N/A Saludos a todos los que leen mi fic (creo que son 1 o 2), se les agradece

Ayak ya se que están muy cortitos, pero ten piedad de mi, es el primer fic que escribo de este tipo, pero lo bueno es que publico rápido. Mi primer fic tiene 200 pag (20 c/cap) y tarde un año, así que no hay mal que por bien no venga.

Dedico este cap a Aniram McDouglas, ya que ella fue la que le dio el nombre al Sumo Sacerdote y me dio algunas ideas para el próximo cap.

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Extraños en la Noche

Por: Loly Sayol

Capitulo VI

Poco a poco, fue recuperando el conocimiento, el golpe en la cabeza aun le dolía, sintió una mano que le acariciaba tiernamente la mejilla, abrió lentamente los ojos y su mirada se encontró con unos ojos color azabache que lo veían con ternura, de repente una lagrima se deslizo y corrió por la cara de Catherine.

¡Te advertí que no vinieras! – le dijo con la voz entrecortada por el llanto contenido.

Van Helsing quiso tomar el rostro de Catherine entre sus manos pero no pudo, tenia las muñecas apresadas con unos grilletes enganchados a unas cadenas que salían de la pared – Catherine ¿Tu estas con ellos? – le pregunto, tratando de negar lo que sus ojos habían visto en la cueva..

¡Al fin despertó nuestro huésped! – Exclamo en tono de burla una voz detrás de Catherine – Bienvenido Van Helsing, te estábamos esperando – termino diciendo el extraño personaje vestido con una túnica negra y a la que le habían bordado extraños símbolos en color rojo.

¿Quién es usted? – le pregunto Van Helsing levantándose y mirando desafiante al hombre a lo ojos.

¿Quién soy yo? Me siento ofendido, pensé que lo sabias – exclamo el hombre bastante molesto al no ser reconocido - permite presentarme, soy el Dr. Morwen Haleth – dijo levantando la mano derecha hacia arriba, colocándose la mano izquierda en la espalda, e inclinándose hacia adelante, haciendo la parodia de una venia ante Van Helsing - Sumo Sacerdote del Único Amo y Señor de todos los seres de la noche – respondió echando hacia atrás la capucha de su túnica y mostrando un rostro casi albino, demacrado y surcado por profundas cicatrices, sus manos estaban agrietadas y rojas, sus dedos largos y huesudos, parecían garfios. No se podía decir si alguna vez fue un humano, si es así, de eso hace tanto tiempo, que ni el mismo lo recordaba.

No puedo decir que sea un placer conocerle – le respondió cínicamente Van Helsing

Búrlate ahora, pero esta noche conocerás al amo y entonces pedirás clemencia – le informó con placer el Sacerdote oscuro. Volviéndose hacia Catherine le pregunto – ¿Nos vamos? "Coniugis Erus". (Consorte del amo en latín).

Solo unos minutos mas, por favor Maestro – le rogó Catherine

El Sumo Sacerdote la miro con desprecio - ¿Sabes que no puedes escapar de los deseos del amo?

Si Maestro, lo sé – exclamo Catherine bajando la mirada

Que no se te olvide nunca – le respondió y agarrando con los huesudos dedos de su mano el cuello de Van Helsing, acerco su cara a la de él - Van Helsing nos veremos esta noche, eres el invitado de honor – exclamo riendo triunfante, soltó a Van Helsing, se restregó las manos en su túnica como señal de repulsión por haberlo tocado, y sin despedirse de Catherine salio de la habitación

Catherine ¿Qué significa esto? ¿Qué haces aquí? – le pregunto Van Helsing

¡Te pedí que no vinieras! – le dijo la chica sin poder levantar los ojos del suelo

¡CATHERINE! – le grito - ¡MIRAME!

La chica levanto la cabeza y con los ojos llenos de lagrimas contemplo el rostro de Van Helsing - ¿Por qué no me hiciste caso?

¿Por qué ese hombre te llamo "Consorte del amo"?

Por que es lo que soy – le respondió Catherine volteando la mirada, no podía soportar la mirada acusadora de Van Helsing.

No entiendo ¿Qué quieres decir?

Ese es mi destino y no puedo escapar

¿Cuál destino?

La razón por la que estoy en este mundo, el motivo por el que nací

¿Qué quieres decir?

Mi nacimiento fue planeado, yo debía nacer en cierto día y a una determinada hora para que así el día de hoy, a media noche cuando cumpliera los 28 años mi destino sería sellado y me convirtiera en... - Catherine no pudo continuar, sabia que en cuanto le dijera la verdad, Van Helsing la despreciaría como ella misma se despreciaba.

¡Catherine por favor! Déjame ayudarte

Nadie puede ayudarme – le respondió la chica mientras dejaba caer su túnica, mostrando su pecho desnudo, entonces se volteo para que Van Helsing pudiera ver su espalda.

Van Helsing cerró los ojos impresionado por la monstruosidad que le habían hecho a Catheirne. En la espalda de Catherine estaban grabados los mismos signos demoníacos que el sacerdote oscuro tenia bordados en su túnica, se notaba claramente que habían sido marcados con un hierro candente – Catherine yo...

No digas nada – exclamo la chica cubriéndose con la túnica – se lo que piensas, me desprecias

NO, ESO NO ES VERDAD – grito Van Helsing – Catherine ¿Quién te hizo eso?

El – le respondió Catherine dirigiendo la mirada hacia la puerta por donde había salido el Dr. Morwen Haleth

Van Helsing lanzo un juramento y jalo las cadenas, intentando liberarse – Catherine suéltame

No puedo, yo te lo advertí, que llegaría un momento en el que ya no podría ayudarte

Pero Catherine...

No podemos luchar contra lo que esta escrito – exclamo abatida Catherine mirándolo a los ojos - yo lo sé, este es nuestro destino y no podemos hacer nada para cambiarlo

¿El destino?, uno hace su propio destino, eso de que esta escrito son puras tonterías – le contesto molesto

Si me hubieras escuchado, pero nó – exclamo furiosa, levantándose y dándole la espalda – Tú eres Van Helsing el gran cazador de vampiros, el que no le tiene miedo a nada, él campeón de Dios – se volteo y lo miro de arriba abajo con desprecio - y ahora mírate, encadenado, a punto de ser ejecutado en nombre del señor de las tinieblas ¿Dónde esta tú Dios? Dímelo...

!Suéltame Catherine! – le exigió Van Helsing

POR QUE NO LE PIDES A TU DIOS QUE TE LIBERE – le grito dándole una cachetada en el rostro, la chica tenia los ojos rojos inyectados en sangre por la rabia que sentía por Van Helsing, por Dios y por sobre todo, por ella misma que no pudo escapar de las garras del demonio y de sus servidores. Como explicarle a Van Helsing, ella lo había intentado, todos esos años que pasó en encerrada en el Vaticano, pensaba que así podría librarse de su destino, pero al final la encontraron y no tuvo más remedio que irse con ellos. Si no lo hacia todas aquellas personas que la habían cuidado, a las que ella tanto amaba, sufrirían por su culpa. Intento suicidarse, pero no lo logro, ni siquiera eso podía hacer, hiciera lo que hiciera le pertenecía a él y solo él podía disponer de su vida. – Ya te lo dije una vez, solo somos marionetas cuyas cuerdas manejan a su antojo... y una vez que no les servimos... nos hacen a un lado...

¡Catherine! tú sabes que eso no es verdad – le dijo Van Helsing mirándola directamente a los ojos - si me ayudas, juntos podemos lograrlo

Lo siento Gabriel – le respondió acercándose a él y dándole un beso de despedida en los labios - ¡Adiós!

¡CATHERINE! – Le grito – ¡REGRESA! – pero ella ya no lo escuchaba, Van Helsing no podía borrar de su mente la imagen de la espalda de la chica. Por la forma de las cicatrices, se notaba que las heridas habían sido hace tiempo, tal vez cuando era una niña. Van Helsing recordó las palabras de Carl "la pequeña se veía claramente que había sido maltratada". Por eso se refugio en el Vaticano - pensó Van Helsing - sabia que allí no podrían tocarla ¿Pero que había pasado? ¿Por qué regreso con ellos? ¿Jinette lo sabría? Seguramente debía saberlo, por eso su advertencia – estas y mil preguntas mas rondaban por la cabeza de Van Helsing intentando comprender lo que había pasado con Catherine

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