DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.
CAPITULO 28.
Todo seguía siendo muy extraño. Pero, con la ayuda de Draco y sus amigos, Marva logró aceptar que no importara la sangre que corriera por sus venas, sino el amor que Sirius y ella se tenían.
Pansy estaba furiosa. No solo había obtenido la detención mas extensa que Snape hubiera otorgado en su historial como profesor, sino que no había logrado separar a Draco y Marva. Si algo había sucedido entre ellos, era que se habían unido aún mas.
Harry comenzaba a comprender que, tal vez, Marva y Draco sí estuvieran hechos el uno para el otro. Ahora mismo podía dar fe de ello, mientras los veía conversar, sentados a orillas del Lago Encantado, mientras él le acariciaba el cabello con cariño y ella se relajaba en su abrazo.
La situación estaba siendo muy dura para Sirius. Hasta Snape se había solidarizado con él y había intentado levantarle el ánimo. Pero es que luego de la noticia, Marva no volvió a decirle papá. Lo llamaba por su nombre y lo miraba de modo extraño cuando pensaba que él no le estaba prestando atención.
Katie intentaba por todos los medios reparar el daño causado, pero sabía que su hermana era demasiado testaruda como para hacerle comprender que lo que fuera que pasaba por su cabeza no era correcto. Sabía que algo molestaba a Marva, algo referente a Sirius, pero no podía deducir que era.
La fiesta organizada por Remus y Animius era esa noche. Sirius se había excusado de los últimos preparativos después de la noticia e intentaba mantenerse sereno y no salir en busca de Rodolphus Lestrange. Ahora comprendía por que Katie había pedido matarlo personalmente. Pero nadie, ni su hija mayor, le iba a quitar esa satisfacción.
Se acercó a la pareja a orillas del Lago. Necesitaba hablar con Marva. Necesitaba que lo llame papá nuevamente. Cada vez que la escuchaba diciéndole Sirius, su corazón parecía romperse un poco mas.
-Disculpen –dijo Sirius, intentando que su voz no se quiebre –Podemos hablar, Marva?
-Eh... seguro. –respondió la chica mirando para otro lado.
-Los dejo. –dijo Draco poniéndose de pie –Voy a prepararme para la fiesta. Te veo luego.
Sirius se sentó junto a Marva en el suelo, mirando hacia el mismo lugar que ella, sin saber como abordar la situación. Tal vez tendría que haber hablado en el mismo momento en que se enteraron de la verdad, pero es que después de ese abrazo, Marva se durmió en sus brazos, cansada por el despliegue de su magia.
-Me odias, verdad? –preguntó Marva tan débilmente que le costó oírla.
-No! –Sirius la miró a los ojos, para que pueda ver la verdad en ellos –Cómo voy a odiarte? Katie y tu son mis hijas. Y, con Harry, son lo único que tengo. Jamás podría odiarte.
-Yo lo hago. –respondió Marva después de un tiempo en silencio.
-Me... Me odias?
-No. Me odio. Mamá murió por mi culpa. Ella... Ella seguramente me odiaba también. Seguramente sentía asco al verme.
-Marva... de verdad crees eso? Carolina te amaba tanto como yo. No importa en que circunstancias ella quedó embarazada de ti, lo que de verdad interesa es lo que sentimos cuando te vimos por primera vez. Ven.
Sirius atrajo a Marva hacia él y le hizo recostar su cabeza en su regazo. Así podía mirarla a los ojos y acariciarle el cabello mientras hablaban. Iba a ser largo, pero necesario.
-Cuando tu mamá te tuvo, acabó muy cansada. Por eso yo fui el primero en cargarte. Y recuerdo que me miraste fijamente con esos enormes ojos, que aún no eran verdes, sino mas bien celestes. No puedo explicar con palabras lo que sentí en ese momento, pero incluso fue muy diferente que cuando la vi a Katie por primera vez. Tu eras diferente. Eras tan pequeña... y no quitabas tus ojos de mi. Nos miramos mutuamente durante casi una hora, hasta que vino la medi-bruja con un biberón y te alimenté, porque Caro aún no despertaba. No sabes la satisfacción que sentí cuando te dormiste en mis brazos después de comer. Y no podía dejarte ir. No quería dejarte sola en la cuna que habían puesto para ti. Así que te mantuve conmigo las cinco horas que dormiste, hasta que despertaste llorando, pidiendo por un cambio de ropa y mas comida.
