ante él... será el nuevo príncipe de los vampiros.
Catherine – le contesto Van Helsing tomando su rostro entre las manos – tu sabes que no puedo irme.
Entonces te pido que tengas mucho cuidado, no se hasta cuado pueda ayudarte – le respondió la chica colocando sus labios sobre los de él – Adiós Gabriel – termino la chica separándose de Van Helsing y salio corriendo antes que él hiciera algo por detenerla.
¡Catherine! Angel o demonio ¿Quién eres realmente? – se pregunto Van Helsing
