DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 11:

Todos estaban muy intrigados sobre lo que Dumbledore le había dicho a Harry y él no había querido decir nada hasta que no estuvieran todos. Una vez reunidos (Harry, Ginny, Hermione, Ron, Marva y Neville) en la habitación de los chicos de 7º, y hecho el hechizo silenciador, para que nadie pudiera escuchar lo que hablaban, el moreno comenzó.

-Tranquilos que no es nada malo. Es sólo que....voy a tener un entrenamiento especial, por decirlo de alguna manera.

-Entrenamiento? –preguntó Neville sin comprender.

-Magia Blanca...sin varita.

-WOW!!! –fue lo único que pudo decir Ron.

-Sin...sin...sin varita? –preguntó Ginny incrédula.

-He leído sobre los magos que no necesitan varita, y es muy difícil, vas a tener que poner mucho esfuerzo y concentración. –es necesario decir quien dijo todo eso? -Quién va a enseñarte?

-Eh...dos profesores...Grisselle y Leyton. Ellos son...

-UN MOMENTO! –dijo Marva sacando a todos de su ensimismamiento. –Grisselle y Leyton? Los hermanos maravilla? Dónde están?

-Los conoces? –preguntó Harry mas que sorprendido.

-Ajá...tuve algunos..eh...problemas para....manejar mi magia en situaciones críticas y...ellos me ayudaron mucho. Están en el castillo?

-Si, pero no me preguntes dónde porque no tengo idea. Y...cómo te fue con la prueba?

-Ah! Bien. Quedé.

-No lo dices muy contenta –dijo Ron, que aún intentaba asimilar toda la información recibida.

-No...el problema es que...aprendí a controlar mi magia, pero no mi mano y le puse un bife a Malfoy....

Carcajada comunitaria. Ese es el único término que le cabe a lo que sucedió en esa habitación. Harry, Neville y Ron se retorcían en el suelo de la risa, imaginando el rostro de Malfoy, con los cinco dedos de Marva marcados en él. Ginny también se reía, claro que no tanto como para necesitar sostenerse el estómago para que no duela (como los tres chicos), pero Hermione la miraba como reprochándole algo.

-Te estás buscando problemas, Marva.

-Mira Hermione, puedes decir lo que quieras. Sé que no es bueno golpear a la gente, pero...es Malfoy. Además...lo hice por una buena causa.

-Por qué?

-Le dijo "San Potter" a Harry. Y hubiera hecho lo mismo si decía algo de ustedes. No me arrepiento, sólo que ahora voy a tener que cuidarme la espalda...

Para la mañana siguiente, la cachetada de Marva era totalmente conocida en el colegio. Había quienes se le acercaban y la felicitaban por atreverse a enfrentar al rubio, y otros que la miraban como si fuera una demente, con ganas de que la asesinen.

Cuando las lechuzas llegaron, el Gran Comedor se llenó de murmullos al ver que tres lechuzas traían un enorme paquete. Los ojos de la mayoría de los estudiantes siguieron a los tres animales hasta que aterrizaron en la mesa de Slytherin.

Marva se sorprendió de que alguien le enviara un paquete, ella sólo recibía cartas, pero cuando lo abrió, su rostro pasó a ser de total enojo. Un ramo de aproximadamente 25 rosas negras, muy raras en el mundo y, por lo tanto, muy caras. Las acompañaba una nota, que ni siquiera leyó, porque inmediatamente quemó el pergamino, tomó las rosas y se fue a la mesa de Profesores.

-Disculpe, profesor –dijo Marva dirigiéndose a Snape.

-Si?

-Las rosas negras son utilizadas en algunas pociones, verdad?

-No completamente, pero sí. –respondió Snape sorprendido, no muchas personas sabían de las propiedades de esas flores –A qué debo la pregunta?

-Se las regalo. –dijo Marva entregándole el ramo -Deles un buen uso.

-Pero...

-Profesor, es sencillo. Si usted no las va a utilizar las rompo, las tiro, las quemo. No me interesa tenerlas. No las quiero.

