DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 23.

Los dos días siguientes fueron de lo mas extraños. Marva había intentado hablar con Katie y sonsacarle algo de información, pero su hermana sólo la observaba furiosa y la dejaba diciéndole que no era de su incumbencia.

Harry hacía esfuerzos por recordad su visión, pero nada de lo que hacía lo ayudaba.

Sirius les había dicho que Katie se había negado a hablar y que, ni siquiera Dumbledore sabía lo que había sucedido.

Las clases con Leyton y Grisselle continuaban todos los días, como de costumbre. Y ahora se encaminaba hacia la de la mujer. Sirius no había tenido tiempo para presenciarlas como quería, pero ya lo haría.

Al ingresar a su "salón de clases", la rubia estaba pensativa observando el crepitar de las llamas en la chimenea. No necesitó voltear para saber que su alumno estaba presente y habló al sentir su presencia.

-Katie sólo hace lo que cree que es mejor para todos Harry. No debes preocuparte todavía.

-Tu sabes que sucede? Tu sabes lo que vio? –preguntó Harry ansiosamente.

-No. No aún. No quiere decírmelo. Pero la conozco demasiado.

-Qué quieres decir con que no debo preocuparme todavía entonces?

-Katie va a c u mplir con su destino.

-Qué destino? –preguntó Harry confundido.

-Lo siento, no puedo decírtelo, no me corresponde.

-Por favor Grisselle, dime que sucede.

-No puedo Harry. Me gustaría, pero estaría rompiendo con mi promesa y perdería la confianza de mi amiga.

-PERO ES QUE NO SE DAN CUENTA DE QUE SUS SECRETOS NO HACEN MAS QUE CAUSAR DAÑO? POR QUE DEMONIOS NADIE CONFÍA EN MI?

-Confiaría en ti con mi vida Harry –dijo Grisselle girando hacia él. -Pero es algo de Katie, no mío.

-Pero es que....

En ese momento, la puerta se abrió estrepitosamente, golpeando contra la pared. Leyton interrumpió en la sala, jadeando y con el cabello desordenado.

Harry nunca lo había visto así y supo en ese instante que algo estaba mal. Sus ojos demostraban una enorme tristeza y furia, furia incontenible.

-Se fue –dijo con voz áspera –Katie se fue.

Grisselle sólo cerró sus ojos, y debajo de sus pestañas, comenzaron a caer silenciosas lágrimas. Harry se quedó de pie sin comprender a donde había ido Katie, pero pronto lo sabría.

Leyton se desplomó en el suelo, apoyando la espalda en la pared y flexionando las rodillas. Pero Grisselle no se movió de su lugar.

Harry observó a los dos hermanos, ambos lucían pensativos, furiosos, tremendamente tristes y derrotados.

Después de algunos minutos de silencio, Grisselle se acercó a Harry. Intentó sonreír, pero falló descomunalmente.

-Creo que lo mejor es que vuelvas a tu Sala Común, Harry.

-NO! –exclamó el moreno –QUIERO QUE ME DIGAN QUE DEMONIOS SUCEDE Y A DONDE FUE KATIE!!

-Harry, por favor. –pidió Grisselle nuevamente, observando directamente a su hermano.

-NO ME MUEVO DE AQUÍ HASTA QUE NO ME DIGAN DONDE ESTÁ KATIE!

-QUIERES SABER DONDE ESTA? DE VERDAD QUIERES SABERLO? –le preguntó Leyton completamente fuera de sus cabales.

-LEYTON! –lo reprendió Grisselle con una mirada que no dejaba dudas de que si no guardaba silencio iba a tener problemas. –No hay tiempo para esto. Hay que hablar con Dumbledore.

Los dos profesores extra curriculares de Harry dejaron la Sala de Requerimientos inmediatamente, sin darle una mísera pista a Harry.

Después de quedarse solo con su impotencia, decidió que ya era hora de que lo trataran como adulto y encarar a Dumbledore.

Caminó a paso rápido, casi corrió, hasta la Gárgola detrás de la cual se encontraba el despacho del Director. Recitó una y otra vez todas los dulces que conocía del mundo mágico y muggle, pero ninguno funcionó.

Después de media hora de intentos infructuosos, ya estaba listo para volver mas frustrado que nunca a la Torre de Gryffindor. Justo en ese momento, Marva y Malfoy aparecieron en su campo de visión.

El primer pensamiento de Harry fue de asesinar a Malfoy por estar molestándola, pero cuando los observó bien, se dio cuenta de que estaban muy a gusto uno con el otro. Demasiado a gusto tal vez.

Caminaban muy juntos y parecía que llevaban las manos tomadas. Pero eso no era posible, porque Marva no tenía nada con Malfoy. Aunque ella se reía de algo que él le estaba diciendo y...

La gota que colmó el vaso fue que Malfoy acercó su rostro al de Marva y le susurró algo al oído. Ella se ruborizo profundamente, mientras él le besaba la mejilla.

-MALFOY! –Harry ya había encontrado alguien en quien descargar su frustración.

-Qué quieres Potter? –preguntó el rubio tomando a Marva de la cintura.

-QUITALE LAS MANOS DE ENCIMA!

-No veo que se esté quejando.

-Marva....

-Harry, lo siento. –dijo ella avergonzada y mirando al suelo –Yo.. yo no sabía como decírtelo y..

-DECIRME QUE?

-Que es mi NOVIA, Potter.

-No. Eso no es verdad. –dijo Harry mirando fijamente a Marva, esperando que lo desmienta.

-Harry...yo....

-VOY A MATARTE MALFOY! ESTA VEZ VOY A MATARTE!

Harry no recordó o no le importó ser un mago. Se lanzó hacia Malfoy con la única intención de hacerle todo el daño posible.

Estaba tan ensimismado golpeando al rubio, que no escuchó los gritos de Marva para que se detenga, ni la gárgola abrirse, ni a Sirius, Grisselle, Leyton y Dumbledore bajar las escaleras para descubrir la fuente del ruido.

Los cuatro nuevos testigos, se quedaron de piedra al ver la escena frente a ellos. Harry le estaba dando la paliza del siglo a Malfoy. Y, aunque el rubio intentaba defenderse, era evidente que no había nacido para luchas cuerpo a cuerpo.

-HARRY POTTER! –le gritó Sirius furioso –SUELTA A DRACO EN ESTE MOMENTO.

-NO! –dijo Harry presionando su brazo sobre el cuello del rubio –ESTA ESCORIA SE MERECE QUE....

PUM!

En un abrir y cerrar de ojos, Harry se encontró cayendo contra una pared y dándose un brutal golpe en la espalda. Marva lo observaba furiosa con la varita levantada.

-Nunca creí que pudieras hacer algo así, Harry –dijo Marva acercándose a Draco –Estás bien?

-Voy a matarlo –murmuró Draco.

-No, no lo harás. –Marva sonrió al ver que el rubio seguía manteniendo el mismo carácter de siempre.

-Que no se me acerque entonces.

-Marva –los interrumpió Sirius –Acompaña a Draco a la enfermería.

-Estoy bien señor. No creo que sea necesario.

-Señor Malfoy –dijo Dumbledore esta vez –Vaya a la Enfermería. Madame Pomfrey le dará algo para evitar los moretones.

-Vamos Draco. –dijo Marva fulminando con la mirada a Harry.

A partir de ese momento, la vida de Harry empeoró notablemente. Cuatro días habían pasado desde que Katie desapareció. Cuatro días en los que Marva no le dirigió la mirada. Cuatro días en los que Ginny y Hermine le recitaban una y otra vez un "discurso" sobre lo mal que se había portado.

Durante las comidas, Harry observaba a Draco y Marva. Desde que él se había enterado de su relación, ellos se mostraron juntos libremente y Malfoy siempre estaba junto a ella intentando que ella siguiera adelante a pesar de la repentina partida de su hermana.

Sirius tampoco estaba bien. Se había enojado con él por los golpes que le había dado a Draco, pero también estaba perdido. No había quien logre que sonriera desde que Katie se marchó.

Pasaba mucho tiempo con Leyton y Grisselle. Ambos habían suspendido sus clases y estaban ideando un plan de búsqueda. Charlie Weasley fue uno de los primeros en unirse a los dos medio veelas en la planificación.

Por mas que todos lo negaban, Harry no podía quitarse de su cabeza que Katie se había ido por la visión que había sufrido días atrás. Tenía que hacer un esfuerzo y recordar que demonios estaba sucediendo con Voldemort ese día.

Pero intentaba e intentaba y nunca llegaba a ningún lado. No había manera de recordar la visión. Lo único que le parecía sentir es que Voldemort estaba ansioso por algo, pero nada mas allá de eso.

-Harry –lo llamó Grisselle mientras caminaba por un pasillo –Por qué no hablas con Marva?

-Ni siquiera me mira, menos va a querer hablar conmigo –dijo Harry derrotado.

-La conozco. Tienes que hablar con ella y pedirle perdón. Dile como te sentías en ese momento, y dile que fue una manera de descargar tu frustración.

-Pero es que no me gusta que esté con ella. Malfoy es...

-Draco es un buen chico. Sé que te cuesta creerlo, pero él la quiere.

-No lo sé. –dijo Harry negando con la cabeza –No se si creerle.

-Harry –Grisselle lo tomó por los hombros –Créeme cuando te digo que Draco merece una oportunidad. Piensa que él vivió toda su vida rodeado de odio y rencor.

-Yo también. Mi tía....

-Lo sé –dijo Grisselle –Pero lo que debes comprender es que no todas las personas reaccionan de la misma manera. Draco creció escuchando a su padre, diciéndole que debía odiar a determinados magos, sólo por no tener sangre pura. Y se está enfrentando a todo eso, se está poniendo en contra de su padre porque se enamoró de Marva. Y creo que debemos darle una oportunidad.

-Pero...

-Tu crees que Sirius se quedaría tranquilo si no estuviese seguro de que Draco no quiere hacerle daño a Marva?

-No. –susurró Harry.

-Bueno, entonces quiero que me prometas que vas a hablar con ella. Quiero que me prometas que vas a darle una oportunidad.

-Es que Malfoy es...

-No te pido que sean amigos, sólo que no sigas con esta actitud, porque Marva y tu se necesitan.

-Está bien, lo prometo.

Al otro día, Harry se acercó a Sirius después de la clase de Pociones. Era impresionante lo que había cambiado su padrino en tan poco tiempo.

Desde que regresó de donde fuera que Voldemort lo tenía, se mostraba maduro y responsable, aún manteniendo su humor agradable y su cordialidad.

Pero ahora, después de la partida de Katie, Sirius era una persona completamente diferente. Nunca reía, no tenía ánimos para nada y se la pasaba planeando como recuperar a su hija.

-Sirius –Harry tuvo que llamar su atención porque el mayor no había notado su presencia.

-Harry! Disculpa... estaba pensando en... no importa. Dime.

-Yo... necesito hablar con Marva y ella... digamos que está enojada conmigo. –Sirius asintió –Podrías... uhm... decirle que vaya a tu habitación esta noche después de la cena?

-Claro. Sólo si me aseguras que no van a pelear.

-No, no. Nada de eso –dijo Harry levantando las manos.

-Ok. Algo mas?

-Si. Em... Cómo estás?

-Bien. –respondió Sirius intentando sonreír –Preocupado, pero bien.

-Sirius no...

-Marva y tu me necesitan bien –afirmó Sirius sin hacer caso a la interrupción de su ahijado –Estoy bien.

-Bueno, yo... me voy. Nos vemos luego.

-Ok.

Harry dejó el salón de Pociones mas inquieto que antes e hizo una nota mental para hablar con Remus Lupin. Alguien tenía que ayudar a Sirius, sabía que estaba mucho peor de lo que demostraba.

Ron y Hermione regresaban de una reunión de Prefectos, caminando por uno de los tantos pasillos que los veían crecer cada día, cuando vieron la figura de un hombre con cabello rojo, tan rojo como el fuego.

-Charlie! –lo llamó Ron, antes de que su hermano siguiera su camino.

El muchacho giró para ver a su hermano a la cara. Ron no pudo evitar que un extraño sonido de sorpresa abandonara su garganta cuando vio el estado de su hermano.

Sus ojos habían perdido toda chispa de vida y, debajo de ellos, dos sombras oscuras. Parecía que no había dormido en años.

-Estás bien? –preguntó Hermione preocupada.

-No. Hasta que no encuentre a Katie no voy a estarlo.

-Claro. –respondió Hermione.

-Saben algo? –se interesó Ron.

-Nada. Es como... como si se la hubiera tragado la tierra.

-Va a regresar hermano –dijo Ron, palmeándole la espalda.

-No lo se. Es... demasiado extraña la forma en que se fue y...

-Y?

-Y Krum no está en ningún lado tampoco.

-Estás pretendiendo decir que se fue con Viktor? –preguntó Hermione sorprendida. Definitivamente había algo raro en todo eso.

-No se que pensar Hermione. Ya no lo sé. Ahora, si me disculpan, debo encontrarme con Tonks en Hogsmeade.

-Seguro. Adiós. –se despidió Ron.

-Adiós. Cuídense.

-Charlie? Todo se va a solucionar.

Después de la cena, Harry se dirigió a la habitación de su padrino. Tenía que hablar con Marva, tal como le había prometido a Grisselle. Su padrino le abrió la puerta y le sonrió amigablemente, sabiendo que estaba haciendo lo posible para tolerar la situación.

Cuando Harry ingresó en la habitación, tuvo que usar todo su auto-control para no lanzarse sobre Malfoy, que estaba allí con Marva. El rubio solo lo miró altaneramente y regresó su atención a su novia.

-Draco –dijo Sirius desde la puerta. –Por qué no vienes conmigo? Creo que ellos dos tienen algunas cosas de que hablar.

-Yo... –Draco observó a Marva, que asintió como respuesta y se puso de pie. Al pasar junto a Harry le dijo al oído –Si derrama una lágrima por tu culpa, te mato. –Y se fue.

-Qué quieres? –preguntó Marva sin mirarlo.

-Quiero pedirte disculpas –la voz de Harry sonó extrañamente gruesa –Sé que no me comporté bien contigo. Si sirve de algo, acababa de enterarme que Katie se había ido, y nadie me decía nada... Lo siento.

-No sólo a mi tienes que pedirme disulpas. –dijo Marva levantando la vista –Draco no se merecía los golpes.

-Lo sé. Pero es que es...

-Mi novio, Harry –lo interrumpió Marva –Y te aseguro que hice lo que pude para evitarlo, pero ya no pude.

-Te trata bien?

-Claro que si –Marva no sabía si sentirse ofendida por la pregunta o feliz porque Harry comenzaba a aceptarlo –Y, aunque te cueste creerlo, me quiere.

-Supongo que tendré que disculparme con él. Pero no me pidas que sea su amigo.

-Nunca lo haría –dijo Marva sonriendo antes de abrazarlo –Gracias Harry.

Con los problemas arregados o, al menos, parte de ellos, Marva y Harry se pusieron al corriente de lo que había sucedido en los últimos días.

Una hora después, Srius y Draco regresaban a la habitación.

-Todo solucionado? –preguntó Sirius al abrir la puerta.

-Si. –dijo Harry poniéndose de pie. –Me voy a dormir.

-Hasta mañana Harry. –dijo Marva desde el sofá.

-Malfoy, siento haberte golpeado. –el rubio sólo asintió –Y... no voy a volver a entrometerme entre ustedes, pero... si la lastimas, será lo último que hagas en tu vida.

-No lo haré –dijo Draco sentándose junto a Marva.

-Ven Harry, te acompaño a la Torre. –dijo Sirius –No es hora para que deambules por los pasillos sin compañía.

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY