Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece son total y exclusivamente deMaki Murakami-sama. No gano NADA por acerlo asi q no molesten por nimiedades!
Pareja: Yuki x Shuichi
Después d toda la mandanga, debo decirles q es mi primer fic de Harry Potter asi q no sean malos y vayan dejando reviews para q me pueda instruir en el arte del fanfiction, oki??? Muaaaaaaaaaaaaaks!!! Y gaxas por leer!!!!!!!!!!
It's Not About Sex
Cap. 6
By AnnaLylian
Fue el primero en despertar. Vió como su amante todavía dormía plácidamente agarrado a él. Aunque hiciera mucho calor, no se separó de aquel cuerpo que tanto le atraía. Lo miró dulcemente, acariciándole el pelo, desordenándoselo para volverlo a ordenar.
Así hasta que despertó. Vió como se desesperezaba ronroneántemente, deshaciendo el abrazo un momento para volverlo a hacer, de manera más posesiva.
- ¿Desde cuando llevas despierto?- perguntó Yuki con voz ronca y dulce.
- No sé...- dijo con una sonrisa en los labios.
- No sabía que te gustaba espiar los sueños de los demás...- dijo abriendo los ojos para mirar los violetas que lo miraban intensamente.
- Sólo me gusta espiar los tuyos...- lo besó tiernamente en los labios, para luego, abrazarse más fuerte a aquel cuerpo, y quedarse así un rato.
Al cabo de unos diez minutos, los dos tenían una cara de pocos amigos. Se miraron fijamente, y se soltaron de una revolada.
- Joder... que calor que hace...- dijo el rubio, con el asentimiento de cabeza de shuichi como respuesta.
Se quedaron sentados sin decir nada unos minutos, para luego mirarse fijamente.
En un momento los dos se encontraban corriendo hacia el baño, como si fuera una carrera, para ver quien llegaba antes.
Anque el escritor tenía más fuerza que el pequeño, fue éste quien entró primero.
- Ja! Gané Yuki... jajajajaja- dijo dentro ya de la ducha.
- Calla! Es que por las mañanas no tengo demasiados reflejos porque estoy dormido.. eso es todo- dijo sentándose en la cama, encendiéndose un cigarro, y esperando a que el muchacho acabase.
- Jejejejeje... lo que tu digas Yuki... pero has perdido- afirmó el pelirosa, enjabonándose el cuerpo.
- Shuichi... como me enfade...
- De acuerdo... da igual... ya sé que no sabes perder...- se quitó el jabón con el agua, para luego salir de allí con una toalla que había, poniéndosela en la cintura.
El escritor, al ver que su pequeño tan solo estaba tapado con una toalla, que en vez de tapar lo que hacía era enseñar, empezó a mirar al chico con deseo.
- Eso es algo que no soporto de ti...- continuaba el cantante con la conversación, sin darse cuenta de la mirada acechadora del mayor-, pero bueno, algo tenías que tener malo. Bueno, ahora que lo pienso mejor- dijo dejando de sostener la toalla, y cogiéndose el mentón con una mano, y aguantándose el brazo con la otra, ladeando un poco la cabeza-, tienes bastantes cosas que no me gustan, como por ejemplo... que te comportes de una manera tan pervertida a veces... no espera! Eso me gusta... jejeje... mmm... pues...- dijo rascándose la cabeza-, ah, ya sé! Cuando me dices que no cocine porque voy a incendiar la casa- dijo asintiendo con la cabeza, cambiando la expresión de la cara rápidamente- aiii, eso también me gusta... porque sinceramente, es verdad... jejeje- el chico seguía hablando mientras que el rubio no hacía más que mirarlo, sin escuchar lo que le decía.
Mientras iba hablando sólo, el escritor se levantó lentamente de la cama, para acercarse al muchacho, y abrazarlo por detrás.
