Clasificación: Creo que debería ponerle R... ju ju...

Parejas: Bien, esto ya lo saben, no? Si no lo saben, pues, ¿Qué hacen aquí O_o?

Aclaración: DNAngel y todos sus personajes pertenecen a Yukiru Sugisaki, NO a mí. Aquí hay una prueba de esto: en el manga no hay sexo @__@ ...

Notas de la Autora: Pues, ya volví ^^!! Les dije que no me tardaría demasiado... Bueno, esta es una más de las taaaaaantas partes que tendrá este capi. No sé qué me ha agarrado de alargar de esta manera descomunal el tema. Si de tanto agregarle cosas llega a aburrir, díganme. Ah, y, recuerden que yo sólo leí hasta el cuarto tomo y no tengo idea de cómo es Krad, por lo que lo que digo al respecto de él es, mayormente, inventado. Bah, en realidad todos los personajes están un poco modificados...

Aclaración: La letra cursiva en un párrafo quiere decir que es un recuerdo, no obstante la letra cursiva encerrada en esto ... indica que es un pensamiento o algo que está siendo leído en el momento. El capítulo está dividido en partes, en general diferenciadas por el punto de vista del que se habla, pero no necesariamente.

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Instantes que vuelven

Parte 2

[NdA: Esta parte empieza en cursiva, no sé porqué Fanfiction.net no me lo reconoce. O por ahí sí, no sé... No entiendo cómo funciona este maldito programa!!]

-No sé qué hago acá. Hiwatari, yo... Estoy muy enojado. No voy a perdonarte sin importar lo que hagas.

Estaba mirándose los pies mientras los balanceaba  suavemente, con vergüenza y, acaso, con miedo. Sintió una mano apoyarse sobre la suya.

-Yo tampoco sé qué hacés acá. Pero estás y vos lo decidiste así.

El repentino sonido de su voz fría le obligó a levantar la mirada y encontrarse con aquellos ojos azules, unos ojos que, contra toda probabilidad, parecían hambrientos.

-¡Hi... Hiwatari! –Exclamó, echándose un poco hacia atrás y, no obstante, no pudiendo escapar del beso.

Se mantuvo rígido. Otra mano estaba ahora apoyada en su pecho y comenzaba a desabrocharle la desarreglada camisa. Trató de levantar los brazos y empujarle, pero lo único que consiguió fue caer de espaldas, con el muchacho sobre él. Abrió mucho los ojos cuando Satoshi se separó lo suficiente como para hablar.

-¿Qué querés de mí, Niwa? ¿Qué puedo hacer yo para que te sientas bien? Vos decidiste quedarte... ¿Ahora pretendés que te obligue a hacer algo que querés?

-¡No! ¡Yo no dije que quisiera esto!

-¿Y entonces?

-Es que... No sé. –Murmuró, acorralado bajo el otro cuerpo y con los hombros apretados entre sus codos. –No sé...

Daisuke despertó sudando.

-Dai... ¡Vamos, vení al menos a almorzar!

Parpadeó unas cuantas veces ante la imagen de su madre. Cielos, estaba soñando... No, estaba recordando. Tragó saliva con fuerza.

Hiwatari...

-¡Eh, Dai! ¿En qué estás pensando? Vení, dale, extrañamos tu compañía en la mesa. Ayer no estuviste en la cena. ¿Comiste bien en casa de tu amigo?

De pronto, Daisuke comprendió en el lío en que se había metido. No le había dicho a su madre a dónde había ido exactamente porque tampoco le había dicho qué iba a hacer, y todo esto era porque no le había dicho qu había pasado con Dark la mañana anterior, cuando se desmayó y Hiwatari lo dejó en su casa. Esta vez se atragantó. Observó dubitativo la expresión tierna de su madre.

No... no puedo decírselo aún.

 Agradeció para sus adentros que Emiko ya hubiera dejado de mandar los mensajes por Dark, permitiéndole hacer eso a él mismo, cosa que ya no podría hacer más. No. Nunca. Jamás. Se le escapó una lágrima, pero la enjugó justo antes de que su madre se acercara peligrosamente a él.

-Dai... Tenés sangre en el labio, ¿Te lastimaste?

-No, es que... -¿Cómo podía explicarle que no estaba lastimado sino que había besado a alguien que sí lo estaba? –Bueno, quizás me mordí mientras dormía... no lo sé, no estaba así ayer.

-Como digas, pero estás realmente desarreglado... Parece que hubieras participado de una guerra anoche. ¿Peleaste con Saehara otra vez?

-Eh... ¡Sí! Eso debió ser, no había notado lo fuerte que es, ja ja... Eso debió ser, Saehara.

-Uhm. Bien, entonces, vamos a comer.

-Sí.

Se levantó perezosamente y bajó al comedor. Sí, en qué lío se había metido. Ojalá Dark estuviera allí para ayudarlo a comprender. Dark...

*         *         *          *          *          *          *          *          *          *          *          *

            Satoshi observó su almuerzo: dos porciones de pizza recalentada. Krad solía quejarse de sus comidas, decía que tarde o temprano acabaría desfalleciendo si seguía alimentándose de aquella manera tan escueta, que nunca podría asesinar al pelirrojo si no tenía fuerzas. Después de todo, se preocupaba por él, aunque soliera ser de una manera un tanto enfermiza. Sí, se preocupaba. Y ahora, si estuviera, seguramente habría dicho que...

            No.

            ¿¡Qué demonios le importaba a él lo que hubiera dicho Krad en ese momento!?

            ...

            ¿Y qué hubiera dicho sobre lo que había pasado con Daisuke? ¿Qué hubiera dicho si hubiera sabido que...?

            -No sé...

            Satoshi se incorporó y, al fin, quedó sentado sobre la cintura del muchacho. Por unos instantes, se mantuvo quieto y en silencio, observando su rostro sonrojado con cansancio. Luego estiró una mano y le acarició la mejilla.

            -Niwa. Si no sabés... Entonces te propongo algo. Continuamos con lo que estábamos haciendo... y cuando estés seguro de que querés irte, lo hacés. ¿Estás de acuerdo?

            Daisuke lo miró a los ojos, avergonzado de sus propias dudas. Finalmente, asintió. Cuando el otro se inclinó hacia delante nuevamente, él alzó los brazos y rodeó con ellos su espalda. Ladeó la cabeza haciéndole un lugar en su cuello, el cual fue besado, lamido y mordido con extrema suavidad.

            Satoshi persistió en su labor de quitarle la camisa y cuando lo hubo hecho, detuvo todo lo demás. Se levantó apenas lo suficiente para contemplar el pecho desnudo del joven: su perfecta delicadeza, su ternura, su inocencia, su belleza. Daisuke también parecía fascinado con la escena, como si nunca se hubiera visto realmente, y poco a poco fue entrando en una especie de trance, perdiéndose en los deleitados ojos de Satoshi.

            Krad hubiera dicho...

Krad hubiera dicho que era un perfecto momento para matarlo.

            No. Definitivamente, no extrañaba su presencia. Tomó una porción y comenzó a comerla, mientras miraba un programa interesante –en realidad no sabía de qué trataba exactamente, pero no importaba- en la televisión.

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Notas de la autora: ¿Y? ¿Qué les pareció? ¡Comenten, please! Bueno, por supuesto, muchísimas gracias a kat basted, a yukiru, a Vicky Kaede y a nat_chan07 por ser las primeras en dejar reviews y darme tanto ánimo. Nunca me hubiera imaginado que recibir un review pudiera ser tan placentero ^__^. Espero que este capi les haya gustado y que sigan leyendo. Pronto subiré la tercera parte.

[Lila Negra]