Vanos recuerdos

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Gracias a GabZ, yokoshindo, Atemu Asakel 04, Haruka, NizzaMinamino, lastlightangel, Nebyura por sus review's

Advertencia: Yaoi HieiXKurama. Rape

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Capitulo 4: Psicoquineticos

Después de vanos intentos de que Kurama recuperar la memoria, decidieron que las cosas llegaran como vinieran pues el cerebro no puede ser engañado por siempre, Yusuke y Kuwabara se fueron a sus casas, pues había personas que los esperaban. Kurama se dispuso a cocinar algo para Hiei y él.

La casa despedía un delicioso olor a comida, y Hiei a pesar de ser algo arisco para la comida ningen ya estaba saboreando los guisos que el pelirrojo preparaba. Se disponían ya a sentarse a comer cuando el timbre de la puerta se dejo escuchar, Kurama se levanto con algo de fastidio.

-buenas tardes Minamino-

-buenas tardes Nasterh que sorpresa-

-perdona por molestar- hizo un movimiento con su nariz -creo que interrumpí la hora de la comida-

-no molestas, pero que deseas?- pregunto con una sonrisa, tratando de disimular el desconcierto que le causaba su visita, además de que aun no olvidaba su mirada de furia.

-huele rico, tu cocinaste?- pregunto ignorando lo anterior

-si, gustas pasar?- invito al ver la clara indirecta

-gracias Minamino-, ambos entraron, Noah se detuvo antes de entrar al comedor a ver a otro invitado

-te acuerdas de Hiei?- pregunto al verlo detenerse

-si- contesto secamente

-Hiei, Nasterh comerá con nosotros- y lo miro como pidiendo disculpas

-hn- fue la contestación, y desvío la mirada dispuesto a ignorar a los presentes

-toma asiento, en un momento te traigo algo de comer-

-gracias Minamino-

Kurama salió sonriendo falsamente, pues se sintió mal al ver el gesto de enojo de Hiei; regreso con el tercer servicio, y ambos estudiantes se pusieron a platicar.

Hiei recordó entonces lo fastidiaste que podía llegar a ser Noah con su platica incesante, haciendo resaltar lo asombroso que es Suuicihi, estaba de acuerdo en una manera secreta que todo lo que decía Noah era verdad, pero no le agradaba su voz lastimosa e imparable hablando únicamente de la persona por quien sentía algo especial. Por quien ahora necesitaba.

La comida termino y el alemán no parecía no querer irse, Hiei fastidiado se levanto de su lugar y sin hablar se dispuso a salir.

-Hiei, te vas?- pregunto Kurama extrañado

-si, regreso mas tarde- contesto, saliendo de ahí antes de dar tiempo a llamarlo nuevamente.

Kurama suspiro desganado, entendió porque Hiei se iba, pero su educación no le permitía ser descortés con Noah y hacerlo salir de la casa, lo único es que dirigiera su platica a una forma para que entendiera que tenia que irse.

-Hiei esta enojado conmigo?- pregunto Noah con tristeza interrumpiendo sus pensamientos.

-no, no, es que... Hiei siempre es así, tiene un carácter fuerte y es una persona agresiva, pero siempre puedes contar con él-

-pero creo que le caigo mal, pues no dijo nada-

-él es así, no le gusta hablar, no es así solo contigo-

-a ti te gusta su forma de ser?-

-eh?- le desconcertó la pregunta -por que me preguntas eso?-

-es que no puedo creer que alguien como tu, le agrade alguien como Hiei- su mirada se hizo confusa

-él es mas que un simple amigo, y me agrada mucho como es- dijo con firmeza, al querer defender al medio koorime, sin saber bien lo que decía, la forma en como lo miraba ahora lo confundía

-mas que un amigo- dijo aproximándose a Kurama -qué es mas que un amigo?-

-qué?, no, él es alguien muy especial para mi-

-lo amas?-

-si, lo amo-, no supo como dijo eso, oh porque se lo decía a él.

-que lastima-

-por que dices eso?-, apenas termino de preguntar cuando su cuerpo voló hacia la pared, golpeándose con ella.

-sera mas difícil conseguir lo que propongo, pero no importa-

-qué?, tienes habilidades psicoquineticas?-

-asi es Kurama-

-qué?-

-te extraña que sepa que así te llaman tus amigos- dijo remarcando la ultima palabra -supongo que ese es tu verdadero nombre, junto con esas habilidades para controlar las plantas-

-entonces no tengo que seguir ocultándome- mientras decía esas palabras llevaba su mano a su cabello, pero un golpe que ignoro de donde vino, lo dejo aturdido.

Noah sonrío, su blanca piel y complexión delgada resalto sus pómulos y sus ojos completamente abiertos le dieron un semblante perturbador -no intentes escaparte-, le dijo antes de volver a golpearlo con los objetos que ahí habían que volaban a gran velocidad aumentando el daño del golpe, Kurama con el cuerpo inmovilizado no pudo defenderse y termino inconsciente en el piso

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Hiei regresaba a la casa del kitsune después de calmarse, su paciencia había desaparecido por culpa de Noah, pero su paseo le había dejado con una duda, y era si realmente se había sentido disgustado con la palabrería incensaste del alemán, o porque se la pasaba halagando a Kurama. Había escuchado que los celos eran unos sentimientos capaces de confundir a cualquiera y aparecían cuando no se sentían seguros de si mismo. Pero ese no era el caso de Hiei, pues de algo que estaba seguro, era su seguridad y confianza en si mismo.

De lo que Hiei dudaba era de la duración del amor de Kurama hacia él, ya había dejado de dudaba de sus palabras, pero temía perderlo por no ser capaz de ofrecerle lo que le pedía; pero que era lo que le pedía?, solo que le correspondiera, que le diera el mismo amor que él le ofrecía.

El problema era que su orgullo no le permitía hacerlo, entonces no era mejor dejar atrás la relación con Kurama y que él buscara a alguien que no fuera tan estúpidamente orgulloso?; eso era algo Hiei no podía hacer pues también lo amaba y no deseaba perderlo.

Al aproximarse le extraño no sentir el poder espiritual de Kurama, creyendo que lo había ocultado por los problemas que se habían presentado en estos días, entro cuidadosamente, pero al recorrer la casa buscando al kitsune descubrió que no estaba, al ver el desastre en el lugar donde había visto a Kurama por ultima vez, supo de inmediato que estaba en problemas.

Una gran furia lo invadió, no solo por la desaparición de Kurama, sino que sabia que él estaba a cargo de cuidarlo, y ahora solo por dejarse llevar por la impaciencia lo había dejado solo. No encontraba rastro alguno y se desesperaba mas, no quería ir con Yusuke y Kuwabara porque seria admitir que fracaso en una misión tan sencilla, pero recordando las anteriores muertes sabia que no debía obstinarse y darse prisa, tomo camino hacia la casa de Uramechi, esperando encontrarlo, y así ambos descubrir como rescatar a Kurama.

No tuvo que ir muy lejos, pudo sentir el poder espiritual de Yusuke y Kuwabara a medio camino, al parecer había salido de paseo; al alcanzarlos los vio acompañados por las chicas, Hiei se dejo caer frente a Yusuke, haciéndolo tambalearse hacia atrás.

-no llegues de improviso Hiei- regaño con enojo el detective

-qué pasa Hiei, te ves alterado?- pregunto Keiko al notar su rostro, quien aun no lograba decir palabra.

No sabia como explicar lo que pasaba cuando ni el mismo lo sabia -Kurama desapareció- dijo únicamente

-qué?- preguntaron los presentes

-pero como?- interrogo Uramechi

-no lo se-

-pues no estabas con él?- quiso saber Kazuma

-lo deje un momento-

-pero por que lo dejaste?, te dijimos que lo vigilaras-

-eso hice pero ese tipo...- cayo al darse cuenta de lo obvio

-qué tipo?-

-ese de mirada extraña y voz chillona-

-Nasterh?-

-si ese-

-entonces será mejor que busquemos en la casa de él- sugirió Yusuke

-chicas espérenos aquí-

-si Yusuke-

Los tres corrieron con rumbo a la casa del alemán, dispuestos a rescatar a su amigo y descubrir de una vez la verdad.

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Kurama despertó con un agudo dolor de cabeza, sentía pesado su cuerpo, en cuanto logro despertarse por completo se dio cuenta que estaba encadenado a una pared con los brazos extendidos, sus pies caían al suelo, frente a el estaba Nasterh, sus ojos parecían estar vacíos. El lugar era amplio sucio y vacío a excepción de alguna chatarra regada, nada le indicaba donde estaba.

-Nasterh, qué planeas?- demando, pero no recibió respuesta. escucho una respiración a su derecha, y vio a una tercera persona.

-él?, planear?, su cerebro no da para tanto- dijo con burla

-quién eres tu?-

-no te acuerdas de mi- dijo mientras caminaba poniéndose a la vista -soy el querido primo de Noah-

-Evans-

-mejor dime Dylan, mi querido Suuichi o Kurama?-

-qué significa esto?-

-vamos, vamos ya sabes lo que pasa- se encontraba a escasos centímetros de Kurama -puedo leer tu mente y no solo eso-

-tu también tienes habilidades psicoquineticas?-

-si, tus habilidades de Youko te hacen de pensamiento rápido, estoy seguro que ya sabes que otras habilidades tengo, no es verdad?-

-puedes borrar recuerdos y controlar la mente de otras personas como lo haces con Noah-

-así es, pero no lo controlo en tiempo completo, el Noah que has tratado es el verdadero perdedor que conoces- levanto una mano para acariciar una mejilla, se detuvo un momento -ni siquiera intentes convocar tus plantas-

-qué?- pregunto volteando el rostro para evitar la mano del albino, pero en la posición en la estaba no podía hacer mucho.

-creo que entiendes que varias veces has sido paralizado- comento mientras recorría lentamente el rostro del pelirrojo -Noah puede mover objetos o paralizarlos si es necesario, como yo controlo a Noah, también controló su poder-

Su mano bajo buscando paso entre la camisa, para recorrer la piel de Kurama

-no intentes sacar tu látigo, Noah lo detendrá antes de que me haga daño... tienes una piel muy suave- dijo con lujuria -si, soy un maldito, pero no te desesperes, ya no retrasare mas esto- mientras decía eso rompió la camisa, dejando al descubierto su torso.

Tal y como lo decía Dylan, Kurama estaba perdiendo su siempre calma, al no encontrar la forma de cómo escapar.

El albino se entretenía disfrutando de la tersa piel de Kurama, cuando su lectura de pensamientos seso, asustado se alejo de Kurama, vio su gesto calmado y seguro pues al fin había logrado tranquilizarse, mantuvo una distancia prudente.

-creo que te subestime- dijo Dylan con una cínica sonrisa

-tus tontos trucos no me sorprenden-

-seguro, tal vez deba ser algo rudo-

Dylan se concentro, esta vez no leería su mente, la invadiría, adentrándose en los pensamientos mas profundos. Kurama sintió la invasión y mantuvo su mente en blanco en completa calma.

La batalla era una de resistencia contra poder, Dylan intensificaba la invasión, Kurama el autocontrol, ambos se estaban cansando, sus mentes se estresaban, sus cuerpos resentían el esfuerzo.

Dylan dejo el control mental hacia Noah, quien cayera inconsciente, y fijo toda su atención en el pelirrojo. Kurama sintió el aumento de presión, aun encadenado, no podía buscar una posición mas cómoda, la invasión fue lograda, sus pensamientos y recuerdos aparecían y desaparecían fugazmente, el dolor apareció en su cabeza, estaba perdiendo, la calma desapareció y el dolor aumento, Kurama gritaba por la violación a su mente.

El albino cayo sobre sus rodillas extenuado pero con la victoria, jadeante se reincorporo para sonreír, se acerco a Noah para verificar que seguía inconsciente. El saberse ganador y con la seguridad de que todo saldría bien para él hizo que su recuperación fue rápida.

Dylan se acerco a Kurama y poniéndole una mano en lo alto de su cabeza, aprovecho que su mente estaba cansada y confundida para crearle nuevos recuerdos. El albino sonrío para si mismo una vez logrado parte de su objetivo.

Camino hasta Noah y lo cargo en sus brazos, a pesar de lo forma en que lo trataba lo apreciaba mucho, era la persona mas cercana que tenia, y no se permitiría perderlo, sabia del incidente que había tenido el primer día de la escuela con un compañero, y eso lo enojo, no dejaría que alguien lastimara a Noah; le había ido a enseñar una lección a ese estudiante, pero se paso al querer asustarlo, provocándole su muerte.

Dylan quería mucho a Noah pero seria algo que jamas le demostraría, porque también le gustaba tener el control sobre él.

Sentir el poder y disfrutarlo era lo único que tenia, pues su familia lo aborrecía por ser lo que era, lo golpeaban y lo maltrataban por ser mas débil, creció creyendo que debía tener el poder para no ser la víctima, había decidido aprender a controlar su poder al máximo, ser ahora el quien golpeara, ver humillado al otro, dejar de sufrir para ver sufrir a otros, saber que otros pueden verse mas miserables que él.

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No estaba en su casa, sino en un antiguo almacén, las oficinas le servían como habitación, en una de ellas recostó a Noah, para después regreso con Kurama, se quedo mirándolo fijamente, su camisa aun abierta le permitía admirar su firme pecho.

Dylan soltó los amarres de Kurama, sujetándolo antes de que cayera, la cercanía le permitía oler esa agradable fragancia a rosas con mucho placer. Tenia en su poder a una de las personas mas hermosas y eso le hacia sentirse orgulloso de si mismo, nunca antes había tenido una pelea por el control tan dura como la que recién había tenido, pero el premio lo valía.

Recostó a Kurama dentro de otra oficina, lo dejo ahí seguro de que no escaparía, deseaba hacerlo suyo, sentirlo, poseerlo, pero estaba cansado, esperaría pues sabia que ahora Kurama se le entregaría.

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Hiei, Yusuke y Kuwabara, llegaron a la casa de Noah y sin esperar a mas, entraron recorrieron toda la casa, pero estaba vacía, ni un rastro de la presencia de Kurama ahí o de sus dueños.

La frustración de no saber donde estaba Kurama hacia que Hiei perdiera la calma, su gesto era la clara muestra de ello, Yusuke y Kuwabara vieron ese gesto endurecido en él, sabían que Kurama y Hiei eran muy buenos amigos, pero no conocían de la relación tan estrecha que tenían.

-qué hacemos Yusuke?- pregunto el pelinaranja en voz baja

-no lo se, no tenemos pista alguna de donde podría estar- mientras decían eso, vieron a Hiei salir de esa casa en búsqueda de su amigo.

Los chicos decidieron seguirlo esperando que él supiera por donde empezar, pero Hiei no tenia a donde ir, solo deseaba salir de ahí, moverse, hacer algo, pues la desesperación le estaba ganando la batalla.

Corría solo por impulso sin saber exactamente el porque de su huida, tal vez el temer que no volvería a verlo, el creer que nunca podría decirle lo que realmente sentía.

Era seguido de cerca por Yusuke y Kuwabara, el jaganshi no se había percatado de su compañía.

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Se despertó desconociendo el lugar donde estaba, Dylan entro sin importarle la confusión del chico.

-qué hacemos aquí?- pregunto desconcertado Noah

El albino le sonrío y se sentó a su lado en la cama, para después jugar con su cabello.

-Dylan, contéstame- pidió nervioso

-descubrí que Suuichi te quería lastimar-

-quien?, Minamino?-

-si, resulta que el no es un humano normal, es un youkai, un zorro demoniaco para ser exacto y te quería lastimar-

-no es verdad, los youkai no existen- se escuchaba la tristeza en su voz

-lo siento, se que lo querías mucho pero- bajo la mirada para continuar con su mentira -no podía dejar que te lastimara- su mano bajo a su mejilla -así que solo pude hacer una cosa- concluyo besándolo

-qué le hiciste?- pregunto al ver que no continuaba

-ahora esta inconsciente, pero creo que...-

-qué?-

-bueno, altere un poco sus recuerdos así que tal vez despierte confundido-

-y tu le ayudaras a aclararlos como mejor te convenga- dijo con cierto enfado

-por que me dices eso?, él se lo merecía por querer lastimarte- agrego con enojo

-lo... lo siento- dijo bajando su rostro

Evans lo vio y sonrío complacido al verlo caer en su trampa -esta bien, no puedo culparte por dudar de mi, pero es mejor que te quedes aquí un tiempo, porque los amigos de Suuichi lo van a buscar-

-eh?- exclamo en duda

-ellos son igual de malvados, te querrán lastimar para descubrir donde esta-

-cuánto tiempo permaneceré aquí?-

-no mucho, en cuanto logre controlar por completo a Suuichi, él nos ayudar con sus amigos-

-pero...-

-pero?- espero una respuesta -aun crees que Suuichi es bueno?-

-si- arrastro la palabra sabiendo que con eso enojaría a su interlocutor

-bien- agrego con enojo levantándose y caminando hacia la puerta -has lo que quieras- azoto la puerta tras salir.

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Pasaron algunas horas, la noche estaba llegan, Dylan se había recostado para recuperarse, a pesar de haber ganado, la pelea mental había sido cansada, pero ahora se sentía con energías, se incorporo camino hasta una de los cuartos provisionales, ahí estaba su premio, y pronto disfrutaría de él. Para Dylan, Kurama era solo un capricho, una muestra de su poder, una forma de demostrar y demostrarse que era superior.

Se olvido de la platica con Noah, sabia que al final ese chico haría lo que él quisiera, era muy resistentes sus lazos de unión, y sabia que al final el alemán haría lo que él quisiera.

Entro al cuarto, Kurama seguía inconsciente, se acerco sentándose en la cama, el pelirrojo aun tenia descubierto el pecho, el albino coloco su mano encima y la movió con lentitud, disfrutando el contacto, aguantándose las ganas de ir a mas, sintió el cuerpo sumiso moverse, al ver el rostro del durmiente, vio que sus párpados temblaban, sonrío pues pronto obtendría lo que deseaba.

Kurama despertó con gran pesadez, nada estaba claro, donde estaba, que hacia, quien era. Movió la cabeza de un lado a otro tratando de que algo claro llegara a su mente.

-hasta que despiertas- escucho una voz, fijo su vista en quien había hablado -estaba esperándote- vio que esa persona que no conocía se colocaba en cuatro encima de él.

Sintió que sus labios eran besados, pero aun no descubría lo que sucedía, cientos de imágenes llegaron de golpe a su mente, llevo sus manos a su cabeza en búsqueda de confort.

Dylan sonrío satisfecho, después de besarlo en la boca comenzó a besar su cuello disfrutando cada acto, besaba, lamía, mordía, lo gozaba, y la persona bajo él no hacia nada para detenerlo o responderle, estaba sumido en sus pensamientos.

Para Kurama todas esas sensaciones que estaban naciendo dentro de él en ese contacto, no las entendía, no sabia que sentía, que debía hacer, imágenes sin sentido llegaban a su mente, cientos, de muchos años de vida, como zorro, ladrón, asesino, traidor, como humano, amigo, compañero, estudiante, hijo,... como enamorado.

Unas imágenes sobre otras, esa persona sobre él salía en muchas imágenes, eran reales?, falsas?, que eran?, que debía hacer?, unas imágenes llegaron a su cabeza, unas donde estaba en la misma situación fueron fijadas en su cabeza, había alguien sobre él, pero no podía distinguirlo. El rostro de Dylan apareció, sonriéndole, pero una sombra negra la hizo desaparecer. Que era?, quien era?.

El albino seguía disfrutando del cuerpo sometido, casi inmóvil bajo de él. Sus caricias aumentaron sus fuerzas, no tenia porque ser considerado si Kurama no respondía, sus mordidas dejaban marcas en la blanca piel. La mente de Kurama no reaccionaba pero su cuerpo resentía la agresión, quejidos de dolor salían de su boca, pero seguía sin resistencia ante tal acto.

Dylan estaba complacido, gozando de aquel cuerpo sometido, lo desvistió con rapidez, sujeto el miembro del pelirrojo y lo masturbaba con fuerzas, los quejidos aumentaban y el cuerpo se agitaba buscando alivio. El albino levanto a Kurama y lo volteo dejándolo boca abajo, se desvistió y coloco todo su peso encima, frotándose para sentir por completo el cuerpo de Kurama.

Preparado ya para sentir por completo a Kurama, elevo las caderas del pelirrojo y se introdujo por completo, forzándolo a recibirlo, hiriendolo, lastimándolo, destrozándolo por dentro.

Kurama grito con fuerzas al sentirse dolorosamente invadido, varias lagrimas lo acompañaron, los recuerdos dejaron de llegar a su mente, lo único que había era dolor, un instinto le dijo que debería detenerlo, alejarlo de si, pero no podía moverse, no sabia como alejarlo, su cabeza se mantenía baja por una mano que la aplastaba.

Cada vez que Dylan se movía dentro de él, su interior se rasgaba, lo destrozaba, estaba a su merced. Los gritos no dejaban de salir de su boca, su cuerpo lo sentía pesado por el dolor, se estaba cansando, Dylan se forzaba a entrar lo que mas pudiera, presionaba, empuja dentro de Kurama.

El albino por fin llego al clímax máximo, derramándose dentro de Kurama, irritando su destrozado interior, salió de Kurama con rapidez, la sangre mezclada con semen salió también.

Kurama una vez liberado, cayo pesadamente sobre la cama, cansado, ultrajado, completamente perturbado, sus lagrimas cubrían todo su rostro, dejo que el sueño lo alcanzara, deseaba dejar de pensar, sentir.

Dylan estaba complacido consigo mismo, había poseído a Suuichi, no, a Youko un demonio, era ahora suyo y lo había disfrutado al máximo, realmente le era delicioso, y no lo iba a dejar irse. Se retiro de ahí, dejando a un lastimado y dormido Kurama.

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Continuara

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