Bueno, en este 2° capitulo explico lo que paso un día antes del primer capitulo ya que como se menciona en el 1° es domingo, este sucede el sabado. Cuando vean los nombres de YOH Y ANA entre *quiere decir que se veran pensamientos, ideas, acciones, etc. de dicho personaje.

Cap.- 2: TAN INALCANZABLE PARA MÍ

El atardecer ya caía sobre Funbari, ella caminaba a su casa, de regreso de la escuela, hoy regresaba sola puesto que le había ordenado a Yoh que entrenara, pensó que ya era tarde para que este continuara entrenando pero sin querer se había distraído hablando con unos compañeros sobre un trabajo(en realidad les había estado diciendo que parte del trabajo harían en lugar de ella, me encanta esa forma de ser de Ana ^_^). Al pasar por el cementerio, dirigió su mirada a la colina que en el había y lo vio, ahí estaba él, aquel muchacho que amaba, aquel muchacho que desde hace tiempo se había adueñado de su corazón. Por un momento, pensó que lo mejor que podía hacer era continuar su camino, sí, continuarlo sin mirar atrás, y ¿seguir prolongando el momento de preguntar? Pero sobre todo, el momento de las respuestas, no, ese era el momento ideal, este sábado, él se encontraba solo, sin la compañía de su inseparable Manta, de seguro este seguía en la escuela. Además, con Horo-Horo en su casa, les sería más difícil que hubiera un momento para hablar. Respiro profundamente y se acerco hacia donde se encontraba el muchacho.

-Hola Yoh- dijo ella con voz inexpresiva mientras se sentaba a lado de él.

-¡Ana!- fue la respuesta del muchacho pues a la última persona que esperaba ver por aquel lugar era a la sacerdotisa -¿qué haces aquí?

-¿Acaso no puedo venir aquí?- preguntó de mala manera.

-No, ¿cómo crees?, es solo que yo no te esperaba.

-Es que.quiero hablar contigo- termino diciendo, mientras hacia un esfuerzo sobrehumano por no perder la inexpresión en su voz.

-¿Como?- preguntó el muchacho incrédulo, pues pensó haber oído mal.

-Creí- dijo Ana -que lo que no te dejaba oír bien, eran esos audífonos que usabas antes.

-No, no es eso pero ¿de qué quieres hablarme?

-Yoh, en verdad ¿estas seguro de nuestro compromiso?- él no podía creer la frase que acababa de pronunciar la chica.

-¿Perdón?- fue lo único que atino a decir.

-¿Tengo que estar repitiendo las frases?- preguntó ella exasperada, mientras pensaba en lo difícil que, de por sí, ya era hablar con él.

-No.lo que pasa es que.yo.

-Solo contesta sinceramente.

-Bueno.yo.

-No lo estás- concluyó Ana con una pasividad tan grande que Yoh se sorprendió aún más -ya me lo imaginaba.

-Pero- dijo el shaman -estamos comprometidos y.yo te lo prometí- está última frase, trajo a la mente de ella un momento muy especial.

8 años atrás.

-Y ¿ahora?- preguntó Ana a Yoh en el umbral de la casa Asakura.

-Ahora, haré la cena no te preocupes, no me tardare.

-¡No!- le grito -el torneo de shamanes se suspendió, ¿qué pasará con nuestro compromiso?

-No te preocupes, antes de la batalla con Hao, dijiste que.

-Siempre seria la honorable esposa de Yoh Asakura- continuo Ana la frase.

-Entonces, yo te prometo que nos casaremos.

DE NUEVO EN EL PRESENTE.

Ella recordaba ese momento, el cual le perecía muy hermoso pero también, demasiado lejano.

