DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.
CAPITULO 12:
Dos semanas habían pasado desde el comienzo de los entrenamientos de Magia Blanca, y Harry aún no comprendía como hacía para no quedarse dormido en clases. Lo que todos sabían es que "el niño que vivió" parecía un zombie durante el desayuno y a la hora de la cena, momentos en que el sueño lo atacaba como si fuese lo único que existiera en el mundo.
El lunes, durante el desayuno en el Gran Salón, Dumbledore hizo un anuncio muy peculiar. Durante todo el año iban a realizarse distintas fiestas, pues se suponía que era el 2000 aniversario de Hogwarts. Aunque nadie lo sabía en realidad, el Director decidió que así sería, para alegrar un poco a profesores y estudiantes. A nadie le haría nada mal un poco de diversión en tiempos de guerra.
Aún no estaba completamente decidido pero, al parecer, iban a realizar una fiesta por mes. Los alumnos autorizados a ir a las fiestas eran de cuarto en adelante, y se les daba el día correspondiente para ir a Hogsmeade, por si deseaban hacer compras. Para los mas pequeños, organizaron un campamento que duraría un fin de semana, parrilladas, competencias y diferentes juegos.
La primer fiesta se acercaba. El sabado era el gran dia y, los alumnos que lo deseaban, podían ir a Hogsmeade a comprarse ropa. Muchos de los alumnos estaban entusiasmados con la idea del Director, pero otros estaban preocupados...había que conseguir pareja.
Esa semana fue terrible. Algunos estaban felices porque tenían parejas y otros eran desdichados porque los habían rechazado. Ginny y Harry iban juntos, al igual que Ron y Hermione (lógico, no?). Marva, para sorpresa de todos, recibió muchas invitaciones, pero las rechazó, porque no se sentía a gusto llendo de pareja con chicos prácticamente desconocidos. Ninguno de sus compañeros de casa le ofreció acompañarla y eso era un alivio. No se imaginaba en la fiesta con Crabbe o Goyle.
El miercoles por la noche, mientras salían del Gran Salón, después de la cena, Seamus Finnigan tomó coraje y se acercó a la menor de las Black. Tenía miedo al rechazo, pero creía que tenía posibilidades.
-Eh...Marva....yo...tienes pareja para el baile? –preguntó mientras sentía como toda su sangre se le subía al rostro.
-Creo que si... –respondió Marva sonriendo.
-Ah, puedo preguntar quien es? –dijo Seamus intentando ocultar su desilusión.
-Claro! Tu Seamus. –contestó Marva largando una contagiosa carcajada.
-Eso...no fue gracioso! No me gusta que se....-de pronto Seamus se detuvo, para mirar con aprehensión a espaldas de Marva, quien sintió una mano en su hombro.
-Goyle! –exclamó volteándose –Saca tu apestosa mano de mi antes de que me enoje –Marva habló tan fríamente, que el aludido no tuvo otra opción, ese tono de voz era aún peor que el que usaba Draco cuando se enojaba con el –Qué quieres? –preguntó Marva limpiando su túnica, como si la mano de Goyle le hubiera dejado mugre.
-Draco quiere hablar contigo.
-Bien. Dile que no tomo mensajes de sus estúpidos sirvientes. Si quiere hablar conmigo, lo hará pasado mañana, en el entrenamiento de Quidditch. Ahora vete, tu presencia me enferma y puedo vomitarte encima.
Goyle la miró con furia, pero asustado y se fue. Marva dio media vuelta y vio que todos sus amigos se habían acercado a ellos al ver a Goyle, y ahora reían como si se les fuera la vida en ello.
-Siento que hayan conocido a mi "otro yo". No es una persona muy agradable, pero mantiene a estos idiotas en su línea.
-Estuviste genial!
-Gracias Seamus. Ah..Harry! Ya tengo pareja para el baile! –dijo señalando a Seamus, que nuevamente se sonrojó –Me voy, tengo mucho sueño y quiero descansar, mañana tengo u día duro.
-Tu prima es....perfecta, Harry –dijo Seamus mientras caminaban a la Torre de Gryffindor.
-SEAMUS ESTA ENAMORADO! SEAMUS ESTA ENAMORADO! –coreaban todos.
-Basta! No. No lo estoy, fue solo un comentario.
