Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece son total y exclusivamente deMaki Murakami-sama. No gano NADA por acerlo asi q no molesten por nimiedades!

Pareja: Yuki x Shuichi

Después d toda la mandanga, debo decirles q es mi primer fic de Harry Potter asi q no sean malos y vayan dejando reviews para q me pueda instruir en el arte del fanfiction, oki??? Muaaaaaaaaaaaaaks!!! Y gaxas por leer!!!!!!!!!!

It's Not About Sex

Cap. 4

By AnnaLylian

-Yu... Yuki...

No podía creer que aquel hombre lo hubiera encontrado.

- ¿Cómo?- repitió la pregunta el escritor-. ¿Dime cómo te hago sentir?- se fue acercando poco a poco al cantante.

Éste, al ver que se iba acercando lentamente, retrocedió instintivamente, haciendo que el rubio se detuviera.

- Dímelo...

- ¿Para qué?- Shuichi estaba al borde del llanto. Estaba en un estado de no saber cómo reaccionar, de no poder hacer ni decir nada, el cual lo dejaba en estado atónito.

- ¿Cómo que para qué?- preguntó estrañado.

- ¿Para qué quieres que te lo diga?

- Por... porque... tu...- se había quedado mudo. Las palabras que quería decirle, se le habían atragantado en la garganta y parecía que no querían salir.

- ¿Ves? Ni siquiera en este momento eres capaz de decirlo- el dolor y la pena acumuladas, estallaron definitivamente.

Lloraba como hacía mucho que no lo hacía. Se llevó las manos a la cara, las piernas no lo sostuvieron, y cayó de rodillas al suelo, encogiéndose en una bola. Aquel hombre al que tanto amaba, era y sería así siempre, no podía cambiar de la noche a la mañana como a él le apeteciese, no conseguiría, por mucho que lo intentase, volverlo amable y bueno porque él no era nadie para lograrlo.

No pudo soportar aquella escena que tenía delante de sus ojos. No podía soportarlo más, ese muchacho era lo único que lo hacía vivir, era el único por el cual seguir viviendo, y sólo por ello, lo estaba destrozando.

Unos brazos lo rodearon con fuerza. Yuki se había acercado para intentar calmarlo, pero aquello, no cambió la situación, muy al contrario, el pequeño lloró incluso con más fuerza que antes.

- Shuichi... por favor...- intentó enderezarlo, pero el muchacho parecía no querer moverse-. Vamos... Shuichi, ponte derecho- haciendo más fuerza que el pequeño, lo puso entre sus piernas, abrazándolo como nunca, y aunque no dijera nada, intentando hacer ver al chico que él estaría ahí para siempre.

Se despertó con un dolor de cabeza impresionante. Se levantó cogiéndosela, y haciendo el esfuerzo de recordar lo sucedido.

Estaba en aquel parque cuando Yuki lo encontró, y en cuanto empezaron a hablar, se puso a llorar. El mayor lo abrazó y...

- ¿Ya estás despierto?- preguntó el escritor, saliedo de la ducha con el albornoz y con una toalla encima del pelo, para secárselo.

El muchacho no respondió, sólo sabía que la cabeza le estallaría, como para ahora empezar a discutir de nuevo.

- Tómate esto, te dejará de doler la cabeza- delante de los ojos semiabiertos del cantante, se encontraba, encima la palma de la mano del escritor, una pastilla.

- ¿Qué es?- dudó en cogerla.

- Es un analgésico, ¿crees que te querría envenenar?- dijo irónicamente.

- De ti me espero cualquier cosa...- dijo entredientes el chico, intentando que no se enterara el otro, aunque muy al contrario de su propósito, ya lo había oído.

Cogiendo la pastilla y el vaso de agua que le ofrecía el escritor, el rubio se fue a cambiar, mientras el pequeño entraba en la ducha, para intentar relajarse un poco.

En cuanto cerró la puerta, Yuki se sentó en la cama. Aquel chico había dicho una verdad muy grande, de él mismo se podían esperar muchas cosas, cosas que ni él mismo sabía hasta donde podía llegar.

Estuvo más de veinte minutos en la ducha, dejando que el agua le cayera en la cabeza, para caer suavemente por el resto del cuerpo.

Decidió que ya era hora de salir de allí o se arrugaría como un viejo. Rió entre dientes, sólo a él se le ocurrirían ese tipo de cosas estando mal psicológicamente.

Cogió el albornoz que le pertenecía, y secándose un poco, miró la puerta de salida.

- No puedo estar encerrado para siempre...- dijo dando un suspiro y dirigiéndose a ella.

En cuanto salió del baño, no miró a su alrededor, sólo quería salir de aquella habitación donde el rubio también se encontraba.

Se vestió en unos minutos, y cuando le pareció que estaba decente, se dirigió a la puerta dispuesto a salir de nuevo.

El escritor que no le había quitado el ojo desde que había entrado a la habitación, se dio cuenta de las intenciones del muchacho.

- Tenemos una conversación pendiente- afirmó haciendo que el cantante se detuviera.

- Ya lo haremos luego- comenzó nuevamente a caminar hacia la salida.

- ¿A dónde vas?- interrogó interesado y con malas intenciones-. Aquí no tienes a tu querido amigo del alma para irle a llorar...- dijo fríamente-. ¿O lo que quieres es que vuelva a buscarte?- terminó con una sonrisa maliciosa.

El pelirosa molesto, se giró de golpe. Lo miró con rabia, le iba a decir cuatro cosas bien dichas, pero sería otra pelea y estaba cansado.

Se fue calmando, y cuando vio que lo estaba del todo, lo miró nuevamente a los ojos.

- Paso de ti- dijo sin importarle, cogiendo el pomo de la puerta.

Ante aquellas primeras palabras "groseras" de su pequeño amante, se levantó y de una revolada, lo cogió descuidadamente del brazo, y lo tiró a la cama con brusquedad.

Un quejido por parte del chico hizo comienzo el ataque del escritor.

El rubio se puso encima del muchacho, poniéndole los brazos por encima de la cabeza, cogiéndolas con una sola mano, y con la otra le quitó la camiseta casi rasgándola.

- YUKI!!! PARA YUKI!!! QUÉ ESTÁS HACIENDO, SUELTAM...- el escritor para acallar los gritos del chico, le dio un violento beso haciendo que el pequeño le diera un mordisco en el labio inferior, provocando que éste se separara del pelirosa y lo mirara.

- Por mucho que grites, patalees, llores y me golpees, no voy a soltarte- afirmó, apareciéndole un hilo de sangre del mordisco.

Shuichi estaba aterrorizado. Aquella mirada seria y dulce que a veces le brindaba cuando estaban haciendo el acto, se había tornado violenta, con ganas de hacer daño, pero se podía entrever algo más... ¿miedo?

Si, el escritor estaba asustado. No sabía qué era lo que le sucedía. Le habían dolido aquellas palabras que habían surgido de aquel muchacho tan puro. Pero era tal las ganas de hacer algo que no pudo resistir la tentación, y continuó.

Lo volvió a besar, pero esta vez, antes de que el pequeño le diera un nuevo mordisco, se separó, dirigiéndose hacia el cuello. Allí, lo besó y chupó hasta que se podían distinguir perfectamente seis o siete chupetones.

- YUKI!!!!! Para...- no podía seguir, algo en su interior empezaba a sentirse bien.

- Calla! Seguro que te gustará, tú siempre niegas que te gusta...- dijo continuando con el recorrido en descenso.

Allí, mordió intencionadamente fuerte uno de los pezones del muchacho. Éste, grito de dolor. Aquello estaba siendo un terror. El hombre al que amaba se había vuelto loco, y él no podía hacer nada, lo único que le podía ayudar sería...

- SOCORRO!!!! QUE ALGUIEN ME AYU...- Eiri, para conseguir que se callara definitivamente para proseguir con su ataque, lo amordazó sin consideración.

- Así estarás calladito- dijo con una sonrisa perversa.

El escritor empezó a descender nuevamente, haciendo que el chico se asustara. Si le había hecho daño desde que había comenzado en todas las partes del cuerpo que había tocado, no quería ni imaginar que le haría más abajo.

El rubio lo miró, sabía que estaba asustado, mejor dicho aterrorizado, y eso le produjo un estado de erotismo puro.

Volvió a su faena, bajando de golpe los pantalones del cantante, incrementando los movimientos por parte del más pequeño para poder liberarse, pero eran una perdida de tiempo, éste era mucho más grande y fuerte. Lágrimas de impotencia, rabia y temor salieron de los ojos violetas.

- ¿Sabias que me pone muchísimo más que llores?- dijo lamiendo una de las lágrimas.

El pequeño no podía creer que aquel hombre fuera el que un día conoció. Lo miró implorándole que lo perdonara, que lo dejara libre, que no le hiciera nada, pero obtuvo un sonrisa por respuesta.

Bajó nuevamente hacia el miembro semierecto que tenía delante de él, tomándolo con desespero, lamiéndolo violentamente, haciendo que el muchacho abriera los ojos y se curvara por el dolor.

Con un desespero por hacer que su amante se corriera en su boca, lo masturbó con fuerza y rapidez, ocasionando gemidos ahogados del chico. Aquellos sonidos procedentes de su garganta no eran precisamente de un placer absoluto.

Cuando hubo por fin conseguido su objetivo, lo miró. Estaba satisfecho.

- Al menos esta noche... ya he cenado- aquellas palabras dejaron en estado de shock al pequeño.

Aquel hombre no era él, seguro que no era él. Se había rendido, que hiciera con su cuerpo lo que quisiera, no lo soportaba más, quería salir de aquella pesadilla que había empezado en aquel viaje, en el que podrían estar juntos y solos por muchos días. Sólo de pensar en que estaba solo, no pudo más que dejar de ver lo que sucedía a su alrededor.

El de ojos dorados, se fijó que ya no hacía fuerza para escapar. Lo miró a los ojos, y vio en el estado en el cual se encontraba. El muchacho estaba con la mirada perdida, con los ojos bien abiertos y había dejado de llorar.

- ¿Shuichi?- lo agitó un poco, para intentar "despertarlo"-. Shuichi, contéstame... vamos, responde- se estaba empezando a poner nervioso.

Le sacó la mordaza de la boca, y le dio un beso para ver si con ello reaccionaba. No pasó nada.

Lo cogió en brazos, y lo llevó a la ducha, abrió el agua fría, y se metió con él. Vio como éste emitía un quejido al notar el agua helada, y cerraba los ojos.

Cuando vio al rubio que lo tenía cogido de manera posesiva, se asustó, intentando zafarse del agarre.

- Lo siento- le oyó decir al rubio, dejando de ejercer fuerza alguna.

- ¿Qué lo sientes?- no estaba seguro de haber entendido bien.

Ante la afirmación del escritor, un tortazo en su cara, se hizo presente en el cuarto de baño por el sonido.

El pequeño salió corriendo de allí.

Cuando se levantó y lo siguió, lo encontró echo una bola en la cama, mojándola de agua, y llorando nuevamente.

- Me he sentido como una mierda y, ¿ahora me dices que lo sientes?- se sentía sucio.

Aquel ataque por parte del escritor, había conseguido recordar lo que le hicieron una vez. Había despertado del estado de shock porque una voz lo llamaba, la voz de aquel hombre que se había posicionado detrás de él, y lo había abrazado con temor a volver a hacerle daño de nuevo.

- No se lo que me ha ocurrido...- mucho tiempo había pasado desde que había llorado por última vez, recordando que fue en brazos de su pequeño, el cual también lloró con él.

Ante el sentimiento de sentir al de ojos dorados llorar, no pudo más, se giró y lo abrazó.

Yuki había llorado mucho rato, tanto, que ya se había hecho de noche, aunque todavía se encontraban en la cama abrazados el uno con el otro.

- ¿Shuichi?

- Dime- respondió el pequeño secando una de las lágrimas que todavía se podían ver en el rostro del rubio.

- Lo siento... yo...

- Déjalo, no tienes porque...- un dedo acallándolo le hizo detenerse.

- Déjame explicártelo...- ante el asentimiento del pelirosa, empezó-. Estaba tan asustado por perderte, que lo único que mi mente quería era... era...- nuevas lágrimas entrecortaron las palabras del escritor-. No se si me podrás perdonar algún día por lo que te he hecho, pero quiero que sepas, que yo...- cerró los ojos-, yo... te quiero Shuichi, y lo único que quiero es estar junto a ti. Por ti... por ti es por lo que sigo vivo, no hay nada que me retenga a este mundo si tu no estás, por ello no quiero perderte- al terminar, abrió lentamente los ojos, viendo como su pequeño estaba llorando.

- Yo...

- Yo no quería que lloraras- dijo interrumpiendo al cantante.

- Yo...- una sonrisa de alegría apareció en su rostro-. Tenia tantas ganas de que me dijeras, que me hicieras saber que yo era importante para ti, estaba seguro que yo lo único que hacía era molestarte...

- ¡NO!

- Pero por primera vez en muchos días, estoy contento, porque yo también vivo sólo para ti, quiero estar contigo para siempre... Yuki- un beso suave y dulce por parte del rubio, y un abrazo al acabar, hizo por terminadas las discusiones.

Habían decidido que ya era suficiente con un día de peleas y de más. Iban a aprovechar las vacaciones, que para eso estaban en aquella isla, para pasárselo bien.

Aquel primer día, habían ido de compras, a comer fuera, a la playa, donde Shuichi más que estar con su pareja, estuvo jugando con unos niños que estaban al lado de la toalla de la pareja.

Aunque al rubio le molestara que no estuviera más pendiente de él que otra cosa, el echo de estar viendo al chico contento, sonriendo como él solo hacía, le alegraba la vista, ocasinando más de una sonrisa por su parte, y dejándosela ver a todo el que pasara por su lado, cosa muy poco frecuente.

Al terminar el día, habían decidido ir a cenar al restaurante del hotel, los dos estaban cansados, había sido agotador salir de buena mañana y estar fuera durante todo el día.

Se ducharon para ir después a cenar.

Allí, cuando ya les habían traido la comida y habían empezado, Shuichi parecía no estar tan cansado ya que ni comiendo cerraba el pico para dejar de hablar.

- Yuki, hoy ha sido un día perfecto, eso de ir cogidos de la mano, por primera vez...- con los ojos con corazoncitos, se llevó el tenedor a la boca, sin nada pinchado ya que se le había caído en el camino.

Por el contrario, el escritor veía la escena contento, aquello significaba que estaban más cerca que días anteriores.

- Verte nadar en el agua del mar es tan... excitante.... aiiishhhh, que suerte que tengo de tenerte Yuki...- dijo poniendo las manos en las mejillas de su cara y ladeando un poco la cabeza, suspirar una y otra vez.

- Shuichi, deja de decir estupideces y come, que se te va a enfriar la...- ante la mirada molesta por parte del más pequeño, se calló de golpe.

- No digas cosas que puedan herir mi sensibilidad, si quiero puedo decir lo que siento al menos, ne???- aquella afrimación por su parte, hizo que una sonrisa de "tu has ganado" pusiera de nuevo contento al chico.

Al día siguiente, habían pensado en visitar alguna que otra cosa, e ir después a la playa.

El rubio aquel día se había levantado con buen pie. Todo lo decidía el pelirosa, cada cosa para hacer, cada cosa que mirar... Eran esos momentos en los cuales el pequeño estaba feliz de estar junto a aquel hombre.

Por la tarde, como habían acordado, fueron a una de las playas que había. Escogieron una calita donde no había mucha gente, y en la que se estaba muy bien.

Shuichi no se separó ni un momento del lado del rubio, haciendo que éste fuera más de una vez al agua para que su alocado amante no se achicharrara, y poniendo crema en más de una ocasión.

Como el escritor había predecido, el chico había acabado rojo como un tomate, ocasionando un dolor fuerte en más de una parte del cuerpo.

- ¿Ves? Eso te pasa porque no estás acostumbrado a estar tanto tiempo al sol sin ir al agua, y no moviéndote para nada.

- Pero yo quería estar con mi Yuki...- dijo haciendo un puchero.

- Y mira lo que has conseguido...

- Pues me alegro... ala!- dijo sacándole la lengua.

- No tienes remedio- dijo sonriendo el rubio, acabando de ponerle la crema, y dándole un beso en la frente.

Algo en el interior de Shuichi cambió de golpe. Aquel sentimiento de estar con la persona amada, había vuelto a surgir. Un rubor que no se hizo presente para Yuki, por las quemaduras del sol, hicieron que el pequeño se alegrara.

- ¿Qué te parece si vamos a dar un paseo?- aquella pregunta hizo que el cantante dejara de pensar, para su sopresa.

- ¿En... en serio?- preguntó sin acerse crédito a lo que sus oídos habían escuchado.

- Claro... ¿crees que te engañaría en una cosa como esta?- Yuki se acercó al muchacho, y le dio un suave beso en los labios, ocasionando la acelerada respiración por su parte.

Hacía una noche estrellada muy bonita. Habían decidido que el paseo lo darían en una de las playas que estaban más cerca.

Allí, Yuki cogió la mano del cantante, se descalzaron, y empezaron a caminar.

Ninguno de ellos habría la boca para romper el silencio, el estar cerca el uno del otro, les bastaba. Aquellos momentos de tranquilidad, eran los que más le gustaban al rubio. Esos momentos en los cuales el cantante sabía lo que prefería él, y se lo entregaba.

Se detuvo, haciendo que Shuichi también lo hiciera. Éste lo miró estrañado, pero una sonrisa de "todo va bien", hicieron que se acercara más al chico, y lo atrayera hacia él, dándole un tierno beso.

Shuichi no tradó nada en corresponderle, ocasionando que el escritor lo cogiera por la cintura atrayéndolo más hacia su cuerpo.

Se separaron cuando ya no pudieron más. Las respiraciones chocaban la una con la otra de lo cerca que estaban. Se miraban a los ojos fijamente, parecía que se quedarían así, mirándose, hasta que fue el escritor el que hizo el primer movimiento, agarrando al pequeño para irlo sentando en la arena, para segundos después tenderlo en ella.

Continuará...

Notas:

Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!! No me maten por dejarlo asi!!!!!!

Bueno y q tal este capi??? Ya se q es algo fuerte ya q Yuki le ace eso feo a mi niño, pero creedme q lo iba a poner mas... bueno... lo iba a poner peor, mas fuerte... y me detuve... =P

La escena q e dejao a medias poz... se resuelve en el capi siguiente... pero es q... asta dentro de una semana no lo subo... aunq a lo mejor lo subire antes... =P

Muchos Muaks a tol el q me lee y Apa Dewwwwwwwwwwwwwwwwww!!!!!!! (Despedida Shin-Chan =P)

AnnaLylian

PD; Comentarios, sugerencias y demás... en