-Sí- continuó diciendo -recuerdo perfectamente lo que me prometiste pero, una promesa no es motivo para casarse. Lo que en verdad quiero saber- dijo mirándolo a los ojos -es si estas seguro de querer casarte conmigo, de querer continuar con nuestro compromiso, ya no somos unos niños- Yoh solo podía observarla en silencio -así que lo mejor es hablar con la verdad, es una perdida de tiempo seguir con algo que en realidad jamás pasara- Ana esperaba la respuesta del joven, pero en su corazón latía la esperanza de que en cualquier momento la abrazara y le dijera que estaba seguro, incluso su imaginación la hizo pensar.en.un beso, sí, que él le diera su primer beso pero después de un largo silencio -bueno, como no estas seguro y. yo tampoco- mintió -nuestro compromiso queda roto. -Pero Ana. -Ya te lo dije, un compromiso no es razón para casarse. Claro que no creas que te libraste de mí, seguiré aquí hasta terminar la universidad, a fin de cuentas, ya no falta mucho tiempo.

-¿Té iras?

-Claro, a partir de hoy ya no soy tu prometida, pero no pienso pagar alojamiento, teniendo tu casa- dijo levantándose del césped -y ya deja de perder el tiempo aquí, espero que regreses pronto, ya casi es hora de cenar y no esperaran que Pilika y yo hagamos la cena ¿verdad?

-No- contestó él mientras veía la silueta de Ana perderse en las tinieblas que ya los cubrían.

* ANA * Mientras se alejaba, un pensamiento cruzó la mente de la chica "¿Sabes cual es el problema, Yoh? Que yo si estoy segura de lo que siento, si de algo he estado segura siempre, es de que te amo."

Sus pasos, que las lámparas de la calle iluminaban, eran lentos, pasó ante un negocio que se encontraba cerrado, en el había un cristal donde pudo mirar su imagen, la verdad es que jamás se había visto tan débil a si misma, pero de pronto, creyó ver sobre su reflejo, el de Yoh, esto la hizo mirar hacia atrás dándose cuenta de que estaba sola, de inmediato sintió un punzante dolor en su pecho, la recorrió y casi la hizo llorar.

EN EL ESPEJO SE REFLEJA UN PERFIL, AL VERTE AHÍ MI CORAZÓN TRISTE SE ROMPE.

Ella continuo caminando, y se encontró con otro negocio en cuyo cristal se apreciaba, claramente, la colina donde apenas unos minutos antes, había estado hablando con Yoh, que lejos se veía, de ella, aquel lugar. El dolor que continuaba sintiendo era ya casi insoportable, "Yoh, Yoh, mi querido Yoh."

TÚ ERES ALGO INALCANZABLE PARA MÍ Y EN MI DOLOR REPETIRE TÚ NOMBRE.

"¿Qué haré ahora?" pensaba mientras continuaba su camino "En verdad tenía la ingenua idea de que me dirías exactamente lo que quería oír. Últimamente, incluso soñaba en casarme contigo, en que nunca tendría que irme y que siempre, siempre podría estar a tú lado pero ahora no solo veo que me equivoque sino que todo esto, tú no lo sabrás nunca y me parece horrible.tener que callarlo para siempre y este dolor son palabras que se consumen, este es el precio que hay que pagar por las ilusiones." Ella miró la oscuridad, "ahora sé que mi vida siempre estará llena de la misma oscuridad que en estos momentos contemplo, siento como si ya nada pudiera importarme." Las ganas que sentía de llorar aumentaban cada vez más.

DESEOS QUE IMAGINE Y SUEÑOS QUE FORGE, SE QUEDARÁN AQUÍ EN MI CORAZÓN, PALABRAS QUE PENSÉ JAMÁS TÉ LAS DIRE, NO HAY ILUSIÓN, HOY LO SÉ, SUFRIRÉ.

"Pero no debes de llorar, Ana." Se repite a sí misma intentando ahogar el llanto que está por brotar, "tú siempre has sido muy fuerte." De pronto, siente unas grandes ganas de regresar sobre sus pasos y decirle a Yoh lo que en verdad siente pero se detiene "No, solo no mires hacia atrás, camina, ya veras como mañana amanecerá."

MI DOLOR SUPERARE, LA VIDA SEGUIRA, ATRÁS NO VOLVERE, EMPEZARE DE NUEVO A
VIVIR.

"Solo no llores." piensa cuando esta ya casi en la puerta de la casa, "ya lo sabes, en cuanto entres, mira de frente, como siempre." Cruza la puerta. "Solo hay algo que puedo asegurar, Yoh es y será siempre, el único dueño de mi corazón."

LA TRISTEZA OLVIDARE, MI CORAZÓN JAMÁS DARÉ, YA LO HE DECIDIDO.

* YOH * "Es extraño" pensaba el muchacho mientras miraba el cielo completamente cubierto de estrellas ", de pronto, las estrellas parecen haber perdido su brillo." El joven se puso de pie, en su rostro se reflejaba solo un poco de la tristeza de su corazón pero la verdad es que no podía explicarse completamente cada uno de esos sentimientos que ahora se mezclaban en su alma, sentía un gran dolor que le oprimía el pecho. "¿Por qué siento esta tristeza? Es por que no quiero que se vaya, pero ella tiene razón, ni siquiera pude responder con seguridad a su pregunta." Se sentía muy inquieto, en toda su vida jamás se había cuestionado de tal forma, es verdad que el comportamiento de Ana lo desconcertaba pero, también era algo que admiraba de ella, su fuerza aunque, no comprendía su frialdad. De repente otro sentimiento distinto lo acometió. "¿Miedo? No o quizás si, es un terror tremendo a que se vaya, que haré si me despierto un día y no la oigo exigirme que entrene, si no miro mi imagen en sus ojos por que, aunque todos dicen que su mirada parece de hielo, yo sé que su frialdad, más de una vez esta acompañada de lo expresiva que parece su mirada." Piensa mientras nota que unas silenciosas lagrimas caían por sus mejillas. Otro sentimiento llegó a él cuando vio aquellas lagrimas, era dolor, y esos tres sentimientos, mezclados, no hacían más que acrecentar las dudas en su corazón. "Antes pensaba que lo único que deseaba es poder vivir una vida tranquila, pero ahora, solo deseo que no se vaya, que no se aleje de mí, pero no puedo decirle eso, por que no estoy seguro de lo que me pasa, de lo que siento y lo peor es que ella tampoco lo esta." Decidió dejar las cosas tal como estaban, como odiaba el hecho de tener que desconocer su destino y sobre todo el de Ana.

* ANA * Entró en la casa silenciosamente, no perecía haber nadie, recordó que Pilika debía estar torturando, digo, entrenando a Horo-horo. Se sentó en la sala y comenzó a llorar, no podía dejar que alguien la viera llorando, "Nunca" pensó enérgicamente mientras se levantaba del sofá "nunca nadie vera a Ana Kiouyama, llorar" con lentos pasos, llego a su habitación y después de cerrar la puerta se recostó en su cama y comenzó a sollozar, de una manera tan silenciosa como dolorosa.

*YOH* Después de cerrar la puerta de su casa tras sí, se percato de que no había nadie, pero escucho que alguien cerraba una puerta "Ana" pensó, encendió la luz y se acerco al sofá en donde hacia unos momentos, había estado ella, al sentarse vio la mochila de Ana, "Ella no acostumbra dejar sus cosas así" dijo en voz baja mientras tomaba entre sus manos la mochila, "se la llevaré" dijo mientras se levantaba y se dirigió hacia la habitación de la sacerdotisa.

Toco la puerta varias veces pero, no recibió respuesta, decidió entrar y.ahí estaba Ana, el sueño la había vencido sentada a lado de su ventana, él la tomó en sus brazos, la recostó, cuidando de no despertarla y la cubrió cariñosamente. Pero, algo llamo la atención de Yoh, los ojos de Ana se veían hinchados, "¿Acaso lloraste?" preguntó sabiendo que no recibiría respuesta "que tonto soy" se dijo a sí mismo, "Ana es muy fuerte y además no tiene ninguna razón para llorar". Después se dirigió a la puerta y, antes de salir, musito un leve "Buenas noches, mi querida sacerdotisa."

Notas.

Espero que este capitulo les haya gustado y ya saben espero sus reviews los cuales contestare con mucho gusto.