Extraños en la Noche
Por: Loly Sayol
Capitulo VIII
¡Maldición! -exclamo Van Helsing al verse rodeados por los hombres del Dr. Morwen Haleth.
Así que al final has decidido traicionarme – le reclamo el Sacerdote oscuro a Catherine – Te dije muy claro que lo pagarías si lo hacías
Van Helsing se coloco entre Catherine y el Dr. Morwen – No permitiré que le hagas ningún daño – exclamo aferrando con fuerza la espada y amenazando con ella al sacerdote.
El Dr. Morwen Haleth miro a Van Helsing de arriba abajo, en su rostro se dibujo una mueca burlona y con su báculo señalo a sus esbirros – ¿De verdad crees que tú solo podrás contra todos ellos? – le pregunto
No soy tonto – le respondió Van Helsing – A lo sumo acabare con tres o cuatro antes que ellos me maten a mí.
Por favor Gabriel, no vale la pena que mueras por mi culpa – le suplico Catherine
No te preocupes Catherine, nadie morirá – le respondió Van Helsing – Morwen nos necesita con vida para su ceremonia – termino diciendo, mirando desafiante al Dr. Morwen Haleth. Este comenzó a reír y los pelos de la nuca de Van Helsing se erizaron - Algo no estaba bien – Pensó
Estas en lo cierto Van Helsing, te necesito con vida pero... - el Dr. Morwen clavo sus ojos llenos de odio en Catherine – .... a ella no.
Catherine se acerco más a Van Helsing, aferrándose a su brazo, él le paso una mano por la cintura y la atrajo hacia él, en señal de protección – No puedes hacerle nada... ella es la "Elegida".
Si, es verdad... solo que hay un pequeño detalle – El Dr. Morwen Haleth los miro y exclamo con voz triunfante – Ella solo es "Una" de las elegidas.
Van Helsing no sabia si creerlo o no - ¡Una de las elegidas! ¿Seria posible... - entonces a su mente vino la imagen de Catherine y otras cuatro chicas sobre la gran piedra circular.
¿Por quien me has tomado Van Helsing? – Le pregunto el sacerdote - ¿Tú crees que yo dejaría en manos de esta mujer la venida del amo? Es cierto que la escogí de entre todas las demás. ¿Y quien puede culparme por no hacerlo? Una niña criada en el ceno del mismísimo Vaticano... ¿Cómo podría escoger a otra para llevar la simiente del amo?. ¿Acaso no le ves el lado irónico? – termino diciendo
No te creo – dijo Van Helsing, aunque el mismo se dio cuenta de lo poco convincente que sonaban sus palabras.
Aquel que ose traicionar al amo, deberá ser castigado... ni la elegida puede escapar de su castigo... El Dr. Morwen Haleth aferro el báculo con las dos manos elevándolo por encima de su cabeza – "!OH¡ gran amo y señor de las tinieblas, escucha a tú humilde siervo. Señor de todas las criaturas de la noche, oye mi ruego. Dame el poder para castigar a esta vil criatura que ha osado traicionarte" mientras el sacerdote invocaba los poderes del demonio, sus ojos se tornaron rojos y brillaron con una extraña luz.
De repente Van Helsing sintió que Catherine comenzaba a temblar, intento sujetarla, pero ella le dio un empujón y cayo al suelo, el color de su piel se torno de un color enfermizo, casi amarillento, sus ojos se empequeñecían y se nublaban, todo su cuerpo se estremecía en espasmos. Catherine comenzó a gritar por el dolor. Era como si un fuego intenso la estuviera consumiendo por dentro. Van Helsing intento ayudarla, pero ella le gritaba que se alejara, ya que el contacto de los dedos de Van Helsing sobre su piel la quemaban, creando ampollas donde había sido tocada por él. Catherine comenzó a arrancase la túnica a jirones, debido a que esta, estaba prendida en llamas, aunque nadie más lo veía, era una ilusión que el Dr. Morwen había creado. Van Helsing vio como las cicatrices de la espalda de Catherine se abrían y comenzaba a manar sangre de ellas.
Van Helsing miro al Dr. Morwen con odio, espada en mano se lanzo sobre el, los hombres de Morwen se interpusieron en su camino y le hicieron frente. Impotente al ver a Catherine en el suelo gritando de dolor, Van Helsing soltó su espada y exclamo – Esta bien Morwen tú ganas, pero deja en paz a Catherine.
El Dr. Morwen sonrió satisfecho, bajo su báculo, al instante Catherine dejo de gritar, la sangre dejo de manar, las cicatrices se cerraron, las ampollas desaparecieron y la piel recobro su color natural y su cuerpo dejo de convulsionarse. Catherine rodeo sus rodillas con los brazos y se quedo tendida en el suelo, semi inconsciente. – Llévensela y prepárenla para la ceremonia – Ordeno el sacerdote
Van Helsing intento acercarse a Catherine para ver como se encontraba, pero los hombres de Morwen lo sujetaron -¿Qué hacemos con él? – pregunto uno que parecía el Jefe, señalando a Van Helsing con su espada.
Suéltenlo – ordeno Morwen - se quedara conmigo y dirigiéndose a Van Helsing le dijo – Si intentas escapar... ella morirá. ¿Tengo tú palabra?
Los puños de Van Helsing se apretaron hasta mostrar los nudillos de color blanco – Te doy mi palabra. Y también te juro que si llegas hacerle algo a ella, destrozare tú cuello con mis propias manos – termino amenazándolo Van Helsing.
El Dr. Morwen se rió y exclamo – Tus amenazas no me asustan, esta noche conocerás el poder del amo y serás tú el que pida clemencia. Deberías estar contento, gracias a ti, dará comienzo a una nueva era de oscuridad, que durara milenios.
N/A: Se que me quedo un poquito más cortito que los otros, pero es que tengo mucho trabajo y no he tenido tiempo, así que en lugar de que este fuera el último cap. Decidi dividirlo en dos.
-¿Que opinan del castigo de Catherine?, se que se ve muy fuerte, pero eso explica por que alguien como ella, le tiene miedo al Dr. Morwen.
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