Capitulo IX : Misao
Querido diario:
¿Cómo estas?, Jeje, es obvio que debes estar bien. Yo estoy confundida, quizás demasiado. Antes de hoy las cosas eran medianamente claras, ahora no entiendo nada.
Es que hoy ha sido un día extraño, muchas situaciones inesperadas que me dejan sin palabras. Es como si el mundo se hubiera puesto de acuerdo para abrirme los ojos a esta complicada realidad, sin pensar en lo angustiada que me dejaría.
Sé que te vas a reír, pero estoy confundida con respecto a la situación con mi Aoshi-sama. Lo amo, bueno, por lo menos es eso lo que creo que siento. Es que cuando lo veo mi día se ilumina, es el sol que me arropa todos los días. Sólo que esta semana ha estado tan extraño, tan distante... tú lo sabes bien, no sé para qué lo repito. Lo que sucedió hoy salió de toda expectativa mía, es que... Aoshi-sama me besó.
Ay, me sonrojo de tan sólo recordar eso. Es que fue tan repentino, jamás pensé que él actuaría de esa manera. Sus labios... todavía los puedo sentir sobre los míos. ¡Que vergüenza!
Parezco una niña, es que a su lado así es como me siento. Como la pequeña que una vez fui, como la chica alegre y sonriente que todos quieren. La chica que abrió los ojos en el extranjero...
Tal vez no debería recordar aquellos momentos, pero mi mente siempre me juega malas pasadas. Me duele, aún sufro pero de manera distinta, ya no es tan doloroso como una vez fue.
Que ridículo, algunas lagrimas me están rodando por las mejillas. Si se me mojan algunas de tus páginas, no te enojes por favor, tú sabes bien por qué lloro.
Quisiera que jamás de los jamases me hubiera ido al extranjero, que nunca lo hubiera conocido. Sin embargo, a veces pienso que ese era mi destino, que sólo así podría soportar la perdida de mi Aoshi.
Recuerdo el día que él se fue, yo no podía mirarlo a la cara. Yo sólo era una niña, tenía 9 y él 15. No podía mirarme como yo lo veía, Aoshi-sama.
Por Kami, como lo amaba...
Y Aoshi lo sabía, se lo dije una vez y él me dio las gracias. Qué más podía hacer él, era un niñita, no podía corresponderme.
Lloré mucho cuando me abrazó y se despidió de mí, hubiera deseado que nunca se alejara, que nunca se despegara de ese abrazo que tanto calor me daba. Incluso hubiera preferido nunca haberle dicho "adiós", es que las despedidas son demasiado crueles y frías. Para una pequeña, decirle "adiós" al joven que más quería era el peor sentimiento del mundo.
Pero tuve que afrontarlo, abrir los ojos y mirar el camino delante de mí. Por mucho tiempo no quise ver ese camino, por mucho no deseaba ver más allá de Aoshi. Su recuerdo seguía en mí, comiéndome por dentro, sufriendo cada día al saber noticias de él.
Lloré todas las noches, abrazaba mi almohada soñando que fuera él entre mis brazos. Al dormirme soñaba con él, con su aroma, con su protector rostro, con esos fríos ojos... Ay esos ojos, como adoraba esos ojos. Podría vivir en ese oscuro mar, desearía perderme y naufragar en el frío océano de su mirada. Sin embargo el día debía llegar, tenía que despertar y encontrarme sola, abrazada nada más que a un simple recuerdo de alguien que jamás iba a tener.
Un buen día mi cumpleaños número 15 llegó, mi hermano ya no estaba y era la única que quedaba aquí en el campo. Todos debíamos emigrar al extranjero cuando cumpliéramos esa edad, para completar nuestra educación y estudiar alguna carrera que nos gustara y que nos sirviera para el trabajo en la tierra.
Kenshin estaba estudiando Ing. Comercial, por lo que eso ayudaría bastante en el rancho. Lo que me dejaba la opción de dedicarme a algo que me gustara de verdad y no estudiar algo por conveniencia.
Aunque la idea de partir me agradaba bastante, ya que no era el hecho de alejarme de mi familia, si no de alejarme de los dolorosos recuerdos los que alegraban mi partida. Mi camino se estaba poniendo interesante y me estaba dando la oportunidad de decir "adiós" a Aoshi Takani y decirle "hola" al nuevo destino preparado para mí.
Debía admitir que quise encontrarme con él, pero no iría al mismo país donde fue... Ni siquiera estaría en el mismo continente de mi hermano. Eso era bueno, ahora podría aprender a valerme por mí misma y ser yo.
Esa idea era buena. Por fin iba a conocerme y saber qué era vivir sola y ser simplemente Misao. No Misao Himura, la hija de los ganaderos más importantes. Tampoco Misao Himura, de una de las familias más importantes del país. Ahora iba a ser Misao Himura, la joven de 15 años, la chica alegre, la chica llena de vida y parlanchina que todos amaban en ni nuevo "hogar".
Los primeros días fueron difíciles, me costaba adaptarme a esa vida solitaria pero debía ser fuerte y mirar hacia delante. Cuando me sentía triste y melancólica, siempre pensaba en él, creía que nunca encontraría alguien a quien amar. Fue en ese entonces cuando conocí al segundo hombre de mi vida, gran error.
Era un día nublado, amenazaba con llover.
Él venía caminando por la calle y yo, como siempre tan torpe, no lo vi y chocamos. Justo en ese momento, se larga a llover. No hubo tiempo de regañar y pedir disculpas, ambos nos miramos y corrimos al primer café que hubiera cerca.
A pesar de no conocernos, él me invitó algo caliente para pasar el frío. Yo estaba tiritando, así que acepté de inmediato.
Cuando nos sentamos y pedimos unas tazas de café, me dedico a observarlo mejor. Era atractivo, esa sonrisa tan dulce en su rostro me encantaba, sus ojos azules tan tiernos a simple vista pero parecían ocultar mucho, decían todo pero a la vez nada. No como los de mi Aoshi.
Es extraño como una cree que la vida va a ser vacía y solitaria para siempre, sin embargo todo te puede cambiar a la vuelta de la esquina, en mi caso, al chocar con alguien.
Este joven de cabellos castaños iba en mi mismo colegio y sólo era dos años mayor que yo. Por lo menos la diferencia no era tan grande y el joven parecía ser confiable.
Pero una mujer precavida recorre muchas montañas, así que no dejé de lado la idea de olvidarme de Aoshi por él, pero sí me gustaba y me hacía olvidarlo... sólo a ratos.
Con el paso del tiempo con convertimos en grandes amigos, siempre estaba allí, cuidándome, protegiéndome, velando por mi felicidad. Yo ya le había contado lo que me ocurría con Aoshi y me comprendía lo suficiente como para apoyarme en todo. En ese momento jamás me imaginé que lograría llegar a mi corazón con esa dulzura que parecía expedir.
Cada día me gustaba más estar en su compañía, los paseos junto a él eran maravillosos, en esos momentos era feliz. No, yo más que feliz, estaba asombrosamente tranquila y no sentía ni presiones ni penas de estar sin Aoshi. Al contrario, sentía que este joven me hacía olvidarlo poco a poco. Por primera vez sentía amor por alguien más, además de Aoshi.
Incluso en ese tiempo, Aoshi no tenía lugar en mi corazón. Había logrado superar mi pena gracias a él y, ahora, Aoshi era sólo un lindo recuerdo de mi infancia en el rancho.
Fue en mi cumpleaños número 17 cuando sucedió la magia. Es extraño como la mayoría de mis momentos importantes hayan ocurrido para mi cumpleaños, pero bueno si el destino eligió esa fecha, debe ser por algo.
Bueno, sigo en lo que decía.
Fue en mi cumpleaños cuando mis amigos me hicieron una fiesta sorpresa. Fue linda, llena de regalos y "felicidades" por todos lados. Me hicieron una torta muy extraña, hecha por ellos mismo y eso que no saben cocinar bien. Me alegré porque demostraba lo mucho que me querían allí, aunque ese pastel me hizo recordar mis días en el rancho y una tristeza me inundó.
Es que la nostalgia actúa de maneras extrañas, ese pastel me recordaba mucho a las tortas de barro que Kaoru "cocinaba". Eran asquerosas y debíamos comerlas para hacerla sentir bien, lo bueno era que Megumi siempre nos deba pastillas para el estómago. Desde pequeña fue la doctora del grupo.
Debo haber estado con una cara espantosa, porque él se me acercó y me dijo que lo disculpara por su regalo pero no me lo podía entregar en ese lugar.
Obviamente la curiosidad me estaba ganando y no podía aguantar hasta que me lo diera, yo quería saberlo en ese mismo instante.
Él sólo sonrío como siempre y me sacó del lugar. Caminamos hasta su auto y me llevó a la entrada sur de la ciudad, un lugar en altura que servía de mirador. Era hermoso, las luces de la ciudad y las blancas estrellas brillando en la oscuridad de la noche daban un aspecto muy romántico.
Recuerdo que me miró a los ojos y sacó un pequeño paquete del bolsillo interno de su chaqueta. Era una cajita negra, aterciopelada y tan suave como la piel. Yo la abrí con cierto temor pero todo se desvaneció al ver la hermosa cadena de oro, con las iniciales de mi nombre grabadas en ella.
Era un regalo precioso, sin igual. Jamás había recibido algo así antes, pero lo que vino después me sorprendió más. Me había tomado de las manos y besaba la palma de ellas con suma delicadeza. Yo estaba totalmente roja y él sólo me sonreía de la manera más dulce, sincera y bella que nunca nadie me haya sonreído antes.
Me tomó el rostro con cuidado y se acercó lentamente, como si estuviera nervioso de hacer lo que iba a hacer. Pronto pude sentir su corazón latir rápidamente, al igual que como estaba el mío. Luego sus labios se acercaban de tal forma que sólo se rozaban un poco entre ellos, incitando a más. Yo quería besarlo al tiro, no aguantaba las ganas, deseaba probar su boca ya y saber que se sentiría besar los labios de la persona querida.
Fue allí cuando me di cuanta de mis sentimientos, me había enamorado perdidamente de él. Lo mejor es que pude comprobar que él sentía lo mismo que yo, por la manera cómo me besaba, tan dulce, tan sutil, tan delicadamente como si me acariciara el pétalo de una rosa.
Jamás, después de ese beso, cambió su actitud. Siempre cortés, siempre educado, pidiendo permiso para besarme, para poder probar más de mis labios, para sentir su lengua jugar con la mía.
Ay, de nuevo el rubor. Creo que jamás voy a dejar de sentir vergüenza de escribir estas cosas, todavía me pongo nerviosa cuando pienso en él.
Es que parecía vivir en un sueño perfecto, una utopía jamás idealizada por nadie. Lo amaba y él me amaba, al fin sentía qué era estar con la persona querida y que te correspondiera de igual forma. Definitivamente, me sentía en las nubes y nada ni nadie me bajaría de allí. Eso fue lo que creí.
Un día una carta llegó a mi departamento, nada fuera de lo común salvo que era de mi hermano. Estaba él cuando me puse a leerla y, gracias a esa cartita, tuvimos nuestra primera gran pelea.
Kenshin me contaba un montón de cosas, que todavía estaba estudiando y pensaba viajar en las vacaciones para ver a su padre. Eso era normal, Kenshin siempre viajaba al rancho pero yo no. Desde que me fui no había querido volver, deseaba terminar los estudios y regresar sólo para demostrar que estaba bien, acompañada y enamorada de alguien que si me quería.
Fue casi al final de la carta cuando me da un vuelco mi corazón, otra vez su nombre, otra vez haciendo resurgir sentimientos ya olvidados.
Kenshin me decía que la graduación de Aoshi era pronta y si quería ir a verlo, ya que mi hermano estudiaba en la misma universidad.
Yo me puse nerviosa, sentía mi corazón latía a mil. El sólo hecho de saber sobre él, no, de leer su nombre me hizo palidecer. Tantos recuerdos, tantas cosas vinieron a mi mente en ese instante que podía sentir esos fríos ojos mirarme a través de las letras de su nombre. Era extraño, era como si su esencia estuviera en esa carta.
Obviamente él se percató de mi nerviosismo y me acercó a mí y, no con mucho agrado, leyó las líneas donde se referían a Aoshi.
Recuerdo que no dijo nada, sólo me sonrío de esa manera tan hipócrita para luego retirarse del departamento. Jamás lo había visto tan frío, tan vacío, era como alguien totalmente distinto del hombre que yo conocí.
Creí que no soportaría estar sin él, que este asunto Aoshi me estaba quitando la felicidad que me negaron tener. No podía dejar que esa persona, la cual una vez quise, una vez amé, una vez estuvo en mi corazón tanto como para dejarlo ir. Me negara la oportunidad de estar con alguien que sí me quería, que sí me veía como realmente era. No, no podía permitir sufrir nuevamente y por culpa de Aoshi, no señor, yo ya había rehecho mi vida sin él y lucharía por mantenerla estable. Sea como sea.
Corrí en su búsqueda, fui a todos los lugares donde podría estar y no lo hallaba. Fui a su departamento, a la universidad, a la casa de sus amigos, donde sus padres, familiares, toda la ciudad no encontraba pista de él. Agotada y cansada fui al mirador, no sé, creí que desde allí aclararía bien mi mente y se me ocurriría donde podría estar. Dada las casualidades de la vida, él se encontraba allí, sentado en el capo de su auto y mirando el atardecer. Siempre con esa sonrisa, aunque por unos minutos, se borró dando paso a un semblante más triste, sus sentimientos se estaban reflejando en su rostro, todo su sufrimiento, su pena estaba allí, a flor de piel. Por mi culpa.
-Así que estabas aquí-
Él sólo me miró fijamente, tratando de ocultar su dolor pero este ya estaba afuera, gritando lo mucho que deseaba salir corriendo de allí.
Me acerqué lentamente, temía que fuera a escapar de mí. Él apreció no creer que era yo, me miraba incrédulo tratando de ver a través de mí. Sólo le sonreí y tomé su mano entre las mías, besándolas con suavidad.
-Lo siento-
-No tienes nada que sentir- noté como sus ojos se llenaban de lagrimas, al igual que los míos –es obvio que no iba a durar mucho, ¿no?-
-No digas eso- trataba de estar calmada, pero mi voz comenzaba a entrecortarse
-Jamás vas a dejar de amar a Aoshi, nunca voy a ocupar el lugar que él tiene en tu corazón- liberó sus manos y se levantó del auto, alejándose un poco de mí –si quieres ir con él, puedes hacerlo, eres libre de amar a quien realmente tú quieras-
-Pero yo elijo amarte a ti, ¿no entiendes que no puedo volver a él?. Simplemente es imposible llevar esa vida, me están dado la oportunidad que ser feliz y no la pienso desaprovechar- me acerco a él y lo abrazo por detrás -¡Te amo!-
Nunca pensé que diría esas palabras a alguien distinto de Aoshi-sama, pero así es la vida. Da tantas vueltas que una no tiene idea donde va a para su corazón cuando lo liberas.
Ese día fui feliz, sentí como si el mundo me perteneciera. Estaba en las nubes de un cielo más allá de las estrellas, era un constelación de sentimientos tan maravillosa como la vida misma.
Fue hermoso como se dio vuelta y me abrazó tan fuerte que sentí ser una con su ser, era como si jamás fuéramos a ser dos entes distintos. Me tomó el rostro y me besó, tan dulce, tan hermoso, tan sublime cómo el más bello sueño que jamás haya soñado alguna vez.
Kami, como quería a ese hombre.
Después de ese día no hubieron más peleas, no más cartas ni situaciones que amenazaran nuestra felicidad. Nuestra vida era perfecta, nuestra relación era envidiable, no le faltaba absolutamente nada. Bueno, había algo que no tenía y que veníamos evitando desde hace mucho. No sé, miedo, temor a algo más serio, no sé.
Un año después, entré a estudiar periodismo. Era la carrera perfecta para mí, tenía el carisma, la alegría y la astucia para convertirme en una excelente periodista, por lo que decían mis maestros.
Yo estaba alegre, estaba cumpliendo mis sueños. Estudiaba algo que me gustaba, mis padres me habían dado la oportunidad de quedarme a vivir allá para que me desarrollara como profesional y estaba junto al hombre perfecto. ¿Qué más podía pedir?.
Los años pasaron rápido, conocer a ese chico maravilloso hasta ese punto, eran casi 4 años. Pronto iba a cumplir los 20 años y estaba en la cúspide de mi vida, tenía excelentes calificaciones, muchos amigos y era la mujer más feliz. Sólo faltaba llevar nuestra relación al otro paso, sí pues, el paso de la "intimidad".
He ahí el problema, si dábamos ese paso sería divisorio en nuestra relación. Significaría un "compromiso", nos convertiríamos en algo más que simple novios del colegio. Esto estaría pasando a las grandes ligas.
Nos costó tomar esa decisión, él no estaba seguro. Temía que al dar ese paso, nuestra relación perdiera esa genialidad que nos unía, que se volviera sosa y llegáramos a aburrirnos el uno del otro. Le aseguré que era algo que nos uniría más, pero si no quería arriesgarse mejor nos quedáramos ahí.
Claro que llevar lo nuestro al siguiente paso me asustaba un montón, pero quería arriesgarme, quería saber que se sentía ser uno con tu persona amada y madurar la, en ese momento, infantil relación.
A pesar de tanto alegato, de tanto temor de su parte, aceptó. Sé que suena desesperado de mi parte, parezco una maníaca del sexo pero quería darle a él mi tesoro más preciado y sentirme de su propiedad por una vez en la vida.
Fue en una noche hermosa, la luna estaba llena e iluminada toda mi habitación con su toque plateado. Lentamente fuimos a mi cuarto, mientras nos besábamos.
Tengo que admitir que estaba nerviosa, muy nerviosa. Era mi primera vez y temía hacer algo mal, ya que él había con una mujer antes que yo. Eso hacía todo más difícil, creí que no sería lo suficientemente hermosa como para agradarle y mi inexperiencia no aportaría mucho al momento.
Él fue muy lindo conmigo, me depositó suavemente en la cama y retiró mis prendas una a una, dejándolas a una lado. Cada vez que me quitaba una, conducía mis manos a una de las suyas. Yo cerré los ojos cuando tuve que desabrochar su pantalón, ¡que vergüenza!. Él sólo sonrió y besó mi frente para tranquilizarme.
-Si quieres no sigo-
Se detuvo al observar que sólo quedaba mi ropa interior por sacar, era obvio que me moriría de vergüenza al verme desnuda frente a él pero lo alenté a seguir. Si empezamos, ya no se puede parar.
Pero, antes de quitarme la ropa, se retiró lo que le quedaba a él primero. Dijo que si iba a quedar desnuda ella, primero debía darme la opción de ser la última en descubrir sus secretos a él.
Yo sentí que la sangre se me venía a la cara, estaba como tomate. Es que ver a tu novio en "esas" condiciones no la dejaban pensar mucho a una, es que por más que tratara de mirar hacia otro lado, mis ojos se iban para allá abajo y yo no deseba andarme fijando en sus partes, eso es algo privado.
Él rió, nada más hizo eso al ver la cara de degenerada que debo haber tenido. ¡Que horror!
Cuando vio que me había acostumbrado a verlo así, se dispuso a retirar mi ropa interior dejándome completamente desnuda a su vista. Yo traté de taparme con mis manos, pero él me las separó suavemente. Luego se alejó un poco de mí y me observó de pies a cabeza, analizando cada detalle de mi cuerpo.
-Eres hermosa- dijo a mi oído haciéndome enrojecer –no deberías esconderte-
Abrí mis ojos completamente antes ese comentario. Nunca me habían dicho l linda que era, bueno, sin contar lo viejos de las construcciones con su piropos cochinos.
Recuerdo que me levanté a abrazarlo y besarlo como jamás pensé hacerlo. Ahora más que nunca quería estar con él, quería ser suya, ser su mujer.
Para que me voy a poner a describir lo que ocurrió si ya sabes bien l que pasó, lo he escrito un millón de veces antes y lo escribiría si no me apenara tanto el recordarlo.
No era que esa noche haya sido una mala noche, al contrario, fue la mejor de toda mi vida, donde me entregué en cuerpo y alma al hombre de mi vida. Eso era lo que creía entonces.
Lo malo vino al otro día, al despertar por la mañana. Fue extraño, pero ese día desperté más temprano de lo habitual, algo en mi interior me decía que estaba mal. Al girarme noto que él no estaba, no estaba su ropa y, por más que lo busqué en todo el departamento, él no aparecía. Se había ido.
Por un momento creí que estaría comprando algo, quizás para el desayuno. había visto en la TV que los chicos se levantaban temprano para cocinarles a sus novias, pero ese no era mi caso, él se había marchado.
Lo llamé a su casa, donde sus padres, donde sus amigos. Nada. Lo busqué en el parque, en la universidad, en el mirador y nada, no aparecía. Traté de llamarlo al celular, pero siempre me contestaba el buzón de voz. Le dejé miles de mensajes, pero no daba señales de vida... hasta ese día.
Estaba recostada en el sofá cuando alguien tira una carta debajo de mi puerta, corro a ver de quién era pero al no ver remitente salgo para ver quién la vino a dejar. Nadie, el pasillo estaba vacío.
Cerré la puerta y revisé el sobre. Blanco, sin nada más escrito que no fuera mi nombre. Lo abro y encuentro una carta, era su letra. Temo leerla, pero tenía que hacerlo.
Aún tengo la carta guardada, nunca la leo pero si recuerdo lo más importante. Creo que ya es hora de transcribir eso aquí.
"Querida Misao:
Perdóname, no puedo decir otra cosa.
Sé que me comporté como un tonto, pero debo hacerlo.
Discúlpame por lo que haré, discúlpame por romperte el corazón como una vez lo hizo ese estúpido, pero debo hacerlo.
Sé que jamás que perdonaras, por eso no pido tu perdón. Sólo pido disculpas por cometer el error más grande de mi vida.
Sólo pido una cosa, ahora que sé que tus lagrimas deben estar cayendo al comprender el sentido de mi carta, por favor no me recuerdes como el cobarde que estoy siendo ahora, piensa en mí como la persona que una vez te amó y amaste tanto que te hizo feliz.
Soy un cobarde, pero no puedo estar contigo. No diré por qué, sólo entiende que me iré de tu vida para siempre...
Siempre tuyo..."
Eso es lo que considero más importante, para que escribir más de algo que me rompió el corazón.
Recuerdo que lloré no lo había hecho en años, como cuando Aoshi-sama se fue y me dejó sola.
Es que algo debía tener yo para alejar a los hombre de esa manera, algo había en mí que los repelía.
Después de la carta, dejé la universidad. Para qué estudiar si no tengo nada por qué hacerlo, es que la sola idea de estar en esa ciudad, no, en ese país me hacía recordarlo. Y no podía vivir llorando por el hombre que me rompió el corazón.
Así fue como dejé botado todo y volví a los brazos de mi familia, por lo menos aquí estaría segura. Nunca les contaría lo que ocurrió, para ellos, nuestra relación terminó por un viaje que tubo que realizar. No quise dar explicaciones de algo que no debían por qué saber, era mi vida, mi amor, mi corazón y mi secreto.
El miedo ahora el volverme a enamorar de Aoshi, no deseo sufrir una desilusión más, mi corazón no la soportaría. Aunque creo que ya es un poco tarde, todos estos sentimientos que pensé olvidados, están de vuelta en mi ser más vivos que nunca. Mi corazón se está auto remodelando para recibir un amor nuevamente y, como cosas del destino, del hombre que amé por primera vez.
Espero que las cosas sean distintas, por lo menos a mi Aoshi-sama lo veo distinto. Al parecer se está fijando en mí y eso ya es un logro.
Pero ahora no me quedaré de brazos cruzados, voy a luchar por su amor cueste lo que cueste. Como dije antes, no voy a desaprovechar la oportunidad de ser feliz por miedo a salir herida. Qué hay de entretenido en la vida si no ponemos algo de riesgo, aventura. ¿El amor no es una aventura entonces?.
Mejor me voy a dormir, tengo sueño y espero aclarar algunas cosas en mi cabecita.
Gracias por estar a mi lado, diario querido, se has salvado de caer en depresión muchas veces. Te agradezco de corazón.
Un besote.
Hasta el otro día.
Misao Himura
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Disclaimer: Los personajes de RK no me pertenecen y bla bla. Watsuki sama no se enoje pero ahora tngo tutito y quiero terminar rápido para ir a dormir, no ve que tngo a mi sano acostadito ya.
