A todo esto, ahora nos situamos en los subterráneos del mundo en el que están los Niños Elegidos, en lo más profundo de la tierra de este mundo hay una gran fortaleza, la fortaleza de Hitmon, si, así se llama el extraño ser con forma humana que quiere destruir los tres mundos.
- Mi señor Hitmon, ya tenemos los análisis de energía de los Niños Elegidos, ¿quiere verlos ya? – se le acercó un sirviente.
- Sí, tráemelos – le ordenó.
El sirviente le trajo un montón de hojas escritas en las mismas letras que los Niños Elegidos habían visto en las ruinas del mundo Digimon. Hitmon las ojeó.
- Parece ser que los resultados han sido satisfactorios – dijo con una sonrisa malévola – las puertas de luz les han debilitado bastante, y al cambiar de zona el poder se irá agotando más deprisa de lo normal, esta guerra está prácticamente ganada, ya solo necesito el último elemento, Sora Takenouchi, quiero que se reúna conmigo lo antes posible.
- Sí mi señor, como usted lo ordene, pero, si no le importa que le haga una pregunta...
- Adelante.
- Ayer volvió a entrar en la mente de esa jovencita, pero cuando salió del sueño, parecía estar agotado, ¿a qué se debe? – preguntó el sirviente con un poco de miedo.
- La verdad, ni yo mismo me lo explico, el poder de esa chica es bastante fuerte, además yo no fui el que salió de su sueño, fue ella la que me echo con su fuerza de voluntad, en aquel momento solamente deseaba que me marchara y me echó. Me preocupa porque puede descubrirlo y eso sería un gran problema, por eso quiero que me la traigáis cuanto antes – dijo dirigiendo una mirada furtiva al sirviente.
- Si... si señor, nos pondremos en acción mañana por la mañana, si a usted le parece bien – dijo éste tartamudeando.
- Bien, espero que así sea.
Matt y Sora llevaban un buen rato caminando, de pronto Sora paró en seco y se estremeció.
- Sora, ¿qué te pasa?.
- Nada, es que he tenido un mal presentimiento y me ha dado un escalofrío, no sé por qué – dijo ésta medio pensativa.
- Sora...
Matt la miró, presentía que algo malo le iba a ocurrir, pero no sabía quién o qué se lo haría ni cuándo. Ante la impotencia de no poder hacer nada por ella, apretó los puños, estaba lleno de rabia por no saber cómo ayudar a Sora.
- Matt, ¿estás enfadado?, de repente te has quedado callado.
- ¡No! Qué va, lo que pasa es que hace un poco de frío, por eso aprieto los puños. Bueno, procuremos no malgastar el tiempo y sigamos caminando.
Siguieron andando durante algo más de tiempo, de repente el dispositivo de Matt comenzó a hacer un ruido extraño acompañado de un potente brillo.
- ¡Esto tiene que significar que la Piedra Sagrada está por aquí cerca!- dijo Matt entusiasmado.
- Si, ¿pero dónde puede estar?, hay demasiados sitios por los que mirar – añadió Sora.
El dispositivo seguía sonando y brillando.
- Parece ser en esa dirección – Matt señaló hacia el norte – sigamos las indicaciones del dispositivo, ¡vamos!.
Fueron corriendo rápidamente a través de una serie de matorrales y llegaron hasta un pequeño lago, el dispositivo de Matt daba las señales todavía más fuertes.
- ¿Crees que está en el fondo de este lago? – preguntó Sora un poco confusa.
- Solo hay una manera de saberlo – Matt se quitó las deportivas, los calcetines y la sudadera – tu quédate aquí que yo bajo a mirar por si acaso.
- Vale, pero ten cuidado, eh...
- Si – dijo Matt con una sonrisa de absoluta seguridad que hizo que Sora estuviera como en el paraíso.
Sora se quedó arrodillada al lado del lago con la mirada puesta en sus aguas, estaba impaciente por saber si Matt subiría con la Piedra Sagrada, estaba muy nerviosa. Pasaron unos segundos y Matt no había salido del agua todavía, Sora estaba empezando a preocuparse, los segundos fueron pasando y Matt ya llevaba dos minutos, era demasiado tiempo, la preocupación se convirtió en desesperación y fue entonces cuando Sora decidió tirarse al agua en busca de su amigo. Fue a tirarse pero una pequeña sombra hizo que se parara, encima de la sombra salieron unas cuantas burbujas y tras ellas la cabeza de Matt, estaba sonriente.
- ¡Matt, estaba muy preocupada por ti! – dijo Sora dando un brinco - ¿has encontrado la Piedra Sagrada?.
- ¡Pues claro, mira aquí está! – dijo enseñándole una pequeña piedra azul con el emblema de la amistad y la cabeza de un lobo.
- Vaya, es preciosa – dijo Sora mientras Matt salía del agua.
Sora se acomodó a la sombra de un árbol, Matt si embargo se quedó a la luz del sol para secarse cuanto antes. Sora observó con detenimiento la cabeza del lobo que había gravada en la piedra.
- Quizá sea ésta la razón de lo que dijo Gennai, el lobo...
- Eso fue lo que pensé nada más ver la piedra – añadió Matt – Gabumon... digievoluciona en un lobo, primero en un lobo ´´normal, después en una especie de hombre lobo y finalmente en un lobo mecanizado, tal vez estemos comunicados por algún vínculo desde el mundo Digimon y éste.
- Si... tal vez estemos comunicados con nuestros digimon, tal vez no los podamos ver ni oír, pero ellos están en nuestros corazones y nos dan todas sus fuerzas para que podamos destruir a ese virus, estamos conectados por un vínculo de amistad con ellos, el cariño, amor, amistad, es lo que nos une – terminó de decir Sora.
- Amor... amistad... – dijo Matt con un suspiro.
- Nuestros emblemas... – prosiguió Sora.
- Si...
Los dos se miraron fijamente, quietos y completamente callados, entonces reaccionaron y se volvieron a poner rojos como tomates por enésima vez. Bajaron las cabezas y luego miraron hacia otra dirección.
- Bueno, ¿qué tal si nos volvemos a poner en camino? – propuso Matt.
- Si.
- Tengo ganas de ver cómo es tu Piedra Sagrada, Sora, a ver si la encontramos pronto.
- Si... yo... yo también tengo ganas... – dijo Sora con la cara sombría.
Los dos continuaron caminando y no volvieron a cruzar palabra alguna, en principio porque andaban cuesta arriba y la respiración se les hacía bastante más pesada, luego, cada uno iba sumido en sus pensamientos.
´´ Parece que a T.K. le va bien con Kari, cuando hablé con ellos parecían estar muy unidos, me alegro, T.K. necesita una chica como Kari, seguro que ya es su novia, el muy astuto ya se la habrá ligado, cuando se acabe toda esta aventura le tomaré un poco el pelo – pensaba Matt maliciosamente – espero que a los demás les vaya bien y no les haya pasado nada malo, Tai seguro que se las apaña, con lo que es... seguro que ya le está haciendo la vida imposible a Izzy – Matt dio una pequeña carcajada – y Joe estará encantado con Mimi, seguro que ya se le ha declarado con algún que otro tropezón, típico de él. En cuanto a mí... – Matt giró un poco la cabeza y miró a Sora que caminaba detrás de él y miraba el paisaje – a mí me va bien... estando con Sora me siento bien, ella es la razón por la que estoy animado y con fuerzas, es gracias a ella... .
´´ Puf... no puedo más... estoy muy cansada, pero no puedo dejar de caminar ¡no!. Si no le resultaré un estorbo a Matt y no quiero que por mi culpa perdamos el tiempo, ¿qué tal estará Mimi?, si está con Joe seguro que ya le ha conquistado, la envidio tanto... ojalá yo tuviera tanto carácter como ella y le pudiera confesar mis sentimientos a Matt, ojalá tuviera una personalidad fuerte... Pero pese a eso estoy tan feliz con él... aunque presiento que algo malo va a ocurrir, no sé si simplemente serán imaginaciones mías, pero... tengo este presentimiento desde que llegué aquí, ojalá supiera qué es lo que me quiere decir... – Sora miró a Matt – aún así no puedo evitar estar feliz, con Matt a mi lado se que lo puedo hacer, no sé por qué, pero es como si Matt fuera un gran apoyo para mí... .
- ¡Ay!.
- Sora, ¿estás bien?.
- Si... es solo que... me he tropezado – dijo Sora muy cansada.
- Sora, estás exhausta, creo que será mejor que paremos ya a dormir.
- Mira allí hay un claro, un esfuerzo mas y llegaremos para descansar.
Cuando por fin llegaron, Sora cayó agotada al suelo y se apoyó en el tronco de un árbol, cerró durante un momento los ojos y dio un ligero suspiro, luego levantó la mirada.
- Matt...
- Qué.
- Lo siento – dijo Sora con cara triste.
- ¿Por qué? – preguntó éste extrañado.
- Es que... por mi culpa hemos tenido que parar antes de tiempo, así tardaremos más en encontrar mi piedra, siento que te estés tomando tantas molestias.
- No es culpa tuya, la verdad es que he sido yo el que ha caminado demasiado, tenía pensado haber parado antes pero se me fue el santo al cielo, además, también necesitamos tiempo para encontrar mi emblema, así que estamos en las mismas – sonrió éste mirando a Sora.
- Gracias... por ser tan amable conmigo – sonrió esta sonrojada.
Por un segundo sus miradas se cruzaron de una forma extraordinaria, Matt la observaba con mucha atención y ella hacía lo mismo, observaba a Matt exterior e interiormente, era como si sus almas se hubieran fusionado, aquella sensación... aquella sensación era la que hacía feliz a Sora. Un tremendo escalofrío recorrió cada célula del cuerpo de Sora, en unos segundos se había enamorado muchísimo más de Matt de lo que ya estaba, sus ojos azules, su cabello rubio, su piel pálida... su constitución... todo en él era perfecto. Lo mismo le pasó a Matt, los ojos y pelo rojizo de Sora le mostraban un atractivo al que no podía resistirse, y la delicadeza con la que hablaba, trataba a los demás... hacían que todavía se enamorara más de ella. Los dos bajaron la cabeza para que no le viera el otro la cara que, cómo no, estaba ardiendo, Sora decidió hablar para romper la tensión de aquel momento.
- Bueno y... ¿cómo es que te desenvuelves tan bien por el bosque?, te mueves muy bien por estos senderos tan estrechos, no sabía que los cantantes famosos estuvieran siempre en tan buena forma.
¡Bingo!. Por enésima vez Sora había vuelto a meter la pata de una manera tremenda, Matt se la volvió a quedar mirando con esos ojos, y ella no sabía lo que hacer ´´ moverse bien ´´ estar en buena forma ´´a quién se le ocurre decir eso pensaba Sora toda roja, no sabía cómo arreglar la situación, esa era la mejor manera de insinuarle a Matt que a ella le parecía un auténtico bombón. Sin embargo Matt ni se inmutó por las meteduras de pata de Sora y la contestó tranquilamente.
- Pues es que este ´´ cantante famoso se apuntó con Tai al club de montaña del instituto, por si no lo recuerdas, fue a principios de curso.
- ¿Si?, no lo sabía.
- ¿Cómo que no lo sabías? ¿Es que acaso Tai no te dijo que te apuntaras con nosotros?. Me dijo que te lo preguntó y le respondiste que no podías, no recuerdo el por qué.
- ¡Ah!, es verdad – Sora lo acababa de recordar – Tai me lo preguntó, lo que pasa es que a principios de curso estaba demasiado ocupada con el club de tenis y no tenía tiempo para apuntarme a otro club, además no era plan porque si no podía ir al principio, al final no me enteraría de mucho, ¿no crees? – mintió Sora.
- Sí, puede ser – dijo Matt frunciendo el ceño.
Sora no le había dicho la verdad, en parte sí lo era, a principios de curso estaba muy ocupada con el club de tenis, pero ese no era el principal problema, en realidad ocurrió por esa época que había tenido demasiadas discusiones con su madre en torno a la escuela de arreglo floral (ikebana) y había estado bastante deprimida, además tenía que hacer un gran esfuerzo ya que su padre y su hermano menor (de la misma edad que T.K. y Kari) habían ido a pasar unos días a Tokio (el padre de Sora es científico y vive junto con su hermano en Kioto por el trabajo) y no quería que su hermano viera el ambiente tan tenso que había en casa, por lo que por esos días había estado bastante presionada.
La cara de Sora se volvió a entristecer.
- Sora...
- ¡Ah! – ésta dio un respingo - ¡ no me pasa nada! (menuda manera de delatarse).
- En fin – dijo Matt dando un suspiro – le he cogido gusta a eso del senderismo y hacer escalada, me gusta estar en contacto con la naturaleza. Para el año que viene Tai y yo intentaremos hacer una excursión para hacer puenting.
- Vaya, suena muy interesante, creo que yo también me apuntaré el año que viene al club de montaña – dijo Sora con la cara iluminada.
- Bien – dijo Matt sonriendo – porque necesitamos más miembros, somos pocos, además, te lo pasarás muy bien.
- Pero acuérdate de invitarnos a los demás a la excursión de puenting, a ver si te atreves a tirarte, que no me fío – dijo Sora maliciosamente.
- Cómo que no te fías, ya verás, me tiraré y te quedarás asombrada – dijo Matt con mirada de confianza.
- Jaja, eso espero, pero invítanos, eh.
- Prometido.
Sora sonrió y Matt pareció más relajado al ver que su amiga estaba más animada, aunque estaba un poco nervioso.
- Bueno, a dormir que ya es hora, mañana nos levantaremos cuanto antes – dijo Sora.
- Si, además estoy muerto de sueño.
- Yo también.
Los dos se quedaron dormidos al instante, como por arte de magia, un poco juntos y con ambas cabezas ligeramente giradas al otro.
Mientras, en los subterráneos de ese mundo, Hitmon los observaba desde una bola de cristal en su mano derecha y sonrió.
- Disfrutad del poco tiempo que os queda por estar juntos, mañana la destrucción será lo único que veréis, Yamato Ishida, Sora... Sora Takenouchi, vuestro destino ya está decidido y no hay nada ni nadie que lo pueda modificar.
CONTINUARÁ...
Jolas de nuevo, qué deprisa voy, eh... Tenía una cosa que deciros, y es que la mayoría de los que hacéis fanfics de Digimon sois de Sudamérica (creo) yo, la mayoría que he leído creo que son de Méjico, pues bueno, como me imagino que supondréis, yo soy española y hay algunas expresiones o palabras que igual no entendéis porque son típicas de aquí, he oído que el verbo ´´ coger es como una especie de insulto, o algo por el estilo, quiero aclarar que para nosotros significa tomar, tomar la mano es igual que coger la mano, no sé si lo entenderéis, así que os lo explicaré mejor si queréis, solo me lo teneis que preguntar, pues nada más por hoy, ya sabéis, si tenéis dudas, quejas críticas y demás, escribidme que prometo contestar. ¡¡ADIOS!!
