Capítulo Quinto:

Lo que no sabías

Beast Boy sonrió levemente ante la sutil palabra. Era de admitir que le encantaba que ella la dijera, en ese tono y en especial dirigida a él.

La chica le correspondió en la sonrisa, más nerviosa y tímida. Entonces entrelazó con más firmeza sus dedos entre los del chico verde, respiró profundamente e hizo lo que sus otras personalidades denominarían una locura total.

- ¿Quieres un mini-paseo antes de encontrarnos con Raven? - le preguntó animada. Beast Boy tragó saliva. Él no consideraba que el momento sea oportuno. Y ella supo interpretar las facciones de su rostro - No te preocupes, ella está bien resguardada. Unos minutos más no le afectarán -

- Está bien - le respondió soltando un profundo suspiro, intentando alejar con ello cualquier temor.

Ella asintió al instante mientras su cuerpo desprendía un fulgor plateado, extraña energía que envolvió a Beast Boy llenándolo de una sensación de paz y calidez.

El cuerpo del joven comenzó a desintegrarse. Ante sus ojos no fue él el que desapareció del sitio, sino que el lugar se desvaneció dando paso a un ambiente total e íntegramente blanco. Todo en cuestión de segundos.

- ¿Llegamos? - indagó extrañado, aún tomado de la mano de la fémina quien asintió - Como que le faltó la pintura de color a este sitio -

Beast Boy se volvió bruscamente hacia ella al escuchar el sonido de su carcajada, tenía una ligera forma de reírse casi idéntica a la de la chica púrpura, pero existía un algo que él no lograba identificar. Quizá una alegría que lo contagiaba, porque el chico verde sonrió ampliamente.

Ella se cubrió la boca con la mano libre tratando de que cesaran sus risas, el sonrojo volvió a invadirle las mejillas al sentir los ojos intensos y verdes posados en ella.

- Me encanta verte tan feliz - le admitió Beast Boy presionando más la mano con la cual la tenía tomada - Es algo indescriptible -

Raven se quitó la capucha negra y le soltó la mano. Dio dos pasos al frente y palpó la nada, pero algo debía estar en esa zona porque de inmediato se formó un cuadrado.

- Bueno... has conocido mi lado alegre - le dijo nerviosamente - Espero lo que sigue no te asuste -

Y de inmediato se formaron las imágenes:

A 700 kilómetros de la Torre Titan, se observaban a cinco personas que participaban de una gran batalla. No se distinguía a una delgada chica mística, obviamente porque todo estaba enfocado desde su punto de vista.

Slade golpeaba sin cesar a todas partes destruyendo todo a su paso, gracias a ese pedazo inmenso de metal fusionado con cables.

Los ojos de Starfire brillaron de la furia. Ella detestaba que destruyeran su nuevo hogar. Todos sabían esto, en especial Slade, porque el muy cretino la miraba fijamente mientras esquivaba sus feroces ataques.

Cyborg apuntaba contra la maquinaria de Slade, y lastimosamente sus proyectiles no surtían efecto alguno. Poco a poco iban rodeando al infeliz por una orden silenciosa del líder del grupo.

Y estaban acorralándolo. Para gusto de los titanes Slade no se percataba del plan de los chicos. Sólo unos segundos más.... tan sólo unos instantes y entonces todos le caerían encima con el más grandioso ataque.

Pero definitivamente nadie contaba que, de la máquina de Slade, aparecieran algunos brazos mecanizados, simulando los tentáculos de un pulpo.

Starfire gritó al sentirse atrapada. Cyborg logró romper el tentáculo que amenazaba con aprisionarlo, pero tuvo que enfrentarse de inmediato a dos más. Robin esquivaba ágilmente el grupo de brazos que lo perseguían. Raven simplemente atinaba a hacer explotar a esos trozos de máquina envolviéndolos en su magia negra.

- ¡¡Azarath... Metrion... Zinthos!! - invocó creando varias mini-explosiones a lo largo del robot de Slade.

«¡¡Demonios!!» masculló en sus pensamientos «¡¡No está funcionando!!»

Beast Boy sintió una punzada sacudirle el estómago. Podía ver no sólo la batalla, sino también podía escuchar los pensamientos de Raven, los que tenía en esos instantes. Y la verdad la notó preocupada.

- ¡¡Suéltame!! Me vas a enfurecer y entonces te arrepentirás - amenazaba Starfire forcejeando con el brazo metálico.

- Quédate quieta, imbécil!! No me obligues a despedazarte antes de tiempo... Antes de que mis planes brinden la placentera fruta de la venganza. -

Robin, quien estaba a punto de lanzarse en contra de Slade, se detuvo abruptamente. Slade le mostró el brazo que contenía a la pelirroja, y la zarandeaba muy encantado al notar la ira que invadía al chico maravilla.

- Qué encantadora situación, Robin. Y volvemos a nuestro círculo vicioso... ¿A que no adivinas? Tengo una propuesta que hacerte - Se notaba que Robin estaba tentado a gritarle mil veces No!' Incluso Slade se percató de ello - Y será mejor que lo pienses... No sea que quieras ver de qué color es la sangre de tu alienígena -

Y de la nada apareció un inmenso tigre verde con rayas negras.

Beast Boy recordó brevemente que creyó que esa sería una sensacional idea. Atrapar descuidado a Slade y destrozarlo en mil pedazos para que sepa cómo se siente en carne propia el cumplimiento de esa amenaza. Y no bastó que él siguiera viendo esas imágenes porque él recordaba perfectamente lo ocurrido, sin embargo se concentró en ver porque existían muchas cosas que él ignoraba.

- ¡¡No seas estúpido!! - replicó Slade sintiendo cómo uno de sus brazos metálicos habían atrapado al transmutado chico - Ni Robin puede contra mí, peor un payaso como tú -

Beast Boy de inmediato transmutó a una pantera, verde como siempre, pero más pequeña que el tigre. Seguro que, al ser más pequeño que la mano que lo agarraba, se liberaría con mayor facilidad.

Sin embargo, se había equivocado. La mano metálica lo aprisionó de inmediato, evitándole la huída.

- Una trasmutación más y no dudaré en aplastarte como a una cucaracha -

Slade llevó a Beast Boy junto a Starfire y la seguridad en sí mismo aumentó considerablemente. Se volvió a dirigir a Robin, su predilecto contrincante.

- ¿Qué te parece ahora? Y ya que este bicho me ha causado tantos problemas - zarandeó toscamente a la pantera - Le deberás a él mi propuesta: Sólo a uno lograrás salvar.... ¿A quién eliges? Esto, lógicamente, es independiente de mis anteriores planes -

«¡¡¡Ni se te ocurra!!!»

- Eres un maldito bastardo.... - Robin respiró entrecortadamente apretando los puños.

- No es la respuesta que deseaba, pero supongo que la prefieres a ella - Entonces lanzó a Starfire hacia el cielo mientras que con el brazo que tenía aprisionado a Beast Boy lo lanzó contra una pared, derrumbándola al instante.

Las acciones de Robin y de Cyborg fueron totalmente lentas, no sólo para evitar el lanzamiento de la pelirroja o el golpe del chico verde.

«No te creí capaz... Maldito.. Maldito... ¡¡¡Maldito!!!»

De pronto todo se enfocó desde una gran altura. Slade sobresaltó a la inmensa sombra que se veía sobre él. Todos los tentáculos que le quedaban se lanzaron contra ella, pero era cuestión de que apenas la tocaran para oxidarse y hacerse polvo.

- Raven!! Para!! - Ordenó Robin - Ni un bastardo como él lo merece -

La imagen pasó simultáneamente entre el aterrado Slade, el decidido Robin, y luego entre las penumbras de la pared, en donde estaba Beast Boy, totalmente inconsciente, y en su forma habitual.

«¡¡¡No quiero!!!»

La inmensa energía negra y fría atrapó totalmente a Slade. Nunca nadie antes lo había escuchado gritar con tal intensidad y desesperación. Lo que era su imponente robot ahora sólo quedaba rojizos polvos regados por el campo de batalla.

«Muere... muere....»

- Raven!! Detente!! - le gritaba sin cesar Robin.

La ira llenaba cada partícula de su cuerpo, la sangre le hervía como lava de un volcán en erupción. Quería verlo sufrir, anhelaba tener su cuerpo inerte y sin vida para calmar su sed de venganza.

- Querías frutos de venganza ¿No? - aquella voz, tan irónica como despiadada, demostraba un inmenso placer al torturar de tal manera a su víctima - Tienes razón... Es un paladar que se disfruta... Es un plato que se sirve frío -

Y ante sus palabras la corriente helada que desprendía de su cuerpo se acentuó más.

- ¡¡¡Raven!!! - gritó Starfire desesperada acercándose a increíble velocidad hacia la chica - ¡¡¡Raven!!! ¡¡Beast Boy no lo hubiese querido así!! -

Beast Boy asintió débilmente. En esos instantes sintió un helado sudor recorriéndole la piel verdosa. El corazón le latía a una increíble velocidad.

«Es un estúpido... ¡¡Eso es lo que es!!» La voz de su cabeza sonó notablemente menos irritada.

Robin miró exaltado a su compañera pelirroja. Por la expresión de su rostro, del rostro que dejaba descubierto su antifaz, se le notaba un profundo alivio al descubrirla sin algún daño grave.

Raven dejó en paz a su prisionero mientras volvía a su tamaño normal. Slade se tambaleó abruptamente y tuvo las suficientes fuerzas para escapar del sitio.

Starfire sobresaltó al ver al enemigo huir, y estuvo a punto de perseguirlo, pero la mano de Robin en su hombro la detuvo. Ella sonrió cálidamente al no ver, por primera vez en toda su vida, la obsesión del chico maravilla dominándolo.

- Ayudemos a Beast Boy - anunció Cyborg dirigiéndose hacia los escombros. Se notó que el mitad máquina miraba con mucho recelo a Raven.

De pronto se tuvo la visión de la estructura del piso. Se notaba también la sombra de Raven arrodillada.

«Debiste acabar con él.... Debiste matar a ese bastardo!!»

«No» otra voz más débil contestaba «Starfire tiene razón... Beast Boy no hubiese querido que yo...»

«¿¿Y de cuándo acá te importa lo que piense ese imprudente??»

- Raven... - se escuchó la suave voz de Starfire. Cuando se enfocó nuevamente a la pelirroja se visualizó su semblante preocupado y una mano hecha puño dirigida al corazón. - ¿Te sientes bien? ¿Necesitas algo? -

- Quiero estar sola - le contestó la chica, se notó que Raven se levantaba, al mismo tiempo que muchas voces comenzaron a discutir en su mente.

«¿Él está bien? ¿Verdad que sí? ¡¡Tienes que regresar a verlo!!» temblorosa parecía suplicarle.

«¡¡Cállate, chillona!! Lo menos indispensable ahora es tu estúpido llanto y tus nervios alterados. Ahora hay que concentrarnos en buscar venganza. Esto no se puede quedar así.»

- No - murmuraba Raven. Diversos paisajes desfilaban a su alrededor - No haré nada -

«¡¡No seas estúpida!! ¡¡Esto se volvió una batalla personal!! La siguiente vez Slade irá contra ti, y si no actúas antes entonces él te matará»

- Estúpida fuera si te hiciera caso - masculló Raven - Me siento asqueada por haberme dejado llevar por ti -

«Ja! Eso dices... Pero sé perfectamente lo mucho que disfrutaste viéndolo sufrir, implorándole al destino una oportunidad de huir como la asquerosa rata que es»

- ¡¡No fastidies!! -

«Sólo piénsalo... Las ventajas que tendrías... Eres fuerte, imparable, poderosa, sorprendente»

«No voy a escucharte!! Cállate!! No me obligues a ingresar al espejo y encerrarte por toda la eternidad»

«Nunca podrás hacerlo... Yo soy tú y tú eres yo. Jamás te desharás de mí. Sé esperar. La ira te dominará»

El tiempo pareció detenerse, sólo se visualizaba un punto de la cocina. No sabía nada sobre sus compañeros de batallas, en especial de Beast Boy, y parecía no importarle.

Para todos la batalla finalizó con la huída de Slade, para Raven esto apenas comenzaba. Y se sentía demasiado agotada.

«Detesto tanto silencio» le habló fastidiada su parte maligna, más firme, más decidida.

Raven apretó con fuerza su capa azul. No era posible que ella estuviera a punto de dominarla. Las fuerzas mentales de Raven se escapaban de sus manos como si fuera un chorro de agua.

«Me está hartando todo esto... » pensó Raven cansada de luchar contra lo que parecía que adquiría más fuerza «... sin embargo... no puedo...»

El semblante de batalla de la chica cambió de un momento a otro. Se sentía una nueva presencia en la habitación.

- ¿Quieres jugo? Es naranja, sin agua y sin azúcar. Contiene mucha vitamina C -

«Bueno... llegó alguien a quien gritarle. Sólo es cuestión de tiempo y alguna estupidez se le ocurrirá»

- ¿Quieres ensalada? -

«Ummm.... Eso no es motivo suficiente para reñirle»

Raven negó con la cabeza. Seguía sintiendo el sabor del cítrico inundando su paladar.

«Y ahora... ¿Qué demonios le ocurrió? No bromas, no comentarios incoherentes... »

«Más bien dicho... ¿Qué demonios está pasando contigo?» le replicó la fastidiada parte negativa.

En estos instantes las imágenes dejaron de aparecer.

- Y fue en este instante en que Raven dejó de tener control sobre sí misma - finalizó la chica mientras jugueteaba notablemente nerviosa con su melena negra.

Beast Boy miró perturbado la nada, en donde antes habían estado aquellas impactantes imágenes. No sabía qué decir, apenas lograba asimilar la situación. Todo, visto desde la perspectiva de Raven, adquirió un semblante diferente.

Raven bajó la cabeza, notablemente angustiada. Ella no sabía ni qué mismo quería escuchar por parte de Beast Boy, sólo rogaba que lo que tenía que decir lo dijera lo más pronto posible.

- A pesar de todo esto - comenzó a hablar la fémina al percatarse que Beast Boy no diría ni una palabra - A pesar de lo que has visto.... ¿Aún quieres estar aquí? -

Beast Boy la miró extrañado.

- ¿A qué te refieres con eso? -

- Si quieres irte no te detendré - declaró con firmeza aunque las delicadas manos comenzaron a temblar terriblemente - No puedo arrastrarte a mis problemas -

- Nuestros problemas - recalcó Beast Boy - Por algo estoy aquí -

Los ojos de Raven brillaron con intensidad, pero se contuvo enormemente para no dejar escapar ni una sola lágrima.

- ¡No! - le contradijo de inmediato - Este es mi problema. Desde que nací hasta el día en que muera. Siempre estaré enfrentándome a mí misma. Y esto sólo me incumbe a mí -

- No lo comprendo - replicó Beast Boy desesperado.

- Aparte de todo esto... quería agradecerte. Yo, lo que estás viendo ahora, existo por ti y gracias a ti - el tono de su voz se fue quebrando - Soy la fusión de muchas emociones de Raven, pero no de odio -

Beast Boy la miró sin poder emitir alguna palabra. Las palabras que escuchaba se agolpaban en su mente, revolviéndose, confundiéndolo, exaltándolo.

Ella apretó con nervios su capa negra. Respiró profundamente antes de seguir hablando.

- Vi cómo te pusiste cuando mi anterior personalidad te confesó que una de nosotras te quiere muerto. La descendiente cree que, al deshacerse de ti, automáticamente desapareceré. No puede reconocer que ella actuó a través de mí. Por eso ella atacó a Slade -

- No quiero que manches tus manos con sangre - Beast Boy logró articular esas palabras.

- ¿Y sin embargo tú sí puedes? ¿Qué pretendías al atacar así a Slade? - Raven bajó más aún la mirada, odiaba discutir con él de esa forma. No era lo que pretendía al encontrarse con él, así que se relajó notablemente antes de seguir hablando - Perdí el control, lo admito -

Beast Boy dio dos decididos pasos al frente, y la tomó de la mano.

- No aguanto esto ni un sólo instante más - le replicó firmemente - ¡¡Llévame con Raven!! -

Continuará....


Notas finales: Mejor corto esto aquí antes que la inspiración que me dio me obligue a terminar el fict en este capítulo. De paso aprovecho la oportunidad para avisarles que a esta historia le queda poco, un capítulo más o dos.

Un inmenso abrazo a quienes le siguen al fict, y otro más fuerte a quienes me dejan review n.n