Capítulo 2: ¡La Infame Escena del Mini Golf!

"¿Qué provoca las fases de la luna?"

"El movimiento de la luna alrededor de la Tierra."

"Hn... ¿y por qué sólo vemos una cara de la luna?"

"Porque el movimiento de la luna y el tiempo de rotación es el mismo."

"¿Y qué ángulo forma la luna con la Tierra?"

"Un ángulo de cinco grados."

"Ya te sabes estas cosas." El demonio de fuego sentado en el alféizar refunfuñó, abandonando la libreta y abriendo de golpe el libro. "¿Cuál es el diámetro de Júpiter?"

"¡Hiei, eso no es justo, el examen de mañana es sobre la luna!"

"En unidades igual a la longitud de tu nariz." Presionó con burla. Kurama sonrió con satisfacción.

"Hm… de acuerdo, vamos a ver. Mi nariz parecer tener... ¿desde dónde lo estamos midiendo, de arriba a la punta o de arriba abajo?"

Hiei se lo quedó mirando con incredulidad. "No vas a contestar a eso, ¿verdad?"

"Suponiendo que quieras decir de arriba abajo." Kurama prosiguió, ignorando el comentario y colocando su dedo debajo de la nariz para enfatizar. "Mi nariz mide unos... ¿cinco centímetros? Suponiendo que hay veinte narices por metro. Y mil metros por kilómetro, habrían veinte mil narices por kilómetro. Y el diámetro de Júpiter es de ciento cuarenta y dos mil setecientos kilómetros, entonces ciento cuarenta y dos mil setecientas veces veinte mil... serían..." Kurama cerró los ojos un momento. "Dos mil millones ochocientas cincuenta y cuatro millones de narices hacen el diámetro de Júpiter." Pronunció triunfante, abriendo los ojos y sonriendo.

"Ahora haz de arriba a la punta." Respondió Hiei, sarcásticamente.

"Bien, veamos..." Bromeó Kurama, fingiendo pensar.

"No, ya es suficiente. Obviamente lo sabes todo. No sé por qué te molestas en hacer que te pregunte." Cerró la libreta y se la devolvió.

"Gracias. Me has ayudado."

"A la única cosa que te he ayudado es a lucirte."

"Eso no es verdad." Protestó Kurama.

"Hn. Me voy."

"Yoroshii. Cierra la ventana cuando salgas."

"Sí, mamá." Hiei puso los ojos en blanco. Pero Kurama oyó el ligero sonido de una ventana cerrándose y sonrió para sí, echando un vistazo para ver nada que pudiese revelar la anterior presencia de Hiei. La única cosa que había fuera de la ventana era un interminable cielo negro y aterciopelado. Ese conocimiento condujo a pensar en el hecho. Era una magnífica noche de fiesta, algo cálida y definitivamente seca. Y aún así Hiei había venido. Era tal vez una semana después del incidente del soneto, y durante ese periodo de tiempo, los dos habían estado pasando un poco bastante más tiempo con el otro.

Apenas la semana pasada estaba utilizando la casa como el último recurso para pasar la noche cuando había tormenta, pensó Kurama. Y ahora es casi cada noche. Aunque fuese sólo durante unas horas para vaciar el congelador de Kurama de helados (su madre había empezado a pensar que era cosa de una deficiencia de calcio), o forzado a hacer preguntas al zorro demonio pelirrojo para un próximo examen. Con todo, más o menos una vez a la semana Hiei hasta le esperaba que viniese de la escuela, pero cuando lo hacía, normalmente daban un paseo por el parque. Kurama sonrió abiertamente, recordando la vez que enseñó a Hiei el misterio y el placer conocido como 'puestos de perritos calientes'. No podía recordar a Hiei haciendo tantas caras divertidas en un solo día. Por supuesto no era únicamente debido a los perritos calientes... Kurama sonrió ligeramente y se permitió vagar por el recuerdo.

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"Probablemente eso no va a saber muy bien." Kurama advirtió mientras su amigo ponía cada condimento que el vendedor tenía. "Tienes más mostaza que carne."

"Le pondré lo que yo quiera." Vino la indiferente respuesta del demonio de fuego mientras el vendedor negaba con la cabeza. Kurama pagó al hombre y empezaron a andar. No fue hasta unos segundos más tarde que se dio cuenta de que Hiei, quien normalmente mantenía exactamente el mismo paso, no estaba en su habitual sitio a su lado.

"¿Hiei?" Preguntó Kurama, dándose la vuelta con su propio perrito caliente, coronado con una muy fina línea de ketchup además de condimento y envuelto en una servilleta.

"¡Maldita cosa!" Soltó Hiei, la boca cubierta de mostaza y la mitad de su, por lo visto ahora roto, perrito caliente colgando fuera del panecillo. Kurama hizo todo lo que pudo para no sonreír, cosa que no creía que Hiei fuera a apreciar. Realmente era una vista divertida. Cruzó de un tranco la distancia que les separaba.

"Oh, dame eso. Y--" Kurama hizo señas hacia su propia cara y luego hizo un movimiento de limpiarse. Hiei se limpió la boca con el dorso de la mano, que sólo la extendió más. Kurama negó con la cabeza. Desenvolviendo la servilleta de su prefecto y entero perrito caliente, se la dio a Hiei, cogiendo el deformado y tirándolo.

"No había acabado con eso, zorro idiota." Refunfuñó Hiei, limpiándose la boca con la servilleta.

"Confía en mí, has acabado. Esta es la última vez que te dejo comer en público. Toma, coge el mío por ahora. ¿No puedes comportarte civilizadamente?"

"Disculpa, amigo." Un hombre con acento jamaicano pidió a Kurama educadamente, dándole unos toques en el hombro. Auténticamente sorprendido, Kurama se dio la vuelta para estar de cara a la persona que se estaba dirigiendo a él, quien estaba con otro hombre de pelo azul y con pantalones acampanados rosa brillante. "Mi amigo y yo no pudimos evitar fijarnos en lo completamente adorables que son ustedes dos. ¿Cuánto lleváis juntos?"

"... diez minutos, ¿quizás? ¿Quién--" Respondió Hiei, mirándoles extrañado, aún con unas pocas manchas de mostaza que se había dejado.

"¿De verdad? ¡Eso es increíble!" El otro hombre gritó, cortando a Hiei y aplaudiendo. "¿No es lindo, Phil?"

"Asombroso, es lo que es, amigo. Os veis tan bien juntos." El otro hombre coincidió.

"Es una de esas cosas donde es como un... ¡¡bam!! Y sabes que él es el único, ¿tengo razón?"

"El bam para nosotros fue Ralph atropellándome con su coche mientras yo estaba pidiendo dinero en las calles."

"Estabas tan bueno tendido encima del capó del coche de esa manera, con las rastas torcidas, hablando en tu lengua materna."

"Jamaica no tiene lengua materna, amigo."

"Me estaba refiriendo a la de vagabundo. ¿No se supone que eres mudo?"

"Soy mudo, amigo."

"¿De qué demonios están hablando?" Gruñó Hiei. Kurama miraba fijamente a los dos impresionado, antes de, por fin, conseguir encontrar su voz.

"Oh no, os equivocáis, no estamos... juntos. Sólo somos amigos."

Hiei abrió la boca como si estuviera a punto de hablar, luego comprendió lo que estaba pasando. La cara que hizo Hiei fue completamente divertidísima, mostaza extraviada todavía permanecía cerca de su boca, la boca abierta por la impresión, el ojo derecho moviéndose algo nerviosamente. Kurama no puedo evitar partirse de risa.

"Estáis... emm..." El segundo hombre preguntó vacilante, viendo a Kurama partiéndose de risa y la cara de Hiei arrugada de una manera extraña con una expresión muy rara.

"Estamos seguros." Kurama consiguió decir con voz entrecortada, todavía combatiendo los ataques de risa. El primer tipo frunció el ceño y se puso una mano en la cadera.

