Capitulo. 14
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Los párpados eran pesados, muy pesados. Poco a poco y con dificultad los abrió. ¿Qué paso? ¿Dónde estaba? ¿Cuénto tiempo había pasado? Por ahora no recordaba mucho de lo que paso, sólo sentía su cuerpo pesado y algo difícil de mover.
La visión era borrosa no reconocía el lugar donde se encontraba, pero estaba seguro que no era su habitación, ni algún lugar en donde hubiese estado antes. Sentía un dulce aroma inundar el ambiente.
Poco a poco pudo ver claramente lo que le rodeaba. Una cama muy cómoda, con sabanas en un color claro, a su alrededor caían delicado tul color blanco. Parecía una habitación muy limpia y con pocos muebles. Hacía esfuerzos tratando de recordar donde estaba, sólo recordaba hasta que la flecha atravesó su cuerpo. Y vio como Fuu se llevaba a Sakura, después de eso nada.
Entonces venciendo esa pesadez se levanto, se preguntaba sobre lo que había pasado con aquel sujeto, con Sakura. Se tomo la cabeza, sentía que todo daba vueltas, pero poco a poco se sintió mejor.
Vio de nuevo a su alrededor, era una habitación muy clara y por el balcón se veía una mañana hermosa, una alfombra verde cubría el suelo con algunas flores adornándolo, más lejos había una colina lleno de precioso árboles verdes, y se alcanzaban a escuchar algunos pajarillos cantando.
Se sintió muy bien de estar en ese lugar. Aunque en realidad no tenía idea de dónde se encontraba. Se miro a sí mismo estaba vestido como estaba cuando fue atacado con un pantalón de vestir negro y una camisa blanca, pero no, no traía una camisa blanca o si?. Luego recordo la herida y se fijo donde su herida debiera estar, encontrándose tan solo con una pequeña cicatriz en forma de X. Aquello era raro ¿acaso había soñado todo? ¿eso era un sueño? ¿Habría muerto? Pero ese no era el paraíso, o sí? Seguía tratando de recordar pero algo lo interrumpió.
- Así que es cierto, ya despertaste - Escucho decir a su espalda, extrañamente la voz le parecía familiar y al darse vuelta observo a quien le hablaba.
- Mocoso -
O_O? las sospechas de Shaoran se confirmaron.
Al frente estaba un chico muy alto de aproximadamente 25 años de cabello negro una mirada negra e indiferente, además de que su ceño estaba levemente fruncido. Vestido de un color crema.
La cara de Shaoran pasó a una de confusión. ¿Qué hacia ese sujeto ahí?
Y cómo si el joven Kinomoto leyera sus pensamientos dijo.
- Sígueme, tus dudas serán resueltas - dijo y salió de la habitación.
Quererlo o no, rápidamente se fue tras él y mientras caminaba tras Kinomoto veía a su alrededor, simplemente hermoso, era un lugar amplio todo en colores claros pero predominaba el blanco, hermosas flores adornaban el pasillo por donde lo llevaban, con estatuas y cuadros, que aunque no puedo apreciarlos bien eran de seres extraordinarios, como pegasos, unicornios, sirenas, etc. Después de un momento pudo sentir muchas presencias mágicas, de distintos niveles. Por las ventanas que había a lo largo de los pasillos, se apreciaba el mismo paisaje que desde el lugar donde se despertó.
Kinomoto entro por una enorme puerta abierta. Shaoran lo siguió y cuando entro al lugar se sorprendió de lo que vio se quedo parado muy sorprendido.
Era un salón amplio blanco, había ahí muchas personas que lo veían a él. Todas estaban vestidas con colores claros y con una sonrisa lo saludaron. Shaoran pudo notar que al parecer todas tenían poderes mágicos . No sabía que hacer, simplemente hizo un movimiento como contestación y observo a Kinomoto avanzar. Pero no solamente eran personas sino también había seres mágicos, a los que no observo detenidamente. Pero algo en ellos le llamo mucho la atención, todos parecían tener alas. Aquello era bastante extraño.
Se fue tras el hermano de Sakura, ahora no sabía que pensar, mientras sentía todas las miradas en él. Pero todos sólo sonreían. Vio que Kinomoto se detenía e iba a colocarse al lado de un hombre.
Ya viendo al frente de él estaba el antipático hermano de Sakura a su lado estaba un señor con una enorme sonrisa en los labios y tranquila mirada cubierta por unos anteojos, lo reconoció instantáneamente era el señor Fujitaka Kinomoto, que a pesar del tiempo no cambió mucho.
Tenía tomada de la mano a una hermosa mujer un poco más baja que el hombre que tenía los ojos grises y una dulce sonrisa, su cabello ondulado del mismo color, lo llevaba suelto, con un largo vestido blanco. No sabía quien era.
Pero después desvió su mirada a un lado de ella pues tenía tomada de la mano a una preciosa joven. Que reconoció como Sakura, quien tenía una enorme sonrisa en los labios. Sin poder evitarlo se sorprendió en verdad, no la había tenido la oportunidad de verla detenidamente, era casi de su altura. Su cabello castaño y ondulado era largo, dos mechones bajan adornándolo, su cara tenía rasgos finos. Sus brillantes ojos verdes lo observaban mientras sonreía dulcemente. Se encontraba vestida con un vestido rosa claro y largo, con hermosos bordados en la parte de su bien formado busto, pero que caía con gracia casi hasta llegar al piso, dejaba al descubierto sus hombros y espalda.
En una de sus muñecas traía el mismo brazalete y otras prendas que lució en su fiesta. Su cuello era adornado por una muy fina cadena plateada donde colgaba la estrella de siete picos con y el símbolo de las dos "s" entrelazadas. Shaoran se sorprendió un poco pero confirmo sus sospechas, en ese momento estaba seguro que ella era la chica que veía en sus sueños. Después sus ojos volvieron a ver su rostro, se veía realmente hermosa. Sus ojos verdes tenían un brillo muy especial, sus pestañas eran largas, su piel blanca y parecía muy tersa. Parecía estar mucho mejor que cuando estaba en su departamento eso lo tranquilizo, aunque no sabía porque.
- Nos alegra que se encuentre bien Joven Li - dijo amablemente Fujitaka, interrumpiendo los pensamientos del joven de ojos marron.
- Eh... - dijo Shaoran un "poco" desconcertado, se había quedado viendo a Sakura.
Algo que todos notaron, menos los interesados.
Todos sonreían ante la cara del pobre Shaoran, todo menos, cierto hermano mayor muy celoso por la mirada que tenía hacia su hermana.
- Sí, ahora me siento mejor. Supongo que se los debo a ustedes, en verdad se los agradesco - dijo recobrando su postura seria y educada a la vez que hacia una reverencia.
- Aunque aún no entiendo mucho - dijo observando a Sakura tomada de la mano de la mujer de cabello gris.
Sakura notó su semblante y se apresuro a decir.
- Shaoran te presento a mi madre, Nadeshico Kinomoto - dijo mientras veía a su madre sonreír.
O_O? Ahora Shaoran estaba que no lo creía, ¿qué? estaba jugando, su madre, SU madre. Se supone que ya había muerto años atrás. O sería que realmente él estaba muerto, tal vez murio, sí eso era, era la única explicación, si no porque todos ahí parecían tener alas. Seguramente todos habían muerto en la batalla.
La señora Kinomoto se acercó al joven le tomo las manos. Mientras Shaoran se tornaba de todos los colores del arco iris. Touya sólo frunció más el ceño. La señora Kinomoto le sonreía abiertamente.
- Te agradecemos por todo lo que has hecho por Sakura - dijo muy dulcemente.
Shaoran sólo asentía muy confundido y casi morado, se parecía más al niño de 10 años que al joven de 19 que era. Pero en tono muy bajo le pregunto.
- ¿Estamos muertos?
La señora Nadeshico sonrió aún más y volteo a ver a su hija que de igual manera reía.
- Me temo que no - dijo sonriendo y cuando se aparto de él, Shaoran escucho una voz.
- Es un gusto tener al jefe del Concilio de Hechiceros aquí -dijo en tono serio.
Fue cuando Shaoran miró a quien estaba al lado de Sakura. Era un hombre de aproximadamente 40 años, algunas canas se asomaban entre su castaño cabello. Tenía los ojos violetas muy tranquilos. Vestido de igual manera de blanco, con una sonrisa muy amigable.
- Él es Gakusha (en japonés es sabio), un guardián de este lugar - dijo Sakura.
El señor hizo una reverencia para saludar, misma que fue contestada por Shaoran que ahora lo veía más atentamente, algo en él le era familiar.
- Me podrían decir dónde estamos - dijo Shaoran recordando todo lo que había visto y sintiendo las presencias muy cerca de él.
- Estamos en Hikaru - dijo la señora Kinomoto, con su imborrable sonrisa.
Shaoran se quedo pensando unos momentos.
- Pensé que sólo era una leyenda - dijo serio.
- Los humanos también creen que la magia no existe, estando tan cerca de ella - dijo el señor Gakusha, mostrando una leve sonrisa.
- Será mejor que sepas todo - dijo el señor Fujitaka.
- Creo que será lo mejor que le expliques al joven Li- apoyo la señora Kinomoto con su rostro muy alegre y dirigiendo su mirada a su hija. Quien asintió con una sonrisa.
- Por favor acompañame - dijo Sakura y comenzo a caminar hacia el lugar por donde habían entrado.
Shaoran solo asintió y comenzó a caminar tras ella. Mientras de nuevo sentía las miradas de las personas que estaban en ese lugar. Todas parecían muy amables, pero incomodaban mucho al Jefe del Clan Li. Tenía mucha curiosidad sobre ellos.
- No confió en él - dijo toscamente Touya.
- Parece un buen muchacho, además ha ayudado mucho a la pequeña Sakura - dijo la señora Kinomoto.
Su marido asintió apoyandola.
- Y parece que se lleva bien con ella.
- Eso es lo que me preocupa - refunfuño Touya en voz baja.
- Es mejor organizar todo - sugirió Fijitaka, mientras todos asentían, sin dejar de mirar al jefe del Clan Li mientras se retiraba del lugar.
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Sakura lo guió por algunos pasillos llevándolo a un jardín muy grande adornado con hermosas flores de colores diversos, y un aroma suave que desprendían cubría el ambiente. Shaoran casi no creía lo que veía, era un lugar realmente hermoso, un ambiente de tranquilidad y bienestar se podía percibir. Los árboles susurraban con el viento, simplemente era un lugar hermoso.
Shaoran no recordaba haber sentido esa sensación desde hace ya mucho tiempo.
Sakura a caminar lentamente por el lugar.
- Lo lamento - dijo con una voz baja y sin verlo a la cara.
- ¿De qué hablas? - preguntó mientras comenzaba a caminar junto a ella.
- Lamento que hayas sufrido todo esto.
- No tienes porque.
- Te contaré lo que paso- comenzó a relatar Sakura -Después de que te fuiste y se fue Tomoyo, seguía con mi vida normal. Cuando me avisaste sobre el entrenamiento yo.. -corto bruscamente la explicación y luego continuó.
- Como te dije en China, algunos años después, a mi padre le ofrecieron un trabajo en Tokio, era una gran oportunidad para él, por eso ni Touya ni yo nos opusimos. Por nos mudamos a Tokio.
Shaoran estaba un poco sorprendido por la manera en que hablaba. Parecía un tanto melancolica recordando el pasado.
- No entiendo cómo, pero después de un tiempo algunos hechiceros me iban a retar, por la posesión de las cartas Sakura, cada vez eran más fuertes y tuve que enfrentarme a ellos. Gracias a los entrenamientos de Kero y Yue lograba derrotarlos, aún no entiendo cómo se enteraron de que yo era la dueña de las cartas, venían de todas partes y todos a retarme. Todos se acercaban a mí como personas normales, pero después comenzaban a lanzarme indirectas y empezaban a retarme y para evitar cualquier accidente las batallas se llevaban a cabo en el bosque donde estuvimos.
Shaoran permanecía escuchando a Sakura, mientras caminaba a su lado.
- En la escuela conocí a Zeshin, era un chico que me recordaba a ti, era algo frió y serio al principio, me pareció que era otro hechicero buscando las cartas, porque sentía un ligero poder mágico, pero no le tome importancia. Después y con el tiempo nos hicimos muy buenos amigos, me mostró que era una buena persona.
- Supongo que fue su plan en un principio, engañarme para después poder traicionarme - dijo tristemente.
Shaoran la seguía muy interesado en el relato, mientras Sakura tenía la mirada perdida en el espacio.
- En una tarde de invierno Zeshin me invitó para ir a pasear como lo hacíamos en ocasiones, supongo que entonces pensaba atacarme, pero Fuu llego.
-Él nos interrumpió cuando me iba con Zeshin. Decía cosas raras, sobre un lugar y los males que llegarían. Zeshin me insistió que no le hiciera caso, pero algo en mi me decía que debía ayudarlo, así que interrumpí mi compromiso con él y lo lleve a casa. Touya se enojo terriblemente cuando llegue con él - sonrió levemente recordando la cara de Touya.
- Fuu me contó sobre su origen, sobre el lugar de donde venía y me dijo que él conocía a mi madre y que lo habían enviado por mi familia, todo fue escuchado por Touya quien dijo que sería quien se fuera con él para verificar que fuese cierto.
- Además de que estaba preocupado por que en esos años no había visto al espíritu de nuestra madre. Insistió tanto que finalmente se fue con él, afortunadamente estábamos de vacaciones y le dijimos a mi padre que iría de vacaciones, por eso no sospecho. Por lo que sé, estuvo aquí se encontró con mi madre y ella le contó todo. Regreso después de un tiempo con Fuu.
- Fuu dice en que mi destino era llegar aquí - dijo mientras veía el cielo, que en ese momento era adornado con una hermosa aurora boreal. Parecía que siempre estaba ahí.
- Pero ¿Por qué están aquí? - preguntó Shaoran, parando al lado de ella y viendo también el cielo.
- Según sé, nuestra familia tiene que cumplir una misión.
- ¿Misión?
- Así es - dijo mientras daba media vuelta y regresaba caminando lentamente.
Shaoran se desconcertó un poco y camino junto a ella.
- ¿Qué clase de misión? - preguntó tratando de ver a los ojos a Sakura.
- Hace 16 años mi madre llego aquí, tuvo que dejarnos para que todo fuera cumplido, para que yo encontrara y convirtiera la magia de las Cartas Clow en Sakura.
- Todo se realizó de acuerdo con el destino- dijo muy bajito, sin embargo Shaoran lo escucho.
Iban caminando de lentamente, extrañamente Sakura cambió su cara a una más seria, parecía pensar. Shaoran simplemente la seguía, después de algunos momento decidió a seguir preguntando tenía muchas preguntas que hacer a la ex-card captor.
- Sakura - llamo Shaoran con un tono de voz muy suave.
La chica lo escucho y se detuvo. Shaoran se poso delante de ella mirándola a los ojos, mientras los de Sakura lo esquivaban, viendo a lo lejos.
- Sakura, por favor dime todo lo que sabes. ¿Por qué me lo ocultaste? Podría haberte ayudado ¿Por qué...?
Iba a seguir preguntando pero se detuvo cuando sintió un suave toque en sus labios. Era la mano de Sakura que ahora lo veía a los ojos, en ellos Shaoran noto una mirada muy extraña, jamás se la había visto.
- Por favor, no quiero que te involucres - su mirada parecía suplicarle.
Shaoran y Sakura se seguían observando como si ambos quisieran leer la mente del otro.
Shaoran tomo la fina y tersa mano de Sakura apretándola un poco y sosteniéndola.
- ¿Por qué no confías en mí..., Sakura?
- Te equivocas, confió en ti y sé que trataras de ayudarme.
- ¿Y por qué no me dejas ayudarte? - habló Shaoran.
Sakura en un movimiento sutil hizo que Shaoran le soltara la mano, paso a su lado y comenzó a caminar de regreso.
- Tu tienes una vida, tienes asuntos que arreglar, tienes una hermosa familia, una vida, una... hermosa prometida que te quiere, un futuro que hacer con ella - su voz sonó con un pequeño dolor, que Shaoran no noto - No debes meterte en esto - sonó un poco más fuerte y decidida.
Shaoran que se había quedado parado camino rápido para alcanzarla.
- Sakura espera - En un movimiento rápido tomo el brazo de la chica. Sakura se quedo parada tan solo escuchando sin verlo siquiera.
- Por favor, Shaoran no te metas.
- Sakura dime lo que pasa. Sé que podré ayudarlos... por favor...
- Saku... - el comentario de Shaoran tuvo que esperar cuando sintió algo.
- Monstruo, es hora de regresar - dijo el hermano mayor de Sakura, pero cuando noto la mano de Shaoran aprisionando el brazo de su hermana le dirigió una mirada asesina a Shaoran.
Shaoran se quedo sorprendido, sabía que el hermano de Sakura poseía algún poder, pero no pensó que fuera tanto. Sintió su aura y pudo notar que había aumentado cuando los observo, antes no lo había notado, pero ahora la sentía más fuerte.
- Mocoso ¿que crees que...?
En ese mismo instante Shaoran soltó el brazo de Sakura.
- Hermano, ¡no soy ningún monstruo! - grito ahora su voz parecía la de una niña haciendo berrinche.
Una de las pocas "cualidades" de Touya, era la de poder hacer enojar a su hermana este donde este y en cualquier momento, a pesar del tiempo era uno de sus pasatiempos favoritos.
