N/A Bien como prometí aquí esta el cap. 9, solo tengo que darles una mala noticia……. Había dicho que este seria el último capitulo, pero por unos pequeños problemas con la gente de producción y por algunos mails donde me decían que como era posible que cometiera tamaña barbaridad y la principal razón no me gusta el número 9, he decidido….. que el capitulo final…… será el cap 10 (digo… a menos que me de algo así como una inspiración repentina y escriba 20 pag. De un solo golpe).

Quiero agradecerles a: Aya K, Aniram Mc Douglas, Fran y Martha, por tenerme tanta paciencia y seguir leyendo mis locuras, este capitulo esta dedicado a todas Uds.

Extraños en la Noche

Por: Loly Sayol

Capitulo IX

Van Helsing siguió al Dr. Morwen Haleth hasta una gruta que había sido transformada en una especie de oficina, tenía un telescopio apuntado hacia un gran agujero en el techo, desde donde se podían contemplar las estrellas y la Luna. Sobre un viejo mueble que servia de escritorio, habían manuscritos y varios mapas estelares, los cuales estaban ajados y descoloridos, En las paredes de la cueva estaban dibujados los mismos signos que Haleth tenía en su túnica y Catherine en la espalda.

Van helsing también se fijo en un gran mapa mundi, se acerco y observo que estaban señalizados siete lugares con una gran "X" en color rojo. Una de las marcas estaba sobre la región de España en donde se encontraban. El Dr. Morwen lo miro de reojo y sonrió - ¿Sientes curiodisidad?

A pesar del odio que sentía crecer en su interior en contra de Morwen, Van Helsing, reconoció que la única forma de cumplir con su misión y al mismo tiempo rescatar a Catherine, era calmarse y sacarle toda información que pudiera - ¿Qué tiene de especial esta región para ustedes? – le pregunto como quien no quiere la cosa

¿No lo sabes? – le pregunto sorprendido el Dr. Morwen, creí que la Orden del Vaticano lo sabia todo.

Van Helsing debía jugar con mucho cuidado sus cartas, se había dado cuenta que Morwen era muy orgulloso y le había molestado bastante que Van Helsing no supiera quien era él. Lo miro a los ojos y con una sonrisa que más bien parecía una burla le dijo – ¡Sí no sabíamos quien era usted Dr. Morwen, mucho menos podíamos adivinar que hacia usted aquí!

¡NO ES POSIBLE! – Grito molesto el Dr. Morwen Haleth, – Un momento – dijo Morwen tomando aliento e intentando calmarse – si no sabias quien era yo ¿Qué hacías merodeando por estas zona?

A Van Helsing le divirtió la reacción del Sacerdote, había dado en el clavo, y era hora de clavar la estocada final. Se encogió de hombros y suspiro – es solo trabajo rutinario – exclamo aburrido Van Helsing haciendo como que estudiaba el mapa.

El Dr. Morwen Haleth se quedo alucinado, sin poder creer lo que escuchaba - ¡Rutina! ¿Solo eso? ¿Me vas a decir que no sabes lo que estamos haciendo aquí? ¿Sobre los siete sellos? ¿La puerta de los Dioses? ¿La Luna Sangrienta?

¡Nop! – le respondió Van Helsing

Acaso me estas diciendo que ¿El Vaticano no te mando a detenerme?

Mi trabajo era solo averiguar por que estaban ustedes tan interesados en esta zona, más nada – le contesto Van Helsing

Todos estos años escondiéndome, temiendo que ustedes me encontraran y no pudiera llevar a cabo mis planes ¡Y AHORA ME DICES QUE NO SABIAN QUE YO EXISTIA! - Morwen de un manotazo tiro todos los papeles del escritorio al piso - ¡YO, EL Dr. MORWEN HALETH! SUMO SACERDOTE DEL ÚNICO AMO Y SEÑOR DE TODAS LAS CRIATURAS DE LA NOCHE. LA SOLA MENCIÓN DE MI NOMBRE DEBERIA HACER QUE EL CORAZÓN DE LOS INSIGNIFICANTES MORTALES TEMBLARA DE TERROR – Morwen se dejó caer cansado y abatido en un sillón y al fin dijo, después de unos cuantos suspiros – Y ahora me dices que todo ese trabajo fue en vano. Que Uds. no sabían de mi existencia, todo ese tiempo perdido – se lamentaba.