"Pues, evidentemente hay algo aquí." Dijo, señalando a los dos con la mano en su cadera. "¿Érais amantes, chicos?"

La cara de Hiei cambió para verse, si era posible, aún más impresionado. Arrugó la nariz y Kurama tuvo que taparse la boca y la nariz para evitar reírse.

"No, sólo somos amigos. No hay ninguna historia y desde luego no tenemos intención de nada."

"¿De verdad? ¡Pues yo noto otra cosa!" Exclamó el de pelo azul. "No puedo creerlo, ¡nunca me había equivocado en este tipo de cosas antes! ¿Estáis seguros de que sois heterosexuales?"

"En efecto." Dijo Kurama pensativamente, ahora pensando en ello. Los demonios eran por naturaleza seres muy sensuales. En el Makai, no había realmente un concepto de amor, había lujuria, y así era cómo se reproducían. En el Ningen-Kai, Kurama descubrió en seguida, las relaciones hombre-hombre y mujer-mujer eran despreciadas y discriminadas, lo cual era un nuevo concepto para él. De vuelta a casa, la norma era todo se vale

"Bi, si hay que clasificarlo." Dijo al final, deseando poder explicarlo mejor. Sonaba tan brusco y feo decirlo de ese modo.

"Ah, un hete-'mo. Ya entiendo. Bueno, me acerqué."

"Apenas, Ralph."

"¡Me acerqué y tú lo sabes!"

Y discutiendo animadamente, los dos se fueron.

"¿Qué quiso decir con 'estáis seguros de que sois heterosexuales'?" Consiguió decir al final Hiei.

"En el Ningen-Kai te clasifican según tus preferencias sexuales. Heterosexual significa que sólo te atrae el sexo opuesto." Explicó Kurama.

"¿Sólo el sexo opuesto?"

"Hai. Sólo. Los hombres con los que acabamos de hablar eran gays, que quiere decir que sólo te atraen otros hombres. Como ellos pensaron que nosotros éramos."

"Creo que entendí esa parte." Hiei dijo rápidamente. "¿Y sobre lo que tú dijiste? ¿Bi?"

"Sin preferencias. Ambos sexos por igual."

"Y en cuanto a--"

"Oh, no te molestes, utilizaron demasiada jerga. Gay también puede ser utilizado como un adjetivo, normalmente como insulto."

Hiei frunció el ceño. "¿Por qué?" Kurama suspiró.

"Generalmente estás discriminado en la sociedad si eres otra cosa diferente a heterosexual."

"¿Qué?"

"Pregúntale a Kuwabara. Muchas familias enseñan a sus hijos que el gustarte alguien que no sea miembro del sexo opuesto es casi equivalente al mal."

"Esa es la cosa más ridícula que he oído en mi vida." Refunfuñó Hiei. "Junto el escuchar que nos vemos bien juntos como pareja."

Kurama rió. "Deberías haberte visto la cara. A propósito, te dejaste unas manchas de mostaza."

"Hn." Contestó Hiei, limpiando su mejilla.

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"¡Shuuichi!" Llamó la voz de su madre, sacando bruscamente a Kurama de su recuerdo.

"¿Sí, 'kaasan?"

"¡A cenar!"

"¡Voy!" Dijo Kurama educadamente. Cerró el libro de ciencias, no habiendo estudiado nada desde que Hiei se fue, lo que era un tiempo considerable. Hm. Tal vez pensaba en el grosero, pequeño demonio de fuego demasiado a menudo. La próxima vez que entre en uno de esos estados distraídos, pensó Kurama para sí mismo mientras apagaba la luz de su habitación, me controlaré.

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Hiei se sentía irritantemente solo. Se había dado cuenta de que estaba pasando demasiado de su tiempo con Kurama cuando descubrió que estaba realmente escuchándole mientras el pelirrojo zorro le explicaba en gráfico detalle matemático como Júpiter es exactamente dos mil millones algo narices de diámetro. Hiei se había marchado poco después. Y ahora no había visto al loco corazón de ningen desde hacía casi una semana. Normalmente Hiei saboreaba su soledad, pero ahora estaba encontrando que había una pequeña punzada de inquietud, ansiedad.

Hn. Kurama probablemente ni siquiera se había dado cuenta, ya que con él siendo el más popular de su escuela, rodeado por chicas que se desmayaban 24 horas al día los siete días de la semana. Él era de confianza por naturaleza, y Hiei odiaba eso. A pesar de sus intentos dentro de él de tratar a Kurama como si fuese sólo otra persona más quien necesitaba ganar confianza poco a poco durante el periodo de muchos, muchos años, no podía evitar confiar en él más que... bueno, que nadie. Ugh. Qué ridículo. El demonio de fuego se movió ligeramente en su árbol favorito cuando una ardilla saltó en su cabeza y luego volvió a saltar hacia una rama delante de él. Hiei le dirigió a la ardilla una mortífera mirada y ésta se quedó inmóvil, cayéndosele su fruto seco, en la rama de delante de él. Hasta las ardillas piensan que soy parte de este estúpido árbol, pensó Hiei entrecerrando los ojos al fastidioso roedor. Oh bueno. También podría ir a ver lo que el zorro está haciendo.

De pie escondido en el árbol enfrente de la última clase de Kurama, Estudios Avanzados de Japonés, observó como la admiradora más pesada del zorro garabateaba una asquerosa escena de boda en su libreta. Lanzó un suspiro mientras su mano revoloteaba cerca de su pecho, capturando la mirada de Kurama. Hiei se fijó en que los lados de su boca se movieron involuntariamente cuando apartó la mirada. Siempre tan educado. Si fuera Hiei quien estuviera siendo atacado, avergonzado, horrorizado, agarrado y le leyeran poesía a diario, la chica estaría probablemente en un par de intentos, pestañeando con sus ridículas pestañas a otro. ¿Y su pelo no era lila la última vez que la vio? Hn. Se sentó, bostezando ligeramente y preguntándose qué demonios estaba haciendo él aquí. La campana sonó dentro.

"Más bien me gusta cuando me esperas después de la escuela, Hiei."

Ridículo. Él no hacía nada por nadie que no fuese él mismo. Se acordó de esa expresión en los ojos de Kurama que le hacía querer sonreír y poner los ojos en blanco y confiar en él y pegarle todo al mismo tiempo. Manipulador. En silencio observó la molesta niña hacerse daño una vez y otra por uno que no podía importarle menos. Actualmente ella estaba sujeta a su cintura en un ceñido abrazo. Algunas veces Hiei se preguntaba si esa era su mejor estrategia, cortar el suministro de oxígeno a su cerebro para que así de alguna manera él le devolviera su cariño. Evidentemente, Kurama ni la miraría de reojo si él se hubiese bebido una caja de sake, pero ése era el carácter de ella. Inconsciente. Ningens estúpidos y tontos. ¿Cómo podía un ser tan inteligente como Kurama encontrar motivos para defenderlos?

Hn. Hiei revoloteó del árbol al suelo y del suelo al árbol enfrente la escuela. Después de un momento las puertas se abrieron violentamente al habitual jaleo.

"¡Shuuichi, te amo!"

"¡Shuuichi, abrázame!"

"¡Shuuichi, soy una estúpida y hormonal ningen!"

"¡Necesito a alguien que acabe con mi sufrimiento!"

Bueno, tal vez no con esas mismas palabras. Pero la idea esencial era básicamente la misma.

"Tengo que irme a casa ahora. Pero os veré a todas mañana, espero. Mary-Sue-chan, ¿tendrías la bondad de soltarte?"

"¡NUNCA!"

Hiei sonrió un poco con satisfacción mientras Kurama intentaba desenredarse de la pesada sin hacerle daño. Típico de Kurama, no hagas daño a la cosa que está haciendo de tu vida un infierno ahora, no querríamos eso. Sólo hazla resbalar de tu torso con cuidado para que así puedas volver a respirar. Kurama se veía cansado y molesto mientras se las arreglaba para quitarse de encima las pegajosas chicas y se colgó la mochila por encima del hombro, marchándose. Hiei, a propósito, dejó la guardia de su ki bajar sólo un poco y esperó. Kurama parpadeó y miró en su dirección. Hiei se sentó, dejando que su sombra se moviera y observó a Kurama empezar a andar hacia él. Hiei saltó del árbol y aterrizó delante de él, con una imagen borrosa que ningún humano podría ver, pero con un movimiento que él todavía consideraba lánguido y lento.

