Parejas: ¡Sorpresa!

Aclaración: DN fue divinamente creado por Yukiru-sama. Me pregunto qué diría ella si leyera esto. Probablemente, diría que no entiende un comino de español o.

Aclaración: Ya no son necesarias, me parece.

Notas de la Autora: Me tardé, pero llegué. Prefiero hacer mis comentarios al final del capítulo, para no estropear nada (bah, como si no fuera predecible). Es bastante larguito, me parece. Así que, disfruten!

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Capítulo 7

Sólo ocurre en los bancos blancos de las plazas

            Estaban sentados en uno de esos blancos bancos de las plazas que siempre están ahí para ocasiones como esa. Daisuke vestía las ropas de Satoshi, que eran demasiado grandes para él y le daban un aspecto algo aniñado y angustiante. Risa tenía los labios apretados, conteniendo algo dentro de sí. Habían pasado largo rato en silencio.

            Ella, porque de golpe sus cuerdas vocales habían sido aplastadas por la vergüenza.

            Él, porque aún no encontraba una posición poco dolorosa y, además, tener las piernas juntas le resultaba inmensamente incómodo. Mantenía, no obstante, esa extraña lucidez que se había apoderado de él antes de salir corriendo, aunque al mismo tiempo se sentía mareado y, recordó, aún tenía fiebre. Quizás hubiese sido mejor quedarse en casa de Satoshi. Suspiró.

            -¿Qué pasa, Risa? Pensé que estabas muy enojada conmigo. –Murmuró, sorprendiéndose de su propia serenidad.

            -Es que... –Ella aspiró hondo y recuperó su ánimo. -¡Claro que estoy muy enojada! ¡Riku es mi hermana!

            Daisuke la contempló con el rostro como partido, con esos ojos de tonalidad rojiza que hacían pensar en la sangre, con una expresión muerta que la hizo callar por la mitad de los reproches.

            -Ya lo sé. Estoy haciendo todo mal. Me doy cuenta en todo: me duele a mí, te duele a vos, a Riku, a todos. Estoy... haciendo todo mal. Es mi culpa. Pero igual... Hay una razón, creo. Vos no podrías entenderlo, Risa, pero yo morí el otro día, el sábado, en la mañana. –Desvió la vista. –Yo morí, Risa.

            Ella se estremeció, sin apartar la mirada de su rostro triste. Levantó el brazo en dirección a la mejilla sonrojada del joven, en un gesto que olvidaba su típica delicadeza femenina para volverse algo torpe, pero lo bajó tímidamente antes de alcanzar si quiera la altura de su hombro.

            -Niwa... –Susurró, con un peso oprimiéndole el pecho. Percibió algún tipo de remordimiento formándose dentro suyo.

            -No, Risa, no sientas lástima, por favor. Vos tenés razón: yo, Daisuke Niwa, que parecía tan bueno y tan inocente, ves, yo justamente estoy hiriendo a Riku, la persona que menos quiero lastimar en el mundo, tu hermana, la chica más buena, dulce y hermosa que conocí en mi vida. Ella... se merece algo mejor que yo.

            Los ojos de la muchacha palidecieron. Las dolorosas palabras entraron en sus oídos y, de alguna forma extraña, volvieron a hacerlo una y otra vez: la chica más buena, dulce y hermosa que conocí en mi vida, la chica más buena, dulce y hermosa que conocí en mi vida...

            -¡Pero, Niwa...! Ella, ella... mi hermana te quiere, Niwa, creo que... creo que te ama... ella, ella... –Contra su voluntad, empezó a lagrimear. –Y yo...

            Él siguió observando los pequeños copos de nieve que caían a sus pies, ajenos a todos sus dolores y, sin embargo, representantes de cada uno de ellos. Copos de nieve, blancos, blancos como la blancura de la fría piel de Satoshi sobre su cuerpo, y también blancos como Krad, y como cada una de las veces que se había sentido morir en sus brazos, sangrando derrotado, y también blancos como lo era la ternura de su amada Riku, ella, que aún lo esperaba, lo esperaba regresar como siempre, como si existiera esa posibilidad, la posibilidad de recuperarse a sí mismo. Blanco. Ese blanco tan opuesto a Dark.

            Dark.

            -...yo también. –Acabó Risa su frase.

            Daisuke, olvidado en un rincón lejano de su mente, fundido todavía en recuerdos de Dark, de su voz, de su cabello oscuro, de su personalidad tan contraria a la suya y no obstante tan bella, descansando aún en la memoria, como protegiéndose, encogido como un niño pequeño, tardó en comprender. Y luego, de pronto, reaccionó. Abrió grandes los ojos y se volteó, muy lentamente. Tal vez, sólo tal vez, había escuchado equivocadamente.

            Risa, ahora, lloraba ostensiblemente, sus ojos algo hinchados, sus labios contraídos cubiertos por uno de sus puños, las mejillas ardiendo, y repitiendo, como en una confesión: perdón, lo siento, perdón...

            Daisuke pestañó. Esto no podía estar pasando. No ahora. En otra situación, habría pensado en que tenía que ser amable, tenía que reconfortarla. Pero no estaban en otra situación. Así que preguntó, con una brusquedad muy impropia de él:

            -¿Qué dijiste?

            Ella se quedó como paralizada, pero luego lo dijo otra vez, con la voz un poco más fuerte.

            -Yo también te amo.

            Él sintió, extrañamente, furia.

            -¡Qué sabés vos lo que es amar..! –Exclamó, levantando los brazos, pero volviéndolos a bajar en seguida y arrepintiéndose, viendo la cara de ella tan aterrorizada. –Di--disculpá.

            Hubo un breve silencio.

            -Risa... entonces, Satoshi tenía razón.

            Ella desvió la mirada. Estaba esforzándose mucho para que su rostro no se contorsionara por el llanto. La vergüenza y el remordimiento aumentaron.

            -Entonces, lo que te molestó hoy... no fue que Riku pudiera entristecer. Era que vos estabas triste, vos hubieras querido estar en su lugar todo el tiempo.

            Nada.

            -Entonces, -Insistió con la misma palabra. –No te importa nada ella. Te molesta que haya elegido a Satoshi para esto y no a vos. Que no sólo no hayas sido vos, sino que además fuera un hombre, contra lo que no podés competir en lo absoluto. 

            Nada.

            -Entonces, -Y esta vez la palabra fue aún más acentuada, afilada, puntiaguda, con la furia multiplicándose nuevamente en él. –Vos habías subido para verme a mí, porque pensaste que estaría solo, porque notaste mi distanciamiento de Riku. No ibas a perder ni una oportunidad, ¿No es así?

            Nada.

            -¡¿No es así, Risa?! –Gritó, fuera de sí.

            Ella levantó la vista y asintió suavemente.

            -Yo... no sé, quería hablarte sin que ella estuviera en el medio. –Respondió la muchacha, en esta ocasión con un poco de desprecio.

            Él se sintió ofendido.

            -No sé cómo podés decir eso. Es tu hermana.

            -Sí, pero me quitó algo que debería ser mío. –Se tapó la boca en seguida: no tendría que haber dicho eso, y lo sabía.

            Daisuke abrió todavía más los ojos.

            -¿Tuyo...?

            Ya lo había dicho. Qué más daba. Así que Risa se acercó un poco más, deteniendo a fuerza de voluntad las lágrimas.

            -Sí, mío. Porque Dark, -Y él se mordió el labio al oír el nombre. -Aunque yo pensé que lo quería de verdad, en realidad, bueno, nunca fuimos nada, hace un montón que no lo veo, y no somos nada, él no me quiere, ¿Entendés? En cambio vos, vos sí me quisiste, aunque haya sido antes, sos el único que de veras me quiso, que de veras me merece, ¡Fuiste mío en ese momento, Niwa, y ella vino y te arrebató de mí!

            Siguió acercándose y Daisuke interpretó esto como señal de peligro: se echó para atrás, apoyando las manos en el banco.

            -Y ahora, -Continuó ella, histérica. -Ahora que ya la traicionaste, la engañaste con Hiwatari, Hiwatari, justo él, ¿Ves? Ahora que ya está, ¿Qué diferencia habría si lo hacés una vez más? ¿Qué diferencia habría si fuera con él o conmigo? ¿Por qué no, Niwa? ¿Por qué no...?

            Y mientras decía esto, su voz cada vez más angustiada, estaba tan cerca que sus senos rozaban la remera exageradamente amplia que Daisuke llevaba puesta, así que él hizo fuerza con las manos para correrse un poco más y evitar el contacto.

            -Risa... –Recordó momentáneamente cuando Dark se acercaba para besarla y sintió dolor. -¡No! ¡Ya no puedo más, dejame solo!

            Se puso de pie y salió corriendo, dejando allí a Risa, comenzando a lagrimear otra vez, sola.

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Notas de la Autora: En este capítulo, los personajes están especialmente ajenos a sus personalidades verdaderas. Pero así me salió, no puedo imaginarme bien cómo reaccionaría el divino de Dai-chan en una situación tan complicada. En cambio, Risa, sí, ella siempre es igual de... uh, iba a decir una mala palabra. Jo, no me gusta Risa. Una amiga mía me había pedido que empareje a Risa con Satoshi-sama, pero me era imposible hacer nada semejante. Pensé en un argumento (que no va a gustarles, pero es como es, y punto) y ahora debo seguirlo al pie de la letra. No creo en el destino de las personas, pero sí en el de los personajes: nacen con su final escrito y no importa cuánto patalee la autora, el final no cambiará.

Por favor, déjenme reviews, eso me anima mucho a continuar. Y, ah! Échenle un vistazo a mis demás fics. La verdad, son todos muy parecidos.

Ahora, a responder reviews:

nat-chan07: oh! Ya quiero leer tu tercer capi! OO Y gracias por no contar nada sobre Risa (como verás, para mí sería interesante que lo que no me decís incluya que se muere al principio de la serie o algo, jo ). Bien, para que estés contenta, como dije, ya pensé todo el resto de la historia. Aunque... nada, ya verán más tarde. También habrá que esperar para ver lo que sucede con Riku. Y para el yaoi... creo que también falta un poco más. Pero escribiré rápido. Ahora ya sabés QUÉ hacía Risa por ahí... Por cierto, yo no estoy haciendo capis de relleno, o al menos yo no los considero así.

O.o. Mivi o.O. : Ya ves a dónde me llevó tu comentario sobre Risa. Oh, y leí hasta el tomo 6 de DN, estoy esperando a que llegue agosto, que es cuando sale el 7. ¿Con lo de loka rara te referías a mí Oo? Escribís muy raro... uh... Bueno, y sobre tu idea, ya sabés. No se fugarán juntos, pero habrá sorpresas. Oh jo jo!

Sandri: , qué emocionante. No puedo evitar dejar la cosas por la mitad, así se dan las cosas. Sino sería un único capítulo interminable. ¿Arreglar las cosas con Riku? Puede ser. Luego verán cómo acaba todo.

Yukiru: pos, ya te escribí, viste?

Me llamó al atención que nadie comentó nada sobre Dark. Pero bueno, supongo que no todos se fijan en las mismas cosas, capaz que a mí sola me parece demasiado morbo esa pareja.

En fin, eso es todo, actualizaré pronto, pero sólo si dejan muuuuchos reviews!!

[Lila Negra]