Capitulo 6
Todos se dirigieron a la sala. Las cuatro hermanas hablaban con Hannia hablaba y la señora Ieran las escuchaba, Sakura trataba de no sentir, y concentrarse en la conversación, que por cierto no entendía nada de lo que hablaban. Al parecer recordaban una visita anterior de la prometida de Shaoran. Mientras tanto éste se había retirado a resolver más asuntos del Concilio. Sakura no le quitaba la mirada de encima a Hannia, le parecía una persona encantadora, y con un enorme poder mágico, no había conocido a una mujer con ese nivel. Kero se había quedado muy quieto en brazos de Sakura, tan sólo observando a Hannia.
En realidad pensaba que era perfecta para ser la esposa de Shaoran, claro que ahora hablaba la razón y no el corazón, en el poco tiempo que la llevaba observando tenía unos modales y elegancia impecables, al parecer había sido educada para ser la esposa del Jefe del Clan. pero poseía cierta sencillez que la hacía verse una mujer casi perfecta.
- ¿Verdad Sakura? - una voz la saco de sus pensamientos.
- Eh... perdón estaba pensando, ¿qué era lo que me preguntaban? - decía un poco apenada. Y notando todas las miradas en ella.
- Te preguntábamos si es hermoso Japón, porque a Hannia nos comentaba que le encantaría visitarlo alguna vez - decía Fanren algo emocionada.
- Sí es muy lindo, sobre todo la vista de la torre Tokio - dijo Sakura recordando algunas veces que había ido a observar el paisaje y a pensar. Se encontraba algo seria y con la mirada baja.
- Sakurita debemos seguir leyendo los libros - decía Kero notando a su ama incomoda con la situación y pensó que sería mejor que se alejara de aquel lugar.
- Nos podrían disculpar, es que tenemos que marcharnos para continuar nuestras actividades - lo vio como un buen pretexto para salir de esa situación.
- No te preocupes Sakura, puedes retirarte, debes tener mucho trabajo. Shaoran ya me comentó sobre el motivo de tu visita. Además nosotras también debemos descansar, te veremos en la tarde - dijo seriamente la señora Li.
- Lamento molestar pero ¿me podría prestar su teléfono?, necesito llamar a alguien a Japón.
- Claro no hay problema puedes llamar cuando quieras - dijo amablemente la madre de Shaoran.
- Gracias, con su permiso - Sakura se retiro de la sala con Kero.
En el pasillo Sakura encontró un teléfono y marco un numero. Kero se sentó en el hombro de su ama, del lado que puso el teléfono para escuchar lo que hablaba.
En Japón un teléfono en un departamento sonaba repetidamente.
- Creo que no se encuentra en el departamento - dijo Sakura a su guardián.
- Seguramente se habrá ido donde siempre - dijo Kero.
- Debe estar molesto porque no le había llamado - decía tristemente Sakura.
Estaba a punto de colgar cuando escucho por el auricular.
- ¡Hola! Departamento de Sakura Kinomoto.
- Hola Fuu, que gusto saludarte - dijo Sakura con una pequeña sonrisa en su rostro. Kero también sonrió al escuchar la voz que le era conocida.
- Sakura, pensé que te habías olvidado de mí - dijo una voz varonil del otro lado de la línea.
- ¿Cómo esta todo allá? - preguntó Sakura.
- Aquí las cosas se están complicando, al parecer hay un hechicero investigando sobre la magia del bosque.
- ¿Aún no se ha enterado de lo que hay en el bosque? - preguntó Sakura recordando al hechicero enviado.
- No te preocupes, el hechicero se encuentra en eso, pero no se ha atrevido a ir. Nos encontramos vigilando sus movimientos, en turnos con Yue - dijo muy seguro.
- ¿Cómo se encuentra él, ha tenido dificultades?
- Él esta un poco débil, nada grave, no te preocupes insiste en y que se encuentra bien. Pero parece que sí le esta afectando.
Sakura se preocupo un poco pero luego recordó algo.
- ¿Es cierto que están desapareciendo personas en Tokio? - preguntó Sakura recordando la conversación con Shaoran.
- Sí, unas 3 personas han desaparecido y aún no sé porque, lo estoy tratando de rastrear con magia, pero es casi imposible. Sólo he sabido por los noticieros que encontraron a dos personas muertas. Quien quiera que sea tiene todo muy bien planeado, y se ha asegurado que nadie lo encuentre, aunque tengo algunas sospechas - dijo seriamente la voz.
- Cuando regrese investigaremos más sobre eso, pero por lo pronto te encargo que no se acerque a la burbuja, no debe saber lo que hay dentro, es un hechicero y si se acerca podrá verlo - encargó Sakura un poco preocupada y con voz baja para que nadie la escuchara.
- No te preocupes Sakura me encargaré de eso. ¿Han encontrado el hechizo? - pregunto la voz.
:::::::::::::::::
En otro lugar de la mansión un joven y apuesto hombre caminaba en los pasillos, había ido a atender una llamada de un jefe de un Clan. Mientras recorría uno de los enormes pasillos que lo llevaban a la sala donde había dejado a todas. Mientras caminaba recordaba su sueño, esta vez sudo observar mas claramente a la chica y noto que en sus manos, que se encontraban a la altura de su pecho, tenía una estrella de siete picos de cristal con un raro símbolo. Y recordaba las sensaciones que le transmitían el tocar el espejo, era una sensación muy fuerte. Pero esa vez había pasado algo más, la chica lo llamaba, como pidiéndole ayuda. Aunque no escuchaba bien su voz él sabía que la chica le pedía ayuda.
Después como siempre el espejo se rompió. Se preguntaba porque había soñado lo mismo varias veces, si él no tenía sueños premonitorios. Además de que cada vez en él podía apreciar más cosas, ahora quería investigar la procedencia de aquella extraña estrella, aunque le costaba un poco de trabajo recordarlo bien.
De pronto escucho una voz conocida, casi infantil. Fue cuando vio que ella estaba parada hablando, pensó que lo hacía con Kero. Empezó a acercarse y mientras la escuchaba hablar.
- No aún no, pero seguimos investigando - dijo Sakura.
- Espero que regresen pronto, los extraño mucho, no me gusta estar sólo, aún no me acostumbro - dijo con un poco de tristeza la voz, al otro lado del teléfono.
- Yo también té extraño mucho al igual que Kero, en cuanto obtengamos lo que queremos regresaremos. Tengo muchas ganas de verte y hablar contigo - dijo muy bajito pero Kero y el chico que se encontraba un poco retirado, la escucharon.
Shaoran sólo escucho la voz de Sakura, se dio cuenta que hablaba por teléfono, se detuvo y regreso un poco para entrar al recibidor que había dejado un poco atrás. Entro y se sentó, las chicas no notaron su presencia y seguían hablando animadamente. Sin embargo su madre noto el semblante muy pensativo de su hijo.
- ¿Pasa algo hijo? - preguntó hablando muy bajo la madre de Li.
- No madre, no pasa nada - Seguía pensando en lo poco que escucho decir a Sakura allá afuera. Pero que estaba pensando, por qué se había quedado escuchando una conversación de otra persona. Pero lo que escucho lo intrigo mucho. ¿Cón quién podría hablar? Penso que podría ser un amigo o algo más.
:::::::::::::::::::::::
- ¿Puedo hablar con él Sakurita?
- Claro - y le entregó el teléfono, ignorando que había sido escuchada.
Sakura vio a Kero hablar con Fuu y sonreía mientras escuchaba las peticiones del peluche.
- Al regresar, por favor, quiero muchos dulces en el departamento, no sabes como he sufrido los últimos días sin dulces, aquí ya se acabaron. Y también quiero un pastel, no mejor tres con diferentes sabores - decía Kero mientras se sobaba su pancita imaginando los dulces.
- Claro Kero no lo dudes lo tendré para su regreso, ahora puedes comunicarme con Sakura por favor.
- Esta bien, pero no olvides mi encargo - dijo Kero y le entregó a Sakura el teléfono.
- Por favor te encargo que cuides a Yue, trataré de regresar lo antes posible y no dejen que el hechicero se acerque a la burbuja - dijo Sakura.
- Lo haremos, espero que regresen pronto - dijo la voz del chico.
- Esta bien hasta pronto.
- Hasta pronto - dijo la voz y se corto la comunicación.
Era medio día, Sakura y Kero se encontraban leyendo los libros en la habitación. Sakura se había quedado pensativa por lo que le había dicho por teléfono aquel chico. Su presencia en Japón se hacía muy necesaria, estaba pensando seriamente en irse sin haber encontrado lo que buscaba.
Tocaron la puerta y se dirigió a abrirla. Ahí se encontró con Fuetie.
- Hola Sakura, lamento interrumpirte pero quería hacerte una invitación - dijo con una sonrisa.
- Pase por favor, usted dirá - dijo Sakura respondiendo con una sonrisa cuando ambas se encontraban sentadas.
- Recuerdas que ayer estábamos tratando de arreglar la casa para una fiesta sorpresa para Shaoran. Y pues, veras le han organizado una fiesta los del Concilio esta noche aquí.
- Y.., nos gustaría contar con tu presencia.
Sakura se quedo pensando un momento.
- Pero como hemos estado muy ocupadas no tenemos la ropa apropiada, y vamos a ir de compras todas, mis tres hermanas y Hannia, y también estas invitada, además te servirá para descansar de los libros - dijo con una cara graciosa, como si le rogará que las acompañara.
Sakura suspiro y con una sonrisa contestó.
- Claro, yo también necesito ropa apropiada.
- Entonces nos vemos abajo en unos 20 minutos - dijo y salió de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
- Sakurita ¿vas a ir con ellas? - preguntó Kero mientras se acercaba a ella.
- Así es, en realidad no tengo muchas ganas, pero sería muy descortés sobre todo porque Shaoran se ha portado muy bien conmigo, y podría tomarlo como ofensivo si no asisto a su fiesta. Además necesito ropa apropiada - le sonrío a Kero como si nada pasara.
- Como quieras Sakurita. Pero no olvides traer algunos dulces, aquí ya no hay y no han comprado más.
- Esta bien Kero no lo olvidare.
Se arreglo con una ropa sencilla se puso unos pasadores a cada lado de la cabeza dejando sueltos sus mechones de siempre y tomo su bolso. Tal vez hacer algunas compras la relajaría un poco, saldría ya que no había tenido oportunidad de hacer de turista en ese país. Aunque la parte que le incomodaba era la de ir con la prometida de Shaoran, por razones obvias se sentía incomoda frente a ella. Aún tenía esa horrible sensación en el pecho, pero se había prometido ser fuerte por él y por ella. Por todo.
Bajo un poco desanimada y se encontró un gran barullo, personas que iban en todas direcciones con muchas cosas en las manos. A Sakura se le veía una gotita en la cabeza, todos pasaban y la saludaban cortésmente, el tiempo que estuvo parada se la paso saludando y su sonrisa regreso.
Las hermanas de Li y su prometida bajaron después, también iban vestidas de manera sencilla. Hannia sonrió ampliamente al ver a Sakura. Las seis mujeres salieron de la mansión y se dirigieron al centro comercial.
::::::::::::::::::::::::::::
En algún lugar.
La noche era muy hermosa, la luna se veía estupendamente clara. Un chico de cabello negro y ojos cafés caminaba en una calle desierta, ya era muy tarde sólo sus pisadas se escuchaban. Caminaba rápidamente, se dirigió a un lugar apartado, había salido de la zona donde había casas y se dirigió a un edificio abandonado, se detuvo en un lugar casi oscuro, se aseguro que nadie más estuviera en ese lugar y después hablo.
- Ya puedes salir, sé que me has estado siguiendo desde ayer - dijo seriamente el chico de cabello negro.
- Valla eres poderoso, para haber sentido mi presencia - resonó una voz muy grave, que parecía venir de todas partes.
- ¿Qué es lo que quieres de mí? - dijo el chico y se pudo en guardia.
- Sólo quiero tu habilidad especial - dijo la voz.
- ¿Y crees que te la daré sin pelear? - dijo el chico mientras se llevaba una mano al cuello.
- Eso es, me gusta jugar con mis víctimas, si me lo dieras sin pelear esto no tendría diversión - dijo la voz en un tono muy complacido. Mientras un misteriosos humo negro que provenía de todas partes se concentraba frente a él, formando una figura humana.
- No te será tan fácil - dijo el chico sacando un pequeño objeto que tenía en una delgada cadena del cuello.
- ¿Qué te parece si comenzamos a jugar? - dijo la sombra.
Y antes de que el chico pudiese contestar estaba siendo acorralado por una gran cantidad de sombras que se dirigían a él. No tenían una figura humana, parecían fantasmas negros y lo único que se apreciaba eran sus ojos blancos. El chico dio un gran salto y procuro alejarse del lugar, las sombras lo seguían y apenas podía darse cuenta puesto que casi no había luz. Apenas se había alejado un poco cuando vio venir hacia él una ráfaga negra de energía, la esquivo ágilmente, pero le hizo una herida en la pierna derecha, él sin embargo, no le tomo importancia y tomo el objeto que extrajo de sus ropas y cerro los ojos.
En segundos todo su cuerpo brillo y el objeto de sus manos se convirtió en un guante negro con cinco pequeños cristales rojos en la parte superior. Las sombras que aún lo seguían se acercaron amenazadoramente, el chico ya no se movió, poso su mano frente así, dijo algunas palabras en voz baja y un rayo rojo lo cubrió del ataque, después brillo más intensamente y las sombras retrocedieron.
- Eres bueno, pero no lo suficiente dejas descubierta tu espalda - dijo la voz que provenía detrás de él.
El chico se sorprendió, pero continuó con el ataque. Con la mano que le quedaba libre extrajo un papel de su pantalón, era un conjuro que comenzó a leer, sabía que ese conjuro funcionaría. El hombre detrás de él hablo.
- Esto se volvió aburrido, no eras tan fuerte como pensé, acabaré contigo rápidamente.
El chico seguía leyendo el conjuro, pero se distrajo cuando vio que las sombras que antes habían retrocedido, ahora tenían los ojos rojos y se acercaban de nuevo. No pudo hacer nada, sólo sintió como su corazón era atravesado con una espada, todo su cuerpo se paralizo por el dolor, sus ojos dejaron de brillar y su cuerpo cayo pesadamente en el asfalto.
El hombre sonrío levantó su mano encima del cuerpo sin vida, de él comenzó a salir un humo blanco que se juntó en la mano del hombre formándose un diamante café muy brillante.
- No te preocupes no morirás, te daré un castigo, una muerte en vida, un cuerpo sin alma. Tu cuerpo estará sano, pero dormirás en un coma eterno, tu alma será condenada a servirme como las sombras que viste. Y tu poder es mío. - dijo la sombra cerrando su puño con el cristal.
El cuerpo del chico quedo tendido en el suelo pero estaba intacto al igual que sus ropas.
Otra sombra había observado la pelea en lo alto del viejo edificio, sólo observaba al cuerpo inmóvil del chico.
- Así que me espiabas - dijo el sujeto que había desaparecido del lugar de la pelea y ahora se encontraba a su lado.
- Sigues siendo demasiado blando con tus víctimas - dijo el otro en forma de regaño y sin voltear a verlo - sería mejor que los mataras.
- No es así, si su cuerpo vive es más sufrimiento para ellos, pues su alma no descansa en paz y nos pertenece, no los mato como tú, ya que sus almas nos sirven.
- Aún así no me gusta tu forma de pelear, en las batallas ser tan blando te cuesta la vida si tu rival es poderoso.
- Lo que importa es que ya van 4 y sólo nos faltan 3, todo estas saliendo como lo habíamos planeado, pronto todo terminará - dijo la otra persona en tono de defensa.
- Esta bien, vamos, hay cosas que hacer - dijo el otro y desapareció.
- Como digas hermano - dijo el otro y también desapareció.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
N. de de A.: ¿Y? ¿Qué tal va?
Celina Sosa: Yo también casi lloro, pero todo tiene una razón, además todo se pone mejor o no? Gracias por seguir leyendo.
Sakura Wen: Deseo concedido, y espera lo que sigue se pone mucho mejor.
Hasta pronto.
Todos se dirigieron a la sala. Las cuatro hermanas hablaban con Hannia hablaba y la señora Ieran las escuchaba, Sakura trataba de no sentir, y concentrarse en la conversación, que por cierto no entendía nada de lo que hablaban. Al parecer recordaban una visita anterior de la prometida de Shaoran. Mientras tanto éste se había retirado a resolver más asuntos del Concilio. Sakura no le quitaba la mirada de encima a Hannia, le parecía una persona encantadora, y con un enorme poder mágico, no había conocido a una mujer con ese nivel. Kero se había quedado muy quieto en brazos de Sakura, tan sólo observando a Hannia.
En realidad pensaba que era perfecta para ser la esposa de Shaoran, claro que ahora hablaba la razón y no el corazón, en el poco tiempo que la llevaba observando tenía unos modales y elegancia impecables, al parecer había sido educada para ser la esposa del Jefe del Clan. pero poseía cierta sencillez que la hacía verse una mujer casi perfecta.
- ¿Verdad Sakura? - una voz la saco de sus pensamientos.
- Eh... perdón estaba pensando, ¿qué era lo que me preguntaban? - decía un poco apenada. Y notando todas las miradas en ella.
- Te preguntábamos si es hermoso Japón, porque a Hannia nos comentaba que le encantaría visitarlo alguna vez - decía Fanren algo emocionada.
- Sí es muy lindo, sobre todo la vista de la torre Tokio - dijo Sakura recordando algunas veces que había ido a observar el paisaje y a pensar. Se encontraba algo seria y con la mirada baja.
- Sakurita debemos seguir leyendo los libros - decía Kero notando a su ama incomoda con la situación y pensó que sería mejor que se alejara de aquel lugar.
- Nos podrían disculpar, es que tenemos que marcharnos para continuar nuestras actividades - lo vio como un buen pretexto para salir de esa situación.
- No te preocupes Sakura, puedes retirarte, debes tener mucho trabajo. Shaoran ya me comentó sobre el motivo de tu visita. Además nosotras también debemos descansar, te veremos en la tarde - dijo seriamente la señora Li.
- Lamento molestar pero ¿me podría prestar su teléfono?, necesito llamar a alguien a Japón.
- Claro no hay problema puedes llamar cuando quieras - dijo amablemente la madre de Shaoran.
- Gracias, con su permiso - Sakura se retiro de la sala con Kero.
En el pasillo Sakura encontró un teléfono y marco un numero. Kero se sentó en el hombro de su ama, del lado que puso el teléfono para escuchar lo que hablaba.
En Japón un teléfono en un departamento sonaba repetidamente.
- Creo que no se encuentra en el departamento - dijo Sakura a su guardián.
- Seguramente se habrá ido donde siempre - dijo Kero.
- Debe estar molesto porque no le había llamado - decía tristemente Sakura.
Estaba a punto de colgar cuando escucho por el auricular.
- ¡Hola! Departamento de Sakura Kinomoto.
- Hola Fuu, que gusto saludarte - dijo Sakura con una pequeña sonrisa en su rostro. Kero también sonrió al escuchar la voz que le era conocida.
- Sakura, pensé que te habías olvidado de mí - dijo una voz varonil del otro lado de la línea.
- ¿Cómo esta todo allá? - preguntó Sakura.
- Aquí las cosas se están complicando, al parecer hay un hechicero investigando sobre la magia del bosque.
- ¿Aún no se ha enterado de lo que hay en el bosque? - preguntó Sakura recordando al hechicero enviado.
- No te preocupes, el hechicero se encuentra en eso, pero no se ha atrevido a ir. Nos encontramos vigilando sus movimientos, en turnos con Yue - dijo muy seguro.
- ¿Cómo se encuentra él, ha tenido dificultades?
- Él esta un poco débil, nada grave, no te preocupes insiste en y que se encuentra bien. Pero parece que sí le esta afectando.
Sakura se preocupo un poco pero luego recordó algo.
- ¿Es cierto que están desapareciendo personas en Tokio? - preguntó Sakura recordando la conversación con Shaoran.
- Sí, unas 3 personas han desaparecido y aún no sé porque, lo estoy tratando de rastrear con magia, pero es casi imposible. Sólo he sabido por los noticieros que encontraron a dos personas muertas. Quien quiera que sea tiene todo muy bien planeado, y se ha asegurado que nadie lo encuentre, aunque tengo algunas sospechas - dijo seriamente la voz.
- Cuando regrese investigaremos más sobre eso, pero por lo pronto te encargo que no se acerque a la burbuja, no debe saber lo que hay dentro, es un hechicero y si se acerca podrá verlo - encargó Sakura un poco preocupada y con voz baja para que nadie la escuchara.
- No te preocupes Sakura me encargaré de eso. ¿Han encontrado el hechizo? - pregunto la voz.
:::::::::::::::::
En otro lugar de la mansión un joven y apuesto hombre caminaba en los pasillos, había ido a atender una llamada de un jefe de un Clan. Mientras recorría uno de los enormes pasillos que lo llevaban a la sala donde había dejado a todas. Mientras caminaba recordaba su sueño, esta vez sudo observar mas claramente a la chica y noto que en sus manos, que se encontraban a la altura de su pecho, tenía una estrella de siete picos de cristal con un raro símbolo. Y recordaba las sensaciones que le transmitían el tocar el espejo, era una sensación muy fuerte. Pero esa vez había pasado algo más, la chica lo llamaba, como pidiéndole ayuda. Aunque no escuchaba bien su voz él sabía que la chica le pedía ayuda.
Después como siempre el espejo se rompió. Se preguntaba porque había soñado lo mismo varias veces, si él no tenía sueños premonitorios. Además de que cada vez en él podía apreciar más cosas, ahora quería investigar la procedencia de aquella extraña estrella, aunque le costaba un poco de trabajo recordarlo bien.
De pronto escucho una voz conocida, casi infantil. Fue cuando vio que ella estaba parada hablando, pensó que lo hacía con Kero. Empezó a acercarse y mientras la escuchaba hablar.
- No aún no, pero seguimos investigando - dijo Sakura.
- Espero que regresen pronto, los extraño mucho, no me gusta estar sólo, aún no me acostumbro - dijo con un poco de tristeza la voz, al otro lado del teléfono.
- Yo también té extraño mucho al igual que Kero, en cuanto obtengamos lo que queremos regresaremos. Tengo muchas ganas de verte y hablar contigo - dijo muy bajito pero Kero y el chico que se encontraba un poco retirado, la escucharon.
Shaoran sólo escucho la voz de Sakura, se dio cuenta que hablaba por teléfono, se detuvo y regreso un poco para entrar al recibidor que había dejado un poco atrás. Entro y se sentó, las chicas no notaron su presencia y seguían hablando animadamente. Sin embargo su madre noto el semblante muy pensativo de su hijo.
- ¿Pasa algo hijo? - preguntó hablando muy bajo la madre de Li.
- No madre, no pasa nada - Seguía pensando en lo poco que escucho decir a Sakura allá afuera. Pero que estaba pensando, por qué se había quedado escuchando una conversación de otra persona. Pero lo que escucho lo intrigo mucho. ¿Cón quién podría hablar? Penso que podría ser un amigo o algo más.
:::::::::::::::::::::::
- ¿Puedo hablar con él Sakurita?
- Claro - y le entregó el teléfono, ignorando que había sido escuchada.
Sakura vio a Kero hablar con Fuu y sonreía mientras escuchaba las peticiones del peluche.
- Al regresar, por favor, quiero muchos dulces en el departamento, no sabes como he sufrido los últimos días sin dulces, aquí ya se acabaron. Y también quiero un pastel, no mejor tres con diferentes sabores - decía Kero mientras se sobaba su pancita imaginando los dulces.
- Claro Kero no lo dudes lo tendré para su regreso, ahora puedes comunicarme con Sakura por favor.
- Esta bien, pero no olvides mi encargo - dijo Kero y le entregó a Sakura el teléfono.
- Por favor te encargo que cuides a Yue, trataré de regresar lo antes posible y no dejen que el hechicero se acerque a la burbuja - dijo Sakura.
- Lo haremos, espero que regresen pronto - dijo la voz del chico.
- Esta bien hasta pronto.
- Hasta pronto - dijo la voz y se corto la comunicación.
Era medio día, Sakura y Kero se encontraban leyendo los libros en la habitación. Sakura se había quedado pensativa por lo que le había dicho por teléfono aquel chico. Su presencia en Japón se hacía muy necesaria, estaba pensando seriamente en irse sin haber encontrado lo que buscaba.
Tocaron la puerta y se dirigió a abrirla. Ahí se encontró con Fuetie.
- Hola Sakura, lamento interrumpirte pero quería hacerte una invitación - dijo con una sonrisa.
- Pase por favor, usted dirá - dijo Sakura respondiendo con una sonrisa cuando ambas se encontraban sentadas.
- Recuerdas que ayer estábamos tratando de arreglar la casa para una fiesta sorpresa para Shaoran. Y pues, veras le han organizado una fiesta los del Concilio esta noche aquí.
- Y.., nos gustaría contar con tu presencia.
Sakura se quedo pensando un momento.
- Pero como hemos estado muy ocupadas no tenemos la ropa apropiada, y vamos a ir de compras todas, mis tres hermanas y Hannia, y también estas invitada, además te servirá para descansar de los libros - dijo con una cara graciosa, como si le rogará que las acompañara.
Sakura suspiro y con una sonrisa contestó.
- Claro, yo también necesito ropa apropiada.
- Entonces nos vemos abajo en unos 20 minutos - dijo y salió de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja.
- Sakurita ¿vas a ir con ellas? - preguntó Kero mientras se acercaba a ella.
- Así es, en realidad no tengo muchas ganas, pero sería muy descortés sobre todo porque Shaoran se ha portado muy bien conmigo, y podría tomarlo como ofensivo si no asisto a su fiesta. Además necesito ropa apropiada - le sonrío a Kero como si nada pasara.
- Como quieras Sakurita. Pero no olvides traer algunos dulces, aquí ya no hay y no han comprado más.
- Esta bien Kero no lo olvidare.
Se arreglo con una ropa sencilla se puso unos pasadores a cada lado de la cabeza dejando sueltos sus mechones de siempre y tomo su bolso. Tal vez hacer algunas compras la relajaría un poco, saldría ya que no había tenido oportunidad de hacer de turista en ese país. Aunque la parte que le incomodaba era la de ir con la prometida de Shaoran, por razones obvias se sentía incomoda frente a ella. Aún tenía esa horrible sensación en el pecho, pero se había prometido ser fuerte por él y por ella. Por todo.
Bajo un poco desanimada y se encontró un gran barullo, personas que iban en todas direcciones con muchas cosas en las manos. A Sakura se le veía una gotita en la cabeza, todos pasaban y la saludaban cortésmente, el tiempo que estuvo parada se la paso saludando y su sonrisa regreso.
Las hermanas de Li y su prometida bajaron después, también iban vestidas de manera sencilla. Hannia sonrió ampliamente al ver a Sakura. Las seis mujeres salieron de la mansión y se dirigieron al centro comercial.
::::::::::::::::::::::::::::
En algún lugar.
La noche era muy hermosa, la luna se veía estupendamente clara. Un chico de cabello negro y ojos cafés caminaba en una calle desierta, ya era muy tarde sólo sus pisadas se escuchaban. Caminaba rápidamente, se dirigió a un lugar apartado, había salido de la zona donde había casas y se dirigió a un edificio abandonado, se detuvo en un lugar casi oscuro, se aseguro que nadie más estuviera en ese lugar y después hablo.
- Ya puedes salir, sé que me has estado siguiendo desde ayer - dijo seriamente el chico de cabello negro.
- Valla eres poderoso, para haber sentido mi presencia - resonó una voz muy grave, que parecía venir de todas partes.
- ¿Qué es lo que quieres de mí? - dijo el chico y se pudo en guardia.
- Sólo quiero tu habilidad especial - dijo la voz.
- ¿Y crees que te la daré sin pelear? - dijo el chico mientras se llevaba una mano al cuello.
- Eso es, me gusta jugar con mis víctimas, si me lo dieras sin pelear esto no tendría diversión - dijo la voz en un tono muy complacido. Mientras un misteriosos humo negro que provenía de todas partes se concentraba frente a él, formando una figura humana.
- No te será tan fácil - dijo el chico sacando un pequeño objeto que tenía en una delgada cadena del cuello.
- ¿Qué te parece si comenzamos a jugar? - dijo la sombra.
Y antes de que el chico pudiese contestar estaba siendo acorralado por una gran cantidad de sombras que se dirigían a él. No tenían una figura humana, parecían fantasmas negros y lo único que se apreciaba eran sus ojos blancos. El chico dio un gran salto y procuro alejarse del lugar, las sombras lo seguían y apenas podía darse cuenta puesto que casi no había luz. Apenas se había alejado un poco cuando vio venir hacia él una ráfaga negra de energía, la esquivo ágilmente, pero le hizo una herida en la pierna derecha, él sin embargo, no le tomo importancia y tomo el objeto que extrajo de sus ropas y cerro los ojos.
En segundos todo su cuerpo brillo y el objeto de sus manos se convirtió en un guante negro con cinco pequeños cristales rojos en la parte superior. Las sombras que aún lo seguían se acercaron amenazadoramente, el chico ya no se movió, poso su mano frente así, dijo algunas palabras en voz baja y un rayo rojo lo cubrió del ataque, después brillo más intensamente y las sombras retrocedieron.
- Eres bueno, pero no lo suficiente dejas descubierta tu espalda - dijo la voz que provenía detrás de él.
El chico se sorprendió, pero continuó con el ataque. Con la mano que le quedaba libre extrajo un papel de su pantalón, era un conjuro que comenzó a leer, sabía que ese conjuro funcionaría. El hombre detrás de él hablo.
- Esto se volvió aburrido, no eras tan fuerte como pensé, acabaré contigo rápidamente.
El chico seguía leyendo el conjuro, pero se distrajo cuando vio que las sombras que antes habían retrocedido, ahora tenían los ojos rojos y se acercaban de nuevo. No pudo hacer nada, sólo sintió como su corazón era atravesado con una espada, todo su cuerpo se paralizo por el dolor, sus ojos dejaron de brillar y su cuerpo cayo pesadamente en el asfalto.
El hombre sonrío levantó su mano encima del cuerpo sin vida, de él comenzó a salir un humo blanco que se juntó en la mano del hombre formándose un diamante café muy brillante.
- No te preocupes no morirás, te daré un castigo, una muerte en vida, un cuerpo sin alma. Tu cuerpo estará sano, pero dormirás en un coma eterno, tu alma será condenada a servirme como las sombras que viste. Y tu poder es mío. - dijo la sombra cerrando su puño con el cristal.
El cuerpo del chico quedo tendido en el suelo pero estaba intacto al igual que sus ropas.
Otra sombra había observado la pelea en lo alto del viejo edificio, sólo observaba al cuerpo inmóvil del chico.
- Así que me espiabas - dijo el sujeto que había desaparecido del lugar de la pelea y ahora se encontraba a su lado.
- Sigues siendo demasiado blando con tus víctimas - dijo el otro en forma de regaño y sin voltear a verlo - sería mejor que los mataras.
- No es así, si su cuerpo vive es más sufrimiento para ellos, pues su alma no descansa en paz y nos pertenece, no los mato como tú, ya que sus almas nos sirven.
- Aún así no me gusta tu forma de pelear, en las batallas ser tan blando te cuesta la vida si tu rival es poderoso.
- Lo que importa es que ya van 4 y sólo nos faltan 3, todo estas saliendo como lo habíamos planeado, pronto todo terminará - dijo la otra persona en tono de defensa.
- Esta bien, vamos, hay cosas que hacer - dijo el otro y desapareció.
- Como digas hermano - dijo el otro y también desapareció.
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N. de de A.: ¿Y? ¿Qué tal va?
Celina Sosa: Yo también casi lloro, pero todo tiene una razón, además todo se pone mejor o no? Gracias por seguir leyendo.
Sakura Wen: Deseo concedido, y espera lo que sigue se pone mucho mejor.
Hasta pronto.
