Yakusoku

Cáp I Marcado en el tiempo...

Lluvia, pesada y fría lluvia era lo único que se podía escuchar, el frágil cuerpo de una joven yacía de pie frente a un pequeño monumento, este tiene encima una minúscula casa de madera la cual esconde bajo su cobijo un racimo de lilas y frente a el, un dije que representa todo lo que pudo ser sin cumplirse.

- ¿Por qué ?..... - las palabras sonaban huecas en tanto silencio, las lagrimas de aquella bella joven se mezclaban amargamente con las frías del cielo - ¿qué acaso he hecho algo malo? – no solo se veía hundida en el remordimiento de sentirse culpable, sino que con cada recuerdo una parte de su corazón se desmoronaba. Quería regresar el tiempo, deseaba volver a ser esa niña inocente que sonreía y tenia el alma llena de esperanzas.

Un joven llevaba mucho tiempo mirándola a lo lejos, recordaba perfectamente lo ocurrido con anterioridad y eso lo ponía furioso, apretaba sus puños. Su pequeña amiga no merecía aquella situación tan cruel. Lo que mas le hacia sentir furia era que tendría que pasarlo sola, ella que siempre estuvo para todos ahora se encontraba sin nadie cuando mas necesitaba de aquellos. Pero ninguno regresaría. Miro nuevamente en la misma dirección, su rostro derramaba lágrimas, lagrimas que quizás no lograrían aliviar su dolor. Lentamente levanto su paraguas acercándose con pasos decididos.

- Sakura.... – murmuró el joven – será mejor que marchemos a casa...

- ¿Yukito?... – la joven no aguanto mas y abrazando a su mejor amigo, por el momento, lloro aún mas de lo que lo había hecho hasta ese instante - ¿por qué?...¿por qué? Yukito- se cuestionó una vez más, sumando a esa larga lista de súplicas otro lamento. Estaba cansada de llorar, de repetirse una y otra ves que había fallado; sin embargo las lágrimas parecían no acabársele y el sentimiento de verse sola no hacia más que recordarle que su destino era sufrir. Y lo sabia, porque desde que las cartas habían llegado a sus manos, su sufrimiento y el de los demás se había encarnado en cada carta atrapada; si no fuera por las ellas no lo habría conocido, ni a él ni al inglés, no hubiera tenido que sufrir sola todo ese tiempo, sin embargo no culpaba a las cartas, sino a ella misma por dejarse convencer de ser algo que ella no tenia el valor de ser. El simple hecho de sentirse cansada como para continuar, hacía que su vida ya no importara más y que cada día significara para ella lo que es, un simple día.

La lluvia parecía ser poco aquel día en Tomoeda, las cosas pasaban sin que nadie a excepción de aquellas dos personas lo sintieran. La maestra de cartas sufría y con ella la maravillosa creación de Clow, sin embargo serian tal vez los únicos que lo sabrían, pues ella se encontraba completamente sola. El joven Tsukishiro se había propuesto que nunca mas dejaría que le pasara algo malo, y no era el único en pensarlo, su otra identidad, el guardián de la luna juro que la protegería de todos, y todo, aquello que osara hacerle algún mal a su ama.

- No te preocupes Sakura yo estoy aquí – Lloraba también por dentro y cada visita diaria al cementerio empapado en silenciosas lágrimas se juraba a sí mismo y su otra identidad que ella nunca estaría sola, se prometió que borraría su sufrimiento y con él las miles de lágrimas derramadas. Sakura sintió como la calidez inundaba su cuerpo y que la lluvia dejaba de tocarla. Abrió los ojos encontrándose con una bella sonrisa acompañada de un par de fríos ojos...Yue.

- ¿Serás tú el adecuado para ser el jefe de concilio? – pregunto una cansada voz – has sido tu el designado por este grupo de hombres sabios...si es así, tu preparación no a sido en vano, y tus palabras no sonaran en corazones huecos

La sala estaba repleta de ancianos hombres, siendo el único joven entre todos ellos. La reunión había sido convocada para la elección del siguiente jefe de concilio... ¿y quien merecía más honor que el líder de la casa Li? Este apuesto joven había demostrado ser el más adecuado para aquel puesto, sin tomar en cuenta su escasa edad, tenia grandes habilidades mágicas y vastos conocimiento de las artes. Sin embargo esta no había sido una elección justa a decir de muchos de lo miembros, este joven contaba con la sucesión por ser el hijo varón del ultimo líder. Uno de los hombres se puso de pie y dirigiéndose al más anciano argumento.

- ¿No es acaso que este...nuestro futuro líder – señalo a Shaoran –ha sido derrotado en su infancia por una hechicera de bajo nivel...dejando que magia tan grande caiga en malas manos?

- ¡No son malas manos! – respondió el joven a quien se juzgaba

- Esa hechicera no es la mas apta para ese cargo...nuestro líder debe pensar en el bienestar común, si ella permanece con las cartas nunca podremos estar seguros...- los murmullos dentro de la sala se acrecentaron

- Eso es cierto...Li debes hacerte cargo de remediar tu error – dijo el mas anciano – recupera las cartas para el concilio y entonces lo consideraremos como tu prueba

- Pero señor...eso es algo que me rehusó a hacer – Shaoran sabia quien era aquella hechicera de quien se hablaba y no estaba dispuesto a ponerla en riesgo

- La magia regresara a nosotros...con o sin tu ayuda...pero entonces mandaremos a alguien especializado en trabajos como ese

Shaoran había escuchado todo y no podía creer lo que le estaban obligando a hacer. Salió de aquella gran habitación con su mente en conflicto, tendría que regresar a Japón y enfrentar a la maestra de cartas, Sakura, pero aquello no seria fácil. Contuvo la respiración al llegar al balcón, desde ese lugar se admiraba el espléndido Hong Kong. Regreso su mirada a la puerta por la cual había salido, sin pensarlo dos veces apretó sus puños y salió de la casa, debía apresurarse preparar los asuntos mas urgentes para viajar a Tomoeda.

En la sala, los ancianos aun seguían reunidos, ya habían tomado su decisión, mas no estaban seguros de que esta orden seria llevada a cabo. Era del conocimiento común que el futuro líder había amado a la maestra de cartas, cosa que ponía en riesgo la recuperación de estas. El mismo hombre que antes hubiera acusado a Li se puso nuevamente en pie, dirigiendo su vista a la parte oscura de la sala hablo.

- Ustedes...miembros expulsados de nuestra familia...serán los encargados de vigilar los intereses de este concilio – de entre la oscuridad aparecieron cuatro figuras – sean nuestros ojos y nuestra mano ejecutadora...quien traiga las cartas obtendrá el derecho de ser su maestro y regresara a pertenecer de nuevo al concilio

Las cuatro figuras se desvanecieron de nueva cuenta en la espesa oscuridad. Los miembros se pusieron de pie, con saludo reverencial se dispusieron a salir de la habitación. El más anciano de los hombres se detuvo atrayendo la mirada de sus compañeros.

- Yi King, ¿será correcto lo que hacemos? – dudo – si ella le ha quitado las cartas debe ser una gran hechicera...

- Gran Tsao, si no son correctos mis actos, entonces es porque mi alma busca mas allá de lo que mi cuerpo le permite – El gran hombre salió en compañía de los otros diez ancianos sin decir mas

La casa Li estaba totalmente en silencio. Su único habitante por el momento era un joven el cual permanecía recostado en un gran sillón. Sus ojos se mantenían cerrados, había meditado durante varias horas sin poder llegar a resolver su gran problema. Él, como líder que era debía quitarle las cartas a la Maestra, pero esa hechicera era su querida Sakura, regresaría a Japón únicamente a eso…"¿entonces de que sirvió alejarme de ella?" Se cuestiono, su vida estaría mezclada de nueva cuenta...sin que el pudiera evitarlo. El ruido de la puerta abrirse lo hizo regresar.

- Señor su llamada esta lista – Li abrió pesadamente los ojos – el señor Hiraguisawa espera

- Tomaré la llamada aquí mismo – se dirigió hasta su escritorio levanto la bocina y hablo – ¿Hiraguisawa?

- Es un placer volver a hablar contigo Li – se escucho del otro lado

- Si para mi también es un placer.......aunque es una lastima que no sea solo para saludarte

- Entonces a que debo esta llamada...¿sucede algo malo?...no he sentido ninguna presencia proveniente de Japón

- ...yo estoy en China.....y el problema es que los miembros del concilio me han pedido recupere las cartas que Sakura tiene

- ¡¿Qué?! Pero eso es imposible......una vez que se lleva a cabo el juicio no hay forma de que las cartas cambien de dueño a menos que este…

- muera...- interrumpió el joven chino – es por eso que te pido tu ayuda, he encontrado un hechizo que podrá retirarle las cartas evitando que ella muera, pero se necesitan de dos personas para llevarlo acabo

- ¿me estas pidiendo que te ayude a quitarle las cartas a mi elegida? – la voz de Eriol se había vuelto fría demostrando su enojo ante la petición - me sorprende que hayas recurrido a mi...has de saber que nunca accedería a eso...y pensé lo mismo de ti

- Para mi tampoco es muy grato – su voz sonaba desesperada – fue por eso que me aleje de ella...que abandone Japón...si no soy yo quien recupera las cartas ellos mandaran a alguien mas, ella podría resultar lastimada o pero aún

Inglaterra se había convertido en su hogar desde que dejara el Japón, su vida nunca habría sido la misma sin la intervención de un apuesto príncipe que la había salvado cuando nadie más lo hubiese hecho. Ese apuesto príncipe era nada menos que su buen amigo de la infancia y culpable de las más grandes travesuras, Eriol Hiraguisawa. El sin querer se había enamorado de ella y sin esperar nada a cambio la había acogido, si, era cierto que ella no necesitaba nada material, pero la soledad suele ser un gran obstáculo y él lo había borrado. Ahora compartía su casa con aquel, sin ser nada más que pareja, no estaban casados pero eso no evitaba que compartieran el hogar. Entro por la puerta, llevaba una pequeña charolita con té y galletas; había escuchado el teléfono y estaba segura de que aquella llamada era importante pues Eriol no solía tardar tanto. Al colocar las tazas sobre la mesa noto en el rostro de su pareja algo que pocas veces, preocupación, la llamada continuaba sin que él le prestara atención a la presencia de Tomoyo.

- Si no hay mas remedio creo que será mejor que te ayude – dijo levantándose del sillón aun con el auricular en mano – será preferible que hablemos con ella, a final de cuentas es por su propio bien, ella entenderá – la llamada concluyo con la promesa de verse en el aeropuerto

- ¿Qué pasa? – pregunto Tomoyo, observando a su novio quien permanecía inmóvil

- Debo regresar a Japón...y quisiera que tu me acompañes

CONTINUARÁ…

NOTAS: KONNICHIWA MINA-SAN aquí estamos de nuevo…si ya sabemos que no hemos terminado nuestra otra historia (Kazy: ¿terminado? Si ni siquiera la hemos actualizado ¿recuerdas?) Si hemos abusado de su confianza, pero tienen que saber que en este fic no podemos atascarnos, por lo menos no en algo de tiempo, ya que hemos escrito mucho últimamente. Si es verdad tuvimos una severa escasez de inspiración y nos quedamos mudas, pero ya tenemos nuevas provisiones.

Esto tan solo es el primer capítulo y quizá les resulte algo confuso, pero ya verán más adelante. Ahh también queremos declarar que de hoy en adelante (y si no se nos olvida) contestaremos a cada uno de sus reviews.

Esperamos todos sus reviews…ahh y que les guste el fic.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡MANDEN REVIEWS POR FA!!!!!!!!!