DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 15

La mayoría de los alumnos, de todas las casas, amanecieron cerca del medio día ese domingo. La fiesta los había dejado cansados y durmieron ahsta tarde, aprovechando que no tenían obligaciones que c u m p l i r. Cuando Harry abrió los ojos, pudo distingruir la figura de Seamus Finnigan que salía de las duchas.

-Ey Seamus! –dijo Harry llamando su atención -Qué pasó anoche con Marva?

-Nada. –respondió el aludido.

-Pensé que ibas a decirle que te gustaba...

-Si, lo hice.

-Y...qué respondió? Vamos Seamus! No seas tímido!!!

-Me dijo....que sólo veía un amigo en mí.

-Lo siento..yo creí que...

-Está bien...tampoco es tan grave. Me gusta Harry, no estoy enamorado de ella. Será cuestión de encontrar otra chica bonita que sí quiera estar conmigo.

-Si tu lo dices...y dónde están todos?

-Almorzando, supongo. Ya es tarde.

Harry se dio una rápida ducha y bajó al Gran Salón, junto con Seamus, y se sentaron con los demás. Ginny y Harry me miraban con mas amor que de costumbre, la noche anterior había sellado sus vidas para siempre. Hermione estaba comiendo un trozo de pastel de carne, cuando le entraron unas enormes ganas de vomitar.

Disculpándose con los demás, salió a toda prisa del Gran salón, chocándo con Marva, que se disponía a ingresar. La última, al ver que Hermione no se disculpaba, cosa muy extraña en ella, decidió seguirla, hasta el baño, en donde la chica de pelo enmarañado devolvió todo lo que había comido ese día.

-Hermione...estás bien?

-No...Si....no sé.

-Por qué no vamos a la enfermería y....

-NO! A la enfermería no! –dijo Hermione saliendo del cubículo donde se encontraba.

-Estás extraña, hace unos días que te noto rara. Se puede saber qué es lo que te pasa?

-Nada Marva...no me siento bien, nada mas –respondió Hermione con lágrimas en los ojos.

-Aja...y por eso estás a punto de llorar? Vamos Hermione...puedes confiar en mi.

-Es que....no lo sé...creo que...tal vez...yo....Ron....eh.....

-Hermione, no te entiendo.

-Creo....creo...tal vez esté embarazada.

-QUÉ??

-Lo sé, es terrible! Van a expulsarme! Ron me va a matar! Qué voy a hacer??? –dijo Hermione desesperada, ya liberando las lágrimas.

-Bueno...no, no, no..tranquila –Marva abrazaba a Hermione intentando consolarla, cuando tuvo una idea. –Estás segura de que estás embarazada? Tal vez sea....no se...

-No estoy segura, pero los malestares son tan típicos...

-Bueno, vamos a ir con alguien que nos va a sacar de la duda. No me mires de ese modo Hermione Granger! Los Gryffindors son valientes, no?

-No quiero ir a la enfermería.

-Nadie habló de enfermería! Grisselle nos va a ayudar!

-No! Estás loca? Se va a enterar Dumbledore y....

-Tranquilízate y confía en mi Hermione.

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Mientras Ron buscaba por todo el castillo a Hermione, Harry y Ginny daban su usual paseo por los jardines. El tiempo comenzaba a ser mas fresco, pero aún así era agradable estar juntos sin ser molestados.

Su plática abarcó varios temas, pero sobre todo, la noche anterior, cuando al fin se demostraron su amor. Ambos estaban radiantes de felicidad. Sólo faltaba una cosa para que Harry se sintiera completo. Sirius, cómo necesitaba estar con él y contarle todo lo bueno que le estaba sucediendo.

Se sentaron junto al lago, disfrutando de la calidez de estar uno junto al otro, viendo al calamar gigante levantar una y otra vez sus tentáculos en el aire, para dejarlos caer en el agua y salpicar todo a su alrededor.

Cuando ya decidieron que era hora de regresar al castillo, caminaban de la mano, hasta que Harry cayó de rodillas al suelo, con una mano en la frente y los ojos cerrados. La cicatriz, la famosa cicatriz ardía y quemaba mas que nunca. Se sentía mareado, débil, indefenso. Si Voldemort decidiera aparecer en ese moemtno, entonces sería una presa fácil. Pero eso era imposible, porque él nunca se atrevería a ingresar al colegio, no?

Ginny no sabía que hacer. No quería dejar sólo a Harry en esas circunstancias, pero tampoco podía quedarse allí. Necesitaban ayuda. Gritó lo mas fuerte que pudo, para ver si alguien la escuchaba. En efecto, Hagrid apareció a los pocos minutos, seguida por Katie, que en cuanto lo vió tirado en el suelo, lo puso boca arriba.

Harry tenía los ojos fuertemente cerrados, el ceño fruncido y la boca abierta. Parecía que quisiera gritar, pero algo no lo dejaba. Gotas de sudor frío cubrían su cuerpo, sobre todo el rostro. La cicatriz brillaba, como nunca antes, parecía que estaba a punto de abrirse de nuevo.

-Hagrid. Ve a buscar a Dumbledore. Traigan una poción revitalizante, está perdiendo mucha energía.

-Katie..qué....

-Tanquila Ginny, Harry va a estar bien.

Katie sentó a Harry en el césped, con la espalda contra la pared, intentado que se mantenga en esa posición. Ginny lo tomó por los hombros, para que no caiga, siguiendo las instrucciones de la guardiana, que por alguna extraña razón, se veía preocupada, pero tranquila, como si hubiera hecho eso millones de veces. Una vez que Harry estuvo asegurado, Katie estiró la mano hacia la cicatriz y la tocó.

A penas un roce de pieles, pero fue suficiente. En ese momento, Dumbledore, Snape y Madamme Pomfrey abandonaban el castillo, guiados por Hagrid, que les mostraba el camino. Lo único que pudieron ver con claridad, fue Katie volando unos metros hacia atrás y cayendo de espaldas al suelo, mientras Harry abría los ojos y se desmayaba en brazos de Ginny.

Cuando los profesores se acercaron a los Gryffindors, Harry seguía desmayado, en brazos de Ginny, que lloraba silenciosamente acariciándole el rostro. Katie yacía en el suelo, haciendo infructuosos intentos por ponerse de pie. Dumbledore y Madamme Pomfrey se dirigieron inmediatamente a la pareja, mientras Snape se arrodilló junto a la guardiana.

-Está usted bien, Black?

-Harry...

-El señor Potter está bien. –respondió Snape –Apóyese en mí para levantarse.

-Papá....

-Vamos Black...no tengo todo el día. –dijo Snape luego de resoplar –tomése de mi brazo.

Katie, aún sin estar del todo consciente de lo que sucedía a su alrededor, hizo lo que Snape le pedía, y poco a poco, fue conducida por el hombre hacia el interior del castillo. Mientras tanto, Dumbledore conjuraba un hechizo para llevar a Harry flotando junto a él y Ginny hacia la enfermería.

Al llegar, acostaron a Harry en una de las camas y la enfermera se dedicó a hacerle algunas pruebas antes de despertarlo con un sencillo "Ennervate". Su estado de salud era increíblemente perfecto, sólo había perdido demasiada energía, tal como lo había dicho Katie. Snape fue el que proporcionó la poción revitalizante que lo trajo de nuevo a la normalidad. Pero aún así, Dumbledore lo obligó a pasar la noche en ese recinto.

Katie estaba dos camas a la derecha de la de Harry, con el ceño fruncido, mientras Hagrid la sostenía con una de sus manos para evitar que se levante. Dumbledore se aproximó a ella, junto con la enfermera que, al confirmar que la chica no tenía nada de nada, no tuvo mas remedio de dejarla partir.

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Grisselle y Leyton estaban en su cuarto conjunto, jugando un partido de Snap Explosivo, cuando llamaron a la puerta. Cuando Hermione y Marva ingresaron, las miraron con preocupación y las invitaron a tomar asiento. En el rostro de Hermione podía verse la incomodidad de la situación y sus nervios estaban a flor de piel; mientras que Marva, por alguna razón, encontraba todo eso divertido. Luego de eliminar a Leyton, diciéndole que Katie lo necesitaba, las tres mujeres se quedaron solas.

-Bien –dijo Grisselle en un suspiro –supongo que no es cierto eso de que Katie te mandó a buscar a Leyton, así que puedes hablar antes de que regrese.

-Eh....bueno...el tema es que...

-No, mejor no –dijo Hermione poniéndose de pie y dispuesta a irse.

-Qué sucede chicas?

-Nada Grisselle –respondió Hermione tomándo del brazo a Marva.

-Hermione cree que puede estar embarazada. –informó Marva, ganándose una mirada de furia de parte de su amiga.

-Aja...y...cómo es eso de que crees? -dijo Grisselle sonriendo, y eliminando el terror de los ojos de Hermione -No has hecho nada para averiguar si es cierto?

-Es que....me da miedo confirmar mis sospechas.

-Mira Hermione –continuó Grisselle en el tono mas dulce que encontró en su repertorio –Si no averiguas pronto, te traerá peores problemas. Cuanto antes se sepa de lo que tienes mejor. Qué pasa si no estás embarazada? Si solo estás enferma y el restraso en saberlo produce un avance en la enfermedad?

-Yo...

-Vamos a hacer algo. Si quieres, yo puedo fijarme si estás embarazada o no; pero, de estarlo, tienes que prometerme que vas a hablar con Ron, supongo que él sería el padre, verdad?

-Mjjjmmm –fue el único sonido que pudo emitir la Prefecta, mientras asentía, observando el suelo, sintiéndose totalmente avergonzada.

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Katie se sentó junto a Harry, al borde de su cama, observándolo dormir, mientras despedían a Ginny, quien hasta que no fue amenazada por Snape, no se fue de la enfermería. La consternación en el rostro de la guardiana, evidenciaba la preocupación que sentía en esos momentos. Quería irse, c u m plir con sus planes, pero ahora sabía que no era posible, no podía dejar a Harry de ese modo.

-Estás bien? –preguntó Harry que, al abrir los ojos, vio a la hija mayor de Sirius con su vista enfocada a él, pero la mirada perdida.

-Hola pequeño...despertaste...cómo estás?

-Yo pregunté primero.

-Estoy bien.

-Qué fue eso Katie? –preguntó Harry –No recuerdo demasiado, pero tu...hiciste algo...y...

-Viste algo? Viste a Voldemort, Harry?

-No, no vi nada. Sólo sentí emociones, pero nada mas.

-Está bien. Eso es lo importante. –dijo Katie sonriendo –Cada vez que vuelva a suceder, cosa que espero no se repita, tienes que buscarme. Avísale a tus amigos para que lo sepan.

-Por qué tu? No entiendo Katie y, sinceramente, creo que merezco una explicación.

-Claro que sí. –dijo la guardiana observando hacia sus costados, como verificando que no hubiese nadie cerca. –Tengo algo, yo puedo...

-Suficiente Black –interrumpió Snape –el Director la espera en su despacho, y sugiero que se apresure.

Katie murmuró algo que Harry entendió como "grasiento entrometido" y dejó la enfermería, con destino al despacho de Dumbledore, que la esperaba con tres tazas de te y muchos dulces de limón. Snape la había seguido sin que lo supiera y, ahora, se sentaba junto a ella. Dumbledore la observó por encima de los lentes de media luna antes de comenzar a hablar.

-No sabía que pudieses hacer eso, Katie. Debo confesar que estoy muy impresionado.

-Aprendí por mi mamá. –dijo la guardiana, orgullosa de sí misma –Ella tenía visiones todo el tiempo y alguien tenía que ayudarla.

-Lo supuse –prosiguió Dumbledore –Marva también....?

-Jamás. –se apresuró a decir Katie –Nunca, y escucheme bien, NUNCA lo voy a permitir.

-No puedo obligarlas, pero...

-No me escuchó? –exclamó Katie poniéndose de pie abruptamente –Estoy haciendo caso omiso a mi interior. No fui a buscar a mi padre porque usted me lo pidió y estoy c u m pliendo, pero si me entero que intenta que Marva pase por eso, que no le quepa la menor duda que se va a arrepentir.

-No es necesario que me amenaces, Katie. Si no quieres, perfecto, no se hará. –dijo Dumbledore aún sorprendido por la forma en que Katie le había hablado –Ahora...podrías, por favor, decirnos qué fue exactamente lo que viste?

-A mi padre. –dijo Katie dando media vuelta y dejando el despacho del Director.

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Hermione estaba tendida en la cama de Grisselle, mientras la adulta mantenía sus manos sobre el vientre de la chica, pero sin llegar a tocarla. Las movía lentamente, de arriba hacia abajo, de derecha a izquierda, manteniendo los ojos cerrados en todo momento y la expresión de concentración en su rostro. Marva, sentada en una silla, tomando la mano de su amiga, movía inconscientemente su pie, golpeando suavemente el suelo, muy nerviosa por los resultados. Al finalizar, Grisselle abrió los ojos y sonrió.

-Y????? –preguntó Marva, al notar que Hermione no reaccionaba.

-Tranquila, no estás embarazada. –dijo Grisselle –Tienes una especie de virus, no sé qué es. Lo mejor será que hables con Madamme Pomfrey y ella te lo explique mejor.

-Estás segura?

-Si Hermione. NO hay ningún niño dentro tuyo.

-Gracias!! –exclamó Hermione saltando de la cama y abrazando a Grisselle.

-De nada, pero creo que tendrías que ser mas cuidadosa en el futuro.

-Si...ya se... –dijo Hermione sonrojándose. –Lo haré.

-Ahora...vayan. Supongo que Ron y Draco las deben estar buscando.

-MALFOY? –gritaron las dos a la vez. Hermione mirando a Marva, y Marva mirando a Grisselle.

-No es tu novio, Marva?

-NO!

-Ah...lo siento, es que...por la forma en que te mira, me parece que ese chico te quiere...

-Ese aprendiz de mortífago no quiere a nadie mas que a su reflejo. Cuanto mas lejos mío, mejor.

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Katie daba miedo en esos momentos. Caminaba por los pasillos del castillo a una velocidad inreíble, haciendo demasiado ruido, resoplando y murmurando cosas. Ni siquiera se dio cuenta dónde estaba cuando chocó con otro cuerpo, que salía de la nada. Hubiera caído al suelo, si no fuera porque una mano la sujetó de la cintura, atrayéndola.

-Katie? Katie qué tienes?

-Leyton...nada, no te preocupes.

-No puedes mentirme. –dijo Leyton sin soltarla y acariciando su rostro –qué sucede?

-Lo vi, lo vi y fue tan feo....-dijo Katie liberando las lágrimas que ahora pugnaban por salir.

-Shhh...tranquila. Yo estoy aquí... –le susurró Leyton al oído, mientras le acariciaba el cabello. –Vamos a mi habitación, y hablamos...

-Black no va a ningún lado porque yo tengo que hablar con ella –dijo Snape, que había seguido a Katie cuando abandonó el despacho del Director.

-NO SE LE ACERQUE! –le gritó Leyton al sentir que Katie se abrazaba más a él, para que no la deje ir con Snape –No se que le hicieron, pero usted...manténgase lo mas alejado posible de ella, si no quiere tener problemas.

-Por Merlín! –dijo Snape haciéndo uso de todo su sarcasmo –Un medio veela me amenaza! No voy a poder dormir!

-Idiota! Usted no....

-Vamos Leyton, vamonos de aquí.

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY