Capitulo 12
Hola. Gusto en saludarlos de nuevo. Aquí esta el siguiente capitulo, como siempre espero que les guste.
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Después de entrar el portal se comenzó a cerrar.
- ¡No! - grito Zeshin y se dirigió lo más rápido que pudo al portal, pero antes de que llegara el portal desapareció.
- No, no, se fue - estaba furioso.
Una risa muy fuerte se escucho.
- Ves hermanito, no puedes cambiar el destino. Es inevitable - dijo la voz después de reír un rato.
Una sombra apareció frente a él.
- Tenemos 6 de los siete elementos, sólo falta uno y tu jugando con ellos. Además uno te logro hacer daño, necesitas entrenar - se escuchaban sus carcajadas burlonas - Sabes que todo tiene un tiempo, y el suyo no es ahora - habló más serio.
Zeshin volteo a ver el cuerpo inerte de Shaoran tirado.
- Él también tiene un destino que cumplir - dijo la sombra y se acerco a Shaoran - por lo menos no lo mataste.
- No, pero en menos de 24 horas morirá, y nadie lo podrá evitar - sonrió para sí mismo - el destino sí puede ser cambiado, levantó su báculo y la flecha negra volvió a ser esfera y regreso a su lugar en el báculo.
- Haz lo que quieras, pero ahora "ÉL" nos ha llamado, debemos ir - dijo la sombra.
- Esta bien, vamos.
Ambos desaparecieron, dejando sólo un charco de sangre, que en cuanto Zeshin despareció se evaporo.
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Tomoyo se encontraba muy desesperada, pensó que se había perdido en aquel espeso bosque, hasta donde siguió el auto de Li. Apenas podía caminar. Entonces vio un lugar a lo lejos donde parecía no haber árboles, rápidamente se dirigió ahí. Lo que se encontró la horrorizo.
- ¿Li? - grito y se acerco al cuerpo de su ex compañero de primaria. Estaba cubierto de sangre y una herida enorme en su pecho, se alegro de sentir su pulso.
Sin pensarlo, saco su celular y marco a sus guardaespaldas y a una ambulancia.
En menos de 5 minutos y como pudieron llegaron al lugar, se llevaron a Shaoran al hospital más cercano.
Mientras tanto Tomoyo se movía rápido. Mando a sus guardaespaldas a buscar a los acompañantes de Li, su familia debía estar enterada de lo que paso.
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En algún lugar...
Era una especie de colina, con hermosos y frondosos árboles, que daban frutos de formas muy raras y colores variados. El cielo era totalmente azul, el pasto era de un verde hermoso. A lo lejos se veían muchas flores, parecía que las plantaban en ese lugar, eran hermosas y el ambiente desprendía un olor muy agradable, había una sensación de bienestar, muy cálido. Del otro lado un poco más cerca se veía una especie de Palacio blanco, y a su alrededor había muchas casitas. El sitio era como el de un cuento de hadas.
En un lugar parecido a un pastizal y bajo la sombra de un árbol Sakura abría sus ojos lentamente, encontrándose de frente a sus guardines que la veían preocupados.
- Sakurita, ¿estas bien? nos habían preocupado, tardaron mucho - dijo Kero.
- ¿Estas bien? - pregunto serio Yue.
- Si lo estoy ¿y Fuu? - dijo y luego buscó a Fuu.
Kero tenía una gota en la cabeza.
- Estas sobre él - dijo Kero.
- ¿Eh? - vio hacia abajo y efectivamente estaba sobre el pobre chico.
- Fuu ¿estas bien? - pregunto la chica de ojos verdes.
- Si - dijo levantándose.
- Yo lamento no haberte obedecido - dijo Fuu con mucha pena en su voz y bajando la mirada.
Entonces Sakura recordó todo y sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero no tuvo tiempo de hacer más, y que frente a ella caía inconsciente Fuu. Yue se apresuró a no dejarlo caer, Kero puso su lomo y lo deposito ahí.
- Vamos, allá podrá descansar, vamos Sakura - dijo Yue
Sakura asintió y se abrazo de Yue, mientras éste levantaba el vuelo. Estaba muy cansada como para volar.
- Sí - contesto Kero y comenzó a volar junto a ellos
Sakura iba con los ojos llenos de lágrimas pero prefirió no llorar.
- Sakura ¿pasa algo? - preguntó Yue, que había visto la conducta tan rara de su ama.
- Yue... - dijo Sakura.
- Estarás bien - dijo Yue mientras aterrizaba cerca de la enorme puerta del palacio.
Era un palacio impresionante, era totalmente blanco, con algunos bordes plateados, era totalmente liso por fuera y una que otra piedra en forma de diamante la adornaban. Del centro caían graciosamente unas enredaderas llenas de flores blancas y rosas rosadas. La puerta era custodiada por dos enormes leones muy parecidos a Kero, pero tenían 4 alas y eran de cristal Era un lugar precioso.
Las hermosas puertas se abrieron. Inmediatamente después Sakura esta abrazada a una mujer con lágrimas en sus ojos, otras personas más veían al grupo recién llegado.
- Sakura ¿qué pasa? - la voz melodiosa de una mujer hablo.
Sakura simplemente se hundía más en su pecho y decía en un susurro.
- Mamá...
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Era temprano, en la mañana. Una día más para toda la población de Tokio, la rutina de siempre, responsabilidades, problemas que solucionar, preocupaciones sin sentido alguno (en la mayor parte de los casos), en fin, un sin número de cosas.
Por las ventanas de una habitación se colaban estelas de la luz del sol, iluminando un poco aquel lugar. Ese lugar que muchas personas nunca desearían visitar y uno de los objetivos de infinidad de consejos y cuidados quieren evitar. Era una habitación de hospital, por muy buen decorada y arreglada que este, siempre será deprimente, sobre todo si alguna persona lo ocupa.
Era una habitación blanca, tenía un ambiente frío a pesar de que hay calefacción. Un sonido inunda el ambiente, un sonido que es intermitente, que anuncian que un corazón late, que la persona que lo posee vive... aún.
Una persona en una cama cubierta por sabanas blancas, se encuentra respirando con dificultad, su rostro es sereno y parece que duerme.
Aquella tranquilidad acaba cuando un hombre vestido de blanco entra a la habitación seguido de una enfermera con sus clásicas vestiduras blancas. Era un médico reconocido en Tokio, tenía mucha experiencia, era el actual director del hospital, pero le gustaba atender a los pacientes, siempre es muy alentador saber que ayudas a las personas a seguir viviendo.
Este caso en particular le había llamado la atención, no era común. Ahora el paciente parecía dormir, pero a medida que avanzaba el tiempo se iban debilitando, sus signos vitales comenzaban a ser cada vez más débiles y no encontraba la razón de tal condición. Durante la noche se hicieron toda clase de estudios al cuerpo y simplemente no se lo explicaban. El cuerpo había sido atravesado con algo que no pudieron identificar. Pero a pesar de que cuando lo encontraron estaba bañado en sangre, después ninguna gota de sangre salía de la herida, parecía como si por sí misma se estuviese curando poco a poco, todos los órganos que habían sido afectados estaban sanando. Y lo peor de todo es que la vida del chico se extinguía. ¿Qué era lo que le pasaba a ese chico? La enfermera sólo lo observaba con profundo pesar, siendo un chico tan apuesto y los pronósticos no eran buenos.
Con mucho cuidado retiró los vendajes del pecho del chico, lo que veía no lo creía. La herida iba sanando poco a poco sin dejar siquiera cicatriz, y cuando revisaba los latidos del corazón éstos simplemente cada vez eran más esporádicos. Ya no sabían que hacer, simplemente estaba muriendo como si algo lo estuviera consumiendo.
Pero el médico no se daría por vencido tan fácilmente aún tenia pruebas que hacer y tal vez en ellas podía encontrar algo que lo pudiese ayudar. Ya había llamado a muchos de sus colegas para que lo ayudaran y pudieran hacer algo por el chico. Sobre todo sabiendo que si el chico continuaba así era probable que no sobreviviera para el siguiente día.
Mientras el doctor revisaba al chico, afuera una persona no sabía ni que pensar.
Tomoyo estaba ya muy cansada, toda la noche se la paso comunicándose con sus guardaespaldas que finalmente localizaron a los acompañantes de Li. Rikyu se había marchado a China para informar detalles a la familia, mientras Fiang se encargaba de algunos trámites del hospital.
Estaba pensado en todo ese enredo, pero simplemente no encontraba una lógica a todo eso. Su mejor amiga, que primero tenía una apariencia y luego otra, se fue despidiéndose como si jamás fuese a regresar, Li casi muerto en la habitación del hospital, cuando lo encontró pensó que estaba muerto, pero al ver a su alrededor no encontró a nadie y ella estaba segura de que Sakura se encontraba ahí.
Dio un enorme suspiro, se puso las manos en la cara y froto un poco su cara, como si quisiera despertar de una horrible pesadilla.
Después vio una taza humeante.
- Señorita, por favor tome este té le servirá - dijo una voz de un joven enfrente suyo.
Tomoyo tomo la taza dirigió su mirada al chico y sonrió levemente agradeciéndole.
- Gracias... lo lamento no recuerdo su nombre.
- Fiang Goiru, para servirle - dijo amablemente y después se sentó a su lado.
- Gracias señor Goiru.
- Puede llamarme tan sólo Fiang.
Tomoyo sólo sonrió para afirmar.
- No cree que debería descansar, ya es tarde y no ha parado en toda la noche - dijo Fiang.
- Estoy bien, me iré cuando sepa que el joven Li se encuentra bien - dijo mientras veía la humeante taza de té. Y recordando que la última vez que se fue para descansar, ya no encontró a nadie.
- En verdad le agradecemos lo que ha hecho por el señor Li, gracias a usted nos enteramos de todo - dijo el chico. Lo cierto era que se sentía un inútil en esos momentos.
- No tiene porque agradecerlo, después de también es mi amigo - dijo muy bajito. No iba a perder a otro amigo, era cierto que tenía ya bastante tiempo que no lo veía, pero aún era su amigo.
El tiempo parecía pasar rápidamente. Nada, absolutamente nada, los médicos que estaban ayudando al director del hospital simplemente no sabían que pasaba.
Eran aproximadamente las o 3 de la tarde, a pesar de que afuera el clima era cálido, en los largos y angostos pasillos del hospital sólo se siente frío y soledad. Tomoyo sigue sentada en la sala de espera, había visto el rostro de Shaoran y éste aparenta sólo dormir, los médicos no dan esperanza aunque siguen tratando.
Fiang se encontraba su lado, también con un rostro muy preocupado. Hablaron unos momentos sobre la condición del chico, ambos estaban muy preocupados. Fiang por su parte había estado practicado algunos hechizos de curación sin que nadie lo supiera, pero no funcionaban.
Fiang sabía que si seguía así moriría pronto, pero no quiso decírselo a Tomoyo. Estaba con las manos en la cara y sus codos recargados en sus piernas. De pronto levanto la cabeza y rápidamente se levanto mientras observaba fijamente un pasillo. Tomoyo se sorprendió un poco por la conducta del joven Fiang, noto que éste miraba al pasillo y también miro con curiosidad. Segundos después entraba una joven de lacia cabellera negra y profundos ojos negros, vestida de manera muy elegante y seguida de un joven con cabello y ojos azules, también muy bien vestido.
La mujer recorrió el lugar con la vista y cuando se topo con la de Fiang se dirigió con un gran porte hacia él, siempre seguida del joven de ojos azules.
- ¡Señorita Hannia! - después de mucho tiempo de conocerla y ser muy amigos, Fiang la llamaba por su nombre.
- Fiang, ¿Qué paso? ¿Cómo está? - en sus ojos se notaba su preocupación.
- Ahora se encuentran revisándolo de nuevo, y haciéndole pruebas - dijo Fiang sin querer mirarle a los ojos siquiera. Su misión era ayudar al Jefe del Clan y simplemente había fallado.
Hannia tenía la mirada más triste.
Tomoyo simplemente los observaba, se había admirado de la presencia de tal mujer. Se preguntaba quién era.
De reojo Fiang noto la mirada de Tomoyo.
- Ella, ella es la señorita Tomoyo Daidouji, una amiga de la señorita Sakura - dijo Fiang.
Tomoyo se levanto de su lugar y se paro frente a Hannia, viendo los ojos de ésta y antes de que Fiang se la presentara, sabía quien era, sus ojos lo decían todo.
- Señorita Daidouji, ella es Hannia Tabura, la prometida del señor Li, él es su guardaespaldas Akihiro Baiko- dijo finalmente Fiang.
Tomoyo simplemente confirmo sus sospechas y le ofreció la mano a Hannia. Hannia también la observaba, pero ahora era otra persona la que ocupaba su mente. Se estrecharon las manos, pero Hannia noto cierta mirada de apoyo de la joven Daidouji.
- No quiero ser grosera, pero me gustaría ver a Shaoran y hablar con el doctor - dijo Hannia.
- No hay problema - dijo Tomoyo.
Fiang llevó a Hannia y compañía a buscar al médico.
Tomoyo se quedo sentada y pensando. Acaso Sakura la había conocido en China. Conocía los sentimientos de su amiga, que a pesar del tiempo aún lo recordaba, esperaba y más importante, realmente lo amaba. No se explicaba como a pesar del tiempo y la distancia, su amiga guardaba ese hermoso sentimiento en su corazón. Después de que Sakura le dijo que Shaoran entrenaría y no se podría comunicar.
Sabía lo que ella sentía por él, lo sabía por que ella se lo dijo muchas veces, por que lloraba en ocasiones su soledad, por que rogaba que regresara y por que en sus ojos se notaba ese amor cuando pasaba horas viendo la foto del chico. Aunque lo ocultaba detrás de una sonrisa, siendo su amiga, lo sabía. No quería ni pensar en como se sintió Sakura al saber que Li estaba comprometido. Pero ¿Se habría ido al saber lo de Shaoran? ¿Por qué la atacaba esa persona que le contó Li? ¿Qué tenía que ver Fuu? ¿Por qué Sakura ocultaba lo que pasaba? y lo más importante ¿Dónde se encontraba Sakura? ¿Sabría lo que pasaba con él? Tantas preguntas y ninguna respuesta.
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Una enorme habitación, toda de blanco. Había pocos muebles pero todos muy hermosos con decoraciones en plateado y dorado. Había un balcón por el que se podía ver un hermoso paisaje verde de árboles y de diferentes colores más lejos, colores de flores de todo tipo, el cielo parecía estar en un tono rojo, como recibiendo el anochecer. En la habitación se percibían un agradable aroma a cerezos.
Pero tan precioso paisaje era entorpecido por pequeños sollozos provenientes de la cama. Una chica de cabellera castaña lloraba inconsolable.
- Mamá - decía entre sollozos.
- Hija cálmate por favor - decía una mujer con voz muy suave y tono maternal.
Era una mujer muy hermosa de ojos profundos y cabellera gris larga y ondulada, vestida con un sencillo vestido blanco sentada en la cama y acariciando la cabeza de su hija. Que se encontraba a su lado.
El hermoso reencuentro de Sakura con ella y las otras personas, se vio triste cuando la chica se puso a llorar en brazos de su madre, mientras Fuu fue llevado para descansar al igual que los guardianes. Sakura fue llevada por su madre a la que sería su habitación. Donde había permanecido todo el día llorando.
- Él, él morirá madre - decía Sakura.
- Y yo no hice nada para evitarlo, por mi culpa él morirá... - decía mientras lágrimas no dejaban de recorrer su rostro.
- Si yo no hubiera ido a buscarlo, esto jamás habría pasado, fue mi culpa, mi culpa - decía sin cesar.
Sentía que en realidad lo era, tal vez él estuviera bien si ella hubiera resuelto sola el problema.
- No lo sabías hija - dijo muy dulcemente - no tienes la culpa.
- Sólo le ocasione la muerte - realmente no escuchaba a su madre. Sólo se culpaba, quería morir ella.
- Hija, sólo ten fe y esperanza - decía una y otra vez su madre con una voz muy dulce.
Sin saber cuando Sakura se quedo dormida, se había cansado y había caído en un ligero sueño.
Nadeshico salió de la habitación despacio. Afuera se encontró con dos hombres con una cara de profunda preocupación.
- ¿Se encuentra bien? - preguntó uno de ellos.
- Sí, su cuerpo esta bien, pero se culpa de lo que le paso al joven Li - dijo algo triste.
- Si tan sólo ese sujeto se encontrara aquí, seguramente lo podríamos curar, allá en unas horas morirá - se lamentó y sentenció el otro sujeto.
Nadeshico y el otro hombre simplemente le dieron la razón y se retiraron de la habitación.
Sakura despertó por las voces de afuera, pero no siguió llorando, sabía que si la escuchaban se preocuparían más. Se levantó lentamente y se dirigió hacia el balcón, se paro ahí, luego observo al cielo, estaba oscureciendo. Extrañamente en él se veía una hermosa aurora boreal en toda su plenitud. Sus ojos estaba rojos de tanto llorar, pero las lágrimas comenzaron a llenar su cara nuevamente.
Sentía las lágrimas salir de lo más profundo de su corazón. Recordó las palabras que escucho de su madre, tener fe y esperanza, eso era lo que quería, quería tenerlos y quería que Shaoran se encontrara bien. En un movimiento lleno de dolor, como suplicando al cielo y queriendo que su deseo se vuelva realidad levantó sus manos al cielo. Cerró sus ojos y con enorme fuerza deseo, deseo que Shaoran Li estuviera bien y que estuviera con ella.
Sin que ella misma lo notara en sus pies apareció su símbolo y un aura cálida se sintió, un humo rozado la comenzó a rodearla y su cuerpo brillaba.
Pero qué estaba pensando era imposible salvarlo o tenerlo a su lado. Como se atrevía a pedirlo a su lado si su corazón pertenecía a otra.
El símbolo desapareció junto con el aura y el humo.
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- Señorita, se acabo la hora de visita, se debe retirar - dijo una mujer vestida de blanco a Tomoyo.
Ella quería quedarse, pero la enfermera tenía razón ya era tarde como las 8 de la noche y estaba avisando a todos los visitantes que era hora de retirarse.
Mientras tanto Hannia, ésta intentaba una y otra vez hechizos de curación pero con el mismo resultado NADA.
- ¿Podría ver al paciente una última vez? - preguntó con una cara de suplica Tomoyo.
- Esta bien, pero luego debe marcharse - dijo la enfermera al no podérselo negar con la cara que Tomoyo hacia, después se retiro.
Tomoyo fue hacia la habitación, encontrándose afuera al guardaespaldas de ojos azules. Toco y entro a la habitación. Ahí encontró a una agotada Hannia, supuso que era por los hechizos realizados y a Fiang ayudándola a sentarse de nuevo. Hannia la observo al igual que Fiang.
- Lo lamento pero dicen las enfermeras que es hora de que nos retiremos - dijo apenada Tomoyo.
Hannia bajo la mirada con un gran pesar y notorio cansancio.
- No, no me alejare de él. Su nivel mágico esta bajando demasiado rápido, si sigue así morirá... esta misma noche - dijo hablando muy bajo, mientras unas rebeldes lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Simplemente no lo podía evitar.
Hannia se levanto y puso las manos sobre el cuerpo de Shaoran un cálido brillo se pudo observar, entro en el cuerpo del chico, pero nada paso. El corazón de Li, cada vez latía más débil, sólo faltaban horas.
Bajo las manos muy cansada. Oyó algunos toques en la habitación, seguramente era para llamarlos y que salieran por que le harían más pruebas.
- No, no quiero que me alejen de él - dijo Hannia.
Fiang y Tomoyo la observaban con gran pesar, no quería dejarlo sólo. Lo intentaría hasta que lo lograra, no lo dejaría solo, se lo prometió a Ieran Li, a su amiga Mei Ling no les fallaría. Además ella lo amaba, no lo dejaría ir tan fácilmente.
En ese instante un viento se sintió en toda la habitación, pero era uno suave. Todos se voltearon a ver en busca de la persona que lo ocasionaba, pero todos tenían cara de no entender nada. Fiang abrió grandes los ojos, reconoció el poder.
Y se puso en la puerta para no dejar pasar al que ya hacia rato tocaba la puerta y cada vez hablaba más fuerte y hablaba casi gritando.
- Fiang ¿Qué pasa? - pregunto Hannia.
Pero cuando Fiang iba a contestar, otra vez se sintió el viento, esta vez era más fuerte. Tanto que comenzaron a moverse todo lo que en la habitación había.
- ¿Qué esta pasando? - preguntó Tomoyo, que sólo sentía el aire que en un remolino rodeaba a Shaoran.
- Es un aura - aseguro Hannia, que volteó a ver a Fiang. Quien asintió confirmándolo.
El viento se hizo más fuerte y comenzó a aparecer un humo blanco, que casi nublo la vista de todos.
Hannia se levantó tratando de ir al lado de Shaoran, pero fue detenida por Fiang, quien sólo nego con la cabeza. Hannia sólo lo observó.
- Pero... - iba a protestar Hannia.
Pero el viento se intensifico aún más y el aura cubrió toda la habitación. En un remolino alrededor de Shaoran. Todos observaban incrédulo a lo que veían.
Un poco del humo blanco se poso sobre el cuerpo de Shaoran tomando una figura humana, mientras el viento se hizo aún más fuerte y el humo más espeso. Las personas que observaban apenas podían ver lo que pasaba, el fuerte viento lastimaba sus ojos, pero trataban de ver lo que sucedía y de un momento a otro simplemente no se podían mover, Fiang lo noto e intentó hacer sin ningún resultado, pero sabía que lo que pasaba no era malo.
La figura era algo difusa pero parecía de una mujer que flotaba sobre Shaoran unos delgados brazos de humo se aproximaron a Shaoran.
- ¿Qué es eso? - dijo Hannia, pero casi no se escucho por el viento.
La figura no prestaba atención a los que estaba alrededor. Poso sus manos en el rostro de Shaoran con suma dulzura, algo que parecían largos cabellos rozaban la almohada del Shaoran. Los ojos de la figura lo vieron con gran dulzura. Los demás trataban de ver, lo poco que veían los dejo atónitos.
Luego los brazos de la figura tomaron las manos del chico y las levantaron un poco.
- ¡NO! - grito Hannia.
Un enorme brillo cubrió toda la habitación.
Después de unos momentos el silencio reino en el lugar.
Tomoyo abrió los ojos poco a poco, y se percató de que ya no se sentía el viento. Toda la habitación estaba desordenada, luego vio a los demás que notaron que ahora se podían mover. Pero noto el semblante y cara de Hannia, sus ojos estaban llenos de lágrimas y veían fijamente en dirección a la cama de Shaoran. Tomoyo y los demás también vieron, su rostro se lleno de asombro. Un sonido se escuchaba del aparato que registraba los latidos del corazón de Shaoran, había dejado de funcionar.
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No, no se dejaría vencer, tendría fe y esperanza. Después de todo es lo que nos ayuda. Debía hacer caso a lo que su madre le decía. Y como anteriormente decía ella, pase lo que pase todo saldrá bien. No importaba que Shaoran estuviese con otra mujer, mientras se encuentre bien. A pesar de todo lo que pase, sólo sabía algo, ella lo amaba, lo amaba con todo su ser y tendría esperanzas, por él, por su familia, por ella y por todos los que dependían de ella.
Sin notarlo siquiera sonrió y sonrió abiertamente. Sus manos se volvieron a elevar y con todo su corazón pidió que su deseo se cumpliera. Lo deseo, lo deseo tanto, una cálida sensación la invadió, lo sentía, lo sentía dentro de sí, sentía la esperanza, la fe. Hizo que toda su aura se levantará, que todo su ser vibrara en torno a la esperanza.
A sus pies su símbolo brillo con más fuerza, todos los habitantes de aquel misterioso lugar lo sintieron, y sonrieron a la vez. Nadeshico y los otros hombres también lo sintieron y sonreían.
Cerró fuertemente los ojos, tan sólo deseando y en lugar de encontrarse con oscuridad al cerrarlos, vio una luz que se aproximaba, se sentía bien esa luz, en su mente se dirigió hacia la luz. Su aura se elevaba aún más sin que ella lo notará se sentía feliz de sentirse bien, de sentir esperanza. Toco la luz y sus ojos se iluminaron al notar que la luz fue tomando forma y ahora una mano de luz le tomaba la mano mientras ella sonreía.
La figura se tornó humana y ella sonrío aún más al reconocerlo. Ahí estaba saliendo de la luz. Veía sus hermosos ojos marrones y su cabello revuelto, mientras le sonreía tiernamente a ella, se sintió más feliz la sonrisa de Shaoran era para ella. Cada vez se acercaban más uno al otro. Se tomaron de ambas manos, se sonreían y en sus ojos una gran alegría de que él estuviera bien.
Un sin fin de emociones la invadió.
Luego con mucho miedo sintió que se alejaba, abrió mucho los ojos al ver la figura de Shaoran desaparecer.
Se sintió muy mal un terrible frío la invadió.
Abrió los ojos volviendo a la realidad, estaba sentada con la vista hacia el cielo viendo la aurora boreal.
- Un sueño, es sólo un hermoso sueño se dijo a sí misma - las lágrimas regresaron cubriendo su rostro.
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N. de la A.:
Undine: Hola, qué tal? No te preocupes no sufrirá tanto, (bueno, tal vez un poquitín ^-^) pero será más interesante no crees?.
Celina Sosa: En los siguientes capitulos se irá aclarando todo, todo. No te pierdas el siguiente creo que te gustará ^-^, sobre todo la última parte.
Ishtary: ^-^ Muchas gracias has resuelto una enoorme duda que tenía sobre meter más sobre sus pensamientos, y sí prontito lo que pides.
Sakyra Wen: ¡Hola! Estaré pendiente de tu fic, mira que dejarnos esperando, no es cierto. Ahora que escribo comprendo que en ocasiones no es tan fácil. Gracias por escribir hasta pronto.
Todo por ahora. Hasta luego. Cualquier duda, aclaración, etc. saben donde encontrarme. Siempre me gusta recibir sus comentarios ^-^
Hasta prontito.
Hola. Gusto en saludarlos de nuevo. Aquí esta el siguiente capitulo, como siempre espero que les guste.
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Después de entrar el portal se comenzó a cerrar.
- ¡No! - grito Zeshin y se dirigió lo más rápido que pudo al portal, pero antes de que llegara el portal desapareció.
- No, no, se fue - estaba furioso.
Una risa muy fuerte se escucho.
- Ves hermanito, no puedes cambiar el destino. Es inevitable - dijo la voz después de reír un rato.
Una sombra apareció frente a él.
- Tenemos 6 de los siete elementos, sólo falta uno y tu jugando con ellos. Además uno te logro hacer daño, necesitas entrenar - se escuchaban sus carcajadas burlonas - Sabes que todo tiene un tiempo, y el suyo no es ahora - habló más serio.
Zeshin volteo a ver el cuerpo inerte de Shaoran tirado.
- Él también tiene un destino que cumplir - dijo la sombra y se acerco a Shaoran - por lo menos no lo mataste.
- No, pero en menos de 24 horas morirá, y nadie lo podrá evitar - sonrió para sí mismo - el destino sí puede ser cambiado, levantó su báculo y la flecha negra volvió a ser esfera y regreso a su lugar en el báculo.
- Haz lo que quieras, pero ahora "ÉL" nos ha llamado, debemos ir - dijo la sombra.
- Esta bien, vamos.
Ambos desaparecieron, dejando sólo un charco de sangre, que en cuanto Zeshin despareció se evaporo.
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Tomoyo se encontraba muy desesperada, pensó que se había perdido en aquel espeso bosque, hasta donde siguió el auto de Li. Apenas podía caminar. Entonces vio un lugar a lo lejos donde parecía no haber árboles, rápidamente se dirigió ahí. Lo que se encontró la horrorizo.
- ¿Li? - grito y se acerco al cuerpo de su ex compañero de primaria. Estaba cubierto de sangre y una herida enorme en su pecho, se alegro de sentir su pulso.
Sin pensarlo, saco su celular y marco a sus guardaespaldas y a una ambulancia.
En menos de 5 minutos y como pudieron llegaron al lugar, se llevaron a Shaoran al hospital más cercano.
Mientras tanto Tomoyo se movía rápido. Mando a sus guardaespaldas a buscar a los acompañantes de Li, su familia debía estar enterada de lo que paso.
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En algún lugar...
Era una especie de colina, con hermosos y frondosos árboles, que daban frutos de formas muy raras y colores variados. El cielo era totalmente azul, el pasto era de un verde hermoso. A lo lejos se veían muchas flores, parecía que las plantaban en ese lugar, eran hermosas y el ambiente desprendía un olor muy agradable, había una sensación de bienestar, muy cálido. Del otro lado un poco más cerca se veía una especie de Palacio blanco, y a su alrededor había muchas casitas. El sitio era como el de un cuento de hadas.
En un lugar parecido a un pastizal y bajo la sombra de un árbol Sakura abría sus ojos lentamente, encontrándose de frente a sus guardines que la veían preocupados.
- Sakurita, ¿estas bien? nos habían preocupado, tardaron mucho - dijo Kero.
- ¿Estas bien? - pregunto serio Yue.
- Si lo estoy ¿y Fuu? - dijo y luego buscó a Fuu.
Kero tenía una gota en la cabeza.
- Estas sobre él - dijo Kero.
- ¿Eh? - vio hacia abajo y efectivamente estaba sobre el pobre chico.
- Fuu ¿estas bien? - pregunto la chica de ojos verdes.
- Si - dijo levantándose.
- Yo lamento no haberte obedecido - dijo Fuu con mucha pena en su voz y bajando la mirada.
Entonces Sakura recordó todo y sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero no tuvo tiempo de hacer más, y que frente a ella caía inconsciente Fuu. Yue se apresuró a no dejarlo caer, Kero puso su lomo y lo deposito ahí.
- Vamos, allá podrá descansar, vamos Sakura - dijo Yue
Sakura asintió y se abrazo de Yue, mientras éste levantaba el vuelo. Estaba muy cansada como para volar.
- Sí - contesto Kero y comenzó a volar junto a ellos
Sakura iba con los ojos llenos de lágrimas pero prefirió no llorar.
- Sakura ¿pasa algo? - preguntó Yue, que había visto la conducta tan rara de su ama.
- Yue... - dijo Sakura.
- Estarás bien - dijo Yue mientras aterrizaba cerca de la enorme puerta del palacio.
Era un palacio impresionante, era totalmente blanco, con algunos bordes plateados, era totalmente liso por fuera y una que otra piedra en forma de diamante la adornaban. Del centro caían graciosamente unas enredaderas llenas de flores blancas y rosas rosadas. La puerta era custodiada por dos enormes leones muy parecidos a Kero, pero tenían 4 alas y eran de cristal Era un lugar precioso.
Las hermosas puertas se abrieron. Inmediatamente después Sakura esta abrazada a una mujer con lágrimas en sus ojos, otras personas más veían al grupo recién llegado.
- Sakura ¿qué pasa? - la voz melodiosa de una mujer hablo.
Sakura simplemente se hundía más en su pecho y decía en un susurro.
- Mamá...
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Era temprano, en la mañana. Una día más para toda la población de Tokio, la rutina de siempre, responsabilidades, problemas que solucionar, preocupaciones sin sentido alguno (en la mayor parte de los casos), en fin, un sin número de cosas.
Por las ventanas de una habitación se colaban estelas de la luz del sol, iluminando un poco aquel lugar. Ese lugar que muchas personas nunca desearían visitar y uno de los objetivos de infinidad de consejos y cuidados quieren evitar. Era una habitación de hospital, por muy buen decorada y arreglada que este, siempre será deprimente, sobre todo si alguna persona lo ocupa.
Era una habitación blanca, tenía un ambiente frío a pesar de que hay calefacción. Un sonido inunda el ambiente, un sonido que es intermitente, que anuncian que un corazón late, que la persona que lo posee vive... aún.
Una persona en una cama cubierta por sabanas blancas, se encuentra respirando con dificultad, su rostro es sereno y parece que duerme.
Aquella tranquilidad acaba cuando un hombre vestido de blanco entra a la habitación seguido de una enfermera con sus clásicas vestiduras blancas. Era un médico reconocido en Tokio, tenía mucha experiencia, era el actual director del hospital, pero le gustaba atender a los pacientes, siempre es muy alentador saber que ayudas a las personas a seguir viviendo.
Este caso en particular le había llamado la atención, no era común. Ahora el paciente parecía dormir, pero a medida que avanzaba el tiempo se iban debilitando, sus signos vitales comenzaban a ser cada vez más débiles y no encontraba la razón de tal condición. Durante la noche se hicieron toda clase de estudios al cuerpo y simplemente no se lo explicaban. El cuerpo había sido atravesado con algo que no pudieron identificar. Pero a pesar de que cuando lo encontraron estaba bañado en sangre, después ninguna gota de sangre salía de la herida, parecía como si por sí misma se estuviese curando poco a poco, todos los órganos que habían sido afectados estaban sanando. Y lo peor de todo es que la vida del chico se extinguía. ¿Qué era lo que le pasaba a ese chico? La enfermera sólo lo observaba con profundo pesar, siendo un chico tan apuesto y los pronósticos no eran buenos.
Con mucho cuidado retiró los vendajes del pecho del chico, lo que veía no lo creía. La herida iba sanando poco a poco sin dejar siquiera cicatriz, y cuando revisaba los latidos del corazón éstos simplemente cada vez eran más esporádicos. Ya no sabían que hacer, simplemente estaba muriendo como si algo lo estuviera consumiendo.
Pero el médico no se daría por vencido tan fácilmente aún tenia pruebas que hacer y tal vez en ellas podía encontrar algo que lo pudiese ayudar. Ya había llamado a muchos de sus colegas para que lo ayudaran y pudieran hacer algo por el chico. Sobre todo sabiendo que si el chico continuaba así era probable que no sobreviviera para el siguiente día.
Mientras el doctor revisaba al chico, afuera una persona no sabía ni que pensar.
Tomoyo estaba ya muy cansada, toda la noche se la paso comunicándose con sus guardaespaldas que finalmente localizaron a los acompañantes de Li. Rikyu se había marchado a China para informar detalles a la familia, mientras Fiang se encargaba de algunos trámites del hospital.
Estaba pensado en todo ese enredo, pero simplemente no encontraba una lógica a todo eso. Su mejor amiga, que primero tenía una apariencia y luego otra, se fue despidiéndose como si jamás fuese a regresar, Li casi muerto en la habitación del hospital, cuando lo encontró pensó que estaba muerto, pero al ver a su alrededor no encontró a nadie y ella estaba segura de que Sakura se encontraba ahí.
Dio un enorme suspiro, se puso las manos en la cara y froto un poco su cara, como si quisiera despertar de una horrible pesadilla.
Después vio una taza humeante.
- Señorita, por favor tome este té le servirá - dijo una voz de un joven enfrente suyo.
Tomoyo tomo la taza dirigió su mirada al chico y sonrió levemente agradeciéndole.
- Gracias... lo lamento no recuerdo su nombre.
- Fiang Goiru, para servirle - dijo amablemente y después se sentó a su lado.
- Gracias señor Goiru.
- Puede llamarme tan sólo Fiang.
Tomoyo sólo sonrió para afirmar.
- No cree que debería descansar, ya es tarde y no ha parado en toda la noche - dijo Fiang.
- Estoy bien, me iré cuando sepa que el joven Li se encuentra bien - dijo mientras veía la humeante taza de té. Y recordando que la última vez que se fue para descansar, ya no encontró a nadie.
- En verdad le agradecemos lo que ha hecho por el señor Li, gracias a usted nos enteramos de todo - dijo el chico. Lo cierto era que se sentía un inútil en esos momentos.
- No tiene porque agradecerlo, después de también es mi amigo - dijo muy bajito. No iba a perder a otro amigo, era cierto que tenía ya bastante tiempo que no lo veía, pero aún era su amigo.
El tiempo parecía pasar rápidamente. Nada, absolutamente nada, los médicos que estaban ayudando al director del hospital simplemente no sabían que pasaba.
Eran aproximadamente las o 3 de la tarde, a pesar de que afuera el clima era cálido, en los largos y angostos pasillos del hospital sólo se siente frío y soledad. Tomoyo sigue sentada en la sala de espera, había visto el rostro de Shaoran y éste aparenta sólo dormir, los médicos no dan esperanza aunque siguen tratando.
Fiang se encontraba su lado, también con un rostro muy preocupado. Hablaron unos momentos sobre la condición del chico, ambos estaban muy preocupados. Fiang por su parte había estado practicado algunos hechizos de curación sin que nadie lo supiera, pero no funcionaban.
Fiang sabía que si seguía así moriría pronto, pero no quiso decírselo a Tomoyo. Estaba con las manos en la cara y sus codos recargados en sus piernas. De pronto levanto la cabeza y rápidamente se levanto mientras observaba fijamente un pasillo. Tomoyo se sorprendió un poco por la conducta del joven Fiang, noto que éste miraba al pasillo y también miro con curiosidad. Segundos después entraba una joven de lacia cabellera negra y profundos ojos negros, vestida de manera muy elegante y seguida de un joven con cabello y ojos azules, también muy bien vestido.
La mujer recorrió el lugar con la vista y cuando se topo con la de Fiang se dirigió con un gran porte hacia él, siempre seguida del joven de ojos azules.
- ¡Señorita Hannia! - después de mucho tiempo de conocerla y ser muy amigos, Fiang la llamaba por su nombre.
- Fiang, ¿Qué paso? ¿Cómo está? - en sus ojos se notaba su preocupación.
- Ahora se encuentran revisándolo de nuevo, y haciéndole pruebas - dijo Fiang sin querer mirarle a los ojos siquiera. Su misión era ayudar al Jefe del Clan y simplemente había fallado.
Hannia tenía la mirada más triste.
Tomoyo simplemente los observaba, se había admirado de la presencia de tal mujer. Se preguntaba quién era.
De reojo Fiang noto la mirada de Tomoyo.
- Ella, ella es la señorita Tomoyo Daidouji, una amiga de la señorita Sakura - dijo Fiang.
Tomoyo se levanto de su lugar y se paro frente a Hannia, viendo los ojos de ésta y antes de que Fiang se la presentara, sabía quien era, sus ojos lo decían todo.
- Señorita Daidouji, ella es Hannia Tabura, la prometida del señor Li, él es su guardaespaldas Akihiro Baiko- dijo finalmente Fiang.
Tomoyo simplemente confirmo sus sospechas y le ofreció la mano a Hannia. Hannia también la observaba, pero ahora era otra persona la que ocupaba su mente. Se estrecharon las manos, pero Hannia noto cierta mirada de apoyo de la joven Daidouji.
- No quiero ser grosera, pero me gustaría ver a Shaoran y hablar con el doctor - dijo Hannia.
- No hay problema - dijo Tomoyo.
Fiang llevó a Hannia y compañía a buscar al médico.
Tomoyo se quedo sentada y pensando. Acaso Sakura la había conocido en China. Conocía los sentimientos de su amiga, que a pesar del tiempo aún lo recordaba, esperaba y más importante, realmente lo amaba. No se explicaba como a pesar del tiempo y la distancia, su amiga guardaba ese hermoso sentimiento en su corazón. Después de que Sakura le dijo que Shaoran entrenaría y no se podría comunicar.
Sabía lo que ella sentía por él, lo sabía por que ella se lo dijo muchas veces, por que lloraba en ocasiones su soledad, por que rogaba que regresara y por que en sus ojos se notaba ese amor cuando pasaba horas viendo la foto del chico. Aunque lo ocultaba detrás de una sonrisa, siendo su amiga, lo sabía. No quería ni pensar en como se sintió Sakura al saber que Li estaba comprometido. Pero ¿Se habría ido al saber lo de Shaoran? ¿Por qué la atacaba esa persona que le contó Li? ¿Qué tenía que ver Fuu? ¿Por qué Sakura ocultaba lo que pasaba? y lo más importante ¿Dónde se encontraba Sakura? ¿Sabría lo que pasaba con él? Tantas preguntas y ninguna respuesta.
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Una enorme habitación, toda de blanco. Había pocos muebles pero todos muy hermosos con decoraciones en plateado y dorado. Había un balcón por el que se podía ver un hermoso paisaje verde de árboles y de diferentes colores más lejos, colores de flores de todo tipo, el cielo parecía estar en un tono rojo, como recibiendo el anochecer. En la habitación se percibían un agradable aroma a cerezos.
Pero tan precioso paisaje era entorpecido por pequeños sollozos provenientes de la cama. Una chica de cabellera castaña lloraba inconsolable.
- Mamá - decía entre sollozos.
- Hija cálmate por favor - decía una mujer con voz muy suave y tono maternal.
Era una mujer muy hermosa de ojos profundos y cabellera gris larga y ondulada, vestida con un sencillo vestido blanco sentada en la cama y acariciando la cabeza de su hija. Que se encontraba a su lado.
El hermoso reencuentro de Sakura con ella y las otras personas, se vio triste cuando la chica se puso a llorar en brazos de su madre, mientras Fuu fue llevado para descansar al igual que los guardianes. Sakura fue llevada por su madre a la que sería su habitación. Donde había permanecido todo el día llorando.
- Él, él morirá madre - decía Sakura.
- Y yo no hice nada para evitarlo, por mi culpa él morirá... - decía mientras lágrimas no dejaban de recorrer su rostro.
- Si yo no hubiera ido a buscarlo, esto jamás habría pasado, fue mi culpa, mi culpa - decía sin cesar.
Sentía que en realidad lo era, tal vez él estuviera bien si ella hubiera resuelto sola el problema.
- No lo sabías hija - dijo muy dulcemente - no tienes la culpa.
- Sólo le ocasione la muerte - realmente no escuchaba a su madre. Sólo se culpaba, quería morir ella.
- Hija, sólo ten fe y esperanza - decía una y otra vez su madre con una voz muy dulce.
Sin saber cuando Sakura se quedo dormida, se había cansado y había caído en un ligero sueño.
Nadeshico salió de la habitación despacio. Afuera se encontró con dos hombres con una cara de profunda preocupación.
- ¿Se encuentra bien? - preguntó uno de ellos.
- Sí, su cuerpo esta bien, pero se culpa de lo que le paso al joven Li - dijo algo triste.
- Si tan sólo ese sujeto se encontrara aquí, seguramente lo podríamos curar, allá en unas horas morirá - se lamentó y sentenció el otro sujeto.
Nadeshico y el otro hombre simplemente le dieron la razón y se retiraron de la habitación.
Sakura despertó por las voces de afuera, pero no siguió llorando, sabía que si la escuchaban se preocuparían más. Se levantó lentamente y se dirigió hacia el balcón, se paro ahí, luego observo al cielo, estaba oscureciendo. Extrañamente en él se veía una hermosa aurora boreal en toda su plenitud. Sus ojos estaba rojos de tanto llorar, pero las lágrimas comenzaron a llenar su cara nuevamente.
Sentía las lágrimas salir de lo más profundo de su corazón. Recordó las palabras que escucho de su madre, tener fe y esperanza, eso era lo que quería, quería tenerlos y quería que Shaoran se encontrara bien. En un movimiento lleno de dolor, como suplicando al cielo y queriendo que su deseo se vuelva realidad levantó sus manos al cielo. Cerró sus ojos y con enorme fuerza deseo, deseo que Shaoran Li estuviera bien y que estuviera con ella.
Sin que ella misma lo notara en sus pies apareció su símbolo y un aura cálida se sintió, un humo rozado la comenzó a rodearla y su cuerpo brillaba.
Pero qué estaba pensando era imposible salvarlo o tenerlo a su lado. Como se atrevía a pedirlo a su lado si su corazón pertenecía a otra.
El símbolo desapareció junto con el aura y el humo.
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- Señorita, se acabo la hora de visita, se debe retirar - dijo una mujer vestida de blanco a Tomoyo.
Ella quería quedarse, pero la enfermera tenía razón ya era tarde como las 8 de la noche y estaba avisando a todos los visitantes que era hora de retirarse.
Mientras tanto Hannia, ésta intentaba una y otra vez hechizos de curación pero con el mismo resultado NADA.
- ¿Podría ver al paciente una última vez? - preguntó con una cara de suplica Tomoyo.
- Esta bien, pero luego debe marcharse - dijo la enfermera al no podérselo negar con la cara que Tomoyo hacia, después se retiro.
Tomoyo fue hacia la habitación, encontrándose afuera al guardaespaldas de ojos azules. Toco y entro a la habitación. Ahí encontró a una agotada Hannia, supuso que era por los hechizos realizados y a Fiang ayudándola a sentarse de nuevo. Hannia la observo al igual que Fiang.
- Lo lamento pero dicen las enfermeras que es hora de que nos retiremos - dijo apenada Tomoyo.
Hannia bajo la mirada con un gran pesar y notorio cansancio.
- No, no me alejare de él. Su nivel mágico esta bajando demasiado rápido, si sigue así morirá... esta misma noche - dijo hablando muy bajo, mientras unas rebeldes lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. Simplemente no lo podía evitar.
Hannia se levanto y puso las manos sobre el cuerpo de Shaoran un cálido brillo se pudo observar, entro en el cuerpo del chico, pero nada paso. El corazón de Li, cada vez latía más débil, sólo faltaban horas.
Bajo las manos muy cansada. Oyó algunos toques en la habitación, seguramente era para llamarlos y que salieran por que le harían más pruebas.
- No, no quiero que me alejen de él - dijo Hannia.
Fiang y Tomoyo la observaban con gran pesar, no quería dejarlo sólo. Lo intentaría hasta que lo lograra, no lo dejaría solo, se lo prometió a Ieran Li, a su amiga Mei Ling no les fallaría. Además ella lo amaba, no lo dejaría ir tan fácilmente.
En ese instante un viento se sintió en toda la habitación, pero era uno suave. Todos se voltearon a ver en busca de la persona que lo ocasionaba, pero todos tenían cara de no entender nada. Fiang abrió grandes los ojos, reconoció el poder.
Y se puso en la puerta para no dejar pasar al que ya hacia rato tocaba la puerta y cada vez hablaba más fuerte y hablaba casi gritando.
- Fiang ¿Qué pasa? - pregunto Hannia.
Pero cuando Fiang iba a contestar, otra vez se sintió el viento, esta vez era más fuerte. Tanto que comenzaron a moverse todo lo que en la habitación había.
- ¿Qué esta pasando? - preguntó Tomoyo, que sólo sentía el aire que en un remolino rodeaba a Shaoran.
- Es un aura - aseguro Hannia, que volteó a ver a Fiang. Quien asintió confirmándolo.
El viento se hizo más fuerte y comenzó a aparecer un humo blanco, que casi nublo la vista de todos.
Hannia se levantó tratando de ir al lado de Shaoran, pero fue detenida por Fiang, quien sólo nego con la cabeza. Hannia sólo lo observó.
- Pero... - iba a protestar Hannia.
Pero el viento se intensifico aún más y el aura cubrió toda la habitación. En un remolino alrededor de Shaoran. Todos observaban incrédulo a lo que veían.
Un poco del humo blanco se poso sobre el cuerpo de Shaoran tomando una figura humana, mientras el viento se hizo aún más fuerte y el humo más espeso. Las personas que observaban apenas podían ver lo que pasaba, el fuerte viento lastimaba sus ojos, pero trataban de ver lo que sucedía y de un momento a otro simplemente no se podían mover, Fiang lo noto e intentó hacer sin ningún resultado, pero sabía que lo que pasaba no era malo.
La figura era algo difusa pero parecía de una mujer que flotaba sobre Shaoran unos delgados brazos de humo se aproximaron a Shaoran.
- ¿Qué es eso? - dijo Hannia, pero casi no se escucho por el viento.
La figura no prestaba atención a los que estaba alrededor. Poso sus manos en el rostro de Shaoran con suma dulzura, algo que parecían largos cabellos rozaban la almohada del Shaoran. Los ojos de la figura lo vieron con gran dulzura. Los demás trataban de ver, lo poco que veían los dejo atónitos.
Luego los brazos de la figura tomaron las manos del chico y las levantaron un poco.
- ¡NO! - grito Hannia.
Un enorme brillo cubrió toda la habitación.
Después de unos momentos el silencio reino en el lugar.
Tomoyo abrió los ojos poco a poco, y se percató de que ya no se sentía el viento. Toda la habitación estaba desordenada, luego vio a los demás que notaron que ahora se podían mover. Pero noto el semblante y cara de Hannia, sus ojos estaban llenos de lágrimas y veían fijamente en dirección a la cama de Shaoran. Tomoyo y los demás también vieron, su rostro se lleno de asombro. Un sonido se escuchaba del aparato que registraba los latidos del corazón de Shaoran, había dejado de funcionar.
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No, no se dejaría vencer, tendría fe y esperanza. Después de todo es lo que nos ayuda. Debía hacer caso a lo que su madre le decía. Y como anteriormente decía ella, pase lo que pase todo saldrá bien. No importaba que Shaoran estuviese con otra mujer, mientras se encuentre bien. A pesar de todo lo que pase, sólo sabía algo, ella lo amaba, lo amaba con todo su ser y tendría esperanzas, por él, por su familia, por ella y por todos los que dependían de ella.
Sin notarlo siquiera sonrió y sonrió abiertamente. Sus manos se volvieron a elevar y con todo su corazón pidió que su deseo se cumpliera. Lo deseo, lo deseo tanto, una cálida sensación la invadió, lo sentía, lo sentía dentro de sí, sentía la esperanza, la fe. Hizo que toda su aura se levantará, que todo su ser vibrara en torno a la esperanza.
A sus pies su símbolo brillo con más fuerza, todos los habitantes de aquel misterioso lugar lo sintieron, y sonrieron a la vez. Nadeshico y los otros hombres también lo sintieron y sonreían.
Cerró fuertemente los ojos, tan sólo deseando y en lugar de encontrarse con oscuridad al cerrarlos, vio una luz que se aproximaba, se sentía bien esa luz, en su mente se dirigió hacia la luz. Su aura se elevaba aún más sin que ella lo notará se sentía feliz de sentirse bien, de sentir esperanza. Toco la luz y sus ojos se iluminaron al notar que la luz fue tomando forma y ahora una mano de luz le tomaba la mano mientras ella sonreía.
La figura se tornó humana y ella sonrío aún más al reconocerlo. Ahí estaba saliendo de la luz. Veía sus hermosos ojos marrones y su cabello revuelto, mientras le sonreía tiernamente a ella, se sintió más feliz la sonrisa de Shaoran era para ella. Cada vez se acercaban más uno al otro. Se tomaron de ambas manos, se sonreían y en sus ojos una gran alegría de que él estuviera bien.
Un sin fin de emociones la invadió.
Luego con mucho miedo sintió que se alejaba, abrió mucho los ojos al ver la figura de Shaoran desaparecer.
Se sintió muy mal un terrible frío la invadió.
Abrió los ojos volviendo a la realidad, estaba sentada con la vista hacia el cielo viendo la aurora boreal.
- Un sueño, es sólo un hermoso sueño se dijo a sí misma - las lágrimas regresaron cubriendo su rostro.
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N. de la A.:
Undine: Hola, qué tal? No te preocupes no sufrirá tanto, (bueno, tal vez un poquitín ^-^) pero será más interesante no crees?.
Celina Sosa: En los siguientes capitulos se irá aclarando todo, todo. No te pierdas el siguiente creo que te gustará ^-^, sobre todo la última parte.
Ishtary: ^-^ Muchas gracias has resuelto una enoorme duda que tenía sobre meter más sobre sus pensamientos, y sí prontito lo que pides.
Sakyra Wen: ¡Hola! Estaré pendiente de tu fic, mira que dejarnos esperando, no es cierto. Ahora que escribo comprendo que en ocasiones no es tan fácil. Gracias por escribir hasta pronto.
Todo por ahora. Hasta luego. Cualquier duda, aclaración, etc. saben donde encontrarme. Siempre me gusta recibir sus comentarios ^-^
Hasta prontito.