- En aquella ocasión... ¿verdad Yuki?- dijo mirando hacia arriba para ver la cara de su amante.
Al ver el rostro de Eiri, se sonrojó en un segundo, para después bajar la cabeza, y agarrar los brazos del rubio y sujetarse en ellos.
Aquellas eran las pocas veces que el escritor, sin decir palabras, le demostraba que con sólo darle un abrazo como aquel, podía decirle mucho. En contadas ocasiones se lo había hecho, ya que siempre acababan en la cama. Pero aquel abrazo era distinto, reflejaba el sentimiento de ser amado y poder corresponder ese amor.
Lentamente, el rubio dejó de abrazarlo, para levantar un poco la cabeza del chico, y besarlo en la frente.
Se fue al baño sin mediar palabra, y se duchó tranquilamente.
En cambio, el pelirosa se quedó en el sitio donde lo había dejado, con una sonrisa en los labios, reaccionando para empezar a vestirse.
- Yuki!!!!- lo llamó enseñándole una concha que había encontrado buceando.
El rubio lo saludó en señal afirmativa, viendo como le sonreía para guardársela en una especie de bolsa impermeable transparente, donde tenía ya varias cosas que había encontrado, y se sumergió nuevamente.
Habían decidido ir a alguna de las playas que no habían visto todavía, y se decidieron por una al azar. Cuando llegaron, no había casi nadie, y seguía tranquila después de una hora que llevaban allí. La verdad es que estaba más alejada que las demás, pero eso no la hacía ser menos bonita, todo lo contrario. Ésta se componía de palmeras, que separaban el suelo firme de la playa, la arena, ni muy gruesa mi muy fina, con un agua cristalina, la cual dejaba ver los peces que nadaban tranquilamente cerca de la orilla. Hacía una especie de media luna, en la cual se podía ver no muy lejos una islita la cual estaba llena de vegetación.
Se volvió a estirar cuando el muchacho se hubo adentrado en el agua nuevamente. Miró el cielo. Aquella mañana como hacía unas cuantas, estaba totalmente despejado, con un color azul muy claro y dejando ver el sol plenamente.
Pensó que después para comer podrían ir a algun restaurante por al lado de la costa.
Se levantó. Estaba cansado de estar estirado, así que intentando averiguar donde se encontraba su revoltoso amante, se adentró en el agua.
Vió como una especie de masa, color roja, subía y bajaba de vez en cuando, aunque continuaba medio dentro del líquido marino. Con una sonrisa en los labios, se fue acercando, y cuando estuvo lo suficientemente cerca como para cogerlo, la masa roja se metió entera, para salir otra masa de color rosa.
- Uy que guay... verás cuando se lo enseñe a Yuki- afirmó el cantante contento por su recolecta, y metiendo una pechina de color verde grisaceo, con una forma bastante rara, que la hacía muy bonita.
Cuando la hubo metido, iba a meterse otra vez dentro, pero algo le cogió de la goma del bañador rojo, asustándolo y girándose lentamente.
- Preferiría que no enseñases el culo cuando te sumerges...- le dijo el rubio soltándolo.
- Yuki!!! Me has asustado!- dijo el pelirosa cogiéndose el pecho-. Casi me da un infarto...
- El infarto lo voy a tener yo por aguantarte...- iba diciendo mientras se dirigía a la orilla.
- Yu... Yuki!!! ¿Has venido aquí sólo para decirme eso?- preguntó estrañado por la actitud del escritor.
- No sé a qué debería venir sino...- mintió sonriendo, notando como el chico corría para alcanzarle.
Estaba bastante aburrido. El muchacho no había hecho otra cosa que llegar meterse en el agua y buscar pechinas y conchas con sus gafas de buceo nuevas que antes de entrar en la playa él mismo le había regalado.
- ¿Seguro?- volvió a preguntar cuando ya por fin había alcanzado a Eiri, quitándose las gafas, y dejándoselas en el cuello.
- ...............- éste ni siquiera respondió.
- Vamos... Yuki... ¿qué te pasa?- dijo pegándose a él como una lapa, frotándose la cara en uno de los brazos que había cogido.
Aunque no hubiese casi nadie en la playa, los poca gente que había y que los veía, se reía por la escenita. Un chico con el pelo de color rosa, se cogía fuertemente al brazo del chico rubio que había a su lado, éste intentando por todos los medios de quitárselo de encima sin resultado alguno.
- Shuichi!! Suéltame baka!!! ¿No ves que estamos haciendo el ridículo?- decía el escritor zarandeando el brazo.
- No! Hasta que no me digas a qué me has venido a buscar...- lo agarró más posesivamente, haciendo que el rubio dejara de intentar quitárselo, y se estirara en su toalla.
Una vez sentados los dos, Eiri haciendo un gran esfuerzo por moverse, cogió del bolsillo de la camisa que se había quitado, el paquete de tabaco para coger un cigarrillo y encendérselo.
Miró al chico de reojo. Era muy intuitivo cuando le daba la gana, sabía perfectamente que estaba aburrido y se lo quería sonsacar.
- ¿A tí que te parece que quería?- habló sorprendiendo al pequeño.
- Mmmmhh... pues... ¿mimos?- preguntó ladeando la cabeza, poniendo una cara inocentona, haciendo que el rubio no pudiera dejar escapar una sonrisa.
- Jejeje...- rió el escritor-, cuando te da la gana puedes ser bastante listo...- dijo revolviéndole el pelo.
- ¿Así que era por eso?- le preguntó aniñadamente, con corazoncitos en los ojos y, de fondo, un corazón más grande.
El escritor se preguntó si había hecho bien en decírselo, pero cuando lo veía así de conteto, no podía hacer más que girar la cabeza, sonreír para sí mismo meintras que el otro seguía con la misma posición y hacía gestos estraños de vez en cuando.
A la hora de comer, como el escritor había pensado, se fueron a uno de los tantos restaurantes que habían cerca de la costa.
El camarero les acompañó a la mesa, les dijo los platos del día, marchándose a continuación con todo apuntado en su libreta.
- No sé como no te puedes empachar comiendo siempre pollo con patatas- dijo el rubio, mirando al muchacho.
- Pues... porque me gusta, jejeje- dijo aniñadamente, poniéndose una mano en la nuca-. Además, no me gustan esas cosas raras que ponen- puso cara de asco.
- Esas cosas raras como tú le llamas, es comida...- lo miró de reojo, para observar lo que había a su alrededor.
- Ya... pero son raras y saben mal- dijo el muchacho poniéndose la servilleta de ropa en la solapa del cuello de la camiseta.
- Eso es lo que dices tú...- estaba observando el mar que se veía de fondo, cuando lo miró. Unas cuantas gotitas le aparecieron en la cabeza-. ¿Q-Qué haces?
El pelirosa se encontraba con un montón de servilletas por todo el tórax; una en el cuallo, otra en la falda, otras dos se las había puesto en las orejas, y la última se la había atado en la cabeza.
- Jejeje... es para no mancharme nada...
Un fuerte sonido se oyó en todo el restaurante. Nadie supo de donde provenía.
Cuando por fin acabaron de comer, decidieron que irían paseando por la costa, hasta llegar a su hotel.
- Yuki... eres un bruto...- dijo masajeándose la cabeza- me has pegado muy fuerte...- lagrimitas empezaban a salir de los ojos violetas.
- Tú te llo has buscado...- afirmó el escritor pasando del berrinche del muchacho.
- Pe... pero... pero... ami me dueleeeeeeeeeee!!!- al final se puso a llorar.
Como si fuera un niño pequeño, se estiró en el suelo y empezó a moverse de un lado hacía otro, sin despegarse de éste.
- Me duele, me duele, me dueleeeeeeeeeeeeee!!!
- Shuichi...
- Me duele, me dueleeeeeeeee!!!
- SHUICHI!!! Si dejas de berrear te compro un helado- cansado de oírlo y rojo como un tomate, por la vergüenza que siempre había de pasar cuando estaba junto con aquel revoltoso niño, no pudo hacer más que chantajearle.
- ¿En serio?- dijo deteniendo toda clase de movimientos y levantándose de golpe
- Si...
- ¿El que yo quiera?- preguntó muy aniñadamente, con un brillito en los ojos.
- El que tu quieras...- se estaba cabreando por momentos, así que para no saltar y matarlo directamente, se fue directo a un puesto de helados-. Elige...
El muchacho estaba muy contento, se había pedido el cucurucho más grande y se había puesto unas cinco bolas de diferente sabor a helado; chocolate, vainilla, frresa, merengue y limón. En cambio, el rubio no lo podía ni mirar. Aquella masa que se derretía por momentos, tenía una pinta... no sabía como describirlo.
- Si ya digo yo... algún día te mueres por indigestión- dijo resignado.
- Va... si lo probases sé que te gustaría...- lamió unas gotitas que se querían escapar de su boca.
- Ni loco...
- Venga... ¿qué vas a perder?- preguntó mirando de reojo al rubio.
- Mi dignidad- afirmó.
- Si lo puebas y no te gusta haré todo lo que tu quieras... ¿qué te parece?- dijo retándolo.
- Ni por todo lo que quiero que me hagas lo probaría...
- ¿Por nada? ¿nada, nada, nada?
- Bueno...- dijo pensándoselo- no... es igual...
- Va... dí!- insistió el pelirosa intrigado.
- Je... si acepto probarlo y no me gusta, ¿lo harás?- preguntó mirando fijamente aquellos ojos violetas que lo miraban intrigado.
- Si... pero ¿el qué?
El rubio le dijo que se acercara. El muchacho obedeció y puso el oído. Al escuchar lo que acababa de pedirle a cambio de que lo probara, un color carmesí intenso, se hizo presente en la cara del pequeño, hasta se le podía ver como un humillo le salí de las orejas.
- ¿Qué... aceptas?- le preguntó el rubio.
- Pe... pero...
- No hay peros que valgan, o eso... o nada...- se estaba divirtiendo de lo lindo viendo las caras que ponía el cantante, tanto aniñadas y con pucheros como avergonzadas.
- De... de acuerdo...- dijo alzando el helado para que el rubio lo pudiera probar.
Cogió la cucharilla que le habían dado, que no había utilizado todavía, y se la dio, para que pudiera coger el gusto de todos los sabores.
Estaba a punto de llevársela a la boca cuando...
- Espera!- rogó el muchacho.
- ¿Te has rajado?- preguntó con una sonrisa con maldad.
- No es eso...- puso cara de enfado-. ¿Qué pasa si te gusta?
- Como sé que eso no sucederá...- fue acercando la cucharilla a la boca.
- Pero si te gusta, ¿harás lo que yo diga?- preguntó el cantante.
- De acuerdo...- sabía que no iba a perder, no podía ser que aquella cosa estuviera buena, sólo a su revoltoso amante se le ocurrirían esas cosas.
Se la metió definitivamente en la boca y empezó a saborearla.
Al principio puso caras raras, pero luego las fue suavizando para acabar de comérselo, para mirar la cucharilla. La lamió para alegría del cantante, quien le acercó el helado por si quería más, y como no, el rubio repitió ración unas cuantas veces.
Cuando por fin se lo acabaron, el pelirosa estaba sonriendo a más no poder.
- Te ha gustado... jejejeje... he ganado!- dijo con un brillito en los ojos violetas.
- ¿Pero qué dices?- negó el escritor, con las mejillas encendidas-. Estaba terriblemente...
- ¿Bueno?- ahora era el pelirosa el que se lo estaba pasando bien-. vamos... no lo niegues, te has comido mi helado...
- ¿Q-Qué? Pero si has sido tú quien me ha obligado a comérmelo...- dijo girando la cabeza para que no pudiera ver como se ponía más rojo por momentos.
- Has perdido, así que harás lo que yo quiera... jajajajajajaja- el muchacho estaba loco de alegría, pensando qué podría pedirle a Eiri.
En cambio, el mayor no se podía creer todavía que hubiera probado y comido aquel helado. Le había encantado, al principio sabía raro, pero luego se quedaba el gusto de los cinco sabores y estaba muy bueno.
- Bueno, procuraré no hacerte algo que sea... demasiado... vergonzoso, ni nada por el estilo... no soy como tú- le dijo mirándolo mal, recordando lo que le había dicho que tendría que hacer si perdía la apuesta.
El escritor no dijo nada, ya bastante tenía como para contestar a aquello.
- Anda, vamos al hotel... estoy cansado...- dijo levantándose, intentando cambiar de conversación.
- Jejejejeje...- esa reacción que tenía Eiri cuando perdía, le hacía mucha gracia siempre.
Iban andando por el paseo que los conducía a su destino, cuando una chica, se acercó a ellos, entregándoles unos folletos.
Fue el cantante quien lo cogió, para después seguir caminando.
- Vaya... es para una discoteca que han abierto nueva...- dijo mirando el papel-. ¿Por qué no vamos? Sería algo diferente a lo que hemos hecho estos días...
- Ves tu si quieres, yo no voy ni loco...- dijo enfadando al pequeño.
- Joooo... Yukiiii... andaaaaa...- dijo acercándose a Eiri, empezando a restregarse de nuevo.
- ¿¡¿¡Quieres parar!?!? Estoy harto hoy de tus niñerías...
- Bien...- paró repentinamente el chico, estrañando al rubio-. Quería que hicieras otra cosa, pero como sé que también te va a gustar...- el escritor se imaginaba lo peor-. Lo que quiero que hagas es que vengas conmigo a la discoteca esta noche!
- Ni hablar...- negó rotundamente.
- O eso... o me haces lo que querías que hiciera yo...- lo amenazó.
En aquel momento, el rubio tenía los ojos como platos, y intentando decir algo pero que no le salía, abría la boca una y otra vez.
- Sabes que no puedes negámelo... jajajajajajaja- rió abiertamente, con los brazos en ese y sacando pecho.
- La que me ha tocado...- dijo Yuki rindiéndose, negando con la cabeza, mientras con una mano se tapaba la cara.
Continuará…
Notas:
Emmmmm… sirve q diga… perdon???? U poz… espero q sip… pq…
Gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomen gomeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!!!!!!
Lo se… soy mala! Muy mala!!!! Pero es q e tenido muy malos tiempos… -.- asi q yo pongo el cap este… y seguramente dentro de unos dias ponga el siguiente… oks???? Como recompensa… y pa q veais q no soy tan malvada… pienso…. O tengo la intencdion de acabar el fic… en estas Navids… asi q… me vais a querer un poqito????? Jejejejeje... P
Este cap me gusta muto… la verdad es q se ve una relación… como otra cualqiera… un dia los dos por ahí... y sin preocupaciones de ningun tipo… es algo q siempre tenia en mente y q surgio de esta manera… espero q os aya gustado… asi q dejad reeeeeeeeeeeeevs!!!!!!!!
Subo este cap ya… pq me abia olvidado completamente de subirlo en el cap 4… asi q… jejeje gomen de nuevo… y lo dicho… pienso acabarlo en Navids… asi q…
Ahora solo me qeda despedirme… asi q… ya sabeis… no me defraudeis y dejad comens!!!!
Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaks!!!!!!!!!!!
AnnaLylian
PD; Comentarios, sugerencias y demás… en