Touya vio que el carácter de Sakura regreso, después de haberla visto llorar amargamente, su actitud de ahora le gustaba y por un momento se olvido del antipático chino. Cruzo los brazos y entrecerrando los ojos dijo.
- Para mí siempre serás un horrendo monstruo que anda por ahí devorando comida y haciendo desastres - dijo con voz maliciosa.
- Hermano - dijo una enojada Sakura con varias venas en la frente a punto de reventar, su puño estaba muy apretado.
Touya sonreía viendo que su hermana era la misma.
- El peluche, Yukito y Fuu ya se recuperaron, además nuestros padres desean hablar con ustedes. - dijo Touya y comenzó a caminar de regreso.
- Esta bien en un momento voy - grito Sakura a un hermano que muy digno caminaba de regreso.
Shaoran simplemente lo vio alejarse, su aura bajo de intensidad. A su mente regresaron algunos recuerdos que tenían, ese Kinomoto ya era mayor y seguía siendo igual a pesar del poder que tenía y los años no había cambiado mucho.
Sakura dio un profundo suspiro.
- Vamos nos esperan - dirigió su mirada al lugar por donde desapareció su hermano mayor.
- ¿Nos esperan? ¿Para qué? - Pensó Shaoran que mejor decidió no seguir preguntando, era mejor esperar el momento oportuno.
- Hay mucho que hacer - dio un profundo suspiro - Mientras caminaba y pensaba. Ya le había revelado mucho y sabía que le guste o no, él se involucraría, pero fuera como sea, trataría que no le pase nada.
Después de caminar algunos metros se detuvo y giro.
-Esta bien- dijo Sakura.
- ¿Qué?
- Nos ayudarás con información, solo... solo prométeme una cosa - dijo y miró de frente al jefe del Clan Li.
Sus ojos denotaban una gran preocupación, Shaoran también se sumergió en los ojos de ella sin comprender por que sus ojos estaban llenos de esa preocupación. Sus ojos verdes lo reflejaban y los de él a ella.
- Por favor, no te involucres en la batalla.
- Yo... - comenzó a contestar Shaoran mientras se acercaba a ella.
De un momento a otro, ambos abrieron muy grande los ojos, Sakura se dio vuelta y comenzó a correr en dirección al palacio.
- ¿Qué pasa? - preguntaba Shaoran mientras corría tras Sakura.
- ¿De qué es esa energía? Es muy fuerte - decía mientras corría tras Sakura.
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- Es muy fácil provocar a los humanos, son tan tontos - Una figura flotaba en el cielo, tenía unas hermosas alas que brillaban con la luz de la luna. Sin embargo esas alas eran mucho más llamativas por el hecho de ser negras.
- Ahora les toca a ustedes - dijo con una sonrisa en su rostro.
De su mano salio una neblina que cubrió la ciudad muy lentamente. La ciudad fue cubierta poco a poco por esa neblina, sin embargo nadie de los habitantes la podía ver. Sólo unos cuantos lo veían, al igual que algunos pequeños. Quienes al verla y sentirla comenzaron a llorar.
En las personas que había mucha maldad tuvo un efecto muy horrible. Esas personas comenzaban a agarrarse la cabeza y decir cosas incoherentes.
En sus mentes comenzaban a oir voces escabrosas que los llamaban y los torturaban mostrándoles escenas horribles de ellos mismos siendo desollados vivos o mostrándoles sus más oscuros secretos, en sus mentes se veían frente a sus más grandes miedos. Miedos que no podían controlar. Todos suplicaban que terminara, ninguno soportaba estar frente a su más grande miedo, pidiendo que parara.
Había una persona en particular que llamo la atención del sujeto que flotaba. Desprendía una energía especial. Se acerco y trato de ver el miedo de esa persona. Poco a poco se introdujo en su mente. Cuando estuvo dentro decidió observar. Ella se encontraba parada con los ojos llenos de lagrimas y gritando.
- No se vallan, por favor. ¡No! - Veía a todas las personas que amaba, pero todas le daban la espalda y se iban dejándola sola. Ella caía sobre sus rodillas suplicando que no se fueran, que los necesitaba, pero tan sólo los veía alejarse diciéndole que era una llorona y que la odiaban.
A pesar de parecer tan vulnerable en eso que parecía ser un sueño, en la realidad era una persona muy mala, cerrada, racista, se creía superior a los demás, a pesar de que si amaba a su familia se mostraba muy mala con ellos, según ella porque no quería que se encariñaran con ella, jamás demostraba lo que sentía.
- Ya basta, por favor NO - De pronto escuchaba una voz escabrosa.
- Te ofrezco paz - decía.
- Sí haré lo que desees, pero ya basta - resonaba una carcajada.
- Haremos un trato - decía la voz mientras la mujer era cubierta con una neblina negra y la mujer decía llorando - Acepto.
Mientras lo demás que la rodeaban la veían extrañados y después de gritar, cayo desmayada. Se apresuraron a llamar a un médico, pero después de unos minutos se levanto con una extraña mirada en los ojos.
Exactamente lo mismo pasó con las otras personas.
El sujeto se alejó y vio que en la ciudad había un poco más de cien infectados.
- Que sorpresa, en este lugar no hay muchos pero no importa, esta ciudad ha sido infectada, ahora esas personas comenzaran a servirnos, comenzarán a sembrar el horror y el miedo en los demás - la sombra volvió a sonreír y desapareció en el cielo. Lo mismo hacían otras seis sombras en distintos lugares.
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N. de la Autora: ¡HOLA! Gusto en saludarlos de nuevo ^-^.
Undine: HOla, espero no decepcionarte con las explicaciones, gracias por escribir, hasta pronto.
Sakura Wen: Je, je. Ojala te siga gustando, espero tu opinión de este capi. Nos estamos leyendo. Bye.
Cualquier crítica, opinión, etc., serán bien recibidas. Hasta luego ^-^.