Todos lo miraron con incredulidad, mientras atravesaban el retrato de la Dama Gorda y se acomodaban en sus sillones preferidos, frente al fuego. El reso de la Sala Común estaba sumido en una conversación bastante ruidosa. Cerca de Harry y sus migos, algunos chicos de años mezclados conversaban sobre lo sucedido despues de la cena.
-Nunca creí que diría esto pero...Me cae bien esa Slytherin! –dijo un niño de primero que había sufrido una golpiza por parte de Goyle.
-Si..ademas es muy bonita. –repuso uno de tercero.
-Vieron esos ojos...tan...tan..... –decía uno de quinto.
-BABOSOS! –rugió Harry – Es mi prima! Y es de Seamus. –carcajada del grupo de amigos, sonrojo de Seamus y caras de admiración de la mitad de la Sala Común.
-Ya córtala Harry! Sólo será mi pareja para el baile!
-Así que Seamus Finnigan es el desafortunado muchacho que llevará a mi hermana al baile... –dijo Katie con una sonrisa –Me la cuidas, eh? O voy a tener que ponerte un castigo...-agregó guiñandole un ojo –Ahora...quiero ver a todo el mundo llendo a sus camas!
El jueves, durante el almuerzo, Marva recibió una carta. Todo el colegio la miró con asombro...no solo porque no era hora de recibir correo, sino porque la carta era roja...una "howler". Ella sabía perfectamente que no tenía tiempo de ir a su sala común a abrirla, así que la abrió delante de todo el colegio.
"Te extraño...porque vive en mi tu recuerdo...
te olvido...a cada minuto lo intento....
te amo...es que ya no tengo remedio...
te extraño, te olvido y te amo de nuevo....." , por favor.
El Gran Salón se quedó en silencio. No muchos se atrevían a burlarse de un Slytherin. Además, todos conocían la reputación de "bromista" de Marva, que ya tenía loco al Filch, porque nunca la podía "atrapar". Grisselle miraba a Leyton, intentando calmarlo, porque parecía que el profesor estaba a punto de estallar...no se sabía si de furia o de risa...
La primera carcajada fue de la mesa de Slytherin. Todos, absolutamente todos, buscaron al "loco" que se reía de esa manera. Marva se sonstenía el estómago con su mano derecha, y le caían lágrimas de los ojos. El ataque de risa era tan incontenible que golpeaba la mesa con su mano izquierda.
Al ver la reacción, Leyton rio mas fuerte aún, confundiendo a la mayoría de los estudiantes. Nadie entendía muy bien, hasta que Harry comenzó a atar cavos. Recordó que ella le contó que su ex novio era un idiota, Leyton había hablado de él con tono despectivo, las rosas, las cartas que ni siquiera leía....el ex novio de Marva intentaba recuperarla.
Marva se puso de pie y se acercó a la mesa de profesores, aún riendo, pero intentando mantener la calma. Se acercó a Leyton, que también reía, aunque Grisselle intentaba que deje de hacerlo, porque todo el colegio lo estaba observando.
-Eh...Leyton...necesito tu ayuda.
-Marva...pequeña...soy tu esclavo si se trata de hacer infeliz a ese idiota.
-Bien...quiere jugar así....voy a jugar yo también. Quiero mandarle una "howler"..horrible, que lo haga sentir miserable...y en el peor momento de todos...cuando haya mucha gente a su alrededor. Lo conozco, no va a poder superarlo...
-No te preocupes pequeña...va a ser la peor Howler de toda su vida!
-Gracias. –contestó Marva, y se fue del Gran Salón aún riendo y negando con la cabeza.
El dia concluyó sin novedades para Harry, y ya estaba frente a frente con Grisselle, quien ya no vestía de blanco, color que también estaba ausente en las paredes y el suelo. Harry supuso que se debía a que ya había logrado el niver de concentración suficiente y hoy iban a empezar con lo interesante.
-Buenas trades, Harry –dijo Grisselle, con su armoniosa voz –Hoy vamos a hacer una pequeña prueba.
-Prueba?
-Ya logras concentrarte y vaciar tu mente por completo. Pero necesito que lo hagas en momentos y lugares que no seas solitarios como este Salón.
-Usted quiere decir que vamos a ir levitando por ahí? –preguntó Harry, a quien le parecía una idea mas que ridícula, pues se suponía que todo ese entrenamiento era secreto.
-No, no. Algunas personas van a acompañarnos el día de hoy. No te preocupes, lo único que tienes que hacer es concentrarte, olvidar que ellos existen y dejar fluir la magia que hay dentro tuyo. Yo voy a levitar contigo y te voy a ayudar a que lo logres. Estás listo?
-Eh...eso creo.
Grisselle abrió la puerta del Salón. Hermione, Ginny, Ron, Neville, Luna, Seamus, Katie y Marva ingresaron por ella, seguidos por Leyton. Harry los saludó con una tímida sonrisa mientras ellos se acomodaban en unos almohadones que estaban situados en el suelo. La ansiedad de los invitados podía apreciarse en sus rostros sin necesidad de mucho esfuerzo.
-Bien. Esto será muy fácil para ustedes –dijo Grisselle dirigiéndose a los 8 invitados. Sólo tienen que quedarse ahí sentados y conversar en voz alta, como si nada de esto estuviera pasando. Cuando yo les avise podrán levantarse y caminar hacia aquí. –Luego puso ambas manos sobre los hombros de su pupilo –Estás listo? –Harry asintió –Bien. Eh...alguien mas vendrá después, pero confío en que no te afecte en absoluto. Empecemos.
Harry cerró los ojos intentó concentrarse sólo en la voz de Grisselle, que susurraba instrucciones en su oído. Pero era demasiado difícil teniendo esas voces a su alrededor. Marva riendo estruendosamente con Leyton y Katie, Ginny charlando con Hermione, Neville, Ron y Seamus enfrascados en una ruidosa discusión sobre Quidditch.
Poco a poco, la voz de Grisselle fue ganando espacio en su cabeza, y sólo escuchaba a sus amigos como si fuera algo muy lejano. Por primera vez abrió los ojos y se encontró con que estaba levitando a un metro del suelo, con Grisselle frente a él, que le sonreía satisfecha.
-Lo ves? Lo has logrado. Ahora....hemos mantenido conversaciones durante nuestras clases anteriores, pero debes concentrarte un poco mas...porque no solo vas a hablar conmigo, también tienes que saludar a cada uno de los que ingrese y responder a sus preguntas. No te preocupes, yo estoy aquí.
Grisselle hizo una seña a Leyton, quien se puso de pie en el instante, animando a los chicos para que se acerquen a Harry, mientras se dirigía a la puerta y daba paso a algunos preofesores. Harry se sintió muy complacido cuando vio el rostro orgulloso de Albus Dumbledore y la sorpresa en la profesora McGonagall. Ambos caminaron hacia él sonriendo amablemente.
-Parece que las clases te han servido, Harry. –dijo Dumbledore.
-Si...eh...eso parece.
-Alguien mas quería ver tus progresos. Puedo dejarlo pasar?
-A quién? –preguntó Harry temiendo la respuesta.
-El profesor Snape.
Al oír el nombre de su profesor mas odiado, Harry descendió unos centímetros de la impresión. Grisselle lo tomó de la mano y le dio la confianza que necesitaba con ese simple gesto. El alumno entonces asintió a su Director, autorizando a que dejaran pasar al jefe de casa de Slytherin.
Cuando la puerta se abrió, Snape enfocó los ojso en los de Harry, irradiando en ellos todo su odio hacia su padre y su padrino. Pero Harry no sólo sostuvo la mirada, sino que avanzó hasta él, inclinó la cabeza y habló de la forma mas sarcástica y burlona que pudo.
-Mi adorado profesor Snape...adelante, está usted en su casa. –finalizó haciendo una especie de reverencia mientras extendía su brazo indicándole el camino.
Grisselle no pudo mas que sentise sumamente orgullosa. Harry se había dado cuenta de lo poderoso que era y lo impactante que debía ser verlo de ese modo. Snape no pudo articular palabra alguna, mas que un tímido "Potter", a modo de saludo, y se situó junto a Albus Dumbledore, que observaba la escena divertido.
-Harry –dijo Grisselle –ahora empieza lo mas difícil. Lo sabes no?
-Snape. –fue la respuesta a la pregunta de Harry.
Leyton rio sin poder evitarlo, el chico le agradaba. No se intimidaba con nada y estaba desafiando a su profesor. Los menores que se encontraban en el Salón guardaban silencio, no entendían muy bien que era lo que pasaba, pero sabían que si incluía a su profesor de Pociones y a Harry...no era algo bueno. Dumbledore sonrió ante la actitud desafiante de Harry y McGonagall abrió la boca de la sorpresa.
-Bien. –dijo Grisselle sonriendo –Profesor Snape, si es tan amable...ataquelo.
Zaz! Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. Snape se acercó a Harry y le lanzó un "expelliarmus". Lo que no imaginaba era que el chico iba a ser tan rápido en esquivarlo. Harry sonrió con una típica sonrisa "Potter-Black", llena de arrogancia, como las que había visto en el pensadero. Sabía que eso iba a enfurecer a Snape y era lo que buscaba. Tenía que probarse a sí mismo que era capaz de evitar ser golpeado por cualquier hechizo.
Snape enfureció. El maldito mocoso estaba provocándolo, mientres le sonreía como su padre o Black...o mejor sicho, como ambos juntos. El odio fluyó por sus venas sin que pudiera hacer nada para evitarlo y avanzó nuevamente hasta su alumno, lanzando un "desmanius".
-Oh....vamos Snivellus....puedes hacerlo mejor. –fue la respuesta de Harry al esquivar el hechizo.
-No juegues conmigo, Potter. Sigo siendo tu profesor.
-Y yo sigo siendo el que te va a librar de Voldemort. Y me vas a estar agradecido toda tu vida, porque...qué haría Tom si se enterase que lo traicionas? Una sesión de Cruciatus hasta dejarte en San Mungo? O tal vez te mataría sin que sufras demasiado? Qué es lo que le hace a los traidores, Snake?
-Cruccio! –gritó Snape sin poder contenerse.
Inmediatamente Snape soltó su varita, como si de una barra de hierro caliente se tratara. Era un idiota, se había dejado llevar por las palabras de Harry, cuando él sabía que no debía hacerlo. De todos modos, sabía que la maldición no iba a impactar en el joven, pues con su usual rapidez la iba a esquivar. Lo que tenía que hacer era prepararse mentalmente para el regaño de Albus.
Pero Harry tenía otros planes. Cuando notó que el odio surgía de Snape, supo que no se iba a controlar y eso era lo que buscaba. Esperó a que la luz saliese de la varita de Snape, mientras juntaba todas las fuerzas que creía tenía dentro suyo. Cuando el Cruciatus estuvo a punto de impactar, levantó su mano y lo evitó. Fue como si su mano se convirtiera de pronto en un espejo, pues el rayo rebotó directamente a donde se encontraba Snape, que lo hubiera recibido en su pecho, si no fuera porque Grisselle se puso frente a él y lo absorvió, sin sentir mas que un pequeño temblor dentro suyo.
-HARRY POTTER! –dijo Grisselle poniéndose a la altura de su alumno –que se supone que pretendías? Que te envie un Avada Kedavra? Eh?
-No...pero que deje de atacarme con esos hechizos pequeñitos. Quería saber si soy capaz de repeler un Cruciatus, y lo soy.
-Pidele perdón, Harry. Ahora.
-Disculpe profesor. –dijo Harry mirandolo a los ojos y notando por primera vez la gravedad de su actuación. –Yo.....no quería...
-Si claro Potter...
-Severus, puedes irte, creo que será lo mejor. –dijo Dumbledore interviniendo por primera vez. –Harry...estás castigado. No puedes, bajo ningún concepto, hablarle de ese modo a un profesor, y menos a uno que arriesga su vida día a día para que nosotros ganemos esta guerra. Espero que pienses lo que acabas de hacer.
El Salón se llenó de un incómodo silencio, mientras los profesores se retiraban, llevandose consigo a los 8 amigos, que no daban crédito a lo que acababan de ver. Katie era la mas furiosa de todas, y repitó hasta el cansancio que el próximo Cruciatus que recicbiera Snape iba a ser de su parte. Todos se fueron a la Sala Común de Gryffindor a esperar a Harry, que llegó media hora mas tarde, con expresión de cansancio.
-Ahora no chicos, me voy a dormir –dijo Harry cuando los vio que por poco se abalanzaban sobre él para preguntarle que era lo que había pasado.
-Sin cenar? –preguntó Ginny preocupada.
-No tengo hambre.
POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.
BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.
BARBY
