Capitulo 8
Saludos a todos.
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De pronto la luz se encendió y después de poder recuperar un poco la visión ambos se sorprendieron. En la puerta se encontraba Shaoran asombrado de lo que veía. Sakura estaba sentada en su cama y a sus pies se encontraba Fiang casi arrodillado y ambos tenían las manos entrelazadas. En ese momento reino el silencio.
Shaoran tornó su rostro serio.
- Creo que estoy interrumpiendo algo - dijo seriamente mirando las manos de los chicos que estaban entrelazadas.
En ese momento ambos las retiraron. La mente de Sakura trabajo rápido después del susto.
- Eh, esta es tu habitación cierto. Es que... bueno... yo me sentí un poco mal y le dije a Fiang que me acompañara a mi habitación. Pero me equivoque y entre a la tuya. En verdad lo lamento - dijo y se levantó.
Shaoran observaba a Fiang como esperando a que éste se lo confirmara.
- Me temo que así fue señor - dijo simplemente, se levantó y desvió la mirada.
- En verdad lo lamento, pero creo que debo recostarme. Buenas noches - se despidió y salió de la habitación.
Shaoran seguía inmóvil.
- Disculpe señor, yo... - trataba de explicarse Fiang.
- No tienes que disculparte - dijo secamente.
- Con su permiso señor - dijo el chico y salió.
Shaoran no se había movido ni un centímetro. Suspiro y miro la cama, después se dirigió a la ventana de su habitación donde podía ver el jardín, y algunas estrellas. Ese día ya había sido muy confuso, la llegada de Hannia, el sueño, Sakura, hasta su madre.
Recordó porque había subido a su habitación. Su madre quería hablar con él sobre la fecha de la boda con Hannia, pero él simplemente no contestó nada, estaba confundido en sus sentimientos y pensamientos lo que debía y quería hacer. Y ahora ver a Fiang y Sakura así, había quedado más confundido, pensaba en lo que sintió, no podía ser que él estuviera celoso. No eso no, era...
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La noche pasó sin nada fuera de lo normal, todos se retiraron pronto. Hannia paso la noche en la mansión Li, era normal que después de las ceremonias y eventos a los que asistían se tuviera que quedar en ella. Las hermanas Li se fueron con sus respectivos esposos a sus hogares.
Al siguiente día todo un día normal, se fue a trabajar como siempre, sin desayunar siquiera, todo normal, bueno casi todo, ya que le habían dado una noticia sobre Tokio y quería hablar con Sakura. Cuando Shaoran regreso se llevo una gran sorpresa.
- ¿Qué? - dijo muy confundido.
- La señorita Sakura partió muy temprano en la mañana señor - dijo Wei.
- Se despidió de todos, y dijo que lo disculpará por haberse ido así, pero surgió una emergencia y le dejo una carta - dijo Wei mientras le extendía la mano con la carta.
Shaoran pensaba que más confundido no podría estar y Sakura le demostró que sí, qué rayos era lo que estaba pasando. Ahora estaba seguro de que Sakura estaba ocultando muchas cosas, demasiadas. Y él las resolvería aunque tuviera que ir a Tokio por ella.
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Mi estimado Shaoran:
Te agradezco mucho las atenciones que tuviste con nosotros. Espero que no te molestes por no habernos despedido de ti, pero tuve irme y lo que menos deseo es seguir dándote molestias. Aún tengo cosas que hacer antes de que comiencen las clases. En verdad les agradezco a todos, me agrado verlos de nuevo. Por favor despídeme de Hannia y tus hermanas no me pude despedir de ellas. Espero que Hannia y tu sean muy felices en su vida juntos. Recuerda que en mí siempre tendrás una amiga incondicional. Te aprecio mucho. Cuídate y cuida a toda tu familia.
Gracias de nuevo.
Atte. Sakura Kinomoto.
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Shaoran termino de leer la carta, dio un gran suspiro. Sakura ocultaba muchas cosas y era hora de descubrir que era.
Había vuelto de la mansión y se encontraba en su oficina. Llamo a Fiang, éste estuvo ahí en un instante, Shaoran le dio la espalda para ver otra vez hacia el parque de siempre.
- ¿Qué paso ayer en la fiesta Fiang? Y quiero la verdad - dijo muy serio Li.
Fiang suspiro.
- Entonces la señorita ya se marchó - reflexionó Fiang.
- Sabías que ella se iría hoy - afirmó en lugar de preguntar.
- Sí señor, ella me lo dijo ayer.
- ¿Qué paso ayer en la mansión? - preguntó sin rodeos Shaoran.
- Supongo que como ya no se encuentra aquí, no vale la pena ocultarlo - sabía que no debía mentirle a su Jefe y menos si se lo preguntaba directamente.
- Fuimos a los jardines, estuvimos hablando y de pronto ella de desmayo. La lleve a la parte superior de la casa, pero como no sabía cuál era su habitación, la lleve a la suya. Y cuando iba a ir a avisarle ella despertó y me detuvo, dijo que era algo que ningún médico podría curar - explico Fiang.
Shaoran sólo frunció el ceño, así que eso era lo que ocultaban.
- Pero ella parecía muy triste, hablaba como si tuviera un gran peso sobre sí y no lo pudiera soportar, hablaba de una misión que tenía que realizar y se sentía incapaz. Yo sólo trate de consolarla y darle ánimos de seguir adelante. Fue entonces cuando usted apareció - finalizó el chico.
- Así que eso era - pensó Shaoran.
- Será mejor que hagas tus maletas Fiang - ordenó Shaoran.
- ¿Puedo preguntar a dónde iremos señor?
- A Japón, Tokio específicamente.
Shaoran dejo de mirar afuera, se dirigió a Fiang y se detuvo frente a él.
- A buscar a Sakura.
- ¿A la señorita Sakura? - preguntó un poco confundida Fiang.
- Bien, es mejor que estes informado. Esta mañana hablo el investigador que esta en Japón, ayer por la noche fue al bosque donde estaba la energía, pero no se pudo acercar. Un ángel lo atacó, un ángel de cabello plateado y vestido de blanco - sus ojos demostraban enojo y después su ceño se acentúo mucho más - era Yue. Yue lo atacó y no permitió que se acercara, lo atacó y él quedo herido, no de gravedad pero tuvo que ser atendido en el hospital.
- El guardián de Sakura lo atacó, Sakura oculta algo y si vamos allá lo descubriremos. Además los ancianos del Concilio están de acuerdo con que vaya, pues al parecer se acerca un fenómeno mucho mayor en esa ciudad, y dicen que las desapariciones son parte de ello. Quiero que obtengas los boletos a Tokio para esta misma noche. - dijo Shaoran determinado.
- Sí señor como diga - dijo el chico y se fue.
Shaoran se quedó muy pensativo y recordó cuando le dio la noticia a su madre de su decisión.
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La señora Ieran se encontraba leyendo un libro cuando llamaron a su puerta. Se encontraba sentada en un enorme sillón, detrás de ella se podía apreciar un librero con una gran cantidad de libros. Y a su lado derecho tenía un enorme ventanal que tenía como fondo unos majestuosos árboles que estaban por florecer.
- Madre, necesito hablar con usted.
Ieran dejó a un lado su libro y le prestó atención a su hijo.
- Te escucho.
- He decidido partir a Tokio - hizo una pausa - hoy temprano hablé con los del Concilio y están de acuerdo, parece que mi presencia será requerida allá.
Ieran no cambio su expresión de seriedad, permaneció callada.
- ¿La dueña de las cartas tiene algo que ver? - seriamente habló Ieran.
A Shaoran no le sorprendió las palabras de su madre, después de todo era una mujer muy inteligente y poderosa. Fue ella la que le enseño mucho de lo que él sabía. La admiraba, porque a pesar de ser una mujer, durante años había cargado con la responsabilidad a la que ahora él respondía. La responsabilidad de manejar y un Clan, todo lo que con ello implicaba. La forma de ser que ahora tenía Shaoran era por su madre, se parecían mucho en cuanto algunas actitudes que tomaban, pero en otras eran muy diferentes.
- Así es madre, Sakura oculta algo muy importante y lo averiguaré.
- Probablemente tenga que ver con lo que los ancianos esperan - dijo Ieran con aire de reflexión y recordando la plática que tuvo con la Card Master antes de que se marchara.
- Lo averiguare. Ahora debo irme lo antes posible. Le pido que se lo informe a Hannia para que este enterada.
- Esta bien.
Shaoran se dio media vuela y se dispuso a salir. Pero al abrir la puerta la voz de su madre lo detuvo.
- Shaoran - lo llamó su madre con voz calmada, que contenía cierto aire de cariño.
Shaoran volvió su cuerpo y la miro. Ella tenía una mirada un poco preocupada, pero Shaoran pudo notar cierta ternura en ella, que no era muy común.
- ¿Sí madre? - dijo simplemente y un poco sorprendido por los ojos de su progenitora.
- Aclara tus pensamientos. Y... Cuídate mucho por favor, hijo - dijo muy suavemente.
- Lo haré madre. Hasta luego, me mantendré comunicado.
Salió del lugar y se fue, tratando de no encontrarse con nadie. Ieran miro el libro que leía. Una madre siente lo que le pasa a su hijo y ella sabía exactamente que le pasaba, aunque él tardaría un poco más en enterarse.
Esa noche partiría a descubrir ciertas cosas que Sakura ocultaba.
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Un chico de cabello rubio y ojos azules, se encontraba de pie observando una serie de plantas que había en el bosque en el que se encontraba. Había ido a un campamento y le asignaron buscar una planta para un experimento de la escuela, estaba seguro que en otra ocasión la había observado cerca de ahí. Iba vestido con un pans y una playera de la universidad a la que asistía, se encontraba muy concentrado en lo que hacía.
De pronto le pareció sentir una energía extraña, pero fue por un instante y la ignoro, continuo con su búsqueda, internándose cada vez más en el bosque. Nuevamente sintió la energía, esta vez no la ignoro, se quedo parado observando hacia donde se sentía. Sentir esa clase de cosas era nuevo para él, hace algún tiempo empezó a sentir extrañas energías a su alrededor y cada vez se sentían más fuertes, mientras otras desaparecían.
Sintió aún más fuerte la energía, se armo de valor y se dirigió hacia ella antes de que desapareciera.
- Y yo que pensé que era aún muy débil - resonó una voz, haciendo que todos los animales que se encontraban cerca salieran corriendo alejándose del lugar.
El chico se quedo muy quieto, como si aún no asimilará lo que acababa de escuchar.
- Te hablo a ti - sonó de nuevo la voz muy grave - no soy una ilusión. Soy tu peor pesadilla.
El chico rubio se quedo quieto, después comenzó a correr. En el bosque retumbaba una gran carcajada. Tenía miedo, mucho miedo. Corrió ágilmente por el bosque esquivando rocas y árboles, quería alejarse de ese lugar lo más rápido que podía. En ese momento recordó a toda su familia, a todos y cada uno. Sus padres que siempre se preocupaban por él, su pequeña hermana que a pesar de que en ocasiones era una molestia, era una persona muy valiosa para él. No sabía el porque los recordaba en ese momento, pero en ese instante sólo quería que ellos estuvieran bien.
En su loca carrera no se fijo el camino que tomo, el bosque se había vuelto muy espeso, casi no veía donde ponía los pies la gran cantidad de plantas se lo impedía. Se dirigió a un barranco, cuando se dio cuenta de ello ya era demasiado tarde, sentía todo su cuerpo caer, sólo cerro los ojos esperando lo inevitable.
- No, tú no morirás aquí - dijo la voz.
El chico se sorprendió cuando dejo de sentir el aire en todo su cuerpo, tenía miedo de abrir los ojos. Cuando por fin los abrió se sorprendió de verse dentro de una gran burbuja flotando en medio del aire. Ésta se fue elevando poco a poco hasta llegar a un lugar seguro, la burbuja explotó como si de una burbuja de jabón se tratara.
- Tú me darás tu poder especial - dijo la voz.
Frente al chico se materializaba una persona con una túnica negra y un gorro que le tapaba la cara.
- ¿Mi, mi... poder especial? - dijo temblorosamente el chico.
- Así es, ahora ese poder me servirá a mí - dijo mientras se acercaba lentamente. Sé que aún no lo desarrollas completamente, pero si te lo dejará podrías ser un gran estorbo. Además es más útil para mí.
El chico sólo atino dar un paso atrás.
- Sólo... solo te pido un favor y no me resistiré - dijo el chico tomando valor.
- ¿Qué podría hacer yo por ti? - dijo el sujeto curioso.
- No lastimes a mi familia, por favor - dijo el chico en forma de súplica.
- Siento decirte que tu familia sufrirá el mismo destino que los demás habitantes de ésta tierra. Lo lamento pero no puedo hacer nada, y menos cuando quienes han provocado esto son ellos mismos.
Lo último que el chico sintió fue un enorme dolor en el pecho y de sus ojos azules brotaron dos lágrimas, mientras caía.
El hombre de la túnica puso su mano sobre el cuerpo del chico, que brillo intensamente soltando una especie de vapor que se concentró en su mano formando un cristal color azul. Miró el cuerpo del joven y luego el cristal.
- Sólo faltan dos - dijo y cerró su puño con el cristal en él.
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Un chico muy apuesto de cabello alborotado y ojos marrón caminaba en medio de la multitud de personas que se hallaban en el aeropuerto de Tokio, junto a otro chico de su misma estatura pero de cabellos y ojos gris, vestidos formalmente con la mirada buscaban a alguien. Shaoran sentía una energía que se encontraba a lo lejos, dedujo que se trataba de la que se encontraba en el bosque, pero extrañamente no sentía el aura de Sakura.
Otro chico de ojos negros se acerco a ellos, iba con toda la cabeza vendada y un brazo enyesado. Parecía tener alrededor de 25 años.
- Buenos días, señor Li, Fiang - dijo el chico con la cabeza vendada- ¿Cómo estuvo el viaje? - preguntó frente a ellos.
- Buenos días - contestaron ambos.
- Supongo que el viaje estuvo bien - dijo Shaoran - ¿cómo te encuentras Rikyu?
- Bien señor, como se lo dije por teléfono no es nada grave.
Los tres hombres comenzaron a caminar, Fiang era quien llevaba sus maletas y Ryu le ayudo. Entraron al auto de Rikyu.
- ¿Tienes lo que te encargué? - preguntó Shaoran.
- Sí señor. La casa que pidió que rentará se encuentra cerca del bosque, el auto está frente a ella, tengo la localización de las personas atacadas y tengo la dirección de la señorita Kinomoto, vive cerca de la casa rentada.
- Bien, por ahora, primero iremos a instalarnos en la casa, después pasaremos a visitar a Sakura - ordenó Shaoran.
- Los tres hombres llegaron a una casa enorme lujosamente decorada casualmente era de color verde. Shaoran ordeno alguna de sus cosas personales y algunos materiales para investigar. Tenía pensado después visitar a las victimas de los ataques, le darían pistas de lo que pasaba. Se concentro y sintió más cerca la energía del bosque, pero eso lo averiguaría con Sakura.
En unos instantes los tres hombres partieron, Shaoran iba con Fiang en un auto muy lujoso que le había conseguido Rikyu. Mientras éste iba en uno propio. No tardaron mucho conduciendo cuando el auto de Rikyu se detuvo enfrente de un enorme edificio de departamentos, indicándole a su jefe que habían llegado, se estacionaron en un lugar cerca del edificio. Los tres se bajaron de sus autos. Era una calle muy bien cuidada, alrededor del edificio, había otros más parecidos. Por las personas que circulaban por las calles Shaoran pudo deducir que la mayoría de las personas que vivían ahí eran estudiantes. Los hombres llamaban la atención por la manera en que caminaban, que era muy recta y elegante, además de la vestimenta formal y los vendajes de Rikyu.
- La señorita Sakura vive en el departamento 16 del 4to. piso - dijo Rikyu.
Los tres subieron al lugar mencionado. Estando frente a la puerta llamaron repetidas veces, pero al parecer no había nadie en el hotel.
- Señor, ¿qué haremos si no podemos sentir su presencia? - dijo Fiang.
- Tendremos que regresar. Pero por ahora quiero visitar a las victimas de los ataques.
Los tres hombres se dirigieron al hospital que Rikyu les dijo. Y sin que nadie se diera cuenta visitaron silenciosamente a las victimas. Fueron dos habitaciones las que visitaron. Para buscar pistas de lo que se trataba hicieron algunos hechizos. Todo lo realizaron en absoluto silencio, para no ser descubiertos. En la cafetería del lugar, los tres explicaba lo que habían observado y descubierto para sacar sus conclusiones.
- Es extraño su cuerpo esta intacto, sus funciones vitales son normales - dijo Rikyu.
- Pero no tienen alma - dijo Fiang.
- Lo más extraño es que también les robaron otra cosa - dijo Shaoran pensativamente.
Sus acompañantes lo observaban interrogativamente.
- Hay un vacío más. Hay restos de magia en los cuerpos, al parecer ellos tenían alguna clase de poder especial.
Los tres quedaron pensativos.
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En China.
-¿Qué? - decía sin poderlo creer una chica de precioso cabello negro.
- Lo siento Hannia pero sabes que cuando toma una decisión, no hay quien lo detenga - dijo tranquilamente la señora Ieran.
- ¿Pero irse tan repentinamente, sin decírmelo siquiera? Otras ocasiones por lo menos me lo informaba. - decía un poco indignada Hannia.
- Es un asunto mágico y como uno de los más capacitados fue a investigar, además de que los del concilio tenían pensado mandarlo.
- En ese caso también debo ir - dijo Hannia.
La señora Ieran estaba sentada en la biblioteca y Hannia parada con una mirada de reflexión.
- Créeme que no dudo que eres la mejor en cuanto a magia. Por algo eres su prometida. Pero no crees que de haberte necesitado te lo hubiese pedido, él mismo.
- Creo que aún así podría necesitarme, así que partiré ahora mismo - dijo decida Hannia.
Si su prometido tenía una misión ella tenía la obligación de ayudarle. No permitiría que nada malo le pase.
- No te puedo detener, tan sólo cuídate y cuídalo - dijo la señora Ieran.
Hannia salió, dejando muy pensativa a Ieran Li.
Hannia salió muy determinada. Pero en el pasillo se encontró a alguien muy conocida.
- ¿Mei Ling? - dijo un poco asombrada Hannia.
- ¿A quién esperabas, a Buda? - dijo la chica de cabello negro.
Ambas chicas se acercaron se vieron de frente con una mirada analizadora. Se observaban muy fijamente, frunciendo un poco el ceño.
- ¿Y? - dijo Mei Ling.
- ¿Qué deseas que te diga? - dijo Hannia con una cara de enojo.
- Que me veo genial, por ejemplo - dijo Mei Ling mientras se lanzaba a los brazos de Hannia quien la recibió de la misma forma.
Las chicas estuvieron riendo un rato. Para quien las conocía era común verlas pelear cuando se veían, pero después se comportaban como las dos mejores amigas que eran. Y Después de que el alegre saludo paso...
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- Pero también hay restos de una energía negativa, de la persona que los ataco. Lo que no me gusta es que ese poder es muy fuerte, es incluso más fuerte que los poderes de nosotros tres juntos - sentencio Shaoran con una voz extremadamente preocupada, temiendo lo peor.
- Entonces es posible que otro suceso este relacionado con éste - dijo Rikyu.
- ¿A qué te refieres? - preguntó Shaoran sabiendo que Rikyu tenía más información.
- Hace algunos días la policía encontró a dos cuerpos y cuando pude acercarme a ellos pude notar un rastro de energía muy fuerte de un aura muy poderosa, pero esas personas estaban muertas - dijo Rikyu.
- Pero porque dos están muertas y las otras dos viven, ¿qué es lo que verdaderamente buscarán? - preguntó Fiang reflexionando.
Los tres se la pasaron un buen rato hablando de algunos detalles de las víctimas.
- Sé quien nos podrá explicar algo de lo que pasa aquí - dijo Shaoran muy seguro.
- ¿Se refiere a la señorita Sakura? - dijo Fiang.
- Si Yue ataco a Rikyu tiene una explicación que darme - dijo un poco molesto Shaoran.
Rikyu sólo tenía la cara de no entender nada.
Cuando salieron del hospital ya era tarde comenzaba a atardecer. Los tres subieron a los autos y regresaron al edificio donde vivía Sakura. Se encontraron de nuevo frente a su puerta, pero esta vez la luz y voces adentro delataba que se encontraba ahí.
Shaoran llamo a la puerta y espero.
- ¡Un momento por favor! - se escucho decir del otro lado de la puerta.
Se abrió la puerta, pero en ese momento nadie apareció. Shaoran pudo notar el pequeño departamento arreglado femeninamente, una pequeña sala se veía al fondo, un ventanal con hermosas cortinas de un color rosa suave adornaba, fue lo que Shaoran pudo ver en ese momento. Después rápidamente una figura se paro frente a la puerta.
- ¡¿Shaoran?! - dijo la voz casi infantil de Sakura llena de asombro.
Después noto que tras él había dos hombres uno le pareció muy conocido y el otro no lo conoció.
- ¡¿Fiang?! - dijo igual de sorprendida.
Se quedo parada, su rostro era pálido, muy pálido. Sólo miraba a Shaoran a los ojos muy sorprendida y aún más porque la mirada de Shaoran no era la de siempre y no sonreía. Su mirada era de desconfianza y su ceño estaba ligeramente fruncido. Sakura sintió su corazón detenerse por un instante.
- Sakurita, sentí la presencia de.... - Kero salió al reconocer la presencia del mocoso, pero en cuanto lo vio y a la mirada que le hacia a Sakura se quedo callado y flotando a un costado de la chica, también sorprendido del gesto del joven.
- Sakura ¿quién es? - dijo una voz muy varonil y una figura se poso a un lado de Sakura. Volteo a ver a Shaoran.
Shaoran se sorprendió mucho de ver a un hombre en el departamento de Sakura. Le dirigió una mirada mucho más molesta que la que le mostraba a Sakura y lo pudo observar mejor. Era un hombre más alto que él, vestido en forma juvenil, poseedor de una figura muy atlética y masculina. Tenía cabello castaño claro, unos ojos violetas grandes y una mirada inocente y desconcertada se veía en esos momentos, sobre todo por la mirada que le dirigía el chico que se encontraba parado en la puerta.
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N. de la A.:
Sakura Wen: Esta bien, sólo dejame tramar otro suceso importante y después Sakura casi no sufrirá más. Además le pone más emoción a la histora o no? Gracias por el apoyo.
Celina Sosa: Has escuchado que las mujeres tenemos un sexto sentido? pues Hannia lo tiene bien desarrollado, además creo que se nota o no? Bueno muchas gracias por apoyarme me da ánimos para seguir escribiendo.
Dani-chan: ¡Hola! Me da gusto saber que te gusta. Creo que aún le faltan algunos capitulos para que termine, pero hasta entonces me esforzaré para que les guste lo que escribo.
Cualquier sugerencia, comentario, crítica, será bien recibida.
Hasta pronto. Cuidense. ^-^
Saludos a todos.
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De pronto la luz se encendió y después de poder recuperar un poco la visión ambos se sorprendieron. En la puerta se encontraba Shaoran asombrado de lo que veía. Sakura estaba sentada en su cama y a sus pies se encontraba Fiang casi arrodillado y ambos tenían las manos entrelazadas. En ese momento reino el silencio.
Shaoran tornó su rostro serio.
- Creo que estoy interrumpiendo algo - dijo seriamente mirando las manos de los chicos que estaban entrelazadas.
En ese momento ambos las retiraron. La mente de Sakura trabajo rápido después del susto.
- Eh, esta es tu habitación cierto. Es que... bueno... yo me sentí un poco mal y le dije a Fiang que me acompañara a mi habitación. Pero me equivoque y entre a la tuya. En verdad lo lamento - dijo y se levantó.
Shaoran observaba a Fiang como esperando a que éste se lo confirmara.
- Me temo que así fue señor - dijo simplemente, se levantó y desvió la mirada.
- En verdad lo lamento, pero creo que debo recostarme. Buenas noches - se despidió y salió de la habitación.
Shaoran seguía inmóvil.
- Disculpe señor, yo... - trataba de explicarse Fiang.
- No tienes que disculparte - dijo secamente.
- Con su permiso señor - dijo el chico y salió.
Shaoran no se había movido ni un centímetro. Suspiro y miro la cama, después se dirigió a la ventana de su habitación donde podía ver el jardín, y algunas estrellas. Ese día ya había sido muy confuso, la llegada de Hannia, el sueño, Sakura, hasta su madre.
Recordó porque había subido a su habitación. Su madre quería hablar con él sobre la fecha de la boda con Hannia, pero él simplemente no contestó nada, estaba confundido en sus sentimientos y pensamientos lo que debía y quería hacer. Y ahora ver a Fiang y Sakura así, había quedado más confundido, pensaba en lo que sintió, no podía ser que él estuviera celoso. No eso no, era...
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La noche pasó sin nada fuera de lo normal, todos se retiraron pronto. Hannia paso la noche en la mansión Li, era normal que después de las ceremonias y eventos a los que asistían se tuviera que quedar en ella. Las hermanas Li se fueron con sus respectivos esposos a sus hogares.
Al siguiente día todo un día normal, se fue a trabajar como siempre, sin desayunar siquiera, todo normal, bueno casi todo, ya que le habían dado una noticia sobre Tokio y quería hablar con Sakura. Cuando Shaoran regreso se llevo una gran sorpresa.
- ¿Qué? - dijo muy confundido.
- La señorita Sakura partió muy temprano en la mañana señor - dijo Wei.
- Se despidió de todos, y dijo que lo disculpará por haberse ido así, pero surgió una emergencia y le dejo una carta - dijo Wei mientras le extendía la mano con la carta.
Shaoran pensaba que más confundido no podría estar y Sakura le demostró que sí, qué rayos era lo que estaba pasando. Ahora estaba seguro de que Sakura estaba ocultando muchas cosas, demasiadas. Y él las resolvería aunque tuviera que ir a Tokio por ella.
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Mi estimado Shaoran:
Te agradezco mucho las atenciones que tuviste con nosotros. Espero que no te molestes por no habernos despedido de ti, pero tuve irme y lo que menos deseo es seguir dándote molestias. Aún tengo cosas que hacer antes de que comiencen las clases. En verdad les agradezco a todos, me agrado verlos de nuevo. Por favor despídeme de Hannia y tus hermanas no me pude despedir de ellas. Espero que Hannia y tu sean muy felices en su vida juntos. Recuerda que en mí siempre tendrás una amiga incondicional. Te aprecio mucho. Cuídate y cuida a toda tu familia.
Gracias de nuevo.
Atte. Sakura Kinomoto.
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Shaoran termino de leer la carta, dio un gran suspiro. Sakura ocultaba muchas cosas y era hora de descubrir que era.
Había vuelto de la mansión y se encontraba en su oficina. Llamo a Fiang, éste estuvo ahí en un instante, Shaoran le dio la espalda para ver otra vez hacia el parque de siempre.
- ¿Qué paso ayer en la fiesta Fiang? Y quiero la verdad - dijo muy serio Li.
Fiang suspiro.
- Entonces la señorita ya se marchó - reflexionó Fiang.
- Sabías que ella se iría hoy - afirmó en lugar de preguntar.
- Sí señor, ella me lo dijo ayer.
- ¿Qué paso ayer en la mansión? - preguntó sin rodeos Shaoran.
- Supongo que como ya no se encuentra aquí, no vale la pena ocultarlo - sabía que no debía mentirle a su Jefe y menos si se lo preguntaba directamente.
- Fuimos a los jardines, estuvimos hablando y de pronto ella de desmayo. La lleve a la parte superior de la casa, pero como no sabía cuál era su habitación, la lleve a la suya. Y cuando iba a ir a avisarle ella despertó y me detuvo, dijo que era algo que ningún médico podría curar - explico Fiang.
Shaoran sólo frunció el ceño, así que eso era lo que ocultaban.
- Pero ella parecía muy triste, hablaba como si tuviera un gran peso sobre sí y no lo pudiera soportar, hablaba de una misión que tenía que realizar y se sentía incapaz. Yo sólo trate de consolarla y darle ánimos de seguir adelante. Fue entonces cuando usted apareció - finalizó el chico.
- Así que eso era - pensó Shaoran.
- Será mejor que hagas tus maletas Fiang - ordenó Shaoran.
- ¿Puedo preguntar a dónde iremos señor?
- A Japón, Tokio específicamente.
Shaoran dejo de mirar afuera, se dirigió a Fiang y se detuvo frente a él.
- A buscar a Sakura.
- ¿A la señorita Sakura? - preguntó un poco confundida Fiang.
- Bien, es mejor que estes informado. Esta mañana hablo el investigador que esta en Japón, ayer por la noche fue al bosque donde estaba la energía, pero no se pudo acercar. Un ángel lo atacó, un ángel de cabello plateado y vestido de blanco - sus ojos demostraban enojo y después su ceño se acentúo mucho más - era Yue. Yue lo atacó y no permitió que se acercara, lo atacó y él quedo herido, no de gravedad pero tuvo que ser atendido en el hospital.
- El guardián de Sakura lo atacó, Sakura oculta algo y si vamos allá lo descubriremos. Además los ancianos del Concilio están de acuerdo con que vaya, pues al parecer se acerca un fenómeno mucho mayor en esa ciudad, y dicen que las desapariciones son parte de ello. Quiero que obtengas los boletos a Tokio para esta misma noche. - dijo Shaoran determinado.
- Sí señor como diga - dijo el chico y se fue.
Shaoran se quedó muy pensativo y recordó cuando le dio la noticia a su madre de su decisión.
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La señora Ieran se encontraba leyendo un libro cuando llamaron a su puerta. Se encontraba sentada en un enorme sillón, detrás de ella se podía apreciar un librero con una gran cantidad de libros. Y a su lado derecho tenía un enorme ventanal que tenía como fondo unos majestuosos árboles que estaban por florecer.
- Madre, necesito hablar con usted.
Ieran dejó a un lado su libro y le prestó atención a su hijo.
- Te escucho.
- He decidido partir a Tokio - hizo una pausa - hoy temprano hablé con los del Concilio y están de acuerdo, parece que mi presencia será requerida allá.
Ieran no cambio su expresión de seriedad, permaneció callada.
- ¿La dueña de las cartas tiene algo que ver? - seriamente habló Ieran.
A Shaoran no le sorprendió las palabras de su madre, después de todo era una mujer muy inteligente y poderosa. Fue ella la que le enseño mucho de lo que él sabía. La admiraba, porque a pesar de ser una mujer, durante años había cargado con la responsabilidad a la que ahora él respondía. La responsabilidad de manejar y un Clan, todo lo que con ello implicaba. La forma de ser que ahora tenía Shaoran era por su madre, se parecían mucho en cuanto algunas actitudes que tomaban, pero en otras eran muy diferentes.
- Así es madre, Sakura oculta algo muy importante y lo averiguaré.
- Probablemente tenga que ver con lo que los ancianos esperan - dijo Ieran con aire de reflexión y recordando la plática que tuvo con la Card Master antes de que se marchara.
- Lo averiguare. Ahora debo irme lo antes posible. Le pido que se lo informe a Hannia para que este enterada.
- Esta bien.
Shaoran se dio media vuela y se dispuso a salir. Pero al abrir la puerta la voz de su madre lo detuvo.
- Shaoran - lo llamó su madre con voz calmada, que contenía cierto aire de cariño.
Shaoran volvió su cuerpo y la miro. Ella tenía una mirada un poco preocupada, pero Shaoran pudo notar cierta ternura en ella, que no era muy común.
- ¿Sí madre? - dijo simplemente y un poco sorprendido por los ojos de su progenitora.
- Aclara tus pensamientos. Y... Cuídate mucho por favor, hijo - dijo muy suavemente.
- Lo haré madre. Hasta luego, me mantendré comunicado.
Salió del lugar y se fue, tratando de no encontrarse con nadie. Ieran miro el libro que leía. Una madre siente lo que le pasa a su hijo y ella sabía exactamente que le pasaba, aunque él tardaría un poco más en enterarse.
Esa noche partiría a descubrir ciertas cosas que Sakura ocultaba.
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Un chico de cabello rubio y ojos azules, se encontraba de pie observando una serie de plantas que había en el bosque en el que se encontraba. Había ido a un campamento y le asignaron buscar una planta para un experimento de la escuela, estaba seguro que en otra ocasión la había observado cerca de ahí. Iba vestido con un pans y una playera de la universidad a la que asistía, se encontraba muy concentrado en lo que hacía.
De pronto le pareció sentir una energía extraña, pero fue por un instante y la ignoro, continuo con su búsqueda, internándose cada vez más en el bosque. Nuevamente sintió la energía, esta vez no la ignoro, se quedo parado observando hacia donde se sentía. Sentir esa clase de cosas era nuevo para él, hace algún tiempo empezó a sentir extrañas energías a su alrededor y cada vez se sentían más fuertes, mientras otras desaparecían.
Sintió aún más fuerte la energía, se armo de valor y se dirigió hacia ella antes de que desapareciera.
- Y yo que pensé que era aún muy débil - resonó una voz, haciendo que todos los animales que se encontraban cerca salieran corriendo alejándose del lugar.
El chico se quedo muy quieto, como si aún no asimilará lo que acababa de escuchar.
- Te hablo a ti - sonó de nuevo la voz muy grave - no soy una ilusión. Soy tu peor pesadilla.
El chico rubio se quedo quieto, después comenzó a correr. En el bosque retumbaba una gran carcajada. Tenía miedo, mucho miedo. Corrió ágilmente por el bosque esquivando rocas y árboles, quería alejarse de ese lugar lo más rápido que podía. En ese momento recordó a toda su familia, a todos y cada uno. Sus padres que siempre se preocupaban por él, su pequeña hermana que a pesar de que en ocasiones era una molestia, era una persona muy valiosa para él. No sabía el porque los recordaba en ese momento, pero en ese instante sólo quería que ellos estuvieran bien.
En su loca carrera no se fijo el camino que tomo, el bosque se había vuelto muy espeso, casi no veía donde ponía los pies la gran cantidad de plantas se lo impedía. Se dirigió a un barranco, cuando se dio cuenta de ello ya era demasiado tarde, sentía todo su cuerpo caer, sólo cerro los ojos esperando lo inevitable.
- No, tú no morirás aquí - dijo la voz.
El chico se sorprendió cuando dejo de sentir el aire en todo su cuerpo, tenía miedo de abrir los ojos. Cuando por fin los abrió se sorprendió de verse dentro de una gran burbuja flotando en medio del aire. Ésta se fue elevando poco a poco hasta llegar a un lugar seguro, la burbuja explotó como si de una burbuja de jabón se tratara.
- Tú me darás tu poder especial - dijo la voz.
Frente al chico se materializaba una persona con una túnica negra y un gorro que le tapaba la cara.
- ¿Mi, mi... poder especial? - dijo temblorosamente el chico.
- Así es, ahora ese poder me servirá a mí - dijo mientras se acercaba lentamente. Sé que aún no lo desarrollas completamente, pero si te lo dejará podrías ser un gran estorbo. Además es más útil para mí.
El chico sólo atino dar un paso atrás.
- Sólo... solo te pido un favor y no me resistiré - dijo el chico tomando valor.
- ¿Qué podría hacer yo por ti? - dijo el sujeto curioso.
- No lastimes a mi familia, por favor - dijo el chico en forma de súplica.
- Siento decirte que tu familia sufrirá el mismo destino que los demás habitantes de ésta tierra. Lo lamento pero no puedo hacer nada, y menos cuando quienes han provocado esto son ellos mismos.
Lo último que el chico sintió fue un enorme dolor en el pecho y de sus ojos azules brotaron dos lágrimas, mientras caía.
El hombre de la túnica puso su mano sobre el cuerpo del chico, que brillo intensamente soltando una especie de vapor que se concentró en su mano formando un cristal color azul. Miró el cuerpo del joven y luego el cristal.
- Sólo faltan dos - dijo y cerró su puño con el cristal en él.
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Un chico muy apuesto de cabello alborotado y ojos marrón caminaba en medio de la multitud de personas que se hallaban en el aeropuerto de Tokio, junto a otro chico de su misma estatura pero de cabellos y ojos gris, vestidos formalmente con la mirada buscaban a alguien. Shaoran sentía una energía que se encontraba a lo lejos, dedujo que se trataba de la que se encontraba en el bosque, pero extrañamente no sentía el aura de Sakura.
Otro chico de ojos negros se acerco a ellos, iba con toda la cabeza vendada y un brazo enyesado. Parecía tener alrededor de 25 años.
- Buenos días, señor Li, Fiang - dijo el chico con la cabeza vendada- ¿Cómo estuvo el viaje? - preguntó frente a ellos.
- Buenos días - contestaron ambos.
- Supongo que el viaje estuvo bien - dijo Shaoran - ¿cómo te encuentras Rikyu?
- Bien señor, como se lo dije por teléfono no es nada grave.
Los tres hombres comenzaron a caminar, Fiang era quien llevaba sus maletas y Ryu le ayudo. Entraron al auto de Rikyu.
- ¿Tienes lo que te encargué? - preguntó Shaoran.
- Sí señor. La casa que pidió que rentará se encuentra cerca del bosque, el auto está frente a ella, tengo la localización de las personas atacadas y tengo la dirección de la señorita Kinomoto, vive cerca de la casa rentada.
- Bien, por ahora, primero iremos a instalarnos en la casa, después pasaremos a visitar a Sakura - ordenó Shaoran.
- Los tres hombres llegaron a una casa enorme lujosamente decorada casualmente era de color verde. Shaoran ordeno alguna de sus cosas personales y algunos materiales para investigar. Tenía pensado después visitar a las victimas de los ataques, le darían pistas de lo que pasaba. Se concentro y sintió más cerca la energía del bosque, pero eso lo averiguaría con Sakura.
En unos instantes los tres hombres partieron, Shaoran iba con Fiang en un auto muy lujoso que le había conseguido Rikyu. Mientras éste iba en uno propio. No tardaron mucho conduciendo cuando el auto de Rikyu se detuvo enfrente de un enorme edificio de departamentos, indicándole a su jefe que habían llegado, se estacionaron en un lugar cerca del edificio. Los tres se bajaron de sus autos. Era una calle muy bien cuidada, alrededor del edificio, había otros más parecidos. Por las personas que circulaban por las calles Shaoran pudo deducir que la mayoría de las personas que vivían ahí eran estudiantes. Los hombres llamaban la atención por la manera en que caminaban, que era muy recta y elegante, además de la vestimenta formal y los vendajes de Rikyu.
- La señorita Sakura vive en el departamento 16 del 4to. piso - dijo Rikyu.
Los tres subieron al lugar mencionado. Estando frente a la puerta llamaron repetidas veces, pero al parecer no había nadie en el hotel.
- Señor, ¿qué haremos si no podemos sentir su presencia? - dijo Fiang.
- Tendremos que regresar. Pero por ahora quiero visitar a las victimas de los ataques.
Los tres hombres se dirigieron al hospital que Rikyu les dijo. Y sin que nadie se diera cuenta visitaron silenciosamente a las victimas. Fueron dos habitaciones las que visitaron. Para buscar pistas de lo que se trataba hicieron algunos hechizos. Todo lo realizaron en absoluto silencio, para no ser descubiertos. En la cafetería del lugar, los tres explicaba lo que habían observado y descubierto para sacar sus conclusiones.
- Es extraño su cuerpo esta intacto, sus funciones vitales son normales - dijo Rikyu.
- Pero no tienen alma - dijo Fiang.
- Lo más extraño es que también les robaron otra cosa - dijo Shaoran pensativamente.
Sus acompañantes lo observaban interrogativamente.
- Hay un vacío más. Hay restos de magia en los cuerpos, al parecer ellos tenían alguna clase de poder especial.
Los tres quedaron pensativos.
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En China.
-¿Qué? - decía sin poderlo creer una chica de precioso cabello negro.
- Lo siento Hannia pero sabes que cuando toma una decisión, no hay quien lo detenga - dijo tranquilamente la señora Ieran.
- ¿Pero irse tan repentinamente, sin decírmelo siquiera? Otras ocasiones por lo menos me lo informaba. - decía un poco indignada Hannia.
- Es un asunto mágico y como uno de los más capacitados fue a investigar, además de que los del concilio tenían pensado mandarlo.
- En ese caso también debo ir - dijo Hannia.
La señora Ieran estaba sentada en la biblioteca y Hannia parada con una mirada de reflexión.
- Créeme que no dudo que eres la mejor en cuanto a magia. Por algo eres su prometida. Pero no crees que de haberte necesitado te lo hubiese pedido, él mismo.
- Creo que aún así podría necesitarme, así que partiré ahora mismo - dijo decida Hannia.
Si su prometido tenía una misión ella tenía la obligación de ayudarle. No permitiría que nada malo le pase.
- No te puedo detener, tan sólo cuídate y cuídalo - dijo la señora Ieran.
Hannia salió, dejando muy pensativa a Ieran Li.
Hannia salió muy determinada. Pero en el pasillo se encontró a alguien muy conocida.
- ¿Mei Ling? - dijo un poco asombrada Hannia.
- ¿A quién esperabas, a Buda? - dijo la chica de cabello negro.
Ambas chicas se acercaron se vieron de frente con una mirada analizadora. Se observaban muy fijamente, frunciendo un poco el ceño.
- ¿Y? - dijo Mei Ling.
- ¿Qué deseas que te diga? - dijo Hannia con una cara de enojo.
- Que me veo genial, por ejemplo - dijo Mei Ling mientras se lanzaba a los brazos de Hannia quien la recibió de la misma forma.
Las chicas estuvieron riendo un rato. Para quien las conocía era común verlas pelear cuando se veían, pero después se comportaban como las dos mejores amigas que eran. Y Después de que el alegre saludo paso...
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- Pero también hay restos de una energía negativa, de la persona que los ataco. Lo que no me gusta es que ese poder es muy fuerte, es incluso más fuerte que los poderes de nosotros tres juntos - sentencio Shaoran con una voz extremadamente preocupada, temiendo lo peor.
- Entonces es posible que otro suceso este relacionado con éste - dijo Rikyu.
- ¿A qué te refieres? - preguntó Shaoran sabiendo que Rikyu tenía más información.
- Hace algunos días la policía encontró a dos cuerpos y cuando pude acercarme a ellos pude notar un rastro de energía muy fuerte de un aura muy poderosa, pero esas personas estaban muertas - dijo Rikyu.
- Pero porque dos están muertas y las otras dos viven, ¿qué es lo que verdaderamente buscarán? - preguntó Fiang reflexionando.
Los tres se la pasaron un buen rato hablando de algunos detalles de las víctimas.
- Sé quien nos podrá explicar algo de lo que pasa aquí - dijo Shaoran muy seguro.
- ¿Se refiere a la señorita Sakura? - dijo Fiang.
- Si Yue ataco a Rikyu tiene una explicación que darme - dijo un poco molesto Shaoran.
Rikyu sólo tenía la cara de no entender nada.
Cuando salieron del hospital ya era tarde comenzaba a atardecer. Los tres subieron a los autos y regresaron al edificio donde vivía Sakura. Se encontraron de nuevo frente a su puerta, pero esta vez la luz y voces adentro delataba que se encontraba ahí.
Shaoran llamo a la puerta y espero.
- ¡Un momento por favor! - se escucho decir del otro lado de la puerta.
Se abrió la puerta, pero en ese momento nadie apareció. Shaoran pudo notar el pequeño departamento arreglado femeninamente, una pequeña sala se veía al fondo, un ventanal con hermosas cortinas de un color rosa suave adornaba, fue lo que Shaoran pudo ver en ese momento. Después rápidamente una figura se paro frente a la puerta.
- ¡¿Shaoran?! - dijo la voz casi infantil de Sakura llena de asombro.
Después noto que tras él había dos hombres uno le pareció muy conocido y el otro no lo conoció.
- ¡¿Fiang?! - dijo igual de sorprendida.
Se quedo parada, su rostro era pálido, muy pálido. Sólo miraba a Shaoran a los ojos muy sorprendida y aún más porque la mirada de Shaoran no era la de siempre y no sonreía. Su mirada era de desconfianza y su ceño estaba ligeramente fruncido. Sakura sintió su corazón detenerse por un instante.
- Sakurita, sentí la presencia de.... - Kero salió al reconocer la presencia del mocoso, pero en cuanto lo vio y a la mirada que le hacia a Sakura se quedo callado y flotando a un costado de la chica, también sorprendido del gesto del joven.
- Sakura ¿quién es? - dijo una voz muy varonil y una figura se poso a un lado de Sakura. Volteo a ver a Shaoran.
Shaoran se sorprendió mucho de ver a un hombre en el departamento de Sakura. Le dirigió una mirada mucho más molesta que la que le mostraba a Sakura y lo pudo observar mejor. Era un hombre más alto que él, vestido en forma juvenil, poseedor de una figura muy atlética y masculina. Tenía cabello castaño claro, unos ojos violetas grandes y una mirada inocente y desconcertada se veía en esos momentos, sobre todo por la mirada que le dirigía el chico que se encontraba parado en la puerta.
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N. de la A.:
Sakura Wen: Esta bien, sólo dejame tramar otro suceso importante y después Sakura casi no sufrirá más. Además le pone más emoción a la histora o no? Gracias por el apoyo.
Celina Sosa: Has escuchado que las mujeres tenemos un sexto sentido? pues Hannia lo tiene bien desarrollado, además creo que se nota o no? Bueno muchas gracias por apoyarme me da ánimos para seguir escribiendo.
Dani-chan: ¡Hola! Me da gusto saber que te gusta. Creo que aún le faltan algunos capitulos para que termine, pero hasta entonces me esforzaré para que les guste lo que escribo.
Cualquier sugerencia, comentario, crítica, será bien recibida.
Hasta pronto. Cuidense. ^-^
