El camino de Abby
Disclaimer: Si Luka y Abby fueran míos, ya estarían juntos hace rato.
Capítulo III
Estamos en camino a Matenda, ahí me voy a encontrar con Carter. Él vuelve la semana que viene a Estados Unidos. Creo que este conjunto de experiencias lo ayudaron a crecer mucho... y a quién no? Las cosas que ves acá por lo general no son más terribles que en el County. El factor que agrava problemas simples es la pobreza, la falta de educación. Aunque es fácil ver desde afuera a todo esto, no por ignoracia precisamente acontecieron un sinfín de masacres en el pasado. Es la búsqueda constante de poder que tiene el ser humano, esa sed de dominar al otro. Pero es inevitable y uno tiene que aprender a convivir con eso, ayudar en lo que se puede.
Por otro lado esto es una especie de terapia. No sólo para madurar, sino para poder ver los "grandes" problemas de uno desde afuera. Pero eso lo aprendí antes de llegar acá. En Croacia era la misma cosa. Al principio me creía el ser omnipotente, el que podía "cambiar al mundo". Así es como me enlisté en la Armada para defender a "mi gente". El servicio militar ya lo había cumplido hacía un par de años y no me exigieron ir más que como médico, pero yo quise ir más allá. Toda mi vida fui así.
Terminé trabajando por la mañana en un hospital de Vukovar y por la noche asesinando a la gente que ayudaba a la mañana. Paradójico no? No me daba cuenta de lo que estaba haciendo, de cómo me estaba destruyendo a mi mismo. Por la tarde estaba con mi familia, aprovechando cada momento por más que estuviésemos encerrados y que me estuviera cayendo de cansancio.
Danijela había corrido los pocos muebles que teníamos de manera que taparan la única puerta y la ventana que tenía nuestro pequeño departamento. Yo recién acababa de empezar a trabajar como médico a cargo, así que ni soñaba con tener un sueldo alto, menos teniendo en cuenta las circunstancias. Pero nunca fue un obstáculo, era el orden normal de la vida, éramos felices y no nos volvíamos locos por apresurar el tiempo. Jasna y Marko estaban rogándome todo el tiempo salir aunque mal no fuera a la puerta, así que Danijela me ayudaba a calmarlos inventando historias y juegos imaginarios. Intentábamos mantener a nuestros hijos tan seguros y tranquilos como podíamos, pero no bastaba nuestro esfuerzo. Ellos sabían muy bien lo que estaba ocurriendo dentro de los límites de la edad.
Ese día que los dejé para ir a buscar provisiones me la había pasado pensando cómo habían destruído al templo en donde contrajimos matrimonio con Dani, cómo podían destruir un lugar sagrado. Pero debo confesar que cuando me di cuenta que había perdido a toda mi familia mi primera reacción fue agarrármela con Dios. La mirada de Danijela cuando le dije que Marko había muerto... ese gemido de dolor... cómo podía un Dios bueno permitir que algo así sucediera??? Desde ese instante perdí mi fe, pero nunca dejé de creer en El, porque dentro, bien profundo, sabía que era la estupidez humana la única responsable de todo eso.
Nunca dejé que los problemas me sobrepasaran, pero sin lugar a dudas eso ocurrió... sino no creo que ahora estuviera acá. Estoy escapando de los problemas y me doy cuenta de lo que estoy haciendo... estoy escapando de Abby.
