¡HOOOLAAAAAA!
Yo de nuevo, con un nuevo capitulo que como siempre espero que les agrade mucho, mucho. Estoy muy feliz, a pesar de todas mis ocupaciones y que no me agrado del todo este capitulo. Pero quiero darles las gracias por leer esta historia. Lamento que se este alargando más de lo que quisiera, pero verán que valdrá la pena. Todo tiene su por qué.
SaKuRa-wEn: ¡Hola! Me alegra que el capi pasado te haya gustado y espero que éste también te guste. Aunque debo confesarte que a mi no me convenció del todo, pero en fin, quería actualizar pronto. Se acerca el final y me siento emocionada. Gracias por el review.
Celina Sosa: Mi estimada Celina, siento mucho dejarte con la intriga pero verás que pronto todo quedará resuelto. Espero que este capitulo te guste (aunque a mi no tanto). Muchas gracias por escribir.
nena 05000: Muuuchas felicidades por tu cumple. Sé que es un poco tarde, pero ¡oye! mejor tarde que nunca. Espero que te la hayas pasado muy pero muy contenta y que cumplas muchos más. Y como no tengo otra cosa que darte te mando mis felicitaciones y te dedico el capitulo. Esperando que te agrade. Muchas gracias por escribir. Cuídate y Hasta pronto.
Maky: Hola, bueno siento mucho que esto se alargue un poco más, pero espero que te guste este capitulo. Muchas gracias por escribir y hasta pronto.
Asuka: ¡Hola! me alegra mucho que esta historia te este agradando, te agradezco mucho tu palabras. Espero que lo que sigue también te guste. Gracias por el review y hasta pronto.
Undine: Como siempre muchas gracias por tomarte la molestia de escribir, espero que te siga gustando. No te preocupes por no enviar correos. Cuídate y hasta pronto.
Victor: ¡Hola! Muchas gracias por tus palabras, me motivan a seguir escribiendo para ustedes. Tomaré en cuenta tu recomendación. Siento mucho no actualizar más rápido parta que no le pierdan el hilo a la historia, pero son fuerzas de causa mayor (mejor llamadas: tareas y demás obligaciones ¡BUAA!) En fin, te agradeceré mucho cualquier consejo o crítica. Muchas gracias por el review, saludos y hasta pronto.
Perla: je, je, je. No sabes cuanto me gusto leer el review que me dejaste, simplemente ME ENCANTO. Me alegro que lo que yo quería expresar lo hayas sentido tanto como yo. Y las sospechas del traidor pronto las confirmarás. Ojála este capitulo también te guste mucho (insisto que a mi no me agrado del todo, pero quería publicar más rápido y si lo seguía corrigiendo lo iba a tardar para publicar mucho más) MIL gracias por tus palabras realmente me ayudan y motivan mucho.
Y aquí te va las frases de hoy.
"Solo por que alguien no te ame como quieres, no significa que no te ame con todo su ser"
"Conviértete en una mejor persona y asegúrate de saber quien eres, antes de conocer a alguien más y esperar que esa persona sepa quien eres"
Gabriel García Márquez
Bien, comencemos el capitulo siguiente.
(N. de la A. bien chics ha llegado la hora de la última y decisiva batalla. Bueno en realidad se llevan a cabo simultáneamente, pero para no confundirlos ni confundirme están separadas. Y para ambientar sólo algunas sugerencias: In the end de Linkin Park, y Lucha de Gigantes de... ji, ji, ji no lo recuerdo, así que si alguien lo sabe se lo agradeceré mucho y... son sólo algunas, ustedes pueden tener mejores opciones y si es así díganmelas no sean malos. Bueno ya me extendí, empecemos)
Con cariño para ustedes y en especial para nena 05000:
Capitulo 27
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La noche era más fría de lo normal, las nubes habían dejado paso a un cielo despejado, cuyo principal astro irradiaba algo más que una luz normal. La luna plateada de otros días, ahora parecía reflejar el cambio que en el planeta ocurría, ahora teñida con una leve tonalidad carmín, y rodeada de una misteriosa corona rojiza. Anunciaba el comienzo de un fenómeno que al mundo afectaría.
El mundo parecía un total caos, los seres humanos peleaban entre sí. Unos caían víctimas de aquellas personas que fueron infectados, para después levantarse como uno de ellos. Parecía una plaga que se extendía a todos los rincones del mundo. Toda la humanidad entera se dividía en dos grandes bandos, el oscuro y el que luchaba por que esa oscuridad no se extendiera aún más. A cada minuto, miles caían en las manos de la oscuridad y la luz quedaba con menos aliados.
Pero aquellos que tenían magia desarrollada, luchaban por proteger a los demás y a sí mismos de la batalla que libraban. Miembros de los siete círculos encargados de mantener la armonía de la energía, luchaban con fuerza y hechizos en contra de los infectados.
Una jovencita de unos 17 años corría despavorida por una oscura y solitaria calle. A cada momento volteaba tras de sí, asegurándose de que no la alcanzarán, estaba ya demasiado cansada para continuar. Ya exhausta se detuvo respirando con dificultad, se recargo en la maltratada pared, observando el lugar de donde venía. Sus ojos reflejaban terror, sentía latir su corazón a mil por segundo, aún no acababa de creer lo que minutos antes había visto. Cerro los ojos con fuerza y se abrazó a si misma, cayendo en el frío piso de la calle, mientras calidas lágrimas rodaban por su rostro.
- Así que aquí estabas - la voz de un hombre maduro la tomo por sorpresa.
La chica se levantó con un rostro de terror.
- Tú - dijo en susurro.
Del hombre que se encontraba frente a ella sólo podía verte la silueta.
- Pronto te reunirás con ellos - camino hacía la chica y su rostro pudo distinguirse causando un mayor temor en la chica.
Era un hombre, o eso era lo que quedaba de uno. Con el rostro deformado, algunas puntiagudas espinas parecían atravesarlo. Sus ojos eran por demás escalofriantes, absolutamente negros, pero a la vez brillantes, medía más de dos metros de altura y de su pecho parecía portar un agujero negro.
Estaba a escasos pasos de ella, acercándose lentamente.
Estaba demasiado cansada para correr de nuevo, viéndolo acercarse sólo cerro los ojos, mientras sus lágrimas aún cubrían su rostro. Recordando como vio a ese ser atacar a su familia, y como ellos la protegieron y ayudaron a que se pusiera a salvo.
- Mamá, papá, hermano... - se decía así misma.
Una luz muy brillante impidió que aquel hombre se acercara más a ella.
El hombre con furia en sus ojos buscó a quien le impedía acercarse, encontrando a unos metros de él una silueta que parecía brillar con luz propia, luminando aquel oscuro lugar.
- No intervengas - dijo sin alterarse.
- No la lastimes - dijo la voz femenina que provenía de la silueta
Aún con temor la chica abrió lentamente lo ojos al escuchar la conversación.
- ¿Estas bien? - le escucho decir a la silueta que poco a poco tomo figura de una mujer.
Aún temerosa, sólo contesto con un movimiento de cabeza, aquella persona le provocaba una sensación de confianza.
Lo siguiente que supo fue que, ambos, el sujeto y su salvadora entraron en una horrible batalla, en donde ella sólo veía luces que se atacaban. Segundos después y aún sin creer lo que veía, sintió como alguien la tomo por la cintura, le tapo la boca y se la llevó. Se resistió por un momento, pero de nuevo la sensación de confianza la invadió y dejo de luchar dejándose llevar. Fue transportada hacia lo que parecía ser una estación de un metro. La soltaron ya con delicadeza y aún con temor volvió la mirada.
Frente a ella un chico de su edad, muy apuesto que la observaba de arriba abajo. Ella se quedo un poco sorprendida, no por la mirada que él tenía, sino por la vestidura tan extravagante que utilizaba. Una especie de toga gris, con un bordado al que no pudo descifrar por la oscuridad del lugar.
- ¿Estas bien? - por fin lo escucho hablar.
- Ss sí - apenas le salieron las palabras.
- Bien, vamos - sin más la tomo de la mano y la guió a la parte más profunda del lugar.
Ella se dejo llevar, con una sensación aún indescriptible en si. Llegaron a un amplio salón más iluminado, por unos segundos ella cerró los ojos para acostumbrarse a la luz, una vez que lo hizo, pudo ver a cientos de personas en el lugar. Unas iban con algunos vendajes, otras curaban a heridos, otras más daban de comer.
- ¿Donde estamos?
- Es un refugio - dijo el chico y la jaló de nuevo hacia el lugar.
- ¿Qué esta pasando? - dijo más asustada al ver algunos de los heridos que tenían heridas impresionantes.
- No es momento de explicar, sólo debes saber que somos el círculo de Europa y haremos lo posible por evitar que el destino se cumpla.
- Quédate aquí, están protegidos por ahora - dijo el chico, dejándola con otras personas que se apresuraron a revisar si se encontraba bien. El chico no dijo más y regreso por donde llegaron.
- ¿Qué esta pasando? - se preguntaba, mientras veía a todas esas personas.
Todos los círculos del mundo, estaban en las mismas condiciones. Sabían de la llegada de un representante del mal. Sabían TODO gracias a Ieran Li que se había encargado de que todos estuviesen prevenidos y preparados para lo que se acercaba.
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Afuera, los amigos de Sakura se encontraron con una valla de humanos infectados que no dudaban en atacar.
Con certeros golpes Fuu los golpeaba, dejándolos inconscientes, pero casi desesperado por no poder hacer más.
- Sakura - susurraba cada minuto, desesperado. Cuando sin evitarlo y sin quererlo hacer, unas ligeras lágrimas salían de sus ojos violetas.
Culpándose por la suerte de ella, él era su guardián. Como lo había sido el señor Gakusha de Nadeshico. Pero él no la puedo proteger, a su mente llegaba una y otra vez las escenas que Samui les enseño.
Kero, Fuu, Eriol, Hannia, Fiang, Ieran, John Misaki peleaban con los humanos, pero en su corazón había desesperación. ¿Qué podían hacer? Cuando su esperanza había sido pisoteada por Samui.
Dejando inconscientes a cientos de infectados, se habían separado para atacar desde diferentes puntos a la burbuja. Mientras en algunos, las lágrimas no dejaban de salir.
- No lo hagan - se escucho una vocecita triste en las mentes de ellos.
Todos se sorprendieron de escuchar aquello y se apresuraron a buscar de quien se trataba.
- Por favor - dijo otra vez, entonces todos se dieron cuenta de que la vos provenía de su cabeza.
- ¿Quién eres? - preguntó algo enfadado Kerberos, aún con los ojos húmedos, pensando que era una broma de Samui.
- Eres el último pilar no es cierto? - dijo Eriol.
Todos lo escucharon fuerte y claro en su mente.
- Sí - dijo con melancolía el pequeño.
A la vez que una sensación de bienestar y vitalidad invadía sus cuerpos.
- Por favor, no hagan eso.
- ¿De qué hablas? - contesto más calmado Fuu.
- No peleen de esa manera. Están peleando como si estuvieran llenos de rencor por lo que le sucedió a ella...
Nadie lo negó, dentro de sí, sabían que era cierto.
- Sus corazones están desesperados y tristes, están cayendo en la trampa del enemigo. No tienen porque sentirse así. Ella esta viva y peleando por salvarnos.
Esas palabra hicieron que todos se asombraran de momento para después alegrarse de lo que estaban escuchando y de nuevo la esperanza resurgió.
- ¿Es cierto? - preguntó Kero con ilusión, temiendo que fuera mentira.
- Así es... - hizo una breve pausa – Ahora, deberán enfrentarse con los pilares negros, y para ayudarlos deben recordar las palabras del señor Li - dijo sorprendiendo a todos de que supiera eso - Por favor, luchen con el corazón más que con la fuerza y la inteligencia más que el poder. Pronto, muy pronto estaré con ustedes.
Sin más, el aura del último pilar se desvaneció, pero no lo hizo la nueva esperanza que sembró en todos y cada uno de ellos.
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Samui convirtió su báculo en una filosa espada. La espada iba y venía con una enorme velocidad y agilidad, buscando siempre el cuerpo de Sakura. Ella se limitaba a esquivarlos lo más rápido que podía, con movimientos igual de ágiles. Al ver esto Samui sólo sonreía más y poco a poco sus ataques comenzaron a tomar más velocidad y poder, una tenue luz oscura comenzó a surgir de la espada. Sakura comenzó a retroceder, al sentir el aumento de los ataques. Aunque sus movimientos eran muy ágiles, no podía evitar que el filo de la espada estuviera cada vez más cerca de su cuerpo.
Samui seguía muy divertido, hizo una finta de un golpe dirigido a su pecho, pero en cuanto ella lo quiso esquivar con gran velocidad, subió el filo hacia la cara de ella. Por escasos centímetros logra lastimarla, ella pudo reaccionar a tiempo y alejo su cara. Algunos cabellos castaños cayeron despacio al suelo, la espada los había alcanzado, evidenciando como ella estuvo a punto de ser herida y lo peligroso del filo del arma de su enemigo.
- No esta mal para alguien que ha estado inconsciente por largo tiempo y que aún convalece - dijo recordando lo grave de las heridas de ella.
- Te sorprenderías - dijo parada en una barda en construcción, mientras sus ya estaba sucios por el polvo del lugar.
- Pero ¿qué puedes hacer en esas condiciones? - preguntó simulando preocupación.
Ella no respondió.
Hasta ahora Sakura sólo había evitado los ataques, sin intención alguna de atacar.
- Aún no esta recuperada - pensaba Samui.
- No puedo seguir así, si lo hago no tardará en eliminarme, pero qué puedo hacer - reflexionaba ella.
- ¡Ya esta! - dijo el deteniendo sus ataques.
Ella lo miró interrogativamente.
- Le pedía a él - dijo levantando una mano al cielo, señalando a su jefe que yacía aún alimentándose - que dejará que utilices tu magia, ya sabes, para divertirme un poco más.
En los ojos verdes de Sakura por un momento se voy un brillo de esperanza, tal vez si la utilizaba tendría posibilidades de ganar.
- No pienses que por tenerla me vencerás - dijo al ver la determinación en los ojos de ella.
Sakura se irguió y comenzó a llamar su magia. Sabía que en esta lucha no debía vacilar, utilizaría todo el poder que tenía. El poder que durante años había guardado dentro de sí, el poder que ahora había encontrado el equilibrio y estaba en su parte más alta.
Pero por otro lado, sabía que su cuerpo podía no soportarlo todo, pues a pesar de haber permanecido tanto tiempo en el hospital, no estaba totalmente recuperado. Pero no se limitaría, haría lo posible por cumplir y si en ello perdía la vida, estaba dispuesta a hacerlo.
Reunió el poder en su cuerpo, no todo, pero sí la gran mayoría.
Samui, aún confiado la dejo hacerlo.
En segundos, ella se vio envuelta en un aura rosada, que la cubría totalmente.
- ¿No crees que has cometido un error? - preguntó la voz del jefe de Samui en su mente.
- Lo haré a mi modo.
- Sólo recuerda que si te elimina, no te ayudaré - finalizo su jefe.
- No lo necesito - pensó Samui.
Sakura estaba cubierta por su poder, sintió como poco a poco su cuerpo se llenaba de magia, magia que había aprendido a utilizar hace poco. Pero también sintió otra magia diferente, que en realidad eran dos. Al verse, pudo distinguir el anillo que brillaba de manera descomunal, como si estuviera en sintonía con su magia. Ella le sonrió agradeciéndole que la apoyara, sintiendo como también era apoyada por todos los habitantes de Hikaru. Por otro lado, también buscó otra fuente de poder, eran sus hermosas cartas, que a pesar de todo se habían negado a abandonarla y también brillaban diciéndole que contaba con ellas, les agradeció mentalmente y se fusiono al fin con la magia que necesitaba.
Sakura dejo de brillar, la luz se desvaneció permitiendo verla de nuevo. Ahora estaba vestida de manera diferente. Llevaba unos botas largas, un pantalón y una blusa blanca y sobre ella una larga gabardina nácar. A sus pies el símbolo de su estrella y de Hikaru brillaban, era una estrella de siete picos plateado, rodeado de un anillo dorado, al centro de la estrella el símbolo de Hikaru, dos "s" entrelazadas §.
Lentamente abrió los ojos, su mirada era diferente, el verde de sus ojos era muy decidido. Parecía que de un momento a otro se había recuperado por completo, su cabello brillaba con reflejos que parecían en un momento plateados y su rostro era muy serio, pero imponente.
- Me gustaba más el otro vestuario.
- Éste es para pelear.
- ¿Lista?
El símbolo bajo sus pies brillo y comenzó a flotar, subiendo sobre ella, después cambio de posición y tamaño, haciéndose en segundos el báculo de Sakura, cristalino completamente. Y en la parte alta la estrella con la misma figura.
- Sí - dijo tomándolo con fuerza.
- Así me gusta - Samui hizo lo mismo, comenzó a reunir su poder en su cuerpo.
Sakura también espero sólo viéndolo. El rostro de Samui era de una persona de unos 27 o 28 años, en otras circunstancias juraría que era una persona buena y alegre por su rostro, que era muy parecido al de su amigo Zeshin. Cabello negro y ojos café como su hermano, pero que lejos de ser tan tranquilos como los de él, estaban llenos de odio y rencor. Medía mucho más que ella, llegaba a unos 2 metros fácilmente, de cuerpo robusto cubierto por la túnica que siempre utilizaba. Su aura aumento considerablemente de nivel y su espada fue convertida en un báculo negro, en la punta estaba un círculo y en el centro una pequeña esfera negra giraba en su eje.
Ambos comenzaron a mostrar sus auras, en todo su esplendor. Ella en color rosa pálido y él en negro profundo. A pesar de la distancia que había entre ambos, las auras eran tales que se alcanzaban a tocar, provocando que pequeñas chispas salieran en su encuentro.
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Segundos más tarde. Todos los humanos infectados estaban inconscientes y Kero, Fuu, Eriol, Hannia, Fiang, Ieran y John Misaki listos para atacar desde los diferentes puntos la semiburbuja transparente gigantesca.
- Bien, escuchan todos - escucharon todos por los celulares, con algunas dificultades, ya que el campo magnético que desprendía la esfera intervenía con la comunicación.
- Sí - dijeron.
- Un momento - dijo Kero, que para poder contestar se convirtió en su forma de muñeco, que con su forma original no podía hacerlo.
- Listo - dijo al fin.
- ¿Shaoran? - preguntó Hannia, preocupada porque no lo había visto ni escuchado.
- ¿Shaoran?
- ¿mocoso?
Nada.
- ¿Dónde esta?
- La última vez que supimos de él nos mando a reunirnos pero no llego.
- Su celular debió haberse descompuesto - dijo Ieran - que casi no hablaba, pero que también se preocupaba, pues no había sentido su aura tenía ya algún tiempo.
- Es un cobarde - dijo enojado Kero.
- Kero, por favor - suplico Fuu.
- Esta bien ¿qué hacemos? - dijo desesperado el guardián solar. Después de la noticia sólo le importaba proteger a su querida ama.
- La voz que escucharon es el último pilar. Si Sakura esta viva, entonces debemos apresurarnos a rescatarla, atacaremos todos al mismo tiempo. Si lo hacemos con todo nuestro poder, tenemos la posibilidad de destruirlo, pero sólo si lo hacemos al mismo tiempo. ¿Están de Acuerdo?
- Sí - dijeron todos.
- Shaoran ¿dónde estas? - se preguntaba Eriol, tal vez con su poder, podrían lograrlo con más facilidad.
- Prepárense.
- Sí - Todos sin excepción, comenzaron a reunir su poder para el momento. Tardaron unos más que otros, pero todos concentraron su máximo poder en el ataque.
- Formen una esfera, lo más grande que puedan en sus manos y a mi señal la lanzan.
- ¿Listos?
- Sí - cada uno, con su hechizo más poderoso estaban concentrados en el ataque.
- ¡Ahora! - grito Eriol y su aura se incrementó de golpe, dando la señal.
El poder se podía percibir, era inmenso e iba directamente a la burbuja desde los diferentes puntos.
- Lo lograremos - dijo Kero.
- Se romperá - dijo Hannia, que jamás había sentido tanto poder.
Los demás observaron los resultados.
Se vio por todo alrededor de la esfera un gran brillo, que dejo tras de si una cortina de humo.
- ¿Qué dem...? - comenzó a decir Kero
- Pero... - dijo Fiang, que estaba seguro de que lo habían logrado.
Después de que la cortina se desvanecía lentamente notaron que ahí estaba la burbuja y peor aún, no sólo estaba igual, sino que cada uno, a excepción de Hannia, tenía frente a sí aun extraño ser.
Eriol de inmediato tomo la postura de combate, sabiendo perfectamente de quienes se trataba.
Lo siguiente tomo milésimas de segundo. Aquellos seres, levantaron la mano apuntaron a quienes estaban frente a sí, y mandaron un certero impacto, dando justo en donde deseaban.
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- ¿Qué podemos hacer? - decía tratando de conservar a toda costa la calma, que no sentía.
- Por ahora, sólo hechizos para reforzar las barreras - sin saberlo la mirada que su hijo tenía, era la misma que ahora él portaba.
- Mamá - dijo el chico de cabello negro viendo a su querida madre.
Nadeshico Kinomoto había entrado en un profundo trance, el cual le permitía conservar a las barreras, pero al mismo tiempo le estaba restando magia muy lentamente.
Padre e hijo lo sabían muy bien, pero por ahora era todo lo que podía hacer.
- Sakura - pensaron al unísono.
- Algo debe estar pasando en la tierra - dijo frunciendo el ceño.
- Me temo que así es.
- ¿Hay alguna forma de saberlo?
- Sólo por medio de magia, pero... - volvió su rostro para ver a su querida esposa - sólo su magia podría mostrárnoslo.
- Demonios - maldecía mentalmente Touya, mientras sus puños estaba cerrados con fuerza.
Los habitantes del Hikaru no estaban esperando, cada uno con la poca o mucha magia que tenían comenzaron a reforzar las.
Yue por su parte ayudaba a todos con sus poderes y alentaba a las cartas para que den lo mejor de sí ante la situación tan crítica que vivían.
Del otro lado de la barrera los seres malignos seguían lanzando hechizos poderosos.
- Parece que cada vez son más fuertes - pensaba Yue, mientras del otro lado los seres no dudaban en arremeter con las barreras.
En otro lado de las barreras, la pequeña Alei observaba a aquellos seres, jamás en su vida los había visto. Su apariencia era aterradora, pero había algo en ellos que le provocaban a la pequeña un sentimiento de pena y tristeza. Sabía que aquellos seres eran formados por los seres humanos, de la mima manera que ella. Pero al verlos trataba de pensar el porqué de su existencia. Por qué los humanos los creaban, que podía ser tan malo que provocaran tan horribles sentimientos en ellos, cuál era la razón de su creación.
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Cayeron al suelo, hechos prácticamente pedazos por el impacto. Fue tan certero y limpio a la vez, no daño más que lo que ellos deseaban por el momento.
Cayeron, mientras sus portadores estaban aún extrañados y sorprendidos del poder y certeza.
Los celulares habían sido destruidos con un sólo movimiento y sin que sus portadores pudieran siquiera moverse de su lugar.
- ¿Quién eres? - preguntó desconcertado el chico de ojos y cabello negro.
La figura, era idéntica a los otros que estaban frente a cinco amigos de Sakura. Un ángel, o eso parecía por las alas, que eran tan negras como la noche, que tenían cierto brillo cobrizo por reflejarse la luz carmín de la luna. Su cara no tenía expresión alguna, tampoco sus ojos. Tenían cabello negro y ojos rojos, de unos 2 metros de alto y vestido con un sencillo Pantaleón y camisa negra.
Trató de percibir con cuidado el aura del sujeto, Misaki, miembro del círculo de oriente y experto en magia occidental, se sorprendió de la cantidad de poder que ostentaba el ángel y sacando deducciones dijo:
- Los pilares negros - unos más tarde y otros antes, supieron de quienes se trataba.
Tenían frente a si a los pilares negros, aquellos que una vez estuvieron de su lado, ahora eran sus enemigos. Justo como el último pilar lo había dicho.
Kero estaba muy enfadado.
- Pero ¿cómo te atreves? - de inmediato formo una bola de fuego y la envió al ángel, quien ni siquiera se quito del lugar, desvió a la bola de fuego con una mano, limpia y fácilmente se deshizo de ella.
- ¿Qué?
Eriol permanecía en posición de ataque, cuando el celular fue destruido. No pudo evitar sorprenderse de no haberlo sentido antes.
- Supongo que llego la hora de cumplir con nuestra parte - pensó.
Los ataques no se hicieron esperar, comenzaron a atacarlos poco a poco. Tratando de que ellos respondieran, para que de esa manera los estudiaran y buscaran su punto débil. Pero todos los ataques eran fácilmente rechazados por los ángeles, sin mover más que una mano. Mientras sus rostros y miradas seguían igual de indiferentes. Tardaron así casi largo rato, con el mismo resultado, ni siquiera lograron que cambiaran de postura.
- Ahora les toca a ustedes - dijo la voz de su jefe, en las mentes de los pilares negros.
Entonces la verdadera pelea comenzó.
Un certero golpe al rostro mando a Kero a volar por los aires, pero logro caer de pie con algo de dificultad.
Una esfera de energía oscura dio directamente en el pecho de Fiang, tomándolo desprevenido.
Lo que parecía una puntiaguda punta de flecha casi da en el pie de la señora Ieran cuando trataba de escapar al poder del pilar.
Una patada del ángel negro fue bloqueada por la habilidad de Misaki.
Ambas esferas de energía chocaron al encontrarse y se desvanecieron, la de Eriol y del ángel.
Otro ataque fue bloqueado con la ayuda de un escudo por parte de Fuu.
- Diviértanse mis queridos pilares - dijo el jefe de Samui antes de desaparecer de las mentes de sus pilares.
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Samui sonrió de nuevo, haciendo que Sakura se indignara por su actitud. Levantó la mano apuntando de nuevo hacia la cima del edificio.
- Vamos allá, quiero mostrarte algo - comenzó a flotar para llegar hasta lo más alto.
Fue seguido muy de cerca por Sakura.
Llegaron y rebasaron por poco el último piso.
- ¿Ves? - dijo extendiendo sus mano y paseándolas a su alrededor - Tus amiguitos han venido a ayudarte.
Con algo de desconfianza Sakura despego los ojos de él y concentrándose lo más posible logro ver y sentir a sus amigos que rodeaban la burbuja transparente.
- Ahora se enfrentan a los pilares, y tienen poco tiempo de vida.
Sakura cambio la mirada por unos instantes a una de preocupación.
- Debes... - dijo llamando su atención y haciendo que cambie la mirada - derrotarme a mí y a él - de nuevo levantó la mano y ella pudo ver que apuntaba a su jefe que aún muy complacido y a lo lejos se alimentaba de enormes bolas negras que incrementaban su poder - para poder salvar a tu querida tierra y a tus amigos que en muy poco tiempo estarán muertos.
- Tienes poco tiempo chiquilla - dijo finalmente.
- Gracias por decírmelo, ahora sé que tan rápido debo acabar contigo.
Él rió estruendosamente, como si ella hubiera dicho un chiste muy gracioso. Ella permaneció seria, como si estuviera muy segura de sus palabras.
- Cometiste un error al dejarme usar magia - pensaba - terminaré lo más rápido contigo - luego vio hacia arriba un segundo - y con él - antes de que... - pensó recordando a alguien.
Ambos bajaron al último piso dispuestos a todo.
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Kerberos saltaba de un lado a otro, lanzando y esquivando ataques del ángel frente a él.
- Eres un digno guardián de las cartas Sakura - dijo el ángel. Su voz era masculina pero algo chillona y aguda.
- Por lo menos ahora sé que tienes lengua y que no te la comieron los ratones - dijo Kero.
- Veo que has entrenado bien.
- Y eso que aún no te enseño mi poder - dijo orgulloso Kerberos.
- Entonces, muéstrame tu poder - lo reto el ángel.
Kero se sintió motivado a luchar con todo lo que tenía, así que se preparo.
- Pero... - interrumpió - estaremos en las mismas condiciones.
A su cuerpo lo cubrió sus alas, un brillo grisáceo salió de él y se convirtió en un animal muy parecido a Spinel Sun, como un gato negro con ojos azulados, pero las mismas alas de ángel.
- ¿Qué te parece? - preguntó una vez que estuvo listo.
- No esta mal, te pareces a alguien que conozco.
A la par que su apariencia la actitud del pilar cambio.
- Ahora te mostraré mi verdadero poder, no podrás hacer absolutamente nada. Aunque eres el guardián de la Card Master, no has hecho nada bien. Tus poderes son insignificantes comparados con los míos. Te demostraré que eres un inútil y que no has servido para nada...
Kero permanecía expectante, esperando su primer movimiento. A pesar de que su orgullo esta siendo afectado, trato de mantener la calma, recordando las palabras del último pilar, sobre mantener la esperanza y no dejarse guiar por los sentimientos negativos.
- El gran Kerberos será destruido en un abrir y cerrar de ojos, por uno de los pilares. Nuestro poder reinará, por siempre y ustedes sólo podrán observar como reinamos y entonces nuestro jefe nos permitirá destruir todo y de todos los pilares seré el mejor. Ja ja ja - seguí hablando muy entretenido - son unos inútiles, somos superiores en todo sentido, sólo han venido para morir...
Y así se la paso hablando y hablando por vario minutos.
- ¿Escuchaste? - preguntó a Kero - ustedes morirán y YO seré el... - decía extendiendo las alas a toda su amplitud, mostrándose - MEJOR. lo ves?... - preguntó de nuevo viendo a su enemigo.
ENORME fue su sorpresa cuando buscó a Kero por todos lados, pero no estaba.
- Cobarde - dijo y camino un poco.
Adelante estaba Kero en su forma original, profundamente dormido. Al parecer se había cansado de escuchar tanta tontería y se fue alejando lentamente y después se quedo dormido. Una gruesa vena apareció en la frente pilar felino. Mascullando miles de cosas para Kero.
- ¡Qué clase de guardián eres! - le gritó.
- Quiero más galletas Sakurita - decía aún entre sueños Kerberos, moviéndose de un lugar a otro.
- ¡¿Cómo te atreves a ignorarme?! - gritó al oído del Kero muy ofendido de no ser tomado en cuenta.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¡Yo no me lo comí! - dijo levantándose muy rápido - creo - dijo bajito.
Se tallo los ojos dorados, luego y repentinamente recordó donde estaba y le salió una gota en la cabeza. El pilar lo veía enojado y ofendido.
- Je je je - se reía nerviosamente, mientras se rascaba un poco - yo...
- Tu tuviste la culpa, decías pura tontería y además... – se defendió Kero.
- ¡Ya basta! - dijo el pilar - para no aburrirte pelearemos y uno de nosotros no quedará vivo. Su rostro pareció un poco vacilante, pues recordaba la amenaza que el representante del lado oscuro les hizo, matar a todos los aliados de la Card Master a cualquier costo, incluso su vida. Pues si no lo hacían, quienes perderían la vida en sus manos eran los pilares.
- Esta bien - El guardián solar cambio de semblante y se dispuso a pelear.
Comenzó con algunos ataques directos, pero ambos eran demasiado rápidos y ninguno recibía daño. El pilar comenzó con la magia, las bolas de fuego de Kero eran contrarrestadas por otras de frío hielo del pilar. Pero después de algunos segundos de pelea el pilar comenzó a dominar la pelea, a cada momento era más rápido y sus ataque más fuertes. Kero empezó a tener problemas con él.
La mirada del pilar parecía ser cada vez más animal, como si el que ahora lo atacará fuera un animal herido. Dejo de hablar, ahora rugía. Pero a pesar de ello era cada vez más fuerte. En un movimiento inesperado, el pilar en forma de felino mordió la pata trasera de Kero provocándole mucho dolor, lo sacudió por unos segundos y luego lo arrojo lejos.
Con un poco de dificultad Kero se levantó y observó a su rival, que parecía una verdadera fiera salvaje con algunas gotas de sangre en sus colmillos. Kero respiraba agitado, llevaban ya algún tiempo peleando y estaba agotado.
La fiera se lanzó de nuevo hacia él. Kero evito el golpe comenzando a volar. Pero justo cuando empezaba a flotar, un dolor desgarrador en las alas lo hizo bajar de inmediato y con terror se percato de que sus hermosas alas estaban congeladas. No se había percatado ni siquiera cuando el pilar puso el hechizo en sus alas.
Con mucha furia se lanzó contra el pilar. Ambos rodaron mientras tratan de atacar y defenderse. El pilar seguía en su actitud de fiera, Kero aprovecho un segundo de descuido de la fiera para pagarle con la misma moneda, hizo una bola de fuego y las alas de su enemigo no tardaron en arder, en cuando él se dio cuenta hizo un pequeño hechizo para evitar que se sigan quemando.
Eso dio a Kero un relativo equilibrio, sabía que si el pilar podía volar le daría ventaja.
El pilar lo veía enojado. Ambos estaban cansados.
- No me ganarás - dijo Kero.
- Te demostraré que soy capaz de cumplir con mi parte y una vez que termine contigo iré a ayudar a mi ama. ¡Ganaremos! - gritó Kero.
El pilar sólo respondió con un gruñido y de nuevo se lanzó al ataque, directo a morder al cuello de Kero, esta vez el guardián del sol no lo pudo esquivar y cuando lo sintió ya estaba estrangulándolo.
- Sakurita - pensó Kero - no perderé, te protegeré.
- Este tonto no me vencerá - dijo cuando sintió que la respiración se le iba poco a poco.
De pronto.
- Sé quien eres - dijo al pilar, mientras este apretaba cada vez más fuerza la mandíbula - te comportaste como un tonto y además pareces un animal, no utilizas la razón - Un momento - pensó - dijo el pilar que peleáramos con el corazón y...
- Eres IGNORANCIA
- O INSTINTO - dudo un poco, luego sintió como poco a poco el pilar lo soltó. Se levanto para ver caer al pilar y convertirse de nuevo en el ángel negro.
- Lo sabía - dijo triunfal.
- Ahora te rescataré Sakurita - camino unos pasos, pero ninguna de sus cuatro patas pudo más y cayo desmayado, débil y muy cansado.
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- Fuu, guardián de Hikaru, encomendado a la tarea de cuidar a la hija de Nadeshico y Fujitaka Kinomoto. Uno de los pocos en Hikaru que poseen el un nivel superior del mundo paralelo de la tierra, ha fallado en su misión fundamental para proteger, Sakura es prisionera del representante del mal. Y tú - rió - no has podido siquiera derrotarme - el ángel frente a Fuu se burlaba de él.
Después de una pelea sin palabras, el ángel también decidió hablar. Sólo para herir a Fuu.
- A la que juraste proteger siempre, a la que prometiste cuidar por la eternidad, a la persona que consideras una de las personas más especiales la has decepcionado.
Fuu permanecía con la mirada en el ángel, su voz lejos de ser escabrosa era más bien hiriente por sus palabras, parecía como si conociera muy bien a Fuu. El guardián de Hikaru permanecía viéndolo, sus puños estaban cerrados, sabía que mucho de lo que decía era cierto, pero también sabía que era una estrategia para que bajara la guardia.
Escuchaba atento, esperando que alguna de sus palabras revelara su identidad, pero todo ese tiempo se la había pasado criticándolo y atacándolo. Sin embargo saber todo eso no quitaba que a cada palabra le doliera peor que si estuviera siendo torturado, por ser en su mayoría, la verdad.
- ¿No piensas seguir peleando? - preguntó el pilar.
Fuu no respondía, pero sus ojos violetas estaban llenos de lágrimas que reprimía, para evitar que ese malvado pilar viera el daño que le hacía.
- Si no empiezas tu yo lo haré - empezaba a cansarse de decir tanto, pero sin lograr que Fuu hiciera algo, sabía que lo lastimaba emocionalmente, pero su jefe lo quería muerto físicamente así que se dispuso a cumplir.
Fuu descanso un poco de la tortura al sentir un ataque directo, rápidamente desvió el poder que se dirigía hacia él.
- Por lo menos no seguirá hablando - pensó un poco menos triste.
La batalla siguió, con estupendas muestras de ser unos de los más poderosos en ambos mundos, Hikaru y la tierra. Hechizos, movimientos, estrategias e incluso trampas era manejados con maestría por ambos, poniendo todo de su parte en ese duelo. Después de unos minutos ambos comenzaron a agitarse, era una pelea extraordinaria estaba al mismo nivel o eso parecía, muy reñido.
En el cielo y el la tierra, eran muy parejos.
- Vaya - dijo un poco cansado el pilar - eres muy bueno.
- Lo mismo digo - dijo igualmente de cansado Fuu.
- Te propongo algo - dijo irguiéndose el pilar, con una mano en la espalda.
- Tu dirás - dijo desconfiado.
- ¿Qué te parece si te unes a nosotros?
- ¿Qué?
- Mira lo que te ofrezco antes de rechazarlo. Vivirás eternamente al lado de nuestro jefe, te daremos un territorio que gobernar. Tendrás todo lo que quieras, incluso podemos hacer que...
- ¡BASTA! - gritó indignado Fuu.
- Si crees que lo debes pensar te daremos tiempo - el pilar comenzó a hablar en otro tono más conciliador y comenzó a acercarse, aún con una mano en la espalda.
- Piénsalo... - decía.
Fuu empezó a tener un ligero rastro de duda como si estuviera considerando la propuesta.
- ¿Puedo tener lo que yo desee..?
- Así es lo que sea o a quien sea - dijo aún más cerca, mientras en su espalda creaba un hechizo que planeaba incrustarlo en el corazón de Fuu en cuanto éste aceptará.
- A quien sea... - parecía reflexionar Fuu – con hacerme uno de los suyos?
- Sí, sólo di que aceptas y todo estará dispuesto.
Viendo que aún dudaba y que faltaba poco para terminar su hechizo siguió hablando.
- Únete a nosotros como lo hizo tu amigo.
- amigo?
- Sí, el traidor, él si fue inteligente, él fue quien comenzó todo, gracias a él la profecía se esta cumpliendo... - ya estaba el hechizo.
La mirada del pilar se hizo fría.
De un instante a otro levantó la mano y dirigió el hechizo al corazón de Fuu. Pero el guardián de Hikaru se había dado cuenta segundos antes, por lo que logro hacerse a un lado y el pilar lo golpeo en el hombro izquierdo. Rápidamente se alejo del pilar.
- Sé quien eres - le dijo seguro. Mientras el pilar le ofrecía todo, él analizaba cada palabra para saber quien era, mientras el pilar pensaba que lo estaba convenciendo. Sólo que Fuu no adivino a tiempo las intenciones de l pilar.
El brazo de Fuu pronto se lleno de calida sangre.
- Ah, si? ¿quién soy? - preguntó sin creerle.
- Me estabas tratando de convencer de que me separe de mis amigos. Eres DISPERSI"N.
El pilar rió.
- Bien, muy bien - dijo el pilar sintió como empezaba a perder el conocimiento - fue un honor pelear contra el único guardián que guarda sus principios.
- ¿Qué? - preguntó asombrado Fuu - ¿De qué hablas?
El pilar cayó desmayado. Pero antes hizo un hechizo a Fuu, no fue muy fuerte pero si lo suficiente para que cayera cansado.
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Las batallas eran simultáneas
Fiang de nuevo no pudo evitar el ataque del ángel. Su velocidad no le permitía siquiera defenderse bien. Mientras él trataba de hacer algún hechizo, el ángel lo arremetía. Pero lejos de darle el golpe final como muchas ocasiones tuvo oportunidad, simplemente le hacía pequeñas pero profundas heridas en todo el cuerpo que sangraban.
Retrocedió unos pasos con la mano en la cabeza, ese último golpe lo dejo muy aturdido. Veía al ángel un poco borroso, tenía una mano en la cabeza tratando de detener la sangre que salía abundantemente. Por un momento sonrió sarcásticamente, en esos momentos lamentaba no haber practicado más, tenía mucho potencial, se lo habían dicho, pero la falta de entrenamiento por ser secretario de los Li, habían hecho que fuera más lento y hasta torpe en algunos movimientos.
Trato de recuperar la postura, viendo de nuevo la fría mirada que el ángel sostenía sobre él. Un pequeño destello en sus ojos, le dio a entender que otro ataque era inminente, lo esquivo con un rápido salto, pero al caer los cálculos fallaron y calló al suelo. Mientras el ángel había anticipado su movimiento e iba tras él con una patada a la cara de Fiang. Él abrió los ojos sólo para ver muy cerca el pie del ángel.
Pero en impacto no llego.
Un hechizo de protección lo había impedido.
- ¿Hannia? - preguntó reconociendo la magia.
Ella estaba tras él, con una mirada algo sorprendida. Nunca antes había visto una mirada tan indiferente.
- ¿Quién es? - dijo acercándose a ayudarlo.
- Es un pilar negro - contesto tratando de levantarse, pero casi de inmediato volvió a caer. Esto llamo la atención de Hannia, Fiang tenía pequeñas heridas en todo el cuerpo que sangraban.
- ¿Él te lo ha hecho? - preguntó muy preocupada.
- Sí, es muy fuerte.
- Te curaré - sin esperar respuesta comenzó con los hechizos de curación, rodeando a Fiang con su aura.
Mientras tanto el ángel sólo se había quedado parado, sólo observándolos, sin pretender atacar. Un minuto después las heridas se cerraban poco a poco.
- Gracias - dijo al sentirse mejor.
- Es un placer - le sonrió Hannia, luego vio al ángel que aún permanecía inmóvil sólo observándolos - ¿qué hace?
- No lo sé - contesto sinceramente Fiang.
Hannia retiro el escudo que los protegía. Entonces los ojos del ángel volvieron a brillar.
- ¡Vete! - grito Fiang a Hannia, mientras se ponía delante de ella.
- ¿Qué? - alcanzo a decir Hannia.
En ese instante fueron atacados por el ángel, dándole una patada en el estomago a Fiang lanzándolo junto a Hannia a algunos metros atrás. Cayo Hannia, mientras Fiang apenas se pudo sostener de pie para no caer sobre ella, con las manos en el estomago sintiendo como había sacado el aire de su cuerpo.
El ángel permaneció serio y comenzó a caminar hacia ellos.
- ¿Estas bien? - Hannia se levanto rápidamente y trato de atender a su amigo.
- Por favor, vete Hannia. Yo sólo puedo con él - dijo un poco inclinado aún con las manos en el estomago.
- Pero... - Hannia se acercó por su espalda
- ¡Hazlo! - grito irguiéndose y tomando pose de combate.
- Que tierna escena - ambos Hannia y Fiang se sorprendieron y atemorizaron a la vez, era la voz del ángel. Era masculina grave, hueca y llena de lo que parecía ser odio y rencor.
Se detuvo frente a ellos.
- Si en verdad quieren ganar, no deben correr - sus ojos que hasta ahora eran indiferente ahora manifestaban el más puro odio hacia Fiang y Hannia.
- Ya me canse de jugar, acabaré con ambos - extendió sus alas en todo su esplendor y de ellas comenzaron a salir una especie de cristales negros que se dirigían hacia ellos.
- ¡Cuidado! - gritó atemorizada Hannia.
De nuevo los cristales chocaban contra un escudo, no era el de Hannia sino el de Fiang. Hannia se apresuro a reforzarlo con su magia.
- ¡Vete! - insistía Fiang, sosteniendo el escudo que era aún atacado.
- No lo haré - dijo decidida - me escuchas ¡Jamás! lo haría - dijo.
Ambos no habían quitado la mirada del ángel.
Fiang sonrió por un momento, Hannia era así. No lo abandonaría aunque él insistiera. Así, que no había otro remedio que ganar a ese ángel tratando de que no la lastimara.
El ángel sonrió de manera maléfica y la intensidad de los cristales aumentó cada vez más. En segundos ambos estaban cansados, pero resistiendo.
- No podemos seguir así, él aumenta su poder. ¿Cómo lo venceremos?
- Recuerda lo que dijo el último pilar.
- Lo que dejo escrito el señor Li.
- Cuando la hija de Hikaru tenga esperanza y los siete pilares sean descubiertos.
- Pero ¿cómo?
- Estos pilares deben manifestar lo contrario de lo positivo - Fiang sentía como su poder se debilitaba.
- Pero ¿qué demuestra él? - preguntó Hannia también algo cansada.
- No lo sé, tal vez por eso es que no había hablado, no quiso darnos pistas de su identidad - reflexiono Fiang.
- Probablemente... - reflexionaba también Hannia.
- Dándose cuenta de lo que comenzaban a sospechar esos dos y sabiendo que estaban en lo correcto, el ángel decidió dejar de jugar y acabarlos antes de que fuera tarde.
- ¡MUERAN! - grito fuertemente.
Los cristales dieron más fuerte al escudo formado por Fiang y Hannia, estrellándolo en segundos.
- ¡NO! - dijo Hannia al ver como al fin uno pido atravesar el escudo y se dirigía directo a Fiang.
El escudo se rompió y la lluvia de cristales llego a ellos. Hannia cerró los ojos estaba demasiado débil para tratar de huir. Pero los abrió al escuchar un pequeño gemido que a Fiang se le escapaba. Frente a ella estaba Fiang protegiéndola, y sintiendo como aquellos artefactos se incrustaban en su cuerpo.
Los cristales cesaron, y el cuerpo malherido de Fiang cayó pesadamente.
- ¡Fiang! - grito ella acercándose.
Hannia tenía lágrimas en los ojos. Mientras veía a aquel terrible ser acercándose para darles el golpe final. Se levantó rápidamente y con su cuerpo cubrió el de su amigo.
- No te preocupes - dijo el ángel - te reuniré con él pronto.
- Hannia, vete por favor - dijo Fiang sintiendo que no podía moverse y que la conciencia lo abandonaba.
- Te protegeré - dijo decidida.
- Hannia - dijo él antes de sentir un dolor penetrante en su cuerpo y caer finalmente inconsciente.
El ángel desplegó de nuevo sus alas y lanzó sin piedad los cristales a Hannia. Y ahora fue ella quien sintió como la atravesaban su piel.
Estaba de pie aún, los cristales estaban en su cuerpo, pero seguía de pie observando al ángel quien ya había dejado de atacar. Estaba más inconsciente que conciente pero seguía en pie.
- ¿Qué los hace sacrificarse por los otros? - se preguntaba viendo como aquella mujer se resistía a morir y se empeñaba en defender al chico a sus espaldas.
Hannia lo veía de frente, con escasa energía, sintiendo perder la conciencia lo miró pensando lo peor, era acaso su fin. Vio por última vez los ojos de aquel ser y recordando las palabras de Fiang, vio que sus ojos estaban llenos de rencor y ...
- ODIO - dijo casi en susurro, antes de caer inconsciente sobre Fiang.
- Así es... - dijo el ángel, segundos después también cayo inconsciente. Hannia había descubierto, había descubierto su identidad. Y habiéndola descubierto casi sin saberlo, el pilar fue derrotado. Tan sólo con descubrirlo.
Tres de los pilares habían caído, sólo faltaban tres, y entre ellos el más fuerte de todos.
Sus miradas estaban totalmente estáticas, sostenidas con decisión y firmeza. Ambas auras se elevaban a lo más alto. Aunque sólo era aparente la quietud, las auras luchaban por imponerse a la del contrincante, no era nada fácil, pero era tal y como se la habían imaginado. No podía esperarse menos de la última batalla.
Samui atacó de frente, Sakura lo esperaba. La fuerza del hombre era tal que, ambos, terminaron muy lejos de donde habían empezado y a centímetros de la orilla del techo del edificio. Ella sostenía su cristalino báculo con fuerza mientras él hacia lo mismo. Sus rostros estaban a centímetros. Esto le permitió a Sakura contemplar de cerca, aquel odio y rencor en su mirada, pero a la vez tan vacía como el infinito. Y a él, la mirada de decisión y esperanza en los de ella, que estaban llenos de un sentimiento muy extraño para él. Eso simplemente lo enfureció mucho más. Su báculo comenzó a emitir una ligera luz que en un segundo de convirtió en una luz que lastimaba mucho los ojos verdes de la Card Master.
- Ahora conocerás mi verdadero poder - le susurró a ella.
La insoportable luz hizo que Sakura en un movimiento rápido saltará para evitar seguir observándola, cayendo lejos de él. Muy despacio Samui se colocó de nuevo de frente a ella, el báculo aún emitía la luz.
- Acaba con la luz que ilumina la oscuridad, roba lo que siempre te ha pertenecido - el conjuro de Samui hizo que la luz se concentrara en la pequeña esfera que giraba en su báculo.
La pequeña esfera salió de su lugar en el báculo para dirigirse directamente hacia Sakura a una velocidad impresionante. Pero ella estaba preparada para recibirla y con simple movimiento de su báculo la desvió de su trayectoria, haciendo que tomará otro rumbo, sin siquiera apartar la mirada de Samui.
Samui sonrió como si eso fuera lo que esperara, hizo un pequeño movimiento del báculo y dijo en voz baja - ¡Ahora! - La pequeña esfera regreso instantáneamente colocándose sobre Sakura transformándose inmediatamente, comenzó a expandirse y formarse una cúpula para luego encerrarla en una esfera. Ella no se movió ni trato de escapar, sólo vio como era cubierta por aquella cosa.
- ¿Piensas encerrarme de nuevo? - dijo sin gesto alguno.
- No, pienso robarte energía - dijo él.
De pronto Sakura pudo saber que su prisión no era como la había pensado, sintió como comenzó a estrecharse, la esfera disminuía de tamaño, a la vez que de ella se desprendían pequeñas lucecitas para luego fusionarse con aquella prisión.
- Este encierro - dijo acercándose - me permitirá robarte la energía.
- ¿Qué? - dijo por un momento sorprendida. Era cierto, era un hechizo parecido al que había utilizado antes con Kero para robarle la energía. Podía sentir claramente como parte de su energía era robada, su prisión de fue estrechando más y más para verse obligada a reducir su cuerpo.
- En mi cuerpo hay luz, soy la luz que ilumina el camino hacia la libertad. Muéstrate ahora, y vence la oscuridad que te acata, haz de ella un lucero de eterno brillo... - sus palabras eran como una sutil melodía, un hechizo de defensa.
Al siguiente momento, Samui tuvo que cubrir sus ojos. La luz que el cuerpo de Sakura desprendía ilumino toda su prisión haciendo de sucumbiera de inmediato. Al destruirse su prisión la esfera negra regreso al báculo de Samui. Sakura parecía casi intacta, salvo por haber sufrido una pequeña perdida de energía no había sido afectada.
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Permanecía en absoluto silencio. Observando y a la vez admirando a quien tenía frente así, jamás había visto tal belleza en la perfección de aquel ser. Rasgos perfectamente varoniles, piel blanca y tersa, cuerpo sumamente proporcionado y elegante. Sus alas a pesar de su color, adornaban con gracia su espalda. Jamás sus ojos mortales habían podido gozar de tan maravilloso espectáculo. Su aparente perfección sólo era arruinada por la mirada de la criatura, indiferente, vacía y negra.
Ieran admiraba y estudiaba al que sería su contrincante. Él había permanecido inmóvil después de una pelea muy pareja. Parecía que cada pilar buscaba y encontraba en su enemigo la parte más débil, para atacarlo desde ahí. Pero a este pilar encontrar el punto débil de Ieran resultaba un tanto más difícil. El de Hannia y Fiang fue su amistad, el de Kerberos, su orgullo y el de Fuu su conciencia, al pensar que no cumplió su misión de cuidar a Sakura.
Pero al final el pilar lo encontró, su nivel mágico a pesar de estarlo escondiendo sabiamente la madre de Shaoran, era bajo, además de que su cuerpo estaba ya sintiendo las consecuencias de la edad.
- Lo encontré - dijo fríamente.
- Estabas tardando demasiado - dijo ella igual de fría.
El pilar pareció sorprendido un momento.
Su nivel mágico y su cansado cuerpo, simplemente evidenciaban los años de conocimientos, experiencia y sabiduría que había acumulado a lo largo del tiempo. Ella más que nadie sabía sus puntos débiles, pero también sabia que contaba con otras cualidades difíciles de superar.
El pilar sabía exactamente que hacer, y el hecho de ser una mujer de edad ya adulta prefirió terminar con ella pronta y limpiamente. Así que le lanzó un ataque directo.
Ieran no se movió, solo conjuro un escudo.
- ¿Quiere hacerlo interesante? - dijo él.
Incluso la voz que tenía ese ángel era hasta cierto punto agradable.
- Sólo haré lo que debo - sin más rastro de emociones Ieran contestó.
- Bien, como lo desee, pero no quiero tardar en esta pelea con usted, así que será muy rápido.
Hizo otro conjuro de su mano salió una especie de báculo con forma de rayo violeta luminoso, se acercó al escudo y de un sólo y fuerte golpe rompió el escudo de Ieran. Sin más se acercó a Ieran, ella a pesar de estar a su merced no cambiaba el rostro, lo veía de frente un poco hacia arriba ya que era muy alto. Él se limito a verla de igual manera, noto que sus ojos eran casi tan fríos como los de él mismo, sólo que esos ojos no eran vacíos al contrario dentro tenían muchas emociones contenidas y atesoradas. Eso lo molesto.
Con una delicadeza un tanto macabra comenzó a formar del rayo una especia de espada, aún con la mirada en Ieran. Listo para atacar.
De pronto, sintió como tuvo que soltar la espada y retirarse de la madre del jefe del Clan Li, unos cristales lo golpeaban con furia.
- Mi amo me envió a ayudarle.
- ¿Quién eres? - preguntó la señora Li
- Rubi Moon, guardiana de la reencarnación de Clow Li - contesto ella posándose frente a Ieran protegiéndola.
Esto sorprendió un poco la matriarca de los Li.
- Gracias - agradeció de todo corazón, si no fuese por ella seguramente ahora estaría muerta. El escudo que tan fácilmente el pilar destruyo había consumido gran parte de su poder.
- ¡OYE! - grito la guardiana - ponte con uno de tu nivel - gritó enojada al pilar.
El ángel hizo caso omiso a la guardiana y se presento frente a ella, dispuesto a pelear.
La guardiana lo miró con detenimiento.
- ¿Sabías que eres muy apuesto? - dijo cerrándole un ojo.
De la impresión de la actitud de su enemiga le salió una gota.
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- Eres muy ágil y rápido - dijo uno.
- Lo mismo digo - contestó en tono agradecido y reconociendo las cualidades de su contrincante.
- Era lo menos que esperaba de la reencarnación de Clow.
- Están muy bien informados - dijo el de cabello azulado.
- Un requisito indispensable para ganar, es conocer al enemigo ¿no lo crees?
- Estoy de acuerdo - dijo observándolo y analizando sus palabras - ¿quién podrá ser? no es muy común - pensaba Eriol.
El pilar que le había tocado, parecía muy sabio y educado. Ambos peleaban una especie de lucha en la que ambos utilizaban un escudo y su espada.
- Debe haber algo que lo delate - pensaba Eriol, su batalla parecía haberse convertido en un simple entrenamiento con espadas y hechizos de escudos. Hasta entonces nada espectacular, nada que pudiera darle una pista de su verdadera identidad, sólo una conversación que parecía más intelectual que competitiva.
Pero Eriol comenzaba a cansarle la situación. Él había sido siempre el de los misterios y los juegos con las mentes de los demás y con saber que se proponían, con sólo una mirada. Pero este ángel se le presentaba como un verdadero misterio. En cuanto Eriol parecía darse cuenta de su identidad, rápidamente el ángel le demostraba que no había acertado, era demasiado inteligente, tanto que hasta ahora sólo lo había hecho perder el tiempo y hacer de una batalla una conversación, que para disgusto de Eriol, resultaba amena.
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Para Misaki la situación era por demás escalofriante, el pilar negro había tomado forma de una especie de monstruo. Con una apariencia tan monstruosa que era simplemente imposible de definir, lo que era evidente era el aura negra que lo rodeaba. Experto en las artes ocultas de occidente, no podía lograr mucho frente a uno de sus grandes miedos, no poder derrotar a algo que ni siquiera sabia de que se trataba.
El pilar pudo saber que este hechicero era mucho más débil mentalmente que los otros así que decidió atacar de esa manera. Confundido por no tener conocimiento de contra que era exactamente con lo que luchaba, practicaba diversos hechizos que arrojaba a su enemigo, mismas que eran recibidas y destruidas muy fácilmente. A la vez el pilar atacaba con centros golpes, dejándolo herido.
- ¿Aún no sabes que soy? No estoy en ninguno de tus libros de hechizos, no soy una ilusión y esta batalla no la ganarás - incluso su voz era indefinible, entre humana, animal y de ultratumba.
Los hechizos y la creciente desesperación hacían que Misaki errara y no contemplara la verdadera razón del porque estuviera perdiendo frente al pilar. Misaki comenzaba a sangrar de algunas partes de su cuerpo, comenzaba a debilitarse demasiado.
- ¿Cómo puedo vencerlo si no sé cómo? No tiene forma, ni siquiera siento su aura, sé que es poderoso por los ataques, pero no siento nada más.
- ¿Cómo enfrentarse a un enemigo que no sientes? pero que, esta ahí muy presente como para ignorarlo, siendo que te esta destrozando.- pensaba
Una vez más Misaki intento un nuevo hechizo, el último quizá. Se concentró para hacerlo, el pilar fue paciente e incluso espero. Misaki esperaba terminarlo y luego lanzarlo con todas sus fuerzas, pero en un pequeño descuido el pilar se lanzo sobre él. No había tiempo para terminarlo y lanzarlo.
Justo en ese instante algo paso. El pilar fue golpeado con algo, un hechizo o algo así, el ataque del pilar fue frustrado. Misaki buscó el origen del ataque, conservando aún el hechizo. El responsable se encontraba muy cerca volando en el cielo, una especie de pantera negra con alas de mariposa.
- Tanto tiempo si verte, gracias - dijo gentilmente Misaki.
Spinel Sun sólo respondió con un movimiento de cabeza y luego se concentro en el pilar que había soportado el ataque y veía Spinel con enojo.
Un tiempo atrás Misaki tuvo la oportunidad de ir a buscar a la famosa reencarnación de Clow Li, pero desafortunadamente y como miles de veces él no se encontraba en casa. Se quedo algún tiempo a esperarlo, pero las múltiples ocupaciones de un Hiraguizawa, no le permitieron verlo, así que de manera constante visitaba la mansión y conoció a la singular Nakuru y por laguna razón se llevó muy bien con el pequeño Supy en poco tiempo. Luego de no conseguir ver a Clow, Misaki regreso a China sin lograr su objetivo.
- La reencarnación de Clow piensa en todo - pensó al ver al guardián de Eriol interponerse entre él y el pilar que de nuevo se disponía a atacar.
- ¿Te envió Hiraguizawa?
Spinel Sun no respondió, sólo se puso en guardia al ver acercarse al pilar con intenciones de atacar.
- ¿Tienes alguna pista? - pregunto Spinel.
- Sólo que no tengo idea de qué es o porqué no tiene aura.
- Para derrotarlo debemos saber a que representa.
- Lo sé.
El pilar se dio cuenta de las intenciones de ambos y no vacilo en ir contra Spinel Sun, que se defendía de manera impresionante, pero que aún así era demasiado lento para él. Esos momentos Misaki los aprovechaba al máximo curando algunas heridas graves o por lo menos cerciorándose de que no siguieran sangrando.
- No podemos seguir así – comento Suppy que había intentado por todos los medios darle un golpe al pilar sin que pudiera lograrlo.
- No tiene aura, es cómo si no la tuviera entonces...
Antes de que dijera más Misaki, vio con terror como Supy era golpeado contra la burbuja de poder, y al contacto pareció que la burbuja descargo una corriente eléctrica que dejo desfalleciente al guardián y sin poder levantarse.
- ¡Spinel Sun! - grito Misaki y corrió a ayudarlo.
- ¿Tu también? - dijo el pilar y de la misma manera provoco un viento que lo estrello con la burbuja provocándole serios daños al joven Misaki.
- Ya me canse - dijo el pilar y se acercó a dar el último golpe.
Un poco mareado por el impacto, Misaki lo miro acercándose y se apresuro a proteger a Spinnel Sun que acababa de perder el conocimiento.
- Eres ¡MATERIA! - grito sin titubear Misaki.
El pilar dio un estruendoso grito que se escucho por toda la ciudad un grito de dolor, mientras ese cuerpo indescriptible cambiaba drásticamente para volverse de nuevo el ángel negro y caer inconsciente.
- Lo siento Spinel Sun - dijo Misaki acercándose a él - siento no haberlo visto antes - con cuidado hizo un pequeño hechizo de curación al guardián pero sus fuerzas se agotaron entonces para caer sobre él también perdiendo el sentido.
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- ¿Qué esperas para pelear? - La guardiana de Eriol retaba al ángel.
- ¿Estas segura? No creo que a tu amo le gustaría encontrarte muerta - dijo con naturalidad.
- ¿Crees que mi amo creo una guardiana débil? - le dolió el hecho de ser menospreciada.
Antes de lo que el mismo pilar negro se lo esperara, estaba siendo atacado por la guardiana de Eriol. Él se defendió de forma casi magistral de los ataques, mientras ella daba lo mejor de sí utilizando las mejores técnicas que conocía, sabía que su contrincante no era alguien para tomarse a la ligera, así que desde el inicio la batalla fue a ganar o morir. La madre de Shaoran observaba la pelea sin intervenir, estudiando al pilar.
Este se movía por el cielo esquivando los ataques. Ieran dio cuenta de ello, que el ángel comenzaba a tomar ventaja, los minutos pasaban y el cansancio de Rubi Moon se hacía mucho más evidente, cada vez le costaba más trabajo retener los ataques. Por su lado éste permanecía igual, sin signo alguno de cansancio. La guardiana lo sabía, así que utilizó uno de sus últimos recursos, concentró su poder al máximo. Tal vez con ese hechizo lograría lastimarlo siquiera. Fue lo más rápido que pudo, lanzo el hechizo que tomo un poco desprevenido al pilar. Pero el ataque sólo atravesó el cuerpo del ángel sin hacerle daño alguno.
- ¡¿Qué?! - Rubi Moon no lo podía creer.
El poder paso de largo y el cuerpo del pilar estaba intacto.
Ieran estaba muy pendiente.
- Tal vez... - pensaba sacando conclusiones.
- Rubi Moon - le hablo la señora Ieran.
Aún confundida y respirando con un poco de dificultad se acercó la guardiana.
- Tengo una idea para derrotarlo, pero necesito que lo distraigas y que lo alejes un poco de este lugar - dijo despacio a la guardiana para evitar que el ángel la escuchará.
- Esta bien trataré de hacerlo.
El pilar aguardaba paciente.
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- Acaso no sabes que no puedes derrotarme con un mismo hechizo.
- Tal parece que si haz aprendido algo.
- Basta, terminemos con esto ahora - su voz seria y decisión hicieron a Samui odiarla más.
- Eres una chiquilla estúpida - dijo lanzándose al ataque de nuevo.
Sakura lo retuvo con rapidez.
- Te odio, has arruinado nuestros planes - hizo una pausa - pero lo que me agrada es que al final, sea cual sea el resultado TU MORIRAS.
Todo el odio de Samui pareció reventar en ese momento, un aura negra lo cubrió por completo, haciendo que Sakura retroceda, la energía era inmensa y poderosa. El rostro de Samui cambio de expresión un odio y rencor aparecieron en él.
Sakura también incremento su energía al máximo sabía que esa sería probablemente el ataque más fuerte de Samui, así que se preparo.
- Oscuridad, odio, muerte - recitaba mientras sus ojos cambiaban tomando un tono rojizo - concéntrense ante mí, destruyan la luz que los reprime, destruyan la luz - gritó.
Una enorme bola negra se concentro frente a él, hizo un movimiento con el báculo y se parió en dos y a una orden de él las bolas fueron en dirección a Sakura. Ella rápidamente trato de esquivarlas saltando a unos metros. Pero para su sorpresa las bolas la seguían, comenzó a saltar de un lugar a otro tratando de alejarse de ellas, pero éstas le seguían.
Cada vez tomaban mayor velocidad y puntería. Una de ellas rozando su pie, en otro movimiento su hombro fue alcanzado por la otra provocándole una sensación de ardor en todo el cuerpo. Si llegaban a pegarle de lleno, seguramente el dolor sería tal que terminaría muerta en instantes. Con un poco de sorpresa y mientras aún evitaba los golpes, sintió un líquido cálido llegar hasta su mano, el golpe del hombro le provoco una severa herida que dolía como si se estuviera quemando por dentro.
- ¿Qué puedo hacer? - de reojo observó a Samui, quien tenía los ojos cerrados concentrándose para que sus poderes pudiera seguir el aura de Sakura.
- Ya lo tengo - comenzó a acercarse de nuevo a Samui y mientras evitaba las bola negras con algo de dificultad, comenzó a invocar un ataque que envió directo a Samui.
El hechizo no era muy fuerte, pero logro su cometido, desconcentrar por un segundo a Samui. En ese instante de distracción Sakura lo aprovecho. Se acercó a él, parándose justo frente a él por unos instantes. Samui aún estaba desconcentrado por el ataque y tener a Sakura frente a sí, hizo que él se lanzará contra ella.
Sakura permanecía oprimiendo la herida de su hombro, pero no se movió, aunque Samui noto que era algo extraño pero no le importo y la tomo por el cuello apretándolo fuerte, el rostro de Sakura revelaba dolor. Y él lo parecía disfrutar. Segundos después, amabas bolas negras se dirigían a Samui y Sakura. Él la colocó frente a sí para que la destruyeran.
Ambas esferas tomaron mayor velocidad e iban directamente a impactarse contra Sakura. Y justo cuando el ataque no se podía detener y era inminente el impacto...
- Regresa, ¡Mirror! - se escucho un grito.
La figura de Sakura desapareció de las manos de Samui. Las bolas, sin que Samui las pudiera detener por la velocidad, dieron justo al pecho de él. Provocando un terrible dolor. Cayo hincado unos instantes, luego trato de recuperarse.
Sakura estaba no muy lejos de él, parada en una parada a su lado derecho. Había utilizado a "espejo" para aparecer frente a él y por ser una carta suya la magia era igual, además de que ella escondió su aura para que las bolas no la rastrearán. Su plan había funcionado.
Miró con cariño a su carta.
- Gracias - le dijo mientras veía a las dos cartas que se habían negado a abandonarla. Una de ellas era Mirror. Luego las guardo.
- Eres una... - decía muy furioso Samui levantándose - chiquilla tonta.
- Se acabaron los juegos - se irguió con un poco de dificultad - me cansé de ti, me canse de soportarte.
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- Bien guapo - dijo guiñándole un ojo coquetamente - terminemos, tengo que ir a ayudar a mi amo y me haces perder tiempo.
El pilar, ante la extraña actitud de la guardiana permaneció en silencio.
Comenzaron los ataques, ella lentamente trataba de separarlo de la esfera, pero él a pesar de todo permanecía casi en el mismo lugar.
- Lo sabía - dijo Ieran.
Mientras la pelea se daba en las alturas, ella observaba atentamente y pudo darse cuenta que el estar cerca de la burbuja los hacía más fuertes. Pero este pilar en especial no se le podía hacer ningún daño, ninguno de los golpes que Rubi daba le afectaban.
Sintió algo raro en el ambiente y con cuidado comenzó a buscar algo a su alrededor, dejándose guiar por su presentimiento, mientras arriba la pelea se hacía más y más intensa, en la que Rubi Moon estaba perdiendo.
Un poco a lo lejos y entre algunos árboles le pareció ver algo. No dudo y formulo un pequeño hechizo de luz, pero para su sorpresa, pareció que aquello que había visto también la detecto, así que comenzó a huir entre las plantas.
Tardo un poco más para que la señora Li pudiera localizarlo y atacarlo. Hiriéndolo. Cayo ese algo entre algunos arbustos, ella se dirigió lo más rápido posible.
De entre los arbustos con un poco de dolor el verdadero pilar se irguió, no era tan fascinante y hermoso como el que peleaba con Rubi Moon, era como los demás.
- Sé quien eres - afirmo ella.
- Mi señora - dijo con extraño respeto e inclinándose con un poco de dificultad - su sabiduría es algo difícil de engañar ¿no es cierto? - al levantar la mirada la madre de Shaoran casi se sobresalta.
Su mirada no era la misma, era extraña, demasiado. Sus ojos eran muy expresivos a comparación del otro o de lo que ella misma tenía. No era miedo, no era odio, algo como ¿alegría? No sabría definirla.
- Sabía que al final me descubriría.
- Cuando se ve tanta perfección junta, se duda, y más aún si es del lado negativo.
- Bien, no quiero seguir peleando.
Ieran sin quererlo su rostro pareció un poco desconcertado.
- A comparación de los otros, tengo un poco más de jerarquía y por lo tanto mis poderes son mayores. Aunque fui afectado por el poder del representante del mal, no ha llegado a mi conciencia profunda y por eso aún puedo controlarme. Pero también quería poner a prueba a uno de ustedes, para asegurarme de que son las personas correctas. Ahora que lo sé, puedo dejarles el trabajo de seguir.
- Pero pronto los veré, si tienen la fuerza suficiente para enfrentar el destino - dijo finalmente, volvió a inclinarse ante Ieran y luego le miró asintiendo.
Ieran contestó la despedida y dijo - Mentira
Inmediatamente el cuerpo del pilar cayó.
- Gracias - dijo Ieran y fue a buscar a Rubi Moon.
La encontró ya muy agotada y sorprendida.
- Desapareció - le dijo al verla.
- Lo sé - fue todo lo que contesto y procedió a curar algunas heridas de la guardiana, mientras se preguntaba cuál era el destino a enfrentar, acaso la muerte de Sakura o la destrucción de la humanidad como la conocía.
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Eriol comenzaba a desesperarse ese pilar no tenía muchas ganas de luchar, eran más de hablar. De toda clase de cosas lo hacía, lo peor de todo es que atraía su atención y por momentos le parecía hablar con un viejo amigo. El ángel había logrado que la reencarnación de Clow por momentos olvidara su misión.
- ¿Qué dices? - preguntó Eriol.
- ¿Acaso no es cierto?
- Bueno... - lo hizo dudar.
- No lo vez, mira a tu alrededor y no lo niegues, dime si esas personas valen la pena. Sólo míralos destruirse, esta en su naturaleza.
- NO, eso no es cierto.
- Sabes mejor que yo que es verdad, están destruyendo el mundo donde viven. Todo por su egoísmo, por creerse cada uno el centro del universo. Eso los esta consumiendo. Insisto no necesito decírtelo, lo sabes. Sólo dímelo, cuantas personas mueren diario por falta de comida, mientras unas más gastan millones en lujos. Cuántos miles viven en condiciones precarias cuando hay quienes desperdician dinero comprando metales y piedras brillantes. No lo niegues eres uno de ellos.
- Pero...
- Eso quieren salvar, el egoísmo, la apatía, la falta de amor, la indiferencia que sienten hacia la humanidad, cuando ustedes son unos humanos, se dicen ser, pero que en la práctica hay animales que son más humanos que ustedes - sus palabras eran muy fuertes.
- Niégalo, atrévete a negarlo – retó el pilar
Sólo escucho un largo suspiro.
- Pero no lo entiendes no todos son iguales.
- Lo que sé, es que a todos los seres humanos se les ha dado el libre albedrío y por eso tienen la libertad de elegir, y la mayoría de ellos han elegido nuestro lado.
- No tienes derecho a disponer de sus vidas, sólo ellos pueden hacerlo.
- Pero no lo ves ni ellos mismos saben lo que tienen, su vida, no están concientes del valor de su vida. La han convertido en nada, en tiempo que deben pasar, eso que dices tú no es vida. Existen por existir, no tienen un propósito sólo su satisfacción personal y eso los esta destruyendo. Ese es su destino, si no lo hacemos nosotros ahora, entonces ellos mismos lo harán después y con mayor sufrimiento.
- ¿Por eso luchas? ¿Por eso tu amiga dará su vida? Ella es una persona muy especial.
- ¡Basta! - Eriol estaba empezando a creer en las palabras del pilar por un momento realmente lo convenció y logro que saliera de su cordura.
- Ella esta dispuesta a hacerlo, cree en las personas y que cada una es valiosa.
Y cree que vale la pena pelear por ellos - se lanzó al ataque muy dolido.
Los ataques eran mucho más peligrosos, por un poco más y Eriol hubiera sido golpeado, estaba cayendo de nuevo en la desesperación. Quién pensaría que la reencarnación de Clow podría ser influenciado de esa manera, para perder en esos momentos el control.
Estaba en la parte más peligrosa de la batalla, descargando su furia en aquel pilar, que para un mayor disgusto, le sonreía con burla. Por un segundo, sintió algo, una sensación ya conocida, el aura del último pilar.
Sintiéndolo reflexionó un poco más sobre lo que hacía, logrando recordar sus palabras. No debía caer en su juego, estaba siendo manipulado, alejado de su verdadero objetivo, llevando a su mente a divagar y dudar de su propósito. Sintiendo de nuevo dentro de sí su verdadera motivación, sintió como todo volvió a la normalidad como si se estuviera integrando de nuevo. Así que muy decidido dijo:
- Pero lo que hagan las personas con su vida es su decisión, tienen el derecho de hacerlo. Y hay aún muchas personas que son lo contrario a lo que dices, hay personas muy buenas, honradas - decía mientras lanzaba y esquivaba hechizos - como...
En ese instante lo entendió, ahora comprendía el porqué de las palabras del pilar. Se detuvo casi en seco. El pilar lo vio extrañado.
- ¿Haz decidido rendirte?
- No - dijo serio - sé quien eres.
- Ah, eso es interesante.
- desorden? O tal vez desequilibrio, cierto? – había provocado muchos desequilibrios en su mente, razonando todo había llegado a esa conclusión.
- Bien, lo que lamento es no poder seguir hablando contigo ha sido un placer. Ahora - dijo mientras su cuerpo comenzaba a bajar al nivel del suelo - sólo deseo que cumplas con un favor - de su cuerpo comenzó a desprenderse una luz negra - cuiden este maravilloso mundo, es hermoso y de ustedes depende que lo siga siendo - su mirada había cambiado a una diferente, parecía llena de emociones, emociones humanas.
La energía negra había terminado de salir y su cuerpo quedo inconsciente. Eriol permaneció ahí unos momentos, reponiendo energía y recordando sus propias palabras y las del pilar. Sintió las auras, todas las de los pilares habían sido extintas, eso quería decir que todos habían sido derrotados. Pero las de sus amigos estaban muy débiles.
No titubeo más y se fue en busca de los demás para ayudarles.
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- Estoy cansado de que me humilles, me quitaste a mi hermano y estas tratando de evitar nuestra victoria - subió al nivel máximo su aura - Este será el último - sentencio - ataque, daré toda mi energía. O tú mueres o lo hago yo.
Samui sabía exactamente lo que haría una cosa era cierta, en ese último ataque se decidiría todo, si fallaba quedaría con tan poca energía que estaría a merced de ella, pero si no era así ella moriría instantáneamente.
Pero las palabras del hermano de Zeshin no hicieron efecto alguno en Sakura, seguía igual de segura y decidida. Pero puedo percatarse por la forma en lo que dijo, que sería lo último, así que espero el ataque, muy paciente pero alerta.
Bien, él reunió lo que parecía ser toda su energía, concentrándolo en el báculo, este resplandecía con colore oscuros.
- Ahora, el nivel más alto, la energía más negra, ¡Destruyan! - el báculo mismo se transformó cambiando a una nueva y extraña forma. Era un triángulo negro, en cuyo centro se concentraban pequeños rayos.
- Oh, no - pensó Sakura, ese hechizo lo conocía, era el más poderoso que ella conocía, ese hechizo tenía el objetivo de destruir la energía positiva, simplemente no se detendría con un escudo, porque lo absorbería.
Samui no dudo más y viéndose un poco el cambio de su rostro por el esfuerzo empleado, lo lanzo a Sakura.
La única manera que se pensó al ver acercándose al poder fue:
- Elementos de la tierra, los convoco. Denme la fuerza necesaria. Tierra, Fuego, Viento y Agua - hizo algunos movimientos con las manos para atacar. Elementos que por lo tanto no eran ni positivos ni negativos, era un hechizo en el que se convocaba a los elementos y a su energía.
En esas centésimas de segundo Samui hizo lo que tenia planeado.
Sakura al atacar, por una mínima fracción de tiempo, bajaba la guardia y el aura dejando al descubierto su cuerpo. Fue ese instante que Samui paralelamente al otro hechizo, atacó el lado descuidado de Sakura.
- ¿Qué? - apenas lo creía Sakura.
El jefe de Samui, aún se alimentaba y sonreía de saber lo que paso.
De pronto Sakura se vio deteniendo el primer ataque de Samui con la fuerza de los elementos, pero no había podido evitar el segundo ataque. Era un finísimo hilo de poder con dirección a su corazón.
Pero para sorpresa de ambos, había sido interceptado frente a su pecho, a la altura del corazón, flotaban dos cartas. Una de ella había sido atravesada por el poder pero la segunda no, y lo contenía brillando.
- Amigas - dijo agradecida Sakura.
- ¡NO! - el grito de Samui fue seguido de una gran explosión que se oyó por todo el lugar, Samui utilizó toda su energía en esos ataques, que fue con tal intensidad que hubo una enorme emisión de luz de la burbuja.
La explosión duró uno segundos, el cuerpo de Sakura junto a sus dos cartas salieron volando por los aires. Ella se apresuro a protegerlas y protegerse formando un escudo.
La explosión termino, y luego lentamente todo volvió a ser como antes.
Aún con desconfianza Sakura se acerco al lugar. De entre los escombros el humo dejo ver una silueta, ahí estaba Samui esperándola.
Sakura de inmediato regreso a la posición de defensa.
- Eres una verdadera tonta, haz elegido la muerte y... - decía con tono más bajo - te veré en infierno - dijo finalmente cayendo de rodillas y luego con las manos. Ese ataque lo dejo sin más magia o energía, incluso respirar se le dificultaba.
- Utilizaste todo tu poder y no pudiste - dijo burlonamente.
Samui levantó la cara un segundo, sus ojos a pesar de todo expresaban odio y orgullo, había sentido su aura acercarse. Y sabía que esperar.
- Sabías las consecuencias si eras derrotado.
Aún débil, Samui orgullosamente se levantó, no moriría de rodillas.
- Eres valiente, siempre lo fuiste - levantó su mano y apuntó a los pies de Samui - salúdame a tu hermano.
La última mirada de Samui permanecía llena de odio, de rencor, y peor con deseos de odio, de reto. Mientras a sus pies se formo una especie de puerta dimensional que se lo tragó sin poder evitarlo.
Sakura permanecía atónita. El jefe de Samui había bajado sólo para acabar con su sirviente, Samui.
- Él sabía que, de no ganar pagaría con su vida. Además era humano, no se puede esperar demasiado de uno.
- Pero... - ella no acaba de creer lo que había visto - era su amo.
- Eso, mi querida Sakura - dijo volteándose - no importa.
El jefe de Samui estaba frente a Sakura, aún cubierto por su túnica.
- Hubiera preferido que nuestro encuentro fuera cuando tuviera toda mi energía, pero he decidido que sea ahora. Pero míralo de esta forma, tú no estas totalmente recuperada, no yo tengo mi máximo poder, así que estaremos iguales.
Sakura permaneció callada observándolo, muy fijamente, era la primera vez que lo veía de cerca. Su aura era terrible, 10 veces más poderosa que la de Samui y miles de veces más oscura, no había sentido nada igual. Su presencia era casi insoportable, el ambiente a su alrededor era raro y oscuro. Eso la dejo impactada unos momentos, sabía que el representante del lado oscuro debía tener un poder igual de enorme que el positivo, pero aquello lo sobrepasaba mucho.
- ¿Sorprendida? - preguntó con voz espectral.
- ¿Cómo puede tener tanto poder negativo? - se preguntaba, se concentro para sentir hasta donde podía llegar esa aura. Pero pronto su rostro cambio - Las auras de los pilares han desaparecido y las de mis amigos, están débiles - dijo bajito.
- Y decían que la pequeña Sakura era despistada - dijo el representante del mal, atrayendo de nuevo la atención de la Card Master - ha logrado que sus cartas tengan una magia casi propia, tanto que ahora la protegen sin que ella lo ordene - decía el hombre.
- Así es Flor de cerezo, los pilares fueron derrotados por tus amiguitos, pero la verdadera batalla que librarías no era con el inútil de Samui, sino conmigo. Y es ahora que debes cumplir con tu destino o morir en el intento.
- Ésta es la verdadera pelea que enfrentaras y absolutamente nadie te ayudará, lo escuchas?
Sakura respiró profundo, la voz de ese hombre le producía escalofríos y su cuerpo resentía tanta maldad. De nuevo tomo posición de defensa.
- No, no tienes por que ponerte así, así no será la batalla - dijo el hombre.
Sakura sólo esperaba, mientras su respiración empezaba a agitarse.
- ¿Estas lista?
- Como nunca en la vida - dijo viéndolo.
- Comenzaré entonces... - dijo caminando un poco hacia ella, mientras Sakura daba unos pasos atrás - por presentarme.
- Soy... - dijo levantando las manos - quien ha decidido portar a la energía negativa... - tomo la capucha que le tapaba el rostro - quien cambiara el destino a mi favor... - con lentitud se descubría la cabeza - él único que puede derrotarte.
Por fin su rostro se vio descubierto y con la luz de la luna, aún rojiza, Sakura lo reconoció.
- No es posible - dijo sorprendida.
- Si lo es, pequeña Sakura.
Con terror Sakura veía al que sería su rival más grande. Era el mismo que por años había convivido, quien la había apoyado, enseñado miles de cosas y una de las personas a la que ella admiraba - Señor Gakusha... - ahogo un grito de sorpresa.
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PD: WAW OO, rompí mi record llegue a 38 páginas, nn¡
PD 2: siento mucho los horrores ortográficos.
