Yakusoku wa
Cáp. III Cuando mengua la Luna…
El templo Tsukimine se diferenciaba de cualquier otro por su enorme árbol eterno, aquel monumental y espléndido cerezo había estado presente en los más misteriosos, extraños y fantásticos cuentos. Una alta figura era reflejada sobre su grueso tronco, aquel poso su mano sobre éste sintiendo, como si fuera aquella la primera vez, todos aquellos sentimientos que tanto guardaba. Ese árbol era su fiel confidente, más allá que un armario de secretos, el único que con su silencio revelaba y callaba todo. Había sido frente a él cuando un día confesara su amor por la sacerdotisa de aquel templo, las grandes y fantásticas aventuras de su hermana menor se habían iniciado en él...y también frete este cambio su vida con la propuesta a la mujer que más había amado. Otra figura fue reflejándose lentamente sobre el tronco.
- Te he estado esperando – él no tuvo que voltear para saber a quien pertenecía aquella voz
- ¿Tanto has permanecido en este lugar? – preguntó sonriendo
- Más tiempo del que puedes imaginar – la mujer poso su fina mano sobre el cerezo – saber las cosas antes de que sucedan no siempre es grato...aún menos cuando sabes que tu corazón será roto…
- El destino esta marcado y lo escrito no puede ser borrado – el hombre dio vuelta quedando frente a la mujer – Kaho, es una noche preciosa
- ¿Touya...has venido hasta aquí a ver el gran cerezo? – los ojos de Kaho se desviaron hasta dar con la gran luna – nunca pensé que fuera con ella
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Sakura había pasado gran parte de la tarde sosteniendo entre sus brazos a la pequeña Nadeshiko. Le parecía extraordinario que su hermano pudiera ser padre de tan encantadora criatura...no se parecía en ningún sentido a Touya. Desde la repentina huida de su hermano ella había supuesto infinidad de motivos, sin embargo había pasado por alto que esta fuera la razón. Nakuru acababa de entrar en la sala con una bandeja repleta de galletas y dos tazas de té.
- Parece que se llevan muy bien – sonrió ante la escena – generalmente llora mucho... no se que le pasa, a veces pienso que se siente asustada por algo
- Es muy linda... ¿te puedo hace una pregunta? - Sakura dudaba en lo que iba a decir, pero armándose de valor continuo – ¿ella no es un humano o si?
- No, no lo es – respondió sorprendiendo a la carda captor – pero tampoco es un guardián
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Touya había llegado por fin a su casa sin embargo, no había tenido la oportunidad de hablar ni con su hermana ni con Yukito; las luces estaban completamente apagadas exceptuando la de la recamara que perteneciera a su padre. Entro lentamente encontrándose a su esposa esperándolo sentada en las escaleras. La miro, le parecía hermosa e inocente; ese había sido el principal motivo por el cual se había enamorado de ella, dentro de aquella fascinante mirada honesta se encontraba gran inteligencia y un fiero carácter.
- Te he estado esperando – dijo ella mientras él se acercaba
- ¿Nadi-chan esta dormida? – pregunt
- No, esta con tu hermana – se levantó del escalón tomando la mano de su pareja y se alejo hasta la habitación.
"Los bebés son hermosos, quisiera estar todo el tiempo con ella" pensó entre sueños, efectivamente cavilaba sobre aquello sin embargo su cuerpo le pedía algo diferente. La fiebre no había bajado aún, pero ella estaba decidida a no dejarse vencer y cumplir la promesa que le hiciera a Nakura "si, yo puedo cuidarla...así tu podrás descansar" recordó. Pero el cansancio era tan extremo que sin querer se había quedado dormida con el bebé en brazos. La pequeña permanecía estática y acunada suavemente entre las cobijas, su sueño parecía ser imperturbable, repentinamente la puerta se abrió dejando filtrarse un ligero rayo de luz dando directo en el rostro de la pequeña. Yue, quien había abierto, miro el pacifico semblante de su ama, asegurándose por fin dio vuelta, sin embrago un ruido lo hizo volver; había despertado al bebé y este amenazaba con llorar en cualquier momento.
