BUENO YA SABEN POR EXTRAÑO QUE PAREZCA VAMOS PRIMERO CON LOS REVIWS:
KEIKO-SK: TE AGRADEZCO MUCHO TUS COMENTARIOS Y QUE BUENO QUE TE HAYA GUSTADO ESE CAPITULO, ESPERO QUE OPINES LO MISMO DE ESTE, ADEMÁS TRATARA DE PONER MÁS YXA. (PD: ESPERO QUE NO TE DE NINGUN ATAQUE CARDIACO^_^)
ANA: SIENTO PONER EL LENXANA PERO ES PARA DARLE SABOR A LA HISTORIA, PERO NO TE PREOCUPES PONDRE YOHXANA POR QUE AMO ESA PAREJA.
ANA, K-CHAN: CREO QUE VAS A SEGUIR INTRIGADA (NO NO ES CIERTO ES BROMA ^_^)ESPERO LO SIGAS LEYENDO Y ME SIGAS MANDANDO REVIEWS
EN ESTE CAPITULO MUESTRO COMO NACIO LA RELACIÓN ENTRE YOH Y ANA. ESTOS SON LOS RECUERDOS DE ELLOS 2 Y DIANA COMBINADOS, BUENO ESPERO QUE LES GUSTÉ:
CAP.-5:CUANDO ENTRASTE EN MI CORAZÓN.
-Buenos días señorita Ana- le decía una niña de cabello rosa a la rubia que meditaba en su habitación.
-Buenos días Tamao- contestó con seriedad.
-Disculpe que me retrasara pero me volvieron a castigar.
-¿Ahora que hiciste?- preguntó Ana.
-Es que el entrenamiento es muy duro T_T
-Es el necesario- contestó inexpresivamente.
-Si lo sé pero.bueno, discúlpeme unos momentos tengo que ir a dejarle su desayuno al joven Yoh.
-¿Al joven Yoh?- preguntó extrañada.
-Así es ayer regreso de entrenar con el señor Yohmei.
-Ya entiendo- dijo la sacerdotisa -no te tardes.
-Sí señorita.
-Tamao.
-Sí.
-Si no tienes cuidado con ese plato de sopa se te caerá ¿quieres que te ayude?
-No señorita, yo puedo.
-Damelo- dijo Ana tomando el plato y las dos comenzaron a caminar.
-Y ¿cómo es el joven Yoh?- preguntó Ana con un tono tan desinteresado que cualquiera hubiera dicho que si Tamao no le hubiera contestado le habría dado igual.
-Pues no se como describirlo pero tiene una sonrisa tan sincera y tiene un carácter tan simpático.¿usted cree en el amor a primera vista, señorita?
-Yo no creo en el amor- fue la respuesta brusca de la sacerdotisa, pero adivino la razón por la cual la chica de cabello rosa le había hecho esa pregunta -me dijo la Sra. Kino-continuo la rubia -que su nieto era un verdadero problema, además dice que es un chico bastante desobligado.
-No lo sé, apenas ayer hable con él y solo fueron unas cuantas palabras pero a mí me parece alguien muy.muy lindo- dijo la chica del cabello rosa con un claro color rojo en sus mejillas.
Al fin llegaron ante una de las tantas habitaciones de la casa y Tamao toco con delicadeza en la puerta -joven Yoh le traje su desayuno.
-Sigue dormido- dijo Ana fastidiada por la espera de minutos que llevaban -por cierto Tamao- dijo mirando a la niña.
-¿Sí?- contestó contemplando la expresión de Ana.
-¿No crees que la sopa esta demasiado fría?
-Sí lo sé pero él me pidió que la trajera así, porque de seguro se le haría tarde para su entrenamiento si tenía que esperar a que se enfriara un poco.
-Pues de todos modos llegara tarde si sigue durmiendo y yo ya me cansé de esperarlo- dijo acercándose a la puerta -¡oye quieres levantarte de una buena vez por un demonio!- grito furiosa, de inmediato se oyó un fuerte golpe, la puerta se abrió con rapidez, Yoh salió corriendo.
-Ya voy abuelito- dijo aún adormilado y al salir corriendo choco estrepitosamente con Ana, a la cual le cayo en la cabeza el plato lleno de sopa, mientras Yoh caía sobre ella.
-Srta. Ana ¿esta bien?- pregunto Tamao acercándose a los dos. Yoh se levantó y retiro el plato de la cabeza de Ana, los dos se miraron por unos instantes, Ana jamás había visto unos ojos como esos, era increíble verse en esa mirada tan profunda, ¿acaso era verdad? Se preguntaba, ¿en realidad podía existir una alma tan maravillosa como la que reflejaban los ojos de aquel niño?
-Lo siento mucho- dijo el niño apenado -¿no te lastimaste?- preguntó con preocupación mientras se levantaba, quedando frente a frente con la niña y de inmediato coloco su mano sobre la mejilla de la rubia que lo miraba conmocionada, al sentir ella aquella caricia se sintió confundida, de un manotazo retiro la mano del chico, se levanto y salió corriendo.
Su imagen en el agua era algo que le gustaba contemplar continuamente, siempre iba aquel estanque para poner en orden sus ideas pero aquel día no podía lograrlo, cada vez que cerraba sus ojos se encontraba con aquella mirada, atrapada en aquel instante.
-Yoh Asakura- dijo sin perder de vista el agua del estanque.
-Dime- escucho decir a sus espaldas, la niña giro su mirada, aquella voz la había sobresaltado pero supo disimularlo muy bien.
-¿Qué haces aquí?- preguntó ella bruscamente.
-Solo vine para disculparme, ¿no te lastime?- preguntó acercándose a la rubia.
-¿Qué te importa?- contestó enojada, entonces Yoh se acerco más a ella -¿Qué demonios miras?- dijo sonrojada al observar al chico tan cerca de ella.
-Pensaba en como te verías si sonrieras un poco.
-No necesito sonreír, las sacerdotisas no sonríen por todo y deben controlar sus sentimientos- dijo volviendo a posar su vista en el estanque.
-Todos necesitamos sonreír, yo creo que no podría vivir si no sonriera, me parece difícil controlar lo que siento- dijo asomándose al estanque mientras dejaba escapar una muy sincera risita -¿qué miras?- preguntó interesado.
-Nada.
-Dime.
-Mis pensamientos- dijo mientras observaba de reojo el comportamiento del niño.
-Pues yo no veo nada.
-¿Eres tonto? Quiero decir que estoy poniendo en orden mis pensamientos.
-Ah, ya entiendo ¿para qué?
-Vete, si, quiero estar sola.
-A mí no me gusta estar solo ¿a ti sí?
-Dije que te fueras.
-Bueno pero me puedes decir tu nombre.
-¿Te iras si te lo digo?
-Si me lo dices me iré, lo prometo.
-Ana Kiouyama, ahora largo.
-Bueno, nos vemos Anita, mi abuela dice que eres la mejor de todas las alumnas que ha tenido.
-¿Eso dijo la sensei Kino?- preguntó Ana sorprendida por el comentario de Yoh.
-Si, nos vemos.
-Espera.- la niña no supo que decirle cuando lo vio frente a ella -yo. bueno, ¿cómo sabes que ella piensa eso?
-Porque me lo dijo, también dice que has aprendido mucho en el poco tiempo que llevas aquí, que siguiera tu ejemplo, ¿le dedicas mucho tiempo al entrenamiento? Es por eso que eres tan increíble ¿verdad? Anita.
-Deja de llamarme así no seas irrespetuoso, y si le dedico tiempo es por que deseo ser la mejor y. alejarme lo más posible de aquellos que no tienen poderes.
-¿Hablas de los humanos?
-Sí, porque yo los odio.
-Pero.mi abuela dijo que tus padres eran humanos.
-Prometiste que te irías- interrumpió la rubia.
-Sí- contestó el niño.
-Pues vete- dijo con enojo -cumple tu promesa y déjame sola.
-Como quieras pero.no es bueno odiar a nadie, no me gusta oírte decir eso Anita- Ana no pudo decir una palabra, le daba la espalda a Yoh pero de reojo pudo ver como se alejaba, mientras el niño se alejaba unas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, ella no sabia que hacer para contener su llanto, aquella platica había removido todo aquello que ocultaba en su interior, el dolor que le causaba el abandono de sus padres.
-¿Cómo pudieron dejarme sola?- dijo Ana al estanque con mucho resentimiento, mientras ella lloraba Yoh la miraba, "es por mi culpa que esta llorando" pensó el niño, trato de acercarse a ella pero sintió miedo, miedo a que eso solo empeorara la situación así que prefirió retirarse en silencio.
Cada vez que Yoh terminaba sus entrenamientos, cuando ya había oscurecido, pasaba por el estanque y siempre la veía, le parecía que a pesar del semblante serio de la niña, sus ojos reflejaban tristeza. Lo que el no sabía es que ella también lo observaba todas las noches, no sabía por qué, pero cada vez que lo veía regresar, sentía una gran tranquilidad e incluso esbozaba una sonrisa, segura de que nadie la veía. Una de aquellas tantas noches que regresaba, él la observó, a pesar de que la noche era muy fría, por ser otoño, ella estaba ahí pero esta vez no era como siempre, ella tomaba agua con un recipiente y la tiraba sobre su cabeza, Yoh se sorprendió ya que el agua de seguro estaba helada, sigilosamente se acerco hasta donde estaba la niña.
-¿Qué quieres?- pregunto fríamente.
-Verte- dijo con su tono inocente.
-¿Para qué?
-Nada más, ¿qué haces?
-Nada- dijo mirando al niño, el pudo observar los ojos de la joven, su mirada se veía opaca.
-Tus ojos se ven tristes.
-Tú que sabes- comento mirando hacia otro lugar.
-Hay algo que te tiene triste ¿verdad?
-¿Acaso mi rostro refleja algún sentimiento?- pregunto con su fría voz.
-No, pero yo creo que así es- los 2 niños continuaron en silencio después de aquel comentario, Yoh pensó que solo debía estar ahí, por si ella quería decir algo.
-Buenas noches- dijo Ana alejándose del estanque.
-La luna es hermosa- fue la respuesta del niño, Ana miro el cielo y vio aquella linda luna llena -¿Te gusta?
-Si es muy bella- respondió mientras ambos perdían su mirada en aquella luna.
-Al fin dije algo que te pareció- después de este comentario paso un largo lapso hasta que al fin la rubia decidió romper el silencio.
-¿Cómo puedes tener esa actitud tan despreocupada Yoh Asakura?
-¿Por que lo dices? ¿Cómo debería comportarme?
-Deberías pensar más en quien eres.
-Pues soy Yoh ^_^
-Sí, pero también eres el heredero de los Asakura, nunca piensas en tus responsabilidades, algún día tendrás que ser la cabeza de la familia Asakura y no podrás continuar con tu actitud de tonto.
-Ya lo sé pero yo solo quiero tener una vida tranquila, es lo único que deseo, bueno y escuchar mi música favorita.
-Y ¿Cómo piensas lograr eso?
-Convirtiéndome en el Shaman King ¿qué deseas tú?- ella se quedó fría, nunca había pensado en lo que deseaba, así que solo se quedo mirando a aquel niño y esos hermosos y profundos ojos negros que él poseía.
-Lo que deseo es dormir- dijo con el mismo tono de siempre para después retirarse. A partir de ese día, Yoh iba a aquel lugar para estar con ella, aunque eran muy pocas las ocasiones en que se dirigían la palabra, pero siempre si alguien debía romper el silencio, era Yoh y solo lograban intercambiar algunas pocas frases, la "amistad" de Yoh con Ana no paso desapercibida para Kino Asakura, la cual los observaba cuando hablaban o mejor dicho cuando se reunían.
Un día mientras la rubia niña caminaba por los largos pasillos de la mansión vio caminar a Yoh de manera desganada, eran apenas las 10 de la mañana.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó haciendo al niño dar un pequeño brinco del susto que le había puesto.
-Eres tú Anita- comentó el chico, mientras colocaba una pequeña mochila, que traía puesta, en el piso.
-Te he dicho millones de veces que no me llames Anita ¬¬*
-Lo siento Ani.^_^U digo, Ana, lo que pasa es que pensé que serian mis abuelos.
-Te hice una pregunta, aún es muy temprano como para que ya hayas regresado de la escuela.
-Sí ya lo sé pero es que.me escape.
-Vaya, como siempre de holgazán, estuviste molestando con ir a la escuela de la aldea ahora lárgate y estudia flojo.
-Pero Anita, es que.
-¬¬* ¡Que no me digas así!
-Es que odio estar solo, nadie me quiere, todos dicen que soy el hijo del diablo- dijo estas palabras con tanta tristeza que la niña no pudo continuar regañándolo.
-Ves por que te dije que los humanos no valen la pena.
-Yo solo quiero tener amigos.
-Pero no que sean humanos, ellos no nos entienden, nos temen por que son muy poca cosa para comprendernos.
-No, no digas eso, yo creo que si les explicamos algunos desearan ser nuestros amigos.
-Ay Yoh- dijo resignada mientras una ligera sonrisa adornaba su rostro.
-Ves como no es tan difícil sonreír Anita.
-Ya cierra la boca- dijo con dureza mientras le daba la espalda -tu amistad vale mucho Yoh, no estés triste- comento.
-¿Crees que algún día pueda tener amigos humanos?
-¿Para que los quieres si ellos no te entienden y te dejan solo- preguntó con frialdad.
-Anita ¿dices esos por tus papás?- la pregunta del pequeño fue como un fuerte golpe para la futura sacerdotisa, sí, sin duda ella acababa de decir esas palabras basándose en su propia experiencia, lo miro de manera terrible.
-¿Cómo te atreves a preguntarme algo así?- grito fúrica -tú- le dijo apuntándole con el dedo de manera amenazadora -no sabes nada, absolutamente nada de mí Yoh Asakura- dijo y sin poder hacer nada sus ojos comenzaron a llenarse de llanto, sus lagrimas pronto habían cubierto sus mejillas y ella las secaba con desesperación después le dio la espalda para irse pero Yoh la abrazo.
-Perdóname por hacerte llorar- ella se sintió confundida por el abrazo pero se aferró a él. Ella necesitaba sentir que alguien estaba a su lado.
-No es tu culpa que yo llore- dijo separándose del abrazo -no te rindas Yoh, estoy segura que tu harás que los humanos nos entiendan. y por favor cuando lo logres dime como- termino de decir para enseguida irse dejando al pequeño shaman listo para regresar a hacer un nuevo intento.
Ana de nuevo se encontraba perdida en la pureza de aquellas aguas, no podía dejar de pensar en él, en su tristeza. "humanos estúpidos" pensaba "haya ellos, ni siquiera pueden compararse un poco a la familia Asakura, pero pobre de Yoh solo quiere amigos y este es uno de los precios que tendrá que pagar, es el peso del legado de su familia, le temen por que conocen las hazañas de esta familia, bueno lo más seguro es que. "
-¡Señorita Ana!- el grito desesperado de Tamao la saco de sus pensamientos.
-¿Qué pasa?- pregunto molesta por la interrupción aunque con disimulo.
-Por favor ayúdeme- decía asustada la niña del cabello rosa.
-¿Qué es lo que te pasa ahora?- pregunto con calma y fastidio al ver las lagrimas de la niña y cansada por sus gritos.
-Es que el joven Yoh.- apenas escucho el nombre del niño se levanto de su sitio. Para correr a ver lo que pasaba, de seguro a esa hora estaba entrenando, así que ni siquiera preguntó nada a Tamao para comenzar a correr, Tamao corría detrás de la rubia pero no podía seguirle el paso. Al fin Ana llego hasta donde estaba Yoh, efectivamente se encontraba en el bosque cercano a la mansión Asakura, estaba en el suelo y tenia una herida en su cabeza, Ana se acerco a él y se inclino frente a Yoh, este la miro y dijo:
-Por eso odio los entrenamientos.
-Pero si solo es un pequeño golpe- dijo Ana aliviada al comprobar que no tenía nada grave.
-Sí pero me duele mucho.
-Sí, pues que lastima levántate y deja de llorar como una niñita.
-No no quiero, hoy voy a dejar de entrenar.
-Ah, ¿sí?- dijo ella con su peculiar tono -bueno así que ya no quieres entrenar, esta bien. Un fuerte golpe se escuchó, y ante los asombrados ojos de Tamao, que acababa de llegar a la escena, Ana le dio a Yoh una cachetada tan fuerte que este se levanto de inmediato
-Eso me dolió más que el golpe- dijo Yoh sobando su mejilla.
-Entonces entendiste que no fue un golpe tan fuerte ¿no?
-¡Usted no debió pegarle!- escucharon ambos decir a Tamao y después la vieron salir corriendo.
-Seguiré entrenando- dijo Yoh aún sobando su mejilla, Ana se dio cuenta que del golpe que tenía Yoh salía un poco de sangre, así que, ante el asombro de este saco una cinta de color azul y con ella vendó la herida.
-¿Qué te paso?- pregunto de forma desinteresada.
-Cuando estaba entrenando me estrelle contra ese árbol ^_^ ji ji ji ji.
-Ten más cuidado y entrena como es debido, por cierto esa cinta que te puse en la cabeza es de mi mamá- escucho decir Yoh a la pequeña cuando ya se retiraba -,así que cuídala. Después Ana regreso a su habitación, ya sabía lo que pasaría ahora.
Un golpe en su puerta llamó su atención, su meditación era nuevamente interrumpida escucho una voz muy conocida detrás de la puerta.
-Srta. Ana puedo pasar- preguntó Tamao.
-Sí- contestó la niña rubia y de inmediato la que antes tocaba la puerta se decidió a entrar.
-Srta. Ana, la señora Kino desea hablar con usted.
-Enseguida voy- fue la respuesta de Ana mientras se ponía de pie y se disponía a salir.
-Perdóneme Srta. Ana TTTTT___TTTTT- dijo Tamao llorando a cantaros -yo no quería que. que la regañaran pero es que cuando vi que usted le pegaba al joven Yoh, cuando el pobrecito estaba ahí tirado yo yo.- pero no continuo porque sintió la mano de Ana sobre su hombro.
-Quieres mucho al joven Yoh y creíste que mi conducta no fue buena pero cuando se lo dijiste a la señora Kino lo hiciste sin malicia, porque para ti soy una buena amiga- Tamao abrió sus ojos sorprendida, Ana había dicho exactamente lo que ella estaba pensando, ella vio a la niña rubia salir en silencio de su habitación para dirigirse hacia la de la Sra. Kino.
Después de llamar a la puerta y recibir el permiso para pasar se introdujo en la habitación de su sensei.
-Buenas tardes sensei Kino- dijo Ana haciendo una reverencia mientras miraba a la mujer que estaba frente a ella, la cual le hizo una seña para que se acercara a ella, una vez que la niña se acerco le indico que se sentara y ella así lo hizo.
-Buenas tardes Ana- dijo la mujer -dejémonos de formalismos y dime una cosa.- Ana la miro esperando la reprensión a la que creía haberse hecho acreedora.
-Si sensei- dijo la pequeña inclinando la mirada.
-¿Qué piensas de mi nieto Yoh? . y por favor se todo lo sincera que necesites- la niña se sorprendió por aquella cuestión, aunque su semblante no lo demostraba, lo menos que se esperaba era aquella pregunta.
-Pues yo.- Ana no le pediría que repitiera su pregunta, sabia que eso solo la haría parecer perturbada -bueno el joven Yoh es.
-Se sincera- comentó Kino.
-Yoh es el niño más desobligado, flojo, despreocupado y tonto de la tierra- dijo ella sin ninguna consideración -pero- dijo después de una breve reflexión de fugaces segundos -también es un chico sincero, tierno, lleno de sueños y anhelos increíbles, a veces olvida que un día su responsabilidad será mantener el prestigio de toda la dinastía de los Asakura, pero su alma está tan llena de pureza, yo sé que lo entenderá su destino es muy duro pero confió en que lo comprenderá y entonces desempeñara el papel para el cual esta destinado, como cabeza de dinastía o. como. Shaman King- aquella frase impacto a Kino, a pesar de que tanto ella como Yohmei y el padre de Yoh estaban preocupados de que Yoh iba directo a ser el shaman más débil de los Asakura, esta niña se atrevía a asegurar que él podía llegar incluso al mismo trono de los shamanes.
-Ana ¿qué se necesita para ser una sacerdotisa?
-Disciplina espiritual, constancia, meditación, fuerza y carácter- contesto la niña sin titubear pero sin comprender el repentino cambio de tema.
-Y una vez que se ha conseguido forjar todo eso ¿cómo se nombra a una itako?
-Cuando alguien demuestra haber aprendido los conocimientos de una sacerdotisa y demuestra que puede controlar los espíritus, realiza la ceremonia de purificación para así conseguir la paz de su espíritu, se le otorga un rosario consagrado para la realización de la posesión de almas; un rosario que pueda funcionar como el legendario 1080 pero sin llegar a tener las mismas facultades y por último realizar el entrenamiento de la montaña Ozore durante un año.
-Así es, dime Ana ¿en qué mes estamos?
-Diciembre.
-¿Te crees capaz de realizar la ceremonia de purificación aún en esta temporada?
-Lo haré si me es ordenado.
-Ve y hazlo.
-Si sensei- dijo la rubia mientras se ponía de pie, hizo una reverencia y se retiro.
Ana no comprendía del todo el porque de la petición de Kino, no entendía todos aquellos cuestionamientos y preguntas, pero aún así se dirigió hasta la cascada cercana a la mansión, "¿Acaso será un castigo por la cachetada que le di a Yoh?" Se preguntaba mientras caminaba.
~Mientras tanto en la habitación de Kino~
-¿Me mandaste llamar abuelita?- pregunto Yoh mientras entraba en la habitación.
-Así es.
-¿Qué necesitas?
-Que me contestes una pregunta.
-Te advierto que soy malísimo en matemáticas.
-No te preguntare nada sobre tus estudios.
-¿Ni de mi avance como shaman?
-No.
-Que bueno ^_^.
-¿Qué piensas de Kiouyama Ana?
-¿De Anita?
-Sí.
-Es muy seria, callada y estricta, aunque tan bien es muy buena.creo.
-¿Por qué lo dices?
-Mira, me vendo la herida que me hice cuando estaba entrenando y me dijo que tuviera cuidado.
-Pero.te dio una bofetada ¿verdad?
-Sí, solo porque le dije que ya no pensaba entrenar, me dolió mucho más que el golpe del entrenamiento pero a pesar de eso creo que en el fondo es buena, aunque a veces me da un poco de miedo pero admiro mucho su fuerza espiritual, yo me quejo por no tener a mi mamá pero ella entrena con mucho afán sin tener a sus padres.
-Ya comprendo y ¿hablas mucho con ella?
-Casi no hablamos pero a veces me dice cosas que me hacen que no me rinda, ella piensa que algún día lograre tener amigos que sean humanos.
-Bueno Yoh eso es todo lo que quería preguntarte.
-Por favor abuelita no la regañes por el golpe que me dio, no me dolió tanto.
-Puedes retirarte. Apenas salió Yoh llego Tamao.
-Sra. Kino- dijo Tamao entrando en la habitación -ya llegó la persona que esperaba.
-Hazla pasar- dijo Kino.
-Sí- la niña se retiro y de inmediato en la habitación entro una alta mujer de corto cabello rubio hasta un poco más debajo de los hombres, ella estaba acompañada de una niña de cabello negro
~Ana en la cascada~
"¿Acaso querrá nombrarme sacerdotisa?" Pensaba la niña en sus meditaciones mientras sentía como la fría agua caía sobre ella "no, para serlo por lo menos tendría que estar aquí 10 años y para eso aún falta mucho, ¿porqué me habrá preguntado sobre Yoh? ¿Qué es este sentimiento que tengo por Yoh? ¿Será.amor?" aquella última reflexión la asusto bastante, ella no podía cometer el error de enamorarse "no quiero volver a querer a nadie, cuando se quiere a alguien siempre se sufre, no puedo quererlo, pero ya no puedo evitarlo, gracias a él, a su limpia mirada, a su sonrisa sincera, he olvidado ese resentimiento que le tenía a mis padres pero y.si el no siente nada por mi."
~Habitación de Kino~
-Buenas tardes Sra. Asakura- dijo la mujer que acababa de entrar mientras tomaba asiento frente a Kino y junto a ella se sentaba la niña que la acompañaba
-Buenas tardes Sra. Kiouyama.
-¿Cómo esta todo? ¿Acaso pasa algo malo con Ana?
-Precisamente de lo que pasara con Ana es la razón por la cual la mande llamar- la mirada de Kino se poso un instante en la niña frente a ella y que acompañaba a la mujer que acababa de llegar.
-Disculpe- dijo rápidamente la mujer- ella es mi sobrina Kiouyama Diana.
-Mucho gusto Sra. Asakura- respondió la niña.
-Mucho gusto Diana y ¿Tu no tienes poderes?- pregunto dirigiéndose a la pequeña.
-N- no, claro que no- respondió nerviosa -yo no soy una niña anormal como Ana.
-Discúlpela- dijo la Sra. Kiouyama -esta un poco sensible, hace poco sus padres murieron, desde entonces vive con mi esposo y conmigo ¿verdad Dianita?
-Sí.
-Bueno pero hablemos de Ana- dijo Kino - usted sabe que a mi no me gustan los rodeos y si la llame es por que necesito su opinión, quiero comprometer a Ana con mi nieto Yoh en matrimonio.
-¿En matrimonio?- dijo sorprendida la madre de Ana, pero Diana estaba impactada.
~En la cascada~
"Sí le diré a Yoh lo que siento por él" pensaba la niña después de las largas reflexiones "no tengo por que sentir miedo, ya no me duele lo que paso con mis padres, tal vez Yoh y yo."
~Habitación de Kino~
-Sí- contestó Kino -pero no crea que es una decisión precipitada, todos los miembros de mi familia hemos pensado que ella es la única merecedora de formar parte de una dinastía tan importante como la de los Asakura, ella es mi alumna favorita, ha logrado en este tiempo lo que se hace en diez años de arduo entrenamiento.
-Comprendo- dijo la Sra. Kiouyama -estoy completamente de acuerdo con ese compromiso, Ana debe casarse con alguien que comprenda sus poderes, solo espero que sea feliz.
-Puedo adelantarme tía- interrumpió Diana, tanto la conversación como el hecho de que Kino pudiera descubrir que ella tenía poderes como los de su prima la ponía nerviosa.
-Sí, ya no tardare mucho.
~En la cascada~ (N. De la A.: aquello que este entre "" son pensamientos y palabras que Ana dice en su mente y entre ¨ ¨ son las respuestas que Diana da en la mente de Ana)
"Creo que ya he terminado la ceremonia" pensaba Ana mientras salía lentamente de la cascada.
¨Ana¨ escuchó decir claramente en su mente.
"¿Diana?" Se preguntaba al haber pensado en su prima.
¨Veo que lo conseguiste prima¨ le respondió la voz de su mente.
-Diana eres tú ¿Dónde estas?
¨Muy cerca de ti pero pronto volveremos a estar lejos¨
-¿Quieres decir que estas aquí?
¨Mí tía y yo¨ contestó con enfado.
-¿Por qué no me lo dijiste antes? Enseguida iré- dijo feliz -al fin mi mamá regreso por mí.
¨No seas ingenua Ana, y ni vengas porque estamos por irnos pero que más quieres conseguiste ganarte muy bien a esta familia¨
-¿De que hablas?
¨Ya lo veraz pero lo que sí te digo es que no deseamos volver a verte ni yo ni tus padres¨ Ana se quedo petrificada, aquel comentario le parecía demasiado cruel ¨Más bien debería decir MIS PADRES porque desde que los míos murieron vivo con los tuyos y no queremos volver a saber nada de la niña extraña que se llama Ana Kiouyama¨
-¡Eso que dices no es cierto!
¨Claro que lo es, así que hasta nunca, oh gran sacerdotisa Ana¨
-No, esperen no se vayan- dijo Ana comenzando a correr hacia la mansión Asakura.
Ana al fin llegó a la mansión Asakura y se encontró con Kino.
-Sensei. - dijo Ana aún agitada por lo que había corrido
-¿Terminaste tu ceremonia de purificación?
-Sí pero.
-Ya se fue, pero lo que te debe preocupar es que quiero verte en el salón de la casa en una hora, por favor ponte algo formal y.no continúes pensando en lo de tu familia - dijo acariciando la cabeza de Ana.
"Que tonta fuí" se dijo a sí misma Ana "nadie puede quererme y este amor que siento por Yoh nunca saldrá de mí, si le demuestro el amor que creo sentir por el solo me lastimara igual que ellos, ya no quiero querer a nadie" pensó mientras se retiraba a su cuarto.
Al fin llego el momento que Kino le había señalado a la niña y esta llegó al salón, Ana se encontraba vestida con un hermoso Kimono blanco, sostenido de la cintura por una tela de color azul y había recogido su cabello; la niña llamó la puerta y escucho la voz de su sensei indicándole que entrara. En cuanto entro se encontró con que frente a ella estaban sentados Kino, a su derecha Yohmei -el abuelo de Yoh- y Miki Hisa a la izquierda de la mujer.
-Buenas noches- saludo Ana con una reverencia, después de que contestaron su saludo espero que se le indicara algo y así sucedió. Yohmei le indico que se sentara en un cojín que estaba colocado justo frente a ellos, ella observo que a lado de donde ella se había sentado estaba colocado otro cojín, se sentía nerviosa pero no lo demostraría.
-Ana- comenzó a hablar Kino -creo que sabes perfectamente que estoy más que contenta por la manera en que haz llevado tu entrenamiento, bueno, pienso que es momento en que seas nombrada sacerdotisa. Estas palabras sorprendieron a Ana, es verdad que ella deseaba ser la mejor sacerdotisa que hubiera existido pero haberlo logrado tan pronto.
-No dudes ahora Ana- comentó Kino -tú eres la mejor aprendiz que he tenido e incluyo a mi hija Keiko y es por eso que a partir de hoy tú eres LA SACERDOTISA ANA- apenas dijo esto, saco una caja de madera y se la entrego, Ana la abrió encontrando en ella un rosario de color azul, lo saco de forma ceremonial y se lo coloco, Kino sonrió en ese momento; de pronto Tamao irrumpió en el salón.
-Al fin lo encontré- dijo la niña de cabello rosa entrando para tomar asiento detrás de Miki Hisa, Yohmei y Kino. Después de ella entro corriendo Yoh.
-¿Qué pasa?- pregunto el niño desde la puerta -estaba dormido y tengo hambre.
-Guarda silencio Yoh- dijo Yohmei algo enfadado.
-Toma asiento a un lado de Ana- le indico Miki Hisa.
-Sí -_- - respondió con tristeza, apenas tomo su lugar comenzó a mirar a Ana le pareció que se veía hermosa con ese Kimono pero como no deseaba ser reprendido de nuevo decidió no expresarlo.
-Kiouyama Ana- dijo Kino -hemos decidido que Asakura Yoh y tú queden comprometidos en matrimonio. Al oír esto los dos niños quedaron impactados, incluso Yoh se había quedado sin palabras.
-Nadie mejor para formar parte de la honorable dinastía de los Asakura que una joven tan talentosa como tú Ana- comentó Miki Hisa. Ana miraba lo que sucedía pero le parecía estar viendo una escena de la vida de otra persona, ahora estaba comprometida con Yoh, miro al niño que continuaba con la boca abierta de la impresión pero sin poder decir nada, poso su vista en Kino la cual parecía muy complacida, miro a Yohmei y Miki Hisa los cuales se veía estaban de acuerdo con dicha decisión, pero también noto la decepción en el rostro de Tamao, ella sabia lo que Tamao sentía por Yoh y le parecía tan injusto pero que había de ella, hasta ahora no le habían pasado más que cosas injustas ya era momento de que algo bueno le pasara pero el estar comprometida con Yoh ¿era bueno o malo? ¿Debía estar feliz o triste? Al fin Yoh reacciono interrumpiendo los pensamientos de la ahora sacerdotisa.
-¡Pero ¿cómo podemos estar comprometidos? Solo somos unos niños!
-Sí- contestó Yohmei -pero aunque solo sean unos niños tenemos que asegurar que la familia Asakura continuara como hasta ahora.todo debe quedar entre shamanes- termino de decir este y de inmediato Yoh recibió una caja de su padre, al abrirla encontró una pulsera de esferas de color azul.
-Fue de tu madre- comentó el hombre que siempre tenía una máscara ocultando su rostro -entrégasela- El hombre se acerco a su hijo indicándole lo que tenía que decirle a la niña. Ana miro como Yoh sacaba la pulsera de su caja, ella extendió su mano.
-Ana Kiouyama, deseo que a partir de de de hoy- Yoh estaba bastante nervioso -esta pulsera de la fa-fa-familiaAsakura sea el vinculo que simbolice nuestro.nuestro. compromiso- termino de decir para colocarle la pulsera mientras sus mejillas reflejaban un enorme sonrojo al igual que las de Ana.
-Me sentiré honrada de formar parte de la honorable familia Asakura- dijo Ana ocultando los sentimientos que la confundían.
Después de ese momento Ana e Yoh recibieron permiso para retirarse, en cuanto salieron se miraron pero Ana inclinó su mirada y se alejo de él, 2 días después ella partió a la montaña Ozore y se fue sin cruzar palabra con Yoh, ella se había encerrado en su habitación tenía miedo de saber lo que en verdad opinaba Yoh de ese compromiso y sentía que había traicionado a Tamao, ella e Yoh no volvieron a verse hasta un año después cuando ella regreso ya como una Itako.
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Ana miraba aquella pulsera que lucía en su muñeca, es verdad a pesar de haber terminado su compromiso con Yoh no se la había quitado, aún era un vinculo entre ellos, cerro sus ojos y recordó el beso de Yoh, poco después el sueño la venció pensando en lo mucho que amaba a Yoh y lo mucho que lo amo desde que lo conoció y como gracias a él había logrado borrar de su corazón elodio que tenía hacia los humanos.
Amidamaru miraba a Yoh, el joven shaman contemplaba las estrellas con sus ojos llenos de tristeza, de pronto el samurai observo como Yoh sacaba de uno de sus bolsillos una cinta de color azul.
-¿En que piensa amo Yoh?- le pregunto el espíritu.
-Recordé algo de mi infancia- dijo mientras acariciaba la cinta, por primera vez desde hace mucho Yoh recordó lo mucho que quiso a Ana desde su primer encuentro con ella y lo tierna y frágil que era ella en realidad, se levanto del césped donde había estado contemplando las estrellas y decidió dirigirse a su casa, recordó aquel beso pero un pensamiento cruzó su mente "todo saldrá bien" y con esto camino a su hogar seguido por su espíritu acompañante.
-------CONTINUARA---------
Espero que les haya gustado este capitulo, sé que no avanza mucho la historia pero es que me parecia que tenía que escribirlo, bueno primero solo era un recuerdo de Yoh, Ana y Diana pero como fue muy pero muy largo decidi transformarlo en un capitulo aparte, espero sus reviews, nos vemos en el proximo capitulo.
KEIKO-SK: TE AGRADEZCO MUCHO TUS COMENTARIOS Y QUE BUENO QUE TE HAYA GUSTADO ESE CAPITULO, ESPERO QUE OPINES LO MISMO DE ESTE, ADEMÁS TRATARA DE PONER MÁS YXA. (PD: ESPERO QUE NO TE DE NINGUN ATAQUE CARDIACO^_^)
ANA: SIENTO PONER EL LENXANA PERO ES PARA DARLE SABOR A LA HISTORIA, PERO NO TE PREOCUPES PONDRE YOHXANA POR QUE AMO ESA PAREJA.
ANA, K-CHAN: CREO QUE VAS A SEGUIR INTRIGADA (NO NO ES CIERTO ES BROMA ^_^)ESPERO LO SIGAS LEYENDO Y ME SIGAS MANDANDO REVIEWS
EN ESTE CAPITULO MUESTRO COMO NACIO LA RELACIÓN ENTRE YOH Y ANA. ESTOS SON LOS RECUERDOS DE ELLOS 2 Y DIANA COMBINADOS, BUENO ESPERO QUE LES GUSTÉ:
CAP.-5:CUANDO ENTRASTE EN MI CORAZÓN.
-Buenos días señorita Ana- le decía una niña de cabello rosa a la rubia que meditaba en su habitación.
-Buenos días Tamao- contestó con seriedad.
-Disculpe que me retrasara pero me volvieron a castigar.
-¿Ahora que hiciste?- preguntó Ana.
-Es que el entrenamiento es muy duro T_T
-Es el necesario- contestó inexpresivamente.
-Si lo sé pero.bueno, discúlpeme unos momentos tengo que ir a dejarle su desayuno al joven Yoh.
-¿Al joven Yoh?- preguntó extrañada.
-Así es ayer regreso de entrenar con el señor Yohmei.
-Ya entiendo- dijo la sacerdotisa -no te tardes.
-Sí señorita.
-Tamao.
-Sí.
-Si no tienes cuidado con ese plato de sopa se te caerá ¿quieres que te ayude?
-No señorita, yo puedo.
-Damelo- dijo Ana tomando el plato y las dos comenzaron a caminar.
-Y ¿cómo es el joven Yoh?- preguntó Ana con un tono tan desinteresado que cualquiera hubiera dicho que si Tamao no le hubiera contestado le habría dado igual.
-Pues no se como describirlo pero tiene una sonrisa tan sincera y tiene un carácter tan simpático.¿usted cree en el amor a primera vista, señorita?
-Yo no creo en el amor- fue la respuesta brusca de la sacerdotisa, pero adivino la razón por la cual la chica de cabello rosa le había hecho esa pregunta -me dijo la Sra. Kino-continuo la rubia -que su nieto era un verdadero problema, además dice que es un chico bastante desobligado.
-No lo sé, apenas ayer hable con él y solo fueron unas cuantas palabras pero a mí me parece alguien muy.muy lindo- dijo la chica del cabello rosa con un claro color rojo en sus mejillas.
Al fin llegaron ante una de las tantas habitaciones de la casa y Tamao toco con delicadeza en la puerta -joven Yoh le traje su desayuno.
-Sigue dormido- dijo Ana fastidiada por la espera de minutos que llevaban -por cierto Tamao- dijo mirando a la niña.
-¿Sí?- contestó contemplando la expresión de Ana.
-¿No crees que la sopa esta demasiado fría?
-Sí lo sé pero él me pidió que la trajera así, porque de seguro se le haría tarde para su entrenamiento si tenía que esperar a que se enfriara un poco.
-Pues de todos modos llegara tarde si sigue durmiendo y yo ya me cansé de esperarlo- dijo acercándose a la puerta -¡oye quieres levantarte de una buena vez por un demonio!- grito furiosa, de inmediato se oyó un fuerte golpe, la puerta se abrió con rapidez, Yoh salió corriendo.
-Ya voy abuelito- dijo aún adormilado y al salir corriendo choco estrepitosamente con Ana, a la cual le cayo en la cabeza el plato lleno de sopa, mientras Yoh caía sobre ella.
-Srta. Ana ¿esta bien?- pregunto Tamao acercándose a los dos. Yoh se levantó y retiro el plato de la cabeza de Ana, los dos se miraron por unos instantes, Ana jamás había visto unos ojos como esos, era increíble verse en esa mirada tan profunda, ¿acaso era verdad? Se preguntaba, ¿en realidad podía existir una alma tan maravillosa como la que reflejaban los ojos de aquel niño?
-Lo siento mucho- dijo el niño apenado -¿no te lastimaste?- preguntó con preocupación mientras se levantaba, quedando frente a frente con la niña y de inmediato coloco su mano sobre la mejilla de la rubia que lo miraba conmocionada, al sentir ella aquella caricia se sintió confundida, de un manotazo retiro la mano del chico, se levanto y salió corriendo.
Su imagen en el agua era algo que le gustaba contemplar continuamente, siempre iba aquel estanque para poner en orden sus ideas pero aquel día no podía lograrlo, cada vez que cerraba sus ojos se encontraba con aquella mirada, atrapada en aquel instante.
-Yoh Asakura- dijo sin perder de vista el agua del estanque.
-Dime- escucho decir a sus espaldas, la niña giro su mirada, aquella voz la había sobresaltado pero supo disimularlo muy bien.
-¿Qué haces aquí?- preguntó ella bruscamente.
-Solo vine para disculparme, ¿no te lastime?- preguntó acercándose a la rubia.
-¿Qué te importa?- contestó enojada, entonces Yoh se acerco más a ella -¿Qué demonios miras?- dijo sonrojada al observar al chico tan cerca de ella.
-Pensaba en como te verías si sonrieras un poco.
-No necesito sonreír, las sacerdotisas no sonríen por todo y deben controlar sus sentimientos- dijo volviendo a posar su vista en el estanque.
-Todos necesitamos sonreír, yo creo que no podría vivir si no sonriera, me parece difícil controlar lo que siento- dijo asomándose al estanque mientras dejaba escapar una muy sincera risita -¿qué miras?- preguntó interesado.
-Nada.
-Dime.
-Mis pensamientos- dijo mientras observaba de reojo el comportamiento del niño.
-Pues yo no veo nada.
-¿Eres tonto? Quiero decir que estoy poniendo en orden mis pensamientos.
-Ah, ya entiendo ¿para qué?
-Vete, si, quiero estar sola.
-A mí no me gusta estar solo ¿a ti sí?
-Dije que te fueras.
-Bueno pero me puedes decir tu nombre.
-¿Te iras si te lo digo?
-Si me lo dices me iré, lo prometo.
-Ana Kiouyama, ahora largo.
-Bueno, nos vemos Anita, mi abuela dice que eres la mejor de todas las alumnas que ha tenido.
-¿Eso dijo la sensei Kino?- preguntó Ana sorprendida por el comentario de Yoh.
-Si, nos vemos.
-Espera.- la niña no supo que decirle cuando lo vio frente a ella -yo. bueno, ¿cómo sabes que ella piensa eso?
-Porque me lo dijo, también dice que has aprendido mucho en el poco tiempo que llevas aquí, que siguiera tu ejemplo, ¿le dedicas mucho tiempo al entrenamiento? Es por eso que eres tan increíble ¿verdad? Anita.
-Deja de llamarme así no seas irrespetuoso, y si le dedico tiempo es por que deseo ser la mejor y. alejarme lo más posible de aquellos que no tienen poderes.
-¿Hablas de los humanos?
-Sí, porque yo los odio.
-Pero.mi abuela dijo que tus padres eran humanos.
-Prometiste que te irías- interrumpió la rubia.
-Sí- contestó el niño.
-Pues vete- dijo con enojo -cumple tu promesa y déjame sola.
-Como quieras pero.no es bueno odiar a nadie, no me gusta oírte decir eso Anita- Ana no pudo decir una palabra, le daba la espalda a Yoh pero de reojo pudo ver como se alejaba, mientras el niño se alejaba unas lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, ella no sabia que hacer para contener su llanto, aquella platica había removido todo aquello que ocultaba en su interior, el dolor que le causaba el abandono de sus padres.
-¿Cómo pudieron dejarme sola?- dijo Ana al estanque con mucho resentimiento, mientras ella lloraba Yoh la miraba, "es por mi culpa que esta llorando" pensó el niño, trato de acercarse a ella pero sintió miedo, miedo a que eso solo empeorara la situación así que prefirió retirarse en silencio.
Cada vez que Yoh terminaba sus entrenamientos, cuando ya había oscurecido, pasaba por el estanque y siempre la veía, le parecía que a pesar del semblante serio de la niña, sus ojos reflejaban tristeza. Lo que el no sabía es que ella también lo observaba todas las noches, no sabía por qué, pero cada vez que lo veía regresar, sentía una gran tranquilidad e incluso esbozaba una sonrisa, segura de que nadie la veía. Una de aquellas tantas noches que regresaba, él la observó, a pesar de que la noche era muy fría, por ser otoño, ella estaba ahí pero esta vez no era como siempre, ella tomaba agua con un recipiente y la tiraba sobre su cabeza, Yoh se sorprendió ya que el agua de seguro estaba helada, sigilosamente se acerco hasta donde estaba la niña.
-¿Qué quieres?- pregunto fríamente.
-Verte- dijo con su tono inocente.
-¿Para qué?
-Nada más, ¿qué haces?
-Nada- dijo mirando al niño, el pudo observar los ojos de la joven, su mirada se veía opaca.
-Tus ojos se ven tristes.
-Tú que sabes- comento mirando hacia otro lugar.
-Hay algo que te tiene triste ¿verdad?
-¿Acaso mi rostro refleja algún sentimiento?- pregunto con su fría voz.
-No, pero yo creo que así es- los 2 niños continuaron en silencio después de aquel comentario, Yoh pensó que solo debía estar ahí, por si ella quería decir algo.
-Buenas noches- dijo Ana alejándose del estanque.
-La luna es hermosa- fue la respuesta del niño, Ana miro el cielo y vio aquella linda luna llena -¿Te gusta?
-Si es muy bella- respondió mientras ambos perdían su mirada en aquella luna.
-Al fin dije algo que te pareció- después de este comentario paso un largo lapso hasta que al fin la rubia decidió romper el silencio.
-¿Cómo puedes tener esa actitud tan despreocupada Yoh Asakura?
-¿Por que lo dices? ¿Cómo debería comportarme?
-Deberías pensar más en quien eres.
-Pues soy Yoh ^_^
-Sí, pero también eres el heredero de los Asakura, nunca piensas en tus responsabilidades, algún día tendrás que ser la cabeza de la familia Asakura y no podrás continuar con tu actitud de tonto.
-Ya lo sé pero yo solo quiero tener una vida tranquila, es lo único que deseo, bueno y escuchar mi música favorita.
-Y ¿Cómo piensas lograr eso?
-Convirtiéndome en el Shaman King ¿qué deseas tú?- ella se quedó fría, nunca había pensado en lo que deseaba, así que solo se quedo mirando a aquel niño y esos hermosos y profundos ojos negros que él poseía.
-Lo que deseo es dormir- dijo con el mismo tono de siempre para después retirarse. A partir de ese día, Yoh iba a aquel lugar para estar con ella, aunque eran muy pocas las ocasiones en que se dirigían la palabra, pero siempre si alguien debía romper el silencio, era Yoh y solo lograban intercambiar algunas pocas frases, la "amistad" de Yoh con Ana no paso desapercibida para Kino Asakura, la cual los observaba cuando hablaban o mejor dicho cuando se reunían.
Un día mientras la rubia niña caminaba por los largos pasillos de la mansión vio caminar a Yoh de manera desganada, eran apenas las 10 de la mañana.
-¿Qué haces aquí?- le preguntó haciendo al niño dar un pequeño brinco del susto que le había puesto.
-Eres tú Anita- comentó el chico, mientras colocaba una pequeña mochila, que traía puesta, en el piso.
-Te he dicho millones de veces que no me llames Anita ¬¬*
-Lo siento Ani.^_^U digo, Ana, lo que pasa es que pensé que serian mis abuelos.
-Te hice una pregunta, aún es muy temprano como para que ya hayas regresado de la escuela.
-Sí ya lo sé pero es que.me escape.
-Vaya, como siempre de holgazán, estuviste molestando con ir a la escuela de la aldea ahora lárgate y estudia flojo.
-Pero Anita, es que.
-¬¬* ¡Que no me digas así!
-Es que odio estar solo, nadie me quiere, todos dicen que soy el hijo del diablo- dijo estas palabras con tanta tristeza que la niña no pudo continuar regañándolo.
-Ves por que te dije que los humanos no valen la pena.
-Yo solo quiero tener amigos.
-Pero no que sean humanos, ellos no nos entienden, nos temen por que son muy poca cosa para comprendernos.
-No, no digas eso, yo creo que si les explicamos algunos desearan ser nuestros amigos.
-Ay Yoh- dijo resignada mientras una ligera sonrisa adornaba su rostro.
-Ves como no es tan difícil sonreír Anita.
-Ya cierra la boca- dijo con dureza mientras le daba la espalda -tu amistad vale mucho Yoh, no estés triste- comento.
-¿Crees que algún día pueda tener amigos humanos?
-¿Para que los quieres si ellos no te entienden y te dejan solo- preguntó con frialdad.
-Anita ¿dices esos por tus papás?- la pregunta del pequeño fue como un fuerte golpe para la futura sacerdotisa, sí, sin duda ella acababa de decir esas palabras basándose en su propia experiencia, lo miro de manera terrible.
-¿Cómo te atreves a preguntarme algo así?- grito fúrica -tú- le dijo apuntándole con el dedo de manera amenazadora -no sabes nada, absolutamente nada de mí Yoh Asakura- dijo y sin poder hacer nada sus ojos comenzaron a llenarse de llanto, sus lagrimas pronto habían cubierto sus mejillas y ella las secaba con desesperación después le dio la espalda para irse pero Yoh la abrazo.
-Perdóname por hacerte llorar- ella se sintió confundida por el abrazo pero se aferró a él. Ella necesitaba sentir que alguien estaba a su lado.
-No es tu culpa que yo llore- dijo separándose del abrazo -no te rindas Yoh, estoy segura que tu harás que los humanos nos entiendan. y por favor cuando lo logres dime como- termino de decir para enseguida irse dejando al pequeño shaman listo para regresar a hacer un nuevo intento.
Ana de nuevo se encontraba perdida en la pureza de aquellas aguas, no podía dejar de pensar en él, en su tristeza. "humanos estúpidos" pensaba "haya ellos, ni siquiera pueden compararse un poco a la familia Asakura, pero pobre de Yoh solo quiere amigos y este es uno de los precios que tendrá que pagar, es el peso del legado de su familia, le temen por que conocen las hazañas de esta familia, bueno lo más seguro es que. "
-¡Señorita Ana!- el grito desesperado de Tamao la saco de sus pensamientos.
-¿Qué pasa?- pregunto molesta por la interrupción aunque con disimulo.
-Por favor ayúdeme- decía asustada la niña del cabello rosa.
-¿Qué es lo que te pasa ahora?- pregunto con calma y fastidio al ver las lagrimas de la niña y cansada por sus gritos.
-Es que el joven Yoh.- apenas escucho el nombre del niño se levanto de su sitio. Para correr a ver lo que pasaba, de seguro a esa hora estaba entrenando, así que ni siquiera preguntó nada a Tamao para comenzar a correr, Tamao corría detrás de la rubia pero no podía seguirle el paso. Al fin Ana llego hasta donde estaba Yoh, efectivamente se encontraba en el bosque cercano a la mansión Asakura, estaba en el suelo y tenia una herida en su cabeza, Ana se acerco a él y se inclino frente a Yoh, este la miro y dijo:
-Por eso odio los entrenamientos.
-Pero si solo es un pequeño golpe- dijo Ana aliviada al comprobar que no tenía nada grave.
-Sí pero me duele mucho.
-Sí, pues que lastima levántate y deja de llorar como una niñita.
-No no quiero, hoy voy a dejar de entrenar.
-Ah, ¿sí?- dijo ella con su peculiar tono -bueno así que ya no quieres entrenar, esta bien. Un fuerte golpe se escuchó, y ante los asombrados ojos de Tamao, que acababa de llegar a la escena, Ana le dio a Yoh una cachetada tan fuerte que este se levanto de inmediato
-Eso me dolió más que el golpe- dijo Yoh sobando su mejilla.
-Entonces entendiste que no fue un golpe tan fuerte ¿no?
-¡Usted no debió pegarle!- escucharon ambos decir a Tamao y después la vieron salir corriendo.
-Seguiré entrenando- dijo Yoh aún sobando su mejilla, Ana se dio cuenta que del golpe que tenía Yoh salía un poco de sangre, así que, ante el asombro de este saco una cinta de color azul y con ella vendó la herida.
-¿Qué te paso?- pregunto de forma desinteresada.
-Cuando estaba entrenando me estrelle contra ese árbol ^_^ ji ji ji ji.
-Ten más cuidado y entrena como es debido, por cierto esa cinta que te puse en la cabeza es de mi mamá- escucho decir Yoh a la pequeña cuando ya se retiraba -,así que cuídala. Después Ana regreso a su habitación, ya sabía lo que pasaría ahora.
Un golpe en su puerta llamó su atención, su meditación era nuevamente interrumpida escucho una voz muy conocida detrás de la puerta.
-Srta. Ana puedo pasar- preguntó Tamao.
-Sí- contestó la niña rubia y de inmediato la que antes tocaba la puerta se decidió a entrar.
-Srta. Ana, la señora Kino desea hablar con usted.
-Enseguida voy- fue la respuesta de Ana mientras se ponía de pie y se disponía a salir.
-Perdóneme Srta. Ana TTTTT___TTTTT- dijo Tamao llorando a cantaros -yo no quería que. que la regañaran pero es que cuando vi que usted le pegaba al joven Yoh, cuando el pobrecito estaba ahí tirado yo yo.- pero no continuo porque sintió la mano de Ana sobre su hombro.
-Quieres mucho al joven Yoh y creíste que mi conducta no fue buena pero cuando se lo dijiste a la señora Kino lo hiciste sin malicia, porque para ti soy una buena amiga- Tamao abrió sus ojos sorprendida, Ana había dicho exactamente lo que ella estaba pensando, ella vio a la niña rubia salir en silencio de su habitación para dirigirse hacia la de la Sra. Kino.
Después de llamar a la puerta y recibir el permiso para pasar se introdujo en la habitación de su sensei.
-Buenas tardes sensei Kino- dijo Ana haciendo una reverencia mientras miraba a la mujer que estaba frente a ella, la cual le hizo una seña para que se acercara a ella, una vez que la niña se acerco le indico que se sentara y ella así lo hizo.
-Buenas tardes Ana- dijo la mujer -dejémonos de formalismos y dime una cosa.- Ana la miro esperando la reprensión a la que creía haberse hecho acreedora.
-Si sensei- dijo la pequeña inclinando la mirada.
-¿Qué piensas de mi nieto Yoh? . y por favor se todo lo sincera que necesites- la niña se sorprendió por aquella cuestión, aunque su semblante no lo demostraba, lo menos que se esperaba era aquella pregunta.
-Pues yo.- Ana no le pediría que repitiera su pregunta, sabia que eso solo la haría parecer perturbada -bueno el joven Yoh es.
-Se sincera- comentó Kino.
-Yoh es el niño más desobligado, flojo, despreocupado y tonto de la tierra- dijo ella sin ninguna consideración -pero- dijo después de una breve reflexión de fugaces segundos -también es un chico sincero, tierno, lleno de sueños y anhelos increíbles, a veces olvida que un día su responsabilidad será mantener el prestigio de toda la dinastía de los Asakura, pero su alma está tan llena de pureza, yo sé que lo entenderá su destino es muy duro pero confió en que lo comprenderá y entonces desempeñara el papel para el cual esta destinado, como cabeza de dinastía o. como. Shaman King- aquella frase impacto a Kino, a pesar de que tanto ella como Yohmei y el padre de Yoh estaban preocupados de que Yoh iba directo a ser el shaman más débil de los Asakura, esta niña se atrevía a asegurar que él podía llegar incluso al mismo trono de los shamanes.
-Ana ¿qué se necesita para ser una sacerdotisa?
-Disciplina espiritual, constancia, meditación, fuerza y carácter- contesto la niña sin titubear pero sin comprender el repentino cambio de tema.
-Y una vez que se ha conseguido forjar todo eso ¿cómo se nombra a una itako?
-Cuando alguien demuestra haber aprendido los conocimientos de una sacerdotisa y demuestra que puede controlar los espíritus, realiza la ceremonia de purificación para así conseguir la paz de su espíritu, se le otorga un rosario consagrado para la realización de la posesión de almas; un rosario que pueda funcionar como el legendario 1080 pero sin llegar a tener las mismas facultades y por último realizar el entrenamiento de la montaña Ozore durante un año.
-Así es, dime Ana ¿en qué mes estamos?
-Diciembre.
-¿Te crees capaz de realizar la ceremonia de purificación aún en esta temporada?
-Lo haré si me es ordenado.
-Ve y hazlo.
-Si sensei- dijo la rubia mientras se ponía de pie, hizo una reverencia y se retiro.
Ana no comprendía del todo el porque de la petición de Kino, no entendía todos aquellos cuestionamientos y preguntas, pero aún así se dirigió hasta la cascada cercana a la mansión, "¿Acaso será un castigo por la cachetada que le di a Yoh?" Se preguntaba mientras caminaba.
~Mientras tanto en la habitación de Kino~
-¿Me mandaste llamar abuelita?- pregunto Yoh mientras entraba en la habitación.
-Así es.
-¿Qué necesitas?
-Que me contestes una pregunta.
-Te advierto que soy malísimo en matemáticas.
-No te preguntare nada sobre tus estudios.
-¿Ni de mi avance como shaman?
-No.
-Que bueno ^_^.
-¿Qué piensas de Kiouyama Ana?
-¿De Anita?
-Sí.
-Es muy seria, callada y estricta, aunque tan bien es muy buena.creo.
-¿Por qué lo dices?
-Mira, me vendo la herida que me hice cuando estaba entrenando y me dijo que tuviera cuidado.
-Pero.te dio una bofetada ¿verdad?
-Sí, solo porque le dije que ya no pensaba entrenar, me dolió mucho más que el golpe del entrenamiento pero a pesar de eso creo que en el fondo es buena, aunque a veces me da un poco de miedo pero admiro mucho su fuerza espiritual, yo me quejo por no tener a mi mamá pero ella entrena con mucho afán sin tener a sus padres.
-Ya comprendo y ¿hablas mucho con ella?
-Casi no hablamos pero a veces me dice cosas que me hacen que no me rinda, ella piensa que algún día lograre tener amigos que sean humanos.
-Bueno Yoh eso es todo lo que quería preguntarte.
-Por favor abuelita no la regañes por el golpe que me dio, no me dolió tanto.
-Puedes retirarte. Apenas salió Yoh llego Tamao.
-Sra. Kino- dijo Tamao entrando en la habitación -ya llegó la persona que esperaba.
-Hazla pasar- dijo Kino.
-Sí- la niña se retiro y de inmediato en la habitación entro una alta mujer de corto cabello rubio hasta un poco más debajo de los hombres, ella estaba acompañada de una niña de cabello negro
~Ana en la cascada~
"¿Acaso querrá nombrarme sacerdotisa?" Pensaba la niña en sus meditaciones mientras sentía como la fría agua caía sobre ella "no, para serlo por lo menos tendría que estar aquí 10 años y para eso aún falta mucho, ¿porqué me habrá preguntado sobre Yoh? ¿Qué es este sentimiento que tengo por Yoh? ¿Será.amor?" aquella última reflexión la asusto bastante, ella no podía cometer el error de enamorarse "no quiero volver a querer a nadie, cuando se quiere a alguien siempre se sufre, no puedo quererlo, pero ya no puedo evitarlo, gracias a él, a su limpia mirada, a su sonrisa sincera, he olvidado ese resentimiento que le tenía a mis padres pero y.si el no siente nada por mi."
~Habitación de Kino~
-Buenas tardes Sra. Asakura- dijo la mujer que acababa de entrar mientras tomaba asiento frente a Kino y junto a ella se sentaba la niña que la acompañaba
-Buenas tardes Sra. Kiouyama.
-¿Cómo esta todo? ¿Acaso pasa algo malo con Ana?
-Precisamente de lo que pasara con Ana es la razón por la cual la mande llamar- la mirada de Kino se poso un instante en la niña frente a ella y que acompañaba a la mujer que acababa de llegar.
-Disculpe- dijo rápidamente la mujer- ella es mi sobrina Kiouyama Diana.
-Mucho gusto Sra. Asakura- respondió la niña.
-Mucho gusto Diana y ¿Tu no tienes poderes?- pregunto dirigiéndose a la pequeña.
-N- no, claro que no- respondió nerviosa -yo no soy una niña anormal como Ana.
-Discúlpela- dijo la Sra. Kiouyama -esta un poco sensible, hace poco sus padres murieron, desde entonces vive con mi esposo y conmigo ¿verdad Dianita?
-Sí.
-Bueno pero hablemos de Ana- dijo Kino - usted sabe que a mi no me gustan los rodeos y si la llame es por que necesito su opinión, quiero comprometer a Ana con mi nieto Yoh en matrimonio.
-¿En matrimonio?- dijo sorprendida la madre de Ana, pero Diana estaba impactada.
~En la cascada~
"Sí le diré a Yoh lo que siento por él" pensaba la niña después de las largas reflexiones "no tengo por que sentir miedo, ya no me duele lo que paso con mis padres, tal vez Yoh y yo."
~Habitación de Kino~
-Sí- contestó Kino -pero no crea que es una decisión precipitada, todos los miembros de mi familia hemos pensado que ella es la única merecedora de formar parte de una dinastía tan importante como la de los Asakura, ella es mi alumna favorita, ha logrado en este tiempo lo que se hace en diez años de arduo entrenamiento.
-Comprendo- dijo la Sra. Kiouyama -estoy completamente de acuerdo con ese compromiso, Ana debe casarse con alguien que comprenda sus poderes, solo espero que sea feliz.
-Puedo adelantarme tía- interrumpió Diana, tanto la conversación como el hecho de que Kino pudiera descubrir que ella tenía poderes como los de su prima la ponía nerviosa.
-Sí, ya no tardare mucho.
~En la cascada~ (N. De la A.: aquello que este entre "" son pensamientos y palabras que Ana dice en su mente y entre ¨ ¨ son las respuestas que Diana da en la mente de Ana)
"Creo que ya he terminado la ceremonia" pensaba Ana mientras salía lentamente de la cascada.
¨Ana¨ escuchó decir claramente en su mente.
"¿Diana?" Se preguntaba al haber pensado en su prima.
¨Veo que lo conseguiste prima¨ le respondió la voz de su mente.
-Diana eres tú ¿Dónde estas?
¨Muy cerca de ti pero pronto volveremos a estar lejos¨
-¿Quieres decir que estas aquí?
¨Mí tía y yo¨ contestó con enfado.
-¿Por qué no me lo dijiste antes? Enseguida iré- dijo feliz -al fin mi mamá regreso por mí.
¨No seas ingenua Ana, y ni vengas porque estamos por irnos pero que más quieres conseguiste ganarte muy bien a esta familia¨
-¿De que hablas?
¨Ya lo veraz pero lo que sí te digo es que no deseamos volver a verte ni yo ni tus padres¨ Ana se quedo petrificada, aquel comentario le parecía demasiado cruel ¨Más bien debería decir MIS PADRES porque desde que los míos murieron vivo con los tuyos y no queremos volver a saber nada de la niña extraña que se llama Ana Kiouyama¨
-¡Eso que dices no es cierto!
¨Claro que lo es, así que hasta nunca, oh gran sacerdotisa Ana¨
-No, esperen no se vayan- dijo Ana comenzando a correr hacia la mansión Asakura.
Ana al fin llegó a la mansión Asakura y se encontró con Kino.
-Sensei. - dijo Ana aún agitada por lo que había corrido
-¿Terminaste tu ceremonia de purificación?
-Sí pero.
-Ya se fue, pero lo que te debe preocupar es que quiero verte en el salón de la casa en una hora, por favor ponte algo formal y.no continúes pensando en lo de tu familia - dijo acariciando la cabeza de Ana.
"Que tonta fuí" se dijo a sí misma Ana "nadie puede quererme y este amor que siento por Yoh nunca saldrá de mí, si le demuestro el amor que creo sentir por el solo me lastimara igual que ellos, ya no quiero querer a nadie" pensó mientras se retiraba a su cuarto.
Al fin llego el momento que Kino le había señalado a la niña y esta llegó al salón, Ana se encontraba vestida con un hermoso Kimono blanco, sostenido de la cintura por una tela de color azul y había recogido su cabello; la niña llamó la puerta y escucho la voz de su sensei indicándole que entrara. En cuanto entro se encontró con que frente a ella estaban sentados Kino, a su derecha Yohmei -el abuelo de Yoh- y Miki Hisa a la izquierda de la mujer.
-Buenas noches- saludo Ana con una reverencia, después de que contestaron su saludo espero que se le indicara algo y así sucedió. Yohmei le indico que se sentara en un cojín que estaba colocado justo frente a ellos, ella observo que a lado de donde ella se había sentado estaba colocado otro cojín, se sentía nerviosa pero no lo demostraría.
-Ana- comenzó a hablar Kino -creo que sabes perfectamente que estoy más que contenta por la manera en que haz llevado tu entrenamiento, bueno, pienso que es momento en que seas nombrada sacerdotisa. Estas palabras sorprendieron a Ana, es verdad que ella deseaba ser la mejor sacerdotisa que hubiera existido pero haberlo logrado tan pronto.
-No dudes ahora Ana- comentó Kino -tú eres la mejor aprendiz que he tenido e incluyo a mi hija Keiko y es por eso que a partir de hoy tú eres LA SACERDOTISA ANA- apenas dijo esto, saco una caja de madera y se la entrego, Ana la abrió encontrando en ella un rosario de color azul, lo saco de forma ceremonial y se lo coloco, Kino sonrió en ese momento; de pronto Tamao irrumpió en el salón.
-Al fin lo encontré- dijo la niña de cabello rosa entrando para tomar asiento detrás de Miki Hisa, Yohmei y Kino. Después de ella entro corriendo Yoh.
-¿Qué pasa?- pregunto el niño desde la puerta -estaba dormido y tengo hambre.
-Guarda silencio Yoh- dijo Yohmei algo enfadado.
-Toma asiento a un lado de Ana- le indico Miki Hisa.
-Sí -_- - respondió con tristeza, apenas tomo su lugar comenzó a mirar a Ana le pareció que se veía hermosa con ese Kimono pero como no deseaba ser reprendido de nuevo decidió no expresarlo.
-Kiouyama Ana- dijo Kino -hemos decidido que Asakura Yoh y tú queden comprometidos en matrimonio. Al oír esto los dos niños quedaron impactados, incluso Yoh se había quedado sin palabras.
-Nadie mejor para formar parte de la honorable dinastía de los Asakura que una joven tan talentosa como tú Ana- comentó Miki Hisa. Ana miraba lo que sucedía pero le parecía estar viendo una escena de la vida de otra persona, ahora estaba comprometida con Yoh, miro al niño que continuaba con la boca abierta de la impresión pero sin poder decir nada, poso su vista en Kino la cual parecía muy complacida, miro a Yohmei y Miki Hisa los cuales se veía estaban de acuerdo con dicha decisión, pero también noto la decepción en el rostro de Tamao, ella sabia lo que Tamao sentía por Yoh y le parecía tan injusto pero que había de ella, hasta ahora no le habían pasado más que cosas injustas ya era momento de que algo bueno le pasara pero el estar comprometida con Yoh ¿era bueno o malo? ¿Debía estar feliz o triste? Al fin Yoh reacciono interrumpiendo los pensamientos de la ahora sacerdotisa.
-¡Pero ¿cómo podemos estar comprometidos? Solo somos unos niños!
-Sí- contestó Yohmei -pero aunque solo sean unos niños tenemos que asegurar que la familia Asakura continuara como hasta ahora.todo debe quedar entre shamanes- termino de decir este y de inmediato Yoh recibió una caja de su padre, al abrirla encontró una pulsera de esferas de color azul.
-Fue de tu madre- comentó el hombre que siempre tenía una máscara ocultando su rostro -entrégasela- El hombre se acerco a su hijo indicándole lo que tenía que decirle a la niña. Ana miro como Yoh sacaba la pulsera de su caja, ella extendió su mano.
-Ana Kiouyama, deseo que a partir de de de hoy- Yoh estaba bastante nervioso -esta pulsera de la fa-fa-familiaAsakura sea el vinculo que simbolice nuestro.nuestro. compromiso- termino de decir para colocarle la pulsera mientras sus mejillas reflejaban un enorme sonrojo al igual que las de Ana.
-Me sentiré honrada de formar parte de la honorable familia Asakura- dijo Ana ocultando los sentimientos que la confundían.
Después de ese momento Ana e Yoh recibieron permiso para retirarse, en cuanto salieron se miraron pero Ana inclinó su mirada y se alejo de él, 2 días después ella partió a la montaña Ozore y se fue sin cruzar palabra con Yoh, ella se había encerrado en su habitación tenía miedo de saber lo que en verdad opinaba Yoh de ese compromiso y sentía que había traicionado a Tamao, ella e Yoh no volvieron a verse hasta un año después cuando ella regreso ya como una Itako.
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Ana miraba aquella pulsera que lucía en su muñeca, es verdad a pesar de haber terminado su compromiso con Yoh no se la había quitado, aún era un vinculo entre ellos, cerro sus ojos y recordó el beso de Yoh, poco después el sueño la venció pensando en lo mucho que amaba a Yoh y lo mucho que lo amo desde que lo conoció y como gracias a él había logrado borrar de su corazón elodio que tenía hacia los humanos.
Amidamaru miraba a Yoh, el joven shaman contemplaba las estrellas con sus ojos llenos de tristeza, de pronto el samurai observo como Yoh sacaba de uno de sus bolsillos una cinta de color azul.
-¿En que piensa amo Yoh?- le pregunto el espíritu.
-Recordé algo de mi infancia- dijo mientras acariciaba la cinta, por primera vez desde hace mucho Yoh recordó lo mucho que quiso a Ana desde su primer encuentro con ella y lo tierna y frágil que era ella en realidad, se levanto del césped donde había estado contemplando las estrellas y decidió dirigirse a su casa, recordó aquel beso pero un pensamiento cruzó su mente "todo saldrá bien" y con esto camino a su hogar seguido por su espíritu acompañante.
-------CONTINUARA---------
Espero que les haya gustado este capitulo, sé que no avanza mucho la historia pero es que me parecia que tenía que escribirlo, bueno primero solo era un recuerdo de Yoh, Ana y Diana pero como fue muy pero muy largo decidi transformarlo en un capitulo aparte, espero sus reviews, nos vemos en el proximo capitulo.
