Este camino es interminable, estoy agotado, además, hace tanto sol... que creo que me va a dar una insolación, ¿por qué no paramos un rato? – dijo Tai.

Venga Tai, no hay por qué quejarse tanto, tenemos que andar un poco más, debemos de estar bastante lejos de los demás porque el digivice todavía no ha localizado a ningún otro de los nuestros, ni cerca ni siquiera lejos – continuaba Matt.

Matt, en serio estoy agotado, creo que deberíamos sentarnos y descansar un rato, ¡ante todo hay que tener fuerzas para pelear contra el enemigo! ¡jajajajaja!.

En fin, qué se le va a hacer –dijo Matt un tanto desganado.

Ambos se sentaron a la sombra de un gran árbol.

Oye Matt.....

Que

T.K me ha dicho que has estado un poco ausente desde ayer por la noche – dijo Tai seriamente – dice que estás muy pensativo.

Ah, ¿si? – dijo Matt embobado.

Lo ves, no me estas haciendo caso, Matt, algo te ocurre, ¿qué ha pasado? – dijo Tai.

Nada, es sólo que últimamente no duermo muy bien y por el día me entra el sueño fácilmente, solo estoy un poco más cansado que de costumbre.

Tai se quedo mirando hacia delante con una vaga mirada, Matt se iba a tumbar en la hierba, pero en eso saltó Tai.

Mientes.

¿Por qué dices eso? – preguntó Matt extrañado por la reacción de Tai.

Venga Matt, que nos conocemos desde hace mucho y esa expresión en tu cara no parece decir que estés cansado por no poder dormir, puedes contármelo, yo soy tu mejor amigo. Además T.K también está preocupado por ti...

Matt se volvió a quedar pensativo, mirando al cielo, hizo una extraña mueca, miró a Tai fijamente y se dispuso a contarle a Tai lo que había ocurrido que le preocupaba tanto.

Está bien, te lo diré, la verdad es que no prefería decir nada, pero ante todo espero que no se lo digas a nadie, ni siquiera a T.K.

Está bien, tranquilo, no se lo diré.

Pues, resulta que... la otra noche... cuando dormimos todos juntos en la habitación, resulta que... que...

Venga Matt, dímelo – dijo Tai con mucha curiosidad.

Esa noche abracé a Sora.....

¿Eh? –Tai se quedó muy extrañado.

Sí, me sentí tan relajado a su lado que sin darme cuenta la abracé y me quedé dormido...... a la mañana siguiente nos despertamos y descubrí que todavía estaba abrazado a ella..... ¡puf!, nunca he pasado tanta vergüenza.

Entonces, eso es lo que te tiene tan preocupado – dijo Tai con una sonrisa maliciosa.

Sí.....

Eso quiere decir que a ti Sora..... – Tai fue cortado.

¡No! – le frenó Matt – no, ella no me gusta, pese a lo que digas ella no me gusta.

Pero si no me has dejado acabar la frase – dijo Tai aún más extrañado.

Pero lo ibas a decir, ¿a qué sí?.

Bueno, si... – dijo Tai-

No, yo no estoy enamorado de ella, porque yo nunca me enamoraré de ninguna persona, no quiero pasar tan mal momento como lo es el divorcio, no quiero que mi vida se vaya al traste, no quiero que me ocurra lo que les ocurrió a mis padres...

Matt se dio cuenta de lo que acababa de decir, entonces le dio aun más rabia el reconocer su inseguridad y apretó el puño fuertemente. Tai volvió a mirar hacia delante con la misma mirada que la de antes.

¿Quieres saber mi opinión? – dijo.

Mm. , no lo sé – contestó Matt.

Bueno, te la diré.

Está bien – dijo Matt con un mal presentimiento.

Yo creo que en realidad sí que te gusta Sora, que te gusta mucho, pero no lo quieres reconocer.

¿Qué?.

Si, Matt y el porqué lo has dicho tu mismo antes, porque no quieres que te pase lo que les pasó a tus padres, ¿sabes cómo lo llamo yo a eso?.

Matt le miró.

Cobardía – sentenció Tai.

¿Cómo te atreves a decir eso? – reaccionó Matt.

Matt salió corriendo con la mirada puesta en el suelo, no quería volver a oír lo que le había dicho su amigo, siguió corriendo sin rumbo fijo, lo único que quería era estar solo, hasta que por fin se paró y vio que había llegado hasta la orilla del río, entonces se sentó y comenzó a tocar la armónica.

Mientras Tai, no había cambiado de postura, seguía con la mirada fija hacia delante.

Lo siento Matt, pero esa es la verdad, tendrás que aprender a aceptarla, yo también la debo aceptar... Sora te pertenece, es tu... tu chica – entonces bajó la mirada, tenía ganas de llora pero no podía, debía ser fuerte.

CONTINUARÁ...