(Sin comentarios hoy...)
CAPITULO IV
VS SWELLOW
-¿Pero por qué te escondes de tu propia madre?- preguntó Emerald.
-¡Shh! ¡Baja la voz!- lo reprendió Ruby murmurando-. Es... por varios motivos.
-Winona, creo que exageras- dijo Norman a la mujer-. No creo que tu hijo vaya a pasar por aquí.
-¿Y quién es su padre? ¿Tú o yo?- preguntó ella con frialdad-. Creo saber que es lo que mi hijo piensa. Estoy segura de que está viajando a pie, de seguro con esas zapatillas que mi padre le regaló. Si se fue ayer, no puede estar muy lejos.
-Pero... si está por aquí será muy difícil encontrarlo- dijo él.
-Puedes volver a la ciudad, si quieres. Yo no recuerdo haberte pedido que me acompañaras- dijo ella.
-Pero...
-Además, por lo que me dijiste hace un rato, tú tenías que venir a ayudar a un chico a capturar un pokémon, ¿no?- dijo ella.
-Sí... pero no estoy seguro si debo hacerlo. Me enteré que él tiene una grave enfermedad y no se si sea bueno darle una responsabilidad como un pokémon.
-Entonces no lo ayudes- resolvió ella-. No tienes que ponerlo en peligro- luego de decir esto, Winona miró a su derecha, donde el par se escondía, y liberó a un Altaria-. Altaria, usa Aliento de Dragón en esos arbustos. Oirdenó tranquilamente.
-¡No, espere!- gritó Emerald saliendo de entre los pastos aterrado.
-Emerald...- dijo Norman mirando sorprendido al chico.
-¿Por qué te escondías de nosotros?- preguntó ella con una voz dulce, totalmente distinta a la que tenía hacía unos momentos.
-¿Eh? No, no me escondía de ustedes. Lo que pasa es que...
Pero antes de que pudiese decir algo más, un Swellow salvaje salió de un árbol a sus espaldas, listo para atacar. Y, siendo él la persona más cercana, se lanzó con sus garras con dirección a su cabeza.
-¡Altaria, usa Tornado!- ordenó Winona.
Con solo un ataque, el Swellow cayó vencido a tierra. Ella, por su parte, tenía la vista fija en los pastizales por donde Emerald había aparecido. Ruby se asustó al percatarse de esto. ¿Sabría que alguien estaba escondido ahí? ¿Qué Emerald no estaba solo? Intentó correrse hacía la izquierda, cosa de poder salir del alcance de su madre, pero tuvo la mala suerte de accidentalmente pisar una rama. Él deseó con todas sus fuerzas que su madre no lo hubiese oído, pero lo hizo.
-¡Altaria, usa Tornado!- dijo ella nuevamente, señalando el lugar donde Ruby estaba oculto.
Una gran corriente de aire sacó toda la maleza que estaba detrás de Emerald sin tocarlo, dejando el campo totalmente descubierto de pastos o arbustos. Winona se acercó a inspeccionar el terreno, pero no encontró nada.
-Mh... se supone que si había un pokémon aquí tendría que haberlo visto, o sino tendría que haber intentado atacarnos- murmuró ella.
-De seguro fue solo el viento- dijo Norman.
-Sí, quizás... un viento muy sólido, diría yo- dijo ella, aun dudosa-. Bueno, iré a Littleroot. Quiero saber con detalles como pasó todo.
-Te acompaño- dijo Norman, pero luego volteó a ver a Emerald-. Disculpa- le murmuró-, pero no quiero que vaya sola. Está un poco alterada y me preocupa. Lo dejamos para otro momento, ¿sí?
-Bueno...- dijo tristemente él, bajando la vista.
Winona y Norman se retiraron rápidamente, dejando a Emerald parado en medio del bosque. Luego de unos minutos, este reaccionó de que Ruby no estaba, o por lo menos no en el mismo lugar que antes por el hecho de que habría salido volando ante el Tornado de Altaria.
-¡Ruby! ¿Dónde estás?- dijo Emerald en un tono algo susurrante-.¡Ya se fueron, puedes salir!
Entonces, desde la copa de un árbol cercano a él, Ruby salió con Saka, su Wurmple, sobre su cabeza.
-Que suerte que se fueron. Tengo que andar con más cuidado, mi madre está cerca de mi rastro- se dijo Ruby a si mismo.
-¿Cómo hiciste eso?- preguntó Emerald con los ojos muy abiertos de la sorpresa.
-¿Cómo hice... qué?
-¿Cómo llegaste ahí arriba antes de que tu madre atacase?
-Bueno, le pedí a Saka que usase su Telaraña para que me llevase hasta la parte más alta del árbol- explicó él acariciando a Wurmple-. Podría haberlo subido solo, pero no sin hacer un ruido que ella no pudiese escuchar.
-Oye, tu Wurmple es raro- señaló Emerald-. Es violeta, no rosa como el resto.
Ruby bajó a Saka de su cabeza y miró a lo que su amigo se refería. Y tenía razón, su Wurmple era de otro color al de los demás, sin contar que su piel era increíblemente brillante.
-Vaya, tienes razón- dijo él, rascándose la cabeza-. ¿Por qué será?
-Oye, ¿tú estás de viaje, no?- preguntó Emerald, cambiando el tema.
-Así es.
-¿Y estás prófugo, no?
-Algo así.
-¿Tienes un lugar para pasar la noche?
-Teniendo en cuenta que si Norman regresa y me ve en el Centro Pokémon de Petalburg me acusará con mis padres, diría que no.
-¿No te quieres quedar esta noche en mi casa?
-¿En serio? Creo que sería una molestia.
-Para na...- comenzó a decir Emerald, pero los mareos y la tos que le vinieron de pronto no lo dejaron continuar.
-¡¿Te encuentras bien?!- preguntó Ruby preocupado, ayudándolo a no caer al suelo.
-Sí... ¿sería mucha molestia pedirte que me acompañes a casa?
-Claro que no- dijo Ruby, pasando el brazo de Emerald sobre sus hombros y así ayudándolo a caminar- Pero... ¿dónde vives?
Sapphire seguía su camino por la Ruta 104, mientras la noche la alcanzaba. Pero por suerte llegó a visualizar a la distancia las luces de la ciudad. Aceleró el paso para llegar más pronto, pero en medio del camino se topó con una mujer de cabello violáceo muy largo y una cara bondadosa.
-Lo siento- dijo Sapphire, ya que ellas dos habían chocado al encontrarse.
-No, yo tampoco estaba mirando por donde iba- se excusó la mujer-. Disculpa la molestia, pero... ¿no has visto a un entrenador de nombre Ruby por aquí, no?
-¿Ruby?- preguntó Sapphire nerviosa-. Eh... no, no lo he visto. ¿Para qué lo busca?
-Es que se escapó de casa y lo ando buscando. No lo vi hoy, así que no se que traía puesto, pero seguro que traía ese gorro blanco. Y que andaba con una Mudkip a su lado es casi seguro.
-¿Él es su hijo?- preguntó ella inconscientemente, notando que Ruby se parecía mucho a su mamá.
-Así es- dijo ella, haciendo una última búsqueda con la mirada-. Bueno, si llegas a verlo, dile que lo estoy buscando.
-Así lo haré, señorita... perdón, señora.
-No te preocupes. Siempre es halagador que le digan a una señorita- dijo Winona sonriente-. Nos vemos, pequeña.
-Adiós- dijo Sapphire agitando su mano mientras Winona se alejaba.
Ella no parece ser mala. ¿Por qué se habrá escapado Ruby de su casa? Ni su padre ni su madre son malos ni nada parecido... Pensaba Sapphire siguiendo camino.
En pocos minutos ya estaba en la ciudad, la cual estaba ya a oscuras e iluminada por las luces de la calle. La pobre estuvo varios minutos hasta encontrar el gimnasio, el cual estaba precisamente a punto de cerrar. Sapphire, después de un rato de discusión con un empleado que atendía en la puerta del lugar, logró que la dejaran pasar.
-¿Hola?- gritó Sapphire, ya que el interior del gimnasio estaba oscuro y no se podía ver nada-. ¿Papá? ¿Estás aquí?
-Aquí mismo, querida- dijo Norman, apareciendo detrás de ella y encendiendo las luces.
-Hola, papá- dijo ella sonriente, acercándose a su padre.
-Hola. Bueno, si estás aquí supongo que ya terminaron de desempacar todo en casa- dijo él-. Me sorprende que hayas podido llegar hasta aquí por ti sola.
-Bueno, en realidad no estoy sola- dijo ella, sacando su pokéball.
-Ah, ya veo. Estas con tu pokémon. Entonces veo tienes planeado convertirte en una entrenadora como yo, Sapphire- dijo él con orgullo en su voz-. ¡Eso es fantástico! ¡Estaré observando como lo haces!
-Papá...
-Bueno, Sapphire. Si te quieres convertir en una entrenadora, aquí está mi consejo: Ve a ciudad Rutsboro, ahí podrás desafiar a Roxanne, la líder de la ciudad, a una batalla de gimnasio. Después de eso, ve a otros gimnasios y derrota a otros líderes. Recolecta medallas de ellos, ¿entendiste?- terminó él.
-Sí, pero... ¿por qué no peleo contigo?- preguntó ella.
-Por supuesto, yo también soy un líder. Pelearemos algún día, pero eso no sucederá hasta que te hayas vuelto más fuerte- dijo Norman seriamente-. Cuando me muestres cuatro medallas, entonces ahí pelearé contigo.
-¡¿Qué?! Pero... pero... ¡falta mucho para que gane cuatro medallas!- protestó ella histérica-. ¡Así voy a perder la...!
-¿Perder la... qué? ¿Perder qué?- preguntó Norman.
-Nada... no me pongas atención. Pero... ¿por qué no ahora?- preguntó ella.
-Porque no estas lista- explicó él-. Tú acabas de comenzar y no creo que tengas alguna oportunidad contra mí en estos momentos. Creo que te irá mejor si lo haces cuando tus pokémon ya tengan experiencia.
-¡Pero...! ¡Esto no es justo!- protestó ella.
-Lo siento, pero no cambiaré mi opinión- dijo Norman saliendo por la puerta.
Sapphire, indignada, lo siguió por todo el gimnasio, a la salida de este y por varias calles hasta que su padre se detuvo y volteó a verla.
-Lo mejor que puedes hacer ahora es ir a Ciudad Rutsboro y retar al líder de esa ciudad. Y, como ya te dije, cuando estés calificada, pelearemos. Ahora debo irme a la Ciudad de Mossdeep de inmediato antes de que Lisa y Tate se vayan. Ahora vete, buena suerte- y, sin decir nada más, Norman se dio la vuelta y se fue.
Sapphire estaba a punto de gritar del enojo. ¡¿Acaso todo el camino hacía Petalburg había sido inútil?! Su padre era muy desconsiderado, nada le costaba tener aunque sea una pequeña pelea con ella. Ahora de seguro Ruby le sacaría ventaja hasta que ella llegase a la siguiente ciudad. ¿Por qué todo tenía que estar en su contra en esa mugrosa isla de Hoenn?
Y, mientras tanto, al otro lado de la ciudad, en la casa de Emerald...
-Mamá, papá, este es mi nuevo amigo, Ruby- dijo Emerald presentando a Ruby ante sus padres-. Él me ayudó hace un rato en el bosque cuando casi me desmayo.
-Es un placer, Ruby- dijo el padre de Emerald.
-Muchas gracias por ayudar a nuestro pequeño Emerald- dijo su madre, haciendo una reverencia a Ruby-. ¿No quieres quedarte esta noche en la casa? Hay suficiente comida para todos.
-Muchas gracias por su hospitalidad- dijo Ruby algo apenado, haciendo exageradas reverencias a los padres de Emerald.
-La cena estará en unos minutos- dijo su madre, mirando el reloj de la cocina-. Emerald, ¿por qué no le muestras a Ruby donde dormirá hoy?
-Claro- dijo él-. Vamos Ruby, es por aquí.
Emerald y Ruby subieron unas escaleras y legaron a un amplio cuarto, decorado en su mayoría por cosas de color verde.
-¿De casualidad te gusta el verde?- preguntó Ruby, examinando la habitación en busca de la suciedad típica de los varones-. Tu cuarto está muy limpio...- murmuró casi inaudible después.
-Siempre me gustó- dijo él-. Creo que lo que más me llama de él es el hecho de que sea el color de la esperanza. Todo el mundo me ha dicho que debo ser positivo ante mi situación y que debo tener fe y creer que algún día me recuperaré de esta enfermedad.
-Pero... ¿es muy grave?- preguntó Ruby, inseguro.
-Algo- dijo Emerald evasivamente-. Oye, ¿me puedes contar ahora que es lo que sucede? ¿Por qué te escondías de tu madre?
-Bueno, la historia comienza hace ya mucho tiempo...- comenzó a relatar Ruby. Así fue como Emerald se enteró de la mala relación que Ruby llevaba con su madre y que, como no lo dejaba irse, este tuvo que escapar de casa. También le contó sobre el incidente con la hija de Norman, la cual no tenía idea de cómo se llamaba.
-Y ahora estaba en camino a alguna de las sucursales de Concursos- dijo Ruby, finalizando así su historia.
-Vaya... has tenido muchas complicaciones en solo dos días. ¿Y dices que debes ganar todos los listones antes de que esa chica gane los gimnasios? Eso será difícil- dijo Emerald.
-No tanto como crees- dijo él-. Por lo que vi, no parece tener mucha habilidad para batallar.
-Pues te deseo buena suerte- dijo Emerald.
-Gracias. Oye, ¿y que harás respecto a tu pokémon?
-No lo se... Norman se fue, y la señorita Winona, tu mamá, dijo que como estaba enfermo no debía de tener un pokémon. Quizás ella tenga razón- dijo él, bajando la vista con tristeza.
-¡No le hagas caso a ella!- dijo Ruby con vehemencia y visible indignación-. Mi madre es una destructora de sueños, no te dejes guiar por ella. A mi, únicamente porque ella es una luchadora maníaca, me obligo durante toda mi vida a batallar contra los pokémon, sin dejarme elegir a mi que hacer.
-Pero...
-No te preocupes, Emerald. Yo te ayudaré a capturar un pokémon- dijo Ruby, poniendo una mano sobre el hombro de su amigo.
-¿En serio? ¡Muchas gracias!- dijo él feliz. Pero cambió rápidamente la expresión de su cara por una más triste-. Pero... yo me voy a Pueblo Vendanturf mañana a primera hora. No podré capturarlo antes. Además, tampoco tengo un pokémon con el cual pelear.
-Esas dos cosas tienen arreglo- dijo Ruby, sacando de su mochila una pokéball-. Iremos luego de la cena al bosque a buscar un pokémon, cuando tus padres se hallan dormido. Y en cuanto al pokémon... puedes quedarte con este- dijo él, alcanzándole a su amigo la pokéball-. Mi padre lo encontró a él y a su hermano heridos hace unos meses. Este me lo dio a mí para que lo usase mientras iba al bosque a recolectar información y el otro se lo quedó él. Pero, como yo tengo a Zuzu, la verdad es que no necesito de él.
-P... pero, ¿en serio me lo puedo quedar?- dijo Emerald inseguro, sin saber si debía tomar la pokéball.
-Claro que sí, pero con una condición: debes mantener a Jumoto limpio todo el tiempo- dijo Ruby, poniendo la pokéball en las manos de Emerald.
-¿Jumoto?- preguntó él.
-Así fue como le puse- dijo Ruby-. Y supongo que también puedes quedarte con esto- le dijo luego, sacando de su mochila un aparato rojo.
-¿Y que es esto?- preguntó Emerald.
-Eso es un Pokédex- le respondió él-. Es un aparato que recolecta información de los pokémon que has capturado y te permite también escribir tus propias averiguaciones sobre los pokémon. Pero debo decirte que ese es un Pokédex que tiene únicamente la información de Hoenn, así que solo te servirá en esta región.
-Muchas gracias, Ruby, pero... ¿tú no lo necesitas?
-No en verdad. Yo tengo mi propio Pokédex. Ese que acabo de darte es mi "repuesto". Era únicamente por si el que yo tenía llegaba a romperse. Mis modos de investigación hacen que las probabilidades de que mis cosas se rompan sean altas- explicó él-. Bien, ¿vamos a cenar? Debes de comer rápido, así saldremos más temprano y tendremos más tiempo para buscar un buen pokémon. Además no he comido nada desde las siete de la mañana.
-Sí- dijo Emerald animadamente, saliendo del cuarto junto con Ruby.
ACLARACIONES:
Padres de Ruby: Prof. Birch y Winona (el profesor tiene 30 y Winona 28, por si alguien tiene esa duda) (Ah, y Ruby tiene 11)
Ciudad Petalburg: Petalburgo/Touka
Pueblo Vendanturf: Verdegal/Shidake
NIVELES:
RUBY:
ZUZU ♀--12
SAKA ♀--5
SAPPHIRE:
CHAKA ♂--9
KISU ♂--5
EMERALD:
JUMOTO ♂--5
