DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.
CAPITULO 14.
El sábado, todos los alumnos de 4° a 7° año, tuvieron una visita a Hogsmeade. La idea era que, aquellos que lo necesitaran o quisieran, compraran ropa nueva para el baile que tendría lugar esa noche. Dumbledore no había especificado que tipo de túnicas debían vestir, por lo tanto, algunos de los chicos compraban nuevas túnicas de galoa, mientras otros se contentaban con algo mas sencillo.
Luna, Hermione y Marva, arrastraron a Ginny hacia una tienda. El c u m p l e a ñ o s de la pelirroja estaba cerca, y decidieron que lo mejor era obsequiarle una túnica nueva. Recorrieron casi todos los negocios del pueblo, intentando, sin éxito, permanecer menos de media hora en cada uno de ellos. Al final de la tarde, Ginny ya había comprado una hermosa túnica, que iba a estrenar esa misma noche.
En Las Tres Escobas, las esperaban Harry, Ron, Neville y Seamus. Al verlas aperecer cargadas de bolsas, se miraron entre ellos, sorprendidos. Al parecer, las chicas habían comprado mas que una nueva túnica para Ginny. Habían adquirido una para cada una, salvo Marva, que había comprado varias, pues su guardarropas se limitaba a lo que Katie le había dado al principio del año. Todas sus túnicas y ropa muggle había quedado en España.
Lo que quedaba de la visita al pueblo transcurrió de forma muy amena entre los amigos de Harry. Riendo de cualquier cosa, sin preocuparse demasiado por la situación del mundo mágico. Después de haberse desahogado con Leyton, Harry lucía mas tranquilo y dispuesto a disfrutar de su vida. Despues de todo, Sirius era fuerte y, si había soportado su estancia en Azkaban, iba a sobrevivir nuevamente.
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Hogwarts se encontraba mucho mas silencioso que de costumbre, debido a la visita a Hogsmeade. Katie, esta vez, no había podido ir, pues era el turno de Sean. Después del almuerzo, todos los alumnos que quedaban, se repartían entre sus salas comunes, los jardines y la biblioteca, por lo que decidió, era un buen momento para hablar con Snape. Caminó hasta las mazmorras, sin saber que era lo que iba a decirle, aunque probablemente el profesor la tratara como siempre, de la peor manera posible. Llamó a la puerta, rogando internamente que nadie le contestara, pero Snape la hizo pasar.
-Black. –dijo el profesor desde su escritorio –A qué debo el "honor" de su visita? Se le perdió algún alumno y lo busca aquí? No tengo el agrado de haber castigado a ningún león el día de hoy.
-Profesor, yo venía a.....-Katie no podía seguir, simplemente rebajarse ante ese homnre no era su deporte favorito.
-Mi tiempo vale Galleons, Black. Se puede saber qué es lo que quiere?
-No es fácil. Debería saberlo.
-Hable de una buena vez! –exigió Snape perdiendo la poca paciencia que le quedaba.
-Ie a agr...erle –susurró Katie.
-Disculpe? Creo que sería mejor si hablara en un idioma comprensible.
-Vine a agradecerle –repitió Katie, esta vez mas alto.
-Nada de eso. Ya le dije. Soy humano también.
-Si...es que...de verdad, necesitaba alguien que me haga compañía en ese momento y....
-Le dije que no tiene importancia Black. Si no necesita nada mas, le sugiero que se vaya, tengo muchas cosas que hacer.
Katie dejó el despacho de Snape sintiéndose humillada como nunca antes en su vida. No sólo le había agradecido a ese hombre, sino que el muy basura se había burlado de ella. Pero esto no iba a quedar así. Snape, por su parte, se había quedado observando la puerta cerrarse, preguntándose el motivo por el cual había humillado de esa forma a la guardiana. Bueno, eso era evidente, es la hija de Sirius Black, y él no podía olvidarse de eso.
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A las ocho de la noche, Hogwarts era un verdadero alboroto. Alumnos corriendo de un lado al otro del castillo, buscando encontrarse con sus parejas, otros desorientados que llegaban tarde de Hogsmeade y tenían que vestirse a los apurones. En fin, el ambiente de fiesta ya se había instalado y no pensaba irse. Los nervios de la mayoría eran fácilmente visibles.
Harry vestía una túnica de gala azul oscura, con ribetes plateados en sus extremidades. Katie se la había regalado para que "las chicas caigan de espaldas", como decía ella. Por encima de la túnica, llevaba una capa, del mismo azul que lo hacía ver importante y apuesto. Y debía sentarle bien, pues la mayoría de las alumnas que pasaban a su lado por la sala omún se le quedaban mirando como queriendo hacerle agujeros.
La túnica de Ron era negra y elegante. Los gemelos se habían gastado unas cuantas monedas evidentemente. Parecía hecha a medida, pero el pelirrojo explicó que estaba encantada para amoldarse a medida que su cuerpo creciera. Estaba tan ansioso por ver a Hermione, como Harry por ver a Ginny.
La pelirroja casi deja sin aire a su novio. Vestía una túnica blanca, con ribetes azules que hacían juego con la túnica de Harry. El cabello, caía libremente por encima de la capa, que era extrañamente exquisita; de color blanco, pero que el juego de las luces le daba matices celestes. Suavemente maquillada, era una visión completamente hermosa y angelical.
Hermione la siguió, con una túnica rosa, de última moda, que dejaba ver unas preciosas zandalias en sus pies. La tela se acoplaba a su figura, como si fuesen una sola, y la capa, roja, completaba su vestuario, dándole un toque especial.
Las dos parejas se dirigieron al Gran Salón, donde esperaban encontrarse con Neville y Luna, y Marva y Seamus. Los primeron no tardaron en hacerse ver, elegantes y sobrios, todos tenían la impresión de que Luna había tenido mucho que ver con la túnica gris de Neville.
Marva y Seamus aparecieron frente al grupo cuando ya creían que les había sucedido algo. Seamus vestía una túnica verde botella, que lo hacía verse mayor. Pero Marva era otro tema. Su túnica también era verde, pero un verde cristalino, como el agua del mar. La capa, de verde un poco mas oscuro, se enganchaba con un hermoso prendedor plateado, con forma de delfín, y cuyos ojos eran dos piedras preciosas edl color de la capa.
Si antes nadido reemplazadas por mesas redondas para cuatro, seis u ocho personas. Y al fondo del Salón, se encontraba una mesa extra, con bebidas, para cuando comience el baile. Mientrs se dirigían a una mesa cercana, Malfoy se acercó a ellos, incapaz de comprender el motivo por el que Marva estaba con ese Gryffindor en lugar de estar con él.
-No crees que es mucho para ti, Finnigan?
-Vete Malfoy –respondió Marva, antes de que alguno de sus amigos interviniera –No nos molestes. Sólo...vete.
-Si, si, ya me voy. Pansy me espera.
-Parkinson? –se burló Marva –Vaya Malfoy! Creí que tenías mejor gusto! Se la decirlo...eh..."regalada" esta noche.
-Ah si? Por lo menos no está con un mugroso Gryff...
-Dame un motivo Malfoy! –intervino Harry con la varita levantada.
-No Harry. No vale la pena. Es que aún está dolido por mi rechazo..verdad?
Malfoy giró sobre sus talones y dejó a Marva y los demás, que reían a carcajadas del rostro del Slytherin. Salvo uno de los integrantes del grupo, que notó que a Marva no le hacía demasiada gracias tratar de ese modo a Malfoy...
Una vez en sus lugares, vieron a las parejas que faltaban por llegar. Katie atravesó el Salón del brazo de Leyton, seguidos por Sean y Grisselle. Era difícil decir cual de los gemelos lucía mas hermoso, y se reflejaba en los rostros de los alumnos y alumnas, que los observaban sin quietarles los ojos de encima.
Snape, que estaba sentado junto a McGonagall y Dumbledore en ese momento, parecía furioso. Miraba a Grisselle y Leyton como si quisiera asesinarlos en cualquier momento. Si se dieron cuenta de esas miradas, se hicieron los distraídos, pues los cuatro caminaron hacia una mesa para cuatro, y ahí se quedaron, conversando alegremente.
Luego de la deliciosa cena, cortesía de los elfos domésticos, las mesas se desplazaron hacia los cosatdos del salón, ejando paso a una enorme pista de baile. Cada chico tomó a su pareja y se dirigieron a disfrutar de la velada. La música, que había comenzado con melodías movidas y alegres, poco a poco se fue suavizando, dando lugar a canciones románticas y de ritmo lento.
Harry y Ginny bailaban muy juntos, como si quisieran fundirse en un solo cuerpo. Las caricias y besos dejaron de ser inocentes roces y se tornaron muy apasionadas, cortándoles la respiración en varias ocasiones. Había que agradecer a la oscuridad del Salón, de lo contrario hubiera sido un espectáculo para todos.
La pareja se fue alejando de los demás hasta que, casi sin darse cuenta, estaban frente al retrato de la Gama Gorda, que los observaba con una sonrisa picarona en su rostro. Luego de atravesar el retrato, la habitación de varones de séptimo fue el destino. La puerta del dormitorio y los doseles de la cama de Harry cerrados, ocultaban la primer noche de amor y entrega entre dos jóvenes mas que enamorados.
A la una de la madrugada, los alumnos regresaron a sus Salas Comunes, exhaustos de bailar (o de hacer quien sabe que cosas..jeje). Harry y Ginny dormían plácidamente, con sendas sonrisas en sus rostros, y vestidos, cuando los compañeros de cuarto del moreno se disponían a dormir.
-Ginny! Despierta! –dijo Ron en un sururro –Si Sean o Katie te ven aquí pensarán algo que no es (si supieras Ron) y te catigarán! Vete a tu cuarto!
-Si, si –dijo entre dormida Ginny –ya me voy. Adios Harry.
-Que duermas bien. –le respondió su novio antes de darle un tierno beso en los labios.
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Pero no todos dormían en el castillo, dos personas caminaban por los alrededores del lago, platicando amigablemente. Podría decirse que era una conversación entre dos hermanas, dos amigas, dos cuñadas. Katie y Grisselle eran eso y mucho mas. A pesar de que la relación con su hermano y Katie había culminado hace tiempo, ellas seguían siendo tan amigas como el primer día en que Leyton las presentó.. Ahora, juntas nuevamente, se apoyaban y daban ánimos como tantas veces lo habían hecho.
-Es tan desconcertante –decía Katie –Quiero decir...el año pasado, creo que de haber podido, me mataba. Pero ahora, contra todo pronóstico, es sumamente amable con Marva, le levantó el castigo a Harry y....bueno, él...estuvo aquí conmigo...
-Me dijo Leyton, lo sé. –Respondió Grisselle –No hay que preocuparse. Yo creo que Snape no es una mala persona, es sólo que....no sé...el castigo se lo quitó porque yo lo llevé a rastras al salón, para que comprenda que Harry no es como él piensa. Pero...lo de Marva...
-No me gusta que tenga tantas atenciones hacia ella. Estoy segura de que lo único que quiere es molestar a papá.
-Katie...qué tiene que ver tu padre con eso?
-Se odian. Papá le hizo la vida imposible a Snivellus cuando estaban en el colegio, de hecho, él fue el que le puso el apodo.
-Entonces...tu crees que lo que quiere es que cuando tu padre vuelva, encuentre que Marva le tiene aprecio a Snape? No es muy lógico.
-Es lo único que se me ocurre.
-No se –dijo Grisselle pensativa –Snape es un hombre de lo mas extraño. Quiero decir, cuando yo era su alumna me odiaba sin motivo, me bajaba puntos y ponía castigos por respirar. Claro que después le di motivos..
-Motivos? –preguntó Katie interesada.
-Bueno, ya sabemos que puedo ser...."endemoniadamente atractiva" cuando quiero. –dijo Grisselle sonriendo malignamente –No me mal interpretes. Lo que hacía era, cada clase de pociones, elegía a un estúpido Slytherin y lo volvía loco, con mi parte veela. Así, explotaban los calderos, destrozaban los frascos de ingredientes. En fin, hasta que uno voló una mazmorra y decidí que ya se estaba tornando peligroso.
-Y supongo que Snape te castigaba todos los días....
-Lo hacía de todos modos. Por lo menos, ahora tenía motivos y yo me divertía viendo los rostros de "hago lo que me pidas" de las serpientes cuando me miraban.
-Así que...eso era lo que provocaba el extraño comportamiento de los alumnos de Slytherin en clase de pociones –dijo la voz de Dumbledore detrás suyo.
-Profesor! –exclamó Grisselle –Lo siento...
-No vas a pedirme disculpas por algo que sucedió hace un tiempo, no hay de qué preocuparse. Aunque...debo admitir que era divertido el efecto que tenía en Severus.
-Profesor –interrumpió Katie –Alguna novedad? Ya sabe...
-No querida, ninguna...pero tranquila. Estoy seguro de que Sirius está bien. Pero....quieren decirme qué es lo que hacen por estas horas, caminando afuera del castillo? Deberían estar durmiendo.
-Es que.... –Grisselle comenzó la explicación.
-Nada. –La interrumpió Katie –Viejos recuerdos, nada mas.
-Está bien. Por lo que veo no me van a decir que se traen entre manos. Pero aún debo preguntarles...sucedió algo con Harry? Leyton me dijo que quería hablar conmigo y...
-No, no es Harry –dijo Katie –Es Snape. Se está comportando de un modo bastante extraño.
-Si lo dices por Marva, no me parece extraño. Está dejando los viejos rencores de lado, y me alegro de sobre manera.
-Supongo –dijo Katie levantando los hombros –Creo...creo que mejor me voy a ver que todos estén durmiendo, o Sean se va a enojar conmigo. Adios Profesor.
-Si..yo me voy tambien. –agregó Grisselle.
POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.
BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.
BARBY