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Los párpados eran pesados, muy pesados. Poco a poco y con dificultad los abrió. ¿Qué paso? ¿Dónde estaba? ¿Cuénto tiempo había pasado? Por ahora no recordaba mucho de lo que paso, sólo sentía su cuerpo pesado y algo difícil de mover.
La visión era borrosa no reconocía el lugar donde se encontraba, pero estaba seguro que no era su habitación, ni algún lugar en donde hubiese estado antes. Sentía un dulce aroma inundar el ambiente.
Poco a poco pudo ver claramente lo que le rodeaba. Una cama muy cómoda, con sabanas en un color claro, a su alrededor caían delicado tul color blanco. Parecía una habitación muy limpia y con pocos muebles. Hacía esfuerzos tratando de recordar donde estaba, sólo recordaba hasta que la flecha atravesó su cuerpo. Y vio como Fuu se llevaba a Sakura, después de eso nada.
Entonces venciendo esa pesadez se levanto, se preguntaba sobre lo que había pasado con aquel sujeto, con Sakura. Se tomo la cabeza, sentía que todo daba vueltas, pero poco a poco se sintió mejor.
Vio de nuevo a su alrededor, era una habitación muy clara y por el balcón se veía una mañana hermosa, una alfombra verde cubría el suelo con algunas flores adornándolo, más lejos había una colina lleno de precioso árboles verdes, y se alcanzaban a escuchar algunos pajarillos cantando.
Se sintió muy bien de estar en ese lugar. Aunque en realidad no tenía idea de dónde se encontraba. Se miro a sí mismo estaba vestido como estaba cuando fue atacado con un pantalón de vestir negro y una camisa blanca, pero no, no traía una camisa blanca o si?. Luego recordo la herida y se fijo donde su herida debiera estar, encontrándose tan solo con una pequeña cicatriz en forma de X. Aquello era raro ¿acaso había soñado todo? ¿eso era un sueño? ¿Habría muerto? Pero ese no era el paraíso, o sí? Seguía tratando de recordar pero algo lo interrumpió.
- Así que es cierto, ya despertaste - Escucho decir a su espalda, extrañamente la voz le parecía familiar y al darse vuelta observo a quien le hablaba.
- Mocoso -
O_O? las sospechas de Shaoran se confirmaron.
Al frente estaba un chico muy alto de aproximadamente 25 años de cabello negro una mirada negra e indiferente, además de que su ceño estaba levemente fruncido. Vestido de un color crema.
La cara de Shaoran pasó a una de confusión. ¿Qué hacia ese sujeto ahí?
Y cómo si el joven Kinomoto leyera sus pensamientos dijo.
- Sígueme, tus dudas serán resueltas - dijo y salió de la habitación.
Quererlo o no, rápidamente se fue tras él y mientras caminaba tras Kinomoto veía a su alrededor, simplemente hermoso, era un lugar amplio todo en colores claros pero predominaba el blanco, hermosas flores adornaban el pasillo por donde lo llevaban, con estatuas y cuadros, que aunque no puedo apreciarlos bien eran de seres extraordinarios, como pegasos, unicornios, sirenas, etc. Después de un momento pudo sentir muchas presencias mágicas, de distintos niveles. Por las ventanas que había a lo largo de los pasillos, se apreciaba el mismo paisaje que desde el lugar donde se despertó.
Kinomoto entro por una enorme puerta abierta. Shaoran lo siguió y cuando entro al lugar se sorprendió de lo que vio se quedo parado muy sorprendido.
Era un salón amplio blanco, había ahí muchas personas que lo veían a él. Todas estaban vestidas con colores claros y con una sonrisa lo saludaron. Shaoran pudo notar que al parecer todas tenían poderes mágicos . No sabía que hacer, simplemente hizo un movimiento como contestación y observo a Kinomoto avanzar. Pero no solamente eran personas sino también había seres mágicos, a los que no observo detenidamente. Pero algo en ellos le llamo mucho la atención, todos parecían tener alas. Aquello era bastante extraño.
Se fue tras el hermano de Sakura, ahora no sabía que pensar, mientras sentía todas las miradas en él. Pero todos sólo sonreían. Vio que Kinomoto se detenía e iba a colocarse al lado de un hombre.
Ya viendo al frente de él estaba el antipático hermano de Sakura a su lado estaba un señor con una enorme sonrisa en los labios y tranquila mirada cubierta por unos anteojos, lo reconoció instantáneamente era el señor Fujitaka Kinomoto, que a pesar del tiempo no cambió mucho.
Tenía tomada de la mano a una hermosa mujer un poco más baja que el hombre que tenía los ojos grises y una dulce sonrisa, su cabello ondulado del mismo color, lo llevaba suelto, con un largo vestido blanco. No sabía quien era.
Pero después desvió su mirada a un lado de ella pues tenía tomada de la mano a una preciosa joven. Que reconoció como Sakura, quien tenía una enorme sonrisa en los labios. Sin poder evitarlo se sorprendió en verdad, no la había tenido la oportunidad de verla detenidamente, era casi de su altura. Su cabello castaño y ondulado era largo, dos mechones bajan adornándolo, su cara tenía rasgos finos. Sus brillantes ojos verdes lo observaban mientras sonreía dulcemente. Se encontraba vestida con un vestido rosa claro y largo, con hermosos bordados en la parte de su bien formado busto, pero que caía con gracia casi hasta llegar al piso, dejaba al descubierto sus hombros y espalda.
En una de sus muñecas traía el mismo brazalete y otras prendas que lució en su fiesta. Su cuello era adornado por una muy fina cadena plateada donde colgaba la estrella de siete picos con y el símbolo de las dos "s" entrelazadas. Shaoran se sorprendió un poco pero confirmo sus sospechas, en ese momento estaba seguro que ella era la chica que veía en sus sueños. Después sus ojos volvieron a ver su rostro, se veía realmente hermosa. Sus ojos verdes tenían un brillo muy especial, sus pestañas eran largas, su piel blanca y parecía muy tersa. Parecía estar mucho mejor que cuando estaba en su departamento eso lo tranquilizo, aunque no sabía porque.
- Nos alegra que se encuentre bien Joven Li - dijo amablemente Fujitaka, interrumpiendo los pensamientos del joven de ojos marron.
- Eh... - dijo Shaoran un "poco" desconcertado, se había quedado viendo a Sakura.
Algo que todos notaron, menos los interesados.
Todos sonreían ante la cara del pobre Shaoran, todo menos, cierto hermano mayor muy celoso por la mirada que tenía hacia su hermana.
- Sí, ahora me siento mejor. Supongo que se los debo a ustedes, en verdad se los agradesco - dijo recobrando su postura seria y educada a la vez que hacia una reverencia.
- Aunque aún no entiendo mucho - dijo observando a Sakura tomada de la mano de la mujer de cabello gris.
Sakura notó su semblante y se apresuro a decir.
- Shaoran te presento a mi madre, Nadeshico Kinomoto - dijo mientras veía a su madre sonreír.
O_O? Ahora Shaoran estaba que no lo creía, ¿qué? estaba jugando, su madre, SU madre. Se supone que ya había muerto años atrás. O sería que realmente él estaba muerto, tal vez murio, sí eso era, era la única explicación, si no porque todos ahí parecían tener alas. Seguramente todos habían muerto en la batalla.
La señora Kinomoto se acercó al joven le tomo las manos. Mientras Shaoran se tornaba de todos los colores del arco iris. Touya sólo frunció más el ceño. La señora Kinomoto le sonreía abiertamente.
- Te agradecemos por todo lo que has hecho por Sakura - dijo muy dulcemente.
Shaoran sólo asentía muy confundido y casi morado, se parecía más al niño de 10 años que al joven de 19 que era. Pero en tono muy bajo le pregunto.
- ¿Estamos muertos?
La señora Nadeshico sonrió aún más y volteo a ver a su hija que de igual manera reía.
- Me temo que no - dijo sonriendo y cuando se aparto de él, Shaoran escucho una voz.
- Es un gusto tener al jefe del Concilio de Hechiceros aquí -dijo en tono serio.
Fue cuando Shaoran miró a quien estaba al lado de Sakura. Era un hombre de aproximadamente 40 años, algunas canas se asomaban entre su castaño cabello. Tenía los ojos violetas muy tranquilos. Vestido de igual manera de blanco, con una sonrisa muy amigable.
- Él es Gakusha (en japonés es sabio), un guardián de este lugar - dijo Sakura.
El señor hizo una reverencia para saludar, misma que fue contestada por Shaoran que ahora lo veía más atentamente, algo en él le era familiar.
- Me podrían decir dónde estamos - dijo Shaoran recordando todo lo que había visto y sintiendo las presencias muy cerca de él.
- Estamos en Hikaru - dijo la señora Kinomoto, con su imborrable sonrisa.
Shaoran se quedo pensando unos momentos.
- Pensé que sólo era una leyenda - dijo serio.
- Los humanos también creen que la magia no existe, estando tan cerca de ella - dijo el señor Gakusha, mostrando una leve sonrisa.
- Será mejor que sepas todo - dijo el señor Fujitaka.
- Creo que será lo mejor que le expliques al joven Li- apoyo la señora Kinomoto con su rostro muy alegre y dirigiendo su mirada a su hija. Quien asintió con una sonrisa.
- Por favor acompañame - dijo Sakura y comenzo a caminar hacia el lugar por donde habían entrado.
Shaoran solo asintió y comenzó a caminar tras ella. Mientras de nuevo sentía las miradas de las personas que estaban en ese lugar. Todas parecían muy amables, pero incomodaban mucho al Jefe del Clan Li. Tenía mucha curiosidad sobre ellos.
- No confió en él - dijo toscamente Touya.
- Parece un buen muchacho, además ha ayudado mucho a la pequeña Sakura - dijo la señora Kinomoto.
Su marido asintió apoyandola.
- Y parece que se lleva bien con ella.
- Eso es lo que me preocupa - refunfuño Touya en voz baja.
- Es mejor organizar todo - sugirió Fijitaka, mientras todos asentían, sin dejar de mirar al jefe del Clan Li mientras se retiraba del lugar.
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Sakura lo guió por algunos pasillos llevándolo a un jardín muy grande adornado con hermosas flores de colores diversos, y un aroma suave que desprendían cubría el ambiente. Shaoran casi no creía lo que veía, era un lugar realmente hermoso, un ambiente de tranquilidad y bienestar se podía percibir. Los árboles susurraban con el viento, simplemente era un lugar hermoso.
Shaoran no recordaba haber sentido esa sensación desde hace ya mucho tiempo.
Sakura a caminar lentamente por el lugar.
- Lo lamento - dijo con una voz baja y sin verlo a la cara.
- ¿De qué hablas? - preguntó mientras comenzaba a caminar junto a ella.
- Lamento que hayas sufrido todo esto.
- No tienes porque.
- Te contaré lo que paso- comenzó a relatar Sakura -Después de que te fuiste y se fue Tomoyo, seguía con mi vida normal. Cuando me avisaste sobre el entrenamiento yo.. -corto bruscamente la explicación y luego continuó.
- Como te dije en China, algunos años después, a mi padre le ofrecieron un trabajo en Tokio, era una gran oportunidad para él, por eso ni Touya ni yo nos opusimos. Por nos mudamos a Tokio.
Shaoran estaba un poco sorprendido por la manera en que hablaba. Parecía un tanto melancolica recordando el pasado.
- No entiendo cómo, pero después de un tiempo algunos hechiceros me iban a retar, por la posesión de las cartas Sakura, cada vez eran más fuertes y tuve que enfrentarme a ellos. Gracias a los entrenamientos de Kero y Yue lograba derrotarlos, aún no entiendo cómo se enteraron de que yo era la dueña de las cartas, venían de todas partes y todos a retarme. Todos se acercaban a mí como personas normales, pero después comenzaban a lanzarme indirectas y empezaban a retarme y para evitar cualquier accidente las batallas se llevaban a cabo en el bosque donde estuvimos.
Shaoran permanecía escuchando a Sakura, mientras caminaba a su lado.
- En la escuela conocí a Zeshin, era un chico que me recordaba a ti, era algo frió y serio al principio, me pareció que era otro hechicero buscando las cartas, porque sentía un ligero poder mágico, pero no le tome importancia. Después y con el tiempo nos hicimos muy buenos amigos, me mostró que era una buena persona.
- Supongo que fue su plan en un principio, engañarme para después poder traicionarme - dijo tristemente.
Shaoran la seguía muy interesado en el relato, mientras Sakura tenía la mirada perdida en el espacio.
- En una tarde de invierno Zeshin me invitó para ir a pasear como lo hacíamos en ocasiones, supongo que entonces pensaba atacarme, pero Fuu llego.
-Él nos interrumpió cuando me iba con Zeshin. Decía cosas raras, sobre un lugar y los males que llegarían. Zeshin me insistió que no le hiciera caso, pero algo en mi me decía que debía ayudarlo, así que interrumpí mi compromiso con él y lo lleve a casa. Touya se enojo terriblemente cuando llegue con él - sonrió levemente recordando la cara de Touya.
- Fuu me contó sobre su origen, sobre el lugar de donde venía y me dijo que él conocía a mi madre y que lo habían enviado por mi familia, todo fue escuchado por Touya quien dijo que sería quien se fuera con él para verificar que fuese cierto.
- Además de que estaba preocupado por que en esos años no había visto al espíritu de nuestra madre. Insistió tanto que finalmente se fue con él, afortunadamente estábamos de vacaciones y le dijimos a mi padre que iría de vacaciones, por eso no sospecho. Por lo que sé, estuvo aquí se encontró con mi madre y ella le contó todo. Regreso después de un tiempo con Fuu.
- Fuu dice en que mi destino era llegar aquí - dijo mientras veía el cielo, que en ese momento era adornado con una hermosa aurora boreal. Parecía que siempre estaba ahí.
- Pero ¿Por qué están aquí? - preguntó Shaoran, parando al lado de ella y viendo también el cielo.
- Según sé, nuestra familia tiene que cumplir una misión.
- ¿Misión?
- Así es - dijo mientras daba media vuelta y regresaba caminando lentamente.
Shaoran se desconcertó un poco y camino junto a ella.
- ¿Qué clase de misión? - preguntó tratando de ver a los ojos a Sakura.
- Hace 16 años mi madre llego aquí, tuvo que dejarnos para que todo fuera cumplido, para que yo encontrara y convirtiera la magia de las Cartas Clow en Sakura.
- Todo se realizó de acuerdo con el destino- dijo muy bajito, sin embargo Shaoran lo escucho.
Iban caminando de lentamente, extrañamente Sakura cambió su cara a una más seria, parecía pensar. Shaoran simplemente la seguía, después de algunos momento decidió a seguir preguntando tenía muchas preguntas que hacer a la ex-card captor.
- Sakura - llamo Shaoran con un tono de voz muy suave.
La chica lo escucho y se detuvo. Shaoran se poso delante de ella mirándola a los ojos, mientras los de Sakura lo esquivaban, viendo a lo lejos.
- Sakura, por favor dime todo lo que sabes. ¿Por qué me lo ocultaste? Podría haberte ayudado ¿Por qué...?
Iba a seguir preguntando pero se detuvo cuando sintió un suave toque en sus labios. Era la mano de Sakura que ahora lo veía a los ojos, en ellos Shaoran noto una mirada muy extraña, jamás se la había visto.
- Por favor, no quiero que te involucres - su mirada parecía suplicarle.
Shaoran y Sakura se seguían observando como si ambos quisieran leer la mente del otro.
Shaoran tomo la fina y tersa mano de Sakura apretándola un poco y sosteniéndola.
- ¿Por qué no confías en mí..., Sakura?
- Te equivocas, confió en ti y sé que trataras de ayudarme.
- ¿Y por qué no me dejas ayudarte? - habló Shaoran.
Sakura en un movimiento sutil hizo que Shaoran le soltara la mano, paso a su lado y comenzó a caminar de regreso.
- Tu tienes una vida, tienes asuntos que arreglar, tienes una hermosa familia, una vida, una... hermosa prometida que te quiere, un futuro que hacer con ella - su voz sonó con un pequeño dolor, que Shaoran no noto - No debes meterte en esto - sonó un poco más fuerte y decidida.
Shaoran que se había quedado parado camino rápido para alcanzarla.
- Sakura espera - En un movimiento rápido tomo el brazo de la chica. Sakura se quedo parada tan solo escuchando sin verlo siquiera.
- Por favor, Shaoran no te metas.
- Sakura dime lo que pasa. Sé que podré ayudarlos... por favor...
- Saku... - el comentario de Shaoran tuvo que esperar cuando sintió algo.
- Monstruo, es hora de regresar - dijo el hermano mayor de Sakura, pero cuando noto la mano de Shaoran aprisionando el brazo de su hermana le dirigió una mirada asesina a Shaoran.
Shaoran se quedo sorprendido, sabía que el hermano de Sakura poseía algún poder, pero no pensó que fuera tanto. Sintió su aura y pudo notar que había aumentado cuando los observo, antes no lo había notado, pero ahora la sentía más fuerte.
- Mocoso ¿que crees que...?
En ese mismo instante Shaoran soltó el brazo de Sakura.
- Hermano, ¡no soy ningún monstruo! - grito ahora su voz parecía la de una niña haciendo berrinche.
Una de las pocas "cualidades" de Touya, era la de poder hacer enojar a su hermana este donde este y en cualquier momento, a pesar del tiempo era uno de sus pasatiempos favoritos.
Touya vio que el carácter de Sakura regreso, después de haberla visto llorar amargamente, su actitud de ahora le gustaba y por un momento se olvido del antipático chino. Cruzo los brazos y entrecerrando los ojos dijo.
- Para mí siempre serás un horrendo monstruo que anda por ahí devorando comida y haciendo desastres - dijo con voz maliciosa.
- Hermano - dijo una enojada Sakura con varias venas en la frente a punto de reventar, su puño estaba muy apretado.
Touya sonreía viendo que su hermana era la misma.
- El peluche, Yukito y Fuu ya se recuperaron, además nuestros padres desean hablar con ustedes. - dijo Touya y comenzó a caminar de regreso.
- Esta bien en un momento voy - grito Sakura a un hermano que muy digno caminaba de regreso.
Shaoran simplemente lo vio alejarse, su aura bajo de intensidad. A su mente regresaron algunos recuerdos que tenían, ese Kinomoto ya era mayor y seguía siendo igual a pesar del poder que tenía y los años no había cambiado mucho.
Sakura dio un profundo suspiro.
- Vamos nos esperan - dirigió su mirada al lugar por donde desapareció su hermano mayor.
- ¿Nos esperan? ¿Para qué? - Pensó Shaoran que mejor decidió no seguir preguntando, era mejor esperar el momento oportuno.
- Hay mucho que hacer - dio un profundo suspiro - Mientras caminaba y pensaba. Ya le había revelado mucho y sabía que le guste o no, él se involucraría, pero fuera como sea, trataría que no le pase nada.
Después de caminar algunos metros se detuvo y giro.
-Esta bien- dijo Sakura.
- ¿Qué?
- Nos ayudarás con información, solo... solo prométeme una cosa - dijo y miró de frente al jefe del Clan Li.
Sus ojos denotaban una gran preocupación, Shaoran también se sumergió en los ojos de ella sin comprender por que sus ojos estaban llenos de esa preocupación. Sus ojos verdes lo reflejaban y los de él a ella.
- Por favor, no te involucres en la batalla.
- Yo... - comenzó a contestar Shaoran mientras se acercaba a ella.
De un momento a otro, ambos abrieron muy grande los ojos, Sakura se dio vuelta y comenzó a correr en dirección al palacio.
- ¿Qué pasa? - preguntaba Shaoran mientras corría tras Sakura.
- ¿De qué es esa energía? Es muy fuerte - decía mientras corría tras Sakura.
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- Es muy fácil provocar a los humanos, son tan tontos - Una figura flotaba en el cielo, tenía unas hermosas alas que brillaban con la luz de la luna. Sin embargo esas alas eran mucho más llamativas por el hecho de ser negras.
- Ahora les toca a ustedes - dijo con una sonrisa en su rostro.
De su mano salio una neblina que cubrió la ciudad muy lentamente. La ciudad fue cubierta poco a poco por esa neblina, sin embargo nadie de los habitantes la podía ver. Sólo unos cuantos lo veían, al igual que algunos pequeños. Quienes al verla y sentirla comenzaron a llorar.
En las personas que había mucha maldad tuvo un efecto muy horrible. Esas personas comenzaban a agarrarse la cabeza y decir cosas incoherentes.
En sus mentes comenzaban a oir voces escabrosas que los llamaban y los torturaban mostrándoles escenas horribles de ellos mismos siendo desollados vivos o mostrándoles sus más oscuros secretos, en sus mentes se veían frente a sus más grandes miedos. Miedos que no podían controlar. Todos suplicaban que terminara, ninguno soportaba estar frente a su más grande miedo, pidiendo que parara.
Había una persona en particular que llamo la atención del sujeto que flotaba. Desprendía una energía especial. Se acerco y trato de ver el miedo de esa persona. Poco a poco se introdujo en su mente. Cuando estuvo dentro decidió observar. Ella se encontraba parada con los ojos llenos de lagrimas y gritando.
- No se vallan, por favor. ¡No! - Veía a todas las personas que amaba, pero todas le daban la espalda y se iban dejándola sola. Ella caía sobre sus rodillas suplicando que no se fueran, que los necesitaba, pero tan sólo los veía alejarse diciéndole que era una llorona y que la odiaban.
A pesar de parecer tan vulnerable en eso que parecía ser un sueño, en la realidad era una persona muy mala, cerrada, racista, se creía superior a los demás, a pesar de que si amaba a su familia se mostraba muy mala con ellos, según ella porque no quería que se encariñaran con ella, jamás demostraba lo que sentía.
- Ya basta, por favor NO - De pronto escuchaba una voz escabrosa.
- Te ofrezco paz - decía.
- Sí haré lo que desees, pero ya basta - resonaba una carcajada.
- Haremos un trato - decía la voz mientras la mujer era cubierta con una neblina negra y la mujer decía llorando - Acepto.
Mientras lo demás que la rodeaban la veían extrañados y después de gritar, cayo desmayada. Se apresuraron a llamar a un médico, pero después de unos minutos se levanto con una extraña mirada en los ojos.
Exactamente lo mismo pasó con las otras personas.
El sujeto se alejó y vio que en la ciudad había un poco más de cien infectados.
- Que sorpresa, en este lugar no hay muchos pero no importa, esta ciudad ha sido infectada, ahora esas personas comenzaran a servirnos, comenzarán a sembrar el horror y el miedo en los demás - la sombra volvió a sonreír y desapareció en el cielo. Lo mismo hacían otras seis sombras en distintos lugares.
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N. de la Autora: ¡HOLA! Gusto en saludarlos de nuevo ^-^.
Undine: HOla, espero no decepcionarte con las explicaciones, gracias por escribir, hasta pronto.
Sakura Wen: Je, je. Ojala te siga gustando, espero tu opinión de este capi. Nos estamos leyendo. Bye.
Cualquier crítica, opinión, etc., serán bien recibidas. Hasta luego ^-^.
