DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 18.

Los días pasaban y la calma del mundo mágico se hacía desesperante. Todos sabían que Voldemort había regresado. Cómo era posible que la gente no muriese o que no sufriesen atentados? La Marca Tenebrosa no se había vuelto a ver y mas que tranquilizador, era muy atemorizante.

Ese lunes por la mañana, Dumbledore se puso de pie, desde la mesa de profesores, para hacer dos anuncios. Por un lado, que el próximo sábado iba a haber una fiesta de Halloween. Y, como hacían los muggles, iba a ser absolutamente necesario disfrazarse para ingresar al Gran Salón. De lo contrario, las puertas no iban a permitir el paso.

El segundo anuncio alegró a la mayoría de los alumnos. El profesor Severus Snape no les iba a dar clases ese día, por encontrarse enfermo. Pero, según Dumbledore, no era nada preocupante. Tal era la alegría, que los alumnos tenían que hacer doble esfuerzo por no aplaudir a esa noticia.

La última hora era Pociones, por lo que séptimo año de Gryffindor y Slytherin tenían libre. Grisselle tuvo la brillante idea de adelantar su clase, para evitar que Harry estuviese demasiado cansado por la noche.

Los avances del ojiverde eran asombrosos. No se parecía en nada al incrédulo adolescente del primer día de clases, ahora estaba mas decidido y resuelto. Nada iba a detenerlo cuando se enfrentara al Lord. O eso esperaba Grisselle. Ya era capaz de realizar algunos hechizos sin varita.

No era que con eso pudiera enfrentarse a Voldemort, pero estaban haciendo buenos avances, y ya no se agotaba para nada. Habían dejado los defensivos por el momento, quedando sólo los escudos mas fuertes para practicar. Pero ahora se estaban centrando en atacar. Hechizos simples, no demasiado agotadores, pero muy efectivos. En este momento, si Harry se encontraba con algún mortífago estándar, saldría airoso sin dudas.

Marva estaba preocupada. Era cierto, no conocía demasiado a su profesor de Pociones, pero estaba segura de una cosa: no era la clase de hombre que faltaba a sus obligaciones sólo por estar resfriado. Luego de pensarlo por un tiempo, se dirigió a la enfermería, esperando encontrarlo allí.

La enfermera le abrió paso y, sin escuchar lo que le estaba diciendo, la sentó a la fuerza en una camilla. No fue hasta que Marva levantó el tono de voz que Madamme Pomfrey se dignó a escucharla.

-NO TENGO NADA!

-Ah...lo siento. Qué necesitas entonces?

-Es que...me gustaría saber si puedo hablar con el Profesor Snape.

-Pero él no está aquí –dijo Madamme Pomfrey.

-Ah...lo siento, entonces. Como el profesro Dumbledore nos dijo que estaba enfermo, yo pensé que...

-No querida. –le sonrió la enfermera –Es una gripe pasajera. Está en su habitación descansando. Pero te aconsejaría que no lo molestes. Lo que sea que quieras decirle, puede esperar.

-Si, claro. Gracias.

Sabía que no era correcto lo que estaba haciendo. Pero por alguna extraña razón, le preocupaba demasiado su profesor. Necesitaba saber que estaba bien, preguntarle si se le ofrecía algo. Tenía dos opciones. Esperar a que retomara sus tareas, o dirigirse a su dormitorio, porque si le preguntaba a Katie, lo mas seguro era que su hermana pensara que estaba hechizada por preocuparse por "Snivellus", como ella lo llamaba.

La puerta del despacho sonó y sonó, pero nadie respondió del otro lado. Entonces, juntando aire en sus pulmones y valor en su corazón, la abrió y entró al territorio de su Jefe de Casa. El despacho vacío, y una puerta que nunca había atravesado aparecieron frente a Marva.

Había llegado hasta ahí. Tenía que seguir. Tratando de hacer el menor silencio posible, se dirigió a la puerta que, suponía, llevaba al cuarto de su profesor. Se apoyó en ella, y notó que estaba abierta. No sólo sin llave o hechizos de protección, sino que entornada.

