Vanos recuerdos
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Gracias a Atemu Asakel 04, saku-kyh, NizzaMinamino, Icarian, GabZ, hakuusui, Mao Seth, kinyoubi, Haruka, Forfirith-Greenleaf por sus review's
Gomen por la tardanza, pero no fue mi culpa, Fanfiction me sanciono sin poder subir documentos, asi que tuve que esperar hasta ahora para subir nuevo capitulo. (aunque se tardo en sancionarme, pero bueno ya no cometere esos errores).
Advertencia: Yaoi HieiXKurama.
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Capitulo 7: Memorias
La densa neblina blanca cubría el lugar; no había paredes, techo o piso, pero el lugar era firme; se escuchaban suaves murmullos irreconocible, pero sobre todo se podía sentir calma.
Con la mirada buscaba algún punto de referencia, algo que le indicara donde estaba o que le dijera a donde ir; pero estaba vacío, solo él, la neblina y una enorme extensión de nada.
Deicidio aventurarse, dejar que sus instintos le guiaran, su paso se escuchaban tan lejanos que no parecía ser él quien caminaba, la neblina se movía ondulante frente y alrededor de él.
Poco a poco podía ver unos objetos divisarse, lo reconoció como el parque cercano a la casa de Kurama, escucho un chirrido, al buscar el origen del ruido, vio a un pequeño pelirrojo como de 5 años, se mecía suavemente en un columpio, parecía triste; Hiei lo reconoció de inmediato.
-Kurama?- pregunto con duda
El niño levanto su vista y con cara de sorpresa le hablo -cómo me llamaste?-
-Kurama- repitió extrañado a la pregunta
-Kurama- dijo con nostalgia -hace tiempo que nadie me llamaba así,... como sabes quien soy?-
-te conozco-
-me conoces- repitió seriamente -ya no se- dijo, para después levantarse y caminar hacia un punto desconocido.
-espera, a donde vas?-
-busco el lugar a donde pertenezco- desapareció en la neblina ante la sorpresa de Hiei.
-KURAMA- grito esperando que reapareciera, pero nada lo escucho. Resignado siguió con su búsqueda
El ambiente estaba cambiando, se sentía húmedo; algunos ruidos de animales se escuchaban vagamente, llego hasta un bosque; lo reconoció como uno de los tantos que abundan en el Makai.
Sospechando lo que le aparecería, se puso en alerta.
Continuo caminando, pero había algo extraño en el bosque, objetos que había visto en el ningenkai estaban esparcidos por el lugar, como si hubieran sido dejadas ahí hace mucho tiempo por la apariencia que tenían.
Los sonidos característicos, ya no se escuchaban lejanos, tal pareciera que realmente estuviera en el Makai, ha excepción claro, de los objetos ningen. La neblina también había desaparecido, podía ver bien por donde caminaba, aunque el cielo seguía vacío, completamente blanco pero con mucha luminosidad.
Unos pasos se escucharon, Hiei se detuvo y espero a quien se acercaba, vio a aparecer a un youkai alto de cabello largo negro que salía detrás un sombrero viejo de ala, de su espalda brotaban enormes alas negras, su ropa era negra, le recordaba un poco a la ropa de Youko, sus brazos estaban envueltos en listones negros. Lo miraba con frialdad.
-quién eres tu?- pregunto seriamente Hiei, extrañado de encontrar a alguien así.
El cuervo lo miro fijamente, mientras caminaba alrededor de Hiei, no parecía tener intenciones de atacar.
-contesta-, el otro Youkai, se recargo en el tronco de un árbol, cruzo los brazos y sonrío con superioridad.
-mi nombre es Kuroune-, Hiei recordaba haber escuchado que Kurama mencionara ese nombre, pero no solía ponerle mucha atención.
-sabes donde esta Kurama?-
Sonrío con burla ante la pregunta -estamos en Kurama-
-no seas idiota, donde esta la conciencia de Kurama-
-no lo se, solía encontrarse en el centro pero ahora solo parece vibrar de dolor, es un completo caos, como todo por aquí- comento señalando una lavadora
-me di cuenta-
-tu no eres un recuerdo- afirmo acercándosele -mm, no sabes quien soy, o si socio?- dijo con cierta intensión
-de que hablas?-, pregunto nervioso al tenerlo tan pegado, no quería dañar los recuerdos de Kurama.
-vamos Hiei, Kurama seguro te hablo de mi, mas bien Suuichi te debió contar sobre mi relación con Youko- se relamió los labios, Hiei retrocedió algunos pasos, hasta chocar con un árbol.
-Youko?, no me interesa nada que tenga que ver con Youko, solo me interesa Kurama-
-oh que lastima-, Hiei sintió peligro al tenerlo tan cerca y se dispuso a atacar, Kuroune lo noto -ni siquiera intentes dañarme-
-por que no?, seria mejor para mi que tu fueras olvidado por Kurama-
-celoso el chiquillo- comento con burla alejándose de él.
-no, pero podía darme el lujo de decir que fui el primero en su corazón-
-aaaah, ya sabes quien soy-
-si-
-mm, fue una época gloriosa, le enseñe a amar y a dejarlo a un lado cuando lo... abandone-
-tus palabras no significan nada para mi, te borrare de su mente-
-hazlo si quieres, Youko y yo nos amamos durante nuestro tiempo- a Hiei no le agradaron esas palabras -pero eso fue hace mucho, sabes?- pregunto mirando al cielo -cuando Suuichi me recuerda lo hace con nostalgia, sin nada de dolor, me has borrado en su corazón-
El jaganshi se sintió extraño ante esas palabras.
-pero hay algo extraño... hace poco empece a notar que el amor en Kurama no esta donde debía, ni siquiera el recuerdo de mi amor, sabes donde esta?, yo vivo de ello-
-no lo se-
-los recuerdos como compañeros de robos siguen intacto- señalo hacia enfrente, -y los recuerdos que tiene de mi muerte, se han movido-, apunto hacia atrás -y yo ahora estoy solo, Youko debería estar aquí conmigo,... divirtiéndonos, sabes a lo que me refiero?- le pregunto con picardía.
-no me interesa-
Giro dándole la espalda -te deseo suerte- dijo alejándose
-a donde vas?-
-a buscar a Youko, sino llega pronto, desapareceré; le pasara lo mismo a muchos recuerdos si la mente de Kurama no se estabiliza-, y se perdió de la vista de Hiei.
Hiei se quedo pensando un poco en las ultimas palabras de Kuroune, "si él es el recuerdo que Kurama tiene de Kuroune, de su amor por él, corre el riego de desaparecer si Kurama no recuerda que lo amo... sucederá los mismo con los recuerdos que tiene de mi?", continuo su camino, sabiendo ahora que no tenia tiempo para perder".
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Sintió que había pasado mucho tiempo y aun no lograba salir del bosque, pero no le extrañaba que fuera tan grande, sabia que Youko había recorrido muchos lugares haciendo sus robos.
En eso se detuvo al darse cuenta de algo, la lavadora que anteriormente había señalado Kuroune estaba ahí, había estado dando vueltas sin darse cuenta, pero no... él había estado caminando en línea recta, entendió que se encontraba atrapado en ese recuerdo.
-maldición- se regaño por no haberse dado cuenta antes, tomo otro camino, el mismo que había tomado Kuroune anteriormente y supuestamente el lugar donde estaba el recuerdo de la muerte de éste.
Sus pasos lo llevaron hasta un lago, se acerco al agua para apaciguar su sed, se inclino e introdujo sus manos, el agua fue atravesada, como si no existiera el liquido; introdujo el resto del brazo, el cual desaparecía como si traspasara una pantalla.
Se levanto y viendo que tal vez era la única salida, se arrojo al agua; cayo en un agujero oscuro, se sintió extraño como si cayera en agua turbia, pero no sentía su cuerpo mojado. Sentía el vacío de la caída, cerro los ojos por instinto, pero algo paso, dejo de sentir el movimiento de su cuerpo al caer.
Abrió los ojos, y se dio cuenta que se encontraba tirado en el piso; se levanto rápidamente, reconoció el lugar como la casa de Kurama solo que tenia el doble de su tamaño; los muebles y las paredes parecían gastados como si hubiera habido un derrumbe. Todo estaba oscuro pero aun así podía verse claramente, todo estaba en completo silencio; un tararear comenzó a escucharse, el ruido provenía de la cocina.
Vio a una señora, la mamá de Kurama. Se detuvo en el marco de la puerta.
-Hola- saludo la mujer, su voz hizo eco, Hiei no contesto extrañado, noto que estaba cocinando -quieres comer con nosotros?-
-nosotros?- pregunto extrañado, pues solo estaba Shiori y él. El eco aun resonaba.
-si, mi hijo Suuichi no ha de tardar en llegar, es un niño muy lindo, te agradara ahora que lo conozcas- sin duda sus palabras son ciertas.
-me tengo que ir, busco a alguien-
-a quien?, podría ayudarte-
-yo... a alguien, adiós- no podía decirle que buscaba su hijo, pero a su conciencia, no a un recuerdo.
Iba a girar para irse, cuando unos ruidos de cadena comenzaron a escucharse, volteo hacia donde se originaba ese ruido.
-hijo ya llegaste-
-hijo?- pregunto de nuevo al ver aparecer a Youko
-siéntate te voy a servir-
Youko no atenido a la petición, se fue a recargar a una de las paredes ignorando a los presentes, tenia en su tobillo una esposa, la cadena desaparecía impidiéndole ver a donde estaba sujeto.
Shiori sirvió tres platos, ambos emanaban humo, pero estaban vacíos, ella se sentó y simulo comer, sin darse por entendida que era la única que comía.
-Youko- llamo Hiei, el aludido no dio señales de escuchar -Youko- repitió acercándosele. El zorro alzo las cejas en señal de escuchar -sabes donde esta la conciencia de Kurama?-
-no, he estado atrapado aquí desde que ese ser invadió la razón-
-qué ser?- pregunto buscando pistas
-no lo se, me encontraba en mi parte del la mente cuando fui enviado aquí y sujetado con el olvido-
-mm, es hora de hacer la comida- dijo la Señora Minamino, ambos demonios la vieron con interés.
-este es el lugar de uno de los recuerdos para preciados por mi parte humana-
-no le veo lo especial-
-es el recuerdo que llevo a Kurama a apreciar a los humanos- guardo silencio un momento, viendo fijamente cocinar a la señora -en él, Suuichi provoco que Shiori se desconcentrara y tirar la comida caliente encima de él, pero ella se interpuso quemándose y dejándole una cicatriz de la cual Suuichi siempre se culpo-
Hiei escuchaba atentamente cada una de las palabras de Youko, entendió entonces porque ella no dejaba de cocinar, no estaba Suuichi para detenerla. -dónde esta el Kurama que debería estar aquí?-
-ah sido llevado a un falso recuerdo-
-como?-
-aquí ya no es como debía, todo ha sido movido para crear una nueva mente, pero Kurama no lo permitió, solo que no pudo ser reparado, algo o alguien tiene a la razón encerrada,... en la única capaz de que todo regrese a donde pertenece,... yo no puedo irme- vio su cadena -al parecer le soy un problema a aquello que a creado el caos-
-a que recuerdo perteneces?- pregunto con curiosidad, había escuchado muchas veces, rumores de cómo era Youko, pero era la primera vez que se encontraba con él sin la intervención de su conciencia humana.
-al mío- intervino una voz ajena al grupo, ambos demonios vieron quien hablaba -sabia que me llevarías a donde estaba Youko-
Hiei entrecerró los ojos con fastidio y odio, sabia lo que pasaría ahora.
-Youko, te estaba esperando- el zorro dejo su pose tensa y dibujo una media sonrisa esperando que el otro se acercara
-he estado ocupado... cenando-
Kuroune ya estaba frente a él, lo tomo de la cintura y lo beso con pasión, sus cabezas se movían permitiendo a sus lenguas mejorar su movimientos. Kuroune lo aprisiono contra la pared, colocando una de sus piernas entre las de Youko.
Hiei sintió enojo provocado por los celos, pero rápidamente se repitió que solo son recuerdos, no tenia ganas de ver mas, y se marcho con rapidez.
"cuando todo esto termino, tendré que hablar seriamente con Kurama sobre esos recuerdos con ese cuervo,... que descaro ni porque la mamá de Kurama estaban presente pudieron controlarse", pensaba mientras se dirigía a donde se suponía que estaría la puerta de la casa.
Paso por un enorme mesa de decoración, una enorme puerta estaba frente a él, la perilla se encontraba muy alta, agradeció que solo estuviera emparejada. La empujo, estaba pesada, pero no fue mucho esfuerzo.
Se presento ante el un enorme pasillo, lleno de puerta, alumbrado por tintineantes focos, suspiro resignado a recorrer el pasillo, las puertas eran todas diferentes, supuso que cada puerta lo llevaría a distintas partes de la mente de Kurama, esperaba que alguna de ellas lo llevara al centro.
Intento abrir la primera puerta pero estaba cerrada, la segunda al abrirla encontró un vacío, tal vez un recuerdo perdido; Hiei recorrió nuevamente lo que la poca luz le permitía ver, decidió mejor no indagar puerta por puerta, Kuroune le había dicho que en el centro se sentía mucho dolor, así que solo tenia que estar atento.
Intento en una tercera, en cuanto la abrió una intensa luz lo obligo a cerrar los ojos, en cuanto los volvió abrir, vio que ya no estaba en el pasillo sino en una antigua fortaleza; el lugar estaba lleno de Youkas de todo tipo que pasaban a su alrededor ignorándolo; decidido a hacer lo mismo, comenzó a caminar ya que la puerta había ahora desaparecido y no podía regresar
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Había recorrido toda la fortaleza, y no había encontrado algo que le diera pistas de saber a donde ir, ni recuerdo alguno que fuera capaz de decirle algo, ninguno de esos Youkais había causado fuerte impresión en Kurama como para que fueran solo una imagen en la mente.
Salió de la fortaleza, frente a sus ojos se extendía un inmenso desierto, pero había cuatro personas un poco mas adelante, no lograba apreciarlas bien; Hiei se acerco, y como fue acortando la distancia logro identificarlas, eran Yusuke, Kuwabara, Kurama en su forma actual y... él.
-Kurama no esta aquí- dijeron Yusuke, Kuwabara y el otro Hiei
Hiei los ignoro y se acerco así mismo, tenia la vista fija en Kurama, no se movía de su lugar, mas parecía solo una figura puesta ahí. Volteo a ver a Kurama, él tenia los ojos cerrados, y al igual que los otros tres en posición firme; solo que el rostro de Kurama mostraba dolor y tristeza.
-Kurama no esta aquí- dijo Yusuke
-Kurama esta perdido- hablo Kuwabara
-Kurama ha sido capturado- dijo el Hiei frente a él -te crees capaz de llegar ante él?- lo miro retadoramente.
-si tu eres yo, debes saberlo bien-
El otro Hiei sonrío en burla -yo no soy tu, soy una de las tantas impresión que tiene Kurama de ti- alzo su brazo del cual escurría sangre. Hiei abrió los ojos con sorpresa.
-pero...-
-soy solo quien soy, soy solo una parte de Kurama, una imagen reemplazable con el tiempo y el conocimiento, que evoluciona y que a la vez es permanente-
-estamos aquí, permanentemente, para no ser olvidados; somos la parte intangible y mas reciente de Kurama- agrego Yusuke
-Kurama debe vernos, mas no lo hace mas, sus ojos no están con nosotros, Kurama ha sido llevado a otra parte; el daño debe ser destruido-
-dónde esta Kurama?-
-te crees capaz de llegar ante él?- repitió la pregunta
-si- contesto sin dudar -por eso he venido-
-no, has venido porque deseas recuperarlo, no porque este seguro de lograr liberarlo-
-es lo mismo-
-no lo es, pero lo entenderás-, el otro Hiei empezó a caminar de regreso a la fortaleza.
-no debes permanecer a la vista de Kurama?- pregunto intrigado, no deseaba ser olvidado
-sabes bien que nuestra relación es diferente, el lazo entre nosotros es mas largo y resistente,... aunque ahora ya no lo sea tanto-, siguió caminando, sin decir mas, pero Hiei decidió seguirlo; antes de cruzar la entrada, el otro Hiei desvío bruscamente su camino; Hiei lo seguía intrigado. Llegaron hasta una cueva en las murallas, el otro Hiei se detuvo, quedando a un lado de la entrada.
-ahora?- pregunto confundido
-este túnel te llevara por el camino correcto, solo no dudes de ti-, y terminando de hablar regreso sobre sus pasos. Hiei lo miro un momento y después entro a la cueva. El interior de la cueva, estaba lleno de tesoros y objetos; al parecer alguien habitaba ahí, o solía ir ahí muy seguido. Continuo de frente, introduciéndose en lo profundo, como lo esperaba se fue oscureciendo como iba entrando.
Llego de nuevo al pasillo lleno de puertas, solo que esta vez las luces no tintineaba, la luz permitía ver todo con claridad, y decidió recorrerlo por completo, esta vez sin abrir las puertas.
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Empezaba a desesperarse, no encontraba fin, no sabia por cuantas puertas había pasado, tal vez ya eran cientos; iba a intentar abrir una puerta, cuando unos gemidos le llamaron la atención, continuo su camino buscando de donde provenían; alguien lloraba, parecía el llanto de un niño, vio una mancha blanca en el piso; se acerco lentamente.
Al tenerlo claramente a la vista lo reconoció como Youko, pero esta vez como niño, tal vez de 4 años, no mas. Se veía tan frágil e indefenso ahí acurrucado en el piso, temblando por el llanto.
Hiei se dejo llevar por esa imagen y se acerco, arrodillándose para quedar a su altura. Le acaricio el cabello -Kurama- lo llamo con voz suave.
El pequeño zorro, levanto la vista buscando a quien le habla sus ojitos estaban rojos por el llanto, -quién eres tu?-
Le extraño que ese recuerdo no supiera de él. -me llamo Hiei, sabes quien soy?- Youko negó con la cabeza. -no importa, por que lloras?-
-me perdí-
-creo que por aquí todo esta perdido-
-tengo miedo- dijo bajando su mirada.
Era la primera vez que veía a Youko se esa manera, pero comprendió que era Youko antes de ser quien era, antes de ser cualquier cosa, solo un indefenso niño sin conocimiento de nada, como lo seria Suuichi en niño.
-quiero regresar- dijo en murmuro
-sabes donde estamos?-
Chibi Youko asintió -estamos en el túnel de la mente-
-no sabes donde queda la parte mas dañada de Kurama-
-si haya arriba-
-arriba?-
-si allá- de la nada unas escaleras aparecieron, Hiei se sorprendió. -te vas, no quiero estar solo-
-tengo que irme, debo ayudar a Kurama-
-harás que todo regrese a la normalidad-
-si-, se levanto
Youko lo imito y se lanzo a sujetarlo, -gracias- le dijo moviendo su rabito con alegría.
-si- contesto nervioso, -ahora tengo que irme-
-adiós- lo soltó y le sonrío tiernamente, Hiei se sonrojo, y se apresuro a alejarse antes de avergonzarse mas.
Sus pasos hacían eco, podía sentir la atmósfera pesada, realmente era incomodo, la luz cada vez era mas escasa, seguía subiendo, no veía ya por donde iba, una mano en la pared era lo único que lo guiaba, cada paso lo daba por inercia, los escalones habían desaparecido de su visión.
Un rayo de luz le indico el fin; al cruzar el umbral que le indicaba el fin de las escaleras encontró otro pasillo, pero sus paredes eran de un blanco impecable, al igual que el techo y el piso; era tan la blancura que le hacia perder la perspectiva del lugar, dio diez pasos, y el camino se dividía en dos, tomo el camino a la derecha; unos ocho pasos y tomo el de la izquierda, 12 pasos, tomo izquierda otra vez, 7 pasos y comprendió que era un laberinto.
Se detuvo tratando de comprender el reto que tenia ahora, sabia que no podía causar daño, sino complicaría mas las cosas, pero no encontraba la salida, como llegar ante Kurama si ni siquiera era capaz de enfrentar este problema.
-KURAMA- grito desesperado, buscando una señal, una ayuda que le indicara a donde ir. -Kurama, donde estas?- se escuchaba triste. Pero no se dejaría vencer, siguió su camino ya no le importaba que camino tomar, estaba en la mente de Kurama, cualquier lado es Kurama.
Comenzaba a desesperarse, ya cuantos vueltas había dado, y el lugar no cambiaba, estaba harto, pero no se iba a dejar vencer, solo que esta vez debía calmarse sabia que si perdía los estribos terminaría usando su Koku-Ryu-Ha y destruiría todo, pero sabia que no debía; estaba tardándose mucho; debía darse prisa o no iba a poder recuperar a Kurama.
Empezó a sentir algo extraño en su mano derecha, alzo su mano para ver, pero estaba vacía, pero la molestia continuaba; sentía que algo lo lastimaba, como si hubiera estado sujetando algo con mucha fuerza, pero no tenia nada, giro su mano buscando algo, busco alrededor de si, pero todo estaba vacío; entonces de donde venia ese dolor?.
La respuesta llego a su mente; su perla negra la había traído consigo y la sujetaba con su mano, y aun la tenia cuando entro a la mente de Kurama; por la desesperación que estaba pasando, había obligado a su cuerpo a tensarse y a apretar con fuerzas su mano.
Enfoco su mente, en su mano extendida poco a poco fue apareciendo un punto negro, unos segundos después la perla negra se encontraba en su mano, miro con un poco de incredulidad, la había hecho aparecer, pero no sabia para que, pero ahora estaba en su mano, tan inútil.
-lánzala- hizo eco la voz, no reconoció de quien era la voz -lánzala por favor- se oía suplicante -Hiei ayúdame-
-Kurama-, dijo al reconocer la voz.
-lánzala- esta vez no era la voz de Kurama, era la suya propia -arrójala con fuerzas-
Obedeció, cerro su puño, su brazo hacia atrás y la perla se perdió en una pared, varias ondas surgieron cuando la perla la atravesó, una línea luminosa dio a paso al abrir de una puerta.
Cruzo rápidamente el umbral, la puerta se cerro tras él; se encontraba en una amplia caverna, el lugar estaba inundado; dio el primer paso esperando hundir su pie en el agua, pero su pie se sostuvo sobre la superficie. Las rocas de las paredes resplandecían, se veían húmedas y cubiertos de algo viscoso, no podía reconocerlo bien, no había mucha luz en el lugar. El ambiente aun se sentía pesado, hasta llegar a la incomodidad.
Caminaba nervioso, el lugar no estaba por completo en silencio, suaves sonoros retumbaban en las paredes; mantenía su vista en el frente y a sus lados. Pero a pesar del ambiente te sentía extrañamente seguro, no sabia si porque era la mente de Kurama donde se encontraba o porque confiaba en si mismo.
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Continuara
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N/A: Notifico que sera el ultimo capitulo hasta nuevo aviso.