-No, no...está bien. Eh.... –Snape parecía desencajado

-De nada –dijo Marva guiñándole un ojo. Sabía que el adulto no se caracterizaba por la amabilidad hacia los alumnos.

Luego de una no muy coherente explicación al interrogatorio de Hermione, los chicos dejaron de preguntarle quién le había enviado las rosas. Marva les había dicho que no sabía de quién eran, que la nota se quemó sola, pero ellos sabían que no era así. Su rostro al recibir las flores fue de tanto odio como si el mismo Voldemort se las hubiera mandado.

El tema pronto pasó al olvido, porque el "grupete" estaba preocupado por las clases de Magia Blanca de Harry. Hoy era su primer día. Aún no había tenido ninguna clase. Cada vez que se encontraba con Grisselle o Leyton, ellos le daban explicaciones de qué era lo que consistía el entrenamiento, y respondían a sus preguntas, pero aún...nada.

Harry entró al Salón de Requerimientos, que esta vez se encontraba totalmente desierto. La figura de Grisselle podía fácilmente confundirse con las paredes o el suelo y, Harry sospechó, que esa era la idea. El salón estaba cubierto de el blanco mas puro de todos los blancos. No había nada mas que piso, techo, paredes, todo blanco y acolchonado.

-Harry –dijo Grisselle con su característica paz interior –Hoy vamos a comenzar el entrenamiento. No va a ser fácil. Tenemos que alcanzar que limpies tu mente por completo, que no exista nada mas que tu, y por eso, todo está blanco.

-Pe...pero...

-Tranquilo. No es necesario ni posible que lo logres en el primer día, pero poco a poco vamos a llegar al estado de concentración que necesito. Ahora, acuéstate en el suelo, por favor.

Harry ya no cuestionó, pero se sentía muy ridículo. Acostado, boca arriba, en el suelo blanco y acolchonado. Grisselle se arrodilló a su lado y le dedicó una de sus mejores sonrisas, transmitiéndole la paz y confianza necesaria con sus ojos....qué color eran? Dorados, como los de Remus Lupin, pero mas brillantes. La media veela hizo que cerrara los ojos, le puso una mano en el pecho, exactamente sobre el corazón y le comenzó a susurrar algunas palabras.

-Bien...respira hondo...eso es...inspira, mantiene el aire, ahora afuera....tranquilo, lo estás haciendo bien. No pienses, estás rodeado de blanco....no te duermas tampoco.

Llevaban así una hora y media. Harry sentía que no se estaba concentrando lo suficiente, pues nada pasaba. Había logrado verse envuelto en una espesa nube blanca, flotando en la nada. Esa era la expresión, "flotando", sentía que volaba, que ya no había nada a su alrededor. Pero por otro lado, sentía que eso no lo estaba llevando a nada. Sentía muy lejanos los susurros de Grisselle, que le decía en qué pensar, como respirar.

De pronto, un estruendo lo hizo volver a la realidad. Sintió que caía en el vacío, la voz de Grisselle se escuchaba mas cercana, como si estuviera gritando. Un golpe, toda su espalda golpeó contra algo, pero no dolió, tampoco fue placentero, pero por lo menos, el golpe no había dolido.

Severus Snape caminaba por el Colegio como un león furioso, Potter tenía detención por....ni siquiera se acordaba por qué. El chico lo había enfrentado, le había dicho que no podía ir porque tenía clases con la maldita media veela. Qué se creía ese mocoso? Que se iba a salvar? Que tenía privilegios? Ah! No! El resto de los profesores podía tratarlo como si fuere "el gran héroe", pero él no.

Entró furioso al salón de Requerimientos. Había logrado que Marva, su alumna favorita, le diga dónde estaba "entrenando" Potter. Como si fuese a servir para algo. Él sabía perfectamente que las "clases extras" del protegido de Dumbledore eran inútiles, porque el "niño que vivió" se creía superior al resto, y simplemente no escuchaba a nadie, y no hacía nada de lo que le decían.

Abrió la puerta de un golpe, decidido a gritarle todo lo que pensaba en su cara (aunque no sabía si a Potter o a su profesora), pero todo se borró de su mente al ver lo que sucedía dentro de ese cuarto. Grisselle, le hablaba, con un armonioso tono de voz, sobre cómo respirar o algo así. Pero eso no era lo importante. La cosa era que Potter....estaba flotando, como si fuera un muerto, como si estuviera en un lago, flotaba, con los ojos cerrados y la respiración mas tranquila que podía haber escuchado en su vida.

Al abrir la puerta, Potter cayó al suelo, desconcentrándose y Grisselle avanzó al profesor de Pociones con una mueca de odio en su rostro y hablándole tan amenazadoramente como él hacía con sus alumnos. A lo que Snape, sólo pudo dar un paso atrás, pero ella, con un sutil movimiento de su mano, cerró la puerta y lo enfrentó.

-Más vale que se esté incendiando el Colegio, que haya entrado Voldemort o que haya pasado algo terrible para que nos interrumpa de esa manera. Explíquese!

-Eh...yo...-un momento, desde cuando Severus Snape, el temible profesor, daba explicaciones? –Potter faltó a su castigo!

-QUÉ? Mire, no se quién se piensa usted que es. Si tiene castigo, lo va a c u m p l i r después de MI clase. Creo que Dumbledore les advirtió a TODOS los profesores, que durante estas dos horas, NADA era mas importante que Harry esté conmigo o mi hermano. Qué parte de todo eso no entendió?

-No sea irrespetuosa porque....

-Me va a quitar puntos, profesor? –le preguntó burlonamente Grisselle, acercándose más a Snape, haciendo que sus narices casi rozaran –Ya no soy su alumna, ya no puede torturarme porque se le antojó que yo era peligrosa, o vaya a saber qué cosa. No me haga arrepentir de haber evitado que mi hermanito le demuestre nuestro poder. No quiero que vuelva a interrumpir una de nuestras sesiones otra vez, porque yo misma me voy a encargar de que aprenda la lección.

Snape giró sobre sus talones y se dispuso a irse, sin antes decirle a Harry que lo esperaba después de la clase en su despacho. Harry aún estaba en el suelo, le había costado comprender que sucedía. Recapitulemos, sentía que flotaba, perdido en algún lugar, sintió un estruendo, sintió que caía y golpeaba con algo, Grisselle gritando, luego la voz de Snape, y para cuando pudo abrir los ojos y enfocar algo, su nueva profesora hablaba a Snape a centímetros de su rostro, desafiante, o sea que no gritaba.

-Estás bien, Harry? –preguntó Grisselle, ya mas calmada.

-Si...es sólo que....

-Te felicito. Lograste un alto nivel de concentración para ser el primer día. Estuviste flotando media hora.

-De verdad flotaba? –preguntó Harry atónito –En el aire? Levité?

-Si, algo así. Te perdiste dentro de tu mente, de tu concentración. –Grisselle se sentó delante suyo, con las piernas cruzadas. –Ya te dije que es muy necesario que te concentres. Eso es lo primero en lo que debemos trabajar. Creo que pronto vamos a lograrlo completamente. Lamentablemente, el profesor Snape nos interrumpió, y ya es tarde para que vuelvas a encontrar el estado. Además, te veo cansado. Ahora vamos a hacer unos ejercicios simples de relajación corporal, y damos por terminada la clase de hoy.

Después de c u m p l i r con el castigo de Snape, es decir, baldear todos los pasillos del cuarto piso sin magia y supervisado por Filch, Harry fue a su sala común. Había sido muy extraña la actitud de Snape en el Salón de los Requerimientos, y en el despacho de Dumbledore el primer día que vio a Grisselle.

-Sinceramente chicos....ustedes porque no la conocen –dijo Marva restandole atención –Es una de las mejores personas que conocí en mi vida. Al igual que Leyton.

-Pero...quiero decir...-decía Hermione –por qué Snape puede pensar que ella es peligrosa?

-Porque mucha gente le tiene miedo. Ella es muy poderosa Hermione, le basta mover una mano para hacer estallar esta Sala con nosotros adentro.

-Y el hermano también? –preguntó Ron algo incómodo. La posibilidad de volar en mil pedazos no era uno de los mejores ejemplos que se le podían haber ocurrido a la chica.

-Eh...sí. Pero no tanto como ella. Harry...Grisselle te explicó como funciona la Magia Blanca, no? –Marva, al ver que Harry asentía, continuó –Bien, no hay mucho mas que decir sobre los hermanitos maravilla, chicos. Sólo que hay muy pocos magos o brujas que llegan a dominar esa Magia por completo....Dumbledore y Grisselle son algunos.

-Quieres decir que esa mujer que debe tener unos 30 años es tan poderosa como Dumbledore? –preguntó Hermione.

-Aja....pero ni se te ocurra decir de nuevo que tiene 30 porque tiene 25 años. Los dos, tienen 25 años, son gemelos.

-Wow –dijo Ron, que no salía de su asombro.

-Bueno, me muero de hambre...vamos a cenar? –finalizó la charla Harry.

Al fin llegó el entrenamiento con Leyton. El primer día que se encargarían de la parte física. Harry se reunió con su profesor mismo salón que el día anterior, pero esta vez, iba acompañado por sus amigos, que querían conocer al rubio del que tanto hablaba Marva. Al entrar, Harry notó el cambio en su nueva aula. Parecía un salón muchísimo mas grande, que se asemejaba mucho a los gimnasios muggles. Algunas máquinas extrañas por aquí y por allá, algunas armas también, colocadas sobre una enorme superficie de madera al final y en el centro, el sonriente rubio de ojos violetas.

-Leyton!!!! –exclamó Marva corriendo hacia él y saltando a sus brazos.

-Marva!!! Cuanto tiempo pequeña!! Estás enorme!! –contestó riendo y abrazando a su ex alumna mientras la alzaba en el aire, haciendola girar. –Cómo has estado?

-Bien. Y tu? Nunca mas supe nada de ti. No te llegaron mis lechuzas?

-Si, pequeña, lo siento...es que estuve algo ocupado..ya sabes...viajando de aquí para allá, entrenando magos...Pero nunca...NUNCA...una bruja tan inteligente, predispuesta y bonita como mi pequeña Marva..

-Ejem.... –dijo Harry simulando toser, para que le presten atención.

-Lo siento Harry –dijo Leyton dirigiéndose al grupo –Ellos son tus amigos?

-Si. Ella es Ginny, mi novia, y ellos son Ron, Hermione, Neville, Luna y Seamus.

-Encantado de conocerlos chicos –dijo Leyton estrechando cada una de sus manos –Y... cuál de ellos es tu novio pequeña?

-LEYTON! Si hubieras leído mis cartas, sabrías que no tengo novio.

-Oh..sí, las leí. Justamente por eso te pregunto...porque se que ya no estás mas con "ese" –dijo con un tono despectivo –es mas, hasta pensé en hacerle una visita para...

-Es un idiota, no se merece ni siquiera que lo amenacen... –dijo Marva cambiando de pronto su tono de voz por uno mas dolido –No te preocupes...

-Está bien...me gusta esa actitud. Bueno chicos, ha sido un placer conocerlos, pero Harry y yo tenemos mucho trabajo que hacer...si nos disculpan...

-Claro! –dijo Hermione –Nos vamos. Adios.

-Nos vemos en la Torre. –dijo Ginny al irse.

-Bien Harry....esto será duro. Debes estar consciente de que no va a ser fácil y que no voy a tener contemplaciones. Salvo que estés enfermo, no puedes faltar. Quedó claro?

-Si.

-Tampoco te asustes! –dijo Leyton riendo de la cara de su pupilo –Hoy vamos a hacer sólo unas pruebas. Quiero saber cual es tu estado físico para idear un plan de entrenamiento específico. Conoces estas máquinas? No? Bueno, no te preocupes, son fáciles de usar. Son de origen muggle, pero están hechizadas para servir a mis propósitos. Comenzaremos por esta cinta. Sube y comienza a correr cuando estés listo.

Harry pasó las siguientes ds horas corriendo, saltando, trepando, haciendo flexiones y abdominales. Todo bajo la atenta mirada del gemelo de Grisselle, que anotaba varios datos. Quince minutos antes de la hora de la despedida, hicieron algunos ejercicios de estiramiento y relajación y Harry partió a la torre de su casa, a darse una ducha reconfortante, que era lo que verdaderamente necesitaba en ese momento.

Ese día, durante la cena, el Gran Salón estaba muy ruidoso. Los alumnos de todas las casas estaban enfrascados en teorías y discusiones, incluso apuestas, sobre los dos nuevos profesores que, por primera vez, se sentaron son cus pares en la mesa de la punta. Antes de que sirvan la comida, Dumbledore explicó a los alumnos que no los conocían (casi todo el colegio) que eran dos invitados suyos y que, tal vez, ayudarían a las profesoras Hooch y Longbottom en algunas de sus clases, pero que iban a estar todo el año escolar con ellos.

Nadie sabía quienes eran esos dos intrusos, pero la mitad del colegio no retiró los ojos de ellos en toda la cena. Los gemelos se divertían conversando con Animius, riendo bajito de lo que se contaban entre ellos. Todos en la mesa de profesores parecían a gusto con ellos salvo, claro está, Severus Snape. Ni siquiera los miró durante la cena. En el único momento que desvió sus ojos hacia ellos fue cuando Animius les dijo algo, aparentemente gracioso, y Grisselle estalló en carcajadas, provocando que la mitad de los varones se atragantaran con lo que estaban comiendo en ese momento.

Hemione observaba con desaprobación el comportamiento de medio colegio. Había que reconocer que ambos eran hermosos, Grisselle y Leyton. Pero no era razón para que los miraran ambobados como si fuesen dos animales de circo, o nunca hubiesen visto personas bonitas antes en sus vidas. Claro que, cuando Harry les contó que su madre era una veela, comprendió un poco mas. Pero es que ellos no parecían hacer uso de su condición para atraer a los demás, por lo tanto, Hermione seguía sin comprender. Como si fuera alguno de los alumnos tener posibilidad de un romance con alguno de ellos!

El viernes por la mañana, cuando llegó el correo, dos lechuzas se dirigieron hacia Marva. Ella tomó la primera de las cartas, la leyó e inmediatamente la quemó, como hizo con el pergamino que venía junto a las rosas la vez anterior. En la mesa de profesores, Leyton reía a carcajadas, por lo que se ganó una mirada de furia de su "pequeña", como él la llamaba. La segunda carta fue abierta.

Black,

Te espero en el borde del lago a las 19.00 hs. Si no vas, Potty pagará muy caro tu ausencia. Sola. No le digas a nadie.

La leyó y releyó con detenimiento y, dedicándole una de sus peores miradas a Malfoy, la guardó en su bolsillo, y se dirigió a su clase. Durante todo el día tuvo en mente la carta. Nadie, salvo Malfoy odiaba tanto a Harry como para querer agredirlo por cualquier cosa, pero...qué quería con ella? Por qué la citaba al atardecer en en Lago? Tenía que ir a averiguarlo.

Luego de deshacerse de Hermione, que quería arrastrarla a la Biblioteca para hacer los deberes de Aritmancia, Marva fue a su encuentro con el desconocido, no tan desconocido. La sorpresa fue que no había nadie en el lugar donde la habían citado. Tomó la nota nuevamente, para ver si se había equivocado en el horario y, cuando la estaba leyendo, cuatro brazos la tomaron por la fuerza, impidiéndole el movimiento.

Pansy Parkinson la observaba con el rostro mas malvado que tenía, sonriendole de forma cínca y arrogante, mientras sus "amigas" de Slytherin tenían aprisionada a Marva. Jugando con su varita, hizo que la de Marva vuele a sus manos. Ahora sí que estaba en problemas, nadie sabía que había salido, y estaba a merced de la loca esa que le había tomado idea desde el primer día de clases, sólo porque era la "prima" de Harry Potter.

-Haber...la pequeña traidora prefiere a Potty antes que a cualquier Slytherin, verdad? Qué pena que él no es mas que un idiota...y ahora...por qué no está aquí para salvarte?

-Imbecil!

-No, no, no....que nadie te enseñó molades, Black? Mejor tratame bien...tengo tu varita, no querrás que se me rompa, no?

-Por qué no me sueltas Pansy? A ver cual de las do es mejor? No te atreves?

-No voy a entrar en tu jueguito...pero, me voy a divertir un rato contigo. Veamos...que es lo que te haré primero? Ah1 si! Ya se!

-DEJALA PANSY!

-Qué? Quién? –preguntó para ella misma Pansy, mirando a su alrededor –Draco?

-Claro que soy yo. –contestó el rubio -A quién mas esperabas? Te dije que la sueltes.

-Por qué? Por qué habría de dejarle?

-Porque es la nueva cazadora del equipo. –contestó Draco Malfoy con tranquilidad.

-No es razón suficiente, se repondrá para el primer partido. –dijo Pansy, y luego volteó a mirar a Marva nuevamente -Quiero divertirme un poco con ella.

-La sueltas porque YO lo digo, Pansy.

-Draco..no me hagas esto, por favor...

-Ahora. –fue la simple respuesta de Malfoy.

A regañadientes, Pansy y sus amigas soltaron a Marva y le devolvieron su varita. Claro que, antes de irse, alguna de ellas le aclaró en su oído que la próxima vez no iba a tener tanta suerte. Las cinco Slytherins se a castillo, mientrs Marva miraba con incredulidad al rubio delatnte de ella y se frotaba los brazos, entumecidos por la fuerza de sus compañeras de casa.

-Estás bien Marva? –preguntó Draco, que sonaba de verdad interesado. –Te hicieron algo?

-Estoy bien Malfoy. Gracias, pero no necesito tu ayuda. No te me acerques.

Marva pasó a su lado para volver al interior del castillo, cuando la mano de Draco Malfoy la tomó del brazo y la hizo volverse hacia él. Estaban a centímetros uno del otro, casi podía decirse que respiraban el aire que el otro expulsaba. Marva temía que ahora Malfoy lehiciera algo, ese Slytherin era, sin dudas, el peor de todos. Pero Malfoy solo la miraba a los ojos, como si estuviera buscando algo dentro de ellos.

-Por qué me tratas así? Por qué nunca me llamas Draco? Yo intento ser amable contigo y tu siempre me haces lo mismo.

-Yo...eh...bueno....eh...tu...... –fue lo único que pudo decir Marva, haciendo una nota mental de matarse a sí misma por su poca elocuencia.

Draco soltó el brazo de Marva, pero para posarlo en su cintura, haciendo lo mismo con el otro brazo. Tenerla tan cerca era realmente maravilloso. No tenía idea qué era lo que lo había hecho ir a detener a Pansy, o qué era lo que le hacía querer besarla en ese momento. En realidad, sabía, pero se negaba a aceptarlo. Marva luchaba contra sí misma. La solución en ese momento era golpearlo como le había enseñado Leyton, pero no podía, había algo que le hacía quedarse quieta, sin moverse, en los brazos de Malfoy, que se acercaba cada vez mas a ella.

Y así fue como Draco la besó. Al principio, M;arva intentó resistirse, sin corresponder el beso, esperando a que el chico se cansara y se fuera, pero no sucedía, él seguía besándola como si ella hubiera respondido. Su mente perdió el poco dominio que le quedaba y cedió al beso de Malfoy. El chico sí que sabía besar! Al final, rodeó el cuello de Malfoy con su brazos y se dejó llevar. Después de todo, un beso no le hace mal a nadie, no?

-Tu...me gustas mucho. –dijo Draco mirandola a los ojos –Desde el día de la librería, lo recuerdas?

-Draco....yo no.....

Marva salió corriendo, no sabía que iba a decirle pero tampoco quería averiguarlo. Fue directamente a la torre de Gryffindor para pasar el rato y distraerse de lo que acababa de pasar. Pero era difícil, a cada momento le resonaban las palabras de Malfoy en la cabeza y aún tenía el sabor de sus labios impregnados en los suyos.

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY