Capitulo 30
Disclaimer: Sakura Card Captor y sus personajes pertenecen a CLAMP (obviamente).
Yo sólo escribo con fines de entretenimiento y para conocer amigos.
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En algún lugar...
- Todo estará bien - ella sólo asintió a lo que le dijo Yuki. Todos había permanecido muy callados todo ese tiempo, sus rostros eran preocupados y a cada segundo volteaban a ver a Sakura. Mientras ella no tenía expresión alguna en el rostro. Sólo la oscuridad de la noche era testigo del acontecimiento.
- Esta listo - dijo Fuu - Vamos - El portal estaba frente a ellos, listo para transportarlos.
El ambiente era de fiesta, la luna brillaba en el cielo, era el momento perfecto para realizar la ceremonia. Todos vestidos con elegantes trajes para la ocasión. La mayoría de los presentes se mostraban alegres. Pero más de un par de ojos, deseaban llorar, no de felicidad solamente, entre ellos los de Mei Ling, que en esos momentos era abrazada por su esposo, sólo escuchando, sin poder hacer nada.
- Adelántense, iré atrás de ustedes - su voz era firme, pero sus ojos eran reflejo de su sentir interno, más cristalinos y expresivos, tristes, melancólicos, dolidos, pero al mismo tiempo muy seguros - un rugido de Touya se escucho, pero después sólo obedeció. Entraron Yue, luego Eriol y sus guardianes, luego Touya, después Kero, Tomoyo y finalmente Fuu. Todos habían permanecido sin decir nada. Sólo quedaba ella por partir.
- Miembros prominentes de los círculos del mundo, les agradezco su presencia. Estamos reunidos para ser testigos de un acontecimiento que sin duda es de gran relevancia para la magia del mundo entero. Unir a esta pareja en matrimonio...
- Gracias por todo querida tierra, gracias por los amigos que conocí, por las enseñanzas, por abrigarme y estar conmigo - luego volteo a la luna, en esos instantes adornaba el oscuro cielo con su plateado resplandor - gracias por todo, por haberme permitido conocer tantas y hermosas personas, y hermosos sentimientos como el amor...
Ella lo veía muy directamente, y él le sostenía la mirada.
-... las responsabilidades que acarrea. - el señor Fausto presidía el acontecimiento - Ahora preguntó a ustedes - Mientras eran observados por todos los círculos, incluyendo las miradas de Ieran Li, Mei Ling, Fiang, Tabura y la señora Hilda, que tenía una mirada de tristeza - Tú Shaoran Li, aceptas a Hannia Tabura como tu esposa ante los círculos mágicos del mundo, con todas las responsabilidades que te confiere... - Shaoran vio a la persona que dirigía la ceremonia, luego volvió al rostro de Hannia.
Antes de entrar al portal... - Y a ti dueño de mi corazón, sólo puedo decirte: Adiós, que seas feliz - En su rostro había diminutas lágrimas reprimidas y una agonía en el corazón, luego simplemente entro al portal, después lentamente éste se cerro.
Su corazón tenía una respuesta una muy clara, pero su mente tenía otra - Lamentó no haberte dicho cuanto te amo, ahora sólo puedo decirte: Adiós Sakura, espero que seas muy feliz - pensó, y sin quererlo sus ojos se humedecieron haciéndolos lucir más brillantes y hermosos, luego evitando sentir algo contestó sin dudar - Sí, acepto.
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¡Hola!
"Qué puedo decir, ESTOY FELIZ, por fin termina esta historia: "En algún lugar..."
"Primero unas aclaraciones, lo de la batalla final me base en la Genkidama (o como se llame) de Goku (tienes razón nena 05000 yo también era fan) Y lo del capitulo anterior de la despedida S&S, de Candy Candy. ¿Qué querían?, esa escena me gusto mucho y no pude evitar ponerla aquí. Y como se los había dicho, desde un principio todo este embrollo estaba planeado así. Y ahora..., el gran final ¿Me creían capaz de separar S&S después de haberlos hecho sufrir tanto?"
¡Así que sólo quiero agradecer a!:
- Mi estimada Silvita, sin ti no me hubiera animado a publicar esta historia. Te lo agradezco mucho. Espero que algún día lo puedas leer completo y te guste mucho. - Silvita.
- ¡Hola!, lo lamento mucho, pero si me quieres matar, creo tendrás que hacer fila, ya son muchos los que me lo han dicho. Ji, ji. Tenías razón, esta historia no podía quedarse así, muchas gracias por tu apoyo en esta historia, tú y Celina me apoyaron desde el principio y se los agradezco de corazón. Tu opinión siempre ha sido importante para mí. Gracias por todo y hasta pronto (estaré leyendo tu fic)- Sakura Wen
- Lo siento mucho, haberte entristecido. Pero como veras ese no fue el final definitivo y como sé que les encanta S&S, no podría dejar de complacerlos. Espero que este final si te guste, lo he tratado de hacer lo mejor posible para compensar. Mil gracias por seguirme apoyando a pesar de mis ocurrencias. Y lo de Zeshin, bueno, ya lo verás. Además sólo quería agradecerte porque siempre me apoyaste, desde el principio y te lo agradezco mucho - Celina Sosa
- Hola, me alegro decirte que el capi anterior no fue el final, es este. Siento mucho si pareció eso. Y E&T también participará. La escena, sip tienes la razón es de Candy Candy, pero ahh... lo siento pero me gusto tanto. Además de que cuando la vi me imagine lo que sentían y en esta parte del fic lo quise expresar. En fin, este es el final y quiero agradecerte que me hayas apoyado desde el principio con la historia, eso me alentó mucho. Gracias y hasta pronto - Undine
- Siento mucho la escena de la despedida de S&S, pero ahora viene lo mejor. Lo siento mucho, mucho, no quería dejarte traumada. Sip, Sakura es la más poderosa de todos, pero no es del Concilio y Shaoran ya sabe que nada de lo que paso fue un sueño. Muchas gracias por estar al pendiente de esta historia, me gustaron todos tus reviews, sólo quiero que sepas lo mucho que lo aprecio, ojalá este final te agrade - nena 05000
- Hola, espero que te encuentres muy bien, tu y tu familia. Y los mail que me mandaste. Te lo agradezco mucho, tu poyo me ayudaron mucho para terminar esta historia - Mariana
- Lo siento, no pensé que pudiera ser tan triste el capi, espero que la sensación por fin se te pase y que te quedes con una de alegría al leer este último capitulo. Sólo quiero agradecerte infinitamente que me hayas estado apoyando este tiempo, tus comentarios siempre me ayudaron a seguir adelante. Y más aún por ser largos, no te preocupes por dejarme cortos, lo que más te agradezco es que me hicieras saber como leías y sentías la historia, eso fue muy, muy importante para mi. No sé como agradecerte, en fin espero que te guste y que te encuentres con menos trabajo y muchos ánimos. Cuídate y hasta pronto (por cierto, el último fragmento de la historia te lo dedico especialmente a tí) - Perla
- ¡Hola! Me alegro que ni INTERPOL, ni el FBI no me busquen. Lo siento, lo siento mucho, pero no recordé que era tiempo de parciales y no imagine que fuera tan deprimente, ¡lo siento mucho! pero sólo demuestra que eres una persona muy sensible. ¡Ah! y de tus preguntas, ¿Sakura esperaba un hijo? No, bueno hasta este instante de la historia no, recuerda que se detuvieron antes de que algo pasará, porque recordaron a... ya sabes quién, y lo demás lo podrás apreciar en este último capitulo. Me hiciste sentir muy bien con tus palabras te lo agradezco mucho en verdad, buscaré las canciones que me sugeriste. Bien si quieres leer otro fic mío esta el de HOPE y pronto (espero) publicaré otro – Victor
- Ji, ji ji, mi muy estimada Ropna, no me mates aún, si quieres hacerlo mejor hazlo cuando termines de leer este capitulo. No te preocupes por la parejita. Por cierto Fuu y Shaoran te mandan a saludar, sólo que esta vez no pudieron venir (se quedaron sin palabras después de leer el capi) y Fuu esta muy contento con la invitación (y muy rojo) Bueno, te quiero agradecer tus comentarios y apoyo a esta escritora, mil gracias. Espero que el final te guste- Ropna
- ¡Hola! Tienes mucha razón la historia no podía tener un final tan triste. Así que espero que este final te guste mucho más. Te agradezco mucho que me hayas estado apoyando en este fic. Cuídate mucho y nos estaremos leyendo - Princes of light
- Sólo te quiero agradecer tus comentarios y apoyo a esta historia, espero que el final te agrade y podrás leer lo que le para a la H&F. Fuu y Shaoran te mandan saludos. Gracias por todo - Akane
- ¡Hola! Me alegro que la historia te haya gustado, te agradezco mucho tus palabras y Gracias a ti por leerla. Hasta pronto - Galatea
- Claro que no se podían quedar separados, tienes mucha razón sobre Hannia, y aquí se resuelve eso y también lo de Erial y Tomoyo. Sólo espero que te guste. Gracias por escribir - MoonHikaru
- Hola, muchas gracias por el review. Espero que el gran final, (por fin) te agrade. - Sailor Mocy
- Bien, trate de actualizar lo más rápido que pude. Espero que el final también te agrade - Paola
-¡Hola! Gracias por seguir esta historia, me alegro que te haya gustado y espero que el final también te agrade- Lyz
- Yukkino, espero que ahora este mejor, O.O? No me mates aún, tampoco a Shaoran, mira que el pobre no tiene la culpa. Pensándolo bien... sí, pero si lo matas ¿con quién se queda Saku? Y si me matas, quién la terminaría... Bien, gracias por escribir, me gusto mucho tu review. Cuídate y hasta pronto – Yukkino.
- Síiii, te apoyo, la madre de Hannia es una malvada, pero pronto todo se aclarará. Y este capitulo también es largo y espero que te agrade. Gracias por el review.- Maron-chan
- Bueno, actualice lo más rapido que pude. ji, ji, espero que ya no tengas muchas ganas de kill me. Gracias por escribir - Ann-Qu
- Muchas gracias, por escribir y leer la historia. Espero que el final te agrade. De nuevo te agradezco y hasta pronto - Crystal-dono.
- Hola, oye has hecho que me sienta culpable de hacerte llorar. Pero no te preocupes espero que son este capitulo se dibuje una sonrisa en tu rostro. Gracias por escribir, te lo agradezco y hasta pronto - Fungie
- ¡Hola! Lo siento mucho (me la he pasado disculpándome) recordarles la escena de despedida de Candy, también quede afectada. Pero como podrás darte cuenta a lo largo de este capitulo que lo hice por una razón. Espero te guste gracias por el review - aisha
- Morrigan, en primer lugar, te agradezco que seas sincera. Tal vez tienes mucha razón respecto al lema, es bastante recurrente y trillado, pero considero que tiene algo de cierto. No pretendo insultar a nadie con este fic, simplemente es una historia de una aficionada y nada más, dudo mucho que las Clamp puedan leer esto, que es una patética historia, lo reconozco. Sólo son los nombres de sus personajes, en mis situaciones. Lamento haberte decepcionado - Morrigan
- ¡Hola! No te preocupes creo que este capitulo te gustará mucho. Gracias por escribir y por todo. Muchos saludos para ti de la Cd. De México - Jaina
Bien, espero que no borren el fic, pero no podía irme sin agradecer. Por cierto siento mucho si hay errores pero tengo algo de prisa.
"Capitulo dedicado a todos ustedes, admiradores de S&S y T&E. Y en especial a todos los que me hicieron feliz con mail y reviews".
Acompáñenlo con la música que más les agrade.
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En algún lugar...
La noche era deprimente, no había dejado de llover. Comenzó con pequeñas gotitas que permanecían por la mañana y por las tardes aumentó a una terrible tormenta. Las gotas caían despiadadamente, por eso en las calles no había casi nadie.
Su figura caminaba despacio, aunque era casi una tormenta. A pesar de todo, no le molestaba en lo más mínimo el agua, era algo que ahora no importaba mucho, sólo agradecía que por la calle no estuviera nadie, porque de esa manera nadie vería que lo que acariciaba su rostro no sólo era agua de lluvia, estaba mezclada con salinas lágrimas que repentinamente salieron de su hermosos ojos, al comprobar por si mismo que probablemente jamás volvería a ver a su persona amada.
Y aunque sus pasos fueron lentos, llegó a su destino. Entro al lugar, sólo dejando su abrigo mojado en la entrada. Algunas personas vieron su sombra pasar, pero nadie dijo nada, en aquel lugar perduraba un extraño silencio, a partir de los acontecimientos del día anterior.
Con paso seguro subió, se encontró con una puerta, llamó y le indicaron pasar.
Entro al lugar, unos ojos entre curiosos, tristes y asombrados siguieron su figura al pasar junto a su cama y luego pararse frente a la ventana. Viendo su espalda pudo darse cuenta de lo mucho que había caminado, su espalda también se había mojado, pero parecía no importarle, su cabello estaba muy mojado, incluso escurrían algunas gotas. Pero no pudo ver su rostro.
- ¿Por qué? - preguntó seriamente.
Ella bajo la mirada un segundo, apretando en sus manos las sabanas que la cubrían.
- ¿Porqué lo hiciste? - insistió él, aún sin verla de frente.
- Yo... - no sabía exactamente como decírselo, sólo fijo su mirada en sus manos.
En ese instante sintió como él se acercó hacia ella, sintió su mirada penetrante en ella. ¿Por qué lo tenía que hacer tan difícil? Cerró los ojos con fuerza, sentía como casi no podía formular palabras. Simplemente suspiro, sintiendo que le faltaba el aire.
Él lo notó, así que suavizo la expresión, despacio se sentó junto a ella. Lentamente tomo su mentón y la obligo a verlo a los ojos. Ambos se dieron cuenta que sus ojos estaban tristes.
Por un lado, él no quería presionarla pero por otro lado, ansiaba tener respuestas.
- ¿Porqué Hannia? - dijo con una voz menos fría.
- Yo... - aún las palabras se negaban a salir, pero la mirada de él la obligaba, le pedía una respuesta. No soportó ese mirar y cálidas lágrimas salieron de sus ojos, logrando por un momento desahogar su pena.
- Shaoran...
- ¿Por qué?
- Shaoran yo te quiero, te quiero mucho... - dijo empezando a sollozar.
- Lo sé Hannia - sintió una sensación extraña y la abrazó - también te quiero...
Al sentirlo tan cerca, ella comenzó a llorar mucho más.
- Lo lamento...
- Hannia - dijo mientras también sentía que sus ojos se humedecían.
Tardaron unos segundos así. Mientras Hannia lograba controlar un poco sus lágrimas. Después ella se tranquilizo.
Shaoran la separó de sí, los ojos de Hannia estaban un poco hinchados y su cabello un poco revuelto, así que él retiró algunos mechones de su cara.
- Pero... - dijo viéndolo ahora a los ojos, sintiendo repentinamente fuerzas para hablar - no me amas Shaoran.
Ante tal aseveración él pareció un poco asombrado de que se lo dijera con tanta seguridad, pero no lo negó.
- No deseo mentirte - dijo aún con las manos en el rostro de ella.
Ella sonrió un poco.
- Lo sabía, la amas ¿no es cierto?
De nuevo su pregunta no fue contestada por las palabras, sólo por la mirada.
Eso hizo que de nuevo quisiera llorar.
- Por eso lo hice - dijo retirando su rostro de sus manos.
- Sabía que no me amas, que nunca lo hiciste - suspiró mientras sus manos se ceñían a las sábanas - Nunca me hablaste de ella antes, eso demuestra lo mucho que la llegaste a querer, tanto que la deseabas olvidar. Después... cuando ella llego, cambiaste, cambiaste mucho. Cuando desapareció, cuando fue herida – su tono se volvió más dolido - todo, todo ese tiempo siempre estuviste pendiente de ella, como nunca lo estuviste antes de nadie. Me negaba a creerlo, me negaba a pensar que tú le correspondías... – luego su voz se suavizo y se hizo un susurro - Pero ayer en la ceremonia, cuando aceptaste, estabas sufriendo pude notarlo en tus ojos, la amas... y ella a ti.
- ¿Tu sabías que ella...? - le sorprendió un poco todo lo que ella decía con tanta seguridad y que él había tardado tanto en comprender.
- Sí, creo que todos lo sabíamos, sólo tu no lo querías ver. Así como yo me negaba a pensar que aún la amabas. Mei me contó algo de lo que paso entre ustedes en su infancia. Pero aún así, me aferre a la ilusión de que algún día me amarías. Pero nunca lo hiciste - dijo con pesar - me quieres, pero no me amas, jamás lo hiciste. Me equivoque... - su voz se quebró y no pudo continuar.
Él, que permanecía muy serio, reflexionando la veracidad de las palabras.
Tomando fuerzas de nuevo hablo - por eso lo hice. No cambiaré de opinión, digas lo que digas no lo haré - dijo ella segura, viéndolo a los ojos.
- ¿Sabes las consecuencias de lo que hiciste? - su tono de voz cambió uno más serio, mientras se levantaba de su lado y caminaba alrededor de la cama.
- Estoy muy conciente - dijo simplemente, su voz pareció regresar.
- Tienes que retractarte – dijo aún reflexionando y bajando la voz.
- No lo haré Shaoran - dijo ella muy segura.
- Entiéndelo - dijo hablando más fuerte, después se sentó junto a ella - debes hacerlo.
Ella sólo negó, fijando la mirada en sus manos.
- Si no lo haces, tu y tu familia sufrirán las consecuencias. No se puede jugar con los círculos, nos han dado hasta la tarde de hoy para llegar a un acuerdo, o ambos sufriremos las consecuencias.
Ella sólo permaneció callada.
- Hannia por favor, debes hacerlo.
- No, no lo haré. No quiero que quedes atado a mí para siempre, sólo por no perder mi jerarquía y las posesiones. No quiero estar contigo por la fuerza, por el capricho de los círculos y de mi madre, entiende no lo haré - dijo decidida pero con la voz quebrada de nuevo.
- Hannia, si no aceptas el matrimonio perderás todo - dijo levantando un poco la voz Shaoran - No podemos jugar con los círculos, diciendo que nos casamos y en la ceremonia tu no aceptas, eso es castigado. Se castiga quitando la posición y los bienes materiales de la persona. Todo por lo que has luchado, todo tu esfuerzo y trabajo se vendrá abajo. Debes aceptarlo.
- No me importa perder mi posición – dijo subiendo el volumen de voz - ni dinero, ni que mi madre me odie – más decida aseguró - No puedo hacerte eso, no puedo hacerle eso a Sakura, y yo jamás podría soportarlo en mi conciencia.
- ¡Demonios! - dijo Shaoran, estaba muy desesperado.
Se levantó dio unas vueltas por la habitación. Abrió la puerta y antes de salir dijo.
- Queda poco tiempo - y luego salió.
Llego a su habitación, se recostó en su cama, pensando. Aún su cabello estaba húmedo al igual que sus ropas, pero no le importo. Sólo quería encontrar una solución, una en la que Hannia no perdiera todo por lo que había luchado todo ese tiempo. Mientras sus palabras aún resonaban en su mente.
- No me importa perder mi posición, ni dinero, ni que mi madre me odie. No puedo hacerte eso, no puedo hacerle eso a Sakura, y yo jamás podría soportarlo en mi conciencia – había dicho ella. Pero él ¿Qué debía hacer? ¿Renunciaría a...
Unos toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.
- Puede pasar, madre - dijo habiendo sentido el aura de su madre acercándose. Se sentó en la cama, mientras veía la figura de su madre entrar.
- Hijo - Ieran entró y lo primero que vio en su hijo, fue un gesto de preocupación y desesperación - ¿han llegado a un acuerdo? – sólo preguntó para asegurarse.
- Lo siento madre, aún no.
- ¿Saben lo que pasará si no llegan a uno?
- La persona que no este de acuerdo perderá todo - dijo pasando su mano por sus rebeldes cabellos y observando el suelo.
- Lamento no poder ayudarte - le dijo su progenitora.
- No es su culpa - levanto la mirada hacia ella.
Los ojos de su madre en ese instante parecían ser muy comprensivos y sinceros. Parecían apoyarlo, sin palabras.
- Sé que harás lo correcto para todos - se acercó a él y le acarició el rostro - sé que harás lo correcto por todos y para tu felicidad... - le dio un pequeño beso en la frente y luego se dirigió a la puerta, y al abrirla.
- Madre...
Ella lo volteó a ver.
- Gracias - ella asintió y salió. Shaoran sentía y sabía que su madre lo apoyaría, que confiaba en él para que tomara la decisión correcta. Aunque ahora mismo, ni él sabía exactamente que hacer.
La tarde llegó muy rápido, era hora de presentarse frente al supremo de la ceremonia, Fausto. Sólo los miembros de los círculos se encontraban presentes. Más que una ceremonia, ahora parecía un juicio, en donde si no se llegaba a un acuerdo, habría un culpable que castigar.
Llegaron todos a la hora indicada. Hannia que era llevada por un serio Fiang y su madre, y Shaoran acompañado de Ieran. No se había dirigido la palabra, en ningún momento después de su encuentro en su habitación, sólo las miradas se cruzaban en pequeños instantes.
- ¿Han decidido? - preguntó - recuerden que de su respuesta depende su futuro, no pueden estar jugando con los círculos - Y bien ¿qué han decidido?
Hannia estaba segura de su respuesta.
- ¿Se casarán?
Shaoran volteo a ver a Hannia.
- Yo... - comenzó a decir ella.
- ¡No! - la voz de Shaoran encubrió a la de Hannia.
- Pensé que era la señorita Tabura quien se oponía - dijo el hombre con gesto enfadado hacia Li.
- Yo la obligue a negarse, pero en realidad soy yo quien no lo desea - dijo firme Shaoran sosteniendo la mirada de Fausto.
- Shaoran – dijo casi en susurro Hannia y un tanto sorprendida de lo que acababa de decir.
Él la volteó a ver, y con la mirada le hizo entender que no interviniera.
- No nos casaremos, yo me retracto - dijo Shaoran.
- Sabes las consecuencias de esto, Shaoran Li – dijo con el ceño fruncido Fausto.
Él asintió.
- Eras un buen candidato a líder del Concilio de Oriente. Y a pesar de haber ayudado a la salvación del mundo, entiendes que los círculos no permitirán que juegues con las decisiones.
En ningún momento Shaoran cedió con la mirada, diciéndole que estaba muy seguro de lo que decía.
- Dadas tus contribuciones, no serás debidamente castigado, sólo perderás el derecho de ser líder del Concilio de Oriente, pero conservarás todo lo demás. Tu familia no será afectada por tus actos, pero tú has perdido todo por lo que luchaste para ser líder, serás desconocido por todos los hechiceros como candidato a jefe del Concilio.
- Estoy de acuerdo - dijo él.
- Entonces no hay nada más que hablar. La reunión ha terminado – finalizó.
Todos los demás presentes comenzaron a susurrar cosas y lentamente comenzaron a salir de la sala.
Hannia se acercó a Shaoran, mientras todos se retiraban. Y otros guardaban silencio tratando de asimilarlo.
- Shaoran, ¿qué hiciste? – preguntó Hannia un poco sorprendida.
Él por primera vez en mucho tiempo él le sonrió, lo que la desconcertó aún más.
Luego se colocó a su altura.
- Sólo aprendiendo lo que me enseñaste.
Ante la cara de desentendimiento ella, él completó.
- No me importa perder mi posición, ni dinero. No puedo hacerte eso, no puedo hacerle eso a Sakura - repitió él - Yo tampoco deseo que pierdas nada, he decidido afrontar las consecuencias de mis actos y reconocer mis verdaderos sentimientos. No quiero que tu sacrificio no sea en vano.
Miró con melancolía sus pies inmóviles en la silla de ruedas - encontraremos la forma de curarte y serás libre de nuevo, para encontrar a alguien que realmente te ame – como pocas veces Shaoran mostraba cierta esperanza en sus ojos.
- Pero ¿qué has hecho? - se escucho un grito de la madre de Hannia, reclamando a Shaoran. Apenas parecía darse cuenta de lo que acababa de suceder.
Hannia la volteó a ver con una mirada que su madre jamás le conoció.
- Madre, por favor - dijo con voz y mirada fría - déjenos solos un momento - esa voz y los ojos de su hija la hicieron retroceder e irse muy enfadada del lugar.
Estaba más que furiosa, pero esa mirada la hizo retroceder, había estado a un paso de que su objetivo se cumpliera. Incluso la última vez que fue a ver a su hija, después de que Shaoran salió de su habitación, pensó que la había convencido. Ahora se daba cuenta que la había engañado.
Camino furiosa hacia la salida, donde se encontró con los ojos dudosos de Mei y su esposo que se preguntaban lo que había pasado. Frunció más el ceño y salió de la casa Li.
Hannia vio retirarse a su madre y luego volvió la vista a Shaoran, que también la veía desconcertado, luego suavizo su semblante.
- Ve a buscarla, encuéntrala y dile lo mucho que la amas. Dile que nadie, ni nada los separara, dile que por fin pueden estar juntos - su voz se hizo silencio y sonrió tratando de ser sincera, ahora estaba segura que Shaoran debía ser feliz con Sakura.
- Gracias Hannia, por todo - le dio un beso en la frente y se alejo.
Segundos después llego Fiang a su lado.
- ¿Estas bien? - dijo abrazándola, ella también lo abrazó.
- Ahora lo estoy - dijo mientras algunas lágrimas salieron de sus ojos.
Shaoran se dirigió hacia su madre.
- Lo lamentó - dijo bajando la cabeza, avergonzado.
Su madre, sorpresivamente lo abrazó.
- Hijo, sabía que tomarías la decisión adecuada.
- Pero... - pensaba que su madre lo odiaría, los años que estuvo preparándose para ser líder del Concilio de Oriente, todas sus esperanzas estaban puestas en él y había fallado.
- Lo que me importa - interrumpió - es tu felicidad, más que nada.
- Gracias madre.
- Ahora ve a buscarla – dijo sonriéndole.
Shaoran salió del lugar, no se despidió de nadie más ni de Mei o sus hermanas que no sabían lo que había pasado, sólo lo vieron salir con un semblante muy diferente. Luego de verlo salir, se dirigieron a preguntarle a Ieran.
No sabía a donde, ni como llegar hasta ella, sólo sabía que lo haría.
Hotaru, veía por la ventana de su departamento. Cómo las gotas cesaban lentamente. Vio pasar su auto conocido, por debajo de su edificio.
- Suerte - susurró.
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Todos llegaron sanos y salvos a Hikaru. La madre y padre de Sakura, así como toda la población de Hikaru los recibieron con alegría y agradecimiento.
Sakura se mostraba muy contenta de ver a todos.
- Mamá - corrió a abrazarla. Cuanto la había necesitado.
- Estamos orgullosos de ti - le dijo su padre uniéndose al abrazo.
- Ustedes nos ayudaron - dijo aún en los brazos de sus padres. Pensó por unos momentos durante la batalla que jamás volvería a verlos. Pero ahora estaba feliz de que todo estuviera bien.
De la misma manera fueron recibidos los demás.
- ¿Tomoyo? - se sorprendió la madre de Sakura - esta preciosa jovencita es Tomoyo, la hija de mi prima Sonomi - dijo viéndola y luego abrazándola.
- Es un gusto conocerla, tía - dijo Tomoyo con emoción y con algunas traviesas lágrimas que amenazaban con derramarse, después de años de creer que estaba muerta ahora la podía finalmente conocer.
- Eriol, ¿te encuentras bien? - preguntó Fujitaka notando las vendas en su cabeza.
- No se preocupe señor Kinomoto, no es nada que un hechizo y hierbas de este lugar no curen - dijo sonriendo.
- ¿Es cierto? - preguntó emocionada Sakura.
- Si Sakura, recuerda que en Hikaru crecen plantas medicinales que pueden curar de muchos males, en especial de los que son provocados de magia oscura.
- Es cierto, lo había olvidado - dijo emocionada.
Después de un alegre recibimiento, todos se fueron a descansar.
- ¿Crees que estará bien? - le preguntó Fujitaka a su esposa. Cuando ambos estaban en la sala del palacio, pies todos se habían ido a instalar.
- No te preocupes, tardará un poco en recobrar su felicidad - le dijo Nadeshico a su esposo.
Fujitaka la vio sin comprender, pero los ojos confiados y tranquilos de ella, hicieron que crea en sus palabras.
- Mocoso idiota - maldecían Kero y Touya por lo bajo.
Mientras Yukito y Fuu ayudaban a Tomoyo a instalarse en lo que sería su habitación temporal. Tomoyo no terminaba de encantarse con aquel sitio. Era realmente espectacular, jamás pensó que sus ojos llegarían a ver aquello, mientras miraba a la ventana el precioso jardín y recordando a todos los seres que había conocido.
- Es muy hermoso - dijo admirada.
- Nos alegra que te agrade - dijo Yuki.
Tomoyo volteo a verlo y asintió – gracias – dijo cuando el chico entraba con sus maletas. Pues Tomoyo insistió en llevar algunas de las tantas cosas que habían comprado con ella.
Lo mismo hacían Eriol y compañía en un lugar no muy lejano al palacio.
Después de cenar todos se fueron a descansar. Todos parecían normales, incluso Sakura ocultaba muy bien su pesar, pero todos sabían lo que le pasaba.
Sakura no dormía, al cerrar los ojos para poder dormir, no podía evitar ver su rostro, no pudo sostener más su actuación, y estando sola, lloro, lloro mucho recordando mil cosas sobre él, hasta que finalmente se quedo profundamente dormida. Con lágrimas aún recorriendo su rostro.
Y al día siguiente.
Tomoyo se despertó por la dulce melodía de los pajarillos cantando en la mañana. Se levantó para observar el amanecer y lo pudo admirar en toda su magnitud. Se quedo encantada, luego de apreciarlo, bajo buscando a todos.
Aunque estuvo perdida unos instantes, pronto encontró el comedor.
- Buenos días - dijo a todos.
- Buenos días - contestaron, en la mesa se encontraban los padres de Sakura, con una gran sonrisa, Touya con el ceño de siempre, Yukito con su sonrisa, Kero atarragándose de comida y Fuu algo distraído.
Se sentó en uno de los dos lugares vacíos.
- ¿y Sakura? - preguntó al no verla entre ellos. Seguramente estaría triste en su habitación.
- Ya se fue - contestó Nadeshico.
- ¿Qué?
- Se levanto temprano... - vaya eso si que era muy raro en Sakura - y salió, dijo que ayudaría a los habitantes de este lugar con las reparaciones.
- Entonces, ¿aquí también pelearon?
Fujitaka asintió.
- No lo sabía, lo siento.
- No es culpa de nadie, ahora sólo queda reparar los daños. No son demasiados, pero los lugares por donde entraron los seres oscuros quedaron casi estériles debemos trabajar en ellos.
- En cuanto terminemos también iremos - dijo Yuki muy alegre.
Durante el desayuno Nadeshico le preguntaba algunas cosas de su vida a Tomoyo, y ella preguntaba sobre Hikaru.
Touya termino rápido y apresuro a Yukito, pero él quería seguir comiendo así que se disculpo y tomo el recipiente donde estaban algunos panecillos y se los llevó, casi siendo arrastrado por Touya. Kero se fue tras ellos, peleando por la comida. A Nadeshico, Fujitaka y Tomoyo, sólo les salió una gotita.
- Sakura - recordó Tomoyo.
- Ella estará bien - escucho la voz de su tía.
No se había dado cuenta que lo había dicho en voz alta.
Sakura le había aprendido algo a Shaoran, ocuparse de trabajo, para no pensar en lo que sentía.
Miró a los padres de Sakura, ambos se veían alegres a pesar de todo.
- ¿En qué puedo ayudar? - dijo sonriéndoles, ella no se quedaría atrás mientras todos trabajaban.
- Lo lamento señorita, pero usted me ayudará a mí - una voz varonil se escucho en el lugar.
- Eriol, Buenos días - saludaron todos.
- Buenos días - dijo Eriol, traía las vendas en los ojos, pero se desplazaba muy naturalmente.
- ¿Cómo te encuentras? - preguntó la madre de Sakura.
- Muy bien - gracias por preguntar.
- ¿Gustas acompañarnos? - preguntó Fujitaka.
- Muchas gracias, pero ya desayune con mis guardianes. Pero ¿podría robarme a esta bella jovencita unos momentos? - preguntó Eriol dijo él refiriéndose a Tomoyo.
- Eso depende de ella - dijo con una sonrisa Nadeshico.
- Con gusto – dijo Tomoyo, se disculpo con sus tíos y fue con él.
De ese modo Eriol se llevó a Tomoyo del lugar.
- ¿En qué deseas que te ayude? - preguntó ya estando fuera, ese chico no necesitaba demasiada ayuda, según le parecía.
- Mis guardianes se fueron temprano a ayudar con las reparaciones y necesito que hagan algo por mí.
- Claro - dijo Tomoyo sin comprender en que podría hacerlo.
- Además - agregó - de esta forma podrás conocer mejor este lugar.
- ¿Serás mi guía? - preguntó confundida.
Bien, el que no podía ver era él, y ahora se ofrecía a mostrarle el lugar. Eso si que era raro, pero por otro lado, qué se puede esperar de la reencarnación de Clow.
- Si lo deseas, lo seré - dijo con su sonrisa de siempre, pero lo dijo de una manera que inexplicablemente hizo sonrojar a la prima de Sakura.
Eriol sólo sonrió.
- ¿Y... en qué quieres que te ayude? – volteando a otro sitio.
- Como sabes... - empezó a explicar y caminar como si nada - hay muchas reparaciones que hacer aquí y mis guardianes se fueron a ayudar.
Caminaba lentamente, pero firme por los jardines del palacio, dirigiéndose a lo que parecía un bosque cercano, siendo seguido por Tomoyo. Que sólo miraba su silueta. Su cabello relucía en tonos azulados y su voz se mezclaba con el ambiente mágico que prevalecía en el lugar.
- Necesito que me ayudes a encontrar algo - él la sacó de sus pensamientos.
- Perdón, ¿decías algo?
- Necesito que me ayudes a encontrar una flor.
- ¿Una flor?
- Es mucho más fácil buscarla con la vista, que por el olor - dijo sonriendo. Luego la tomo por el brazo.
- No recuerdo del todo este lugar. ¿Te molesta? - preguntó sintiendo un leve temblor en ella.
- No..., no, pero dime cómo es la flor - preguntó tratando de no pensar que lo tenía muy cerca.
- Es una flor azul - le decía mientras se adentraban en el pequeño bosque. Al salir de los árboles, Tomoyo vio con admiración cientos y cientos de flores, de todos tamaños y colores, un perfume exquisito se formaba con la combinación de todos. La alfombra multicolor se extendía en lo que parecía un valle encantado.
- Es hermoso - dijo Tomoyo embelezada con lo que veía.
- Lo es, pero no tanto... - dijo Eriol llamando su atención.
- Pero aquí hay demasiadas flores azules, ¿cómo sabremos cuál de ellas es? – interrumpió ella.
- Fácil, sólo busca la flor que tenga el azul más parecido al azul del cielo.
Así se adentraron al lugar y se separaron, buscando. Tardaron unos minutos pero al final Tomoyo la encontró.
- Es muy bonita - decía mientras la acariciaba. Eriol se acercó.
- Justo después de cortarla, se debe frotar los pétalos con los ojos - explicaba Eriol - dando un ligero masaje y luego un pequeño hechizo. ¿Quieres ayudarme? - preguntó quitándose las vendas.
- Claro - dijo ella, corto con delicadeza la flor, luego le quitó unos pétalos y los puso en los ojos de Eriol, él al sentir eso dijo - por favor frótalos un poco - ella obedeció y con suavidad comenzó a acariciar los ojos de él con los pétalos.
Mientras Eriol comenzaba a recitar un conjuro y con las manos encima de las de Tomoyo aplicaba un hechizo de curación.
Tomoyo sentía como mientras Eriol tenía sus manos sobre las suyas, un calor muy especial los rodeaba, era el aura de Eriol que se extendía. Mientras él se concentraba en el hechizo ella podía sentirlo y la hacia sentir algo muy especial.
- Gracias – agradeció él al terminar.
- Fue un placer - dijo Tomoyo sonriendo.
- ¿Te importaría ayudarme en los siguientes seis días?
- Entonces tienes que hacerlo de nuevo - preguntaba mientras ya regresaban al palacio.
- Si, durante siete días seguidos para recobrarme, ¿te molestaría acompañarme?
- Claro que no - dijo sonriéndole. Por una extraña razón, ya no se sonrojo. Sólo recordaba la bella sensación de su aura cubriéndola. Era como conocer por dentro al misterioso Eriol, era como sentirlo. Eso la hizo sentir muy bien, y deseaba repetirlo, así que acompañarlo era un verdadero placer.
Eriol se detuvo y ella con él.
- ¿Pasa algo?
Él la colocó frente a sí, abrió sus bellos ojos azulados.
- Sólo quiero que sepas que aprecio mucho lo que has hecho por mí, desde que estuve en el hospital hasta ahora. No sé como pagártelo - dijo mientras sus ojos parecían fijos en los de ella.
- Sólo recupérate pronto - dijo a media voz. De nuevo sus ojos y su presencia la comenzaron a intimidar y comenzó a sentirse de nuevo muy cerca de él.
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Impotencia, es una sensación quizá más horrible que se pueda vivir. Ver a una persona que quieres mucho, a la cual conoces desde siempre, sufrir. Sufrir por algo que no puedes remediar, que no esta en tus manos.
Como se desea, que de alguna manera, hacer algo, decirle algo, para que esa persona vuelva a ser la de siempre. Verla sufrir, no en lo físico sino del corazón es lo más horrible. Sus ojos no brillan como antes, su sonrisa sincera desaparece de su rostro, su silencio es perturbador, toda su persona cambia totalmente, mientras quisieras desaparecer su dolor con cualquier cosa, con tal de que no sufra más.
Sólo, sólo arrancar el dolor de su corazón, que desaparezca, que el tiempo pase muy rápido para que su dolor cese, para que se desvanezca.
Nada parece remediarlo, escuchar, hacer, decir cosas o algo para que vuelva a sonreír, como antes.
Eso es lo que siente la familia de Sakura y los seres que la quieren, su padre, Yuki, Tomoyo, Kero y Fuu sienten su dolor, sienten su pesar. Pero tratan de animarla como pueden y hacer todo lo que esta en sus manos para verla sonreír de nuevo.
Pero una persona lo resiente mucho más, su hermano.
Su hermano Touya, sabe que ella esta sufriendo, cada minuto que pasa desea que su hermana volviera a ser la de antes.
- Maldito mocoso - piensa en ocasiones al ver a los ojos de su hermana. Tan vacíos en ocasiones, tan tristes en otras.
Trata de acercarse a ella para ayudarla, pero no sabe como. Se limita a tratar de hacerla enojar o reír, pero no parece funcionar como desearía.
La ama mucho, como su única hermana, como una de las personas más allegadas a él. No puede evitar que cuando ella sonríe forzadamente, se sienta terrible por dentro.
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En ese tiempo Sakura prácticamente no paraba, iba de un lado a otro ayudando a todos. Sakura sonreía para no preocupar a nadie, comportándose lo más natural posible, pero en momentos de descuido, terminaba pensando en él.
- Sakura - la llamó su madre. Una mañana en la que no había nadie en el palacio y Nadeshico fue a ver a su hija a su habitación.
- Mamá ¿qué pasa?
- Hija - dijo acercándose - ¿Estas bien?
- Si madre, lo estoy – dijo con una falsa sonrisa, pero sabía que a su madre no le podría mentir.
- ¿Por qué lo ocultas? – a su madre no la podía engañar.
Las madres siempre conocen muy bien a sus hijos, saben cuando sufren y cuando lo ocultan. A Nadeshico le comenzaba a preocupar mucho su actitud.
Sakura bajo la mirada, sabía a lo que refería su madre.
Nadeshico se sentó a su lado.
- No quiero que se preocupen por mí - Terminó por decir, cuando sintió a su madre a su lado.
Sakura había evitado hablar con alguien, incluso la evadía a ella y a Tomoyo, temía preocuparlas.
- Lo siento Sakura, pero no lo podemos evitar. Sabemos lo que te pasa.
- Mamá - abrazó a su madre sintiendo un nudo en la garganta.
Su madre la abrazó consolándola.
- Esta bien mi pequeña, llora si quieres hacerlo, te ayudará a desahogarte.
Las lágrimas de Sakura comenzaron a salir casi con desesperación, habían estado reprimidas.
- Nosotros sólo queremos ayudarte, no nos agrada que sufras, pero tampoco que nos hagas a un lado y no nos permites ayudarte. Sé que no podemos hacer mucho, pero siempre contarás con nuestro amor y apoyo total.
- Mamá – susurraban Sakura en los brazos de su madre.
- Todo estará bien - Nadeshico acariciaba el cabello de su hija, sintiendo el dolor de ella.
Sakura soltó todo el dolor que llevaba dentro, llorando hasta más no poder. Su corazón, su alma, su ser lloraba su pena.
- Si él es feliz, yo lo seré - se repetía una y otra vez a sí misma.
- Pase lo que pase, todo estará bien - decía Nadeshico a su hija, tratando de convencerla que al final ella estaría bien.
Finalmente Sakura se cansó de llorar y se durmió en los brazos de su madre. Nadeshico la deposito despacio en su cama. Luego le acarició el rostro que aún estaba cubierto de lágrimas.
- Pronto estarás bien - le dio un beso en la frente.
Sakura aún dormida dio un profundo suspiro.
- Ahora sueña, mi niña.
- Te prometo que todo estará bien - le dijo antes de dejarla en su habitación.
Mientras en sus sueños, podía estar con él.
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- Estoy preocupada, ya han pasado seis días y no sabemos nada - dijo con voz triste.
Su esposo la rodeo con sus brazos.
- No te preocupes es un hombre fuerte y estará bien.
- Eso espero - dijo Mei mientras abrazada a su marido.
- Tengo que ir a ver a Hannia.
- ¿Qué? pero...
- No te preocupes en un momento regreso - le guiño el ojo a su esposo y salió de la habitación.
- Hola Hannia - entró sin pedir permiso a su habitación.
Pero se llevó una pequeña sorpresa.
Fiang estaba con ella, ambos estaban tomados de las manos y mirándose, pero en cuanto se dio cuenta de la presencia de Mei, Fiang la soltó.
- Creo que interrumpo algo - dijo con una sonrisa muy burlona.
- Claro que no - dijo Hannia - Fiang me estaba ayudando - Hannia se veía mucho mejor en los últimos días, había recuperado por completo su salud y estaban haciéndole más estudios.
Sólo su rostro triste, es lo que preocupaba a los demás.
- ¿Seguros? - dijo malévolamente Mei, viendo de reojo a Fiang, quien al notarlo se puso rojo.
Hannia veía a Mei sin comprender. La prima de Li la vio y le señalo a Fiang que estaba más que rojo.
- Me... me tengo que ir - dijo Fiang y salió casi corriendo el pobre.
- ¿Qué quisiste decir?
Mei puso cara de ¡Oh dios mío!
- ¿Qué? - volvió a preguntar ante la cara de su amiga.
- Pensé que no había nadie igual de despistada que... Saku - dijo bajito y provocando más curiosidad de Hannia.
- Amiga, amiga, amiga. No has aprendido nada en todo este tiempo - hizo un pausa - ¿qué piensas de Fiang?
- Yo, bueno. Ha sido un excelente amigo, ha estado conmigo todo este tiempo. Me ha apoyado mucho.
- Bien, como tu no te das cuenta tendré que decírtelo.
- ¿De qué hablas?
- ¿Nunca has pensado en él... como algo más?
- Pues... - pensaba - cuando teníamos 14 años, él me gustaba, pero después conocía a Shaoran y...
- ¡AJá! - interrumpió Mei - ¿se lo dijiste?
- No.
- No crees que...
- ¡MEI! que cosas dices - de pronto Hannia se sintió incomoda por el comentario.
- ¿Qué? ¿Acaso no has visto como te mira? ¿Cuánto te cuida? - decía graciosamente Mei.
Alguien toco la puerta interrumpiéndola.
- Lo siento, es hora de las medicinas - entró Fiang.
- No te lo dije - le dijo Mei a Hannia señalándoselo.
Fiang traía la medicina y se la dio a Hannia, mientras le sonreía. En ese momento ella observó como es que la miraba. Y entonces se dio cuenta de que tenía una forma de mirarla muy especial. Eso hizo que recordará las palabras de Mei y que enrojeciera.
- Con permiso - no dijo más Fiang y salió.
- Estas roja Hannia - se burlaba Mei.
- Mei, ¿quieres callarte?
- Niégalo - reto.
- Bueno... - pero no pudo decir más.
- ¿Lo ves? - dijo con una sonrisa Mei.
Pero luego Hannia enserio su rostro.
- ¿Qué pasa Hannia? - preguntó preocupada por su rostro.
- ¿Dónde estará Mei?
Mei también cambio su rostro.
- Sé que esta bien.
- ¿Crees que ya la encontró?
- No lo sé - dijo sinceramente.
Ieran Li también estaba preocupada, él no se había comunicado con ella desde la ceremonia, pero sentía claramente su aura y sabía que él se encontraba bien.
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Los segundos parecen eternos, cuando hay dolor en el corazón. Como sacar de tus pensamientos y corazón a la persona más especial que has conocido en toda tu vida. Como borrar tu sufrimiento de no verla más. Cómo mantenerte firme, si por dentro se derrumban tus emociones, tus pensamientos e ilusiones a cada momento. Cuando por fin te das cuenta que lo has perdido, que no puedes estar junto a esa persona.
El tiempo puede volverse en tu contra y marcar cada segundo con dolor y tristeza. Cada cosa en la que se posen tus ojos, te lo recordará. Cada frase, cada melodía, cada minuto de silencio, parecerá que escuchas su voz llamándote. Toda mirada te recordará la suya, todo, todo parecerá tan doloroso y a la vez, hermoso, porque te lo recuerda a él.
Sólo, de una única manera estarás con esa persona. En tus sueños, que son expresiones del inconsciente que no se pueden dominar. Sólo en ese lugar te pertenecerá, serán para ti su mirada, su sonrisa, su voz, su presencia, sólo ahí y en ningún lugar más. Al despertar a la realidad no hay nadie a tu lado, estas sola, sufriendo su ausencia.
Sentada bajo su árbol favorito de Cerezos, se encontraba Sakura. Observando el cielo, al infinito vació del universo. Mientras unos pétalos de flores caían sigilosamente a su alrededor. Se abrazaba a sí misma, tratando de sentir la calidez que le faltaba.
De nuevo sus ojos se humedecían y otra vez, dolorosas lágrimas escapaban de sus ojos. No lo podía evitar.
- Señorita Sakura - dijo una voz infantil con delicadeza.
- Alei - miró a la niña y de inmediato trato de retirar las lágrimas.
La pequeña la miró con dulzura y comprensión.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó aún limpiándose el rostro.
- Sólo quiero recordarle una cosa - dijo la niña.
- Dime - dijo con el rostro más seco y tratando de sonreír.
- ¿Recuerda la batalla?
Sakura asintió.
- Lo que nos enseño a todos nosotros.
- Yo tenía miedo... - dijo entrecortadamente - Pero recordar sus palabras me confortaron - "que pase lo que pase, todo estará bien". Aquella la noche era oscura y parecía que jamás iba a amanecer, pero al final la luz brillo con más fuerza - terminó de decir y luego se acercó a Sakura con una sonrisa, luego ambas se abrazaron.
- Cuando la noche esta más oscura, es porque no tardará en amanecer - le dijo al oído a Sakura - luego ambas se alejaron - No pierda la esperanza señorita Sakura.
- Gracias Alei - dijo agradecida Sakura.
- Debo irme, mis padres me deben buscar. Hasta pronto - dijo mientras se alejaba con una sonrisa.
- La tengo Alei, aún escondida en el corazón - pensaba Sakura - pero jamás desaparecerá la esperanza de estar junto a él - Se levantó y comenzó a caminar de regreso a casa - Sé estaremos juntos...
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- ¿Crees que hiciste lo correcto? – preguntaba con serenidad Hilda a su esposo.
- Estoy seguro – dijo él.
Ya se encontraban de nuevo en casa. Una enorme y hermosa casa, muy bien amueblada.
- Mamá, papá, quiero ir al parque – entró hablando dulcemente una pequeña niña de escasos 3 años, que se parecía mucho a su madre. Pensaron que terminarían sin hijos, después de tantos años, pero al final había nacido la pequeña Hilda que continuaría su legado.
- Claro hija – dijo Fausto abrazándola. La pequeña se puso feliz y comenzó a juguetear con un símbolo que su padre portaba en su cuello.
Fausto regreso su mirada a Hilda, que lo miraba con interés.
- Lo sabías ¿no es cierto?
Él asintió.
- Los ojos de ambos me lo dijeron, sólo quise darles una pequeña oportunidad y comprendieran lo que es más importante para ellos.
- Le regresarás el derecho a ser líder.
- Eso ya no depende de mí, sino de él. Si me lo pide lo haré.
- Papá, quiero irme – dijo la pequeña Hilda, tocando el rostro de su padre.
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Era aún de día, afuera se escuchaba a la gente pasar, hablar, ir y venir. Dentro casi todo estaba a oscuras, sólo una diminuta luz había en toda la habitación. Alumbrando el lugar sólo estaba una lámpara sobre un escritorio, un tenue olor se sentía en todo el lugar.
En el escritorio, se podía observar a una persona que dormía recostada en sus brazos, estaba muy cansado, había utilizado muchos hechizos, había estudiado muchos libros de magia y mitos. Sólo buscando la manera de llegar a ese misterioso lugar. Lo había intentado por medio de sueños, de portales, todo. Pero hasta ahora todo era en vano. No había salido casi para nada del departamento de Sakura, donde de había refugiado.
Abrió lentamente sus ojos ámbar, tardó unos segundos en recordar donde se encontraba. Suspiro hondamente, a medida que pasaba el tiempo comenzaba a desesperarse, pero mantenía la esperanza en su corazón. Pronto la vería, podría estar con ella para siempre, sólo debía encontrar la manera.
Agradeció al peluche tragón, que el refrigerador estuviera lleno de comida, con la que se había sostenido todo este tiempo, pues no había querido salir del ahí.
Paso sus manos sobre su revuelto cabello. Se sentía aún cansado, se asomo por la ventana y vio que pronto anochecería. Se apresuro a darse una ducha y comer algo ligero para continuar, no quería que Sakura lo viera demacrado.
El cuarto brillo con un destello azulado, pero de nuevo el hechizo fallo.
Shaoran suspiro algo agotado, miró con nostalgia su anillo. Ya hace días había notado que ahora se veía un poco opaco, pero el símbolo de Hikaru aún permanecía, sin brillo, pero aún estaba ahí. Se recostó unos momentos en la cama, tratando de recuperar un poco de energía.
Al cerrar los ojos lo único que veía era su rostro, su dulce, gentil y tierno rostro sonriéndole. Pasaba por su mente su imagen, desde que eran pequeños, desde que se conocieron, hasta los últimos días que pudo verla. Esa semana había sido la más larga y tormentosa de toda su vida, intentando llegar a ella.
Abrió lo ojos sólo para encontrarse con que la noche había llegado ya.
- Sakura - susurro y suspiro.
Cuando lo hizo, pudo sentir el perfume de ella impregnada por toda la habitación, tan característico de ella, casi no había tocado nada en ese tiempo, sólo imaginaba como pudo ser al vida de ella durante esos años.
Se levantó y dirigió de nuevo a la sala, donde tenía dibujados algunos símbolos mágicos, que para su pesar, no habían funcionado.
¿Qué podía hacer? ¿Cómo llegar hasta ella? Sin Fiang, Fuu o Eriol que lo ayudarán no encontraba la solución. Pero no se daría por vencido, ni ahora, ni nunca. De nuevo comenzó a hacer hechizos, combinando diferentes técnicas y todo lo que sabía de magia.
Así pasaron las horas de nuevo.
Un último destello verdoso, se vio salir de la habitación, luego se desvaneció despacio. Dentro Shaoran estaba de rodillas, apenas sostenido por su espada, algunas gotas de sudor había en su rostro. Estaba agotado. Con un poco de esfuerzo sacó de su bolsillo la carta que tenía. Era grisácea, y cada vez parecía más maltratada, la miró con ternura.
- Sakura, quiero estar contigo - susurró.
Su cuerpo cansado no aguanto más y cayo dormido. La carta aún en su mano y su anillo brillaron e iluminaron el lugar.
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La mañana era tranquila en Hikaru todo había vuelto a la normalidad. El sol aún no se asomaba por completo, los grillos aún cantaban la canción de la noche. Las estrellas con mayor resplandor se lucían frente al universo, mostrando su belleza y esplendor. El viento cálido hacía bailar árboles, plantas y jugaba con unas cuantas nubes blancas en el cielo. Un amanecer muy esperado y ansiado estaba a punto de comenzar, un amanecer que por un momento pareció que jamás llegaría.
Esa mañana, como nunca antes, salió del palacio. Toda la noche no había dormido, sólo veía a las estrellas, las lágrimas se habían acabado ya hace mucho tiempo. Simplemente no había más, todas habían salido y ahora, ahora sólo quedaba ese dolor en su corazón. Más punzante y lastimero que nunca, y aunque trataba de ocultarse y olvidarse, sólo provocaba más daño.
Sus pasos eran suaves y lentos, sus pies descalzos sentían bajo de sí pétalos. Pétalos de flores cubrían el verde pasto como una bella alfombra multicolor. Los árboles también lloraban su pena y sus lágrimas eran los pétalos de sus flores, los pétalos que también habían caído todos ya, quedando en los árboles un vacío difícil de llenar. Pero sus ramas serían adornadas de nuevo, en la siguiente primavera estarían cubiertos de color de nuevo.
En eso, su corazón era diferente, esa herida jamás sería sanada, sólo dejaría de sangrar por momentos, pero en cuanto alguien la tocará sin querer o que los recuerdos regresen volverá a sangrar.
Caminaba por la suavidad que los pétalos le brindaban. Su largo camisón blanco arrastraba tras su silencioso y lento caminar, sus ojos iban perdidos en la nada. Pensando simplemente.
Tan grande era su pesar, que ahora consideraba una medida drástica pero que prácticamente garantizaría que no sufriera más. El OLVIDO. Olvidar por medio de un hechizo que eso pasó, olvidar a esa persona. Tal vez era lo mejor, tal vez de esa manera su corazón sanaría, tal vez era la única opción para dejar de sufrir esa pena.
Si no lo recordaba, entonces ella sería feliz al lado de otra persona, volvería a sonreír de nuevo. Su vida sería para siempre en Hikaru, al lado de su familia, para siempre.
Olvidar
Olvidarlo
Olvidar para siempre.
Olvidarlo para siempre.
- NO - salió de sus labios - sin pensarlo. ¿Era eso lo que deseaba?
- No - dijo de nuevo - jamás me arrepentiré de lo que viví, jamás me arrepentiré de lo que sentí y jamás me arrepentiré de lo que siento.
- Aunque mi corazón se consuma ahora - dijo sentándose bajo su árbol preferido, que aún reservaban algunas flores de cerezo - fui feliz el tiempo que lo tuve a mi lado. No me arrepiento de haberlo conocido, no me arrepiento de haberlo estimado, no me arrepiento de haberlo amado con cada parte de mí ser..., no me arrepiento... de amarte Shaoran Li, jamás lo haré. Mi corazón es tuyo y una parte siempre lo será.
Miro con algo de melancolía a lo lejos, más allá se levantaba imponente una hermosa cascada, tan transparente y limpia como el cristal. Y en su reflejo le pareció ver la sonrisa de él, esa sonrisa de la que se había enamorado perdidamente.
- No me arrepiento de haberte dejado ser feliz con quien debes serlo. Y aunque me sienta así, sé que algún día, en algún lugar... podremos estar juntos para siempre... - la imagen desapareció.
En beso que le robo, en el abrazo y sus lágrimas, ella se dio cuenta que él sentía lo mismo que ella. Sakura supo que él también la amaba. Igual que ella a él.
Un poco más adelante de sus pies, estaba esa preciosa laguna, formada por las mismas aguas de aquella cascada. Se inclino un poco para ver su rostro, se veía tan triste. Sus ojos verdes estaban opacos y con poco brillo.
Miro dentro del espejo
me veo a mi misma, estoy más allá de mi
necesito espacio para mis deseos
tengo que bucear dentro de mis fantasías
Unas últimas lágrimas salieron de sus ojos verdes recorriendo suavemente sus mejillas y cayendo en la cristalina agua, mezclándose con ella. Cerró los ojos y dirigió su rostro al cielo. Se prometió mentalmente que esas serían la últimas lágrimas, ahora trataría, aunque le costará en corazón mismo, de ser feliz, no sólo por ella y su familia sino por él - Por Shaoran, no lloraré, sonreiré porque sucedió... - El cálido viento la acariciaba, como si la consolara de su dolor - Una dolorosa pero a la vez sincera sonrisa surgió en sus labios. Recordando muchas cosas del pasado.
La manera en que lo conoció, como se fueron haciendo amigos, la mirada de él de cariño y ternura, cuando Shaoran le confeso sus sentimientos, y cuando al fin ella lo pudo hacer. Su reencuentro años después, su mirar, su sonrisa, su cabello, sus ojos... esos ojos que le robaron de nuevo el corazón para jamás devolverlo.
- Gracias... - dijo finalmente - por enseñarme a amar.
Sé que tan pronto como llegue
todo es posible
Porque nadie tiene que esconderse
más allá de lo invisible
- Como desearía, que esa sonrisa fuera sólo para mi. También deseo, no sabes cuanto, estar para siempre a tu lado. Ser feliz al lado de la persona que siempre he amado. Gracias a ti, aprendí que lo único imposible de superar son los límites que nosotros mismo nos imponemos. Gracias, por estar ahí cuando lo necesite. Gracias, por dejarme conocerte, por dejarme enamorar de ti. Por que lo más hermoso de mi sale cuando estoy a tu lado, por enseñarme a tener amigos, ilusiones y esperanza. Por el simple y maravilloso hecho de existir ahora, gracias por dejarme estar ahora a tu lado - la voz se hizo un susurro, que luego fue sólo preludio a algo más vehemente e inesperado.
Al sentirlo Sakura abrió los ojos un poco sorprendida, esas palabras no las había dicho ella, pero era lo que sentía ella, esa aura, esa voz, ese toque mágico y delicado, ese beso. Al abrir los ojos su sorpresa fue grande ver al encontrarse unos expresivos y tiernos ojos ámbar frente a sí. Su rostro era apacible y parecía feliz, pronto ese mismo rostro se inclinaba con suavidad hacia ella, mientras cerraban ambos los ojos.
- ¿Es un sueño? - susurro antes de que sus labios fueran tocados nuevamente por los de él.
Cierra tus ojos
sólo siente y date cuenta
es real y no es un sueño
estoy en ti y tu en mi
El nuevo contacto la hizo estremecer. El beso fue un poco más largo y suave, que le primero que sólo fue un leve contacto, estaba lleno ternura y delicadeza. Ella lo respondió de la misma manera, su mente decía que era un sueño, su inconsciente le jugaba una mala broma poniendo frente a ella lo que más adoraba.
Termino el beso con la misma delicadeza, como si temiera que en cualquier segundo ese sueño terminará.
- No lo es, no es un sueño, son mis sentimientos por ti - dijo Shaoran, recordando lo que ella le dijo antes de dejarlo inconsciente, antes de la batalla.
- ¿Shaoran? - preguntó sin saber si era realidad, un sueño hermoso o una horrible pesadilla que sabía, jamás se concretaría.
Él no respondió con palabras, sino con la mejor de sus sonrisas y con la cabeza asintió.
- ¿Pero..?
- No - dijo tapándole la boca con un dedo - ahora es mi turno - y de nuevo le regalo una sonrisa.
Sakura aún sin creerlo vio como lentamente y con la mirada de él perdida en la de ella, se hincó frente a ella. Beso su mano con delicadeza, pero no dejo de mirar a Sakura.
Es el momento
de romper las cadenas de la vida
si continuas verás
que hay más allá de la realidad
- Sakura Kinomoto - dijo su nombre con devoción y como suspiro del corazón, como si esas palabras fueran sagradas - ¿me harías el honor de estar conmigo para siempre? De mostrarme cada día lo que has dicho... lo mucho que me amas. De brindarme la mejor de tus sonrisas sólo para mí. Me harías el hombre más feliz, si decidieras que nuestras almas se unan. De hacernos uno para la eternidad. Sakura Kinomoto ¿quieres hacerme el hombre más feliz de universo entero siendo mía solamente? Porque mi corazón te pertenece desde siempre.
Sakura simplemente parecía no creer lo que escuchaba, abrió la boca para decir algo, y ahora de nuevo él quien la calló con un corto beso.
- Prometo hacerte feliz para siempre - continúo - prometo amarte cada día, cada momento, cada segundo más y más, prometo que nunca nada te faltará. Prometo hacer lo que desees, prometo morir a tu lado si lo quieres, prometo jamás faltarte, prometo amarte hasta la eternidad.
Unos segundos de silencio pasaron mientras ambos estaban sumergidos en sus miradas. Sus cabellos jugaban con el viento, sus manos entrelazadas desprendían un calor especial. Él levantó la mano y con tierna delicadeza acarició con sus varoniles dedos el rostro suave y delicado de ella, entonces fue que pudo sentir su calor, la calidez que su cuerpo desprendía, su aura. Mientras podía ver su reflejo en sus ojos ámbar, al igual él podía ver su rostro en los cristalinos y profundos ojos de ella.
- Pero... - en esos segundos, Sakura al sentir todo aquello real pensó ¿Y Hannia?
- ¿qué pasará con..?
De nuevo fue interrumpida por él. Con una mirada, con una simple mirada, sólo sus ojos reflejaban todo, todo lo que él sentía en su corazón, ternura, deseo, angustia, y sobre todo amor.
- Responde ahora, sin importar nada del exterior, sin importar nadie. Sólo deja que hable tu corazón.
- ¿Pero y..?
- Sólo... - interrumpió - déjalo hablar. Olvida por un momento que el mundo existe que sólo tú y yo nos encontramos, sea un sueño o no. Sin importar las consecuencias. Demuéstrame que no hay nada más importante para ti, demuéstrame que sientes lo que una vez me dijiste. Ahora nada más importa, sólo lo que diga tu corazón. Mírame a mí y responde, aquí y ahora, deja hablar a tu corazón.
Ella estaba casi hipnotizada por su mirada, por su tono tierno y sincero, por el sólo hecho de estar junto a él. Mil pensamientos, mil emociones, un sólo sentimiento pidiendo a gritos salir para ser reconocido y ser feliz. Una sola respuesta que las palabras confirmaron, pero la mirada y el corazón siempre aclamaron.
- Nunca negaré lo que siento, te amo, siempre lo haré - hablaba su corazón, sin temores - me encantaría estar junto a ti para siempre...
Shaoran sonreía como jamás en la vida lo hizo, hechizándola de nuevo, se levanto lentamente y con él ella. Se vieron a los ojos. Hechizándose ahora mutuamente cada vez más.
- TE AMO - sus voces se combinaron y formaron una dulce melodía que inundo sus cuerpos y su corazón. Sus respiraciones, sus corazones y palpitaciones se sincronizaron y el fin del sueño fue un beso, un verdadero, real y profundo beso. Lleno de deseo reprimido que al fin salía a la luz.
El sueño termino, cuando la luz del sol cubrió todo Hikaru, la aurora boreal brillo y miles de pajarillos cantaban felices, un nuevo día empezó, un día más. Pero ahora había despertado y se aferraba al cuerpo de la persona que siempre amo, aquella persona le infundía vida, le infundía un sentimiento tan hermoso, tan especial e imposible de describir, tan propio, tan íntimo y puro.
- ¿Es un sueño? - preguntó aún sin estar segura, tenía miedo de que sólo fuera eso. Recostada en el hombro de él, con los ojos cerrados y sintiendo su corazón palpitar como el suyo. Y como lentamente su cuerpo se impregnaba de él, de su aroma, de su energía, de su calidez.
- Tal vez, lo sea. Pero si es así jamás despertaré - le dijo al oído.
- Abre los ojos y mírame - con mucha delicadeza tomo el mentón de Sakura y colocó su cara frente a la suya - mírame y dime si es un sueño.
Cierra tus ojos
sólo siente y date cuenta
es real y no un sueño
estoy en ti y tu en mi
"Beyond the invisible" de Enigma
- Estoy contigo, siempre lo he estado porque eres parte de mi corazón.
Las pocas flores de cerezo que aún estaban en el árbol, por fin cayeron al suelo, reflejando el radiante sol que ambos tenían como testigo. Su perfume impregno el aire, creando un ambiente mágico.
- ¿cómo llegaste hasta aquí?
- Una carta me ayudo - dijo mostrándosela.
- Love - leyó Sakura - pensé que la había perdido - dijo admirándola.
- Estuvo conmigo - dijo Shaoran aún abrazado de ella, lo que menos deseaba era soltarla, quería estar con ella para siempre.
- Shaoran ¿y Hannia? - dijo Sakura preocupada.
- Bien, te contaré todo - dijo con una sonrisa recordando que Sakura no estaría completamente feliz, hasta saber que todos lo eran. Por eso y mil cosas más, la amaba tanto.
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(La música perfecta para esta parte (por lo menos para mí) es: Nightingale de Yanny)
La luna de nuevo, brillando en todo el esplendor, jamás antes se había visto tan enorme y brillante. Daba luz a todo cuanto hubiera abajo. Las nubes había dejado el paso a las estrellas que se lucían con todo su esplendor por todo el cielo.
Era una noche especial.
Un enorme y precioso arco se levantaba en uno de los jardines del palacio de Hikaru. Adornado sólo con las más preciosas y perfumadas flores de todo el lugar. Frente a él, había una enorme cantidad de seres mágicos de todo tipo y tamaño, habitantes de Hikaru y algunos invitados. Qué hacían lujo de presencia y en cuyos rostros eran visibles las muestras de felicidad.
A su alrededor estaba dibujada con perfección una estrella de siete picos, con líneas plateadas, que parecían brillar y hacer juego con la luna en el cielo. En el centro se encontraba el símbolo de Hikaru, casi donde se levantaba el arco de flores.
Llego el momento. La luna comenzaba a colocarse en la posición adecuada, todo estaba listo.
Una preciosa melodía comenzó a sonar, tocado por algunos de los habitantes del lugar. Una melodía suave, rítmica y que llegaba al corazón mismo.
Todos quedaron en silencio y abrieron paso a quien se presentaba en aquel lugar.
La hermosa figura de Sakura se presentó.
Vestida con un fino y precioso vestido blanco que brillaba con la luz de la luna. Era sencillo, pero no por eso dejaba de mostrar toda la belleza de quien lo portaba. Tenía unas mangas largas y anchas, pero que se dividían a la mitad en vertical en frente. Por el pecho y la cintura se ceñía, mostrando la hermosa figura que ella tenía, para luego expandirse en una falda amplia, con hermosa y amplia caída, y justo antes de terminar el vestido habían pequeñas flores de cerezo bordados con hilos plateados y diminutas piedras preciosas que a cada paso de ella, brillaban destellando luces de colores. De un hombro a otro, atravesaba una ligera tela transparente que luego se expandía por su espalda con gracia y elegancia hasta llegar al suelo. Un hermoso vestido diseñado por Tomoyo. Su rizado y castaño cabello iba suelto, jugando con el aire que levemente soplaba, sólo adornado por una pequeñísima tiara hecha con piedras preciosas. En las manos llevaba algo, pero no era posible observarlo, sólo podía verse la luz que desprendía el símbolo de su anillo. Colgaba de su cuello la elegante y poderosa estrella de siete picos de Hikaru.
Simplemente se veía radiante, maquillada ligeramente, sólo resaltando la belleza y profundidad de sus ojos. Un ligero tono rosado invadía sus labios, haciéndolos lucir tentadores. Pero lo que más agradaba de verla, era la sonrisa que mostraba, tan grande y hermosa, tan sincera y feliz.
Mientras caminaba las personas le sonreían y se abrían paso. Cuando al fin, pudo ver el arco sonrió aún más. Frente a sí se encontró con su querido hermano, que sorprendiéndola, la abrazó con gran cariño para luego sonreírle y guiarla unos pasos más adelante, en silencio. En ese instante llego Fujitaka, la abrazó y camino junto a ella. Su padre iba vestido también de blanco, al igual que su hermano, pero este parecía más un traje ceremonial. Más adelante Sakura vio feliz como estaba reunidos sus amigos.
De un lado estaban Mei, su esposo, Ieran, Hannia, Fiang y Misaki con una sonrisa en sus labios y más aún algunos sosteniendo la emoción de llorar. Al otro lado estaban Touya, Tomoyo, Eriol, Fuu, Yukito y Kero. Con los rostros igual de alegres, bueno, casi todos.
Todos vestidos de blanco, y por un efecto de la luz de la luna, parecían brillar. Sobre todo Sakura.
Al pasar junto a ellos sólo le sonrieron.
Al tenerlos ya de espaldas al fin su mirada se clavo en unos ojos ámbar que la miraba extasiados. Camino con lentitud hacia él. Decir que se veía genial era poco. También vestido con un traje blanco, con total pulcritud, al igual que Sakura su anillo desprendía un destello hermoso. Pero lo que resaltaba de él, más que el vestuario o nada, era la mirada, una mirada ambarina llena de amor y de ternura al contemplarla a ella.
Sakura llego frente a él. Su padre entrego la mano de ella a Shaoran. Él agradeció con la mirada, le sonrió y la tomo del brazo.
- Amados amigo y familiares - llamó la atención una voz femenina - agradezco su presencia en este un acto de amor, esperanza y fe - decía Nadeshico Kinomoto.
Quien lucía una preciosa túnica blanquecina, con el símbolo de Hikaru en su pecho y luciendo sus magnificas alas. Como máxima autoridad de Hikaru, era su deber unir a la pareja en un acto que era más que lo que era un matrimonio en la tierra. Más grande que eso, mucho más. Era la unión de dos almas en una sola, la unión de dos cuerpos, dos mentes, dos corazones. La unión de uno solo, que estuvo separado y que hasta ahora se ha encontrado.
Ambos hicieron sus votos de amor frente a todos, externando sus sentimientos, no había protocolos, no había palabras obligatorias, sólo lo que salía de sus almas. Las palabras fueron muy hermosas y emotivas, pero no se igualaban a las miradas, las miradas expresaban lo que las almas y corazones sentían. En un momento de la ceremonia, Sakura dejo ver lo que llevaba en sus manos, la carta Love, que parecía haber revivido totalmente, brillo durante todo el tiempo.
Y al terminar.
- Ahora, como representante de Hikaru. Los reconozco como esposos, amantes, como amigos, como pareja, como uno solo - dijo finalmente.
De todos los puntos de la estrella y por conjuros de los seres ahí presentes, miles de luces de colores comenzaron a salir de todos lugares a su alrededor, parecían juegos pirotécnicos, otros más salían y flotaban con luces de colores, dando un espectáculo hermoso a todos los presentes. En todos los alrededores de la estrella y de Hikaru.
- Y ahora - dijo más bajito para que sólo lo escucharan Shaoran y su hija - como madre de Sakura, les doy mi bendición para que sean felices.
- Gracias madre.
Ella sonrió y se alejo un poco.
- Puedes besar a la novia - dijo sonriendo a Shaoran.
Shaoran se acercó a Sakura.
- Gracias por hacerme tan feliz.
- Gracias a ti - dijo ella.
Shaoran se acercó para besarla aprovechando que todos estaban contemplando el espectáculo que aún permanecía.
Pero para la querida prima de Sakura, eso no había resultado y cámara en mano estaba de lo más feliz grabando.
Sakura lo notó por el rabillo del ojo y antes de tocar los labios de Shaoran. Extendió en toda su magnitud sus preciosas alas blancas, cubriéndolos a ambos. Los labios de él eran tan suaves y cariñosos, se besaron como si fuera la primera vez, llenos de inocencia, de ilusión, de amor puro y verdadero. Estando sólo disfrutando el momento ninguno se percato de que la carta Love cambio, dio un pequeño destello y su color se hizo blanco, y el símbolo de las dos "s" § entrelazadas apareció, ahora era una nueva clase de carta, no era una carta Sakura, ni una de Clow, era una Sakura&Shaoran.
- ¡No! - decía quejándose Tomoyo.
- ¿Qué pasa? - preguntó Eriol al escucharla.
- Esos malvados de Sakura y Shaoran no me dejaron grabarlos cuando se besaron - se quejaba con cara de falso disgusto.
- Tomoyo, pero no tienes porque grabarlo - le dijo acercándose a ella - cuando puedes sentirlo.
Y antes de que ella reaccionara, era besada delicadamente por Eriol.
Después de unos segundos de sorpresa, poco a poco ella comenzó a corresponder el beso para gusto de Eriol. Dejando tirada a un lado la cámara para poder abrazarlo.
Mientras los demás aún observaban el espectáculo.
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La celebración que continúo era de lo más sencilla a comparación de los que se hacían en la tierra.
Todos felicitaron a los nuevos esposos.
Más de uno lloró después de la ceremonia y no se cansaban de desear lo mejor para la pareja.
- Estoy tan feliz por ti - dijo abrazando a su prima.
- Gracias Tomoyo.
- Yo estoy tan... - Tomoyo empezaba a hacer pucheros.
- Tomoyo.
- ¿Me permites felicitar a mi querida Sakura? - interrumpió una voz masculina.
- Eriol - dijo feliz Sakura.
Tomoyo de pronto tomo un color rojo en todo su rostro y rápidamente se hizo a un lado. Sakura la miró sorprendida.
- ¿No es linda hasta cuando se sonroja? - dijo Eriol refiriéndose a Tomoyo que mejor se alejó un poco más. Unos días antes Eriol había recuperado por completo la visión, el tratamiento con las flores y el hechizo habían funcionado a la perfección y en todo ese tiempo Tomoyo siempre estuvo a su lado.
- Sabía que ustedes dos se traían algo - dijo con voz acusadora a Eriol.
Eriol se quedo impresionado, desde cuándo Sakura notaba esas cosas. Luego ella sonrió.
- Te la encargo mucho, hazla muy feliz - dijo cerrándole el ojo.
- Será un placer - dijo con su sonrisa misteriosa.
- Felicidades - regresando a lo que estaban, la abrazo Eriol - me alegro por ti.
- Gracias Eriol - dijo correspondiendo el abrazo.
- Hiraguizawa, ten cuidado con lo que haces - dijo con falso enojo Shaoran que veía a los chicos. Y aunque también era felicitado por todos, no dejaba de escuchar lo que esos le decían a Sakura.
- No seas celoso, mi querido Shaoran, también te felicitaré a ti.
A Sakura le salió una pequeña gota.
- Espero que seas muy feliz, espera un momento - dijo reflexionando - quiero decir: serás muy feliz - dijo afirmando y con dedo índice al cielo.
- Claro que lo será - dijo una voz femenina - pronto Eriol su empujado de su lugar.
- Mei - dijo feliz Sakura - gracias por venir.
- ¿Estas loca? He esperado esto desde que teníamos diez años, no me lo perdería por nada - luego ambas se abrazaron.
- Ahora si me permites, también tengo que felicitar a mi primo - dijo feliz y se fue a formarse a la fila que tenían cada uno para felicitarlos.
- Estoy feliz por ti.
- Yukito - dijo abrazándolo con emoción. Que obviamente noto Shaoran, pero que no le molesto.
- Te lo dije... - susurró el en su oído.
- ¿Qué? - preguntó confundida.
- Que encontrarías a tu persona especial, y que correspondería tus sentimientos - dijo recordando años atrás, cuando la rechazó.
Yuki cerró los ojos, unas alas lo cubrieron y apareció Yue.
- Felicidades - dijo con ¿alegría? y le regalo, una mueca que parecía ser una sonrisa a su ama.
- Gracias, amigo.
- ¡SAKURITA! - Llego volando una cosa amarilla que se pego a la cara de Sakura.
- Kero - dijo con felicidad. Lo separó de su cara con dificultad.
- Sakurita - repetía el peluche, mientras cascadas salían de sus ojos - ese mocoso por fin me separo de ti - decía con sentimiento.
Esta vez Shaoran no escuchaba mucho, ya que era asfixiado por Mei, y luego por cada una de sus hermanas.
- Kero - sosteniéndolo en sus manos con delicadeza - Shaoran no me alejará de ti, siempre estaremos juntos - y le regalo una sonrisa, para que su guardián se alegrara.
- ¡Sakurita! - seguía llorando el peluche.
- Tómalo de esta forma - interrumpió una voz masculina y ronca – no has perdido una amiga, has ganado un amo.
- ¡Hermano! - dijo con reproche Sakura.
Sin nada de delicadeza, Touya tomo a Kero de la cola, mientras aún lloraba, y lo lanzó lejos.
- ¡Touya! - gritó enojada.
Iba a ir a atrapar a Kero, pero al voltear hacia él, se alegro de ver que Tomoyo lo había atrapado y con cariño lo consolaba.
- Hermano... - comenzó a recriminar ella, mientras levemente fruncía el ceño. Pero al verlo a la cara, cambio.
Touya tenía una mirada de cariño hacia su hermana, como nunca antes jamás lo había visto. Luego sólo sintió como era abrazada con fuerza y delicadeza por su hermano, y por supuesto que correspondió el abrazo.
- Espero que sean felices - le pareció escuchar decir a Touya con voz algo quebrada.
Luego de unos segundos así, Touya la separo y de nuevo frunció el ceño, dejando más desconcertada a la pobre Sakura. Cuando supo que el mocoso había llegado y cuando le comunicaron que se casarían. Touya casi mata a Shaoran. Sus padres tuvieron que hablar con él, pero lo que realmente hizo que Touya aceptará, aunque lo negaría en público hasta el final, que se casarán, fue ver que su hermana regresaba a ser la misma, sonreía y era feliz.
- Si ese mocoso, te llega a hacer sufrir de nuevo. Te juro que con mis propias manos lo...
Shaoran escuchaba disimuladamente.
- Claro que no - casi gritan Sakura y Shaoran.
Touya miró a Shaoran y la pelea de miradas comenzó de nuevo.
Sakura suspiro y le salió una gotita en la nuca, nunca cambiarían.
- Gracias hermano - le llamo Sakura.
- Sólo cuídate ¡Monstruo! - dijo con una sonrisa burlona.
- No importa como me llames, sé que me quieres - dijo feliz.
Shaoran la escucho y no dejo de reír también.
Touya lo noto y de nuevo quería empezar a pelear.
- Felicidades - dijo una voz femenina, bastante conocida para Shaoran y Sakura,
- Hannia.
Touya la vio y se dio la media vuelta alejándose, murmurando toda clase de insultos hacia los mocosos roba hermanas, y mil cosas más. Pero dijera lo que dijera o pusiera la cara de demonio, estaba feliz por su hermana.
- Ahora soy yo, quien te pide que lo hagas feliz - dijo Hannia con una sonrisa.
- Lo haré.
Ambas se abrazaron. Con un poco de dificultades aún, Hannia comenzaba a caminar de nuevo. Al llevarla a Hikaru por petición de Sakura, habían logrado encontrar una cura para su parálisis y ahora se recuperaba lentamente, pero ya caminaba, sólo ayudada por un bastón y por supuesto de Fiang, que jamás la abandono y a quien ahora le había dado una oportunidad. Comenzaban una relación no muy formal, pero que quizás con el tiempo lo sería.
- Gracias - le dijo Sakura - sin ti, no sé que hubiera sido de mí.
- Creo que yo te debo agradecer por todo - dijo recordando, hablaron un par de cosas más y luego Fiang se acercó a ayudar a Hannia y felicitó a Sakura. Luego ambos se retiraron.
- Estarán bien - dijo una voz sacándola de sus pensamientos.
- Eso espero - dijo ella. Luego volteó a ver a quien le hablaba.
- Fuu.
- Serán muy felices - dijo él, ambos se abrazaron y Sakura sólo repetía - Gracias.
El guardián asignado a Sakura, estaba como Kero con sentimientos encontrados, por un lado feliz por su amiga. Pero por otro algo triste, tal vez tendrían que separarse. Pero él sabía que su deber, pasará lo que pasará sería proteger a su amiga, a cualquier precio.
Por ahora sólo estaba feliz por ella.
Y así fueron pasando los demás, felicitando a la pareja. Los habitantes de Hikaru, Ieran, las hermanas de Shaoran, John Misaki, el esposo de Mei, los guardianes de Eriol y todos. Incluso se podría decir que Shaoran fue felicitado por Touya, bueno, depende de como se tome:
- ¡Más te vale que la cuides o te las verás conmigo! - como una felicitación.
- Cuídense mucho - le dijo Ieran a su hijo.
- Lo haremos madre - dijo él.
Luego con cariño su madre lo abrazó.
- Tu padre estaría orgulloso de ti.
- Lamento todo - con un poco de tristeza lo dijo.
- Sólo importa tu felicidad, hijo.
- Gracias madre.
- Felicidades - dijo Nadeshico abrazando a su hija - estoy orgullosa de ti.
- Mamá.
- Muchas felicidades - dijo abrazándolo.
- Gracias señor, le prometo que la haré muy feliz - le dijo, al que ahora podría llamar suegro.
Luego Nadeshico se acercó a felicitar a su yerno.
- Estoy feliz por ustedes - dijo abrazándolo, logrando que el chico se sonrojará a más no poder.
- Gra...gracias - correspondía su abrazó.
Y por fin descifraba porque cuando estaba cerca de la madre de Sakura se sonrojaba tanto. Su aura era casi idéntica, le recordaba a la pequeña Sakura y a su niñez, cuando sólo verla lo hacía ponerse morado.
- Papá.
- Mereces ser feliz, mi querida hija. Seguramente el joven Li, será un buen esposo.
- Gracias papá.
Las felicitaciones por fin terminaron.
Las luces de colores en el cielo, aún iluminaban el lugar.
Una nueva melodía comenzó a sonar.
- My lady ¿me concedería esta pieza?
- My lord, sería un honor - contestó Sakura a Shaoran.
Y el baile comenzó.
Un círculo se formo a su alrededor, la estrella en sus pies comenzó a tintinar y el ambiente se hizo mágico. Bailando al ritmo de una suave y romántica melodía se movían ambos, perdidos en sus miradas, sólo dejándose llevar por sus pies y sus corazones. Pronto aquel sentimiento se extendió a todos. Sakura y Shaoran hablaban y sonreían, se veían tan radiantes ambos, que a más de uno arrancaron un suspiro.
- ¿Me permitiría bailar esta pieza? - dijo caballerosamente el chico a Tomoyo.
- ¿Eh?, bueno... – no sabía que decirle al joven Misaki.
- Lo lamento, joven amigo - se escucho otra voz varonil que hizo a Tomoyo sonrojarse - pero la señorita me ha concedido la primera pieza - dijo Eriol con una sonrisa.
Sin más que eso, tomo a Tomoyo por el brazo y comenzaron a bailar, junto a S&S, que los vieron y les sonrieron.
- Creo que tenemos que arreglar otra ceremonia.
- Me temo que sí - contestó Shaoran a su ahora esposa.
Rieron y continuaron bailando y disfrutando esa noche, su noche.
Más parejas acompañaron al par que bailaba.
Entre ellos unos felices Fujitaka y Nadeshico, Mei y su esposo, Fiang y Hannia, aunque con un poco de ayuda de él, pero por petición de ella, las hermanas de Shaoran y sus esposos, Touya con Nakuru, porque ella le había prometido que si bailaba con ella no le saltaría de nuevo encima, pero lo que Touya no vio es que ella cruzo los dedos. Kero se consolaba con un pastel que Tomoyo le había hecho especialmente para él, Suppy andaba por los alrededores como loco, pues Kero le metió pastel a la boca sin querer.
Los demás observaban felices.
Sakura bailaba como nunca estaba tan feliz, Shaoran estaba igual.
Por unos momentos ella fijo su mirada en otro lugar, al unos metros del arco de flores logro distinguir algo. Shaoran también pareció distraerse.
Una figura, una figura masculina, que tardo unos instantes en reconocer.
- Zeshin – pensó Sakura.
Hay estaba él, con un traje blanco y una sonrisa en su rostro.
- Felicidades - alcanzo a leer sus labios, luego apuntó su corazón. Ella recordó lo que siempre le decía: búscame en tu corazón y ahí estaré.
- Gracias amigo - le dijo mentalmente. De todo corazón le agradecía, si no fuera por él, ahora no estuviera tan feliz con Shaoran.
Zeshin sonrió y asintió, luego le mando un beso y su figura desapareció. Iba a cumplir una nueva misión, la de volver a nacer, pero esta vez sería diferente, ahora tenía una enseñanza que quedaría grabada en su alma. Tendría una nueva oportunidad de vivir como un ser humano común y empezar de nuevo.
Shaoran también estaba distraído, no muy lejos de donde estaba su madre vio por unos segundos a la figura de su padre, con una enorme sonrisa. Lo reconoció por las fotografías que había visto, era él.
- Felicidades hijo – le pareció escuchar en su mente – siempre estaré orgulloso de ti – incluso la voz de su padre era muy parecida a la de él. Shaoran estaba muy contento, su padre no parecía enfadado.
- Gracias padre – dijo también mentalmente.
La figura de su padre pronto desapareció, no sin antes ver cariñosamente a sus hijas que bailaban y a su esposa, quien si parecía verlo.
Luego Shaoran regreso a lo que estaba haciendo, más feliz que nunca.
- ¿Pasa algo Sakura? - preguntó Shaoran notando su distracción.
- Sólo me despedía de un amigo - dijo sonriéndole.
- Ah sí.
Ella asintió y Shaoran ya no preguntó. Porque Sakura estaba de puntitas y sus labios estaban sobre los de él.
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Una habitación pequeña, pero perfecta. El balcón tenía la mejor vista de todo el lugar. Todo era blanquecino y brillante.
No pensé que mis sueños se hicieran realidad. Me encuentro aquí, ni siquiera en mis más hermosos sueños podía haber disfrutado esto, el paraíso es aquí, a tu lado, eres tu sólo tu.
Cómo fue que pude sobrevivir todo este tiempo sin ti, como pude hacerlo sin tus miradas, tu sonrisa, sin tu dulce y gentil presencia. Ahora sé que no estaba vivo, mi cuerpo funcionaba, pero mi corazón estaba muerto. Ahora regocija de felicidad, ahora late sólo para ti y para mi, por vez primera veo lo maravilloso que es estar vivo, lo fantástico de poder estar aquí a tu lado.
Sus ojos estaban clavados en el espejo. Sólo observándose, no pensaba casi nada, sólo escuchaba su corazón latir con fuerza.
Sintió unas manos en sus hombros y al buscar en el espejo a la persona, sólo pudo sonreír.
- Eres la mujer más hermosa del universo.
- Y tú el hombre al que ama.
- Es un hombre muy afortunado
- Igual que ella.
Sakura se levanto de su asiento. Y luego se volteo hacia él.
Ella no se cansaba de apreciarlo también. Ese hombre que le había robado el corazón, ese hombre al que amaba.
- Te amo - le dijo ella.
Él sonrió.
- Y yo a ti.
- Shaoran... - la voz de Sakura sonó muy suave y tierna al pronunciar ese simple nombre.
Era tan mágico sentir su piel, sentirlo cerca y sentir que estaba con ella, solamente con ella.
Se acercó un poco más y poco a poco se acomodó en su pecho. Se recargo suavemente en él, sintiendo como su propio corazón latía y latía de gritando de felicidad. También escucho el corazón de Shaoran latía tan fuerte también, cerró lentamente los ojos. Pero su pecho y su cuerpo eran tan cálidos, se sentía tan bien estando ahí. Sakura abrió los ojos cuando los brazos de él, la abrazaron.
- Te amo... te amo tanto... - dijo en un susurro, que pareció ser un grito de su alma y de su corazón - Shaoran... - Sakura dijo su nombre, pero pareció más un suspiro que una palabra.
- Y yo a ti - dijo susurrando antes de acercarse más. Por fin podría decírselo sin temores, por fin su corazón se liberaba de la terrible opresión de su encierro. Por fin la persona a la que amaba, escuchaba lo que por mucho tiempo estuvo en su corazón.
Ella levantó lentamente la cabeza para verlo a los ojos, él también la observaba con la misma intensidad que ella. El chico bajo lentamente hasta quedar muy cerca de la cara de ella. Una de sus manos ahora tocaba el rostro de ella. Las miradas estaban perdidas una en la otra y no había nada más que ellos.
Lograba sentirse cerca, lograban escuchar sus corazones, lograban respirar el mismo aire, lograban acercarse más y más. Hasta que por fin delicadamente sus labios se unieron, mientras sus ojos se cerraban, mientras sus corazones lograban armonizar uno con el otro, latiendo al mismo ritmo y con la misma intensidad. Un beso, en un principio fue muy delicado. Tan sólo sintiendo, sus cuerpos se llenaron de una sensación maravillosa. Y sin pensarlo la mano de Shaoran rodeo suavemente la pequeña cintura de Sakura y poco a poco la acercaba más y más hacia él. Nada alrededor parecía existir, nada. Sólo ellos dos. Sus labios se negaban a separarse, no querían. Ese beso estaba cambiando poco a poco, ahora era diferente, demasiado diferente y hermoso. Poco a poco ese delicado beso se comenzó a transformar en otro. Era más un beso lleno de deseo, lleno de pasión, lleno de... esa sensación, esa sensación, estaba marcando ambos corazones y ambas cabezas.
Sin desearlo siquiera, pero debido a que su cuerpo físico lo exigía, tuvieron que separarse lentamente. Respiraban de manera algo dificultosa. Sus labios se separaron pero sus cuerpos y sus mentes no, sus pechos subían y bajaban respirando fuertemente. Su frente estaba unida. El rojo carmesí estaba en ambos chicos, sus mejillas eran adornadas con ese color.
- Te ves muy dulce con ese color - dijo sonriendo Shaoran mientras acariciaba con su mano su mejilla.
- Y tú, encantador - también lo acarició.
No podían evitarlo, aunque ahora estaban unidos para siempre ante los ojos de todos, no podían evitar sentirse nerviosos con la presencia del otro. Pero deseosos de nunca más separarse.
Apenas pudieron y sin pensarlo de nuevo, nuevamente se estaban besando.
Poco a poco la intensidad de sus caricias aumentaba, Sakura comenzó a acariciar con suma dulzura pero con algo de arrebato lo cabellos de Shaoran. Shaoran comenzó a sentir cada vez más intensas las caricias de ella y respondiendo de la misma manera, comenzó a acariciarla suave, pero dulcemente la cintura.
De nuevo se sintió saboreando ese sabor de los labios de Sakura, era un elixir embriagante y adictivo al que no quería dejar de probar. Ambrosía anhelada que sólo los dioses podrían disfrutar, agua de vida y corazón. Lo había probado antes, pero ahora perecía mucho más dulce y adictivo, ahora sabía que sólo era para él. Lo mismo sentía ella.
Muy despacio, comenzaron a besarse, con dulzura, pasión y deseo. Cada caricia, cada mirada, cada segundo se fundían, a cada momento.
Y comenzó un juego de amor. Donde ambos, sin represión, sin culpa pero si con todo el corazón expresaban no sólo con palabras, sino con un acto de devoción, de unión.
Que tendría como consecuencias, un pequeño fruto de su amor, un pequeño Li Kinomoto, hijo de Sakura y Shaoran y del más puro amor que se profesaban.
Y ese sólo era el principio, el principio de una nueva vida. Una en donde estarían juntos, compartiendo el resto de sus vidas. Sólo ellos dos y la hermosa familia que seguramente formarán con el tiempo. Al fin, su la historia se escribirá de nuevo, no esta exenta de algunas preocupaciones o angustias pero hay más que nada: amor y esperanza.
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No te preocupes amiga o amigo, la historia se escribió sólo para decirte, que hay mucho más en tu corazón de lo que piensas, que tienes algo valiosísimo: Tu vida. Y con ella la esperanza de vivir, como lo hicieron S&S, con esperanza e ilusión, para forjarse al final una vida feliz.
Nada llega a ti por suerte, es la combinación de preparación y fortuna. Llegarás a conocer a tu persona especial, tal vez no aquí, no ahora, no en estas condiciones, tal vez ya la conociste, pero no te has dado cuenta, tal vez aún no descubres lo que sientes por esa persona, tal vez la buscas, pero te puedo asegurar algo. Esa persona existe, y también te busca, y ambas se encontraran para ser felices, algún día, de algún modo, en algún lugar...
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"FIN"
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"El verdadero amor, el amor ideal, el amor del alma, es el que sólo desea la felicidad de la persona amada, sin exigirle en pago nuestra felicidad"
Jacinto Benamente
"Amor es: dos almas con el mismo pensamiento, dos corazones con el mismo palpitar"
Von Munich-Bellinghausen
"Sólo me queda decir: GRACIAS, les aseguró a todos ustedes, que leía cada review y cada mail con especial cariño y felicidad, de que alguien leyera mi historia. Cada uno provocó una sonrisa en mí y más ganas de seguir escribiendo. También quiero decirles que si con esta historia logre que lloraran, se les hiciera un nudo en la garganta, que sintieran mariposas en el estomago, me odiarán, o simplemente sonrieran por las tonterías que se me ocurrían, MI META HA SIDO LOGRADA. Les quiero agradecer mucho, no saben como me ayudó para continuar, sobre todo siendo este MI PRIMER FIC".
"Escribo por el placer de hacerlo y publicarlo, si ustedes lo leen y me complacen con sus comentarios, es más de lo que esperaba".
Muchas gracias y no me despido, sólo les digo hasta pronto.
Para dudas, amenazas, felicitaciones, menos virus, saben donde encontrarme.
PD: lo siento, si pensaron que se deshacían de mi, se equivocaron. ja, ja, ja.Amenazo con regresar con otro fic. Y si me extrañan esta "Hope" publicada, una mini historia que escribí a la mitad de esta.
Besos, abrazos y saludos a todos.
HASTA PRONTO
yuen chan