"Konnichiwa, Hiei. Hacía tiempo que no te veía." Dijo Kurama suavemente, sonriendo de esa manera amable que se le daba tan bien. Hiei sintió los lados de su boca tirar hacia arriba involuntariamente, pero se detuvo tan pronto como fue consciente de ello. Boca estúpida.

"No me mires así." Se quejó Hiei con ligera irritación. Kurama levantó una ceja pero no dijo nada, empezando a caminar. Hiei se fijó en seguida en que no iban en la dirección habitual del parque, pero llevó el paso con Kurama sin esfuerzo. No necesitaba hablar, se entendían perfectamente. Y a Hiei le gustaba eso. Era sólo cuando las emociones humanas de Kurama permitían que su mundo se derrumbara, cuando él se sentía traicionado. Después de esta nota hostil, Hiei se dio cuenta de que había estado más o menos siguiendo ciegamente al zorro durante varios minutos ya. Un familiar y confortable silencio se había establecido.

"¿Dónde vamos?"

"Quería pasear por otro sitio diferente. ¿Te parece bien?" Vino la respuesta de voz suave. Bueno, cuando lo decía de ese modo...

"Hn. Yoroshii." Cedió Hiei, dejando que el silencio se estableciera de nuevo, abandonando la conversación por sus propios pensamientos. Los cuales, conforme ellos entraban en silencio en una parte más poblada de la cuidad, se volvieron más y más curiosos sobre su entorno. Hiei observó a la gente detrás de una cerca de alambre golpear pequeñas pelotas con palos esqueléticos con bultos al final de ellos en un molino de viento, tratando de comprender exactamente lo que estaban tratando de conseguir.

"¿Por qué no cogen la pelota y la tiran al molino? No parece que estén haciendo un trabajo muy eficiente con los palos." Hiei murmuró al pelirrojo a su lado. Kurama miró en la dirección en la que Hiei estaba mirando y se detuvo.

"Oh no, no están haciendo un trabajo. Es un juego."

¿Un juego? Los únicos juegos que había del Makai consistían en todas o alguna combinación de robo, violación, asesinatos--

"No, no." Kurama interpuso deprisa, interceptando el pensamiento de Hiei tan fácilmente como si hubiese sido el suyo propio. "Un cosa interesante de los humanos. Aprendieron a divertirse sin crear ninguna víctima."

Hiei observó con ligero interés el juego sin derramamiento de sangre. Los humanos que había detrás de la cerca parecían estar divirtiéndose, riendo y bromeando entre ellos.

"Parece que pueda doler si golpeas a alguien en la cabeza con uno de esos palos de metal." Observó. Kurama sólo negó con la cabeza.

"¿Quieres intentarlo?"

"¿Pegar a la gente con los palos?"

Kurama puso los ojos en blanco. "Vale, Hiei. Entremos allí y ataquemos a todas las familias felices intentando pasárselo bien. Eso les enseñará."

Hiei estaba ligeramente sorprendido por el sarcasmo, pero visiblemente no reaccionó, excepto por un ligero encogimiento de hombros.

"¡Por supuesto que no pegar a la gente con los palos!"

"¿Entonces qué querías decir?" Hiei lanzó una mirada algo irritada hacia los demasiado felices ningens detrás de la cerca y se burló. "¿Jugar al juego? De ninguna manera vas a conseguir que yo--"

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"--no puedo creer que lo hayas conseguido--"

"Todavía estoy ganando." Anunció Kurama, sentándose mientras escribía algo en el pequeño bloc de la puntuación con un lápiz. Un acto experto y convincente del estúpido zorro y quince minutos después, Hiei se encontraba manejando el palo de metal él mismo. Después de comprender que el juego no trataba de ver lo lejos que uno podía golpear la pelota, sino meterla en el pequeño agujero en los menos golpes posibles, tuvieron que conseguirle una pelota nueva. Pero ahora, en cierto modo le estaba cogiendo el tranquillo, Hiei pensó, intentando descubrir cómo conseguir meter su pelota dentro del hoyo desde el tejado de la falsa granja.

"¡Eh amigo, bájate del granero! ¡Esa cosa no está hecha para estar subida en ella!"

Estúpidos ningens. Hiei le ignoró mientras con cuidado intentaba alinear su siguiente tiro.

"¡¡Eh!!" Gritó el propietario, haciéndole arruinar su tiro maravillosamente preparado.

"¡¡Cierra el pico, saco de carne contaminado!! No ves que estoy intentado--"

"Eh, Hiei, digamos que ha sido un hoyo en uno y sales del techo antes de que nos echen." Kurama le llamó. Hiei bajó de un salto, todavía mirando enfurecido al hombre.

"Este es el juego más ridículo que me he encontrado jamás." Se quejó. "Me gustaba más mi primera idea." Kurama sonrió con satisfacción.

"¿Quieres decir pegar a la gente con los palos?"

"Sí." Respondió Hiei hoscamente. "Incluso con la nueva regla que hicimos--"

"Hiciste." Kurama le corrigió. "Sólo porque tu pelota seguía yéndose al estanque."

"--hice, es todavía aburridísimo. Yo digo que inventemos una entera nueva serie de reglas. No tienen que incluir asesinar, supongo."

"... ¿Como por ejemplo?"

"Pues, una sería, los palos deben ser utilizados como armas."

"Eh, ajá."

"Y si la pelota vuela al estanque, se restan veinte puntos a tu puntuación."

"¿Todavía hacemos que el que tiene la puntuación más baja, gana?"

"Hn. No, de hecho no lo haremos. Más veinte puntos. Si consigues un hoyo en uno, tu puntuación es siete; si haces un hoyo en dos golpes, un seis; un hoyo en tres golpes, un cinco; y un hoyo en cuatro golpes... es también cuatro. De ese modo si ganas, sonará más impresionante porque tendrás más puntos en vez de menos."

Kurama sonrió con satisfacción. "Acabas de destrozar completamente el juego."

"Estaba destrozado desde el principio, yo sólo lo he arreglado. Y estoy ganando." Hiei anunció, cogiendo el bloc de la puntuación y el lápiz y añadiéndose sesenta puntos a su puntuación.

"¿Qué pasa cuando golpeas a un demonio de fuego tramposo con la pelota?" Bromeó Kurama.

"Muerte instantánea." Respondió Hiei con indiferencia. "Pero si por casualidad golpeas accidentalmente a cierto zorro-humano pelirrojo con el palo..."

"Inmediatamente eres lanzado al estanque." Terminó Kurama, cruzándose de brazos mientras Hiei dirigía el swing hacia sus tobillos. Se detuvo en medio del swing, entrecerrando los ojos. "No te atreverías."

Kurama sólo levantó una ceja como respuesta. "¿O sí?"

"Estúpido zorro." Refunfuñó Hiei, soltando el palo y marchándose hacia el siguiente green. Afortunadamente, no había nadie detrás de ellos, porque si lo hubiera, alguien más que probablemente se habría quejado a la dirección.

"Esto es estúpido. Me niego a participar en esta frívola excusa de una actividad por más tiempo." Se quejó Hiei cuando su pelota, otra vez más, voló al estanque en el otro extremo de la área cercada.

"Estás golpeando demasiado fuerte. El problema contigo es que sólo piensas en una sola cosa. Todo es luchar contra esto, matar aquello, cómo puedo manipular este objeto para que sea destructivo--"

"--Eso lo dice el tío cuya arma principal es una flor--" Añadió Hiei lacónicamente.

"--Mi consejo es, tienes que relajarte." Terminó Kurama, metiendo su propia pelota perfectamente en el agujero. "Juega como si la pelota no fuese tu enemigo al que tienes que darle una lección por su insolencia. De hecho, si tienes que pensar en eso de ese modo, haz ver que la pelota es tu compañero de crimen, muerte y destrucción. Tú estás de su parte."

Hiei se quedó mirando a Kurama con incredulidad.

"Eso es de lejos la cosa más idiota que he escuchado nunca en mi vida. Espero que estés orgulloso de ti mismo."

Kurama sonrió con satisfacción, pero no dijo nada.

"Estoy haciendo ver que la pelota es mi compañero y todavía tengo el impulso de golpearlo con el palo." Hiei supuso con sarcasmo. "¿Qué debería hacer?"

"Ejercer un poco de autocontrol por una vez en tu vida, ves a recuperar tu pelota del otro lado del parque y vuélvelo a intentar." Respondió Kurama, alejándose dando grandes zancadas. "Te veré en el último hoyo."

Unos minutos más tarde, Hiei miró el precioso disparo de Kurama. Ni tan siquiera preocupándose de colocarse en la posición correcta, dio un ligero golpe a la pelota con el palo de golf y miró hacia otro lado.

"Ni siquiera lo estás intentando." Acusó Kurama.

"Tengo que hacer un hoyo en cincuenta y siete golpes negativos. Me rindo." Hiei cogió la pelota, abandonando su palo de golf, y fue a sentarse en el banco que había al lado, como espectador.

"Bueno, no es divertido si tú no juegas." Kurama se sentó al lado de Hiei, el familiar silencio se estableció. Después de un momento, Kurama se giró hacia el demonio de fuego a su derecha y lo rompió con su suave voz.

"Creo que deberíamos haber metido las pelotas en los hoyos esta vez. El último hoyo siempre tiene algún tipo de truco que no deja que las recuperes, un túnel o algo."

Hiei cogió su pelota y la tiró hacia la de Kurama. Chocaron y las pelotas cayeron con un ruido sordo las dos.

"Problema resuelto." Comentó Hiei.

Kurama rió un poco y con cuidado colocó su brazo alrededor del demonio más bajo, con una rápida ligera presión de un abrazo pequeñito. Pero a diferencia de acciones similares, no apartó su brazo después de que la presión se fuese. Hiei tomó aire, listo para soltarlo como una irritada protesta, pero la amable expresión que vio en Kurama lo acalló. Lo dejó salir como un suspiro. El tonto zorro era tan sensiblero, como si necesitase reafirmar el agrado de su compañía con un leve roce de su mano, un pequeñito abrazo por el hombro, etcétera. Mientras que Hiei era casi lo opuesto, apreciando muchísimo su espacio personal y soledad. El idiota corazón de ningen era bien consciente de ello, Hiei lo sabía, y esa era la razón por la que él era muy prudente al escoger sus momentos, algunas veces bien cerca de los límites de Hiei, y otras veces rozándolos sólo un poquito. Era todo muy frustrante.

Hiei respiró más profundamente y suspiró otra vez, cerrando los ojos y permitiéndose olvidar su hostilidad a ser tocado. Era difícil para él admitirlo, incluso dentro de los seguros confines de su propia mente, pero era tranquilizador; el reconfortante peso y calor del brazo de Kurama relajándole y calmándole. Instintivamente se acercó al calor del cuerpo de su compañero, sobresaltándose por algún nivel separado de la cordura cuando apoyó la cabeza en el hombro del zorro. Kurama inhaló asombrado, un suave grito sofocado ante la reacción de Hiei. Hiei lo ignoró, pero un segundo más tarde sintió a Kurama apoyar con suavidad la cabeza sobre la suya. Mientras los segundos pasaban a la perfección, con un brazo por encima de su hombro, la cabeza encajonada entre una mejilla apoyada con cuidado y un hombro subiendo y bajando ligeramente con la constante respiración, un pensamiento perdido saltó en la cabeza de Hiei.

¡¿Qué demonios estoy haciendo?!

Con toda la intención de levantarse de un brinco muy rápidamente para que así Kurama cayese al estar apoyado en él, pero con una extraña calma física, Hiei empezó a levantarse, lo bastante despacio para que Kurama se diera cuenta y le soltase, quitando su brazo.

"Vámonos." El demonio de fuego ordenó secamente, levantándose y evitando el contacto visual. La expresión en el rostro de Kurama era imposible de leer de un modo frustrante, pero el tranquilo y suave tono todavía estaba allí.

"Vale."


Eso es un momento Kodak XDD Aix... ¡este capítulo me encanta! Bueno, el fic entero, porque me gustan todos los capítulos... XD Ya os informo que estoy enamorada del fic ;P

Reviews!

Ruri-Sakuma, sip, yo con Mary-Sue me río muchísimo pero a la vez me entran ganas de estrangularla XDD Y yo me alegro de que te gustara el primer capítulo! A ver qué tal éste ;P Gracias por los ánimos.

Yineka n hk, gracias n.n Yo muy contenta de verte aquí y actualizando también ;)

Haruka, jeje, es que este fic es para llorar pero de la risa XD Lo que mencionas es de lo mejorcito del capítulo. Sip, fui yo la que te lo pregunté. Así que significa eso... ¡pues ya he aprendido una palabra nueva! n.n Ah por cierto, ¿de dónde eres?

Sanasa, estabas muy cariñosa, eh ;P Hay que vigilar con ese signo, que es un traidor ¬¬ Pues eso, ¡que me alegro muchísimo de que te gustara la traducción!

Vanne, ¡bienvenida de nuevo, entonces! XDD No sabía que las vacaciones pudiesen ser perjudiciales... Bueno, los fics no se irán (supongo y espero...), así que poquito a poco n.n Encantada de que te gustara el primer capítulo.

Haku usui, ... en mi opinión te pasas un poquito n.n'' Pero me alegra saber que te gustó XD

Siesna, qué bien que compartas mi opinión XD Con las traducciones hay que ir despacio y tener paciencia, para que todo salga bien. Tengo curiosidad por verlo n.n

AomeRL, pobre Sue, todo el mundo le desea lo peor... Lo digo en broma, que a mí no me da ninguna pena XDD ¿Crees que verás tus deseos cumplidos?

Kari Ishikawa, bueno, yo no he hecho nada... pero es bien cierto que Kurama y Hiei en este fic están muy bien caracterizados n.n Sip, en el resumen ya 'advierto' que será yaoi XDD Cuando tenga tiempo (¿tiempo? ¿qué es eso? ;P), intentaré leerlo.

Azusa, ya sabía que te gustaría XD Te iba a aclarar que eso de 'mejores' iba referido al fic entero, pero ya vi que lo habías entendido bien n.n ¿Entonces te gustó mi ejemplo práctico de una Mary-Sue? XDD Además, más o menos sí que sabías lo que era una ;) Ah, los reviews cuanto más largos mejor. ¡Gracias por los ánimos!

Nima, (Yukii se frota las manos y se prepara para escribir mucho XD) Bien, lo de 'Tomato, tomahto', como comenta Kurama brevemente en el fic, son dos formas de pronunciar la palabra 'tomato' (tomate en castellano, sí). Al parecer, en ciertos sitios y ciertas personas pronuncian 'tomahto' en vez de 'tomato', es un acento. Más o menos pronunciado sería algo así como "tomajto" ¿Me expliqué? n.n'' Cualquier pregunta más, ya sabes, hazla ;) La rosa... XDD es para luchar, no para regalársela a nadie. Yo también quería que leyera su soneto... qué lastima U.U Y por último, ¡por supuesto que es yaoi! XDDD

Yami To Hikari, me has dado una sorpresa, porque a parte de que ya no esperaba más reviews, justo me ha llegado el tuyo cuando iba a publicar n.n No has tenido que esperar mucho para el segundo XDD Agradezco lo que dices, siempre me gusta saber que los fics que me gustaron, gustan a los demás n.n

Muchísimas gracias por los reviews. ¡Nos vemos en el próximo capítulo!