Notas de la autora: Gomen Gomen Gomen Gomen Gomen!!!!!! I'm so sorry T.T. En serio, discúlpenme, es que he estado atochada de trabajos en la Universidad. Tenía la ida del capi lista en mi cabecita pero no contaba con el tiempo para escribirla, lo siento mucho. Pero ahora provecho de avisar que si me demoro en por trabajos en la U, okis?
Ahora, gracias a todos por sus lindos reviews!!!!, amo leerlos y espero que dejen uno ahora. Sé que el capi salió un poco corto, pero debía explicar lo ocurrido con Misao en el extranjero, porque, si se dan cuenta, ella es la única que no tenía una profesión como todos. Jijiji... además va a dar paso para algo más grande... jajjajajaja XD (risa diabólica)
Ahora a los reviews
Gaby(hyatt): Que bueno que te hayan encantado esos capis, estaba asustada de que no gustaran mucho nn, gracias. Y por lo de mandar a freír espárragos a los papas, estoy de acuerdo contigo pero espera el prox capi, pq la sorpresa será gigante.
Misao-chan:amiga!!!! No se preocupe, si para eso son las amigas, sólo me tiene que avisar cuando publique otro fic para ir a visitarlo. Que bueno que le guste mi fic y espero que este capi haya sido de su agrado, estoy cruzando los dedos.
Kazenoangel: Gracias por leer mi fic!!!! (y que sea uno de los primeros más me hace sonrojar .). Que lindo que te guste la historia y espero no haberte decepcionado con este capi, espero tu review. Ah!!! Y lo de sano en la ducha ¬... a mí me encantó igual, es una de mis favs y lo del lemon AM, es cierto, que pena que fue sólo un sueño... pero que sueño, no? :D
Aislinn: T gustó lo de sano ayudando gente??, que es lindo él no?. Jejej..., gracias por leer mi fic amiga, sabes que tu opinión me importa. Y gracias por encontrarme divertida, es que debía ponerme en el fic no? (con tal de ver a sano, yo hago cualquier cosa :P). Espero que este capi te guste y el otro, tranquila ya estoy craneando algo para SM.. jijiji
Marionn: te encuentro toda la razón!!, hasta yo tenía envidia de que ella pudiera ver a sanito lindo en esas fachas... ¬. Que lindo que te guste el fic y espero que este capi tb sea de tu agrado, discúlpame por demorarme tanto pero el tiempo no esta bajo mi poder (aunq quiera snif snif). Esperare ansiosa tu review nn
Cleoru Misumi: Friend!!!!!!, tanto time sin verla por estos lares. Jejjeje que bueno que le hayan gustado esos capis, ya estaba yo toda nerviosa de que no le agradaran (y debo confesar que estaba pensado en sanosito lindo... jajjaaja XD). Espero que este capi te guste (estoy rezando por eso) y ojala puedas adivinar a quien se refería Misao, quien era el chico del cual se enamoró en el extranjero. Un beso gigante, te quelo mucho (pd: más desquiciada que yo?, lo dudo :P)
Blue ningyo: Voy a darle al idea a Tamachy para la conspiración "quemar trasero de Kaoru"... jajaaj. Voy a aprovechar de darle las gracias de darme un papel en su fic, me encantó nn (hablé con sano, hablé con sano ).Eso de contratar un asecin profesional no es mala idea, podríamos matar a todas las chicas y así nos quedamos con los guapos de Ken, Sano y Aoshi.. mmmmm.. pensaré en comprar cámaras de "seguridad" para el baño de Sano, puede que le pase algo no?...jjajj. Gracias por leer el fic, me encanta el tuyo esperaré tu review y tu next capi con hartas ganas nn.
Y bueno, al fin terminé... ehhh!!!!!
Viva yo viva yo viva yo!!!!!
Son las 2:13 am y si no subo el capi pronto me van a venir a retar, uffff... estoy en misión secreta así que si me pillan, estaré sin pc por varios días. Espero sobrevivir nn
Hasta el otro capi y no se preocupen si no me ven luego, ya saben que el tiempo el oro y cuesta caro tener un poquito... snif snif T.T
Gracias por leer el fic
Matta ne
Yukiko Himura
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