Van Helsing había logrado su propósito, ahora era el momento de averiguar que estaba pasando, arrimo una silla y se sentó frente del Dr. Morwen - ¿Por qué es tan importante este lugar para Usted? – le interrogo

El Dr. Morwen Haleth mordió el anzuelo que Van Helsing le lanzaba, El enojo por el orgullo herido se mezcló en su interior con el deseo de que todos supieran quien era él y el gran error que cometían al no temerle. Sus ojos brillaron con una extraña luz, se levanto del sillón, tomo su báculo, y comenzó a hablar como si en lugar de estar solo con Van Helsing, tuviera ante él a una gran multitud de seguidores – "Al principio solo había oscuridad, no había sobre la tierra ningún hombre, ningún animal, ni árboles, ni piedras.
No había nada. Esto no era más que una vasta extensión desolada y sin límites, donde en el silencio de las tinieblas vagaban libremente los demonios y criaturas de la noche, aunque diferentes a los demonios, eran iguales o peor de terroríficas. Donde el temor era el amo y señor del mundo, y regia sobre el corazón de todas las criaturas. Aquellos que juraban lealtad y servían a la oscuridad eran recompensados, los que no, sufrían grandes tormentos.

Después surgió la luz, brillante, enceguecedora. La oscuridad lucho con valentía y fiereza en contra de la luz, pero todo fue en vano, a pesar de sus grandes poderes, no pudo detener el avance de la luz. Aquellos que le habían jurado lealtad, al verla perdida, la traicionaron y se pusieron del lado de la luz. La oscuridad fue derrotada y desterrada al inframundo, para evitar que regresara, sellaron las siete entradas del inframundo bajo siete sellos, y fueron elegidos siete guerreros de entre todos aquellos que habían probado en el campo de batalla su valor y lealtad a la luz, los más fuertes, los más valientes y fueron conocidos como los "Campeones de la Luz". Ellos serian los encargados de custodiar que la luz siempre brillara sobre los siete sellos y estos nunca fueran abiertos.

Los siglos fueron pasando, surgió la humanidad y el conocimiento de la existencia de los siete sellos se perdió en las arenas del tiempo, su ubicación solo era conocida por algunos pocos, eran los descendientes de los elegidos que se unieron con la humanidad y su secreto fue pasando de maestro a discípulo, de Padre a hijo". – El Dr. Morwen Haleth hizo una pausa y por el rabillo del ojo vio divertido la reacción de Van Helsing.

Van Helsing se levanto y señalando el mapa que estaba en la pared, pregunto - ¿Esas marcas muestran las entradas de las siete puertas?

Así es – le respondió lleno de orgullo el Sacerdote

Pero si nadie sabia de su existencia ¿Cómo pudo usted…

¿Te das cuenta del alcance de mi poder? – le contesto Morwen – Nadie sabia de su existencia, excepto yo. Soy el elegido por el amo para recibir el conocimiento y el poder para liberarlo.

Si la historia que dices es cierta… ¿Por qué escogiste este lugar de entre todos?

En una visión, el amo me hablo de los siete sellos, pase muchos años viajando, visitando antiguos templos de piedra, cuevas, en fin, no quedo lugar en donde se hubiera efectuado algún rito o ceremonia en nombre de mi señor que yo no revisara y poco a poco fui reuniendo las piezas del rompecabezas que al fin me llevaría a descubrir el lugar donde estaba ubicada cada puerta y con los conocimientos que mi señor me dio, logre descifrar los signos que en ellas se encontraban escritos, y ahí fue cuando descubrí que justo es este lugar – el sacerdote oscuro extendió los brazos hacia arriba – esta noche, durante el solsticio de invierno, el día que las cerraduras que guardan las puertas de los Dioses se hacen más débiles… - el Dr. Morwen guardó silencio un momento y dándose cuenta que Van Helsing continuaba expectante siguió con el relato - seria la noche de la "Luna Sangrienta"

¡Luna Sangrienta!, ya antes la habías mencionado ¿Qué significa? – le pregunto confundido Van Helsing

¡No puedo creerlo! ¿Y te haces llamar campeón de la luz? y no sabes algo tan simple – le contesto asombrado el Dr. Morwen Haleth.

Ya te dije que no lo se – exclamo Van Helsing a punto de perder la paciencia

Permíteme ilustrarte – le dijo en un tono de burla Morwen - La Luna sangrienta es cuando ocurre un eclipse total de Luna, la tierra se coloca entre el sol y la luna, y esta es cubierta por un alo de color casi rojo

¿Y eso pasará esta noche? – pregunto Van Helsing

Así es, después de haber estudiado los símbolos grabados en estas paredes – él Dr. Morwen hizo un haden con la mano señalando las marcas en las paredes – y haberlos cotejado con las cartas estelares, sin lugar a dudas esta noche… para ser más exacto a media noche, ocurrirá un eclipse total de luna y yo el Dr. Morwen Haleth, Sumo Sacerdote del Amo de la Oscuridad, seré quien lo libere… - exclamo Morwen lanzando una siniestra carcajada.

Mientras dure el eclipse… la luz no brillara sobre el sello – exclamo Van Helsing al darse cuenta de lo que esto significaba.

¡Ah! Te has dado cuenta al fin… vez lo poderoso que soy…

Un momento… hay algo que no me has dicho – Van Helsing se levanto y miro desafiante a Morwen - Si eres tan poderoso… ¿Por qué me necesitas?

Los ojos de Morwen se entrecerraron, se convirtieron en dos rendijas rojas y frías. ... Que la luz deje de brillar sobre el sello, no es suficiente… para que este se abra, hace falta la sangre de un "Campeón de la Luz".

Y ese soy yo – dijo Van Helsing retrocediendo hasta el escritorio, mientras su mano buscaba desesperadamente algo al cual aferrarse… hasta que al final encontró un daga oculta entre los papeles.

Como ves mi querido amigo – exclamo el Dr. Morwen Haleth – tú eres la llave que abrirá la puerta que mantiene preso a mi amo y cuando el salga, tú amada Catherine será la elegida para recibir su simiente y engendrara al hijo del Señor de la Oscuridad y conmigo a su lado, como su fiel sirviente, juntos dominaremos al mundo…

Eso será si yo lo permito – grito Van Helsing abalanzándose hacia Morwen daga en mano… Morwen lo esquivo, levanto su báculo, y una luz roja salio de la piedra que estaba incrustada en el e ilumino a Van Helsing, este se quedo inmóvil, como petrificado. Unos guardias entraron en ese momento y lo sujetaron, obligándole a soltar la daga.

No te saldrás con la tuya – le grito Van Helsing tratando de liberarse de las garras que lo sujetaban, pero estos no eran hombres ordinarios, eran la guardia personal de Morwen y al igual que él, hacia tiempo que habían dejado de ser humanos y su fuerza era incalculable – Te olvidas de los descendientes de los elegidos, ellos evitaran que lleves a cabo tus planes…

Cuanto lo siento – exclamo con sorna el Dr. Morwen Haleth – pero no creo que debas esperar por su ayuda.

¿Qué quieres decir?

Lamentablemente, a través de los últimos veinte años… los descendientes y toda persona que tuvo o tenía alguna relación con ellos… han muerto en trágicos accidentes y ya no queda nadie de tan noble estirpe que custodie el sello… Llevenselo – les ordeno a los guardias – la ceremonia dará comienzo y no es bueno que empiece sin el invitado de honor - término diciendo Morwen estallando en una gran carcajada.

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