Capitulo 26
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A mí querida esposa:
Mi querida esposa, tienes unos meses de embarazo. Por eso no deseaba que supieras nada, pero sé, que de alguna manera, en algún tiempo y en algún lugar... lo terminarás por saber.
El hijo que crece en tu vientre, es una bendición para la familia Li. No sólo por ser un varón, sino porque llegará a ser un gran hombre, sé que le enseñarás bien a ser un gran hechicero, un excelente empresario y mejor que todo un gran ser humano. Será un hombre con un corazón fuerte, decidido y valiente, capaz de superar todos los retos que se le presenten. Lo sé porque algo dentro de mí lo dice, me lo dice el corazón. También lo sé porque te conozco y sé que tú lo ayudarás a lograrlo. Estoy tan orgulloso de él y de ti.
También sé que para ese tiempo mi vida habrá llegado a su final, eso no me preocupa mucho, no le temo a la muerte. Lo que realmente siento es haberte dejado sola con todas las responsabilidades de un jefe de Clan y miembro del círculo de oriente, pero estoy seguro de que lo lograrás. También me disculpo con él, porque a mi muerte mi hijo tendrá una vida llena de responsabilidades y retos que le pondrá el clan. Pero por cumplir esos retos encontrará a personas muy especiales que le enseñará muchas cosas y aunque al final parezca que no lo logró. Sí lo habrá hecho.
Mis hijas, mis hermosas hijas, no sabes cuanto las quiero. También lamento no verlas crecer, sonreír, vivir. Sólo quiero que sepan que siempre las amé, las amo y las amaré no importa el lugar donde me encuentre.
Al igual que a ti, te amo no sabes cuanto te amo, aunque no te lo digo siempre. Me gustaría permanecer el resto de tu vida a tu lado, como hasta ahora, amándote sin medida, pretejiéndote. Ver juntos como nuestros hijos crecen. Eres lo más maravilloso que hay en mi vida tu, mis hijas y el niño que llevas en tu vientre. No sé como soportaré dejarlos, pero sé que es por una razón. Aún así, de donde quiera que me encuentre los amaré y protegeré.
Fin de la carta.
Bitácora
6 de enero.
Lo que hasta ahora he traducido es:
El destino no se cambia, el humano es quien lo hace.
Cuando las estrellas no brillen en el cielo y la niebla cubra la bondad. La salvación se encontrará cuando la verdad sea conocida, cuando la hija de Hikaru tenga esperanza, cuando cada uno de los 7 principios sean descubiertos.
No les encuentro sentido, pero sigo investigando. No entiendo cuáles son los siete principios.
20 de marzo.
Los miembros del círculo no saben nada de mis investigaciones las mantengo en secreto, porque aún no poseo evidencia de que mis sueños puedan ser realidad. Pero siento que mi tiempo se acaba y tendré que decírselos todo a ellos y a mi esposa. Se ve tan linda embarazada, el bebé crece tan fuerte y sano. Cómo me gustaría ya tenerlo en mis brazos.
- 20 de marzo, dos días después murió - dijo Ieran con algo de tristeza en su voz. Observó con detenimiento el rostro de su hijo. Era tan parecido a su padre - dos meses antes de que nacieras, hijo.
Su madre lo miraba con nostalgia.
Su porte, su mirada, su carácter, su rostro, su voz, su entrega, su aura incluso el cabello rebelde de su juventud, eran muy parecidos a los de su padre, a pesar de no haberlo conocido eran casi iguales. Entregados a sus responsabilidades a su familia, a el bienestar de los demás.
Todos los demás permanecían en silencio, sólo observando la mirada de Ieran, era una de las escasas veces que dejaba ver un poco sus sentimientos. Shaoran también la veía con un poco de asombro, pero también afectado por las palabras escritas por su padre. Su padre lo amaba, aún sin conocerlo, creía en él, aunque jamás lo miro directamente a los ojos, lo elogiaba aunque nunca vio sus logros. Sin embargo parecía conocerlo muy bien.
Shaoran no sabía que pensar no lo conoció sólo lo hizo por algunos relatos de su madre, por lo que los miembros del círculo admiraban de él, por los escasos recuerdos de sus hermanas. Pero sólo eso.
El momento fue abruptamente interrumpido cuando sonó el teléfono celular de Shaoran, sin saber si contestar o no. Observó el número, era el número de Fuu. Shaoran tuvo un mal presentimiento y aún con las miradas encima contestó.
- Señor Li - dijo una voz al otro lado.
- ¿Qué pasa?
- Es Sakura... - su preocupación se hacía evidente en su voz
- ¿Sakura?
- Ella esta mal.
- ¿Qué le pasa? - preguntó mientras llamaba la atención de todos.
- El doctor dice que tiene una fiebre muy alta... a empezado a delirar.
- Voy para allá - dijo y colgó.
- ¿Qué pasa? - todos estaba expectantes.
- Sakura tiene una fiebre muy alta, empezó a delirar - dijo mientras salía a toda prisa.
Hannia lo vio salir muy rápido con una mirada preocupada.
- Oh no - dijo Tomoyo.
- Calma Tomoyo, estará bien - la consoló Eriol.
- Sakurita - dijo un preocupado Kero - ¿qué estamos esperando? vamos
Tomoyo asintió al igual que Hiraguizawa. Y despidiéndose se retiraron, en casa de los Li sólo quedo Ieran, el joven Misaki y la señora Tabura.
Shaoran iba a toda prisa en su auto, tardaría algunos minutos en llegar. Pensando lo que había leído del puño y letra de su padre. Fue por eso que en uno de los semáforos estuvo a punto de chocar con un auto negro. El sonido de las llantas derrapando lo saco de sus pensamientos. Una mujer muy enojada bajo del auto, comenzó a revisar su auto mientras Shaoran también bajaba del suyo.
Él comenzó a disculparse muy conciente de que no iba poniendo toda su atención al camino. Preguntó sobre el estado de ella, muy enojada dijo estar bien y después dijo toda clase de cosas sobre los accidentes que suelen pasar por las personas descuidas. Mientras él al darse cuenta de que estaba bien, miró al auto. El él estaba un pequeño niño sentado en el lado del copiloto, mirándolo fijamente, pero no era una mirada de reproche o furia, era una de comprensión. Mientras su madre armaba un verdadero escándalo, el pequeño le sonrió como si lo conociera de mucho tiempo atrás. Esto le llamo la atención al joven jefe del Clan Li, pero regreso a su mente el porque de su prisa.
Cuando de nuevo pareció volver de sus pensamientos, muchos automovilistas estaban también muy enojados por el tráfico ocasionado, gritando muchas cosas algo insultantes.
Después de algunas disculpas y de asegurarse que nadie salió herido. Se fue, ahora recordando la extraña actitud del pequeño y de las personas.
- ¿Cómo esta? - entró muy preocupado a la salita contigua a la habitación de Sakura.
- Igual - dijo preocupado Fuu.
Entró a la habitación donde el doctor y la enfermera inyectaban algo en la sonda de Sakura. Entro sin siquiera avisar.
- ¿Qué le pasa? - fue más una exigencia que una pregunta.
- Esta delirando, tiene una fiebre muy alta, le hemos suministrado un medicamento para calmar la fiebre.
El doctor y la enfermera se hicieron a un lado. Dejando ver a Sakura.
- Estaremos vigilándola. Ahora debemos ver con otros pacientes - se disculpo el doctor y luego salieron de la habitación.
Shaoran había dejado de oír unos minutos antes. Estaba muy preocupado, Sakura ya no estaba pálida, su rostro estaba sonrojado y respiraba muy agitadamente. Su pecho subía y bajaba con gran rapidez. Sus pequeñas manos estaban cerradas apretando con fuerza las sabanas y sus ojos ligeramente apretados.
- ¡No! - susurro con lo que parecía ser tristeza.
- Sakura - Shaoran tomo su puño cerrado. Ella casi instintivamente la tomo.
- Por favor... - sus palabras apenas podían entenderse.
- Estoy aquí - le dijo al oído no sabía que decir sólo deseaba que su sufrimiento se desvaneciera.
Ella apretó su mano con fuerza.
- Mamá..., papá, hermano... - decía, mientras en su rostro se reflejaba angustia.
- Kero..., Yue, Fuu, Shaoran, por favor... - seguía hablando - no me dejen - dijo ya casi en susurro.
- No lo haremos - con la otra mano acarició la frente de ella - no lo haré.
Minutos después llegaron todos los demás. Preocupados por su estado.
A pesar de los medicamentos la fiebre permanecía, y a medida que lo hacía ella decía más cosas, y todas sin sentido aparente. Lo que nadie sabía era que ella no tenía pesadillas, estaba viendo el posible futuro.
- Según el doctor ¿cuál es la razón? - preguntó Eriol cuando ya se encontraban en la salita.
- No lo saben - contesto Shaoran.
Fiang, Fuu y Hannia permanecían en silencio observando la habitación de Sakura, pero ella no era lo único que les preocupaba, cada uno tenía una batalla interna que librar, a pesar de la difícil situación.
Fiang observó a Hannia quien no dejaba de ver a la habitación de Sakura y luego a Shaoran y así alternadamente. Fuu parecía decepcionado y desesperado por no poder hacer nada por Sakura. Mientras Shaoran y Eriol, que trataban de mantener la cabeza fría planeaban sus siguientes pasos.
Ellos estaban en la salita, mientras Tomoyo se había negado a apartarse de su amiga, y con ella estaban Kero y Mei.
Kero permanecía a su lado en todo momento acariciándole una mejilla a su ama, rogándole que pronto se curara, Tomoyo la tenía de la mano y Mei se paseaba de un lado a otro.
- Ten calma, Mei - dijo lo más tranquila que pudo Tomoyo - ella estará bien.
Mei detuvo su paso y la miró. Los ojos de Tomoyo lejos de reflejar la tranquilidad con la que hablaba, demostraban lo triste y preocupada que estaba. Pero Mei entendió que estar demasiado preocupada no le serviría. Además no podían hacer nada. Tan sólo esperar.
Paso lentamente la mañana, la fiebre de Sakura bajaba lentamente de intensidad. Todos se tranquilizaron un poco y regresaron a sus planes, pero con el pendiente de Sakura aún en sus cabezas.
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En Hikaru
- Cálmate Touya - dijo con paciencia la identidad falsa de Yue.
- ¿Cómo quieres que me calme?
Ambos amigos discutían mientras supervisaban las barreras del Hikaru.
- Tus padres han dicho que debemos esperar.
- ¿Cómo pueden estar tan tranquilos mientras hay alguien que nos ha traicionado? - simplemente no lo podía evitar, sus padres lo estaban tomando a la ligera.
- Pero Touya...
Yuki seguía tratando de convencer a su amigo que sus padres debían tener razón para actuar como lo hacían. Hasta cierto punto comprendía a su amigo, pero confiaría en los padres de Sakura.
Unos extraños sonidos se escucharon del otro lado de las barreras.
- ¿Qué fue eso? - fue lo último que dijo Yuki antes de dar paso a Yue.
Touya comenzó a poner más atención a las barreras y pronto se dio cuenta de que la neblina parecía mucho más espesa.
- Iré a ver - Yue voló a la parte más alta.
Touya toco las barreras transparentes.
- Cada día que pasa se hace más y más fuerte - una infantil voz femenina llamo su atención. Alei también tocaba la barrera, pero a comparación de otras veces su rostro parecía muy preocupado.
- Dices que cada día.
Alei asintió.
- Pero no había escuchado esos ruidos, los habitantes de aquí están muy preocupados por esos ruidos, creen que pueden romper las barreras.
- No hay nada - Yue bajaba - todo parece tranquilo.
- Creo que no debemos confiarnos - dijo antes de marcharse Alei.
- Las cartas están bien - dijo Yue.
- Espera un momento - dijo Touya recordando algo - según sé, si mi hermana se encuentra débil eso repercute en las cartas y en ti - dijo inquisitivamente.
Yue negó con la cabeza.
- Pensé que lo sabías.
- ¿Qué?
- Sakura nos hizo independientes.
Touya hizo un gesto de incomprensión y asombro.
- Ella sabía muy bien sobre la profecía antes que nosotros, y fue por eso que hizo un hechizo con el cual mi poder y el de las cartas no dependiera directamente de ella.
- ¿Qué?
- Es un hechizo muy parecido al que hizo Clow antes de morir, sólo que las cartas no se sellarán por lo pronto - dijo recordando lo que su ama les dijo y sin querer ser interrogado por el hermano de Sakura comenzó a cambiar.
- ¡Demonios! - maldijo Touya.
Ella estaba muy conciente de querer cumplir su destino y salvar a la humanidad, y había tomado algunas medidas.
- ¿Crees que este mejor?
- Ella estará bien - contesto ahora Yuki.
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- ¿Estas bien? - preguntó Fujitaka a su esposa, después de que ella hiciera el habitual conjuro para ayudar a mantener las barreras.
- Sí, es sólo... - su esposo la miro - que cada día parece es más fuerte el poder de la neblina.
- ¿Quiere decir...? - su esposa asintió sabiendo de antemano su pregunta.
- La falta de pilares esta siendo cada vez más fatal, si seguimos así es sólo cuestión de tiempo.
- Pero... -
- ¿Qué pasa?
- La energía negativa es demasiada y sin embargo esta en aparente tranquilidad.
- ¿Crees que estén esperando el momento para atacar?
Ella asintió.
- ¿Qué podemos hacer?
- Sólo queda esperar - dijo otra voz madura y masculina.
- Parece que sólo podemos hacer eso - apoyo Nadeshico al señor Gakusha.
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El hospital parecía más solitario que de costumbre por las tardes, una que otra enfermera pasaba de una habitación a otra, sin hacer ruido. La fiebre había pasado por la cantidad de medicamentos suministrados y Sakura parecía de nuevo descansar. Cuidando de ella se quedaron Mei, Kero y Hannia. Kero acompañaba a su ama en la habitación, mientras que en la salita.
- ¿Pasa algo? - preguntó Mei al observar a su amiga con las mirada perdida.
Hannia no contesto estaba demasiado sumergida en sus pensamientos.
- ¿Hannia? - dijo más fuerte logrando captar su atención.
- ¿Decías algo?
- ¿Pasa algo? - volvió a preguntar.
- Nada - dijo en voz baja y retirando la vista de su amiga.
- Oh vamos, Hannia te conozco bien y sé que ese "nada" es muy importante para que estes tan preocupada - dijo acercándose y sentándose a su lado.
Hubo unos minutos de silencio.
- Esta bien, no te obligaré a decirme nada si no lo deseas - se levantó y se dirigió a la habitación de Sakura.
En cuanto ella iba a girar la perilla para abrir la puerta, escucho un largo suspiro seguido de una pregunta.
- ¿Ellos...? - vaciló unos segundos antes de hacer la pregunta.
- Es decir... ¿Cómo...? - No sabía exactamente como hacer la pregunta.
Mei se dio la vuelta y regreso a sentarse a su lado.
- ¿Qué tipo de relación llevaban cuando cazaban las cartas? - finalmente lo dijo.
- ¿Te refieres a Shaoran y Sakura?
Hannia asintió.
Mei observó a su amiga, en su mirada y voz logro captar algo de inquietud. Le sonrió agradeciéndole de cierta manera que tuviera confianza en ella para hablar.
- En realidad, no sé como se llevaban al principio. Pero según recuerdo - sonrió recordando - Shaoran me dijo que cuando la conoció le cayó muy mal, pensaba que no estaba capacitada para ser la dueña de las cartas. Decía que era una niña demasiado inocente y débil para cargar con esa responsabilidad. Por mucho tiempo estuvieron peleando por atrapar el mayor número de ellas, sin embargo y a pesar de la actitud de mi primo de subestimarla y maltratarla al principio, ella era muy dulce y buena con él. Y con el tiempo pasaron de ser rivales a ser un equipo para atrapar las cartas y comenzaron a colaborar juntos. Él comenzó a cambiar su carácter.
- Después...
- ¿Y después?
- Después Shaoran se enamoró de Sakura.
Esas palabras retumbaron en la cabeza de Hannia unos momentos.
Después de unos segundos Mei se dio cuenta de sus palabras. Tal vez no era la adecuada para hablar de ello. Si Shaoran no se lo había dicho probablemente tendría sus razones. Pero por otro lado, Hannia era su amiga, no quería que sufriera si Shaoran terminaba su relación con ella. Tal vez era mejor decírselo todo, pues Shaoran no tenía tiempo como para hablar sobre esas cosas con Hannia en esos momentos. ¿Había cometido un error al decírselo? Pero ya se lo había dicho no había marcha atrás.
- ¿Sakura... lo sabía? – preguntó tímidamente.
Mei negó - era demasiado despistada para saberlo. Él tuvo que decírselo para que ella lo supiera.
- ¿Qué paso después?
- Rompimos el compromiso que tenía conmigo, luego Shaoran tuvo que regresar a Hong Kong, las cartas ahora eran cartas Sakura y él no tenía que permanecer más tiempo. Regreso sin que Sakura le había haya dado ninguna respuesta sobre sus sentimientos. En las siguientes vacaciones regresamos allá, entonces se dio la batalla contra Vacio y al final ella le respondió.
- Entiendo - Hannia sabía bien lo que Sakura sentía por Shaoran, pero todo lo que ahora le decía Mei era nuevo. A pesar de llevar una buena relación con el Jefe del Clan Li, él jamás le había comentado aquello.
- Algún tiempo después Shaoran quedo a cargo del Círculo de Oriente para ser entrenado y dejaron de comunicarse, ya sabes por los reglamentos del círculo. En ocasiones nos escribíamos, pero a medida que pasaba el tiempo lo dejamos de hacer – terminó de explicar Mei.
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Tomoyo aceptó ayudar de nuevo a Eriol en su búsqueda. Claro, una vez que se aseguró de que Sakura se quedaba en buenas manos y obligando a Mei prometer que si algo, la más mínima cosa que le pasará a su prima, la llamaría. El chico de gafas pedía la ayuda de Tomoyo no tanto por que la necesitará, sino que no le gustaba que pasara horas al lado de Sakura, sumida en una gran tristeza por no hacer nada. Pensaba que de esa manera ella se sentía útil, además de hacerle un poco de compañía. Iban a moderada velocidad, recorriendo las calles de Tokio en el auto negro último modelo del chico.
- ¿Dónde están Rubi mon y Spinel sun? – después de muchos suspiros de Tomoyo, que ya se arrepentía de haberse marchado del lado de Sakura, decidió hablar de algo.
- Ellos están en Inglaterra arreglando unos asuntos, pero les he llamado para que vengan en unos días para que ayuden – le alegraba que su excompañera de primaria haya salido de sus pensamientos.
- Así que tienes muchos compromisos.
- Así es.
- Y... ahora ¿a dónde iremos? – dijo cuando no se le ocurría mucho de que hablar.
- El día que sentimos la energía negativa, me pareció sentir algo que pensé que era la energía de un pilar, pero cuando la busque no encontré a nadie.
Es lo mismo que le había pasado a Samui, cuando pensó que tenía al último pilar ya no lo pudo encontrar.
- Pero esta mañana, cuando Sakura tenía fiebre de nuevo logre sentir esa energía rodeándola. Por eso sé que el último pilar se encuentra en Tokio, pero parece que se esta escondiendo.
- ¿Cómo lo encontraremos?
- No lo sé, sólo tengo un presentimiento, así que iremos al lugar donde lo sentí por última vez – su expresión cambio por un momento a uno de duda y decisión al mismo tiempo.
Llegaron a una calle donde había varios negocios, un parque y un hotel.
- ¿Aquí?
- No estoy seguro, así que pasaremos por todos esos lugares - Eriol bajo del auto y ayudo a Tomoyo a hacerlo. Esperaba encontrar algo, una pista que lo lleve al último pilar.
- ¿Pero cómo sabremos quién es?
- Tampoco lo sé, esta escondiendo su aura. Pero debe tener algo muy especial.
Sin más, comenzaron a buscar. Observando minuciosamente, pero discretamente a cada persona. Eriol esperaba de la capacidad que tenía Tomoyo en su niñez de observación, aún la conservara y le ayudará en ese sentido.
Recorrieron todo el lugar sin encontrar nada, sólo personas de buena posición que caminaban con indiferencia entre sí. Llegaron al final de la calle y entraron al hotel.
El lugar estaba casi vacío. Eriol se dirigió a la recepcionista a preguntar algo. Mientras Tomoyo comenzaba a explorar. En el lobby se encontraban un anciano ya mayor leyendo un periódico, un poco alejado estaba un pequeño niño que a Tomoyo le llamo mucho la atención.
De mirada amable y alegre, sentado jugaba con sus pies, mientras la miraba acercarse.
- Hola pequeño - dijo cuando se sentaba junto a él.
- Hola - contesto.
El anciano los miró por unos segundos para luego seguir con su lectura.
- ¿Qué haces?
- Espero a mi madre.
El niño no la había perdido de vista ni ella ni a Eriol.
- ¿Cuántos años tienes? – preguntó con una sonrisa.
- Pronto cumpliré 6 en unos días - dijo feliz como si estuviera muy orgulloso de ser grande.
Tomoyo le sonrió.
- Tomoyo - llamo Eriol.
Él miró al pequeño con quien hablaba Daidouji.
De la misma manera Hotaru le sonrió.
- Estaré con ustedes, pronto - dijo con vocecita infantil y sonriendo.
Ni Eriol, ni Tomoyo lo entendieron sus palabras.
- ¿Hotaru? - le llamo su madre.
- ¿Qué pasa? - dijo un poco asustada la madre al ver a su hijo hablando con extraños.
- Lo sentimos - se apresuro a decir Eriol - sólo hablábamos.
La mujer los vio con cierto recelo.
- Lo siento, debemos irnos, con su permiso - tomo al niño por la mano y lo jaló - buenas tardes – dijo y se fue.
- Hotaru, te he dicho que no hables con extraños - regañaba la madre.
- No son extraños madre - se defendía el pequeño.
Tomoyo y Eriol vieron a la madre y al pequeño marchándose.
- Hotaru - repitió Tomoyo - es un nombre hermoso ¿no crees? Y parece un niño muy especial.
Al escuchar la palabra "especial" Eriol concentró todo su poder mágico para poder percibir el aura del pequeño. Al mismo tiempo que Hotaru dejaba mostrar una pequeña parte de su poder.
Abrió grande sus misteriosos ojos azulados.
- No puede ser - dijo asombrado.
- ¿Qué pasa? – Tomoyo notó su semblante.
- Ese pequeño es el último pilar.
- ¿Un niño?
Eriol tomo a Tomoyo de la mano y la jaló yendo tras la señora y Hotaru. Pero al llegar sólo los vieron irse en su auto.
- ¿Un niño? - seguía sin creerlo Tomoyo - pero es muy pequeño.
- No existen las casualidades... - pensaba Eriol - sólo lo inevitable - completo el pequeño mientras se alejaba del lugar.
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- ¿Ahora? - preguntó un poco incrédulo Samui.
- Así es. No habrás creído que esperaríamos más.
- Pero si su nivel de poder estará completo hasta dentro de 3 días ¿no es cierto? Es por eso que la batalla estaba planeada para entonces.
- No seas tan ingenuo Samui - dijo la voz ronca y escalofriante de su jefe - ellos están esperando que el ataque sea en esos días.
- Hemos desperdiciado mucho tiempo, buscando al último pilar - dijo con un dejo de burla dirigido hacia Samui, quien pensó que lo había encontrado, pero le paso lo mismo que a Eriol - pero aunque no tenga todo mi poder debemos aprovechar su debilidad. La maestra de las cartas esta débil, Hikaru también lo esta y las personas infectadas, sólo esperan la señal para despertar.
Las seis sombras tras el jefe de Samui permanecían en silencio e hincados frente a ellos, con la cabeza baja.
- ¡Por fin obtendremos la victoria! - dijo convencido y levantando las manos.
Su aura comenzó a crecer, de su oscura figura una especie de vibración comenzó a surgir.
- ¡Despierten de su sueño! y cumplan con mis ordenes.
Las vibraciones comenzaron a desplazarse por todo el lugar, y dispersándose llegaron a las barreras de Hikaru, haciendo que la neblina, que hasta entonces permanecía quieta, comenzara a tomar vida y agitarse cada vez más rápido y con cada vibra cobraba más y más poder, golpeando fuertemente a las barreras.
Todos los habitantes de Hikaru lo sintieron, rápidamente acudieron a ver lo que ocurría. Para su asombro la neblina atacaba sin piedad a las barreras.
- Es su turno - dijo la sombra
De entre la neblina con temor, los habitantes de Hikaru vieron salir temibles seres que se arremolinaban a ayudar a la neblina con su tarea, enviando fuertes hechizos contra ella.
En el palacio todos ya estaban alertas. La señora Kinomoto, se esforzaba en reforzar las barreras con hechizos diversos. Fujitaka hacía lo suyo buscando y haciendo hechizos de menor intensidad, pero de protección. Touya y Yukito estaban en camino recorriendo la barrera y revisando que en ningún lugar estuviera rota.
- ¡Vámonos! - ordeno el jefe de Samui.
- Ellos se encargaran de aquí - sonrió abiertamente - tenemos un planeta, vidas y poder que tomar en la tierra.
Con suma facilidad abrió un portal.
Samui quedo un poco sorprendido, la ocasión anterior que abrió uno le costo más esfuerzo.
- No te sorprendas Samui, ahora tengo el suficiente poder, pero muy pronto tendré mucho más y el clímax será en 3 días - Le dio la espalda y entró al portal seguido de las seis figuras con alas y el mismo Samui.
Por un momento el hermano de Zeshin tuvo miedo, miedo porque el poder de su jefe había rebasado por mucho sus poderes y aún más, era un aura poderosamente oscura, digna del representante del lado oscuro. Temía que le hiciera lo que le hizo a su hermano. Pero la promesa de venganza contra la Card Master lo hizo seguir adelante.
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En la tierra todo parecía estar igual de "tranquilo". El anochecer caía lentamente en las calles de Tokio. Cuidando a Sakura seguían Kero y Mei. Hannia había sido llamada a la casa de la señora Li. Al parecer Tabura había sido muy convincente en sus argumentos para llevara a cabo la boda a pesar de las circunstancias.
Sakura dormía ahora más placida.
Kero comenzó a inquietarse.
- ¿Qué pasa? - preguntó notándolo Mei.
- Las auras - dijo preocupado.
El celular de Mei sonó.
- !Hola!
- Listo ¿todos escuchan? - preguntó Tomoyo.
- Sí - contestaron.
- Escúchenme - dijo sorpresivamente Fuu - he sentido un portal abrirse hacia este mundo que proviene de Hikaru, el representante del lado oscuro de Hikaru ha llegado - dijo con voz preocupada que a todos alarmo.
Todos habían sentido como auras negras muy poderosas aparecían.
- Pero no viene solo - dijo aún más alterado - vienen con él todos y cada uno de los pilares negros - completo Eriol - no sólo eso, las personas comenzaron a comportarse muy extraño, parece que han sido poseídas.
- ¿Qué?
Todos sintieron como en minutos la ciudad de Tokio comenzaron a surgir auras negras.
- ¿Qué demonios es eso? - se sorprendió Kero.
- Es energía negativa de humanos pero... - decía Fiang que fue interrumpido unos extraños sonidos se escuchaban.
- ¿Fiang estas ahí? - se preocupo Hannia.
Después de algunos segundos de ruidos extraños pareció que Fiang volvió al celular.
- Lo siento - dijo un poco alterado - una persona me acaba de atacar, pero tiene un aura negra. Lo deje inconsciente, pero parece que no es el único - dijo al ver a una mujer que lo veía con ojos extremadamente rojos y se acercaba amenazadoramente.
Se escucho como tuvo que alejarse del lugar.
- No debemos lastimarlos - dijo Shaoran.
- Tiene razón - apoyo Eriol.
- ¿Porqué? - preguntó enojado Kero.
- No olviden que son humanos, deben estar poseídos por una fuerza, pero no podemos darnos el lujo de lastimarlos - contestó el chico de ojos negro-azulados.
- ¿Cómo nos defenderemos entonces? - preguntó Hannia que también parecía estar enfrentándose a alguien.
- Sólo déjenlos inconscientes, no los lastimen. Ni permitan que lastimen a las persona que están a su alrededor - Shaoran parecía preocupado.
- Esta bien – contestaron.
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- Mis queridos pilares... - comenzó el hombre.
Mientras 6 ángeles negros flotaban a su alrededor. A la vez que todos estaban sobre lo que parecía ser una zona en construcción, específicamente sobre un edificio de unos 40 pisos.
- ... su deber, es hacer lo contrario que hicieron alguna vez. Ahora harán que todos estos inútiles - dijo refiriéndose a los habitantes de la tierra - me den energía.
Los ángeles hicieron una reverencia y comenzaron a hacer una especie de ritual alrededor de la figura. De todos los lugares de la tierra los humanos infectados comenzaron a transformarse y comenzaron a atacar a la gente. Y esa energía poco a poco llegaba se juntaba y llegaba a él.
El cuerpo cubierto aún por la túnica negra, el jefe de Samui por la absorción de poder parecía aún más alto y más robusto.
- Con este nivel, puedo fácilmente derrotarlos - dijo triunfal.
- Y ahora... - su cuerpo floto en el cielo. Elevó sus brazos y poco a poco su aura se extendió por todo el lugar, creando una sensación de vació y desolación, que todos sintieron.
Inmediatamente la sensación llego a todos los corazones, no sólo el de las personas que tenían magia, también de las personas que no la tenían. De pronto parecían deprimidos, como si un enorme dolor pesara en su alma y corazón.
- Oh, no es posible - pensaron al unísono los amigos de Sakura, que aún seguían comunicados.
- ¿Lo sienten? - preguntó Fiang a todos.
- ¿Qué esta pasando? - preguntó Hannia, con la horrible sensación.
- ¿Tienes alguna idea Li? - ahora habló Eriol.
- ¿Li? – preguntó de nuevo ante su silencio.
- Fiang, Fuu, Eriol, Hannia los veré en el lugar donde se concentra el poder. Los que no tienen magia no se acerquen, esperen en el hospital- ordenó Shaoran su voz parecía agitada - Hannia llama a mi madre y a Misaki, necesitaremos su ayuda - dijo finalmente luego colgó sin dejar responder a nadie.
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Las algunas de las calles de la alguna ves tranquila ciudad de Tokio, eran ahora pequeños campos de guerra en donde humanos infectados atacaban a los otros sin piedad. Y con la llegada del representante del lado oscuro sus poderes incrementaron, ahora no sólo atacaban, sino que podían infectar a otros que no lo estaban. Unas personas se defendían como podían, pero al final el resultado era el mismo, los infectados les extraían la mayor parte de energía que podían, de sus miedos y pensamientos negativos. Quedaban inconscientes y minutos después despertaban infectados para seguir propagando el temor y sufrimiento.
Kero tuvo que salir del hospital al sentir un aura atacando a personas a unas calles del hospital. No quería dejar a su ama, pero eran tan constantes los ataques y las victimas que salió, prometiendo a Mei regresar lo más pronto posible. Aunque se arriesgará a ser descubierto, pues los demás también tenía peleas con otros humanos, las batallas se podían sentir en algunos lugares más fuertes que en otros.
Mei se paseaba de un lugar a otro en la habitación de Sakura, esperando a Hannia que había anunciado llegar con ella, pero una pelea con otros humanos la retenía.
Lo mejor de todo es que ninguno de los que estaban en el hospital había resultado infectado, pero a cada momento llegaban heridos por los ataques. Las sirenas de las ambulancias no paraban de sonar por toda la ciudad. Y en la televisión los medios alarmados por la ola de violencia tan terrible. Incluso uno de los dirigentes de uno de los países más importantes hacía algunos minutos había declarado una guerra a un país vecino con una tonta excusa.
- Señorita - la enfermera la sacó de sus pensamientos.
- Señora - rectifico.
- Lo lamentó - dijo la enfermera - pero podría ayudarme, es que hay muchos heridos que han llegado y hace falta personal, necesitamos a alguien que nos ayude cuidando los pequeños, porque se han quedado solos.
- Pero no sabría que hacer.
- No importa, sólo debe cuidarlos - dijo acercándose.
- Pero ¿y ella? - dijo refiriéndose a Sakura.
- No se preocupe, estará bien - Mei iba a protestar, pero... sintió un golpe en la nuca que la dejo inconsciente.
- Gracias por distraerla - la enfermera escucho la voz de un hombre y lo único que vio fue una sombra en la ventana antes de caer inconsciente por la impresión.
- Ahora nadie te ayudará - dijo Samui entrando a la habitación de Sakura.
Ella permanecía dormida, sin sentir su presencia siquiera.
- Esto será muy fácil - dijo a Sakura mientras trato de tocar su rostro.
En ese instante el anillo de Sakura brillo con gran intensidad, también lo hicieron las dos cartas que se habían negado a su ama, eran tal la luz que ilumino la habitación completa, formándose algo que parecía ser un escudo luminoso a su alrededor. Sin embargo Samui no le presto atención. Su mirada se endureció, pasando a ser de desprecio.
- Eso no me detendrá - de su mano salió un brillo negro y la acercó al escudo. Nada paso, el escudo no cedió. Samui sonrió un poco y luego levanto el brazo y dio un certero golpe al escudo, rompiéndolo en mil pedazos, el anillo y las cartas dejaron de brillar.
- Lo haremos divertido.
La tomo en brazos, jalándola de manera brusca desconectándola inmediatamente de los cables que registraban sus latidos. En brazos la sacó al balcón y floto hasta el piso superior del enorme edificio. Eran unos 20 pisos de altura.
El frió de la noche hacia ondear la blanca y diminuta bata de Sakura, mientras Samui aún la tenía en brazos. Vio a lo lejos a su jefe aún alimentándose de toda la energía de los humanos.
- Lastima que tu no sabrás como morirás, me encantaría ver tu cara de terror - le dijo al oído, mientras ella seguía sin cambio alguno.
Con una mano la tomo por el cuello y la observó de pies a cabeza. Su delgado y frágil cuerpo era manejado como un títere en las manos de Samui.
- No es así como debes estar vestida - hizo un ligero movimiento con la otra mano y los ropajes de Sakura cambiaran a uno muy parecido al que Samui le vio una vez. Era un color blanco mármol, con algunas incrustaciones de unas piedras negras en la parte del pecho y cintura que daban contorno a su bien formado cuerpo. Era largo de la parte de atrás y más corto en frente, dejando ver un poco de los bellos pero entrenados muslos de la excard captor. Su cabello estaba suelto ondeando con el helado viento de la noche. Samui sólo pretendía burlarse de ella.
- Lo vez, ahora si estas arreglada para tu funeral.
La tomo de nuevo en brazos y se dirigió a donde estaba su jefe y casi inmediatamente el anillo de Sakura comenzó a brillar de nuevo, indicando el peligro en el que se encontraba.
El jefe de Samui sintió la llegada de su servidor. A su alrededor una varias esferas llegaban y al tocarlo se hacían parte de su poder.
- Por ahora es suficiente - dijo bajando de donde flotaba al mismo tiempo que los ángeles, descansando sobre el último piso del edificio.
- Lo ves Samui - llamó su atención - el plan salió perfecto, ellos nos esperaban en unos días, se descuidaron y la descuidaron- dijo refiriéndose a Sakura- ahora no podrán hacen nada para ayudarla.
Efectivamente las auras de todos los amigos de Sakura se encontraban dispersos en la ciudad. Sin saber lo que a ella le sucedía.
El doctor al darse cuenta de que su enfermera no regresaba fue en su búsqueda, encontrándola a ella y a Mei inconscientes, y la cama de la paciente vacía.
- ¿Qué paso? - inmediatamente se dispuso a atender a las mujeres inconscientes.
- Siento la tardanza pero esos humanos... - entraba explicando Kero.
El doctor lo miró impresionado de ver a un peluche parlanchín que volaba. Kero no supo que hacer al verlo ahí. Luego se dio cuenta que atendía a Mei, inmediatamente buscó a Sakura, pero sólo encontró la cama vacía.
- ¡Sakura! - grito desesperado. Su cuerpo cambio, para formarse el guardián solar en todo su esplendor, temiendo lo peor salió de inmediato del lugar buscándola. Después de ver todo aquello el doctor hizo compañía a las damas, cayendo igualmente desmayado de la impresión.
- Nadie podrá evitar tu muerte – dijo el jefe de Samui acercándose a una Sakura inconsciente, que estaba aún en brazos de éste.
Pronto sintió las auras acercándose.
Inmediatamente hizo un conjuro en voz baja. Y a su alrededor apareció una semiburbuja, que cubrió gran parte del lugar, protegiéndolos de cualquier posible ataque. Era muy parecida a la que utilizo Zeshin con Sakura, sólo que éste era transparente y cubría una enorme zona de la construcción.
- Creo que tendrán diversión - dijo a los ángeles - vayan, vigilen que nadie entre, diviértanse un poco con ellos y mátenlos.
Los ángeles se dispersaron y entre los seis rodearon la esfera para vigilar.
En minutos todos los amigos de Sakura se reunieron a escasos metros de la semiburbuja de poder. Sólo faltaban Hannia y Shaoran, Tomoyo había ido hacía el hospital.
- ¿Qué rayos es eso? - dijo asombrado Fiang.
- Es un escudo - aseguró Fuu.
- ¿Sienten algo? - preguntó Eriol.
- Es cierto - dijo Fuu - hay seis presencias... son los pilares.
- Seguramente están vigilando.
Todos sintieron un aura muy conocida acercándose a gran velocidad. El espectacular guardián del sol llego con ellos
- ¿Y Sakura? - pregunto a todos.
- ¿De qué hablas? Deberías estar con ella.
Rápidamente Kero explico todo. Diciéndoles que encontró rastros de un poder impresionante en la habitación de su ama.
- Entonces ¿tienen a Sakura?
Eriol asintió, mientras Fuu apretaba los puños y Kero estaba más que enojado.
- Para poder llegar a ella debemos derrotarlos - dio un paso al frente Fuu, decidido.
- Nosotros ayudaremos - escucharon la voz madura de la madre de Shaoran.
- Así es - confirmó Misaki – mostrando sus figuras.
- ¿Pero como los derrotaremos?
- Recuerden lo que decía el diario del señor Li - dijo Eriol.
- Cuando las estrellas no brillen en el cielo y la niebla cubra la bondad. La salvación se encontrará cuando la verdad sea conocida... - comenzó Ieran a decir - cuando la hija de Hikaru tenga esperanza, cuando cada uno de los 7 principios sean descubiertos - completó Eriol mientras recordaba cada palabra.
- Ahora, puedes cobrar tu venganza y eliminarla - le dijo a Samui – hay un hechizo que evitará que cualquier magia blanca pueda funcionar dentro de este lugar – dijo refiriéndose a la burbuja. Pensaba que si Sakura llegaba a despertarse, no podría hacer nada.
Samui sonrió maléficamente.
- Por fin... - miro a la aún inconsciente Sakura.
- Hazlo como desees, yo estaré alimentándome, sólo no me molestes - dijo su jefe y floto algunos hasta la parte más alta de la burbuja y siguió absorbiendo poder.
- No sabes cómo te odio chiquilla, por tu culpa perdía a mi hermano. Lo pusiste en mi contra, lo hiciste. Éramos hermanos, siempre nos habíamos cuidado entre ambos. Pero después de que te conoció todo cambio, incluso todos sus pensamientos malvados cambiaron y al final murió por defenderte... por defenderte - dijo de nuevo con notable ira y rencor.
- Y ahora estas en mis manos - sonrió al decirlo - morirás y no hay nadie que te ayude. Y lo mejor de todo es que no te daré la oportunidad de morir como una gran heroína, que decía el destino. ¡NO!, morirás como una simple mortal.
La tomo subiéndola al aire. Su cuerpo inconsciente flotaba arriba.
- ¡MUERE SAKURA KINOMOTO! - grito con júbilo.
- Pero espera - dijo deteniéndose - falta algo más - disfrutaba ese momento de venganza - no sería divertido si tus amigos no lo supieran.
- Escúchenme escoria - su voz se expandió por toda la ciudad - ¿alguien conoce a una tal Sakura? – dijo con voz de desprecio.
Los amigos de Sakura ya habían dispersado para atacar desde diferentes ángulos pusieron atención al sentir invadirlos una poderosa aura.
- Sólo tienen que cerrar sus ojos para verme - de inmediato todos lo hicieron y como si de una película se tratará, la imagen de Samui era proyectada en sus cabezas. Incluso algunos, incluyendo a Tomoyo que no tenían poderes lo pudieron ver.
Samui bajo el cuerpo de Sakura y lo irguió.
- Ella... - dijo cuando la tomaba del rostro - morirá ahora, y ustedes no pueden hacer nada – dijo con falsa tristeza - La destinada a salvar la tierra, morirá aquí y ahora. Pueden agradecérmelo no sufrirá, ríndanse ¡¡HEMOS GANADO!! - dijo triunfal.
De nuevo la levanto al cielo y se acercó a la orilla. La miro por última vez con tal desprecio que sus ojos eran temiblemente brillantes de felicidad por lo que hacía.
La energía que la retenía desapareció, y el cuerpo de una inconsciente Sakura comenzó a caer al vació. En cuyo fondo la esperaba una terrible y deshonrosa muerte. Fue entonces cuando la proyección en las mentes de sus amigos desapareció.
- ¡¡¡NOOOO!!! - los gritos no se hicieron esperar.
- ¡SAKURA! - gritaba Tomoyo llena de enojo y tristeza. Su llanto se podía escuchar en casi todo el hospital a donde había llegado para ver a Mei. Sus sollozos despertaron a Mei.
- ¿Tomoyo? ¿Qué pasa? - preguntó sin saber nada.
- Sakura... - repetía una y otra vez con lágrimas que no paraban.
- ¿Qué le pasa?
- Murió Mei, ese asesino la mato - apenas le entendía lo que decía la prima de Shaoran.
- No debe ser un error - dijo asustada, después pareció entenderlo - Sakura... - dijo con ojos llenos de lágrimas. Sólo abrazó a Daidouji para llorar junto a ella.
- ¡Sakura! - Fuu apretó los puños y voló hacia la burbuja - ¡NO!
Lanzó una enorme cantidad de energía al escudo que éste absorbió, son causarle el más mínimo daño.
Lo mismo pasó con todos los demás. Están llenos de furia, sus corazones estaba tristes y su mirada perdida, sólo se lanzaron al ataque.
Eriol vio todo con los puños cerrados, sin poder evitarlo una solitaria lagrima surco su rostro.
- Sakura, no morirás – pensó y comenzó a tratar de enviar energía hacia ella, pero la burbuja la bloqueó y no llego a su destino.
Samui estaba de lo más feliz en la cima.
El cuerpo frió e inconsciente cuerpo de Sakura parecía caer lentamente a la nada.
Pero de un momento a otro, fue aprisionado con fuerza. En el momento que Samui se dirigía al hospital, el anillo de Shaoran comenzó a brillar en un tono rosado, transmitiéndole una sensación de desesperación. Cuando llego al hospital pudo ver a Samui llevándosela, decidió no manifestar su aura y seguirlo, cuando vio el lugar donde se reunían todos, sabía que era incapaz de enfrentarlos así que se acercó. Pero temiendo que lo vieran utilizó otra táctica, abrió una pequeña puerta dimensional, por la que llego a uno de los pisos superiores del edificio. Segundos antes de que el jefe de Samui construyera la barrera, al ver sus intenciones espero a que él la suelte para poder ponerla a salvo.
En cuanto Shaoran la abrazo, comenzó a caer con ella. Inmediatamente intento un hechizo.
- Dios del viento ven a mi - dijo, para evitar la caída.
Pero nada paso.
3 hechizos y nada, hasta entonces fue que se dio cuenta de que había un hechizo de protección.
- Demonios - dijo pasa sí.
Aún se aferraba al cuerpo de Sakura.
- Sakura - llamo.
- Por favor despierta - le dijo al oído, mientras se aferraba a su cuerpo.
Ella permanecía igual.
Shaoran sentía como poco a poco se acercaban al suelo, no había nada que hacer cayendo a esa velocidad y con ella en los brazos. Simplemente sin magia no tenía nada que hacer.
- Sakura, despierta o moriremos - la tenía a la altura de su pecho, aprisionándola.
Esos segundos eran eternos. Pero no la soltaría nunca. Repentinamente tuvo miedo, un miedo que ya había experimentado, no era perder la vida, sino perderla a ella.
- No morirás - le dijo el chico, tratando de girar sus cuerpos de manera que al caer ella quedará sobre él. Tal vez no ayudaría en mucho, pero su cuerpo funcionaría como amortiguador, para que ella no muriera, era lo único que se le ocurría.
Trato de incrementar su aura, lo logró por unos segundos, luego el poder del escudo lo afecto de sobremanera y no pudo hacer más.
A metros de una muerte segura, Shaoran cerró los ojos esperando el impacto.
- Creo que al final si supe lo que siento por ti - pensaba - aún te amo Sakura, nunca lo deje de hacer, sólo lo ocultaba por temor a no volver a verte, por temor de que nunca fueras mía, y seré feliz de morir por ti.
- Tu corazón late muy fuerte - Shaoran escucho una débil y tierna voz a la altura de su pecho - tu aura es muy calida - lo que la había despertado fue el momento en que él desplegó su aura. Y ahora lo veía a los ojos, mientras parecía no haberse dado cuenta de la peligrosa situación en la que estaban.
- Sakura, me alegro que estés bien - dijo también olvidándose por un segundo la situación en la que estaban. Su mirada estaba cargada de ternura, alegría y un brillo la inundaba. Provocando de inmediato el sonrojo de ella.
- Gracias - dijo ella con la misma mirada. Él sólo le sonrió - Gracias... - repitió - por enseñarme a amar - dijo ella provocando una pequeña sorpresa por parte de Shaoran y luego le siguió sonriendo.
- Te amo Shaoran, nunca lo olvides - dijo Sakura abrazándolo fuerte, mismo que fue correspondido.
Era inminente el impacto. Shaoran iba a contestar eso, pero...
A escasos 5 metros del suelo, sintió un leve jalón y sintió como los brazos de Sakura lo sujetaban fuerte y jalaban hacia arriba, al voltear vio las magnificas y blanquecinas alas de Sakura desplegándose con esplendorosa elegancia. Soltando algunas plumas. Sus alas no necesitaban magia, así que lo hizo sin mucho esfuerzo. El vuelo de Sakura los había salvado, comenzaron a volar despacio para aterrizar del otro lado del edificio.
Sakura deposito a Shaoran muy despacio, como si fuera una reliquia de inigualable valor. Mientras con sus pies descalzos tocaba el frío suelo cubierto de polvo y agua. Él aún estaba perdido observando sus alas, de nuevo en su mente se formo el recuerdo del supuesto sueño.
- ¿Sakura...? – comenzó a preguntar.
- No Shaoran, no fue un sueño - dijo caminando por el frío piso y acercándose lentamente.
Él estaba desconcertado ¿acaso se refería a lo mismo?, entonces todo fue cierto.
La chica puso sus finas manos en los brazos de él, y mientras le regalaba la mejor se sus sonrisas los subía poco a poco hasta la altura de su cuello, dejando aún más desconcertado a Shaoran. Ya que a medida que las manos de la chica avanzaban dejaban una sensación de calidez, no en su cuerpo sino en su corazón.
- NO lo olvides, te amo - fue todo lo que oyó el chico de ojos ámbar antes de sentir unos fríos labios sobre los suyos, mismos que casi de inmediato se hicieron calidos y suaves. El desconcierto de Shaoran le impidió reaccionar, y cuando lo hizo ella ya se había alejado mientras lo admiraba. Sakura trataba de grabar esa imagen en su mente. Shaoran el chico de mirada ámbar, cabello marrón rebelde, muy pero muy apuesto que siempre amo. Y su mirada de incredulidad sólo lo hacía ver más apuesto.
- Sakura yo... - iba a decir algo, pero sus palabras fueron selladas con otro corto beso.
- No, escúchame tu a mi - dijo con infinita ternura - te amo Shaoran, nunca lo deje de hacer, lamento hacerte esto, ahora que te vas a casar, pero era ahora o nunca - él iba a decir algo pero de nuevo ella lo cayó poniendo uno de sus dedo sobre los sensuales labios del chico - no hay tiempo- volteó a ver a lo alto del edificio - pronto se darán cuenta.
Regreso la mirada a su amado - sólo quería que lo supieras. Pase lo que pase todo estará bien - dijo con una sonrisa - luego lo acercó de nuevo, uniendo sus mejillas por un segundo.
- Siempre – un susurro fue lo que escucho Shaoran antes de que todo a su alrededor se desvaneciera y quedará inconsciente. Siendo rodeado por la calidez que ahora despedía el cuerpo de Sakura.
Sakura lo deposito con ternura en el suelo. Para poder dejarlo inconsciente sin utilizar magia era necesario que él bajara la guardia, y era exactamente lo que ella había hecho con el beso, hacerlo bajar la guardia para darle un pequeño golpe en un lugar estratégico de la nuca y que lo dejaría inconsciente por largo tiempo, suficiente para que ella cumpliera su destino y él no corriera peligro en la batalla.
- Lo lamento- dijo mientras retiraba unos mechones rebeldes del cabello de Shaoran - pero no dejaré que mueras, tengo un destino que cumplir y tú - dijo acariciando un poco su rostro - una vida que construir junto a Hannia. Lamento habértelo dicho, ahora, pero quería que lo supieras - de nuevo le dio un corto beso en la frente, sabía que no lo volvería a ver.
Lo llevó con algo de esfuerzo a un costado del edificio para impedir que lo vean.
Sintió como el aura de Samui bajaba del edificio, seguramente iba a comprobar su muerte.
- Adiós - dijo dándose la vuelta.
Camino unos pasos y luego se detuvo.
- Tal vez en otro tiempo, en otra vida o en algún lugar... podamos estar juntos.
Dio un vistazo al chico que amaba y una pequeña lágrima recorrió su rostro. Sabía que era la última vez que lo vería.
- En algún lugar... Shaoran Li - después salió a encontrarse con su destino.
Samui bajo con una sonrisa en su rostro buscando el cuerpo.
- Me buscabas - escucho su voz tras él.
- Pareces un gato - dijo sin sorprenderse - tienes muchas vidas. Pero ahora - dijo volteándose a verla - terminaré con todas.
Estaban frente a frente. Las alas de Sakura estaban recogidas en su espalda, Samui las noto y se dio cuenta el porque había sobrevivido.
- ¿Decepcionado? - dijo con ironía Sakura.
- Al contrario, niña tonta. Hubiera aborrecido la idea de no ser yo quien termine con tu vida. Haz desperdiciado la oportunidad de morir sin dolor, ahora puedo torturarte y asesinarte con mis manos.
- Eso lo veremos.
- Empecemos - dijo Samui.
- Cuando desees.
Mientras tanto el jefe de Samui percibía lo que sucedía.
- Así que no murió - pensaba - peor para ella. Pero parece que hice un buen trabajo – rió y sin darle más importancia siguió alimentándose.
La verdadera batalla acaba de comenzar y terminará con más de una muerte.
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¡Hola!
Muchas gracias por sus reviews, lamento mucho no haber actualizado antes pero he estado más que ocupada, ahora mismo me muero de sueño. Además que se metió a mi pc un gusano o algo así, y estuve peleando hasta poder borrarlo y parece que ahora ya esta bien. Bueno, basta de quejas, espero que les siga gustando esta historia, que muy pronto terminará, como habrían podido darse cuenta. Todo esta planeado, sólo me falta escribirlo, espero no volver a tardar.
Mil gracias a Maky, alex-1987, Ciakaira, MaoAyami/lobo, Ghia-Hikari, Sakura Wen, Perla, nena 05000, Julia Sakura, Skul Potter, Celina Sosa, Ciliegia, Jaina, Arika y Rika chan por escribir y por su paciencia.
Les mando muchos saludos y espero que se encuentren muy bien. Lamento no saludar a cada uno, pero tengo un poco de prisa. Pero saben que los quiero mucho a todos.
Mi mail: (todo menos virus, ya sufrí mucho con uno)
PD: "Es mejor estar sin luz que en una oscuridad visible"
- Milton
(No lo olvide mi querida Perla)
