Capitulo 23

N. de la A. Lo siento mucho. Pero tenía que cortar el capitulo ahí. (pronto lo entenderán)

Sorry, sorry.

A penas me he dado cuenta de que no he saludado a algunos que me escriben. Lo siento mucho, mucho. Sé que no es excusa pero he tenido unos días muy ocupados y frustrantes. Para muestra un botón. Mi cumpleaños la pase en un hospital, lo ven ¡MI CUMPLEAÑOS EN UN HOSPITAL!, además a varios de mis amigos se les olvido, porque todos estamos preocupados por la escuela y casi no tenemos tiempo para otras cosas (BUUUAAAA)

Pero afortunadamente ya todo esta terminando. Pero aún tengo muchas cosas que hacer. Aún así haré todo lo posible por subir rápido.

Sólo quiero agradecer a todos los que se han tomado la molestia de opinar sobre este fic. Akane

Ropna

princess of light

Sakura Wen

nena05000

Perla

Undine

ciakaira

Celina Sosa

Ghia-Hikari

Janeth

Galia

Mariana

Nu-chan

Sakura linda

Prometo que para la siguiente se contesto a cada una.

Creo que son todos, si me hace falta algun no sean mals y avisenme. Soy más despistada que Sakura.

Muchas gracias a todos por leer este fic.

¿En qué nos quedamos? ¡Ah sí...

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Lo que comenzó con un día hermoso en la tierra de Hikaru, había cambiado casi totalmente. El sol parecía opaco, el viento que era suave, ahora era más frío y aumentaba de velocidad. Los animales y todos los seres mágicos estaban inquietos, iban y venían con un sentimiento casi desconocido para ellos. Horas antes...

La pequeña Alei sentía algo, toda la mañana ese sentimiento dentro de sí, no sabía exactamente la razón en un principio, pero después comenzó a sacar conclusiones. En Hikaru pocas veces se sentía aquel extraño ambiente de tensión. Después de hacer algunas labores cotidianas ella se fue al palacio, donde encontró a la madre de Sakura haciendo un hechizo, cuidada siempre por el señor Kinomoto. Cuando Nadeshico permanecía en su concentración flotando en aquel salón, ella se acerco con cuidado de no hacer nada que alterara su concentración. Luego sintió una mano en su hombro y al voltear a ver se encontró con la siempre dulce sonrisa de Fujitaka. Después ambos vigilaban el hechizo de la madre de Sakura.

Nadeshico terminó, bajando con los ojos cerrados y calmándose todo a su alrededor.

- Pequeña Alei, es un gusto verte de nuevo - dijo notando la presencia de la pequeña mientras se dirigía a ella.

- Buenos días - dijo educadamente mientras hacia una reverencia, que fue contestada de la misma manera - ¿cómo se encuentran el día de hoy?

- Muy bien, gracias por preguntar, y tu familia y tu ¿cómo han estado?

- También muy bien, gracias.

- Señora Kinomoto - de pronto la niña cambio su semblante a uno más serio y preocupado.

- ¿Qué pasa? - notando la preocupación de la pequeña.

- Nosotros... nosotros sentiríamos si algo malo pasa en la tierra ¿no es cierto?

La señora Kinomoto dirigió una mirada a su amado esposo con algo de asombro y luego contesto.

- Así es pequeña Alei. ¿Por qué lo preguntas?

- Es sólo que desde que desperté esta mañana tengo un extraño presentimiento en mi pecho, algo que nunca antes había sentido.

Ambos padres Kinomoto se vieron de nuevo algo preocupados. Luego Nadeshico se puso a la altura de la pequeña y con una sonrisa contestó.

- No debes preocuparte, verás que pase lo que pase todo estará bien.

Alei sonrió.

- Es lo mismo que me decía Sakura.

- Pero...

- ¿Qué pasa?

- No nada - dijo la niña y con una sonrisa se despidió para salir de nuevo a jugar.

- Es una pequeña muy despierta ¿no es cierto?

Nadeshico asintió.

- ¿Crees que su presentimiento tenga algo que ver con el nuestro?

- Probablemente.

Ambos cambiaron un poco la expresión.

Nadeshico comenzó a caminar rumbo a un balcón que daba hacia el jardín. Su esposo la siguió y la abrazo delicadamente por la espalda.

- Ella estará bien.

- Lo sé, aún así soy su madre y no puedo evitar estar un poco preocupada.

- Recuerda que cualquier cosa que le pase lo sabremos de inmediato.

- Ella nació aquí, por eso tiene esa conexión tan especial con este lugar.

- Además de que todas las personas de aquí la aprecian mucho.

- Es una gran chica - dijo una voz varonil que venía atrás de ellos.

Al voltear se encontraron con la cara sonriente del señor Gakusha.

- Recuerden que ahora es toda una mujer - dijo orgullosa la mujer de cabellera gris, mientras se acomodaba en los brazos de su marido.

- Una mujer hermosa, con nobles sentimientos, con un corazón de oro y además muy poderosa. No deben estar preocupados - ambos Kinomoto estaban muy orgullosos de que su opinión sobre su hija fuera compartida.

- Ahora debemos encontrar una manera de cambiar ese destino - dijo Gakusha.

Los padres de Sakura y Touya asintieron. Estaban buscando por todos lo medios cambiar el destino. Fuu se los había revelado antes de partir, nadie se sorprendió mucho, en realidad, pues tenían el presentimiento que tenía que ver con uno de los Kinomoto, además de que de toda la familia ella era la más poderosa y adecuada.

Shaoran también lo presentía pero el hecho de que Fuu se los confirmará realmente lo había impresionado. Sakura Kinomoto debía morir para salvar la tierra, ese era su destino. La situación casi como cuando atraparon la carta vació, en aquel entonces se debía sacrificar un sentimiento de un ser que la carta escogería, ahora la sacrificada sería ella.

Cuando después de que vació lo atacó y Sakura lo veía preocupada pensando que su sentimiento hacia ella había desaparecido y le confeso que lo amaba. Realmente había temido perder el amor que le tenía, pero en aquel momento sabía que aunque desapareciera, se volvería a enamorar de ella. Pero ahora...

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Samui tenía instrucciones de esperar, pero no desperdiciaría por nada una oportunidad como esa. Las auras de sus enemigos de dispersaban, seguramente querían cubrir mayor terreno para encontrar al séptimo pilar.

Con cuidado de no mostrar en ningún momento su aura, seguía muy de cerca al aura de la Card master. Y entre más se alejaba de sus amigos, Samui planeaba como acorralarla sin que nadie de sus molestos sujetos pudiera hacer nada por ella.

Muy cerca de él.

Había un hermoso templo que parecía tener un siglo de edad, pero muy bien conservado a pesar de los años, rodeado de un enorme bosque verde. Al ser un templo tan especial debía estar en armonía con la naturaleza. Llegar a ese lugar le había costado un enorme trabajo, pues no dirían su ubicación a cualquiera. Fue porque una anciana reconoció en ella su poder especial y la envió al templo dando instrucciones precisas para que la chica no se pierda.

Salió del templo pensando en lo que había averiguado en el lugar. Kero se había quedado dormido, por una parte por comer tantos dulces y por otro porque la noche anterior no durmió bien por estar preocupado por su ama.

Miro a su alrededor y comenzó a caminar de regreso mientras en su mente recordaba.

Al llegar al templo se encontró con un joven de unos 25 años de edad, de fina complexión, cabellera castaña y de piel blanca, sus ojos eran azul como el cielo. Lo encontró barriendo la entrada del templo, saludo cortésmente y le respondió, el chico la invitó a entrar y se presento como el vigilante del templo su nombre: Sujori.

Sólo después de algunos momentos ella se dio cuenta de que le chico estaba ciego, pues sus ojos estaban estáticos, pero se movía y actuaba como si realmente viera. El chico le explico que él no veía con los ojos de su cuerpo sino con los de su alma y corazón. Con un poco de dudas Sakura comenzó a explicarle la razón de su visita, el chico escucho atentamente el relato.

Para su sorpresa el chico le dijo que él conocía a Hikaru, y que en ocasiones podía visitarlo. Sin embargo no le pudo proporcionar mayor información lo poco que sabía era lo mismo que Sakura.

- Siento que usted es una persona muy especial y con poderes impresionantes - dijo el chico mientras depositaba su taza de té en la mesita que compartía con Sakura.

Ella también puso su té en la mesita. El humo del té caliente impregnaba el lugar con dulce aroma.

- He escuchado las veces que he ido a Hikaru, que la hija de la señora Kinomoto tenía poderes impresionantes, pero nunca me imagine tantos.

El pequeño Kero estaba inmóvil escuchando la conversación dentro de la bolsa de Sakura.

El chico extendió sus manos sobre la mesita con las palmas hacía arriba.

- ¿Puedo tocar sus manos? - preguntó.

Sakura con mucha delicadeza las puso sobre las del chico. Eran tan suaves y delicadas, pero le transmitían lo que sentía.

- Siento su preocupación y sus sentimientos.

Sakura se sorprendió.

- No los debes ocultar... ellos te ayudarán en la batalla por venir - dijo soltándola delicadamente.

- Es más complicado de lo que parece - pensó Sakura.

El chico sonrió.

- Aunque parezca difícil no lo es, los sentimientos son lo que hacen quienes somos y es una gran fuerza - dijo muy seguro.

Sakura meditaba las palabras que Sojuri mientras caminaba de regreso a la carretera que la llevaría de nuevo a Tokio.

- ¿Por qué todos se empeñaban en que debía demostrar sus sentimientos? Además según ella sí los demostraba todos, menos uno. Ese no era el mejor momento para ese tipo de cosas.

Pero parecía que ese sentimiento era uno de los más importantes, ¿Y era realmente indispensable que lo expresará? Una y otra vez regresaba a su mente la escena que Zeshin le mostró. Mientras su cara se ponía roja roja.

- Ese Zeshin - pensaba.

Pero los había hechizado para que ambos actuaran de esa manera, pero estaba muy conciente que todo aquello estaba grabado en ella y que todo lo que dijo e hizo fue porque realmente le salía del corazón, no era tan obligado como parecía.

La verdadera interrogante era ¿acaso él también hizo lo que hizo por el hechizo para que actuara como si la amará? ¿O realmente también salía de su corazón?

Cielos eso era bastante confuso. Pero las pocas veces que lo había visto había sentido algo diferente en sus miradas, ya no eran tan melancólicas como las sintió antes, como si añorara el pasado, ahora estaban cargadas de algo que no sabía como describir, tal vez... preocupadas? Pero no parecían miradas de amor, todo menos eso.

Sumergida en un mar de sensaciones y pensamientos caminaba por el bosque. A Sakura le faltaba aún mucho que caminar para llegar a la carretera donde pasaban el transporte hacia Tokio. Toda la gimnasia y el entrenamiento de Hikaru le habían servido muy bien, pues no se cansaba por muy largo que fuera el camino de regreso.

El camino era solitario y casi desaparecía, al parecer no había muchos visitantes al lugar, sin embargo eso permitía que el lugar fuera verde en su mayoría, sólo colorido por algunas flores. Aún las nubes bloqueaban el paso de los rayos del sol, haciendo un día un poco oscuro y frío, aún así algunos pajarillos cantaban parados en las ramas de los gigantescos árboles que se levantaban imponentes en el paisaje.

(Sorry por entrometerme pero no quería dejar de recomendar una canción. dejo de interrumpir y sigan con la historia)

- Escogiste el lugar perfecto - se escucho una voz.

Muchos pájaros salieron volando aterrorizados, al igual que otros pequeños animales que pasaban por ahí.

Sakura se sobresalto un momento y rápidamente buscó a la persona que hablaba. Mirando por todos lados buscaba sentir la presencia.

- Es el lugar perfecto para tu tumba.

Esta vez Sakura reconoció la voz, era el hermano de Zeshin.

- ¿Tú eres el hermano de Zeshin cierto?

- Es cierto, aunque no me presentó como debe ser.

De un momento a otro frente a Sakura salto el hermano de Zeshin cubierto de nuevo con su túnica violeta Cayendo un poco encorvado.

Poco a poco se irguió y la miró a los ojos.

Sakura le sostenía la mirada.

- Mi nombre - dijo con voz educada y tomando suavemente la mano de Sakura - es Samui - le beso la mano y sonrió malignamente.

Poco a poco Samui comenzó a aprisionar la mano de Sakura mientras se levantaba y la veía de frente. Sus ojos negros se mostraban tranquilos pero llenos de odio y maldad

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Yukito y Touya se encontraban visitando ya varios templos de magia oriental muy antigua. La mayoría estudiaban el Ying y el Yang, que sostiene que a una determinada cantidad de energía positiva, debe haber la misma cantidad de negativa para mantener el equilibrio. En este caso el reflejo del Ying y el Yang era Hikaru y su parte negativa. Pero eran muy poco lo que se sabía de Hikaru y la leyenda del la salvación de la tierra, se conocía más sobre el Ying y el Yang.

Salieron de otro templo con las manos completamente vacías, nada nuevo.

- ¡Demonios! - maldecía por milésima vez el hermano mayor de Sakura.

- Ten calma Touya - con su gesto gentil Yukito trataba de calmarlo.

- ¿Cómo demonios quieres que me calme, cuando sé que para que la tierra pueda sobrevivir debe morir mi hermana?

- Lo sé que es muy duro para todos - por un momento su rostro entristeció, pero luego recuperó su sonrisa - pero recuerda Touya, Sakura ya no es una niña, tiene poderes que han rebasado los poderes de Clow Reed. Estoy seguro que podremos cambiar el destino, sólo debemos tener la esperanza y luchar contra él.

Touya lo miró.

- ¿Cómo me gustaría tener esa confianza? me gustaría estar tan seguro de eso. Mis padres y todos tienen confianza en que al final todo saldrá bien y mi hermana estará bien. Pero no puedo evitar dudar – angustiado reflexionaba.

- No sé como me convencieron de dejarla ir sola a buscar, debimos ir con ella - dijo cambiando su rostro pensativo a uno enfadado.

- Cálmate Touya, el momento aún no llega. Fuu dijo que en sus sueños había luna llena y una estrella brillaba en el cielo. En estos momentos no existe nada de eso, no creo que este en peligro. Además a ella no le gusta que estemos tras ella, como si no pudiera defenderse sola - dijo sonriendo.

- Esta bien Yuki, realmente espero que nada le pase - después de eso Touya ya no se quejo tanto, pero su mirada preocupada aún permanecía.

Yuki también estaba preocupado por la suerte de su ama, pero aún más porque su otro yo estaba muy inquieto. Pero él pensaba que era por el hecho de saber la verdad. Sin sospechar que Yue estaba percibiendo un suceso importante. Mientras trataba de aparentar estar bien, aunque por dentro estaba muy lejos de estar bien.

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Fuu había tenido un poco de suerte, estaba en la biblioteca de la ciudad. Después de una larga charla con el encargado del lugar pudo convencerlo de que le mostrara sus ejemplares más antiguos relacionados con magia. Llevaba ya algunas horas revisando los libros prestados, pero aún nada. Cerró los ojos un momento, aunque después se arrepintió de haberlo hecho.

Tuvo una visión, en ella pudo ver el cielo despejado en su totalidad, revelando una estrella que brillaba en color rojo y parecía muy cercana. Al voltear pudo ver que se encontraba en la cima de un edificio en donde se llevaba a cabo una terrible batalla. No veía bien a las personas sino sentía las auras y sombras a lo lejos luchar. Una de ellas era positiva y la otra negativa, chocando de manera impresionante, mientras parecía que toda la tierra temblaba a cada golpe. Algunos cuerpos se encontraban tirados a todo su alrededor, no percibía sus auras, estaban muertos. Es más ninguna presencia se sentía solo un frío ambiente lleno de soledad y vació, era como si la tierra misma estuviera desierta.

Intento moverse para acercarse al lugar para lo que sucedía y quienes eran los combatientes, pero no pudo. De pronto sintió el aura de Sakura, era el aura positiva, aumentando y chocando con otra negativa muy superior. Un segundo después, el aura de Sakura alcanzaba el nivel de la otra, las sombras aún se movían y el aura de Sakura por fin vencía a la otra, luego se extinguía lentamente. Ambas auras desaparecían a la vez que los cuerpos caían sin vida.

Abrió los ojos muy temeroso, sintiendo como sudaba y su corazón agitado. Ese sueño de nuevo, otra vez. Era una verdadera tortura, sabía que se trataba de una premonición pues de la misma manera había venido premoniciones sobre la llegada de Nadeshico Kinomoto a Hikaru años atrás, su encuentro con Sakura, con Zeshin y hasta del encuentro con Samui.

Deseaba que jamás se cumpliera, pero él no era el único que lo tenía también alguna vez el señor Gakusha se lo comentó muy preocupado. Y luego la leyenda, todo coincidía y era parte del destino. Pero él era un chico que creía que ese dichoso destino se podía cambiar a pesar de que todo lo anterior se cumplió al pie de la letra.

Comenzó a buscar de nuevo, con la esperanza de encontrar algo que le ayudara a salvar a la que consideraba la persona más especial que haya conocido jamás.

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Sin embargo Sakura seguía con la misma actitud. Cuando Samui pensó que podría atraparla ella continuaba con la mirada tranquila, él comenzó a sentir un terrible dolor en la mano que sostenía a la de Sakura, no pensaba soltarla pero el dolor pasó a sentirse como si la mano se le estuviera quemando.

Así tuvo que retirarla rápidamente soltándola. Cuando trato de buscar la fuente de su malestar se dio cuenta de que en la mano de Sakura el anillo de Hikaru brillaba con intensidad.

- Malditos anillos - murmuro y se alejo un poco.

- ¿Qué deseas? - dijo sin rodeos Sakura.

- Sólo tomar tu vida.

- ¿Crees que será tan fácil?

- Puedes apostarlo - dijo muy seguro Samui.

- Tu guardián, si a eso le puedes llamar guardián, esta fuera de combate - dijo comenzando a invocar su báculo.

Sakura no entendió bien lo que quería decir, pero busco en su bolsa al pequeño Kero, encontrándolo encerrado en una pequeña burbuja negra, y aunque parecía dormido, sus pequeñas facciones demostraban que estaba teniendo pesadillas.

- De esa manera no estorbara en nuestro combate.

- Pero ¿cómo? - se preguntó hablando bajito Sakura, nunca se dio cuenta del hechizo.

- No preguntes, sólo ¡pelea! - Samui estaba muy confiado.

Levanto su báculo transformándose casi inmediatamente en una enorme espada, ancha en la parte superior y angosta en la parte de la empuñadura.

Sakura ya no perdió más tiempo y se acomodo su bolsa en la espalda de modo que ningún ataque pudiera lastimar al inconsciente Kero. Invoco a su báculo, éste de nuevo apareció, de cristal y con siete puntas en la parte superior y en el centro el símbolo de Hikaru las dos "s" entrelazadas. Después éste brillo y se convirtió en una espada. Era larga pero de filo que parecía fino y delicado, de un metal que brillaba casi como el cristal, en la parte superior a la empuñadura tenía lo que parecía una esmeralda que contenía en el centro la estrella de siete picos y el símbolo de Hikaru brillando en un color plateado. Simplemente era una espada hermosa.

- Parece que tienes un buen gusto niña, nada evitará que mueras ahora - el rostro de Samui expresaba emoción por pelear a la vez que los deseos de venganza y muerte.

Sakura permanecía con gesto serio mientras sostenía la espada frente a sí, en posición de defensa.

La pelea comenzó con un ataque de frente contra Sakura, pero ella pudo retenerlo fácilmente. Quedaron cara a cara sosteniendo el ataque.

- No eres tan débil como pensé - dijo con una sonrisa irónica.

- Te sorprenderías - dijo haciendo una mueca de una falsa sonrisa. Y con una fuerza que no aparentaba lo empujo obligándolo a retroceder, pues Samui no se lo esperaba.

- Esto sólo lo hace más interesante.

- No opino lo mismo.

Samui tomo la iniciativa de nuevo con un ataque que parecía frontal, pero en unos instantes cambio de rumbo el ataque bajando la espada de modo que iba en contra de sus piernas. Pero Sakura se dio cuenta de sus intenciones a tiempo y dio un salto hacia atrás impidiendo ser herida.

De esta manera comenzaron los enfrentamientos con la espada, cada vez más complicados, pero ambos con una agilidad y dominio de la espada muy impresionante, además que los movimientos atléticos no se hacía esperar. Sus cuerpos eran ágiles y flexibles y lo demostraban con los complicados movimientos que hacían. Durante ese tiempo Sakura permanecía con el rostro serio y Samui con una sonrisa confiada.

Debido a que era un ataque con espadas, su nivel mágico no había aumentado mucho, por lo que nadie que estuviera cerca podía darse cuenta de lo que pasaba.

Ambos no parecían cansados después de la dura batalla, al contrario, parecía que sólo calentaban para lo que seguía. Después de unos minutos peleando...

- Bien chiquilla, me estoy aburriendo, comencemos en serio.

Sakura no contesto, sólo empuño más fuerte su espada, que a pesar de los duros ataque permanecía intacta.

Samui tomo la espada con ambas manos y comenzó a transmitir magia a su espada, de modo que comenzó a tomar un color más oscuro casi negro que brillaba con color violeta. Y su aura comenzó a aumentar su nivel.

Samui vio retadoramente a Sakura y se lanzó de nuevo al ataque. Pero esta vez fue diferente, en un primer choque de espadas no paso nada, pero en cuanto Sakura pudo detener el siguiente ataque, de la espada de Samui se desprendieron pequeñas particular negras que comenzaron a formar una nube que cubrió casi totalmente a una sorprendida Sakura.

Aunque ella se alejo con un salto, todo ese polvo negro se comenzaba a adherir a su cuerpo, provocándole una terrible sensación de estar atrapada y a medida que trataba de quitársela perdía más y más la movilidad mientras escuchaba las risas de Samui.

- No me digas que es todo lo que puedes dar - seguía divertido mientras veía que Sakura quedaba hecha una estatua negra, pues el polvo se comenzó a endurecer hasta parecer metal negro.

Sakura sentía como poco a poco le faltaba el aire mientras terminaba de endurecerse y no podía moverse más. Unos segundos después ya no había aire y su cuerpo comenzó a resentirlo.

- No moriré aquí - pensó, luego escucho un leve quejido. Kero también estaba sufriendo del encierro.

Samui seguía divertido pero decidió poner punto final al duelo.

Levanto su espada frente a la estatua de Sakura, el brillo se mantuvo, y dio el último golpe.

Pero antes de que llegara a su destino se vio cegado por la luz proveniente de la estatua que se fragmentaba muy rápidamente. Una pequeña explosión marco la liberación de Sakura de su prisión. Obligando a Samui alejarse.

La espada de Sakura brillaba deslumbrando a su contrincante.

- Ya me cansé niña tonta - dijo esta vez con un rostro bastante cambiado y molesto.

- Terminaré pronto - sentenció.

De su cuerpo surgió una gran cantidad de poder. Sakura comenzó a sentir su aura aumentar se intensidad.

- No te ilusiones - dijo a Sakura - este lugar tiene un campo de energía y tus amiguitos no lo podrán ayudarte.

Sakura lo había notado desde un principio era el mismo hechizo de encierro que utilizó Zeshin en su primera pelea. También comenzó a elevar su aura, aumentaban de manera impresionante.

- Es el mismo hechizo de Zeshin - dijo hablando muy bajito Samui.

- ¡No te atrevas a mencionarlo! - dijo con rencor en su ojos Sakura.

Samui se ofendió.

- ¿De qué estas hablando? - su aura aumentaba y aumentaba - TU ERES LA CULPABLE DE SU MUERTE.

- No es cierto - dijo hablando muy bajito como si lo que ella misma contestaba no se lo creyera.

- ERES LA CUPABLE, ¡ATREVETE A NEGARLO! - grito furioso.

- Yo... - de pronto Sakura no supo que contestar y de sus ojos comenzaron brillar.

Samui sabía muy bien que la muerte de su hermano le había dolido mucho a la mocosa, y si era necesario utilizaría los ataques psicológicos. Sabía las debilidades de Sakura y las aprovecharía.

- TU S"LO CAUSAS DOLOR Y SUFRIMIENTO A LAS PERSONAS QUE AMAS. SI, ERES LA ÚNICA CULPABLE, MURIO POR PROTEGERTE.

- ¡No! - decía Sakura bajando un poco la guardia.

Sakura no sabía que hacer, la herida que creía que poco a poco sanaba en su corazón después de haber soñado con Zeshin, ahora sangraba abundantemente y la sangre eran sus lágrimas.

Samui se acercaba lentamente con su aura al máximo.

Sakura estaba casi paralizada.

- Él estuviera vivo de no ser por ti. Eres muy débil, eres muy débil y él dio la vida por eso, no tuviste la fuerza necesaria. Tu debilidad fue la causa de que ahora no exista más.

- ¿Yo... tuve la culpa? - decía Sakura susurrando.

- Sí, fuiste tú. Y no sólo a él, causas sufrimiento a todos los que te rodean, recuerdas a los miembros del círculo, no llegaste a tiempo y ellos murieron - antes de que Sakura pudiera protestar continuo - recuerdas que el jefe del Clan Li por poco muere porque tu lo involucraste - dijo bajando la voz Samui. Mientras veía como sus palabras realmente herían a Sakura.

- Shaoran – susurro Sakura. Era cierto ella lo había involucrado y por poco muere.

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- ¡NO! - dijo y bruscamente se detuvo.

- ¿Qué?

La chica se quedo impresionada y su mirada se volvió triste en un instante.

- Entiendo, yo no quiero presionarte para casarnos lo que decidas es lo mejor para ambos.

Shaoran no la escuchaba en realidad. Tenía un mal presentimiento, uno terrible. En su pecho tenía una sensación de tristeza, de soledad, de no querer vivir y a pesar de que sabía que podía sentirse así debido a las circunstancias sabía que ese sentimiento no era de él sino de otra persona que sufría.

- Sakura - pensó, fue la primera persona en cruzar por su mente.

Sin pensarlo dos veces dio vuelta a su lujoso carro.

Durante todo el tiempo que habían estado investigando él no le había dado respuesta a la pregunta de Hannia, pues estaba confundido.

Pero al parecer ella pensó que la respuesta era sobre si se debían casar, así que lo aclaró pues el rostro de Hannia se había vuelto sombrío y triste.

- Escucha Hannia - llamó la atención de la chica de mirada y cabellera negra - aún no estoy seguro de la boda.

Los ojos de Hannia cambiaron inmediatamente a unos más esperanzados.

- Sentí algo muy raro, algo me dice que alguien esta en peligro y debemos ayudarle.

- ¿Fue por eso que dijiste "no"?

Shaoran asintió.

Hannia sintió que la esperanza volvía.

- Ahora no es el momento de una boda, pero cuando termine todo esto te aseguro que tendré una decisión.

Hannia asintió, entendía la situación perfectamente.

- ¿Y quién crees que necesite nuestra ayuda? - preguntó Hannia un poco más centrada en la situación dejando a un lado su tristeza.

- Sakura - dijo sin pensarlo siquiera Shaoran.

- ¿Sakura? - Hannia se sorprendió esa chica tenía poderes impresionantes no veía como ellos podían ayudarle.

El vehículo iba casi a toda velocidad y tomo un camino rumbo a las afueras de la ciudad.

- ¿Cómo sabes que es por aquí? - preguntó un poco confundida - no siento ninguna aura - afirmo Hannia concentrándose.

- No lo sé, sólo sigo a mi corazón - pensó Shaoran sin contestarle a Hannia.

- ¿Qué tonto como pude dejar que ella se fuera sola? – pensó.

Entonces el chico recordó que cuando se dividieron para investigar ella quiso ir sola, pero ante la insistencia de Kero lo aceptó. Decía que no era necesario que la estuvieran cuidando, claro que todo lo dijo de forma amable. Lo que nadie sabía es que quería estar sola unos momentos.

Pero según lo que nos contó Fuu, aún no es el momento.

- Sakura...

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- Ahora sólo déjame acabar con tu sufrimiento, deja que recibas tu castigo y tu alma por fin descansara en paz.

Ella se quedo quieta y su espada se convirtió en el medallón de siete picos. Sakura lo tomo entre sus manos y lo llevo a la altura de su pecho, bajando la cabeza mientras sus ojos se llenaron de cristalinas lágrimas.

- Sólo déjame terminar con tu sufrimiento, déjame ayudarte a que tu alma descanse en paz y no tenga que seguir su destino - dijo hablando casi de manera consoladora.

- Destino... - repitió Sakura recordando su sueño, aún faltaba dos personas que morirían, dos personas que ella amaba y que en la batalla fallecerían. Cerró los ojos como si estuviera aceptando lo que Samui decía.

Samui se acercaba sigilosamente, había bajado su espada y en su mano había formado una esfera violeta de poder que poco a poco tomo forma de un arma. Muy lentamente se acercó para rodearla con los brazos como si la estuviera consolando, y por la espalda le acercaba el poder a la altura de su corazón.

- Déjame evitar que el destino se cumpla - dijo susurrando en sus oídos, mientras Sakura permanecía quieta y con lágrimas en los ojos.

Samui sonrió y luego se preparó para darle en golpe final.

§ § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § §

- Ahora todo terminará.

- ¡Sakura! - escucho la chica de ojos esmeralda en su mente.

- ¡No lo permitas! - esa voz, esa voz.

- ¡Sakura! - era la voz de Zeshin.

Se concentró en su voz. En ese instante para ella era como si el tiempo estuviera detenido.

- Por favor Sakura no te des por vencida - la voz de su amigo se escuchaba lejana pero clara. Mientras en la mente de Sakura todo era oscuro.

- Sabes que tu no eres la culpable, los que te queremos estamos dispuestos a dar todo por ti, no permitas que sus palabras te convenzan. Debes pelear - su voz se aclaraba y divisó una figura que se veía lejana, era él.

- Zeshin.

- Sakura, escucha a tu corazón y él te dirá la verdad, no eres culpable. Sólo serás culpable si te das por vencida cuando hay un destino que cambiar - entonces Sakura sintió el aura de Zeshin cerca a ella pero aún lo veía alejado, intento acercarse pero a medida que lo hacía la figura de Zeshin se alejaba.

- ¿Dónde estas?

- Recuerda que yo estaré contigo siempre - su voz se escuchaba más lejana, pero su aura continuaba ahí, después su imagen desapareció.

Su visión acabo cuando comenzó a sentir un horrible dolor en la espalda muy cercano al corazón. Abrió los ojos para encontrarse con el rostro de Samui a escasos centímetros de su rostro sonriendo, estaba siendo sostenida por él pues su cuerpo se debilitaba. El dolor se incrementaba a cada segundo.

Samui estaba introduciendo muy lentamente su poder en dirección al corazón de Sakura por la espalda, en tanto él disfrutaba sádicamente el momento de su muerte, mientras ella permanecía sin moverse y sintiendo como en su espalda brotaban gotas de sangre tibia.

- Hazlo por los que amas, recuerda tu promesa - escucho ya muy lejana la voz de su amigo.

§ § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § §

Shaoran y Hannia iban en camino.

- No siento nada - decía Hannia mientras estaba concentrada y con los ojos cerrados.

Shaoran sólo se dejaba guiar por el presentimiento.

- Esta cerca, los siento - pensaba.

En un lugar... lejano a la ciudad, cerca de un enorme bosque se detuvo bruscamente.

- ¿Aquí? - preguntó algo confundida Hannia.

- Quédate aquí - ordeno Shaoran mientras salía corriendo.

- ¿¡Qué!? - apenas decía cuando Shaoran se perdió en el espeso bosque.

Hannia se quedo preguntándose qué le pasaba.

El chico de ojos ámbar saco su espada para cortar algunos arbustos que se le atravesaban. Shaoran corría sin saber a donde ni porque sólo corría como podía. En un movimiento que hizo con la mano quitando una rama noto que su anillo comenzaba a brillar levemente.

- Sakura, Sakura esta en peligro.

Aún estaba lejos de lugar de la batalla.

§ § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § § §

- Lo haré - sus ojos verde brillaron con decisión. De su bolsa comenzó a salir una energía color negra que poco a poco se hizo violeta y comenzó a cubrir su cuerpo.

- ¿Qué? - Samui no lo podía creer era el aura de su hermano, pero a pesar de eso no la soltó al contrario la aprisiono más y aceleró su trabajo.

Sakura sentía como se le dificultaba respirar más, y su cuerpo no le respondía, sintió el aura de Zeshin rodeándola y se concentro lo más que pudo para incrementar su poder.

Samui sentía que faltaba poco para que su ataque llegara al corazón y empujo con más fuerza su poder.

De Sakura comenzó a surgir otra aura, no sólo la suya sino que ambas energías, la de Sakura y la de Zeshin, se mezclaron. Tiñendo su energía en un color casi púrpura. Su medallón que yacía en las manos de su dueña también comenzó a brillar. Todo comenzaba a lastimar a Samui, pero se aferro a su ataque.

- Ni siquiera con el poder de mi estupido hermano, podrás evitarlo.

Eso fue lo que finalmente enfureció a Sakura. Sacando a relucir el máximo de energía de Zeshin.

Una luz púrpura la invadió haciendo crecer su energía formando una enorme esfera que crecía y crecía. Fue tan intenso que Samui tuvo que retroceder, dejándola caer dentro de la esfera. La energía crecía tanto que Samui tuvo que hacer un rápido hechizo de un escudo para protegerse antes de que toda la energía proveniente de Sakura explotara. La energía creció con tal intensidad que la prisión del pequeño guardián se rompió y el escudo formado alrededor del lugar de la pelea desapareció al contacto.

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Al romperse el escudo, la energía salió dispersándose. Entonces todas las personas con magia pudieron sentirla. Touya, Eriol, Yukito, Fiang, Fuu, Ieran e incluso Tomoyo pareció percibirlo.

En cuanto la sintió Yukito no perdió tiempo tras avisarle a Touya salió corriendo del templo donde se encontraba para esconderse y que Yue saliera a buscar a Sakura. Eriol se inquieto y se dirigió al lugar donde estaba la batalla. Touya se sobresalto temiendo lo peor y siguió las auras.

Fuu salió de la biblioteca en la que se encontraba y se apresuro a ir, Fiang que era el que se encontraba un poco más cerca se dispuso a buscar el lugar de donde se sentían las dos auras peleando.

Ieran salió de su casa y dirigió su vista hacia el lugar, sin pronunciar palabra.

Tomoyo se encontraba en una de las tantas sucursales de la empresa de su madre, vio a la ventana.

- Señorita, señorita... - dijo una empleada sacándola de su ensimismamiento, tenía ya un buen rato viendo hacia la ventana sin moverse siquiera.

- ¿Sí? - dijo cuando al fin la escucho.

- Ya esta lo que pidió - le entregó un paquete.

- Bien, gracias.

El paquete contenía algunas cosas que ella consideraba muy necesarias, entre ellas su muy querida cámara para filmar con muchas cintas. Algunos cuadernos, también varios celulares de su compañía de lo más nuevo en tecnología de comunicaciones, había notado que no utilizaban ningún aparato y en esos momentos era vital.

Lo recibió, pensó un momento seguro todo aquello la ayudaría, pero luego siguió viendo a la ventana con una sensación que no sabía describir.

Un pequeño niño de 5 años se encontraba jugando en un estrecho lugar donde había juegos dentro del edificio donde vivía. Dejo de jugar con sus amiguitos para pararse cerca de una ventana.

- ¿Te sientes bien? - preguntó dulcemente una pequeña niña de cabello rojizo peinada con dos simpáticas colitas.

- Creo que sí - dijo el niño con cara de preocupación.

- Sé que podrás - pensó el pequeño - ya tampoco permitiré que me encuentren.

La pequeña sólo lo miraba preocupado por su amiguito.

También Eriol, Yue y Fuu se habían dado cuenta de que era el aura de Sakura mezclada con otra, pero los demás sólo fueron por sentir que era una pelea. Todos se apresuraron a llegar sin saber con que se encontrarían.

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La enorme luz que desprendió Sakura fue disminuyendo su intensidad. Entonces Samui pudo ver que Sakura estaba parada haciéndole frente. Ya tenía en sus manos el báculo transformado y en posición de ataque.

Samui quitó el escudo.

- ¡Eres una maldita! - gritó furioso. En un rápido movimiento hizo que su espada se volviera a ser báculo.

Sakura se inclino lentamente y deposito suavemente su bolsa donde estaba Kero aún inconsciente.

- No me vencerás, no aquí, no ahora.

- Eso lo veremos - de nuevo y a una velocidad impresionante Samui se fue contra ella, chocando sus báculos.

Sakura se defendió muy bien. Samui comenzó a conjurar un hechizo, Sakura también lo hacía, mientras se miraban a los ojos.

Ambas auras crecieron y chocaron produciendo una intensa luz, que era más visible por las nubes negras que cubrían el cielo. De nuevo comenzó la lucha pero esta vez era de hechizos. En segundos, ambos atacaban y defendían. Pero la guardia de Sakura comenzó a bajar lentamente, aún no controlaba el momento en que su defensa desaparecía. Cada vez más sentía en la herida de su espalda una hemorragia que no podía controlar, por los ataques de Samui. Y la energía de Zeshin disminuía drásticamente, dejando sólo el aura de Sakura.

- Lo vez es sólo cuestión de tiempo.

- No, ya sé que es lo que me da poder y con eso te destruiré.

- No me hagas reír - lanzó ahora un circulo como el de Zeshin.

Sakura se descontrolo un poco al empezar a nublarse su vista.

El circulo la rodeo y antes de que pudiese evitarlo se comenzó a cerrar, ella trato de saltar pero le atrapo los pies y cayo lastimándose más.

- Ahora dime, ¿cual es ese poder? No te sirve de nada - se acerco amenazante.

- Sé mis sentimientos - dijo aún en el suelo, con los pies aprisionados.

- Eso no sirve de nada - cerró el puño haciendo que el círculo que la atrapaba la lastimara más.

- Amo a mi madre, a mi padre, a mi hermano, a los habitantes de Hikaru, a los habitantes de la tierra...

Samui se acercaba formando una flecha similar con la que fue herido Shaoran.

- amo a las plantas y animales, amo la vida... - seguía diciendo, mientras su vista sólo le permitía ver una sombra acercándose a ella.

- amo a la esperanza y amo a Shaoran Li - dijo finalmente.

- Vaya, que gran novedad. Por ese idiota hiciste sufrir a mi hermano, no te preocupes estará contigo muy pronto lo verás en el infierno - apuntó al corazón de Sakura. Ella no pudo más y cayo desmayada, en aquel crítico instante. Sin piedad alguna Samui sonrió apuntó a su corazón y lo lanzó.

Grande fue su sorpresa cuando una sombra la desvi

- ¡Ya basta! no dejaré que la lastimes - era el guardián del sol en su forma original.

- El peluche quiere pelear - dijo sin tomarle importancia.

Dejo su báculo a un lado parado sobre la nada. Invocó hechizos con ambas manos y se las lanzó al guardián. Un sin fin de poderes eran lanzados.

- ¡DETENTE! - se escucho una voz.

- No ahora no, en segundos terminaré con esto.

- No haz escuchado ¡detente! o acabaré contigo.

Samui seguía sin piedad hiriendo al guardián.

- ¡AHORA! - la voz del jefe de Samui se escucho en el lugar y una especie de hoyo negro apareció a sus pies devorándolo.

Segundos después Kero caía inconsciente muy mal herido. Sakura y tardó unos segundos más en recuperar la conciencia. Notó que Samui ya no estaba y Kero tirado frente a ella, temió lo peor. Trato de levantarse, pero la prisión de sus pies se lo impidió, con un gran esfuerzo se concentró en un hechizo de rompimiento que le permitió romper el aro que la aprisionaba. Se acerco al inconsciente Kero y sintió el latido de su corazón, lo que la lleno de alegría.

Shaoran corría, había sentido todo y parecía que aunque corría no avanzaba nada, estaba casi desesperado queriendo llegar al lugar. El aura de Sakura había disminuido de mucho. Brincando por la copa de los árboles pudo sentir que estaba cerca y comenzó a llamarla.

- ¡Sakura! - escucho a lo lejos la chica de ojos verdes.

- Shaoran - se levantó como pudo y se quedo quieta tratando de aumentar un poco su aura para que la encontrara.

Shaoran lo sintió y se apresuró a encontrarla. Entre los árboles la vio parada y se acerco lentamente. Ella estaba parada inmóvil y observándolo, no parecía haber sido atacada, su ropa parecía intacta, sólo su mirada delataba que se encontraba realmente mal.

- ¿Estas bien? - preguntó Li preocupado.

Sakura asintió levemente, mientras lo seguía observando, todo su cuerpo lo sentía cansado y la figura de Shaoran comenzaba a verse algo borrosa. El chico sin saberlo se acercaba caminando despacio.

Shaoran comenzó a buscar la otra energía - ¿Estas segura que estas bien? - sin creerle del todo.

- Kero, debemos ayudarlo - dijo volteando a todos lados buscando su bolsa.

Shaoran la veía extrañado. Kero se encontraba casi enfrente de ella sobre su bolso y Sakura no parecía verlo. Shaoran no sabía que pensar, ¿acaso no lo veía? ¿Qué le pasaba? comenzó a alarmarse cuando Sakura quiso dar un paso, pero se tuvo que sostener de nuevo del árbol para no caer.

Ahora Shaoran estaba demasiado preocupado, se acerco lo más rápido que pudo y la tomo por los hombros viéndola de frente.

- ¡Sakura!

La chica tenía la mirada abajo sin verlo.

- Sakura, mírame por favor - en tono de suplica le habló.

Ella levantó su mirada, sus ojos estaban dilatados casi sin brillo alguno. Sintiéndose tan cerca de él sintió su calidez y su protección, pero la debilidad era demasiada para mantener la estupenda actuación que había hecho y término recargada en el pecho de Shaoran.

Él se sorprendió cuando de pronto su aura bajo de un golpe, la abrazó sintiendo que ella casi se desmaya sobre él, pero al pasar su mano por su espalda sintió mojado y muy sorprendido vio que se trataba de sangre. Ella estaba sangrando de una herida muy profunda, tenía una hemorragia muy grave.

Shaoran estaba tan alarmado que sin pensarlo la levantó en brazos, tratando de no lastimar la herida en la espalda. Y se dio la vuelta para regresar. Él no tenía mucha experiencia en curación pero Hannia sí y ella la ayudarían.

- Kero, Kero también esta herido - dijo Sakura aún estaba conciente.

Shaoran hizo un pequeño hechizo de levitación poniendo al guardián a flotar a su lado.

Shaoran comenzó a correr a todo lo que sus piernas le daban, sentía como la cálida sangre de Sakura seguía saliendo. Estaba entrando en pánico, no permitiría que le pase nada, el camino se le hacía eterno con la chica en sus brazos que parecía que a cada momento su cuerpo era más frágil y perdía fuerza.

Mientras ella a pesar de todo sentía a Shaoran, su corazón latiendo muy rápido y corriendo, pero siempre cuidándola de algún obstáculo. Tal vez estaba frente a la muerte, tal vez esa era su última batalla, tal vez ya no vería a las personas que tanto amaba, pero sentirse tan cerca. Si su destino era morir preferiría hacerlo en sus brazos, escuchando su corazón latir.

- Debo llegar, no debe morir, no debe morir - se repetía Shaoran.

Repentinamente Sakura sólo lo miraba a él. Shaoran la miraba a cada instante, pero noto que sus ojos ya no se movían y dejo de parpadear. Pensando lo peor casi entra en pánico.

- ¡Sakura! - dijo deteniéndose en seco.

Ella continuaba igual.

- ¡Reacciona por favor! - la colocó despacio en el suelo.

- ¡Sakura! - no, no podía ser, ella no estaba muerta, eso no podía ser.

Rápidamente colocó su mano en la herida, sus hechizos de curación no eran tan buenos como los de Hannia, pero no había tiempo para llevarla donde estaba ella.

Toda su energía se concentro lo más rápido que pudo, comenzó a hacerlos su mano brillaba una y otra vez. Pero era tanto su miedo, tanta su frustración y desesperación que no lograba terminarlos. Sólo lo intentaba una y otra vez desesperado, sin que ninguno funcionara. El aura de Sakura revelaba que le estaba muy grave.

Shaoran se sintió tan inútil que sólo la abrazó con fuerza.

- No nos dejes Sakura.

Sus ojos color ámbar, comenzaron a brillar más de lo normal.

- Sakura por favor, reacciona - suplicaba.

No se dio cuenta cuando salinas lágrimas surcaron su rostro, mientras la aprisionaba a sí.

- Sakura por favor no me dejes.

La separo de él viendo si había reaccionado, pero ella tenía los ojos cerrados y su cuerpo inmóvil.

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