Sakura despertó repentinamente, estaba asustada y sudaba, miro a su alrededor sin encontrar aquello que recordaba haber tenido entre sus brazos antes de dormir. Se levanto rápidamente dirigiéndose hasta la habitación de su hermano, pero lo que buscaba no se encontraba dentro; no había tenido que abrir la puerta, podía sentir la mágica presencia de la pequeña y aún estaba dentro de la casa. Bajo las escaleras lentamente llegando hasta la sala; ahí sentado en el sillón se encontraba nuevamente la imagen que la tarde pasada hubiera visto; un hermoso ángel de alas blanquísimas, su cabello ondeando ligeramente, a su rostro lo enmarcaba una tierna sonrisa, y en sus brazos un pequeño bebé quien también miraba al que lo sostenía. Por un momento Sakura tuvo la impresión de que aquellos seres se estaban comunicando únicamente con sus miradas, la hermosa plateada parecía comprender la perfecta rojiza. Dio vuelta saliendo de la habitación, en su mente por siempre tendría aquel recuerdo... "un bello ángel el cual por fin encontró quien lo comprenda" pensó. Había sido aquella imagen la de Yue, quien al no encontrar otra solución había tenido que sacar a la pequeña Nadi-chan del cuarto de su ama para que no molestara su sueño.
- ¿La luna es tu guardián? – pregunto sonriendo – si ese es el caso, creo que es mi deber velar por ti…
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Yukito limpió sus gafas por segunda vez en esa mañana, se había levantado antes que el sol saliese para asegurarse de que Sakura se encontrara bien. En realidad hacia algunos meses que sentimientos extraños lo hacían abandonar su cama para tomar guardia al lado de la Card Captor. Algo estaba pasando, lo presentía y se sentía incómodo al no saber aclarar lo que surgía en él. Sin embargo, solo se limitaba a verla dormir y se retiraba antes de la hora marcada en el despertador con el temor de que ella no volviera a despertar.
- Yuky…ha pasado tiempo…- el hombre recorrió una de las sillas para tomar asiento. Tenía tanto que hablar con Yukito, tanto que explicar. Desde la noche anterior lo asaltaron las ganas de buscarlo, sin embargo no se atrevió, no quería que él le recriminara su ausencia, no él. Se sorprendió al enterarse que su pequeño monstruo era ahora con quien vivía, pero se alegró de que los dos se hicieran compañía. No quería marcharse, sin embargo las circunstancias habían dictado el destino- ¿Yuki? ¿Me estas escuchando? - El joven de los lentes miraba ausente hacia la ventana, en realidad no se había percatado de la presencia de Touya, cavilaba acerca de Sakura, que por extraño que suene era el único pensamiento que asaltaba su mente recientemente. "¿Cómo tomara el regreso de Touya?" se preguntaba, hacia ya tiempo en una de sus inconsolables crisis ella le había mencionado que ya no le interesaba el destino de su hermano y por consiguiente no quería volver a verlo. El semblante del joven se entristeció "Sufrir" la palabra rondo por su cabeza unos minutos antes de darse cuenta que una mirada penetrante lo observaba.
- Oh… Buenos días Touya – sonrió el joven al mismo tiempo que se levantaba de la silla evitando la contemplación del otro –el desayuno esta listo…- se desplazó por un lado de la mesa dirigiéndose hacia la puerta. Esta vez no quería escucharlo, era doloroso y no porque a él le molestara que se hubiera ausentado, sino porque había dejado sola a Sakura en el momento que más lo necesitaba. A veces se recriminaba por no haberlo traído, por no haberse esforzado para que regresara; sabia que era su obligación por lo que sentía como guardián y como…amigo.
- Espera Yukito tenemos que hablar – El mayor de los Kinomoto se levantó y tomando al otro joven por el hombro lo acercó delicadamente a su dorso - ¿Por qué estas tan ausente? ¿Es acaso que estas molesto? –susurró al oído de Yukito rodeándolo posesivamente con sus brazos. Pasó su mano por su mejilla trazando cada rasgo como si quisiera memorizar cada parte de su fisonomía, mientras que aspiraba, gracias a la cercanía, ese dulce olor que emanaba de aquel falso guardián– Contéstame Yuki – empezaba a impacientarse.
- No tienes derecho a saberlo – concluyó rompiendo el abrazo. La mirada de Touya se llenó de sorpresa, el hecho era que Yukito, su más querido y fiel amigo ahora se comportaba extrañamente mostrándole indiferencia y falta de cortesía "¿Qué te ha pasado Yuki?"- la abandonaste sin decir adiós…no te importó su sufrimiento…
- ¿A qué te refieres? – cuestionó Touya
- Sabes muy bien de que hablo…estaba sola…en las noches no sabes cuanto lloraba suplicando que regresaras, no tienes ni la menor idea de que era lo que sentía…lo que quería – el mayor de los Kinomoto lo miró dudoso – hablo de Sakura Touya, ¿por qué la dejaste sola?
- Yuki…yo no sabia que ella…- se sentía mal, no podía creer que su pequeño monstruo hubiera pasado un mal rato – créeme que si yo…
- Claro que no lo sabias…porque no te interesó – interrumpió duramente – ya no puedo creerte Touya, tu siempre la defendiste pero cuando más te necesitaba te esfumaste
- Si yo hubiera podido quedarme…juro que no quise – las palabras se le enredaban, no sabia como disculparse – tienes que creerme…no podía dejar que ese tipo se llevara a la mujer que amo
- Cuando tu padre murió…se culpaba – admitió con tristeza- para ella no era el destino, era su culpa…y también era su culpa que tú y todos sus amigos se fueran y la dejaran sola…Touya, ha pasado por momentos muy difíciles, ella…ella no lo merece – concluyó con un hilo de voz. Touya quedo pasmado, ciertamente el guardián siempre había sido sensible, pero en esta ocasión era diferente, era como si se sintiera también culpable; además esa forma de defender a su monstruo era…extraño parecía que Yukito sentía…no, siempre quiso mucho a Sakura, era normal. Secretamente agradeció a su amigo el haber estado con ella, pero sinceramente no entendía su insistente enojo para con él, si sabia que se había marchado sin despedirse, pero no era algo que un amigo no pudiera soportar.
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Era un edificio grande, el más grande en el campus universitario, en este se alojaba la facultad de derecho. Era en estas aulas donde diariamente Sakura recibía sus clases y cursos. Nunca le habían atraído esta clase de actividades, sin embargo la repentina muerte de su padre la había hecho cambiar de opinión. Recorría diariamente los largos pasillos que daban paso a las aulas, generalmente lo hacia con calma, pero esa mañana sus piernas corrían a todo lo que daban. Dio vuelta bajando apresuradamente las escaleras "se me ha hecho tarde no debí esperar hasta que despertara Nadi-chan...pero es que es tan linda" pensó sin disminuir la velocidad. La puerta estaba a punto de cerrarse, señal de que el profesor ya estaba en el interior del aula.
En otro sitio de la misma universidad una chica y un joven se encontraban reunidos en el comedor, hablaban disimuladamente mirando a su alrededor, una tercera persona se les unió sentándose al lado de la chica. Era extraño que algún alumno se encontrara a tan remotas horas en aquel lugar, todos debían encontrarse en alguna clase o simplemente en su casa esperando su hora de entrada. Uno de los jóvenes hablo acomodándose los lentes.
- Muy bien lo mas fácil esta hecho...estoy en la facultad de derecho – dijo mirando al chico frente a el – y tu Li ¿a que facultad te has inscrito?
- Administración...es lo que estudiaba en china, no fue difícil tampoco para mi – dirigiendo su mirada al edificio más grande continuo - ahora solo falta encontrarla y hablar con ella
- El día de hoy yo estaré muy ocupada, debo ponerme al corriente con los diseños que llevan aquí – Tomoyo habiase inscrito en la carrera de diseño, sin embargo los cursos entre países variaban y los profesores le habían pedido que se pusiera el corriente
- No te preocupes Tomoyo nosotros nos haremos cargo, después tu podrás hablar con ella
Lo que Shaoran y Eriol no sabía era que Tomoyo había tenido una reunión con la joven maestra de cartas el día de su llegada, antes de enterarse de los planes de su novio. Sin embargo ellos no deberían enterarse, mantendría su encuentro con ella en secreto, tal como una carta bajo la manga, lista para ser utilizada cuando más conveniente fuera. Aquel plan le parecía absurdo e innecesario, aunque si Eriol tenía razón no habría otro remedio...pero ella estaba dispuesta a encontrar otra solución antes que traicionar a su amiga.
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"2:59 falta solo un minuto para que pueda irme a casa...Yukito aviso en mi trabajo que no asistiría por dos días" El timbre de la universidad sonó anunciando la salida de clases. Sakura salto de su asiento, tomando sus cosas salió del aula, pero una sensación extraña la invadió al pisar el pasillo, sintió dos presencias mágicas ya conocidas por ella. Del otro lado del pasaje era observada por dos pares de ojos, unos marrón penetrante y los otros en misterioso azul. La card captor palideció ante la imagen, su mas grande pesadilla se estaba presentando frente a ella; las dos personas que menos deseaba volver a ver estaban paradas del otro lado del pasillo; ¿Cómo lo sabia?...Recordaba las presencias de aquellos aunque sus rostros hubieran cambiado por el tiempo. Intuitivamente dio un paso atrás regresando al aula donde antes se encontraba.
- ¿Por qué...por qué han regresado? – se interrogo en un susurro. Para ella aquellos serian por siempre los causantes de gran parte de su dolor
Salió nuevamente hasta el pasillo encontrándolo bullicioso y ajetreado, sin embargo las dos presencias habían desaparecido junto con sus dueños; tranquilizo su corazón caminando hasta la salida sin mirar atrás.
Habían por fin encontrado a la persona que buscaban. Y con ella su miedo, llegaba a ser curioso todo lo que se podía descubrir de un individuo tan solo con su presencia mágica. Eriol poso su mirada en el reflejo que daba la ventana de aquel gran salón, ahí se encontraba la joven ama de cartas; ella había notado sus presencias sin más dificultad, sin duda su poder había crecido considerablemente y esto la convertía en un reto aún mayor. Shaoran y él tendrían que idear algún plan para hablar libremente con ella sin infundirle miedo. No seria nada fácil mantener una conversación decente con la hechicera, a medida que lo pensaba, se daba cuenta de todo lo acontecido y de la poca confianza, por no decir nula que Sakura tendría hacia ellos. Sin contar que la presencia de su poderoso descendiente sería un factor muy considerable en la actitud de la Card Captor, causando quizá la no aprobación de la maestra de cartas y por tanto el descontento de su novia.
Su mirada se topo con la del chino, sus ojos estaban nublados ante aquel enfoque de su antiguo amor. Hundido en sus pensamientos, recordaba arcaicos momentos, en los que se veía al lado de aquella hermosa joven, mirando aquellas preciosas esmeraldas reflejadas por sus ojos, de un momento a otro el mar verde adquirió su verdadero color, azul. Sacudió la cabeza alejando sus pensamientos para toparse con la mirada extrañada del joven ingles.
- Será pronto – Inquirió el joven de los anteojos mientras miraba su reflejo en la cristalina superficie
- Es muy precipitado – concluyó el chino
- Debemos terminar rápido con esto – el joven dio media vuelta
Continuará....
Notas: Bueno bueno, si, hemos tenido un gran error de edición en el segundo capi…(Yuky: bueno se me pasó…y además no es del todo grave ¿o sí? ) Pero no se preocupen ahora mismo lo remediamos. Ok regresemos todos al lugar del error:
"…abrió dando paso a la fina silueta de una mujer cubierta solamente por una sombrilla. Esta tenia los ojos marrones (después lo escribo porque no me acuerdo) Yuki no cabía en su asombro, aquella mujer que estaba posada frente a sus ojos era la misma que hacia varios años se auto nombrara su rival"
Bueno se nos pasó (Kazy: nos?) la descripción de Nakuru así que aquí les va:
"…abrió dando paso a la fina silueta de una mujer cubierta solamente por una sombrilla. Esta tenia los ojos marrones, en su cabello negro destellaban tonos rojisos que contrastaban con su tersa y nívea piel. Yuki no cabía en su asombro, aquella mujer que estaba posada frente a sus ojos era la misma que hacia varios años se auto nombrara su rival"
Ok? Solo tienen que imaginar que decía esto en vez de lo de "se me olvido luego lo escribo". Bueno esperamos que haya quedado aclarado este asunto. Por otro lado…nos disculpamos por la tardanza, no piensen que ya nos olvidamos de que tenemos un fic…pero es que últimamente hemos tenido muchos proyectos en mente y desgraciadamente nuestro tiempo no da para más.
Muchas gracias por leer nuestro fic y por todos sus reviews que por cierto procederemos a responder:
Athena-Asamiya Mr: muchas gracias por leer nuestro fic y por tu review, esperamos que este capítulo también te guste.
Undine: Muchas gracias por tus reviews, nos da mucho gusto que estés interesada en nuestro fic, trataremos de no descepcionarte y sobre todo de actualizar más rápido.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Gracias por sus reviews!!!!!!!!!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Sigan mandando!!!!!!!!!!!!!!!!!
