DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 13:

La mañana siguiente, Harry fue interrogado por su novia y amigos, sobre lo que había sucedido después de su partida del Salón de los requerimientos. El chico les explicó que estaba castigado, pero aún no le decían su castigo. Observó la mesa de profesores y pudo sentir el odio de Snape hacia Grisselle, todo por su culpa. Leyton, en cambio, parecía mas alegre que lo habitual, y respondía a las miradas de Snape. En la mesa de Slytherin, dos alumnos discutían audiblemente.

-Ya basta Pansy! No lo se aún!

-Pero...Draquito....por qué?

-No me gusta que me llames así..y puedes terminar con esta estupidez?

-Pansy, Pansy, Pansy –interrumpió Marva hablando burlona y pausadamente –No eres tan fea...de verdad. Tal vez, si no te arrastraras ante Malfoy, podrías conseguir una pareja decente para el baile.

-Callate Black! –respondió la aludida –No te metas en nuestros asuntos.

-Pobre....bueno...me voy...demasiadas "perras" dando vueltas por aquí!

Luego de la última clase del día, Marva y Harry se despidieron de los demás. Marva se iba a entrenamiento de Quidditch y Harry a entrenar con Leyton. No sabía que era lo que iba a suceder, pero sí sabía que en ese momento le iban a dar conocer su castigo por haber provocado de esa manera a un profesor. Harry se sorprendió al ver a Leyton sentado sobre una especia de sillón, esperando por el.

-Hola Harry, como has estado?

-Bien, creo....

-Bueno, tranquilo...que no voy a matarte. Me gustaría que te sientes en el sillón, pues tengo que hablar contigo muy seriamente. –Harry se sentó sin decir palabra. –Creo que no es novedad que Snape no es de mis personas preferidas y que, en cierto modo, me divertí ayer. Pero supongo que sabrás que te extra limitaste. Una cosa es esquivar los hechizos que te mande, y otra es provocarlo de esa forma. Ahora quiero que me digas exactamente que es lo que sucedió, por qué actuaste de esa forma, qué es lo que te pasa..

-Eh...no entiendo.

-Verás...necesitamos que aprendas a controlar tu temperamento también. No soy un psicologo muggle, ni mucho menos, pero necesitas alguien que te escuche para sacar todo lo que tienes ahí dentro. Alguien a quien no te de miedo asustar con tus temores o molestar con tus problemas...y ese soy YO! Habla.

-Eh...yo....no se por donde empezar...

-Hablame de Snape, por qué actuaste así con él?

-Lo elegí para que me ataque porque es el único al cual puedo atacar yo también. Me odia y no iba a dudar en lanzarme un Cruciatus. Yo...necesitaba probarme, saber hasta donde soy capaz de llegar...

-Genial. Qué sucedía si no podías detener la maldición? Qué pasa si Snape va a Azkaban por haberla usado?

-Yo......yo...

-Dilo Harry.

-Estoy cansado! Estoy harto de que todo caiga sobre mi! Tu no sabes lo que eso significa! Siempre pensando que estás viviendo el último día de tu vida! Sabiendo que tus amigos y las personas que quieres corren peligro, solo por estar relacionadas contigo! –de pronto las lágrimas brotaron de los ojos verdes sin remedio y la voz se le quebró -Mi padrino está secuestrado por Voldemort y nadie hace nada! Está ahí desde el año pasado y lo mas probable es que ya esté muerto...por mi culpa. Por mi estupidez se cayó detrás el velo y para atraerme a mi lo tiene Voldemort! Todo es mi culpa! Por qué no me mató ese día junto a mis padres? Por qué tengo que ser yo "el Niño que Vivió"???

-Shhh.....tranquilo...eso es...ahora ya te desahogaste....no quiero que vuelvas a guardarte todas esas cosas....entendido? –decía Leyton intentando consolarlo, mientras lo mecía entre sus brazos como si fuera un niño pequeño -Cada vez que te sientas mal, lo hablas conmigo o Grisselle, no puedes esconder tus sentimientos, porque sólo te hace mal a ti...

-Está bien –respondió Harry, que intentaba por todos los medios calmarse y respirar normalmente.

-Bueno...el castigo...eh....

-No hay castigo Potter –dijo la voz de Snape desde algún lugar –Sólo procure decirme que quiere un Cruciatus la próxima vez y será un placer para mi.

-Eh? –fue todo lo que pudo decir Harry.

-Y tampoco va a haber represalias en mi clase. –continuó Snape, sin hacer caso a Harry o Leyton, que lo miraban como si tuviera 4 o 5 ojos. –Todo continúa como hasta ahora. –y dio media vuelta y se fue, seguido por Grisselle.

-Y..esos dos de dónde salieron? –preguntó Layton después de unos minutos.

-Me estaban espiando...genial! –dijo Harry irónicamente.

-Bueno...por lo menos el grasiento no te castigó. –dijo Leyton para levantarle el ánimo. –Cómo lo llamaste? Sniv..?

-Snivellus. Pero creo que no es buena idea que le digas así. Es un sobrenombre que le pusieron mi papá y mi padrino...sus enemigos del colegio. Por qué Snape los odia a ustedes?

-Eh....no sé por qué odia a Grisselle, ella fue su alumna aquí en Hogwarts, supongo que algo habrá pasado para que la odie así. Aunque Grisselle dice que ella nunca hizo nada, y que la odió desde el primer día de clases.

-Es probable. –murmuró Harry.

-En fin...a mi me odia porque un día que Grisselle me lo mostró en el Callejón Diagon, casi nos batimos a duelo, porque el muy imbécil la trató muy mal cuando la vio.

-Entonces tu no estudiaste en Hogwarts –fue la conclusión de Harry.

-No. Mi padre quería que nos separemos. Verás, como somos gemelos, siempre fuimos muy unidos, siempre estuvimos juntos. Cuando llegó la hora de estudiar, mi padre me mandó a Beauveraux y a Grisselle aquí. Decía que teníamos que aprender a vivir el uno sin el otro. Aprendimos, es verdad, pero no nos gustó, por eso seguimos estando siempre juntos.

El entrenamiento de Quidditch del equipo de Slytherin fue agotador. Malfoy era un capitán exigente y, aparentemente, le gustaba el poder que ejercía en los demás. Los hacía repetir jugadas preparadas una y otra vez, hasta que salieran a la perfección. Marva volaba como una profesional y eso alentaba las ilusiones del equipo para ganar la Copa.

Cuando terminaron, todos los jugadores se dirigieron a los vestuarios. Marva era la única mujer del equipo y, por ello, tenía un sector del vestuario para ella sola, equipado con una espaciosa ducha, sillones, bancos y un armario para guardar su ropa. Todo, cortesía de Severus Snape. Cuando ya estaba por irse, golpearon a la puerta.

-Adelante. Ya me cambié.

-Hola Marva. –dijo Draco cerrando la puerta.

-Malfoy..qué quieres? Ya terminó el entrenamiento, por lo tanto no tengo por qué hablar contigo. O...ya se! Quieres que le pida perdón a tu estúpida novia? Olvídalo.

-No es mi novia, y no le pidas perdón si no quieres. Yo...tu...bueno...

-No tengo mucho tiempo, sabes? Tengo deberes que hacer.... –lo apuró Marva.

-Quieres ir conmigo al baile? –preguntó Draco, con una seguridad sacada de la galera.

-No.

-Por qué? Tienes pareja?

-Si.

-Quién es? –Draco ya se estaba saliendo de sus casillas. Era la primera vez que una chica lo rechazaba y necesitaba saber por culpa de quien.

-Voy a decirte esto claramente: Déjame en paz, Malfoy. No te importa quien es mi pareja. Que te obedezca en los entrenamientos, no significa que te soporte.

Dicho esto, Marva pasó por su lado, dispuesta a irse. Abrió la puerta, pero una mano derecha la cerró de golpe, quedando apoyada en la madera. Draco la tomó de la cintura y la giró hacia él.

-No puedes llamare Draco? Tanto me odias, que ni siquiera me puedes llamar por mi nombre?

-Malfoy...no quiero llamarte por tu nombre. Y...no te odio, pero no somos amigos!

-Por qué no quieres venir conmigo a la fiesta? –preguntó Draco nuevamente.

-Ya te dije, tengo pareja. –Marva intentaba buscar una solución a sus problemas, un método para salir de allí sin que Malfoy la lastime, pero desafortunadamente, su varita estaba en su habitación.

-Es de Slyhterin? –Marva negó con la cabeza –Gryffindor? –Ella asintió –ES AMIGO DE SAN POTTER?

-Si, lo es! Y es una de las mejores personas que conocí en este lugar! Deja de llamar San Potter a Harry! Déjame salir!

-No.

Draco la agarró mas fuerte aún y se acercó a ella mirandola a los ojos, hasta que posó sus labios sobre los de Marva. Esta vez la chica no se resistió. Los besos de Malfoy definitivamente eran buenos, sabía que no debía estar haciendolo, pero...quien podía resistirse a esos labios? También había que reconocer que últimamente el rubio ya no la agredía, y que la había salvado aquella tarde de la agresión de Pansy.

-Por favor...dime que irás conmigo. –sulpicó Malfoy besandole el cuello.

-No Malfoy. Y no vuelvas a besarme porque te va a costar muy caro. Déjame ir.

-Vete. A partir de ahora, te defiendes sola. Ya no voy a oponerme cuando hagan algo.

-Malfoy....si supieras lo peligrosa que soy cuando me enojo, sabrías que no tengo por qué preocuparme.... –abrió la puerta y se fue.

Katie vio pasar a su hermana cerca de ella y entrar al castillo sin siquiera notar su presencia, mejor así. No tenía ganas de ver a nadie, no quería hablar, demasiadas cosas había en su mente. No necesitaba un pensador, sino veinte de ellos para poder poner en orden todo lo que le pasaba.

Sus pies la llevaron al lago, donde se sentó en la orilla y permaneció en silencio, observando al calamar gigante elevar una y otra vez sus tentáculos, sólo para molestar a las aves que intentaban encontrar comida en sus dominios.

Por qué su vida se había convertido en esta pesadilla? Cuál fue el momento en que todo comenzó? Fue cuando llegó a Hogwarts? Fue cuando su padre la encontró? Fue cuando su madre murió? O fue antes? No sabía la respuesta, pero sí sabía que nadie se iba a interponer en su camino. Ella iba a lograr lo que se había propuesto si que pudieran hacer nada para detenerla.

Qué ganas tenía de ver a su padre! Todos los días suplicaba a su madre que lo cuide, que no permita que Voldemort lo mate ni le haga daño. Pero era tan imposible, y su madre muerta no iba a ayudar de todos modos. Las lágrimas abandonaron los ojos de Katie, que ya no podía evitarlas. Hacía tanto que no lloraba...y ahora no podía detenerse. Era como un torrente de sentimientos, energía y quién sabe qué mas...un torrente que no iba a detenerse por el momento, así que lo mejor era quedarse ahí.

Severus Snape caminaba por la orilla del lago pensando en las palabras de Potter. El maldito mocoso era mas fuerte de lo que pensaba. Cualquier otro en su lugar ya estaría internado en San Mungo por problemas mentales. Pero él no y, en el fondo, se lo agradecía. Entonces la vio. Al principio era solo un bulto, luego fue una persona encogida a la orilla del lago. Al acercarse pudo observar a Katie, que estaba sentada en el césped, con las piernas flexionadas hacia su pecho y abrazándolas con los brazos, mientras escondía su rostro y lloraba, meciéndose hacia delante y hacia atrás.

Siguiendo sus impulsos por primera vez en mucho tiempo, Severus Snape se acercó a la guardiana, se arrodilló junto a ella y la rodeó con sus brazos. Katie se tensó cuando sintió que alguien la abrazaba, pero luego se dio cuenta de que esa persona no iba a hacerle daño, sólo quería consolarla.

-Qué le pasa? –susurró Snape, temiendo que si Katie reconocía su voz, pronto le haría compañía al calamar. –Por qué llora?

-Estoy tan cansada....esto es demasiado...

-Quiere desahogarse? Quiere contarme?

-No, disculpe, pero no.

-Está bien. –dijo Snape, aún tratando de que no le reconozca la voz, y sin dejar de abrazarla.

Y así se quedaron, en silencio, sólo interrumpidos por los sollozoa de Katie, que a medida que determinadas imágenes o pensamientos cruzaban por su mente, se ponía lívida y temblaba. Demasiado había visto en su corta vida como para seguir aguantando ese peso sola, pero tenía que hacerlo...por Marva y Harry. Y por su padre si es que aún estaba con vida.

-ALÉJESE DE ELLA! –dijo una voz lamentablemente familiar para Snape.

-Leyton? –fue el susurro que se desprendió de los labios de Katie, mientras levataba la cabeza, para encontrarse con Snape, que no había sido lo suficientemente rápido para retirarse sin que lo viera. –Snape?

-No se de qué se sorprende Srta Black. También soy humano –fue la seca y dura respuesta de Severus al alejarse de ella.

-Estás bien? –preguntó Leyton mirando alternativamente a Katie y a Snape. –Te hizo algo? Por qué lloras?

-Estoy bien. No me hizo nada. Y...lloro por tantas cosas...

-Katie....somos amigos no? Siempre lo fuimos.

-No siempre –dijo Katie con una sonrisa.

-Estás en planes de graciosa? –preguntó Leyton sentándose junto a ella –Porque si quieres puedo hacerte recordar tu rostro el primer día en que me viste...la baba caía hasta el suelo.

-Tu porque no recuerdas el tuyo antes de besarme por primera vez, Leyton...

-Ja, ja, ja –rio sarcásticamente Leyton –seguramente estaba mas hermoso que nunca.

-Eso es verdad, pero también estabas tan sonrojado que parecía que toda tu sangre había decidido irse a tu cabeza...

-Bueno..basta! Vas a decirme por qué estás llorando y qué demonios hacía Snivellus contigo?

-Celoso?

-Katie!

-Está bien. Ya sabes porque lloraba...mi padre, mi madre, Marva, Harry, Voldemort...y Snape...no lo sé...yo estaba aquí y de pronto alguien me abrazó y se quedó conmigo. No sabía que era él.

-No estará enamorado de ti, verdad?

-Repito la pregunta...celoso?

-No seas tarada...es que ese hombre no me gusta. No se por qué nos odia y, sinceramente, creí que te odiaba a ti también.

-Sabes? Yo también creía que me odiaba...no se...tal vez le di lástima. –dijo Katie encogiéndose de hombros.

-Ese novio tuyo no te hizo nada, verdad? –preguntó Leyton –No llorabas por él?

-Charlie? –dijo Katie sonriente –No...es incapaz de hacerme daño. En serio...fue uno de esos momentos en que dejo que la impotencia se apodere de mí. Nada de qué preocuparse.

-Me gustaría conocerlo. Parece ser buena persona.

-Es divino. Te encantará.

-Katie...crees que podría hablar con Dumbledore ahora? Estará ocupado?

-No lo sé. –dijo Katie –Pero no pierdes nada con hacer la prueba. Por qué quieres hablar con él? Pasó algo con Harry?

-No, sólo que tuvo un el tuyo, pero en vez de llorar en silencio como tu, me dijo a los gritos lo que le pasaba. –Excplicó Leyton –Y..mi hermana y Snape estaban escondidos en el salón, escuchando. Pero lo mas extraño, es que Snape le levantó el castigo y le prometió que no se iba a vengar de él en las clases.

-Si es una broma.....no es graciosa.

-No lo es. Por eso quiero hablar con Dumbledore. Porque Harry me preocupa y Snape...bueno, salvo que cada 10 años escoja un día para comportarse con amabilidad, y haya sido hoy...también me preocupa.

-Este año Snape se comporta demasiado extraño. –dijo Katie meditando un poco –Trata demasiado bien a Marva, no me ha insultado aún, dejó sin castigo a Harry, ahora esto...creo que lo mejor va a ser que hables con Dumbledore, pero yo intentaré hablar con Snivellus.

-Estás demente? Te va a expulsar de su despacho tan rápido como logres entrar!!!!!!

-Leyton...de todos modos voy a agradecerle por haber estado conmigo...

-No voy a dejarte sola con ese.....ese.....grasiento de nariz ganchuda...

-Ya hablas como mi papá –dijo Katie riendo por primera vez.

-Me honra, Señorita Black –dijo Leyton haciéndose el serio y poniéndo su mano derecha sobre su corazón. –Su padre es todo un héroe para mí.

-No sé por que no me sorprende... –replicó Katie poniendo los ojos en blanco.

-Qué se supone que significa eso?

-Que eres un molesto bromista, celoso, pero sobre todo....un gran amigo. No te enojes, era una broma...

-Por qué terminamos? La verdad, a veces me parece que somos el uno para el otro...

-Te lo recuerdo? Porque eramos mas amigos que novios Leyton. Sabes que después de un tiempo el amor se esfumó, para dejar una hermosa amistad. Y, la verdad, no me arrepiento.

-Yo tampoco –dijo Leyton sonriendo y tendiéndole la mano para que se levante.

-Bueno...gracias por levantarme el ánimo, como siempre. Y ahora...lo mejor va a ser que vaya a ver que están haciendo mis protegidos, o de lo contrario, puedo encontrar la sala común hecha un estropajo y Sean va a gritarme por semanas.

-Si...yo voy a hablar con Dumbledore. Nos vemos luego.

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY