Bueno, ya estoy de vuelta. Perdón por la tardanza, pero lo que pasa es que estoy en plena época de exámenes y lo único que hago es estudiar, pero ahora que aprobé historia me tomé un ratito y publiqué este Cáp. Espero que les guste!!

CAPITULO III

VS WURMPLE

Sapphire se desperezó al despertar. Se sentía renovada después de descansar. En verdad que el día anterior había estado muy movido. Lo que le recordaba que debía irse pronto o su madre la mataría. Se levanto de la cama con la intención de calzarse e irse, pero vio sobre una mesa que estaba en la habitación un paquete envuelto en papel y con una nota sobre este. Sapphire la agarró y leyó:

Si hay algo que verdaderamente me molesta son las personas sucias y desaliñadas, es decir, las personas como tú. Así que me tome la molestia de hacerte esto con los materiales que me sobraron de los trajes que le hice a mi pokémon. Así podrás lucir como un ser decente y con buen gusto, y no tendrás que usar esa mala combinación de colores que tienes como vestimenta. Espero que tengas tu Beautifly y que este tenga una habilidad superior a la tuya en el campo de batalla, porque sino de seguro ganaré la apuesta. Adiós, GALLINA INÚTIL.

Ruby

PD: Aun me debes un gracias.

Sapphire terminó de leer la carta con enojo. "Es un imbécil" era lo que pensaba ella mientras aboyaba la carta con rabia. Luego fue hacía el paquete y lo abrió sin ánimos, teniendo en mente tirar lo que estuviese dentro a la basura, pero no lo hizo. Dentro de este había ropa nueva que tenía combinación perfecta con los zapatos que ella tenía. Sapphire se sonrojó un poco al pensar que Ruby, por más estúpido que fuese, se había tomado el trabajo de hacerle atavíos nuevos, sin contar que también le había dejado un par de pokéballs extras y un par de pociones.

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Ruby había partido rápidamente del pueblo, antes de que la chica se despertase. En realidad ella no le había parecido una mala persona, solo parecía ser tonta y débil, y desaliñada sobre todo. Pero lo que importaba ahora no era ella, sino lo que él iba a hacer. Ya eran las diez de la mañana, y de seguro para este momento su padre ya había notado su ausencia, sin contar el hecho de que esa chica, la cual pudo notar que llevaba el Torchic que su padre, el profesor Birch, tenía guardado, seguro contaría que él se había ido.

-¡Hey, tú!- le dijo un chico a Ruby.

-¿Me hablas a mí?- preguntó Ruby señalándose.

-¿Ves a alguien más? Claro que te hablo a ti. ¿No quieres tener una batalla pokémon?- preguntó el niño.

-No, gracias por la oferta. Yo no peleo- dijo Ruby.

-Pero si ahí tienes un pokémon- dijo él, señalando a Zuzu.

-Sí, pero ella no pelea. Ella va a participar en los concursos- explicó Ruby.

-¿Concursos? ¿Vas a participar en los Concursos Pokémon? ¡Pero si eres un varón!- exclamó el niño, sorprendido.

-¿Y qué tiene eso que ver? ¿Acaso no puedo ser un coordinador pokémon por ser hombre? Eso es muy machista, ¿sabes? Catalogas a los concursos como algo afeminado, cuando en realidad son una demostración de belleza y gracia- dijo Ruby, dando una grácil vuelta.

-Bien... como digas- dijo el niño alejándose algo temeroso de Ruby, como si su actitud fuese contagiosa. Luego se dio la vuelta y desapareció en el camino.

-Chiquillo ignorante- murmuró molesto Ruby, continuando su marcha con Zuzu detrás-. Lo mejor que puedes hacer es regresar a la ciudad y quedarte ahí.

Ruby recordó entonces que la ciudad más cercana era Petalburg, y eso no era bueno. Él sabía que hacía poco había llegado a esa ciudad un nuevo líder, el cual era un gran amigo de su padre. Lo más posible es que ese hombre ya supiese que Ruby había escapado y lo estaría esperando para entregarlo a sus padres. Lo mejor sería que, cuando estuviese cerca de la ciudad, pasase por las afueras, cosa de no llamar la atención de nadie. Pero llegaría al anochecer a la ciudad si no aceleraba el paso, y lo que menos quería era tener que quedarse ahí. Entonces recordó que tenía en su mochila el regalo de cumpleaños que su abuelo le había dado. Sacó un par de zapatillas deportivas llamadas "Zapatillas Corredoras", uno de los productos más conocidos de la corporación Devon. Estas, según las instrucciones que Ruby tenía en un papel, al estar puestas, corrían por uno con solo apretar un botón. Se las puso y, tal y como decían las explicación, apretó el botón. De pronto, sintió un pequeño temblor en los pies el cual luego se convirtió en un movimiento de arriba y abajo. Sin darse cuenta, Ruby vio como sus pies trotaban en el lugar sin que el hiciese el menor movimiento. Y, cuando intentó adelantarse un poco, las zapatillas lo hicieron avanzar a una velocidad increíble. Antes de que se alejara demasiado, Zuzu saltó sobre la cabeza de su amo, dejando que el viento pasase sobre su rostro. Y así siguieron camino a Petalburg.

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Mientras tanto... en Pueblo Littleroot...

-Ya regresé- dijo Sapphire entrando al laboratorio del profesor.

-¡Sapphire! ¡Que bueno que regresaste!- dijo su madre, abrazando a su hija. Luego, miró hacía los lados buscando a alguien-. ¿No estaba contigo el hijo del profesor?

-Estaba, pero hoy, cuando desperté en el Centro Pokémon, ya no estaba. Salió mucho antes que yo- explicó ella-. ¿Es qué aun no regresó? Eso es raro. Se suponía que debía llegar aquí antes, y no me lo encontré en el camino así que nada le ocurrió.

-Entonces tenía razón...- murmuró Alice con un semblante triste.

-¿De qué hablas?- preguntó Sapphire.

-El profesor Birch llamó hoy muy temprano al Centro Pokémon de Oldade para preguntar si ustedes estaban allá. La enfermera Joey le dijo que el chico se había ido recién se abrió el lugar, mientras que tú aun dormías- explicó su madre-. El profesor pensó entonces que su hijo había huido de casa, ya que hacía mucho tiempo que había salido de Oldade y se suponía que ya debía de estar aquí, además de que faltaban varias cosas de su hijo en su cuarto. Intenté convencerlo de lo contrario, pero al parecer es cierto.

-¿Y donde está el profesor ahora?- preguntó Sapphire al notar que la única persona en el laboratorio era su madre.

-Salió hace un momento. Fue a su casa a llamar a su esposa y contarle lo sucedido, pero dijo que regresaría enseguida.

-¿A su esposa? ¿Y donde está ella?- preguntó su hija.

-En un lugar llamado ciudad Fortree creo- respondió su madre-. Supongo que regresará a Littleroot si el pequeño en verdad se ha escapado.

"¿Pequeño? Bastante grandulón es para andar huyendo de casa" pensó Sapphire. A ella le parecía muy desconsiderado lo que ese chico, Ruby, había hecho. Huir de ese modo, dar tanta preocupación a sus padres... ¿por qué habría decidido escapar?

El profesor Birch entró al laboratorio, sacando a Sapphire de sus pensamientos. En verdad se veía muy triste. Y eso que él tenía la apariencia de ser alguien muy alegre.

-Bueno, no lo tomó bien- dijo el profesor-. La comunicación se cortó. Creo que rompió el teléfono, o eso pareció por el ruido que hizo.

-¿Va a regresar?- preguntó Alice.

-No lo se. No me dijo nada, solo cortó la comunicación- dijo él, sentándose en la silla más cercana que tenía-. Ah, Sapphire. No había visto que habías regresado. ¿No te dijo Ruby a donde iba? ¿O que tenía pensado hacer?

Sapphire quería decirle que su hijo iba a ir a los concursos, pero no podía. Sentía que iba a delatarlo si lo decía, y no quería hacer eso. Debía decirlo, pero no quería.

-Yo...- comenzó ella algo vacilante- yo... no lo se, profesor. Él no me dijo nada. Estuvimos todo el tiempo discutiendo y no hablamos mucho de nosotros.

-Ya veo...- dijo él sin creerle una palabra a la chica-. En ese caso, me retiro- dijo este, pero al llegar a la puerta se dio la vuelta y regresó a donde ella estaba-. Ah, Sapphire, una última cosa. Aquí tienes.

El profesor se acercó a ella y le entregó cinco pokéballs vacías y un aparato de color rojo como el que Ruby tenía, un Pokédex.

-¿Y esto qué es?- preguntó ella señalando el Pokédex.

-Eso se llama Pokédex y sirve para guardar la información de los pokémon- explicó el profesor-. Aunque en realidad lo básico ya está dentro de la base de datos. Pero hay algunas cosas que yo aun no he podido descubrir, para eso está Ruby. Él me ayuda con mis investigaciones en el campo desde que es pequeño. Pero no se si seguirá haciéndolo ahora... Bueno, ahora sí me voy. Intentaré llamar a mi esposa otra vez y ver si puedo calmarla un poco. Adiós Alice. Sapphire, buena suerte en tu viaje- y dicho esto, salió por la puerta.

-Pobre- dijo la madre de Sapphire-. Bueno, cambiando el de tema... ¿te irás hoy, querida?

-Así es.

-Bien, entonces regresaré a la casa y te prepararé algo para que comas y te daré algo de dinero- dijo su madre, saliendo del laboratorio.

Sapphire se quedó ahí por unos momentos observando el lugar pero pensando en cualquier otra cosa. Ahora, junto a Chaka y su Wurmple, llamado Kisu, tendría que recolectar lo más rápido posible las ocho medallas de los gimnasios o quedaría en ridículo frente a Ruby, una humillación que no estaba dispuesta a pasar.

Después de ir por su casa y tener todo empacado, Sapphire siguió viaje por la Ruta 102, camino al primer gimnasio... el de su padre, en ciudad Petalburg.

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Ruby había perdido por completo el control de sus piernas y corría sin control camino a Petalburg. Zuzu intentaba frenarlo lanzando lodo al piso, cosa que sus pies se hundiesen en el, pero iba demasiado rápido y lo único que hacía era salpicar barro. Y, para empeorar la situación, había llegado a un lugar poblado, de seguro las afueras de la ciudad. Esquivaba a la gente como podía pero, al hacerlo, perdía cada vez más la dirección de sus pies. Cuando ya iba demasiado rápido y había perdido las esperanzas de salir ileso al buscar un modo para frenar, tropezó con un bulto alargado, cayendo así de cara al suelo.

Con dificultad, Ruby se las arregló para apretar el botón y detener sus zapatos, luego se puso de pie y sacudió la tierra y barro de su ropa mientras que Zuzu agitaba su cabeza después del paseo. Entonces, el bulto con el que él había chocado comenzó a moverse, cosa que hizo que el chico retrocediese asustado. Al ponerse de pie la cosa esa, Ruby pudo notar que había tropezado con un chico que parecía ser de su edad.

-¡Lo siento!- dijo Ruby corriendo junto al muchacho-. ¿No te lastimé cuando tropecé contigo?

-No... estoy bien...- dijo el chico con la voz algo agitada, dando a ver que no estaba bien como decía.

-¿Te sucede algo?- preguntó Ruby preocupado.

-No, nada. Lamento haberte hecho caer, pero es que no me sentí muy bien de pronto así que me "recosté" en el césped- explicó el chico.

-No tienes que disculparte. En realidad, yo tendría que agradecerte. Si no hubiese tropezado contigo, de seguro habría terminado encallando contra un árbol- dijo Ruby rascándose la cabeza con algo de pena, y tendiéndole luego la mano al muchacho-. Soy Ruby.

-Yo me llamo Emerald, mucho gusto- dijo él, estrechándole la mano, mirando luego a Zuzu-. Disculpa, pero... ¿eres un entrenador pokémon?

-¿Mh? ¿Entrenador Pokémon? Sí... y no - dijo Ruby con los ojos brillantes de la emoción. Dio dos vueltas muy rápido para luego frenar con una elegante pose-. Yo soy un coordinador pokémon.

-¿Coordinador?

-Bueno, comencé mi viaje para serlo- dijo Ruby parándose derecho otra vez.

-Pero tú tienes pokémon y sabes capturarlos. ¡Por favor, Ruby, ayúdame a capturar un pokémon!- le pidió Emerald suplicante.

-¿Eh? ¿Qué te ayude...?

Entonces, antes de que Ruby pudiese decirle algo más a Emerald, ambos pudieron escuchar como unos pasos se acercaban a donde ellos estaban. Ruby había chocado en un lugar apartado de la gente, en un lugar donde solo había árboles y maleza, es decir, otra parte del bosque. Ruby se asomó entre los arbustos para ver quien venía. A causa de su mala visión, no pudo ver con claridad quienes eran, pero una ráfaga de viento le hizo llegar un aroma que el identificó al instante. Y no era solo "esa" persona, sino que eran dos. Viéndose en una situación de emergencia, tomó a Emerald por el brazo y lo arrastró con el a la maleza alta, fuera de la vista. Poco después, a un lugar donde Emerald pudo apreciar bien quienes eran las dos personas, pudo ver a un hombre con un Vigoroth junto a él, el cual reconoció como Norman, el líder del gimnasio de Petalburg, y a una linda mujer que lo acompañaba y a la cual no pudo identificar como conocida.

-Ruby, ¿por qué nos escondemos? Yo llamé a Norman para que me ayudase a capturar un pokémon, no te preocupes- susurró Emerald.

-No es por eso... él no debe verme. Y mucho menos la mujer que esta ahí- murmuró Ruby con un temblor en su voz.

-¿Pero quien es ella?

-Ella es la líder del gimnasio de ciudad Fortree, y también es... mi madre.

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Sapphire llegó al fin a pueblo Oldade, exhausta de tener que hacer todo el camino de vuelta. Ahora debía tomar la ruta 104, pero no sin antes hacer una pequeña parada en el Centro Pokémon. Pero, previamente a hacerlo, llamó su atención un hombre con anteojos y una lupa, acompañado de un Wurmple, examinando el suelo que estaba en la salida de la ciudad.

-¿Qué está investigando?-preguntó Sapphire.

-Es que aquí hay unas huellas muy extrañas. Jamás vi a un pokémon con unas así- dijo el hombre sin siquiera voltear a verla.

-¿Puedo ver?- preguntó ella.

-Mientras no toques nada, adelante- dijo él.

Sapphire se asomó por sobre la cabeza del hombre, viendo unas huellas hechas en el lodo. Pero a ella no le parecían huellas de pokémon, más bien le parecían...

-Discúlpeme, señor, pero esas no son las pisadas de un pokémon- dijo ella-. Esas son las pisadas de una persona. ¿No ve que son las marcas de zapatillas deportivas?

-¿Zapatillas deportivas? ¿Pero de quién?- se preguntó a si mismo.

-Eh... creo que son sus huellas, señor- dijo ella, señalando el calzado del tipo.

-¿Cómo dices?

-Mire bien- dijo ella señalando las pisadas-. Esas marcas son del mismo tamaño que sus pies, sin contar que el dibujo de la huella es igual al de la suela de su zapato.

El señor puso atención, para darse cuenta al fin que Sapphire tenía razón. Sintiéndose algo avergonzado, se disculpó por el error, tomó su lupa y una mochila que estaba junto a él y, con su Wurmple, se alejó por la ruta 103. Sapphire, con el camino ya libre, siguió rumbo a Petalburg, pensando, vaya a saber uno porque en ese momento, cuando se encontraría con Ruby.

ACLARACIONES:

Emerald: Wally/Blasco/Mitsuru

Winona: Alana/Nagi

¿Y? ¿Muy malo el capitulo? Se que en ninguna historia de Hoenn (ni en el juego, ni el anime ni en manga) Winona es la madre de Ruby, pero esta va a ser la ridiculez de mi fic. Y sobre el asunto de Emerald.... se que es un nombre de mujer, pero Wally es Emerald. Además de que hay que acordar que él no es muy masculino que digamos (aunque Ruby tampoco).

Bueno, me despido hasta la próxima. Y sigan la historia, que no es TAN mala.