-De verdad? –preguntó Marva con los ojos llenos de lágrimas.
-Claro que si. Eras tan hermosa. Tu belleza era hipnótica para mi. Y cuando tu madre despertó tuvimos una gran discusión, porque yo no quería dejarte con ella. Quería que estés conmigo siempre. La tendrías que haber visto, a los gritos en su habitación de San Mungo, diciéndome que eras tan hija mía como de ella, y que quería verte y sostenerte. Al fin tuve que darle la razón y disculparme con ella comprándole un enorme ramo de rosas negras y hacer mi peor papelón, pidiéndole disculpas con mi voz amplificada por todo el Hospital. Podía ser muy testaruda... como tu.
-Se pelearon por mi? –ahora si Marva lloraba.
-Es que..... los dos queríamos tenerte todo el tiempo. Y luego se sumó Katie, que también quería jugar contigo siempre y no podíamos dejarlas solas porque ella tenía solo tres años. James y Lily se reían tanto de nosotros, que no querían tener mas hijos por si les sucedía lo mismo.
-No entiendo algo....
-Sh... Verás. El primer hijo no lo disfrutas tanto, porque tienes miedo a todo. A que se caiga, a que llore, a que le duela algo y no sepas que es... Por Merlín, si yo tenía miedo de quebrar a Katie cuando la tomaba en mis brazos! –Marva rió levemente. –Pero contigo era diferente, porque ya sabía la mayoría de esas cosas y, aunque siempre pensaba que no sería un gran padre, disfruté mucho mas el timpo que pasé contigo. Y manteníamos largas conversaciones, donde yo te hablaba y te contaba de todo lo que había vivido, y tu me mirabas y gorgojeabas feliz. Marva: sé que no fui un buen padre, y que no estuve nunca para ti, pero no me apartes de tu lado porque moriría.
-No fue tu culpa que te enviaran a Azkaban papá.
Sirius sonrió ante esta última palabra y estrechó a su hija contra él. Todo iba a estar bien. Siempre iban a ser padre e hija.
La fiesta estaba a punto de comenzar. La torre de Gryffindor era caótica, al igual que las otras Salas Comunes. En la habitación de los varones de séptimo, Harry, Ron, Neville y Seamos se reían de Dean.
-Pareces una mujer Dean! –exclamó Seamos sin soportar la risa.
-Oh cállate Seamus! Es solo que no puedo encontrara la manera de peinar adecuadamente mi cabello.
-Quién es tu pareja? –preguntó Ron.
-Susan Bones.
-Al fin amigo! –dijo Harry palmeándole la espalda –Ya era de público conocimiento que.. mmm... le tenías ganas. –todos rieron con Harry.
-Basta! –se defendió Dean –De verdad me gusta Susan. Y no quiero ningún comentario estúpido cuando estén cerca de ella.
-Uuhhh –hicieron todos a la vez. –Parece que Dean se va a casar.
-No los soporto!
Los cuatro que quedaron en la habitación rieron hasta que se les cortó el aliento. Era gracioso ver a Dean sonrojándose y nervioso antes de una cita, porque sobre todo porque era el "galán" de Gryffindor y nunca les prestaba demasiada atención a las chicas.
Al fin, los chicos abandonaron su habitación, dispuestos a encontrarse con sus novias. Hermione, por supuesto, ya estaba en la Sala común, esperando a Ron, con el seño fruncido.
-Lo siento –dijo el pelirrojo antes de besarla suavemente –Pero deberías haber visto a Dean.
-No se rieron de él, verdad?
-Claro que no. –dijo Ron, ofreciéndole su mano a Hermione para salir hacia la fiesta.
-Vamos Seamus? –dijo Neville
-Aja.
Ambos amigos salieron con rumbo a la torre de Ravenclaw, donde los estarían esperando Padma y Luna. Y Harry se quedó esperando a Ginny, que no tardó mucho mas en salir y juntarse con él.
-Hola amor.
-Hola. Ya estás listo?
-Si. Estás hermosa.
-Gracias –dijo Ginny sonrojándose.
La pareja caminó tranquilamente y de la mano hacia el Gran Salón. Ya sólo quedaban dos semanas de clases y Harry sabía que Ginny le ocultaba algo. No se comportaba alegremente como siempre.
-Ginny –dijo Harry de pronto deteniéndose en un pasillo –Puedes decirme que es lo que te sucede?
-Nada...
-No me mientas –Harry le acarició el rostro con suavidad –Dímelo.
-Yo... voy a extrañarte el año próximo. –Ginny se abrazó a él para que no vea su rostro avergonzado.
-Tonta –susurró Harry en su oído –Voy a visitarte tan seguido como pueda. No va a ser lo mismo, lo sé. Pero yo también voy a extrañarte.
-Soy una estúpida, no?
-No. Eres hermosa y te amo.
-Yo también. –dijo Ginny sonriendo.
Después de besarse por un largo rato, y al sentir que comenzaba la música en la fiesta, se apresuraron a llegar al Gran Salón. Claro que ninguno de los dos esperaba ver lo que estaba sucediendo.
La fiesta había comenzado como cualquier otra. Todos los estudiantes, o casi todos, habían concurrido con sus parejas, vestidos en sus mejores túnicas. La alegría y el relajo podía verse en sus rostros. Y Dumbledore se veía muy complacido por ello. La oscuridad de la última batalla estaba por llegar y todos necesitaban algo de distracción.
Marva y Draco habían sido de los últimos en llegar, pues recién a la hora de la fiesta ella había vuelto a la Sala Común a cambiarse. Le había hecho muy bien hablar con Sirius y sus palabras habían calado hasta lo mas profundo de su corazón.
Draco se había mostrado increíblemente comprensivo con ella y no la había dejado sola mas de lo necesario. La había apoyado como nunca antes había apoyado a nadie y eso le dio fuerzas para verdaderamente creer que había posibilidades de tener una vida normal.
Cuando Dumbledore estuvo seguro de que la mayoría de los estudiantes estaban suficientemente a gusto, decidió que era el tiempo de hacer el anuncio. Definitivamente no había nada mejor que la música para alegrar los corazones.
-Alumnos, por favor. –dijo levantándose de su asiento e la única mesa que aún subsistía en su lugar, la de profesores –Esta fiesta ha sido organizada por Remus Lupin, Sirius Black y la Profesora Longbottom. Un aplauso para ellos. –esperó a que los aplausos que silenciaran para continuar. –Y ahora, es momento de presentar la atracción de la noche. Verdaderamente o se como lograron que estén presentes hoy aquí, debido a su abultada lista de obligaciones. Pero nos han hecho el honor de festejar con nosotros. Con ustedes... ¡Magia Kamikaze!
Mientras todos los alumnos aplaudían ruidosamente y algunas chicas fijaban su vista en el apuesto cantante del grupo, hubo algunas personas que reaccionaron de diferente manera.
Leyton frunció el seño y tensó su mandíbula. Cualquiera podía notar que estaba apretando sus dientes de manera casi dolorosa. Grisselle palideció considerablemente, casi obteniendo el mismo tono de piel de Severus Snape, que estaba sentada junto a ella.
Los ojos de Katie se tornaron definitivamente asesinos. Si las miradas mataran, el cantante ya habría caído muerto. Y Marva. Su rostro era un poema. Miles de diferentes emociones pasaron por el, desde la sorpresa hasta la furia. Y no sólo Draco lo notó.
-Qué sucede amor? –preguntó el rubio haciendo que lo mire a los ojos.
-Nada, yo no... Nada Draco. No te preocupes. –Marva intentó sonreír pero falló miserablemente.
-Si no te gustan podemos irnos. No creo que nadie nos extrañe.
-No. Papá y tío Remus organizaron la fiesta y sería muy descortés que me vaya. Sólo... sólo quedate aquí conmigo.
-Eso no tienes que pedirlo. –le susurró Draco en su oído mientras la abrazaba.
Draco no comprendió en un principio que fue lo que afectó tanto a Marva. Pero no tardaría en averiguarlo. Sucho, el cantante de "Magia Kamikaze" tomó la palabra, antes de comenzar a cantar y sorprendió a todos.
-Es un honor estar en Hogwarts –dijo el imponente morocho de ojos negros con un inglés casi perfecto –Siendo españoles, dudábamos poder ganar terreno en Gran Bretaña, pero una vez mas, la música demostró que traspasa fronteras e idiomas. Esta presentación es muy especial para nosotros, sobre todo para mi, porque puede cambiar el destino de dos personas. Quiero pedirte perdón, me comporté como un idiota y no lo pensé hasta que te perdí. Sólo espero tener una posibilidad de recuperar tu corazón. Esta canción no es nuestra, pero expresa todo lo que siento.
Con eso, la música empezó a sonar. Los alumnos provenientes de familias muggles la reconocieron al instante. Era un cover de U2, "The Sweetest Thing". Las chicas parecían derretirse al escuchar su voz melodiosa cantar una de las canciones mas bellas del grupo Irlandés.
Poco a poco, a medida que la canción avanzaba, Sucho se fue metiendo entre la audiencia, ignorando las miradas y suspiro del público femenino. Sus ojos puestos directamente sobre una persona, hasta que quedó frente a frente con ella, ignorando al rubio que la tomaba posesivamente de la cintura y parecía penetrarlo con la mirada.
El salón quedó en silencio cuando la canción terminó y Sucho apoyó una de sus rodillas en el suelo, sacando de su bolsillo una cajita negra que, al abrirla, reveló el anillo mas perfecto que cualquier mujer pudiera soñar obtener. Ese fue el momento en el que Harry y Ginny ingresaron en la fiesta.
-Te amo desde el momento en que puse mis ojos en ti. Adoro tu risa, tus ojos y tu voz. Fui un imbécil y lo reconozco. Me porté como un engreído y tomé por seguro tu amor incondicional. Prometo que jamás voy a caer en ese error nuevamente y que voy a pasar mi vida reparándolo y amándote, sólo si me aceptas. Marva Black, te casarías conmigo?
Draco soltó la cintura de Marva en ese momento. No podía estar pasándole eso a él. El hombre mas deseado del mundo mágico no podía estar pidiéndole matrimonio a su novia. No después de todo lo que había cambiado, no después de todo lo que habían enfrentado para estar juntos.
Sus ojos se cerraron vencidos, cuando Marva, sin mirarlo ni dudarlo dos veces, avanzó un paso hacia delante y sonrió. Ella extendió su mano hacia Sucho, indicándole que se ponga de pie.
-No fuiste un imbécil.-le dijo ella sin dejar de mirarlo a los ojos y se acercó mas a él, acariciándole el rostro con dulzura, como solía hacerlo con Draco –Aún lo eres.
Lo que sucedió en ese momento nadie lo esperaba. Marva borró su sonrisa de su rostro y le dio un certero rodillazo en sus partes mas sensibles al hombre, quien se dobló en dos del dolor.
-NUNCA –dijo Marva mirándolo con desdén –Nunca vuelvas a acercarte a mi. No eres mas que un estúpido engreído que cree que el mundo gira alrededor suyo. Déjame decirte algo: NO ES ASÍ. Creí que el Howler en medio de la conferencia de prensa había sido suficiente, pero no. Al señor le encanta meterse en mi vida. Pues bien. A ver como salvas esta humillación ahora. Has hecho el ridículo hoy Sucho. No te amo, hace tiempo que dejé de hacerlo. Encontré al amor de mi vida cuando vine a Inglaterra y no voy a dejarlo por un estúpido cantante deplorable.
Marva dio media vuelta, sonrió a Draco y lo tomó de la mano, antes de salir del Gran Salón riendo a carcajadas. Mientras todos los demás, parecían completamente aturdidos por el curso de los acontecimientos.
-De verdad creíste que iba a dejarte por ese idiota? –preguntó Marva cuando llegaron a la habitación del rubio.
-Si. –Draco no había hablado en todo el trayecto –Yo...
-Te amo Draco. –le dijo ella sonriendo –Cuántas veces tengo que decírtelo para que te entre en esa cabezota que tienes?
-Es que él... Cualquier chica quería estar con él.
-Pero yo no soy cualquiera Draco. Yo soy TU novia. Y no me importa lo que otra haría en mi lugar. Él no es mas que una ilusión. Su verdadera personalidad es patética.
-Tu... tu fuiste su novia? Él es quien te mandaba las rosas, y las canciones, y las cartas? –Marva asintió –Por qué no me lo habías dicho?
-Porque... No lo sé. No quería recordarlo. Él me hizo mucho daño.
-Por qué terminaron? -preguntó Draco sintiendo odio hacia el hombre que había lastimado a su Marva.
-Me engañó. Yo no... Nosotros no habíamos estado "juntos". Yo tenía miedo. Y... un día, mientras permanecía oculta con los primos de mamá, me escapé y fui a verlo, porque había tomado la decisión de estar con él. Y lo encontré en su casa, haciéndolo con otra mujer. Me sentí tan estúpida... Nunca mas lo vi después de eso.
-Entonces tu... no terminaron porque ya no se querían.
-No. Pero después, afortunadamente para mi, te conocí. No sabes lo que sentí dentro mío cuando te conocí en la librería en el Callejón Diagon, fue... fue como si volviera a la vida. Mi corazón latió tan fuerte y.... Perdóname por no habértelo dicho.
-No confiaste en mi.
-No amor. No es eso. Es que no quería que su fantasma se meta entre nosotros. Supuse que no ibas a creer que te prefería a ti antes que a él y...
-Y COMO SE SUPONE QUE TENGO QUE CREER ESO?! ES UNO DE LOS HOMBRES MAS DESEADOS DEL MUNDO MÁGICO!!! CÓMO PUEDES QUERER ESTAR CONMIGO CUANDO EL MUY MALDITO ACABA DE PROPONERTE MATRIMONIO EN FRENTE A CIENTOS DE PERSONAS.
Marva solo encontró una manera de silenciarlo. Le tomó el rostro con las dos manos y lo besó, ignorando las lágrimas que ambos estaban dejando salir. No podía perderlo. Lo amaba y sabía que no iba a sentir algo así por nadie mas.
-Porque a ti es a quien amo. –le respondió mirándolo a los ojos después del beso. –Porque no puedo vivir sin ti. Porque el sólo hecho de pensar en la posibilidad de perderte hace que mi corazón quiera morir. Y porque aunque nunca me lo hayas pedido... yo quiero entregarme completamente a ti. Quiero sentir que somos uno.
-Estás... Estás segura de que es lo que quieres? –preguntó Draco cuando las palabras fueron procesadas. –Estás segura de que no lo haces para demostrarme nada? O para demostrarte a ti misma que él no te interesa?
-Voy a golpearte si no te callas y me amas Draco.
-Ahora? –preguntó el rubio con incertidumbre.
-No voy a obligarte si no quieres. –dijo Marva alejándose de él.
-No, no, no, no. No creo que haya algo que mas quiera en la vida. Te amo tanto. Sólo... sólo dime si te hago daño o...
-Sh. Confío en ti.
Draco ya no dudó de su amor y la besó. La besó como si fuera la primera vez que sus labios se encontraban. La besó con ternura, con calma y amor. El beso fue transformándose en uno cargado de otras sensaciones nuevas para Marva, pero no menos agradables. Su corazón le decía que era lo correcto y ella no era nadie para dudarlo.
POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.
BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.
BARBY