Una cómoda bajo un espejo fue lo primero que divisó en la oscuridad. Un ventanal con las cortinas cerradas y un escritorio le siguieron en su recorrido visual desde el humbral. Sus verdes ojos se dirigieron a la amplia cama adoselada, para encontrarla vacía, y sin rastros de que alguien hubiera dormido allí.

La puerta que llevaba al baño, también estaba abierta, pero de par en par. Temindo que algo malo le hubiera pasado a su profesor, Marva se encaminó hacia allí, llamándolo en susurros. Pero tampoco lo encontró.

Una extraña sensación de angustia se apoderó de ella cuando se dio cuenta de que algo verdaderamente malo le sucedía a su profesor. No estaba enfermo, pero tampoco estaba allí. No podía explicar por qué se sentía así, sólo tenía ese nudo en su garganta y necesitaba desatarlo. Claro que la única manera de que eso sucediera era que su profesor apareciera junto a ella. Aún si la castigaba de por vida por haber ingreasdo a su habitación, no le importaba. Sólo quería verlo a salvo.

Hermione había obligado a Ron a quedarse con ella en la Sala Común, adelantando deberes. Aunque el pelirrojo haía propuesto muchos planes alternativos, todos mas interesantes que escribir en un pergamino, ella los había rechazado todos, diciéndo que debían hacer un gran esfuerzo para aprobar los exámenes de fin de año.

El retrato se abrió, dando paso a una muy pálida Marva. Hermione tuvo que mirar dos veces para asegurarse que era ella. Pero su amiga no la veía, sólo buscaba a alguien con la mirada, presumiblemente su hermana.

-Marva..qué sucede?

-Ah..hola Hermione. –respondió la chica –Sólo buscaba a Katie. Necesitaba hablar con ella, pero no está aquí.

-Pasó algo? El maldito hurón te molestó? –preguntó Ron furioso.

-No, no. Es sólo que....estoy preocupada por Snape.

-QUÉ? –exclamó Ron.

-No tienes por qué –le dijo Hermione –Ya escuchaste a Dumbledore.

-No Hermione. Snape no está enfermo. No está en la enfermería y tampoco en su habitación.

-Entraste a su habitación? –dijo Ron mostrando en su rostro que no entraría allí ni amenazado por el mismo Voldemort.

-Si. Entré. No me regañes Hermione.

-Y dices que no está?

-No. No está. En fin, no importa. Si ven a Katie díganle que la estoy buscando, si?

-Aquí estoy –dijo la voz de su hermana en su espalda. –Sucede algo? –agregó al verle el rostro.

-Si. Suecede. –afrimó Marva –Tu y yo vamos a tener una interesante conversación AHORA.

-Espero no estar en problemas –dijo bromeando Katie al seguir a su hermana a través del recuadro.

Las dos hermanas Black caminaron silenciosas por los pasillos del castillo, hasta encontrar un aula vacía. Marva hizo entrar a Katie y, de paso, a Leyton, que venía caminando tranquilamente en dirección a ellas dos.

-Por qué el misterio? –preguntó Katie.

-Dónde está Snape?

-Eh...en su cuarto? –dijo Leyton divertido.

-NO! No está en su cuarto, ni en su despacho, ni en el baño!

-Marva! Entraste a las habitaciones privadas de un profesor! –la retó Katie.

-Si, si. Después me castigas. Ahora díganme donde demonios está!

-No lo sabemos. –dijo Katie, para después soltar un suspiro –No tenemos idea.

-No le hiciste nada, verdad?

-MARVA BLACK! COMO SE TE OCURRE QUE VOY A HACERLE ALGO?!?!?

-Discúlpame Katie, pero es de público conocimiento que no se soportan.

-Lo sé, pero te juro que jamás le haría daño. De hecho –Katie dudó un poco antes de proseguir –Últimamente nos estamos llevando bien.

-QUÉ? –le gritó Leyton en la cara.

-Lo que escuchaste y no me digas que... –la expresión de las hermanas Black palideció. Leyton estaba dejando ver su parte veela, pero no para atraerlas, sino por sus celos. Sus ojos brillaban intensamente y su cabello parecía una cascada blanca. Su piel palideció y su boca mostró una mueca de odio y desprecio insoportable de mirar –Marva, vete. Yo me hago cargo de Leyton. Ve a buscar a Grisselle.

-Pero no...

-VETE! –luego de que su hermana estuviera segura, fuera del salón, Katie se concentró en el medio veela –Vamos Leyton...sabes que entre Snape y yo no puede pasar nada. No estés celoso, tampoco tienes por qué estarlo, nosotros ya no somos novios –le decía Katie intentando calmarlo, mientras le acariciaba el rostro –Voy a contarte un secreto, porque por lo visto no me crees. Severus es mi tío. Mi mamá era su hermana. Por eso nos llevamos bien y estamos aprendiendo a confiar en nosotros.

-No me mientes? –preguntó Leyton con su voz extrañamente grave y distorsionada.

-Te lo juro –dijo Katie levantando una mano.

-No es posible.

-Cállate Leyton –dijo Katie, y lo besó, con todas las intenciones de quitarle los celos. Aunque, después iba a tener que soportar una gran ola de reproches.

Leyton se resistió al principio, pero poco a poco se dejó llevar y olvidó su enojo, tomando control de sí mismo y de la situación. Diez minutos habían estado besándose en el aula vacía, cuando irrumpieron Grisselle, Marva, Harry y Dumbledore.

El anciando se relajó al ver como Katie había solucionado el inconveniente, era muy preocupante tener un medio veela celoso y enfurecido en el castillo. Harry abrió los ojos hasta que los párpados comenzaron a dolerle. Katie estaba besando a Leyton!!!

Grisselle y Marva se miraron y sonrieron. Sólo ella era capaz de calmar al muchacho. Era muy posesivo y celoso, y cuando estaban de novios ella lidiaba con esas situaciones prácticamente todos los días.

-Ejem...

-Qué...? Oh! –exclamó Leyton al ver que tenían público. –Lo lamento.

-Estás bien? –preguntó Katie acariciándole la mejilla.

-Si, yo....

-Entonces puedes soltarle la cintura a mi novia, por favor –dijo una voz conocida desde la puerta del aula.

-Charlie... –dijo Katie en un susurro volteándo hacia la puerta.

-Creí que sería una linda sorpresa venir a visitarte –le dijo el pelirrojo –Pero el sorprendido fui yo. Lamento haber interrumpido su escenita de amor.

-Mierda! –murmuró Katie al ver a su novio salir de allí furioso. –Hablamos luego, tengo que ir tras él.

-Claro –dijo Dumbledore –Y...no te preocupes, él va a comprender.

-Espero...

-Ahora –siguió el anciano mirando severamente a Leyton –No habíamos quedado en que nada de demostraciones de poderes veela?

-Lo siento profesor. No pude evitarlo.

-SE PUEDE SABER QUE FUE LO QUE TE ENFURECIÓ DE ESA MANERA? –le reprochó Grisselle.

-Katie y Snape...ellos...son...no sé que son, pero cuando dijo que se estaban llevando mejor, me imaginé cualquier cosa y....

-Que pensaste? Qué mi hermana era la amante de Snape?

-Algo así.

-Es Profesor Snape, Marva. Y no lo son –dijo Dumbledore comprendiendo el problema –Están intentando conocerse mutuamente, por el bien de la causa. No es bueno guardar viejos rencores.

-Dígaselo a él –murmuró Harry.

-Es cierto. Es un cretino grasiento que lo único que hace es molestar a determinadas personas de por vida. Como por ejemplo Grisselle y Harry!

-LEYTON! –lo calló su hermana.

-Debo admitir, que el profesor Snape es bastante "especial" con el trato a algunos de sus alumnos. Pero...eso no dice que sea una mala persona.

-Especial? –repitió Harry –No tiene nada de especial. El profesor Snape se aprovecha de su puesto para hacerme la vida imposible y usted lo sabe.

-Vamos Harry....qué harías en su lugar si, sus alumnos, siempre están desconfiando de ti?

-En quinto año desconfiaron de mí, de usted y dudaron de mi salud mental, y yo no fui por ahí maltratando gente. No intente justificarlo, profesor.

-Está bien, creo que lograr una relación amena entre los apellidos Black y Snape ya es suficiente. Es demasiado pedir que se agregue un Potter.

Katie corrió a Charlie hasta alcanzarlo fuera del castillo, cerca del lago. El pelirrojo caminaba a una velocidad increíble, totalmente dispuesto a alcanzar los límites de Hogwarts, para poder aparecerse.

-PUEDES DETENERTE Y ESCUCHARME CHARLIE, POR FAVOR?!?!

-Que sea rápido –concedió el pelirrojo encarándola.

-No pienses algo que no es, amor. Yo sería incapaz de engañarte.

-Eso no fue lo que yo ví.

-Escúchame y después tomas una decisión, ok? –Charile asintió –Leyton fue mi novio, hace un tiempo, pero ya no hay nada entre nosotros, te lo juro. Es beso fue simplemete porque estaba enojado y había que buscar una manera de calmarlo, porque..

-ES LA PEOR EXPLICACIÓN QUE ESCUCHÉ EN MI VIDA! Tengo que suponer, entonces, que persona que encontrás enojada, recibe uno de tus besos?

-No Charlie...Leyton es medio veela, no esfácil controlarlo y esa es la única manera que tenía.

-Y...por qué se enojó? –preguntó Charlie algo incrédulo.

-Porque estabamos hablando de Snape, y yo dije que ahora nos estábamos llevando bien y....no se....creo que...se puso celoso.

-Crees o lo sabes?

-Está bien –concedió Katie –Se puso celoso. Sabes que una veela celosa es lo peor que puede haber y..

-Estás siendo absolutamente sincera conmigo?

-Te amo, Charlie –recpondió Katie –Nunca podría engañarte, ni mentirte, por favor....creeme.

-Yo también te amo –dijo Charlie sonriendo mientras se acercaba a ella, para darle al fin ese beso tan ansiado.

Mientras, Marva y Harry conversaban en el aula que antes había visto el escándalo. Los adultos se habían ido a conversar de quipen sabe que cosa a la oficina del Director, y ellos dos quedaron allí.

-Entonces....Leyton y Katie....

-No! –negó Marva –No son nada. Hace algunos años fueron novios, pero eso ya pasó.

-Entonces por qué le dio tal ataque de celos?

-Porque la quiere mucho. En el fondo, creo que él sigue sintiendo algo mas que amistad hacia mi hermana, pero ella no. Y cuando terminaron, Katie se repuso en seguida, ella lo adora, pero como un hermano, como su mejor amigo.

-Piensas que podrá arreglar las cosas con Charlie?

-Espero, me cae bien mi cuñadito –dijo sonriendo Marva.

-Marva....y tu?? No hay nadie que te interese?

-No. –dijo Marva cortante -Lo único que quiero es a mi papá de vuelta conmigo.

-Yo también, pero tal vez...

-No quiero ni necesito un novio, por lo menos por ahora...Pero, hablando de eso, cómo van als cosas con Ginny?

-Ah...bien...está preocupada por lo de Voldemort pero...fuera de eso, bien.

-Me alegro. –dijo Marva poniéndose de pie –Bueno, te veo en la cena, porque quedé en la biblioteca con Malfoy...

-QUÉ?

-Tenemos que hacer el trabajo de pociones, recuerdas? Como es mi pareja en la clase, Snape decidió que también haría el ensayo con él.

-Suerte. Y, si te hace algo...

-Lo se, Harry. Gracias.

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY