Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece son total y exclusivamente deMaki Murakami-sama. No gano NADA por acerlo asi q no molesten por nimiedades!

Pareja: Yuki x Shuichi

Después d toda la mandanga, debo decirles q es mi primer fic de Harry Potter asi q no sean malos y vayan dejando reviews para q me pueda instruir en el arte del fanfiction, oki??? Muaaaaaaaaaaaaaks!!! Y gaxas por leer!!!!!!!!!!

It's Not About Sex

Cap. 3

By AnnaLylian

No llevaban mucho tiempo en el avión, pero el suficiente como para tener encarcarados los huesos.

- Aishhh- dijo Shuichi tocándose el cuello por detrás y hacerse un pequeño masaje-. Yuki, ¿no te duele todo?

- Calla, tu es que eres demasiado quejica- dijo en tono cortante.

La verdad, es que a él también le dolía pero, delante del pequeño, no iba a delatarse.

No hablaron en absoluto en todo el viaje con el avión, y menos en el camino hacia el hotel donde se hospedarían.

El pelirosa estaba encantado de ver todo el paisaje por la ventana del taxi. Entre el calor que hacía, todo el mundo en ropa de verano y el ambiente que había, el cantante estaba más que satisfecho. Sabía que el escritor no querría decirle nada, seguro que estaba cansado, pero lo disimulaba, y por ello no le dirigía la palabra, para que no se enfadara con él.

Cuando entraron en la habitación, mientras que Eiri dejaba las maletas y salía al balconcito que tenían Shuichi se puso a dar saltitos de alegría. El chico pensaba que aquel viaje sería distinto a todos los que habían hecho en mucho tiempo, sin ser interrumpidos por...

- Yuki...- ante el inusual cambio de actitud del pequeño, el rubio entró curioso.

- ¿Qué te pasa?- preguntó sin aparentar importancia, cogiendo un cigarrillo y encendiéndoselo.

- Pues... ¿cómo sabemos que en estos días no nos van a molestar? ¿cómo sabes que vamos a estar juntos por fin después de todos los viajes-fracaso que hemos tenido?- dijo mirándolo a los ojos y con tristeza.

- ¿Tú se lo has dicho a alguien?- se sentó en la cama, mientras dejaba salir una bocanada de humo.

- No... ¿por?

- Fácil- lo miró sin immutarse del temblor del pequeño que provocó su intensa mirada-, ¿le dijiste a alguien a donde íbamos en los viajes que hicimos?- preguntó acusadoramente.

- Bueno...- un rubor suave empezó a subirle al chico.

- Ya has contestado a tu pregunta...- en un cenicero que había en una de las mesillas de noche, apagó el cigarrillo.

- ¿Eh? No, no se la respuesta...

- Pues que si no has abierto la boca para decir nada, nadie nos molestará...- el escritor se levantó y fue hacia donde estaba su amante.

Shuichi se alteró al ver como se iba acercando con aquella mirada que siempre le ponía cuando quería...

El mayor se detuvo frente a su pequeño. No dejó de mirarlo ni un solo segundo, quería ver aquel temblor que era producto de él mismo. Le encantaba aquello, hacerle ver quien era el que tenía la situación por el mango. Esos brillantes ojos violetas, el intenso color carmesí de las mejillas, y esos labios, ligeramente abiertos, mojados por la saliva, deseosos de probar uno de aquellos besos que lo dejaban exausto.

Sin más tiempo que perder, se abalanzó a por ellos, para enrojecerlos cuanto pudiera.

Aquel beso se tornó violento y apasionado. Shuichi alzó los brazos para rodear con ellos el cuello del rubio. Éste en cambio, levantó con facilidad al pequeño, y lo llevó a la cama. Allí se dejaron caer los dos aún abrazados y sin dejar de besarse.

Cuando Yuki vio que al muchacho le faltaba el aire para respirar, se separó un poco de él. Vio como el chico dejaba caer la cabeza para atrás, permitiéndole que siguiera con los besos, pero por otra parte del cuerpo. El rubio no se hizo de rogar y empezó a recorrerlo con sus labios.

El pelirosa por su parte, gemía entrecortadamente, haciendo que el calor del escritor aumentase. Éste empezó a desnudarlo suavemente, sin prisa, recorriendo cada parte del cuerpo del chico que se dejaba ver, mientras el otro se agarraba a su camisa, y tirase de ella cuando los labios del rubio rozaban las tetillas rosadas.

Aquello era inaguantable. Parecía que Yuki se divertía con aquel juego lento y dulce que le proporcionaba, pero él no pensaba lo mismo.

- Yu... Yuki...

Ante el sonido de esas palabras, éste le dio un beso igual o más intenso que el de antes. Cuando se terminó, volvió a su tarea anterior, esta vez quitando definitivamente la camiseta, ocasionando un gemido por parte del muchacho.

Se aseguró que el pecho del pequeño estuviera lo suficientemente masajeado, y empezó a jugar con el borde de los pantaloncitos del pelirosa.

- Yu... ah!- no podía pronunciar palabras, habían sido dos días sin aquellas caricias que tanto le gustaban, y parecía que habían sido semanas.

Eiri sabía que todo aquello a su amante le encantaba, pero también sabía que no quería hacerlo sufrir más. Sin más miramientos, fue bajando los shorts poco a poco, besando toda la piel que quedaba visible, hasta que de un tirón los sacó por completo.

La erección del cantante era considerable, se notaba que aquello le estaba gustando mucho. Una sonrisa satisfecha por parte del escritor se hizo visible, mostrándosela al pelirosa que se puso más rojo si se podía decir.

Un beso por parte del mayor y un nuevo juego, hicieron que el muchacho gimiera más fuerte. El juego consistía en un roce suave, casi imperceptible, que proporcionaba la mano del rubio.

Era tan deseado y placentero que el pequeño quería más, aunque el escritor no pusiera ningún empeño en seguir.

- Por... aaaahh!! Por favor.. Yuki...- pidió entredientes el chico.

- ¿Qué?

- Haz... hazlo.. ah!!- otro roce por parte del rubio.

- ¿Qué quieres que haga?

- Yu... Yuki!!

- Si no me lo pides no se lo que quieres... Shuichi...

- Tócame, métetela en la boca... hazme sentir...- cuando esuchó su nombre pronunciado por aquel hombre que tanto amaba, no pudo más que dejarse llevar.

No pudo más que sonreír. Le encantaba que su pequeño le dijese lo que quería que le hiciera. Cogió la dolorosa erección del pelirosa y la apretó. Éste ocasionó un fuerte gemido por parte del cantante, el cual no podía más que dejarse hacer.

- Abre los ojos, déjame ver ese color violeta que tanto me gusta...

Ante la petición, hizo el esfuerzo de abrirlos. Aquellos ojos dorados lo miraban intensamente mientras que aquella mano subía y bajaba no a mucha velocidad, intentando que aquello durara lo máximo posible.

Al verlos brillantes y llenos de vida, no pudo aguatar más y le dio otro de los besos que tanto le gustaban al chico. Bajando por el cuello, fue besando cada centímetro de piel que tenía delante. Al llegar al pecho mordió ligeramente las tetillas erectas y sonrojadas, y bajando un poco más, llegó al ombligo. Lo besó, mordió y chupó hasta que no quiso esperar más, y fue directamente hacia la entrepierna del muchacho.

La bufó con maldad, ocasionando un pequeño temblor por parte del chico, el cual levantaba ligeramente las caderas para que no se demorase más, y hiciera lo que le había pedido.

Puesto que no quería hacer sufrir más al pequeño, empezó a lamer aquel miembro lentamente, llegando hasta la punta y succionándola para absorber las gotitas que empezaban a emanar del cantante.

- Yu... ah!! Yuki... to-toda!!- gemió en un suspiro ahogado.

Haciendo caso de aquella petición, empezó con el vaivén de aquella danza que cada noche le entregaba a su alocado amante.

Cuando el pelirosa pudo seguir el movimiento que le proporcionaba el rubio, éste fue augmentando la velocidad.

- Yuki!!! Ya... ya no puedo más... ahhh!!! YUKI!

Con aquel nombre, Shuichi terminó por derramarse en la boca del escritor, el cual bebió hasta que no quedara ni una sola gota de aquel líquido blanquecino y espeso.

El muchacho dejó caer sus brazos pesadamente a cada lado del cuerpo. Estaba exausto.

Eiri por su parte, se había posicionado al lado del chico, observándolo detenidamente, viendo como su pecho bajaba y subía con rapidez, aquellos ojos entrecerrados brillantes por el acto, y aquellos labios dulces y suaves.

Con una mano, apartó un mechón de pelo rosa de su cara. Acarició la mejilla sonrosada, y después de darle un pequeño beso, se levantó para ir al baño.

- ¿No vas a seguir?- preguntó el pequeño, haciendo que éste se sorprendiera y lo mirase.

- No tengo ganas- ante aquellas palabras frías, abrió la puerta y se encerró dando un portazo.

Shuichi no entendía el comportamiento del rubio. Si que era cierto que dos días antes le había dicho que le demostraría que no quería estar con él sólo por el sexo, pero él ya lo sabía. Lágrimas de rabia e impotencia salían de los ojos violetas.

- Idiota...

Se encontraba recostado en la puerta. No era cierto lo que le acababa de decir, tenías unas ganas de poseerlo terribles, pero el recuerdo de quella noche le había afectado bastante. Ver a su pequeño, llorando porque se pensaba que lo estaba utilizando...

- No te lo crees ni tu...

¿Cómo era posible que un muchacho como él pudiera con él? Una sonrisa apareció en su rostro. Empezó a recordar segundos antes. Aquel loco era tan excitante...

De nuevo, sintió un calor muy fuerte en el pecho. Fue resbalando hasta que se quedó sentado en el suelo. Hacía mucho que no lo hacía. Además, no le gustaba, pero ver aquella imagen de su pequeño en sus brazos, agitado y gimiendo, lo volvió insoportable. En un momento, se sacó la ya erección, y empezó a masajearla...

Shuichi ya se había vestido y había hecho de nuevo la cama, el simple hecho de que alguna de las mujeres que iban de habitación en habitación mirando para si le faltaba alguna cosa a los clientes del hotel, supusiera que había pasado algo, lo aterraba de mala manera.

Había pasado mucho rato y el rubio no salía. Se estaba preocupando, Eiri no solía tardar mucho en el baño. El agua hacía poco que se acababa de abrir, y no parecía terminar.

Con temor a hacer que se enfadara de nuevo, se acercó a la puerta.

- Yuki, ¿estás bien?- preguntó acercando la oreja.

No se escuchó nada. El agua seguía fluyendo y el rubio no daba señales de vida.

- Yuki, ¿me escuchas?- no obtuvo respuesta-. Yuki, voy a entrar...- cogió el pomo con temor, pero respirando hondo, abrió.

El baho hacía que la visión de Shuichi se viese interrumpida. Pasados unos segundos, y mirando como Yuki se encontraba todavía dentro de la ducha, apoyado en uno de sus brazos, y dejando que el agua cayera sobre su cuello, una imagen que al cantante le parecía demasiado sensual como para soportar estar allí mucho tiempo sin hacer nada con aquel hombre que tanto amaba.

El rubio por su parte, no se había percatado de que su pequeño amante se encontraba detrás de la mampara, observándolo.

- Yu... Yuki...

Ante la mención del chico, Eiri levantó la cabeza y lo vio preocupado, con cierto rubor en las mejillas, frente a él. En seguida, cerró el agua y salió, dejando ver al muchacho todo su cuerpo desnudo y mojado, haciendo que un tono más rojo e intenso le cubriese completamente la cara y girara hacia un lado la cabeza.

- ¿Qué quieres?- dijo en tono frío mientras cogía uno de los dos albornoces que se encontraban colgados en una percha al lado del lavabo, se lo ponía y salía de allí, seguido por el cantante.

- Es... es que estaba preocupado...

- ¿Por estar en la ducha?- encarándolo, una mirada fría como el hielo dejó al chico asustado, como si hubiese hecho alguna cosa mal-. No me voy a morir por un poco de agua...

- Ya pero...

- Déjame en paz- se giró, y cogiendo su maleta, la abrió y empezó a sacar la ropa que se iba a poner.

Shuichi estaba herido. Tanto estaba amable con él, como se ponía echo una furia, y sin motivo alguno.

- Sinceramente Yuki, no te entiendo...- dijo mirándolo a la cara, aunque el otro hacía como si no existiera-. Si hablo porque hablo, si me callo porque me callo, si canto porque canto, si grito porque grito, si estoy quieto porque estoy quieto, ¿es que no puedo hacer nada para tenerte contento?- el rubio había dejado la tarea de vestirse para sentarse en la cama, bufar como si "esto va para largo", coger un cigarrillo y encenderlo.

Ante la acción despreocupada del escritor, lágrimas nuevas surgían de los ojos violetas del pequeño.

- ¿Es que no te importa? Hace un rato estabas... y ahora tan tranquilo, mientras yo me como la cabeza para intentar averiguar lo que te pasa...

- Nadie te lo ha pedido- hizo una nueva calada al cigarro.

- Pero... ¿qué no ves que no paramos de discutir por el mismo tema?

- El que discutes eres tu, no yo...

- ¿Y crees que a mí eso me gusta?- Eiri hizo un movimiento de hombros como diciendo "no se"-. A veces no hay quien te aguante...

- Pues no se que haces aquí, ¿por qué has venido entonces?...- dijo sin immutarse el escritor.

Ante aquellas palabras, el cantante se sintió más dolido que nunca. Corrió a la puerta de salida, y salió de allí dando un portazo.

Hacía más de dos horas que andaba por la calle sin rumbo fijo. Había salido tan deprisa, que cuando se dio cuenta, estaba en un parque, columpiándose, y viendo como unos niños hacían un pequeño castillito con la escasa arena que había.

Se quedó observándolos, tan felices, sin preocupaciones ni dolencias de ningún tipo...

Empezaba a preocuparse. Empezaba a hacerse tarde, y no había indicios de que su revoltoso amante se decidiera a volver.

Se había sobrepasado, no había sido justo que dijera todo aquello, el chico sólo le quería y no hacía más que darle malos momentos...

Aquello tenía que cambiar. Si que era que no hacían más que discutir últimamente. No podían estar juntos, pero menos separados. Una media sonrisa se formó en el rostro del rubio.

- Baka...

Cuando tenían que hacer sus respectivos viajes, él con las presentaciones de sus novelas y el otro por las giras, eran insoportables los días que sólo se podían llamar. Oír la voz de aquel muchacho era algo que a veces le irritaba, pero cuando sólo podía oírlo, parecía que ésta lo hechizaba. Podía ser tan sensual, que el solo echo de recordarlo, los vellos se le pusieron de punta.

No podía esperar más, debía encontrarlo y arreglar lo poco que quedaba de la relación. Si no quería perder a ese niño, tenía que dar también de su parte.

Salió del hotel sin saber por dónde buscarlo, pero no le importaba, si tenía que estar toda la noche, lo haría, debía encontrarlo.

Ya se había hecho de noche...

Los niños hacía tiempo que sus madres los habían venido a buscar, pero él se había quedado observando el pequeño montoncito de arena, el cual representaba el castillito que intentaban hacer.

Cómo no tenía dónde ir ni qué hacer, se puso a acabar lo que los muchachos habían empezado.

Ya estaba casi terminándolo, como a él le gustaba la playa y siempre acababa jugando con la arena, le había servido para conseguir hacer un castillo muy bonito, con sus murallas, sus torres junto con las ventanas y la puerta que representaba con un puente.

Cuando lo hubo terminado, sonrió por su magnífica obra. Que pena que no estuvieran aquellos niños ahí con él, así podría jugar con unos muñequitos que traían en forma de monstruos.

No sabía donde estaba, se encontraba ya a una considerable lejanía respecto al hotel, y había recorrido casi toda la zona en la cual se hospedaban, sin resultado alguno.

Llegó a una calita. En ella sólo habían parejas. Rabia le entró por ver cómo una de éstas se estaban besando. Él también podría estar disfrutando del paisaje y del lugar si no metiera siempre la pata.

Se fue de allí, para seguir buscando.

Con aquello terminado, se levantó, y fue a la fuente que había cerca, para lavarse las manos. Le dio al botón para que saliera el agua y se distrajo viendo el color y el tacto de ésta que le proporcionaba en las manos.

Aquel tacto tan suave y cálido era por el cual el escritor se había quedado tanto tiempo en la ducha.

Sin darse cuenta, estaba llorando de nuevo.

- ¿Por... por qué?- se preguntó sacando las manos de la fuente y mirándoselas-. ¿Por qué no hacemos más que discutir? ¿Por qué no podemos estar tranquilos ni en el viaje que él mismo a preparado? ¿Por qué lo quiero tanto si sólo me hace daño?- preguntas y más preguntas iban surgiendo del fondo del corazón del muchacho-. ¿Por qué no puedes mostrarme lo que llevas dentro como muchas veces lo haces?- miró al cielo, como si estuviera rezando al de arriba y le pidiese ayuda para poder superar aquello que no podía controlar-. Si al menos pudieras decirme lo que piensas, lo que quieres, si al menos me pudieras escuchar y tomarme en serio y que no hicieras como si no te importara, tal vez a lo mejor..

- Podríamos mejorar la situación...

Aquella voz fría y amarga que siempre lo asustaba hizo presencia en su cabeza.

- No me lo puedo creer, incluso te tengo cada dos por tres en la cabeza. Tu voz, fría, sensual y dolida me hace sentir...- no podía continuar, se sentía impotente.

- ¿Cómo?

Aquella no había sido su cabeza, se giró hacia donde provenía la pregunta. Allí estaba, frente a él, no a mucha distancia, mirándolo fijamente, con el rostro serio, como él lo era siempre.

- Yu... Yuki...

Continuará....

Notas:

Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!! A sio mi primer... lemon si se puede llegar a decir... jejeje sinceramente... algo q nunca abia echo... y q creo q no me a salio bastante mal del todo... jejeje (espero q aya gustao, la verdad... no sabia si debia ir con Yuki mas alla... y no me refiero en la cama... sino mas bien en el baño pero.... Alguien a leido q Yuki se... eso???? Si lo ha visto q me digan donde... YO KERO VERLOO!!!!! =P)

Ahora la preg del siglo... Os abeis qdao con las ganas de saber q pasara??? Teneis ganas de q siga subiendola??? Os esta gustando??? Todas estas pregs las podeis ir contestando en... CORAZÓN DE VERANO!!! Proximamente en aqi... FANFICTION!!!

Na... no magais caso... jejeje se me va la pelota y como q la tengo q ir a buscar...

Bueno... y pa todas las q me mandais revs y leeis... aunq no mandeis na.... Debo decir q lo subire un dia a la semana.. supuestamente los sabads o domins.... Eso dependera de.... Mi... jejeje UUU y... espero no dejaros en ascuas... pq.... Jejeje lo q vene.... Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.... Ala, a casacarla!!!!

Apa deuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!

Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaks!!!!!!!!!!!!!!!!!!

AnnaLylian

PD; Comentarios, sugerencias y demás... en